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Acto Juridico

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Unidad 1 Del Derecho Civil en General

Introducción

Le damos la bienvenida a la unidad 1, cuyo estudio es esencial para cualquier


jurista.
La tradición del derecho mexicano deriva de la familia neorromanista, cuya espina
dorsal es el derecho civil, piedra de toque de todo un sistema jurídico; de ahí que
el estudio de éste sea de toral importancia, idea en la que usted profundizará en
esta unidad y en sus cursos Derecho Romano I y II y Sistemas Jurídicos.
Esta primera unidad tiene como objetivo que estudie la importancia histórica del
derecho civil en general y que reconozca la trascendencia de éste a nivel nacional
e internacional en el siglo XXI, así como su distinción con el concepto de derecho
familiar.
Se comienza con el estudio de nociones preliminares del derecho civil, de su
concepto como rama del derecho privado que se encarga de estudiar a la
persona, sus atributos, la propiedad, la familia, sucesiones y las relaciones entre
sujetos conocidas como obligaciones que no sean de contenido mercantil, agrario
o laboral.
Posteriormente, nos adentraremos en la evolución histórica de la disciplina
iniciando desde el derecho romano, con su gran obra jurídica Corpus Iuris Civilis,
compendio magno elaborado por encargo de Justiniano, que trascendió de tal
forma que conformó la tradición jurídica neorromanista, siendo ius commune en
Europa hasta el movimiento codificador, haciendo especial referencia al Código
de Napoleón en Francia, el derecho civil en Italia y Alemania, así como el
tratamiento legislativo en España y por supuesto, la historia del derecho civil
mexicano, en el que encontramos tres códigos a nivel federal: el de 1870, el de
1884 y el de 1928.
Al conocer la evolución del derecho civil, lo podremos apreciar como una
creación histórica que va de la mano de los intereses de la sociedad en la que nos
regimos; el derecho civil es una realidad latente en la vida diaria, cuando nos
casamos, tenemos hijos o hijas, compramos una casa, firmamos contratos, todo eso
forma parte de él. Es por eso que también se abordarán las distinciones que existen
con el derecho de familia en particular.
Al terminar, podrá responder ¿qué es el derecho civil?, ¿de dónde viene su
importancia?, ¿cómo es actualmente? y ¿es distinto el derecho civil del derecho
de familia?
Objetivo particular
El alumnado estudiará la importancia histórica del Derecho Civil en general y
reconocerá la trascendencia de éste a nivel nacional e internacional en el siglo
XXI; y su distinción con el concepto de Derecho Familiar.
Temario
Unidad 1. Del Derecho Civil en General
1.1. Nociones preliminares del derecho civil
Para el estudio de la asignatura es necesario conocer nociones preliminares de
derecho civil, tomando en cuenta su desarrollo histórico y evolución, lo que
obedece a la necesidad de identificar su campo de aplicación y estudio.
El derecho es.
“…un conjunto de reglas de conducta exteriores que, consagradas o no
expresamente por la ley en su sentido genérico, aseguran efectivamente en un
medio dado y en una época dada, la realización de la armonía social, sobre el
fundamento, por una parte, de las aspiraciones colectivas o individuales y, por la
otra, de una concepción un tanto precisa de la noción del derecho” (Rojina, 2017:
14).
Por lo anterior, podemos destacar que el derecho influye en nuestras vidas, desde
la concepción e incluso después de la muerte, por lo que es determinante para la
vida del ser humano en sociedad, porque establece los límites de nuestros
derechos y la magnitud de nuestras obligaciones; incluso la regulación que la Ley
da a quienes nacen pero no gozan de plena capacidad, y en el campo jurídico se
les considera a partir del principio de que todas las personas tenemos derechos por
naturaleza humana.
La importancia de conocer de manera amplia los conceptos sobre la persona,
basados en la legislación civil, se debe a que en ésta se forjan las bases para el
resto del sistema legal mexicano; la existencia de la persona y sus atributos son
determinantes para la existencia y validez de sus actos y vida jurídica.
Con base en los contenidos del derecho civil podemos definir a nuestra materia de
estudio; sin embargo, antes de proceder, es pertinente también ubicarlo dentro del
derecho en general. El derecho se divide en tres ramas:

Derecho Público
Se encarga de estudiar las relaciones del Estado con las personas y las relaciones
del Estado con otros Estados. Aquí encontramos al derecho constitucional, derecho
administrativo, derecho penal, derecho internacional público, derecho fiscal y al
derecho procesal.
Derecho Privado
Se encarga de estudiar las relaciones de los particulares entre sí, se rige por el
principio de autonomía de la voluntad (potestad que tiene la persona capaz en
ejercicio de su voluntad (de su querer o apetencia), para regular sus derechos y
obligaciones mediante el ejercicio de su libertad). Aquí encontramos al derecho
civil, derecho mercantil y derecho internacional privado.

Derecho Social
Es una rama de reciente creación que se encarga de los grupos desprotegidos,
vulnerables o con menor influencia en el Estado, dada su posición social.
Encontramos aquí al derecho del trabajo y al derecho agrario.

Derecho civil
Es la rama del derecho privado que estudia las normas jurídicas que rigen a la
persona, sus atributos, la familia, los derechos reales, las sucesiones y aquellas
relaciones intersubjetivas, llamadas obligaciones, que no sean de contenido
laboral, mercantil o agrario.
Sin embargo, es importante saber que existen algunos autores que consideran que
el derecho civil no estudia los aspectos familiares, pues separan al derecho familiar
del civil.
El Código Civil Federal tiene su origen en 1928, aunque entró en vigor hasta 1932.
En sus inicios fue denominado Código Civil para el Distrito y Territorios Federales en
Materia Común y para toda la República en Materia Federal, sin embargo, en 1974
los territorios federales de Baja California Sur y Quintana Roo cambiaron su régimen
político para ser estados libres y soberanos, por lo que la denominación del Código
tuvo que cambiar para llamarse Código Civil para el Distrito Federal en materia
común y para la toda la república en materia federal.
“Una cuestión relevante es que en el año 2000 la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, facultó a la Asamblea del Distrito Federal a legislar en materia
civil y penal; y de ahí surgieron dos Códigos Civiles, el Federal y el del Distrito Federal.
Por ello, actualmente, en nuestro país rige el Código Civil Federal y 32 Códigos
Civiles locales, y básicamente las modificaciones fundamentales se han dado a la
materia familiar’’ (Castañeda, 2013: 90).

