Resumen ESCULTURA
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ESCULTURA
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Sin duda alguna, el busto de Nefertiti es un referente del Arte Egipcio y a menudo se ha
considerado el ideal de belleza femenino en el Antiguo Egipto. La obra sigue despertando hoy
en día la admiración de expertos y curiosos.
Nefertiti
DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una escultura de bulto redondo que representa el busto
de Nefertiti. Se cree que su autor pudiera ser Tutmés en el siglo XIV a. C. Seguramente se
tratara de un encargo del faraón Amenofis IV, también conocido como Akenatón del retrato de
su mujer Nefertiti.
ANÁLISIS FORMAL: El busto, estaría realizado en piedra caliza y recubierto con yeso para
modelar los detalles, como se observa en la imagen está ricamente policromado que
contribuye a una mayor efecto realista. La superficie está bastante pulida, lo que expresa un
gran refinamiento en su tratamiento. La escultura está perfectamente proporcionada,
pudiendo dividirla en tres partes, la superior que estaría conformada por la tiara, la central por
el rostro y la inferior con el busto propiamente dicho, la simetría también es perfecta, además
debemos mencionar el desproporcionado largo del cuello que contribuye a una mayor
esbeltez y estilización de la figura, y la curva sinuosa formada por el cuello y la tiara que
aportan un sereno movimiento. Todos estos aspectos, proporción, simetría, estilización y
movimiento contribuyen a transmitir la esencia de Nefertiti, que en egipcio significa "la belleza
está aquí", mostrando un busto de enorme belleza plástica y armonía. Aunque sigue algunos
patrones de la estatuaria egipcia como cierto hieratismo y falta del movimiento, supone un
cambio conceptual debido a una búsqueda de mayor naturalismo que podemos apreciar en la
sonrisa esbozada del rostro, y el intento de buscar los rasgos individuales en lugar de la
idealización de lo inmutable y eterno como apreciamos en las diferentes manifestaciones del
arte egipcio.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Parece que este busto fue una escultura que serviría de modelo para
otras esculturas o pinturas posteriores, por lo que la reina podría no estar presentar durante
su ejecución. Esto parece ser así por la falta del vidrio del ojo izquierdo, que parece, según las
últimas investigaciones que jamás llegó a estar ocupado. Parece que durante el reinado de
Amenofis IV, Nefertiti llegó a tener una importancia crucial en las decisiones de gobierno, algo
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poco usual en el Antiguo Egipto, de ahí la importancia de este busto, ya que la reina
participaría en todas la representaciones artísticas reales.
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IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen con una copia romana en mármol
del Apoxiomenos, que quiere decir "el raspador". La obra original, seguramente fundida en
bronce se realizaría hacia el 330 a. C. y que podemos enmarcar dentro del estilo conocido
como Clasicismo Tardío o Postclasicismo, su autor fue Lisipo, uno de los escultores más
reconocidos y prolíficos de su momento. Hoy se encuentra expuesta en los Museo Vaticano en
un buen estado de conservación.
ANÁLISIS FORMAL: Seguramente Lisipo sea el autor del Postclasicismo con más influencias del
periodo anterior, como se adivina por el tema elegido. No obstante, el atleta no se muestra en
el momento del triunfo como el Diadúmeno de Policleto, sino en un momento más cotidiano y
carente de gloria y heroicidad. Lisipo demuestra un interés por volver al uso de la matemática
y la proporción como medida de belleza, empleando un canon, aunque en este caso
ligeramente superior al de Policleto, con una altura de 8 cabezas, frente a las 7 que empleaba
Policleto. Emplea también el contrapposto, y la diartrosis o forma desmesurada de representar
las articulaciones como se observa en brazos, hombros y el pliegue inguinal, aunque con un
modelado más fino y elegante, tratando de eludir los planos duros y geométricos del Doríforo.
El rostro del Apoxiomenos aparece inexpresivo, volviendo al "ethos" clásico o la virtud de
ocultar las pasiones o emociones. La gran diferencia con respecto a Policleto quizá sea en la
utilización de un gran escorzo, donde los brazos se adelantan, saliendo de los planos del
cuerpo, que obliga a abrir un poco más las piernas, creando una multiplicidad de puntos de
vista y dando lugar a una composición de carácter abierto.
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FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Se desconoce la función de esta escultura, así como el lugar al que
fue destinada. Es posible que se trate de una escultura votiva u ofrenda a algún dios que
además cumpla con la función de deleitar a través de la contemplación de la belleza.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen del conocido como Kuoros del Cabo
Sunion, que debe su nombre por encontrarse en las inmediaciones de este lugar geográfico y
ubicado originalmente en el Templo de Poseidón. Desconocemos su autor. Se fecha entre el
610-590 a. C. por lo tanto pertenece al periodo arcaico dentro del arte griego. Hoy día se
encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas en un buen estado de
conservación.
Kouros del Cabo Sunion (h. 610-590 a. C.) Museo Arqueológico Nacional de Atenas
DESCRIPCIÓN: Se trata de una escultura figurativa de bulto redondo, con carácter naturalista e
idealista. Se trata de la figura de un "kuoros" o joven atleta, de más de tres metros de alto
tallado en mármol.
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ANÁLISIS: El Kuoros de Sunion, como la mayoría de los kuroi de la etapa arcaica tienen una
clara influencia egipcia en su concepción. Además del colosalismo de esta escultura, con más
de tres metros de altura, observamos la utilización de muchos de los convencionalismos de la
escultura egipcia, como su composición como una estatua-bloque, como vemos en su
disposición cerrada, con brazos pegados al cuerpo y una extrema rigidez a pesar de adelantar
una pierna con la idea de romper esa rigidez y dotar de cierto movimiento a la escultura. La
rigidez está en clara consonancia con una falta de expresión o hieratismo apenas rota por el
uso de la sonrisa arcaica que no deja de ser otro recurso convencional. La escultura también
hace uso de la ley de la frontalidad ya que está concebida para ser contemplada de frente, sin
que exista un acercamiento al espacio del espectador ni la creación de nuevos puntos de vista.
La esquematización de la anatomía que vemos reducida a formas geométricas es otro
paralelismo con la escultura egipcia, si bien, la diferencia entre el arte griego y el egipcio, es
que los artistas griegos estuvieron en una constante búsqueda de una mayor naturalismo,
mientras que los egipcios ajustaron los convencionalismo a una idea del poder faraónico
inmutable y eterno.
Se observa por otro lado un tratamiento bastante uniforme sin que aparezcan diferentes
texturas, a diferencia del tratamiento del cabello. Tampoco se buscan nuevas formas de
expresión que utilicen la luz y que permitan crear claroscuros.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Los conocidos como "kuroi" como es ejemplo este Kuoros de Sunion
tuvieron una clara función conmemorativa, se trataba de jóvenes atletas que podían
conmemorar cualquier acto destacado o algún personaje relevante, su importancia a veces los
llevó a convertirse en objetos de culto.
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El Laocoonte es quizá la obra que mejor define la escultura de la etapa helenística dentro del
Arte Griega. Descubierta en el siglo XVI ejerció una gran influencia a grandes artistas del
Barroco, como Bernini, que quedaron impresionados, por su tensión, expresividad y
movimiento.
ANÁLISIS FORMAL: Se trata de una escultura exenta, de bulto redondo, aunque parece
concebida para ser vista desde un único punto de vista, como se muestra en la fotografía.
