EGWVOL7
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CAPÍTULO 1
1-2 (2 Ped. 2: 1; 1 Juan 4: 1). El Depositario de la revelación divina.-
[Se cita Apoc. 1: 1-2.] Toda la Biblia es una revelación, pues toda revelación para los hombres viene a través
de Cristo y toda se centra en él. Dios nos ha hablado por su Hijo, a quien pertenecemos por creación y por
redención. Cristo; vino a Juan, desterrado en la isla de Patmos, para darle la verdad para estos últimos días,
para mostrarle lo que debe suceder pronto. Jesucristo es el gran depositario de la revelación divina. Por
medio de él tenemos un conocimiento de lo que debemos esperar en las escenas finales de la historia de esta
tierra. Dios le dio esta revelación a Cristo, y Cristo la comunicó a Juan.
Juan, el discípulo amado, fue el elegido para recibir esta revelación. Fue el último sobreviviente de los
primeros discípulos escogidos. En la dispensación del Nuevo Testamento recibió esta honra, así como el
profeta Daniel recibió la misma honra en la dispensación del Antiguo Testamento.
La instrucción que iba a ser comunicada a Juan era tan importante, que Cristo vino del ciclo para darla a su
siervo, y le dijo que la enviara a las iglesias. Esta instrucción debe ser el objeto de nuestro estudio cuidadoso
y con oración, pues estamos viviendo en un tiempo cuando hombres que no siguen la enseñanza del Espíritu
Santo introducirán falsas teorías. Esos hombres han estado en puestos encumbrados y tienen proyectos
ambiciosos que cumplir. Procuran ensalzarse y revolucionar el desarrollo completo de las cosas. Dios nos ha
dado una instrucción especial para que estemos en guardia contra tales personas. Ordenó a Juan que
escribiera en un libro lo que sucedería en las escenas finales de la historia de esta tierra (MS 129, 1905).
9. Compañeros de Juan en Patmos.- Juan fue enviado a la isla de Patmos donde, separado de sus compañeros
en la fe, sus enemigos suponían que moriría debido a las penalidades y el abandono; pero aun allí Juan ganó
amigos y conversos. Pensaban que por fin habían puesto al fiel testigo donde ya no podría molestar más a
Israel o a los impíos gobernantes del mundo.
Pero todo el universo celestial vio el resultado del conflicto con el anciano discípulo y su separación de sus
compañeros en la fe. Dios, Cristo y la hueste celestial fueron compañeros de Juan en la isla de Patmos. De
ellos 966 recibió instrucciones que impartió a aquellos que con él estaban separados del mundo. Allí escribió
las revelaciones y visiones que recibió de Dios para narrar las cosas que ocurrirían en el período final de la
historia de esta tierra. Cuando su voz ya no testificara más por la verdad, cuando no pudiera testificar más por
Aquel que amaba y servía, los mensajes que se le dieron en aquella costa rocosa y árida se esparcirían como
una lámpara que alumbra (MS 150, 1899).
(1 Juan 1: 1-10.) Gloriosas verdades confiadas a Juan.-
A menudo los mejores hombres, los que Dios usa para la gloria de su nombre, no son reconocidos por la
sabiduría humana; pero ni por un momento son olvidados por Dios. Cuando Juan estaba desterrado en la isla
de Patmos hubo muchos que pensaron que ya estaba fuera de servicio, que era una caña vieja y débil que
caería en cualquier momento. Pero al Señor le pareció conveniente usarlo en aquella isla solitaria donde su
siervo estaba preso. El mundo y los fanáticos sacerdotes y gobernantes se regocijaban de que al fin se habían
liberado de su testimonio siempre nuevo. [Se cita 1 Juan 1:1- 3.]
Todo este capítulo rebosa de esforzado valor, de esperanza, fe y certeza. Debido a este testimonio, tan
asombroso para los que deseaban olvidar a Cristo y odiaban al Redentor crucificado a quien habían
rechazado, era por lo que querían que estuviera fuera del alcance de sus oídos, para que sus palabras no fueran
más un testigo contra sus hechos impíos al crucificar al Señor de la gloria. Pero no podían poner a Juan en
ningún lugar donde no pudiera encontrarlo su Señor y Salvador Jesucristo.
Los siervos de Cristo que son leales y fieles quizá no sean reconocidos ni honrados por los hombres..., pero el
señor los honra. No será olvidados por Dios. Los honrará mediante su presencia porque han sido hallados
leales y fieles. Los que han envejecido en la causa y la obra de Dios tienen una experiencia de gran valor para
la iglesia. Dios honra a sus siervos que han envejecido en su servicio. Las más gloriosa verdades de los
últimos capítulos de la historia de esta tierra fueron dadas al anciano discípulos a quien Jesús amaba (MS 109,
1897).
9-10 (Sal. 71: 9; 92: 14; Isa. 46: 4). Últimos años de Juan.-
Después de que Juan envejeció en el servicio del Señor, fue desterrado a Patmos. Y en esa isla solitaria
recibió más comunicaciones procedentes del cielo que las que había recibido durante toda su existencia (RH
26-7-1906).
El anciano representante de Cristo fue desterrado para que su testimonio no fuera escuchado más, pues era un
poder viviente de parte de la justicia; pero aunque estaba separado de sus hermanos, fue visitado por Cristo, a
quien no había visto desde la ascensión (RH 16-5-1899).
16, 20.
Ver EGW com. cap, 2: 1, 1-5.
CAPÍTULO 2
1 (cap. 1: 16, 20; Sal. 121: 3-4; ver EGW com. Efe. 5: 25).Constante vigilancia en favor de su iglesia.-
En el mensaje a la iglesia de Efeso se presenta a Cristo como sosteniendo las siete estrellas en su mano y
caminando en medio de los siete candeleros de oro. Se presenta como "caminando" entre ellos para ilustrar
así su constante vigilancia en favor de su iglesia. "No se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel".
Tampoco se vuelve indiferente. Estas figuras deben ser cuidadosamente estudiadas por los subpastores y
fielmente aplicadas a su propio caso, para que no pierdan de vista su gran privilegio de obtener luz de la
Fuente de toda luz, impartiéndola a su vez a aquellos para quienes trabajan (Carta 4, 1908).
4. (2 Ped. 3: 18; 2 Juan 6). El amor por Cristo no tiene por qué decaer.-
"Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor". La tuya es una decadencia, una declinación en el celo
santo; el propósito de él no ha sido abandonado, pero se ha perdido el fervor. El primer amor del que se
convierte a Cristo es profundo, pleno y ardiente. Ese amor no tiene que disminuir porque aumenta el
conocimiento, porque brilla sobre él una luz mayor y creciente. Ese amor debe hacerse más ferviente a
medida que conoce mejor a su Señor...
Dios no aceptará nada que sea menos que la entrega total del corazón. Bienaventurados aquellos que desde el
comienzo de su vida religiosa han sido fieles a su primer amor y han crecido en la gracia y el conocimiento de
nuestro Señor Jesucristo. El resultado seguro de su relación y compañerismo con su amado Señor será el
aumento de su piedad, su pureza y su fervor. Están recibiendo una educación divina, y esto se ilustra con una
vida de fervor, de diligencia y de celo...
Debemos procurar conocer nuestras faltas y pecados característicos, que causan tinieblas y debilidad
espiritual y apagaron nuestro primer amor (RH 7-6-1887).
4-5 (ver EGW com. cap. 3: 14-18; 1 Rey. 11: 4). Caída espiritual no advertida.-
En vista de las muchas virtudes enumeradas, cuán sorprendente es la acusación presentada contra la iglesia de
Efeso: "Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor". Esta iglesia había sido grandemente favorecida.
Fue establecida por el apóstol Pablo. En la misma ciudad estaba el templo de Diana que, en cuanto a su
grandeza, era una de las maravillas del mundo [antiguo]. La iglesia de Efeso hizo frente a una gran oposición
y algunos de los primeros cristianos sufrieron persecución y sin embargo, precisamente algunos de ellos se
apartaron de las verdades que los habían unido con los seguidores de Cristo y en cambio, aceptaron los
seductores errores inventados por Satanás.
Este cambio está presentado como una caída espiritual. "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y
arrepiéntete, y haz las primeras obras", como se las presenta en los versículos precedentes. Los creyentes no
se dieron cuenta de su caída espiritual. No advertían el cambio que había ocurrido en sus corazones y que
tendrían que arrepentirse por haber dejado de hacer las primeras obras; pero Dios en su misericordia hizo un
llamado al arrepentimiento, al regreso a su primer amor y a las obras que siempre son resultado del verdadero
amor cristiano (MS 11, 1906).
La pérdida del amor, una caída moral.-
La pérdida del primer amor se especifica como una caída moral. La pérdida de este amor se presenta como
algo que afecta toda la vida religiosa. Dios dice de los que han perdido este amor, que a menos que se
arrepientan vendrá a ellos y quitará su candelero de su lugar (MS 1, 1906).
9. La sinagoga de Satanás.-
Cristo dice que la iglesia sobre la cual Satanás preside es la sinagoga de Satanás. Sus miembros son los hijos
de desobediencia. Son los que prefieren pecar, que trabajan para anular la santa ley de Dios. La obra de
Satanás es mezclar el mal con el bien y eliminar la distinción entre uno y otro. Cristo desea tener una iglesia
que trabaja para separar el mal del bien, cuyos miembros no toleran voluntariamente la maldad, sino que la
eliminan del corazón y de la vida (RH 4-12-1900).
CAPÍTULO 3
1 (2 Cor. 4: 7; Gál. 2: 20; Fil. 1: 21; 3: 8). Fieles mayordomos de nosotros mismos.-
[Se cita Apoc. 3: 1.] Cristo exhorta a esta iglesia para que haga un cambio. Tenían nombre de que vivían, pero
sus obras estaban destituidas del amor de Jesús. ¡Oh, cuántos han caído porque confiaron en su profesión para
la salvación! ¡Cuántos se pierden por su esfuerzo de mantener su reputación! Si uno tiene la reputación de ser
un evangelista de talento, un predicador bien dotado, un hombre de oración, un hombre de fe, un hombre
especialmente consagrado, hay un positivo peligro de que naufrague en la fe cuando sea puesto a prueba por
las pequeñas vicisitudes que Dios permite que sobrevengan. Con frecuencia su gran empeño será mantener su
reputación.
El que vive temiendo que otros no aprecien su valor, está perdiendo de vista a Aquel que es el único que nos
hace dignos de glorificar a Dios. Seamos fieles mayordomos de nosotros mismos. Desviemos nuestra vista
del yo y fijémosla en Cristo. Entonces no habrá la más mínima dificultad. Toda la obra hecha, no importa
cuán excelente parezca, no tiene valor si no se hace en el amor de Jesús. Uno puede pasar por todo el ciclo de
la actividad religiosa; pero a menos que Cristo esté entretejido en todo lo que dice y hace, estará traba ando
para su propia gloria (Carta 48, 1903).
Debemos "guardar" toda la luz que recibimos del cielo y vivir a la altura de ella. ¿Por qué? Porque Dios
quiere que nos aferremos a la verdad eterna y actuemos como la mano ayudadora del Señor, comunicando la
luz a aquellos que no conocen su amor hacia ellos. Cuando os entregasteis a Cristo hicisteis una promesa en
la presencia del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo: los tres grandes Dignatarios personales del cielo.
"Guardad" firmemente esa promesa.
"Y arrepiéntete". Nuestra vida debe ser una vida de arrepentimiento y humildad continuos. Necesitamos
arrepentirnos constantemente para que podamos ser constantemente victoriosos. Cuando tenemos verdadera
humildad logramos la victoria. El enemigo nunca puede arrancar de la mano de Cristo a aquel que
sencillamente confía en las promesas del Señor. Si la persona confía y procede con obediencia, la mente será
sensible a las impresiones divinas y la luz de Dios resplandecerá para alumbrar el entendimiento. ¡Qué
privilegios tenemos en Cristo Jesús!
Un verdadero sentimiento de arrepentimiento delante de Dios no nos mantiene en servidumbre haciéndonos
sentir como las personas en un cortejo fúnebre. Debemos estar alegres y no tristes; pero todo el tiempo
debemos estar tristes porque después de que Cristo dio su preciosa vida por nosotros entregamos tantos años
de nuestra vida a las potestades de las tinieblas. Debemos sentir pesar en el corazón cuando recordamos que
después de que Cristo dio todo lo suyo por nuestra redención, usamos en el servicio del enemigo algo del
tiempo y de las capacidades que el Señor nos confió como talentos para usar para la gloria de su nombre.
