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COMPROMISO

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DOCUMENTOS IASD

Compromiso Total con Dios (DSA. 96-339)

La historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está llena de ejemplos de personas e
instituciones que han sido, y son, testigos vibrantes de su fe. Debido a su apasionado
compromiso con su Señor, y al profundo aprecio por su ilimitado amor, todos tienen el
mismo blanco: compartir las Buenas Nuevas con los demás. El texto bíblico clave que los
motivó, texto que inflama a los adventistas en todas partes, conocido como la Comisión
Evangélica, el mandato del mismo Señor, está registrado en Mateo 28:19,20, y dice: "Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Otras
versiones, como la Nácar-Colunga, traducen: "Id, pues; enseñad a todas la gentes...".

Esta orden del mismo Señor es sencilla, hermosa y cautivante, y es para todos sus
seguidores, sean miembros, pastores, o administradores: Id... enseñad... bautizad... haced
discípulos. Este principio es la chispa de encendido de la misión de la Iglesia y establece
la norma para toda evaluación, y toda medición, del éxito. Afecta a todos, cualesquiera
sean sus responsabilidades, sean laicos u obreros, abarca todos los aspectos de la vida de
la Iglesia, desde la Iglesia local hasta la Asociación General, y alcanza a las escuelas,
colegios y universidades, casas editoras, instituciones de salud, y organizaciones de
alimentos saludables. Este compromiso está implícito, incorporado, como encapsulado,
en los votos bautismales, en las declaraciones de misión, en las metas y objetivos, y en
los reglamentos y estatutos de la Iglesia: "Para dar testimonio de su amante salvación",
"para ayudar en la proclamación del Evangelio Eterno", "para proveer el pan de vida a las
multitudes", y para "fortalecerlos en su preparación para su pronto retorno". La cuádruple
orden para ir... enseñar... bautizar... hacer discípulos resuena en todos los lugares donde
los adventistas del séptimo día trabajan o se reúnen.

A medida que la Iglesia crece en tamaño y complejidad, más y más feligreses, pastores y
administradores se han hecho serias preguntas acerca de cómo la Iglesia está cumpliendo
la Comisión Evangélica. Las ruedas y los engranajes de la Iglesia, ¿producen apenas
productos y servicios que, aunque están sobre el promedio, no pueden fácil y rápidamente
distinguirse de sus contrapartidas seculares? ¿O está la Iglesia asegurándose de que sus
productos y servicios básicos revelen al mundo el camino hacia la vida eterna? Nada debe
ser excluido de estas preguntas, no importa si se trata de los servicios de adoración de la
Iglesia local o de los programas y productos de los campos e instituciones de la Iglesia.

Ha llegado el tiempo para que la Iglesia como un todo se pregunte y responda las difíciles
cuestiones sobre cómo está relacionándose con el principio guiador de la Comisión
Evangélica. ¿Cómo puede ese principio guiador ser una realidad en las vidas de los
feligreses, los pastores, y las congregaciones? ¿Cómo pueden ellos medir su progreso en
el cumplimiento de este mandato? ¿Cómo pueden las universidades de la Iglesia, los
colegios secundarios y superiores, las fábricas de alimentos, las clínicas, las instituciones
médicas de alta complejidad, las casas editoras, y los centros de comunicaciones cumplir
su responsabilidad tomando como base la Comisión Evangélica?

Este desafío requiere una aproximación franca y analítica para determinar dónde está la
Iglesia en relación con el mandato del Señor. No es suficiente medir el éxito por las
normas seculares, ni es suficiente darles prioridad a esos estándares. El compromiso total
para con Dios incluye, esencialmente, la aceptación total de los principios del
cristianismo tal como están bosquejados en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Las
congregaciones, las instituciones, los obreros, y los feligreses pueden fácilmente
encontrar satisfacción en alcanzar blancos, reunir recursos, completar edificios, equilibrar
presupuestos, obtener o renovar acreditaciones, y, sin embargo, dejar de cumplir su
responsabilidad ante Dios con respecto a la Comisión Evangélica. La primera y constante
prioridad de la Iglesia debe ser esta orden del Señor: Id... enseñad... bautizad... haced
discípulos.

