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Jorge Serrano Elías

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Jorge Serrano Elías: El desmadre tiene nombre

Ilustración Alejandro Azurdia/s21

¡Qué tristeza produce ver que un país como Guatemala, con todo lo necesario para tener un
equilibrado bienestar y un desarrollo sostenido, se ha convertido en uno de los territorios
más inseguros sobre la faz de la tierra!

Consciente de esta situación, he reflexionado constantemente sobre las causas que tienen a
mi país en la situación en la que se encuentra. Son miles las respuestas posibles; pero se me
ocurrió, por mero ejercicio mental, partir, en este somero análisis, de aquella premisa que
afirma que “cada quien tiene lo que se merece”.

El resultado de lo que tenemos podría ser el profundo egoísmo, la irresponsabilidad, la


cultura de muerte, la corrupción, el crimen organizado, la codicia, los políticos, el gobierno,
los militares, los y los... etc. Póngale nombre a cada actividad o a cada grupo o persona a la
que usted crea que se le debe tanta desgracia en el país.

Esta lista seguramente nunca acabará; y si nos juntamos cien guatemaltecos, habrá mil
quinientas opiniones de lo que está pasando y de sus causas; pero sin importar qué digan las
encuestas del gobierno y las de los grupos poderosos, la conciencia nacional está clara en
que la violencia es inaguantable e insoportable; la economía familiar devastada, la
salud preventiva y curativa, abandonadas; el sistema educativo en conflicto; la justicia
perdida, la situación en el interior del país, en permanente conflictividad; el
presupuesto gubernamental y familiar, subsistiendo gracias a las remesas de los
inmigrantes connacionales; los criminales felices, los narcos felices, etc. etc. etc. Y el
país ¿qué?; y el pueblo, ¿qué?; y todo lo importante ¿qué?

No hay repuestas. Pareciera que estamos ciegos y caminando en una plaza en la que todos
participan pero cada quien con su propia agenda. Todos hablamos como locos, no importa
quién nos oiga; todos actuamos como locos, sin importar a quién se atropelle; las vías no
tienen sentido, cada quien camina, sobrevive y hace justicia por sus propias manos.
El problema es que esta plaza está llena de carteristas, estafadores, ladrones,
contrabandistas, mequetrefes, filósofos de esquina que se llaman analistas. En general, una
plaza poblada por una gama de especímenes tan raros, que el zoológico más reputado del
mundo no sabría cómo identificarlos y mucho menos clasificarlos, pues cada uno podría ser
jefe de raza.

Pero esto que se ve desde afuera, que podría sonar jocoso, es una tragedia digna de estudio,
que se debería clasificar como de lesa humanidad. En este ensayo no pretendo ser
exhaustivo, ni mucho menos sentar una tesis. Lo único que deseo es aportar un elemento de
reflexión, el cual no será completo, pues la complejidad del tema es muy grande y mucho
más profunda de lo que a simple vista puede intuirse.

¿Qué es una agenda?

Para entender la problemática de nuestra sociedad como un todo, he decidido analizar lo


que considero son las agendas de los diferentes grupos del país, para lo cual en necesario
iniciar definiendo lo que es una agenda y cómo la vamos a conceptualizar para efectos del
presente estudio.

Según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, una agenda es el “libro o


cuaderno en que se apunta, para no olvidarlo, aquello que se ha de hacer”; así también: la
“relación de los temas que han de tratarse en una junta o de las actividades sucesivas que
han de ejecutarse”.

Siguiendo la segunda acepción del diccionario, lo que se pretende en este ensayo es


comentar las diferentes agendas de cada uno de los grupos sociales, económicos, culturales
y políticos del país. En otras palabras: qué hablan en sus reuniones, en sus juntas; cómo
expresan sus inquietudes, ambiciones, ilusiones, esperanzas y también sus insatisfacciones,
frustraciones, angustias y temores.

Obviamente, como resultado de cada perspectiva de los diferentes grupos, se desprende una
cantidad de actividades que son consideradas y ejecutadas por cada grupo. Esas actividades
van desde la indiferencia, la apatía, el conformismo, la justificación de lo injustificable,
hasta el abuso de poder, la soberbia, la prepotencia, la manipulación, el soborno e incluso el
linchamiento.

En esta Tierra de Nadie, algunas veces se salva el que puede; otras veces ni siquiera esos se
salvan. Por supuesto, los poderosos y sobre todo los abusivos, tienen muchas más
posibilidades de sobrevivir y tener éxito. Pero el hombre común, el de a pie, no tiene
Estado que lo defienda y proteja. Esa temática no está en la agenda de nadie: es decir, no es
tema de discusión y, por lo tanto, no hay prevista alguna actividad para resolverlo.
A los cuadernos en los que se apunta la agenda social del país, referente a la solidaridad
económica, la educación y la salud, les arrancaron las hojas y no ha habido tiempo ni
recursos para comprarles hojas nuevas.

