Paulina Mellado - Por Qué, Cómo y para Qué Se Hace Lo Que Se Hace
Paulina Mellado - Por Qué, Cómo y para Qué Se Hace Lo Que Se Hace
Paulina Mellado - Por Qué, Cómo y para Qué Se Hace Lo Que Se Hace
Paulina Mellado
Por qué, cómo y para qué se hace lo que se hace
Reflexiones en torno a la composición coreográfica.
© Paulina Mellado Suazo
Primera edi ción , 2008
Impresión: Andros
ISBN: 978-956-319-181-3
Inscripción Registro de Propiedad Intelectual Nº 169.829
Presentación 7
Introducción 10
Ideas y obsesiones 14
Recapitulando 108
Se deja traslucir en las poéticas productivas una particular relación entre tra-
dición, academia y búsqueda independiente. Se ponen en crisis los fundamen-
tos mismos de la danza, incorporando elementos que son externos a su lenguaje
–entendido en términos tradicionales–. Este modo de operar refleja la asunción
de una realidad material precaria, caracterizada por la ausencia de espacios, crí-
tica y público, pero, al mismo tiempo, da cuenta de un gesto que productiviza
creativamente dicha condición. Más que una carencia, es un estatuto de la es-
cena nacional que obliga a los autores-coreógrafos a agudizar su mirada crítica,
a develar los procesos involucrados, a problematizar las materialidades con que
trabajan, para definir un código económico en todo sentido. No es casual, enton-
ces, que metodológicamente el seminario haya partido de ciertas preguntas que
no pueden obviarse al minuto de producir 1 y que se acotan respecto del lugar en
que se erige el discurso autoral. De esta manera, a pesar de las diferencias entre
los autores, el punto de partida es el mismo: cómo llenar de sentido el gesto, el
movimiento, en una escena en que todo le es adverso. Cómo reflexionar respecto
de un lenguaje que está en permanente constitución.
Es posible un espacio para la danza contemporánea en Chile, cómo se produ-
ce y se erige ese espacio, pareciera ser la pregunta que mueve a los coreógrafos y
los obliga a mirar críticamente su quehacer. Qué se le debe a la tradición, a la aca-
demia, qué a los influjos de la danza europea o estadounidense, qué a las compa-
ñías independientes surgidas al alero de la Universidad de Chile, dónde se ubica
el autor y qué lugar ocupa el sujeto con su historia personal, qué corresponde a
la reconstrucción o rearmaje de esos saberes. Cuáles son los influjos de las otras
artes o de las nuevas tecnologías, cómo se combinan en una puesta en escena
en que prima el cuerpo en movimiento. Cómo se aprende y cómo se enseña,
cuáles son los referentes teóricos y estéticos de dichos procesos. Pareciera que
el Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace, siendo o no parte de su
objetivo, puso todas esas preguntas sobre el tapete. Y desde el ejercicio básico de
interrogarse –en tanto metodología– producir. Esas producciones, a las cuales se
asiste analíticamente en este libro, ponen en jaque los caminos convencionales
de la danza, al mismo tiempo que entregan una pequeña panorámica –no por
eso menos significativa– acerca de lo que se está haciendo en Santiago de Chile
al respecto. Este texto tiene el doble valor de dar cuenta, desde una experiencia
concreta, de algunas de las problemáticas de las artes escénicas en general y de
reflexionar acerca de la especificidad de la danza. En este sentido, algunos mon-
tajes reparan estructuralmente en las materialidades, otros en la interpretación,
en el contrapunto de presentación versus representación, en el espacio escénico,
en la luz como motor del movimiento o, incluso, en el papel del espectador.
Todos estos temas han sido trabajados por diversos coreógrafos y teóricos de
la danza y del teatro contemporáneos, pero en contextos de emergencia total-
mente distintos a los que se viven en Chile. Por ello, la reflexión de los autores
sobre su propio quehacer y la sistematización teórica que hace Paulina Mellado
es fundamental para acotar la escena nacional respecto de diversas dimensiones,
especialmente la de la enseñanza. Este libro se inscribe en un horizonte literario
caracterizado por la ausencia de material que aborde teórica y prácticamente el
problema de la enseñanza desde referentes cercanos, que al mismo tiempo de
leerse puedan verse, constatarse y ser percibidos en todos sus aspectos. Es un
texto dirigido a las personas que están inmersas en la danza y en la pedagogía,
pero también para un lector neófito que busque tener una mirada de lo que se
está haciendo en Chile.
Introducción
10
(2)
Silvio Lang (teórico teatral), en la charla
“Proyecto Diálogos”, Montevideo, mayo de 2007.
11
realizar obra, de relacionar, comparar, investigar, para encontrar una manera de
producir los elementos constituyentes de la cosa: identificar la cosa, para luego
investigar paso a paso, involucrando, armando redes y cruces que visualicen el
fenómeno. La producción en danza se sustenta en hacer preguntas constante-
mente, en obsesionarse. Ese modus operandi constituye su lugar, que le permite
–en una relación dialógica frente a las posibilidades– abarcar la incertidumbre.
12
(3)
Silvio Lang (teórico teatral), en la charla
“Proyecto Diálogos”, Montevideo, mayo de 2007.
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Ideas
y obsesiones
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(4)
Didier Anzieu, El cuerpo de la obra, México, Siglo XXI (1993).
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(5)
Pregunta realizada por Gladys Alcaíno en una entrevista sobre su
investigación “Retrato de la danza independiente en Chile” (2005).
Esa pregunta moviliza cada una de las propuestas, algunos autores tienen
más claridad que otros, pero la cuestión siempre es profunda, más de lo que
cada uno alcanza a ver. La emergencia de la cosa da cuenta de las obsesiones que
contiene cada individualidad, consciente o no, que se proyecta y se desplaza,
impregnando la imagen con ese ser que se extiende en el gesto, en el acto de
creación de obra. ¿Se repiten ideas u obsesiones en le experiencia de creación? 5
Esa es una pregunta que se responderá en el futuro.
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Paulina Vielma
Karaoke
“La obra es la testificación de un encuentro entre dos sujetos: cómo Magnus cono-
ció a Georgia y cómo Georgia conoció a Magnus. Cómo se conocen dos personas,
sus cuerpos los transparentan, sus exteriores, sus pieles, su estar en. La obra cons-
truye una interioridad que los cobija: ‘Estamos en un exterior que sustenta mundos
cuáles son los exteriores que crean la sensación de interioridad. Cómo son estos in-
teriores creados y cómo se relacionan con el exterior. Qué es lo que nos constituye
como individuos. Cuáles son las fronteras que nos permiten hablar de un interior y
Se puede decir que trata la comunicación. Pero también tiene que ver con las fron-
teras, con las capas que nos van recubriendo, haciéndonos sentir que hay cosas
que son internas, cercanas, reconocibles, y que hay otras que son externas. Cómo se
construyen esas fronteras. Hay un viaje desde lo más externo, a lo que reconocemos
que es impuesto, pero que el cuerpo apropia y reconoce como suyo. Algo así como
una gravedad social. Los datos como algo inevitable a la existencia en sociedad, que
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18
Karaoke investiga los márgenes de la representación escénica, usando como
soporte reflexivo el tema de la comunicación, valiéndose de recursos como lo
audiovisual, micrófonos que median la voz de los intérpretes y amplificadores,
lo que crea un campo discursivo más amplio, donde el cuerpo no es necesaria-
mente metáfora de la emocionalidad del intérprete, sino más bien cuerpo/per-
sona, los intérpretes, en este sentido, no buscan representar, sino que muestran
cómo se relacionan bajo distintas premisas o circunstancias, siempre desde su
realidad, desde el presente. La obra se desarrolla a medida que las estructuras
de improvisación van cambiando, permitiendo que los intérpretes se vinculen
con el entorno físico, con sus proyecciones personales (deseos, expectativas),
con su identidad social (la que les otorga la sociedad, el Estado) y, por último,
con el otro. Transversalmente surge un cuestionamiento que atraviesa la obra
-más inasible- referido a la articulación de una especificidad: ¿qué es una obra de
danza?, ¿cuál es su potencial?, ¿qué es realmente lo que puede transmitir?
19
Tamara González
Retorno
20
“Ritual es esa democratización de los cuerpos en el espacio, el estar ahí con la dispo-
genera la apertura de percepción que para mí se relaciona con ese espacio que pul-
sa y de lo que pasa con los cuerpos al modificar y musicalizar el espacio (los dibujos
espaciales, los focos, los gestos, todo va conformando una musicalidad especial).
Y creo que la manera de hacer que esto suceda es permitiéndose estar con cada
centímetro del cuerpo, dejar que pulse, que fluya, nada es porque sí, cada movi-
miento nace de una necesidad vital y creo que mi necesidad vital es el estar con el
ra que hablar sobre lo que las reúne, te diría que las une el deseo de comunicarse
entre ellas de una manera empática, y si tuviera que contarte los temas que hablan
tienen siempre que ver con la manera en que se relacionan frente a una situación
cualquiera, siempre desde una mirada femenina, el contarse algo, lo lúdico, el apo-
Después de pensar en cuáles son los elementos escénicos que me daban esa textu-
ra espacial particular, creo que tienen que ver con una musicalidad, un ir y venir de
los focos de atención, un hablar y dejar que ese hablar no sea desde una situación
tan concreta, si no más bien atisbos de temáticas sin desarrollar, o sea, que no sean
a medias tiene que ver con dejar que aflore una nebulosa que permita provocar
que así el espacio pulsa y se musicaliza desde los cuerpos. Los desplazamientos
eso dejo que las chicas vayan encontrando su manera de relacionarse. Cuando soy
la voluntad de relacionarte con el otro y con eso me conozco más a mí, a la Tamara
cotidiana, por eso lo relaciono con lo del ritual. El camino de la danza se liga muy
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arte me conecta con sensaciones muy sutiles de espiritualidad y experiencias de
cuáles son los elementos que creo que me llevan a eso y tratarlo con las chicas,
buscar de qué manera logro en ellas ese sentido (difícil misión, porque tiene que
ver con intereses de la vida muy personales y de lo que para cada uno significa el
camino de la danza o del arte). En fin, para ellas no sé si es así la cosa, creo que las
he llevado por sentir la conexión, creo que ahí es donde hay una conexión con eso
que tiene tintes espirituales o algo así, el llevarlas a sentir el estar ahí en pro de un
objetivo común.
