Terapia Interpersonal
Terapia Interpersonal
Terapia Interpersonal
Serie:
GUÍAS TÉCNICAS
Directores:
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MARÍA DIÉGUEZ PORRES FRANCISCO GONZÁLEZ AGUADO
ALBERTO FERNÁNDEZ LIRIA
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Presentación
Prólogo
1.5.2. Manualizada
1.5.5. Objetivos
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1.5.6. Estrategia de tratamiento
1.6.2. Focalizada
1.7.3. Distimia
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1.7.11. Trastornos somatoformes
Caso clínico
Preguntas de autoevaluación
2.2.I. Duelo
2.4. Técnicas
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2.4.2. Características de la entrevista en terapia interpersonal
Caso clínico
Preguntas de autoevaluación
Claves de respuesta
Lecturas recomendadas
Nota bibliográfica
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Los psiquiatras Alberto Fernández Liria, María Diéguez y Francisco
González Aguado han escrito un espléndido texto de Terapia Interpersonal
describiendo su trabajo y su experiencia docente en España, Portugal y otros
países de habla hispana. Este libro es una muy necesaria traducción al
español de los fundamentos y la práctica de TIP que hace accesible el
tratamiento a profesionales de habla hispana de todo el mundo. Su texto
contribuirá a promover la diseminación de la Terapia Interpersonal, uno de
los tratamientos empíricamente validados que todos los clínicos deberían
conocer.
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En lo que hoy son los Servicios de Salud Mental correspondientes al Hospital
Universitario Príncipe de Asturias comenzamos a utilizar el manual de
Terapia Interpersonal (TIP) de Klerman (Klerman, Rousanville, Chevron,
Neu y Weissman, 1984) en 1991. El propósito de hacerlo así era doble. Por
un lado nos proporcionaba un método de formación estructurado y poco
disonante con el modelo médico en el que venían formados los residentes de
Psiquiatría, que nos permitió que estos comenzaran a familiarizarse con la
psicoterapia desde muy al principio de su formación y que pudieran
embarcarse en su práctica sin necesidad de haber acumulado previamente una
cantidad importante de conocimientos teóricos (a los que en todo caso iban
accediendo lentamente a lo largo de la residencia). Por otro, proporcionaba
una guía útil para que los residentes de Psicología clínica, que tenían un
mayor bagaje teórico desde el que afrontar la práctica de la psicoterapia,
pudieran orientar su interés en las entrevistas y las preguntas con las que
guiaban hacia áreas diferentes a las que los orientaban lecturas a veces muy
estrechas del modelo cognitivo-conductual dominante en las facultades de
Psicología. El enfoque no doctrinal de partida fue, sin duda, parte del
atractivo de este manual. El otro atractivo tenía que ver con el hecho de
tratarse de un método de tratamiento sometido a contrastación empírica y que
por sus características de localidad y brevedad podía ser incorporado a la
práctica estándar en el sistema público de atención a la salud mental.
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El núcleo de Madrid realizó desde muy pronto trabajo de formación y
supervisión en otras ciudades españolas: Valencia, Zaragoza, Barcelona,
Galicia, Canarias y Baleares (en estas dos últimas la formación se ha
extendido a los profesionales de Atención Primaria); y fuera de España:
Lisboa y Panamá. La formación en terapia interpersonal se incorporó como
parte del programa del Máster de Psicoterapia de la Universidad de Alcalá y
de los cursos impartidos por el equipo de profesores de éste en otros lugares
de España (Baleares, Asturias, Tarragona, Almería y Zaragoza).
Paralelamente miembros del grupo publicaron en español casos (González
Suárez y Fernández Liria, 1994, 1996); artículos de revisión de Terapia
Interpersonal en general (Solé, 1995; Fernández Liria, Rodríguez Vega,
Diéguez, González y Morales, 1997) o de aplicaciones de la TIP (Diéguez,
Rodríguez Vega y Fernández Liria, 2001; Diéguez, 1999a, 1999b; Guerra,
Diéguez, 2011); y capítulos de libro (Fernández Liria, Rodríguez Vega y
Diéguez, 2010. A.Fernández Liria y Rodríguez Vega, 2003).
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atención pública a la salud mental, en cuyo seno ha tenido lugar el desarrollo
de la terapia interpersonal en nuestro país.
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1.1. Terapia interpersonal: de placebo a fórmula magistral
La terapia interpersonal surge en los años setenta del pasado siglo, cuando
el modelo médico y la eficacia de los tratamientos farmacológicos copaban la
investigación en psiquiatría. Se podría decir que la TIP fue construida de
manera "retrógrada" ya que, más que una intervención basada en una teoría
psicopatológica, fue inicialmente concebida como "condición placebo
manualizada" en un estudio sobre la eficacia de psicofármacos en la
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depresión. Lo que luego sería la terapia interpersonal se llamó en los
primeros ensayos clínicos "condición alto contacto", presuponiendo que
podría haber algunos beneficios terapéuticos inespecíficos como efecto del
contacto con un terapeuta, pero no atribuibles a una técnica específica. En
contra de las expectativas de los investigadores, los primeros estudios con
TIP demostraron eficacia terapéutica. Es entonces cuando Klerman y su
grupo de colaboradores, en un trabajo coordinado. Desde varios lugares de
EEUU, amplían la descripción de la técnica y comienzan su fundamentación
teórica y empírica. Los autores destacan su carácter plural, no doctrinario y
empírico y su construcción sobre la base de la experiencia clínica y la
evidencia experimental. Desde sus orígenes pretendieron diseñar un
procedimiento específico para intervenir sobre trastornos depresivos
(definidos con los criterios del DSM para trastorno depresivo mayor).
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compararon cuatro condiciones de atención a pacientes deprimidos
(excluidos bipolares y psicóticos): Terapia Cognitivo-conductual de la
Depresión (TCD), Terapia interpersonal de la depresión (TIP), Imipramina
más Manejo Clínico (IMI-MC) (especificado en un manual elaborado al
efecto) y Placebo más Manejo Clínico (PLA-MC). Entre sus conclusiones
destacan:
16
del espectro depresivo. La terapia interpersonal que, como señala Myrna
Weissman en un editorial del American Journal de 2007 (Weissman, 2007),
treinta años después de su creación continúa siendo una de las psicoterapias
más estudiadas junto con la TCC, es una intervención recomendada para el
tratamiento de la depresión (también de la bulimia nerviosa) en las Guías
Clínicas de la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), del National
Institute for Health and Clinical Excelence (NICE), o la Guía clínica de la
Depresión de Australia y Nueva Zelanda. (Fernández Liria, Rodríguez Vega,
Diéguez, 2010).
17
deprimidos, depresión postparto) y plantean que se debe evaluar si la TIP ha
de ser considerada como la "psicoterapia universal" para todos los tipos de
depresión o si podría tener más utilidad en determinadas circunstancias.
Según su análisis, las depresiones en las que existe un fuerte componente de
"endogenicidad" responderían más rápidamente y mejor a la medicación, y la
psicoterapia ofrecería, como mucho, un efecto potenciador, la recurrencia
sería mayor cuando solo se utiliza TIP. Además, los estudios demuestran que
las depresiones con comorbilidad predicen una peor respuesta mientras que
las depresiones que suceden en el contexto de cambios vitales o problemas
reales tendrían una mejor respuesta a TIP. El grupo de De Mello llega a esta
misma conclusión al tratar de explicar los mejores resultados de TIP frente a
TCC y plantea que la terapia interpersonal tendría una indicación y mayor
efectividad en aquellas depresiones que suceden en el contexto de problemas
reales, precisamente por ser éstos el foco del tratamiento (De Mello et al.,
2005). Con todo, un reciente metaanálisis firmado por el grupo de Cruijpers
(Cruijpers et al., 2011) que incluye estudios que comparan la TIP en
Depresión con varias condiciones - ausencia de tratamiento, tratamiento
como de costumbre, otras psicoterapias, psicofármacos y tratamiento
combinado - y con un total de 4.356 pacientes, confirma que la terapia
interpersonal es un tratamiento eficaz en depresión en monoterapia o como
tratamiento combinado.
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1.2. Antecedentes históricos
Por otra parte, en los primeros años ochenta se produce lo que uno de los
más lúcidos teóricos de la psicoterapia - psicoanalíticamoderna, Lester
Luborsky calificó como una pequeña revolución: la aparición de los primeros
manuales de psicoterapia (Luborsky, DeRubies, 1984). Estos se presentan en
primer lugar como un instrumento para la investigación y lo que pretenden es
homogeneizar las intervenciones de los diversos participantes en una
investigación y proporcionar un canon con el que compararlas. Como efecto
secundario proporcionan un procedimiento de entrenamiento en
intervenciones bien definidas. Su utilidad a ambos efectos ha hecho
proliferar, desde entonces, las manualizaciones de psicoterapias, ya sea de
orientación cognitiva, como la terapia cognitiva de la depresión de Beck
(Beck, Rush, Shaw, Emery, 1979) o el modelo de Clark (Clark, 1991) en
trastorno de pánico e hipocondría; psicoanalítica, como las intervenciones
propuestas por Luborsky, Strupp y Binder o Sifneos (Luborsky, 1984; Strupp
y Binder, 1984; Sifneos, 1992), por mencionar algunas de las más
representativas y ya sean diseñadas para intervenir sobre un tipo de trastornos
- depresión, ansiedad, trastornos adaptativos, trastornos de la conducta
alimentaria, trastornos de la personalidad e incluso trastorno bipolar o
esquizofrenia - o para atender trastornos neuróticos en general.
19
ciertos descubrimientos de la psi quiatría social y retorna las concepciones
sobre roles sociales de la escuela de Chicago de psicología social. Pero -y en
esto se manifiesta su carácter no doctrinario - no se trata de una aplicación a
los trastornos depresivos de los principios generales de la psiquiatría
interpersonal.
