Libro Evaluacion Modelos Publicado PDF
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2011
Catálogo de publicaciones oficiales
http://www.060.es
ISBN: 978-84-7837-085-6
NIPO: 784-11-009-3
Depósito Legal: M-43957-2011
3
4.4.2.3. Características de los eventos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
4.4.2.4. Transiciones y su predecibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
4.5. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
4
1.
Introducción general
1.1. Introducción
1.2. Incertidumbres en las proyecciones climáticas
1.3. Evaluación de modelos climáticos
1.4. Combinación y pesado de modelos
1.5. Evaluaciones de los modelos CMIP3 del AR4-IPCC
INTRODUCCIÓN
1.1. INTRODUCCIÓN
El clima y su posible evolución se han convertido en los últimos años en un tema que
suscita una gran preocupación tanto en ámbitos académicos como en gubernamen-
tales, debido fundamentalmente a los estudios (singularmente los informes de Grupo
Intergubernamental de Expertos de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(IPCC, de sus siglas en inglés)) que alertan de las graves interferencias que las ac-
tividades humanas están produciendo en el clima actual y que previsiblemente se
agravarán en un futuro próximo. Los datos básicos del estudio de los climas pasa-
dos y actual, y del sistema climático en general, lo constituyen los registros obser-
vacionales bien sean instrumentales o indirectos (datos proxy).
La base y herramienta fundamental —si bien, no la única— para los estudios
relativos a la futura evolución del clima son los modelos climáticos que simulan el
funcionamiento del sistema climático. Los modelos climáticos de circulación gene-
ral acoplados atmósfera océano (AOGCMs, de sus siglas en inglés) son representa-
ciones matemáticas de las leyes físicas y de los procesos que rigen el clima terrestre
que se resuelven numéricamente con la ayuda de potentes ordenadores. Los mode-
los climáticos constituyen las herramientas indispensables para abordar el análisis
del clima, facilitando así nuestra comprensión del sistema climático y de las inte-
rrelaciones entre sus distintos componentes. Los modelos reproducen más o menos
fielmente el comportamiento del sistema climático en la medida en que son capaces
de proporcionar simulaciones realistas de los patrones de circulación a gran escala
y de otras variables climáticas (VAN ULDEN Y VAN OLDENBORGH, 2006). Los mode-
los climáticos permiten entender y reproducir los principales procesos que tienen lugar
en el sistema climático, integrado por diferentes componentes (atmósfera, océano,
criosfera, superficie terrestre, vegetación, etc.) y fuertemente acoplados entre sí. Una
vez que los modelos climáticos han sido suficientemente evaluados frente a las ob-
servaciones es razonable utilizarlos para realizar estimaciones de la posible evolu-
ción del clima de la Tierra. Es, por tanto, absolutamente necesario realizar una
evaluación tan exhaustiva como sea posible de los modelos de circulación general
antes de su utilización en las estimaciones de la evolución del clima futuro.
El conjunto más reciente de simulaciones climáticas proceden del Proyecto de
Intercomparación de Modelos Acoplados Fase 3 (CMIP3, de sus siglas en inglés)
(MEEHL ET AL., 2007) a su vez integrado en el Programa Mundial de Investigación del
Clima (WCRP, de sus siglas en inglés) y que contribuyó extensamente al Cuarto In-
forme de Evaluación (AR4, de sus siglas en inglés)) del IPCC (http://www.ipcc.ch).
Los datos CMIP3 relativos al siglo XX proporcionan un conjunto de datos único para
analizar de forma comparada la habilidad de los diferentes AOGCMs para reprodu-
cir las características esenciales del clima presente y para analizar las incertidumbres
de los modelos.
La finalidad principal de este texto es la de proporcionar evaluaciones, fun-
damentalmente cuantitativas, sobre España y regiones circundantes de los modelos
participantes en CMIP3. Con las evaluaciones cuantitativas se puede establecer una
ordenación (ranking) de los modelos en función de su calidad para representar dis-
tintos aspectos del clima sobre la región de interés. El uso de predicciones por con-
7
INTRODUCCIÓN GENERAL
A pesar de las mejoras en las simulaciones de los modelos climáticos, todavía exis-
ten diferencias significativas entre unos modelos y otros, habiendo quedado ya bien
establecido que los estudios deberán utilizar un gran número de modelos para ex-
plicar las incertidumbres asociadas a los mismos (SHERIDAN Y LEE, 2010). Precisa-
mente, en el seno de la comunidad dedicada a la investigación del clima, esta
cuestión ha sido determinante para multiplicar los esfuerzos tendentes hacia una
adecuada cuantificación de todas las fuentes de incertidumbres. SCHWIERZ ET AL.
(2006) han revisado las diferentes fuentes de incertidumbre que afectan a las pro-
yecciones climáticas.
Las proyecciones climáticas o estimaciones de la evolución futura del clima de
la Tierra en escalas temporales decenales y seculares vienen afectadas por diferentes
fuentes de incertidumbres. Las fuentes de incertidumbres en las proyecciones climá-
ticas proceden de las diferentes etapas asociadas a su proceso de generación, co-
menzando con los forzamientos naturales de origen volcánico o solar, pasando por el
establecimiento de los escenarios alternativos de posibles evoluciones en las emisio-
nes de gases de efecto invernadero y aerosoles, que afectan al forzamiento radiativo,
continuando con los modelos climáticos que proyectan el clima futuro y hasta los al-
goritmos que proyectan las evoluciones a escala regional. Estas incertidumbres se
pueden describir en forma jerárquica o de cascada (MITCHELL Y HULME, 1999), de tal
forma que, cada paso conducente a la generación de proyecciones regionales hereda
todas las incertidumbres de los pasos anteriores, asunto de capital importancia en es-
tudios de impacto o de reducción de escala (SHERIDAN Y LEE, 2010).
En el vértice de todas las incertidumbres se sitúan los forzamientos externos
de tipo natural. Entre estos se pueden mencionar los cambios en la radiación solar
que llega a la cima de la atmósfera y las emisiones de aerosoles de compuestos de
azufre procedentes de las grandes erupciones volcánicas que alcanzan la estratosfera
8
INCERTIDUMBRES EN LAS PROYECCIONES CLIMÁTICAS
y tienen un tiempo de permanencia de unos pocos años. Este último efecto se ma-
nifiesta principalmente como un aumento de la reflexión de la radiación solar inci-
dente constituyendo, por tanto, un forzamiento radiativo negativo. Los forzamientos
naturales se consideran impredecibles y no están contemplados patrones de evolu-
ción al menos en las escalas temporales aquí consideradas.
A continuación en la pirámide de las incertidumbres se sitúa la evolución fu-
tura de la emisión de los gases de efecto invernadero y aerosoles así como los cambios
de usos de suelo; factores que afectarán al forzamiento radiativo en la atmósfera.
Obviamente esta evolución futura dependerá de la marcha de la economía, del
desarrollo tecnológico, de las fuentes energéticas disponibles y del patrón de consumo
energético, de la demografía, etc. y de las decisiones políticas que afecten a la evo-
lución de los anteriores puntos. Como esta evolución no es predecible, al menos
según los modelos físico-matemáticos que simulan los procesos del sistema climá-
tico, se recurre a utilizar una serie de escenarios plausibles de futura evolución de
los anteriores factores de tipo socio-económico. Para ello se utiliza la colección de
escenarios de evolución de emisiones propuestos por el IPCC (NAKICENOVIC ET AL.,
2000). Estos mismos escenarios de emisión se han utilizado en el tercer y cuarto in-
formes de evaluación del IPCC. En el quinto informe (AR5), que estará disponible
en el año 2014, ya no se emplearán los escenarios SRES, que aunque sencillos, son
difíciles de defender desde una perspectiva científica. Los nuevos escenarios (MOSS
ET AL., 2010) se basan en la idea de Caminos de Concentración Representativos (Re-
presentative Concentration Pathways (RCP), en la literatura en inglés).
A las incertidumbres relativas a la evolución futura de las emisiones hay que
añadir las asociadas a la forma en que esas emisiones afectan a las concentraciones
de gases de efecto invernadero, puesto que no se conoce exactamente el destino final
de las emisiones o, lo que es lo mismo, no se conoce plenamente el ciclo del carbono.
Este es un punto clave, ya que algunos procesos implicados en el ciclo del carbono
(equilibrio oceánico del dióxido de carbono, por ejemplo) son dependientes de la
temperatura, que, a su vez, es sensible a las concentraciones de dióxido de carbono.
Las mismas herramientas utilizadas para generar las proyecciones climáticas,
es decir, los modelos acoplados atmósfera océano de circulación general (AOGCMs,
de sus siglas en inglés) muestran también en su nivel actual de desarrollo muchas in-
certidumbres. Los diferentes AOGCMs son distintas formulaciones de las ecuacio-
nes que describen los distintos componentes del sistema climático, considerando
distintas mallas, resoluciones, esquemas numéricos, parametrizaciones de procesos
físicos, etc. Las simulaciones de cambio climático producidas con distintos
AOGCMs con los mismos escenarios de cambio climático muestran una considera-
ble dispersión, reflejando distintas representaciones de la sensibilidad del clima a
cambios en el forzamiento externo (sensibilidad climática), y, por lo tanto, un alto
nivel de incertidumbre, que depende en gran medida de las regiones, estaciones, va-
riables, etc. Los mismos procesos simulados por los AOGCMs incluyen incerti-
dumbres. De hecho, con el paso de los años la modelización del sistema climático
ha ido añadiendo subsistemas adicionales, a la vez que ganaba en complejidad. Por
ejemplo, gran parte de las simulaciones realizadas en los últimos años suponían que
la vegetación era constante en el tiempo y permanecía invariable en simulaciones se-
9
INTRODUCCIÓN GENERAL
10
EVALUACIÓN DE MODELOS CLIMÁTICOS
mósfera. Los efectos de la variabilidad natural son mayores a medida que la escala
temporal disminuye, siendo más importantes en las escalas anuales y decenales.
11
INTRODUCCIÓN GENERAL
bargo, aunque las verificaciones de clima futuro no son en general posibles, siempre se
puede aumentar la confianza en un modelo mediante evaluaciones de las simulaciones
del modelo en periodos instrumentales históricos o paleoclimáticas.
Existen diferentes formas de evaluar los modelos, si bien casi todas se pueden
agrupar en evaluaciones a nivel de los componentes del modelo y en evaluaciones
a nivel de la totalidad del sistema, donde el foco se centra en las salidas del modelo
total (IPCC, 2007). La evaluación de un modelo y, por lo tanto, la confianza que de-
positamos en él, proviene de distintas líneas, siendo la conjunción de todas las líneas
o enfoques la que realmente incrementa nuestra confianza en el modelo en cuestión.
Las evaluaciones restringidas a los diferentes componentes del modelo per-
miten comprobar mediante tests estandarizados, p. ej., los métodos numéricos utili-
zados, las diferentes parametrizaciones físicas, etc. Estas evaluaciones se realizan
con frecuencia en el marco de proyectos que involucran además comparaciones,
bien entre componentes de un subsistema del sistema climático (p. ej., parametriza-
ción de la radiación o de la convección en el subsistema atmósfera) o entre los sub-
sistemas mismos de un modelo climático global.
Las evaluaciones del sistema en su totalidad se aplican al modelo climático
global con todos sus subsistemas (atmósfera, océano, superficie, terrestre, hielos
marinos, etc.) acoplados entre sí. Esta evaluación permite estudiar el comportamiento
y calidad del sistema completo, independientemente de la calidad de cada uno de sus
subsistemas y de los componentes de los mismos. En este caso, se evalúa además el
acoplamiento entre componentes y subsistemas. No es inhabitual que sistemas cons-
tituidos por subsistemas de un alto grado de calidad se degraden al acoplarse entre
ellos inadecuadamente o con un ajuste (tuning) defectuoso o insuficiente.
Las evaluaciones de los modelos se realizan en periodos correspondientes bien
al clima presente o bien a climas pasados. En general, los diferentes modelos se han
utilizado para simular el cambio climático observado durante el siglo XX, si bien los
cambios en los forzamientos (p. ej., radiación solar, actividad volcánica, etc.) no se
conocen perfectamente en dicho periodo.
Las evaluaciones de los modelos globales del clima se realizan también en di-
ferentes escalas temporales, así permiten conocer las capacidades de los mismos
para simular la variabilidad climática a gran escala en rangos temporales que abar-
can desde la escala sinóptica hasta la decenal y secular. Es muy importante conocer
la capacidad de los modelos climáticos para simular con precisión los modos de va-
riabilidad de baja frecuencia que condicionan fuertemente el clima en muchas re-
giones. Este es el caso, por ejemplo, de Europa Occidental, y de la Península Ibérica
en particular, cuyas precipitaciones están correlacionadas con la fase e intensidad del
patrón de la Oscilación del Atlántico Norte.