1.2. Evolución histórica


Hasta el movimiento codificador, en Europa no existían leyes nacionales, se
utilizaba como ius commune (derecho común) al derecho romano, al Corpus Iuris
Civilis (el cuerpo del derecho civil) y a otras codificaciones bárbaras como el
Código de Eurico, entre otros, pues las leyes estaban dispersas; el movimiento
codificador deseaba leyes breves, concretas y racionales. Como parte de la
conformación de las naciones en Europa, era necesario que cada una contara
con su propio marco jurídico, lo que permitía la unión de la nación, además de ser
la llave para que el derecho entrara en la modernidad. Sin duda, el espíritu del
Corpus Iuris Civilis vive en el movimiento codificador, de esa forma trascendió.

1.2.1. Derecho romano


Es muy interesante analizar la evolución histórica de nuestro derecho civil, pues no
es algo espontáneo, sino que tiene la influencia de grandes pensadores jurídicos,
desde Roma, con Justiniano y Gayo (entre otros); pasando por Francia, con Bigot
Preameneu, Portails y Malleville (redactores del Código de Napoleón); hasta llegar
a las ideas de Savigny en Alemania, que aun cuando no redactó el Código Civil
Alemán, su influencia es notoria en dicho ordenamiento jurídico.
Debemos sentirnos orgullosos de ser un crisol de las ideas jurídicas de tan
destacados juristas. Si queremos entender el espíritu de nuestras leyes, es
importante estudiar su evolución histórica. La historia comienza con el derecho
romano, el cual se divide en cinco períodos.
Como ya dijimos, el derecho civil mexicano parte de la tradición neorromanista,
tiene como espina dorsal al derecho romano, en el que se desarrolló ampliamente;
de ahí la importancia de conocer su evolución histórica. Esto nos permitirá conocer
las tendencias, fuentes y concepciones del derecho romano, así como las diversas
compilaciones que sirvieron de ejemplo. El derecho romano se divide en cinco
periodos: arcaico, preclásico, clásico, posclásico y el de Justiniano. En la
presentación Evolución histórica del derecho civil* se muestran dichos períodos de
acuerdo con las etapas del imperio romano.

Evolución histórica del derecho civil. Etapas del derecho romano


Monarquía
Arcaico (753 a. C. al 450 a. C.)
La figura de autoridad era el pater familias era un sacerdote doméstico, de ahí que
el derecho era oral, religioso, solemne e inflexible sólo para la gens romana; era un
derecho consuetudinario regido por la mores mayorum (costumbre). Se dio
durante la monarquía.
República
Preclásico 450 a. C al 130 a. C.
Es un derecho más flexible, escrito, informal, cosmopolita (porque surgen relaciones
de comercio con otras ciudades), es laico, era consensual y su principal fuente era
la ley.

Principado
Clásico 130 a. C. al 230 d. C.
Se expande el territorio, se da en un contexto de auge comercial, económico y
cultural. La fuente del derecho era la equidad y la buena fe. Se vuelve un derecho
de casos, es casuístico. Surgen las grandes escuelas proculeyana y sabiniana. Se
da durante la república. Las fuentes formales del derecho son la costumbre, ley,
edictos de los magistrados, el senadoconsulto, la jurisprudencia y las constituciones
imperiales.

Dominado
Posclásico 230 d. C. al 527 d. C.
Se desarrollan importantes obras jurídicas, cuyo avance fue que hablaban de un
método. La obra que más relevancia tuvo fue la de Gayo (Gaius), Las institutas,
llegó completa a nuestros días y expone de manera didáctica al derecho, pues,
como se decía, ya hablaba de un método.

Imperio de Oriente
Época de Justiniano 527 a. C. al 565 d. C.
Surge en el contexto de la decadencia del Imperio, por lo tanto, el derecho se
vulgarizó por la influencia de las costumbres bárbaras y orientales. Antes de
elaborar el Corpus Iuris Civilis, existieron los códigos prejustinianos: el gregoriano, el
hermogeniano, la Ley de Citas y el Código teodosiano que compilaban opiniones
de grandes jurisconsultos: Papiano, Ulpiano, Paulo, Gayo. Justiniano deseaba
rescatar los pensamientos jurídicos de Roma, así que le encargó a Triboniano la
recopilación de derecho romano más ambicioso, así se formó el Corpus Iuris Civilis.