20
técnica y en demostrar su eficacia en depresión y en cada nueva aplicación,
desatendiendo los aspectos teó ricos. Tal como señala uno de los más activos
representantes de la terapia interpersonal en la actualidad, John Markowitz,
esto ha llevado a una cierta confusión sobre su identidad y las diferencias con
otras intervenciones psicoterapéuticas (Markowitz, 1998). Stuart señala la
falta de elaboración conceptual de la TIP como uno de los factores que ha
impedido una mayor difusión al no tener un claro lugar propio y diferenciado
frente a otras intervenciones (Stuart, 2006). Conviene, pues, recordar que esta
elaboración se ha ido conformando a posteriori por los propios autores y sus
continuadores pero que, aunque sin desarrollar explícitamente, la influencia
teórica ya está presente en el momento de su fundación. Un análisis detenido
de los fundamentos empíricos deja entrever, como destacan Scott Stuart y
Michael Robertson, una clara influencia de la Teoría del apego, en concreto
en los trabajos de Bowlby, y de la Teoría social basada en los trabajos de
Henderson y Brown, que merecen ser desarrolladas de forma independiente
(Stuart y Robertson, 2003).
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Meyer ha sido considerado justamente como uno de los padres
fundadores de la moderna psiquiatría americana y tuvo una influencia
inmensa no sólo en la conceptualización de los trastornos, sino también en la
configuración de las alternativas asistenciales.
Un aspecto importante de la teoría de Sullivan tiene que ver con el rol del
terapeuta durante la entrevista. Por un lado planteaba la importancia de que
éste asuma un rol de experto que consiga inspirar en el paciente confianza y
respeto hacia su competencia, lo que facilita la progresión del proceso
terapéutico. Pero esta posición no debe generar distancia por parte del
terapeuta que más bien se posiciona como un observador-participante en la
relación. Sullivan contemplaba la relación terapéutica como una relación
interpersonal recíproca en la que las motivaciones y características de ambos,
terapeuta y paciente, influían en la propia interacción. Desafió el método
psicoanalítico de asociación libre, en favor de intervenciones que permitieran
trabajar sobre acon tecimientos e interacciones reales, abogando por el uso de
preguntas directas.
22
Después de Sullivan, tres de las figuras más destacadas de la Escuela
interpersonal fueron Frieda Fromm-Reichman, Karen Horney y Erich
Fromm. La primera aplicó el psicoanálisis interpersonal para tratar pacientes
con esquizofrenia (Fromm-Reichman, 1960). Karen Horney se centró en la
comprensión interpersonal de las reacciones neuróticas. Propuso que el
individuo neurótico se veía forzado a asumir roles sociales artificiales para
conseguir y mantener la aprobación y aceptación de los demás (Horney,
1950). Desde el punto de vista de Erich Fromm (Fromm, 1941), el ser
humano se queda estancado y se aferra a patrones interpersonales infantiles, a
menudo destructivos, por temor a afrontar la soledad y la existencia de forma
independiente.
23
establecer relaciones interpersonales en la edad adulta, puesto que las
relaciones de apego tempranas configuran los modelos a partir de los cuales
se organizan las previsiones que el adulto hará sobre lo que puede esperarse
de él y de los otros en su interacción con los demás. Aunque en la infancia el
apego es una cuestión de supervivencia, el sistema continúa siendo esencial a
lo largo de la vida, ya que es la vía para conseguir afecto y protección del
entorno. El apego organiza la conducta en las relaciones interpersonales
impulsando a la persona a buscar cuidados. En la infancia se desarrollan lo
que Bowlby denominó modelos internos de trabajo, que guiarán las
expectativas y las conductas interpersonales en relaciones futuras, un guion
interno que permite predecir la conducta de los demás en diferentes
circunstancias. Estos patrones internos de funcionamiento interpersonal son
consistentes para cada relación particular y a lo largo de todas las relaciones y
llegan a conformar estilos característicos de apego que marcan la manera en
la que el individuo crea nuevas relaciones y sus vicisitudes. Esto incluye, por
ejemplo, la relación con un terapeuta.
24
Main y Solomon, 1985) y el mixto (Crittenden, 1985) que desarrollarían los
niños víctima con abuso o negligencia.
Sobre esta base se han propuesto en los últimos años diversas formas de
psicoterapia basadas en la teoría del apego que, aunque no están
históricamente relacionadas con ella, contienen claves que permitirían leer
desde esa perspectiva las propuestas de la terapia interpersonal de la
depresión (Holmes, 2001; Wallin, 2007).
25
La intervención se construyó en torno a cierto número de evidencias
procedentes de varios campos de investigación que ponen de manifiesto los
aspectos psicosociales de la depresión, así como la importancia de los
acontecimientos interpersonales en el origen y como consecuencia de los
trastornos depresivos. El desarrollo de la TIP y la investigación que lo
sustenta ha mostrado la validez de los presupuestos iniciales en todos los
trastornos mentales con los que se ha trabajado con escasas modificaciones
de la técnica original. La evidencia empírica se puede agrupar bajo dos
conceptos: aquella que relaciona los trastornos mentales con acontecimientos
interpersonales; y los estudios que apuntan a que las enfermedades mentales
generan conflictos interpersonales que actuarían como sus perpetuadores.
26
progenitores a determinadas edades en el desarrollo de cuadros depresivos en
la edad adulta o lo conocido sobre la calidad de la relación paternofilial en la
infancia y el riesgo de desarrollo de cuadros depresivos en la edad adulta y
sobre el mayor riesgo de padecer problemas de salud mental en general y
cuadros depresivos en particular de los hijos de los pacientes deprimidos o
víctimas de rechazo, abandono o abuso parental (Tenant, Bebbington y
Hurry, 1989; Parker 1979; Rolf y Gamezy, 1974;Weintraub, Neale y Liebert,
1975; Gamer et al., 1977; Welner et al., 1977; Weissman, Paykel y Klerman,
1972; Orvaschel,Weissman y Kidd, 1980).
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bioquímicos, evolutivos y de la personalidad, en el desarrollo de una
vulnerabilidad a padecer trastornos mentales.
28
de uso habitual en la práctica clínica. Cualquier profesional con experiencia
en clínica - desde psiquiatras a trabajadores sociales - y un entrenamiento
específico que incluye una supervisión de casos exigente y reglada, puede
convertirse en terapeuta interpersonal.
29
1.5.2. Manualizada
30
influencia del enfoque psicobiológico de Meyer. En ese sentido, se
consideran tres componentes implicados en los procesos psicopatológicos:
los síntomas, característicos y precipitados por factores biológicos y
psicológicos; las relaciones sociales e interpersonales, que derivan de
patrones adquiridos en la infancia y en otras interacciones sociales
significativas, del tipo de soporte social actual y de la capacidad de
adaptación del individuo; y la personalidad y el carácter, rasgos persistentes
de funcionamiento que determinan la reacción del individuo a los
acontecimientos interpersonales y forman parte de la vulnerabilidad a
determinadas condiciones psicopatológicas. La terapia interpersonal, y quizá
sea esta una de las características por las que ha encontrado un lugar
específico entre el resto de enfoques, interviene directamente para disminuir
los síntomas y producir cambios sobre las relaciones interpersonales y la
adaptación social actuales del paciente. Por ser una terapia breve, no
interviene sobre la personalidad pero los autores destacan que un trabajo
directo y sistemático sobre el funcionamiento interpersonal puede ayudar a
compensar problemas a ese nivel. Téngase en cuenta, además, la dificultad de
diagnosticar trastornos del eje II en pacientes agudamente deprimidos y la
capacidad de trastornos depresivos crónicos de remedar alteraciones
persistendes de la personalidad.
31
las dificultades al generar retrasos en el diagnóstico y el tratamiento, pero
también porque entender las manifestaciones cognitivas y conductuales como
una prueba de que el paciente "no pone suficiente de su parte" para salir de la
situación genera dificultades nuevas en la relación con las personas del
entorno inmediato - es decir, con las personas significativas y fuente de
soporte social y cuidados-.
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Dos ideas fundamentales subyacen a la estrategia de trabajar con el rol de
enfermo: la persona que padece un trastorno psiquiátrico no tiene un control
completo sobre los síntomas; y las enfermedades psiquiátricas son
suscteptibles de mejoría o curación con un abordaje adecuado. Y dos son los
objetivos:
1.5.5. Objetivos
33
de personalidad afecta a aspectos como el curso del tratamiento y la calidad
de la relación terapéutica. Los pacientes con patología de la personalidad
pueden adaptarse mal a encuadres breves y necesitar tratamientos más largos.
La relación terapéutica puede verse dificultada en la medida en que se
reproduzcan en ella patrones de comunicación y vinculación patológicos que
interfieran con la construcción de una buena alianza terapéutica.
La TIP tiene dos objetivos generales: reducir los síntomas y tratar los
problemas sociales e interpersonales asociados con el comienzo de los
síntomas. Y desarrolla técnicas específicas para llegar a ambos objetivos.
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La terapia interpersonal propone tres niveles de intervención: las estrategias,
las técnicas y una determinada actitud terapéutica. Como se verá más
adelante, las técnicas no son específicas del tratamiento sino que se
consideran como tal los factores comunes a todo tratamiento psicoterapéutico
y la relación terapéutica se describe en un apartado independiente.
35
36
37
38
1.5.7. Técnicas basadas en los factores comunes
39
1.5.8. Actitud terapéutica
40
Con todo, sin que ello sirva para desviar el foco, atender a los fenómenos
observables en la relación terapéutica (emociones, expectativas y estilo
comunicacional del paciente y respuesta del terapeuta) es útil a varios
propósitos como son: valorar el estilo de apego del paciente, entender el
funcionamiento social fuera de la terapia, alertar de posibles dificultades en la
marcha del tratamiento y predecir el resultado.