12
COMBINACIÓN Y PESADO DE MODELOS
miten establecer una ordenación o ranking de los modelos que se comparan por su
calidad según el método cuantitativo de evaluación que se considere. Una cuestión
que no tiene una fácil respuesta es la relación entre la precisión de las simulaciones
del clima presente o pasado y la precisión de las proyecciones futuras de cambio
climático. Ha habido algunos intentos de utilizar métricas basadas en observaciones
para ponderar la fiabilidad de los diferentes modelos que contribuyen en una pro-
yección probabilística basada en ensembles multimodelo. Sin embargo, en muchos
casos las relaciones entre las métricas más obvias de magnitudes observables y las
proyecciones son débiles o inexistentes (KNUTTI, 2010a). Suele ser, en general,
menos problemático simplemente eliminar de un ensemble multimodelo los mode-
los que peor simulan, normalmente porque son incapaces de reproducir procesos
importantes o porque físicamente no son plausibles, que llegar a un acuerdo acerca
del mejor modelo (GIORGI Y MEARNS, 2002).
La utilización de ensembles multimodelo, es decir, de ensembles basados en
AOGCMs desarrollados en diferentes centros de modelización, se utiliza para las
proyecciones/predicciones climáticas tanto en las escalas estacional/interanual como
en la secular. En la medida que los errores de simulación de los diferentes AOGCMs
son independientes, se puede esperar que la media del ensemble verifique mejor que
cada uno de los modelos individuales proporcionando la “mejor estimación” de la
predicción. Los resultados en muchos casos han demostrado que esto es así tanto en
la verificación en la escala estacional (PALMER ET AL., 2004; HAGEDORN ET AL., 2005)
como en las simulaciones largas del clima actual (LAMBERT Y BOERT, 2001; GLEC-
KLER ET AL., 2008; REICHLER Y KIM, 2008).
El proyecto ENSEMBLES (véase http://ensembles-eu.metoffice.com/) ha te-
nido como principal objetivo la estimación de las incertidumbres en las proyeccio-
nes climáticas. Para ello, ha desarrollado un sistema de predicción por conjuntos
(ensembles) basado en modelos climáticos globales y regionales sobre Europa con
el fin de generar una estimación probabilística objetiva de la incertidumbre del clima
futuro desde las escalas estacionales a las seculares. En relación con los modelos
regionales de clima, se ha realizado en el proyecto una exploración, basada en índi-
ces de verificación frente a observaciones, de pesos para los distintos modelos que
permitan su combinación de una forma más razonable que la simple equiprobabili-
dad como se venía utilizando hasta ahora. Con los modelos globales no se ha hecho
ningún intento en el proyecto de ponderación de los distintos modelos para la com-
binación del ensemble multimodelo.
Experiencias previas con RCMs en el proyecto PRUDENCE (véase http://pru-
dence.dmi.dk/) han mostrado que no existe un solo modelo que sea superior a los
otros para todas las variables, estaciones, regiones y estadísticos (CHRISTENSEN Y
CHRISTENSEN, 2007; JACOB ET AL., 2007). En consecuencia, la información proce-
dente de los ensembles multimodelo posee un valor que puede incrementarse me-
diante una ponderación basada en la calidad y prestaciones de los modelos incluidos
en el ensemble.
En el caso de proyecto ENSEMBLES y para los RCMs se diseñó de forma ex-
ploratoria un conjunto de pesos basados en las simulaciones con los RCMs forzados
por ERA40 y una rejilla de observaciones (HAYLOCK ET AL., 2008). Dado el carác-
13
INTRODUCCIÓN GENERAL
Los modelos climáticos son las herramientas que se utilizan para la obtención de
las proyecciones de clima futuro. Cuanto más próximas a la realidad sean las simu-
laciones del clima presente, realizadas por los modelos, más confianza se tendrá en
sus proyecciones, de ahí la importancia que tiene la evaluación de los modelos para
poner en conocimiento de sus desarrolladores sus habilidades y defectos. La nece-
sidad de evaluación de los modelos se puso ya de manifiesto con los proyectos de
Intercomparación de modelos, AMIP (Atmospheric Model Intercomparison Pro-
ject), GATES (1992) y GATES ET AL. (1999); CMIP (Coupled Model Intercomparison
Project), MEEHL ET AL. (2000 y 2005b); y (CMIP3), MEEHL ET AL. (2007), entre otros.
14
EVALUACIONES PREVIAS DE LOS MODELOS CMIP3 DEL AR4-IPCC
Los objetivos de estos proyectos han sido comparar y evaluar los resultados de di-
ferentes modelos de forma sistemática y tratar de identificar las razones de sus di-
ferencias.
En general, las evaluaciones de los modelos globales que se encuentran en la
bibliografía y entre las que destacan las realizadas por COLLINS ET AL. (2006); JOHNS
ET AL. (2006); DELWORTH ET AL. (2006); WATTERSON (1996); TAYLOR (2001); KNUTTI
ET AL. (2006 y 2008); PIANI ET AL. (2005); SHUKLA ET AL. (2006); REICHLER Y KIM
(2008) entre otros, se caracterizan por haber analizado la habilidad de los modelos
climáticos para simular variables climáticas en escalas mensuales, estacionales o
anuales. La desventaja de utilizar valores medios, mensuales o estacionales, es que
estos pueden esconder sesgos y errores sistemáticos que, sin embargo, podrían ser
identificados si se utilizase dato diario.
La evaluación realizada en el Cuarto Informe de Evaluación del IPCC se ha
centrado principalmente en analizar la capacidad general de los modelos conside-
rando solamente su comportamiento global medio. En este sentido es importante
tener en cuenta que una “buena” simulación del valor medio no asegura que otras
propiedades de los datos estén bien simuladas (KHARIN Y ZWIERS, 2000; ZWIERS Y
ZHANG, 2003; SCHAEFFER ET AL., 2005; KHARIN Y ZWIERS, 2005), por lo que se hace
necesario realizar evaluaciones regionales y a distintas escalas temporales.
Una evaluación a escala diaria será muy valiosa no solo para subsanar en parte
los inconvenientes citados anteriormente, sino también porque el clima en escalas
diarias de tiempo tiene un impacto directo sobre la salud (TRIGO ET AL., 2005) y las
actividades humanas (por ejemplo, la agricultura, LUO ET AL., 2005). Otro aspecto a
tener en cuenta son los eventos extremos; estudios recientes de FRICH ET AL. (2002),
KIKTEV ET AL. (2003) Y ALEXANDER ET AL. (2006) utilizan índices climáticos extre-
mos para explorar la frecuencia y gravedad de los fenómenos climáticos extremos,
siendo estos de gran importancia para la comunidad de impactos.
Entre las evaluaciones realizadas en el Cuarto Informe del IPCC, encontradas
por los autores en la bibliografía, y realizadas con dato mensual cabe destacar, por
un lado, aquellas que analizan la habilidad de los modelos de simular los modos de
variabilidad climática en el Atlántico y Pacífico norte como STONER ET AL. (2009) Y
HANDORF Y DETHLOFF (2009), y, por otro lado, las que evalúan distintas variables de
los modelos como FAGGIAN Y GIORGI (2009) quienes evalúan la temperatura media
del aire en superficie y la precipitación para la región alpina; SHUKLA ET AL. (2006)
evalúan la anomalía estacional de temperatura en superficie utilizando como mé-
trica la entropía; GLECKLER ET AL. (2008) evalúan un total de 22 variables, a dife-
rencia de los estudios anteriores en los que solamente se considera un número muy
limitado de variables.
Entre los estudios de las evaluaciones realizadas con dato diario caben desta-
car: a) PERKINS ET AL. (2007) Y PERKINS Y PITMAN (2009) quienes realizan una eva-
luación de las temperaturas máxima, mínima y precipitación utilizando funciones de
densidad de probabilidad (PDF) en el primero, y en el segundo analizan la influen-
cia del sesgo de los modelos en las proyecciones de cambio climático; b) MÁXINO
ET AL. (2008) establecen un ranking de los modelos AR4 utilizando las PDF de PER-
KINS Y PITMAN (2007) para una región determinada de Australia; c) MIN Y HENSE
15
INTRODUCCIÓN GENERAL
(2006) evalúan los modelos siguiendo el método bayesiano; d) SUN ET AL. (2006)
evalúan la capacidad de los modelos para simular la precipitación, su intensidad y
frecuencia; e) XAVIER ET AL. (2008) desarrollan una métrica para evaluar la variabi-
lidad intraestacional en los modelos; f) KHARIN ET AL. (2007) evalúan extremos de
precipitación y temperatura; g) CHEN Y KNUTSON (2008) comparan índices extre-
mos de precipitación; h) DAI (2006) analiza las características de la precipitación
diaria en 18 modelos del AR4.
La importancia y novedad de este estudio radica en que su objetivo es abor-
dar una evaluación de los modelos AR4 utilizando datos tanto mensuales como dia-
rios para poder estudiar adicionalmente las escalas sinópticas y su influencia en el
clima. Además se ha abordado la evaluación de los modelos desde distintas pers-
pectivas y escalas temporales y espaciales, utilizando en algunos casos técnicas no-
vedosas y métricas hasta ahora apenas utilizadas en evaluación de modelos sobre
nuestra región de interés. A este respecto los estudios de evaluación sobre nuestra
área son por el momento escasos, destacando los realizados por NIETO Y RODRÍGUEZ-
PUEBLA (2006) Y ERRASTI ET AL. (2011) en los que entre otras variables se compara
la variabilidad de la precipitación observada con la obtenida por modelos. Final-
mente, y de acuerdo con las recomendaciones de KNUTTI ET AL. (2010a) y ante la in-
existencia de una métrica universal para medir la bondad de los modelos, se ha
utilizado una variedad de métricas que permiten cuantificar diferentes aspectos y
escalas de las simulaciones.
16
2.
Evaluación de precipitación y temperatura
2.1. Introducción
2.2. Datos
2.3. Metodología
2.4. Resultados
2.4.1. Ciclo anual de precipitación
2.4.2. Ciclo anual de temperatura
2.4.3. Análisis de la distribución espacial de precipitación
2.4.3.1. Anual
2.4.3.2. Invierno
2.4.3.3. Verano
2.4.4. Análisis de la distribución espacial de temperatura
2.4.4.1. Anual
2.4.4.2. Invierno
2.4.4.3. Verano
2.5. Conclusiones
INTRODUCCIÓN
2.1. INTRODUCCIÓN
19
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
los suele tener un aspecto más suavizado y con menor variabilidad espacial que la
precipitación observada.
Adicionalmente, hay que considerar que los procesos de interpolación para lle-
var a una rejilla común los modelos y las observaciones tienden a suavizar los datos.
Todas estas limitaciones se palian en parte cuando se calculan promedios espaciales y
temporales. Sin embargo, pueden exacerbarse cuando se calculan momentos de orden
superior. Las comparaciones también entre salidas de modelos y observaciones de va-
riables que muestran una gran variabilidad espacial precisan con frecuencia de algo-
ritmos de aproximación de escalas. Este es el caso de la precipitación en la península
Ibérica que, en principio, cuenta con una gran densidad de observaciones.
En este capítulo, al no haberse realizado cálculos y comparaciones de extre-
mos, se puede suponer que algunos de los problemas antes indicados que surgen
cuando se comparan las observaciones con las salidas directas de los modelos no
serán especialmente graves. En cualquier caso la evaluación aquí realizada deberá
complementarse en un futuro con la evaluación de regionalizaciones de los mode-
los globales frente a datos observacionales en una escala espacial comparable.
La comparación directa de la precipitación obtenida de modelos globales con
datos observacionales para una selección de modelos de AR4 y sobre la península
Ibérica ha sido previamente aplicada por algunos autores (NIETO Y RODRÍGUEZ-PUE-
BLA, 2006) y los resultados aquí recogidos son consistentes con ellos.
2.2. DATOS
20
RESULTADOS
nio limitado por (10,5ºO, 3,5ºE y 45,5ºN, 35,5ºN) que incluye a la península Ibérica.
Tanto de los datos observacionales CRU, como de los datos de los modelos y de los
reanálisis se eliminan de la rejilla común de 0,5º los datos que no pertenecen a la pe-
nínsula Ibérica, quedando finalmente 284 puntos sobre los cuales se han realizado
los cálculos en esta sección. Se han considerado 20 años de datos (desde 1980 a
1999) consistente con el periodo utilizado en AR4.
2.3. METODOLOGÍA
Los cálculos relativos tanto al ciclo anual medio como las distribuciones espaciales
de precipitación y temperatura se realizan para las observaciones y para los modelos
promediando sobre los 284 puntos que cubren la península Ibérica y a su vez pro-
mediando para los 20 años de datos considerados Las distribuciones espaciales de
precipitación y temperatura se estudian tanto anualmente como para las estaciones in-
vernal (diciembre, enero y febrero) y estival (junio, julio y agosto). Las diferencias
entre observaciones y modelos se estiman con tres índices estadísticos seleccionados
entre los más habituales: error absoluto medio (EAM), correlación absoluta (CORR)
y desviación estándar espacial (σ). Finalmente, se resume la información procedente
de los diferentes estadísticos en tablas utilizando un código tercílico tipo semáforo con
tres colores (verde, amarillo y rojo), correspondiendo el color verde (rojo) al tercio
de modelos que mejor (peor) comparan con las observaciones. Esta información se
presenta también en forma de diagramas de Taylor (TAYLOR, 2001).