Realizada en mármol, se observa una técnica exquisita de gran naturalismo, las superficies
están perfectamente detalladas, las anatomías perfectas, y se advierten diferentes
tratamientos según las texturas, como los cabellos, los pliegues de los mantos y la anatomía de
los personajes. Parece que se realizo en mármol, sin ningún tipo de policromía. Su composición
es asimétrica, de forma piramidal, donde predomina una diagonal desde el pie izquierdo del
Laocoonte hasta su codo derecho, lo que sin duda contribuye a desequilibrar la imagen y dotar
de mayor dramatismo a la escena. Los cuerpos están perfectamente proporcionados, aunque
el tamaño del Laocoonte parece exageradamente desproporcionado en su tamaño si lo
comparamos con el de sus hijos. Aparecen dos diagonales más que dominan la composición y
son las miradas que se cruzan entre los personajes. La composición tiene gran movimiento
donde dominan las diagonales y las formas curvas, como es el caso de la serpiente, y también
la espiral o escorzo que se advierte en el giro del cuerpo del Laocoonte sin duda una deuda a
Scopas.
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FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: La escultura fue descubierta en el siglo XVI, en los terrenos donde
estuvo situado una villa de Nerón, se cree, que la escultura tuvo una función decorativa en la
villa del emperador, y simplemente se dedica a narra la escena de la Eneida, sin que se derive
ningún otro significado metafórico del relato virgiliano.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una copia romana del conocido como Gálata
Moribundo. Su original griego, seguramente fundido en bronce ha sido atribuido a Epígonas,
por algunos autores, aún así desconocemos con seguridad su autor. Esta datado hacia el 220 a.
C. Su estilo se enmarca dentro de la Escuela de Pérgamo dentro del periodo helenístico. Hoy se
encuentra expuesta en un buen estado de conservación en el Museo Capitolino de Roma.
Gálata Moribundo - Copia Romana (h. 220 a. C.) Museo Capitolino de Roma
DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una escultura figurativa de carácter naturalista. De bulto
redondo, que formaba parte de un grupo escultórico, entre las otras esculturas se halla la
conocida Gálata Ludovisi. Muestra a un guerrero desnudo y moribundo, que ha caído en la
batalla, con heridas y un evidente estado de resignación con el futuro que se le avecina.
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ANÁLISIS FORMAL: El Gálata Moribundo, aparece tendido en el suelo, con una pierna
estirada, y su cuerpo apoyado sobre un brazo. La composición, es abierta y está llena de
diagonales que recorren desde la pierna estirada hasta el cuello, dotando de un movimiento a
la figura, así como múltiples puntos de vista. La talla es elegante y refinada, y muestra un
perfecto estudio anatómico. Hay un intento de individualización, con el uso de la espada, el
cabello largo y abigarrado, el bigote y el torque que luce en el cuello que lo identifican como
un guerrero gálata. Por último, hay un búsqueda de elementos dramáticos, la misma posición
del cuerpo, la cabeza agachada y el rostro sereno transmiten un sentimiento de resignación y
derrota ante la muerte, así como otros elementos, como la herida en el costado de la que
mana sangre.
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Venus de Milo. Autor desconocido (s. II a. C.) Museo del Louvre
DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una escultura figurativa de carácter naturalista, de bulto
redondo, en pie y tallada en mármol de Paros, en su origen estuvo policromada. El tema
tratado es mitológico representando a través de un semidesnudo femenido a la diosa Afrodita
o Venus para los romanos.
ANÁLISIS FORMAL: La Escuela Neoática, dentro de las diferentes escuelas helenísticas, parece
seguir con mayor fidelidad a los grandes artistas postclásicos como Praxíteles, Scopas y Lisipo,
de ahí la semejanza de esta escultura con la Venus de Capua atribuida a Lisipo. Con todo
participa de todas las características del arte helenístico. En primer lugar, se observa una
búsqueda de movimiento y dinamismo que se contrapone con el equilibrio de la etapa clásica.
Así, la Venus de Milo se muestra con un marcado contrapposto que le confiere una forma
sinuosa a la escultura. La composición es claramente abierta, a pesar de la ausencia de los
brazos, el autor utiliza una composición helicoidal o con forma serpentinata, realizada con un
suave y equilibrado giro del cuerpo hacia su izquierda, que invitan al espectador a buscar
múltiples puntos de vista. El estudio anatómico femenino es detallado y elegante y de
proporciones armoniosas, con volúmenes naturales que se alejan del geometrismo del primer
clasicismo como en el Doríforo de Policleto. La técnica es refinada dando lugar a numerosas
texturas, en particular destacan la suavidad y blandura de la piel de Venus, que se contrapone
con los abigarrados pliegues de la túnica que cubren sus piernas, creando violentos contraste
de luces y sombras que ayudan a reforzar el dinamismo de la imagen. El rostro se muestra
sereno, siguiendo la tradición clásica, huyendo de la expresión de las emociones.
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emociones, como el dolor, el sufrimiento o el patetismo. Los temas son más variados, ya que a
los mitológicos se añaden otros, a veces anecdóticos o cotidianos, otras veces se busca la
fealdad como en la vieja ebria, también comienza a cultivarse el retrato, y cuando se
representan dioses tienden a ser reflejados de forma más humana. La Escuela Neoática, es la
que sigue más fiel a los principios del arte clásico, y normalmente quedan reflejadas aquellas
características de los artistas postclásicos como Praxíteles, Lisipo y Scopas, así la Venus de
Milo, con un mayor movimiento que en momentos anteriores, sigue representando el dominio
de las emociones a través de un rostro sereno, y representa una mirada hacia el ideal clásico
de belleza. Se humaniza a la diosa mostrándola en un momento cotidiano, seguramente
saliendo o entrando al baño, lo que justifica su desnudez. La Venus de Milo, descubierta a
mediados del siglo XIX tuvo una gran influencia en el Neoclasicismo donde fue considerada un
paradigma de la belleza femenina clásica.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de la Victoria de Samotracia. Es una obra
original y se atribuye al escultor Pithókitos. Datada en el siglo II a. C., pertenece a la Escuela de
Rodas dentro del periodo helenístico. Hoy se encuentra expuesta en el Museo del Louvre en
París, si bien su estado de conservación es bueno, es cierto que ha perdido la cabeza y una de
sus alas es fruto de una restauración.
ANÁLISIS FORMAL: La Víctoria de Samotracia es una de las mejores expresiones del arte
helenístico. Entre sus características formales se encuentran la búsqueda del movimiento y el
dinamismo frente al equilibrio del periodo clásico. En este caso, el autor opta por una
composición abierta, con unas líneas diagonales donde se enmarcan las alas, y el propio
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cuerpo, que parece abalanzarse hacia el frente provocando esa sensación de desequilibrio,
podemos añadir una suave torsión que contribuye a esa sensación de desequilibrio que invita
al espectador a buscar diversos puntos de vista de la figura. Además, el empleo de la técnica
de los paños mojados, da lugar a numerosos pliegues en el jitón, que se arremolinan a lo largo
del cuerpo, como si la figura avanzara contra el viento o como si se posara sobre la proa de un
barco. El modelado de los diferentes volúmenes anatómicos consiguen una gran expresividad,
la anatomía se transparenta a través del peplo, empleando la técnica que popularizara el gran
Fidias, el estudio anatómico es perfecto, dando lugar a unos volúmenes naturales y
proporcionados, lo que contribuye a crear una escultura de gran belleza y sensualidad. Además
encontramos un gran repertorio de texturas, sobre todo en los pliegues, que van desde los
finos y transparentes a los gruesos y arremolinados, también observamos texturas originales
en la talla de las alas que imitan la suavidad de las plumas, el conjunto transmite violentos
contrastes de luces y sombras que contribuyen a una mayor expresividad y dramatismo.