41
cuando éste muestra carencias importantes o falta de iniciativa. De cualquier
forma, la ayuda directa está limitada a la mínima necesaria ya que el objetivo
es fomentar las capacidades y el sentido de competencia del paciente.
42
relación terapéutica. En cuanto a la duración, se plantean que los pacientes
más graves y con apegos inseguros pueden necesitar tratamientos más largos,
hipótesis que, tanto la práctica clínica como algunas investigaciones apoyan
(González Suárez, Fernández Liria, 1996; Markowitz, Sokodol, Bleiberg,
2006; Grote, Swartz, Zuckoff, 2008). Queda en el aire la cuestión de si una
intervención que incorpore estos cambios sería o no terapia interpersonal.
Desde esta perspectiva la duración no tendría por qué ceñirse a las 16-20
sesiones (que se considera una restricción artificial condicionada por la
adaptación a los protocolos de investigación, igual que la manualización
rígida) sino que se podría flexibilizar, igual que el encuadre, a las necesidades
de cada paciente (en este sentido se advierte de la inexistencia de estudios
para determinar la dosis de tratamiento para que sea eficaz).
1.6.2. Focalizada
43
en terapia para ilustrar y examinar este contenido relacional.
44
1.7. Principales aplicaciones de la terapia interpersonal
45
sido posible demostrar evidencia científica.
46
TB, que era de uso entre los clínicos y finalmente pensó en hacer un híbrido
entre la TIP y la terapia de ritmo social que se empleaba para estos pacientes
en terapias conductuales. Frank se dio cuenta de que la medicación era eficaz
para el control de los síntomas pero que los clínicos descuidaban mucho las
secuelas sociales e interpersonales que generaban los episodios y que a su vez
estaba demostrado que podían generar nuevas fases y descompensaciones.
También vio las altas tasas de recaídas en pacientes con TB incluso con
medicación. Y la falta de adherencia de los pacientes. Estudió que estos
puntos eran claves en la idea de intentar conseguir un mayor control por parte
de los pacientes de este trastorno. Tras estos estudios publicó el Manual de
Terapia Interpersonal y del Ritmo Social para pacientes con Trastorno
Bipolar (Frank, 2005). En esta modalidad de manejo se trabaja de la misma
forma que la TIP pero se añade trabajo específico con el TB desde las
primeras sesiones de tratamiento. Se recoge, además de todo lo visto ya en la
TIP, historia de la enfermedad e hipótesis de las recaídas. Se trabaja con la
familia. Y se trabajan los ritmos sociales que son pautas comportamentales
que organizan y estructuran nuestras vidas. Se enseña al paciente a
monitorizar estos ritmos para prevenir recaídas y ayudarle a regularizarlos.
Serían ritmos como el sueño, las comidas, las actividades. Se mide el grado
de regularidad del paciente y se controla semanal o mensualmente. Uno de
los primeros signos de alerta ante una descompensación suele ser la
reducción del sueño, pero también mide muchos otros: el número de personas
con las que contacta el paciente antes de ir a trabajar, o a lo largo del día, la
ropa que utiliza, las llamadas de teléfono, los gastos, la hora de acostarse, etc.
Aunque faltan estudios en profundidad los resultados aparecidos hasta ahora
muestran que esta modalidad es muy eficaz para el control de los pacientes
con TB, localización y prevención de recaídas, manejo familiar, etc. (Frank,
2005b, 2008).
47
mantenimiento es detectar y prevenir recurrencias. El foco está en que el
paciente pueda detectar signos o síntomas de preocupación que suelen ser
problemas interpersonales parecidos a los que se trabajaron en el foco de la
TIP para la depresión aguda. Se diseñó para un trabajo de mantenimiento de
3 años. Como era de esperar no obtuvo mejores resultados que la imipramina
con la se comparaba. La imipramina puede mantenerse durante años a dosis
eficaz mientras que cualquier psicoterapia, al pasar a ser de mantenimiento,
obligadamente disminuye la dosis. Sí parece que la combinación TIP de
mantenimiento más imipramina era lo más eficaz y que aumentaba la
satisfacción de los pacientes pero no parece que fuera útil en prevenir
recurrencia.
1.7.3. Distimia
48
desconfíen de un tratamiento breve para un trastorno crónico que ofrecer este
tipo de encuadre puede instilar esperanza y aumentar la confianza en las
posibilidades de mejorar del paciente y del propio terapeuta.
49
síntomas que tiene son los de una depresión crónica que los
expertos denominan distimia. Como otras formas de depresión, la
distimia tiene un tratamiento. La depresión afecta a la forma como
se ve a sí mismo y cómo se relaciona con los demás. Le sugiero
que dediquemos un tiempo a entender su depresión y cómo era
Usted antes de empezar a sentirse mal.
50
suficiente de la eficacia de la TIP en distimia. Dos estudios, sin embargo,
merecen ser reseñados. El primero (Browne et al., 2002) es un estudio con
una amplia muestra de 707 pacientes con el diagnóstico de distimia y con un
seguimiento a dos años en tres ramas de tratamiento: TIP (no modificada para
distimia), sertralina y combinado. Tiene el valor añadido de estar realizado en
atención primaria y de incluir un estudio de costes. Los resultados hablan de
una eficacia similar del tratamiento combinado y sertralina y de ambas ramas
mayor que TIP en monoterapia. El seguimiento a dos años muestra una
eficacia similar en los tres grupos pero una diferencia estadísticamente
significativa en los costes por uso de servicios sanitarios y sociales a favor de
los tratamientos que incluían TIP. El otro estudio lo publica el propio
Markowitz (Markowitz, 2005) sobre una muestra de 94 pacientes asignados
de forma aleatorizada hacia terapia breve de apoyo, sertralina y sertralina más
TIP, y tratados durante 26 semanas. Los resultados muestran un beneficio
mayor de la medicación, combinada o no con TIP, sobre la psicoterapia sola.
El estudio sugiere claramente que en el tratamiento a corto plazo de la
distimia la medicación es más beneficiosa que la psicoterapia y que sería el
tratamiento de primera linea. En un trabajo posterior el propio autor planteará
la necesidad de hacer modificaciones en el manual y, basándose en otros dos
pequeños estudios (De Mello, Myczowisk, Menezes, 2001; Hellersein, 2001),
destacará los beneficios de la TIP en el caso de pacientes que no desean o no
responden a la medicación o como estrategia de potenciación.
51
ni riesgo autolítico, ambulatorios y sin consumo habitual de tóxicos ni
conductas violentas o antisociales graves.
52
2.explorar sentimientos de pérdida, rechazo, de abandono o de culpa
hacia el padre ausente;
53
1.la duración de las sesiones puede resultarles escasa o, por el contrario,
demasiado larga;
54
las disfunciones en la comunicación. Se desarrolla sobre la idea de que existe
una relación entre problemas de pareja no resueltos y la depresión de manera
que, por un lado, dificultades mantenidas en el tiempo pueden impedir o
retrasar la recuperación de cuadros depresivos; mientras que la depresión en
uno de los miembros puede ser el origen de problemas de pareja. La
intervención específica de pareja se justifica también por las limitaciones de
las terapias individuales cuando se trata de pacientes con disputas
interpersonales actuales y la mayor posibilidad de éstas de precipitar
divorcios más frecuentemente que los tratamientos de pareja.
55
extensas, estilo de comunicación, actividades compartidas, sexualidad y
actividades y relaciones significativas de cada miembro fuera de la pareja).
La reconstrucción de la historia de la pareja contribuye a esclarecer las
expectativas de ambos en la relación, el grado de satisfacción de cada uno y
la relación de expectativas no recíprocas mantenidas con el malestar en la
pareja y con el cuadro depresivo actual. Se considera importante tener en
cuenta el papel de la propia depresión en el desarrollo de un desajuste en las
expectativas recíprocas. El foco debe ser compartido por la pareja y el
terapeuta e incluye las dificultades actuales y lo que se ha denominado "rene
gociación del contrato marital" que cosiste en examinar las posibilidades de
mantener los roles y expectativas previos y explorar nuevas formas de
relación.
56
un tratamiento breve (un máximo de 6 sesiones de 30 minutos) con una
primera sesión más larga. Está indicada para pacientes que se presentan en
atención primaria y en otros contextos médicos con síntomas o dificultades
de adaptación en relación con acontecimientos estresantes actuales pero que
no tienen un trastorno mental importante. El terapeuta presta atención a
cambios recientes en la vida del paciente, a estrés emocional en el entorno
familiar, laboral, etc., y a dificultades en las relaciones interpersonales. El
AIP tiene de particular con respecto a la TIP que, con el objetivo de acelerar
la mejoría y de minimizar la dependencia, se incluye la utilización de escritos
y tareas para que el paciente realice fuera de las consultas y se contempla la
posibilidad de finalizar el tratamiento antes de las 6 sesiones previstas si el
paciente se siente mejor. Sin embargo, las tres fases, el inventario
interpersonal y los focos se mantienen pero no se habla de déficits
interpersonales sino de soledad y aislamiento social.
57
aspectos directamente relacionados con el embarazo. Durante las sesiones
iniciales, además de los síntomas depresivos, se exploran abiertamente
posibles sentimientos de ambivalencia hacia el embarazo y el bebé y se
pregunta por sentimientos hostiles hacia éste y las fantasías o pensamientos
de dañarle. El inventario interpersonal incluye preguntas acerca de las
circunstancias de la concepción, sentimientos hacia el embarazo y la relación
con el padre y la familia de origen de la embarazada. El foco en transición de
rol se refiere a los cambios físicos y vitales que promueve el embarazo y el
efecto del nacimiento de un hijo en las relaciones sociales y laborales de la
madre así como su desempeño en la crianza. Las disputas se suelen centrar en
torno a la relación con el padre, con la propia madre y antiguos conflictos con
la familia de origen. Se contempla un quinto foco en embarazo complicado
(concurrencia de acontecimientos vitales, problemas obstétricos, embarazo no
deseado, problemas en embarazos previos, etc.). Con respecto al encuadre,
las entrevistas se fijan con flexibilidad teniendo en cuenta la posible
necesidad de reposo, complicaciones obstétricas o el parto; se contempla la
posibilidad de que la madre acuda con los hijos a las sesiones, incluso de
darles el pecho; pueden ser necesarios contactos telefónicos y visitas al
hospital.