Las tablas con los índices estadísticos calculados tanto para el ciclo anual como
para la distribución espacial de precipitación y temperatura y el correspondiente có-
digo de color permiten en una rápida inspección establecer una ordenación (ran-
king) de los modelos que mejor se aproximan a las observaciones. También se ha
incluido en las comparaciones la media de los modelos y, en los casos en los que sea
procedente, los reanálisis ERA40 y NCEP.
2.4. RESULTADOS
21
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
22
RESULTADOS
y de la media de los modelos. Para representar con una mayor claridad el ciclo anual,
se ha optado por representar en la Figura 2.2 la diferencia de temperaturas respecto
a la observación (CRU) en lugar de los valores absolutos. Se observa en este panel
que el ciclo anual de temperatura tiende a ser sobrestimado por los modelos en el pe-
riodo invernal y subestimado el resto del año, comportamiento que queda reflejado
en el ciclo de la media de los modelos. El máximo y el mínimo del ciclo anual muestran
una gran correspondencia de todos los modelos con los datos. Los modelos que mejor
se ajustan al ciclo anual son MIROC3.2(hires), UKMO-HadGEM1 y CCSM3. Por el
contrario, hay modelos que sobrestiman todos los meses la temperatura (GISS-EH,
MIROC3.2(medres)), mientras que otros la subestiman en todo el periodo (FGOALS-g1.0,
CGCM3.1(T47), CGCM3.1(T63) y UKMO-HadCM3). Los modelos GISS-AOM y
ECHO-G muestran una menor oscilación anual, con un máximo mucho menor y un
mayor mínimo, y además desplazamiento del máximo hacia agosto y setiembre.
La Tabla C.1 (véase Anexo C) muestra el error del ciclo anual de temperatura
para cada reanálisis y cada modelo estimado mediante los tres estadísticos seleccio-
nados. La Tabla 2.2 representa mediante el código de colores tercílico tipo semáforo,
mencionado más arriba, el tercio de modelos que más/menos se aproxima a la obser-
vación según los estadísticos considerados utilizando el color verde/rojo. Con este có-
digo resulta para el ciclo anual de temperatura que los mejores modelos, basado en los
Figura 2.1a-f (de izquierda a derecha y de arriba abajo). Ciclo anual de precipitación promediado
en 20 años (1980-1999) y para todos los puntos de rejilla sobre la península Ibérica. La Figura 2.1a
(izquierda, fila superior) muestra los valores correspondientes a los datos de observación (CRU), al
reanálisis ERA40, al reanálisis NCEP y a la media de los modelos. Las restantes figuras del panel
muestran el ciclo anual de los 22 modelos listados en la Figura A.1 del Anexo A. Para facilitar la com-
paración, la observación (CRU) aparece repetida en todas las figuras a f.
23
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.2a-f (de izquierda a derecha y de arriba abajo). Igual que la Figura 2.1a f, pero para el ciclo
anual de temperatura media mensual, representada en forma de diferencia respecto a la observación
(CRU).
24
RESULTADOS
25
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
26
RESULTADOS
mente el GISS-AOM, tal y como se deduce de la Figura 2.11 que representa la des-
viación estándar temporal de la temperatura media.
El modelo que mejor simula la distribución espacial de temperatura media
anual (véanse las Tablas C.1 (Anexo C) y 2.2) según el código tercílico de colores
aplicado anteriormente es el MIROC3.2(hires), mientras que los modelos que peor
la simulan son CSIRO-Mk3.0 y GISS-EH. Estos resultados son consistentes con lo
observado en el diagrama de Taylor (Figura D.6, Anexo D).
2.4.4.2. Invierno
Las características de la distribución espacial de temperatura media promediada para
los meses de invierno (DEF) son muy similares a las correspondientes promediadas
anualmente y en términos generales adolecen igualmente de los problemas asocia-
dos a la baja resolución de los modelos incapaces de representar fielmente la oro-
grafía real de la península Ibérica (véase Figura 2.12). La variabilidad interanual de
la temperatura media promediada para los meses invernales (véase Figura 2.13)
muestra en las observaciones una estructura meridional con valores más altos en la
parte oriental de la península, singularmente en las regiones situadas más hacia el SE.
Esta estructura es aproximadamente simulada por algunos modelos, siendo capaz la
media de todos los modelos de simular vagamente estas diferencias entre la parte
oriental y occidental de la península.
Las Tablas C.1 (Anexo C) y 2.2 nos muestran que para los meses invernales,
y en coincidencia con el promedio anual, el mejor modelo según el código tercílico
es MIROC3.2(hires), mientras que el peor es ECHO-G. Estos resultados son con-
sistentes con lo que se observa en el diagrama de Taylor (Figura D.7, Anexo D).
2.4.4.3. Verano
Las características de la distribución espacial de temperatura media promediada para
los meses de verano (JJA) vienen sobre todo marcadas, tanto en las observaciones
como en los modelos, por un claro gradiente meridional. En términos generales se
observan también los problemas asociados a la baja resolución de los modelos in-
capaces de representar fielmente la orografía real de la península Ibérica (véase Fi-
gura 2.14). La variabilidad interanual de la temperatura media, representada por la
desviación estándar temporal, promediada para los meses estivales (véase Figura
2.15) muestra en las observaciones una estructura caracterizada por valores más
altos en el interior de la península, y valores más bajos en las zonas costeras, sin-
gularmente en la fachada atlántica. Estas características son recogidas de forma muy
dispar por los modelos que, en términos generales, muestran una mayor variabilidad
interanual, tal y como se resume en la media de los modelos que muestra valores cla-
ramente más altos que en la observación, si bien se mantiene una estructura similar
con valores mayores hacia las regiones más interiores. Las Tablas C.1 (Anexo C) y
2.2 nos muestran que para los meses estivales los mejores modelos, según el código
tercílico de colores, son MIROC3.2(hires), ECHAM5/MPI-OM y CCSM3, mientras
que los peores son ECHO-G y GISS-AOM. Estos resultados son consistentes con lo
que se observa en el diagrama de Taylor (Figura D.8, Anexo D).
27
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
2.5. CONCLUSIONES
Las Tablas 2.1 y 2.2 resumen de forma muy sintética la evaluación de todos los mo-
delos considerados utilizando tanto la distribución espacial como el ciclo anual de
los campos de precipitación y temperatura. Las métricas utilizadas para estimar las
diferencias entre las climatologías proporcionadas por los modelos y por la obser-
vación se basan en índices estadísticos habituales y en la utilización de un código ter-
cílico simple y visual. Este código permite una inmediata clasificación de los
modelos para ulteriores usos bien sean relacionados con la selección de modelos
para su regionalización o para su combinación ponderada por su calidad.
En términos generales, las principales conclusiones de este capítulo son:
La clasificación de los modelos utilizando el código tercílico simple propuesto
es consistente con la información presentada en forma de diagramas de Taylor. Esto
es esperable, ya que se trata de diferentes formas de representar visualmente la
misma información contenida en los índices estadísticos calculados. La presenta-
ción gráfica basada en colores permite seleccionar inmediatamente los modelos que
mejor y peor ajustan su climatología a las observaciones de cara fundamentalmente
bien a descartar o seleccionar modelos para su posterior utilización. Los algoritmos
más finos de pesado de modelos no parecen muy adecuados a la vista de la dispari-
dad de resultados obtenidos por diferentes autores.
La precipitación y la temperatura procedentes de los modelos muestran las de-
ficiencias asociadas con la escasa resolución de los mismos que les impide repre-
sentar adecuadamente las características orográficas principales de la península
Ibérica. En consecuencia, una parte relevante de las deficiencias en la simulación de
ambas variables es atribuible a una insuficiente representación de la orografía por
parte de los modelos. El régimen de precipitación de la península Ibérica se carac-
teriza por una gran variabilidad tanto en el dominio espacial como temporal. El ciclo
anual bimodal observado en la península Ibérica para la precipitación apenas es re-
presentado por los modelos. Consecuentemente, los modelos tienden a sobrestimar
la precipitación media peninsular desde noviembre a abril y de junio a agosto y a su-
bestimarla en los periodos de primavera y otoño. Esta característica esencial de la
precipitación sobre la península es una carencia fundamental de los modelos y la
atribución de sus causas permitirá avanzar en una mejor simulación del clima. Tanto
la insuficiente resolución espacial, como las parametrizaciones físicas empleadas
deberán investigarse como causas posibles de este comportamiento.
El ciclo anual de temperatura tiende a ser sobrestimado por los modelos en el
periodo invernal y subestimado el resto del año. Esta característica puede ser expli-
cada razonablemente por la insuficiente resolución espacial que tiende a suavizar
los extremos. Por esta misma razón, no se han hecho intentos de estimar la bondad
de los extremos simulados por los modelos.
En términos generales, mientras que las características a grandes rasgos de la
distribución espacial de precipitación acumulada y temperatura media están razo-
nablemente simuladas por los modelos, su variabilidad interanual presenta serias
deficiencias.
28
CONCLUSIONES
Figura 2.3. Precipitación (en mm) anual promediada en 20 años (1980-1999) sobre la península Ibé-
rica. En la primera fila se muestran los campos correspondientes a los datos de observación (CRU),
al reanálisis NCEP, al reanálisis ERA40 y a la media de los modelos. Las restantes figuras del panel
muestran los campos de precipitación media generados por los 22 modelos listados en la Tabla A.1
del Anexo A.
29
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.4. Desviación estándar de la precipitación anual (en mm) en el periodo de 20 años (1980-
1999) sobre la península Ibérica. En la primera fila se muestran los campos correspondientes a los
datos de observación (CRU), al reanálisis NCEP, al reanálisis ERA40 y a la media de las desviacio-
nes de los modelos. Las restantes figuras del panel muestran la desviación estándar de los campos de
precipitación media generados por los 22 modelos listados en la Tabla A.1 del Anexo A.
30
CONCLUSIONES
Figura 2.5. Diferencias relativas respecto a la observación de la precipitación media anual (en tanto
por uno) en el periodo de 20 años (1980-1999) sobre la península Ibérica. En la primera fila se mues-
tran los campos correspondientes al reanálisis NCEP, al reanálisis ERA40 y a la media de los mode-
los. Las restantes figuras del panel muestran la diferencia relativa respecto a la observación de la
precipitación media anual de los 22 modelos listados en la Tabla A.1 del Anexo A.
31
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.6. Igual que Figura 2.3 pero para la precipitación acumulada en invierno (DEF).
32
CONCLUSIONES
Figura 2.7. Igual que Figura 2.4 pero para la desviación estándar en invierno (DEF).
33
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.8. Igual que Figura 2.3 pero para la precipitación acumulada en verano (JJA).
34
CONCLUSIONES
Figura 2.9. Igual que Figura 2.4 pero para la desviación estándar en verano (JJA).
35
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.10. Igual que Figura 2.3, pero para la temperatura anual media.
36
CONCLUSIONES
Figura 2.11. Igual que Figura 2.4, pero para la desviación estándar de la temperatura anual media.
37
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.12. Igual que Figura 2.3 pero para la temperatura media en invierno (DEF).
38
CONCLUSIONES
Figura 2.13. Igual que Figura 2.4 pero para la desviación estándar de la temperatura en invierno
(DEF).
39
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura 2.14. Igual que Figura 2.3 pero para la temperatura media en verano (JJA).
40
CONCLUSIONES
Figura 2.15. Igual que Figura 2.4 pero para la desviación estándar de la temperatura media en ve-
rano (JJA).
41
EVALUACIÓN DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Media de modelos 3 5 4 7 8 11 10 11 3 5 12 13
A BCCR-BCM2.0 22 9 19 22 23 17 22 17 23 22 23 14
B CCSM3 14 21 3 6 9 8 15 23 16 6 4 15
C CGCM3.1(T47) 5 10 16 8 13 20 7 8 4 8 16 17
D CGCM3.1(T63) 4 8 11 10 20 21 3 9 11 11 19 18
E CNRM-CM3 18 22 2 21 16 18 19 18 21 20 17 11
F CSIRO-Mk3.0 10 7 15 15 11 3 17 22 6 16 18 1
G ECHAM5/MPI-OM 19 17 22 18 12 10 16 13 14 7 13 2
H ECHO-G 1 1 6 14 18 23 1 3 5 14 20 23
I FGOALS-g1.0 16 6 5 11 19 16 11 4 18 19 10 19
J GFDL-CM2.0 17 11 18 16 4 1 14 6 10 18 6 6
K GFDL-CM2.1 11 12 20 20 10 13 6 14 1 12 14 5
L GISS-AOM 23 20 23 23 22 19 23 19 20 23 22 22
M GISS-EH 8 3 8 12 17 22 13 1 15 9 15 21
N GISS-ER 20 14 14 19 14 2 21 15 22 21 21 3
O INM-CM3.0 12 18 13 17 21 12 9 2 17 4 11 12
P IPSL-CM4 15 19 10 13 15 5 5 12 2 17 9 4
Q MIROC3.2(hires) 9 4 21 3 2 15 20 7 19 13 8 7
R MIROC3.2 (medres) 2 2 1 4 5 14 4 10 13 2 5 16
S MRI-CGCM2.3.2 21 23 9 2 3 4 8 16 12 10 2 20
T PCM 7 16 17 5 6 6 12 20 7 1 3 8
U UKMO-HadCM3 6 13 7 9 7 9 2 5 9 3 7 10
V UKMO-HadGEM1 13 15 12 1 1 7 18 21 8 15 1 9
Tabla 2.1. Clasificación de los 22 modelos listados en la Tabla A.1 del Anexo A según un código de
colores tercílico (verde/rojo representando los mejores/peores modelos) referidos a los estadísticos
resumidos en la Tabla B.1 del Anexo B. Todos los estadísticos calculados para los modelos están re-
feridos a la observación (CRU). [Los estadísticos representados son: error absoluto medio (EAM);
coeficiente de correlación (CORR) y desviación estándar respecto a desviación estándar de las ob-
servaciones (σM/σD)].
