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Lineamientos de Los Dones Espirituales

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LINEAMIENTOS

DE LOS
DONES
ESPIRITUALES

1
Agradecimientos

Agradezco profundamente a Dios por el privilegio que me ha concedido de ser


parte de sus propósitos eternos…

A mi amada esposa por su gran entrega, paciencia y amor que han sido claves en el
crecimiento de este ministerio…

A mi iglesia, Integración Familiar de Tuxtepec por su gran disposición para servir


a Dios en las buenas y en las malas…

A mis amigos y consiervos miembros de ALICTUX, que me han cobijado con su


amistad y que han sabido ser compañeros de milicia…

2
Dedicatoria

Dedico este libro a la memoria de mi padre, un gran hombre de Dios, con el sello
de un apostolado genuino, aunque sin reconocimiento, cuya vida fue un ejemplo de
servicio y amor por la obra de Dios y de quien he recibido un legado espiritual
maravilloso y quien ya disfruta de la presencia permanente del Príncipe de los
Pastores.

Gracias papá…

3
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………………………………….5

CAPITULO 1

Los Dones del Espíritu ¿gracia o desgracia?....................................7

CAPÍTULO 2

Clasificación de los Dones………………………………………………………………………………………………14

CAPÍTULO 3

Los Dones Ministeriales……………………………………………………………………………………………….17

CAPÍTULO 4

Los Dones Espirituales………………………………………………………………………………………………….41

CAPÍTULO 5

Los Dones Operativos ………………………………………………………………………………………………….47

CAPÍTULO 6

Aprendiendo a Conocer tu Don……………………………………………………………………………………53

4
INTRODUCCIÓN

El servicio a Dios es un privilegio del que todos somos partícipes, un privilegio


que conlleva un alto grado de responsabilidad y de compromiso; compromiso que
no todos están dispuestos a tomar; sin embargo esto no nos exime de la
responsabilidad de rendir cuentas un día, de los talentos que el Señor de la obra
nos ha confiado.

Todo miembro del cuerpo de Cristo es un ministro. Todos hemos sido llamados a
servir. Todos somos útiles; sin embargo, tenemos que entender y aceptar que
Dios ha determinado que ciertas personas desempeñen ministerios de mayor
autoridad y responsabilidad que otras y nuestro compromiso de servir en el
cuerpo de Cristo involucra la honra y el respeto a la gracia y la unción que Dios ha
depositado en cada uno de nuestros hermanos y la aceptación del lugar que Dios
nos ha asignado a nosotros mismos como miembros del cuerpo de Cristo.

Cuando somos capaces de honrar la unción de los demás, es cuando seremos


bendecidos por esa unción, lograremos la unidad y entonces seremos la iglesia
poderosa capaz de estremecer las puertas del infierno.

Hablar de responsabilidad no solamente es hablar de hacer lo que hemos sido


llamados a hacer. No solamente es cumplir con el propósito para el cual fuimos
creados, sino hacerlo con excelencia y de acuerdo a las instrucciones que el dueño
de la obra nos ha dado. No solamente es servir, sino servir bien y ser realmente
los instrumentos de edificación del cuerpo de Cristo.

Cada uno de nosotros ha sido dotado con una gracia que nos capacita para poder
hacer la obra de Dios de una manera única y especial. Dios ha dado carismas
(dones) para equipar a los santos en su obra titánica de establecer su reino en
todos los rincones de la tierra. Estos dones pueden potencializar nuestras
habilidades o dotarnos de nuevas capacidades sobrenaturales que nos llevarán a
ser más efectivos en nuestra gloriosa labor.

Ahora bien, en la dinámica del ejercicio de los dones espirituales ha existido,


existe y desafortunadamente seguirá existiendo una problemática que ha llevado
a la iglesia a extremos peligrosos. Por un lado los excesos de cristianos que por
falta de una enseñanza bíblica equilibrada cometen errores en el ejercicio de él o
los dones espirituales, lastimando, confundiendo, dividiendo y mutilando el cuerpo
de Cristo, arrastrando las almas al infierno y provocando que el nombre de Cristo
sea blasfemado. Por otro lado pastores e iglesias al mirar estas situaciones, han
cerrado sus corazones a lo que puede ser un mover genuino del Espíritu Santo,

5
privándose de herramientas poderosas que los llevarían a dimensiones
sobrenaturales.

Podemos concluir entonces que los dones espirituales son un regalo de Dios que
nos facilitan el trabajo que nos ha sido encomendado de establecer su reino en
esta tierra, y que es responsabilidad de nosotros ejercer esos dones dentro de
los lineamientos de la palabra de Dios para que realmente cumplan su cometido de
edificar el cuerpo de Cristo.

Por ello considero de vital importancia establecer un punto de equilibrio en el


ejercicio de los dones espirituales, para que tanto pastores y líderes, como la
iglesia en general puedan trabajar de manera conjunta, en armonía, sujeción y
amor, aprovechando el potencial de unos y otros, a fin de ser más efectivos en el
cumplimiento de la gran comisión.

