Ensayo
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COLOMBIA
TRIUNFOS, DERROTAS, HISTORIA Y
ENSEÑANZAS.
Los triunfos deportivos de los atletas colombianos en el último tiempo narran un
nuevo momento exitoso del deporte nacional en el ámbito mundial, y explican la euforia
colectiva que se transmite en la población. Así lo confirman la alegría que suscitaron las 8
medallas obtenidas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, algo nunca antes visto; la
primera presea dorada en un Mundial de Atletismo (Moscú 2013) conseguida por
Catherine Ibargüen; la primera medalla de oro en un Mundial de Natación (Barcelona
2013), lograda por Orlando Duque; la clasificación al Mundial de Fútbol de Brasil 2014,
después de 16 años de no participar en este torneo; y, finalmente, el primer y segundo
lugar de Nairo Quintana y Rigoberto Urán en el Giro de Italia de 2014, hecho cimero de la
historia del ciclismo nacional.
El deporte y el triunfo ocupan un lugar central en aquello que de cierto modo se supone
identifica a un país por medio de sus figuras sobresalientes. Son estos motivos suficientes
para entrevistar a Alberto Galvis Ramírez, uno de los estudiosos más destacados sobre el
deporte y su desarrollo. Desde el periodismo, ha escrito más de 12 libros sobre la historia
del deporte en Colombia y es actualmente el director de comunicaciones del Comité
Olímpico Colombiano.
El periodismo fue el primer campo que estudió la historia del deporte: fueron los
periódicos los abanderados en hacer masiva la información deportiva desde los años 20 del
siglo XX, pero escribir su historia fue algo más tardío. ¿A partir de qué momento
comenzaron estos estudios?
Los primeros estudios o publicaciones de libros sobre historia del deporte se hicieron
esporádicamente hace ya muchos años. Por ejemplo, un libro de fútbol que escribió el
fundador de la Dimayor, Humberto Salcedo Fernández, en los años 50 del siglo XX; otro
que escribió en los años 60 Ernesto Vidales, titulado «Nos dejó el tren»; una obra de
Carlos Arturo Rueda sobre anécdotas del fútbol; otro de Hernán Peláez… Eran contados,
creo casi que con los dedos de las dos manos como para no exagerar, pero no había
ninguna tendencia a investigar la historia, había personas que tenían la curiosidad. En
Medellín estaba Carlos Serna, en Cali Tobías Carvajal Crespo, en Barranquilla Estewil
Quesada, pero no existía aprecio por el tema de investigar la historia, menos unas
estructuras o conocimientos sobre cómo se investiga la historia.
En el caso personal, empecé por accidente a escribir sobre historia, prácticamente como
una tarea asignada que se me encargó a raíz de los 100 años de fundación de El Espectador
en el año de 1987. Realmente lo hice solo por ese compromiso, y yo sí publicaba muchas
cosas de historia en el periódico, pero no tenía la ocasión y la disciplina para decir que iba
a iniciar una carrera alrededor de la investigación de la historia del deporte. En ese
momento comencé a investigar y realmente era muy poco lo que se había escrito, ni
siquiera los autores que le mencioné porque no los conocía. Por esto las primeras
investigaciones fueron mucho más difíciles. De allí para acá, poco a poco, se ha ido
construyendo, han aparecido otros historiadores, y hoy es menos complicado. Igual
depende del tipo de investigación histórica que quiera hacer uno, pero ya existe una base
bibliográfica mucho más amplia.
En fin, para mí la historia es una pasión, y es la única manera de conocer nuestro pasado,
nuestro presente y saber para dónde vamos.
Pero ¿cuáles son los valores que se ven en la historia del deporte? Es decir, lo mítico, lo
heroico, la virtud de esos deportistas que se hicieron a pulso. Cuéntenos un poco al
respecto.
Creo que poco a poco se fue descubriendo de manera muy empírica lo que es y debe ser la
realidad del deporte desde el punto de vista técnico, desde el punto de vista de la buena
administración. Entonces, en los puros comienzos, hablemos de las primeras décadas del
siglo XX, era algo supremamente heroico que los atletas nuestros pudieran surgir. No
tenían ni idea de cómo entrenar. Con los fogueos internacionales, con la visita de
deportistas al país, se fueron aprendiendo cosas, y posteriormente, a raíz de los Juegos
Panamericanos de Cali en 1971, el país empezó a aprender un poquito más y a entender
que había que prepararse, tener recursos, foguear a los atletas, manejar unas teorías muy
serias y se empezó a trabajar -aunque no con la vehemencia ni la seriedad debidas-.
El verdadero desarrollo de nuestro deporte se vino a lograr en los los últimos diez años,
quizás menos, porque se ha visto el deporte con mayor seriedad. Ya hoy las cosas son
diferentes, hay más conciencia, los atletas tienen posibilidades de vivir del deporte.