42
CONCLUSIONES
Media de modelos 6 3 12 2 3 14 7 2 13 3 2 14
A BCCR-BCM2.0 10 15 15 12 18 2 13 13 12 12 12 8
B CCSM3 2 11 3 3 5 13 1 1 1 1 1 12
C CGCM3.1(T47) 11 1 13 18 19 5 2 4 14 14 13 5
D CGCM3.1(T63) 13 5 2 14 7 4 12 16 6 17 10 1
E CNRM-CM3 8 7 8 8 17 12 9 18 5 10 5 16
F CSIRO-Mk3.0 14 12 19 15 21 10 17 14 17 15 21 17
G ECHAM5/MPI-OM 3 8 9 11 15 1 4 5 2 4 15 6
H ECHO-G 21 21 20 21 16 18 21 17 21 13 8 21
I FGOALS-g1.0 15 17 1 13 4 17 15 19 11 19 18 13
J GFDL-CM2.0 18 14 17 6 13 6 20 15 4 20 17 3
K GFDL-CM2.1 9 19 11 4 14 9 8 11 10 8 16 4
L GISS-AOM 20 20 21 20 20 8 19 20 18 11 19 9
M GISS-EH 19 10 10 19 8 19 18 21 8 21 20 18
N GISS-ER 17 18 18 16 2 15 11 7 20 9 4 7
P IPSL-CM4 7 9 16 5 6 16 10 12 19 7 11 20
Q MIROC3.2(hires) 1 4 7 1 1 3 3 6 3 2 6 2
R MIROC3.2 (medres) 12 13 4 17 9 21 14 8 15 16 14 15
T PCM 5 16 5 10 11 20 5 3 16 6 3 19
U UKMO-HadCM3 16 2 14 7 12 11 16 10 7 18 7 11
V UKMO-HadGEM1 4 6 6 9 10 7 6 9 9 5 9 10
Tabla 2.2. Clasificación de los 22 modelos listados en la Tabla A.1 del Anexo A según un código de
colores tercílico (verde/rojo representando los mejores/peores modelos) referidos a los estadísticos
resumidos en la Tabla C.1 del Anexo C. Todos los estadísticos calculados para los modelos están re-
feridos a la observación (CRU). [Los estadísticos representados son: error absoluto medio (EAM);
coeficiente de correlación (CORR) y desviación estándar respecto a desviación estándar de las ob-
servaciones (σM/σD)].
43
3.
Evaluación de los modos de variabilidad
3.1. Introducción
3.2. Datos
3.3. Metodología
3.4. Resultados
3.4.1. Análisis espacial de los modos de variabilidad
3.4.2. Análisis temporal de los modos de variabilidad
3.5. Conclusiones
INTRODUCCIÓN
3.1. INTRODUCCIÓN
47
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
48
METODOLOGÍA
3.2. DATOS
3.3. METODOLOGÍA
49
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
50
RESULTADOS
3.4. RESULTADOS
51
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
52
RESULTADOS
53
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
54
RESULTADOS
55
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
Figura 3.2. Los cuatro modos de variabilidad del ERA40. Entre paréntesis la varianza explicada por
cada modo.
Figura 3.3. Coeficiente de correlación (%) entre los modelos AR4 y ERA40.
Figura 3.4. Razón de la desviación estándar (σmodelo/σERA40) entre los modelos AR4 y ERA40.
56
RESULTADOS
Figura 3.5. Diagramas de Taylor en los que se comparan los patrones espaciales del ERA40 (Ref) y los
16 modelos AR4 (letras coloreadas) para los cuatro modos de variabilidad: a) NAO, b) SCAND, c) EA
y d) EA/WR. La distancia radial desde el origen es proporcional a la razón de la desviación estándar
(σmodelo/σERA40). La correlación entre cada modelo y ERA40 es la posición azimutal. El error cuadrá-
tico medio de la diferencia entre el modelo y el campo de referencia es proporcional a su distancia.
Figura 3.6. Porcentaje de varianza explicada (%) por ERA40 y los modelos AR4.
57
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
58
RESULTADOS
59
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
60
RESULTADOS
61
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
62
RESULTADOS
Figura 3.7. PDFs de los modos de variabilidad NAO, SCAND, EA y EA/WR correspondientes al
ERA40 (en rojo) y a los modelos AR4 (en negro).
Tabla 3.5. Coeficientes de asimetría y curtosis de los modos de variabilidad NAO, SCAND, EA y
EA/WR correspondiente al ERA40 y los modelos del AR4 IPCC.
63
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
Figura 3.8. Diagrama de cajas del coeficiente Figura 3.9. Como en la Figura 3.8, pero para
de asimetría de los modos de variabilidad NAO, el coeficiente de curtosis.
SCAND, EA y EA/WR correspondiente a los
modelos del AR4. Los valores del ERA40 vie-
nen representados por el círculo rojo.
Tabla 3.6. Ranking de los modelos AR4 considerando el estadístico de Kolmogorov-Smirnov, Ds,
para los modos de variabilidad NAO, SCAND, EA y EA/WR.
64
CONCLUSIONES
Tiempos de decaimiento
NAO SCAND EA EA/WR
ERA40 10,4 11,8 8,6 8,8
BCCR-BCM2.0 7,9 8,2 7,4 6,2
CCSM3 9,4 10,8 7,3 7,7
CGCM3.1(T47) 7,9 10,0 6,7 6,5
CGCM3.1(T63) 9,1 10,3 6,9 7,9
CNRM-CM3 8,2 9,1 6,7 7,3
CSIRO-Mk3.0 9,3 8,9 6,7 6,7
ECHAM5/MPI-OM 8,3 9,9 6,8 6,5
GFDL-CM2.0 8,9 8,7 7,0 7,1
GISS-AOM 7,3 7,9 6,3 6,8
INM-CM3.0 7,6 10,1 6,8 6,9
MIROC3.2(hires) 8,1 9,9 6,3 7,0
MIROC3.2(medres) 8,5 9,8 6,4 7,4
MRI-CGCM2.3.2 7,7 8,6 6,0 6,4
PCM 9,2 10,9 6,5 7,3
UKMO-HadCM3 9,0 10,7 6,8 6,8
UKMO-HadGEM1 8,8 9,1 7,0 7,2
Tabla 3.7. Tiempos de decaimiento (en días) de los modos de variabilidad NAO, SCAND, EA y
EA/WR para ERA40 y los modelos AR4.
3.5. CONCLUSIONES
65
EVALUACIÓN DE LOS MODOS DE VARIABILIDAD
asimetría, curtosis y métrica obtenida a partir del estadístico del test no paramétrico
de KS), y escalas de tiempo características como los tiempos de decaimiento, com-
parados con los correspondientes al ERA40. Las principales conclusiones que se
han extraído de este capítulo son:
a) En general los 16 modelos AR4 considerados son capaces de reproducir las
principales características espaciales de los modos de variabilidad del ERA40.
La mayoría de los modelos subestiman las varianzas explicadas por la NAO
y el SCAND mientras que sobrestiman para los modos EA y EA/WR; siendo
los modelos CGCM3.1 (T63) y UKMO-HadGEM1 los que presentan valores
más próximos a la varianza explicada del ERA40, mientras que el modelo
GISS-AOM muestra el mayor sesgo para los cuatro modos. Por otro lado, el
SCAND es el modo con mayor número de modelos con las correlaciones es-
paciales más altas, estando estas comprendidas entre 95 % y el 99 %. Para los
modos NAO y EA, los modelos muestran correlaciones de entre el 80 % y el
90 %, mientras que para el EA/WR, un elevado número de modelos muestra
correlaciones en torno al 95 %. Considerando los cuatro modos conjuntamente,
UKMO-HadGEM1, CGCM3.1 (T63) y CGCM3.1 (T47) son los modelos que
muestran las correlaciones más altas, mientras que el GISS-AOM es el que
muestra las más bajas.
b) Con respecto a las características temporales, las diferencias entre la PDF de
cada modo de variabilidad para el ERA40 y los modelos, se han evaluado me-
diante el test no paramétrico de Kolmogorov-Smirnov de 2 muestras, en fun-
ción de la denominada distancia de Smirnov, Ds, que resulta ser significativa
al nivel del 5 %. La forma de las PDFs depende del modelo de variabilidad
considerado. La naturaleza cuantitativa del estadístico Ds ha permitido cuan-
tificar la habilidad de los modelos para simular la función de densidad de pro-
babilidad de cada modo de variabilidad relativa a ERA40. Los modelos
BCCR-BCM2.0, CCSM3 y PCM son los modelos mejores mientras que los
peores son CNRM-CM3, MIROC3.2(medres) y GISS-AOM.
Respecto a los tiempos de decaimiento, utilizados como medidas de escalas de
tiempo características, ninguno de los modelos considerados en este capítulo es
capaz de reproducirlos apropiadamente para los cuatro modos de variabilidad. Los
modelos que muestran los mejores tiempos de decaimiento son CCSM3 y
CGCM3.1(T63).
A modo de resumen, todos los modelos son capaces de simular razonable-
mente bien los cuatro modos de variabilidad, siendo el SCAND el modo mejor si-
mulado espacialmente mientras que los modos mejor simulados atendiendo a sus
características temporales son el SCAND y la NAO. UKMO-HadGEM1 y
CGCM3.1(T63) son los modelos que mejor simulan las características espaciales
mientras que CCSM3 y CGCM3.1(T63) son los modelos mejores con respecto a las
características temporales. GISS-AOM es el modelo con el peor comportamiento
tanto en características espaciales como temporales. En consonancia con los resul-
tados de STONER ET AL. (2009) y STEPHENSON ET AL. (2006), no se ha encontrado
ningún modelo que sobresaliera en su habilidad para reproducir todos los modos de
variabilidad. Se puede aceptar que los modelos AR4 considerados han mostrado ha-
66
CONCLUSIONES
67
4.
Evaluación de los Tipos de Circulación
4.1. Introducción
4.2. Datos
4.3. Metodología
4.4. Resultados
4.4.1. Análisis espacial de los Tipos de Circulación
4.4.2. Análisis temporal de los Tipos de Circulación
4.4.2.1. Frecuencias de los Tipos de Circulación
4.4.2.2. Tiempo medio de residencia de los Tipos de Circulación
4.4.2.3. Características de los eventos
4.4.2.4. Transiciones y su predecibilidad
4.5. Conclusiones
INTRODUCCIÓN
4.1. INTRODUCCIÓN
Durante los últimos decenios junto a la conciencia creciente del cambio climático se
ha asistido casi paralelamente a un renacer en la investigación de la climatología si-
nóptica. Actualmente existe un número creciente de estudios que tratan de relacio-
nar las tendencias climáticas y la variabilidad de la circulación atmosférica en escalas
de tiempo sinópticas, que pueden describirse de diferentes maneras, como queda
ampliamente reflejado en el gran número de diferentes clasificaciones basadas en la
circulación atmosférica (HUTH ET AL., 2008). En términos generales, clasificación
significa agrupar en clases o “conglomerados” entidades que comparten caracterís-
ticas comunes en cada grupo y presentan grandes diferencias entre los distintos gru-
pos resultantes de la clasificación.
Las clasificaciones de los regímenes de circulación a escala de tiempo sinóptica
se introdujeron originalmente como un intento para relacionar los patrones persisten-
tes y recurrentes con la dinámica atmosférica a escala planetaria o sinóptica (RHEIN-
HOLD Y PIERREHUMBERT, 1982). Poco tiempo después, se sugirió, por vez primera, que
los regímenes de flujo podrían estar asociados con algunas propiedades del atractor at-
mosférico a gran escala, en concreto, con los puntos fijos inestables de la dinámica at-
mosférica (LEGRAS Y GHIL, 1985). Más recientemente, las clasificaciones sinópticas de
los regímenes de circulación se han utilizado para inferir las probabilidades de suce-
sos extremos. A este respecto, las conexiones entre regímenes de tiempo y episodios
de extremos a escala local se han examinado en distintas zonas de las regiones de la-
titudes medias (ROBERTSON Y GHIL, 1999; YIOU Y NOGAJ, 2004; CASSOU ET AL., 2005).