¡Qué tristeza! Parece broma, pero es trágicamente cierto. Por eso, para saber hacia dónde
vamos, resulta sumamente importante conocer de qué tratan las reuniones y juntas de tanta
gente importante; qué es lo que discuten y qué apuntan como actividades a realizar. Importa
saber de cuántas hojas son los cuadernos en los que anotan sus delicadas y trascendentes
listas de actividades.

Considero que haciendo un somero análisis de esta temática de las agendas podremos
aproximarnos, en una forma muy empírica, a entender qué es lo que está pasando en este
gran escenario que se llama Guatemala.

El expresidente guatemalteco Jorge Serrano Elías dijo hoy que Guatemala está "montada
sobre una plataforma de egoísmo", que no le permite tener alguna posibilidad de desarrollo.

"El egoísmo hace imposible por completo que el país tenga alguna posibilidad de
desarrollo, porque lo han llevado a un verdadero desmadre", señaló Serrano Elías a Efe
durante la presentación de su libro "El desmadre tiene nombre, el egoísmo y sus agendas en
Guatemala".

Explicó que la obra, su segunda en dos años, analiza la conducta de los grupos de poder en
Guatemala, "a través de la historia y en la actualidad".

"Realmente el objetivo es demarcar cuál ha sido la línea consistente que esos grupos han
tenido, que a mi criterio es el egoísmo", remarcó Serrano Elías, presidente de Guatemala
entre 1991 y 1993, cuando fue destituido tras dar un autogolpe.

En la presentación, el expresidente guatemalteco señaló que el libro, de 307 páginas, es de


"combate" y que, en su opinión, harán temblar las entrañas de quienes han sufrido en "carne
propia" lo que ha sucedido social y económicamente en el país centroamericano.

Precisó que hoy el Estado guatemalteco no está apresado por un grupo determinado sino
por el "billete que circula", el cual los ha penetrado en todos los estamentos y sectores.

Las 307 páginas del libro están divididas en 13 capítulos, en donde analiza las actuaciones
pasadas y presentes de los poderes Ejecutivo, Judicial y Legislativo, así como los roles que
han jugado el sector privado, las etnias indígenas, los partidos políticos y los medios de
comunicación.

También habla sobre el papel que ha jugado el ejército desde décadas atrás, el "inmenso"
daño que ha hecho al país el narcotráfico, el cual califica de una empresa globalizada, y la
refundación del Estado guatemalteco.
En su último capítulo habla sobre la "urgente" necesidad de devolverle a Guatemala "su
libertad y dignidad", porque en su opinión aún hay tiempo, siempre y cuando todos los
sectores cedan "en aras del beneficio y entendimiento colectivos".

También participaron en la presentación del libro, Francisco Perdomo, exministro de


Gobernación de Guatemala durante el Gobierno de Serrano Elías, acusado de delitos
penales en su país, y Magda Serrano Bianchi, una de las hijas menores del expresidente
guatemalteco.

Entre los asistentes al acto estuvo el expresidente ecuatoriano Abdalá Bucaram, quien
también está exilado en Panamá.

Serrano Elías escribió en 2012 el libro "La guayaba tiene dueño" que, según expresó,
detalla cómo Guatemala "había sido secuestrado" por los grupos de poder.

Desde mayo de 1993, el expresidente de Guatemala tiene abierto un proceso judicial ante
los tribunales de su país por delitos de corrupción y violación a la Constitución
guatemalteca, los cuales ha negado y en su defensa se ha declarado un "perseguido
político".

Tras ser destituido del cargo, huyó hacia Panamá en donde recibió asilo desde junio de
1993 en su carácter de "exiliado político".

Veinte años después de haber salido al exilio, víctima de un golpe de Estado, el presidente Jorge
Serrano Elías, plasma en estas páginas su análisis y reflexión de la situación actual del país, basada
en un desglose de las agendas de los diferentes grupos de poder. Este es un ejercicio único, pues
presenta una perspectiva crítica pero equilibrada, documentada y muy singular dada la
experiencia del autor, quien pone en evidencia su profundo conocimiento de la realidad interna de
Guatemala, a pesar de la distancia que el exilio ha impuesto. Este libro abrirá los ojos de quien lo
lea, permitiendo un entendimiento de cómo se entrelaza el pasado y el presente, identificando los
elementos de cada subcultura de influencia en el país y analizándolos en función del beneficio o
perjuicio que le han causado a Guatemala. El accionar de los gobernantes, jueces, fiscales,
diputados, empresarios, narcotraficantes, militares, miembros de las etnias indígenas, periodistas,
miembros de la sociedad civil y políticos, tienen su razón histórica, pues se han heredado y
transmitido de generación en generación En este recuento de múltiples agendas que aparentarían
ser independientes y estar aisladas, Serrano Elías logra identificar que hay un hilo conductor, el
egoísmo , enfermedad endémica que se ha metido en la cultura de los guatemaltecos. Señala
como la sociedad tan acostumbrada a el egoísmo, ha quedado sumida en un dramático estado de
apatía e indiferencia. No nos cabe duda que la solidez del análisis que presenta el autor, servirá de
profunda reflexión no solo para los guatemaltecos, sino que para los ciudadanos de Latinoamérica
que viven situaciones muy similares y que luchan por un futuro mejor.

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