COMENTARIO: Con las conquistas de Alejandro Magno, la cultura griega comienza a recibir
nuevas influencias tanto en lo político, en lo social como en lo artístico. En cuanto a lo artístico,
comienzan a participar de nuevas tendencias muchas llegadas de otras zonas mediterráneas
como Egipto, Persia y Mesopotamia que contribuyen a crear un arte que abandona la
racionalidad y equilibrio clásicos y comienza una búsqueda del movimiento, el desequilibrio, el
dramatismo, la tensión, el patetismo y la representación del dolor o el sufrimiento además de
otras emociones. Con todo el periodo helenístico lo podemos clasificar como un barroquismo
de las formas clásicas como podemos apreciar en esta Victoria de Samotracia. Además se
configuraron varias escuelas, que desarrollaron estilos distintos que se distinguían por la
representación más acentuada o menos de algunas características descritas anteriormente.
La Víctoria de Samotracia, pertenece a la Escuela de Rodas, donde se acentúa el dramatismo,
el movimiento y el desequilibrio. Estos efectos también los podemos encontrar en otras obras
de esta escuela como la conocida El Laocoonte y sus hijos.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una copia romana del Apolo Sauróctono. El original,
seguramente fue fundido en bronce, entre el 360-340 a. C. Su autor fue Praxíteles, uno de los
autores más importantes del Clasicismo tardío o Postclasicismo. Existen varias copias que
podemos encontrar en el Museo del Louvre o en los Museos Vaticanos, en un buen estado de
conservación.
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Apolo Sauróctono (Copia Romana). Praxíteles. Museos Vaticanos
ANÁLISIS FORMAL: Praxíteles respeta el canon de 8 cabezas en esta obra, como en la mayoría
de sus obras emplea la conocida como “curva praxiteliana” en realidad,
un contrapposto llevado al extremo, la sinuosidad de la silueta de Apolo impregna de
movimiento y dinamismo la composición, también de elegancia y sensualidad, al tiempo que
contrasta con la rigidez del tronco. La talla es fina y elegante, como observamos en las finas
texturas de la piel del joven Apolo, que contrasta con los claroscuros de las texturas del
cabello, el tronco o la piel del lagarto. A pesar de ser de bulto redondo, está concebida para ser
vista de frente, aún así el brazo que sostiene el dardo rompe el plano frontal con el
espectador, que junto con las diagonales que se trazan entre los brazos y la mirada entre
Apolo y el lagarto crean una variedad de puntos de vista. El rostro de Apolo aparece pensativo,
sin representar muchas emociones, recordando al “ethos” clásico.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: No sabemos muy bien que función tendría esta escultura ni donde
estaría destinada, aunque su función podría ser la del "arte por el arte", con la única intención
de deleitar al espectador a través de la contemplación de una belleza elegante. En cuanto al
significado podemos decir que se trata de una interpretación lúdica del mito de Apolo y el
dragón ctónico de Delfos llamado Pitón, Pitón obtuvo el encargo por parte de Hera de
perseguir y matar a Leto, madre de Apolo. También se ha interpretado como Apolo en su
etapa de pastor tras matar a los Cíclopes, en este caso tendría un sentido bucólico o pastoril.
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entre el 431-404 a. C. A partir de este momento, muchos de los valores cívicos en los que se
había basado la vida social en las diferentes polis griegas comienzan a cuestionarse
apareciendo nuevas formas de pensamiento como el Estoicismo o el Hedonismo. En el arte,
esta crisis de valores tiene su reflejo en el estilo Postclásico o Postclasicismo, donde se tiende a
humanizar a los dioses como en este Apolo Sauróctono de Praxíteles o bien en la búsqueda de
emociones como podemos observar en otros autores como Scopas.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen el grupo escultórico conocido como
“Hermes y Dionisos niño” datada hacia el 330 a. C., realizada por Praxíteles y que podemos
enmarcar dentro del periodo Postclásico. Hoy se encuentra expuesta en el Museo
Arqueológico de Olimpia, su estado de conservación es muy bueno a excepción de un brazo
que se ha perdido, se trata de uno de los pocos originales griegos que ha llegado a nuestros
días.
Hermes con Dionisos niño (h. 340-330 a. C.) Praxíteles. Museo Arqueológico de Olimpia
ANÁLISIS FORMAL: Como podemos observar nos encontramos ante una talla muy delicada y
suave. Las formas son mucho más naturales que las que podemos encontrar en el periodo
clásico, donde los planos geométricos están claramente definidos en la anatomía, como
veíamos en el Doríforo. El canon utilizado es más esbelto que el de Policleto lo que contribuye
a dotar de mayor gracia y ligereza a la escultura, a lo que añadiremos el uso de la conocida
como curva praxiteliana, donde el contrabalanceo típico del contrapposto, se acentúa de
forma extrema como observamos en el cuerpo de Hermes, aportando un gran dinamismo a la
escultura. Estas formas contribuyen a crear una imagen mucho más cercana y humana de los
dioses en el espectador, que también se manifiesta, al crear un diálogo de miradas entre
Hermes y Dionisos. La misma acción de ofrecer el racimo de uva al niño, contribuye a dotar de
un tono lúdico y amable que ayuda a crear una imagen más humana de las divinidades. La talla
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es rica en texturas y efectos plásticos, como podemos observar en la suavidad de la piel, que
contrasta con el pelo rizado y los pliegues del manto que utiliza como estribo y que ayuda a
sostener el peso de la escultura. Tanto los rizos del cabello como los pliegues del manto crean
efectos de luces y sombras que resaltan el torso de Hermes. La composición se abre al
espectador con el brazo extendido de Hermes sosteniendo el racimo (no conservado), a pesar
de ser de bulto redondo, está claramente concebida para observarse desde un plano frontal .
COMENTARIO: Durante el siglo IV a. C. tiene lugar el Postclasicismo, este estilo, heredero del
periodo anterior, continua en la búsqueda de la belleza ideal, sin embargo, ahora la belleza no
reside tanto en la geometría, la proporción y la matemática, sino que se recurre a conceptos
como la elegancia y el refinamiento, dando lugar a una escultura más esbelta, ligera y con un
carácter más humano o amable, se abandona la representación del “ethos” entendido como el
dominio de las pasiones, y se prefiere representar el “pathos” dejando mostrar las emociones
humanas. Este tipo de arte viene a ser el reflejo de una sociedad que se distancia del esplendor
político y cultural de la época de Pericles y entra en una profunda crisis marcada por las
continuas guerras entre las diferentes polis, así como también la irrupción de nuevas formas
de pensamiento que abandonan el Platonismo y la búsqueda de la virtud, para dar lugar a
otras filosofía como el Hedonismo, o disfrute de los placeres, al que se acerca este Hermes con
Dionisos niño, o bien el Estoicismo que estará mejor representado por Scopas. El
Postclasicismo tendrá una gran influencia en la etapa posterior o Helenismo donde asistiremos
a un barroquismo de las formas clásicas, que se inicia precisamente en este periodo.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de Afrodita Cnido, seguramente se trate
de una copia romana de un original griego esculpido pro Praxíteles a comienzos del siglo IV a.