Debemos arrepentirnos porque no nos hemos esforzado en toda forma posible para familiarizarnos con la
preciosa verdad que nos capacita para emplear aquella fe que obra por el amor y purifica el alma.
Cuando vemos almas alejadas de Cristo debemos ponernos en su lugar y sentir arrepentimiento en su favor
delante de Dios, y no descansar hasta que las llevemos al arrepentimiento. Si hacemos todo lo que podamos y
sin embargo no se arrepienten, el pecado está a la puerta de ellas; pero todavía debemos sentir dolor de
corazón debido a su condición, mostrándoles cómo arrepentirse y tratando de guiarlas paso tras paso a
Jesucristo (MS 92, 190l).
4-5. (Luc. 12: 8). Verdaderos, leales y fieles.- [Se cita Apoc. 3:4-5.] Esta es la recompensa que será dada a los
que han obtenido un carácter puro e intachable, quienes ante el mundo se han aferrado a la fe. Jesucristo
confesará sus nombres delante del Padre y delante de sus ángeles. Han sido verdaderos, leales y fieles. En
medio de acusaciones y de buenos informes han practicado y enseñado la verdad (MS 26, 1905).
(2 Cor. 4: 17-18.) Un eterno peso de gloria.-
"Tienes unas pocas personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras
blancas, porque son dignas". Se les confiere este honor debido a su fe. En esta vida no se jactaron ni su alma
se envaneció. Con intenso deseo, con fe pura y santa se aferraron a la promesa de riquezas eternas. Su único
deseo era ser como Cristo. Siempre mantuvieron en alto la norma de justicia. Les es dado un eterno peso de
gloria porque en la tierra anduvieron con Dios guardándose sin mancha en el mundo, revelando a sus
prójimos la justicia de Cristo. De esas personas declara el Salvador: "Andarán conmigo en vestiduras blancas,
en el mundo que he preparado para ellas" [se cita Apoc. 3:5] (RH 10-8-1905).
4-5, 10. (1 Cor. 10: 12-13). La promesa de victoria.- [Se cita Apoc. 3: 4-5.] Estas palabras se dan para las
personas que aún están relacionadas con el mundo, sujetas a tentaciones e influencias que son engañosas y
alucinantes. Mientras mantengan fija su atención en Aquel que es su sol y su escudo, las tinieblas y la
oscuridad que las rodean no dejarán una mancha ni una mácula en sus vestiduras. Caminarán con Cristo;
orarán, creerán y trabajarán para salvar a las almas que están a punto de perecer. Están tratando de 972
romper las ataduras con que Satanás las ha ligado, y no serán avergonzadas si por fe hacen de Cristo su
compañero. El gran engañador presentará constantemente tentaciones y engaños para echar a perder la obra
del ser humano; pero si éste confía en Dios, si es manso, humilde y dócil de corazón, si persevera en el
camino del Señor, el cielo se regocijará porque ganará la victoria. Dios dice: "Andará conmigo de blanco, con
vestiduras inmaculadas, porque es digno" (MS 97, 1898).
5. (cap. 13: 8; ver EGW com. cap. 7: 9; 20: 12-15). Ángeles que pesan el valor moral.
Cristo dice de los vencedores: "No borraré su nombre del libro de la vida". Los nombres de todos los que
alguna vez se entregaron a Dios, están escritos en el libro de la vida y sus caracteres están desfilando ahora
delante de él. Los ángeles de Dios están pesando el valor moral; están observando el desarrollo del carácter
en aquellos que ahora viven, para ver si sus nombres pueden ser conservados en el libro de la vida. Se nos
concede un tiempo de gracia para lavar las ropas de nuestro carácter y emblanquecerlas en la sangre del
Cordero. ¿Quién está haciendo esta obra? ¿Quién se está separando del pecado y del egoísmo? (HS 138).
8. Una puerta abierta. El Testigo fiel y verdadero declara: "He aquí, he puesto delante de ú una puerta
abierta". Agradezcamos a Dios con corazón, alma y voz; y aprendamos a acercarnos a él como por una puerta
abierta, creyendo que podemos ir a él libremente con nuestras peticiones, y que él oirá y contestará. Mediante
una fe viviente en su poder para ayudar, recibiremos fortaleza para reñir las batallas del Señor con la confiada
seguridad de la victoria (RH 9-7-1908).
(Heb. 10: 19-20.) La puerta de comunicación.
El testigo fiel nos ha dado la seguridad de que ha puesto ante nosotros una puerta abierta que nadie puede
cerrar. Muchos de los privilegios del mundo se les pueden negar a los que están procurando ser fieles a Dios;
su camino puede ser obstruido y su obra estorbada por los enemigos de la verdad, pero no hay poder capaz de
cerrar la puerta de comunicación entre Dios y sus almas. El cristiano puede cerrar esa puerta complaciéndose
en el pecado o rechazando la luz del cielo; puede apartar sus oídos para no escuchar el mensaje de verdad, y
así puede cortar la conexión entre Dios y su alma... Ni el hombre ni Satanás pueden cerrar la puerta que Cristo
ha abierto para nosotros (RH 26-3-1889).
Luz de los umbrales del cielo [Se cita Apoc. 3: 8-9.) Cada vez que seamos tentados, tenemos esta puerta
abierta para contemplar. Ningún poder puede ocultar de nosotros la luz de la gloria que brilla procedente de
los umbrales del cielo a lo largo de toda la escalera que debemos subir, pues el Señor nos ha dado fortaleza en
su fortaleza, valor en su valor, luz en su luz. Cuando los poderes de las tinieblas sean vencidos, cuando la luz
de la gloria de Dios inunde el mundo, veremos y entenderemos más claramente de lo que lo hacemos hoy. Si
sólo comprendiéramos que la gloria de Dios nos rodea, que el cielo está más cerca de la tierra de lo que
suponemos, tendríamos un cielo en nuestros hogares mientras nos preparamos para el cielo de lo alto (MS 92,
1901).
14-18. (ver EGW com. vers. 1- 5; 2 Cor. 5: 17). Se revela nuestra condición.-
El mensaje para la iglesia laodicense revela nuestra condición como pueblo [de Dios] (RH 15-12- 1904).
Mensaje para los ociosos en la viña.-
Se envía el mensaje laodicense a los ociosos en la viña del Señor (MS 26, 1905).
(Rom. 2: 17-24.) Aplicación del mensaje laodicense. -
El mensaje para la iglesia laodicense es aplicable para todos los que han tenido gran luz y muchas
oportunidades, y sin embargo no las han apreciado (RH 11-3-1902).
(Cap. 2: 4-5.) Falta el fervor del amor.-
El mensaje para la iglesia de Laodicea es aplicable a nuestra condición. Cuán claramente se describe la
condición de los que piensan que tienen toda la verdad, que se enorgullecen de su conocimiento de la Palabra
de Dios, pero cuyo poder santificador no ha sido sentido en sus vidas. Falta en sus corazones el fervor del
amor de Dios; pero este fervor del amor es precisamente lo que hace del pueblo de Dios la luz del mundo (RH
23-7-1889).
El mensaje laodicense para adventistas.- El mensaje para la iglesia de Laodicea es sumamente aplicable
para nosotros como pueblo. Ha sido presentado delante de nosotros durante mucho tiempo; pero no se le ha
prestado la debida atención. Cuando la obra de arrepentimiento sea ferviente y profunda, 973 los miembros
de la iglesia comprarán individualmente las ricas mercaderías del cielo. [Se cita Apoc. 3: 18.] Oh, cuántos
contemplan las cosas de una manera distorsionada, en la forma en que Satanás quiere que las vean.
Podéis manifestar gran celo en el esfuerzo misionero, y sin embargo debido a que ese esfuerzo está
contaminado con egoísmo y tiene un pronunciado sabor al yo, no es nada a la vista de Dios, pues es una
ofrenda manchada y corrupta. A menos que la puerta del corazón esté abierta para Jesús, a menos que él
ocupe el templo del alma, a menos que el corazón esté lleno de sus atributos divinos, cuando las acciones
humanas sean pesadas en las balanzas del cielo serán declaradas "faltas". El amor de Cristo os haría ricos;
pero muchos no comprenden el valor de su amor. Muchos no se dan cuenta de que el espíritu que albergan
está destituido de la humildad y la mansedumbre de Cristo, destituido del amor que los convertiría en canales
de luz (MS 33, 1894).
¡Quiebra!-
Muchos son laodicenses que viven en un estado de autoengaño espiritual. Se visten con las vestiduras de su
propia justicia, imaginándose que son ricos y están enriquecidos y no necesitan nada, cuando [lo que]
necesitan [es] aprender de Jesús diariamente, de su humildad y mansedumbre; de lo contrario se encontrarán
en quiebra y toda su vida habrá sido una mentira (Carta 66, 1894).
Religión autopomposa.-
El amor al yo excluye el amor a Cristo. Los que viven para el yo son clasificados a la cabeza de la iglesia
laodicense, cuyos miembros son tibios, ni fríos ni calientes. El ardor del primer amor ha caído en un
egotismo egoísta. El amor de Cristo en el corazón se expresa en las acciones. Si el amor por Cristo es
apagado, el amor por aquellos por quienes Cristo ha muerto se degenerará. Quizá haya una apariencia
admirable en favor del celo y las ceremonias; pero esa es la sustancia de su autopomposa religión. Cristo los
presenta como que le producen náuseas [se cita Apoc. 3:17-18] (MS 61, 1898). 974
(Prov. 30:12; Abd. 3.) El ensalzamiento propio, un elemento peligroso.-
El ensalzamiento propio es un elemento peligroso. Mancha todo lo que toca. Es el vástago del orgullo, y
procede tan hábilmente que, a menos que se esté en guardia contra él, se posesionará de los pensamientos y
regirá las acciones.
El mensaje laodicense debe ser proclamado con poder, pues se aplica especialmente ahora. Ahora, más que
nunca antes, se ven orgullo, ambición mundana, ensalzamiento propio, perfidia, hipocresía y engaño. Muchos
pronuncian grandes palabras ampulosas de vanidad, y dicen: "Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna
cosa tengo necesidad"; sin embargo, son desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos (RH 25-9-
1900).
Novicios espirituales.-
Hay un gran número de llamados cristianos que en realidad no siguen a Jesús. No llevan la cruz movidos por
una debida abnegación y un verdadero sacrificio propio. Aunque hacen gran alarde de ser cristianos
fervientes, entretejen en la trama de sus caracteres tantas hebras de sus propias imperfecciones, que se echa a
perder el bello modelo. De ellos dice Cristo: "Os jactáis de ser ricos y estar enriquecidos con supuestas
victorias espirituales; pero en realidad no sois ni fríos ni calientes, sino que estáis llenos de una vana facultad.
A menos que os convirtáis, no podréis ser salvos, pues estropearíais el cielo con vuestra profana sabiduría.
No puedo aprobar vuestro espíritu y vuestra obra. No procedéis de acuerdo con el Ejemplo divino. Estáis
siguiendo un molde que sólo es de vuestra propia invención. Porque sois tibios, debo escupiros de mi boca".
Agradezcamos al Señor porque aunque esta clase es tan numerosa, aún hay tiempo para el arrepentimiento.
Dice Jesús: "Yo, vuestro Redentor, conozco vuestras obras. Estoy familiarizado con los motivos que os
impulsan a declarar jactanciosamente en cuanto a vuestra condición espiritual: 'Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad'. No sabes que eres un desventurado, miserable, pobre, ciego
y desnudo ".
Los que están en esta condición ignoran voluntariamente. No disciernen el verdadero carácter del pecado.
Con sus faltas constantemente representan mal el carácter de Cristo y lo exponen a la vergüenza pública.
Profesan tener un conocimiento de la verdad; sin embargo, proceden con espíritu de novicios. No parecen
comprender la verdad que debe ser expresada con palabras y hechos para mostrar una clara diferencia entre el
que sirve a Dios y el que no le sirve. Falsamente pretenden tener cada bendición y privilegio del cristiano,
cuando, como representantes de Cristo, no son ricos en gracia espiritual ni en buenas obras. Son
desventurados, pobres, ciegos, lisiados. ¡Cuán triste es su caso! Se guían por su propia luz.
Pero a pesar de su ignorancia voluntaria no son dejados por el Señor sin advertencias y consejos adicionales
(MS 138, 1902).