Eso del placer de coordinar tiene que ver con la responsabilidad que se da en el
espacio y en la escena a las chicas. Eso de la atención, del estado de alerta creo que
me da el pie para que las relaciones se vayan desarrollando a medida que aparece
un nuevo código a seguir. Las consignas van cambiando y en ellas ocurren cambios,
cambia el espacio, la relación entre ellas, se les van adhiriendo cosas en el cuerpo.
Creo que el guión en la estructura completa es una gran suma de cosas. Se genera
siempre de algo anterior, no sé si tiene un sentido muy lógico, sólo que es un de-
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Natalia Sabat
Sincronia temporal de
fragmentos dinámicos
lidad de hallar una segunda lectura al alterar de diversos modos la imagen que se
de la intérprete.
El conflicto del porqué el intérprete en escena siempre debe verse, o bien debe
buscar la luz, frase reconocida, que al darle más vueltas me hace repasar lo de la
rer encontrar la forma, el fondo, el contenido de lo que ve, cuando a veces sólo es
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25
Pedro Dimiter
Tanque
car representar en la obra alguna parte de la realidad donde ella se presenta. Nos
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Aquí surge el problema. Queríamos construir un viaje onírico que fuera una suce-
miedo, la ira, la falta de propósito, son expresiones claras de ésta, y ayudan a cons-
nes, la locura sin control que eclosiona en sí misma y se manifiesta como único
metodología que nos permitiera llegar a una estructura concreta que pudiésemos
debía trabajar con arrebatos gestuales, con su descontrol, necesitábamos esa me-
todología para orientar su búsqueda hacia una forma que le permitiera habitar
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Daniela Marini
Geográfica
“Geográfica es el territorio, el paisaje, las texturas, los sonidos, los olores, los sabo-
zados, hasta el día de hoy, por corrientes ideoestéticas que no nos pertenecen, que
sin darnos cuenta hemos adoptado como propias o quizá es esa nuestra identidad,
dejar que cada día, cada trayecto, cada cuerpo, modifiquen, afecten, movilicen la
sencillo, a lo que está ahí, tan cerca que no logramos verlo. La obra puesta en rela-
ción con otros autores y con el público. Pienso que es una obra sencilla, que dialoga
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En las obras creo que uno se cita constantemente, así como a la tradición en la que
uno ha sido formada, y los lugares a los que se ha pertenecido, entonces observo
códigos en común, y los reconozco, y luego decido si los establezco como citas o si
Hay un momento en que la obra se abre a otro tiempo y espacio, al cotidiano re-
ciente, que se rescata como acción de arte, accesible a todos, disponible. El trata-
miento del tiempo es muy simple, se intenta respetar la naturalidad del hacer, sin
la observación.
hay veces en que hay que ceder, siempre bajo la premisa de dejar sólo lo que funcio-
na. Este parámetro se utiliza en las decisiones, en todos los elementos escénicos.
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Javier Muñoz
Estancias: vía abajo
Estancias: vía abajo es una instalación corporal de una versión de Una tempora-
da en el infierno de Arthur Rimbaud. Este montaje indaga en los diversos puntos
de vista que pueden surgir de una obra coreográfica dramática –en tanto puesta
en escena corporal–, al privilegiar la interactividad entre el público y el objeto
artístico propia de una instalación escénica. La perspectiva con que aborda la
danza se sitúa en el teatro, ha enfocado sus trabajos coreográficos desde allí, el
texto, la emoción. Tal como dijo en la entrevista, a Muñoz no le gusta la poesía,
pero le interesaba algo provocador y Una temporada en el infierno le interesaba
desde el título en adelante. Teniendo el texto como columna vertebral, la idea
era hacer un estudio paralelo a él, un estudio del movimiento basado en las sen-
saciones que entrega la poesía. Crear un lenguaje alrededor de la obra para lograr
un guión que sea entendible, constituyó una necesidad del proceso de produc-
ción de obra.
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El proceso contempló estudiar al autor, analizar la obra, conocer el contex-
to histórico, y comenzar a moverse. Se armó una estructura bastante simple
de acuerdo a la composición del texto poético, constituido por once poemas. El
primero tiene que ver con el placer y el displacer, con un cuerpo cómodo que
pesa y que empieza a sentirse perturbado, que se va probando a sí mismo con la
sensación de modorra y displacer. Lo interesante radica en la manera de articu-
lar el cuerpo, en cómo se mueve y cómo va resolviendo para después realizar un
estudio sobre movimientos específicos. La metodología de trabajo con el intér-
prete se caracteriza por participar en la improvisación, dirigiendo desde fuera,
mandando órdenes y consignas. Un estado de omnipotencia:
Sin embargo, en el hacer me he dado cuenta de que mi inquietud real –que también
estuvo siempre presente– tiene que ver con la relación que se establece con el es-
pectador y cómo este ve la obra artística, o sea, los puntos de vista y su generación.
formas de ver la obra, que elija nuevos puntos de vista, que se sienta cómodo y libre
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Ana José Manríquez
La boda
“La boda parte con una imagen de video en la que aparecen dos novios en la posi-
ción del beso y al abrirse la imagen se descubre que son novios de torta. Así, con
esta imagen, se comienza a habitar el proyecto. Se parte del placer que me produce
hacerlo; siento placer, lo doy y lo recibo. Placer que se necesita después de pasar
por una crisis. Y se descubre que después de la crisis se puede hablar de ella, clara-
mente, desde otro lugar. El tema de la vida ha sido el amor (desamor) y sin lugar a
pareja, a pesar de lo perfecta que pueda parecer en un comienzo, a pesar incluso del
amor, porque hay algo que se muere a la mitad del viaje, algo se desgasta, se acaba,
mina. En un comienzo todo tiene que ver con una estética recargada, de ensueño,
relación. Definir el lenguaje corporal ha sido lo más difícil, hasta que se descubre
que no era necesario cuerpos que bailaran, sino hablar desde un cuerpo ignorante
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Es un trabajo que parte de lo concreto, es corporal, de acciones físicas. Luego, junto
con ellos, se van llenando espacios, momentos, estados, porque hay claridad de la
idea general, pero no del detalle, ese se descubre, aparece casi mágicamente. Por
lo tanto, podría decir que fue trabajar de fuera hacia adentro. Creo que de alguna
manera la obra tomó una forma de movimiento que une lo gestual y lo cotidiano y,
existe cierta línea argumental, hay un comienzo y un final definidos, la obra no está
contada de forma literal. Siento que es un viaje que transita por momentos y esta-
37
Bárbara Guzmán
Ropa tendida
Por una parte, existe una reflexión en torno a la visión estereotipada de la belleza
de la mujer visto como un objeto más que se transa y se manipula para alcanzar un
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Por otra, se investiga la repercusión de esto en las mujeres. La vivencia y la relación
en el presente con sus cuerpos en escena, hablamos de la mujer a través de las indi-
escena a través del relato testimonial de las propias intérpretes. Ante semejante
estímulo, surge el problema de que el lenguaje corporal sea tan significativo como
hacer que sume y no que la palabra se imponga sobre el lenguaje dancístico. La ex-
Es esa sensación la que busco atrapar. El pudor de la exposición, cómo lograr que se
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Marcela Escobar
Rondó
“La obra tiene que ver con el silencio no como ausencia de sonido, sino para escu-
char todos los sonidos, ruidos y movimiento, por ejemplo, pausa es un intermedio
entre una cosa y otra, en cambio el silencio dentro de la música es como cuando
nos quedamos todos callados y está lleno de ruidos, entre que tose, que la guata
suena, entonces el silencio está lleno, no es que no haya nada, es lo que hay en el
de repente creo que hace falta nada más que estar y escuchar lo que está saliendo,
más que empezar a analizar la historia, todo debería estar ahí, está cargado de, en
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El proceso de investigación se transforma en un estudio del movimiento, en que
fue apareciendo el tema del suelo por un lado, después cosas que van surgiendo
casualmente, pero sí tienen que ver, como en el saltar, aparece el sonido del cuerpo.
Al principio se trabajó con música, pero llenaba todo, entonces se sacó todo lo que
aparecer sonidos desde el roce del cuerpo, suena distinto la piel o las uñas y depen-
de eso, y se incluyó sobre la base de que uno como bailarina evita hacer ruidos, con-
trola la respiración, entonces en este espacio nos podemos permitir eso, además
aparecieron unos cantitos que eran como sutiles, que ella no se daba cuenta que
los cantaba, unas cosas muy bonitas. Así vamos descubriendo la coreografía y cuá-
les de esos temas nos interesan. Eso que sucede ahí le va a dar cuerpo, lo abstracto
para mí es súper interesante, sobre todo porque siento que es limpio o crudo, no me
aburre, me gusta que sea crudo, que el que quiere lo ve y el que no, se va.