C. Lo podemos enmarcar dentro de la escultura griega en el estilo denominado Postclásico.
Hoy se encuentra expuesto en los Museos Vaticanos.
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DESCRIPCIÓN: Se trata de una escultura figurativa, de carácter naturalista idealizado, de bulto
redondo y realizada en mármol. Representa a la diosa Afrodita en el momento de salir el baño,
excusa que el autor aprovecha para representar un desnudo femenino. Podemos decir que se
trata del primer desnudo femenino en bulto redondo del Arte Griego.
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Diadúmeno de Policleto · copia romana · (h. 420 a. C.) Museo Arqueológico de Atenas
ANÁLISIS FORMAL: La obra pertenece al Pleno Clasicismo, y cumple con muchas de sus
características. Una de las más importantes subyace en la búsqueda del ideal de belleza, a
través de conceptos racionales como la armonía y la proporción. Policleto, en su libro "Canon"
hoy perdido realiza un estudio matemático de la relación de cada una de las partes del cuerpo
con el todo, convirtiendo la belleza en una expresión lógica, matemática y racional. Sabemos
que empleó un canon donde la medida del cuerpo debía ser igual a siete cabezas, pero además
cada una de las partes aparece perfectamente relacionada, así podemos observar que el
abdomen se inscribe en un círculo, o que los pies tienen la misma medida que la cabeza. En
cuanto al rostro, se divide en tres partes iguales, que comprenden la sien, la nariz y la boca.
Toda la representación guarda proporciones entre sus partes sin dejar nada al azar, creando un
ritmo o eurithmia, como decían los griegos, en toda la composición. Por otro lado, aunque la
imagen representa un momento estático, lo dota de movimiento, con el uso del contrapposto,
donde una pierna sostiene el peso y la otra queda exonerada, a lo que también contribuye el
giro de la cabeza hacia un lado. El rostro abandona la sonrisa arcaica para representar el
conocido como ethos griego, una expresión severa y contenida que no deja transmitir
emociones. En el modelado hace uso de la diartrosis, acentuando cada articulación, así queda
bien marcado el pliegue inguinal, la línea de los hombros y la línea central del torso, que dan
lugar a la creación de volúmenes y contrastes de luces y sombras, que permiten definir mejor
la escultura. Así mismo, la apertura de los brazos rompe con la concepción de estatua-bloque y
abre múltiples puntos de vista para el espectador, aunque la vista frontal sea la predominante.
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dicho, de conceptos racionales como simetría, proporción y armonía que derivan en todo un
compendio matemático. Su función es la del arte por el arte, la de crear placer en el
espectador a través de la contemplación de la belleza ideal, que estaría ajena a cualquier otra
interpretación política o religiosa. Es posible que su ubicación original fuese un ágora o sitio
público, lo que explicaría que fuese tan famosa en la Antigüedad.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una copia romana del conocido Discóbolo, cuyo autor
fue Mirón. Realizada en torno al 455 a. C. podemos decir que es la primera obra del Clasicismo
pleno dentro del arte griego. Hoy se encuentra expuesta en el Museo Nacional Romano, que
parece ser la más fiel al original, también existen otras copias, con algunas diferencias.
Discóbolo de Mirón. Copia Romana (h. 455 a. C.) Museo Nacional Romano
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Discóbolo de Mirón. Copia Romana. British Museum
ANÁLISIS FORMAL: Esta obra podemos considerarla dentro del Pleno Clasicismo y reúne
muchas de sus características. En primer lugar, asistimos a un momento donde la proporción,
la armonía y el número forman parte del concepto estético de belleza. En la composición, se
observa claramente como la figura se inscribe en un semicírculo formado por los brazos,
tratando de representar el equilibrio inestable dentro de una composición geométrica.
También es importante el concepto de mímesis o copia de la naturaleza, así como el
protagonismo del ser humano, ambos conceptos se funden en una idealización del cuerpo
masculino como se observa en el canon empleado, perfectamente equilibrado, así como en la
representación de toda la anatomía. Se supera claramente, el hieratismo arcaico, creando un
movimiento sin precedentes en la escultura, a través de diagonales contrapuestas, como las
que se observan entre el torso y las piernas, así como con la contraposición de los arcos
formados por los brazos, creando una multiplicidad de puntos de vista, que invita al
espectador a contemplar la escultura desde diversos ángulos, aunque sin duda, desde su punto
de vista lateral es donde mejor se aprecia la magnitud de la obra. El modelado, es bastante
plano, como podemos observar tanto en el pelo como en los músculos, lo que no crea grandes
juegos de claroscuros. A excepción del pelo, tampoco observamos diferentes tratamientos de
las superficies, sin llegar a obtener contrastes entre las texturas. Frente a la tensión del
momento, contrasta el rostro casi inexpresivo, sin duda, herencia todavía, del Estilo Severo.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: Durante el Clasicismo, los artistas buscan la belleza ideal, entendida
ésta como número y proporción entre las partes. El arte no tiene otra función sino el arte en sí
y es ajeno a otros significados de índole político o religioso. El Discóbolo, es en este sentido, es
una simple representación de la belleza ideal del cuerpo humano, de forma racional, a través
de la matemática. Seguramente la escultura estaría destinada a estar expuesta en un ágora o
cualquier otro espacio público.
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llevaron a cabo durante el Estilo Severo, se introducen nuevos conceptos estéticos, formados a
partir de la idealización en la representación de la naturaleza, el ideal del cuerpo humano
como receptáculo de la inteligencia y sobre todo la introducción de la armonía, entendida
como proporción entre las partes, regida por la matemática, en la búsqueda de la
representación ideal.
Por tanto, la belleza, como criterio estético, se expresa de un modo racional, se abandonan los
temas mitológicos y se insiste en la representación del cuerpo humano, derivado del carácter
antropocentrista de la sociedad de la época. Las esculturas ya no tendrán un mensaje
iconográfico, sino solamente estético, con el fin de crear placer por la simple contemplación de
la belleza. Su único fin será el arte por el arte.
El Discóbolo de Mirón, a pesar de tener todavía ciertos rasgos del Estilo Severo, como la
representación del ethos, que se observa en ese gesto contenido y sereno del atleta. Será una
de las primeras obras que representen este nuevo ideal de belleza, donde número y
proporción jugarán un papel importante. El Discóbolo de Mirón fue muy afamado en su época
e incluso en siglos posteriores, como sabemos a través de las numerosas copias romanas. Su
influencia en el arte podemos verla incluso en el Pensador de Rodin.
DENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen del Kouros de Anavyssos, de autor
desconocido, datada hacia el 525 a. C. Pertenece al estilo escultura griega en el periodo arcaico
y actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Atenas.
DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una obra escultórica exenta o de bulto redondo, de
carácter naturalista e idealizado, tiene un tamaño de 1,94 m. de altura. Representa a un joven
atleta en pie y desnudo, con una larga melena trenzada que descansa sobre sus hombros y
espalda. Está realizada en mármol y se observa un gran dominio de la técnica escultórica con
trabajo de puntero, cincel y trépano.