58
común con la terapia cognitivo-conductual y la modificación de conducta,
que eran las ramas supuestamente activas, el proporcionar un esquema para
estructurar la conversación entre terapeuta y paciente, pero no incluía
ninguno de los elementos que se consideraban terapéuticos de estas terapias).
Los resultados mostraron que la terapia interpersonal no sólo era igual de
eficaz que la terapia cognitivo-conductual, sino que lo era más que la terapia
conductual en la prevención de recaídas y que, a diferencia de las otras
terapias, con TIP la mejoría continuaba meses después de finalizar el
tratamiento.
59
enfermedad tratable más que una forma de ser o un aspecto de la identidad de
la persona. Los autores, Lipsitz y Markowitz, han sustituido el foco de
déficits interpersonales por un término que consideran más benigno:
"inseguridad de rol". La aplicación incluye muchos elementos de apoyo,
refuerzo y role playing. Está descrita en un manual (Lipsitz, Markowitz,
2006) y hay varios estudios que demuestran su eficacia sobre muestras
pequeñas. Un estudio reciente describe los procesos de cambio (Hoffart,
2005).
Scott Stuart ha utilizado con éxito, aunque sin evidencia de resultados hasta
el momento, la terapia interpersonal en los trastornos somatoformes. Formula
la conducta de somatización como una forma de comunicación interpersonal
guiada por un apego inseguro. Incluye algunas modificaciones, como el
énfasis en la alianza terapéutica y un objetivo centrado en mejorar el
funcionamiento social más que en aliviar los síntomas físicos e incluye el uso
de metáforas, análisis comunicacional y refuerzo positivo (Stuart, Noyes,
2005 y 2006). Más adelante planteará el tratamiento como una propuesta de
integración de la teoría cognitivo-conductual y la interpersonal. Sobre
trastorno somatoforme hay un caso publicado en castellano (González
60
Suárez, Fernández Liria, 1996).
2.La duración no tiene por qué ceñirse a las 16-20 sesiones sino que se
puede flexibilizar, lo mismo que el encuadre, a las necesidades de cada
paciente (en este sentido advierte de la inexistencia de estudios para
determinar la dosis de tratamiento para que sea eficaz). Propone incluir
como foco la relación terapeuta-paciente basándose en las
convicciones de Bowlby y Sullivan en que una de las más poderosas
61
formas de trabajar sobre los patrones de apego distorsionado es
examinar en detalle la relación con el terapeuta. Con todo lo expuesto,
no es extraño que los propios creadores de la terapia interpersonal
estén volviendo la mirada y buscando la manera de incorporarla a
aspectos del Tratamiento basado en la Mentalización desarrollado por
Fonagy y Bateman (2006).
Caso clínico
PRESENTACIÓN:
62
y le cuesta conciliar el sueño pero, sobre todo, se despierta de
madrugada un par de horas antes de lo habitual. Su pensamiento gira
de forma obsesiva en torno a sus problemas económicos y anticipa
consecuencias irreversibles que no parecen corresponderse con la
realidad. Este estado emocional le había llevado a abandonar
actividades de ocio pero no las tareas habituales de la casa ni de la
crianza, que, no obstante, le resultaban una pesada carga. Se sentía
responsable de no poder resolver la situación, por lo que su estado
estaba repercutiendo en su familia y en la relación de pareja, también
por no ser capaz de salir por sí misma de su estado. Se culpaba de no
disfrutar de sus hijos, la pesaba enormemente la presencia de su madre
en la casa cuando le correspondía cuidarla. Se veía a sí misma como
impotente, fracasada y torpe. No encontraba una posible salida a su
estado y esta desespe ranza abocaba en ideas de muerte pasivas que en
un momento posterior se convirtieron en ideas suicidas aunque sin
verdadera planificación.
... Lo disimulo para que ellos no sufran pero cuando estoy sola
me meto en la cama. Ahora ya ni lloro. Si fuera por mí no saldría
de la cama en todo el día. No me alegra nada de lo que les pasa a
mis hdos y me tengo que obligar para ayudarles en sus cosas, el
otro día hasta les grité por una tontería. Yo antes no era así, a veces
creo que les he dejado de querer... Con mi marido lo mismo, no
tenemos relaciones desde hace por lo menos tres meses, me da
pena, pienso que estaría mejor con otra persona. Les estoy
haciendo daño a todos, creo que estarían mejor sin m[..
63
dinero pasivo en el banco y es conocedora de la situación financiera de
la hija, tuviera la iniciativa de ofrecerles una ayuda económica discreta
con la que ella podría paliar la situación. En este momento es cuando
empiezan la tristeza y la ansiedad intensas, junto con el resto del
cortejo sintomático.
Preguntas de autoevaluación
64
interpersonal:
65
2.1. Estructura de la terapia interpersonal
66
en las propias sesiones iniciales. Tampoco describe unas características de los
pacientes candidatos al tratamiento con TIP ni indicaciones precisas salvo las
limitaciones de tener un cuadro clínico que responda al tratamiento con
psicoterapia y la inexistencia de síntomas psicóticos o ideación autolítica que
comprometan la seguridad del paciente o la posibilidad de respetar el
encuadre. Posiblemente esto es así respondiendo a cuestiones de tipo práctico
en relación con la participación en protocolos de investigación. La intuición y
la práctica habitual, sin embargo, suele llevar a disponer de un tiempo previo
variable destinado a valorar la indicación de tratamiento y la disponibilidad
del paciente. En la TIP la valoración del tipo de pautas interpersonales y la
motivación se consideran parte de la intervención durante las sesiones
iniciales y no condición para ella. Scott Stuart y Michael Robertson, en su
Guía de práctica clínica (Stuart y Robertson, 2003), proponen un protocolo de
valoración basado en la evaluación del estilo de apego del paciente y de su
red de apoyo social, e indican una serie de características del paciente que
aumentarían las posibilidades de mejorar y harían a la TIP el tratamiento de
elección: la existencia de un apego "relativamente seguro", una buena red
social y la presencia de un foco interpersonal para el malestar. Los propios
creadores de la terapia interpersonal ya destacaban las dificultades y
observaban peores resultados cuando se trabaja con pacientes con escasas o
muy dificultosas relaciones sociales, como aquellos cuyo único foco era el de
déficits interpersonales. Con todo, una de las ventajas de la TIP, y
posiblemente una de las características que la hacen tan versátil y que han
contribuido a su impresionante desarrollo, es precisamente el hecho de no
tener muchas contraindicaciones y no ser específica para un determinado
grupo de pacientes "escogidos".
67
La terapia comienza tras un breve periodo de valoración en el que ya se ha
llegado, con cierto nivel de seguridad, a un diagnóstico clínico del paciente y
en el que se ha establecido la indicación y posibilidad de tratar el cuadro con
terapia interpersonal. Es necesario para poder iniciar la intervención que el
paciente tenga una cierta información acerca de la naturaleza de sus
problemas y esté disponible para colaborar con el terapeuta en el trabajo, pero
buena parte de esto se aborda específica y sistemáticamente durante las
sesiones iniciales.
68
b)Completar un inventario interpersonal y relacionar la depresión con el
contexto interpersonal.
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colaborativo, así, mientras que en un primer momento se concede el rol de
enfermo, y se reconoce que el paciente tiene un escaso control sobre la
mayoría de los síntomas, posteriormente se otorga al paciente un papel
progresivamente más acti vo promoviendo su colaboración en la búsqueda de
síntomas y acontecimientos precipitantes y en la descripción del
funcionamiento interpersonal. La alianza terapéutica, clave del éxito de la
psicoterapia como es bien sabido, se construye muy sólidamente desde el
principio sobre la base del contrato terapéutico.
70
Si tras la revisión de síntomas se constata que el paciente tiene un
trastorno depresivo, se le comunica de forma explícita. Se le dirá que sus
diferentes molestias responden a un patrón reconocido por los clínicos como
depresión y que todos los síntomas que presenta (la tristeza, la apatía, los
problemas de sueño y apetito, la pérdida de interés, los cambios de humor,
etc.) se corresponde con las manifestaciones típicas de la depresión. Cuando
el resultado de las pruebas físicas ha resultado negativo, se puede asegurar al
paciente que se trata de depresión, a la vez que se comunica que la ausencia
de una base orgánica conocida no implica que los síntomas no sean reales y
que no tiene una enfermedad física seria que conlleve la posibilidad de perder
la razón o el control de sus vidas, ni un deterioro irreversible de sus
capacidades cognitivas.
Las molestias que arrastra desde hace dos meses y que hemos
estado revisando juntos (concretar de forma detallada y con las
propias palabras del paciente o la definición que se les ha ido
dando durante la exploración: los dolores de cabeza, la falta de
sueño, los cambios de humor y las discusiones tan frecuentes con
su mujer, la falta de ilusión por sus actividades habituales y el
hecho de no querer vera nadie y la necesidad de quedarse en
casa...) se corresponden con el cuadro típico de la depresión. Las
exploraciones médicas que le han realizado antes de enviarle aquí
han resultado ser normales. Esto no quiere decir que sus molestias
no sean reales, su sensación de cansancio, la falta de sueño, la
pérdida de energía e interés son reales pero no se corresponden con
una enfermedad física. Lo que tiene en este momento es una
depresión.
