Anulabilidad Del Acto Juridico
Anulabilidad Del Acto Juridico
Anulabilidad Del Acto Juridico
CHIMBOTE
ACTO JURÍDICO
DOCENTE:
INTEGRANTES:
HUARAZ - 2018
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................3
RESUMEN ...........................................................................................................................................4
CONTENIDO .......................................................................................................................................5
ANLABILIDAD DEL ACTO JURÍDICO ................................................................................................... 5
A. CONCEPTO .................................................................................................................................... 5
CAUSALES................................................................................................................................................6
ANULABILIDAD POR INCAPACIDAD RELATIVA DEL AGENTE.............................................. 6
1.2. ANULABILIDAD POR VICIO DE LA VOLUNTAD.................................................................. 8
1.2.1. ANULABILIDAD POR ERROR........................................................................................ 8
1.2.2. ANULABILIDAD POR DOLO.......................................................................................... 12
1.2.3. ANULABILIDAD POR INTIMIDACIÓN........................................................................ 15
1.2.4. ANULABILIDAD POR VIOLENCIA............................................................................... 18
1.3. ANULABILIDAD POR SIMULACIÓN RELATIVA...................................................................20
1.4. ANULABILIDAD DERIVADA DEL MANDATO DE LA LEY…………………….................. 21
CONCLUSIONES ....................................................................................................................................... 22
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .......................................................................................................
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INTRODUCCIÓN
práctica, por cuanto gran parte de casos judiciales reales referidos a actos jurídicos versan,
Por cuanto ya no es la propia norma legal la que sanciona con anulabilidad el acto
en sí, sino que tal invalidez debe ser apreciada caso por caso a fin de determinar el
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RESUMEN
La anulación implica que el acto nunca ocurrió, y por lo tanto, nunca produjo efectos
jurídicos.
diferencias: puede ser subsanable y para que tenga efecto debe existir un acto de parte del
interesado.
La anulabilidad de un acto puede producirse por muchos motivos, entre los cuales
podemos mencionar:
ausencia de capacidad de la persona que lo firmó. En este caso, cuando la persona adquiere
capacidad necesaria, puede optar por anular el acto si así lo desea, o mantenerlo como está
(subsanarlo).
edad puede encontrarse con la anulación del mismo (si el menor cuando alcanza la mayoría de
edad, o su representante antes de eso, así lo estiman), pero no podría solicitarlo él a un juez.
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I. CONTENIDO
A. CONCEPTO
Por su parte, el acto anulable es aquél que se encuentra afectado por un vicio en su
conformación. “Así como la nulidad absoluta es la invalidez completa de que adolecen los
adolecen los actos que están formados con la concurrencia de sus elementos esenciales pero
que encierran un vicio que afecta a alguno de esos elementos y que lesiona un interés
privado jurídicamente digno de tutela. El defecto le quita viabilidad para surtir el efecto
jurídico deseado, y accionar para quitárselo es potestad que la ley dispensa a una de las
partes.
Rubio cita a Albaladejo, quien nos explica que: “El negocio anulable (también
llamado impugnable), es plenamente eficaz, pero por haberse celebrado con determinados
defectos, está amenazado de destrucción, con la que borrarían retroactivamente los efectos
producidos. Se trata de un negocio provisionalmente válido (no hay invalidez actual) que,
(1)
por tanto, modifica la situación jurídica preexistente […].” .
específica de los vicios del consentimiento, de las incapacidades de le lesión (con relación a
interés exclusivo del incapaz o del a víctima del error, dolo o violencia, con el fin de
un perjuicio.
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(1)
RUBIO CORREA, Marcial. “Nulidad y anulabilidad. La invalidez del acto jurídico”. Fondo editorial de la
Pontificia universidad Católica del Perú. Lima, 2003, p. 17
II. CAUSALES
De acuerdo con lo establecido por el artículo 221 (inciso 1), el acto jurídico es
Estimamos que resultan aplicables a este punto los comentarios que efectuamos con
relación al análisis del segundo supuesto de nulidad por incapacidad absoluta del agente.
artículo 1358 del Código Civil adquiere una relevancia de mayores proporciones, ya que
los supuestos en los que resulta aplicable son cuantitativamente más considerables.
Para comprobarlo solo basta recordar que las personas relativamente incapaces son
los mayores de dieciséis años y menores de dieciocho años de edad, los retardados
mentales, los que adolecen de deterioro mental que les impide expresar su libre voluntad,
los pródigos, los que incurren en mala gestión, los ebrios habituales, los toxicómanos y los
Dentro de tal orden de ideas, es más probable que contrate cualquiera de estas
personas que las mencionadas en el artículo 43 del Código Civil (norma referida a los
incapaces absolutos).