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Constanza Cordovés
Marea Blanca
“Se trabajará lo ausente, el fuera de campo, lo que no se ve pero que está presente,
sobre la base de una historia de amor oída en la infancia. Se trabajará con un hom-
bre que siempre recuerda a su amor perdido, eso se verá en un video como flash
back. Creo que en la obra el tema central es la memoria, pero ese tema involucra
es algo que no se guarda, sino que se transforma, que se está constantemente re-
también se vuelve caprichosa, revoltosa y ciega. Con sus ojos mira lo que quiere mi-
rar. La memoria es impensable sin el olvido, es como si lo que vemos fuera insepara-
un espacio invisible que tiñe todo lo que presenciamos como nuestras palabras y el
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Siento que el tema de la memoria, habla del movimiento de las cosas, habla de la
delgada línea entre lo que vive y lo que muere, lo que aparece y desaparece. La me-
moria es un tránsito como la vida, es un presente que juega con las piezas del pasa-
do y con las posibilidades del futuro. Ambos tiempos tan inasibles, tan fugaces. La
memoria es saber cómo se hace presente lo ausente y cómo persiste en nosotros
como una leve estela de luz. La memoria es un mar que va y viene, que a ratos se
amaina, se rebela, se retrae y estalla como la realidad cuando abrimos los ojos.
El problema principal es cómo hago ver lo que yo veo. Cómo puedo reflejar que
todo en realidad es movimiento, que para mí la danza está en una y cada cosa del
universo. Y no me refiero con esto a una visión romántica, ni idealista del mundo
como si tuviera un orden intrínseco. Muy por el contrario. Con una manifiesta fe
en el caos, en lo que muta, lo que cambia y se transforma. Eso es el movimiento, el
movimiento eterno de las cosas donde nada permanece como es o como parece.
Los seres humanos intentamos extenderle la vida, la seguridad y la permanencia
en el mundo, pero olvidamos lo quisquillosa que es la realidad con esas cosas. Las
cosas, las catástrofes, las muertes, todo llega como llega, a veces lenta y pausada-
mente, otras como una ola que nos revienta encima. Estos días he pensado que
hay pequeños anuncios, pequeñas señales, como cuando los perros ladran antes
que comience a temblar. Pero nuestros ojos están demasiado ciegos para verlos,
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Entonces este problema se me transforma en un problema técnico, cómo hacer
para que la luz, las pantallas jueguen con la ilusión del paso entre la escena y la
imagen. Cómo conjugar y cómo realizar las transiciones para que ese paso gatille
las imaginaciones del público. Cómo construir la estructura sin llegar a ningún ex-
Quiero contar una historia, una insinuación de historia para que los otros la com-
conjunción de elementos lo que dará la luz necesaria a lo que ando buscando. Los
o la obra.
cualidades de las mismas escenas, para tener la libertad de escoger lo que más fun-
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cione a la hora de editar. Y probamos cosas preestablecidas e inventamos sobre la
marcha de acuerdo a las condiciones y posibilidades que nos ofrece el lugar, como
por ejemplo cruces con rocas, grabaciones de lo mismo con distinta luz, detalles si
hay viento, o marejada. En las grabaciones que hicimos este fin de semana, tuvi-
mos buen clima en la madrugada, pero muy nublado y brumoso en la tarde. Eso nos
permitió repetir algunas cosas que claramente tienen otra connotación, ya que el
mos de ver las imágenes grabadas con el equipo para verificar el trabajo e ir desde
ya seleccionando las imágenes que funcionaban, es decir, las que eran acordes a lo
que busco.
Luego del proceso de grabación, viene el tema de edición y de ver si las proporcio-
nes (que grabamos a 16/9) están correctas. Luego de revisar el material otra vez,
ver cómo se combina con lo que sucede en escena. Para eso también es necesario
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del otro. Ese procedimiento estuvo presente en el comienzo del proceso, pero
por diversos motivos no se continuó el trabajo con los bailarines en escena y no
se profundizó en esa parte de la propuesta, quizás la autora no lo necesitaba pero
la dirección de la apuesta apuntaba a enredar y mezclar la presencia real y virtual
de los intérpretes, en ambos casos el tratamiento es diferente. Quizás el forma-
to final es algo que no se ha producido en danza y por eso mismo es novedoso,
pero la interacción de las especificidades es bastante formal y la producción de
los sistemas no revela un tercer orden que es lo que proponía la obra mixturada.
El proceso, en el contexto del Seminario, no se desplegó en términos del uso de los
elementos para posibilitar la comprensión de ciertos desafíos del quehacer coreo-
gráfico y, finalmente, la obra terminada se estrenó fuera del marco del proyecto.
49
Cía Pe Mellado
Lo que acontece
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Es el tercer trabajo de la compañía y el quinto de la coreógrafa Paulina Mella-
do, donde se investiga acerca de los cuerpos como sujetos, desde una metodolo-
gía en que se despliegue una interioridad corporal que articule el movimiento, el
cuerpo y la responsabilidad interpretativa de manera diferente. En Lo que acon-
tece surge una disposición corporal a partir del encuentro de cierto concepto de
género, arbitrariamente se piensa en el anclaje corporal de dicho concepto como
si se pudiera desarrollar un femenino y un masculino en cada cuerpo desde cier-
tos lugares precisos autorizados por la subjetividad de cada individuo. Esta obra
se instala dentro de una casa, ya no es la casa dibujada, ni la casa por encima
de las cabezas como en las coreografías anteriores, los intérpretes interactúan
a partir de lo que les provocan los lugares y los encuentros con los otros en las
diferentes zonas de la casa. Tanto el encuentro con lo corporal como la distribu-
ción espacial y temporal se ven afectados por los acontecimientos en las relacio-
nes a partir de la memoria y el presente, mezclando encuentros arraigados en
obsesiones repetitivas y cuestiones casuales, que aparecen en el instante preciso
que se arman in situ. La cuestión temática de esta coreografía pasa por la idea
de desarrollar cierto lenguaje corporal en que lo que se narra se genera por el
despliegue movimiental, por la responsabilidad que asume el intérprete corpo-
ral y emocionalmente. La apuesta del grupo tiene la tendencia a desarrollar un
lenguaje corporal, preocupándose por el cómo desplegar tal afición, la relación
estructurante entre director e intérprete radica en la metodología, finalmente
es una mirada, una manera de abarcar a los individuos dispuestos en estas expe-
riencias, se trabaja con las personas.
52
53
Los
componentes
escénicos
54
(6)
Citado por Patrice Pavis, El análisis de los espectáculos,
España, Paidós, p. 158 (2000).
Respecto del trabajo del cuerpo en la danza, es pertinente señalar que frente
a los modelos culturales y sociales presentes en los medios masivos de comu-
nicación y las tecnologías, en que el cuerpo es asumido desde la individualidad
que proporciona la ruptura con lo social, donde se concibe el cuerpo como un
instrumento a pesar de su condición humana, ha sido necesario construir re-
55
(7)
Daniel Calmels, Espacio habitado,
Buenos Aires, Ediciones Novedades Educativas (1997).
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obra respecto del espacio y se relaciona con los recursos desde esa práctica, tal
es el caso del montaje de Daniela Marini, Geográfica, que habla del espacio de la
memoria, del recuerdo y del presente, mezclándolo con textos descriptivos de
un territorio abarcado como experiencia.
Otro frente es el tiempo de duración de las escenas, entre una y otra se gene-
ran cortes que determinan el ritmo general de la propuesta, estas interrupciones
tienen que ver directamente con lo que se narra y con la relación que se establece
con los otros componentes, instalándose en los recursos el posible desarrollo de
los hechos. Podríamos hablar de la propuesta de Pedro Dimiter, Tanque, en que
en el paisaje se encuentra una poética del espacio sugerida, están los objetos que
dicen algo y que se irán usando en la medida que ocurran los acontecimientos.
La apuesta es conceptual, tras cada objeto hay un concepto que prescinde de su
naturaleza habitual y se reconstruye al separarse de su conciencia cotidiana. Ese
diálogo entre componentes (tiempo), materialidades (objetos) y sujetos (intér-
pretes) construye un paisaje, sugiere una visualidad particularmente pulcra de
donde se desprende una cierta energía que instala la pregunta acerca del ritmo.
57
“El todo debe hacerse con lentitud y la quietud tiene que ver con un elemento del
cómo vivimos nuestra vida, finalmente todo es rápido, la lentitud tiene menos valor,
que si te demoras mucho, vas a tener problemas en la vida, tienes que ser rápido.
Se trabaja con un pulso denso y lento, que proviene del zen japonés, es la posibi-
La lentitud, que al mismo tiempo de ser muy dulce, puede ser muy áspera y esa dua-
lidad me interesa, lo mismo que la quietud, puede ser una apertura de la canción,
pero si esa imagen es cruda genera una emoción que puede ser suave o intensa,
Pedro Dimiter, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
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El espacio y la presencia
Una
de las problemáticas instaladas en el ejer-
cicio creativo de la danza contemporánea es el cómo los cuerpos se despliegan
a sí mismos en un espacio y un tiempo determinados, a diferencia de la danza
moderna y la clásica en que los modos de operar tienen relación con situaciones
formales en la construcción de coreografías. La danza clásica se caracteriza por
la jerarquización de los roles, por una estructura dramática lineal y por códigos
establecidos en cuanto al lenguaje dancístico, que proponen cánones estéticos
y técnicos. En la danza moderna todavía se establece una relación con cierta es-
tructura codificada, si bien el vínculo no es desde lo convencional, todavía ma-
neja cierta relación tiránica en lo que se refiere a las técnicas y a los modos de
construcción, la diferencia con respecto a la danza clásica tiene que ver con la
búsqueda y aprendizaje de nuevos lenguajes. A partir de los años sesenta y por
la interacción con otros sistemas artísticos de la época el nivel de experimen-
tación marcaría la tendencia en occidente. La experiencia de la danza moderna
comienza a gestar miradas en distintas direcciones y posibilidades. Respecto de
la puesta en escena, se instala un territorio libre en que el cuerpo se relaciona
con otros recursos que dan pie a la investigación y a la experimentación: cuerpo
en el espacio, cuerpo y tiempo, dinámicas corporales, cuerpo y objetos. Música,
decorados y coreografía podían trabajar independientemente unos de otros, lo
que no significa que no ocurrieran simultáneamente. A pesar de los cambios e
innovaciones, a nivel dancístico el trabajo todavía es formal en lo que se refiere
al producto. En la actualidad, se instala la noción de innovación no para inven-
tar cosas nuevas, sino por la necesidad de reflexionar, recuperar y reorganizar
fundamentos y sistemas anteriores (clásico, moderno) y de ahora (posmoder-
no, contemporáneo) en relación a los recursos, que puede ir desde un virtuoso
despliegue técnico hasta una puesta en que los cuerpos no se mueven o sólo
hablen, tratando de instalar una mirada crítica respecto de los propios modos
de producción en el ámbito de la creación dancística y cultural. La mixtura de
lenguajes, la relación entre tecnologías diversas frente al cuerpo y sus posibili-
dades, la combinación de estilos y la reflexión que cada elección conlleva serían
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las características actuales que se abordaron en el seminario coreográfico, para
aproximarse a un lenguaje metadancístico que dé cuenta de una cierta gramática
composicional.
