COMPROMISO
COMPROMISO
COMPROMISO
La historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está llena de ejemplos de personas e
instituciones que han sido, y son, testigos vibrantes de su fe. Debido a su apasionado
compromiso con su Señor, y al profundo aprecio por su ilimitado amor, todos tienen el
mismo blanco: compartir las Buenas Nuevas con los demás. El texto bíblico clave que los
motivó, texto que inflama a los adventistas en todas partes, conocido como la Comisión
Evangélica, el mandato del mismo Señor, está registrado en Mateo 28:19,20, y dice: "Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Otras
versiones, como la Nácar-Colunga, traducen: "Id, pues; enseñad a todas la gentes...".
Esta orden del mismo Señor es sencilla, hermosa y cautivante, y es para todos sus
seguidores, sean miembros, pastores, o administradores: Id... enseñad... bautizad... haced
discípulos. Este principio es la chispa de encendido de la misión de la Iglesia y establece
la norma para toda evaluación, y toda medición, del éxito. Afecta a todos, cualesquiera
sean sus responsabilidades, sean laicos u obreros, abarca todos los aspectos de la vida de
la Iglesia, desde la Iglesia local hasta la Asociación General, y alcanza a las escuelas,
colegios y universidades, casas editoras, instituciones de salud, y organizaciones de
alimentos saludables. Este compromiso está implícito, incorporado, como encapsulado,
en los votos bautismales, en las declaraciones de misión, en las metas y objetivos, y en
los reglamentos y estatutos de la Iglesia: "Para dar testimonio de su amante salvación",
"para ayudar en la proclamación del Evangelio Eterno", "para proveer el pan de vida a las
multitudes", y para "fortalecerlos en su preparación para su pronto retorno". La cuádruple
orden para ir... enseñar... bautizar... hacer discípulos resuena en todos los lugares donde
los adventistas del séptimo día trabajan o se reúnen.
A medida que la Iglesia crece en tamaño y complejidad, más y más feligreses, pastores y
administradores se han hecho serias preguntas acerca de cómo la Iglesia está cumpliendo
la Comisión Evangélica. Las ruedas y los engranajes de la Iglesia, ¿producen apenas
productos y servicios que, aunque están sobre el promedio, no pueden fácil y rápidamente
distinguirse de sus contrapartidas seculares? ¿O está la Iglesia asegurándose de que sus
productos y servicios básicos revelen al mundo el camino hacia la vida eterna? Nada debe
ser excluido de estas preguntas, no importa si se trata de los servicios de adoración de la
Iglesia local o de los programas y productos de los campos e instituciones de la Iglesia.
Ha llegado el tiempo para que la Iglesia como un todo se pregunte y responda las difíciles
cuestiones sobre cómo está relacionándose con el principio guiador de la Comisión
Evangélica. ¿Cómo puede ese principio guiador ser una realidad en las vidas de los
feligreses, los pastores, y las congregaciones? ¿Cómo pueden ellos medir su progreso en
el cumplimiento de este mandato? ¿Cómo pueden las universidades de la Iglesia, los
colegios secundarios y superiores, las fábricas de alimentos, las clínicas, las instituciones
médicas de alta complejidad, las casas editoras, y los centros de comunicaciones cumplir
su responsabilidad tomando como base la Comisión Evangélica?
Este desafío requiere una aproximación franca y analítica para determinar dónde está la
Iglesia en relación con el mandato del Señor. No es suficiente medir el éxito por las
normas seculares, ni es suficiente darles prioridad a esos estándares. El compromiso total
para con Dios incluye, esencialmente, la aceptación total de los principios del
cristianismo tal como están bosquejados en la Biblia y en el Espíritu de Profecía. Las
congregaciones, las instituciones, los obreros, y los feligreses pueden fácilmente
encontrar satisfacción en alcanzar blancos, reunir recursos, completar edificios, equilibrar
presupuestos, obtener o renovar acreditaciones, y, sin embargo, dejar de cumplir su
responsabilidad ante Dios con respecto a la Comisión Evangélica. La primera y constante
prioridad de la Iglesia debe ser esta orden del Señor: Id... enseñad... bautizad... haced
discípulos.
La familia de Dios reconoce que cada persona es individualmente responsable ante Dios.
Al mismo tiempo, los creyentes son amonestados a examinarse a sí mismos (véase 2 Cor.