Centrándonos en Europa, más concretamente en el área mediterránea, HERTIG
ET AL. (2010) subrayan que debido a la gran variabilidad climática de las latitudes
subtropicales y a la compleja topografía de la región mediterránea, esta área se ve
afectada tanto por los eventos fríos —especialmente durante los meses invernales—
como por las condiciones extremas muy cálidas, principalmente durante los meses
estivales. Por otra parte, como apunta GIORGI (2006), el cambio climático futuro
afectará más al área mediterránea que a otras regiones del globo.
En este contexto, la posibilidad de emplear métodos sinópticos con los datos
de reanálisis y/o salidas de los AOGCMs para estudiar las características del clima
puede ser una vía muy prometedora. Especialmente en la última década, se ha re-
conocido que los procedimientos de clasificación de la circulación constituyen una
herramienta innovadora en la evaluación de los modelos climáticos desde un punto
de vista sinóptico. Por otra parte, dada la necesidad creciente de las evaluaciones de
impacto del cambio climático tanto a escala regional como local, este enfoque si-
nóptico se revela de gran utilidad al tratar de escoger los modelos más apropiados
para posteriores estudios de reducción de escala (downscaling) y/o de combinación
ponderada de miembros en un ensemble multimodelo. Sin embargo, hasta el pre-
sente el número de estudios dedicados a examinar la forma y el grado en que los
modelos reproducen los Tipos de Circulación (TC) es relativamente escaso desta-
cando los realizados por SHERIDAN Y LEE (2010) y los estudios de: HUTH (1997 Y
2000), LAPP ET AL. (2002), MCKENDRY ET AL. (1995 Y 2006), SCHOOF Y PRYOR
(2006), STAHL ET AL. (2006), CASSANO ET AL. (2006), BRUNET ET AL. (2008), HAN-
71
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
DORF Y DETHLOFF (2009), HUTH ET AL. (2008), DEMUZERE ET AL. (2009) Y FINNIS ET
AL. (2009). La adopción de este enfoque en este capítulo está motivado, en gran me-
dida, por nuestra convicción del beneficio que puede aportar al análisis climático la
descripción más detallada de la escala sinóptica mediante la identificación de la po-
sición e intensidad de los centros de presión, la frecuencia relativa de los tipos de
flujo medio zonales y meridionales y de las transiciones entre diferentes tipos de
circulación (DEMUZERE ET AL., 2009; CASADO ET AL., 2010). De esta forma, se puede
evaluar si los tipos simulados por los AOGCMs son realistas tanto en su represen-
tación geográfica como en las frecuencias de los tipos de circulación comparándo-
los con los datos de observación. Además, los errores sistemáticos presentes en la
estimación de la frecuencia y la variabilidad en algunos TC pueden considerarse
como una fuente de incertidumbre adicional e introducirse en aquellos métodos de
reducción de escala que utilicen como predictores las frecuencias de los Tipos de Cir-
culación según la constatación reciente de ANAGNOSTOPOULOU ET AL. (2007).
Más adelante, el mismo procedimiento permitirá abordar el estudio de los cam-
bios en los tipos o los cambios en las frecuencias de los TC en las condiciones de
clima futuro, proporcionadas por las simulaciones de los AOGCMs bajo diferentes
escenarios de emisión, respecto a las condiciones del clima actual.
Dentro de este marco, el objetivo principal de este capítulo consiste en evaluar
la habilidad de un conjunto de modelos del AR4 del IPCC para reproducir las ca-
racterísticas principales tanto espaciales como temporales de los Tipos de Circula-
ción del reanálisis ERA40. Se han aplicado dos esquemas o técnicas de clasificación
para explorar de esta forma, no solo la incertidumbre de utilizar distintos modelos,
sino también la sensibilidad de los resultados respecto al esquema de clasificación
empleado. Estos resultados serán de gran utilidad ya que permitirán establecer un
ranking de los modelos AR4 que mejor simulen el clima desde un punto de vista si-
nóptico en la región euroatlántica; reduciendo así el número de posibles modelos
climáticos que podrán emplearse posteriormente en aplicaciones específicas; sin ol-
vidar que estas listas de rankings proporcionan una información muy valiosa tanto
en la cuantificación de la relación entre extremos y tipos de circulación como en los
estudios de impacto.
4.2. DATOS
En este capítulo se han utilizado las mismas bases de datos, variable (MSLP), pe-
riodo invernal (diciembre, enero y febrero, comprendidos entre diciembre de 1980
a diciembre de 1999) y área (25ºN a 70ºN y desde 45ºO a 50ºE) a las que se hacen
referencia en el capítulo 3 de este libro. Como en el capítulo anterior, todas las
bases de datos, tanto los procedentes del ERA40 como los de los modelos del
AR4, han sido interpolados a una rejilla común con una resolución latitud longi-
tud de 2,5º × 2,5º.
72
METODOLOGÍA
4.3. METODOLOGÍA
73
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
4.4. RESULTADOS
74
RESULTADOS
75
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
76
RESULTADOS
Figura 4.1.a. Campos medios MSLP de los 8 Tipos de Circulación para el invierno de ERA40 uti-
lizando el esquema de clasificación k-medias. Intervalo de 4 hPa.
77
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura 4.1.b. Campos medios MSLP de los 8 Tipos de Circulación para el invierno de ERA40 uti-
lizando el esquema de clasificación SANDRA. Intervalo de 4 hPa.
78
RESULTADOS
CORRELACIONES
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
k S k S k S k S k S k S k S k S
BCCR-BCM2.0 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,98 0,97 0,96 0,98 0,98 0,76 0,83 0,97 0,96 0,98 0,98
CCSM3 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,98 0,99 0,99 0,87 0,88 0,97 0,97 0,98 0,98
CGCM3.1(T47) 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,97 0,99 0,99 0,87 0,90 0,97 0,97 0,98 0,98
CGCM3.1(T63) 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,99 0,99 0,97 0,94 0,99 0,94 0,95 0,99 0,99 0,99 0,98
CNRM-CM3 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,95 0,93 0,96 0,96 0,68 0,82 0,99 0,98 0,99 0,99
CSIRO-Mk3.0 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,95 0,94 0,96 0,97 0,86 0,89 0,97 0,97 0,98 0,98
ECHAM5/MPI-OM 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,97 0,96 0,99 0,99 0,94 0,96 0,99 0,98 0,99 0,99
GFDL-CM2.0 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,98 0,98 0,98 0,86 0,92 0,98 0,97 0,99 0,99
GISS-AOM 0,99 0,98 0,99 0,98 0,98 0,97 0,95 0,93 0,97 0,96 0,51 0,72 0,94 0,94 0,98 0,97
INM-CM3.0 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,96 0,95 0,98 0,98 0,75 0,83 0,96 0,96 0,99 0,98
MIROC3.2(hires) 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,97 0,98 0,99 0,95 0,95 0,98 0,97 0,98 0,98
MIROC3.2(medres) 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,97 0,95 0,98 0,98 0,76 0,85 0,90 0,95 0,98 0,98
MRI-CGCM2.3.2 0,98 0,98 0,99 0,98 0,99 0,98 0,97 0,97 0,98 0,98 0,83 0,87 0,95 0,95 0,99 0,99
PCM 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,98 0,97 0,99 0,99 0,84 0,89 0,98 0,97 0,98 0,98
UKMO-HadCM3 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,96 0,95 0,98 0,98 0,91 0,90 0,97 0,97 0,98 0,98
UKMO-HadGEM1 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,99 0,95 0,96 0,99 0,99 0,99 0,99
Tabla 4.2. Correlaciones de los TC de los modelos AR4 con los correspondientes del ERA40 para
ambos esquemas de clasificación: k-medias (k) y SANDRA (S).
79
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
valor del tercer cuartil del conjunto de los modelos. En los tipos de circulación más
meridionales asociados con configuraciones de tipo bloqueo, tales como TC6 y TC7,
se observa que el valor del ERA40 se encuentra comprendido entre el tercer cuartil
y el máximo (TC6) y coincide con el máximo (TC7). Esta tendencia a la subestima-
ción de la frecuencia de los modelos, más notoria en el caso de flujos meridionales o
regímenes tipo bloqueo mostrada en el TC7, concuerda con los resultados ya obteni-
dos en la bibliografía (HUTH, 2000; PELLY Y HOSKINS, 2003b). Finalmente, conside-
rando los tipos TC5 y TC8, patrones de circulación mixtos, entre zonales y
meridionales, en el TC5, el valor del ERA40 es ligeramente inferior a la mediana del
conjunto de los modelos y en el caso del TC8, el valor del ERA40 se encuentra lo-
calizado entre el mínimo y el primer cuartil, más próximo al primer cuartil. La menor
variabilidad en el conjunto de los modelos se presenta en el tipo TC3. La mayor va-
riabilidad, a tenor de la longitud de los bigotes y del tamaño de las cajas se presenta
en los tipos TC4 y TC8. Hay una tendencia hacia asimetría negativa en el TC2 y TC6,
ya que los modelos tienden a concentrarse en los valores superiores mientras que los
tipos TC1 y TC7 muestran tendencia hacia asimetría positiva.
El esquema SANDRA (Figura 4.3) muestra en líneas generales resultados si-
milares a los obtenidos en k-medias, el tamaño de los diagramas de cajas y bigotes
no suele variar, donde sí se aprecian diferencias es en la posición del ERA40. Las
pequeñas diferencias afectan al tipo TC2, en el que el valor del ERA40 es ligera-
mente superior al valor de la mediana del conjunto de los modelos; en el TC5, el
valor del ERA40 está muy próximo al valor del primer cuartil, existiendo una ten-
dencia hacia asimetría negativa. En el TC7, el valor del ERA40 se localiza entre el
tercer cuartil y el máximo, más próximo al máximo del conjunto de los modelos y
finalmente, el tipo TC8, en el que el ERA40 viene a coincidir con el primer cuartil.
Las frecuencias relativas del conjunto de los modelos para los tipos TC4 y TC8 son
más variables que para los otros tipos.
Analizando cómo se distribuye la frecuencia invernal entre los 8 Tipos de
Circulación en cada modelo y para cada esquema de clasificación (Tablas 4.3 y
4.4) se observa que el rango de variación de las frecuencias de los modelos excede
al mostrado en el ERA40. Así, en el esquema k-medias, los tres modelos con el
menor rango son el CCSM3 que oscila entre 10,06 % (para los tipos TC6 y TC8)
y 15,32 % (TC1); el CGCM3.1(T63) que oscila entre 9,67 % (TC6) y 15,17 %
(TC2) y el UKMO-HadGEM1 que oscila entre 9,67 % (TC6) y 15,56 % (TC8)
siendo los modelos con mayor rango: el GISS-AOM que oscila entre 6,00 % (TC7)
y 23,89 % (TC4), el CNRM-CM3 entre 6,89 % (para los tipos TC3 y TC6) y 23,28
% (TC4) y el MRI-CGCM2.3.2 que oscila entre 5,22 % (TC7) y 24,72 % (TC4).
Con respecto al esquema SANDRA, los tres modelos con el menor rango son el
UKMO-HadGEM1 que varía entre 10,17 % (TC7) y 14,94 % (TC4), el
CGCM3.1(T63) cuya oscilación está entre 9,22 % (TC7) y 15,33 % (TC2) y el
CCSM3 que oscila entre 9,71 % (TC6) y 16,43 % (TC1), Por su parte, los mode-
los con mayor rango son: el GISS-AOM entre 5,39 % (TC7) y 22,00 % (TC4); el
CNRM-CM3 que oscila entre 7,11 % (TC7) y 21,44 % (TC4) y el MRI-CGCM2.3.2
entre 4,00 % (TC7) y 23,94 % (TC4).
80
RESULTADOS
81
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura 4.2. Diagrama de cajas de las frecuencias expresadas en porcentaje de los 8 Tipos de Circu-
lación (TC) del invierno de los modelos del AR4 para el esquema de clasificación k-medias. Las ba-
rras horizontales inferiores (superiores) indican los valores mínimos (máximos). Los extremos
inferiores (superiores) de las cajas señalan el primer (tercer) cuartil y, el segmento central, la mediana.
Las frecuencias para el ERA40 vienen representadas por el círculo rojo.
Figura 4.3. Como en la Figura 4.2, pero para el esquema de clasificación SANDRA.
82
RESULTADOS
Figura 4.4. Sesgo invernal (en días) de los 8 Tipos de Circulación para los modelos del AR4-IPCC
bajo los esquemas de clasificación k-medias y SANDRA.
83
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
84
RESULTADOS
85
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura 4.5. Sesgo invernal (días) de los modelos del AR4-IPCC. a) Esquema de clasificación k-me-
dias, b) esquema de clasificación SANDRA.