“Los elementos escénicos que dan esa textura espacial tienen que ver con una mu-
sicalidad, un ir y venir de los focos de atención, un hablar y dejar que ese hablar
no sea desde una situación tan concreta, si no más bien atisbos de temáticas sin
desarrollar, que no sean conclusivas, para que así se deje la posibilidad de retomar,
la idea de desarrollar a medias tiene que ver con dejar que aflore una nebulosa que
suspendidas.”
Tamara González, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
60
ese momento, en algún sentido tiene algo de M. Cunningham en que no fija el es-
pacio ni lo controla, no tiene desarrollo ni fin, es algo que podría ser perpetuo.
“Creo que así el espacio pulsa y se musicaliza desde los cuerpos. Los desplazamien-
de lo que siento en escena, creo que es por eso que dejo que las chicas vayan en-
sensaciones especiales las da también el otro, el querer estar con el otro, el generar
un espacio de complicidad, el sentir que se construye desde la voluntad de relacio-
crear dinámicas”.
tiempo con la atención y el estado de alerta necesario, para que las relaciones se
Tamara González, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
61
(8)
Giro o movimientos fuera de eje.
(9)
Depositar el propio peso del cuerpo en un objeto o en otro cuerpo.
(10)
Variación del movimiento en relación a la fuerza y al movimiento mismo.
de la autora–, que, en una primera etapa, estarán referidos al uso del espacio y
del tiempo, se incluyen, posteriormente, recorridos con cualidades específicas
como labilidad8 y cierto abandono de peso9 que modifican el desplazamiento de
los cuerpos, provocando distintas dinámicas10, en un devenir constante que se
frena para seguir con otro impulso, manteniendo el discurso de las dinámicas,
luego se incorpora el contacto de las miradas y la cercanía de los cuerpos que
se estimulan por los roces. Pero no desde el concepto del ser en relación al otro
ser, esa configuración no despliega mayor contenido por sí solo, sino más bien se
deja enredar y entrever en las mismas dinámicas de interacción.
62
Integración de
elementos visuales, actorales,
de la danza y del lenguaje
En
general, la creación se relaciona con ciertas imágenes traduci-
das a un lenguaje particular, sin embargo, en el mundo de la danza ese lengua-
je debe descubrirse, formularse y codificarse. La obra de Ana José Manríquez
La boda se sustenta en la imagen de los novios dándose un beso. Ahora bien,
el contexto de ese beso no es la ceremonia ni el especio sacro de la unión, sino
la referencia de la festividad y la cotidianeidad: la torta, es decir, son novios de
torta. En este sentido, el pretexto se configura tanto en la imagen clásica de los
novios –universal y transversal– y en la obsesión personal de la directora, que es
significativa en relación con el estado amoroso:
“Habla de cómo todo lo que vive una pareja se vuelve universal, cómo una relación
de amor termina siendo todas las relaciones de amor. Sin embargo, la universalidad
Ana José Manríquez, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
63
la articulación de los distintos procesos, es una visión de mundo expresada en
símbolos y, en consecuencia, es un conjunto elaborado de signos que se instalan
en una gramaticalidad que entra en funcionamiento sólo porque la obra es posible
de construir bajo ciertos códigos y señales que le pertenecen a determinado autor.
mucho más que un cambio de estilo: constituyó nada menos que una revolución en
la concepción de la danza teatral […] entre las dos guerras mundiales. […] No sólo la
danza estaba, junto con las otras artes, envuelta en cuestiones políticas, sociales y
morales, sino que la continua búsqueda de inspiración en las posibilidades del movi-
habitual, fue puesto en boga en Europa por la mentalidad de la década del 30.”
64
institución amorosa, evidencia –desde lo tecnológico–, una realidad otra que es
el estado de frustración de los esposos. La imagen virtual se constituye en una
realidad mucho más definitiva que lo que se vive en escena, que pasa a ser una
suerte de ilusión. De la misma forma, los personajes se observan como si asistie-
ran a su propia tragedia, que –en tanto se puede reproducir infinitamente– deja
de ser una realidad particular para universalizarse.
65
El relato y la voz
(11)
Esta obra está determinada desde el título, que acota el espacio escénico desde lo doméstico.
Al mismo tiempo hace referencia al dicho “la ropa sucia se lava en casa”, es decir, aquello que
sólo pertenece al ámbito privado.
66
relato, pudiendo ser suficiente para una estrategia interpretativa, no lo era para
la realización coreográfica, puesto que necesitaba algo que la completara, algo
que la tensionara. El relato, la voz, el cuerpo, el movimiento, las otras, consti-
tuyen un complejo de signos que hacen posible que los cuerpos se muevan. La
opción de fusionarlos o de que funcionaran paralelamente el texto con la imagen
(movimiento y relato), no se devela por completo. En el proceso de producción
se erige la pregunta sobre si es una elección o si las cosas simplemente se fueron
dando. Hasta dónde se manifiesta la relación que alcanza el autor con su propia
experiencia.
El resto de los recursos en este montaje estaban vinculados con la imagen iro-
nizada de la mujer, disfrazada y confrontada con la realidad de las intérpretes y
de la directora, en este sentido, se produce un contrapunto entre ambas situacio-
nes. Cada momento –el del relato y el de la mujer ironizada– pasan por imágenes
que cruzan a las ejecutoras desde su experiencia, el contraste radica en los ele-
mentos que son desplegados en una o en otra. La palabra y lo que ocurre con ella
determina la expectación, conflictúa el lugar en que se sitúan las mujeres. Los
espectadores entran a un mundo privado, son la contraparte de una confesión,
se les cuenta un secreto. A su vez, las escenas referidas a las mujeres erotizadas
o fantaseadas ocupan códigos más reconocibles, de crítica y de denuncia, que
remiten a la imagen estereotipada de la mujer:
idea es evocar personajes, fantasías, distintas facetas que nacen de la unión del
Los personajes van cambiando, pero vamos descubriendo una continuidad en cada
uno de ellos, que evidentemente es lo que les pertenece a pesar de cualquier rol, o
67
las improvisaciones que tienen que ver con disfrazarse, también van alimentando
Bárbara Guzmán, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
Los componentes escénicos en este caso están sugeridos por el uso de la voz y
la importancia del relato, ambos expresan la emoción que implica hablar de uno
mismo y contar intimidades. De esta manera, ocurre en escena una intensidad
y una tensión características de personas no acostumbradas al manejo de la voz
y del texto, lo que se manifiesta en una fluctuación entre la continuidad y las
pausas propias que exige el proceso de identificación de los personajes. La inter-
pretación que suponen estos componentes es profunda, ya que el uso de la voz
en la banda sonora instala al espectador en un lugar especial, que se encuentra
en otro plano de conciencia, quien puede identificarse a su vez con el otro a par-
tir del relato. Los otros elementos, en cambio, relacionados con materialidades
–el vestuario, ciertos objetos, con la historia y con cómo se cuenta– son muy
convencionales como los roles que adquiere cada mujer a lo largo de la obra y su
relación con las otras presencias.
De esta manera, la autora buscó en este proceso la simplicidad del gesto para
un espectador común, que sea accesible a todo público, constituyéndose en un
montaje directo, crítico en su denuncia, ingenuo en ciertos procedimientos, intere-
sante en otros (voz y relato), todo lo cual sostiene la obra de manera convincente.
68
Estructura, espacio actual
y espacio de la memoria
En
todo discurso existe una organización interna que se
estructura a partir de la disposición de los elementos, que dan cuenta de una
idea o reflexión. Es así como en el montaje de Daniela Marini, Geográfica, existen
momentos o escenas que básicamente organizan los lugares de reflexión. Se pue-
den distinguir, de acuerdo a la autora, los siguientes momentos estructuradores:
recorrido cuerpo, zoom geográfico al lugar donde se habita o está, traducción
y recorrido ciudad, zoom geográfico al lugar de origen y, por último, territorio
cuerpo. Este recorrido es enunciado por el habla de la propia intérprete, que pre-
sencializa a partir de su propio cuerpo el cotidiano en escena, lo que a su vez,
acota los movimientos interpretativos del espectador.