6
CAPÍTULO 1

LOS DONES
DEL
ESPÍRITU

7
La palabra que se utiliza en griego para referirse a “dones” es carisma, que se
traduce como gracias o regalos. Estas gracias o regalos son una acción netamente
del Espíritu, repartiendo como Él quiere, son dados de manera gratuita, sin
méritos del receptor, aunque el uso y desarrollo de ellos si involucra acciones,
disciplina y responsabilidad por parte del portador del don.

Existen personas que son creyentes sinceros, que tienen un buen deseo de servir
al Señor y que al intentar ejercer su llamado y fluir en los dones que el Espíritu
Santo les ha asignado, por ignorancia, han cometido errores que han provocado
fuertes conflictos y por ende una oposición muy marcada, tanto de sus pastores,
como de la iglesia en general, invalidando una obra genuina del Espíritu Santo.

Por otro lado, personas sin escrúpulos y con motivaciones incorrectas, en su afán
de reconocimiento y autoexaltación, se adueñan de una gracia que les fue
conferida por la gracia de Dios y sin responsabilidad alguna ejercen el don para
beneficio personal, confundiendo y lastimando el cuerpo de Cristo y
convirtiéndose en piedras de tropiezo para que otros alcancen la salvación.

En el ejercicio de los dones espirituales nos enfrentamos a una problemática que


principalmente tiene que ver con tres factores: la ignorancia, la falta de una
enseñanza equilibrada o un corazón incorrecto.

Podemos enumerar un sinfín de problemas, pero solo mencionaremos los más


comunes.

Problemas más comunes a los que nos enfrentamos en el ejercicio de los


dones espirituales.

1.- Incongruencia entre el don espiritual y el carácter del cristiano.

A lo largo de nuestra vida cristiana nos hemos enfrentado en alguna ocasión al


caso en el que hemos conocido a un hombre o una mujer tremendamente usados
por Dios en palabra profética o sanidades y milagros y al cabo de un tiempo nos
enteramos que estaban llevando una doble vida. Casos escandalosos de pecados
sexuales o de mala reputación financiera, problemas de falta de perdón, de
mentira, pleitos familiares, etc., que nos han llevado a preguntarnos ¿cómo es que
Dios pueda usar a alguien así?, ¿Era genuino el don de esa persona?, ¿Es salva esa
persona?

El mal testimonio de la persona portadora de la gracia de Dios hace que sea


juzgado el don de Dios. La gente no cree en la manifestación sobrenatural de

8
Dios por lo que ve o lo que sabe de la persona que lo ejerce, de esa manera se
invalida y se hace infructuoso el don de Dios.

Tenemos que entender que una cosa es el don de Dios y otra cosa es el carácter
del cristiano; una cosa es el don del Espíritu y otra el fruto del Espíritu. El don
del Espíritu es una acción netamente del Espíritu Santo en la vida del creyente,
mientras que el fruto del Espíritu es un trabajo del gobierno del Espíritu y del
ejercicio del dominio propio que van formando y forjando nuestro carácter.

El don del Espíritu es responsabilidad de Dios. El carácter es responsabilidad de


nosotros. Dios responde por lo que Él es; nosotros respondemos por lo que somos.
Si Dios ha depositado una gracia en alguien, independientemente de la persona,
Dios va a respaldar su don, es decir que Dios responde no por la persona sino por
su fidelidad. Esto ha dado pauta en muchos ministerios para creer que si Dios los
sigue respaldando es porque aprueba lo que ellos hacen; un poco de tiempo será
suficiente para entender que Dios no puede ser burlado, lo que el hombre siembre
eso también segará.

Lo que Dios da ya no lo quita. Romanos 11:29 dice que "irrevocables son los
dones y el llamamiento". La persona que ha recibido un don o un ministerio lo
tendrá hasta la muerte 2 Reyes 13:20,21, la unción sella a la persona
independientemente de si la persona vive de acuerdo a su llamado o no. 1 Samuel
26:9. Aunque Saúl había desobedecido a Dios y por causa de eso el Espíritu de
Dios se había apartado de él, David reconoce que él seguía siendo “el ungido de
Jehová”. Aún a pesar de haber sido desechado por Dios y que el Espíritu de Dios
se había apartado de él todavía profetizó una vez más. 1 Samuel 19:21-24.

Dios nos libre de levantar nuestra mano o nuestra voz contra los ungidos de
Jehová, aunque estos den motivos por su estilo de vida. Hay un juez ante quien
han de dar cuentas un día de lo que ellos hagan, a nosotros solo nos compete orar
por ellos para que Dios tenga misericordia tanto de ellos como de las personas que
han sido escandalizadas por ellos.

Es de vital importancia entender que tanto el don del Espíritu, como el fruto del
Espíritu tienen que crecer y desarrollarse a la par, de manera congruente, de
manera que la obra de Dios no sea blasfemada por nuestra causa, siendo motivo
de escándalo y tropiezo para otros; sabiendo también que todo servicio que se
haga fuera de la base del carácter y del amor quedará sin recompensa. 1Cor 13:
10-17.