21. Ver EGW com. Rom. 8: 17; Gál. 6: 7-8; Heb. 4: 15.
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
6 (Efe. 2: 5-6). El Cordero en medio del trono.- El Cordero de Dios es representado delante de nosotros
como si estuviera en medio del trono de Dios. El es la gran ofrenda ritual por medio de la cual el hombre y
Dios están unidos y en comunión. De esa manera se presenta a los seres humanos como sentados en los
lugares celestiales en Cristo Jesús. Este es el lugar escogido para la reunión entre Dios y la humanidad (MS
7, 1898).
11. (cap. 7: 1-3; 16: 13-16; Heb. 1: 14; ver EGW com. Heb. 9: 24).
Manos de ángeles unidas alrededor del mundo.- Juan escribe: "Miré, y oí la voz de muchos ángeles
alrededor del trono". Ángeles estaban unidos en la obra de Aquel que había desatado los sellos y había
tomado el libro. Cuatro ángeles poderosos retienen los poderes de esta tierra hasta que los siervos de Dios
sean sellados en sus frentes. Las naciones del mundo están ávidas por combatir; pero son contenidas por los
ángeles. Cuando se quite ese poder restrictivo, vendrá un tiempo de dificultades y angustia. Se inventarán
mortíferos instrumentos bélicos. Barcos serán sepultados en la gran profundidad con su cargamento viviente.
Todos los que no tienen el espíritu de la verdad se unirán bajo el liderazgo de seres satánicos; pero serán
retenidos hasta que llegue el tiempo de la gran batalla del Armagedón.
Ángeles están circundando el mundo, rechazando las pretensiones de Satanás a la supremacía, las que
presenta debido a la gran multitud de sus adeptos. No oímos las voces de esos ángeles, ni vemos con la vista
natural la obra de ellos; pero sus manos están unidas alrededor del mundo, y con vigilancia que no duerme
mantienen a raya a los ejércitos de Satanás hasta que se cumpla el sellamiento del pueblo de Dios.
Los ministros de Jehová -ángeles tienen habilidad, poder y gran fortaleza- están comisionados para ir del cielo
a la tierra con 979 el fin de ministrar al pueblo de Dios. Se les ha dado la obra de retener el rabioso poder del
que ha descendido como un león rugiente buscando a quien devorar. El Señor es un refugio para todos los
que depositan su confianza en él. Les ordena que se escondan en él por un momento hasta que pase la
indignación. Saldrá pronto de su lugar para castigar al mundo por su iniquidad. Entonces la tierra descubrirá
su sangre y no encubrirá más sus muertos (Carta 79, 1900).
El cielo es un lugar de intensa actividad.- Ojalá todos pudieran contemplar a nuestro precioso Salvador tal
como es: un Salvador. Que su mano aparte el velo que oculta su gloria de nuestros ojos. Aparece en su
elevado y santo lugar. ¿Qué veremos? Nuestro Salvador no está en actividad de silencio e inactividad: está
rodeado por seres celestiales, querubines y serafines, miríadas y miríadas de ángeles.
Todos esos seres celestiales tienen un propósito superior a todos los demás, en el cual están intensamente
interesados: la iglesia [de Cristo] en un mundo de corrupción. Todas esas huestes están al servicio del
Príncipe del cielo, ensalzan al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Están trabajando para Cristo,
bajo su mandato, para salvar hasta lo sumo a todos los que dependen de él y creen en él. Estos seres
celestiales se apresuran en su misión haciendo en favor de Cristo aquello que Herodes y Pilato hicieron contra
él. Se unen para destacar el honor y la gloria de Dios. Están unidos en una santa alianza, en una grandiosa y
sublime unidad de propósito, para mostrar el poder, la compasión, el amor y la gloria del Salvador crucificado
y resucitado.
Estos ejércitos del cielo ilustran con su servicio lo que debiera ser la iglesia de Dios. Cristo está trabajando en
favor de ellos en los atrios celestiales, enviando a sus mensajeros a todas partes del globo para que ayuden a
cada sufriente que acude a él en busca de ayuda, de vida espiritual y conocimiento.
La iglesia de Cristo en la tierra está en medio de la oscuridad moral de un mundo desleal que está hollando la
ley de Jehová; pero su Redentor, que ha comprado su rescate con el precio de su propia preciosa sangre, ha
ordenado todo lo necesario para que su iglesia sea un cuerpo transformado, iluminado por la Luz del mundo,
en posesión de la gloria de Emanuel. Los brillantes rayos del Sol de justicia, brillando a través de su iglesia,
reunirán en el redil de Cristo a cada oveja perdida y extraviada, que vendrá a él y hallará refugio en él.
Encontrarán paz, luz y gozo en Aquel que es paz y justicia eterna (Carta 89c, 1897).
CAPÍTULO 6
9. (cap. 18: 1-5; ver EGW com. Rom. 12: 19). Apertura del quinto sello.-
Cuando fue abierto el quinto sello, Juan el Revelador vio en visión debajo del altar al conjunto de los que
habían sido muertos por la Palabra de Dios y por el testimonio de Jesucristo. Después de esto vinieron las
escenas descritas en Apocalipsis dieciocho, cuando los que son fieles y leales son llamados a salir de
Babilonia [se cita Apoc. 18: 1-5] (MS 39, 1906).
CAPÍTULO 7
1-3. (cap. 16: 13-16; ver EGW com. cap. 5: 11; Efe. 4: 30).
Se está terminando el tiempo de gracia.-
Ya se está levantando reino contra reino. No hay ahora una acción bélica decidida. Los cuatro vientos aún
son retenidos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes. Entonces los poderes de la tierra
unirán sus fuerzas para la última gran batalla. ¡Cuán cuidadosamente debiéramos aprovechar el corto período
de gracia que nos queda! (RH 27-11- 1900).
Precisamente antes de que entráramos en él [el tiempo de angustia], todos recibimos el sello del Dios viviente.
Entonces vi que los cuatro ángeles dejaron de retener los cuatro vientos. Y vi hambre, pestilencia y espada,
nación se levantó contra nación, y el mundo entero entró en confusión (Day-Star, 14-3-1846).
Todo el mundo está trastornado. Las naciones están airadas y se están haciendo grandes preparativos para la
guerra. Una nación está conspirando contra otra y un reino contra otro. Se apresura grandemente el gran día
de Dios. Pero aunque las naciones estén reuniendo sus fuerzas para la guerra y el derramamiento de sangre,
aún sigue en vigencia la orden dada a los ángeles: que retengan los cuatro vientos hasta que los 980 siervos de
Dios sean sellados en sus frentes (RH 28-1-1909).
2-3. (ver EGW com. cap. 13: 16-17; 14: 9-12). Ángeles leen la marca.-
¿Qué es el sello del Dios viviente que se coloca en las frentes de los suyos? Es una marca que pueden leer los
ángeles, pero no los ojos humanos, pues el ángel destructor debe ver esa marca de redención. La mente
inteligente ha visto la señal de la cruz del Calvario en los hijos y las hijas que el Señor ha adoptado. Queda
eliminado el pecado de la transgresión de la ley de Dios. Tienen puestos los vestidos de bodas, y son
obedientes y fieles a todos los mandatos de Dios (Carta 126, 1898).
(Exo. 12: 7, 12-13; Eze. 9: 4; 20: 12, 20.) La señal que Dios ha establecido.-
Los israelitas colocaron sobre sus puertas una señal de sangre para mostrar que pertenecían a Dios. Los hijos
de Dios en este tiempo también llevarán la señal que Dios ha establecido. Se pondrán en armonía con la santa
ley de Dios. Se pone una señal sobre cada uno de los hijos de Dios tan ciertamente como fue colocada una
marca sobre las puertas de los hogares de los hebreos para librar a ese pueblo de la ruina general. Dios
declara: "Les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que
yo soy Jehová que los santifico" (RH 6-2-1900).
(Exo. 31: 12-17.) Posesión especial de Dios.-
Cada alma de nuestro mundo es propiedad del Señor por creación y por redención. Cada alma está
individualmente a prueba por su vida. ¿Le ha dado a Dios lo que le corresponde? ¿Ha rendido delante de Dios
todo lo que es de él porque fue comprada por él? Todos los que creen que el Señor es su porción en esta vida,
estarán dirigidos por él y recibirán la señal, la marca de Dios, que muestra que son la posesión especial de
Dios. La justicia de Cristo los precederá, y la gloria del Señor será su retaguardia. El Señor protege a cada
ser humano que lleva la señal de Dios. [Se cita Exo. 31: 12-17.]
Este reconocimiento de Dios es del más alto valor para cada ser humano. Todos los que aman al Señor y le
sirven son muy preciosos a su vista. El quiere que estén donde sean dignos representantes de la verdad tal
como es en Jesús (Carta 77, 1899).
Los rasgos naturales deben ser transformados.- Cuán pocos tienen en cuenta que el tentador fue una vez
un querubín protector, un ser a quien Dios creó para la gloria de su propio nombre. Satanás cayó de su
elevada posición por causa de su ensalzamiento egoísta; abusó de la magnífica capacidad con que Dios lo
dotó tan ricamente. Cayó por la misma razón por la que miles están cayendo hoy día: debido a la ambición de
ser primeros y a la renuencia a estar bajo restricciones. El Señor quiere enseñar al hombre la lección de que
aunque esté legalmente unido a la iglesia no está salvado hasta que el sello de Dios sea colocado sobre él...
El Señor tiene una obra para que todos la hagamos; y si la verdad no está arraigada en el corazón, si los rasgos
naturales de carácter no son transformados por el Espíritu Santo, nunca podremos ser colaboradores con
Jesucristo. El yo aparecerá constantemente y el carácter de Cristo no se manifestará en nuestras vidas (Carta
80, 1898).
Sin mancha ni arruga.- Se necesitan muchos misioneros en cada rama de la obra de Dios. Nuestras
instituciones necesitan hombres consagrados y convertidos que deseen depender del Señor. Por medio de
tales obreros Dios revelará el poder de su gracia. Sus siervos deben distinguirse del mundo por el sello del
Dios viviente; sus palabras y sus obras deben revelar que son colaboradores con Dios.
Dios puede usar al agente humano sólo en la medida en que éste sea movido por el Espíritu Santo. A los
hombres que aceptan cargos de responsabilidad como presidentes, ministros, médicos, u obreros de cualquier
clase, me siento obligada a decir[les]: Dios probará a cada hombre que se dedica a servirle. El no pregunta,
¿poseen conocimiento y elocuencia? ¿Tienen capacidad para ordenar, gobernar y dirigir? Pregunta:
¿Representarán mi carácter? ¿Caminarán con humildad para que pueda enseñarles mis sendas? El templo del
alma no debe ser contaminado con ninguna práctica relajada o inmunda. Aquellos a quienes confesaré en los
atrios celestiales deben ser sin mancha ni arruga.
El Señor usará a hombres humildes para que hagan una obra grande y buena. Por medio de ellos presentará
ante el mundo las imborrables características de la naturaleza divina (Carta 270, 1907).
(Cap. 14: 1-3; 22: 4; Juan 1: 12.) Es un honor llevar el sello de Dios.-
Los que salgan del mundo para ser diferentes de los del mundo en palabras y obras, los que se den cuenta que
es un honor llevar el sello de 981 Dios, recibirán poder para convertirse en hijos de él. El Señor quiere tener
hombres de los que pueda depender. Nadie entrará en los atrios de lo alto sin tener el sello de Dios. Los que
en esta tierra maldita por el pecado lleven ese sello con santa osadía, considerándolo como un honor, serán
reconocidos y honrados por Dios en los atrios de lo alto (Carta 125, 1903).
(Jer. 8: 20; 1 Juan 3: 3.) ¿Nos pasará por alto el ángel?-
"Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro". Todo el que es hijo
de Dios recibirá dentro de poco el sello divino. ¡Ojalá sea colocado sobre nuestras frentes! ¿Quién puede
soportar el pensamiento de ser pasado por alto cuando el ángel vaya sellando a los siervos de Dios en sus
frentes? (RH 28-5-1889).
Pasaporte para la santa ciudad.- Sólo los que reciban el sello del Dios viviente tendrán el pasaporte para
pasar por los portales de la santa ciudad. Pero hay muchos que desempeñan responsabilidades dentro de la
obra de Dios sin ser sinceros creyentes, y mientras permanezcan así no pueden recibir el sello del Dios
viviente. Confían en su propia justicia, lo cual el Señor tiene como necedad (Carta 164, 1909).
La marca de distinción.- Los que quieran tener el sello de Dios en sus frentes deben guardar el día de
reposo del cuarto mandamiento. Esto es lo que los distingue de los desleales, que han aceptado una
institución humana en lugar del verdadero día de reposo. La observancia del día de reposo de Dios es la marca
de distinción entre aquel que sirve Dios y el que no le sirve (MS 27, 1899).