71
síntomas y las conductas del paciente.
72
puede reformular como parte del estado de ánimo depresivo. Nombrar la
tristeza, la apatía o el insomnio que experimenta el paciente como síntomas
que forman parte de una enfermedad - independiente de su voluntad - permite
que éste se sienta en necesidad de recibir ayuda y acepte sin culpa exenciones
temporales y delimitadas, mientras la clínica sea muy intensa y para aquellas
actividades que estén verdaderamente interferidas por los síntomas, de ciertas
responsa bilidades laborales y obligaciones sociales. Haciendo al entorno
cuidador partícipe de esta estrategia se pretende disminuir también la
hiperexigencia de una mayor actividad del paciente en su mejoría. Por su
parte, se espera del paciente que se implique de forma activa en el tratamiento
acudiendo regularmente a las citas programadas, cumpliendo con el
tratamiento y participando en las tareas pertinentes a cada fase. Con este
reconocimiento y legitimación del malestar el terapeuta, a la vez que se
empieza a ocupar de disminuir el malestar, logra que el paciente, que suele
sentirse invadido por los síntomas, pueda desviar su atención hacia los
componentes interpersonales y sociales de su depresión, y facilita la
exploración del territorio interpersonal durante el resto del tratamiento. Es,
por tanto, una estrategia generadora de compromiso y motivación para la
psicoterapia siempre que se haga de forma honesta y proporcional a la
clínica.
73
E) Evaluar la necesidad de medicación
Una vez revisados los síntomas el terapeuta dirige la atención del paciente al
momento en el que comenzaron y a la razón por la que solicitó ayuda. En este
momento el terapeuta persigue dos objetivos:
74
1.Circunstancias sociales e interpersonales asociadas con el comienzo de
los síntomas. El terapeuta recorre detenidamente cada escenario actual
de la vida del paciente (familia, rol social, amigos, trabajo, etc.)
pidiéndole que lo describa en detalle mientras le pregunta por posibles
cambios recientes. Es habitual que el paciente no reconozca problemas
o dificultades en un primer momento o que permanezca muy aferrado
a los síntomas, el terapeuta debe explorar asertivamente utilizando
preguntas muy concre tas y directas que permitan detenerse en cada
circunstancia y descubrir aspectos no contemplados por el paciente
hasta ese momento o que no relaciona con el malestar o bien que le
resulta difícil compartir.
75
d)Formas en las que al paciente le gustaría cambiar la relación
modificando su comportamiento o el de los otros.
76
B) Identificar las áreas problema
77
1.Duelo. Pérdidas por separación o fallecimiento de personas
significativas del presente o el pasado reciente o reactualizaciones de
duelos pasados.
78
relación con su estado de ánimo triste. Es cierto que han tenido
problemas en otras ocasiones, pero parece que, desde que él ha
cambiado de trabajo y falta más de casa, las discusiones son más
frecuentes y que usted se encuentra más desbordada e incapaz de
cambiar las cosas. Nunca antes se había deprimido como ahora. Le
propongo que nos centremos especialmente en este conflicto en la
relación con su marido por ver si la puedo ayudar a entender lo que
está sucediendo y sus sentimientos en relación con ello y a
identificar qué podría hacer usted para que la relación sea más
satisfactoria para ambos.
a)Retrasar la decisión.
79
posibilidad de hacer TIP.
Si las cosas han ido bien en este punto el paciente tendrá grado suficiente
de reconocimiento de sus conflictos interpersonales actuales y, lo más
importante, un cierto grado de reconocimiento de su conexión con los
síntomas. Aun así, no todos los parientes tienen información precisa y
objetiva de cómo se abordan los conflictos en psicoterapia ni cuál es su
mecanismo de acción. El paso siguiente, por tanto, es hacer al paciente
partícipe del contenido de la terapia, la forma de trabajo y los objetivos
planteables. Para ello se pueden explicitar de forma sencilla las bases del
tratamiento con TIP:
80
que les rodean. En su caso hemos visto cómo esta falta de
entendimiento con su marido y la aparición de discusiones más
frecuentes se relacionan con la depresión. Durante el tratamiento
que le propongo trataremos de entender en profundidad estas
dificultades y mejorar la comunicación con él, descubriendo qué
desea usted de la relación y cómo conseguirlo.
Tras esta formulación se pide al paciente que precise cuáles son los
cambios que desea de la relación, qué cree que puede hacer para conseguirlos
y su opinión acerca de la hipótesis del terapeuta.
1.El foco del tratamiento. El área problema que el terapeuta considera que
debe ser el foco. El área ha de ser escogida de acuerdo con el paciente,
que reconoce su protagonismo en el mantenimiento de los problemas y
como agente de los cambios necesarios.
81
Hemos visto cómo las discusiones con su marido han
empeorado desde que él se ausenta más por su nuevo trabajo y que
han aparecido importantes desacuerdos en torno a la educación de
los hijos y su participación en las tareas de la casa. Usted no ha
estado pudiendo expresar sus opiniones al respecto porque siente
un intenso temor a su reacción....
82
le veré lo antes que pueda. En general no podré alargar las sesiones
si se retrasa. Puede que sea yo quien tenga que cambiarle alguna
cita, en ese caso le daré una cita lo antes posible. Si en algún
momento entre las sesiones se encuentra mal y no puede esperar a
la siguiente sesión puede llamarme y conversaré por teléfono con
usted o le daré una cita breve antes de la siguiente sesión. Le ruego
que me haga saber cualquier desacuerdo o incomodidad que le
surja durante el tratamiento en relación con esto o con cualquier
otro asunto.
83
Ahora que ya tenemos alguna idea de a dónde queremos llegar,
intentaré explicarle cómo vamos a trabajar. A partir de ahora usted
debe hablar aquí sobre las cosas que le preocupan, especialmente
de las que le afectan emocionalmente.Ya hemos identificado áreas
especificas en las que podría haber cambios y hemos acordado
unos objetivos. Por supuesto que vamos a ocuparnos de estos
asuntos. Sin embargo, al avanzar en nuestro trabajo, pueden surgir
otras cosas importantes y debe traerlos a colación sin dudarlo. A
mí me interesa no sólo lo que sucede sino, más todavía, sus
sentimientos acerca de lo que sucede. A usted le corresponde
seleccionar lo que le parece más importante. Después de todo
nadie sabe mejor cómo se siente y cómo le afectan sus problemas.
No hay cosas sobre lo que sea "correcto" o "equivocado" hablar
siempre que le preocupe o que tenga sentimientos importantes
sobre ello. Esto vale también para sentimientos sobre mí, nuestra
relación o la terapia.
84
maximizar la apertura y su disponibilidad a hablar de sí mismo.
Cada sesión comienza con un silencio receptivo del terapeuta o bien con
una invitación a hablar en forma de pregunta general del tipo: ¿Cómo
empezamos hoy? ¿De qué le interesa que hablemos hoy? Esto facilita que
aparezcan posibles aspectos nuevos del foco y previene de una excesiva
directividad del terapeuta. Si el paciente no lo comenta espontáneamente, el
terapeuta puede preguntar directamente por el estado sintomático y por los
sentimientos surgidos tras la sesión previa.
85
tratamiento, el terapeuta utiliza una sistemática que supone una secuenciación
típica de las intervenciones:
2.2.1. Duelo
A) El duelo normal
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El duelo por la pérdida de una persona querida es una experiencia
universal del ser humano y, por más que sus manifestaciones se parezcan a
los síntomas de la depresión, el duelo no es una enfermedad, es un proceso
adaptativo normal que comporta intensas emociones que habitualmente la
persona puede integrar de forma natural sin necesidad de tratamiento.
87
fuertes emociones. Está la tristeza, pero también, a veces, la rabia, la
culpa, el despecho, el miedo, la envidia o el resentimiento, también el
alivio y la sensación de paz interior. En este caso la cultura proporciona
instrumentos para facilitar la experiencia y la expresión de esos afectos
y para hacer balance. De tal manera, los tanatorios son lugares donde
se vela al fallecido, donde no sorprende la expresión abierta de
emociones y donde se suele disponer de muchas oportunidades para
recordar con los allegados las cualidades - o no - del fallecido ("a pesar
de todo era muy bueno", "ha dejado de sufrir", "a su modo, él nos
quería"). En ocasiones esta tarea se ve entorpecida por una necesidad
social de negar un dolor que resulta incómodo y difícil de sostener, de
tal forma que se retiran los apoyos al doliente y se fuerza una huida de
los sentimientos que difícilmente pueden ser integrados sin ese sostén.
La dificultad para contactar con sentimientos genuinos en las primeras
fases se considera un predictor de complicaciones en el proceso de
duelo.
88
-Tarea 4: Encontrar un lugar para los recuerdos y continuar viviendo.
B) El duelo complicado
89
puesto que no había llorado y se había sentido bien todo ese
tiempo. Mantenía una relación de mucha unión y complicidad con
el padre.
90
entorno social, únicamente mantiene su trabajo a tiempo parcial en
una empresa familiar. Conserva las ropas y la habitación que había
preparado para el bebé. Llora a diario pensando en lo que no pudo
ser y se pone especialmente triste en los aniversarios de la pérdida.
La relación con su marido es fría desde entonces y se queja de que
nadie entiende su dolor.
91
E) Objetivos y estrategias del tratamiento
El trabajo con las personas cuya depresión se relaciona con un duelo tiene
dos objetivos:
92
b)Emanciparse del vínculo paralizante con el fallecido.
a)Pensar en la pérdida.
93
Con esta estrategia el terapeuta pretende ayudar al paciente a
evocar los hechos tal y como sucedieron entonces a la vez que las
emociones consecuentes que se suprimieron y que ahora pueden
ventilarse gracias al soporte que proporciona el encuadre terapéutico.
2.Tranquilizar.
