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Libro Diaguitas

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pueblos del norte verde

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'mmiMUS^ CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINO


DIRECCIÓN DÉ BIBLIOTECAS, ARCHIVOS Y MUSEOS
BIBLIOTECA NACIONAL DE CHILE

Sección bpch
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Año Ed UJ...t '. Copia


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Registro Seaco J...LTP..¿


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Registro Notis. £A^.íP..9J...
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con el auspicio de:


COMPAÑÍA MINERA EL INDIO

MUSEO CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINO


ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE SANTIAGO
FUNDACIÓN FAMILIA LARRAIN ECHENIQUE
Bandera 361. Casilla 3687
Santiago de Chile
1986
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Talle del Élqui.
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La IlustreMunicipalidad de Santiago, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos y la
Fundación Familia Larraín Echenique presentan en el Museo Chileno de Arte Precolombino la
exposición "Diaguitas: pueblos del Norte Verde". Esta muestra exhibe una selecta colección de
piezas arqueológicas que ilustran 12.000 años de desarrollo cultural en el Norte Chico de Chile.
La mayor parte de estas piezas se conservan en el Museo Arqueológico de La Serena y en el Mu
seo del Limarí, de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.

Los patrocinadores se hacen un deber en agradecer los oficios de la Ilustre Municipalidad


de La Serena y de la Universidad de La Serena, así como también la importante colaboración
prestada por la Compañía Minera El Indio, instituciones y empresa que hicieron posible esta
iniciativa.

Carlos Bombal Otaegui Sergio Larraín García Moreno


Alcalde Presidente
I. Municipalidad de Santiago Fundación Familia Larraín Echenique

S sS
y

€^

Mario Amello Romo


Director
Dirección de Bibliotecas, Archivos v Museos
PRESENTACIÓN

Entre el Norte Grande y la Zona Central de Chile se extiende un estrecho territorio semiári-
do, cruzado por una serie de valles que unen la cordillera con el mar. Se trata del Norte Chico o
Norte Verde, con sus ríos Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa, una tiene una
región que
larga historia de ocupación humana.
La arqueología ha comprobado que hace más de doce mil años ya había
grupos cazando
grandes herbívoros hoy extintos en las pequeñas quebradas costeras. Algunos milenios después,
las poblaciones del Norte Chico comienzan a domesticar ciertas plantas, como el poroto, combi
nando en su dieta alimenticia productos obtenidos de la caza y de una agricultura muy incipiente.
Paralelamente, los grupos costeros desarrollan instrumentos que les permiten explotar en mejor
forma los recursos del mar. Sin embargo, hasta muy avanzado el
primer milenio antes de nuestra
era, la gravitación de los grupos humanos en el paisaje de la región es todavía insignificante. Sólo
a partir del complejo cultural El Molle el hombre comienza a modificar radicalmente su si
tuación dentro de la comunidad ecológica, con una agricultura algo más desarrollada, y sobre to
do con el pastoreo de camélidos. Este es el momento en que se originan las primeras aldeas
y apa
rece la más antigua cerámica conocida en la
región.
El desaparecimiento de El Molle coincide con las primeras manifestaciones de una cultura
sumamente original, que combina la explotación de los recursos marinos con la economía
agro-
ganadera. A ella se le ha dado el nombre de complejo Las Animas y, al parecer, constituye la ba
se de lo que posteriormente sería la cultura
Diaguita Chilena.
Esta última es la más conocida de las culturas del Norte Chico. Difícilmente hay alguien
que no haya visto alguna vez una pieza cerámica Diaguita. Sus llamativos colores, su variado ré
gimen de formas y su acabado prolijo, hacen de ella una de las más hermosas en todos los An
des. Pocos saben, sin embargo, que la población diaguita alcanzó un alto nivel de desarrollo tec
nológico, tuvo complejos ritos funerarios y fue capaz de cultivar con éxito la totalidad de los
valles de la región. A fines del siglo XV, los diaguitas fueron conquistados por los inkas y algunas
de sus comunidades trasladadas por el régimen imperial a lugares tan distantes como la cuenca de
Santiago. Con todo, continuaron siendo una sola nación hasta la llegada de los españoles en
1536, fecha que señala el inicio de un acelerado proceso de extinción.
Con esta exposición, el Museo Chileno de Arte Precolombino ha querido contribuir a la di
fusión de la obra legada por los diaguitas y sus predecesores en el Norte Chico. Hombres y muje
res que no sólo hicieron productivo el paisaje regional, sino que en cada época supieron plasmar

en los objetos domésticos y suntuarios su particular visión del mundo. Objetos


que estuvieron en
terrados por cientos y miles de años, y que recién ahora comienzan a transmitir ideas y vivencias
de un pasado que hacemos nuestro.
En este empeño hemos contado con la valiosa colaboración de la Dirección de Bibliotecas,
Archivos y Museos, principalmente a través de los museos regionales de La Serena y Limarí, y del
Museo Nacional de Historia Natural y el Museo Histórico Nacional. También prestó su inesti
mable concurso la Universidad de La Serena. Agradecemos a estas instituciones
alto patroci
su

nio, como asimismo la cooperación y ayuda facilitada por la Compañía Minera El Indio.

MUSEO CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINO


PRINCIPALES SITIOS ARQUEOLÓGICOS
DEL NORTE CHICO -

CHILE

AVo Cop>°P°

INTERIOR
COPIAPO
PTA. BRAVA
HORNITOS
TRES PUENTES
tA PUERTA
VAttENAR
8 Et DURAZNO
9 Et SAtTO
10 AtTOS DEt CARMEN
11 PUNTA COtORADA
14 AtTE. tATORRE
16 tA FUNDICIÓN
17 DONA ANA
20 FDO. COQUIMBO
21 AtTOVAtSOt
26 HUACHEtALUME
27 PUNTA DE PIEDRA
28 tAS ANIMAS
29 Et MOttE
30 CERRO tAS TORTOtAS
31 tA VIÑITA
32 ANDACOttO
33 CORRAt QUEMADO
36 HURTADO
37 SAN PEDRO VIEJO
38 MINIUAS
39 OVAtLE
40 Et ENCANTO
41 HUANA

O 42 CÁRCAMO
45 IttAPEt
y
LJ_

u COSTA
< 6 FREIRINA
12 TILGO
13 QUEBRADA HONDA
o 15 CAtETA ARRAYAN
z 8 PTA. TEATINOS
< 19 Et OtIVAR
UJ
22 LA SERENA
u
23 PEÑUELAS
o 24 COQUIMBO
25 LA HERRADURA
34 GUANAQUEROS
35 PTO. ALDEA
43 EL TENIENTE
44 HUENTELAUQUEN
46 QUEREO
47 P1CHIDANGUI
CRONOLOGÍA Y SECUENCIA CULTURAL
DEL NORTE CHICO