Como Cristo en carácter.- El sello del Dios viviente sólo será colocado sobre los que son semejantes a
Cristo en carácter (RH 21-5-1895).
La imagen de Cristo en el alma.- La cera recibe la impresión del sello, y así también el alma debe recibir la
impresión del Espíritu de Dios y conservar la imagen de Cristo (ST 18-7-1911).
El sello y los mandamientos.- Muchos no recibirán el sello de Dios porque no guardan sus mandamientos ni
dan los frutos de justicia (Carta 76, 1900).
Amargo desengaño en el día de Dios.- La gran masa de llamados cristianos sufrirán un amargo desengaño
en el día de Dios. No tienen sobre sus frentes el sello del Dios viviente. Tibios e irresolutos, deshonran a
Dios mucho más que los incrédulos declarados. Van a tientas en las tinieblas, cuando podrían estar
caminando en la luz meridiana de la Palabra bajo la conducción de Aquel que nunca yerta (Carta 121, 1903).
4-17. (cap. 14: 1-4; 2 Cor. 3: 18). Esforzaos por estar entre los 144.000.- [Se cita Apoc. 7: 9-l7.] Aquellos
a quienes el Cordero guiará a las fuentes de aguas vivas y de cuyos ojos borre toda lágrima, serán los que
ahora reciban el conocimiento y la comprensión que se revelan en la Biblia, la Palabra de Dios...
No debemos imitar a ningún ser humano. No hay ningún ser humano suficientemente sabio para ser nuestro
modelo. Debemos contemplar al Hombre Cristo Jesús, que es completo en la perfección de justicia y
santidad. El es el Autor y Consumador de nuestra fe. Es el Hombre modelo. Su vida es la medida de la vida
que debemos alcanzar. Su carácter es nuestro modelo. por lo tanto, despejemos nuestra mente de
perplejidades y de las dificultades de esta vida y fijémosla en él, para que contemplándolo podamos ser
cambiados a su semejanza. Podemos contemplar a Cristo con un buen propósito. Podemos estar seguros
mirándolo porque es omnisapiente. Al contemplarlo y al pensar en él, él se formará en nuestro interior, la
esperanza de gloria.
Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado para estar entre los ciento cuarenta y cuatro mil (RH 9-
3-1905).
9. (cap. 3: 5; 19: 7-9; Juan 12: 12-13). Las palmas y los mantos.- Las palmas significan que han ganado la
victoria, y los mantos blancos que han sido revestidos con la justicia de Cristo. Gracias a Dios porque se ha
abierto una fuente para lavar los mantos de nuestro carácter y hacerlos tan blancos como la nieve (MS 23, sin
fecha).
14. Ver EGW com. cap. 3: 18; 19: 7-9; Mat. 22: 11-12.
CAPÍTULO 8
3-4. (Isa. 1: 18; Heb. 9: 13-14; ver EGW com. Rom. 8: 26, 34; Heb. 7: 25). Oraciones fragantes por los
méritos de Cristo.- Así como el sumo sacerdote asperjaba la sangre tibia sobre el propiciatorio mientras
ascendía 982 delante de Dios la nube fragante de incienso, así también, mientras nosotros confesamos
nuestros pecados e imploramos la eficacia de la sangre expiatoria de Cristo, deben ascender al cielo nuestras
oraciones fragantes por los méritos del carácter de nuestro Salvador. A pesar de nuestra indignidad debemos
recordar que hay Uno que puede quitar el pecado y que está dispuesto a salvar al pecador y con anhelo de
hacerlo. Pagó el castigo de todos los pecadores con su propia sangre. Dios quitará todo pecado que sea
confesado delante de él con corazón contrito [se cita Isa. 1: 18; Heb. 9:13-14] (RH 29-9-1896).
(Cap. 8: 8; Sal. 141: 2; Juan 1: 29; Efe. 5: 2-) El incienso representa la sangre de la expiación.- [Se cita
Apoc. 8: 3-4.] Tengan en cuenta las familias, los cristianos individualmente y las iglesias, que están
estrechamente aliados con el cielo. El Señor tiene un interés especial en su iglesia militante aquí en la tierra.
Los ángeles que ofrecen el humo del incienso fragante, lo hacen por los santos que oran; por lo tanto, elévense
constantemente al cielo en cada familia las oraciones vespertinas en la fresca hora del sol poniente, hablando
ante Dios por nosotros de los méritos de la sangre de un Salvador crucificado y resucitado.
Sólo esa sangre es eficaz; sólo ella puede hacer propiciación por nuestros pecados. La sangre del unigénito
Hijo de Dios es la que tiene valor para nosotros a fin de que podamos acercarnos a Dios; sólo su sangre "quita
el pecado del mundo". El universo celestial contempla de mañana y de tarde a cada familia que ora, y el
ángel con el incienso, que representa la sangre de la expiación, halla acceso delante de Dios (MS 15, 1897).
CAPÍTULO 10
1-11. (cap. 14: 6-12; Dan. 12: 4-13). Una persona que es nada menos que Cristo.-
El ángel poderoso que instruyó a Juan era nada menos que Cristo. Cuando coloca su pie derecho en el mar y
su pie izquierdo sobre la tierra seca, muestra la parte que desempeña en las escenas finales del gran conflicto
con Satanás. Esta posición denota su supremo poder y autoridad sobre toda la tierra. El conflicto se ha
intensificado y agudizado de una época a otra, y seguirá intensificándose hasta las escenas finales, cuando la
obra magistral de los poderes de las tinieblas llegará al máximo. Satanás junto con los hombres impíos,
engañará a todo el mundo y a las iglesias que no reciban el amor de la verdad. Pero el ángel poderoso exige
atención. Clama en alta voz. Debe mostrar el poder y la autoridad de su voz a aquellos que se han unido con
Satanás para oponerse a la verdad.
Después de que los siete truenos emitieron sus voces, se le ordena a Juan, como a Daniel, con respecto al
librito: "Sella las cosas que los siete truenos han dicho". Estas cosas se refieren a sucesos futuros que serán
revelados a su debido tiempo. Daniel recibirá su heredad al fin de los días. Juan ve el librito al cual le han
quitado los sellos. De esto se deduce que las profecías de Daniel tienen su aplicación en la proclamación al
mundo de los mensajes del primero, del segundo y del tercer ángel. La apertura del librito era el mensaje en
relación con el tiempo.
Los libros de Daniel y el Apocalipsis son uno. El primero es una profecía; el otro, una revelación; uno es un
libro sellado; el otro, un libro abierto. Juan escuchó los misterios que pronunciaron los truenos; pero se le
ordenó que no los escribiera.
La luz especial que se le dio a Juan, expresada en los siete truenos, era un bosquejo de sucesos que debían
ocurrir bajo los mensajes de los ángeles primero y segundo. No era lo mejor para la gente conocer esos
eventos, porque su fe debe necesariamente ser probada. El plan de Dios era que se proclamaran verdades más
maravillosas y avanzadas. Los mensajes de los ángeles primero y segundo debían ser proclamados; pero no
había de revelarse mayor luz antes que esos mensajes hubiesen hecho su obra específica. Esto se representa
por medio del ángel que estaba parado con un pie en el mar, proclamando con un solemne juramento que el
tiempo no sería más.
Este tiempo, el que el ángel declara con un solemne juramento, no es el fin de la historia del mundo ni del
tiempo de gracia, sino del tiempo profético que precederá al advenimiento de nuestro Señor; es decir, la gente
no tendrá otro mensaje acerca de un tiempo definido. Después de este lapso, que ahora abarca desde 1842 a
1844, no puede haber ningún cómputo definido de tiempo profético. El cálculo más prolongado llega hasta el
otoño de 1844.
La posición del ángel -un pie sobre el mar el otro sobre la tierra- significa la extensión 983 de la
proclamación del mensaje. Cruzará los anchos océanos y será proclamado en otros países en todo el mundo.
La comprensión de la verdad, la alegre recepción del mensaje, están representadas por el acto de devorar el
librito. La verdad en cuanto al advenimiento de nuestro Señor era [es] un precioso mensaje para nuestras
almas (MS 59, 1900).
7. (cap. 22: 10-12). El último período de gracia.- La dispensación evangélica es el último período de gracia
que será concedido a los hombres. Los que viven bajo esta dispensación de prueba y examen, y sin embargo
no son inducidos a arrepentirse y a obedecer, perecerán con los desleales. No hay una segunda prueba. El
Evangelio que debe ser predicado a todas las naciones, tribus, lenguas y a todos los pueblos, presenta la
verdad en líneas claras que muestran que la obediencia es la condición para obtener la vida eterna. Cristo
imparte su justicia a aquellos que le permiten que quite sus pecados. Tenemos con Cristo una deuda por la
gracia que nos hace completos en él (MS 40, 1900).
CAPÍTULO 11
1. (cap. 20: 12-13; 1 Ped. 4: 17; 2 Ped. 1: 10-11). Midiendo a la iglesia de Dios.- El gran juicio se ha estado
llevando a cabo, y desde hace algún tiempo. Ahora el Señor dice: Mide el templo y a los que adoran en él.
Mientras recorréis las calles haciendo vuestros negocios, recordad que Dios os está midiendo; mientras
desempeñáis vuestros deberes en el hogar, mientras conversáis, Dios os está midiendo. Recordad que
vuestras palabras y acciones están siendo fotografiadas en los libros del cielo, así como el artista reproduce el
rostro en la placa pulida...
Esta es la obra que se lleva a cabo: medir el templo y a los que adoran en él para ver quiénes permanecen
firmes en el último día. Los que permanezcan firmes tendrán una cómoda entrada en el reino de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, Cuando hagamos nuestra obra recordemos que hay Uno que está observando el
espíritu con que la estamos haciendo. ¿No haremos que el Señor nos acompañe en nuestra vida cotidiana, en
nuestra obra secular y en nuestros deberes domésticos? Entonces debemos abandonar en el nombre de Dios
todo lo que no es necesario, todas las murmuraciones [y] visitas inútiles, y presentarnos como siervos del Dios
viviente (MS 4, 1888).
19. (ver EGW com. Exo. 31: 18; Isa. 6: 1-7; 58: 12-14). Tablas de piedra, un testimonio convincente.-
Cuando se abra el templo de Dios en el cielo, ¡qué ocasión de triunfo será para los fieles y leales! En el
templo se verá el arca del pacto en la cual fueron puestas las dos tablas de piedra sobre las cuales está escrita
la ley de Dios. Esas tablas de piedra serán sacadas de su escondedero, y en ellas se verán los Diez
Mandamientos esculpidos por el dedo de Dios. Esas tablas de piedra que ahora están en el arca del pacto
serán un testimonio convincente de la verdad y de la vigencia de la ley de Dios (Carta 47, 1902).
El arca que está en el cielo contiene los Diez Mandamientos.- Mentes y corazones sacrílegos pensaron que
tenían poder suficiente para cambiar los tiempos y la ley de Jehová; pero en los archivos del cielo, en el arca
de Dios, están a salvo los mandamientos originales, escritos sobre dos tablas de piedra. Ningún potentado de
la tierra tiene poder para sacar aquellas tablas de su sagrado escondedero debajo del propiciatorio (ST 28-2-
1878).
CAPÍTULO 12
Dios hizo el mundo en seis días y descansó en el séptimo. Así santificó ese día y lo puso aparte de todos los
otros como santo para él, para ser observado por su pueblo a través de todas sus generaciones.
Pero el hombre de pecado, ensalzándose por encima de Dios sentándose en el templo de Dios y haciéndose
pasar por Dios, pensó en cambiar tiempos y leyes. Este poder, pensando demostrar que no sólo era igual a
Dios, sino superior a Dios, cambió el día de reposo colocando el primer día de la semana donde debiera estar
el séptimo. El mundo protestante ha tomado a este hijo del papado para que se lo considere como sagrado.
En la Palabra de Dios esto es llamado la fornicación de la mujer.
Dios tiene un conflicto con las iglesias actuales. Ellas están cumpliendo la profecía de Juan: "Todas las
naciones han bebido del vino del furor de su fornicación". Se han divorciado de Dios al negarse a recibir el
sello divino. No tienen el espíritu del pueblo leal que guarda los mandamientos de Dios. Y las gentes del
mundo, al dar su sanción a un falso día de reposo y hollar bajo sus pies el día de reposo del Señor, han bebido
del vino del furor de su fornicación (Carta 98, 1900).