Corpus Iuris Civilis


Sus partes son:
Código o Codex: es una colección de constituciones imperiales se dividía en 12
libros.
Digesto o pandectas: pandectas porque la palabra proviene del prefijo pan, todo.
Se compone de 50 libros, y son citas de jurisconsultos. Su objetivo era abarcar todo
el derecho romano.
Las instituciones: inspiradas en las institutas de Gayo, tenían sentido didáctico.
Las novelas: son las constituciones imperiales de Justiniano.
Edad Media (476 d. C.-1492 d. C.)
Durante la Edad Media no se produce derecho, sólo se estudia al Corpus Iuris Civilis.
Lo más importante es que surgen las escuelas de los glosadores y los posglosadores
en la universidad de Bolonia.
En 1100 d. C. Irineo encontró un trozo del Digesto con el que comienza el estudio
del derecho romano. Dicho texto contenía comentarios al margen denominados
glosas (anotaciones marginales al Corpus Iuris Civilis, traducciones del texto escrito
en latín, aclaraciones de sus palabras y significados. Era un interpretación
gramatical o literal, sólo desentrañaban el significado de las palabras, con el
tiempo se volvió más completo); por ello la escuela en donde se estudiaba se llamó
Glosadores; Acursio, representante de la escuela, elabora la Gran Glosa.
Debido a las glosas, el estudio marginal del Corpus Iuris Civilis se diversificó y a la
cabeza del jurista Bartolo de Sassoferrato (fue un jurista muy reconocido en la Edad
Media, cuyas opiniones eran tomadas en cuenta para resolver asuntos jurídicos;
fue tan famoso, que el Dr. Bartolo de la Ópera el Barbero de Sevilla, de Giacchino
Rossini, está inspirado en él, también el Dr. Bartolo de las Bodas de Fígaro de Mozart
encuentra su origen en él) nació la escuela de Los Comentaristas o Posglosadores,
quienes comienzan a detectar las antinomias (contradicción entre normas
jurídicas) y a interpretar el derecho romano de forma sistemática (en congruencia
con todo el sistema jurídico) y extensa (adaptando la norma jurídica al caso
concreto); con ello lo adaptan a los casos del momento, es decir, a la actualidad
de la Edad Media; ya no lo estudian como un objeto de contemplación, sino que
lo aplican en la vida jurídica cotidiana. Aquí surge la ciencia jurídica moderna.
¿Sabía que … en esa época se fundan las universidades, (Oxford la más antigua
de éstas) formadas por personas interesadas en diversas materias. Alrededor de las
ciencias surgieron las fraternidades con el fin de tener a personas de todo el mundo
estudiando las ciencias. También se construyeron las bibliotecas con la idea de
recolectar el conocimiento?
1.2.2. Derecho germánico
La evolución histórica del derecho civil germánico es tan compleja como la
conformación geopolítica que ha tenido esa región, el territorio y la nación han
estado en constante transformación por las consecuencias bélicas, monárquicas y
de linajes, por lo que no había un derecho unitario.
El derecho privado alemán tiene sus orígenes en el derecho consuetudinario, el
cual se convirtió en un derecho campesino que atendió a las necesidades de
organizar una sociedad renovada, carece de una elaboración científica por no
haber sido creado por una clase especializada, pero su flexibilidad y maleabilidad
permitió la influencia del catolicismo. Por otro lado, el derecho germánico está muy
vinculado al territorio y al pueblo que lo habita, por eso sus reglas jurídicas pueden
ser consideradas como los derechos territoriales de las regiones y el origen del
derecho nacional, para posteriormente generar la imperiosa necesidad de una
unificación.
El derecho germánico tiene una gran influencia del derecho romano, ya que sólo
con la recepción de éste se logró la unificación jurídica que era tan necesaria. Con
la adopción del derecho romano se crearon instituciones jurídicas propias,
inspiradas en éste, como el caso de los principios fundamentales de la
personalidad, territorialidad y las servidumbres.
El derecho romano germánico se fue dirigiendo nuevamente hacia el derecho
consuetudinario a través de la jurisprudencia y la escasa legislación en materia de
derecho privado, subsistiendo los derechos particulares sobre el derecho romano.
En el siglo XIX encontramos nuevamente dividida la regulación alemana en cuatro
grandes sectores, principalmente de orden territorial, lo que genera nuevamente
la necesidad de crear una legislación para unificar el Estado alemán; y es hasta
1814 que se crea la comisión para elaborar un plan y sugerir un método para la
creación del Código Civil Alemán. La situación que prevalecía ante la resistencia
de Prusia y Austria para renunciar a sus propios códigos y a la falta de un lenguaje
jurídico utilizable, fueron factores que dificultaron la elaboración del este Código.
Dicha comisión tenía “el encargo de investigar la oportunidad, la realidad y
congruencia intrínseca del Derecho Privado vigente en Alemania; examinar la
justificación de las divergencias, sobre todo las más grandes legislaciones, con
relación a la base romano-germánica; intentar una armonización en lo que sea
posible y de ese modo componer un proyecto coherente y a tono con las
exigencias de la ciencia moderna” * (Güitrón, 2014: 18-19).
Finalmente, y después de variadas discusiones, proyectos y comisiones, se sanciona
el Código Civil Alemán, en 1896 y entra en vigor en el año 1900 (Güitrón, 2014: 13-
15, 18-19, 22).
Se considera que este código surge de la escuela pandectista y tiene un lenguaje
más técnico y más pulido que el Código de Napoleón. Su influencia llegó a España,
Austria y Japón. Sirvió como base al Código de China en su codificación
precomunista. Su didáctica y metodología, es decir, su técnica, son más
sofisticadas.
El Código Civil Alemán adoptó el modelo conocido como Plan Savigny, propuesto
por el jurista Karl Von Savigny; también se le denomina Plan Moderno por ser
posterior al plan Gayo o romano-francés. Lo relevante y destacable de este
Código, es precisamente la aportación que realiza para ordenar y sistematizar el
derecho civil.
En la siguiente unidad analizaremos con detenimiento el concepto e importancia
de la sistematización de cualquier disciplina, pero es aún más relevante y
trascendente en esta materia, ya que indica la forma de abordarlo, “la secuencia
ordenada en la exposición y un planteamiento congruente con los temas y figuras”
(Domínguez, 2010: 38).
El Plan Savigny propone la siguiente ordenación, que se traduce en los cinco libros
que lo componen (Domínguez, 2010: 43):
Parte General, en la que se analizan los elementos comunes a cualquier situación
jurídica, como son los sujetos, su capacidad, el origen y extinción de las relaciones
jurídicas y las garantías.
• Derecho de las Obligaciones.
• Derecho de las Cosas.
• Derecho de la Familia.
• Derecho Sucesorio.