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Sin embargo, al contratar con cualquiera de las personas mencionadas en el artículo
fácil identificar a un niño como menor de edad que hacerlo con relación a un adolescente.
mal gestor, a un ebrio habitual (que no esté en estado de ebriedad o aun estándolo, porque
esta situación no implica que sea un ebrio habitual), a un toxicómano o a alguien que sufra
Demás está decir que si ello ya resulta casi imposible personalmente, podremos
imaginar cómo aumentarían las dificultades si esta persona se encontrara del otro lado de la
línea telefónica.
Para finalizar nuestro análisis sobre este punto, es conveniente señalar que cuando
nos hemos referido al artículo 1358 lo hemos hecho para anotar que los actos que estamos
analizando serían válidos, no por haber sido salvados de nulidad absoluta (como ocurría en
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1.2 ANULABILIDAD POR VICIO DE LA VOLUNTAD.
Si el error resulta ser una fuente o causa frecuente de anulación de actos jurídicos
por actos celebrados entre personas presentes (es decir, entre personas que se encuentran en
un mismo lugar al momento de la celebración del acto), será evidente que este vicio de la
voluntad se presentará con mayor asiduidad en los contratos celebrados por teléfono.
Y es que si el agente que incurre en error ignora o hace una interpretación errónea
de la realidad, caerá mucho más fácil en una situación de esta naturaleza cuando no tenga la
error, en cualquiera de los supuestos que sobre este vicio de la voluntad contempla el
Código Civil.
De este modo, haciendo un recorrido por las normas que el Código Civil contiene
acerca del error, diremos que por teléfono será más frecuente que el agente se equivoque
con respecto a la propia esencia o a una cualidad del objeto del acto que, de acuerdo con la
la voluntad.
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Esto, en la eventualidad de que no tenga el objeto del contrato a la vista o que el
telefónica.
Y si resulta factible que el agente se equivoque acerca del objeto del acto, resultará
incurriendo así en el supuesto de error esencial contemplado por el inciso 2 del artículo 202
del Código Civil. Esta norma establece que el error es esencial cuando recae sobre las
cualidades personales de la otra parte, siempre que aquellas hayan sido determinantes de la
voluntad.
importancia que la contratación se celebre por teléfono, ya que la materia sustantiva de este
contratar.
Con respeto al error in quantitati (es decir, el error sobre la cantidad), sí tendría
relevancia el tema de contratar por teléfono, en la medida que tal vez el agente que incurre
de la magnitud de los bienes sobre los cuales está contratando (y no nos referimos —
naturalmente— al simple cálculo o cómputo que se pudiera hacer sobre los bienes materia del
contrato).
En cuanto al error en el motivo, podemos decir que este tema no tiene mayor
relación con la contratación por teléfono; aquí, da exactamente lo mismo el medio que se
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emplee para la contratación, pues el motivo será susceptible de viciarse en cualquiera de
ellos.
Por otra parte, recordamos que el artículo 208 del Código Civil prescribe: “Las
disposiciones de los artículos 201 a 207 también se aplican, en cuanto sean pertinentes, al
caso en que el error en la declaración se refiera a la naturaleza del acto, al objeto principal
el motivo determinante de la voluntad, así como al caso en que la declaración hubiese sido
En razón de esa consideración, podría estimarse que ese hecho influye en que las
partes asuman una actitud distinta en cuanto a la reflexión de sus declaraciones, ya sea
frente a frente. Por otra parte, habrá que tomar en consideración si las personas se
por el artículo 209 del C ódigo Civil: “El error en la declaración sobre la identidad o la
denominación de la persona, del objeto o de la naturaleza del acto, no vicia el acto jurídico,
cuando por su texto o las circunstancias se puede identificar a la persona, al objeto o al acto
designado.”
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Esta norma adquiere relevancia debido a que en este medio de comunicación será un
tanto difícil apreciar el texto del contrato. En efecto, es muy probable que dicho texto no
exista, a menos que las partes, a pesar de haber contratado por teléfono, se hayan ayudado
de un texto escrito que ambas o una de ellas tenga, y se lo hayan leído recíprocamente.
También será evidente que el tema de las circunstancias a las que alude el artículo
209 del Código Civil resultará poco claro, en la medida que mucho más fácil será apreciar
dichas circunstancias cuando nos encontremos entre personas que contratan una frente a
otra, caso en el cual ellas podrán percibir —de manera más diáfana— todos los elementos
que rodean al contrato que se ha celebrado, los mismos que podrán conducir o no a error
Para concluir el tema del error con relación a la contratación por teléfono, debemos
Tal vez sea en este rubro donde adquiera mayor relevancia el hecho de que las partes
contratantes no se encuentren en un mismo lugar y frente a frente. Decimos esto, dado que
el tema de la cognoscibilidad del error —es decir, la aptitud de la contraparte (de aquella
que no comete el error) de haber podido darse cuenta o percibir que la otra se estaba
equivocando— será mucho más probable que se presente cuando las dos personas están una
frente a otra. En tales casos, ambas podrán apreciar o percibir los gestos, actitudes, señas y
demás elementos que hagan o puedan hacer pensar que la contraparte está incurriendo en
error.