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ANÁLISIS: La escultura arcaica griega se caracteriza por el uso de algunos convencionalismos
heredados el arte egipcio. Entre ellos destaca la concepción de escultura-bloque, que nos deja
intuir el bloque de mármol original y que se plasma por formar una figura cerrada y simétrica,
con los brazos pegados al cuerpo que transmiten una enorme rigidez apenas quebrantada por
la posición de una de las piernas que aparece adelantada. Otro de los convencionalismos que
encontramos es el recurso a la esquematización o utilización de formas geométricas como
podemos observar en la talla de las rodillas, las abdominales, el pliegue inguinal y la anatomía
en general o en el tratamiento de los cabellos. También observamos cierto hieratismo o falta
de expresión que trata de paliarse con un recurso expresivo conocido como "sonrisa arcaica"
que junto con los ojos almendrados tratan de dotar de vida al bloque de mármol. También se
recurre al uso de la ley de la frontalidad ya que está concebida para ser contemplada desde
una posición frontal, sin empleo de escorzos o diagonales que planteen otros puntos de vista
distintos. Así mismo el tratamiento de la luz es plano sin que se busquen juegos de luces y
sombras o claroscuros expresivos. En cuanto a la técnica se observa el uso de varias texturas
diferentes, una más pulida y brillante para la piel, y otra más mate y rugosa para los cabellos.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de la conocida como Koré del Peplo, fue
encontrado en la Acrópolis de Atenas, su autor es desconocido, aunque suele identificarse con
la escuela del Jinete Rampín. Podemos datarla hacia el 540 a. C. Pertenece por tanto al Periodo
Arcaico dentro de la Escultura Griega. Hoy en día se encuentra se encuentra en el Museo de la
Acrópolis de Atenas, en un estado bastante bueno de conservación.
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Koré del Peplo (h. 540 a. C.) Museo de la Acrópolis de Atenas
ANÁLISIS: La Koré del Peplo mantiene muchas de las características propias de la escultura
arcaica, así observamos su concepción de escultura-bloque ajustándose a la forma cúbica
original del bloque de mármol. Rigidez y falta de movimiento, así como hieratismo o falta de
expresión, a excepción de los ojos almendrados y la conocida como sonrisa arcaica, que tratan
de dar vida a la escultura, otro rasgo primitivo es la utilización de la ley de la frontalidad o la
utilización de ciertos convencionalismos como el geometrismo en la talla del trenzado del pelo.
No obstante, se observa como la escultura arcaica ha evolucionado hacia formas más
naturales, abandonando el esquematismo y geometrismo de la escultura del siglo anterior. Así,
vemos como las proporciones de cabeza, torso y brazos se ajustan a una imagen más natural
del hombre. También observamos como se van perdiendo la esquematización a formas
geométricas puras, como observamos en los brazos y en las facciones de la cara. El peplo deja
de ser un tejido rígido que esconde el cuerpo, y deja insinuar los pechos, no obstante, la parte
inferior, cae de forma rígida sin dejar adivinar el contorno. Aunque predomina el punto de
vista frontal, como hemos dicho anteriormente, el brazo izquierdo se adelanta, portando
probablemente un objeto votivo, rompiendo el espacio que separa a la escultura del
espectador. La talla es de bella factura y en ella destacan diferentes texturas, como
observamos en la piel del rostro, el tejido del peplo o las trenzas del pelo, a pesar de esto, no
se llega a crear efectos expresivos con diferentes uso de luz o claroscuros.
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al cuerpo, geometrismo y esquematización, no obstante, desde muy temprano la escultura fue
evolucionando hacia un mayor naturalismo, que aún manteniendo la idealización de las
esculturas más primitivas, fue acercándose a formas más naturales, a proporciones más bellas,
se abandona la rigidez y aparece el movimiento, como ejemplo de esta evolución tenemos a
esta Koré del Peplo que sin duda comienza a adelantarnos algunos de los rasgos que veremos
más adelante en la Época Clásica.
DENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de la conocida como Dama de Auxerre, de
autor desconocido. Datada en la segunda mitad del siglo VII a. C. Se trata de una escultura
griega de la Época Arcaica. Su estado de conservación es muy bueno a pesar de encontrarse el
rostro deteriorado. Hoy se expone en el Museo del Louvre.
DESCRIPCIÓN: Se trata de una estatuilla de bulto redondo de una figura femenina, en pie y en
actitud orante u oferente. Tiene unos 65 cm. de altura. De estilo figurativo, naturalista e
idealizada. Tallada en piedra caliza, y sabemos que fue policromada en vivos colores. Viste el
típico peplo dórico y cubre sus hombros con un "himation" o manto grueso.
ANÁLISIS: La Dama de Auxerre presenta muchas de las características del escultura griega del
periodo arcaico. En primer lugar no observamos un rostro individualizado, sino que responde a
una concepción idealizada de la mujer. Por lo demás responde a ciertos convencionalismos,
muchos heredados del Arte Egipcio, podemos destacar el empleo de la geometrización y
esquematización en la concepción anatómica, que se reduce a formas geométricas simples,
como la forma cilíndrica del peplo, la forma cónica de los pechos, la cara triangular, la
disposición el pelo en mechones y los ojos almendrados. Por otro lado, responde a una
concepción de estatua-bloque, dejando adivinar el bloque de caliza de origen, manteniéndose
rígido con los brazos pegados al cuerpo, que también se advierte en el uso de la ley de la
frontalidad, que se advierte en la concepción plana, sin lineas de fugas y sin escorzos que
penetren en el espacio del espectador y den lugar a múltiples puntos de vista, siendo
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concebida para su contemplación desde un punto de vista frontal. Otro de los rasgos
característicos es su falta de expresión o hieratismo, apenas rota por la conocida como sonrisa
arcaica, que trata de dotar de cierta vida a la escultura, así como el brazo sobre el pecho que
transmite la sensación de recogimiento. En cuanto a los aspectos decorativos se recurre de
nuevo a la esquematización como el trenzado ajedrezado del pelo o la cenefa del peplo,
sabemos que estuvo policromada de vivos colores, decoración que contribuye dotar de mayor
realismo a la imagen.
FUNCIÓN Y SIGNIFICADO: La Dama de Auxerre forma parte del grupo conocido como "korai" o
"koré" en singular. Se trataba de figuras femeninas, en pie, portadoras de ofrendas. Su función
sería votiva y conmemorativa y estarían dedicadas a los dioses, en algunos casos se colocaban
en las tumbas.
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atribuye a Pitágoras de Regio y se enmarca dentro del Estilo Severo, periodo previo al
Clasicismo griego. Hoy se encuentra expuesto en el Museo de Delfos.
DESCRIPCIÓN: Se trata de una escultura de bulto redondo, en pie, aunque sabemos que
formaba parte de un grupo escultórico más amplio que constaría de la cuadriga, cuatro
caballos y un esclavo, de los que se han conservado algunas piezas. Representaría
seguramente a Polyzalos, tirano de Gela (Sicilia) en su victoria en los juegos Píticos. La
escultura estaría realizada en bronce, seguramente estuvo policromada, por lo que sabemos se
han encontrado restos de plata en la cinta de la cabeza así como en los labios, además los ojos
tienen incrustaciones de pasta vítrea.