9-12. (cap. 13: 11-17; ver EGW com. cap. 12: 17; 18:1; Isa. 58: 12-14). El verdadero tema de discusión en el
conflicto final.-
[Se cita Apoc. 14: 9- 10.] Es importante que todos comprendan qué es la marca de la bestia y cómo pueden
escapar de las temibles amenazas de Dios. ¿Por qué no se interesan los hombres en conocer qué constituye la
marca de la bestia y su imagen? Contrasta directamente con la señal de Dios. [Se cita Exo. 31: 12-17.]
La cuestión del día de reposo será el tema de disputa en el gran conflicto en que todo el mundo tendrá una
parte. [Se cita Apoc. 13:4-8, 10.] Todo el capítulo es una revelación de lo que con seguridad habrá de suceder
[se cita Apoc. 13: 11, 15-17] (MS 88, 1897).
¿Qué es la marca de la bestia?-
Juan fue llamado para que contemplara a un pueblo distinto de los que adoran a la bestia y a su imagen
observando el primer día de la semana. La observancia de ese día es la marca de la bestia (Carta 31, 1898).
(Cap. 13: 16-17.) Amonestación contra la marca de la bestia.-
El mensaje del tercer ángel se ha enviado al mundo para advertir a los hombres contra la recepción de la
marca de la bestia o de su imagen en sus frentes o en sus manos. Recibir esta marca significa adoptar la
misma decisión de la bestia y apoyar sus mismas ideas, en oposición directa a la Palabra de Dios. De todos
los que reciban esta marca, Dios dice: "El también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro
en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero"...
Si la luz de la verdad ha sido presentada a 991 vosotros, revelando el día de reposo del cuarto mandamiento y
mostrando que en la Palabra de Dios no hay ningún fundamento para la observancia del domingo, y sin
embargo os aferráis al falso día de reposo negándoos a santificar el día de reposo que Dios llama "mi día
santo", recibís la marca de la bestia. ¿Cuándo ocurre, esto? Cuando obedecéis el decreto que os ordena dejar
de trabajar en domingo y adorar a Dios, sabiendo que no hay en la Biblia una sola palabra que muestre que el
domingo sea algo más que un día común de trabajo, consentís en recibir la marca de la bestia y rechazáis el
sello de Dios.
Si recibimos esta marca en nuestra frente o en nuestra mano, los juicios pronunciados contra los
desobedientes caerán sobre nosotros. El sello del Dios viviente se coloca sobre aquellos que con plena
conciencia guardan el día de reposo de Jehová (R3-7-1897).
Un asunto de vida o muerte.
Este mensaje abarca los dos mensajes precedentes, se lo presenta como si fuera pronunciado a gran voz, es
decir, con el poder del Espíritu Santo. Ahora están en juego todas las cosas. Debe darse la mayor importancia
al mensaje del tercer ángel. Es un asunto de vida o muerte. La impresión que produzca este mensaje será
proporcional con el fervor y la solemnidad con los cuales sea proclamado (MS 165, 1900).
(Vers. 1- 4.) No es una marca visible.-
En la disputa del gran conflicto se forman dos bandos: los que "adoran a la bestia y a su imagen", y reciben su
marca; y los que reciben fiel sello del Dios vivo", que tienen "el nombre... de su Padre escrito en la frente".
Esta no es una marca visible (ST- 1-11- 1899).
(Cap. 18: 1-8; 2 Tes. 2: 7-12.) Protección contra el misterio de iniquidad.-
El mensaje del tercer ángel aumenta en importancia a medida que nos acercamos a la terminación de la
historia de esta tierra...
Dios me ha presentado los peligros que están amenazando a los que han recibido la sagrada tarea de
proclamar el mensaje del tercer ángel. Ellos deben recordar que este mensaje tiene el mayor significado para
todo el mundo. Necesitan escudriñar diligentemente las Escrituras para que aprendan a estar en guardia
contra el misterio de iniquidad, que desempeñará una parte tan destacada en las escenas finales de la historia
de esta tierra.
Los poderes del mundo harán cada vez más ostentaciones superficiales. Dios presentó a Juan bajo diferentes
símbolos el carácter impío y la influencia seductora de aquellos que se han distinguido como perseguidores
del pueblo del Señor. El capítulo dieciocho del Apocalipsis habla de la Babilonia simbólica, que ha caído de
su elevada condición para convertirse en un poder perseguidor. Los que guardan los mandamientos de Dios y
tienen la fe de Jesús son el objeto de la ira de este poder [se cita Apoc. 18: 1-8] (MS 135, 1902).
El tiempo de prueba aclara el tema en disputa.
La obra del Espíritu Santo es convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio. El mundo sólo puede ser
amonestado cuando vea que aquellos que creen la verdad son santificados por la verdad, cuando vea que
practican principios santos y elevados, que demuestran con altura la línea de demarcación entre los que
guardan los mandamientos de Dios y los que los pisotean. La santificación del Espíritu destaca la diferencia
entre aquellos que tienen el sello de Dios y los que guardan un día falso de reposo.
Cuando llegue la prueba se manifestará claramente qué es la marca de la bestia: es la observancia del
domingo. Aquellos que después de haber oído la verdad siguen considerando como santo ese día, llevan la
rúbrica del hombre de pecado que piensa cambiar los tiempos y la ley (Carta 12, 1900).
El último acto del drama.-
El reemplazo de lo verdadero por lo falso es el último acto del drama. Dios se manifestará cuando esta
sustitución llegue a ser universal. Cuando las leyes de los hombres sean exaltadas por sobre las leyes de Dios,
cuando las potencias de esta tierra traten de obligar a los hombres a guardar el primer día de la semana, sabed
que ha llegado el tiempo para que Dios actúe. Se levantará en su majestad y sacudirá terriblemente la tierra.
Saldrá de su morada para castigar a los habitantes del mundo por su iniquidad (RH 23-4-1901).
(Vers. 1-4; cap. 7: 2-3; 13: 13, 16; Exo. 31: 13-17; 2 Tes. 2: 3-4.) La marca de distinción.-
Nos estamos acercando a la terminación de la historia de esta tierra. Satanás está haciendo esfuerzos
desesperados para hacerse a sí mismo dios, para hablar y actuar como Dios, para aparecer como quien tiene
derecho a dominar las conciencias de los hombres. Se esfuerza con todo su poder para colocar una institución
humana en el lugar 992 del santo día de reposo de Dios. Los hombres, bajo la jurisdicción del hombre de
pecado, han ensalzado una norma falsa en completa oposición con el decreto de Dios. Cada día de reposo que
ha sido instituido lleva el nombre de su autor, una marca indeleble que muestra la autoridad de cada uno. El
primer día de la semana no tiene ni un ápice de santidad; es producto del hombre de pecado, quien se esfuerza
en esta forma para contrarrestar los propósitos de Dios.
Dios ha establecido el séptimo día como su día de reposo. [Se cita Exo. 31:13, 17, 16.]
De ese modo se traza la distinción entre los leales y los desleales. Los que desean tener el sello de Dios en su
frente deben guardar el día de reposo del cuarto mandamiento. Así se distinguen de los desleales que han
aceptado una institución establecida por el hombre en lugar del verdadero día de reposo. La observancia del
verdadero día de reposo de Dios es una marca de distinción entre el que sirve a Dios y el que no le sirve (RH
23-4-190l).
10.
Ver EGW com. Gén. 6:17; Mat. 27:21- 22, 29.
12. El pueblo que tiene el nombre de Dios.-
¿Quiénes son éstos? El pueblo que tiene el nombre de Dios; los que en esta tierra han dado testimonio de su
lealtad. ¿Quiénes son? Los que han guardado los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo; los que
han tenido al Crucificado como su Salvador (MS 132, 1903).
(Exo. 31:13-17.) ¿Cuál es la señal de Dios?-
La señal de obediencia es la observancia del día de reposo del cuarto mandamiento. Si los hombres guardan
el cuarto mandamiento, guardarán todo el resto (Carta 31, 1898).
(Cap. 7:2-3; Eze. 9:4.) La marca del santo día de reposo.-
Habrá una marca colocada sobre el pueblo de Dios, y esa marca es la observancia de su santo día de reposo
(HS 217).
¿Leales a quién?-
Dios ha declarado que significa mucho descartar la Palabra del Dios vivo y aceptar las afirmaciones de
aquellos que procuran cambiar tiempos y leyes. [Se cita Exo. 31:12-17]
Los que a pesar de estas especificaciones se nieguen a arrepentirse de sus transgresiones, se darán cuenta de
los resultados de su desobediencia. Al observar el día de reposo necesitamos preguntarnos individualmente:
¿he hecho derivar mi fe de las Escrituras, o de un falso representante de la verdad? Cada alma que se liga con
el pacto divino y eterno, hecho y presentado a nosotros como una señal y marca del gobierno de Dios, se liga
a la cadena áurea de la obediencia, cada uno de cuyos eslabones es una promesa. Demuestra que considera la
Palabra de Dios por encima de la palabra de un hombre. El amor de Dios es preferible al amor del hombre. Y
los que se arrepienten de su transgresión y retornan a su lealtad aceptando la marca de Dios, demuestran ser
súbditos leales, dispuestos a cumplir la voluntad divina, a obedecer los mandamientos de Dios. La verdadera
observancia del día de reposo es la señal de lealtad a Dios (MS 63, 1899).
La fidelidad crece con la emergencia.-
Juan contempla otra escena en Apocalipsis 14. Ve a un pueblo cuya fidelidad y lealtad a las leyes del reino de
Dios crece con la emergencia. La forma en que se desprecia la ley de Dios sólo hace que revelen más
decididamente amor por esa ley, amor que aumenta con el desprecio que se le manifiesta [a ella] (MS 163,
1897).
(Sal. 119:126-127; Mal. 3:18.) ¡Es tiempo de luchar!-
Que nadie se rinda a la tentación ni sea menos ferviente en su adhesión a la ley de Dios debido al desprecio en
que se la tiene, pues eso precisamente debe hacernos orar de todo corazón y con toda el alma y voz: "Tiempo
es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley". Por lo tanto, debido al menosprecio universal no me
convertiré en traidor, pues Dios será sumamente honrado y glorificado debido a mi lealtad.
¡De ningún modo! ¿Disminuirán su consagración los adventistas del séptimo día cuando toda su capacidad y
todas sus facultades debieran colocarse al lado del Señor; cuando un firme testimonio, noble y elevador,
debiera proceder de sus labios? "Por eso, he amado tus mandamiento más que el oro, y más que oro muy
puro".
Cuando la ley de Dios sea más ridiculizada y menospreciada, entonces es tiempo de que cada verdadero
seguidor de Cristo, aquellos que han entregado su corazón a Dios y que están determinados a obedecer a Dios,
se mantengan con firmeza de parte de la fe que una vez fue dada a los santos. "Entonces os volveréis, y
discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve". Es tiempo de
luchar cuando se necesita más que nunca 993 de los paladines (RH 8-6-1897).
13 (2 Tim 4: 7:8).Dios honra a los ancianos fieles.-
Viven en nuestra tierra quienes han pasado de los noventa años de edad. En su debilidad se ve el resultado
natural de la vejez; pero creen en Dios, y Dios los ama. El sello de Dios está sobre ellos, y estarán en el
número de quienes ha dicho el Señor: "Bienaventurados... los muertos que mueren en el Señor". Con Pablo
pueden decir: "He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también
a todos los que aman su venida". Hay muchos cuyas cabezas encanecidas Dios honra, porque han peleado la
buena batalla y guardado la fe (Carta 207, 1899).
CAPÍTULO 15
2-3 (Exo. 15:1-19; Deut. 31:30 a 32:44; Isa. 26:2). El himno final de victoria.-
¡Qué canto será aquel cuando los rescatados del Señor se encuentren en las puertas de la Santa Ciudad, que
girarán sobre sus resplandecientes goznes, y las gentes que hayan guardado su Palabra -sus mandamientos-
entrarán en la ciudad, cuando la corona del vencedor sea colocada sobre la cabeza de cada uno y sean puestas
arpas de oro en sus manos! Todo el cielo resonará con preciosa música y cantos de alabanza al Cordero.
¡Salvados, eternamente salvados en el reino de la gloria! Tener una vida que se mide con la vida de Dios: esa
es la recompensa (MS 92, 1908).
CAPÍTULO 16
1-21 (cap. 6:13-17; Sal. 46:1- 3; Mat. 24:7). Juan presenció los terrores de los últimos días.-
Juan... fue testigo de las terribles escenas que acontecerán como señales de la venida de Cristo. Vio ejércitos
que se reunían para la batalla y el corazón de los hombres desfalleciendo de temor. Vio la tierra sacudida de
su lugar, las montañas trasladadas al medio del mar, sus olas rugiendo y agitadas, y las montañas sacudidas
por la turbulencia del mar. Vio cuando se abrían las copas de la ira de Dios, y la peste, el hambre y la muerte
que sobrevenían a los habitantes de la tierra (RH 11-1-1887).