Años
PERIODOS INTERIOR COSTA
A.C,
CULTURALES FECHAS FECHAS
yD.C. RADIOCARBONICAS COMPLEJOS CULTURALES SITIOS C0MPLEJ°S CULTURALES SITIOS
RADIOCARBONICAS
DIAGUITA III (INCAICO) DIAGUITA INCAICO Peñuelas
I 400
Fundo Coq bo
1.300
TARDÍO

\i
DIAGUITA II Puclaro

I
1.200 CULTURA DIAGUITA Pía. de Teotinos
El Olivor
I 100 DIAGUITA I Punta de Piedra
'

1.000 La Sereno
Quereo IV
COMPLEJO Lo Viruta Puerto Aldea
900 965 + 60 COMPLEJO
El Olivar (?)
MEDIO 905 + 95
La Serena I LAS
ANIMAS
Coquimbo
Plaza Coquimbo
Quereo (?)
665 + 95
600
Quereo IV
San Pedro Viejo
670+75
500 440 + 320
San Pedro Vie¡0 I
Las Pircas
La Turquia
400 310t90
COMPLEJO El Molle
TEMPRANO 300
El Durozno
EL MOLLE Las Pircos 245 + 85 | COMPLEJO Quereo (?)
EL MOLLE Coleta Arrayan
240 + El Durazno Ti loo
95
200 El Encanto
El Encanto Quebrada Honda

Tilgo

cftn Son Pedro Vie|o Quereo


425 470 1 90
525+100 Quereo
Guanaqueros l¡

ARCAICO PESCADORES
Pto. de Teotinos
TARDÍO CAZADORES

(caza, recolec RECOLECTORES


MARÍTIMOS
ción, pesca Lo Herradura
1.830+550
agrocultura) La Herroduro
Guanaqueros I
Guanaqueros
Guanaqueros
1.910+110

San Pedro Viejc

2 750 + 80
San Pedro Viejo

Cárcamo
Lo Fundición
5100 + 80
El Salto
Son Pedro Vieio
ARCAICO
TEMPRANO
(caza, recolec
ción, pesca)

7910+100
I COMPLEJO
[
I HUENTELAUQUEN
COMPLEJO
HUENTELAUQUEN
^
El Teniente
Huentelauquen

San Pedro Viejo I TRADICIÓN CÁRCAMO


San Pedro Viejo III

TRADICIÓN Sn. PEDRO VIEJO

11.180.150
PALEOINDIO
Quereo CAZADORES DE MEGAFAUNA Cuereo

9
ANTIGUAS CULTURAS DEL NORTE CHICO
Gonzalo Ampuero Brito*

INTRODUCCIÓN ambiente de aridez, contrapesado por escasas

precipitaciones y por los cursosfluviales pro


ducto de la nieve acumulada en la alta
Cuando Pedro de Valdivia recorrió el cordillera, que bajan entrecruzándose en va

antiguo camino del Inca, ya reconocido por lles y quebradas hasta llegar al mar.
Almagro luego de su fracasada expedición a
Chile en 1536, observó un paisaje de gran ari ejes fluviales de los ríos Copiapó,
Los

dez que se interrumpía sólo por algunos oasis Huasco, Elqui, Limarí y Choapa, alimentados
en la puerta del despoblado de Atacama. De por numerososafluentes que nacen de la ver
allí su natural impresión al enfrentarse con el tiente de los Andes y del complicado relieve
valle de Copiapó, el que reverdecía con impor que se desgrana hacia la costa, reciben en los
tantes cultivos y ganadería de los pueblos indí períodos invernales un menguado aporte de
genas, hecho que se fue repitiendo y multipli
las lluvias estacionales, el cual aumenta paula
cando hacia el sur, hasta introducirse en el tinamente hacia el sur. La vegetación es
valle de Chile o Aconcagua a fines de 1540. escasa, en un frágil equilibrio con la naturale
za, encontrándose concentrada en los valles y
desparramada miles de quebradas interio
Las descripciones de Gerónimo de en

Bibar, el Cronista de la Conquista, nos prue res, rincones atractivos para la fauna y para el

ban que el Norte Chico, desde los inicios de hombre, que ingresa por primera vez a nues

tro territorio hace más de 12.000 años.


nuestra historia escrita, presentaba un

*
Conservador del Museo Arqueológico de La Serena.
Chile.
11
Cráneo de caballo americano. Sitio de Quereo. Largo: 620 mm.

EL PALEOINDIO Por aquellos años nuestro planeta sufría


los efectos de la última glaciación, la cual pro
(12000- 8000 a.C.) vocaba importantes cambios climáticos en el
Norte Chico, alterando en alguna medida el
paisaje. La cordillera de los Andes poseía un
mayor cúmulo de nieves eternas y, si bien el
clima mantenía su carácter distintivo de ari

dez, los ríos y quebradas concentraban me


jores recursos de agua y la fauna tenía una
mayor variedad que la actual. Era la época en
que convivían especies de gran tamaño, como
fueron el caballo americano (Equus sp.), el
mastodonte, los desdentados de gran alzada
(Megatherium), el ciervo de los pantanos (An-
tifer), el paleolama, el guanaco y la vicuña, es
tos últimos habituados a un régimen de movi

lidad entre los valles y quebradas y la alta cor


dillera. Los cazadores del Paleoindio, que se
introducen desde el norte, recorrerán la región
tras estas grandes presas.

El sitio arqueológico de Quereo, ubica


do a escasos kilómetros al sur de la ciudad de

12
Los Vilos, nos entrega las pruebas de la tem que los cazadores peleoindianos practicaban
prana ocupación de estos territorios por el en una cacería especializada de grandes
hombre. Las excavaciones rescataron los res presas, proceso en el cual la participación co
tos de una fauna pleistocénica como ésta, con munitaria debió ser esencial. Las huellas y
claras evidencias de haber sido cazada y fae marcas dejadas por el hombre sobre los hue
nada por nuestros primeros habitantes. Si sos de esta fauna, hoy extinguida, ubicados en

bien parece no utilizaron una industria lítica niveles estratigráficos perfectamente determi^
de lanzas o proyectiles como los conocidos en nados, demuestran que nuestros primeros
otros sitios de América, aprovecharon las con pobladores, a pesar de la cercanía del mar,
diciones naturales de lo que entonces corres practicaban una caza especializada de grandes
pondía a una pequeña laguna que desaguaba presas.
al mar en un corto tramo de 1 .500
metros, pa La evidencia del Paleoindio se resume