1.2.3. Derecho español


El derecho civil español es el resultado de la mezcla del romano y germánico; la
influencia del derecho romano se transformó en el principio de supremacía del bien
común y, del germánico, encontramos que el individualismo se convirtió en el
respeto a la persona. Estos principios, conjugados con la idea católica, dan vida y
unidad al derecho español.
Es indispensable destacar el Fuero Juzgo (publicado posiblemente en el año 654
de nuestra era) en la evolución histórica del derecho civil español, porque fue el
primer gran texto legal que contiene (Güitrón, 2014: 22-23):
▪ La subordinación del derecho creado por el hombre a la justicia divina;
▪ La unidad orgánica de todo el derecho bajo los principios de comunidad y
personalidad;
▪ El respeto a la personalidad humana, dándole valor primario a la honra y
dignidad; y
▪ La organización de la familia en una estricta unidad jerárquica, sin
desaparecer la personalidad de la mujer y de los hijos, privilegiando los
dictados de la moral sobre la conveniencia del tráfico.
Posteriormente encontramos otros ordenamientos importantes en la evolución del
Derecho Civil Español, pero entre éstos destacan ampliamente las Siete Partidas,
cuya elaboración inició el Rey San Fernando y concluyó el Rey Alfonso X “El Sabio”.
Las Siete Partidas se consideran el tratado más completo de jurisprudencia que no
se había visto antes; menciona Piug (Güitrón, 2014: 24), como un “monumento de
la ciencia y literatura que se adelantó en muchas cosas a su siglo”. Efectivamente,
la importancia de la Siete Partidas la encontramos en todo el espectro jurídico y es
motivo de estudio obligado por los jurisconsultos españoles.
Las Siete Partidas tienen gran influencia del derecho romano, principalmente en lo
referente al tráfico de bienes, suprimen el formalismo en la stipulatio, reconocen el
valor moral que tenía la palabra y reducen las solemnidades del testamento, al que
independiza de la institución de la persona heredera (Güitrón, 2014: 25).
Otro ordenamiento importante de gran influencia en la formación del derecho civil
español lo encontramos en las Leyes de Toro, que de acuerdo con Castro y Bravo
(Güitrón, 2014: 25), surgen para “resolver algunas dudas sobre la interpretación de
las disposiciones vigentes” en aquél entonces. Se considera que lograron dar un
verdadero valor al derecho patrio español, independencia y unidad al derecho
real, en estas Leyes de Toro se regulan y completan las Siete Partidas, además le
dan vigencia general a instituciones españolas como la sociedad de gananciales,
mantienen el respeto a la personalidad, incluso dentro de la familia para los
descendientes y la mujer, mientras que se le da la máxima solemnidad al
matrimonio y procura asegurar la estabilidad económica a las familias, al regular
los privilegios de la mujer en los bienes familiares, explica Castro y Bravo (Güitrón,
2014: 27).
En el siglo XVI encontramos también al derecho real, en el que “toda referencia de
Derecho será al Derecho que emana de la boca del Rey”, de acuerdo con Castro
y Bravo (Güitrón, 2014: 26). Esta situación provocó la necesidad de realizar una
Nueva Recopilación, ya que estas disposiciones se suman a las que ya hicimos
referencia y a algunas otras que surgieron. Esta recopilación recoge lo más
característico: contiene actos de Cortes, disposiciones singulares y difíciles de
encontrar; las Leyes de Toro se recogen íntegramente y se reproducen algunas de
las disposiciones más importantes del Fuero Real y del Ordenamiento de Alcalá; se
le da más valor al Fuero Juzgo al recopilar algunas de sus disposiciones y se
confirma la vigencia general y supletoria de Las Partidas, como explica Castro y
Bravo (Güitrón, 2014: 26). Sin duda un documento muy importante para la
aplicación del derecho en su época.
En el siglo XVIII se da la conversión del derecho real castellano en derecho común
de España, ya que Felipe V y sus sucesores desterraron al derecho romano como
fuente jurídica y lo sustituyeron por el primero, que, en materia civil, se remite a la
Nueva Recopilación, según Castro y Bravo (Güitrón, 2014: 27-28).
En 1811, en las cortes de Cádiz se aprueba un primer intento codificador en materia
civil, sin embargo, debido a su tardanza se optó por establecer leyes especiales, en
lugar de asentar las ideas en el código que se estaba elaborando.
El proyecto de Código Civil de 1851 (mejor conocido como García Goyena por el
nombre de su expositor), “tomó en cuenta las codificaciones de la época, sin
descuidar sus propios antecedentes patrios, pero de modo fundamental se inspiró
directa o indirectamente también en el Código Francés” (Macedo, 1972: 21). Este
proyecto no se concretó.
El Código Civil de España se promulgó hasta 1889, el cual inició un año antes con
una serie de debates y oposiciones al texto de Manuel Alonso Martínez, quien inició
la redacción del mismo. Aunque en la actualidad sigue vigente tras muchas
modificaciones, en su momento fue considerado como un código civil tardío, por
los diversos problemas de carácter económico, político, social, religioso y
geográfico que imperaban en la península en ese momento histórico.

1.2.4. Derecho italiano


“El Derecho Privado Italiano propiamente está integrado con el Derecho Romano,
el canónico, el germánico y ‘el Derecho Común’ en sentido estricto” (Güitrón, 2014:
28).
La influencia del derecho romano es una herencia obvia por la situación territorial,
pero la influencia del cristianismo es la que marca la separación entre el derecho
romano y el italiano propiamente. El origen de derecho civil italiano está en el
Corpus Iuris Civilis (cuerpo de derecho civil), posteriormente la intervención religiosa
se aprecia en la separación del derecho romano, en el tratamiento que se le da al
respeto a la personalidad, la relevancia a la voluntad y en el derecho de familia.
La influencia del derecho germánico se entiende por las invasiones bárbaras que
se presentaron en el territorio, que a pesar que se consideraban pueblos
“bárbaros”, contaban con sus propias normas jurídicas que imponían a los pueblos
sometidos y parte de esta influencia la encontramos en instituciones de derecho
civil, como el caso de las relaciones patrimoniales entre los cónyuges, la
copropiedad y las sucesiones.
La influencia canónica también es lógica, al ser Roma sede de la iglesia católica,
en la que convivió el Corpus Juris Civilis y el Corpus Juris Canonici. La aportación del
derecho canónico al derecho italiano y de influencia latina en general, es
innegable en varias instituciones del derecho civil y familiar, como lo es el
matrimonio, la buena fe en los contratos, la observancia de las obligaciones, entre
otras.
En la evolución del derecho encontramos que la aplicación del derecho romano,
canónico y germánico constituye el conjunto de normas que se aplicó en gran
parte de Europa, con algunas modificaciones locales. El Corpus Juris le dio al
derecho civil la verdadera importancia y jerarquía (Güitrón, 2014: 29-32).
Finalmente, debido a que la unificación política de la península se llevó a cabo en
1861, se considera que la vida del sistema jurídico italiano es corta. De entre las
características que tuvo el sistema jurídico que se estableció en ese entonces
destacan las siguientes:
1. La Constitución de 1848 del reino de Cerdeña (Cerdeña y Piamonte) fue la
que rigió en todo el reino de Italia y en 1865 se aprobó un código civil, uno
comercial y una decena de leyes administrativas (Cassese, 2003: 406).
2. En el año 1924 se formó la comisión codificadora encargada de preparar un
nuevo código civil para reemplazar al de 1865. El Código Civil Italiano actual,
además también “tiene como modelo al Código de Napoleón, mantiene el
criterio francés del efecto real de los contratos” (Alessandri, 1998: 102-103.
3. Una característica del Código Civil Italiano es que contiene las disposiciones
de materia comercial, concentrando en este código la regulación de
ambas materias (Alessandri: 1998: 102-103).