Aunque la Comisión Evangélica no cambia, su cumplimiento se demuestra en diferentes


formas, por ejemplo: Un pastor trabaja en un contexto diferente del de un profesor en el
aula, o del de un médico, o un administrador de institución. Pero, se trate de un rol
personal o institucional, cada uno es responsable ante el mandato de Dios. Entre los
grandes beneficios que se derivan cuando se evalúa la efectividad del cumplimiento de
esta misión, está la creciente confianza que se desarrolla cuando cada feligrés, cada
pastor, cada administrador, y cada institución de la Iglesia toma en cuenta esta prioridad y
le presta la debida atención.

La familia de Dios reconoce que cada persona es individualmente responsable ante Dios.
Al mismo tiempo, los creyentes son amonestados a examinarse a sí mismos (véase 2 Cor.
13:5). Así como un proceso de evaluación espiritual tiene su lugar en la vida personal, así
también y seguramente tiene su lugar en la vida organizacional.

Una evaluación espiritual, aunque es apropiada, es también un asunto muy delicado,


porque los humanos vemos sólo en parte. El marco de referencia terrenal siempre está
limitado a lo que es visible y al breve período que rodea al presente. A pesar de eso,
podemos ganar mucho mediante una evaluación cuidadosa y meditada de nuestra vida
personal y de la vida organizacional.

Es posible descubrir e identificar varios principios que pueden guiarnos en tal evaluación
y, aunque cualquier intento será incompleto, las siguientes áreas de evaluación específica
nos ayudarán a concientizarnos de la responsabilidad que tenemos para con Dios y para
con la misión, que es, precisamente, una parte integral de la relación y el compromiso del
cristiano con Él. La siguiente lista no agota todas las áreas que necesitan atención, pero
los principios bosquejados aquí se aplican también a otras personas, organizaciones e
instituciones.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para cada feligrés individualmente.

A cada adventista del séptimo día, sea obrero o laico, se le promete el don del Espíritu
Santo que le permitirá crecer espiritualmente en la gracia del Señor y le dará poder para
desarrollar y usar los dones espirituales en el testimonio y el servicio. La presencia del
Espíritu Santo en la vida del creyente, se demuestra al:

Mantener un hogar cristiano en el que las normas y los principios de Cristo se enseñan y
se ejemplifican.
Vivir una vida que se goza en la certeza de la salvación, impulsada por el Espíritu Santo
para dar un testimonio personal efectivo a los demás, y que desarrolla con Cristo un
carácter amable, consecuente con la voluntad de Dios revelada en su Palabra.
Usar los dones espirituales que Dios ha dado a cada uno.
Dedicar el tiempo, los dones espirituales, y los recursos, con oración y en forma
sistemática, para proclamar el Evangelio y, ya sea individualmente o como parte de la
familia de la Iglesia, llegar a ser la sal y luz del Señor al compartir su amor en la vida de
familia y en el servicio a la comunidad, motivado siempre por el sentido del pronto
regreso del Señor y por su mandato de predicar su Evangelio tanto en el hogar como
fuera de él.
Participar en un plan sistemático de crecimiento espiritual y evaluación de la forma en
que uno camina con Dios, formando parejas de socios espirituales mutuamente
responsables, cuyo principal objetivo sea el de ayudarse unos a los otros con oraciones.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para un pastor de Iglesia.

Un pastor adventista del séptimo día, llamado y capacitado por el Espíritu Santo, e
impulsado por el amor a las almas, dirige los pecadores hacia Cristo como Creador y
Redentor y les enseña cómo compartir su fe y llegar a ser discípulos eficaces. Comparte
regularmente una dieta espiritual equilibrada y fresca, resultado de su comunión con Dios
y con su Palabra. El pastor muestra la gracia salvadora y el poder transformador del
evangelio, al:

Empeñarse en que su familia sea un modelo de lo que el Señor espera del matrimonio y la
familia.
Predicar sermones basados en la Biblia, sermones Cristocéntricos, que alimenten a los
miembros y apoyen a la Iglesia mundial, enseñándoles las creencias fundamentales con
un sentido de urgencia basado en la comprensión adventista de las profecías tal como las
enseña la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Invitar a todos a someterse al poder transformador del Espíritu Santo a fin de que el
evangelio pueda ser manifestado en la vida compasiva del creyente dirigido por la fe.
Conducir a la Iglesia local en una vigorosa actividad evangelizadora que dé como
resultado, no sólo un incremento de la hermandad, sino también el establecimiento de
nuevas congregaciones, manteniendo, sin embargo, un fuerte apoyo tanto a la obra local
como a la obra mundial de la Iglesia.
Dar evidencias de un ministerio eficaz al aumentar numéricamente la feligresía y al
crecer en experiencia espiritual y en la adoración, apresurando así el regreso del Señor.
Priorizar el crecimiento espiritual personal y la eficacia en la misión al participar
regularmente en procesos de evaluación de los resultados espirituales. La División
desarrollará un modelo de evaluación para ser aplicado en cada
Unión/Asociación/Misión, que incluya un módulo de autoevaluación, como también
aspectos que se refieran a la responsabilidad del pastor para con la(s) congregación(es) y
hacia la Organización mundial de la Iglesia.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para una Iglesia local.