13-16 (cap. 13:13-14; 17:13-14; 19:11-16; ver EGW com. cap. 7:1-3). Pronto se peleará la batalla del
Armagedón.-
En nuestro mundo hay sólo dos bandos: los que son leales a Dios y los que están bajo la bandera del príncipe
de las tinieblas. Satanás y sus ángeles descenderán con poder y señales y falsos prodigios para engañar a los
que moran en la tierra y, de ser posible, a los mismos escogidos. La crisis está muy cerca de nosotros. ¿Deben
paralizarse las energías de los que tienen un conocimiento de la verdad? La influencia de los poderes del
engaño, ¿es tan abarcante que supera la influencia de la verdad?
Pronto se peleará la batalla del Armagedón. Aquel sobre cuya vestidura está escrito el nombre "Rey de reyes
y Señor de señores", conduce a las huestes celestiales montadas en caballos blancos, vestidos de lino fino,
limpio y blanco (MS 172, 1899).
Toda forma de mal se lanza[rá] a una intensa actividad. Malos ángeles unen su poder con hombres impíos, y
como han estado en conflicto constante y son experimentados en las mejores artes de engañar y de combatir, y
como se han fortalecido durante siglos, no se rendirán en el último conflicto sin una lucha desesperada. Todo
el mundo estará de un lado o del otro. La batalla del Armagedón se peleará y ese día no debe hallar a ninguno
de nosotros durmiendo. Debemos estar bien despiertos, como vírgenes prudentes que tenemos aceite en
nuestras vasijas con nuestras lámparas...
El poder del Espíritu Santo debe estar sobre nosotros, y el Capitán de la hueste del Señor estará a la cabeza de
los ángeles del cielo para dirigir la batalla. Aún ocurrirán sucesos solemnes. Una trompeta tras otra resonará,
copa tras copa se derramará sobre los habitantes de la tierra. Escenas asombrosas están por sobrevenir sobre
nosotros (Carta 112, 1890).
14-16 (Efe. 6:12; ver EGW com. Apoc. 5: 11). Dos poderes antagónicos.-
Dos grandes poderes antagónicos se revelan en la última gran batalla. En un lado está el Creador del cielo y
de la tierra; todos los que están a su lado llevan su sello; son obedientes a sus mandamientos. Al otro lado
está el príncipe de las tinieblas con los que han preferido la apostasía y la rebelión (RH 7-5-1901).
(Cap. 12:12.) Satanás reúne sus fuerzas para la última batalla.-
Este es un tiempo solemne y terrible para la iglesia. Los ángeles 994 ya están ceñidos, esperando el mundo.
Los ángeles destructores están por emprender la obra de la venganza, porque el Espíritu de Dios se está
retirando gradualmente del mundo. Satanás también está preparando sus fuerzas del mal, saliendo "a los
reyes de la tierra en todo el mundo" para reunirlos bajo su bandera y prepararlos para "la batalla de aquel gran
día del Dios Todopoderoso". Satanás hará enormes esfuerzos para obtener el dominio en el último gran
conflicto. Se sacarán a la luz principios fundamentales, y habrá que tomar decisiones con respecto a ellos. El
escepticismo está prevaleciendo por todas partes la impiedad abunda. La fe de los miembros de la iglesia
será probada en forma individual, como si no hubiera otra persona en el mundo (MS la 1890).
14-17 (cap. 18: 1). Los ejércitos de Dios entra en batalla.-
Necesitamos estudiar el derramamiento de la séptima copa. Los poderes del mal no abandonarán el conflicto
sin luchar; pero la Providencia tiene una parte que desempeñar en la batalla del Armagedón. Cuando la tierra
esté alumbrada con la gloria del ángel de Apocalipsis 18, los elementos religiosos, buenos y malos,
despertarán del sueño y los ejércitos del Dios viviente irán a la batalla (MS 175, 1899).
CAPÍTULO 17
1- 5 (cap. 13:11-17; 18:1- 5; 2 Tes. 2:7-12). Engañador de todas las naciones.-
En el capítulo 17 del Apocalipsis se predice la destrucción de todas las iglesias que se corrompen mediante la
devoción idólatra al servicio del papado, las cuales beben del vino de la ira de su fornicación. [Se cita Apoc.
17:1-4.]
Así se representa al poder papal, que con todo engaño de iniquidad por medio de una atracción superficial y
un despliegue fastuoso engaña a las naciones, prometiéndoles -como Satanás a nuestros primeros padres-
todo bien a los que reciban su marca y todo daño a los que se oponen a sus falacias. El poder que tiene la más
profunda corrupción interior hará el mayor despliegue, y se vestirá con las más esmeradas señales de poder.
La Biblia dice claramente que esto cubre una maldad corrompida y engañadora. "Y en su frente un nombre
escrito, un misterio:
BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA
TIERRA".
¿Qué entidad le entrega su reino a este poder? El Protestantismo, un poder que mientras tras afirma que tiene
el carácter y el espíritu de un cordero y está aliado con el cielo, habla con la voz de un dragón. Está movido
por un poder que procede de abajo (Carta 232, 1899).
13-14 (cap. 13:11-17; 16:13-16). Una alianza de las fuerzas de Satanás.-
[Se cita Apoc. 17:13-14.1 "Estos tienen un mismo propósito". Habrá un vínculo universal de unión, una gran
armonía, una alianza de las fuerzas de Satanás. "Y entregarán su poder y su autoridad a la bestia". Así se
manifiesta el mismo poder arbitrario y opresivo contra la libertad religiosa, la libertad de adorar a Dios
conforme a los dictados de la conciencia, como lo hizo antes el papado, cuando persiguió a los que se atrevían
a no conformarse con los ritos y las ceremonias religiosas del romanismo.
En la lucha que se librará en los últimos días estarán unidos, en oposición al pueblo de Dios, todos los poderes
corruptos que se han apartado de la lealtad a la ley de Jehová. En esta lucha, el día de reposo del cuarto
mandamiento será el gran punto en disputa, pues en el mandamiento del día de reposo se identifica el gran
Legislador como el Creador de los cielos y de la tierra (MS 24, 189l).
14. Cristo glorificado en la última crisis.-
Así como Cristo fue glorificado en el día de Pentecostés, será glorificado otra vez en la obra final del
Evangelio, cuando prepare a un pueblo para que resista la prueba final en el último conflicto de la gran
controversia (RH 29-11-1892).
CAPÍTULO 18
1 (cap. 14:9-12; Hab. 2:14; ver EGW com. Hech. 2:1-4). El ángel de Apocalipsis 18.-
Las profecías del capítulo 18 de Apocalipsis pronto se cumplirán. Durante la proclamación del mensaje del
tercer ángel, "otro ángel" ha de "descender del cielo con gran poder" y la tierra será "alumbrada con su
gloria". El Espíritu del Señor bendecirá tan abundantemente a los seres humanos consagrados, que hombres,
mujeres y niños abrirán sus labios en alabanza y acción de gracias, llenando la tierra del conocimiento de Dios
y de su gloria inigualable, como 995 las aguas cubren el mar.
Los que han mantenido el principio de su confianza firme hasta el fin, estarán bien despiertos durante el
tiempo cuando se proclame el mensaje del tercer ángel con gran poder (RH 13-10-1904).
(2 Tim. 2:14-16; ver EGW com. cap. 16:14-17.) El mensaje prepara para la traslación.-
Entre los clamores de confusión: "¡Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está", se dará un testimonio
especial, un mensaje especial de verdad apropiada para este tiempo. Ese mensaje debe ser recibido, creído, y
se debe actuar conforme a él. Lo que es eficaz es la verdad, y no las ideas fantásticas. La verdad eterna de la
Palabra se presentará libre de todos los errores engañosos y de interpretaciones espirituales, libre de toda
descripción fantásticamente trazada y seductora. La atención de los hijos de Dios será acosada con falsedades;
pero la verdad debe permanecer cubierta con su atavío hermoso y puro. La palabra en su influencia santa y
elevadora, no debe ser degradada a un nivel con los asuntos comunes y ordinarios. Debe permanecer siempre
no contaminada con las falacias con que Satanás procura engañar, de ser posible, aun a los escogidos.
La proclamación del Evangelio es el único medio por el cual Dios puede emplear a los seres humanos como
instrumentos suyos para la salvación de las almas. A medida que hombres, mujeres y niños proclamen el
Evangelio, el Señor abrirá los ojos de los ciegos para que vean sus estatutos, y escribirá su ley en el corazón
de aquellos que verdaderamente se arrepientan. El Espíritu de Dios que da poder trabajando por medio de los
seres humanos, induce a los creyentes a tener un solo pensamiento, una sola alma, a unirse en el amor de Dios
y en la observancia de sus mandamientos, a prepararse aquí en la tierra para la traslación (RH 13-10-1904).
(Jer. 30:7; Ose. 6:3; Joel 2:23; Zac. 10: 1; Efe. 4.13, 15.) El refrigerio de la lluvia tardía.-
Al acercarse los miembros del cuerpo de Cristo al período de su último conflicto, "el tiempo de angustia de
Jacob", crecerán en Cristo y participarán abundantemente de su Espíritu. Cuando sea proclamado el tercer
mensaje, crece[rá] hasta convertirse en un fuerte clamor, y a medida que la obra final sea acompañada por
gran poder y gloria, los fieles hijos de Dios participarán de esa gloria. La lluvia tardía es la que los revive y
fortalece para que puedan pasar por el tiempo de angustia. Sus rostros brillarán con la gloria de la luz que
acompaña al tercer ángel (RH 27-5-1862).
(Isa. 61:11.) No se debe esperar la lluvia tardía.-
No debemos esperar la lluvia tardía. Está descendiendo sobre todos los que reconozcan el rocío y las lluvias
de gracia que caen sobre nosotros y los aprovechen. Cuando recojamos los fragmentos de luz, cuando
apreciemos las firmes misericordias de Dios, quien anhela que confiemos en él, entonces se cumplirá cada
promesa. [Se cita Isa. 61:11.] Toda la tierra será llenada con la gloria de Dios (Carta 151, 1897).
Revelación de la justicia de Cristo.-
El tiempo de prueba es inminente, porque el fuerte clamor del tercer ángel ya ha comenzado en la revelación
de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona los pecados. Este es el comienzo de la luz del ángel cuya
gloria llenará toda la tierra (RH 22-11-1892).
No hay un tiempo específico para el derramamiento.-
No tengo un tiempo específico del cual hablar sobre cuando suceda [sucederá] el derramamiento del Espíritu
Santo, cuando el ángel poderoso descienda del cielo y se una con el tercer ángel en la terminación de la obra
para este mundo. Mi mensaje es que nuestra única seguridad radica en estar listos para el refrigerio celestial,
teniendo nuestras lámparas preparadas y ardiendo (RH 29-3-1892).
1-5 (cap. 13:11-17; 14:6-12; Dan. 7:25; 2 Tes. 2:3-4; ver EGW com. Apoc. 6:9; 17:1- 5). Se pondrá en
acción todo poder maligno.-
Así como Dios llamó a los hijos de Israel a salir de Egipto para que pudieran guardar su día de reposo, así
también llama a su pueblo a salir de Babilonia para que no adore a la bestia o a su imagen. El hombre de
pecado, que pensó en cambiar los tiempos y la ley, se ha exaltado a sí mismo por encima de Dios, presentando
un día de reposo falso al mundo; el mundo cristiano ha aceptado a este hijo del papado, lo ha prohijado y
alimentado, desafiando a Dios al quitar su monumento conmemorativo y establecer un día de reposo rival.
Después de que la verdad ha[ya] sido proclamada como testimonio a todas las naciones, todo poder
concebible de maldad será puesto en acción y las mentes serán confundidas por las muchas voces que clamen:
"Mirad, he aquí el Cristo; mirad, allí está. Esta es 996 la verdad, yo tengo el mensaje de parte de Dios, él me
ha enviado con gran luz". Entonces serán quitadas las señalizaciones y habrá un intento de derribar las
columnas de nuestra fe. Se hará un esfuerzo más decidido para exaltar el falso día de reposo y menospreciar a
Dios mismo suplantando el día que ha bendecido y santificado. Este falso día de reposo será respaldado por
una ley opresiva.
