Connel Capitulo IV
Connel Capitulo IV
Connel Capitulo IV
1-intereses de los menos favorecidos: John Rawls plantea que la educación debe servir
específicamente a los intereses de los grupos menos favorecidos de la sociedad.
La posición de los menos favorecidos significa plantear los temas económicos desde la situación de
los pobres, y no de los ricos. Establecer las cuestiones de género desde la posición de las mujeres.
Plantar las relaciones raciales y las cuestiones territoriales desde la perspectiva indígena.
Pero ello no quiere decir que partir de esa posición les sea fácil a los grupos favorecidos. La justicia
social no es una cuestión de facilidad, en el mejor de los casos es muy probable que sea causa de
problemas.
Este principio tiene consecuencias para el curriculum, que se hace evidente cuando analizamos su
historia social y cómo el curriculum hegemónico actual encarna los intereses de las personas más
favorecida, la justicia social requiere de un curriculum contrahegemonico, diseñado para
materializar los intereses y las perspectivas de los menos favorecidos.
En la práctica, esto significa que el curriculum debe ser decidido por los profesores que trabajan en
diferentes situaciones: en el programa de educación compensatoria, en educación multicultural,
programas para mujeres jóvenes, en educación de indígenas, en determinados programas de
alfabetización de adultos.
En primer lugar la justicia social requiere cambiar de punto de partida para reconstruir la corriente
principal, de forma que encarne los intereses menos favorecidos. En segundo lugar, para
garantizar la justicia social no sirve un único proyecto contrahegemonico. La ciencia social actual,
reconoce una serie de modelos principales de desigualdad: genero, clase, raza, etnia y (a escala
mundial) región y nacionalidad. La justicia curricular requiere proyectos contrahegemonicos que
abarquen toda esa variedad.
El principio de los intereses de los menos favorecidos justifica claramente que se abandone el
relativismo, ya que no puede ser de su interés seguir estando excluidos del conocimiento del
mundo que la ciencia tradicional encarna. Un curriculum contrahegemonicos debe incluir la parte
generalizable del curriculum tradicional, y garantizar a todos los estudiantes el acceso a los
métodos y los descubrimientos científicos.
Aquí está la base de un curriculum que se debe ofrecer a todos los estudiantes, como una cuestión
de justicia social, es un criterio de mayor fuerza que las invocaciones a la “democracia” implícitas
en los objetivos nacionales. Este criterio descarta cualquier tipo de selección, de evaluación
competitiva, de mecanismos de agrupamiento y de clasificación en la escolarización mientras
actúa el curriculum común, ya que estos mecanismos diferencian las ofertas y, por lo tanto,
favorecen a unos ciudadanos sobre otros.
Este conflicto se puede resolver de forma lógica mediante uno de los recursos de Rawls,
introduciendo un “orden léxico” de los principios de la justicia curricular. Así, se puede decir que la
participación tiene prioridad, y que el criterio de los menos favorecidos se aplica después de
cumplirse el criterio de la participación.
La igualdad no puede ser estatice; siempre se está produciendo en mayor o menor grado. Los
efectos sociales del curriculum deben analizarse como la producción histórica de mas (o, como
también puede ser el caso, menos) igualdad a lo largo del tiempo.
Los principios de la justicia curricular deberían ayudarnos a limpiar un poco la casa de la educación
–e identificar los aspectos del curriculum que son injustos y de cuya eliminación podríamos
ocuparnos.
1-el principio de los intereses de los menos favorecidos es negado por cualquier práctica curricular
que confirme o justifique esta situación.
2-se niega el principio de la ciudadanía cuando el curriculum incluye prácticas que permiten a
algunos grupos tener una mayor participación que otros en la toma de decisiones.
Esto puede ocurrir de dos formas. Directa o indirecta. De forma directa, la educación formal
otorga privilegios sociales con el credencialismo, donde los títulos académicos están íntimamente
unidos al mercado de trabajo.
De forma indirecta; la educación puede legitimar la autoridad o el poder de los grupos sociales
favorecidos. Las clases sociales privilegiadas se legitiman cuando a sus representantes se les
otorga la autoridad propia en la toma de decisiones sobre el curriculum.
Menos evidente, pero más habitual en la historia educativa, es la obstrucción del cambio mediante
la codificación de la cultura. Las prácticas curriculares son injustas cuando reducen la capacidad de
las personas de mejorar su mundo.
Actualmente hay en uso tres lógicas del curriculum, cada una de las cuales puede generalizarse en
una política de justicia social:
Por lógica “compensatoria” entiendo el principio que se sigue cuando se suministra recursos
adicionales a las escuelas que atienden a comunidades en situación d desventajas. La idea es
sentar a los desfavorecidos a la misma mesa en la que los privilegiados ya están comiendo.
2-la lógica del curriculum opicionista: es la que rechaza de plano el curriculum general. Para sus
defensores no hay que intentar llevar al pobre a la mesa del rico, porque esta mesa no constituye
la meta, y el pobre no puede recibir en ella una alimentación digna. Se debe rechazar la
generalización porque produce resultados desiguales.
3-la lógica del curriculum contra hegemónico es la que intenta generalizar el punto de vista de los
desfavorecidos, antes que separarlos en un enclave diferente.