“Pareciera que son dos secciones, el ahora y la memoria. Es una estructura con mo-
mentos seccionados, por lo que el orden de las escenas podría cambiar, sin afectar
demasiado el relato, que es más bien fotográfico, imágenes expuestas que llaman la
atención sobre la belleza del cotidiano. El material no está fijo, sí lo están las partes
69
y el lugar de investigación, la idea es dejar que cada día, cada trayecto, cada cuerpo,
Daniela Marini, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
“En cuanto al uso del espacio, siempre he considerado el espacio escénico como
cotidiano reciente, que se rescata como acción de arte, accesible a todos, dispo-
del hacer, sin manipulaciones teatrales o efectistas, dejando más bien espacio a la
reflexión y la observación.
hay veces en que hay que ceder siempre bajo la premisa de dejar sólo lo que funcio-
Daniela Marini, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
70
oscila entre un tiempo y un espacio otros para volver al movimiento de un cuer-
po en tiempo real. El espacio escénico es reorganizado constantemente por el
discurso corporal y hablado, donde la intérprete-autora es el tiempo, el espacio,
el movimiento, el lenguaje, la voz, el relato.
71
Un lugar para el sujeto
Cómo
habitar el espacio, cómo habitar el propio cuerpo, cómo
se instala el sujeto en el mundo, configuran un tipo de reflexión que ha cruzado
no sólo a la danza, sino al arte contemporáneo en general. El territorio, el espa-
cio privado, el cuerpo como signo de una historia, como huella de una presencia,
como expresión de una memoria. En este sentido, la experiencia coreográfica
de la Cia. Pe Mellado se ha sustentado conceptualmente en la indagación de los
modos de habitar, por lo que la casa –en tanto estructura que contiene al suje-
to– ha ocupado un lugar simbólicamente significativo en su proyecto de obra. La
configuración del espacio escénico, desde la particular mirada de la artista visual
Nury González, se traduce en una casa en tanto proyección del cuerpo. La casa
sería el primer cuerpo, la primera vestidura que acoge la existencia del individuo
y que contiene sus experiencias. Los lugares y los espacios en la memoria de la
casa materna, resignifican los lugares y espacios de la historia subjetiva.
72
Es difícil entrar y manejarse en ella, entrar al ámbito de la memoria y al mismo
tiempo disponerse a que algo suceda en las relaciones entre los individuos en el
espacio casa. La idea es recuperar una casa fundante, aquella en que las expe-
riencias se inscriben como una huella en la historia personal de cada intérprete.
La casa, en este contexto, es habitada pasando de un extremo a otro, de una his-
toria a otra, narrando experiencias que van de uno en otro, armando complejos
gestuales resignificados en cada relación.
73
El juego de los objetos,
la luz, la música
Existen
otros componentes y materialidades que forman sistemas
significantes, no sólo en función de la interpretación, sino que se inscriben en
una dinámica que está en relación con el todo. No tienen un orden jerárquico
y funcionan en la medida que interactúan con los otros sistemas, los objetos,
la iluminación, el vestuario, el cuerpo. Estas nuevas materialidades se instalan
desde la mirada particular del autor y de las exigencias que surgen en el proceso
de obra. Cada producción de obra está regida por su propia necesidad, que está
marcada por la integración y relación de distintos sistemas significantes, en este
sentido, no existe una convención respecto del uso de estos elementos, sino que
cada montaje propone sus sistemas y los hace dialogar. De esta forma, se rearma
sobre la puesta la identificación que precisa el propio autor, de allí la unicidad de
las leyes y dimensiones específicas de cada obra. Pedro Dimiter, en este contex-
to, trabaja la presencia de ciertos objetos simbólicamente signados y la tempora-
lidad como soportes estructurales.
“Lo primero fue el paisaje. Se ubicó a los intérpretes en un espacio poblado por cier-
tos objetos. Sin indicársele lo que estos representaban o por qué estaban ahí. No
lo sabíamos. El criterio que se aplicó para su selección fue guiado por lo sugerente
a mi subjetividad, por ser evocativos, objetos que me invitaban en la vigilia a crear
la sensación del sueño. Un televisor, una muñeca, un colgador de ropa de madera,
dos piedras, una lámpara, un árbol seco, el cráneo de una vaca. Todos objetos viejos,
rescatados del abandono.”
Pedro Dimiter, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
74
(12)
“El escenario es, para Kantor, antes que una tribuna o el altar de cierto ritual colectivo, una
peripecia del hombre, un ámbito sacro en el que se vive, como se vive la vida, como se vive
la muerte. Es decir, se vive y se muere, se resucita y se muere, se transfigura y se muere,
se hereda y se muere. […] personas solas, despegadas de toda complicidad, de toda excusa
estética o ideológica, personas solas forzadas a introducirse con el alma en el acto de la
creación. O mejor, de la recreación de la condición humana, esa fatalidad de lo imperfecto.”
Tadeusz Kantor, El teatro de la muerte, Ediciones de la Flor, pp. 9-11 (1987).
(13)
Cfr. El teatro y su doble, Buenos Aires, Sudamericana (1968).
“La luz de la escena debía utilizar ampolletas domésticas, la más rudimentaria téc-
Esto era resultado de una decisión tomada en relación a mis medios de producción.
rudimentarias y hacerme cargo de la materia que era llamada a vestir la obra. Pre-
cariedad y pobreza de medios. Las lecturas a Tadeusz Kantor12 fueron claves en esta
decisión.”
tura automática, la emanación de unidades escénicas que guiaba para que fueran
75
(14)
Para Jerzy Grotovski lo escénico debe basarse “en una extrema economía de los medios escénicos
(decorados, accesorios, vestuario) y capaz de llenar este vacío mediante una gran intensidad de la
interpretación y una profundización de la relación actor/espectador. ‘El espectáculo es construido
sobre el principio de la más estricta autarquía. […] Un determinado número de personas y objetos se
ve reunido en el teatro. Deberían bastar para llevar a cabo cualquier situación de la representación.
Crean la plástica, el sonido, el tiempo y el espacio. […] La representación tiende a eliminar todo lo que
no es estrictamente necesario; ahora, únicamente recurre al poder sugestivo del texto y a la presencia
inalienable del cuerpo”. Patrice Pavis, Diccionario del Teatro, Paidós Comunicaciones, pp. 458 y
459 (2003). El postulado estético-político de Grotowski, en este sentido, cobra especial relevancia
en el contexto latinoamericano, donde la economía de medios, en tanto realidad, se constituye en
sí misma como parte de las estrategias de producción. Al mismo tiempo, es una respuesta a la
hipersignificación de los elementos tecnológicos incorporados al hacer escénico.
hecho de que haya una intérprete, un músico, las características descritas de la ob-
Una precariedad concebida como problema o agresión del medio, como variable de
76
muevo la tierra con un palo para pensar en lo que me interesa. No es la estética zen
Kesa es la vestimenta que usan los monjes zen en los templos que tiene su origen
en la India. Los monjes errantes meditaban en los crematorios que están al aire li-
bre, lugares despoblados donde se hacen fogatas para quemar a los muertos. Los
monjes recolectaban restos de ropa de los muertos, los cosían, y se vestían con esos
harapos. Cuando observo el paisaje que estoy levantando siento una analogía con
ción señalar en la obra las opciones descritas como parte de una reflexión sobre los
medios de producción. Son condiciones privadas que van elaborando una estética.
Hablarán por sí mismas en las obras si hay fortaleza para sostener una coherencia
en la vida. Creo en la idea utópica de una biografía coherente y llena de sentido que
“Pienso que tiene que ver con elecciones, con el hecho de que no se junten en una
se relaciona con los elementos, pero hay una disociación extraña que mantiene el
pensar que ella en el fondo no está dentro de otro mundo y está dentro de la re-
construyó para moverse. No es que ella está realmente afectada por lo que le está
pasando, sino más bien utiliza todas esas cosas de acuerdo a un trabajo que está
Pedro Dimiter, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
77
La pregunta que se instala, respecto del montaje de Dimiter, es por qué esos
objetos –surgidos de la subjetividad del autor– se constituyen escénicamente
en lo que son a partir de la relación que establecen con el objeto-intérprete que
a través de su contacto modifican su sentido y, por lo tanto, permiten el surgi-
miento de un nuevo objeto-sujeto que se despliega como recurso. En coherencia,
la disposición de los medios, los objetos y el sistema lumínico sufren alteracio-
nes conceptuales desde la opción estética del autor. Hay un discurso instalado
desde la fragilidad de los elementos que se trama con otras materialidades
–actriz, muñeco, televisión encendida donde la imagen no es reconocible, un
abrigo con el cual se viste (objetos que se van sumando en su desplazamien-
to)–, donde la ambientación se rige por una iluminación tenue que produce un
velamiento de las imágenes, combinado con la música cuya sonoridad y tempo
determinan la acción de las cosas. Todos los elementos escénicos dan cuerpo a
un sentido y una estética propios de la obsesión del autor.
78
El reflejo, huella de la presencia
En
el montaje de Sabat la iluminación es el sustento material
que construye la obra, al mismo tiempo que le da sentido. Imagen, reflejo, re-
flectar, sobre-exposición y mirada, son conceptos trabajados a través del recurso
de la luz que se imprime en el cuerpo de la intérprete Vivian Romo y que, poste-
riormente, se extienden en la tecnología desplegada en escena: una filmación in
situ proyectada simultáneamente sobre una pared y un espejo horizontal que
delinea el cuerpo en el muro.
térprete en escena siempre debe verse, o bien debe buscar la Luz, frase reconocida,
contenido de lo que ve, cuando a veces sólo es necesario el misterio, llevar al espec-
Natalia Sabat, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
79
(15)
Dubois señala respecto del origen de la pintura y a propósito de la fábula de Plinio que “las
circunstancias amorosas en las que se desarrolla esta historia del nacimiento de la pintura
y que la motivan directamente, no son por cierto inocentes. Es particularmente claro que
indican una evidente congruencia entre deseo e índex. Lo que la fábula plantea en realidad es
que a los ojos del deseo, la representación no vale tanto como semejanza sino como huella.”,
Philippe Dubois, El acto fotográfico, Paidós Comunicaciones (1986).
se siente presionado e influido a hacer algo, responder de alguna forma a esa exi-
“Salir y entrar de ese espacio, es su modo de escape a algo que no quisiera desafiar
escena), y cada regreso se puede entender como su lucha contra algo de sí misma
luego traslada a una sección única en su cuerpo, cuando la sombra ya nos hace vis-
lumbrar dos lecturas… su brazo izquierdo y torso se debilitan bajo esta presión. Sus
Va al encuentro de su otro yo, su alter ego, es ella misma puesta al límite por sus
Natalia Sabat, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
80
La reflexión en torno a la iluminación –como sistema determinante y estruc-
turante– se traduce en que se deja ver su manera de operar, es decir, la elección
del origen y de la cantidad de luz instala un discurso en relación al cuerpo que
baila, al cuerpo en escena que, a su vez, también elige qué partes de su cuerpo
alumbra, dirigiendo la mirada del espectador y, por lo tanto, lo que se pone en
juego en el proceso interpretativo. El qué se ilumina y cómo se ilumina es un
procedimiento a la vista, profundamente enigmático que va develando los sis-
temas de representación. La iluminación distribuida desde diferentes ángulos.