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que conocemos como el ethos griego, que representa el dominio de la pasiones y donde se
considera virtud no transmitir las emociones, que será ideal cívico y ciudadano de esta época.
COMENTARIO: A partir del fin de las Guerras Médicas, comienza una etapa de eclosión
política, económica y cultural en la Antigua Grecia. La instauración de la democracia en Atenas
dio lugar a unos nuevos valores cívicos, como la conciencia, la responsabilidad ciudadana, así
como la virtud del dominio de las pasiones. Todos estos cambios en lo político, en lo cívico y en
lo cultural tuvieron su influencia en las artes plásticas, como ejemplo tenemos este Auriga de
Delfos, que a través de los conceptos de mímesis y ethos, adquiere un nuevo carácter estético,
que será el paso previo al pleno Clasicismo griego con figuras tan importantes como Policleto o
Mirón.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen el grupo escultórico conocido como
“Hermes y Dionisos niño” datada hacia el 330 a. C., realizada por Praxíteles y que podemos
enmarcar dentro del periodo Postclásico. Hoy se encuentra expuesta en el Museo
Arqueológico de Olimpia, su estado de conservación es muy bueno a excepción de un brazo
que se ha perdido, se trata de uno de los pocos originales griegos que ha llegado a nuestros
días.
Hermes con Dionisos niño (h. 340-330 a. C.) Praxíteles. Museo Arqueológico de Olimpia
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Hermes, dios mensajero, ofreciendo un racimo de uvas a Dionisos (dios del vino y de la fiesta),
al que lleva hacia el Olimpo para ser cuidado por las ninfas.
ANÁLISIS FORMAL: Como podemos observar nos encontramos ante una talla muy delicada y
suave. Las formas son mucho más naturales que las que podemos encontrar en el periodo
clásico, donde los planos geométricos están claramente definidos en la anatomía, como
veíamos en el Doríforo. El canon utilizado es más esbelto que el de Policleto lo que contribuye
a dotar de mayor gracia y ligereza a la escultura, a lo que añadiremos el uso de la conocida
como curva praxiteliana, donde el contrabalanceo típico del contrapposto, se acentúa de
forma extrema como observamos en el cuerpo de Hermes, aportando un gran dinamismo a la
escultura. Estas formas contribuyen a crear una imagen mucho más cercana y humana de los
dioses en el espectador, que también se manifiesta, al crear un diálogo de miradas entre
Hermes y Dionisos. La misma acción de ofrecer el racimo de uva al niño, contribuye a dotar de
un tono lúdico y amable que ayuda a crear una imagen más humana de las divinidades. La talla
es rica en texturas y efectos plásticos, como podemos observar en la suavidad de la piel, que
contrasta con el pelo rizado y los pliegues del manto que utiliza como estribo y que ayuda a
sostener el peso de la escultura. Tanto los rizos del cabello como los pliegues del manto crean
efectos de luces y sombras que resaltan el torso de Hermes. La composición se abre al
espectador con el brazo extendido de Hermes sosteniendo el racimo (no conservado), a pesar
de ser de bulto redondo, está claramente concebida para observarse desde un plano frontal .
COMENTARIO: Durante el siglo IV a. C. tiene lugar el Postclasicismo, este estilo, heredero del
periodo anterior, continua en la búsqueda de la belleza ideal, sin embargo, ahora la belleza no
reside tanto en la geometría, la proporción y la matemática, sino que se recurre a conceptos
como la elegancia y el refinamiento, dando lugar a una escultura más esbelta, ligera y con un
carácter más humano o amable, se abandona la representación del “ethos” entendido como el
dominio de las pasiones, y se prefiere representar el “pathos” dejando mostrar las emociones
humanas. Este tipo de arte viene a ser el reflejo de una sociedad que se distancia del esplendor
político y cultural de la época de Pericles y entra en una profunda crisis marcada por las
continuas guerras entre las diferentes polis, así como también la irrupción de nuevas formas
de pensamiento que abandonan el Platonismo y la búsqueda de la virtud, para dar lugar a
otras filosofía como el Hedonismo, o disfrute de los placeres, al que se acerca este Hermes con
Dionisos niño, o bien el Estoicismo que estará mejor representado por Scopas. El
Postclasicismo tendrá una gran influencia en la etapa posterior o Helenismo donde asistiremos
a un barroquismo de las formas clásicas, que se inicia precisamente en este periodo.
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Descripción: Nos encontramos ante la obra titulada como el Doríforo, cuyo autor es Policleto.
Esta escultura está considerada como una de las más representativas de la etapa Clásica del
Arte Griego, que recordamos, tiene lugar entre los siglo V-IV a. C. Esta etapa que comienza con
la victoria sobre los persas, inicia una evolución de las formas de gobierno hacia la democracia
que se traduce, en el arte, con una evolución progresiva hacia el naturalismo. Esta imagen
corresponde a una copia romana posterior, pero debemos situar el original hacia el 440-430 a.
C.
Función y significado: Además de suponer que esta obra tenía una función decorativa, y puede
que de exaltación del deporte. Su significado último, está en la intención del autor, de plasmar
su ideal personal de belleza. Representando de una forma tangible, lo que Policleto llamó el
"Canon", es decir, el tipo ideal de belleza, en este caso, masculina.
Comentario: Contemplando esta obra observamos la encarnación quizá más pura, del cuerpo
masculino perfecto. Además cumple con todas las características de la escultura griega en su
periodo clásico como son la elegancia austera, alejado de las formas hercúleas o los
amaneramientos que veremos después con Praxíteles. Sereno y sosegado, lo que le imprime
un aire de solemnidad y grandeza. En cuanto a la composición, observamos el uso del
"contrapposto", donde la mayor parte del peso apoya en una pierna, dejando la otra
exonerada. Esta tensión se libera con una ligera inclinación de la pelvis y en los hombros.
Debido, a que el peso recae sobre una pierna, el copista, a incluido un estribo, en forma de
roca, junto a la pierna que soporta el peso. Es posible, que su original de bronce, debido a su
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ligereza, careciese de este complemento. En la parte superior, la tensión recae sobre el brazo
contrario a la pierna que soporta el peso, brazo, que aparece flexionado al portar una lanza,
mientras que el brazo contrario queda libre de de tensión, la talla de la cabeza, mirando hacia
un lado, permite romper, asímismo, con el frontalismo y abrir la escultura a diferentes puntos
de vista.
Conclusión: En el "Doríforo" podemos resumir, todos los aspectos, que Policleto plasmó en un
libro, por desgracia perdido, conocido como "Kanon", y que aspiran a encontrar la belleza ideal
del cuerpo humano. Esta escultura, junto con el "Discóbolo" de Mirón, inician el Periodo
Clásico de la Escultura Griega, y serán, modelos a seguir, tanto en su composición, como en su
interpretación de la belleza, a partir de variables como la proporción y la armonía, que tendrán
reflejo en artistas posteriores como Lisipo o Praxíteles, aún con ciertas diferencia palpables.
Más tarde, en el Renacimiento, podremos seguir su impronta en obras tan importantes como
el David de Donatello, o incluso en el David de Miguel Ángel, así como en otros periodos
posteriores como el Neoclasicismo.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una escultura conocida como el Moscóforo, está
fechada entre el 570 a. C. y el 520 a. C., de autor desconocido. Podemos encuadrarla dentro
del estilo arcaico griego. Hoy se encuentra expuesta en el Museo de la Acrópolis de Atenas.