Recordemos que un ciclista como Cochise Rodríguez fue desclasificado como olímpico
porque recibía posiblemente unos recursos, y de esos recursos vivía, algo que en su
momento pareció ser una actitud muy seria, muy justa y que hoy es visto como un perfecto
error[1]. Los tiempos van cambiando, hoy los deportistas nuestros tienen otro tipo perfil, lo
de ellos no es heroico en los mismos términos de antes, es el resultado de un trabajo serio
que los ha llevado a donde están. Si Colombia logra 8 medallas en los Juegos Olímpicos de
Londres (2012) es porque se ha trabajado como debe ser, no es una sorpresa, otra cosa es
que no se hubiera dicho públicamente, en un acto de prudencia, que Colombia iba a traer
esos logros.
Los deportistas de alto rendimiento entran en una jubilación muy temprana. Entonces
llegan a la gloria y de alguna manera sienten, al retirarse, el vacío que deja el triunfo
conseguido de manera temprana. Entonces ¿cuáles son los planes de acompañamiento que
ustedes consideran pertinentes para superar ese fin tan prematuro de una carrera
profesional?
Tiene que buscarse el punto de equilibrio, tiene que haber una dosis de deporte y una dosis
de conocimiento, porque esto último les va a servir a largo plazo. Ya hemos visto que la
mayoría de nuestros atletas, los grandes triunfadores como Óscar Figueroa, Yuri Alvear,
Mariana Pajón, Carlos Mario Oquendo, Caterine Ibargüen, son profesionales. De pronto a
los ciclistas se les dificulta mucho más, por la exigencia, y porque los grandes, como Nairo
o Urán, están permanentemente por fuera del país. Hay excepciones, pero lo ideal sería la
formación integral: buenos seres humanos, profesionales y atletas.
Pasando a un tema más general, ¿para usted cuál es la importancia del deporte para la
sociedad?
Cuando uno analiza la historia del desarrollo del deporte como fenómeno social, encuentro
que desde el comienzo quienes planificaron el deporte se dieron cuenta del impacto que
podría causar en una sociedad, el impacto positivo. Por eso la filosofía del movimiento
olímpico desde sus comienzos fue muy clara; las ideas de Pierre de Coubertin fueron muy
lúcidas y él siempre concibió el deporte como un factor educativo, un principio de
crecimiento, un componente cultural, un elemento de formación, de enriquecimiento de la
sociedad. En lo individual, formarse para ser buenos ciudadanos: el deporte enseña, tiene
sus propias herramientas dentro de las cuales el atleta se forma para competir y para
participar de la sociedad en el futuro. Alegra mucho ver a los jóvenes llenar los fines de
semana los escenarios deportivos, me parece que eso es un buen punto para pensar que
Colombia pueda llegar a ser un día un país desarrollado.
El deporte no hace la paz, eso es mentira. El deporte dentro de la paz puede funcionar,
pero la paz depende de otras herramientas, otros elementos, de otros factores. Lo que
genera el deporte son ciudadanos de bien desde abajo y desde la cuna. Una sociedad
dedicada al deporte, o a cualquier manifestación artística y cultural estará alejada de las
grandes amenazas. Pero eso no garantiza que en un país haya paz, porque si hay problemas
sociales, desequilibrios e injusticias, no habrá deporte, no habrá ninguna herramienta que
sirva para sacar al país de su postración; sirve para formar ciudadanos ejemplares para una
sociedad buena. Ahora bien, si se logra la paz, el deporte puede contribuir a que esta se
consolide.
Falta todavía la consolidación del sistema del deporte en Colombia, esa integración entre
lo público y lo privado y en donde las ciencias sociales y biológicas recorran el fenómeno
deportivo y se integren a este, constituyéndolo como un campo mucho más sólido. ¿Cómo
podrían integrarse esas partes que componen el sistema deporte?
Para reglamentarlo primero hay que definirlo, hay que conocerlo. Colombia es un país con
demasiadas dificultades (eso lo sabemos, no estoy diciendo nada nuevo) entonces es
mucho más complicado estructurar planes para cualquier tipo de actividad, entre esas el
deporte. Eso es lo que nos hace divagar mucho y no tener claridad en un plan único que
nos conduzca a algo monolítico, compacto.
Pasando a otro tema que resulta importante para la integración de grupos poblacionales,
¿qué opina de la acogida tan importante que tiene el deporte paraolímpico?
El caso de las olimpiadas Fides es también interesante. Los muchachos que compiten en
Fides sienten que están logrando ser alguien, que se pueden recuperar, suben la
autoestima y se sienten triunfadores. Ahí demostramos nuevamente la importancia del
deporte.
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