ra entrampar los animales que llegaban a su


a así en un solo sitio arqueológico, excavado
orilla. En efecto, la topografía del lugar, cuyo con las más avanzadas técnicas de la actuali
centro -la laguna- dejaba una sola vía a lo lar dad y que permite, a lo menos, comprobar la
go de sudesagüe, era apropiada para entram presencia del hombre en el Pleistoceno Tar

par a los animales que utilizaban este abrigado dío, al sur de la IV Región. Otros sitios con

sector. Así, los cazadores dispusieron de con presencia de restos de fauna


extinguida se co

diciones adecuadas a la práctica de un sistema nocen en región y esperamos en un futuro


la
para obtener sus presas, las cuales fueron fae no lejano poder contar con nuevos contextos,

nadas en el desplaye de la quebrada. Allí que puesto que el sitio paleoindiano más cercano
daron las evidencias de su actividad, que per se ubica en lo que fuera la laguna de Tagua-

miten reconocer parte de un complejo proceso Tagua (VI Región), en Chile central.

13
EL ARCAICO Hacia el año 8000 a. C, los efectos de
la últimaglaciación habían terminado y el me
(8000 -

300 G C )
dio natural presentaba condiciones similares a
las conocidas por los conquistadores españoles.
El clima, con algunas fluctuaciones mínimas,
era también como el que hoy conocemos. La
fauna descrita anteriormente desapareció,
probablemente por una mezcla de factores,
entre los cuales los más decisivos parecen ha
ber sido la acción del hombre y las transfor
maciones ecológicas. Los cazadores debieron
readaptar sus métodos y técnicas de cacería,
ahora especializada en el guanaco, la vicuña,
especies menores como el zorro y la chinchilla,
y algunas aves. Incorporaron, también, la re
colección de frutos y semillas silvestres, que
permitió un fuerte complemento a su dieta y
un conocimiento acabado del potencial vege

tal, lo cual indudablemente abrió las expecta


tivas a una selección en el potencial disponible
y creó condiciones favorables para la futura
actividad agrícola.
Alero de San Pedro Viejo de Pichasca.

En este nuevo estadio de desarrollo, que po; en Huentelauquén, presente de preferen


conocemos como Arcaico, fue necesaria para cia la costa, con ramificaciones hacia el ex
en

la subsistencia de los antiguos pobladores una terior, y en Cárcamo. Sus principales elemen
movilidad constante. Esta movilidad se aco tos culturalesson las puntas de proyectil,

modó a las condiciones favorables del territo cestería, adornos y herramientas para la mo
rio, cuyos polos de atracción -costa, valles e lienda y otras actividades.
interfluvios y cordillera- dejaron abierta la po
sibilidad de adaptarse a un mecanismo de tras San Pedro Viejo corresponde a un gran
humando. Esta última se define grosso modo alero natural y posee como rasgo distintivo
a través delaprovechamiento del ciclo estacio puntas de proyectil en rocas cuarcíferas de

nal, favorable en la primavera y verano en la al base recta, cóncava y redonda. En cambio, en

ta cordiller. con ricas empastadas atractivas al Cárcamo y Huentelauquén se encuentran pun


guanaco y la vicuña, tras las cuales se movili tas pedunculadas, elaboradas en areniscas si-
zaron los cazadores, para bajar en otoño- licificadas y basalto. El complejo Huentelau
invierno hacia los valles y la costa en un ciclo quén, sin embargo, tiene como especial distin
de complementación que dinamizó más allá de tivo la presencia de litos poligonales de formas
un simple mecanismo la movilidad de los ca geométricas a manera de piezas mecánicas. En
zadores recolectores. la literatura norteamericana se conocen en la
costa de California como cogged stones. En

Conocemos a lo menos tres tradiciones un sitio cercano a Antofagasta (Las Conchas)


culturales, que identificamos en San Pedro fue posible fecharlos hacia 8.000 años antes

Viejo, en el valle del río Hurtado como sitio ti del presente. Los sitios Huentelauquén en

15
Piedra geométrica de Huentelauquén. Diámetro: 195 mm.

nuestra región son desafortunadamente super productos del mar. En nuestra región han sido
ficiales (El Teniente, Pichidangui). estudiadas especialmente en los sitios de Pun
ta de Teatinos, La Herradura y Guanaqueros.
Hacia el año 2750 C. se perfilan los
a. Esta cuña poblacional, que se mueve a lo lar
primeros indicios de unaagricultura incipien go de la costa, alcanzó hasta Chile central,
te, detectada en los sitios de San Pedro Viejo y vinculándose con los cazadores de las tradicio
El Salto, al sur de Vallenar. Es posible que en más toda segu
nes antiguas y generando, con
tan temprana fecha la llama y la alpaca, ani
ridad, manifestaciones culturales a través de
males domesticados varios milenios antes en
contactos y mestizaje.
Perú y Bolivia, hicieran también su entrada en
nuestra región. En el hecho, se mantuvo un Estas tradiciones culturales han de
nos
modo de vida trashumante y las técnicas agrí
jado un conjunto de restos arqueológicos que
colas fueron, en un principio, sólo un
refleja indudables vínculos con las po
complemento a la dieta conocida. Restos de blaciones de la costa norte de Chile. Son
maíz, porotos y algunas variedades de calaba abundantes los arpones de huesos con o sin
zas han sido encontrados en las excavaciones punta lítica y los anzuelos compuestos, tan ca
arqueológicas. racterísticos de los niveles arcaicos de Tarapa-
cá y Antofagasta. En algunos casos, las sepul
A fines del -tercer milenio antes de nues turas demuestran uso de pigmentos en los
tra era irrumpen desde el norte poblaciones de cuerpos, resabios quizás del conocido sistema
economía marítima, con una tecnología espe de momificación artificial de Chinchorro
cializada en la caza, pesca y recolección de (Arica), lo cual es, hasta la fecha, de difícil

16
Anzuelo compuesto. Largo: 125 mm.
Anzuelo de concha. Largo: 49 mm.

comprobación. En el sitio de Guanaqueros que aparentemente están ingresando desde el


fueron excavadas sepulturas que contenían noroeste argentino través de los pasos cordi
a

como ofrendas hermosos cuchillos bifaciales lleranos, y que introducen el uso del tembetá o
de tecnología similar a las tradiciones paleo adorno labial y las pipas, los que caracterizan
líticas del Viejo Mundo, las que a comienzos a las poblaciones agroalfareras a comienzos
de siglo habían sido descubiertas en la costa de de nuestra era.