94
sentirse intensamente afectados un tiempo. Es habitual
sentirtristeza intensa pero también se puede sentir rabia o culpa o
cualquier otra emoción. Hay quien siente miedo de perder a
alguien más o incluso de morirtambién. Son sentimientos y
pensamientos normales que desaparecen pasado un tiempo. La
terapia ayuda a sentirse mejor.
3.Reconstruir la relación.
95
4.Esclarecimiento.
¿Cuáles eran las cosas que le gustaban de...? ¿Cuáles las que
no?
5.Cambio conductual.
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¿Quiénes son sus amigos? ¿Con qué actividades disfruta?
97
2.2.2. Disputas interpersonales
98
una madre temerosa y una hija adolescente que desea una mayor autonomía.
B) Objetivos y estrategias
99
para poder después escoger un plan de actuación que pueda conducir a la
resolución de las disputas por la vía de modificar pautas desadaptativas de
comunicación, reevaluar las expectativas o ambas.
100
primeras sesiones, dedicadas a la exploración (de la comunicación, las
expectativas recíprocas, etc.), al análisis de la alternativas y toma de
decisiones. En problemas muy circunscritos este movimiento puede realizarse
en una única sesión.
101
el paciente que genera de forma inconsciente el rechazo de los demás).
Esta exploración puede aportar información acerca de los beneficios
que obtiene el paciente de ese tipo de relaciones, qué deseos
inconscientes la mantienen y cuáles son las motivaciones de la
repetición. Los problemas en la relación actual suelen ser muestra de
una pauta disfuncional del paciente.
102
Se trata de explorar sistemáticamente las emociones implicadas en
cada interacción y que desencadenan los comportamientos y actitudes
del paciente, ayudándole a conectar con ellos y a reconocer la
complejidad de los sentimientos implicados y la ambivalencia.
103
104
2.2.3. Transiciones de rol
105
divorcio, la emigración, enfermedades que conllevan reajustes familiares y
sociales, la adquisición de nuevas responsabilidades, un ascenso laboral, etc.
4.Baja autoestima.
106
¿Ha habido algún cambio reciente en su vida? ¿Se ha separado
o divorciado? ¿Alguno de sus hijos se ha ido de casa
recientemente? ¿Hay alguien nuevo viviendo con usted? ¿Ha
cambiado de trabajo o de residencia? ¿Ha tenido algún cambio
económico?
B) Objetivos y estrategias
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Esta primera tarea supone facilitar la despedida del rol antiguo y el
proceso de duelo que conlleva. Este trabajo no se diferencia del que se
ha descrito en el apartado 2.2.1 donde se describe el foco de duelo. El
terapeuta ayuda al paciente a poner el rol perdido en perspectiva y
revisa j unto con él las características y los cambios que implica en las
relaciones significativas, sobre todo si hay pérdidas o separaciones
importantes. Poner el rol antiguo en perspectiva implica también, como
en el duelo, hacer un balance de sus aspectos positivos y negativos ya
que las personas que se deprimen en este contexto pueden idealizar el
rol abandonado y minimizar o no contemplar los aspectos positivos del
nuevo.
108
temor por la incertidumbre, la soledad, la culpa, el enfado, etc.
Las nuevas habilidades requeridas por el nuevo rol tienen una doble
vertiente, las habilidades prácticas para el desempeño de la nueva tarea
y las necesarias para desarrollar una nueva red de soporte social y
nuevos vínculos. El terapeuta puede ayudar a identificar y perfilar
dificultades concretas y a manejar la ansiedad que puede despertar al
paciente su carencia. Técnicas como la resolución de problemas o el
role playing son de gran utillidad en este punto.
109
Puede que estés dando por sentado que todos los superiores son
juzgados y descalificados por los compañeros. Desde luego eso es
lo que pasó con la persona a la que sustitu yes pero ¿te has
planteado que puede ser un estereotipo y que tú puedes desarrollar
tu propio estilo? ¿Cómo te parece a ti que se puede coordinar sin
llegar al autoritarismo de tu antecesora?
110
2.2.4. Déficits interpersonales
111
interpersonales recientes. Suelen ser pacientes más graves que los que se
presentan con otro tipo de problemas interpersonales. En caso de que se
encuentren problemas en otro foco aparte de déficits, es preferible elegirlos
para orientar la terapia.
B)Objetivos y estrategias
112
El trabajo del terapeuta se orienta en función de las siguientes tareas:
113
relaciones futuras. El trabajo con la relación terapéutica permite utilizar
una serie de estrategias:
... es posible que esto mismo le pase con otras personas y fue
sea lo que está interfiriendo la posibilidad de sentirse bien con
ellos.
Para que esto suceda son útiles técnicas como el role playing o la
resolución de problemas. El terapeuta puede sugerir acciones
concretas, preparar al paciente durante las sesiones y examinar los
resultados y las posibles dificultades en las siguientes. Puede ser
necesario un entrenamiento específico en habilidades sociales. Cada
vez que el paciente intente, con o sin éxito, una nueva relación se
deben revisar en detalle los elementos de la interacción y corregir
distorsiones así como sugerir, incluso entrenar mediante role playing,
114
alternativas de comportamiento más adaptativo.
115
2.3. Sesiones finales. La terminación del tratamiento
A) Objetivos y estrategias
116
2. Revisión del trabajo y los logros.
117
B) Dificultades con la terminación
118
todas las decisiones que usted ha ido tomando, se ha ido
encontrando progresivamente mejor, hasta el punto de que creo
que ya está en condiciones de que dejemos de vernos como hasta
ahora y continuar sola adelante en su vida manteniendo y
acrecentando lo que ha iniciado en la terapia.
2.4. Técnicas
Por más que el manual sea explícito en las tareas a llevar a cabo por el
terapeuta y en su tempo, la TIP no es simple o fácil de aplicar sin
conocimiento y práctica específicos en habilidades de entrevista. Aprender el
119
orden, los objetivos, la dinámica de las sesiones es importante, de hecho gran
parte del éxito de la TIP es haber construido un molde terapéutico que, al
estar basado en un modelo médico de enfermedad, consigue adaptarse de
forma flexible a gran parte de los espacios clínicos de tratamiento de la
depresión. Saber que hay sesiones iniciales, intermedias y de terminación con
sus contenidos específicos cada una de ellas y que se debe elegir un foco y
una hipótesis de trabajo es clave para conducir las sesiones, pero es preciso
también saber qué decir o qué callar en cada momento, cómo preguntar,
cómo obtener un relato acerca de aspectos relevantes de una relación, qué
tipo de intervención facilita la conexión con las emociones, qué intervención
del terapeuta puede facilitar su expresión o su contención, etc. Es decir,
cuáles son las herramientas terapéuticas necesarias y cuándo disponer de
ellas, cómo conducir la entrevista de forma que resulte útil a los objetivos
planteados en cada una de las fases y en función del material narrativo que el
paciente aporta en cada momento. Utilizando una metáfora ajedrecística, se
trata de saber cuáles son las figuras, su función en el juego y cómo se mueven
por el tablero.
120
d)captar el contenido de la comunicación terapéutica.
121
A) Habilidades de primer nivel
122
El terapeuta debe tener destreza de experto en escuchar lo que el
paciente no dice de forma explícita, lo que muestra a través de
narraciones incompletas, implícitas, omisiones o recurrencias. Debe
saber, en definitiva, leer entre líneas del discurso del paciente. Qué está
expresando con lo que dice, qué muestra, qué oculta y cómo lo hace
son preguntas que el terapeuta debe hacerse para captar el contenido
cognitivo y emocional de cada interacción interpersonal y
posteriormente compartirlo con el paciente.
123
2. Facilitar la actividad narrativa.
124
sucediendo en la relación entre terapeuta y paciente. Requiere poder
entender lo que el paciente pone en juego y proviene de su forma
especial de relacionarse y que tiene un papel importante en el conflicto
relacional que se está trabajando. Es una actividad esencial a la hora de
trabajar de forma directa sobre la relación terapéutica lo que, como se
ha visto, en terapia interpersonal es importante cuando el foco es en
déficits interpersonales y cuando surgen dificultades en la relación
terapéutica que tienen que ver con las pautas relacionales del paciente y
ponen en peligro la continuidad del tratamiento.
1. Acompasamiento.
125
recordar dónde estaban. Recuerde ahora qué hizo él después de
saludarla. Entonces le cogió la mano, ¿Puede recordar lo que sintió
entonces? ¿Qué siente ahora mientras me lo cuenta?
2. Guía y cambio.
126
Cuadro 2.7. Técnicas de entrevista en terapia interpersonal y sus contextos
terapéuticos
A) Clarificación y balanceo
B) Análisis comunicacional
127
formas alternativas para una comunicación más eficaz. Se pide al paciente
que relate un incidente interpersonal reciente con el máximo de detalles
concretos (una especie de transcripción de la escena) mientras que se
exploran las motivaciones, expectativas concretas que implica y los
sentimientos que genera el episodio. Por otro lado se pregunta por la
respuesta concreta del otro implicado, cómo la interpreta el paciente y cómo
se comporta después.
128
El trabajo con las emociones es una de las técnicas fundamentales en
terapia interpersonal. Se trata de ayudar al paciente a reconocer, expresar,
situar en su contexto, entender y por último manejar los afectos implicados en
las interacciones interpersonales. El aprendizaje en psicoterapia es un
aprendizaje emocional y es promotor del cambio, por este motivo el trabajo
con las emociones es constante a lo largo del tratamiento. Reconocer la
emoción implicada en cada interacción confronta al paciente con sus
expectativas y prioridades, con las motivaciones y consecuentemente lleva a
comprender sus comportamientos. Se puede decir que las emociones dan
sentido a la experiencia interpersonal, de ahí la importancia de trabajar con
ellas.