Satanás y sus ángeles están bien despiertos e intensamente activos, trabajan con energía y perseverancia
mediante agentes humanos para llevar a cabo su propósito de borrar de la mente de los hombres el
conocimiento de Dios. Pero mientras Satanás trabaja con sus señales mentirosas, se cumplirá el tiempo
predicho en el Apocalipsis, y el poderoso ángel que alumbrará la tierra con su gloria proclamará la caída de
Babilonia y llamará a los hijos de Dios a abandonarla (RH 13-12, 1892).
(Cap. 14:8.) Parte de una serie de acontecimientos.-
El mensaje en cuanto a la caída de Babilonia debe ser dado. El pueblo de Dios debe entender lo que se refiere
al ángel que iluminará a todo el mundo con su gloria mientras clama poderosamente a gran voz: "Ha caído, ha
caído la gran Babilonia". Los solemnes acontecimientos que ahora están sucediendo pertenecen a una serie
de sucesos de la cadena de la historia, de los cuales el primer eslabón está conectado con el Edén. Que el
pueblo de Dios se prepare para lo que está sobreviniendo a la tierra. El mundo está cautivo por el despilfarro
en el uso de los recursos, el egoísmo y las herejías. Los instrumentos satánicos han estado en acción durante
siglos. ¿Se rendirán ahora sin luchar? (MS 172, 1899).
(Mat. 15:9; 21:11.12; Juan 2:13-16; ver EGW com. Apoc. 6:9.) Dos llamamientos a las iglesias.-
Se cita Apoc. 18:1-2.1 Este es el mismo mensaje que fue dado por el segundo ángel: caída es Babilonia,
"porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación". ¿Qué es ese vino? Sus
falsas doctrinas. Ella le ha dado al mundo un falso día de reposo en lugar del sábado del cuarto mandamiento,
y ha repetido la mentira que Satanás dijo primero a Eva en el Edén: la inmortalidad natural del alma. Muchos
errores de esta clase han sido difundidos ampliamente por ella, "enseñando como doctrinas, mandamientos de
hombres".
Cuando Jesús comenzó su ministerio público, purificó el templo de su sacrílega profanación. Entre los últimos
actos de su ministerio estuvo la segunda purificación del templo, y en la última obra para la amonestación del
mundo también se hacen dos llamados distintos a las iglesias. El mensaje del segundo ángel es: "Ha caído, ha
caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su
fornicación". Y en el fuerte clamor del mensaje del tercer ángel se oye una voz del ciclo, que dice: "Salid de
ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis de sus plagas; porque sus pecados
han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades" (RH 6-12-1892).
Tres mensajes que deben combinarse.-
Deben combinarse los mensajes de los tres ángeles, dando su triple luz al mundo. Dice Juan en el
Apocalipsis: "Vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria". [Se
cita Apoc. 18:2-5.1 Esto representa la proclamación del último y triple mensaje de amonestación para el
mundo (MS 52, 1900).
1-8 (ver EGW com. cap. 14;9-12). Peligro en las alianzas con el mundo.-
[Se cita Apoc. 18:1-8.1 Este terrible cuadro, trazado por Juan para mostrar cuán completamente se entregarán
al mal las potencias de la tierra, debiera mostrar a los que han recibido la verdad cuán peligroso es afiliarse a
sociedades secretas o unirse de alguna manera con aquellos que no guardan los mandamientos de Dios (MS
135,1902).
3-7.
Ver EGW com. 1 Juan 2:18.
CAPÍTULO 19
7-9 (Efe. 5:23-25; ver EGW com. cap. 7:9). Dios, el esposo de su iglesia.-
Dios es el esposo de su iglesia. La iglesia es la desposada, la esposa del Cordero. Cada verdadero creyente es
una parte del cuerpo de Cristo. Cristo considera la infidelidad demostrada a él por su pueblo como la
infidelidad de una esposa para con su esposo. Debemos recordar que somos miembros del cuerpo de Cristo
(Carta 39, 1902).
Conducta propia de la desposada de un rey.-
La iglesia es la desposada, la esposa del Cordero. Debe conservarse pura, santificada, santa. Nunca debe
complacerse en ninguna necedad, pues es la novia de un Rey; sin embargo, no comprende su excelsa
posición. 997 Si lo entendiera, internamente estaría llena de toda gloria (Carta 177, 1901).
(Cap. 3:4; 7:14; 16:15.) Vestiduras limpias.-
La iglesia es la novia de Cristo, y sus miembros deben compartir el yugo con su Guía. Dios nos amonesta
para que no manchemos nuestras vestiduras (Carta 1231/2, 1898).
11-16.
Ver EGW com. cap. 16:13-16.
CAPÍTULO 20
5.6. Señales de maldición en la segunda resurrección.-
En la primera resurrección todos surgen dotados de lozanía inmortal; pero en la segunda son visibles en todos
las señales de la maldición. Todos surgen de sus tumbas como descendieron a ellas. Los que vivieron antes
del diluvio, surgen con su estatura gigantesca, más de dos veces el tamaño de los que ahora viven en la tierra,
y bien proporcionados. Las generaciones posteriores al diluvio disminuyeron en estatura (3SG 84-85).
9-10,14 (Gén. 8: 1; 2 Ped. 3:10). La nueva Jerusalén protegida en medio de las llamas.-
Cuando el diluvio de aguas llegó a su altura máxima sobre la tierra, ésta tenía la apariencia de un lago sin
orillas. Cuando Dios finalmente purifique la tierra, parecerá un lago de fuego sin orillas. Así como Dios
protegió el arca en medio de las conmociones, del diluvio porque en ella había ocho personas justas protegerá
a la nueva Jerusalén, donde están todos los fieles de todos los siglos desde el justo Abel hasta el último santo
que vivió. Aunque toda la tierra, con excepción, de aquella parte donde descansa la ciudad, estará envuelta en
un mar de fuego líquido, sin embargo la ciudad será protegida mediante un milagro del Todopoderoso, como
lo fue el arca. Estará a salvo en medio de los elementos devoradores (3SG 87).
12-13 (Dan, 7:9-10; ver EGW com. Exo. 31:18; Mat. 5:21-22, 27.28; 1 Tim. 5:24-25; APoc. 11: 1; 22:14). la
ley de Dios vista en una nueva luz.-
cuando comience el juicio y todos sean juzgados por las cosas escritas en los libros, la autoridad de la ley de
Dios será considerada en una luz completamente diferente de la que ahora existe en el mundo cristiano.
Satanás ha cegado los ojos de ellos y ha confundido su entendimiento, así como confundió y cegó a Adán y a
Eva y los indujo a la transgresión. La ley de Jehová es grande así como su autor es grande. En el juicio será
reconocida como santa, justa y buena en todos sus requerimientos. Los que quebrantan esa ley, comprenderán
que tienen una seria cuenta que arreglar con Dios, pues las exigencias de Dios son decisivas (RH 7-5-1901).
(Rom. 3:19; 7:12; Jud. 15.) Todos los mundos son testigos del juicio.-
Cristo quiere que todos comprendan los acontecimientos de su segunda venida. La escena del juicio tendrá
lugar en presencia de todos los mundos, pues en ese juicio será vindicado el gobierno de Dios y su ley se
destacará como "santa, justa y buena". Entonces será decidido cada caso y se pronunciará sentencia sobre
todos. El pecado no parecerá entonces atractivo, sino que será visto en toda su odiosa magnitud. Todos verán
la relación en que se encuentran con Dios y el uno con el otro (RH 20-9-1898).
Profundo escudriñamiento del corazón.-
[Se cita Apoc. 20:12.] Los hombres tendrán entonces un claro y nítido recuerdo de todos sus actos en esta
vida. Ni una palabra ni un hecho escapará de su memoria. Ese será un tiempo angustioso. Y si bien es cierto
que no debemos lamentarnos por el tiempo de angustia que viene, como seguidores de Cristo examinemos
nuestro corazón como con una lámpara encendida para que veamos qué clase de espíritu nos mueve. Para
nuestro bien presente y eterno, examinemos nuestras acciones para ver cómo están a la luz de la ley de Dios,
pues esa ley es nuestra norma. Cada uno examine su propio corazón (Carta 22, 190 l).
(Sal. 33:13-15; Ecl. 12.13-14; Jer. 17:10; Heb. 4:13; ver EGW com. Sal. 139:1-12.) Cada caso examinado.-
Aunque todas las naciones deben pasar en juicio delante de Dios, sin embargo, él examinará el caso de cada
individuo íntima y escrutadoramente como si no hubiera otro ser en la tierra (RH 19-1-1886).
(Mal. 3:16-17; 1 Cor. 3:13.) Los ángeles toman nota de los hechos de los hombres.-
Todo el cielo está interesado en nuestra salvación. Los ángeles de Dios recorren las calles de estas ciudades y
toman nota de los hechos de los hombres. Registran en los libros de memoria de Dios las palabras de fe, los
actos de amor, la humildad de espíritu; y en aquel día, cuando la obra de cada hombre sea examinada para
saber de qué clase es, la obra del humilde seguidor de Cristo soportará 998 la prueba y recibirá la alabanza del
cielo (RH 16-9-1890).
Tan exacta como una placa fotográfica.-
Todos nosotros, como seres bendecidos por Dios con la facultad de razonar, con intelecto y juicio, debiéramos
reconocer nuestra responsabilidad delante de Dios. La vida que nos ha dado es una sagrada responsabilidad, y
ni un solo momento de ella debe ser tomado a la ligera, pues tendremos que encontrarnos de nuevo con él en
los registros del juicio. En los libros del cielo nuestras vidas están delineadas tan cuidadosamente como la
imagen en la placa del fotógrafo. No sólo somos tenidos por responsables de lo que hemos hecho, sino por
aquello que hemos dejado de hacer. Tendremos que dar cuenta de nuestros caracteres no desarrollados, de las
oportunidades que no aprovechamos (RH 22-9-1891).
Nuestros caracteres representados en libros.-
En los libros del cielo se registran con exactitud las burlas y las observaciones triviales de los pecadores que
no prestan atención a las invitaciones de la misericordia que se les hacen, cuando Cristo les es presentado por
sus ministros. Así como el artista reproduce en el vidrio pulido un cuadro verdadero del rostro humano, así
también los ángeles de Dios cada día registran minuciosamente en los libros del cielo una representación
exacta del carácter de cada ser humano (ST 11-21903).
Registro celestial de los servicios prestados.-
Todos los que son participantes de esta gran salvación obrada por Jesucristo, están bajo la obligación de
trabajar como colaboradores de Dios. En las cortes celestiales se pasa lista, donde está registrado cada
nombre, y los seres celestiales responden al llamado. Allí se anota el servicio prestado por cada ser humano
en la tierra. Si son negligentes, se registra; si son diligentes, se anota; o si son ociosos, ese hecho queda
registrado contra sus nombres. En toda la gran masa de la humanidad ninguno pasa inadvertido. Que cada
uno esté listo para responder al llamado, diciendo: "Heme aquí, Señor, listo para la acción".
El mundo espera algo de vosotros. Si no resplandecéis como luces en el mundo, alguien se levantará en el
juicio y os culpará de la sangre de su alma. Se verá que tú fuiste un agente en las manos del enemigo de Dios
y del hombre para extraviar y engañar por medio de tu falsa profesión de cristianismo. No condujiste las
almas a la piedad y a la consagración. Tuviste nombre de que vivías; pero estabas espiritualmente muerto.
No tuviste la influencia vitalizadora del Espíritu de Dios, que se da abundantemente a todos los que la piden
con fe (RH 16-8-1898).
Un inventario diario.-
Dios juzga a cada hombre de acuerdo con su obra. No sólo juzga, sino que resume día tras día y hora tras
hora nuestro progreso en el bien hacer (RH 16-5-1899).
12-15 (cap. 3:5; 13:8; 21:27; 22:19). El libro de la vida.-
Cuando nos convertimos en hijos de Dios, nuestros nombres se escriben en el libro de la vida del Cordero, y
allí permanecen hasta el tiempo del juicio investigador Entonces el nombre de cada individuo será llamado y
su registro será examinado por Aquel que declara: "Yo conozco tus obras". Si en aquel día aparece que no nos
hemos arrepentido plenamente de todas nuestras malas acciones, nuestros nombres serán borrados del libro de
la vida y nuestros pecados permanecerán en contra de nosotros (ST 6-8-1885).
(Exo. 32:30-33; ver EGW com. Mat. 12:31-32.) Un castigo justo para los pecadores.-
Moisés manifestó su gran amor por Israel al interceder ante el Señor para que perdonara el pecado del pueblo
o borrara su nombre del libro que él había escrito. Sus intercesiones ilustran el amor y la mediación de Cristo
por la raza pecadora. Pero el Señor se negó a dejar que Moisés sufriera por los pecados de su pueblo apóstata;
le dijo que aquellos que habían pecado contra él serían borrados de su libro que había escrito, porque los
justos no deben sufrir por la culpa de los pecadores.