13:5). Así como un proceso de evaluación espiritual tiene su lugar en la vida personal, así
también y seguramente tiene su lugar en la vida organizacional.
Es posible descubrir e identificar varios principios que pueden guiarnos en tal evaluación
y, aunque cualquier intento será incompleto, las siguientes áreas de evaluación específica
nos ayudarán a concientizarnos de la responsabilidad que tenemos para con Dios y para
con la misión, que es, precisamente, una parte integral de la relación y el compromiso del
cristiano con Él. La siguiente lista no agota todas las áreas que necesitan atención, pero
los principios bosquejados aquí se aplican también a otras personas, organizaciones e
instituciones.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para cada feligrés individualmente.
A cada adventista del séptimo día, sea obrero o laico, se le promete el don del Espíritu
Santo que le permitirá crecer espiritualmente en la gracia del Señor y le dará poder para
desarrollar y usar los dones espirituales en el testimonio y el servicio. La presencia del
Espíritu Santo en la vida del creyente, se demuestra al:
Mantener un hogar cristiano en el que las normas y los principios de Cristo se enseñan y
se ejemplifican.
Vivir una vida que se goza en la certeza de la salvación, impulsada por el Espíritu Santo
para dar un testimonio personal efectivo a los demás, y que desarrolla con Cristo un
carácter amable, consecuente con la voluntad de Dios revelada en su Palabra.
Usar los dones espirituales que Dios ha dado a cada uno.
Dedicar el tiempo, los dones espirituales, y los recursos, con oración y en forma
sistemática, para proclamar el Evangelio y, ya sea individualmente o como parte de la
familia de la Iglesia, llegar a ser la sal y luz del Señor al compartir su amor en la vida de
familia y en el servicio a la comunidad, motivado siempre por el sentido del pronto
regreso del Señor y por su mandato de predicar su Evangelio tanto en el hogar como
fuera de él.
Participar en un plan sistemático de crecimiento espiritual y evaluación de la forma en
que uno camina con Dios, formando parejas de socios espirituales mutuamente
responsables, cuyo principal objetivo sea el de ayudarse unos a los otros con oraciones.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para un pastor de Iglesia.
Un pastor adventista del séptimo día, llamado y capacitado por el Espíritu Santo, e
impulsado por el amor a las almas, dirige los pecadores hacia Cristo como Creador y
Redentor y les enseña cómo compartir su fe y llegar a ser discípulos eficaces. Comparte
regularmente una dieta espiritual equilibrada y fresca, resultado de su comunión con Dios
y con su Palabra. El pastor muestra la gracia salvadora y el poder transformador del
evangelio, al:
Empeñarse en que su familia sea un modelo de lo que el Señor espera del matrimonio y la
familia.
Predicar sermones basados en la Biblia, sermones Cristocéntricos, que alimenten a los
miembros y apoyen a la Iglesia mundial, enseñándoles las creencias fundamentales con
un sentido de urgencia basado en la comprensión adventista de las profecías tal como las
enseña la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Invitar a todos a someterse al poder transformador del Espíritu Santo a fin de que el
evangelio pueda ser manifestado en la vida compasiva del creyente dirigido por la fe.
Conducir a la Iglesia local en una vigorosa actividad evangelizadora que dé como
resultado, no sólo un incremento de la hermandad, sino también el establecimiento de
nuevas congregaciones, manteniendo, sin embargo, un fuerte apoyo tanto a la obra local
como a la obra mundial de la Iglesia.
Dar evidencias de un ministerio eficaz al aumentar numéricamente la feligresía y al
crecer en experiencia espiritual y en la adoración, apresurando así el regreso del Señor.
Priorizar el crecimiento espiritual personal y la eficacia en la misión al participar
regularmente en procesos de evaluación de los resultados espirituales. La División
desarrollará un modelo de evaluación para ser aplicado en cada
Unión/Asociación/Misión, que incluya un módulo de autoevaluación, como también
aspectos que se refieran a la responsabilidad del pastor para con la(s) congregación(es) y
hacia la Organización mundial de la Iglesia.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para una Iglesia local.