86
RESULTADOS
Figura 4.6. Promedio del valor absoluto de los sesgos de las frecuencias de los TC de los modelos
del AR4-IPCC expresado en días para los esquemas de clasificación k-medias y SANDRA.
SESGO FRECUENCIAS
k-medias SANDRA
BCCR-BCM2.0
CCSM3
CGCM3.1(T47)
CGCM3.1(T63)
CNRM-CM3
CSIRO-Mk3.0
ECHAM5/MPI-OM
GFDL-CM2.0
GISS-AOM
INM-CM3.0
MIROC3.2(hires)
MIROC3.2(medres)
MRI-CGCM2.3.2
PCM
UKMO-HadCM3
UKMO-HadGEM1
Tabla 4.5. Ranking de los modelos con respecto al promedio de los sesgos invernales para los es-
quemas de clasificación k-medias y SANDRA. Valores más próximos al ERA40 (color verde), más
alejados (color rojo).
87
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Los modelos con menos sesgo para el esquema k-medias son: el CGCM3.1
(T63), CCSM3, GFDL-CM2.0, UKMO-HadGEM1 y MIROC3.2(hires). Por lo que
respecta a SANDRA son: el UKMO-HadGEM1, CGCM3.1(T63), CGCM3.1(T47),
GFDL-CM2.0 y ECHAM5/MPI-OM. El rasgo más reseñable se refiere a la coinci-
dencia total en los modelos de mayor sesgo en ambos esquemas: GISS-AOM,
CNRM-CM3, MRI-CGCM2.3.2, MIROC3.2(medres) y BCCR-BCM2.0.
4.4.2.2. Tiempo medio de residencia de los Tipos de Circulación
La persistencia o tiempo de vida de un determinado TC viene expresada como la du-
ración media de los eventos. Se define como el cociente entre el número total de
días de cada TC y el número de eventos del dicho TC; donde un evento es una se-
cuencia ininterrumpida de días clasificados en un determinado TC, siendo precedi-
dos y seguidos por días pertenecientes a otro TC (CAHYNOVÁ Y HUTH, 2009). En la
literatura aparecen como sinónimos: tiempo medio de residencia, persistencia,
tiempo de vida o vida media.
En las Figuras 4.7 y 4.8 se presentan los diagramas de cajas de la vida media
(días) de los Tipos de Circulación del invierno de los modelos del AR4 junto con la
vida media correspondiente a los Tipos de Circulación del ERA40 para cada es-
quema de clasificación (k-medias y SANDRA). Por su parte, las Tablas 4.6 y 4.7 se
refieren a la vida media de los Tipos de Circulación del ERA40 y de los modelos del
AR4 para cada esquema de clasificación (k-medias y SANDRA).
Analizando las Figuras 4.7 y 4.8, en el esquema de clasificación k-medias se ob-
serva que la vida media del ERA40 para los tipos TC1, TC2 y TC4, está compren-
dida entre el primer cuartil y la mediana. Para los tipos TC5 y TC8, la vida media del
ERA40 se localiza entre el mínimo y el primer cuartil y finalmente, para los tipos
TC6 y TC7, ligados a una configuración de flujo meridional (tipo bloqueo), la vida
media del ERA40 queda comprendida entre la mediana y el tercer cuartil, coinci-
diendo prácticamente con este último (TC6). Los tipos TC1, TC2 y TC5 son aque-
llos que presentan distribuciones más simétricas. La dispersión mayor entre los
modelos se encuentra en los tipos TC4, TC6 y TC7. Respecto al esquema de clasifi-
cación SANDRA, se observa que la vida media del ERA40 coincide con el mínimo
del conjunto de modelos para el TC8; para el tipo TC2, la vida media del ERA40
queda comprendida entre el mínimo y el primer cuartil para el TC2 y coincide prác-
ticamente con el primer cuartil para los tipos TC1 y TC5. Para los tipos TC3 y TC7,
la vida media del ERA40 apenas si supera el tercer cuartil del conjunto de las vidas
medias de los modelos y, en el caso del TC4, coincide prácticamente con la mediana.
En los tipos TC6 y TC7 se aprecia una mayor variabilidad en el conjunto de los mo-
delos mientras que en el tipo TC5 es donde se constata una menor variabilidad.
Para el esquema k-medias (Tabla 4.6), se observa el siguiente comportamiento,
en el TC1 los modelos con mayor similitud al ERA40 son el INM-CM3.0, BCCR-
BCM2.0 y MIROC3.2(hires) y los de menor similitud el MIROC3.2(medres) y el
CGCM3.1(T47). En el TC2, los valores de los modelos muestran mayor semejanza
con el ERA40, siendo los más próximos MIROC3.2(hires), UKMO-HadGEM1 y
MIROC3.2(medres) siendo los menos próximos GFDL-CM2.0 e INM-CM3.0.
En el TC3, los modelos más similares son: INM-CM3.0, UKMO-HadGEM1 y
88
RESULTADOS
89
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
90
RESULTADOS
Figura 4.7. Diagrama de cajas de las vidas medias (expresadas en días) de los 8 Tipos de Circula-
ción (TC) para el invierno de los modelos del AR4 y para el esquema de clasificación k-medias. Los
extremos inferiores (superiores) de las cajas señalan el primer (tercer) cuartil y, el segmento central,
la mediana. El ERA40 viene representado por el círculo rojo.
91
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura 4.8. Como en la Figura 4.7, pero para el esquema de clasificación SANDRA.
92
RESULTADOS
EVENTOS (SANDRA)
M ≥4 1
ERA40 2,72 54,67 263
BCCR-BCM2.0 3,09 58,13 159
CCSM3 2,83 53,39 205
CGCM3.1(T47) 2,97 55,56 201
CGCM3.1(T63) 2,78 52,22 209
CNRM-CM3 2,99 57,11 196
CSIRO-Mk3.0 2,91 57,39 209
ECHAM5/MPI-OM 2,77 52,56 212
GFDL-CM2.0 3,01 58,89 187
GISS-AOM 3,16 60,33 166
INM-CM3.0 3,11 59,78 164
MIROC3.2(hires) 2,95 57,22 195
MIROC3.2(medres) 3,10 61,33 180
MRI-CGCM2.3.2 3,22 59,83 170
PCM 2,72 51,81 240
UKMO-HadCM3 2,92 54,00 192
UKMO-HadGEM1 2,82 55,28 243
Tabla 4.9. Como en la Tabla 4.8, pero para el esquema de clasificación SANDRA.
En las Tablas 4.8 y 4.9 y en las Figuras 4.9, 4.10 y 4.11 se presentan los re-
sultados para ambos esquemas. Del análisis de las Figuras 4.9, 4.10 y 4.11, se des-
prende que respecto a la duración media, en el esquema k-medias, el valor del
ERA40 coincide con el primer cuartil mientras que en el esquema SANDRA coin-
cide con el mínimo del conjunto de los modelos; existiendo más simetría en este úl-
timo caso. Respecto al porcentaje de tiempo experimentado en eventos de duración
igual o superior a 4 días, el valor correspondiente al ERA40 se sitúa más próximo
al primer cuartil que a la mediana para el esquema k-medias y es ligeramente supe-
rior al primer cuartil para el esquema SANDRA; las distribuciones de los modelos
en ambos esquemas presentan poca variabilidad, con tendencia hacia una asimetría
negativa que es más acusada en k-medias. En el caso del número de eventos de du-
ración 1 día, el valor correspondiente al ERA40 coincide con el máximo del conjunto
de los modelos para el esquema k-medias y supera el máximo correspondiente de los
modelos para el esquema SANDRA. Distribuciones razonablemente simétricas, ten-
dencia hacia asimetría positiva en el esquema k-medias.
En el esquema k-medias (Tabla 4.10) los modelos cuya duración media es más
próxima al ERA40 son CCSM3, ECHAM5/MPI-OM y UKMO-HadGEM1 y en
SANDRA (Tabla 4.11) PCM, ECHAM5/MPI-OM y CGCM3.1(T63). Con respecto
al porcentaje de tiempo experimentado en eventos de duración igual o superior a 4
días, en el esquema k-medias, CSIRO-Mk3.0, UKMO-HadCM3 y UKMO-Had-
GEM1 son los modelos más próximos a los valores del ERA40; en el esquema SAN-
DRA, UKMO-HadGEM1, UKMO-HadCM3 y CGCM3.1(T47). Por último, en el
número de eventos de duración 1 día, hay una tendencia generalizada a la subesti-
mación especialmente en el esquema SANDRA. Los modelos más similares al
93
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura 4.9. Diagrama de cajas de la duración Figura 4.10. Diagrama de cajas del porcentaje
media expresada en días de los modelos del de tiempo experimentado en eventos de dura-
AR4 para los esquemas de clasificación k-me- ción igual o superior a 4 días de los modelos
dias y SANDRA. Los extremos inferiores (su- del AR4 para los esquemas de clasificación k-
periores) de las cajas señalan el primer (tercer) medias y SANDRA. Los extremos inferiores
cuartil y, el segmento central, la mediana. El (superiores) de las cajas señalan el primer (ter-
ERA40 viene representado por el círculo rojo. cer) cuartil y, el segmento central, la mediana.
El ERA40 viene representado por el círculo
rojo.
94
RESULTADOS
Figura 4.11. Diagrama de cajas del número de eventos de 1 día de duración de los modelos del AR4
para los esquemas de clasificación k-medias y SANDRA. Los extremos inferiores (superiores) de las
cajas señalan el primer (tercer) cuartil y, el segmento central, la mediana. El ERA40 viene represen-
tado por el círculo rojo.
95
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
96
RESULTADOS
97
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
98
RESULTADOS
Figura 4.12. Diagrama de cajas de la entropía de Shannon de los 8 TC para los modelos del AR4
para el esquema de clasificación k-medias. Los extremos inferiores (superiores) de las cajas seña-
lan el primer (tercer) cuartil y, el segmento central, la mediana. El ERA40 viene representado por
el círculo rojo.
Figura 4.13. Como en la Figura 4.12, pero para el esquema de clasificación SANDRA.
Del análisis de las Figuras 4.12 y 4.13 se observa que, para el esquema k-me-
dias, la entropía de Shannon del ERA40 se aleja de la mostrada para el conjunto de
los modelos en los tipos TC3, TC8; especialmente en el TC8. Menor variabilidad se
observa en el tipo TC1 y mayor variabilidad en el TC5 y TC6 para el conjunto de
los modelos. Asimetría positiva en los tipos TC1 y TC7.
El esquema de SANDRA muestra diferencias con el esquema de k-medias,
el valor más alejado del ERA40 se aprecia en el tipo TC7, siendo ligeramente in-
ferior al mínimo del conjunto de los modelos. El conjunto de los modelos presenta
mayor variabilidad para los tipos TC3, TC6 y TC7, y menor variabilidad para los
tipos TC1, TC5 y TC8. Asimetría positiva en los tipos TC3 y TC7 y negativa en
el tipo TC6.
99
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
100
RESULTADOS
101
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
4.5. CONCLUSIONES
102
CONCLUSIONES
Combinando los cuatro rankings (promedio del valor absoluto de los sesgos
de las frecuencias de los Tipos de Circulación, duración media, porcentaje de tiempo
experimentado en eventos de duración igual o superior a 4 días y número de even-
tos de 1 día de duración), de forma análoga a la del medallero olímpico, se tendría
que para el esquema k-medias, los mejores modelos son: UKMO-HadGEM1,
CGCM3.1(T63), CCSM3, CSIRO-Mk3.0 y ECHAM5/MPI-OM y los peores: GISS-
AOM, MRI-CGCM2.3.2, CNRM-CM3, BCCR-BCM2.0 e INM-CM3.0 mientras
que para el esquema SANDRA, los mejores modelos son UKMO-HadGEM1,
CGCM3.1(T63), ECHAM5/MPI-OM, PCM y CCSM3, y los peores GISS-AOM,
MRI-CGCM2.3.2, MIROC3.2(medres), INM-CM3.0 y BCCR-BCM2.0.
Respecto a la predecibilidad de las transiciones entre Tipos de Circulación, se
ha puesto de manifiesto que las transiciones menos predecibles son aquellas cuyo TC
de partida es el TC4, situación de flujo del SO y las más predecibles aquellas cuyo
tipos de partida están ligadas a situaciones de flujo meridional (tipo bloqueo). Des-
afortunadamente, el ranking de los modelos basado en la predecibilidad no es muy
robusto, mostrando una gran dependencia del TC considerado y del esquema de cla-
sificación.
Al combinar el ranking de la predecibilidad de las transiciones con el proce-
dente de los cuatro rankings (sesgos+eventos), se observan con más claridad dife-
rencias en ambos esquemas, debido fundamentalmente a las diferencias existentes
en las predecibilidades de las transiciones. Así, en el esquema k-medias, los mejo-
res modelos son: CCSM3, ECHAM5/MPI-OM y CGCM3.1(T63) y en el esquema
SANDRA, ECHAM5/MPI-OM, CCSM3 y UKMO-HadGEM1. Respecto a los
peores, en el esquema k-medias: GISS-AOM, MRI-CGCM2.3.2, CNRM-CM3 y
BCCR-BCM2.0 y en el de SANDRA, MIROC3.2(medres), INM-CM3.0, MRI-
CGCM2.3.2, BCCR-BCM2.0 y GISS-AOM.
