AGUAZUL
AGUAZUL
AGUAZUL
transformaciones socioterritoriales
en el municipio de Aguazul,
Casanare (Colombia) 1990-2015
Tesis o trabajo de investigación presentada(o) como requisito parcial para optar al título
de:
Magister en Geografía
Director (a):
PhD. Astril Ulloa Cubillos
Línea de Investigación:
Cultura y Ambiente
Grupo de Investigación:
Semillero de Investigación en Minería, Ambiente y Cultura (SIMAT)
A la profesora Astrid Ulloa, quien no sólo fue mi directora en este camino sino una maestra
de tiempo completo. A ella mi admiración por sus enseñanzas, dedicación y las largas
horas de terapia con base en la escucha y discusión sobre el territorio, los feminismos y
nuestras preocupaciones cotidianas. Gracias por su tiempo, su enorme confianza y
disposición para las miles de reuniones tratando de pulir a este diamante en bruto en medio
de altos y bajos.
A Cata, mi consejera académica y moral en este proceso. Le agradezco mil veces por el
ánimo brindado, sin sus consejos y sus lecturas esto no hubiera sido posible. Gracias por
creer en mi en este largo esfuerzo. A mi mamá quien siempre estuvo pendiente, a su
comprensión y apoyos incondicionales para culminar este proceso. A mi papá por siempre
estar ahí. A Memo, sin su solidaridad y apoyo en los momentos más difíciles, no hubiera
alivianado las cargas para terminar en este proceso. Al grupo Cultura y Ambiente, que me
ha brindado espacios de formación académica y personal increíbles. A Gato, por
acompañarme en las frías noches y madrugadas de escritura. A Rafa, por su apoyo, su
confianza y ese último empujón desinteresado, sin eso este esfuerzo no hubiera sido
posible.
Resumen y Abstract IX
Resumen
La extracción petrolera, la construcción de infraestructura y la imposición de un modelo de
desarrollo extractivo son elementos que generan un impacto sobre los territorios locales e
intensifican las contradicciones del modelo de desarrollo capitalista. Desde 1990 en
Casanare, uno de los departamentos ubicado al oriente de Colombia de mayor producción
de petróleo, la llegada y el fortalecimiento de un modelo de extracción petrolera no sólo
configuró una forma de desarrollo específica que responde a las demandas del capitalismo
internacional, sino que también construyó una noción y una relación entre la sociedad y la
naturaleza que está mediada por el trabajo y el usufructo de los recursos naturales.
No obstante, luego de 20 años de extracción intensiva y debido a la crisis del petróleo que
se da cerca del 2008, se evidenciaron los efectos socioterritoriales y ambientales en el
territorio. Estas problemáticas están asociadas con derechos territoriales e impactos
ambientales sobre los ecosistemas que dichas actividades generan y apuestas
organizativas que las comunidades tienen para manejar su propio territorio. Así la defensa
por el territorio y el agua se convierte en una bandera protagonista de reivindicación de los
movimientos socioterritoriales que emergen debido a la descontrolada explotación de la
naturaleza en el territorio.
Abstract
Oil extraction, the construction of infrastructure and the imposition of a model of extractive
development are elements that generate an impact on local territories and intensify the
contradictions of the capitalist development model. Since 1990 in Casanare, one of the
departments located in eastern Colombia with higher oil production, the arrival and
strengthening of an oil extraction model not only configured a specific form of development
that responds to the demands of international capitalism, but also He also built a notion
and a relationship between society and nature that is mediated by work and the usufruct of
natural resources.
However, after 20 years of intensive extraction and due to the oil crisis that occurred around
2008, the socioterritorial and environmental effects on the territory were evident. These
problems are associated with territorial rights and environmental impacts on the
ecosystems that these activities generate and organizational bets that communities have
to manage their own territory. In this way, the defense of territory and water becomes a
protagonist banner of vindication of the socioterritorial movements that emerge due to the
uncontrolled exploitation of nature in the territory.
This thesis analyzes the construction of oil territories based on the implementation of an
extractive model. From a geographical and social perspective, analyzes the political,
economic, cultural and socio-environmental changes in territories that the communities of
the piedmont of Aguazuleño have inhabited throughout the intense oil extraction there. With
the help of the postulates of political ecology and critical geography, the power relations
that are developed in the territory within the framework of an extractivist model are analyzed
and understood, as well as their territorialities and disputes vis-à-vis the territory.
Contenido
Pág.
Resumen ............................................................................................................................. IX
Tablas ................................................................................................................................XIV
Gráficos .............................................................................................................................XIV
Ilustraciones ......................................................................................................................XV
Mapas .................................................................................................................................XV
Fotografías........................................................................................................................XVI
Introducción .........................................................................................................................1
Tierra de montañas y sabanas .......................................................................................3
Objetivo general y específicos de la investigación ........................................................9
Enfoque Teórico y conceptual ..................................................................................... 11
La Geografía Crítica ............................................................................................. 11
La Ecología política: re-pensar la naturaleza, desarrollo y poder. ...................... 13
Territorio, territorialidad y extractivismo ............................................................... 17
Extractivismo ........................................................................................................ 22
Enfoque metodológico y desarrollo de la investigación.............................................. 27
Estructura de los capítulos de la tesis ................................................................. 30
Casanari, tierra de aguas negras: la configuración del modelo de hacienda ............ 35
La búsqueda del oro negro: del Catatumbo a los llanos orientales ........................... 40
La llegada del petróleo y la promesa del desarrollo ................................................... 45
Campesinos de montaña y sabana ..................................................................... 47
La llegada de los cascos blancos: la petrolización del llano ............................... 54
Casanare ¿para el mundo? ................................................................................. 64
XII Título de la tesis o trabajo de investigación
Tablas
Pág.
Tabla 1. Legislación del sector petrolero en Colombia. .................................................... 42
Tabla 2. Producción agrícola reportada por el Censo Agropecuario 1960 (DANE).
Explotaciones informantes en Aguazul. ............................................................................. 47
Tabla 3. Producción pecuaria reportada por el Censo Agropecuario 1960 (DANE).
Explotaciones informantes en Aguazul. ............................................................................. 48
Gráficos
Ilustraciones
Pág.
Mapas
Fotografías
Fotografía 1. Guías militares por la carretera marginal de la selva (sin año) .................... 6
Fotografía 2. Trabajador de una estación petrolera camino a Sácama, Casanare. (2012)
............................................................................................................................................. 27
Fotografía 3. Foto en el marco de una escuela de formación con comunidades
campesinas en Plan Brisas – Aguazul, Casanare (2012). ................................................ 32
Fotografía 4. Pancarta de las organizaciones sociales en el marco de paro agrario de
mayo de 2014. Sector Charte entre Aguazul y Yopal, Casanare. ..................................... 97
Fotografía 5. Mural realizado en el marco del “Foro Regional Petrolero” en Yopal,
Casanare (2011) ............................................................................................................... 106
Fotografía 6. Talleres realizados con jóvenes sobre necesidades territoriales de los
campesinos y campesinas, Plan Brisas – Aguazul, Casanare (2012). ........................... 116
Fotografía 7. Tanques rebosados de crudo y oleoducto, afectaciones al ecosistema en
Cunamá-Plan Brisas, Aguazul, Casanare (2012) ............................................................ 119
Fotografía 8. Bloqueo campesino sobre la “marginal de la Selva” a la altura del río
Charte. Comunidades del piedemonte en Aguazul en el marco del paro agrario de 2014,
Casanare. .......................................................................................................................... 120
Fotografía 9. Amanecer en el piedemonte en Plan Brisas, Aguazul, Casanare (2014) 124
Fotografía 10. Alimentos y cítricos recolectados en Plan Brisas – Cunamá, Aguazul,
Casanare (2014) ............................................................................................................... 127
Fotografía 11. Cielo de la Vereda Plan Brisas – Cunamá, Aguazul, Casanare (Colombia)
........................................................................................................................................... 131
Contenido XVII
Introducción
“En Casanare hay un horizonte abierto
santuario inmenso lleno de fauna y de flora
es Casanare entre los llanos mi llano.”
Canción “Mi Casanare”, El Cholo Valderrama.
Cuando se escucha hablar del Casanare es inevitable pensar en sus extensas sabanas
llenas de ganado, chigüiros y agua. Este departamento es una muestra de la diversidad
geográfica de Colombia, en cuestión de horas se puede transitar del clima que provoca un
ardor en la piel en Trinidad a la niebla frío de montaña en La Salina. También se puede
notar la cantidad de ríos y quebradas que bajan del piedemonte como líneas que se
desploman nutriendo la sabana. Casanare es una muestra cómo las territorialidades
vecinas de montaña y sabana que alberga el país convergen y se vuelven un solo territorio
que al recorrerlo, encontramos la amabilidad del campesino jornalero que trabaja en la
finca de sol a sol, y el empuje de las mujeres quienes defienden su terruño con vehemencia
o brindan un guarapo calmar la sed del caminante. Eso es Casanare: sábana, montaña,
agua y vida.
La primera vez que visité Casanare en el año 2012, me bajé en el terminal de Yopal,
nuestro destino era una vereda llamada Plan Brisas ubicada en el sector de Cunamá.
Inmediatamente tomamos un bus que nos llevó hasta el paso del río Charte, lugar donde
había una tiendita y un puesto de mando del ejército. Nos bajamos allí, al frente de una
amplia trocha por donde estaban entrando mulas y camiones. En ese punto esperamos
hasta que bajaron unos jóvenes que venían en moto 1, sin pensarlo subimos con ellos y
empezamos nuestro camino. La trocha amplia y sin pavimentar se hacía cada vez más
1
A lo largo de esta investigación los y las habitantes de la región serán anonimizados por motivos
de seguridad.
2 Introducción
angosta y las condiciones de la vía iban empeorando a medida que subíamos la montaña.
Fueron casi cuarenta y cinco minutos en moto, pasando por montaña, planos entre espesa
vegetación, hasta que finalmente llegamos al pequeño caserío.
A este pequeño lugar lo atravesaba una vía sin pavimentar, a lado y lado de esta se
ubicaban algunas casas, el polideportivo, la tienda y el salón comunal. Este último lugar,
el primero que visitamos, era un espacio abierto donde las personas se reunían y hacían
los festines en la noche. Nuestra llegada no pasó desapercibida, pues las personas del
pueblo sacrificaron una novilla e hicieron una gran comilona durante esos días. Fueron tres
días de festín comiendo carne. Ese es uno de los rasgos que más recuerdo de Plan Brisas:
la amabilidad de su gente, la confianza para compartir cualquier tipo de conversación y la
solidaridad con la que brindaban cualquier palabra o gesto de afecto.
Así como Plan Brisas, otros municipios del piedemonte aguazuleño se han caracterizado
por su intensa actividad petrolera. Sin embargo, detrás de esa montaña y esos caminos
polvorientos se encuentran comunidades que a pesar de su fuerte relación con las
petroleras se han resistido a la imposición del modelo extractivista en su territorio. Es
normal encontrar al interior de las casas de estas veredas cascos de dotación, overoles y
botas que las empresas petroleras les brindan a los obreros cuando trabajan allí. Muchos
de los jóvenes de la zona con los que compartí han trabajado como mano de obra estas
empresas, principalmente en Equion 2 (antes la British Petroleum Company) 3, y en sus ratos
libres se dedican a cuidar algún ganado o sembrar cultivos de pan coger.
2
Equion o Equion Energy es la compañía petrolera que opera en algunos municipios del Casanare
como Aguazul, Tauramena y Yopal. EQUION ENERGY es la nueva razón social y nueva sucursal
que asumió la British Petroleum Company para continuar la explotación de hidrocarburos en
Colombia, cuyos accionistas son, a partir del 24 de enero de 2011: Ecopetrol S.A. (51%) y desde
abril de 2015 Repsol (49%).
3
La British Petroleum Company es una compañía de Gran Bretaña que inició actividades de
exploración y explotación en Colombia desde 1986. La BP como la nombran a nivel mundial ha
realizado actividades en regiones como el medio oriente, desde 1987 la BP ha realizado
perforaciones en Colombia y se caracteriza por ser uno de los principales accionistas en el hallazgo
de Cusiana y Cupiagua en Casanare durante la década de 1990. En el capítulo 1 se desarrollará
con más precisión el papel de la BP en el Casanare.
Introducción 3
Recuerdo que desde el salón comunal que visité en Plan Brisas se puede observar el
machín4 o la quema de combustible que a veces se hace en las noches. Si bien este lugar
es un pequeño caserío compuesto por familias campesinas que se sustentan de la
economía familiar, su alrededor está rodeado de lugares y elementos propios del
extractivismo: los camiones que pasan con material por las empolvadas vías, la
disminución de fuentes de agua, el aumento de trabajadores de la empresa, el aumento
de locales de servicios y los machines que se alcanzan a ver en la punta de la montaña.
Particularmente para el Casanare otra característica consistió en el aumento de miembros
la fuerza pública haciendo rondas por los caminos. Todos estos elementos han configurado
un paisaje petrolero en medio del espeso piedemonte llanero, entendiendo el concepto de
paisaje como una forma de abordar las transformaciones en el espacio (Barrera, 2014; 30).
Esta ubicación geográfica permite el desarrollo de una actividad agrícola diversa que se
basa en varios cultivos de pan coger como yuca, arroz, maíz y algodón. Este factor
geográfico ha permitido que en este departamento se desarrollen actividades agrícolas en
sus zonas de montaña y ganaderas en la sabana. Además, el piedemonte alberga
nacimientos de varios ríos que bajan hasta la sabana dando cuenta de la riqueza hídrica
4 El machín o la bomba de varilla, es conocida como la válvula de bombeo para los pozos petroleros.
Es la parte superficial de una bomba que se encarga de levantar el líquido encontrado en el pozo
cuando no hay suficiente presión, esta es instalada en la perforación petrolera o en los yacimientos
petrolíferos.
4 Introducción
de este lugar. Entre sus ríos más significativos están el Meta, Upía, Cusiana, Cravo Sur,
Pauto, Casanare y Ariporo.
La vida de estas veredas alrededor del petróleo se enlaza con el hallazgo de Cusiana y
Cuapiagua en 1989. El descubrimiento de estas zonas petrolíferas, dos de las más grandes
del país, representó una forma de desarrollo capitalista para la economía del país. El
andamiaje construido por el estado5 alrededor de estas reservas de hidrocarburos permitió
la llegada de empresas petroleras en búsqueda del tesoro negro y posicionó al Casanare
como uno de los mayores productores de petróleo del mundo durante 1990 y 2002. La
extracción petrolera, la construcción de infraestructura y la imposición de un modelo de
desarrollo extractivo son elementos que generan un impacto sobre los territorios locales
en Colombia e intensifican las contradicciones internas del modelo capitalista, provocando
efectos localizados en los territorios donde se realiza la actividad. El Casanare que había
sido históricamente relegado de la dinámica económica nacional (ver Fotografía 1) fue
vinculado a las demandas nacionales e internacionales a partir del petróleo.
5
Para el desarrollo de esta investigación se abordará el concepto de estado no como una figura
monolítica con el monopolio de la fuerza como lo afirma Weber. Se comprenderá el estado como
un sujeto, desde la geografía crítica Raffestin cuestionó que el territorio sólo sea definido por el
poder estatal, exponiendo que hay múltiples poderes que se expresan en estrategias regionales y
locales, el poder no sólo reside en el estado (Schneider y Peyré Tartaruga 2006). Por esa razón en
el desarrollo de este trabajo el concepto de estado se abordará desde un actor más que está
presente en el territorio, se usará en minúscula.
6 Introducción
Otro de los cambios corresponde a los campesinos del piedemonte que vieron en el
petróleo una opción para mejorar su calidad de vida, desde entonces se empiezan a
generar cambios alrededor de la territorialidad del campesino pasando a construir una
territorialidad basada en el petróleo. Uno de los efectos más contundentes de la
consolidación del modelo extractivista en el Casanare es la desintegración de la economía
familiar, lo que generaría el abandono de prácticas propias del campesino quien ahora se
dedicaría a ser mano de obra en las empresas.
Otro de los conflictos que se empieza a gestar con la llegada del petróleo es la pugna entre
las personas que ven a la empresa como una oportunidad de mejorar sus condiciones de
vida y quienes no están de acuerdo con su presencia. El ejercicio de poder por parte de la
empresa agudiza las desigualdades frente a las comunidades campesinas, además
propicia afectaciones e impactos socioterritoriales como los daños ambientales. Debido a
esta situación las comunidades campesinas empiezan a organizarse para oponerse a la
empresa y exigirle la reparación por los daños socioambientales ocasionados; de la mano
de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos –ANUC- Casanare, lograron
desarrollar varias acciones colectivas de hecho y litigio estratégico para defender sus
derechos.
Posteriormente con la crisis internacional de petróleo en el año 2008, el sector sufre una
baja que ocasiona una serie de despidos. Las personas vuelven a cultivar en un panorama
de sequía y daños ocasionados por veinte años de actividad extractiva. En este punto, las
comunidades campesinas del piedemonte aguazuleño buscan la reivindicación de su
territorio, generando la configuración de movimientos socioterritoriales alrededor de la
extracción que se da en el 2010 y desde los cuales se define una propuesta de
8 Introducción
La crisis petrolera agudizó los conflictos sociales que se han presentado en el territorio,
además generó escasez de fuentes de agua y alimentos en el territorio. Antes el petróleo
daba una noción de desarrollo y progreso en el territorio. A partir de su crisis empiezan a
verse los despidos y las comunidades empiezan a notar los daños ambientales generados
por la empresa. La contaminación, la afectación de predios y el despojo a las comunidades
campesinas basados en la desterritorialización de estas, fueron consecuencias de la
actividad petrolera que provocó una serie de limitaciones al uso y acceso a los recursos. A
partir de ellos surge de nuevo la movilización en contra del extractivismo, con acciones
colectivas situadas y localizadas, y reivindicaciones territoriales que buscaban el acceso al
agua y la defensa del territorio. Así, la organización social en el Casanare ha estado ligada
a los tiempos de la extracción: el ejercicio de poder de las empresas frente al territorio
provoca la disminución o el fortalecimiento de iniciativas organizativas frente al
extractivismo.