Una congregación adventista del séptimo día actúa creativamente y con un sentido de
autocrítica, como una comunidad que testifica y edifica, facilitando la proclamación del
evangelio, tanto a nivel local, como nacional, y aun global. Una congregación tal, vive en
el mundo como "el cuerpo de Cristo", mostrando la misma preocupación y acción
positiva para con aquellos con quienes entra en contacto, como la que mostraba el Señor
en su ministerio terrenal, al:

Demostrar una absoluta seguridad en la gracia salvadora de Cristo y un compromiso con


las enseñanzas distintivas de su Palabra.
Comprender y aceptar su papel como parte de un movimiento final que tiene la
responsabilidad de propagar el Evangelio a nivel local, nacional y global.
Desarrollar planes estratégicos para compartir las Buenas Nuevas en su comunidad, con
el objeto de asegurarse que las personas comprendan cómo puede Jesús cambiar sus vidas
y prepararlas para su pronta venida, y al ayudar a establecer nuevas congregaciones.
Edificar la vida de los feligreses y sus familias a fin de que crezcan espiritualmente y
prosigan confiadamente en la misión y en las verdades expresadas por medio de la Iglesia
remanente.
Reconocer el privilegio de ser una congregación adventista del séptimo día y su
correspondiente responsabilidad para con la familia mundial de Iglesias adventistas del
séptimo día, tal como está bosquejada en el Manual de la Iglesia al aceptar e implementar
planes amplios que permitan la difusión del evangelio en contextos cada vez más
abarcantes; y al participar en el sistema organizativo, financiero, y representativo de la
Iglesia, destinado a facilitar la acción misionera mundial.
Participar en un plan de evaluación que lleve a la congregación a descubrir cuáles son sus
puntos fuertes y sus puntos débiles, y cuáles son los avances hechos en su misión de
enseñar, bautizar y hacer discípulos. El plan de evaluación será normalmente un
programa de autoevaluación realizado anualmente por toda la congregación en pleno;
aunque periódicamente, deberá incluir una evaluación de la participación en, y la
responsabilidad para con, la Organización más amplia a la que pertenece. Cada División
ayudará en el desarrollo del proceso de evaluación, en consulta con las uniones y las
asociaciones/misiones locales, para ser usado dentro de su territorio.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para los colegios primarios y secundarios.
Un colegio de nivel primario o secundario crea un clima que nutre a los alumnos mental,
física, social y espiritualmente, e instila en ellos confianza en la pertinencia, el papel, el
mensaje, y la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Los colegios proveen
excelencia en la educación adventista, al:

Desarrollar, para la institución, un plan maestro espiritual abarcante y un currículo para


todas las materias que, además de la excelencia académica, apoyen la visión mundial de
los Adventistas del Séptimo Día, e integren la fe con la enseñanza.
Emplear profesores adventistas del séptimo día, totalmente comprometidos y
profesionalmente competentes, que integren la fe con el conocimiento al nutrir a sus
alumnos para que sean buenos ciudadanos y miembros de Iglesia.
Trabajar con los padres y las congregaciones locales para asegurar que cada alumno
conozca las demandas de Cristo y tenga la oportunidad de decidirse en favor de él y ser
bautizado.
Transmitir a los alumnos una comprensión de la razón bíblica de la existencia del pueblo
de Dios en los últimos días, y de cómo pueden participar en el cumplimiento de la misión
de la Iglesia.
Involucrar al personal y a los alumnos en actividades de extensión del evangelio en
formas que sean apropiadas a la edad de ellos, planificando oportunidades para la
testificación en la comunidad.
Participar sistemáticamente en un proceso de evaluación espiritual desarrollado por la
División, y puesto en práctica por las uniones/asociaciones/misiones, que proporcionen
informes anuales para presentar a la junta directiva de la institución y a los delegados al
congreso del campo local.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para las instituciones superiores y las universidades.