A modo de resumen, se podría concluir que los mejores modelos, atendiendo
a su comportamiento temporal a partir de las diferentes perspectivas consideradas en
este estudio para ambos esquemas son: CCSM3 y ECHAM5/MPI-OM y los peores
GISS-AOM, MRI-CGCM2.3.2 y BCCR-BCM2.0. Resulta digno de mención, el
mejor comportamiento de los modelos UKMO-HadCM3 y UKMO-HadGEM1 en el
esquema SANDRA, contrariamente al CGCM3.1(T63) que alcanza mejores pun-
tuaciones en el esquema k-medias.
Al considerar conjuntamente las características espaciales y temporales, hay
que puntualizar que el modelo GISS-AOM presenta las puntuaciones peores, en prác-
ticamente todos los rankings espaciales y temporales considerados en este capítulo.
A la vista de los resultados obtenidos, podemos concluir con ERRASTI ET AL.
(2011) y KJELLSTRÖM ET AL. (2010) que los rankings de los modelos sobre una re-
gión particular dada son muy dependientes de las variables y de las métricas utili-
zadas en la evaluación de los modelos.
Para concluir en este capítulo se ha puesto de manifiesto la conveniencia y
utilidad de este enfoque, basado en los Tipos de Circulación y, en consecuencia, cen-
trado en las escalas sinópticas, para evaluar las diferencias existentes entre los rea-
nálisis y los modelos climáticos (SCHUENEMANN Y CASSANO, 2009), diferencias que
deberán ser tenidas en cuenta al emplear los AOGCMs en estudios de impacto. Con-
103
EVALUACIÓN DE LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
104
5.
Conclusiones generales
CONCLUSIONES GENERALES
107
CONCLUSIONES GENERALES
108
CONCLUSIONES GENERALES
que mejor simulan las características espaciales no son necesariamente los mejores en
la reproducción de los aspectos temporales. De modo sucinto, todos los modelos son
capaces de simular razonablemente bien los cuatro modos de variabilidad, siendo
SCAND, el modo mejor simulado espacialmente; pudiéndose aceptar que los mode-
los AR4 han mostrado habilidad en reproducir correctamente las propiedades espa-
ciales de variabilidad, como ya habían apuntado CASSOU Y GUILYARDI (2007) con
respecto al modo NAO. Atendiendo a las características temporales, los modos mejor
simulados son SCAND y NAO. Cuando se combinan los rankings espaciales y tem-
porales de los cuatro modos de variabilidad, los mejores modelos siguen el siguiente
orden: CGCM3.1(T63), CCSM3, UKMO-HadGEM1, INM-CM3.0 y BCCR-BCM2.0
y los peores: GISS-AOM, CNRM-CM3, MIROC3.2(hires), MRI-CGCM2.3.2 y
MIROC3.2(medres). En consonancia con los resultados de STONER ET AL. (2009) y
STEPHENSON ET AL. (2006), no se ha encontrado ningún modelo que sobresaliera cla-
ramente en su habilidad para reproducir todos los modos de variabilidad.
En el caso de la simulación de los Tipos de Circulación, atendiendo al pro-
medio del valor absoluto de los sesgos de las frecuencias de los TC, para ambos es-
quemas de clasificación, se observa que los modelos mejores (menor sesgo) son:
CGCM3.1(T63), UKMO-HadGEM1 y GFDL-CM2.0 y los peores GISS-AOM,
CNRM-CM3, MRI-CGCM2.3.2 y MIROC3.2 (medres). Sin embargo, al considerar
las características de los eventos, como duración media, porcentaje de tiempo ex-
perimentado en eventos de duración igual o superior a 4 días y eventos de 1 día de
duración, se observan algunas discrepancias con los resultados anteriores; así, los
modelos mejores en ambos esquemas son UKMO-HadGEM1, y los peores GISS-
AOM y MRI-CGCM2.3.2.
De la combinación de todos los rankings que afectan al comportamiento tem-
poral del capítulo 4, considerando todas las características consideradas en este es-
tudio, se concluye que, para ambos esquemas, los mejores modelos son: CCSM3 y
ECHAM5/MPI-OM y los peores GISS-AOM, MRI-CGCM2.3.2 y BCCR-BCM2.0.
Resulta digno de destacar, el impacto positivo del esquema SANDRA por lo que
respecta a los modelos UKMO-HadCM3 y UKMO-HadGEM1 contrariamente al
modelo CGCM3.1(T63) que alcanza mejores puntuaciones en el esquema k-medias.
Finalmente, al comparar los rankings de los modelos obtenidos en los capítu-
los 3 y 4 (modos de variabilidad y Tipos de Circulación), se observa que en ambos
casos, hay tres modelos que ocupan los primeros puestos: CCSM3, CGCM3.1(T63),
UKMO-HadGEM1 y dos modelos que ocupan los peores puestos: GISS-AOM y
MRI-GCM2.3.2. Conviene tener presente que la elección de los modelos “mejores”,
en última instancia, va a venir condicionada por las aplicaciones específicas reque-
ridas por los usuarios. La formulación de las razones de la existencia de los sesgos
de los modelos encontrados en esta evaluación queda fuera del objetivo de este libro.
Solo podría abordarse a partir de experimentos de sensibilidad centrados en las res-
puestas de los modelos a cambios en las parametrizaciones físicas, resolución de los
modelos, acoplamientos con el océano, etc. Sin embargo, no hay que olvidar que el
primer paso para abordar estas cuestiones es el conocimiento de los sesgos.
De los resultados presentados en los capítulos anteriores, y resumidos en esta
sección, se puede concluir que los diferentes métodos y métricas utilizados para
109
CONCLUSIONES GENERALES
110
CONCLUSIONES GENERALES
Confiamos en que este estudio haya sido de utilidad para identificar sesgos
específicos de los modelos y haya servido para fomentar análisis con nuevas métri-
cas para evaluación de modelos, que seguramente permitirán el establecimiento de
nuevos rankings en la próxima generación de modelos climáticos (CMIP5) que cons-
tituirán la base del quinto informe de evaluación (AR5) del IPCC.
111
Anexos y referencias
Anexo A. Tabla resumen de las principales características de los
modelos AR4 utilizados
Anexo B. Índices estadísticos para la precipitación
Anexo C. Índices estadísticos para la temperatura
Anexo D. Diagramas de Taylor de precipitación y temperatura
Anexo E. Estadísticas de la MSLP en la región euroatlántica
Anexo F. Modos de variabilidad de los modelos AR4
Anexo G. Distribución de las longitudes de eventos en los Tipos de
Circulación
Anexo H. Matrices de probabilidades de transición entre Tipos de
Circulación
Referencias
TABLA RESUMEN DE LAS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LOS MODELOS AR4 UTILIZADOS
ANEXO A.
Resolución Año
Acrónimo de los
Inicial Institución comienzo Referencia
modelos
(SST)
Atmos. Oceánica
Meteorological Institute
of the University of Bonn,
Meteorological Research
Institute of the Korea ROECKNER. ET
ECHO-G H 3,9º × 3,9º 0,5º-2,8º × 2,8º
Meteorological AL., 1996
Administration (KMA),
and Model and Data
Group, (Alemania/Corea)
Tabla A.1. Resumen de las principales características de los modelos AR4 utilizados.
115
ANEXOS Y REFERENCIAS
Resolución Año
Acrónimo de los
Inicial Institución comienzo Referencia
modelos Atmos. Oceánica (SST)
U.S. Department of
Commerce National
Oceanic and Atmospheric
Administration (NOAA) DELWORTH ET AL.,
GFDL-CM2.0 J 2,0º × 2,5º 0,3º-1,0º × 1,0º 1861
Geophysical Fluid 2006
Dynamics Laboratory
(GFDL) (Estados
Unidos)
NOOA/GFDL DELWORT ET AL.,
GFDL-CM2.1 K 2,0º × 2,5º 0,3º-1,0º × 1,0º 1861
(Estados Unidos) 2006
National Aeronautics and
Space Administration
RUSSELL ET AL.,
(NASA) Goddard
GISS-AOM L 3º × 4º 3º × 4º 1850 1995; RUSSELL
Institute for Space
2005
Studies (GISS) (Estados
Unidos)
NASA/GISS SCHMIDT ET AL.,
GISS-EH M 4º × 5º 2º × 2º 1880
(Estados Unidos) 2006
NASA/GISS SCHMIDT ET AL.,
GISS-ER N 4º × 5º 4º × 5º 1880
(Estados Unidos) 2006
DIANSKY AND
Institute for Numerical VOLODIN, 2002,
INM-CM3.0 O 4º × 5º 2º × 2,5º 1871
Mathematics (Rusia) DIANSKY ET AL.,
2002
Institute Pierre Simon HOURDIN ET AL.,
IPSL-CM4 P 2,5º × 3,75º 2º × 2º 1860
Laplace (Francia) 2006
Centre for Climate System
Research (Univ. of Tokyo),
National Institute for
HASUMI & EMORI,
MIROC3.2 (hires) Q Environmental Studies, and 1,1º × 1,1º 0,2º × 0,3º 1900
2004
Frontier Research Center
for Global Change
(JAMSTEC) (Japón)
YUKIMOTO ET AL.,
Meteorological Research
MRI-CGCM2.3.2 S 2,8º × 2,8º 0,5º-2,0º × 2,5º 1901 2001; YUKIMOTO
Institute (Japón)
AND NODA, 2003
Tabla A.1 (continuación). Resumen de las principales características de los modelos AR4 utilizados.
116
TABLA RESUMEN DE LAS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LOS MODELOS AR4 UTILIZADOS
Resolución Año
Acrónimo de los
Inicial Institución comienzo Referencia
modelos
Atmos. Oceánica (SST)
Hadley Centre for
JOHNS ET AL.,
Climate Prediction and
UKMO-HadGEM1 V 1,3º × 1,9º 0,3º-1,0º × 1,0º 1860 2006; MARTIN ET
Research Met Office
AL., 2006
(Reino Unido)
Tabla A.1 (continuación). Resumen de las principales características de los modelos AR4 utilizados.
117
ANEXOS Y REFERENCIAS
ANEXO B.
MODELOS EAM CORR σM /σD EAM CORR σM /σD EAM CORR σM /σD EAM CORR σM /σD
DATOS CRU 0 1 1 0 1 1 0 1 1 0 1 1
1 REANÁLISIS NCEP 12,34 0,7408 0,64 55,05 0,8585 0,64 39,52 0,6848 1,27 137,63 0,6728 0,60
2 REANÁLISIS ERA40 13,13 0,9880 0,84 44,69 0,9004 0,67 26,38 0,8758 0,67 163,34 0,8759 0,73
3 MEDIA DE MODELOS 9,38 0,8348 0,96 53,91 0,7596 0,81 29,64 0,7808 0,94 139,76 0,6843 0,74
A BCCR-BCM2.0 26,09 0,8112 1,35 131,54 0,4616 1,42 85,05 0,6845 2,21 348,55 0,3415 1,30
B CCSM3 15,93 0,5840 0,98 50,43 0,7561 0,86 44,29 –0,0389 0,41 147,38 0,7588 0,70
C CGCM3.1(T47) 9,90 0,7946 0,76 55,59 0,7068 0,53 26,12 0,7956 0,94 153,85 0,6048 0,60
D CGCM3.1(T63) 9,83 0,8214 0,85 62,13 0,5573 0,45 23,32 0,7920 0,69 168,98 0,4767 0,55
E CNRM-CM3 18,03 0,5793 1,02 88,20 0,6580 1,43 70,53 0,6806 1,98 228,72 0,5386 1,23
F CSIRO-Mk3.0 13,47 0,8242 1,22 69,19 0,7385 1,10 48,28 0,3651 1,13 199,76 0,5166 0,99
G ECHAM5/MPI-OM 18,39 0,6934 1,65 77,42 0,7209 1,18 47,40 0,7539 0,52 153,23 0,6649 0,98
H ECHO-G 7,97 0,8830 1,10 69,14 0,5945 0,22 15,30 0,8936 0,89 176,56 0,3720 0,38
I FGOALS-g1.0 16,57 0,8274 0,95 63,26 0,5639 0,63 34,03 0,8547 0,29 203,62 0,7106 0,54
J GFDL-CM2.0 17,85 0,7857 1,29 73,17 0,8077 1,01 41,25 0,8343 1,30 203,09 0,7296 1,15
K GFDL-CM2.1 14,73 0,7816 1,46 86,85 0,7433 1,24 26,10 0,7245 1,01 170,32 0,6632 1,09
L GISS-AOM 43,06 0,6389 1,71 224,64 0,4717 1,44 109,66 0,6713 1,92 533,88 0,3518 1,60
M GISS-EH 12,03 0,8753 1,13 63,34 0,6239 0,28 40,49 0,9334 0,43 163,40 0,6092 0,42
N GISS-ER 20,19 0,7674 0,79 83,77 0,6638 0,91 83,44 0,7217 2,10 304,19 0,3578 1,02
O INM-CM3.0 14,78 0,6780 1,20 75,63 0,5114 0,78 29,43 0,9147 0,33 138,27 0,6892 0,74
P IPSL-CM4 16,43 0,6733 0,87 66,42 0,6597 0,87 25,36 0,7662 0,96 202,83 0,7118 0,94
Q MIROC3.2(hires) 12,20 0,8586 0,47 37,42 0,8737 0,71 81,02 0,8152 1,81 175,57 0,7239 0,82
R MIROC3.2(medres) 8,99 0,8788 0,99 47,65 0,7775 0,75 23,91 0,7914 0,68 130,28 0,7510 0,65
S MRI-CGCM2.3.2 22,94 0,3570 1,13 37,28 0,8474 0,89 27,97 0,7032 0,68 163,69 0,8088 0,51
T PCM 11,74 0,7366 0,74 50,06 0,7677 0,87 38,08 0,5722 0,86 124,72 0,7783 0,80
U UKMO-HadCM3 11,10 0,7691 1,12 58,66 0,7619 0,85 22,98 0,8439 0,79 137,59 0,7288 0,77
V UKMO-HadGEM1 14,86 0,7484 1,18 32,66 0,9338 1,13 60,71 0,4469 1,15 177,42 0,8269 0,78
Tabla B.1. Resumen de índices estadísticos calculados [media de los errores absolutos (EAM), co-
rrelación (CORR), desviación estándar (σ)] para el ciclo anual y distribución espacial de la precipi-
tación (invierno, verano, anual) y referidos a las observaciones (CRU). Los índices se han calculado
para los reanálisis NCEP y ERA40, para la media de los modelos y para los 22 modelos de la Tabla
A.1 del Anexo A.