Introducción 9
Como objetivos específicos, identifiqué cuales fueron los principales actores durante este
proceso de transformaciones socioterritoriales en el marco de la implementación de un
modelo extractivista petrolero. Así mismo, identifiqué cuales eran los conflictos existentes
en el territorio, antes y durante la implementación de un modelo extractivista. Y finalmente
analizar las transformaciones provocadas por este modelo y la emergencia de movimientos
sociales con propuestas territoriales frente al extractivismo.
Los actores que se hacen presentes a lo largo del desarrollo de esta problemática asociada
con la extracción de petróleo y las transformaciones territoriales son las comunidades
campesinas de las veredas del piedemonte de Aguazul (Plan Brisas – Plan Cunamá), la
empresa representada específicamente por la British Petrleum Company y el estado. La
British Petroleum es fundada por William Knox D’Arcy en 1901, un empresario con
negocios mineros en Australia. A principio de Siglo XX se firma un acuerdo entre la BP y
el Sha de Irán para la exploración y explotación de hidrocarburos por 60 años.
En términos territoriales para el caso del extractivismo petrolero, el estado cumple un papel
fundamental como facilitador en la subasta del subsuelo para la exploración y explotación
de hidrocarburos. Igualmente, su visión y noción frente a los recursos naturales y el
desarrollo genera que este ordene el territorio de tal forma que por medio de sus Planes
Nacionales de Ordenamiento Territorial se ordene y administre las zonas de un lugar
específico para su explotación, producción y usufructo. En ese sentido, el estado para fines
de esta tesis cumple con un ejercicio de poder sobre el territorio, donde “la naturaleza es
cosificada, desnaturalizada de su complejidad ecológica y convertida en materia prima de
un proceso económico; los recursos naturales se vuelven simples objetos para la
explotación” (Leff, 2009; 1). Además, complejiza las problemáticas extractivistas asociadas
a la multi-escalaridad de conflictos, ya que este interés se ve reflejado con políticas,
discursos y acciones (Svampa & Viale, 2014).
Introducción 11
La Geografía Crítica
Los postulados de Geografía Crítica o Geografía radical se interrelacionan con la economía
política y la geografía desde el reconocimiento de la dimensión política y económica de los
problemas ecológicos y geográficos (Alimonda, 2011). La geografía ha estado en
permanente redefinición y discusión, igual que otros campos del conocimiento. Una de sus
corrientes, la geografía crítica, ha estado particularmente preocupada por resaltar el
carácter político de la geografía6.
Zaragocin (2018), plantea que la re apropiación de la geografía crítica hacía América Latina
ha estado determinada por los debates alrededor de la movilización social y la lucha por el
territorio, razón por la cual esta rama de la geografía ha profundizado en la comprensión
del territorio como “el producto de las relaciones de poder expresadas como
territorialidades que pretenden imprimirse en el terreno” (Zaragocin, 2018; 14), así
cuestionando la producción de territorio por parte de diversos actores como mencionan
Agnew y Oslender (2010), quienes critican la hegemonía del estado en este ejercicio. La
autora señala que la riqueza de la re apropiación de la geografía crítica hacía América
Latina ha recogido diferentes enfoques teóricos y metodológicos interdisciplinarios que
permiten cuestionar el pensamiento geográfico tradicional y ahondar en la comprensión
histórica y social del mundo desde la espacialidad y lo localizado. Además, ayuda a
abordar de manera crítica el desarrollo geográfico desigual construido a partir de relaciones
6
Porto Gonçalves (2001) afirma que la geografía desarrolla formas de apropiación material y
simbólica del espacio que se relaciona con un ejercicio político.
12 Introducción
Lefebvre (1976) es uno de los pioneros de esta corriente, pues abordó el espacio como eje
central para analizar el mundo moderno, además de proponer el concepto de producción
del espacio el cual muestra un enfoque dialéctico como resultado de las prácticas,
relaciones y experiencias sociales ligadas a un espacio. Posteriormente, este autor
influencia a pensadores de la geografía crítica como Harvey o Milton Santos, quienes
incorporan una noción sobre cultura y de poder alrededor del estudio espacial relevando
las diferencias de clase, género y raza. La geografía crítica plantea el análisis y la
existencia de las contradicciones entre grupos, sectores y grupos sociales puesto que el
proceso de producción espacial genera conflictos.
Para Santos (2000) el espacio no puede reducirse a sus formas y flujos, sino que debe
proponerse desde su configuración histórica. En primer lugar, para el geógrafo Milton
Santos el espacio es un sistema conformado por una realidad relacional, diferente a lo que
plantea Henri Lefebvre, quien afirma que el espacio es el escenario producto de procesos
ideológicos y objeto por el cual se desarrollan los conflictos políticos. Es en ese sentido
como para Lefevre el espacio no es “un objeto científico a la ideología o la política, siempre
ha sido político y estratégico. Si el espacio tiene un aura de neutralidad e indiferencia en
relación con sus contenidos y de esta forma parece ser puramente formal, el epitome de
la abstracción racional, es precisamente porque ya ha sido ocupado y usado, y ya ha sido
el centro de procesos pasados cuyas huellas no con siempre evidentes en el paisaje. El
espacio ha sido moldeado y determinado a partir de elementos históricos y naturales, pero
esto ha sido un proceso político. El espacio es político e ideológico. Es un producto
literalmente lleno de ideologías.” (Lefebvre, 1976, 31).
A partir de las anteriores definiciones podemos entender que el espacio no es sólo un lugar
físico, sino que comprende varias dimensiones de la sociedad, al igual que los conflictos
que allí se desarrollan. De una u otra forma el espacio se puede conceptualizar en la
medida que está formado por un “conjunto indisociable, solidario y también contradictorio,
de sistemas de objetos y de sistemas de acciones, no considerados aisladamente, pero
como el cuadro único en lo cual la historia pasa.” (Santos, 1999, 51). Por otro lado, para
Giménez el espacio puede ser entendido como la “materia prima” del territorio o como la
Introducción 13
“realidad material preexistente a todo conocimiento y a toda práctica” (Giménez, 1999, 26).
Es así como el espacio tiene una relación directa con el territorio por su valor de uso,
igualmente el territorio sería el resultado de la apropiación y valorización del espacio
mediante la representación y el trabajo, inscrita en el campo del poder. Entonces el espacio
es un concepto amplio que puede arrojar elementos para la comprensión estructural y de
relaciones de poder de un lugar físico determinado.
Por su parte Harvey (2007) ayuda a comprender la relación entre espacio y capital, el cual
genera procesos de ampliación de fronteras para la reproducción del capital y mecanismos
de acumulación a partir del despojo. Para este autor el capitalismo ha sido uno de los
principales factores que explican la transformación del espacio, la cual es inherente al
modo de producción, planteamiento que ayuda a comprender las transformaciones
radicales de modelos tan abruptos como el extractivista. Por esa razón, para esta corriente
el espacio es considerado como un escenario de disputas entre actores.
Los elementos conceptuales que brinda la ecología política ayudan al análisis de las
dinámicas en el territorio en diferentes escalas. En ese sentido, el análisis de prácticas y
discursos cotidianos alrededor del petróleo se enmarcan en otra de las escalas que ayudan
a comprender el desarrollo del modelo extractivista. Así, brinda elementos para desarrollar
un análisis complejo de la interrelación de las escalas de un mismo fenómeno, igualmente
la interrelación de lo simbólico y lo material con base en las relaciones de poder. Esto en
palabras de Dietz y Losada:
De acuerdo con lo anterior, la Ecología Política incorpora una noción de lo político, lo social
y lo ambiental al análisis de las relaciones de poder y las desigualdades que se dan bajo
el extractivismo y los conflictos alrededor de la apropiación de la naturaleza (Leff, 2006).
En ese sentido y siguiendo a Biersack (2006), la ecología política es un campo
interdisciplinario que analiza la política de apropiación de la naturaleza como un proceso
histórico, social y cultural; en otras palabras, Dietz y Losada (2014) afirman que los
ecologistas políticos plantean que el acceso al control de la naturaleza y al conocimiento
se encuentran mediados por relaciones de poder basadas en la desigualdad y la exclusión
(Dietz y Losada 2014, 57).
7
Biersack (2006) en su texto Re-imagining Political Ecology, plantea dos generaciones de la
ecología política. La primera con una fuerte influencia marxista y un enfoque desde la geografía, la
cual estableció relaciones entre la ecología y el sistema mundo. La segunda, más influenciada por
el postestructuralismo, poscolonialismo, postmarxismo y el feminismo después de 1980.
Introducción 15
Martínez Allier (2002), define la ecología política como el estudio de los conflictos de
distribución ecológica, menciona que los conflictos sobre el acceso y control de los
recursos naturales y los costos de destrucción sobre el medio ambiente los cuales define
como desigualdades socioambientales. No obstante, es importante resaltar que no sólo la
ecología política define las desigualdades ambientales. En el marco de esta investigación
las desigualdades socioambientales se sitúan en un escenario de desigualdad de ingresos
y de pobreza, un por lado. Esta desigualdad es ocasionada por un crecimiento y aumento
de los ingresos a partir de una actividad extractivista. La discrepancia entre la abundancia
de los recursos naturales, la persistencia en las desigualdades sociales y efectos
ambientales como sucede en el Casanare, es una característica de las desigualdades
socioambientales según lo plantean Göbel, Góngora y Ulloa (Göbel, Góngora & Ulloa,
2014, 14). Además, plantean que las desigualdades socioambientales tienen un carácter
multi-escalar que “permite la conexión de actores sociales e institucionales con prácticas,
intereses, valores y conceptualizaciones de la naturaleza diferentes” (Göbel, Góngora &
Ulloa, 2014, 15). Estas nociones de la naturaleza determinan los mecanismos de acceso
y de control sobre esta, en ese sentido la noción de la naturaleza y la relación con la
sociedad son claves en la producción y reproducción de estas desigualdades
socioambientales. Para Dietz (2014), las desigualdades sociales son parte integral de las
crisis ambientales, debido a que manifiesta asimetrías entre distintos actores y
colectividades.
Con respecto al colonialismo, Alimonda (2011) afirma que ha existido una persistente
colonialidad en cómo se relaciona con la naturaleza que “aparece ante el pensamiento
hegemónico global y ante las elites dominantes de la región como un espacio subalterno,
16 Introducción
que puede ser explotado, arrasado, reconfigurado, según las necesidades de los
regímenes de acumulación vigentes” (Alimonda, 2011; 22), lo anterior refiriéndose a
América Latina. Entonces la colonialidad se configura como un discurso y una práctica
necesaria para la consolidación del capitalismo en los territorios y la imposición del
discurso del desarrollo, esto se ve reflejado en los discursos de los estados y las empresas
extractivistas donde suele asociarse el progreso, el desarrollo y lo moderno. Para Leff, este
campo permite establecer el encuentro y la confrontación de diversas nociones
desemejantes y heterogéneas sobre la apropiación y la relación con la naturaleza (Leff,
2006; 6).
Para esta investigación el discurso del desarrollo es un eje central para la imposición y
consolidación de un modelo extractivista el cual es implementado y reproducido por la
empresa y el estado. Este discurso, anclado a un régimen capitalista de apropiación, está
acompañado de un pensamiento colonial de la naturaleza. El discurso del desarrollo con
relación a la colonización de la naturaleza es analizado por autores como Escobar (2011),
quien busca reconocer otras experiencias de desarrollo y propuestas desde comunidades
subalternas. Por otro lado, Peets y Watts (1996) plantean el potencial que las teorías del
discurso brindan para comprender las relaciones entre actores desde su espacio
geográfico, comprendiendo la dimensión geográfica del poder desde la formación regional
discursiva: nociones, formas de pensar, discursos sobre una región, etc. Para Fernandes
(s.f) las relaciones sociales se materializan y se reproducen en el espacio lo que genera
que la producción de estos espacios geográficos y territorios sean desiguales. Para el
autor, las relaciones sociales son procesos geográficos debido a que estas a partir de sus
intencionalidades producen espacios, paisajes y relaciones de poder (s.f, 5). Para efectos
de esta investigación se tomarán los discursos locales y de otros actores, las relaciones
sociales y productivas que allí se desarrollan, y las formas de articulación organizativa para
la comprensión de estos procesos geográficos alrededor del territorio.
nociones por medio de políticas, estrategias jurídicas e instituciones que regular esta
relación. Vemos que la implementación de un modo de producción que convierte la
naturaleza en algo modificable y explotable como el extractivismo, configura relaciones de
poder que contribuyen al desarrollo de tecnologías de procesamiento para acelerar la
producción, distribución y ventas de materias que se extraen (Soluri, 2013).
La intención del discurso de desarrollo es crear las condiciones necesarias para reproducir
los rasgos característicos de las sociedades avanzadas de la época: altos niveles de
industrialización y urbanización, tecnificación de la agricultura, rápido crecimiento de la
producción material y la reproducción de valores culturales modernos (Escobar, 1999). Es
con este modelo que se permite construir un foco de dominación y de control sobre la
naturaleza. En ese sentido la Ecología política brinda un marco de comprensión amplio
para abordar la problemática del extractivismo en relación con el desarrollo y la noción de
la naturaleza, así ayuda a la re-conceptualización entre sociedad y naturaleza para debatir
la noción colonial que el capitalismo ha desarrollado alrededor de esta, la cual se concibe
como un objeto que se puede dominar y es ajena a la sociedad.
ejercen poder. En ese sentido, tanto para la geografía crítica como para la ecología política
territorio ha sido una de las preocupaciones centrales. Para Haesbaert (2013) el territorio
“está vinculado siempre con el poder y con el control de procesos sociales mediante el
control del espacio” (Haesbeart, 2013; 13), este autor propone que el territorio es una
dimensión del espacio cuando su enfoque corresponde en las relaciones de poder.
Continuando con la idea, Sánchez afirma que el concepto de territorio se articula con el
concepto de espacio geográfico con la necesidad de apropiación de este, que tienen
diversos grupos y/o clases sociales en disputa en el marco de la sociedad capitalista”
(Sánchez, 2016; 111). Complementando, Fernandes (s.f) plantea que el Territorio es el
espacio geográfico apropiado por una determinada relación social, esta apropiación
produce y reproduce relaciones de poder. Afirma que “territorio es, al mismo tiempo, una
convención y una confrontación. Precisamente porque el territorio posee límites, posee
fronteras, es un espacio de conflictualidades” (Fernandes, s.f, 3).
Por otro lado, existen corrientes de la nueva geografía crítica latinoamericana inclinada
hacia los estudios feministas que optan por abordar el cuerpo como territorio. Como
menciona Zaragocin (2018), los debates feministas han construido acercamientos teóricos
que relacionan espacio con los cuerpos, así posicionando los conceptos de cuerpo-
territorio como lugar priorizado para las resistencias feministas (Zaragocin, 2018; 19). La
autora reitera, que estos debates al interior de la geografía crítica han sido fundamentales
para posicionar el análisis geográfico desde la escala del cuerpo; en ese sentido, aunque
en este trabajo no se aborda con mayor profundidad, el extractivismo construye y moldea
cuerpos sumisos para su explotación. Así, la construcción de cuerpos en un escenario
extractivista responde a la constitución de identidades a partir de una injusticia territorial.
Asimismo, desde las ciencias sociales el cuerpo se ha constituido como una categoría de
interpretación que obliga a reconocer la materialidad, así como lugares de apropiación y
para el ejercicio de poder (CNMH, 2017; 23).
En ese sentido la territorialidad para Agnew y Oslender (2010) representa una estrategia
que se ha desarrollado de manera diferencial en contextos histórico-geográficos, como un
resultado secundario de resolver los conflictos y tensiones que enfrentan los grupos
sociales al redistribuir bienes. Además, es una construcción basada en la producción de
nociones sobre el territorio que responde a un proceso de organización, acciones
Introducción 19
Por otro lado, Fernandes plantea que existen dos tipos de territorialidad: la local y la
disociada. La primera propone que puede ser simple o múltiple, y algo que está allí de
manera permanente como un hospital, una calle o un lugar donde se realizan reuniones
comunitarias. Mientras que la territorialidad dislocada son relaciones o expresiones propias
que pueden darse en otros territorios, como la interacción. Mientras que Sack (1986)
plantea que la territorialidad, representa “la intención de un individuo o colectividad de
afectar, influir o controlar personas, fenómenos y relaciones, delimitando y clasificando un
área geográfica” (Sack, 1986; 16).