129
D) Resolución de problemas
A) Incidentes interpersonales
B) Relación terapéutica
130
terapéutica son examinados en la medida en la que ellos representan un
modelo de cómo el paciente se relaciona con otras personas.
C) Role playing
131
actividad, diarios, visitas o desarrollo de un plan de acción en la resolución de
problemas. Este tipo de actividad es útil tanto en la evaluación como para
promover y afianzar los cambios logrados. Traslada la posibilidad de cambiar
desde el ámbito del despacho al propio entorno del paciente fomentando su
autonomía hacia el final del tratamiento.
E) Contrato y setting
132
2.5. Dificultades frecuentes en el curso de la terapia
Las dificultades más frecuentes que aparecen en terapia interpersonal son las
relacionadas con la propia entrevista y la aplicación de las técnicas. Ya
habíamos dicho antes que dentro de las variables comunes del cambio en
133
psicoterapia las que tienen que ver con el paciente son las más importantes.
Pacientes con rasgos de personalidad muy patológicos, alta vulnerabilidad,
poco implicados en el cambio o con una comunicación muy dañada, van a
mostrar peores resultados con terapias breves y en concreto con terapia
interpersonal. Dentro de los factores que dependen más del terapeuta están
los que tienen que ver con errores frecuentes en la entrevista. Ambos se
muestran en los Cuadros 2.9 y 2.10.
Hay toda una serie de actitudes del paciente que, tanto sean derivadas de la
clínica, como de una insuficiente comprensión del proceso o de sus
características de personalidad, pueden dificultar la buena marcha del
tratamiento y el terapeuta debe detectarlas y manejarlas lo antes posible. Una
buena comprensión de los objetivos y técnicas de la terapia interpersonal hará
fácil estas tareas pero, para mayor claridad, se resumen en el siguiente
cuadro.
134
135
136
2.5.2. Dificultades frecuentes generadas por el terapeuta
137
138
Caso clínico
SESIONES INICIALES:
• OCUPARSE DE LA DEPRESIÓN
139
personalidad. Los síntomas que me cuenta, con la información que
me envía su médico de que no hay una enfermedad orgánica que
los explique, se corresponden con los de una depresión. Me parece
que tiene usted una depresión de cierta importancia y que
necesitará tratamiento específico para mejorar. Este es el motivo
por el que su médico ha insistido en que la vea un especialista.
140
relaciones, lo que se confirmó cuando la paciente le comentó que la relación
con su madre siempre había sido difícil y que últimamente no paraba de
preguntarse si habría hecho algo mal con ella pero no encontraba respuesta y
que quizás la terapeuta la podría ayudar. Antes de terminar la entrevista pidió
tiempo para comentar algo que no había contado hasta entonces por temor a
que se interpretara como síntoma de locura. Desde poco tiempo después de
comenzar con los síntomas, notaba a veces, cuando estaba sola, la sensación
de que su padre, fallecido hacía 15 años, estaba presente a su alrededor y
tenía sueños repetidos en los que él le reclamaba algo que no podía concretar.
La terapeuta la tranquilizó al respecto explicándole que las sensaciones de
presencia no son signos de enfermedad mental y que se podrían interpretar
como indicios de problemas para asumir la muerte de su padre. La trasladó a
hablar de ello detenidamente en las próximas sesiones. La terapeuta tomó
nota de signos incipientes de una buena alianza terapéutica.
141
meses en recuperarse por completo. Sin embargó perdió su medio de trabajo
y quedó con la deuda del camión pendiente de pagar y en paro.Tuvieron que
ajustar la economía doméstica durante ese tiempo, Rosa intentó buscar
empleo desesperadamente sin conseguirlo. Este fue el momento en que
dejaron de pagar los gastos de la comunidad de vecinos y cuando amenazaron
con denunciarles. El marido confiaba en encontrar trabajo pronto y no veía la
situación de forma tan dramática como Rosa.
• INVENTARIO INTERPERSONAL
La madre había sido una mujer ruda y rígida, criada sin afecto por unos
142
padres de pocos recursos. En una época tuvo que cumplir condena por un
delito que aparentemente no cometió, lo que la volvió resentida y hostil. La
relación con su marido oscilaba entre la frialdad y la disputa abierta.
El padre era un hombre recto pero Rosa tiene de él los recuerdos más
tiernos de su infancia. Con él, a pesar de que era muy normativo, ella se
sentía escuchada y cuidada. Enfermó de cirrosis y Rosa asumió por iniciativa
propia muchos de los cuidados. Dejó el trabajo en la ciudad, regresó al
pueblo y se hizo cargo de la comunicación con los médicos hasta el punto de
que, durante un tiempo, ella fue la única que conocía el pésimo pronóstico a
corto plazo y no lo compartió con nadie. Pocos días antes de morir el padre,
conocedor de la mala relación madre-hija, le pidió a Rosa que nunca dejara
de cuidar a la madre. No pudo despedirse de él porque cuando le
comunicaron la inminencia del fallecimiento, tuvo que ser sedada por una
fuerte crisis de ansiedad. No pudo ir a los actos funerales y volvió a tener una
fuerte crisis cuando descubrió que habían hecho desaparecer las pertenencias
del padre al enterrarle. Estuvo muy afectada durante mucho tiempo y cada
aniversario o acto familiar importante lo vivía con un intenso anhelo. Desde
que se renovaron las dificultades con la madre en el contexto de las
dificultades económicas, Rosa tenía sueños repetidos en los que su padre,
moribundo, le reclamaba algo y ella no sabía qué era. Durante el día tenía
frecuentemente la sensación - aunque con criterio de realidad conservado - de
que su padre estaba cerca de ella y se sentía impelida a hablarle y decirle
cosas como "dime algo, dime lo que tengo que hacer, cómo debo tratar a mi
madre si ella no me deja que la cuide".
La familia tenía una buena red social pero sin demasiada intimidad fuera
del núcleo familiar.
143
Con las hermanas también la relación era buena. Parecían ejercer de
hermanas mayores protectoras y tener una relación menos complicada con la
madre. Sin embargo Rosa no compartía con ellas buena parte de sus
sentimientos. Ellas se habían casado y salido de la casa cuando Rosa era aún
muy pequeña.
144
madre y que cree que ella nunca se ha portado cariñosamente ni la
ha cuidado como se puede esperar de una madre. Lo que tam bién
parece es que desde que ella no se ha ofrecido a apoyarla
económicamente en este momento tan difícil de su vida, es como si
estos sentimientos y dudas con ella se hubieran puesto de nuevo en
primer plano y que están muy relacionados con su estado de ánimo
deprimido. ¿Qué opina usted? ¿Está de acuerdo con esta forma de
ver las cosas?
145
pasando en este momento en su vida, fundamentalmente de lo que
tenga relación con estos temas, pero también de cualquier otra
preocupación o emoción que tenga.Yo la ayudaré a explorar los
temas y a entender un poco mejor las cosas que pasan, y más
adelante a que pueda tomar decisiones más saludables y
confortables. Creo que si trabajamos así, y también con la ayuda de
la medicación, podrá ir sintiéndose gradualmente mejor y, al final
de las sesiones, incluso mejor que antes. Lo que sí es cier to es que
esta forma de trabajar puede hacer que en algún momento durante
las sesiones o después de ellas pueda sentirse afectada
emocionalmente. Si esto sucede no debe interpretarlo como un
signo de empeoramiento, sino como un efecto de las sesiones, que
puede ser inevitable cuando abordemos ciertos temas dolorosos. Le
pido que se sienta libre de comentarlo conmigo en la siguiente
sesión. Si en algún momento se encuentra tan mal que no puede
superarlo por sí misma, no dude en ponerse en contacto conmigo y
podremos planificar una cita extra si es necesario. Por otro lado le
pido que comente abiertamente cualquier desacuerdo o
incomodidad que le pueda surgir conmigo o con el tratamiento, de
esta forma lo podremos resolver.
• SESIONES INTERMEDIAS
146
ROSA: Bueno, pues... sobre lo último que hemos hablado en
las últimas entrevistas, el problema sigue ahí, o sea con mi madre,
pero verla no la he podido ver todavía, aunque sí me he puesto en
contacto con ella por teléfono y parece ser que como la última vez
que le comenté sigue lo mismo, o sea con mis hermanas se lleva
bien, a ellas sí las apoya, pero conmigo la veo como siempre.
ROSA:... porque hablo con ella pero no le noto ese querer por
mí, que me pregunte, no, no, no.Yo la sigo esperando pero eso que
yo quisiera ver en ella no lo encuentro. Y yo quisiera cuidarla,
como me pidió mi padre que hiciera y como hice con él, pero ella
no se deja...
147
pedirle ayuda, sin embargo podía no juzgar a su hija cuando mostraba este
enfado "vicario" con la abuela. La animó a hablar de los últimos encuentros
con la madre y le pidió que explorara sus sentimientos ante determinadas
actitudes. Mencionó como legítima su expectativa de ser ayudada por la
madre y le recordó algunos episodios de la infancia donde se había sentido
igual. Cuando Rosa pudo relacionar su malestar con el enfado, la terapeuta se
ocupó de normalizarlos. Poco a poco, Rosa comenzó a reconocer los
sentimientos de rabia como propios y pudo también conectar con el miedo
que la tenía desde que era pequeña. Reconoció su frustración y se quejó
abiertamente de la diferencia de trato hacia sus hermanas.
TERAPEUTA:Ya...
148
rencor?
Este trabajo con los sentimientos hacia la madre dio paso a una reflexión
acerca de las motivaciones de su madre y de su comportamiento y pudo
plantearse que quizás su hosquedad y falta de empatía no tenían que ver con
ella.Todo derivó en una visión más comprensiva de la madre, a quien pudo
empezar a reconocer y disculpar, y en la conclusión de que no iba a cambiar
fácilmente y debía renunciar a sus expectativas hacia ella.
TERAPEUTA: Ahá.