La deslumbrante luz que no deja ver, el impacto que enceguece. En la esquina,
la luz que cae como una ducha, que viste la escena desde las alturas, un haz que
ilumina el cuerpo de la intérprete. El uso de una luz móvil (linterna) manipulada
por la intérprete sobre su propio cuerpo. Se instala la pregunta acerca de por qué
decide iluminar ciertas zonas y no otras, qué hay en el gesto interpretativo de la
bailarina.
81
donde se reinspira el movimiento continuamente. La imagen configurada no es
nítida, ya que la luz de la linterna tiene un ángulo de formato regular y, por lo
tanto, la cantidad de luz no es mucha y la imaginación/proceso de lectura del
espectador es fundamental para formar una visualidad más o menos significa-
tiva. Este procedimiento dialoga con la paradoja tecnológica de la proyección de
su cuerpo entero sobre la pared, que al mismo tiempo va develando la elección
de las partes iluminadas. La luz de ese momento también es mínima, configu-
rándose una cierta intimidad. Toda la escena queda impresa en lo oscuro, en la
sombra, en el velamiento de dos miradas femeninas relacionándose, la de la in-
térprete iluminándose y la del ojo de la cámara que elige qué y cómo proyectar.
Una mirada que surge del propio yo y otra que es objetivada en la tecnología,
es decir, la mirada de un tercero, vigilante, observante, expectante. El sentido
de este recurso se despliega en el diálogo entre las miradas, entre las elecciones,
entre los deseos. Es el juego entre las materialidades el que le da contenido a la
propuesta. Qué iluminar y qué hace eso que es iluminado, esa parte o todo el
cuerpo se resignifican constantemente.
82
Escritura y movimiento
(16)
Ramiro Herrero, señala que “…las ideas del director inglés, Peter Brook empiezan a
prevalecer, y muchos seguidores lo imitan, al considerar al espacio no como un dogma sino
como algo vivo y dinámico, capaz de ser utilizado de acuerdo con las necesidades; el espacio
–nos decía– está determinado por la forma como se relacionan entre sí los seres humanos
cuando están juntos. De ahí que exista un espacio vivo y uno muerto.”
El espacio teatral [en línea], <www.teatromundial.com>
La
idea de mirada es definitiva en algunas propuestas, la elección de la
mirada en Sabat es conducida por ella, ella dice qué mirar y administra las canti-
dades de luz para ver más o menos, tiene que ver con ciertas posibilidades lumí-
nicas que permite el juego de la luz con otros componentes escénicos. Mientras
Javier Muñoz, Estancias: vía abajo, opta por dejar la elección de la mirada y el
punto de vista en el espectador, le entrega el poder para que elija qué mirar y
cuándo mirar:
espacio público.”
Javier Muñoz, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
83
(17)
Poeta simbolísta del siglo XIX que fue un gran influjo
para los movimientos de vanguardia del siglo XX.
84
tada por un movimiento, por una unidad mínima. Se erige, en tanto símil de
la escritura, en una escritura en movimiento, una traducción. Surge la pregunta
acerca de la variación de sentido de la palabra, que se materializa en otro códi-
go y cuyo sentido se sustenta en la idea de unidad mínima, porque los recursos
propiamente dancísticos –el gesto y el movimiento– significan por sí mismos,
ampliando el sentido de los registros de lo que se mueve y cómo se mueve.
85
Metodología y soporte corporal
dad del movimiento. Te das cuenta de que necesitas toda una técnica para poder
parece interesante ese límite, yo rescato la conciencia del cuerpo que se necesita
Marcela Escobar, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
86
A partir de los apoyos, se produce, en principio, un movimiento específico
que surge desde una conciencia profunda, cuyo resultado es la sensación de que
el piso se mueve desde la distribución del peso en los distintos apoyos, originan-
do un suelo movedizo que puede ser un gran género o un plástico. El suelo en
movimiento no es sólo producto del ejercicio azaroso de la bailarina, sino que lo
altera mediante el esfuerzo que implica que todos los puntos tengan cierta can-
tidad de peso, lo que, a su vez, modifica a la intérprete y a su forma habitual de
moverse. El modo particular de estar ahí, se sustenta en un estado de conciencia
de lo que mueve y de cómo se mueve. Todos procedimientos entretejidos.
“Ese sentido que habita en ella en relación con el uso del objeto es el misterio. Qué
Marcela Escobar, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
87
¿Qué mueve a los
bailarines-intérpretes?
88
(18)
Eugenio Barba, respecto de las artes escénicas, trabaja la noción “de un cuerpo condicionado por
la cultura […] para introducir una oposición entre situación cotidiana y situación de representación.
[…] el cuerpo en representación es el cuerpo que es representado y que posee propiedades
específicas y distintas del cuerpo cotidiano.” Como principio productivo, esto se puede trasladar
a la danza contemporánea en términos de la conciencia de cuerpo, es decir, un cuerpo que es
distinto a la cotidianeidad, pero que también –en tanto cuerpo representacional– se despoja de una
gestualidad culturalmente condicionada de la propia danza, que se escribe en el espacio a partir de
una gramática predeterminada. En este sentido, el gesto se carga de significación, que trasciende la
univocidad del signo. “Antropología teatral”, en Patrice Pavis, Diccionario del teatro, Buenos Aires,
Paidós Comunicaciones, 2003, pp. 45-46.
En el seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace, se trasladó la pre-
gunta al quehacer del intérprete, instalando en el cuerpo de los bailarines la con-
ciencia de saber que se está en el mundo. A partir de la subjetividad que opera en
el individuo, el intérprete requerido, por lo tanto, es uno que se pregunta al igual
que el director sobre el porqué y sobre el cómo de su trabajo y que participa de
la obra como un intérprete-autor. Se rescata en el quehacer interpretativo la ex-
periencia vital en relación con la cosa, con el problema, lo que se traduce en una
búsqueda de lenguaje, que se interroga permanentemente acerca de ¿cómo se
logra que el otro entienda y realice lo que quiere el director-coreógrafo desde un
lugar particular? y no sólo desde la convencionalidad de la técnica y su tradición.
La pregunta recurrente es sobre qué mueve a los bailarines y desde qué lugar
son movidos. Los procedimientos desarrollados por los autores se vinculan a su
ideología y a la materialidad de los recursos: un cuerpo que se observa, un cuer-
po en el suelo, un cuerpo en la pared, un cuerpo y los objetos, un cuerpo y otro
cuerpo.18 Las materialidades instauran la posibilidad de encuentro y desarrollo
del movimiento, al establecer las relaciones entre un cuerpo y lo otro. En esa du-
pla coexiste una tercera dimensión íntima, no codificada y que –en tanto tema
del seminario– es necesario hacer consciente: la conmoción provocada al inte-
rior de ese cuerpo, la afección de ese cuerpo. No sólo el plano material objetivo,
sino el plano material subjetivo de un cuerpo trabajando sobre sí por el contacto
consigo mismo, fisiológico, muscular, arcaico. Estos procedimientos usan el re-
curso de la improvisación como metodología para instalar la idea de una cierta
intimidad desplegada en el acontecimiento, rescatando “la verdad” o validando
89
(19)
Lo diegético remite a aquello que se narra y al cómo se narra.
90
(20)
Todorov señala que “el descubrimiento del otro tiene varios grados, desde el otro como objeto,
confundido con el mundo que lo rodea, hasta el otro como sujeto, igual que yo, pero diferente
de él, con un infinito número de matices intermedios, bien podemos pasarnos la vida sin
terminar nunca el descubrimiento pleno del otro”, Tzvetan Todorov, La conquista de América:
el problema del otro, Mexico, Siglo XXI, p. 257 (1987).
“Supongo que el problema es que toda expresión artística, al ser una interpretación,
exige una fractura con lo real. Descontextualiza para hablar de. Entonces aunque el
bre es el mío. La primera frontera que debo atravesar es la mía. Entonces aunque es
con. Son mis propias fronteras las que descubro sobre ellos, traslapadamente.”
Paulina Vielma, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
91
de hablar acerca de uno mismo desde un lugar desinteresado, que trasunta en
una reafirmación del sujeto.