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Mientras menos elementos de juicio se tengan respecto del actuar de la otra parte,
menos posibilidades habrá de considerar que el error ha sido susceptible de ser conocido
Con esto queremos decir que cuanto más cercanía y contacto exista entre las partes
contratantes, mayor será la posibilidad de que el error sea cognoscible; y caso contrario,
cuanto más distantes estén las partes y menos elementos de juicio tengan para saber de esta
Así, el hecho de no ser cognoscible el error trae como correlato que el mismo
tampoco sea esencial; lo cual, a su vez, lleva a que no se den los supuestos de error vicio
contemplados en el artículo 201 del Código Civil y, consecuentemente, que el acto no sea
susceptible de anulación.
El dolo es el error en que una parte incurre inducida por la otra. Incluso, hemos
dicho que el dolo hace muchas veces que un error no esencial constituya causa de
anulabilidad de un acto jurídico. En buena cuenta, los errores, sean esenciales o no,
adquieren relevancia cuando son cometidos por dolo o engaño de la contraparte. Para
personas que se encuentran frente a frente y en un mismo lugar, imaginemos en qué medida
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Pero también se podría sostener lo contrario, en la medida que quien engaña, cuando
se encuentra frente a su víctima, cuenta tal vez con mayores elementos o recursos para
sorprender o inducir a error a su contraparte. Tal es el caso de los recursos visuales, del
lugar, del ambiente y otros que en sede penal nos harían recordar a la denominada mise en
scène o puesta en escena. Sobre esta habla la doctrina francesa con respecto al delito de
estafa, en el cual el estafador arma todo un tinglado de elementos que lleven o conduzcan a
tercero.
dispuesto por el artículo 210 del Código Civil. Dicha norma establece que el dolo es causa
de anulación del acto jurídico cuando el engaño usado por una de las partes haya sido tal
por teléfono nos encontremos en presencia del dolo cometido por tercero. Sobre este se
ocupa la segunda parte del referido artículo 210, al señalar que cuando el engaño sea
empleado por un tercero, el acto es anulable si fue conocido por la parte que obtuvo
beneficio de él.
contraparte.
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No obstante ello, consideramos que no se desnaturalizaría en lo más mínimo el acto,
si el tercero que actúa dolosamente (es decir, aquel que hace incurrir en error a la víctima
Por lo demás, también creemos que resulta de aplicación al tema que nos ocupa lo
relativo al artículo 211 del Código Civil. E ste precepto establece lo siguiente: “Si el engaño
no es de tal naturaleza que haya determinado la voluntad, el acto será válido, aunque sin él
se hubiese concluido en condiciones distintas; pero la parte que actuó de mala fe responderá
través de las mismas, res evidente también que se podría presentar tanto el dolo por acción
Tal vez, la conversación a través de la línea telefónica sea el medio más propicio
para el dolo por omisión, dado que resultará más fácil, para aquel que quiere inducir a error
al otro, quedarse callado respecto de un punto sin que sus gestos de picardía o mala
intención puedan ser percibidos por la contraparte (la cual quizás incurra en error de una
Es evidente que la disposición del numeral 213 del Código Civil (esto es, que para
ser causa de anulación del acto el dolo no debe haber sido empleado por las dos partes)
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Iguales consideraciones podemos formular con respecto a lo dispuesto por el
artículo 218 (esto es, que es nula la renuncia anticipada a la acción que se funda en dolo),
constaría en documento alguno (a menos que haya sido grabada por la parte a quien
producido dentro de la misma conversación (vale decir, que ese temor respecto del mal
conversación telefónica que dio origen al contrato), de modo tal que todas estas situaciones
necesario que quien intimida se encuentre frente a frente con su víctima. Bastaría, pues,
utilizar la línea telefónica para infundir el mencionado temor. Es más: nos atrevemos a decir
que, cuando de intimidación se trata, resulta más usual que dicha situación ilícita se
produzca por teléfono, debido a que permite en muchos casos reservar el anonimato de la
tercero, con conocimiento del eventual beneficiario del acto celebrado con este vicio (pues
beneficiario.
otro medio de comunicación. En cualquiera de estas situaciones, el acto sería anulable por
intimidación.
contratación por teléfono lo dispuesto por el artículo 214 del Código Civil (esto es, que la
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intimidación puede haber sido empleada por un tercero que no intervenga en el acto),
además de lo establecido por el artículo 215, el cual extiende los efectos de la intimidación
de afinidad.