1.2.5. Derecho francés


Es innegable la influencia del derecho civil francés en el orden jurídico de
occidente, y principalmente en el nuestro, sobre todo a partir de la creación del
Código Civil de 1804.
Sin embargo, antes de esta obra legislativa, Francia, al igual que Alemania, España
e Italia, sufrió la transformación del derecho civil conforme fue evolucionando
como nación; también adoptó inicialmente al derecho romano, que al fusionarse
con el derecho preexistente del lugar dio origen al derecho galo-románico.
También se adaptó a la forma consuetudinaria de los invasores bárbaros y la
regulación romana, aunque se debe destacar una distinción importante en la
evolución del derecho francés “antiguo”, y es que se decidió llevar a cabo una
codificación de las costumbres y prácticas, lo que creó el sistema de la
Personalidad de la Ley, en el cual, el galo (habitante originario de la región), el
romano y el bárbaro, debían vivir cada uno bajo la Ley que les correspondiera.
Posteriormente, el derecho civil francés también transitó por el sistema de
territorialidad de la Ley, que implicó que cada grupo se regía con las reglas del
lugar en el que habitaba, este sistema dio mucha importancia a las costumbres,
con el enfrentamiento lógico entre el derecho consuetudinario y el escrito, que así
como se vio en otras naciones, la aplicación de uno u otro variaba dependiendo
de la zona geográfica, lo que dio lugar a la creación de las Ordenanzas de 1453,
que dispusieron asentar la redacción de las costumbres, lo que sin duda fue una
gran aportación, no sólo para la aplicación del derecho, sino como un diagnóstico
para los juristas y de publicidad para el pueblo.
Al igual que las naciones europeas continentales que suceden a este apartado, el
derecho civil francés también tuvo influencia del derecho canónico, lo que se
observa en instituciones como el matrimonio, la filiación, los testamentos e incluso
los contratos.
En la época del renacimiento cultural, también se observa el renacimiento en el
área jurídica con el resurgimiento del derecho romano, debido a que la
codificación justinianea era mejor que la que en ese momento se tenía (Código de
Teodosio), sobre todo en materia de contratos y obligaciones. Parte de esa
influencia se observa en la Ordenanza Real sobre el procedimiento civil, sobre el
comercio y marina (origen del código de comercio), sobre donaciones y
testamentos. Esta producción de ordenanzas también obligó a una unificación,
que más que compilación fue una ordenación y agrupación de las materias de
derecho privado (Güitrón, 2014: 34-36).
Entre la Revolución Francesa de 1789 y la elaboración del código, hay una etapa
intermedia en la que algunas materias de derecho privado fueron drásticamente
trastornadas por las leyes revolucionarias, que abolieron privilegios de clases, con
implicaciones en la organización de la familia con la institución del divorcio,
participación igualitaria en las sucesiones sin distinción de hijo primigenio o varón,
igualdad de derechos a los descendientes naturales y legítimos, secularización del
registro civil, además de creación de la adopción. En materia de bienes, los
cambios también fueron importantísimos, sobre todo en los inmuebles, se crearon
créditos hipotecarios y las enajenaciones inmobiliarias.
Estas reformas, o movimiento legislativo, tuvieron influencia en la redacción del
código civil, conocido como de Napoleón, quien lo promulgó en 1804, que
comenzó una unidad jurídica en la materia; antes de éste, en Francia regía el
derecho consuetudinario en la zona norte del territorio; el derecho romano en el
sur, y en todo el territorio, órdenes reales. Pero además de lograr la unificación
legislativa, tuvo la finalidad de plasmar en una codificación los resultados políticos
de la Revolución Francesa, lo que definitivamente es un gran logro, porque a partir
de este movimiento histórico, cambia la concepción que se tenía de las cosas y de
las personas. Este código es el reflejo de la realidad social y responde a las
necesidades que en esta materia se tenían en ese momento (Alessandri, 1998: 100-
101).
(3) Código Civil de 1804
El Código de Napoleón retoma las ideas de los jurisconsultos franceses Domat y
Pottier, está inspirado en las ideas del individualismo (“la máxima libertad a los
particulares, el Estado está para servir a éstos”). Tiene un lenguaje sencillo porque
se dirigía al pueblo, y se basó en el Corpus Iuris Civilis.
Regresando al tema de la ordenación sistemática del derecho, a la que nos
referiremos en el apartado del derecho civil alemán y a la importancia del
postulado de Savigny, se debe hacer la mención de que el derecho civil francés
hizo también la propuesta de un orden sistemático. Este plan es conocido como
Plan Gayo o Romano-Francés porque fue el jurisconsulto romano Gaius quien
planteó esta ordenación y la comisión redactora del Código Civil Francés en 1804
fue la que adoptó este sistema. Este plan fue el primero que surgió, incluso mucho
antes que la propuesta de Savigny (Domínguez, 2010: 41).
El Plan Gayo proponía tres apartados en los que se dividía el derecho civil:
I: De las personas, que incluye la regulación de la familia;
II: De las cosas, que comprende el derecho patrimonial, de los bienes y las
obligaciones;
III. De las acciones, el que debemos entenderlo desde la perspectiva romana y se
refiere a “la defensa de iniciativa privada, denominados ahora derechos
subjetivos” (Domínguez, 2010: 41).
Como mencionamos, el Código de 1804 adoptó este plan, con algunas variantes,
lo que agrega la aportación francesa al plan romano. Una de las modificaciones
fue la sustitución del apartado de las acciones por el de los modos de adquirir la
propiedad, lo que es perfectamente entendible si vemos el contexto que ya
señalamos con relación a las ideas surgidas de la Revolución Francesa.
El Código Civil Francés de 1804 se conformó por un título preliminar destinado a la
teoría de la ley y tres libros: el primero es el relativo a las personas, el segundo a los
bienes, y el tercero a los medios para adquirir la propiedad.
El Código Civil Mexicano está basado en este plan, con las variaciones respectivas.

1.2.6. Derecho mexicano


1.2.6.1. Época pre-colonial
Al referirnos a esta época es importante mencionar al derecho prehispánico de
culturas como la olmeca, maya y azteca.
Olmeca
Sobre esta cultura “no se encuentran reglas del Derecho Civil documentadas, pero
seguramente, prevalecieron las normas internas para dirimir controversias.
Aparentemente, contaban con una valiosa organización teocrática, de la cual
emergieron las relaciones entre los miembros de dicha cultura’’ (Castañeda, 2013:
18).
Maya
En esta cultura encontramos que “infinidad de documentos mayas precortesianos
fueron destruidos por el celo religioso” (Castañeda, 2013: 18); sin embargo, se sabe
que la prohibición de las hijas a heredar no era absoluta, ya que existían ciertas
reglas para que pudieran acceder a parte de la herencia por vía de la piedad o
voluntad (Güitrón, 2014: 50).
Azteca
Con relación a los aztecas, el derecho “se manifestó en costumbres, a menudo
íntimamente ligadas a la religión, eran conocidas por todos, y no había necesidad
de ponerlas por escrito. Sin embargo, la inclinación natural de la gran masa
indígena ante el poder de los miembros de la élite (el rey, los nobles y en menor
medida los sacerdotes y comerciantes) creó incertidumbre” (Castañeda, 2013: 20).
La cultura en el Valle de Anáhuac tuvo como fuentes del derecho la costumbre y
las sentencias, tanto del rey como de los jueces; reguló varias figuras jurídicas, como
las distintas condiciones de las personas, la organización familiar, la patria potestad,
el matrimonio e incluso el divorcio, las sucesiones, diferentes tipos de propiedad, así
como los contratos y obligaciones (Galindo, 2014: 99-101).