Taltal por Augusto Capdeville y que hoy tie


nen diversa connotación en las culturas coste El tipo físico de las poblaciones costeras

ras del Norte Grande. Las excavaciones han se caracteriza presentar


por alar
cráneos
demostrado también la existencia de morte gados, de bóvedas altas. En general, la estruc
ros, algunos con cavidad profunda, con sus tura ósea es fina y los promedios de estatura

respectivas "manos". En cambio, son escasos son de 1,60 metro para el sexo masculino y
los anzuelos de concha. 1,55 metro para el femenino. Al igual que el
resto de las poblaciones arcaicas, no conocían

Hasta la fecha
pueden reconocer a lo
se la práctica de la deformación craneana inten
menos dos tradiciones de pueblos de econo cional.
mía costera en el Arcaico Tardío (2750 a. C. -

425 d. C): la más antigua, en los niveles infe En resumidas cuentas, durante el largo
riores de las excavaciones realizadas en la cale período que abarca desde el 8000 hasta las
ta de Guanaqueros, y la más reciente, en las postrimerías del último milenio antes de
excavaciones de Punta de Teatinos. Durante Cristo, el territorio del Norte Chico mantuvo
este largo proceso, se advierten poblaciones una población con un patrón de asentamiento

17
Cuchillo bifacial, sitio de Guanaqueros. Largo: 150 mm

disperso y dos ejes básicos de movilidad. La ecosistemas de nuestra región. Esta dinámica
tradición más antigua de cazadores trashu se enriqueció en la medida de la estabilización
mantes se movilizaba entre el noroeste argen de patrones de asentamiento de carácter par
tino, el área cuyana y el territorio chileno, con ticular en el actual territorio chileno. La cordi
explotación de sus recursos en ambas vertien llera, valles e interfluvios y la costa, con sus

tes de la cordillera de los Andes en los perío recursos abiertos a la explotación durante to

dos estivales, para luego ocupar, durante el in do el año, fueron los focos que vitalizaron es

vierno, valles e interfluvios de la vertiente del ta movilidad. Así, la trashumancia pasó a ser

Pacífico, incluyendo la franja costera. A par una rica red de complementación en este "sa
tir del tercer milenio entran en contacto con co" regional, abierto hacia el sur y en especial
pueblos de economía marítima, provenientes hacia la vertiente oriental de los Andes. Por
de la costa norte, lo cual seguramente enrique los boquetes cordilleranos seguirán colándose
ció y complicó los patrones de asentamiento nuevas tradiciones culturales, enlazadas con
de aquellos grupos que, en definitiva, se esta las Áreas Centro-Sur Andina y Amazónica a
ban asimilando a nuestro territorio. Así, el través de los territorios del noroeste argenti
Norte Chico podría ser comparado con una no. El despoblado de Atacama continuó sien
bolsa de malla que a través de su entramado do unavalla difícil de cruzar, a menos que se
permitía la activa movilidad de las poblacio utilizaran las rutas desde la puna hacia el valle
nes del norte, del oriente y pro
provenientes de Copiapó.
bablemente del sur, sin dejar por ello de con
servar la matriz netamente regional de aque
llos grupos que se estaban asimilando a los

18
Cabezas-tiara. Petroglifos atribuidos al complejo El Molle,
valle de El Encanto. Alto: 1.750 mm.

EL AGROALFARERO Hacia el término del último milenio an

tes deCristo, las poblaciones arcaicas del Nor


(300 a. C. -

1536 d.C.)
te Chico habían logrado un amplio dominio

de los ecosistemas regionales. La interacción


de las poblaciones aquellas asen
costeras con
tadas en valles e interfluvios
permitió comple
mentaria caza con recolección especializada, y
también con una incipiente agricultura que, en
forma lenta pero sostenida, estaba provocan
do algunas transformaciones internas en estas
sociedades tradicionales. Coincidentemente,
ingresan a nuestro territorio, a través de la pu
na y de los pasos cordilleranos, nuevas pobla

ciones enlazadas culturalmente con las Áreas


Andina Centro-Sur y Central.

El Agroalfarero Temprano. Complejo


El Molle

El noroeste argentino parece ser un área

catalizadora de todas estas tradiciones


andinas, que poseen una rica tecnología

19
*^^^á&3É¿M.Í

-■■"feí&aítá^

Pipa de piedra en forma de "T" invertida. Complejo El Molle. Largo: 178 mm.

alfarera y un dominio más efectivo y tecnifica- racterizado básicamente por cuatro elemen
explotación agrícola. La ganadería es,
do de la tos: la cerámica, el uso del tembetá, una tipo

además, parte integral de estas nuevas pobla logía de sepulturas claramente identificadas
ciones que, al mezclarse en nuestra región con por ruedos de piedra en la superficie y el uso
las poblaciones arcaicas de valles e interflu de pipas de piedra en forma de "T" invertida,
vios, provocaron el
surgimiento de las prime forma que hasta la fecha era apenas conocida
ras tradiciones
agroalfareras, que agrupamos en la literatura arqueológica chilena. Era
bajo la denominación de complejo El Molle. también elemento característico una meta

Fue don Francisco Cornely quien dio la deno lurgia de sencillas


aplicaciones técnicas en co
minación a esta cultura, al descubrirla, en bre nativo martillado y laminado en forma de
1938, en el pueblecito del valle del Elqui que brazaletes, anillos y adornos. Se ubicaban,
lleva este nombre. Allí se encontraron las pri además, en los contextos sepulcrales, hermo
meras evidencias arqueológicas de un pueblo sos collares en piedras semipreciosas y cuentas

agroalfarero anterior a la ya conocida cultura de conchas marinas finamente pulidas.


Diaguita Chilena.
Posteriormente, las nuevas investiga
Poco a poco, las
investigaciones de Cor ciones realizadas por Jorge Iribarren, Hans
nely fueron localizando nuevos sitios, tanto Niemeyer, Gastón Castillo y otros, fuera de
en la costa como en el interior, lo cual permi enriquecer la distribución espacial de este
tió visualizar la distribución del complejo El complejo, agregaron nuevos elementos con

Molle prácticamente en todo el Norte Chico. textúales y, por ende, nuevos enfoques en la
En un principio, este complejo fue ca interpretación cultural.

