Apelacion Comparendo y Croquis
Apelacion Comparendo y Croquis
Apelacion Comparendo y Croquis
POLICÍA NACIONAL
DIRECCIÓN DE TRÁNSITO Y TRANSPORTE
Bogotá D.C.
Señores
JUZGADO QUINCE CIVIL MUNICIPAL
Centro cívico
Barranquilla
En atención al oficio de la referencia, mediante el cual notifica el auto que admite la acción
de tutela impetrada por el señor CARLOS MARIO SOTO HENAO en contra de la POLICÍA
DE TRÁNSITO DEL ATLANTICO Y LA SECRETARIA DE MOVILIDAD DEL
ATLANTICO, para que se pronuncie respecto de los hechos y pretensiones de la misma,
por medio del presente me permito dar respuesta dentro de los términos fijados por el
despacho.
Así mismo, la acción de tutela resulta improcedente cuando quien la instaura dispone de otro
medio de defensa judicial para la protección de su derecho a menos que esta se instaure
para evitar un perjuicio irremediable. En otros términos, es requisito indispensable para la
procedencia de esta acción, que no exista mecanismo judicial idóneo de defensa válida y
eficaz del derecho que se considere amenazado o conculcado. En este sentido, la Corte
Constitucional ha resaltado el carácter subsidiario de la acción de tutela, como uno de sus
elementos esenciales (sentencia T-568 de 1994, T-654 de 1998. T- 684 de 1998 y T-874 de
2000, entre otras).
Por otra parte, se encuentra que la acción de tutela es procedente, como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable, el cual debe cumplir con los requisitos
dispuestos en el Decreto 2591 de 1991 y la jurisprudencia.
Las características del perjuicio irremediable son: a) Que el perjuicio sea inminente, b) Que
las medidas a adoptar sean urgentes, c) Que el peligro sea grave. Además de estos
requisitos, debe existir evidencia fáctica de la amenaza de un derecho fundamental.
“Para determinar la irremediabilidad del perjuicio hay que tener en cuenta la presencia
concurrente de varios elementos que configuran su estructura, como la inminencia, que
exige medidas inmediatas, la urgencia que tiene el sujeto de derecho por salir de este
perjuicio inminente, y la gravedad de los hechos, que hace evidente la impostergablidad
de la tutela como mecanismo necesario para la protección inmediata de los derechos
constitucionales fundamentales, la concurrencia de los elementos mencionados pone de
relieve la necesidad de considerar la situación fáctica que legitima la acción de tutela,
como mecanismo transitorio y como medida precautelativa para garantizar la protección
de los derechos fundamentales que se lesionan o que se encuentran amenazados. Con
respecto al término amenaza es conveniente manifestar que no se trata de la simple
posibilidad de lesión, sino de la probabilidad de sufrir un mal irreparable y grave de
manera injustificada. La amenaza requiere un mínimo de evidencia fáctica, de suerte
que sea razonable pensar en la realización del daño o menoscabo material o moral.
Al examinar cada uno de los términos que son elementales para la comprensión de la
figura del perjuicio irremediable, nos encontramos con lo siguiente:
B) Las medidas que se requieren para conjurar el perjuicio irremediable han de ser
urgentes, es decir, como calidad de urgir, en el sentido de que hay que instar o
precisar una cosa a su pronta ejecución o remedio de tal como lo define el
Diccionario de la Real Academia. Es apenas una adecuación entre la inminencia y la
respectiva actuación: si la primera hace relación a la prontitud del evento que está por
realizarse, la segunda alude a su respuesta proporcionada en la prontitud. Pero
además la urgencia se refiere a la precisión en que se ejecuta la medida, de ahí la
necesidad de ajustarse a las circunstancias particulares. Con lo expuesto se verifica
cómo la precisión y la prontitud han de señalar la oportunidad de la urgencia.
C) No basta cualquier perjuicio, se requiere que éste sea grave, lo que equivale a la gran
intensidad del daño o menoscabo material o moral en el haber jurídico de la persona.
La gravedad obliga a basarse en la importancia que el orden jurídico concede a
determinados bienes bajo su protección, de manera que la amenaza a uno de ellos
es motivo de actuación oportuna y diligente por parte de las autoridades públicas
.Luego cualquier tipo de irreparabilidad sino sólo de aquella que recae sobre un bien
de gran significación para la persona objetivamente. Y se anota la objetividad, por
cuanto la gravedad debe ser determinada o determinable, so pena de caer en la
indefensión jurídica a todas luces inconveniente.