“El hecho de plantear una escena, un espacio que se usa para la representación,
para presentar una reflexión sobre lo que está adentro y lo que está afuera, envuel-
ve la obra, crea intimidad. Un teatro, una sala de danza, donde hay un público que
en silencio y oscuridad se sienta a observar, se deja imbuir. Me doy cuenta que aun-
que estemos investigando sobre modos de relacionarse con la gravedad, que es una
búsqueda eminentemente física, la escena queda teñida por la presencia de los se-
La piel los conecta al presente. El lugar, las murallas y el piso, los sostienen como
una burbuja mientras permiten que su sensorialidad sea el vínculo con el entorno,
el modo de estar. Pero al mismo tiempo esta limpieza de gestos los transparenta a
ambos, y nos podemos reconocer en su habitar. Dos capas, dos interiores y sus fron-
Paulina Vielma, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
El trabajo del intérprete está mediado por el espacio, por el otro, por su tempo
propio en la medida que concientiza lo que allí ocurre, en este sentido, el intér-
prete-autor debe asumir esa realidad y dar cuenta de ello con las herramientas
que dispone para ese efecto: un suelo, otro cuerpo, el peso, la gravedad, tomadas,
un texto, el hablar, un gesto, los micrófonos, cables.
“Al pedirles en el primer ensayo que escribieran sobre el dúo que les gustaría bailar
con el otro que tenían en frente al que no conocían, esperaba que fuera un ejerci-
cio justamente para que se conocieran. Buscaba que me hablaran desde sí, lo que
92
podrían querer hacer con otro disponible. Lo que buscaban, lo que proyectaban.
Pero tuve que darme una gran vuelta antes de poder asumir realmente lo que po-
día ser trabajar directamente sobre lo que escribieron. No podía crear la distancia
necesaria para abstraer cosas que me hablaran de ellos desde lo concreto, desde
una premisa física. Y tiene que ser una premisa física, en el sentido de que son ob-
servadores y ejecutores de lo que hacen. Tiene que haber una contención muy poco
tensa, pero que a mí modo de comprender le da a sus cuerpos en esos minutos una
presencia, un presente.
Ese es un gran tema, un gran problema. Cómo trabajar al intérprete para que tenga
la textura, la presencia corporal que se busca, que sostiene la obra. Porque si estoy
sino más bien se presenten, es su estar el que quiero delinear. Su estar desde la piel,
desde el otro, desde el entorno. ¿Qué nuevo patrón crean en el movimiento? ¿Qué
Paulina Vielma, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
93
(21)
Jean Guillaumin, “La peau de centaure”, en Corps création, Lyon,
Presses Universitaires (1980).
tensión del otro. Jean Guillaumin21 ha propuesto la hipótesis de que “el cuerpo
de la obra es extraído por el autor de su propio cuerpo (vivido y fantasmatizado)
al que voltea como si se tratase de un guante y al que, invirtiendo lo de dentro y
lo de fuera, proyecta como fondo, marco, escenografía, paisaje, soporte material
y vivo de la obra”. La propuesta coreográfica de Vielma surge, según sus propias
palabras, como una extensión de ella misma, de la necesidad de reconocerse,
desde la subjetividad, en alguna parte.
cuenta de lo clara que era la frase, no quiero apostar al interior –no como lugar
directo de trabajo– porque no quiero que sea un dúo de amor y porque quiero en-
contrar la manera de exponerlos sin que se personifiquen, sin que le den prioridad
esa parte del cuerpo o dinámica hablara de ellos, sé que esa posibilidad de abstrac-
ción existe y de alguna manera este dúo tiene una sombra, que como aún está en
construcción juega como contrapunto, pero si soy sincera con el proceso creo que
es bueno nombrarlo, es un lugar real y muy misterioso pero que funcionó como
revelación y supongo que aquí está la pregunta: ¿cómo los voy a mostrar como una
unidad si parto desde sus individualidades? ¿Cómo los muevo desde otorgarle un
Paulina Vielma, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
En este caso sólo es posible trabajar desde la individualidad que, junto al otro,
conforma un todo, parte de una unidad, es un él y un ella, por lo tanto no igua-
les, puestos en una misma situación, la de reconocerse y reflejarse en el otro.
Escénicamente se individualizan al momento de revelar su identidad en el for-
94
(22)
Didier Anzieu, El cuerpo de la obra, México, Siglo XXI (1993).
mulario o ficha que es voceado por los intérpretes, en el acto presentativo se es-
cribe un acontecer común: se develan sus características formales, el nombre,
apellidos paterno y materno, cédula de identidad, fecha de nacimiento, edad,
sexo, estado civil, nacionalidad, teléfono, dirección, ciudad, país. Él y ella quedan
irremediablemente enlazados frente a la experiencia de su propia habla que los
relata y delata. La imagen del sujeto individual, se universaliza y se transforma
en la fórmula del formulario que comprende a su vez una multiplicidad de senti-
dos, el formato otorga un cuerpo real, no es imaginario es la “encarnación”22 de
un código en el cuerpo.
“Lo que me alucinaría sería que realmente lograran moverse desde sí mismos pero
hacia un lugar externo que a la vez los construya, ahí va a estar el viaje completo,
creo que la idea de esfera que es la que me ronda se instale desde el principio, que
sea el espacio entre ellos el que tenga características determinadas, no ellos y cosas
relacionadas al temple con el que tienen que enfrentar la situación que es un buen
Paulina Vielma, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
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(23)
Sergio Rojas, Imaginar la materia, Escuela de Filosofía,
Universidad Arcis (2003).
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(24)
En una relación dialógica, el discurso del sujeto y, por lo tanto, la reafirmación del yo inscrito
en él, sólo puede surgir respecto de otro, que es la referencia del sí mismo.
el propio cuerpo, conectado con la mirada a las otras mujeres para mantener la
equidistancia de los cuerpos en el espacio –en tanto gramática proxémica– y así
establecer ciertas complicidades cuando los cuerpos habitan la experiencia que
las agrupa.
“Es un ritual, es esa ‘democratización’ de los cuerpos en el espacio, el estar ahí con
ción genera la apertura de percepción que para mí tiene relación con ese espacio
que pulsa y de lo que pasa con los cuerpos al modificar y musicalizar el espacio
–los dibujos espaciales, los focos, los gestos, todo va conformando una musicalidad
especial–. Y creo que la manera de hacerlo es permitiéndose estar con cada centí-
metro del cuerpo, dejar que pulse, que fluya, nada es porque sí, cada movimiento
nace de una necesidad vital y creo que mi necesidad vital es ‘con el otro’, tener la
Tamara González, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
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por la práctica de individuación. Cuatro mujeres vestidas de blanco con el espa-
cio alrededor, el roce, el contacto, las miradas, los desplazamientos, las caídas
tímidas, las recuperaciones, los cuerpos siempre atentos al espacio del otro, al
ritmo, a las pausas, a las aceleraciones, a las trayectorias, a los impulsos, casi no
hay gestualidad ni movimientos, sólo deslizamientos hacia delante, atrás, rectas
y curvas. La continuidad del procedimiento no evidencia su límite, es decir, no
queda claro hasta dónde podrían investigar o cómo podrían seguir usándolo o si
hubo una carencia metodológica en el trabajo de las bailarinas que espacializara
sus cuerpos.
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(25)
Marcelo Mellado, Catálogo Lugar del deseo (2001).
más narratividad que la que podría provocar el uso del espacio y su relación con
los cuerpos y entre los cuerpos. Se narra desde la organización de los cuerpos en
ese espacio, no existe abstracción, se pone en escena lo concreto de las distan-
cias, los roces, los contactos y las cercanías. Estos conceptos regulan el sistema
constructivo, no hay ambigüedad ni polivalencia, no hay jerarquización espacial
de los cuerpos que, por lo tanto, no constituyen estatutos de poder, tampoco son
movimientos que se enfrenten a otros complejos gestuales significativos. Los
cuerpos se desplazan logrando temporalidades que los influyen, que permiten
el movimiento coreográfico, que los guía hacia una dirección. Un flujo perpetuo
que remite a otra realidad.
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(26)
Conversaciones con Silvio Lang, 2007.
(27)
Omóplatos: hueso situados uno al lado del otro, donde se articulan la clavícula y los húmeros.
(28)
Sergio Rojas, Taller de obra para licenciatura en arte de la Universidad Arcis. 2006.
100
(29)
Como en el juego infantil, en que roles, objetos, espacios pueden intercambiarse y constituir
una realidad otra.
Dos hombres y dos mujeres dentro de una casa perimetrada por ladrillos fis-
cales, recuperando la idea de los lugares característicos de la casa materna, arcai-
ca, memoria: pieza matrimonial, baño, pieza chica, cocina. Cada lugar se habita
en la medida que se suceden los encuentros entre los intérpretes y sus roles, se
reinstalan sistemas de interrelación improvisadas al momento de su ocurrencia,
el orden es alterado por la sucesión de los acontecimientos, no así el de algunas
de las relaciones ya establecidas, que podrían denominarse fundantes, por ser
las primeras y más recurrentes al anclarse en los cuerpos. La casa y su orden, en
este sentido, es desarticulada en la idea de reconstruir permanentemente rin-
cones y casitas29 para una imposible reparación, dado que se ejerce en un cierto
estrato determinado por el juego representacional: la construcción, armar para
rearmar, los inicios de la idea de trabajo. Lo complejo en esta apuesta coreográ-
fica es la idea de sostener el trabajo corporal, algo así como el aquí y el ahora,
ya que en la precipitación que se desborda en la escena, los cuerpos deben ser
capaces de mantener la atención. La conciencia de la disposición corporal y lo
escénico se extravían por la complejidad de la exposición de los cuerpos perma-
nentemente en diálogo consigo mismos y con el entorno.