20
Botella zoomorfa con pintura "negativa". Complejo El Molle. Alto: 144 mm.

La cerámica es indudablemente el ele evidentemente para propósitos ceremoniales.


mento más atractivo y más definitorio en esta Se conocen, también, piezas que reproducen
cultura. Destacan en general las formas verti formas humanas y de animales.
cales, numéricamente más abundantes que
platos y escudillas. La decoración está basada La investigación arqueológica de los úl
en sofisticadas técnicas cerámicas, las piezas timos 20 años ha demostrado la necesidad de
muestran finas paredes y a través del control obtener información de sitios habitacionales
de la cocción y la preparación de pastas y en- estratificados. En efecto, hasta la década del
gobes se obtenían superficies pulidas, de colo 60, toda la información sobre el complejo El
res negro, rojo, café grisáceo, etc. Para la de Molle provenía de sepulturas, las cuales, co

coración de la pieza utilizaron la técnica de la mo se sabe, entregan una información selecti


incisión y el grabado, y en algunos sitios, co va e incompleta de estaspoblaciones. Así, fue
mo es el caso de La Turquía, en el valle del necesario revisar los postulados de Francisco
rio Hurtado, emplearon el engobe blanco y di Cornely y Jorge Iribarren, relativos a las fases
bujos rojos sobre blanco, así como también propuestas para la hasta entonces conocida
las técnicas conocidas como "pintura negati como "cultura El Molle". Ambos autores ha
va" y ahumado. bían intentado la subdivisión en fases, basada
en la tipología cerámica, las variadas formas
A lo anterior se suman formas comple de sepulturas que se fueron detectando (sepul
jas, como son los jarros de dos golletes unidos turas bajo montículos o túmulos en los valles

por un asa-puente, uno de los cuales aparece del Huasco y Copiapó, círculos de piedras de
cerrado y perforado a manera de regadera, río y "emplantillados" profundos en los

21
Botella con asa-puente. Complejo El Molle. Alto: 159 mm.

valles del Elqui y Hurtado) y algunas diferen énfasis el pastoreo. Su distribución es con
en

cias en la presencia o ausencia del resto de sus cluyentcmente mayoritaria en los interfluvios,
materiales enlos cementerios excavados, tales territorios más propicios a la ganadería tras
como la falta de pipas de piedra en La Tur humante. Numerosos yacimientos arqueoló
quía y el uso de oro y plata en adornos discoi gicos así lo demuestran. No obstante, existen
dales asociados cerámica de mayor variedad
a importantes enclaves en los valles, en donde se
de formas y decoración en ese mismo sitio. produjeron concentraciones más estables,
producto de una agricultura de mayor intensi
Además, ha sido necesario obtener de dad.
las excavaciones arqueológicas un mayor co
nocimiento de patrones de asentamiento y ac Definidos los contextos de norte a sur,
tividadeseconómicas, así como también una se ha
postulado la llamada fase "Río Huas-
mejor definición histórico-cultural, bajo un co", detectada especialmente en el valle y que
enfoque antropológico amplio. Los resultados bradas conectadas a esa red fluvial. Las sepul
de las investigaciones de los últimos años han turas son generalmente de montículos y la ce

demostrado que los componentes arqueoló rámica posee formas simples y con escasa de
gicos de la "cultura El Molle", definidos por coración. Más al sur, en el interfluvio Elqui-
Cornely e Iribarren, presentan una compleja Limarí, se encuentran los contextos típicos del
distribución en el Norte Chico. Analizados sitio-tipo de El Molle, en el valle del Elqui, y el
sistemáticamente y en conjunto con los nue de La Turquía, en el del río Hurtado. Estos
vos aportes, componentes demuestran la
estos dos sitios evidencian funerarias muy
prácticas
existencia de sociedades agroganaderas con distintas y tienen elementos culturales más di-
Tembetás. Complejo El Molle. Largo: 27 mm., 106 mm.

versificados, particularmente en lo referente a Dado que hasta la fecha no hemos po


la cerámica y metalurgia. En el sitio de El En dido comprobar claramente diferencias
canto, ubicado en una quebrada que corta la cronológicas en los diversos estilos cerámicos
terraza superior de la vertiente sur del río Li y puesto que hay variables locales en las técni
marí, en dirección a Sálala, las excavaciones cas de sepultación, junto con otras diferencias

estratigráficas demostraron un nivel del Agro- entre los materiales


excavados, sugerimos que
alfarero Temprano, sobrepuesto a una ocupa el complejo El Molle debe ser entendido, en
ción del Arcaico Tardío. Allí pudimos com sus diversos componentes locales, como socie

probar la asociación de la mayor parte de los dades agroganaderas, que si bien compartie
tipos cerámicos postulados para El Molle, con ron una matriz cultural común, controlaron
un arte rupestre que se caracteriza por el dise de manera particularizada algunas áreas que
ño de representaciones antropomorfas en es tenían como centro valles e interfluvios, lle
tilos de simple representación de la figura hu gando incluso hasta la costa.

mana con complejos dibujos de verdaderas


máscaras provistas de adornos cefálicos. Estas tipo físico es diferente al conocido en
El
representaciones fueron asignadas errónea las poblaciones arcaicas, con rasgos craneanos
mente en el pasado al tardío período de la ocu mesocefálicos. Practican además la deforma
pación inca. El sitio permitió reconocer y defi ción craneana intencional en su variedad tabu
nir estos estilos, existentes desde el sur de la lar erecta. El mestizaje o reemplazo de pue
Región de Atacama hasta el interfluvio blos posibilidades que hasta la fecha
son po
1 imarí-Choapa, como pertenecientes al com drían corresponderse con la información ar

plejo El Molle. queológica.

23
Entierro de un hombre y tres llamas en Coquimbo. Complejo Las Animas.

Estecomplejo, ya estabilizado en el Punta de Teatinos, Punta de Piedra (valle del


Norte Chico, tendrá ramificaciones hacia el Elqui) y Plaza de Coquimbo, permitieron, por
sur, entrando en contacto con las poblaciones un lado, redefinir la cultura Diaguita Chilena

de Chile central, las cuales poseían también un y, por otro, detectar la existencia del complejo
complejo desarrollo durante el Agroalfarero Las Animas, que ubicamos en el Agroalfarero
Temprano. Medio (800 -1000 d. C).