Una institución superior o universidad adventista del séptimo día ofrece a los jóvenes
adventistas y a otros jóvenes de las localidades circundantes que deseen tener la
oportunidad de estudiar en un ambiente adventista, una educación de nivel terciario y/o
de posgrado, académicamente sólida, demostrada al:

Desarrollar un plan maestro espiritual amplio, propuesto por el personal de la institución


y aprobado por su junta directiva, que identifique las verdades y valores espirituales,
tanto de conocimiento como de relación, que la institución se ha comprometido a
compartir con sus alumnos; e indique en qué oportunidades de un período determinado, y
mediante qué medios serán transmitidos esos valores.
Mantener un ambiente, tanto en el aula como en todo el campus, que asegure
oportunidades tanto para la instrucción académica como para encuentros evangélicos, con
el objeto de producir graduados que sean reconocidos por la Iglesia y por la sociedad por
la excelencia académica y espiritual de sus vidas; hombres y mujeres que sean bien
equilibrados mental, espiritual y socialmente; hombres y mujeres que amen a su Señor,
que mantengan en alto las normas divinas en su vida diaria, que ayuden a formar
congregaciones locales sólidas y prósperas, y que actúen como la sal y la luz de sus
comunidades, sean laicos u obreros.
Afirmar inequívocamente en el aula, y en la vida diaria del campus las creencias, las
prácticas y la visión mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, compartiendo el
gozo del evangelio, demostrando confianza en el papel divinamente establecido para el
movimiento adventista y en su continua significación dentro del plan de Dios para estos
últimos días, facilitando las actividades para que los profesores, el personal y los alumnos
puedan testificar y realizar servicio cristiano; y estimular a profesores y empleados a vivir
un estilo de vida consecuente que se manifieste por medio de relaciones positivas y
formativas con los estudiantes;
Emplear profesores adventistas del séptimo día totalmente comprometidos y
profesionalmente competentes, que sean activos en su Iglesia local y que integren la fe y
el conocimiento en el contexto de la formación de sus alumnos para que lleguen a ser
miembros productivos tanto de la sociedad como de la Iglesia del Señor, y que
interactúen con los padres de los alumnos y otras personas interesadas en la educación, a
fin de comprender y poner en práctica las elevadas expectativas académicas y espirituales
que tiene este programa educativo al servicio de la juventud.
Evaluar el cumplimiento de los objetivos bosquejados en el plan maestro espiritual
mediante un programa de evaluación amplio, preparado por el mismo personal docente, y
aprobado por la junta directiva respectiva, diseñado en forma suficientemente específica
para que permita evaluar cada aspecto de la vida en el campus; que sirva para guiar a la
administración de la institución educacional superior o universidad a tomar las medidas
afirmativas o correctivas que sean necesarias, que sirvan de base para los informes
anuales acerca de la salud espiritual de la institución presentados a la junta directiva y a
los delegados al congreso del campo local.
Someter el plan maestro propuesto para el área espiritual, y su programa de evaluación, a
un panel internacional de educadores altamente calificados, nombrado por la Asociación
General, el que a su vez, entregará a la junta directiva de la institución educacional
superior o universidad la evaluación escrita del plan maestro en el área espiritual y de su
programa de evaluación.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para los hospitales y otras instituciones médicas

Un hospital o institución médica Adventista del séptimo día ofrece, en la comunidad


donde sirve, atención de la salud de la más alta calidad, dirigida a la persona total,
desarrollando un plan amplio de evaluación espiritual que incluya:

Crear una atmósfera positiva, bien planificada, que se concentre en la presencia sanadora
del Señor.
Desarrollar un equipo de médicos y enfermeros profesionalmente competentes,
orientados hacia la misión, y que sean compasivos; que ministren con sensibilidad a los
pacientes desde el contexto de su fe cristiana como también de las creencias distintivas de
los adventistas del séptimo día.
Asegurarse de que todos los que estén dentro de la esfera de influencia de la institución
perciban que las instalaciones para el cuidado de la salud son parte de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, para lo cual la institución deberá desarrollar programas de
orientación para el personal, y de testificación a la comunidad, que representen
positivamente tanto al hospital como a la Iglesia, ante las personas a quienes sirve la
institución.
Estimular con sensibilidad las inquietudes espirituales de los pacientes y responder a ellas
en forma sistemática.
Aplicar los recursos financieros y humanos que sean posibles para participar en la misión
local, nacional y global de la Iglesia en las áreas del cuidado de la salud y educación para
la salud.
Demostrar responsabilidad en el cumplimiento de la misión mediante la participación,
por lo menos una vez cada tres años, de un proceso amplio de evaluación, desarrollado,
planificado y supervisado por la junta directiva de la División, para evaluar el progreso
en la obtención de resultados misionales específicos y mensurables.