De acuerdo con lo anterior, el territorio tendría relación con la autonomía que ejerce cada
actor sobre este, por su parte Lopes de Souza (2005) considera el territorio como el camino
a la autonomía. Para él “una sociedad autónoma es aquella que logra defender y gestionar
libremente su territorio, catalizador de una identidad cultural y al mismo tiempo, continente
de recursos, recursos cuya accesibilidad se da, de manera igual para todos” (Lopes, 2005;
106). El autor aclara estas autonomías territoriales son incompatibles con el ejercicio de
poder del estado, entendido como instancia de poder centralizadora y separada del resto
de sociedad. En el marco de este trabajo abordaré el ejercicio de la territorialidad desde el
concepto de poder propuesto por Haesbaert, quien retomó los planteamientos propuesto
por Foucault frente al concepto de poder, definiéndolo esta manera: “En un sentido
Introducción 21
relacional, el poder no se considera como una capacidad o un objeto —como algo que se
pueda tener—, sino como una relación de fuerzas, aunque muy desigual” (2013, 25).
El segundo término se asocia más a la noción de paisaje, Budds (2010) propone que los
paisajes son la articulación histórica y situada de representaciones derivadas de prácticas
y discursos. Estas se expresan en paisajes físicos. Para este caso, los paisajes petroleros
reflejan las relaciones sociales que se establecen y se desarrollan a partir de la actividad
petrolera, igualmente también articulan nociones sobre la naturaleza debido esta se ve
reflejada y perceptible en lo que la autora denomina el paisaje físico. Para Santos (2000),
el concepto de paisaje, permite al geógrafo analizar el espacio desde variables naturales
y sociales que son dinámicas. Por otro lado, Barrera (2014) plantea que hay elementos
indispensables para la comprensión de la transformación de los paisajes como: 1) la
existencia de una realidad ecológica, 2) la necesidad de análisis multiescalares y de los
aspectos de conectividad para comprender las dinámicas locales, c) el contexto temporal
y espacial en el que se transforman los paisajes, 4) las dinámicas sociales, políticas,
culturales y económicas que lo configuran, 5) y el enfoque bajo el cual se basa el análisis
de las transformaciones. Así mismo, la autora plantea que “tampoco es posible comprender
las transformaciones de los paisajes sin acercarse a la dinámica y estructura de la
población que los habita y la relación que esta población teje con la naturaleza” (Barrera,
2014; 31); y reitera que el paisaje como espacio se aproxima a la concepción de territorio,
el cual integra las relaciones de poder que se presentan a su interior y la multiplicidad de
escalas que interactúan en la transformación de paisajes.
transformaciones. Así el territorio será la base del análisis de las transformaciones del
espacio y de las relaciones sociales existentes en el piedemonte en Casanare, el auge o
emergencia de un movimiento social de cara al extractivismo será analizado bajo el
concepto propuesto por Fernandes Mançano: movimientos socioterritoriales. Para este
autor, los procesos sociales son procesos geográficos dado que se presentan un espacio
concreto. En es sentido y teniendo en cuenta que el territorio es un continuo dinámico:
Extractivismo
Este modelo implica la re-primarización de la economía nacional, lo cual genera efectos en
lo local dejando de lado otros sectores de la economía, lo que implica una explotación
sistemática de recursos naturales no renovables y un patrón de acumulación de los mismos
en rentas. En ese sentido Astrid Ulloa menciona que el extractivismo genera “cambios
sociales y territoriales con altos grados de transformación ambiental y territorial” (Ulloa,
2014), además de generar transformaciones socio-territoriales a nivel local en su mayoría
irreversibles como las afectaciones en el ambiente, la acentuación de desigualdades
socioambientales y la desarticulación social del territorio.
Introducción 23
Por otro lado, para Burchardt y Dietz (2014) el neo-extractivismo no es meramente una
configuración económica a corto plazo sino un proyecto de desarrollo integral, debido
relación entre extracción y estado es fundamental para comprender este fenómeno. Los
autores plantean que el fortalecimiento del estado no sólo es evidente en la creciente
regulación de las economías extractivas y en la re-apropiación de sus ingresos a través de
las instituciones estatales, y la expansión de la infraestructura pública, acompañada de
una narrativa de soberanía nacional y desarrollo como una forma de legitimidad para el
estado (Burchardt y Dietz, 2014, 470). En ese sentido el neo-extractivismo latinoamericano
se caracteriza por un estado que propone un modelo de desarrollo alrededor de la
administración y regulación de las economías de extracción. Así, el estado actúa como un
agente de desarrollo y resarce las demandas sociales a través de apoyo a proyectos de
desarrollo en la región, de esta manera genera una legitimidad política para sí mismo y su
narrativa de desarrollo (Ibíd, 2014, 271). Para el caso del Casanare se puede afirmar que
hace parte un modelo de extractivismo en el marco de un modelo de desarrollo neoliberal,
donde la actividad está regulada de manera limitada por el estado y la exploración y
explotación está liderada por empresas transnacionales, y su acción no genera desarrollo
local, ni legitima al estado.
8
Para autores como Gudynas (2013) el extractivismo se puede desarrollar en la minería y campos
petroleros.
24 Introducción
En este caso Bebbington afirma que los territorios son “coproducidos por las estrategias y
los intereses de diferentes actores (empresas, estado, gobierno, movimientos sociales,
comunidades locales, etc.), por la interacción entre lo económico y lo político, por la
articulación entre procesos que operan a distintas escalas y por la interacción entre
desarrollo y medio ambiente” (Bebbington, 2011, 65). Por otro lado, Göbel, Gongora y Ulloa
(2014) plantean que el extractivismo configura nuevas dinámicas económicas globales y
que los procesos de extracción se basan en desigualdades preexistentes en el territorio.
Por esa razón, desatacan que el extractivismo no sólo se traduce en la extracción de
minerales o hidrocarburos, sino toda aquella extracción y apropiación de la naturaleza
como es el caso de la agroindustria.
Antony Bebbington que planea la escala como una categoría fundamental para abordar
este problema, por un lado, menciona que la problemática extractivista implica que la
construcción de territorios tiende a una construcción localizada y glocalizada a la vez:
glocalización. Con la exploración y explotación de hidrocarburos se producen zonas de
influencia que están atravesadas por la economía, discursos, políticas e instituciones a
nivel local y global; un ejemplo concreto es cómo la extracción y exportación de petróleo
se ve influenciada por dinámicas globales y cómo la política extractivista en Colombia está
atravesada por intereses económicos globales, permitiendo la ronda y la extracción por
parte de empresas multinacionales (Bebbington, 2007, 65). En este caso Bebbington
afirma que los territorios son “coproducidos por las estrategias y los intereses de diferentes
actores (empresas, Estado, Gobierno, movimientos sociales, etc.), por la interacción entre
lo económico y lo político, por la articulación entre procesos operando a distintas escalas
y por la interacción entre desarrollo y medio ambiente” (2007).
Foto tomada en el marco de una misión con COSPACC (2012). Archivo personal.
Si bien el desarrollo de esta investigación se aborda desde varios lugares del municipio
ubicados en el piedemonte casanareño en su gran mayoría, el segundo capítulo abordará
las experiencias organizativas de la vereda Plan Brisas – Plan Cunamá, que está ubicada
al nororiente del municipio, subiendo por una carretera que no está pavimentada desde la
marginal del llano. En su territorio de influencia existen varios pozos petroleros que han
emergido a partir del hallazgo de Cuapigua y Cusiana en 1989. Esta vereda está ubicada
en medio del piedemonte aguazuleño, cerca de ella cruzan las quebradas Cunamá y Las
Clavelinas. Muchos de sus habitantes fueron familias que se desplazaron de lugares de
Boyacá como Pajarito o Labranzagrande, por ello sus tradiciones están asociadas con la
economía agrícola familiar en una escala pequeña. En su área de influencia están algunos
Introducción 29
pozos como Cup.YR, Cup.YD, Cup.YD 9, entre otros que son influencia del CPF Cupiagua
que está ubicado entre las veredas de Cupiagua y Únete.
Este trabajo se realizó a partir de un interés que surgió con un trabajo preliminar en el
Casanare, específicamente en la vereda Plan Brisas del municipio de Aguazul. Durante los
años de 2012 al 2014 realicé un acompañamiento a las comunidades campesinas,
asociaciones de jóvenes y Juntas de Acción Comunal de este lugar. A partir de esta
actividad empezaron a emerger preguntas sobre el rol del petróleo en la configuración
histórica del Casanare, así que en un inicio me interesé por ahondar e indagar sobre los
efectos locales de las petroleras (la British Petroleum Company posteriormente Equion
Energy) y su relación con el conflicto armado.
Igualmente, durante este periodo aprendí de las experiencias de los campesinos a partir
de los espacios colectivos como talleres, foros y ejercicios de capacitación alrededor del
tema minero-energético y territorial, compartidos con la Corporación para la Capacitación
Social y Comunitaria –COSPACC-, quienes brindaron su acompañamiento para ahondar
en las problemáticas sociales del departamento y el acompañamiento a los procesos
organizativos.
9
Estos pozos petroleros corresponden al complejo de Cusiana que está ubicado en el municipio de
Aguazul, Casanare. En estos pozos actualmente se reporta actividad de explotación de crudo y
extracción de gas natural por parte de las compañías Equion, Triton y Ecopetrol.
30 Introducción
El trabajo de campo se desarrolló en la vereda Plan Brisas – Plan Cunamá del municipio
de Aguazul, Casanare10. La construcción histórica del departamento del Casanare se
construyó a partir de literatura secundaria de varios académicos que han trabajado este
tema como Jean Raush, este trabajo de recolección de fuentes secundarias también fue
apoyado por trabajos previos realizados por esta corporación.
10
Los testimonios recolectados me inspiraron para ahondar en los efectos producidos por la
actividad extractiva en el territorio, por razones de seguridad ningún nombre será brindado en este
trabajo, pues algunas personas han sido víctimas de persecución y amenazas.
Introducción 31
En este capítulo expone, además, cómo la llegada de las empresas petroleras a Aguazul
generó una serie de cambios en el territorio: la proletarización del campesinado, el cambio
de actividades productivas y los intereses del estado y las empresas en el Casanare.
También explico la forma en que el fortalecimiento de la extracción agudizó conflictos entre
las comunidades campesinas, el estado y las empresas petroleras alrededor de la
construcción de territorio. En este apartado desarrollaré el concepto de los bienes comunes
y el modelo de acumulación que la extracción petrolera configuró.
movimiento, que en su momento respondía más hacia la exigencia del acceso a la tierra
con la ANUC. Esta respuesta se da a partir de los efectos ambientales provocados por la
actividad petrolera a partir de 1997.
Con este trabajo busco brindar dos aportes. El primero es identificar los efectos y las
transformaciones brindadas por el aumento de la actividad extractiva petrolera en el
Casanare, debido a que en el marco de mis viajes escuché varias posiciones frente a la
extracción. Los efectos de la extracción han sido documentados por varios autores como
Guzmán (1994) o los documentos del Banco de la República (2012). donde se documentan
estas transformaciones. No obstante, están no están enmarcadas desde una perspectiva
social, geográfica y ambiental.
Otro aporte que quisiera brindar con este trabajo es el reconocimiento a las comunidades
campesinas en el Casanare y su propuesta territorial. También, a partir de la identificación
de afectaciones de la extracción, hay que reconocer que las comunidades campesinas
ejercen una territorialidad que es afectada, a pesar de que esta no es reconocida por
diferentes entidades del estado. Con este trabajo quisiera aportar al reconocimiento de las
propuestas territoriales y, ejercicios de territorialización y re-territorialización de las
comunidades campesinas en el Casanare. Asimismo, sus manifestaciones frente al
modelo extractivo y las consecuencias que ha tenido su fortalecimiento como la violencia.
emergencia de movimientos sociales alrededor del territorio pues estas son relaciones
sociales que se espacializan, territorializan y producen territorios.
Capítulo I: Historia del Casanare,
configuración territorial y petrolera
El Casanare no sólo ha sido un departamento petrolero. Durante los siglos XVIII y XIX se
caracterizó por la presencia de haciendas y grandes hatos ganaderos, consecuencia del
proceso de colonización campesina y de la consolidación de una élite terrateniente. Sus
primeros pobladores fueron los indígenas Tunebos, Achguas, Guahibos, Sálibas,
Cusianas, Caquetíos, Piapocos y Támaras, entre otros. Pueblos que fueron exterminados
por misiones religiosas (Caribabre, Julio 1990). Las primeras misiones de colonización que
se llevaron a cabo en el piedemonte llanero, específicamente cerca de Aguazul, ocurrieron
en el Siglo XIX. Para ese entonces el paisaje del Casanare consistía en grandes
extensiones de sabana inundable y tierras aún por conocer.
Antes de esta ola de colonización campesina, los primeros habitantes del Casanare fueron
pueblos indígenas los cuales fueron exterminados por los procesos de colonización y
evangelización. Raush (1999) afirma que la configuración inicial de los Llanos Orientales
en general, se produjo a partir de la tensión que se desarrolló entre españoles, mestizos e
indígenas que configuraron las prácticas agropecuarias como la ganadería y el hato. Estos
primeros procesos de territorialización y desterritorialización se abordarán en el primer
capítulo de este documento.
misiones de evangelización los indígenas fueron tomados para ejercer trabajo dentro de
las haciendas11.
Raush (1999) afirma que este proceso de configuración territorial basada en el poblamiento
y la colonización produjo tensiones entre los españoles, mestizos e indígenas que
habitaban este lugar. Estos procesos ayudarían a configurar el hato como estructura
principal del llano, con él una serie de conflictos por el acceso y la tierra, y la privación de
la naturaleza en pocas manos. El Casanare anteriormente se caracterizaba por sus
grandes sabanas inundables, donde se podía transitar sin ninguna restricción, como
muestra la ilustración 1.
Pintura de la provincia del Casanare, siglo XIX. Archivo: Banco de la República (sin año).
11
Guzmán (1994) afirma que el sometimiento a indígenas a largas horas de trabajo
configuró una estructura social alrededor del acceso a la tierra, lo cual empezó a gestar
conflictos socio-territoriales por el uso y la propiedad.
38 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Por otro lado, los cambios introducidos por las prácticas religiosas generarían alteraciones
en la interrelación entre la naturaleza y los pobladores que anteriormente habitaban el
Casanare. En palabras de Escobar (1999) los regímenes de la naturaleza son resultado
de las situaciones históricas especificas en las que la sociedad se relaciona con la
naturaleza y su espacio. El modelo de hacienda consistió no sólo en la acumulación de
grandes extensiones de sabana, sino también en la configuración de relaciones serviles a
través del trabajo y cambios en el paisaje. Los indígenas que habitaban allí fueron
obligados a trabajar en los hatos ganaderos, lo cual “determinó relaciones sociales de
producción ligadas a la hacienda y actividades pecuarias” (Duarte, 2016). En ese sentido,
Vega afirma que “el hato puede definirse como una estructura territorial, social y económica
dentro de la cual cobra forma el llanero, [junto con] sus referentes de sentido, prácticas y
todos aquellos elementos que atan material y simbólicamente a la sociedad casanareña”
(Vega, 2010).
Con este modelo se introdujeron animales como el caballo o ganado bovino. La relación
impuesta a partir del hato contribuyó a la transformación de estos indígenas en hábiles
jinetes que configuraron lo que hoy se conoce con la imagen del “llanero”. Para Díaz (2016)
algunas manifestaciones de “lo llanero” comprenden las “coplas, contrapunteo, bailes y
cantos de joropo y coleo que hacen referencia al trabajo de llano, al ganado, al paisaje, a
las mujeres y a la forma de vida del llanero” (Díaz, 2016; 2). A su vez, con la introducción
de ganado se estableció un modelo económico que identificó al llanero como un sujeto que
asocia sus actividades culturales y productivas a la ganadería y la domesticación de estos
animales. Este proceso de colonización alrededor del hato implicó un ejercicio de poder
sobre la naturaleza misma: la dominación de “bestias” o animales para dar la ganadería.
Este proceso de colonización y los cambios de la noción sobre la naturaleza se agudizarían
con la entrada de las empresas petroleras, tema que se abordará más adelante.
El proceso de “llanerización” de los indígenas del Casanare a partir del desarrollo del hato
implicó un cambio en las relaciones con la naturaleza. Esto puede entenderse mejor en las
siguientes palabras de Arturo Escobar: “con la llanerización de los indígenas y la
introducción de estas prácticas se rompe un régimen de naturaleza orgánica y se introduce
una noción de naturaleza capitalista donde la naturaleza pasa a ser una mercancía
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 39
Por otro lado, Mayorga (2012) menciona que las primeras concesiones que se
desarrollaron a principio del siglo XX abrieron un camino para la presencia de compañías
petroleras en el país. Además, la historia del petróleo se remonta a la historia de la
colonización de varias regiones “selváticas” del país, y con ello al montaje de
infraestructura y el ordenamiento del territorio alrededor de esta actividad. El estado
colombiano empezó a construir un engranaje para que la búsqueda y la extracción fueran
12
Entendidos como la parte de la naturaleza requerida para el desarrollo industrial, comercial y
capitalista
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 41
posible. Fue así como en 1919 se expide la Ley 120, la cual dio lugar a la Ley 27 de 1931,
con la cual se empezó a definir el panorama petrolero en el país declarando el petróleo
como utilidad pública en todos sus momentos (exploración, explotación, refinación,
transporte y distribución), y se crean las disposiciones para que privados puedan explotar
este recurso en territorio nacional. Además de regular la actividad en territorio nacional
esta ley define el petróleo como:
En 1974 con el decreto 2310 se abolió el sistema de concesiones, sólo se mantuvieron las
concesiones vigentes y se determinó que los contratos para la exploración y explotación
de hidrocarburos sólo podría celebrarse si se suscribían con la Empresa Colombiana de
Petróleos -ECOPETROL (Cuervo Pontón, 2001; 24). Para López (2012) la importancia de
esta legislación radica en la consolidación de hitos importantes para la actividad petrolera
en el país, por ejemplo, la configuración del término hidrocarburo como todos aquellos
derivados del petróleo, lo cual amplió la connotación de las posibilidades que brindaba la
extracción de este recurso.