1.2.6.2. Época colonial


Como consecuencia de la conquista se produce el encuentro de dos formas de
pensamiento: una civilización con predominio azteca en su aspecto jurídico, y una
hispánica, que como se estudió en el apartado referente al derecho español,
contaba con un sistema jurídico integrador del derecho romano, germánico,
canónico, así como de reglamentación monárquica. Se utiliza de manera
relativamente voluntaria el orden jurídico español, por lo que de inicio no existieron
disposiciones que fueran específicas para la idiosincrasia mexicana (Castañeda,
2013: 20, 26-27).
Al momento del descubrimiento de América, como ya se mencionó, se aplica la
legislación española, por lo que en primer lugar encontramos las Leyes de Toro, la
Nueva y Novísima Recopilación y supletoriamente el Ordenamiento de Alcalá, las
Siete Partidas, el Fuero Real y el Fuero Juzgo (Galindo, 2014: 105).
“La mecánica por la cual se pretendió justificar la colonización, fue la
evangelización de nuestros indígenas, y poco a poco se crearon los Virreinatos a
modo, dependientes de la Corona española, y esto nos llevó a recibir además de
sus costumbres su legislación’’ (Castañeda, 2013: 32). En una primera instancia se
comienza a aplicar esta regulación y durante la conquista Cortés se ve en la
necesidad de dictar normas específicas para el territorio.
Entre la conquista y colonización las cuestiones legales se resolvían de manera
casuística, ya que la forma de vida del pueblo conquistado no siempre estaba
prevista en los ordenamientos españoles. Esto obligó al monarca a dictar nuevas
reglas específicas para el territorio, que en ocasiones no resolvían el conflicto
planteado, lo que motivó a que las autoridades residentes en “las Indias”, fueran
dictando normas de diversos géneros, lo que después de medio siglo se convirtió
en un caos, y, por tanto, provocó la necesidad de recopilarlas y ponerlas en orden.
Este conjunto de normas dictadas por las autoridades españolas, metropolitanas o
funcionarios en los territorios conquistados para aplicarlos en esos espacios
geográficos reciben el nombre de derecho indiano, que, al armonizarse con las
normas indígenas, da lugar a la Recopilación de Leyes de las Indias.
Así encontramos que durante la Colonia tuvieron aplicación en nuestro territorio
diferentes normas dependiendo el tipo de persona a la que aplicaba, la situación
que regulaba, el lugar o autoridad que las expedía.
Por supuesto, la evolución del derecho español continúa durante la Colonia. Así
surgen las disposiciones a que se ha hecho referencia constantemente en esta
unidad, como las recopilaciones (La Nueva Recopilación de 1567 y la Novísima
Recopilación de 1798, vigente a partir de 1805), además de la legislación dictada
específicamente para aplicarse en la Nueva España (Castañeda, 2013: 33, 36).

1.2.6.3. Época independiente

“Los integrantes de la sociedad novohispana a fines de la Colonia, ahora


integraban la nación independiente. A falta de una nueva legislación, sus
relaciones civiles continuaron regidas con base en las normas aplicables a la
colonia, a excepción de las contrarias al nuevo estado de las cosas. La abolición
del sistema jurídico hasta esa época aplicable, hubiera provocado la anarquía, por
ello el cambio y la adaptación se fue dando paulatinamente” (Castañeda, 2013:
65).

