Contrato de Adhesion
Contrato de Adhesion
Contrato de Adhesion
Por todo lo anterior, se define el contrato de adhesión como una forma de contrato
cuyas cláusulas son prerredactadas por una sola de las partes, con la cual la otra
se limita tan solo a aceptar o rechazar el contrato en su integridad, sin posibilidad
real de negociar.
Características
Unilateralidad en su redacción
Una de las partes llamada predisponente, es quien redacta los términos de la
relación contractual y elabora el esquema en forma previa, de modo que la otra
parte llamada adherente, únicamente tiene la alternativa de adherirse o no, es
decir, de celebrar o no el contrato.
Ausencia de negociación
De acuerdo con lo expresado en el punto anterior, no existe capacidad o poder de
negociación.
Pasividad en la contratación
La contratación adquiere características de pasividad, ya que el consumidor no
interviene en su redacción proponiendo o aceptando determinadas estipulaciones
del contrato, sugiriendo determinados alcances. En estas contrataciones el
consumidor se encuentra con un contrato predeterminado respecto del cual sólo
puede optar por aceptarlo y concretar la operación, o rechazarlo y desistir de la
misma.
Contenido Contractual
El esquema planteado en forma unilateral consiste en un conjunto de cláusulas o
estipulaciones.
Destinatarios
El destinatario de la propuesta, establecida como un complejo o todo unitario no
es en términos generales un individuo determinado, sino un conjunto no precisado
de personas frente a las cuales la propuesta se mantiene de modo duradero,
independientemente de su aceptación o su rechazo. Por lo que los contratos de
adhesión están destinados a un grupo de potenciales contratantes o a toda la
colectividad.
De la oferta
La oferta permanece vigente mientras el oferente no retire o modifique ésta;
siendo minuciosamente reglamentada, aún en casos hipotéticos y poco probables.
Generalidades
Las cláusulas que integran los contratos de adhesión se denominan, según Ruben
y Gabriel Stiglitz, condiciones generales, entre las cuales diversos autores no
dudan en mencionar como características de las mismas: que son redactadas con
carácter homogéneo y con un sentido de imposición, de rigidez muy fuerte.
• Otra de las desventajas claramente grave es la que hace lugar a que los
predisponentes opten para el engaño, al uso de cláusulas ambiguas o también de
cláusulas parásitas (cláusulas agregadas porque sí), que solo hacen que el
contenido del negocio se oscurezca y no goce de objetividad necesaria para
demostrar solamente el acto al cual se adhiere el consumidor. Con esto se llega a
la conclusión que la parte fuerte no solo se basa en no hacerse cargo de la
responsabilidad propia, sino que se atreve a crear litigio en donde el único, y por
demás está decirlo, perjudicado, es el consumidor adherente. Claro está, que ante
la presencia de cláusulas abusivas, se debe bregar desde nuestro lugar de futuros
operadores jurídicos, que el consumidor debe acceder a la justicia para que una
interpretación armónica del contrato, le permita someter al predisponente a lo
justo, como corresponde.
Consideraciones generales