“La Empresa Colombiana de Petróleos, nace con el fin de hacerse cargo de las
concesiones petroleras, oleoductos y demás instalaciones referentes a la
explotación, refinación y transporte da petróleo y derivados que revertieran a la
Nación” (documento Ecopetrol14, sin año).
13
Posteriormente con el decreto 1760 del 26 de junio de 2003, se restará autonomía al estado en
temas petroleros.
14
Documento Ecopetrol (sin año): http://www.bdigital.unal.edu.co/1477/13/189_-_12_Capi_11.pdf
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 43
Ley 120 de 1919 En temas de regalías el territorio se dividió en tres zonas las cuales
pagarías impuestos de explotación del producto de acuerdo con su
cercanía a la zona costera. Implementación de oleoductos como
utilidad pública.
Ley 37 de 1931 Determina que el petróleo es propiedad de la nación y de utilidad
pública y sólo podrá explotarse en virtud de contratos.
Ley 160 de 1936 Fija un nuevo marco para la normatividad sobre el petróleo, la
reglamentación sobre la actividad de exploración, explotación y
contratos de concesión
Ley 165 de 1948 Creación de ECOPETROL
Ley 18 de 1952 Se construye un código de petróleo que estipula la propiedad
privada sobre el petróleo.
Ley 10 de 1961 Establece e mejora las condiciones del estado sobre los contratos.
Se introduce la reducción de la fase exploratoria, el mejoramiento
del uso del gas natural y el aumento de la participación del estado
en la producción.
Ley 20 de 1969 Se regulan los derechos de propiedad pre-republicanos.
Artículo 332, CP El estado es propietario del subsuelo y de los recursos naturales no-
1991 renovables, sin prejuicio de los derechos adquiridos y
perfeccionados con arreglo a leyes pre existentes.
Artículo 360, CP Reconoce como beneficiarias directas de regalías a las entidades
1991 territoriales en las cuales se explota y a los puertos marítimos y
fluviales por donde se transportan los recursos no renovables.
Artículo 361, CP Se crea el Fondo Nacional de Regalías y determina los sectores de
1991 inversión: promoción de la minería, protección del medio ambiente y
proyectos regionales de inversión.
Ley 141 de 1994 Se establece el régimen de regalías del 20%, se da origen al Fondo
Nacional de Regalías para la liquidación, distribución y uso del
recurso explotado.
Ley 756 de 2002 Se modifica la Ley 141 de 1994, donde se establecen criterios de
distribución y cálculo de las regalías.
44 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
La legislación petrolera existe desde 1886, esta marcó una relación permanente del estado
frente al petróleo. A partir de esta legislación se planteó un punto clave: la regulación del
petróleo constituye un factor de “utilidad pública” para la nación. Tanto la noción de
propiedad como la administración de este recurso ha ido cambiado a lo largo de los años,
en este tránsito se ha generado una flexibilidad que ha permitido a empresas entrar a
explotar el recurso.
Para Jaramillo los regímenes de propiedad están marcados por escenarios de apropiación
que cada actor tiene con los recursos, agrega que estos “múltiples conceptos de propiedad
a través del cual es usado un elemento del entorno se establecen, sin embargo, no sólo
localmente, sino a través de una red de prácticas, discursos y relaciones que involucra
actores (institucionales o no), locales, nacionales, regionales y transnacionales, que actúan
en nombre del estado o entidades privadas” (Jaramillo, 2004; 18).El reconocimiento de
figuras que comprenden el ordenamiento y la administración de los recursos de la
naturaleza, posicionan el control de la naturaleza como algo fundamental y dejan explícita
la noción de propiedad que ejerce el estado sobre los recursos naturales. En palabras de
Ojeda esto parte de la “la importancia de las coyunturas particulares de fuerzas
económicas y geopolíticas dentro de las cuales la naturaleza se convirtió en un lugar
fundamental de poder y legitimidad estatal” (Asher y Ojeda, 2009; 292).
Este era un lugar pequeño, si usted quería hacer algo importante tocaba hasta
Villavicencio. Yopal tampoco es que fuera muy grande y si aquí había cinco calles,
eso ya era mucho. La gente de las veredas no tenía acueductos, el agua la recogían
15
Los faras es el nombre coloquial que se le da a un roedor un poco más grande que el ratón; los
Tinajos son pequeños pájaros que se encuentran en zonas boscosas.
46 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
en pozos; la luz era de planta y tocaba prenderla por horas. (Hombre adulto, Notas
de Campo, 2012)
La marginalidad y la noción de ausencia estatal era una característica del discurso del
campesino en Aguazul. La situación de olvido y marginalidad del piedemonte es descrita
por los campesinos como “la ausencia del gobierno” en su región, afirmación que a su vez
guarda una gran expectativa frente a alguna presencia institucional. Esta afirmación deja
entrever la percepción que tienen los habitantes de la zona por la presencia del estado,
donde antes de la explotación del petróleo la institucionalidad no era visible, ni en
infraestructura ni en mercados. En palabras de Serje (2012), las regiones periféricas
representan “una falsa dicotomía, pues la riqueza producida en estas periferias olvidadas
ha permitido el desarrollo de las regiones centrales” (Serje, 2012, 97). Para el caso del
Casanare, el estado empieza a contemplarla como región estratégica desde el boom
petrolero, sin embargo, esta atención no representó la solución a las necesidades del
campesinado. Esta relación de “no presencia” del estado determinaría las relaciones de
poder por parte de otros actores como la empresa petrolera o los grupos armados, y la
tensión con comunidades campesinas.
Esta noción de “ausencia del estado” Serje la describe como algo que va más allá de la
descripción de condiciones concretas de una situación social y política de un lugar, sino
que parte de un conjunto de categorías que ayudan a la comprensión e interpretación
“sobre la naturaleza del territorio y de sus poblaciones que son condición de posibilidad de
una serie de prácticas, de políticas y de formas de intervención: es decir, de un cierto tipo
de orden social” (Serje, 2012, 98). Además, la autora explica cómo algunas regiones y
lugares de Colombia se han configurado desde una geografía política como “espacios
salvajes”, considerados por el estado como “espacios vacíos” donde territorialidades
diferentes a la estatal no son reconocidas, de esta forma se comprende cómo el estado y
las empresas entienden al Casanare como una tierra de nadie. Esta noción de tierras de
nadie o tierras vacías expresa la colonialidad sobre la naturaleza que justifica su
dominación y el control de la misma En ese sentido Bebbington (2007) plantea que esta
noción legitima la ampliación de fronteras con el argumento de expandir la actividad
extractiva, pues estas tierras son espacios que han sido apropiados previamente por
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 47
16
Término que se encuentra en el censo de 1960 que hace referencia a la productividad
agropecuaria.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 49
“Por ejemplo en el caso mío la historia mía está de los 70, mi mamá que conoció en
los años 50 y 60 que vivió aquí cuando no había nada, todo eso que ella cuenta que
se hace, de la abundancia esa que está allá, de la abundancia bonita, esa es una
época de paz entre comillas porque aquí llegó mucha gente que venía huyendo de
la violencia política de otras regiones del país, es así que esto es una “tierra de
todos”. (mujer adulta, intervención taller Plan Brisas, Aguazul, 2012)
Con el boom petrolero se puede afirmar que hay una petrolización del llano como menciona
Franco (1997), pues los llanos orientales en especial Casanare y su piedemonte quedaron
en la mira de varias empresas transnacionales ante la existencia de crudo. Fue así como
los campesinos y campesinas de Aguazul recuerdan la llegada de varias empresas y
maquinaria buscando el preciado hidrocarburo. Recuerdan que vinieron varias personas a
probar la sísmica, que es el primer paso para la extracción de petróleo. Para CENSAT la
sísmica consiste en:
cercanas al área de exploración sufrieron algunos impactos de la actividad sísmica que allí
se realizaba. Durante los primeros años de la década de 1990 estas empresas realizaron
varias exploraciones. Es importante mencionar que éste gran hallazgo ubicó el debate del
petróleo no sólo a nivel regional sino nacional, su importancia y la promesa del desarrollo
fueron algunos temas que despertaron estos hallazgos
17
Nombre que se les da a las mallas que protegen los pozos petroleros y que cierran el perímetro
del pozo.
52 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
contextual en la cual se transforman los paisajes abre la posibilidad de entender los flujos
de poder y las dinámicas económicas, sociales, culturales y políticas que se presentan allí.
“(…) entre tanto, Cusiana comenzó a bombear con rapidez, con una producción de
185.000 barriles diarios de crudo de alta calidad. Y a pocos kilómetros de Cusiana,
un inmenso yacimiento llamado Cupiagua comenzará a producir en unos tres
meses. Se pronostica que la producción combinada aumente a más de 500.000
barriles diarios en los próximos años.” (El Tiempo, 3 de enero de 1996).
Estas cifras generaron una promesa del desarrollo alrededor del petróleo por parte del
estado y de otros países importadores de petróleo. La llegada de las petroleras al municipio
de Aguazul estuvo acompañada de la presencia de la fuerza pública para la protección de
la infraestructura petrolera y de las empresas inversoras. Para Jenny Pierce la llegada de
la British Petroleum Company y la extracción de petróleo cambiarían el panorama del
conflicto en la región, debido que se generó “un proceso de militarización en el Casanare
y su relación con las reivindicaciones territoriales, la búsqueda de rentas y la acumulación
de riqueza. Esta militarización interactuó con la vida civil y las instituciones, sobre todo
después de la llegada del petróleo” (Pierce, 2004; 22).
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 53
Las personas de las comunidades campesinas de Aguazul que estaban cercanas a estos
pozos petroleros recuerdan que alrededor de estos lugares habían soldados, trincheras
con bolsas de arenas y ametralladoras (Notas de Campo, 2012). La presencia de las
empresas en el territorio generó una lógica de cercamiento y privación de lugares que las
comunidades antes no reconocían, este ejercicio de control por parte de la empresa sobre
los espacios generó un proceso de restricción en el acceso de las comunidades
campesinas del piedemonte a ciertos lugares donde anteriormente se podía transitar sin
preocupaciones. Con respecto a esto, Quiroga (2016) menciona que la privatización de
espacios genera procesos de despojo, entendiendo el anterior concepto como el proceso
mediante el cual se transforman cotidianidades que para este caso es la negación a la libre
circulación y al acceso de los recursos.
De igual manera, la militarización de la zona se puede interpretar como una forma en que
la empresa ejerce su territorialidad a partir del ejercicio de control sobre el territorio y
comunidades, pues la implementación de un proyecto extractivista viene de la mano con
18
Durante la década de 1990 se registraron varias noticias donde el ELN realizó hostigamientos a
la infraestructura petrolera en el Casanare. Ver noticia en:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-72761 . Igualmente informes de ACNUR
describen la presencia de este actor armado: http://www.acnur.org/t3/uploads/media/COI_2169.pdf
19
Una de las reivindicaciones políticas del Ejército de Libración Nacional ha sido la defensa de la
soberanía nacional, en ese sentido el ELN ha hostigado militarmente a empresas y proyectos que
explotan recursos naturales en el país, un caso emblemático han sido los ataques al oleoducto Caño
Limón – Coveñas desde la década de 1980.
54 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
“empezaron a llegar esos dotores e ingenieros que no eran de aquí. Esos señores
tenían cascos blancos y trabajaban en las empresas. Algunos empezaron a alquilar
lugares en Aguazul, esos no eran de por acá y eran los que trabajaban dentro de la
malla (…), esos sólo se les veía tomando en las cantinas que empezaron a poner los
fines de semana. Eso eran puros hombres.” (Mujer Campesina, Notas de campo,
2012)
20
El concepto de dispositivo comprendido desde Foucault (1984) como todo aquello que comprende
discursos, instituciones, legislaciones, proposiciones científicas y filosóficas, etc. Que un sujeto o
actor determinado desarrolla en su ejercicio de poder.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 55
A continuación se presentarán los datos de los censos poblacionales de 1985, 1993 y 2005
para comparar el crecimiento demográfico en el municipio de Aguazul. En este veremos
que la población de 1993 a 2005 de duplicó en el área urbana de Aguazul, mientras que
en la población fue rural el aumento fue significativamente menor. Igualmente, la totalidad
de la población se duplicó en estos dos años que corresponden al boom petrolero.
Asimismo se mostrará la población 2005 según su origen, el cual es representativo de las
personas que vienen de otros municipios.
30,000
27,443
25,000
19,986
20,000
14,615
15,000 14,047
9,555 9,369
10,000
7,457
5,060 4,678
5,000
0
Censo 1985 Censo 1993 Censo 2005
Fuente: DANE censo 2005 y Gobernación del Casanare Censos 1985-1993. Construcción propia.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 57
70%
60%
60% 58%
52%
50% 48%
42%
40%
40%
30%
20%
10%
0%
Cabecera Resto Total
Fuente: DANE censo 2005 y Gobernación del Casanare Censos 1985-1993. Construcción propia.
La llegada de personas de otros municipios a partir del petróleo fue tanta que para el 2005
el 58% de las personas de la región provenían de otros lugares y vivían en Aguazul por
motivos laborales, mientras que el 41% eran personas del municipio. Sólo en el casco
urbano de Aguazul, el 60% de sus habitantes eran personas foráneas. Esta migración de
otros lugares generaría conflictos alrededor del trabajo y los puestos que brindaban las
petroleras, lo cual se abordará más adelante. Posteriormente, el aumento de personas
foráneas permitiría el establecimiento del modelo petrolero, igualmente dificultaría la
defensa de las territorialidades de las comunidades campesinas amenazas por el modelo
extractivo, pues las prácticas tradicionales de las comunidades campesinas serían
desplazadas por las demandas del modelo extractivo.
58 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Una de las alianzas que la British Petroleum generó con la administración municipal fue la
creación del ofrecía sus empleos del Centro de Información Laboral (CILA). A través de
este lugar, la empresa ofrecía sus puestos de trabajo para favorecer a los casanareños
para tareas específicas en cada una de las etapas de la cadena de extracción petrolera.
Los CILA ubicaba según su grado de estudio a las personas. Sin embargo, para 1993 la
situación escolar de los “jefes de hogar” en Aguazul era la siguiente:
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 59
Gráfico 3. Escolaridad promedio del jefe del hogar, Censo DANE 1993
35.00% 33.17%
30.00%
26.54%
25.00%
20.00%
15.48%
15.00%
11.79%
10.00% 9.09%
5.00% 2.70%
0.74% 0.49%
0.00%
Para 1993 la mayoría de “jefes de hogar” del municipio de Aguazul contaban con la
primaria completa e incompleta, lo cual generaba que la mayoría de población estuviese
disponible para puestos de trabajo relacionados con la mano de obra no cualificada,
mientras que personas con niveles más altos de educación que llegaban de otros lugares
se quedaban con los mejores puestos. Las personas del municipio, que en su mayoría
eran hombres, se dedicaron a la construcción de la infraestructura de los pozos. Así, el
trabajo que se generó alrededor del petróleo era que el trabajo era esencialmente
masculino, lo cual configura espacios diferenciados para hombres y mujeres, donde los
hombres eran los que tenían alguna relación con la actividad petrolera.
La territorialidad entendida como “el dominio -sobre el espacio- que tiene determinado
sujeto individual o social en cierto territorio o espacio geográfico, así como el conjunto de
prácticas y sus expresiones materiales y simbólicas, capaces de garantizar la apropiación
60 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
70.00%
60.10%
60.00%
50.00%
40.00%
30.00% 26.70%
20.00%
9.60%
10.00% 6.30%
0.00%
Industria Comercio Servicios Otras Actividades
Fuente: DANE censo 2005 y Gobernación del Casanare Censos 1985-1993. Construcción propia.
Muchas personas empezaron a montar su tienda en el casco urbano, recuerda una mujer
de Aguazul. Ella recuerda que las personas empezaron a mudarse al casco urbano de
Aguazul o a Yopal, por su lado ella se quedó en la vereda pues así ella no trabajara con
las petroleras, ella afirmaba que el hecho de moverse de su finca ya era trabajar para el
negocio del petróleo (mujer adulta, Notas de Campo, 2012). En el censo de 2005 se
muestra de manera significativa el aumento en el sector de comercio y de servicios, la
mayoría de los habitantes se dedicaban a estas actividades. Quienes no montaron su
negocio no negaban la posibilidad de trabajar dentro de la petrolera, así fue como poco a
poco los campesinos de la zona empezaron a acercarse a la malla perimetral en búsqueda
de algún puesto:
“Recuerdo que tocaba ir hasta allá, hasta cerca del pozo. Muchas personas se
conglomeraban alrededor de la malla para solicitar un puesto. Y pues uno se
quedaba allá a ver si daban algún puesto, manejando máquinas o cualquier trabajo
de fuerza allá en la petrolera, la gente se dio cuenta que eso daba más plata que
seguir cultivando la yuca” (hombre adulto, Notas de campo, 2012)
62 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Además el proceso de transformación territorial y del paisaje generó que este proceso de
desterritorialización por parte de las comunidades campesinas se intensificara. Un ejemplo
de ello es cómo la gente recordaba que no existían vías y hacía Yopal habían algunas
fincas. Cuando empezaron a llegar las empresas petroleras, las vías y el cableado eléctrico
llegaron con ellas, en ese momento algunos campesinos que creyeron en la promesa del
desarrollo y apoyaron su permanencia:
el trabajar en la petrolera se volvió una opción para el campesino, pues eso da plata
y usted sabe que de campesinos siempre hemos sido pobres, con lo justo para
comer. Uno aquí no veía la plata, pero siempre tenía su mata de algo para comer.