118
ÍNDICES ESTADÍSTICOS PARA LA TEMPERATURA
ANEXO C.
MODELOS EAM CORR σM /σD EAM CORR σM /σD EAM CORR σM /σD EAM CORR σM /σD
DATOS CRU 0 1 1 0 1 1 0 1 1 0 1 1
1 REANÁLISIS NCEP 0,49 0,9981 0,92 1,26 0,8554 0,95 1,26 0,9077 0,81 1,03 0,8811 0,85
2 REANÁLISIS ERA40 0,42 0,9999 0,96 1,09 0,9004 0,83 1,03 0,9258 0,78 0,97 0,9252 0,73
3 MEDIA DE MODELOS 0,66 0,9982 0,91 1,14 0,8767 0,74 1,40 0,9123 0,88 1,11 0,8946 0,78
A BCCR-BCM2.0 1,19 0,9921 0,88 1,58 0,7687 0,98 2,04 0,8474 0,91 1,44 0,8633 0,85
B CCSM3 0,56 0,9933 0,98 1,15 0,8629 0,77 0,99 0,9205 0,98 0,98 0,8976 0,84
C CGCM3.1(T47) 1,34 0,9994 1,09 2,24 0,7417 1,04 1,16 0,9018 1,12 1,58 0,8624 0,94
D CGCM3.1(T63) 1,51 0,9980 0,99 1,62 0,8514 1,03 2,03 0,8340 1,05 1,74 0,8660 0,97
E CNRM-CM3 0,90 0,9959 0,94 1,44 0,7796 0,79 1,87 0,8090 0,97 1,38 0,8876 0,73
F CSIRO-Mk3.0 1,58 0,9932 0,73 1,98 0,7234 0,87 2,92 0,8452 0,79 1,68 0,7472 0,72
G ECHAM5/MPI-OM 0,58 0,9958 0,93 1,54 0,8031 1,00 1,24 0,8997 1,02 1,16 0,8561 0,93
H ECHO-G 2,79 0,9313 0,53 4,27 0,7798 0,62 3,77 0,8231 0,25 1,57 0,8711 0,47
I FGOALS-g1.0 1,59 0,9917 1,00 1,62 0,8641 0,64 2,31 0,7855 1,08 1,96 0,8004 0,78
J GFDL-CM2.0 2,21 0,9925 0,78 1,38 0,8143 0,96 3,65 0,8421 0,97 2,35 0,8210 0,95
K GFDL-CM2.1 1,06 0,9888 0,91 1,28 0,8097 0,87 1,75 0,8570 1,07 1,38 0,8324 0,94
L GISS-AOM 2,50 0,9830 0,53 4,24 0,7295 0,92 3,26 0,7651 0,70 1,43 0,7784 0,85
M GISS-EH 2,45 0,9940 1,08 2,36 0,8456 0,51 3,02 0,7307 0,95 2,49 0,7711 0,68
N GISS-ER 1,67 0,9897 1,23 2,10 0,8829 0,73 2,00 0,8884 1,47 1,38 0,8908 1,08
P IPSL-CM4 0,84 0,9943 0,86 1,32 0,8571 0,66 1,96 0,8559 0,63 1,33 0,8656 0,63
Q MIROC3.2(hires) 0,39 0,9981 0,95 1,10 0,8901 0,98 1,18 0,8915 0,98 1,02 0,8857 0,96
R MIROC3.2(medres) 1,46 0,9930 0,98 2,20 0,8407 0,44 2,12 0,8733 1,14 1,70 0,8571 0,75
T PCM 0,66 0,9920 0,98 1,51 0,8264 0,50 1,26 0,9064 0,83 1,26 0,8928 0,64
U UKMO-HadCM3 1,61 0,9986 0,89 1,42 0,8188 0,80 2,66 0,8608 1,05 1,75 0,8782 0,84
V UKMO-HadGEM1 0,64 0,9965 1,05 1,45 0,8362 0,94 1,29 0,8619 0,94 1,24 0,8661 0,85
Tabla C.1. Igual que Tabla B.1 del Anexo B, pero para temperatura.
119
ANEXOS Y REFERENCIAS
ANEXO D.
Figura D.1. Diagrama de Taylor representando el error del ciclo anual de precipitación simulado
por todos los modelos y reanálisis con respecto a la observación (punto CRU). Los modelos y rea-
nálisis se representan por los números y las letras asignadas en la Tabla A.1 del Anexo A.
Figura D.2. Igual que la Figura D.1, pero para el ciclo anual de temperatura media mensual.
120
DIAGRAMAS DE TAYLOR DE PRECIPITACIÓN Y TEMPERATURA
Figura D.3. Diagrama de Taylor de la distribución espacial de la precipitación anual para 20 años de
datos (1980-1999) sobre la península Ibérica. Se representan todos los modelos y reanálisis por las
letras asignadas en la Tabla A.1 y referidos a la observación (punto CRU).
Figura D.4. Igual que la Figura D.3, pero para invierno (DEF).
Figura D.5. Igual que la Figura D.3, pero para verano (JJA).
121
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura D.6. Igual que la Figura D.3, pero para la temperatura anual media.
Figura D.7. Igual que la Figura D.6, pero para invierno (DEF).
Figura D.8. Igual que la Figura D.6 pero para verano (JJA).
122
ESTADÍSTICAS DE LA MSLP EN LA REGIÓN EUROATLÁNTICA
ANEXO E.
Figura E.1. Campo medio de MSLP para invierno de ERA40, intervalo de 4 hPa.
Figura E.2. Desviación estándar (STD) de MSLP para invierno de ERA40, intervalo de 4 hPa.
123
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura E.3. Sesgo de los modelos con respecto al ERA40, intervalo de 4 hPa. Color azul valores ne-
gativos, color rojo valores positivos.
124
ESTADÍSTICAS DE LA MSLP EN LA REGIÓN EUROATLÁNTICA
Figura E.3 (continuación). Sesgo de los modelos con respecto al ERA40, intervalo de 4 hPa. Color
azul valores negativos, color rojo valores positivos.
125
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura E.4. Razón de la desviación estándar con respecto al ERA40 (σmodelo/σERA40) de los mo-
delos, intervalo de 0,2. Color azul valores inferiores o iguales a 0,9, color rojo superiores o iguales
a 1,1.
126
ESTADÍSTICAS DE LA MSLP EN LA REGIÓN EUROATLÁNTICA
Figura E.4 (continuación). Razón de la desviación estándar con respecto al ERA40 (σmodelo/σERA40)
de los modelos, intervalo de 0,2. Color azul valores inferiores o iguales a 0,9, color rojo superiores
o iguales a 1,1.
127
ANEXOS Y REFERENCIAS
ANEXO F.
Figura F.1. Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO, SCAND, EA y
EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
128
MODOS DE VARIABILIDAD DE LOS MODELOS AR4
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
129
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
130
MODOS DE VARIABILIDAD DE LOS MODELOS AR4
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
131
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
132
MODOS DE VARIABILIDAD DE LOS MODELOS AR4
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
133
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
134
MODOS DE VARIABILIDAD DE LOS MODELOS AR4
Figura F.1 (continuación). Modos de variabilidad de los 16 modelos AR4. De arriba abajo NAO,
SCAND, EA y EA/WR. Entre paréntesis la varianza explicada por cada modo.
135
ANEXOS Y REFERENCIAS
ANEXO G.
Figura G.1. Distribución de longitudes de eventos de distinta duración (en días) en los Tipos de Circula-
ción para el ERA40 y los modelos AR4. Esquema de k-medias a la izquierda y de SANDRA a la derecha.
136
DISTRIBUCIÓN DE LAS LONGITUDES DE EVENTOS EN LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura G.1 (continuación). Distribución de longitudes de eventos de distinta duración (en días) en
los Tipos de Circulación para el ERA40 y los modelos AR4. Esquema de k-medias a la izquierda y
de SANDRA a la derecha.
137
ANEXOS Y REFERENCIAS
Figura G.1 (continuación). Distribución de longitudes de eventos de distinta duración (en días) en
los Tipos de Circulación para el ERA40 y los modelos AR4. Esquema de k-medias a la izquierda y
de SANDRA a la derecha.
138
DISTRIBUCIÓN DE LAS LONGITUDES DE EVENTOS EN LOS TIPOS DE CIRCULACIÓN
Figura G.1 (continuación). Distribución de longitudes de eventos de distinta duración (en días) en
los Tipos de Circulación para el ERA40 y los modelos AR4. Esquema de k-medias a la izquierda y
de SANDRA a la derecha.
139
ANEXOS Y REFERENCIAS
ANEXO H.
ERA40 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
BCCR-BCM2.0 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
10 20 30 40 50 60
Figura H.1. Matrices de las probabilidades de transición (%) entre los Tipos de Circulación para el
ERA40 y los modelos AR4 (esquema k-medias).
140
MATRICES DE PROBABILIDADES DE TRANSICIÓN ENTRE TIPOS DE CIRCULACIÓN
CCSM3 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
CGCM3.1(T47) k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
CGCM3.1(T63) k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
10 20 30 40 50 60
Figura H.1 (continuación). Matrices de las probabilidades de transición (%) entre los Tipos de Cir-
culación para el ERA40 y los modelos AR4 (esquema k-medias).
141
ANEXOS Y REFERENCIAS
CNRM-CM3 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
CSIRO-Mk3.0 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
ECHAM5/MPI-OM k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
10 20 30 40 50 60
Figura H.1 (continuación). Matrices de las probabilidades de transición (%) entre los Tipos de Cir-
culación para el ERA40 y los modelos AR4 (esquema k-medias).
142
MATRICES DE PROBABILIDADES DE TRANSICIÓN ENTRE TIPOS DE CIRCULACIÓN
GFDL-CM2.0 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
GISS-AOM k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
INM-CM3.0 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
10 20 30 40 50 60
Figura H.1 (continuación). Matrices de las probabilidades de transición (%) entre los Tipos de Cir-
culación para el ERA40 y los modelos AR4 (esquema k-medias).
143
ANEXOS Y REFERENCIAS
MIROC3.2(hires) k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
MRI-CGCM2.3.2 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
10 20 30 40 50 60
Figura H.1 (continuación). Matrices de las probabilidades de transición (%) entre los Tipos de Cir-
culación para el ERA40 y los modelos AR4 (esquema k-medias).
144
MATRICES DE PROBABILIDADES DE TRANSICIÓN ENTRE TIPOS DE CIRCULACIÓN
PCM k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
UKMO-HadCM3 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
UKMO-HadGEM1 k-medias
TC1 TC2 TC3 TC4 TC5 TC6 TC7 TC8
TC1
TC2
TC3
TC4
TC5
TC6
TC7
TC8
10 20 30 40 50 60
Figura H.1 (continuación). Matrices de las probabilidades de transición (%) entre los Tipos de Cir-
culación para el ERA40 y los modelos AR4 (esquema k-medias).
145
ANEXOS Y REFERENCIAS
REFERENCIAS
146
REFERENCIAS
147
ANEXOS Y REFERENCIAS
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REFERENCIAS
149
ANEXOS Y REFERENCIAS
150
REFERENCIAS
151
ANEXOS Y REFERENCIAS
153
ANEXOS Y REFERENCIAS
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REFERENCIAS
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ANEXOS Y REFERENCIAS
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