ROSA: Mi madre desde muy joven tuvo que pagar una culpa
de un delito que hizo una cuñada en la cárcel en tiempo de la
149
guerra, estuvo tres años y... y otro de reclusión.
TERAPEUTA: Ahá.
ROSA: Bueno parece que según van pasando los días me voy
mentalizando de que quizás no es conmigo con quien mi madre
tiene problemas.
ROSA: Pues no sé, porque hay veces que noto como un nudo
aquí... Un ahogo y cuando he llorado muchas veces me he quedado
muy tranquila pero últimamente pues no...
150
TERAPEUTA: Ahá. Sí... Rosa, ¿recuerda que cuando
empezamos a pensar en estas sesiones hablamos de que había dos
aspectos en su depresión? Uno era la relación con su madre, parece
que eso está un poco mejor, como si hubiera cambiado su forma de
ver las cosas con ella...
151
TERAPEUTA: Ahá.
TERAPEUTA: Ahá.
TERAPEUTA: Ahá.
ROSA: Pero como veo que por más que intento acercarme a mi
madre ella se aleja más, entonces...
152
ROSA: Sí
ROSA: Sí.
ROSA: Sí. Pues quizá no, no estarían las cosas como están.
153
todo cuanto necesitaba.
TERAPEUTA: Ahá.
TERAPEUTA: Ahá.
En este punto relata las veces que su padre la castigó y la pegó. Ella le
disculpa comentando que el padre lo hacía por su bien y que luego lo
reparaba, al contrario que su madre a la que siempre vivía como hostil y
rechazante y de quien sentía miedo.
154
TERAPEUTA: Ahá. ¿Usted a su padre le tenía mucho respeto?
TERAPEUTA: Ahá.
155
estoy en casa que... que no estoy sola.
TERAPEUTA: Ahá.
TERAPEUTA: ¿Por qué cree que puede ser ahora, Rosa? ¿Por
qué ahora se le viene todo lo bueno de su padre, cuando a lo mejor
en otro momento se le viene de una manera más realista?
156
TERAPEUTA: ¿Y qué sentimiento le produce que su padre le
reclame algo que usted no puede cumplir?
TERAPEUTA: Ahá.
ROSA: Claro...
157
madre. El duelo por el padre está dificultado, tanto por esta idealización que
le impide ver a su padre en su versión más realista y por la imposibilidad de
desvincularse de la tarea que le encomendó antes de morir, como por haber
sido una relación de ternura y cuidados a la que le resultó difícil renunciar
con escasos apoyos y sin una definición de rol segura en la vida. Consciente
de la importancia de que Rosa pueda desvincularse de la promesa y reabrirse
al duelo entorpecido, la terapeuta confronta repetidas veces esta dicotomía de
"buenos y malos" hasta que consigue centrar el discurso de la paciente en los
acontecimientos que rodearon el fallecimiento del padre.
TERAPEUTA: Ahá.
TERAPEUTA: Ahá.
158
manos y yo quiero cogérselas y no puedo.
TERAPEUTA: Ahá.
ROSA: Ahá.
159
el ir a avisar al médico de que él estaba peor, bueno, fue ahí todo
en un momento, por la mañana, el no poder verle después de estar
tanto tiempo cuidándole.
TERAPEUTA: Ahá.
ROSA: Sí.
160
enfermedad para arriba hasta que lo ahogó (...) y con los ojos me
decía que le diese algo para esos dolores porque toda la
enfermedad yo creo que quejarse como aquella noche no se había
quejado nunca por no hacernos sufrir a mi madre y a mí porque
éramos las que estábamos más tiempo con él. Después de
enterrarle iba a su habitación a por unas toallas y a mí mi madre no
me había comentado que toda su ropa se la habían echado con él.
161
ROSA: Porque ahora es cuando estoy viendo a mi padre más,
más a menudo en los sueños, lo tengo más presente porque ya le
digo que yo...
162
es todo lo contrario, yo quiero...
ROSA: Sí.
ROSA: Es una cosa que... que la tengo ahí clavada como una
espina.
ROSA: No lo sé.
163
ROSA: No es que no pueda yo, es que ella no se deja,
entonces...
ROSA: Claro.
ROSA: No lo sé.
TERAPEUTA: Ahá.
164
gran faena, ¿no?
TERAPEUTA: Daño.
ROSA: Sí.
ROSA: Ahá.
165
emociones a flor de piel.
ROSA: Bueno.
ROSA: Sí.
TERAPEUTA: De acuerdo.
Tres sesiones antes de terminar se acordó espaciar un poco las citas y una
166
fecha concreta para el final. En la penúltima sesión Rosa comentó, asustada,
que se encontraba de nuevo muy triste y con la sensación de que recaería y,
esta vez, no podría salir adelante. Había tenido un nuevo desencanto con la
madre que pudo reconducir adecuadamente pero después sintió de nuevo
ansiedad y temor a que se repitiera. La terapeuta planteó repasar
detenidamente la escena conflictiva y destacó las dife rencias con respecto a
las interacciones que mantenía con la madre al principio de las sesiones. Le
comentó su impresión de que dejar las sesiones, que habían supuesto un gran
apoyo para ella, al igual que el que percibía de su padre, podría haberla
conectado con sentimientos de pérdida y que no lo veía como una recaída.
A los tres meses seguía bien y los cambios en su actitud hacia la madre se
habían consolidado y Rosa recibió el alta.
Preguntas de autoevaluación
167
3.Dentro del trabajo con el foco de duelo en las sesiones intermedias es falso
que:
168
5.Cuando hablamos de disputas interpersonales como foco de unaTlP:
169
7.La asignación del rol de enfermo en la terapia:
170
171
Klerman, G.L.; Rousanville, B.; Chevron, E.; Neu, C. y Weissman, M. M.
(1984). Interpersonal psychotherapy of depression (IPT). New York: Basic
Books.
Un libro muy claro y muy clínico. Se nota que está escrito por
clínicos y dirigido a los mismos. Interesantes casos que ejemplifican el
trabajo y los problemas que nos podemos encontrar. Profundizan algo
más en las técnicas que los manuales, que pasan un poco por encima.
172
Un maravilla de libro para trabajar con duelos. Aunque el
acercamiento de este autor es cognitivo-conductual mucho de lo que
aparece es aplicable a las estrategias de la TIP en los focos de duelo.
Muy claro y práctico.
Una joya que nos muestra las destrezas básicas de entrevista. Los
manuales clásicos de TIP adolecen de claridad y estructura en cuanto a
las técnicas, pero en este libro los autores desarrollan con gran
minuciosidad y una mirada muy práctica y clínica las habilidades de
entrevista en psicoterapia. Es un complemento imprescindible
perfectamente adaptable al trabajo en terapia interpersonal.
Fernández Liria, A.; Rodríguez Vega, B.; Diéguez Porres, M. (2010). Terapia
interpersonal de la depresión (Capítulo 144). En Vallejo Ruiloba, J.; Leal
Cercós, C. (Eds) Tratado de Psiquiatría. 2.a Ed. Volumen II. (pp. 2371-
2389). Barcelona: Ars Médica.
173
Con el propósito de poner en práctica unos principios ecológicos, económicos
y prácticos, el listado completo y actualizado de las fuentes bibliográficas
empleadas por los autores en este libro se encuentra disponible en la página
web de la editorial: www.sintesis.com.
174
Índice
Presentación 9
Prólogo 10
Capítulo 1. Aspectos generales 13
1.2. Antecedentes históricos 18
1.3. Base teórica de la terapia interpersonal 20
1.3.1. La corriente interpersonal 21
1.4. Base empírica de la terapia interpersonal 24
1.4.1. Acontecimientos interpersonales relacionados con la
26
depresión
1.4.2 Dificultades interpersonales como consecuencia de la
27
depresión clínica
1.5.I. Breve y de tiempo limitado 28
1.5.2. Manualizada 30
1.5.4. Rol de enfermo 30
1.5.5. Objetivos 33
1.5.6. Estrategia de tratamiento 34
1.5.7. Técnicas basadas en los factores comunes 38
1.5.8. Actitud terapéutica 39
1.6. Diferencias con otros modelos 42
1.6.2. Focalizada 42
1.6.4. Interpersonal, no intrapsfquica 43
1.7. Principales aplicaciones de la terapia interpersonal 44
1.7.1. Depresión mayor y trastorno bipolar 46
1.7.2. Tratamiento de mantenimiento de la depresión 47
1.7.3. Distimia 48
175
1.7.4. Depresión en adolescentes 50
1.7.5. Depresión en ancianos 53
1.7.6. Terapia de pareja 54
1.7.7. Aconsejamiento interpersonal en atención primaria 56
1.7.8. Embarazo y postparto 57
1.7.9. Trastornos de la conducta alimentaria 58
1.7.10. Trastornos de ansiedad y trastorno por estrés
59
traumático
1.7.11. Trastornos somatoformes 60
1.7.13. Otros encuadres 61
Caso clínico 62
Preguntas de autoevaluación 63
Capítulo 2. Protocolo de aplicación 65
2.2. Sesiones iniciales 67
2.1.1. Ocuparse de la depresión 70
2.1.2. Relacionar la depresión con el contexto interpersonal 74
2.1.3. El comienzo de las sesiones intermedias 83
2.2. Sesiones intermedias 85
2.2.2. Disputas interpersonales 98
2.2.3. Transiciones de rol 104
2.2.4. Déficits interpersonales 111
2.3. Sesiones finales. La terminación del tratamiento 116
2.4. Técnicas 119
2.4.I. Habilidades de entrevista 120
2.4.2. Características de la entrevista en terapia
125
interpersonal
2.4.3. Técnicas de la terapia interpersonal 126
176
2.4.4. Contextos terapéuticos 129
2.5. Dificultades frecuentes en el curso de la terapia 133
177