Con las petroleras y ‘copetrol eso se empezó a ver la plata y la gente intentó colarse
en algún puesto, luego con los años llegó eso del SENA y otro institutos para formar
en maquinaria. Eso hizo que los jóvenes ya no quisieran trabajar en el campo y se
fueran para las petroleras, eso antes era muy sano aunque no habiese estudio, ni
cultura. Cuando empezaron en las petroleras como eso da plata y unos días libres,
eso se venían al estanco del caserío a jartar. Al principio estuvo muy bueno luego la
cosa después se puso dura. (Hombre joven, Notas de campo, 2012).
Para aquel entonces las petroleras brindaban un esquema de trabajo al que el campesino
le llamaba el veintiochazo, pues era trabajar alrededor de veintiún días del mes y
descansar nueve. Además, varios recordaban que las empresas daban elementos de
dotación como botas, overoles, cascos, etc. Esto generaba que las personas quisieran
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 63
vincularse con la empresa y así poco a poco los jóvenes fueron perdiendo interés en las
actividades tradicionales del campo. La primera demanda que las empresas generaron a
la población campesina del piedemonte tuvo que ver con el montaje de la infraestructura
de los pozos y los lugares de extracción, así fue como muchos campesinos vieron la
oportunidad de trabajar en la empresa como mano de obra no cualificada en un corto
tiempo.
En ese sentido otro recuerdo que se asocia con la bonanza fue el incremento del ocio.
Desde la llegada de las petroleras, los bares y billares aumentaron. Personas que se vieron
afectadas por la actividad petrolera relacionan todas estas actividades como efectos en el
territorio, una mujer que habitaba Aguazul comentaba: “es que usted asocia el color negro
a lo malo y así fue el petróleo, con el petróleo llego mucho trabajo y se vio plata, pero plata
que no es para usted. Plata que se fue para drogas, para grupos sinlicitos, para esas
prostitutas, para mucho trago… eso era la madrugada y seguía de días, eso fue lo que
empezó a cambiar todito” (mujer adulta, Notas de Campo, 2012).
En segundo lugar, los últimos gobiernos de turno han impulsado el sector minero
energético y extractivo bajo las llamadas “locomotoras”, generando un proceso de
reprimarización de las economías impulsado por las demandas del capitalismo global y el
mercado internacional. Como lo afirma Rudas en el artículo que escribió para el informe
sobre minería que publicó la contraloría para el año 2014:
21
Esta lógica también ha fortalecido las condiciones de desarrollo en países altamente
dependientes y reforzando las dinámicas centro-periferia.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 65
PIB en 5,3 puntos porcentuales, alcanzando a diciembre de este último año una del
7,7 por ciento. En contraste, la industria manufacturera y el sector agropecuario
perdieron durante el mismo período 7,3 y 3,9 puntos porcentuales,
respectivamente, quedando con participaciones en el PIB, respectivamente, del
11,3 y 6,2 por ciento; en tanto que la construcción perdió medio punto para quedar
en una participación del 6,8 por ciento del PIB. Además, el sector extractivo
presenta un dinamismo mayor que el comercio y el resto de los servicios, los cuales
incrementaron en su conjunto su participación dentro del PIB en 4,7 puntos
porcentuales durante el período.” (Rudas, 2014; 315)
2% 1%
2%
3%
4%
Aguazul
Yopal
14%
Tauramena
48% Maní
Trinidad
San Luis de Palenque
Paz de Ariporo
Orocue
26%
Algunas de estas quejas se relacionaban con el ruido, la luz a altas horas de la noche y
los efectos de la sísmica en sus fincas como el autor muestra en una acción popular
interpuesta por una mujer en mayor de 1997. Con esta se buscaba impedir la continuación
de actividades por parte de la British Petroleum debido a que estaba ocasionando daños
en su propiedad, contaminación en su predio y trastornos en el sueño de los habitantes del
sector (Vega, 2010; 402). Igualmente, El Tiempo en octubre de 1998 hizo explícita la
molestia de varios campesinos de Aguazul y Tauramena, quienes manifestaban que la
entrada de la empresa había ocasionado “cambios muy fuertes en sus vidas y sus
costumbres” (El Tiempo, 22 de octubre 1998).
Esto provocaría una de las mayores tensiones y conflicto entre las comunidades que
estarían de acuerdo con la presencia de la empresa y quienes no quería su presencia en
el territorio, este caso se ahondará más adelante. A medida que se fortalecía la presencia
de la empresa en el territorio las dinámicas sociales y comunitarias se iban fragmentando
cada vez más a partir de la imposición de su territorialidad. Por un lado algunas
comunidades se resistían a la presencia de las empresas, pues no compartían la idea de
fuesen expulsadas o “reubicadas” de sus fincas por ceder terrenos a la empresa, tampoco
estaban de acuerdo a que la actividad de la empresa los perjudicara. Por otro lado las
empresas se fortalecían no sólo con base en la necesidad laboral de las personas que
llegaban a Aguazul y algunos campesinos de la zona, el apoyo del estado fortalecía su
presencia a partir de discursos sobre el crecimiento económico y legislaciones que
incentivaban la expansión su capital. Elementos como el aumento de la fuerza pública y la
construcción de infraestructura son elementos que respaldan el ejercicio de poder de la
empresa petrolera.
68 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Esta tensión la podemos analizar en los intereses de cada uno de los actores -campesinos
y empresas-, que se expresa en proyectos territoriales. Agnew y Oslender (2010) plantean
que sobre el territorio pueden existir varias intencionalidades, algunas veces estas se
yuxtaponen, otras veces entran en conflicto. Lo que deja entrever esta situación es la
existencia de relaciones de poder frente a cómo se concibe el territorio. Para este caso las
empresas y el estado tienen un modelo petrolero; diferente al de las comunidades
campesinas, que implica una relación más cercana con sus cultivos, la soberanía
alimentaria, la economía familiar y la actividad alrededor de lo agrícola y lo ganadero. Cada
uno de los actores presenta una intencionalidad con el espacio, lo que genera
conflictividades. Para Bebbington (2011) los proyectos geográficos que cada actor expresa
son construidos desde diferentes lógicas territoriales.
Estas tensiones a veces generan fracturas entre actores, para el caso de las comunidades
campesinas que habitaban algunas veredas de la parte del piedemonte de Aguazul existió
una división entre quienes apoyaban la extracción y quiénes no. Como se mencionó
anteriormente, la destrucción de los ámbitos de comunidad es necesaria para la creación
de escenarios extractivistas. Shiva (1992) afirma que para que estos ámbitos se
fragmenten deben ser privatizados y apropiados por la empresa bajo la premisa del
desarrollo y para la acumulación de capital, lo que genera choques entre las comunidades.
Para Harvey este proceso de “depredación de los bienes ambientales globales (tierra,
aires, agua)” genera una degradación ambiental que impide cualquier otra actividad, esto
es resultado de la transformación de la naturaleza en mercancía (Harvey, 2005; 114).
“Todo cambió mucho porque nosotros éramos gente que trabajaba el campo, pero
como se dio el trabajo de las petroleras la gente se fue yendo (….). Las empresas
compraron predios y luego hicieron unas vías ahí y los hombres se fueron para allá,
nosotras nos quedamos en la casa con nuestros hijos (…). La comunidad antes era
muy unida.” (Mujer adulta, Notas de campo, 2014).
Por otro lado, lo que ocurrió con la llegada de las empresas fue que no sólo se configuró
el territorio en provecho de la extracción, sino que empezó a gestarse una fractura
socioterritorial con las comunidades que allí habitaban. Estas constantes
transformaciones, como se mencionó anteriormente, pueden entenderse como
desterritorializaciones, lo que comprende un cambio en las territorialidades que se crean y
recrean históricamente como menciona Montañez Gómez (2001). Para comprender la
ruptura de estas comunidades es importante entender el papel del trabajo como medio por
el cual el campesino se desprendió de sus prácticas y discursos asociados con el territorio.
Entonces el trabajo es un eje estructurante de las prácticas y discursos de las comunidades
con el territorio, como sucedió anteriormente con la hacienda.
Para el caso de las empresas, el modelo extractivo impone otra lógica de trabajo más
desarraigada del territorio, la cual transforma la relación entre sociedad y naturaleza. Leite
Lopes (2014) muestra que en estos procesos se evidencia una eventual proletarización,
puesto que elimina las formas anteriores de producción, las costumbres y las cargas de
trabajo. De esta forma, la introducción de nuevas formas de trabajo asociadas al petróleo
cambia sus hábitos frente al trabajo agrícola y las relaciones que se tejían con base en
ello, pues mercantiliza la producción de la naturaleza por medio de la extracción de
recursos naturales.
El trabajo se convierte en una forma de establecer un nuevo orden, que establecería una
relación con la empresa. Así mismo la consolidación del modelo extractivista en el
Casanare incorporaría a esta región a un orden de demandas mundiales, en un lugar que
prometía riqueza a partir de su petróleo, como menciona Serge (2012). Así, el trabajo actúa
70 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Además, a medida que los hombres que anteriormente se dedicaban al jornal en la parte
del piedemonte fueron convirtiéndose en la fuerza laboral de las empresas petroleras,
estas relaciones que se basaban en la producción de alimentos se fueron desvaneciendo.
En ese sentido la entrada de las petroleras no sólo fragmenta las relaciones sociales
agrícolas que se desarrollaban entre los campesinos del piedemonte, sino que rompe su
vínculo directo con el territorio contratándolos en la empresa. La economía familiar de
algunas personas se volcó a satisfacer las necesidades de quienes trabajaban en la
empresa, ya no era una economía agrícola familiar sino que se dedicaron a trabajar en la
parte comercial. Una mujer contaba cómo en los primeros años de la década de 1990 un
jugo costaba casi tres mil pesos.
En lo ambiental, también hubo quejas de las comunidades campesinas ante las empresas
y las autoridades ambientales sobre la deforestación y la cooptación de fuentes hídricas
para la actividad de las empresas. En 1996 la British Petroleum Company emprendió una
campaña dedicada al medio ambiente en Casanare debido a que se presentaron varias
quejas frente al uso que la compañía tenía con fuentes hídricas como filtraciones a aguas
y contaminaciones de fuentes. También se denunciaron malos manejos del agua, lo cual
generó una tensión entre el Ministerio del Medio Ambiente con la empresa imponiéndole
una restricción a la empresa sobre el uso del agua y la emisión de licencias ambientales
(noticia el tiempo). No obstante, ese mismo año a pesar de las quejas Corporinoquía le
otorgó a la British Petroleum una licencia ambiental para ocho pozos ubicados cerca de
Cusiana y Cupiagua (El tiempo, 6 de enero de 1996). Para estas licencias la empresa
debía cumplir con un plan de manejo ambiental que incluía el manejo de aguas residuales,
la construcción de tanques de almacenamiento y la reforestación de zonas donde hubiese
estado presente.
“La extracción petrolera amenaza las reservas hídricas y el suministro de agua a las
comunidades, así como genera alto índices de contaminación. Las zonas en las que
esta se desarrolla dejan de un lado otras actividades económicas como la agricultura,
por ejemplo, que es practicada en otras regiones del país de manera extensiva y con
efectos también negativos como el uso de agroquímicos” (Memorias del Foro
Petrolero, Yopal, 2014)
Esta noción de lo social se complementa con los planteamientos de Martínez Allier (2004),
quien afirma que estos conflictos son de orden distributivo debido a que se asocian con
una desigualdad que se presenta en términos de acceso, consumo y uso de los recursos
naturales. Estos conflictos también se presentan cuando los residuos productos de una
actividad, en este caso extractiva, son removidos hacia lugares de periferia, lo que genera
“las asimetrías o desigualdades sociales, espaciales, temporales en el uso que hacen los
humanos de los recursos y servicios ambientales, (…) la disminución de los recursos
naturales (incluyendo la pérdida de la biodiversidad) y las cargas de contaminación”
(Martínez Allier, 1997). En ese sentido, los conflictos son producto de la apropiación
desigual de los recursos naturales por parte de los actores que están en un territorio.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 73
Otro elemento es que estos conflictos producidos por el extractivismo petrolero fueron y
son de orden distributivo, pues la dimensión ambiental del territorio se ve afectada debido
a la contaminación de la actividad lo que afecta el bienestar de la gente que habita lugares
cercanos a donde se desarrolla la actividad. Por otro lado la degradación del bienestar de
las comunidades campesinas se hizo notar con la falta de acceso a bienes y servicios que
producía la actividad.
Para Aguazul y Tauramena el hallazgo de estos pozos petroleros significó uno de los
mayores hallazgos petroleros. A nivel nacional las exportaciones de petróleo aumentaron
generando un crecimiento en el PIB después de la mitad de la década de 1990. A nivel
regional el Casanare se posicionó durante los primeros años de la década del noventa
como el productor más importante de petróleo conjuntamente con Arauca. Para Joaquín
Vilora las variaciones del petróleo se pueden entender en dos periodos: 1990 a 1999, y
2000 a 2007. El primer periodo se caracteriza por un aumento significativo de la
participación del Producto Interno Bruto del 4,1% al 5,9%. En la siguiente gráfica se
muestra la participación por departamento del PIB, en el cual Casanare tiene un aumento
significativo durante la década de los noventa, especialmente en 1994 y posteriormente en
1998 que es cuando empieza la producción en Cupiagua. Posteriormente se evidencia un
pico para el 2000 el cual va disminuyendo para los años siguientes.
Fuente: Documentos de trabajo sobre economía regional – Geografía económica de la Orinoquía, Joaquín Vilora de la Hoz (2009)
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 75
Así mismo en las siguientes gráficas realizadas por el mismo autor se evidencia el
movimiento del PIB durante los mismos años en diferentes sectores: agropecuario, minero
(que incluye petróleo), industrial y construcción. Estas gráficas muestran el decrecimiento
significativo de la actividad agropecuaria en el Casanare durante 1999 al 2006, mientras
que la actividad minera tiene un pico al igual que el sector de construcción en la década
del noventa, lo cual nos puede dar una relación entre la llegada de migrantes y la necesidad
del crecimiento de las áreas urbanas de los municipios petroleros. Además el petróleo en
el Casanare se constituyó como una fuente de rentas económicas para el estado, las
empresas y los poderes locales que allí estaban.
Fuente: Documentos de trabajo sobre economía regional – Geografía económica de la Orinoquía, Joaquín Vilora de la Hoz (2009)
22
En este sector se incluyó la actividad petrolera en cada departamento.
76 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
El autor señala que a partir de esta fuerte dependencia del sector petrolero, la economía
de la Orinoquia y del Casanare con su participación en el PIB dependía aproximadamente
en el 80% de esta actividad, lo cual desplazaría otras actividades económicas23. Para la
comprensión del boom petrolero es importante comprender el carácter multi-escalar del
extractivismo, pues una actividad localizada tiene todo un engranaje nacional e
internacional donde confluyen actores, políticas, discursos y prácticas. Además la
producción de rentas y sus efectos si bien es localizada, tiene un impacto a nivel mundial
en la dinámica petrolera por tal razón debido a este auge, Colombia se posiciona como un
país exportador de petróleo a nivel nacional. Entre enero y abril de 2015 se reportó
aproximadamente la producción de 182.051 barriles diarios, según cifras de la Agencia
Nacional de Hidrocarburos.
La demanda mundial del petróleo más la apertura del mercado de los noventa en Colombia
permitió que el Casanare, especialmente los municipios de Aguazul y Tauramena se
convirtieran en focos de interés a nivel mundial. Jorge Garay en su investigación
Descentralización, bonanza petrolera y estabilización (1994) afirma que la política petrolera
fue una causa y consecuencia de la crisis de la deuda y visibiliza una dependencia hacia
los recursos naturales a nivel mundial, en este caso los hidrocarburos. Por esta razón el
estado colombiano genera una fuerte dependencia y confianza en inversiones extranjeras
por lo cual la “apertura económica de los noventa” y la flexibilización de las condiciones
reglamentarias, configuran un escenario para atraer empresas transnacionales para
estimular la exploración y la extracción de recursos naturales.
El auge petrolero del Casanare generaría una dependencia de cada uno de los actores del
territorio hacia la actividad petrolera. La presencia de la empresa brindaría una noción de
progreso a lugares como Aguazul: las personas recuerdan que fue durante estos años
donde empezaron a construirse vías y cableado eléctrico, entre otros. Durante estos años
23
Las personas recuerdan que actividades relacionadas con los cultivos de pan coger empezaron
a disminuir considerablemente y los alimentos empezaron a llegar de otros lados, especialmente
del Meta y Boyacá (mujer adulta, Notas de campo, 2012).
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 77
24
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) fue fundada el 14 de septiembre
de 1960 resultado de unos acuerdos previos establecidos en el primer Congreso Petrolero Árabe
realizado en El Cairo (Egipto), a iniciativa del Gobierno de Venezuela presidido por Rómulo
Betancourt, por el entonces ministro de Minas e Hidrocarburos venezolano Juan Pablo Pérez
Alfonzo y por el ministro de Petróleo y Recursos Minerales de Arabia Saudita, Abdullah al-Tariki.