Qué implica el "Compromiso total con Dios"


para las instituciones de comunicación masiva: Casas Editoras, centros de
comunicaciones, Servicios Educacionales Hogar y Salud, y estaciones de radio.

Las instituciones de comunicación masiva Adventistas del séptimo día proporcionan


productos de calidad que refuerzan la misión de la Iglesia y el compromiso de sus
miembros con dicha misión, al:

Estimular iniciativas y al distribuir sólo aquellos productos que contribuyan a la


proclamación del evangelio y a la formación de los feligreses, dentro del contexto del
mensaje del tiempo del fin.
Planificar y apoyar actividades evangelizadoras, que puedan llevar a contactos personales
involucrando a las congregaciones locales, donde sea posible.
Usar la tecnología y los medios de comunicación dentro de las posibilidades de los
recursos financieros disponibles, de modo tal que dichos recursos sean maximizados para
el cumplimiento de la misión de la Iglesia.
Coordinar iniciativas con otras entidades de la Iglesia para asegurar una adecuada
interacción entre ellas, con el objeto de apoyar los programas y proyectos relacionados.
Asignar personal, en la medida de las posibilidades, para ayudar a los pastores y a las
congregaciones en los programas de seguimiento de las personas alcanzadas, y para
operar un sistema de retroalimentación para desarrollar o modificar productos.
Establecer, bajo la dirección de las juntas administradoras correspondientes, revisiones
periódicas de los materiales y programas, tanto para los feligreses como para el público
en general, a fin de proporcionar a las administraciones un análisis de la eficacia en el
logro de las metas misioneras; asegurar la armonía de dichos materiales con las creencias
y prácticas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y preparar informes para presentar a
cada reunión regular de los cuerpos legales correspondientes y a las juntas directivas.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para las industrias de alimentos saludables

Una fábrica de alimentos adventista del séptimo día desarrolla productos que contribuyen
positivamente a la salud, y que, además, proporcionan recursos que ayudan a proclamar
el mensaje del evangelio en estos últimos días, al:
Fabricar y vender únicamente aquellos productos que sean consistentes con los principios
divinos de la dieta y la salud.
Adiestrar personal para informar al público acerca de las prácticas de vida saludable, y
ayudar a la Iglesia a desarrollar una mejor salud entre los feligreses.
Proveer alimentos vegetarianos de bajo costo para los países en desarrollo.
Implementar programas mediante los cuales, quienes hayan recibido la influencia del
mensaje de salud, puedan recibir información adicional acerca de la Iglesia.
Incluir en el presupuesto financiero ayuda para la misión de la Iglesia sobre la base que la
División haya establecido.
Evaluar periódicamente los logros obtenidos en términos de eficiencia, retorno de las
inversiones, y contribución a la misión de la Iglesia, con base en un sistema administrado
por la junta directiva y la industria y aprobado por la junta directiva de la División, en
consulta con la Asociación Internacional de Alimentos Saludables.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para una unión o un campo local.

Una unión o campo local de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con un liderazgo que
tenga una relación personal con Jesús y esté sometida a la conducción del Espíritu Santo,
motiva a los feligreses, pastores, profesores, y todos los demás obreros denominacionales
a presentar a sus vecinos y a sus comunidades la verdad salvadora para estos días finales,
supervisando y estableciendo prioridades en sus planes, iniciativas y finanzas, para dar el
primer lugar a un testimonio continuo en favor de la ganancia de almas y su edificación
espiritual, al:

