Este poema explora la intensa pasión y deseo que siente la persona que habla hacia otra. Describe cómo se siente salvaje cuando piensa en la otra persona o la toca, y cómo sus instintos primarios salen a la luz. Expresa el dolor de ver a la otra persona de espaldas con el corazón roto, y la lujuria y el deseo que siente hacia ella. Finalmente, dice que se siente salvaje ante el alma y la ausencia de la otra persona, como una diosa ante un poeta maldito.
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Este poema explora la intensa pasión y deseo que siente la persona que habla hacia otra. Describe cómo se siente salvaje cuando piensa en la otra persona o la toca, y cómo sus instintos primarios salen a la luz. Expresa el dolor de ver a la otra persona de espaldas con el corazón roto, y la lujuria y el deseo que siente hacia ella. Finalmente, dice que se siente salvaje ante el alma y la ausencia de la otra persona, como una diosa ante un poeta maldito.
Este poema explora la intensa pasión y deseo que siente la persona que habla hacia otra. Describe cómo se siente salvaje cuando piensa en la otra persona o la toca, y cómo sus instintos primarios salen a la luz. Expresa el dolor de ver a la otra persona de espaldas con el corazón roto, y la lujuria y el deseo que siente hacia ella. Finalmente, dice que se siente salvaje ante el alma y la ausencia de la otra persona, como una diosa ante un poeta maldito.
Este poema explora la intensa pasión y deseo que siente la persona que habla hacia otra. Describe cómo se siente salvaje cuando piensa en la otra persona o la toca, y cómo sus instintos primarios salen a la luz. Expresa el dolor de ver a la otra persona de espaldas con el corazón roto, y la lujuria y el deseo que siente hacia ella. Finalmente, dice que se siente salvaje ante el alma y la ausencia de la otra persona, como una diosa ante un poeta maldito.
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Versos rotos
salvaje, es en lo que me convierto
cuando me tocas, o cuando te pienso, y salen a la luz mis instintos primarios. Te veo, de espalda, de pies a cabeza, con el alma desnuda con el corazón roto entre las manos, y unos ojos hermosos tan profundos como aterradores.
Cierro los ojos, para que tu verdad no haga ruido mientras te amo… y así, te hago polvo, entre mil suspiros, contra la realidad y sobre la cama… en la caricia constante a una herida abierta. Tu pecho, a cero centímetros de mi inocencia ilusa, y tu lujuria socavando mi pureza sin compasión.
Tu boca, mi delirio más grande
y mi mente no para de pensar en los tres latidos exactos, contados sin respirar, mis entrañas, retorciéndose en fuego pensando en el calor de tu cuerpo y tu virilidad… tu manos, exhaustas, reescribiendo mi biografía sin detalles, ni colores, ni sentimientos… olfateando cada último segundo de mi reloj.
Tu piel, cubierta de la dosis diaria
que moja mis bragas y mis sábanas, mis manos llegando al precipicio de un grito salvaje, inefable… cuando me corro imaginándote.
Tus palabras, cociendo mis cicatrices
uniendo deseos perdidos en el tiempo besando cada rincón entre mis pies y mi frente abrazándolo todo para luego soltarme al vacío, sin pensar en el daño.
Salvaje, mis instintos ante tu alma y tu ausencia, salvaje… tu historia cruzada con la mía entre el mar y el cielo, una diosa lamiendo la tinta de un poeta maldito que jamás me ha leído, por miedo a morir de hambre y de sed de amor.