78 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
participan en esta actividad, lo que genera que se desarrolle una integración basada en
una actividad extractiva en varias escalas y con demandas mundiales.
25
Para el autor el proceso de acumulación por disposición es un método del capitalismo para
enfrentar crisis de sobreacumulación, cuando excedentes de capital (o fuerza de trabajo)
permanecen ociosos sin rentas. En ese sentido, el capital “sobreacumulado” se invierte en activos
(como una tierra vacía o fuentes de materias primas) que si no están disponibles, se producen de
algún modo, se generan activos a un precio muy bajo para tomar estas fuentes o rentas.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 79
soportar todas las servidumbres legales que sean necesarias para realizar las
actividades de exploración, producción y transporte de los hidrocarburos, salvo las
excepciones establecidas por la ley. Se entenderá que la servidumbre de ocupación
de terrenos comprenderá el derecho a construir la infraestructura necesaria en
campo e instalar todas las obras y servicios propios para beneficio del recurso de los
hidrocarburos y del ejercicio de las demás servidumbres que se requieran. (Artículo
1, Ley 1274 de 2009).
Igualmente el decreto 1056 de 1953 establece que el petróleo o “las mezclas de naturales
de hidrocarburos que se encuentran en la tierra, cualquiera sea el estado físico de aquellas,
y que componen el petróleo crudo, lo acompañan o se derivan de él” (Artículo 1), son
propiedad de la nación y es de utilidad pública en todas su fases de producción,
procesamiento y distribución, al igual que el subsuelo. Lo anterior brinda un elemento
característico de las actividades extractivas: el territorio no sólo se plantea desde la
horizontalidad sino desde la verticalidad. Elden plantea que es necesario considerar que
el territorio contiene una dimensión que funciona verticalmente mediante políticas y
técnicas de control del subsuelo, la cual para el caso petrolera es fundamental para
comprender las lógicas de poder y los alcances que tiene cada uno de los actores
involucrados en esta actividad. El autor afirma que “la verticalidad es significativa en la
medida que le agrega peso y profundidad al plano horizontal, lo que magnifica la posibilidad
de una locación relativa, lo que significa mayor control” (Bridge, 2013). En ese sentido
Elden obliga a pensar la problemática del extractivimo en un sentido vertical, considerando
el subsuelo en una lógica donde “la verticalidad introduce un problema de acceso donde
el subsuelo implica el derecho al subsuelo estatal” (Bridge, 2013)
tierra, como sucede con los beneficios que las Servidumbres Petroleras brindan a las
empresas, como un proceso de desterritorialización que se da por la vía legal. Además
con la llegada de las petroleras se establecieron nuevas relaciones dentro del territorio, de
la comunidad con la empresa. Esta relación podía establecerse por medio de lo laboral, no
obstante la British Petroleum empezó a desarrollar una política del buen vecino para dirimir
algunos conflictos con la comunidad ante su presencia.
Si bien el proceso extractivo tuvo su auge en los noventa y parte de la década del 2000,
acompañado por una serie de procesos y dispositivos que fortalecieron el ejercicio
territorial de la empresa, debido a estas dinámicas multi-escalares el petróleo empieza a
tener una caída en el 2008 a nivel mundial (prensa). Como se observa en la gráfica 5 y 6
el proceso de producción petrolera empieza a tener un decrecimiento a finales de la década
del 2000, el cual tuvo sus repercusiones a nivel local. Una de ellas fue el despido de varios
trabajadores de las empresas petroleras, que en su mayoría eran obreros que
antiguamente eran campesinos de la zona (nota). De esta forma las personas del
piedemonte aguazuleño no encontraron más oportunidades de empleo en la empresa, así
mismo la noción de abundancia que la empresa brindaba empezó a desvanecer.
Nacional con el Frente José David Suárez perteneciente al Frente de Guerra Oriental,
especialmente en los municipios que hacen parte del piedemonte: Aguazul, Tauramena,
Yopal, Hato Corozal, Paz de Ariporo y Sácama. Por parte de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia –FARC- ha contado con la presencia del Frente 56
perteneciente al Bloque Oriental en los municipios de Chámeza, Tauramena, Maní y
Recetor.
Con el auge del petróleo y la llegada de las empresas, el conflicto armado en la región
toma otra perspectiva debido a la presencia de grupos insurgentes, las petroleras vienen
acompañadas con ejército para proteger los pozos y su infraestructura. Desde entonces
empieza a fortalecerse una confrontación territorial que se expresa en el plano militar, la
cual no sólo comprende a los pozos y las zonas de extracción, sino todo el andamiaje que
permite la extracción de petróleo en el piedemonte. La consolidación del modelo extractivo
no hubiese sido posible sin un proceso de militarización del territorio (entendido desde el
papel de todos los actores armados que confluyen allí). Pierce menciona que lo que sucede
con la llegada de las petroleras y el escalamiento del conflicto es un “proceso de
militarización multipolar en Casanare y su relación con las reclamaciones territoriales, la
búsqueda de rentas y la acumulación de riqueza” (Pierce, 2004; 22).
de petróleo en el Casanare, con su presencia el ELN los declaró objetivo militar (Pierce,
2004; 23), la presencia de grupos paramilitares no era tan fuerte a principios de la década
de 1990 pues algunos sólo cobraban vacunas a algunos contratistas de la empresa.
Durante los primeros años de actividad de Cupiagua (Aguazul) el ELN hizo varios ataques
al pozo petrolero (El Tiempo, 8 de octubre de 1996), en su momento la XVI Brigada del
Ejército custodiaba las zonas aledañas a los pozos. Sin embargo, el ELN continuaba los
ataques y hostigamientos hacia la BP y su infraestructura. Según archivos de prensa para
1996 los hostigamientos realizados por parte del ELN hacia la empresa, su infraestructura
y contratistas había aumentado considerablemente. En junio de 1997 la BP suspendió
actividades de extracción debido a que el ELN declaró “objetivo militar” al personal de las
instalaciones de Cupiagua y su infraestructura (Inter Press Service, 2 de junio 1997), pues
afirmaban que la extracción atentaba contra la soberanía nacional.
A partir de estas acciones la BP empieza a hacer alianzas con la brigada del Ejército con
presencia en la zona la cual consistía en prestar servicios de vigilancia permanente,
además, realizar inteligencia a quienes protestaban en contra de la presencia de la
petrolera en la región. Para Julio de 1997 se presentaron denuncias del Parlamento
Europeo acusando a la BP de participar en graves violaciones a los derechos humanos en
el Casanare (El Tiempo, 3 de julio de 1997), donde señalaba la participación del Ejército
en graves afectaciones sociales y ambientales en los lugares donde hacía presencia.
ponchos” (Mujer adulta, notas de Campo, 2014) en los alrededores de los pozos
hostigando las personas, quienes también realizaban rondas durante las horas de la noche
y la madrugada. Así, el rumor de la articulación de ejércitos privados para defender la
infraestructura y el personal de la empresa petrolera British Petroleum. Estas denuncias
por parte de la comunidad fueron aumentando generando que lo lugares cerca de los
pozos petroleros se configuraran en lugares de horror.
26
Grupo apoyado por Carlos Castaño, máximo líder paramilitar de las Autodefensas de Córdoba y
Urabá.
27
Estos grupos fueron fundados por el esmeraldero boyacense Víctor Carranza, que menciona que
tenía vínculos con los terratenientes tradicionales de la región quienes trabajaban en las minas de
esmeraldas y laboratorios de coca en el Guaviare y Vichada.
86 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Fuente: Benetech Human Rights Program. Los que faltan por contar: Una estimación de la violencia letal en Casanare, Colombia. Febrero
de 2010.
Fuente: Benetech Human Rights Program. Los que faltan por contar: Una estimación de la violencia letal en Casanare, Colombia. Febrero
de 2010.
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 87
Gráfico 11. Desapariciones estimadas y observadas por año en Aguazul y Yopal (1998-
2007)
Fuente: Benetech Human Rights Program. Los que faltan por contar: Una estimación de la violencia letal en Casanare, Colombia. Febrero
de 2010.
A partir de las anteriores gráficas el escalamiento del conflicto empieza en el año 2000,
para Aguazul y Yopal el aumento de homicidios desde el 2000 es considerable y se
mantiene hasta el 2005, periodo que concuerda con el accionar de los grupos paramilitares
y el auge de la actividad petrolera. Varias personas sufrieron procesos de despojo por parte
de la BP, pues muchos de los desplazamientos se provocaron en área de interés del
proyecto extractivo:
“Como nosotros hubieron otras personas que salieron de la región por culpa de las
amenazas de los paracos. Nosotros tuvimos que desplazarnos a Bogotá y dejar la
finca en Aguazul, nosotros hacíamos parte de la ANUC departamental de ese
entonces. Es que los paracos estaban en todos lados, desde las alcaldías hasta en
las empresas. Allá donde estábamos era Martín Llanos que era el que pedía vacuna
y uno no podía hablar, ni decir nada, ni de riesgos” (Mujer adulta, Bogotá, 2014).
88 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Para CINEP (2011) con el fortalecimiento de estos grupos la persecución a personas que
se oponían a la presencia de las empresas aumentó, las alianzas que existían entre la
empresa y los grupos paramilitares permitieron la persecución, amenazas y
desplazamientos de personas que se oponían al modelo de desarrollo extractivista.
Aproximadamente para este periodo se cuenta con 1.029 personas desaparecidas en el
departamento según el Centro de Investigación y Educación Popular –CINEP- (CINEP/PPP,
2011). La violencia y la vigilancia son formas en que la empresa fragmenta éticas locales
e impone formas de cómo habitar el territorio. Para las personas del Casanare que se
desplazaron a Bogotá, recuerdan que aquella fue de las épocas más violentas que se vivió
en el territorio (Mujer adulta, Conversación, Bogotá).
En ese sentido la búsqueda por los recursos naturales cumple un rol en el escalamiento
del conflicto armado, pues el petróleo se configura como una renta para los mismos actores
armados y la empresa. También los grupos paramilitares vigilaban y protegían la
infraestructura petrolera como por ejemplo la protección del oleoducto OCENSA, esta
presencia les facilitaría llevar a cabo una estrategia de estigmatización y señalamiento
hacia las comunidades campesinas por ser presuntamente colaboradoras de la guerrilla
como lo señaló el ex comandante paramilitar Mejía Muñera en su versión libre (Verdad
Abierta, 2012). Las alianzas entre estos grupos, la empresa y los políticos locales 28 generó
una agudización en la tensión que se presentaba con la comunidad. Durante este proceso
la BP logró consolidar aliados para el desarrollo de la actividad extractiva en lo político,
económico y territorial. Lo anterior se ve expresado en las rentas que la BP brindaba a los
grupos paramilitares para mantener su vigilancia, por ejemplo, Martín Llanos quien definía
28
Un caso concreto: en versión libre ante la Fiscalía, en el marco de la Ley de Justicia y Paz, alias
“El Diablo”, miembro de las Autodefensas Campesinas del Casanare, este afirma que la British
Petroleum aportaba 200 millones de pesos anuales a los paramilitares, además que hubo políticos
que pidieron su apoyo para subir a puestos públicos, como sucedió con Raúl Cabrera, alcalde de
Villanueva, en el 2003, quien hacía parte del Pacto del Casanare (Verdad Abierta, 2009), lista de
seis alcaldes del departamento que tuvieron nexos con grupos paramilitares28 (Verdad Abierta,
2012).
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 89
las obras a ejecutar y de las cuales recibía un 10% por adelantado 29 (Nota el Espectador,
2008).
Estas movilizaciones empezaron a ser señaladas de ser infiltradas por la guerrilla, razón
por la cual varias personas fueron amenazadas, asesinadas o confinadas por grupos
paramilitares, como sucedió en 1995 con la muerte de Carlos Arriguí, líder de la Asociación
Departamental de Usuarios Campesinos – ADUC- y opositor de la extracción petrolera en
29
Otro caso es el de Raúl Cabrera. En el marco de las versiones libres adelantadas por Justicia y
Paz, alias El diablo, miembro de las Autodefensas Unidasde Casanare, afirmó que la British
Petroleum Company aportaba alrededor de doscientos millones de pesos anuales a este grupo
paramilitar.
30
Algunas de estas organizaciones fueron ASOCCOCHARTE -Asociación de las Juntas de la Unión
Charte-, ACDAINSO –Asociación Comunitaria para el Desarrollo Agroindustrial de El Morro- y
ASOVEC –Asociación de Juntas Veredales de Cunamá-. El papel de estas organizaciones se
abordará en el siguiente capítulo.
31
Defensoría del Pueblo, (1998) Informe sobre la explotación petrolera en el Casanare y Problemas
Ambientales Casanare, febrero.
32
Ver ‘El Diablo’ de ‘Martin Llanos’ en Cundinamarca, articulo del 19 de Junio de 2012. Ver artículo
completo en: http://www.verdadabierta.com/justicia-y-paz/versiones/525-autodefensas-
campesinas-de-casanare/4063-el-diablo-de-martin-llanos-en-cundinamarca
90 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
33
Carlos Arriguí fue un líder campesino de la ADUC en el Casanare que se opuso al desarrollo
extractivista y la presencia de empresas petroleras en el departamento. Su asesinato se llevó a
cabo en Abril de 1995 después de una protesta cívica en El Morro (Yopal) contra la British
Petroleum.
34
A partir de esta violencia las propuestas de desarrollo del campesinado se debilitaron, al igual
que la capacidad organizativa y el tejido social comunitario. Algunas organización que
desaparecieron fueron de la Asociación Departamental de Usuarios Campesinos del Casanare
(ADUC), la Asociación Comunitaria para el desarrollo Agroindustrial y social del Morro y la
Asociación de Veredas de Cunamá (ASOVEC) (Pueblos, 2007)
Capítulo I: Historia del Casanare, configuración territorial y petrolera 91
Antes de la llegada del petróleo el campesino del Casanare se reconocía por ser una
persona humilde. La relación que tenía el campesino aguazuleño con lo agrícola era
estrecha, se cultivaba yuca, maíz y otros productos para sostener las familias; tradición
también del campesino de los andes. Si se pudiera afirmar en qué consiste la territorialidad
campesinas luego del auge petrolero en Aguazul se podría decir es fragmentada, débil y
despojada. La empresa por medio de la violencia y el trabajó logró disponer del
campesinado: de su fuerza de trabajo, de sus relaciones socioterritoriales e identidad. Una
de las mayores formaciones de este proceso extractivo es un poblador rural sin relación
con su territorio, por ejemplo como sucedió con los jóvenes:
Eso llegó el SENA y pues lo que ofrecían eran carreras técnicas de manejar
máquinas o certificarse en temas petroleros, para nosotros los jóvenes fue una
opción de trabajo de mantenernos, pero ninguna de ellas era trabajar en la tierra,
estar en la finca. Todo era por el petróleo. Incluso hoy hay muchos jóvenes que por
ahí cuidan ganado pero no saben nada de lo que es el sembrar y trabajar en jornales,
tienen su moto, sus cosas y ya.(Joven, vereda Plan Brisas, Notas de campo, 2012).
Esto se acentuó con la caída de los precios después del 2008, la cual como se había
mencionado anteriormente produjo una serie de despidos masivos en el departamento,
reflejándose en la desarticulación y la pérdida de prácticas del campesinado frente a lo
agropecuario. Las comunidades campesinas ante esta caída encontraron el despojo como
uno de los resultados de la presencia de la BP, “nos quedamos sin nada” las personas
recuerdan. El despojo para estas comunidades no sólo se entiende frente a la propiedad
o el desplazamiento, sino a pérdida de prácticas tradicionales que los configuraban como
comunidad campesina, un rasgo importante es que las comunidades cambiaron pues
92 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Otro resultado de la fuerte presencia de la empresa en el territorio es que esta reem plazó
a estado en el diálogo con las comunidades, si bien la presencia de la empresa en su
mayoría fue nociva para varias comunidades campesinas, muchas de ellas aceptan la
construcción de vías o alguna infraestructura, acción que para las comunidades le compete
al estado.
Otro ejemplo de las desigualdades que provocó la actividad petrolera fue la escases de
agua, ya anteriormente se había mencionado la importancia del agua para las
comunidades campesinas, para sus prácticas y subsistencia. Las sequías que se
desarrollaron a partir del auge petrolero promovieron la configuración de nuevas
reivindicaciones colectivas alrededor del ambiente. Además, a partir de la crisis del
petróleo la empresa debilitó uno de los vínculos que promovía su legitimidad en las
comunidades: el trabajo. Lo anterior genera en las comunidades el retorno a las pequeñas
charlas entre vecinos, ya no alrededor de la llegada de la petrolera sino su salida, la
necesidad de reconstruir el vínculo con la naturaleza y la necesidad de exigir a la empresa
medidas para resarcir los daños socioambientales provocados durante los últimos veinte
años.
El extractivismo configuró un panorama social adverso, pues junto con los territorios
petroleros también emergió el campesinado de agua y petróleo. Describo este sujeto como
el campesino que cambió sus actividades productivas, sus relaciones sociales y su
comprensión hacia el territorio por la necesidad y las demandas del modelo extractivista
en el Casanare. No obstante a pesar de estar permeado por un modelo extractivo, no lo
toma como propio. Este sujeto sigue siendo un campesino en sus prácticas cotidianas, con
una relación material con su territorio. Sin este sujeto no hubiese sido posible la re-
emergencia de un movimiento social en el Casanare.