La obra Tanque de Pedro Dimiter se hace cargo del trabajo con los intérpretes,
a partir de la obsesión autoral del espacio acotado en los objetos, hay un paisaje,
un lugar por donde se deben mover la actriz y el músico:
ción abierto, donde estoy muy frágil, siempre con el peligro de ser herido. Eso me
interesa, trabajar en una base que es mucho más densa, y lo que vaya provocando
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(30)
Kinésica: ciencia de la comunicación a través del gesto y la comunicación facial. La hipótesis
fundamental es que la expresión corporal obedece a un sistema codificado, aprendido por el
individuo y variable en las diversas culturas […] La kinésica debería permitir un análisis de las
interacciones escénicas de los actores [intérpretes], descubrir el sistema consciente e inconsciente
que ha presidido las colocaciones en el escenario, los desplazamientos o las distancias que
los separan. Evidentemente, es necesario tener en cuenta las distorsiones entre la conducta
llamada ‘normal’ y el comportamiento escénico […] Patrice Pavis, Diccionario del teatro, Paidós
Comunicación (2003).
El trabajo con los intérpretes en el sentido de lenguaje corporal que estamos utili-
zando, tiene que ver con investigar una kinética determinada30, tipos de movimien-
tos, estados, emociones... y otra área tiene que ver con imágenes y con los objetos.
ticipar en la creación de ese soporte y una característica es que tienen que convivir
Pedro Dimiter, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
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(31)
Appia señalaba a principios del siglo XX la importancia de la luz al servicio del actor: “la luz posee
una elasticidad casi milagrosa. Contiene todos los grados de la claridad, todas las posibilidades del
color –como la paleta del pintor–, todas las movilidades; puede crear sombras, difundir en el espacio
la armonía de sus vibraciones exactamente igual como lo haría la música. Con ella poseemos toda
la capacidad expresiva del espacio si este espacio es puesto al servicio del actor”. Patrice Pavis,
Diccionario del teatro, Paidós Comunicaciones, p. 242 (2003).
En el montaje de Sabat, la luz como sistema significante es puesto en cuestión en tanto que se
invierte la relación con la intérprete, quien es movilizada y afectada por ella y, en este sentido, el
sistema lumínico es puesto en escena como un protagonista más.
zonas donde cada una sería el reflejo de la turbulencia espiritual producida por el
tener con su propia vida, a la sombra de la idea de la guerra, de lo que ella concibe
como tal.”
Pedro Dimiter, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
103
(32)
Los bailarines en un afán democratizador establecen un vínculo estrecho con la idea de producción,
donde participan activamente del gesto creativo. Abandona el papel del ejecutante al servicio del
director, deja de ser un material más y pone en escena su interioridad. Es un sujeto expuesto en un
escenario particular en que lo que da de sí pertenece al ámbito de la subjetividad.
(33)
El desplazamiento tiene que ver con el cuerpo representacional, es decir, el abandono del cuerpo
cotidiano y, al mismo tiempo, de la convención kinética en la especificidad del lenguaje de la
danza.
(34)
Dominique Picard, Del código al deseo. Paidós (1983).
vamente perdido. De esta manera, lo que se pone en escena, lo que allí ocurre, las
condiciones de trabajo, la disposición de los cuerpos, puede encontrar varias vías
de desarrollo, que pueden ser tratadas por el entrecruzamiento con otros procedi-
mientos, recursos o diálogo con los sistemas escénicos. Cada situación se erige en
el intercambio de códigos, donde nuevos complejos sistémicos instalan la idea de
un código otro, un cuerpo otro, es decir, un cuerpo para cada propuesta.
Cada autor entra en relación con una realidad desde sus propias necesidades
y la manera habitual de desarrollar su pensamiento, su imaginar. Esta forma de
encarar la producción, se traslada al concepto de cuerpo como materialidad, que
tiene y concibe sus propios recursos, un cuerpo que se mueve. La pregunta que
surge es qué mueve a ese cuerpo y, luego, cómo se mueve, por lo tanto, los pro-
pios procedimientos encauzan un tipo de acción que remite al modo de hacer
del autor y del intérprete.32 Qué pasa con el encuentro de las subjetividades del
autor, de los intérpretes e, incluso, de los espectadores. La subjetividad –anclada
en la historia del sujeto y como construcción de ese sujeto– ocurre en el incons-
ciente y emerge de él y, por lo tanto, no es manejada por el individuo. La subje-
tividad se materializa y espacializa en los cuerpos y, en tanto vivencia corporal,
se expresa en la interacción de códigos provenientes del ámbito kinético: cómo
se mueven los cuerpos más allá de la función comunicativa, manifiestan simbó-
licamente un estado emocional. Las posturas, los movimientos y gestos caracte-
rísticos de los cuerpos producen una significancia simbólica no verbal remitida
al sistema de lenguaje del propio cuerpo. En el desplazamiento de esta construc-
ción, el cuerpo y la relación que establece con las materialidades escénicas erigen
un nuevo orden corporal33 (otra realidad) que cada autor debe reconocer en sus
procedimientos, traspasando los límites respecto de sus procesos y vislumbran-
do sus propios signos.
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describir-se, una palabra por mes referida a las ideas que fluyen en los ejercicios de
los coreógrafos en el Seminario. Agosto : descubrir-me, septiembre: no importa.
“Se piensa una estructura de improvisación en una línea larga, como un camino
dividido en lo que dure el Seminario. Idea de línea, como hitos en la historia del
uno, de la vida que uno no las quiere ver. Me parece que es un excelente ejercicio de
reflexión respecto de lo que uno está viviendo. Creo que una coreografía siempre
es casi un pretexto para reflexionar, para descubrir, para aprender, para estudiar,
para disfrutar.”
Daniela Marini, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
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textura y a los volúmenes y lo tercero, reaccionar a la geografía del lugar como
si fuera sonido, buscando habitar la estructura, probarla para ir descubriendo y
profundizando el hacer, donde las posibilidades aparecieron en los cambios de
dinámica que provocaban los lugares. Las palabras y consignas fueron trabaja-
das respecto del espacio, para profundizar en el ritmo de cada situación, y así
permitir que surja el lenguaje específico.
“La mayor parte de mi hacer en la danza ha sido como intérprete, es desde ese lugar
que mejor puedo comprender las obras, es donde las palpo. Entonces decido ser la
intérprete de esta creación. A veces pienso que tengo mucha claridad respecto de lo
damente vivo, atento, sensible, inteligente, sencillo. Ese instante de abrir la mirada
y ver realmente. Es complejo lograrlo, y la mayoría de las veces quedo con la sensa-
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ción de que no logro habitar ese lugar tan inalcanzable y tan simple... Ese estar me
Pienso que al hacer cada obra se aprende más de sí mismo, de las reacciones, las
cada vez. Y al mismo tiempo descubrir las antiguas maneras, esas que te definen,
te significan, te recuerdan quién eres (y decidir enojarse con ellas o asumirlas con
madurez).
Daniela Marini, Seminario Para qué se hace y cómo se hace lo que se hace
Hay algo en la idea de la improvisación y algo con la calle, con el mirar el co-
tidiano, con la observación del entorno, con la atención a ciertas cosas, quiere
mirar y capturar instantes que están impregnados de algo. ¿De qué? ¿Qué cap-
tura? ¿Qué mira? ¿Qué realidad hay ahí? Es un transitar en lo cotidiano, algo así
como “las pequeñas cosas son las importantes”. Hay una necesidad de remirar
el entorno y reafirmar un estado de conciencia en que se pregunta qué hay en
realidad y cómo se inscribe el sujeto en esa cotidianeidad. Los recursos de un
solo: un cuerpo, el espacio imaginado-recordado de la calle, la experiencia del en-
torno, del paisaje, la palabra dedicada al espectador, la palabra-memoria, la idea
de improvisación en vivo, un tiempo real, un tiempo imaginado, un tiempo de
la memoria, un tempo íntimo. Medios que cruzan interpretaciones diversas. La
palabra es usada descriptivamente. La intérprete-directora habla de la cosa poé-
ticamente. El acontecimiento es descrito a nivel de sensaciones del entorno, los
olores, los colores, las formas, es llegar al fondo más allá de la figura, memoria de
un cotidiano hermoso, monótono. El movimiento se expresa en el discurso, en
la mirada, en relación con los sistemas desplegados; al relato le sigue una sensa-
ción o un movimiento que, en la combinatoria de la puesta, como la utilización
del espacio referido a la memoria, arma finalmente un tejido sutil, un entramado
desgarrador por su simpleza.
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Recapitulando
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“Difícil misión, porque tiene que ver con intereses de la vida muy personales y de lo
Lo que se pone en juego en este propuesta que arma un cierto discurso, tiene
que ver con la necesidad de instalar lenguaje, de evidenciar una mirada frente al
acontecer artístico nacional, de posesionarse de una característica propia, qui-
zás un sello. Obsesión particular –con muchos detractores, pero también apo-
yo– donde fue posible este proyecto, sustentado en los coreógrafos-autores que
confiaron en él, en su entrega y dedicación, que sin duda potenciará aún más las
siguientes iniciativas a construir, para que nuestra experiencia despliegue escri-
tura, pensamiento y diálogos.
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A lo largo de todo el proceso se habló, se reflexionó y se hicieron factibles te-
mas que cruzaban todos las propuestas, como el trabajo con los intérpretes, los
contextos, los sistemas significantes. Hubo momentos en que la experiencia de
cada uno se tradujo significativamente y otras en que se perdió en el espacio,
seguramente para encontrarla en otro conocimiento.
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Referencias bibliográficas
Cifuentes, María José, La historia social de la danza en Chile, Santiago de Chile, Lom Ediciones, 2007.
Calmels, Daniel, Espacio habitado, Buenos Aires, Ediciones Novedades Educativas, 1997.
Guillaumin, Jean, “La peau de centaure”, en Corps création, Lyon, Presses Universitaires, 1980.
Rojas, Sergio, Imaginar la materia, Santiago de Chile, Escuela de Filosofía, Universidad Arcis, 2003.
Tambutti, Susana, Hacia una teoría general de la danza, copia sin datos editoriales.
Todorov, Tzvetan, La conquista de América: el problema del otro, México, Siglo XXI Editores, 1987.
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