Una congregación adventista del séptimo día actúa creativamente y con un sentido de
autocrítica, como una comunidad que testifica y edifica, facilitando la proclamación del
evangelio, tanto a nivel local, como nacional, y aun global. Una congregación tal, vive en
el mundo como "el cuerpo de Cristo", mostrando la misma preocupación y acción
positiva para con aquellos con quienes entra en contacto, como la que mostraba el Señor
en su ministerio terrenal, al:
Una institución superior o universidad adventista del séptimo día ofrece a los jóvenes
adventistas y a otros jóvenes de las localidades circundantes que deseen tener la
oportunidad de estudiar en un ambiente adventista, una educación de nivel terciario y/o
de posgrado, académicamente sólida, demostrada al:
Crear una atmósfera positiva, bien planificada, que se concentre en la presencia sanadora
del Señor.
Desarrollar un equipo de médicos y enfermeros profesionalmente competentes,
orientados hacia la misión, y que sean compasivos; que ministren con sensibilidad a los
pacientes desde el contexto de su fe cristiana como también de las creencias distintivas de
los adventistas del séptimo día.
Asegurarse de que todos los que estén dentro de la esfera de influencia de la institución
perciban que las instalaciones para el cuidado de la salud son parte de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, para lo cual la institución deberá desarrollar programas de
orientación para el personal, y de testificación a la comunidad, que representen
positivamente tanto al hospital como a la Iglesia, ante las personas a quienes sirve la
institución.
Estimular con sensibilidad las inquietudes espirituales de los pacientes y responder a ellas
en forma sistemática.
Aplicar los recursos financieros y humanos que sean posibles para participar en la misión
local, nacional y global de la Iglesia en las áreas del cuidado de la salud y educación para
la salud.
Demostrar responsabilidad en el cumplimiento de la misión mediante la participación,
por lo menos una vez cada tres años, de un proceso amplio de evaluación, desarrollado,
planificado y supervisado por la junta directiva de la División, para evaluar el progreso
en la obtención de resultados misionales específicos y mensurables.
Una fábrica de alimentos adventista del séptimo día desarrolla productos que contribuyen
positivamente a la salud, y que, además, proporcionan recursos que ayudan a proclamar
el mensaje del evangelio en estos últimos días, al:
Fabricar y vender únicamente aquellos productos que sean consistentes con los principios
divinos de la dieta y la salud.
Adiestrar personal para informar al público acerca de las prácticas de vida saludable, y
ayudar a la Iglesia a desarrollar una mejor salud entre los feligreses.
Proveer alimentos vegetarianos de bajo costo para los países en desarrollo.
Implementar programas mediante los cuales, quienes hayan recibido la influencia del
mensaje de salud, puedan recibir información adicional acerca de la Iglesia.
Incluir en el presupuesto financiero ayuda para la misión de la Iglesia sobre la base que la
División haya establecido.
Evaluar periódicamente los logros obtenidos en términos de eficiencia, retorno de las
inversiones, y contribución a la misión de la Iglesia, con base en un sistema administrado
por la junta directiva y la industria y aprobado por la junta directiva de la División, en
consulta con la Asociación Internacional de Alimentos Saludables.
Qué implica el "Compromiso total con Dios"
para una unión o un campo local.
Una unión o campo local de la Iglesia Adventista del Séptimo Día con un liderazgo que
tenga una relación personal con Jesús y esté sometida a la conducción del Espíritu Santo,
motiva a los feligreses, pastores, profesores, y todos los demás obreros denominacionales
a presentar a sus vecinos y a sus comunidades la verdad salvadora para estos días finales,
supervisando y estableciendo prioridades en sus planes, iniciativas y finanzas, para dar el
primer lugar a un testimonio continuo en favor de la ganancia de almas y su edificación
espiritual, al:
La Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día y sus divisiones mundiales,
con un cuerpo de líderes que tienen una relación personal con Jesús y que se someten a la
dirección del Espíritu Santo, proporciona la dirección general y global para la vida
espiritual y la misión de la Iglesia, desarrolla planes y reglamentos estratégicos, genera
iniciativas y programas, y asigna recursos financieros y humanos, en formas que
demuestran la urgencia en completar la misión de la Iglesia y la subordinación al
mandato de Ir... enseñar... bautizar... hacer discípulos, al:
Como lo hizo hace dos mil años, el Señor manda a su Iglesia hoy: "Por tanto id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo". Id... enseñad... bautizad... haced discípulos. El compromiso total con
Dios exige el cumplimiento de esta comisión, que sigue siendo la base de la única y
verdadera medida del éxito.