Capítulo II: emergencia y configuración de
movimientos socio-territoriales frente al
extractivismo: una propuesta territorial frente
al petróleo
La década de 1990 y los primeros años del Siglo XXI se caracterizaron por un incremento
en la actividad petrolera. Como se mostró en el capítulo I, durante este periodo se presentó
la llegada de las empresas al territorio, transformando la vida de las comunidades que
habitaban allí. Algunas de las transformaciones que se presentaron debido a la entrada de
las petroleras y la consolidación de un modelo de desarrollo extractivista en el territorio
fueron el cambio de actividades laborales, la desarticulación de la economía familiar
basada en la pequeña ganadería y los cultivos de pan coger, el aumento de población
foránea y los impactos ambientales sobre las montañas y las fuentes de agua.
Foto tomada en el marco de una misión con COSPACC (2012). Archivo personal.
El punto de quiebre es la caída de los precios del petróleo desde 2008, evento que
evidencia que la extracción tiene un límite y que la economía local del Casanare dependía
de esta actividad. La escasez es la piedra angular de la emergencia de este movimiento,
asociaciones y organizaciones que exigen su derecho al territorio libre de extractivismo y
98 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
En este contexto, el territorio es el eje que articula las forma en que las comunidades
habitan y transforman el espacio, asimismo se organizan alrededor de este. Sus dinámicas
integran formas en que las comunidades se asocian y responden a sus necesidades y
problemáticas, razón por la que los territorios campesinos agroalimentarios se configuran
como una propuesta frente al territorio extractivista. La introducción de un modelo petrolero
ha generado que las comunidades se organicen de determinadas formas, ha desarticulado
la economía campesina y ha concentrado la relación de las comunidades alrededor del
trabajo. No obstante, el petróleo generó también otras formas de organización como fueron
los sindicatos.
reglamentar las JAC y los alcances legales que estas podían ejercer. Finalmente, a través
del decreto 1930 de 1979 se empieza a reglamentar el funcionamiento de las JAC y
posteriormente su potestad en la asignación de tareas frente a solucionar problemas y
necesidades de las comunidades en varios lugares del país. Puede afirmarse que las
juntas se configuraron como el corazón de la organización comunitaria en Colombia y el
Casanare no fue la excepción.
35 La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos fue creada por el gobierno de Carlos Lleras
Retrepo a partir del decreto 755 de 1967 y la resolución 061 de 1968. Según Silvia Rivera (1982) el
propósito de esta organización era incorporar al campesinado y brindarle alternativas frente a la
crisis política que se vivía a partir del bipartidismo.
36 Tomado del Archivo de la Corporación Social para la Capacitación Comunitaria –COSPACC-.
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Después, con la llegada de las petroleras, la empresa se configura como un nuevo actor
que entra en el campo de disputa, lo que obliga a la organización campesina a construir
otras estrategias, teniendo en cuenta que surgen otras organizaciones relacionadas con la
actividad petrolera: los sindicatos petroleros. Estos últimos recogían las banderas
alrededor del acceso al trabajo y mejora de las condiciones laborales y en sus inicios no
abogaban por la no presencia de las empresas, ni denunciaban sus afectaciones
socioambientales en el territorio, pues las denuncias frente a las afectaciones a la
naturaleza y el medio ambiente no eran reivindicaciones en ese momento.
37
Carta Junta de Acción comunal La Victoria, Aguazul, 19 de enero 1990. Archivo COSPACC.
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“En ese entonces el alcalde era este señor Luis María Jiménez y todo el tiempo a
uno le tocaba decir qué quiubo, que donde está el Incora, qué cuales eran las tierras
pa’ los campesinos y cosas así, pero no, eso al parecer había un interés más grande
que el campesinado. Luego pues tocó ir a Yopal a tomarse las oficinas” (Líder,
Bogotá, 2015).
Una estrategia utilizada por las organizaciones campesinas para ejercer presión ante
alguna entidad fue la realización de varias acciones de hecho, entre ellas la toma a la
oficina del Incora en Yopal el 15 de abril de 1991 en la cual campesinos de veredas de
Aguazul y Yopal exigieron el acceso a créditos y “tierra para trabajar”. Para Fernandes
(2008) esta disputa por la tierra es una dimensión central en las estrategias de las
organizaciones campesinas, pues comprende una acción de resistencia inherente a la
formación del campesinado en el marco del proceso de fortalecimiento del capitalismo.
Estas acciones se pueden entender como acciones colectivas. Charles Tilly (1978) las
define como una acción ejercida por una colectividad que comparte intereses comunes, en
este caso el acceso a la tierra y también organiza estructuras formales para desarrollar
acciones de movilización. Las primeras acciones colectivas de los campesinos
organizados en Juntas y asociaciones fue la exigencia de derechos alrededor de la tierra
y el acceso a la misma. Igualmente, otras acciones que se relacionaron con esta
organización se relacionaban con la necesidad de visibilizar elementos de identidad del
campesinado, como fueron las tiendas comunitarias, cooperativas y otras actividades
agrícolas en las veredas donde las JAC tenían incidencia.
La entrada de las empresas petroleras también otorgó un rol significativo a las JAC,
quienes articulaban varias familias campesinas de las veredas del piedemonte. Para las
empresas, especialmente para la British Petroleum, las JAC representaban el primer
escenario organizado para mediar con los campesinos que habitaban lugares estratégicos
para la extracción. Por otro lado, las JAC empezaron a denunciar los daños ocasionados
por la actividad petrolera en sus fincas, al igual que el uso y la apropiación de predios por
parte de la empresa.
La tierra siguió siendo un eje articulador de los discursos, prácticas y acciones de las
comunidades campesinas frente a las empresas petroleras, pues como menciona Galindo
“cada vez que se explota un pozo petrolero, se congelan cinco kilómetros alrededor de un
pozo; hasta el punto de que unas 350.000 hectáreas están congeladas” (Galindo y
Jauregui, 1998; 5). No sólo la presencia de las empresas potenció los conflictos sobre la
propiedad y el acceso a la tierra, esto se expresó en la agudización de conflictos
socioterritoriales donde las nociones sobre el territorio de las comunidades campesinas se
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De acuerdo con este panorama, las petroleras empezaron a desarrollar una estrategia de
acercamiento con la comunidad, la cual consistía en donaciones de materiales como
canecas e implementos para las escuelas. También dotaciones para las JAC y otras
acciones que solucionaban pequeños problemas de las comunidades que habitaban
algunas veredas de influencia. A pesar de que las petroleras respondían a algunas
peticiones con pequeñas ayudas, no resolvían los conflictos asociados con su presencia
en el territorio y los daños que estos ocasionaban a la naturaleza. Sin embargo, gracias a
estas acciones encabezadas por la British Petroleum como la “política del buen vecino”,
las empresas lograron posicionarse como una autoridad que regulaba, en ciertos
escenarios, la vida social de las veredas y posicionarse como una política. Estas políticas
empiezan a desarrollarse con el fin de acercarse a la comunidad brindándole elementos
que son obligaciones del estado, como escuelas, vías o pequeñas ayudas para solventar
las necesidades cotidianas de las comunidades. En ese sentido la BP a partir de su política
de responsabilidad social empieza a ejercer un rol de paternalismo y solución de
problemáticas coyunturales de la comunidad con el fin de ganar legitimidad en las
comunidades y aceptación sobre su presencia y actividad. Para lugares donde la
territorialidad del estado no ha estado presente, estas acciones superficiales de las
empresas y los roles que empiezan a desarrollar frente a las comunidades son estrategias
de aceptación por parte de estos actores.
Otras denuncias se basaban en la inequidad de los empleos ofrecidos por las empresas,
pues este elemento empezó a ser un punto de conflicto entre las personas que llegaban y
quienes querían participar de las actividades petroleras en la región. Además, el trabajo
que brindaba las empresas fue un factor de conflicto entre quienes no apoyaban la
actividad petrolera en el Casanare y quienes veía beneficios en esta. Finalmente, este
espacio público sirvió como un ejercicio político para denunciar los daños ambientales
ocasionados por la British Petroleum en los pozos de Cupiagua y la necesidad de reparar
a las comunidades. Los espacios públicos son escenarios de confrontación y discusión
106 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
que llegaron a los lugares petroleros. Por ejemplo, uno de las acciones más significativas
para el movimiento campesino en el Casanare fue la instalación del Primer Congreso
Departamental Campesino de la ANUC que se llevó a cabo en Yopal en diciembre de
199138, con el propósito de denunciar la presencia de las empresas petroleras en el
territorio y exigir el pago adecuado de regalías, y el cual recogía las denuncias sobre la
situación del campesinado en el Casanare frente a la titulación de predios. Esta afectación
relacionada con la familia, argumentan, fue uno de los hechos que generó la
desestructuración de la economía familiar en el piedemonte. Otras de las conclusiones de
este foro fueron las denuncias de las comunidades rurales y urbanas de los municipios
afectados por la llegada de las empresas, entre ellas estaban las denuncias por la aparición
de casos de SIDA relacionados con la llegada de nuevos trabajadores de las empresas y
su relación con el aumento de actividades “libres” relacionadas con la prostitución como
uno de los cambios que se estaban presentado 39.
38 Conclusiones Foro Petrolero realizado en Yopal, 1991. Memorias de este foro expuestas en el
Seminario “Por la defensa de Cusiana” realizado en Bogotá el 30 de abril de 1992. El borrador de
las memorias de este Congreso recogen las denuncias sobre la situación del campesinado frente a
la posesión de tierras y sus exigencias frente a la necesidad de una presencia estatal. Archivo
COSPACC.
39 Ibíd.
108 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Luego con la Ley 99 de 1993 se da la creación del Ministerio del Medio Ambiente las
estrategias políticas de los campesinos empiezan a tener diferentes escalas, ya no sólo
eran las demandas locales a las empresas o los funcionarios que estaban en el territorio,
sino demandas nacionales ligadas al litigio estratégico. En ese sentido las acciones de los
campesinos son multidimensionales pues iban desde las vías de hecho hasta las cartas
dirigidas a miembros de las entidades correspondientes, configurando “la protección del
medio ambiente” como una reivindicación política y territorial de las organizaciones.
“la explotación de nuestras riquezas empeora cada día más, quienes se benefician (sic)
son las compañías extranjeras, mientras nosotros nos debemos conformar con las mal
40 ADUC (1994) Encuentro regional de integración de veredas aledañas al Morro. 3 de Julio 1994.
Archivo COSPACC.
41 Ibíd.
110 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Los impactos socioambientales empezaron a ser cada vez más intensos. La contaminación
y las afectaciones generadas por la empresa son una forma de privatizar la naturaleza y
despojar a las comunidades locales del acceso a los recursos. La contaminación del agua
fue en un principio una de las reivindicaciones más fuertes de las organizaciones frente al
tema ambiental, para ello se desarrollaron varias estrategias para poder escalar esta lucha,
no sólo la necesidad de construir un acueducto o una forma de saneamiento, también
alertar a las autoridades ambientales frente a la situación. Frente a esto vale la pena aclarar
que la posición del estado para este entonces se ve reflejada tanto en las entidades
ambientales que permitieron las concesiones para tomar agua de las fuentes hídricas por
parte de la empresa y los permisos que otorgaba para el cercamiento de predios. El papel
del estado es interesante, pues juega un rol de poder de mediador y favor de la empresa;
esto bajo la premisa del discurso del desarrollo.
Varias acciones fueron adelantadas durante la década de 1990, pero con el ingreso y
fortalecimiento de grupos paramilitares en 1998 y el asesinato de Carlos Mesías Arriguí,
un líder de la ANUC departamental, fueron el comienzo del decrecimiento del movimiento
social en el Casanare a finales de 1990. Además, como se evidenció en el anterior capítulo,
el escalamiento de la violencia ejercida por actores armados tuvo su pico después del
2000, provocando durante esa década desapariciones, homicidios selectivos y la
desarticulación de iniciativas organizativas.
A partir de lo anterior podemos afirmar que el primer giro hacia lo ambiental por parte de
las asociaciones y organizaciones campesinas en el Casanare se presenta en la década
de 1990. Este giro es provocado por los primeros impactos de la actividad extractiva en el
Casanare, el cual en primera medida afectó los predios de las fincas campesinas y
posteriormente, los recursos de las comunidades como las fuentes hídricas. Estas
dinámicas propiciadas por las actividades extractivas de la empresa no sólo configuran
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Esta primera disputa ambiental entre las comunidades y las empresas resaltó la
contraposición de territorialidades diferentes y adversas que se estaban confrontando en
el territorio: la de la empresa y la de las comunidades campesinas. Para ese entonces, el
aumento de la violencia y la intimidación hacia las comunidades campesinas logró
posicionar la territorialidad ejercida por la empresa petrolera como hegemónica, hecho que
contribuyó a la consolidación del modelo extractivo en el piedemonte. En ese sentido y
tomando la cita anterior, la territorialidad de la empresa desencadena la fragmentación de
relacionamiento, uso y control de la naturaleza por parte de las comunidades campesinas,
lo que facilitó el desarrollo de transformaciones territoriales asociadas al extractivismo.
las posibilidades no sólo de pensar una forma de estar en el territorio, sino de comprender
su relación y los derechos que habían sido vulnerados años atrás.
Recorrer el Casanare ayuda a comprender que la historia del petróleo está atada a la
historia de las organizaciones sociales en la región y la violencia ejercida hacia estas. No
obstante, la historia organizativa de las comunidades campesinas no comienza con la
presencia en el territorio, anteriormente existían organizaciones a nivel veredal, municipal
y departamental. En la década de 1970 se crea la Asociación Nacional de Usuarios
Campesinos en el Casanare, la cual logró reunir las juntas veredales y otras
organizaciones campesinas alrededor de una reivindicación: el acceso a la tierra. Así, se
empezaron a adelantar tomas de tierras y estrategias donde las comunidades exigían la
necesidad de legalizar la propiedad y entregar tierras al campesinado.
114 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Este ejercicio por parte de la ANUC y las organizaciones campesinas que la fortalecían
son reconocidas por parte de las personas que aún están presentes en el territorio, como
una forma de articulación política que reivindicaba al campesinado y su falta de
condiciones. Este ejercicio organizativo estaba conformado desde la familia que
participaba en las reuniones veredales, hasta los dirigentes campesinos de la organización
departamental. Estas redes locales fueron destruidas con la entrada del petróleo pues el
extractivismo contribuyó a la desarticulación de juntas veredales y familias, luego la
violencia ejercida por parte de grupos paramilitares asesinó, desapareció y desplazó a
varios líderes y lideresas de esta organización.
Para el 2000 las Autodefensas Unidas del Casanare lograron consolidar un control
territorial que conlleva la desarticulación y desaparición de la mayoría de las
organizaciones sociales y comunitarias en el departamento. Con su desmovilización en
diciembre de 2005 las personas del Casanare que vivieron la violencia seguían con miedo,
y quienes permanecieron en el territorio quedaron desamparados y disponibles ante las
posibilidades que les brindaba la actividad petrolera. Por otro lado, las personas que se
vieron obligadas a desplazarse durante este periodo de violencia tenían miedo de volver y
así transcurrieron varios años. El Casanare después de 2009 seguía siendo un lugar de
alto riesgo para aquellos que defendían la vida y el territorio, las personas de estas
organizaciones de Derechos Humanos iban acompañadas por ONGs veedoras como
Peace Brigades International o International Amnesty. Estos pequeños retornos
consistieron en oportunidades para volverse a encontrar con las personas que
permanecieron, líderes y lideresas siguieron su vida en un piedemonte apoderado por el
modelo extractivo.
Varios de estos líderes y lideresas cuestionaron las acciones y las alianzas de la British
Petroleum, así como su presencia en el territorio. Las quejas y la inconformidad era el
común entre las personas de las veredas de Plan Brisas, El Paraíso, Cunamá y otros
pequeños caseríos ubicados en el piedemonte aguazuleño. Las quejas se centraban
alrededor de la actividad petrolera que desarrollaba la empresa y la presencia de la
“sísmica” en algunas veredas:
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eso llegaban con esos taladros y ¡¡¡traaaaa!!! A demoler toda la montaña. A esas
personas no les importan nada y mire que en la vereda nadie dice nada porque le
da miedo, además llega esa gente con esos taladros que usted no se imagina, eso
es enorme, pero ese ruido es que ya no haiga nada, es que todo se destroza. Allá
llegó la famosa sísmica con esa 3D y yo no sé qué cosas, y ni idea que es eso.
Campesino habitante de la vereda El Paraíso, Aguazul, Taller minero
energético, Yopal, 2014.
Así la quema a altas horas de la noche en los pozos, la presencia permanente del Ejército
Nacional con la instalación del Batallón de entrenamiento No. 16 al lado del CFP Cupiagua,
comprendían otras de las molestias de las comunidades campesinas. La “petrolera 42”
brindaba a las personas trabajos muy esporádicos y la mayoría volvió a sembrar poco a
poco en sus fincas sin la abundancia de años anteriores, sumándole a esto los daños a las
quebradas que la actividad extractiva generó en el territorio con los años. Las quejas se
hacían cada vez mayores entre las comunidades y el rumor empezó a ser una forma en
que las personas se comunicaban sin necesidad de organizarse:
de confesión donde las personas contaban los desmanes de la empresa contra sus fincas
y luego, de la violencia contra sus cuerpos.