Los conductores y demás implicados podrán conciliar sus intereses en los centros de
conciliación legalmente constituidos y acudir a las compañías aseguradoras, previa
extensión de un acta que suscribirán las partes y la autoridad de tránsito que
presencie la conciliación, la cual tiene la calidad de cosa juzgada, y prestará mérito
ejecutivo.
Nombre del propietario o tenedor del vehículo o de los propietarios o tenedores de los
vehículos.
Del procedimiento realizado por el uniformado de la Policía Nacional, sea pertinente aclarar
que se encontraba en cumplimiento a la misionalidad de la Dirección de Tránsito y transporte
Lo anterior tiene asidero legal al traer a colación la Sentencia T-061-02, la que en uno de sus
apartes mencionó:
En el mismo sentido, la norma ibídem instituyó en su artículo 135, modificado por el artículo
22 de la Ley 1383 de 2010, el siguiente procedimiento a seguir:
1
Ley 769 de 2002, artículo 2, definiciones.
2
Consejo de Estado. Sala de Consulta y Servicio Civil. 17 de septiembre de 1997. Consejero Ponente: Cesar Hoyos Salazar.
De igual manera, el código en comento, en el inciso 2 del artículo 136, estatuyó inequívoca y
expresamente el procedimiento a seguir por el conductor, una vez se surta la orden de
comparendo, así:
Con base en lo antes descrito, se pueden concluir dos cosas: primero, que el comparendo no
es una multa o sanción impuesta por el policía de tránsito, ya que sólo se trata del deber que
le asiste al conductor de comparecer ante la autoridad competente, en este caso el inspector
u autoridad de tránsito, para que materialice su derecho a la defensa, solicitando, aportando
o controvirtiendo las pruebas que estime pertinentes; y la segunda, los diferentes
procedimientos que debe seguir el presunto contraventor a las normas de tránsito, están
dados en forma expresa e imperiosa por la mencionada ley, motivo por el cual, la Dirección
de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional no tiene la facultad legal para proceder a
exonerar de la multa, toda vez que, como se esbozó en las normas anteriormente citadas,
este procedimiento se realiza directamente ante la autoridad de tránsito de tipo
administrativo que impuso la sanción, quien será la encargada de dirimir su solicitud.
Consecuente con lo anterior, es de señalar, que la norma ibídem, establece en los artículos
55 y 53 lo relacionado a las normas de comportamiento que debe adoptar todo conductor,
cuando haga parte del tránsito.
Denótese qué misma norma de manera clara, expresa y sin lugar a equívocos
dispone la obligatoria que tiene todo conductor de conocer las diferentes normas y
señales de tránsito siempre que haga parte del tránsito y de igual manera abstenerse
de realizar cualquier maniobra que ponga en peligro a los demás usuarios de la vía,
tal fue el caso en particular donde el agente de tránsito al notar la inobservancia de
De lo que se concluye ante el presente caso, la falta de legitimación en la causa por parte de
la POLICÍA NACIONAL, DIRECCIÓN DE TRÁNSITO Y TRANSPORTE - SECCIONAL
TRÁNSITO Y TRANSPORTE BARRANQUILLA, máxime si es el Organismo de Tránsito el
encargado de investigar, sancionar o exonerar al presunto infractor.
Legitimación en la causa por pasiva que la Corte Constitucional mediante Auto del 8 de
marzo de 2001 con ponencia del Magistrado Marco Gerardo Monroy Cabra, se ha
pronunciado:
“Acorde con los principios básicos del derecho procesal, especialmente con el
denominado “legitimidad en la causa por pasiva”, las obligaciones jurídicas son
exigibles respecto de quien se encuentra expresamente llamado por la ley o el contrato
a responder por ellas. Así las cosas, para que la acción judicial se abra camino en
términos de favorabilidad, es necesario que-además de que se cumplan otros
requisitos- exista una coincidencia de derecho entre el titular de la obligación
pretendida y el sujeto frente a quien dicha conducta se reclama. La incongruencia o
falta de identidad entre dichos sujetos, conduce usualmente al proferimiento de
sentencias desestimatorias, las cuales, como es obvio, resultan altamente perjudiciales
para el demandante”.
PETICIÓN
PRUEBAS
Solicito se tenga como prueba, las normas (Leyes, Decretos y Resoluciones) citadas en el
cuerpo del presente documento, al igual que la Jurisprudencia emanada de la Corte
Constitucional, así mismo allego copia de la comunicación N° S-2015-029759/MEBAR-
SETRA 29.25 de fecha 27 de noviembre de 2015, el señor Patrullero AVELLANEDA
FUENTES JHON ALEXANDER Integrante Patrulla Móvil 3-4 Seccional Tránsito y Transporte
MEBAR.
NOTIFICACIÓN
Atentamente,