1.2.6.4. Época contemporánea


Una vez consumada la Independencia, la legislación civil en México da inicio con
la promulgación de los primeros códigos civiles. “La codificación significó la
creación de una igualdad formal de la sociedad, sin poder borrar una desigualdad
material existente” (Cruz, 2012: 2).
En materia civil, los intentos legislativos de las naciones, conforme se fueron
independizando de la Corona Española, utilizaron el modelo del Código Civil
francés, como se aprecia en el de Oaxaca de 1827-1828. Los proyectos de código
civil que se realizaron en el México independiente siguieron la suerte de los sistemas
políticos que imperaron en el país durante el siglo XIX, así vemos que el cambio de
régimen federal a central o viceversa, así como el establecimiento del segundo
imperio de Maximiliano, afectó a los proyectos que se estaban realizando, por lo
que no se logró una consolidación legislativa sólida que diera como resultado un
código civil.
El impulso legislativo en materia civil inició en 1822, sin que pudiera prosperar; de
hecho, durante la Primera República Federal, en el Distrito Federal no se llevaron a
cabo trabajos de codificación civil. Además, la idea del federalismo que privaba
en el Constituyente tuvo como consecuencia que el Congreso General careciera
de facultades para emitir códigos que valieran en toda la República, pues dicha
facultad se reservaba a los estados.
En el sistema federal, Oaxaca fue el primer estado en promulgar su código civil,
esto fue entre 1827 y 1829, ya que los libros se publicaron por separado en diferentes
momentos durante ese lapso de tiempo. Estuvo vigente hasta que cambió el
régimen al sistema centralista (Cruz, 2012: 2).
El Código Civil de Oaxaca es de gran importancia debido a que no sólo fue el
primero en realizarse en México, sino también en Iberoamérica, además se basó
en el Código Civil francés (Castañeda, 2013: 46).
A este esfuerzo le siguieron los proyectos de Zacatecas y Jalisco, que no
prosperaron.
A pesar de los intentos codificadores, durante el régimen del sistema centralista de
1835-1846 no se pudo concretar ningún proyecto, aun cuando se realizaron varios
intentos, “La carencia de códigos nacionales motivó que diversos juristas
elaboraran compilaciones de carácter privado para facilitar la enseñanza y
aplicación del derecho. Destacó la obra de Vicente González de Castro […], así
como las Pandectas hispano-mejicanas” (Cruz, 2012: 6). La iniciativa compiladora
de los juristas demostró la necesidad de contar con un cuerpo legislativo en la
materia, lo que sirvió de apoyo a la propuesta del ministro de justicia Don Mariano
Riva Palacio, para llevar a cabo un concurso en el que se recibieran las
sugerencias, opiniones y recomendaciones, producto del talento jurídico nacional
e internacional, con lo que no se estaría sujeto únicamente a lo que emitiera una
comisión redactora, sino que se contaría con una variedad más amplia de
proyectos de código civil, entre los que se pudiera seleccionar el más conveniente.
En 1847, con el retorno de la vigencia del sistema federal, se regresó a los estados
la facultad de legislar en la materia, situación que fue aprovechada por el
entonces gobernador de Oaxaca, Don Benito Juárez, quien puso nuevamente en
vigor el Código Civil de ese estado, promulgado entre 1827 y 1828. Posteriormente
el Congreso de ese estado aprobó una propuesta de código civil, el cual no entró
en vigor, porque la ascensión al poder de Antonio López de Santa Anna, en 1853,
suprimió nuevamente el sistema federal y emitió un decreto para anular la
aprobación de ese código por parte del Congreso oaxaqueño (Cruz, 2012).
Si bien la convulsa situación política de la reciente nación mexicana impidió
expedir un código civil, se debe hacer mención de los acontecimientos que
sucedieron con la promulgación de la Constitución Federal de los Estados Unidos
Mexicanos de 1857, la cual retoma el sistema federal, pero el gobierno tuvo varias
dificultades internas para ejercer el poder, sin considerar las intervenciones
extranjeras. En este contexto, don Benito Juárez, como presidente de la república,
durante su estancia en Veracruz encargó al maestro don Justo Sierra la elaboración
de un proyecto de código civil.
El trabajo de Justo Sierra quedó olvidado por un tiempo, hasta que el Ministerio de
Justicia distribuyó ejemplares de ese proyecto entre tribunales y abogados de la
república para su estudio.
A pesar de que no se concretó el proyecto que estaba realizando Justo Sierra, es
importante destacar un evento legislativo de suma importancia para nuestra
materia en la década de los cincuenta, ya que tuvo una enorme trascendencia,
nos referimos a lo que conocemos como las Leyes de Reforma, que fueron
promulgadas entre 1859 y 1863 y entre éstas, destacan en esta materia las
referentes a la institución del matrimonio civil y del Registro Civil (Güitrón, 2014: 121-
128).
Entre tanto, en 1862 el Ministerio de Justicia integró una comisión formada por
Sebastián Lerdo de Tejada, Fernando Ramírez, José M. Lacunza, Pedro Escudero y
Echánove y Luis Méndez, para que procedieran a revisar el proyecto de Justo
Sierra, lo que se realizó entre febrero de 1862 y mayo de 1863. Este proyecto nunca
tuvo vigencia, pero fue una obra valiosa, retomada posteriormente para dar
cuerpo a nuestra legislación civil.
“Finalmente, el presidente Juárez nombró a Mariano Yáñez, José María Lafragua,
Isidro Montiel y Duarte y Rafael Dondé, para integrar la comisión que en definitiva
revisara los trabajos anteriores’’ (Castañeda, 2013: 51), “quienes finalizaron el libro
y lo redactaron aprovechando el trabajo de Justo Sierra y el Código Civil del
Imperio Mexicano. Así nació el proyecto definitivo del Código Civil de 1870, que fue
aprobado por el Congreso de la Unión el 8 de diciembre de ese año, y que inició
su vigencia a partir del día 1 de marzo de 1871 en el Distrito Federal y territorio de
Baja California” (Cruz: 2012: 11).
Trece años tuvo vigencia el Código Civil de 1870, y en junio de 1882 el presidente
Manuel González encargó a una comisión compuesta por los licenciados Eduardo
Ruiz, Pedro Collantes y Miguel S. Macedo, la revisión del Código Civil de 1870.
De esta revisión se aprobó un nuevo código civil promulgado en 1884, el cual tuvo
pocas modificaciones con relación al anterior. De este código destaca la libertad
testamentaria y la introducción del divorcio por mutuo consentimiento, sin
disolución del vínculo (Castañeda, 2013: 52).
Posteriormente, durante el movimiento revolucionario de 1910, que provocó un
nuevo orden constitucional, el derecho civil tuvo importantes modificaciones. En
plenas gestas revolucionarias se promulgó la Ley del Divorcio de 1914, que
autorizaba el divorcio desvinculatorio, y en abril de 1917 la Ley de Relaciones
Familiares, que sustituyó todo el libro de derecho de familia del Código Civil de
1884. Estas importantes disposiciones, así como las nuevas ideologías y principios de
la nueva Constitución Política de 1917 hicieron necesaria la revisión del Código Civil
(Cruz, 2012).
Es así que en 1928 se promulgó el Código Civil para el Distrito y Territorios Federales
en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, mismo que entró
en vigor en 1932. Esta legislación es la más importante de la época en materia civil.
La nueva versión de las normas de carácter civil presenta grandes transformaciones
con relación a sus códigos antecesores.
El Código Civil de 1928 fue elaborado por una comisión presidida por Francisco H.
Ruiz, su impresionante exposición de motivos es totalmente revolucionaria y
socializante, pretendía cambiar la visión de las anteriores legislaciones; recoge
concepciones muy avanzadas, responde a algunos problemas sociales, hasta esa
época, considerados "tabú", verbigracia (por ejemplo) el concubinato, la igualdad
entre el hombre y la mujer, entre el patrón y el trabajador; en una palabra, tratar
igual a los desiguales (Castañeda, 2013: 71).
En este código, el pensamiento capital del proyecto se expresa en los siguientes
aspectos:
“Armonizar los intereses individuales con los sociales, corrigiendo el exceso de
individualismo que impera en el Código Civil de 1884” (Castañeda, 2013: 81).
Este Código Civil es el vigente al 2019 en materia federal, el cual cambió su
denominación en 1974 para llamarse Código Civil para el Distrito Federal en
Materia Común y para Toda la República en Materia Federal, debido al cambio de
régimen de los entonces territorios federales de Baja California Sur y Quintana Roo,
al convertirse en estados libres y soberanos.
En el 2000 la CPEUM (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos) facultó
a la Asamblea del entonces Distrito Federal a legislar en materia civil y penal, y de
ahí surgieron dos códigos civiles, el Federal y el del Distrito Federal. Por ello,
actualmente en nuestro país rigen el Código Civil Federal y 32 códigos civiles
locales, y básicamente las modificaciones que se han dado en el de la ahora
Ciudad de México, han sido en la materia familiar (Castañeda, 2013: 90).

