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Fabula - Desarrollo Odontológico Comunitario

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Había una vez una familia de ratones que vivía en un almacén, durante la noche,

cuando cerraban el almacén salían a buscar comida. Pero la mamá siempre llevaba
a su familia a comer al área donde estaban las frutas y verduras pues quería que
sus dientes se mantuvieran sanos y fuertes.
Sin embargo, uno de los ratoncitos siempre se le escapaba para irse a comer al
área de los dulces. La mamá siempre tenía que irlo a buscar, pues ya sabía que le
encantaban, pero ella siempre le insistía que tenía que comer sano, para mantener
todos sus dientes, pues de lo contrario podía darle caries e incluso caérsele, ya que
además a él no le gustaba lavarse los dientes.
Un día el ratoncito se despertó sin uno de sus dientes, pues la caries lo había dejado
hueco, al grado de caerse. Él se miró al espejo y tenía un hoyo gigantesco, corrió
llorando a ver a su mamá para que lo ayudará, pues ya no podría comer bien, su
mamá desesperada fue a buscar ayuda con un ratoncito herrero para que le pusiera
un diente de fierro.
El pequeño ratón siempre lloraba pues el diente que le pusieron no era del mismo
color que los demás y además le pesaba mucho. Desde entonces comía alimentos
saludables y se los cepillaba tres veces al día, para ya no dañar sus demás dientes.
Moraleja: Tenemos que cuidar nuestros dientes, cepillarlos después de cada
comida y comer alimentos saludables. De lo contrario nos dará caries y se nos irán
dañando nuestros dientes, dejándolos huecos e incluso perderlos para siempre,
quedando chimuelos como el ratoncito.

Diana Martínez Hernández

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