El Agroalfarero Medio. Complejo Las Se trata depueblos de economía diversi


Animas ficada(agricultura, pesca, caza y recolección),
pero que mantiene un énfasis en la ganadería.
A fines delsiglo VIII de nuestra era se Sus evidencias arqueológicas sugieren una
introducen poblaciones provenientes de
nuevas movilidad concentrada desde los valles hasta
la puna argentina. Sus componentes culturales, la costa. Destaca, principalmente, un compli
hasta la fecha no bien conocidos, los encon cado ceremonial fúnebre, con sepulturas en
tramos al menos desde el valle del Copiapó has las que se han realizado sacrificios rituales de
ta el del Limarí. Francisco Cornely, en sus llamas. Probablemente, estas últimas fueron
excavaciones en el sitio Las Animas, a unos 15 enterradas con su dueño y en una relación muy
kilómetros al interior de La Serena (valle del íntima, puesto que en las excavadas en la Plaza
Elqui), encontró materiales que atribuyó a la de Coquimbo las llamas aparecen abrazando
primera fase de la cultura Diaguita, denomi con sus patas delanteras al difunto, lo que de

nada por él "Arcaica". Muy posteriormente, muestra una intencionalidad de profundo


excavaciones realizadas en Puerto Aldea, sentido mágico-religioso. La cerámica, que

24
Cuenco. Complejo Las Animas. Alto:

fuera definida por primera vez por Julio utilitarios, se encuentra en algunos sitios un ti
Montané, presenta formas de escudillas po de cerámica bastante distinto del ya descri
tronco-cónicas, con engobe rojo o pintadas ro to, de formas básicamente subglobulares, en
jo sobre blanco con decoración a veces zoo- general sin engobe,
con pintura aplicada direc

morfa simplemente lineal. Algunas piezas pre


o tamente sobre la pasta en diseños lineales de
sentan su interior ahumado y finamente puli colores rojo, blanco y negro. Este último color
do, lo que evidencia complejas técnicas en la ha sido obtenido de la especularita y, por lo
manufactura cerámica. Además, llaman la tanto, es fácilmente eliminado por contacto o
atención los numerosos artefactos de cobre por el uso prolongado. La presencia de este ras
(anzuelos, cinceles, aros, ganchos de propul go en el contexto Las Animas pareciera indicar
sor) y unos objetos en forma de "H" mayús la asociación con otros de componente
tipos
cula, que se ubican de preferencia en el an cultural, detectado también en otros sitios y
tebrazo del esqueleto y cuyo uso hasta el mo que, sin embargo, es bastante diferente, quizás
mento no ha sido claramente definido. Son proveniente de Chile central. Es por esto que
también muy notorias las espátulas de hueso definimos a Las Animas como un complejo
finamente pulidas y, a pesar de las adversas cultural.
condiciones ambientales, los tubos de madera,
artefactos muy similares a los que componen los El Agroalfarero Tardío. Cultura Dia
equipos inhalatorios de San Pedro de Atacama. guita
Es necesario señalar que, en lo referente Hacia el siglo XII se encuentra en proce
a la cerámica, fuera de la existencia de tipos so de consolidación la cultura Diaguita Chile-

2<:
Escudilla. Las Animas-Diaguitas I. Alto: 95 mm.

na, cuyos rasgosdistintivos han sido aprecia Sin embargo, fue Francisco Cornely
dos desde comienzos del siglo a través de la ce quien, retomando los postulados de Latcham
rámica. Fue bautizada con la denominación y basado en numerosas excavaciones realiza
"Diaguita" por Ricardo Latcham, quien en das los territorios de Atacama y Coquim
en

su Prehistoria Chilena (1928), al hacer una bo, le dio cuerpo a esta cultura, proponiendo
cronología de los pueblos prehistóricos de una secuencia basada en la tipología cerámica
Chile, incluyó, específicamente en la entonces y en las variables de los tipos de sepulturas.
provincia de Coquimbo, una secuencia que Desafortunadamente, los ricos contextos por

comparó con la propuesta para el Norte Gran él estudiados no fueron entonces analizados de
de porMaxUhle. manera adecuada. Empero, su secuencia pro
porciona aguda e inteligente información
una

Latcham consideró que los restos cerá de las variables tipológicas, puesto que sus tres
micos eran similares a los pertenecientes a la fases, que denominó Arcaica, Transición y
cultura Diaguita Argentina, que en una época Clásica, estilísticamente mantienen, en cierta
de la investigación abarcaba aun, sin mayores forma, coherencia con los resultados de las
divisiones territoriales ni culturales, las provin posteriores excavaciones estratigráficas.
cias del noroeste argentino y con una multipli
cidad de componentes arqueológicos que la En todo caso, fueron necesarios nu

investigación moderna ha reconocido de ma merosos estudios para desenredar la made


nera más certera como culturas Santa María, ja propuesta por esa tipología y elaborar, ba
Vocavil, etc. sándose en excavaciones de sitios habitaciona-
les y cementerios, una nueva subdivisión, que

26
Escudilla. Diaguita I. Alto: 65 mm.

Escudilla. Diaguita II. Alto: 93 mm.

es la que presentamos a continuación: finió como"Transición", en la cual los moti


vos y formas se enriquecen, evidenciando un

Diaguita I. primera fase está confor


La progreso interno aplicado por los antiguos ar
mada por los restos más antiguos que, en cier tesanos. Son comunes los platos antropomor
ta medida, se relacionan con el complejo Las fos, de fina decoración, y ollitas y escudillas en
Animas, del Agroalfarero Medio. Las sepultu las cuales se aprecia la aplicación selectiva de
ras, generalmente a poca profundidad, están a un número relativamente escaso de motivos.
veces recubiertas con trozos de cerámica, Las escudillas de
paredes redondeadas,
son

colocadas especialmente sobre el cráneo. Los con algunas piezas pintadas interiormente de
esqueletos, en posición flectada, se extienden blanco. Las sepulturas mantienen el patrón
con un eje este-oeste, rasgo que se mantiene anterior, agregándose en forma progresiva la
prácticamente a lo largo de todo el desarrollo cerámica utilitaria, espátulas de hueso con de
de esta cultura. La cerámica está representada coración muy simple y escasa metalurgia.
por dos subfases. La primera tiene re Llama la atención el corto número de piezas
miniscencias de piezas subglobulares del metálicas rescatadas de las sepulturas.
complejo Las Animas ya descrito. Se hace
muy popular el engobe rojo con decoración en Diaguita II. La segunda fase de la cultu
franjas o en la superficie interna o externa de ra Diaguita posee claramente dos elementos dis
la pieza con motivos geométricos, rojo y ne tintivos y que coinciden con la denominada
gro sobre fondos blancos. Muchos de estos "Clásica" por Cornely.
motivos perpetúan en las fases posteriores.
se a) Las sepulturas ahora están elaboradas con

La segunda corresponde a lo que Cornely de cistas de piedra arenisca o de lajas de granito


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Instante en qué un alfarero de la época clásica Diaguita (1200


-
1470 d.C), termina de dar
forma a una escudilla y se dispone a decorarla.
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Aro de cobre. Diaguita II. Largo: 54 mm.