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DESCRIPCIÓN: Nos encontramos ante una escultura exenta y de bulto redondo, figurativa con
un naturalismo idealizado. En ella se representa a un joven portando a un ternero,
seguramente hacia un sacrificio, el joven cumple con muchas de las características de las
esculturas de jóvenes atletas o kuroi, sin embargo aparece ataviado con un manto. Está tallada
con mármol del Monte Himeto, aunque podemos suponer que tuviera incrustaciones de otro
material en los ojos, y que seguramente estuviera policromado.
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autores fueron Kritias como escultor y Nesíotes como broncista. Se datan entre el 480-470 a.
C. y fueron encargadas para sustituir al grupo de Tiranicidas realizadas por Antenor y que
fueron destruidas por Jerjes en su invasión de Atenas. El grupo podemos clasificarlo dentro
del Estilo Severo por sus características.
Grupo de los Tiranicidas (h. 480-470 a. C.) copia romana. Museo Arqueológico de Nápoles.
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COMENTARIO: Tras la victoria de los atenienses sobre los persas en las Guerras Médicas,
comienza un periodo de esplendor en Atenas, su hegemonía sobre la Liga de Delos, así como la
eclosión en el terreno político, económico y cultural, dieron lugar a una nueva concepción de
los valores y principios cívicos tomando protagonismo la reflexión, la responsabilidad
ciudadana y el dominio de las pasiones. Esta nueva forma de entender la vida cívica tuvo su
influencia en la vida artística, llevando a las expresiones plásticas a una evolución, dónde estos
valores se reflejan en la expresión del ethos y dónde se adquiere un mayor movimiento y
dinamismo y en síntesis una mejor copia de la naturaleza, o mímesis, que se convierte en el
verdadero ideal de belleza de este periodo.
APOLO DE BELVEDERE
El Apolo Belvedere o como también se le conoce el Apolo Pitio, se considera la copia romana
realizada en mármol de una escultura original griega en bronce. La escultura recibe el nombre
de Apolo Belvedere puesto que representa al dios griego del sol Apolo y fue hallado en el Patio
del Palacio Belvedere diseñado por Bramante. Su datación, al igual que su autoría es hoy en día
muy discutida. Podríamos situarla entre el último clasicismo y los primeros ecos del helenismo
escultórico y tradicionalmente se ha atribuido al escultor griego Leocrates.
El dios es representado de tamaño casi natural, 2´24 metros de altura, aparece desnudo, tan
solo calzando unas sandalias y ataviado con una ligera capa que lleva sujeta al cuello y le
envuelve parte de su brazo izquierdo. Su brazo derecho reposa sobre un tronco por el que
trepa una serpiente. Su pecho es recorrido por una cinta para sujetar el carcaj que porta a la
espalda. El pelo rizado y con gran dinamismo, es realizado con la técnica del trépano.
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embargo no podemos saberlo a ciencia cierta ya que cuando fue descubierta la escultura
algunas partes de la misma como las manos, no fueron halladas. Su posición no obstante nos
hace pensar que la mano izquierda con su brazo estirado sustentaría un arco, aunque varias
teorías afirman que lo que el dios portaría sería una rama de laurel.
La diartrosis de la figura (la división acentuada entre el tronco y las extremidades) es un rasgo
típicamente clasicista y otorga al cuerpo naturalidad alejándose de los modelos arcaicos en los
que el torso era un bloque monolítico sin vida ni flexibilidad.
Si bien es cierto que durante el S.XV y XVI la escultura del Apolo Belvedere fue muy aclamada y
causó verdadera admiración, en siglos posteriores con el descubrimiento de los frisos del
Partenón se la consideró como una obra de segunda falta de gracia y expresividad. No será
hasta el S. XIX con la corriente neoclasicista y las teorías de Winckelmann cuando esta obra
vuelva adquirir el estatus de perfecto ejemplo de estatuaria clásica.
La Loba Capitolina, también conocida como Luperca, fue durante años considerada la mítica
loba que alimentó a los fundadores de Roma. Hoy las investigaciones ponen en entredicho
su origen y significado, pudiendo tratarse de una pieza medieval.
IDENTIFICACIÓN: Nos encontramos ante una imagen de la Loba Capitolina, también conocida
como Luperca. En cuanto a su datación existe controversia, originalmente se fechaba hacia el
470 a. C. y se atribuía al escultor Vulca, enmarcándose dentro del Arte Etrusco, sin embargo,
investigaciones recientes sitúan su origen cerca del siglo XII d. C., por lo que correspondería al
Románico, otras teorías indican que se trataría de una copia medieval de un original etrusco.
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Loba Capitolina (h. 470 a. C.) Museos Capitolinos - Roma
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rasgos artísticos y culturales. No obstante, la cultura etrusca mantuvo sus propios rasgos
estilísticos. Influida por modelos orientalizantes, canalizó estas influencias hacia un arte
profundamente religioso, vinculado a los ritos funerarios y a un estilo mucho más naturalista
que incluiría el cultivo del retrato. Sobre todo será el retrato una de las mayores influencias del
arte Etrusco en el arte Romano donde alcanzará una calidad técnica nunca vista antes en la
Historia del Arte, dejando ejemplos como el Togado Barberini o el Augusto Prima Porta.
«David» de Donatello
Donato di Niccolo di Betto Bardi, conocido como Donatello, realizó dos esculturas con el
tema del “David”, una en mármol (esculpida entre 1408-1409) y esta otra en bronce
esculpida alrededor de 1440, para la familia Medici, que actualmente se encuentra en el
Museo del Bargello en Florencia.
El escultor nos representa al joven héroe bíblico concebido como si de una escultura del
mundo griego se tratara, ya que lo muestra sin ropa, valorando el cuerpo desnudo como
portador de belleza, concepto claramente clásico pues el tema no lo requiere, igual que la
valoración de la belleza formal por encima de la temática, que en la Edad Media había
quedado relegada al primar los valores expresivos sobre los externos, tratándose de una
obra concebida también para el goce estético. Algunos autores ven en esta escultura una
cierta evocación de la elegancia del gótico internacional unida a los nuevos valores estéticos
del mundo renacentista.
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junto con el sombrero rompen un poco el tratamiento formal de casi “sfumato” del cuerpo,
contrastando plásticamente con él.
El tema del David es muy querido en el Renacimiento, ya que entre otras muchas lecturas, si
se interpreta en clave neoplatónica hay que entenderlo como el triunfo de la inteligencia
frente a la fuerza bruta representada por el gigante. Claro que hay autores que ven en esta
representación una clara alusión a la victoria de Florencia sobre Milán al representar al joven
vencedor ataviado con un sombrero típicamente florentino y al mostrar la espada de Goliat,
que también simboliza a Milán. La inscripción que acompaña a la escultura refuerza esta
tesis. Simboliza además perfectamente lo que significa el Renacimiento, es decir la
reinterpretación del mundo clásico antiguo bajo un punto de vista cristiano.
La talla de la piedra es perfecta, sin duda, Miguel Ángel trata el mármol como un material
maleable dando la sensación de un modelado más que de una talla. El pulido de la piedra deja
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resbalar la luz, los pliegues de sus ropas tienen un gran naturalismo y provocan grandes
contrastes de luces y sombras otorgando un rotundo volumen a la obra.