También deberá tenerse presente lo prescrito por el artículo 216 del Código, que
condición de la persona y a las demás circunstancias que puedan influir sobre su gravedad.”
dispuesto por el artículo 217 (esto es, que la amenaza del ejercicio regular de un derecho y
la anulabilidad del acto por intimidación, sabemos que ello no tendría ningún efecto, ya que
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Aun así, entendemos que sería posible, pero sin efectos jurídicos, recurrir a una
Ello nos lleva a formular la pregunta de cuál sería la utilidad práctica de un convenio
cláusulas de esta naturaleza, a pesar de ser nulas, tienen efectos disuasivos, en la medida
que la víctima del vicio de la voluntad (en este caso de intimidación) que renuncia a
necesariamente tendrá una adecuada asesoría jurídica. Tales situaciones, en muchos casos
lo llevarán a abstenerse de intentar la anulación del acto por creer firmemente que no tiene
derecho a ello.
para intentar la anulación del acto es muy breve; pues, tal como lo establece el artículo 2001
(inciso 4) del Código Civil, la acción de anulabilidad prescribe, salvo disposición diversa de
la ley, a los dos años (entendidos, naturalmente, desde el momento de la celebración del
Esta es, sin duda, la razón por la cual en nuestros días, a pesar de la disposición
expresa de la ley, continúa siendo cláusula de estilo, en prácticamente todos los contratos
celebrados por escrito, aquella en la cual las partes renuncian recíprocamente a intentar
cualquier acción que conduzca a anular el acto por vicios de la voluntad o a rescindirlo por
causa de lesión.
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En la contratación por vía telefónica, resulta relevante analizar el funcionamiento de
acto, la víctima ha sufrido o sufre violencia física, de modo que declara aquello que no
quiere (hecha la salvedad de que dicha violencia puede llegar a anular por completo la
voluntad del agente, caso en el cual el acto sería nulo, o a constituir un elemento importante
de un vicio de voluntad).
Pero cualquiera sea el caso, nos lleva a señalar que la violencia tiene,
violencia o de un tercero que actúe en concordancia con dicho agente; caso contrario nos
víctima declara su voluntad, esta haya sufrido actos de violencia dirigidos por su
contraparte o un tercero, pero, más allá del contacto físico que implica la realización de
estos actos violentos, la d eclaración que conduce a celebrar el contrato se haya producido
telefónicamente.
Es obvio que en muchos casos el delincuente que emplea violencia para hacer
celebrar a su víctima un acto jurídico no será quien actúe por si mismo, sino que en la
mayoría de veces se valdrá de terceros para conseguir tales fines. De este modo, es probable
su voluntad de contratar o celebrar aquel negocio perjudicial a sus intereses que beneficiará
al mencionado delincuente.
Vemos, pues, como la violencia física puede jugar un papel de interrelación con los
Como se recuerda, en virtud de lo establecido por el inciso 3 del artículo 221, el acto
jurídico es anulable por simulación cuando el acto real que lo contiene perjudica el derecho
de tercero.
relevancia en la medida que dicho acto conste en un documento que sirva o tenga utilidad
para oponer la simulación frente a los terceros ante quienes se quiera acreditar algo ficticio
ha sido ocultado o disimulado por las partes con un acto ficticio, el mismo al que desean dar
la apariencia de real.
Dentro de este orden de ideas, entendemos que efectuar una simulación a través de
la línea telefónica carecería, en la mayoría de los casos, de utilidad, dado que no constará en
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ningún documento ni tampoco será conocido por persona alguna distinta de aquellas que
celebran el acto.
acto a través de la línea telefónica ocultando uno verdadero; y haciendo que un tercero,
frente a quien se quiere oponer dicha simulación, tome conocimiento del acto celebrado, ya
sea por acceso directo a la conversación telefónica o por estar escuchando a alguna de las
partes.
Sin embargo, más allá del plano teórico, creemos que la utilidad práctica de una
Como se recuerda, en virtud de lo prescrito por el inciso 4 del artículo 221 del
citada disposición resulta aplicable a todos los actos jurídicos, independientemente del
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CONCLUSIONES
cual se presenta por la ineficacia estructural; recibiendo ambas el nombre genérico –como
que impugnar, se le faculta la opción de escoger sobre la validez o invalidez del acto
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Romero Montes, Francisco (2008) “Curso del Acto Jurídico, Editorial Librería
Portocarrero, Lima, Perú.
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