1.3. Evolución del concepto de derecho civil, su distinción con el concepto de


derecho familiar
Para hablar de la evolución del concepto de derecho civil es necesario
remontarnos nuevamente al derecho romano, en el que existía una distinción muy
marcada entre el ius publicum y ius privatum (que a su vez se conformaba por el
ius naturale, ius gentium y ius civile). Algunos jurisconsultos se dedicaron a establecer
un concepto de derecho civil, y entendían por ius civile “las instituciones propias de
los ciudadanos romanos, de las cuales no participan los extranjeros: jus proprium
civium romanorum” (Güitrón, 2014: 2).
Agustín Bravo González (Güitrón, 2014: 2) relaciona el derecho civil con el derecho
romano en la siguiente definición:
Derecho civil
"[…]es el conjunto de principios de derecho que han regido la sociedad romana
en las distintas épocas de su existencia, desde su origen hasta la muerte de
Justiniano".
Ya en nuestra era, el maestro Rojina Villegas (Güitrón, 2014: 4) opina que el derecho
civil es...
"[…]la rama del derecho privado que tiene por objeto regular los atributos de las
personas físicas y morales y organizar jurídicamente a la familia y al patrimonio,
determinando el orden económico entre los particulares, que no tengan contenido
mercantil, agrario u obrero".
Como parte de la evolución del derecho civil encontramos la definición que en su
momento hizo Julien Bonnecase (Güitrón, 2014: 17):
"Derecho privado general que tiene por objeto la regulación de la persona en su
estructura orgánica, en los derechos que le corresponden como tal, y en las
relaciones derivadas de su integración en la familia, y de ser sujeto de un patrimonio
dentro de la comunidad".
Como podemos observar, muchas de estas definiciones consideran los aspectos
familiares como una parte del derecho civil; sin embargo, ha surgido una nueva
tendencia que separa la materia familiar de esta rama del derecho privado; un
ejemplo de ello es el criterio del maestro Julián Güitrón Fuentevilla, pues asegura
que “esto ha evolucionado y aun cuando en la actualidad [2014] muchos juristas
siguen el camino tradicional, nosotros sostenemos otra metodología para estudiar
el Derecho Civil y el Derecho Familiar, congruente con las nuevas formas de vida y,
sobre todo, siguiendo algunos lineamientos lógicos, los cuales nos permitirán sin
duda, estudiar con un sistema práctico, eficaz y mejor, las materias de derecho
civil, independizadas de las del familiar’’ (Güitrón, 2014: 17).
Es por lo anterior que, con la finalidad de lograr la distinción entre el derecho civil y
el familiar, es importante mencionar el concepto de derecho familiar considerado
por Julián Bonnecase (Rojina, 2014: 8), como el...
“[…] conjunto de reglas de derecho, de orden personal y patrimonial, cuyo objeto
principal, accesorio o indirecto es presidir la organización, vida y disolución de la
familia”.
Otra definición de derecho familiar es proporcionada por Julián Güitrón Fuentevilla
(2018: 608), quien menciona que es...
“El conjunto de normas jurídicas que regulan la vida entre los miembros de una
familia, sus relaciones internas, así como las externas, respecto a la sociedad, otras
familias y el propio Estado".
Una vez que conocemos ambos conceptos, es necesario puntualizar en dónde
radican las diferencias, para desligar el derecho civil del familiar. Nicolás S. Otto,
con relación al derecho civil, afirma que éste regula las relaciones de carácter
privado que sostienen entre sí las personas de un determinado lugar, tomándolas
en consideración individualmente o aquellas físicas como jurídicas, y el término
lugar comprende a toda agrupación de personas que tengan un vínculo nacional
o étnico, como derecho propio; todo esto debe estar orientado a la realización de
los fines particulares de las personas, porque una de las funciones primordiales del
derecho civil es la regulación de las relaciones derivadas de los intereses
particulares que los individuos sostienen entre sí; sin embargo, el derecho civil cuida
que estos fines particulares se encuentren dentro del fin del Estado, y que el
conjunto armónico de todos ellos sea el fin de la sociedad (Güitrón, 1979).
Es decir, la principal diferencia entre el derecho civil y el derecho familiar se puede
encontrar en su objeto, pues como ya se mencionó, el primero se enfoca en los
fines particulares y relaciones privadas de las personas, mientras que el segundo se
rige por el orden público y el interés social, ya que como argumenta Güitrón
Fuentevilla (1979), “el Derecho Familiar, que no es público ni privado, es un tercer
género, delimita la organización de la familia frente al Estado y el propio individuo.
Tiene principios propios y por ello garantiza la protección de la familia frente al
Estado, impidiendo la intervención de éste en el núcleo familiar”.
Cuestionario
Es una magna obra legislativa, modelo de casi todos los códigos civiles
promulgados durante el siglo XIX
Código Civil Francés de 1804

Es la obra de compilación ordenada por el emperador Justiniano


Corpus Iuris Civilis

Adaptador el pensamiento de los glosadores a las necesidades de su época,


coordinando los derechos estatutarios vigentes y el derecho consuetudinario:
Los posglosadores

Compilación metódicamente ordenada de las anotaciones realizadas por los


glosadores:
La gran glosa o glosa ordinaria de Acursio

Compilación de derecho civil de 1900


Código Civil Alemán

Son materias que se han segregado del derecho civil como disciplinas jurúidicas
autónomas:
Derecho mercantil, derecho del trabajo y derecho agrario

El Código Civil de 1884 se caracteriza por el individualismo en materia económica


y la autoridad absoluta del marido sobre la mujer y su descendencia, desigualdad
de los hijos e hijas naturales, indisolubilidad del matrimonio, consagrar la propiedad
como derecho absoluto e introducir la liberta de testar:
Falso

Son características del Código Civil de 1928: igualdad de la capacidad jurídica del
hombre y la mujer; se prescinde de la distinción entre descendencia legítima; omite
referirse a la propiedad privada.
Verdadero
Los cuatro libros del Código Civil del Distrito Federal son: personas, bienes,
sucesiones y obligaciones
Verdadero

La autonomía de voluntad permite la libre contratación


Verdadero

El derecho civil parte de una tradición romanista


Verdadero

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