que conforman un verdadero catafalco de for quecimiento, el que se traduce en una mayor
ma regular con correspondientes
sus tapas. En variedad de motivos decorativos. Las escudi

general, el eje de las sepulturas mantiene la llas, como lo señalara acertadamente Cornely,
orientación este-oeste (la cabeza del individuo son de paredes rectas y bases redondeadas.
hacia el naciente) y la profundidad es relativa Son comunes jarros antropomorfos, la ce
los
mente escasa. De acuerdo al cronista Geróni rámica utilitaria("jarro-zapato" con decora
mo de Bibar (1558), es posible que sobre la se ción excisa y en algunos casos con hermosas
pultura existiera un pequeño montículo de representaciones antropomorfas o zoomor-
tierra, lo cual no hemos podido hasta la fecha fas). Indudablemente son los "jarros-patos"
comprobar fehacientemente, por cuanto casi los que evidencian el alto nivel de desarrollo
todos los sitios de esta fase se encuentran en estilístico alcanzado en el manejo de forma o
terrenos de explotación agrícola, actividad decoración. Hacen su aparición urnas de ta
que habría borrado dichas evidencias. Sin em maño mediano finamente decoradas o con

bargo, Latcham descubrió en Punta de Teati- una simple capa de


pintura engobe. o Son
nos sepulturas monticulares de la cultura Dia también abundantes las espátulas de hueso o
guita con los cuerpos extendidos. Hay, tam cucharas de los equipos inhalatorios, talladas
bién, un alto número de sepulturas más sim con motivos geométricos, zoomorfos o antro

ples, con los cuerpos flectados y sin mayor pomorfos, destacando entre estos últimos la
realización. Son comunes en esta época las representación de personajes que utilizan
tumbas familiares, con más de un individuo. complicados tocados cefálicos y trajes cere
b) La cerámica el elemento que más clara
es moniales. Curiosamente, la metalurgia sigue
mente evidencia un continuo proceso de enri siendo relativamente escasa, representada por

30
Jarro-pato. Diaguita II. Alto: 147 mm.

pinzas depilatorias, cinceles, aros, anzuelos, proceso de la prehistoria regional. Cada valle
etcétera. pudo haber conservado variables idiomáticas
ancestrales, derivadas de las sucesivas pobla
Si bien los contextos sepulcrales de ciones que penetraron a nuestro territorio. En
muestran un evidente progreso y mayor va todo caso, el kakán, lengua propuesta por Ro
riedad, no cabe duda que la cultura Diaguita dolfo Schuller, no pasa de ser una hipótesis de
presenta un desarrollo armónico, netamente difícil comprobación a la luz de la informa
regional, en el territorio
comprendido entre ción moderna.
los valles del
Copiapó y Choapa. Se ha detec
tado también la presencia de la nación
Diaguita III. De acuerdo a las informa
diaguita hasta el valle de Aconcagua por el ciones etnohistóricas, Topa Inca Yupanqui es
sur, hecho que merece mayor atención por el responsable de la expansión del Imperio de
parte de los investigadores de Chile central. los Incas desde el Perú hacia nuestro territorio,
conquista que habría alcanzado por lo menos
Poco sabemos de su lengua, puesto que hasta el valle de Aconcagua (1470). Es a partir
los conquistadores españoles no la registra de esta fase que podemos hacer uso de la in
ron. Bibar afirma en su crónica que cada valle formación escrita por los conquistadores es
tenía "lengua de por sí", lo cual nos enfrenta pañoles. Ellos tuvieron oportunidad de com
a una interesante problemática lingüística. probar el complejo sistema imperial que abar
¿Cómo explicar esta posible variedad de dia caba en la época de la conquista española los
lectos o lenguas en el Norte Chico? Probable territorios de Ecuador, Perú, parte de Bolivia,
mente la explicación se encuentre en todo el el noroeste argentino, el área cuyana y los te-

31
Jarro-pato. Diaguita III. Alto: 126 mm.

rritorios chilenos hasta por lo menos el río dependientes de la administración central del
Maipo, en un dominio efectivo,, si bien hubo Incanato).
alguna influencia más al sur. Gracias a los
cronistas de la Conquista y a numerosos docu La arqueología demuestra que en esta
mentos de la época (administrativos, informes fase ocurrió un significativo cambio, particu

de servicios, jurídicos, etc.), ha sido posible en larmente notorio en la cerámica. Los artesa
riquecer los resultados de la arqueología con nos diaguitas integran las formas y decoración
una visión más vitalizada. locales con aquellas provenientes del Perú
(aríbalos, escudillas, platos y otras piezas ce
Sabemos, por ejemplo, que los diaguitas remoniales, etc.), logrando un extraordinario
habían constituido un sistema tradicional ba equilibrio y armonía. Tal cosa no ocurrió más
sado en jefaturas duales o dobles que contro al norte, lo cual invita a meditar sobre este
laban cada uno de los valles, conformando proceso. Si aceptamos que la conquista de los
una unidad costera y otra en el curso medio incas fue en un principio rechazada violenta
superior de los principales ríos y sus afluentes. mente por los diaguitas, el proceso con

Al parecer, estos jefes reunían bajo su mando siguiente habría que calificarlo como una es
a unidades menores, las cuales reconocían la pecie de aculturación, a lo menos perceptible
autoridad de los caciques de cada
circunscrip enlas modalidades artesanales de la cerámica,
ción. La llegada de los incassignificó, aparen por cuanto las sepulturas de esta fase no evi
temente, un encuentro violento, que terminó dencian mayores cambios, salvo en sus ofren
por imponer la administración incaica, a tra das. Las sepulturas demuestran una mayor
vés de la designación de kurakas (jefes locales riqueza y lo normal es encontrar mezcladas,

32
Jarra. Cultura Inka. Alto: 160 mm.

en una sepultura, la cerámica con for


misma dondeados, estatura mediana (1 ,60 -

1 ,65 m) y
ma y decoración tradicionales, con aquellas contextura fina, los diaguitas apenas fueron
"importadas" desde el Perú, pero elaboradas descritos por los cronistas. Otro tanto ocurrió
con el sello inconfundible del artesano local. con sus vestiduras, peinados y adornos, de
Pareciera que fueron de gran importancia y de todo lo cual podemos apenas conjeturar con
gran atractivo para los grupos locales la apli cierta base.
cación y utilización de estos elementos.
Aun así, podemos hablar con propiedad
La contradicción de este hecho podría ex de la "nación diaguita". Cuando Pedro de

plicarse, probablemente, por medio del cono Valdivia entró en contacto con los jefes loca
cimiento del tipo de dominio ejercido por el les, atisbo indudablemente las complejas rela
Incanato en la región, sobre lo cual poco sabe ciones sociales de las diversas tribus que se dis
mos. Tal vez los señoríos diaguitas estuvieron tribuían en los principales valles del Norte

mejor dispuestos para aceptar algunos modelos Chico.