El estudio anatómico es perfecto, Miguel Ángel, debido a la avanzada edad de Moisés elige un
modelo hercúleo, de asombroso naturalismo, con músculos grandes y poderosos que exhiben
una gran fortaleza y tensión en la figura.
Simbolismo: algunos críticos interpretan al Moíses como un retrato idealizado del propio
escultor o bien del Papa Julio II, como un guerrero de Dios o líder espiritual, tal y cómo lo fue el
profeta en las santas escrituras que liberó a su pueblo de la tiranía de Egipto. Es posible que el
sentido que buscaba Miguel Ángel era simbolizar la fusión de la vida activa y la contemplativa,
según el ideal platónico y que representaba muy bien el personaje bíblico.
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EL AUTOR: El escultor es Miguel Ángel Buonarotti (1475-1564), es el escultor más importante
del Cinquento Italiano y uno de los más importantes de la Historia Universal del Arte.
Transmite la imagen de genio polifacético y humanista renacentista, ejerce con gran destreza
la arquitectura, la pintura, la poesía y por supuesto la escultura, que será su auténtica
vocación. En sus obras busca la belleza ideal, que en el sentido neoplatónico será la expresión
de un orden intelectual.
Su trayectoria artística atravesará varias etapas, una etapa de juventud, donde se ajusta más a
las formas clásicas y existe una voluntad más patente de búsqueda de la belleza ideal como es
el caso del David o la Piedad del Vaticano. Una etapa de madurez, donde aparecen tendencias
más manieristas, diluyéndose el ideal estético clasicista, donde el mejor ejemplo es este
Moisés. Y una etapa de vejez, donde abandona por completo la estética clásica y busca nuevas
formas de expresión tanto en la talla como en la composición que lo acercan más al Barroco.
DESCRIPCIÓN: Esta imagen corresponde con la obra el Éxtasis de Santa Teresa, y describe uno
de los capítulos de su biografía, en la que la misma Santa Teresa, relata que se le apareció un
ángel que clavó un dardo en su pecho, al que define de espiritual. Fue realizada ente 1645 y
1652 por Bernini. Su estilo es Barroco, concretamente italiano. Y Fue esculpida para la Capilla
Cornaro de Santa María de la Victoria de Roma.
ANÁLISIS: Se trata de un conjunto escultórico de bulto redondo, sin embargo, está concebido
para que exista un único punto de vista, el frontal. Está realizado en mármol, aunque aparecen
piezas de otros materiales como el dardo que sostiene el ángel realizado en bronce. La
composición es de gran teatralidad, con un amplio uso de diagonales, partiendo desde el
mismo cuerpo de Santa Teresa que yace inclinado, la posición del dardo o la mirada del ángel
que se dirige en diagonal al rostro de la santa. La factura es exquisita, no sólo por la maestría
en la ejecución sino por la variedad de texturas que extrae el artista del mármol, desde la piel
sedosa del ángel, los cabellos del mismo trabajados a trépano y la artificiosidad de los ropajes
de la santa, a los que no sólo dota de volumen sino de cierta pesadez, lo que hace aumentar el
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efecto de elevación o levitación de Santa Teresa transportándola a un espacio irreal, que tiene
más que ver con el espectro divino que con lo humano, sobre un vaporosa nube.
El conjunto además estaría iluminado por una luz cenital, proveniente de un vano de la capilla
cerrado por un cristal amarillo, del que se desprenden rayos de luz realizados en bronce,
añadiendo más teatralidad, más irrealidad y más misterio a la escena. En los laterales, se
situarían dos palcos con miembros de la Familia Connaro.
COMENTARIO: El Éxtasis de Santa Teresa no sólo es una de las obras más representativas de
la madurez de Bernini, sino uno de las más representativas del Barroco en toda su extensión.
Debemos recordar que tras el Concilio de Trento, 1545-1563 la Iglesia Católica plantea sendas
reformas no sólo en su organización sino también en su comunicación con los fieles. Se exaltan
a los mártires y se canonizan nuevos santos como es el caso de San Ignacio o Santa Teresa de
Jesús. El arte será un lenguaje visual con la función de persuadir a los fieles de que el
catolicismo es la religión verdadera, frente a las nuevas formas protestantes. Así la teatralidad,
el movimiento, el dinamismo, serán los recursos más empleados que se contrapondrán a las
formas más serenas y armoniosas del Renacimiento. Bernini, en esta obra, utiliza todos los
recursos, en primer lugar la forma unitaria de entender la arquitectura de la Capilla, donde
arquitectura, decoración y escultura sirven a un mismo fin, el dinamismo en las formas
compositivas con diagonales y desequilibrio, la teatralidad en la elevación de la nube y la luz
cenital que ilumina, como si se tratara de un luz celestial, y una expresión o pathos, que
llevados al extremo para provocar la sorpresa, conmoción hasta llegar casi a la catarsis del
espectador.
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La formación de Bernini comienza en el taller de su propio padre, un modesto escultor
manierista que logró algunos encargos de cierta importancia. Quizás por ello en una primera
etapa el artista se vio influenciado por los parámetros estilísticos desarrollados en la última
etapa del renacimiento. El Rapto de Proserpina es una de esas obras en las que se aprecia la
evolución del artista hacia un estilo más personal, completamente barroco, donde la
teatralidad y el movimiento son una constante.
La obra que aquí nos ocupa fue encargada por el cardenal Scipione Borghese en 1621 quien se
la cedió a su compañero el Cardenal Ludovisi. Éste la mantuvo en la villa que lleva su nombre
hasta que, ya en pleno siglo XX, la obra fue adquirida por el Gobierno italiano y se situó en la
Galería Borghese.
La escultura representa un tema mitológico: Proserpina, hija de Júpiter y Ceres, fue raptada
por el dios de los infiernos Plutón para hacerla su esposa. Este hecho entristeció tanto a Ceres
–diosa de la agricultura- que desatendió los campos y cultivos hasta tal punto que los hombres
apenas tenían nada que comer. Así Júpiter dispuso que la joven Proserpina pasara seis meses
en el infierno con su marido y el resto del año en el Olimpo con su madre, la alegría de Ceres al
reencontrarse con su hija hace florecer de nuevo los campos en primavera.
La obra de Bernini presenta diferentes puntos de vista y en cada uno de ellos parece que se
representa una escena distinta del mito; desde la izquierda el artista nos presenta el rapto de
la joven, al mirar de frente parece como si las figuras arrasaran al espectador en su alocada
carrera y desde la derecha Proserpina suplica la ayuda de su madre y lucha por escapar de
Plutón.
Por su parte Plutón no aparece representado como un auténtico héroe y, aunque coronado,
parece ser un simple villano dispuesto a maltratar a la joven que lleva en brazos. Su cuerpo se
tensa por el esfuerzo, desarrollando un gran estudio de la anatomía por parte del jovencísimo
escultor. Se trata por tanto de una representación descarnada y humanizada de un dios que
el cincel de Bernini ha convertido en hombre.
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Especial atención merecen los detalles en los que el artista se regodea mostrando su habilidad:
los dedos de Plutón se hunden en el muslo de Proserpina con gran realismo mientras ésta
intenta apartarse de él.
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