Identificar y promover los objetivos espirituales, tanto de evangelización como de


crecimiento, de la unión, la asociación o la misión y, mediante un proceso de
planificación estratégica y financiera, involucrar la participación colectiva de sus
miembros y organizaciones.
Demostrar, mediante el ejemplo personal de los líderes, que la Iglesia continúa sin
vacilaciones llevando adelante su papel divinamente asignado como testigo a este mundo
necesitado y moribundo.
Alimentar espiritualmente y apoyar a los pastores, a los miembros y a las congregaciones,
a fin de que puedan crecer como discípulos y experimentar con diversas formas de
cumplir con la Comisión Evangélica.
Ejercer el liderazgo administrativo de las instituciones y entidades bajo su dirección, a fin
de asegurar que la misión de la Iglesia se mantenga claramente en foco, y de desarrollar y
poner en práctica iniciativas para establecer nuevas congregaciones en comunidades y
regiones donde sean necesarias.
Asegurar que las provisiones presupuestarias para las actividades evangelizadoras
locales, nacionales y globales, sean cuidadosamente balanceadas en relación a los
recursos destinados para el alimento espiritual de los creyentes, y que se le dé a ambos la
más alta prioridad.
Cooperar con la División en el desarrollo y puesta en práctica de procesos de evaluación,
revisados por una comisión designada por la Asociación General, mediante la cual, los
miembros, los pastores, las congregaciones, las instituciones, las asociaciones y misiones
y las uniones puedan graficar su compromiso y eficacia al llevar adelante la Comisión
Evangélica, informando los resultados a las respectivas juntas y congresos.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para la Asociación General y las Divisiones.

La Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día y sus divisiones mundiales,
con un cuerpo de líderes que tienen una relación personal con Jesús y que se someten a la
dirección del Espíritu Santo, proporciona la dirección general y global para la vida
espiritual y la misión de la Iglesia, desarrolla planes y reglamentos estratégicos, genera
iniciativas y programas, y asigna recursos financieros y humanos, en formas que
demuestran la urgencia en completar la misión de la Iglesia y la subordinación al
mandato de Ir... enseñar... bautizar... hacer discípulos, al:

Dar prioridad, en los concilios anuales y de primavera de la Asociación General y en las


juntas directivas de la División, al desarrollo de la vida espiritual de una Iglesia en
crecimiento con la clara misión de predicar el Evangelio Eterno, en el tiempo del fin, y
llevar el mensaje de los tres ángeles a todo el mundo.
Nombrar pequeñas comisiones con representación internacional, según se vea necesario,
para evaluar y hacer recomendaciones a las juntas apropiadas con respecto a la
evaluación de los programas que se están desarrollando.
Asegurar que las administraciones y juntas directivas de las instituciones bajo su
dirección, establezcan procesos de rendición de cuentas en el área espiritual que den
evidencia de su dedicación a la misión en estos días finales de la Iglesia, y demuestren su
efectividad en lograrla.
Exigir que las iniciativas y actividades de alcance limitado, aunque tengan algún mérito
en sí mismas, estén realmente subordinadas a las metas más amplias y coordinadas de la
misión de la Iglesia, disponiendo el desembolso de los presupuestos con el propósito de
promover la promulgación del evangelio a todo el mundo.
Asegurar que la misión de la Iglesia sea claramente comprendida y puesta en práctica
mediante procesos de evaluación para ver el progreso en el cumplimiento de los objetivos
misionales, que involucran tanto el desarrollo de los feligreses como las actividades
evangelizadoras.
Desarrollar un plan maestro espiritual y un programa de evaluación, monitorados por una
comisión nombrada, en cada nivel, por la junta directiva de la Asociación
General/División con el fin de evaluar la eficacia de la Asociación General/División en
relación a la misión de la Iglesia, y asistiendo a todas las organizaciones de la Iglesia e
instituciones en la evaluación de su plan maestro espiritual y en sus programas de
evaluación.
Realmente, el mandato espiritual es sencillo: Id... enseñad... bautizad... haced discípulos.
Los feligreses responsables en la Iglesia Adventista del Séptimo Día y todos los obreros
de la Iglesia deben recordar que cada uno tendrá que rendir cuentas ante Dios en relación
con este mandato. Algún día, en el gran tribunal, el Señor preguntará: "¿Qué has hecho,
apoyado en mi gracia, con tus dones, tus talentos, y con las oportunidades que te di?"

Como lo hizo hace dos mil años, el Señor manda a su Iglesia hoy: "Por tanto id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo". Id... enseñad... bautizad... haced discípulos. El compromiso total con
Dios exige el cumplimiento de esta comisión, que sigue siendo la base de la única y
verdadera medida del éxito.

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