Las primeras reuniones que se empezaron a dar se realizaron en varios lugares como la
tienda, la cancha o la escuela; lugares que históricamente han sido considerados como
“lugares comunes”. Luego estos encuentros empezaron a configurarse como formas de
hablar lo que estaba sucediendo en las veredas y de las necesidades que estaban pasando
las comunidades campesinas, las cuales no eran ajenas a las reivindicaciones de la
década de 1970: el acceso a la tierra, el mejoramiento de condiciones de salud y
educación, la adecuación de vías y las condiciones para la comercialización de los
productos. Sin embargo, la intensa actividad petrolera por 15 años sumó dos
reivindicaciones que articularías las nuevas organizaciones y comunidades campesinas
del piedemonte: el agua y la soberanía alimentaria.
Por esa razón el discurso de los Derechos Humanos y el territorio empezó a configurarse
como una herramienta para que las personas se familiarizaran con mecanismos de
protección legal frente a la violencia. En un principio se podría afirmar que este discurso
se configura como una de los principales argumentos para que las personas se
organizaran en asociaciones, como sucedió en el 2012 con la Asociación de Jóvenes
Aguazuleños –ASOJA- y posteriormente la Asociación Casanareña de Jóvenes y
Estudiantes –AJOCARE-, quienes fueron jóvenes que empezaron a reunirse a partir de los
señalamientos de miembros de la fuerza pública que hacía presencia en su vereda y
encontrar alternativas frente al servicio militar obligatorio. Esos casos son claves para
118 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
comprender que la defensa del territorio inicialmente pasa por la defensa del cuerpo como
primer escenario de disputa.
“No sólo la tierra se ve afectada, los bosques” mencionaba un líder de la zona que reside
en Bogotá, “la preocupación más grande es que el agua se secó y cuando llega el verano,
ni se diga”, continúa (Diario de campo, 2014, Bogotá). El agua y el ambiente empezaron a
configurarse como una de las mayores preocupaciones de las juntas y las comunidades
aledañas. Varias personas se quejaron de su escasez, también de la eventual sequía que
existía luego de varios años de extracción petrolera. El agua y el ambiente se convirtieron
en nuevas reivindicaciones para la organización comunal que se estaba recuperando de
la violencia ocurrida los años anteriores. El movimiento y la defensa por el agua emerge
luego de las primeras manifestaciones de los efectos de la actividad petrolera en el
Casanare, esto tiene que ver con la concepción de crisis que plantea Enrique Leff (2006a),
sobre la construcción colectiva de un imaginario de riesgo donde existe la posibilidad de
un eventual colapso ecológico.
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Los daños causados por la actividad petrolera son considerados por las personas de las
veredas como una manera en que la empresa despojó a sus habitantes de la naturaleza y
el territorio. Así las estrategias de permanencia en el territorio empiezan a ser las acciones
en que los y las campesinas construyen procesos de re-territorialización: la defensa de la
tierra, la defensa del agua y la protección de la naturaleza son las principales estrategias
para la construcción de una propuesta territorio. Para ello las organizaciones locales
generaron estrategias de trabajo alrededor de una propuesta regional de ordenamiento del
territorio en la cual el extractivismo no estuviera presente, en ese sentido la importancia de
la economía campesina como actividad que configura una identidad territorial de las
comunidades campesinas se convirtió en el eje de las disputas frente al extractivismo.
en el cual se afirma una lógica diferencial y posibilidad que construye sobre la multiplicidad
de acciones en el plano de la vida cotidiana. Los lugares son el sitio de culturas economías
y ambientes dinámicos en vez de solo nodos en un sistema capitalista global” (Escobar,
2010; 79).
Fotografía 8. Bloqueo campesino sobre la “marginal de la Selva” a la altura del río Charte.
Comunidades del piedemonte en Aguazul en el marco del paro agrario de 2014, Casanare.
extractiva genera, en ese sentido uno de los resultados del extractivismo en términos de
la desigualdad socio ambiental producida en la escasez que refleja el abuso de los
recursos naturales y una asimetría frente a los dispositivos culturales de valorización de la
naturaleza. En ese sentido Göbel (2014;19), menciona que estas relaciones están
ordenadas de manera jerárquica y tienen una relación directa con las formas de acceso a
bienes y recursos relacionados con la naturaleza.
Las coyunturas de crisis y escasez de agua que se generaban en las épocas de verano en
el Casanare produjeron que las organizaciones campesinas configuraran propuestas
alrededor del cuidado de la naturaleza, una manifestación de ello fue la consulta popular
realizada en Tauramena en diciembre de 2013, la cual fue una estrategia política de las
comunidades campesinas para frenar la actividad extractiva en aquel municipio. Estas
coyunturas encaminaron a los movimientos sociales y asociaciones locales del piedemonte
a emprender acciones ecológicas frente a la degradación de la naturaleza que provoca el
extractivismo. La consulta popular es considerada una acción de resistencia y de hecho es
una expresión local de las redes de solidaridad de las organizaciones comunales afectadas
por la exploración de hidrocarburos.
Durante esa emergencia, el papel de las ONGs como la Corporación Social para la
Asesoría y Capacitación Comunitaria, la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello y el
Cinep, se encargaron de brindar asesoría jurídica y acompañamiento a estas
organizaciones. Muchas de ellas fueron apoyadas por parte de estas ONGs en la creación
de sus estatutos o la configuración de su propósito, Fernandes afirma que estas
122 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
“ampliar la frontera petrolera hacia la zona alta del municipio y afectaría 798
manantiales, zonas de interés ambiental que según los lineamientos de la ley 99 de
1993 orienta a los municipios a proteger dichas zonas, para lo cual el municipio ha
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El agua, la escasez y el alimento fueron los elementos que los convocaron para así hablar
del territorio. La emergencia de un movimiento socioterritorial en el Casanare se
comprende debido a que son espacializados y construyen una propuesta de territorio
diferente. Además, retomando lo anteriormente mencionado y concordando con
Fernandes: “Los movimientos socioterritoriales para alcanzar sus objetivos construyen
espacios políticos, se espacializan y promueven otro tipo de territorio, de modo que la
mayor parte de los movimientos socioterritoriales se forma a partir de los procesos de
territorialización y desterritorialización.” (Fernandes, s.f, 8).
124 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
Foto tomada en el marco de una misión con COSPACC (2014). Archivo personal
Para el caso del Casanare, este movimiento emerge debido a la desterritorialización que
genera el modelo extractivista. Como se mencionó anteriormente, el extractivismo no sólo
provocó un proceso de despojo en lo material, sino en los aspectos simbólicos y culturales
del campesinado, comprendido como la acción concreta sobre la vida de las personas
afectadas por procesos de acaparamiento, exclusión y distribución desigual de los
recursos naturales (Quiroga, 2016, 11). En ese sentido la materialización de los espacios
políticos se da de acuerdo los espacios colectivos que se promueven dentro de las
asociaciones y organizaciones comunitarias como proceso de reapropiación simbólica y
material del territorio. Además, para los movimientos socioterritoriales el territorio es
esencial para su existencia, debido a que su identidad depende del espacio en donde
realizan su acción política.
mantiene viva la naturaleza y a nosotros” (Hombre adulto, Taller minero energético, 2014),
concluye un campesino de la vereda El Paraíso quien ha sido afectado por la sísmica 3D
en su territorio. Preguntar por el agua a las personas del Casanare es preguntarles por su
forma de subsistir, pues está presente en todos lados, todo el tiempo, en todo lugar. Puede
afirmarse que el agua tiene un carácter multidimensional o tiene la capacidad de articular
diversos procesos alrededor de ella.
Este trabajo parte del precepto que el agua no es un objetivo, sino que es un sujeto con
agencia como lo plantea Quiroga (2016). Pensar el agua ayuda a comprender los efectos
espaciales de los ejercicios extractivos, para el extractivismo de hidrocarburos esto se
puede abordar en dos sentidos. Uno de ellos es la configuración de escenarios y paisajes
petroleros y territorios extractivistas, donde el agua puede romper este escenario de
enclave. Además, para los hidrocarburos pensarse el agua también obliga a pensar la
verticalidad del territorio, por las afectaciones al subsuelo y las aguas subterráneas que
están albergadas allí, pues rompe las lógicas de horizontalidad y obliga a pensarse los
efectos de una actividad extractiva en varias dimensiones, entre estas los efectos que tiene
para las aguas subterráneas o los niveles freáticos, prueba de ello han sido las sequías
presentadas en el 2014.
el territorio como punto central para argumentar los procesos de despojo y devastación.
Además, la defensa por el territorio involucra y parte de la defensa de la naturaleza como
uno de los principales sujetos afectados por las dinámicas extractivas del Casanare, por la
cual esta propuesta se centra en la construcción de un espacio geográfico donde se
reconozca la territorialidad campesina, donde exista igualdad en el acceso al agua y los
recursos naturales, y donde se pueda ejercer la economía campesina con las
particularidades históricas de la región. Entonces esta propuesta integra varias formas y
estrategias de re significación territorial y de su identidad como campesino del llano, está
propuesta está atravesada por modos de vida locales y proyectos diversificados y
agroecológicos.
Foto tomada en el marco de una misión con COSPACC (2014). Archivo personal
“Es que uno se acuerda de cómo era antes. Eso el agua brotaba de la montaña (…)
esos fueron esos taladros que escondieron el agua (…) y salían camionadas de
yuca para el pueblo, antes usted podía ser pobre y humilde, y no ver riqueza ni
donde jartarse la plata, pero eso sí, había comida” Hombre adulto vereda el
Paraíso, Aguazul, diario de campo, 2014.
Además, esta propuesta se construye con base en la defensa del medio ambiente y la
protección de los sistemas ecológicos. Por ejemplo, para el Casanare la defensa del
piedemonte es vital para la permanencia de las comunidades campesinas allí, pues la
cordillera representa para ellos “la vía del agua”. En ese sentido el piedemonte se
constituye como elemento fundamental de la defensa del campesinado en el Casanare.
Carlos Duarte resalta que la importancia de estas figuras territoriales se basa en el
reconocimiento de los derechos territoriales de las comunidades campesinas, además de
reconocerlos como poblaciones que contribuyen a la protección del medio ambiente:
Estas figuras de ordenamiento territorial construidas desde lo local son propuestas desde
los procesos de autogestión del territorio la cual busca un impacto en otros lugares, por
esta razón las propuestas de las organizaciones constituyen una manera de integrar
demandas alrededor del territorio y del agua por parte de otros sectores, en ese sentido
buscan el reconocimiento de territorialidades que han sido invisibilizadas por el
extractivismo y el desarrollo capitalista, además estás nuevas identidades alrededor del
territorio son sujetos que han sufrido procesos de despojo y desterritorialización, y se
configuran a partir de la crisis y la escasez.
Vemos entonces que las organizaciones proponen una re-significación del territorio a partir
del reconocimiento de identidades campesinas llaneras, donde se desarrolle una lucha
130 Desarrollo, extractivismo petrolero y transformaciones socioterritoriales en el
municipio de Aguazul, Casanare (Colombia) 1990-2015
sobre la base territorial, con estrategias de acción política y otra concepción del territorio y
el desarrollo, como elementos de la disputa territorial con las empresas petroleras y el
gobierno nacional. En ese sentido, Fernandes Mançano (2000) menciona que los
movimientos socioterritoriales conciben el territorio como elemento esencial para su
existencia. Es así como estas propuestas campesinas pueden incluir propuestas
socioterritoriales, ya que construyen relaciones sociales que responden a la construcción
de sus territorios. Todo ello responde a una forma de gobernar el acceso a la tierra y de
controlar el territorio, donde las organizaciones han realizado un trabajo territorial basado
en la reconstrucción de una identidad llanera que responde a una visión del desarrollo y el
territorio alternativa: la del campesinado.
Respirando azul clarito. Vereda Plan Brisas – Cunamá. Foto tomada por una joven anónima de la vereda, Febrero 2013.
Conclusiones y reflexiones finales
En ese sentido se puede concluir que el modelo de extracción petrolero tiene la capacidad
de transformar los paisajes, el territorio y las relaciones socioterritoriales de una región a
partir de la imposición de un modelo de desarrollo y la expansión territorial del capital. Para
ello el extractivismo genera la construcción de territorios o zonas de influencia que generan
una relación localizada y glocalizada con otras escalas, y que están atravesadas por otras
economías, discursos, actores y políticas. Por esa razón, con el hallazgo de Cusiana y
Cupiagua el Casanare empezó a ser estratégico para los intereses de las transnacionales
y el estado colombiano en términos económicos. Estas relaciones multi-escalares que
configuraron la actividad extractiva también articularon otros procesos regionales alrededor
del extractivismo, como la demanda nacional y el auge de migración de personas foráneas
al territorio.
del modelo extractivista como sucedió con las nuevas generaciones quienes ven en la
actividad petrolera, una única forma de asenso social.
caracterizados por los efectos ambientales causados por la intensiva actividad petrolero,
el cambio de actividad productiva de las comunidades concentrada en la demanda de las
empresas, relaciones comunitarias fragmentada, paisajes compuestos por la
infraestructura petrolera y un cambio en la noción de una naturaleza apropiable, transable
y consumible. Por otro lado, estos territorios petroleros imponen una lógica de la empresa
sobre las comunidades y el estado, prueba de ello es la privatización de lugares par a la
explotación. Igualmente, la contaminación y cooptación de fuentes hídricas puede
considerarse como otra dinámica de apropiación y privatización del territorio por parte de
las empresas petroleras; prueba de ello es la limitación al acceso al agua, la privatización
de los recursos naturales y el ejercicio de control por parte de un actor trasnacional.
El auge de la violencia
Las empresas construyeron varios dispositivos para ejercer su territorialidad e invisibilizar
a otras territorialidades presentes como la de las comunidades campesinas. La disputa
entre estas dos territorialidades se hace presente con la organización y las propuestas a
finales de la década de 1990 y posteriormente, luego del 2009. En ese sentido uno de los
dispositivos utilizados por las empresas para imponer su territorialidad y consolidar el
modelo extractivo fue la utilización de métodos violentos contra las comunidades. En ese
orden de ideas, la creación de grupos de autodefensa y el escalamiento de la violencia a
líderes y lideresas concuerda con el auge de la actividad extractiva en el Casanare.
La violencia, como los discursos alrededor del progreso y el desarrollo fueron los
dispositivos generados por las empresas petroleras para consolidar su territorialidad y
legitimar su presencia en Aguazul. Además, tanto la violencia como los discursos con la
promesa del desarrollo, lograron fragmentar lógicas comunitarias y ejercicios de autonomía
local como eran las Juntas de Acción Comunal. Por esta razón estos dispositivos
asociados a la territorialidad de las empresas provocaron procesos de desterritorialización
y reterritorialización por parte de las comunidades locales.
¿y el estado?
En este desarrollo es importante resaltar la presencia del estado. Si no hubiese sido por el
accionar y los discursos que el estado fomentó alrededor del desarrollo a partir de los
hallazgos petroleros, la implementación del modelo extractivo en Casanare no hubiese
sido posible. La territorialidad de estado se ejerció desde varias escalas: desde sus
instituciones locales hasta el armazón de legislaciones que facilitan el accionar de las
empresas transnacionales en el territorio. El papel del estado en la configuración territorial
y en la implementación de un modelo de desarrollo basado en el extractivismo ha permitido
la politización de actores como las empresas quienes ejercen una especie de padrinazgo
en los territorios, además ha permitido en varias escalas procesos de despojo que no sólo
consisten en la acumulación de tierras, también en la pérdida de identidad y de procesos
comunitarios locales. Si bien el papel del estado no siempre se hace presente a lo largo
de este trabajo, sin la implementación de políticas, discursos y engranajes administrativos,
la consolidación del modelo extractivista no sería posible, al igual que la consolidación de
territorios petroleros. Así, el estado tiene un papel fundamental en la consolidación del
modelo extractivista y en el aprovechamiento de rentas generadas por la actividad, así
como en los procesos de legitimación de este modelo de desarrollo.
comunidades campesinas para la defensa del territorio. Además, estas acciones articulan
la lucha por la tierra que ha sido histórica en el departamento, así como la integración de
conocimientos ambientales y locales para la construcción de ordenamientos desde el
lugar. Así mismo, el territorio articula lo público y lo privado, lo cotidiano y lo estructural
como formas de resistencia y reivindicación campesina. En ese sentido el agua y la
soberanía alimentaria se constituyen en ejes centrales de la movilización campesina en el
Casanare, estos dos elementos encarnan la esencialidad del territorio, que finalmente
materializa un proyecto de comunidad sobre la articulación de la vida social y la naturaleza.
A modo de cierre
Para cerrar quisiera realizar una reflexión de la importancia del abordar las problemáticas
relacionadas con el extractivismo desde la geografía. Si bien se han realizado varios
estudios desde lo historiográfico y lo económico para abordar el problema del petróleo en
el Casanare, especialmente Cusiana y Cupiagua, la geografía aporta una visión
territorializada de las perspectivas de los actores y los efectos de la extracción petrolera
en el Casanare. La geografía no sólo permite analizar desde el espacio los discursos, las
acciones y las prácticas de cada uno de los actores, también brinda elementos para
analizar las relaciones de poder que se construyen desde el espacio y configuran
territorios. El extractivismo es dinámico debido a que se desarrolla sobre el territorio que
también lo es.
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Documentos de campo
Archivos
Archivos Corporación Social para la Capacitación Comunitaria - COSPACC:
• 17 de abril 1991
• 19 de enero 1990. Archivo COSPACC