estilísticos, en este caso reconocidos a través de
la cerámica, lo cual no significó necesariamen La investigación etnohistórica y arqueo
te una imposición, sino, más bien, una moti lógica indica la presencia en nuestra región de
vación. una minoría étnica conocida en Chile como

"changos", equivalente al período de la cultu


El diaguita de esta fase utiliza la defor raDiaguita.
mación craneana intencional. De cráneos re Este grupo, que se reconoce desde el

33
Modelo de balsa esculpido en Andesiia encontrado en Aliovalsol. Se atribuye a la lase Inka Diaunila
v se conserva en el Huinluiruischcs Miiscum lur I Olkcrhurulc. I arco 260 mm.

extremo norte hasta por lo menos Pichidangui parte de población de origen altiplánico
una

y que ha sido detectado hasta el siglo XIX, se que tempranamente habría bajado hacia la
caracteriza principalmente por sus hábitos no- costa, adaptándose a las nuevas condiciones.
mádicos, explotando los recursos marinos de Otra hipótesis podría ser que correspondieron
caletas abrigadas y de alto potencial. a la especialización de un grupo costero
restringido, de raíces muy antiguas, que
La utilización de una balsa inflable habría introducido el uso de esta embarcación
hecha de cuero de lobo en compleja tecnología de características tan originales.
se conoce por la descripción que en primer tér Siempre ha llamado la atención su esca

mino hiciera Gerónimo de Bibar en los inicios so número y su virtual desconocimiento real
de la conquista para el extremo norte de Chile. por parte de los
primeros cronistas españoles.
Los changos fueron descritos posteriormente La información
arqueológica nos ha de
por diversos viajeros, especialmente durante mostrado que la nación diaguita explotaba
los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, poco sa con sus propias tecnologías los recursos mari

bemos de su origen, lengua y organización so nos. ¿Cuál ha sido realmente su origen? Estas

cial. Existe una iconografía histórica de


rica son preguntas que aún esperan las respuestas
su presencia en las costas del norte de
Chile, de la investigación científica moderna.
incluyendo su participación en actividades de ¿Cómo explicarnos el acelerado deterioro
pesca, caza e incluso transporte en algunos de de nuestras raíces autóctonas, tras el
impacto
los puertos chilenos. A manera de imagen, es de la conquista europea?
te grupo, cuya desaparición puede ubicarse en

las postrimerías del siglo XIX, debió formar Por ejemplo, sabemos que la población,

34
Figurilla femenina de plata. Cultura Inka. Alto: 68 mm.

compuesta de apenas unos 30.000 indios, dis frenta a la realidad cotidiana de reconocernos

tribuidos en el amplio territorio que hoy com americanos, y al desafío de traspasar los enga
parten las regiones de Coquimbo y Atacama, ñosos límites de la Conquista.
disminuyó a un total ponderado de 1.200 al
mas a fines del
siglo XVI. Toda la tradición cul La labor de la arqueología, como antro

tural —

hoy admiramos a través de la cerá


que pología, hacer hablar los documentos apa
es

mica, las costumbres funerarias, los objetos rentemente muertos de nuestro patrimonio

que alguna vez adornaron un hogar o que for precolombino. En la medida que dignifiquemos
maron parte de los componentes más usuales nuestro pasado, dignificaremos el presente y el
de este pueblo y que con creciente interés estu futuro. Hoy estamos abocados a esta tarea, y
diamos y atesoramos en los museos se esfumó;

la admiración que nos provoca la cultura ex

lo propio aconteció con la lengua, las costum presada en el menguado patrimonio que se ex

bres y usos sociales, la religión, las vestiduras hibe en esta muestra selectiva, deberá enrique
y las creencias, resultantes de un milenario cerse en nosotros con un sentimiento de enlace
proceso compartido de una u otra manera por ancestral y vital de estas nuestras verdaderas
los pueblos andinos. Todo este patrimonio raíces.
cultural perdió violentamente su validez, ante
la Cruz y la Espada empuñadas por el con
quistador español.

La búsqueda de nuestra herencia ameri


cana, de nuestras raíces autóctonas, nos en
Agradecemos a las siguientes
instituciones y personas :

Museo Arqueológico de La Serena


Museo del Limarí
Museo Nacional de Historia Natura
Museo Histórico Naciona
lustre Municipalidad de La Serena
Universidad de La Serena
Pisco Cape
Francisco Gacitúa
Rafael Paredes
Rodolfo Weisner

luminación de la exhibición
Ramón López
FUNDACIÓN FAMILIA LARRAÍN ECHENIQUE

Presidente :
Sergio Larraín García Moreno
Secretario : Julio Phílíppí Izquierdo
Tesorero : Carlos Alberto Cruz Claro
Consejeros:
Rector de la Universidad de Chile Roberto Soto Mackenney
Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile Juan de Dios Vial Correa
Alcalde de la Ilustre Municipalidad de Santiago Carlos Bombal Otaegu
Director de Bibliotecas, Archivos y Museos Mario Amello Romo
Presidente de la Academia Chilena de la Historia Fernando Campos Harriet
Luisa Larraín de Donoso
MUSEO CHILENO DE ARTE PRECOLOMBINO

Director Carlos Aldunate del Solar


Curador José Berenguer Rodríguez
Conservadora Julíe Palma Gaete
Jefa Administrativa Julia
Amagada Palma
Relacionadora Pública Carolina Blanco Vidal

Investigación Conservación Arte Administración

nvestigoción Laboratorio Diseño y Mon'a.e Secretaria


Rosario Edwards José Pérez de Arce Francisca pas*c
Luis Cornejo Erica Ramírez
Andrés Rosales Andante Cor-abihdaa
Guias M. Elena Sagredo Luis Solar En<a Dee' ng
Rebeca Assael
Elena del Valle Tiende
Caí olma Rotto B. isabe Ccr'ascc
Dolores Casanova M.

Documentaron Auxiliares
Coróle Sinclane Re. Padi'lo
Ma^cc Rornírez

Asesoría Artística
Carlos Alberto Cruz C
Dibujo página 29: José Pérez de Arce
orografías páginas 16, 17 25 y 30: Luis Corneio
Fotografía pág.-o 24. Gastón Castillo.
Diseño y fotcgrana. ^emanan Maldonodo.

Esta oub icación ha S'do oosib'e


graoos
a a co'abo'ac'ón de

mpresoro Og'o^a S.A

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