El libro al cual se hace referencia aquí es el libro de los registros del cielo, en el cual está inscrito cada
nombre y están registrados fielmente los actos de todos, sus pecados y su obediencia. Cuando los individuos
cometen pecados que son demasiado atroces para que el Señor los perdone, sus nombres son borrados del
libro y quedan destinados a la destrucción (ST 27-5-1880).
CAPÍTULO 21
1 (Isa. 33:21). No habrá un océano profundo fundo.-
El mar divide a los amigos; es una barrera entre nosotros y aquellos a los cuales amamos. Nuestras relaciones
son interrumpidas 999 por el ancho e insondable océano. En la tierra nueva no habrá mar ni lugar por donde
"andará galera de remos". En lo pasado muchos que han amado y servido a Dios estuvieron atados a sus
asientos en las galeras, obligados a servir a los propósitos de hombres crueles y despiadados. El Señor
contempló su sufrimiento con simpatía y compasión. Gracias a Dios, en la tierra renovada no habrá torrentes
impetuosos, ni profundos océanos, ni murmurantes olas que se mueven sin cesar (MS 33, 191 l).
1-4 (Isa. 30:26). Al fin se reúne la familia de Dios.-
La iglesia es ahora militante; ahora tenemos que enfrentar un mundo que está en la medianoche de las
tinieblas, casi completamente entregado a la idolatría. Pero se aproxima el día cuando ya se habrá peleado la
batalla, se habrá ganado la victoria. La voluntad de Dios debe hacerse en la tierra como se hace en el cielo.
Entonces las naciones no tendrán otra ley sino la ley del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida,
vestidos con mantos de alabanza y acción de gracias: las vestiduras de la justicia de Cristo.
Toda la naturaleza en su incomparable hermosura ofrecerá a Dios un constante tributo de alabanza y
adoración. El mundo estará bañado con la luz del cielo. Los años transcurrirán con alegría. " luz de la luna
será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor de lo que es ahora. Cuando las estrellas del
alba contemplen la escena, alabarán y los hijos de Dios clamarán de gozo, y Cristo y Dios se unirán para
proclamar: "No habrá más pecado, ni habrá más muerte" (RH 17-12-1908).
4 (ver EGW com. 1 Cor. 15:51-55). El verbo del cristiano.-
Esta tierra es el lugar de preparación para el ciclo. El tiempo que se pasa aquí es el invierno del cristiano.
Aquí los helados vientos de la aflicción soplan sobre nosotros y nos asaltan las olas de la angustia; pero en el
cercano futuro, cuando Cristo venga, la tristeza y el gemido habrán terminado para siempre. Entonces será el
verano del cristiano. Todas las pruebas terminarán y no habrá más enfermedad ni muerte. "Enjugará Dios
toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron"
(MS 28, 1886).
23.
Ver EGW com. Efe. 5:25.
27.
Ver EGW com. cap. 20:12-15.
CAPÍTULO 22
1.
Ver EGW com. 1 Juan i: 7, 9.
1-2 (cap. 7:17; ver EGW com. Luc. 23:4043). Educación superior en la vida futura.-
Cristo, el Maestro celestial, guiará a su pueblo al árbol de la vida que crece a cada lado del río de la vida, y
explicará a los suyos las verdades que no podían entender en esta vida. En aquella vida futura su pueblo
obtendrá la educación superior en su plenitud. A los que entren en la ciudad de Dios se les colocará sobre sus
cabezas coronas de oro. Será una escena de gozo que ninguno de nosotros puede permitirse perder.
Echaremos nuestras coronas a los pies de Jesús, y vez tras vez le daremos gloria y alabaremos su santo
nombre. Los ángeles se unirán en los cantos de triunfo. Tocando sus arpas de oro llenarán todo el cielo con
dulce música y cantos al Cordero (MS 31, 1909)@
2 (cap. 2:7; Gén. 2:4; ver EGW com. Gén. 3:22-24; Juan 5:39). Poder vivificante del árbol de la vida.-
El árbol de la vida es una representación del cuidado protector de Cristo por sus hijos. Cuando Adán y Eva
comían de ese árbol reconocían su dependencia de Dios. El árbol de la vida poseía el poder de perpetuar la
vida, y mientras comieran de él no podían morir. Las vidas de los antediluvianos se prolongaron debido al
poder vivificador de ese árbol [poder] que les fue transmitido por Adán y Eva (RH 26-11897).
(Juan 1:4.) El fruto vivificante es nuestro mediante Cristo.-
El fruto del árbol de la vida en el jardín del Edén poseía virtudes sobrenaturales. Comer de él equivalía a
vivir para siempre. Su fruto era el antídoto de la muerte. Sus hojas servían para mantener la vida y la
inmortalidad, Pero debido a la desobediencia del hombre, la muerte entró en el mundo. Adán comió del árbol
del conocimiento del bien y del mal, cuyo fruto aun le había sido prohibido que tocara. Su transgresión abrió
las compuertas de la maldición sobre la raza humana.
El Agricultor celestial trasplantó el árbol de la vida al paraíso del cielo después de la entrada del pecado; pero
sus ramas cuelgan sobre la muralla hacia el mundo que está más abajo. Por medio de la redención comprada
por la sangre de Cristo, aún podemos comer de su vivificante fruto.
De Cristo está escrito: "En él estaba la vida, 1000 y la vida era la luz de los hombres". El es la fuente de vida.
Obedecerle es el poder vivificante que alegra el alma.
Cristo declara: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá
sed jamás" [se cita Juan 6:57, 63; Apoc. 2:7 ú. p.] (ST 31-3-1909).
(Sal. 19:10; junto 6:54-57.) El árbol de la vida plantado para nosotros.-
Los hijos de los hombres han tenido un conocimiento práctico del mal; pero Cristo vino al mundo para
mostrarles que ha plantado para ellos el árbol de la vida, cuyas hojas eran para la sanidad de las naciones (MS
67, 1898).
Las hojas del árbol de la vida os son ofrecidas. Son más dulces que la miel y que la que destila del panal.
Tomadlas, comedias, digeridas, y vuestro miedo se desvanecerá (MS 71, 1898).
Cristo... era el árbol de la vida para todos los que quisieran tomarlo y comerlo (MS 95, 1898).
La Biblia es el árbol de la vida para nosotros.-
Recuerden todos que el árbol de la vida lleva doce clases de frutos. Esto representa la obra espiritual de
nuestras misiones en la tierra. La Palabra de Dios es para nosotros el árbol de la vida; cada porción de la
Escritura tiene su uso; en cada parte de la Palabra hay alguna lección que aprender. Aprended pues cómo
estudiar vuestras Biblias. Este Libro no es un montón de retazos; es un educador. Debéis ejercitar vuestros
propios pensamientos antes de poder sacar verdadero beneficio del estudio de la Biblia. Los nervios y los
músculos espirituales deben ser ejercitados con la Palabra. El Espíritu Santo hará recordar las palabras de
Cristo; iluminará la mente y conducirá en la búsqueda (Carta 3, 1898).
Cristo es el árbol de la vida.-
Cristo es la fuente de nuestra vida, la fuente de la inmortalidad. El es el árbol de la vida, y a todos los que van
a él les imparte vida espiritual (RH 26-1-1897).
3-4. Una definición del ciclo.-
Cristo es la verdad de todo lo que encontramos en el Padre. La definición del cielo es la presencia de Cristo
(MS 58, s/f).
4.
Ver EGW com. cap. 7:2-3.
10-1 2 (cap. 4:3; 10:1; ver EGW com. cap. 10:7; 2 Ped. 3:9). Pronto cesará la intercesión de Cristo
Aquel que se ha desempeñado como nuestro intercesor, que oye todas las oraciones y confesiones de
arrepentimiento, que está representado con un arco iris rodeando su cabeza, símbolo de gracia y amor, pronto
terminará su obra en el santuario celestial. La gracia y la misericordia dejarán entonces el trono, y Injusticia
tomará su lugar Aquel a quien han buscado sus hijos, ocupará el lugar que le corresponde: la investidura de
juez Supremo (RH 1-1- 1889).
El tiempo de gracia terminará cuando menos se espere.-
El fin del tiempo de gracia vendrá repentina e inesperadamente, cuando menos se lo espere; pero podemos
hoy tener un registro limpio en el cielo, y saber que Dios nos acepta, y si somos fieles finalmente seremos
reunidos en el reino de los cielos (MS 95, 1906).
No hay un segundo tiempo de gracia.-
No hay un segundo tiempo de gracia para nadie. Ahora es el tiempo de gracia, antes de que el ángel, el ángel
de misericordia, pliegue sus alas de oro y descienda del trono, y la misericordia, la misericordia desaparezca
para siempre (MS 49, 1894).
(Juan 9;4.) No se ha revelado la terminación del tiempo de gracia.-
Dios no nos ha revelado el tiempo cuando terminará este mensaje, o cuando llegará a su fin el tiempo de
gracia. Debemos aceptar para nosotros y para nuestros hijos las cosas que están reveladas; pero no tratemos
de saber aquello que ha sido guardado secreto en los consejos del Todopoderoso...
Me han llegado cartas preguntándome si tengo alguna luz especial acerca del tiempo cuando terminará el
tiempo de gracia; y yo respondo que sólo tengo un mensaje que dar: que ahora es tiempo de obrar mientras el
día dura, porque viene la noche cuando nadie puede trabajar. Ahora, precisamente en este momento, es
tiempo de que nosotros estemos velando, trabajando y esperando.
La Palabra de Dios revela que está muy cerca el fin de todas las cosas, y es clarísimo su testimonio de que es
necesario que cada persona tenga la verdad plantada en su corazón, de modo que ella controle la vida y
santifique el carácter. El Espíritu del Señor está en acción para tomar la verdad de la Palabra inspirada e
imprimirla en el alma, de modo que los verdaderos seguidores de Cristo tengan un gozo santo y sagrado que
podrán impartir a otros. El tiempo oportuno para que nosotros trabajemos es ahora, precisamente ahora,
mientras dura el día. Pero no se le ordena 1001 a nadie que escudriñe las Escrituras para afirmar, si fuera
posible, cuándo terminará el tiempo de gracia. Dios no tiene un mensaje tal para labios mortales de ninguna
clase. No quiere que una lengua mortal declare lo que él ha ocultado en sus concilios secretos (RH 9-10-
1894).
13.
Ver EGW com. 1 Cor. 15:22, 45.
13-17 (cap. 1: 8). El Alfa y la Omega de las Escrituras.-
Se cita Apoc. 22:13-17.1 Aquí tenemos el Alfa del Génesis y la Omega del Apocalipsis. Se pronuncia una
bendición para todos los que guardan los mandamientos de Dios y que cooperan con él en la proclamación del
mensaje del tercer ángel (RH S-6-1897).
14 (cap. 20:12-13; ver EGW com. Gén. 3:22-24; Rom. 3:31; 2 Cor. 3:7-11). La ciudad de Dios para los
observadores de los mandamientos.-
Nadie que haya tenido la luz de la verdad entrará en la ciudad de Dios como violador de los mandamientos.
La ley divina está en el mismo fundamento de su gobierno en la tierra y en el cielo. Si los hombres a
sabiendas han pisoteado y han despreciado la ley de Dios en la tierra, no serán llevados al cielo para que allí
hagan lo mismo; no habrá cambio de carácter cuando Cristo venga. La edificación del carácter continuará
durante las horas del tiempo de gracia. Día tras día son registradas las acciones en los libros del cielo, y los
hombres recibirán su merecido en el gran día de Dios de acuerdo con sus obras. Entonces se verá quién
recibe la bendición. "Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el
árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad" (RH 25-81885).
(Col. 1:26-27.) Viaje en la vida futura.-
Muchos parecen tener la idea de que este mundo y las mansiones celestiales constituyen el universo de Dios.
No es así. la multitud de los redimidos viajará de un mundo a otro mundo, y mucho de su tiempo será
empleado en escudriñar los misterios de la redención. Y a través de toda la extensión de la eternidad, este
tema estará continuamente siendo expuesto ante sus mentes. Los privilegios de los que venzan por la sangre
del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, están más allá de toda comprensión (RH 9-3-1886).
17.
Ver EGW com. cap. 3:20; Rom. 3:20-31.
19.
Ver EGW com. cap. 20:12-15.