9
Conviene señalar que lo que le da a la persona el título de “espiritual”, no es que
tanto hable en lenguas o que tan usado sea por Dios, sino que tanto del fruto del
Espíritu manifiesta en su carácter. A fin de cuentas seremos juzgados sobre la
base del carácter y no sobre la base del don. 1 Corintios 13:1-8; Mateo 7:15-23

2.- Inconformidad con el don que Dios nos ha dado

La inconformidad con el don o el ministerio que Dios nos ha dado tiene por lo
regular dos orígenes: puede ser la falta de identidad o las implicaciones o
responsabilidades que demanda dicho don.

Cuando el problema es la falta de identidad, la persona buscará establecer su


identidad en los dones o ministerios de mayor reconocimiento, en algunos casos la
persona inconforme suplantará o intentará fluir en una unción que no es la suya,
trayendo como resultado confusión a la iglesia y frustración personal.

El no estar conformes con el lugar en el que Dios nos ha puesto, nos va a llevar a
hacer nuestro trabajo de mala gana, de una manera mediocre y siempre vamos a
están anhelando el lugar de otros. Todos somos importantes y todo servicio que
se haga es importante para Dios, aún el que nosotros consideremos más sencillo
como el orar o limpiar el lugar de reunión.

La Biblia nos promete que si somos fieles en lo poco, Dios nos promoverá a lo
mayor. No podemos saber a qué Dios nos ha llamado, sino a través del servicio.

Por otro lado, la demanda que exigen determinados dones o ministerios lleva a las
personas a tratar de evadir o “esconder” lo que Dios les ha dado. Cuantos
ministerios han confesado haber intentado huir del llamado que Dios les hacía,
cuantos pastores batallaron para obedecer el llamado al ministerio pastoral que
es uno de los que exige mayor compromiso y disposición.

Cuantos casos de personas hemos visto que están usurpando un lugar para el que
no fueron llamados porque según ellos ese ministerio exige menos compromiso y
responsabilidad, llevando una vida infructuosa y frustrante.

Dios no nos exige más de lo que podamos hacer, Él nos ha dado sus dones en base
a nuestra capacidad. Mateo 25:14-30. Dios solo nos pide que seamos buenos
administradores del don que ha depositado en nosotros. 1 Pedro 4:10, es decir que
trabajemos con excelencia en base a nuestra capacidad.

10
3.- La falta de sabiduría

El tercer problema al que nos enfrentamos tiene que ver no con el don sino con
la manera en cómo ejercemos el don. Alguien dijo en una ocasión que no es lo que
dices, sino la manera en como lo dices lo que te acredita o te desacredita. El
carácter es el vehículo de la unción. Los dones o ministerios fluyen a través del
carácter de la persona y muchas personas muestran un corazón incorrecto a la
hora de ejercer los dones. Algunos muestran actitudes incorrectas como ira,
arrogancia, celos, avaricia, etc. o actúan de manera imprudente: con dureza, sin
respeto, con el propósito de exhibir, etc. Debemos pedir a Dios sabiduría y un
corazón libre de contaminación para poder ejercer los dones de una manera
correcta. Lucas 9:51-56, y que realmente seamos colaboradores de Dios en el
trabajo de la edificación de la iglesia.

4.- La falta de honra

La falta de honra es un problema que se caracteriza por menospreciar a la


persona portadora del don, no creer que Dios pueda usar a una persona común.
Este principio opera en las iglesias cristianas llevando a la gente a pensar que
porqué se tienen que someter a un liderazgo imperfecto, de un miembro de la
familia, de un amigo de la infancia, de una persona con pocos estudios, pobre, etc.
La falta de honra puede obstaculizar la efectividad del don o ministerio. En
Mateo 13:53-58 vemos que Jesús fue impedido de realizar milagros en su tierra y
no por que no tuviera el poder para hacerlo, sino porque la gente solo lo veía como
el hijo del carpintero y no como el enviado de Dios. Esta falta de honra privó a la
gente de recibir los beneficios de una unción tan maravillosa como la que pudo
experimentar la mujer cananea registrada en Mateo 15:21-28. Esta mujer a pesar
de ser una mujer gentil, que no tenía ni la más mínima oportunidad de recibir algo
de Jesús, por honrar y reconocer la investidura de Jesús pudo ser testigo de lo
imposible.

Está llegando el tiempo en el cual Dios nos está llevando a mirar hacia la casa,
nos está llevando a mirar que nuestros miembros, consiervos y amigos de nuestra
ciudad, denominación, etc. son tan ungidos como cualquier ministerio de
reconocimiento internacional.

La honra consiste en ver más allá de la persona, ver la investidura, la unción, ser
humildes para permitir que la unción de mi hermano, una unción diferente a la
nuestra pueda ministrarnos, creer que Dios usa a personas comunes para mostrar
su extraordinario poder.

11
Tú te admiras de que Dios use a otros; otros se admiran de que Dios te
pueda usar a ti

5.- El orgullo

Una de las cosas que debemos entender es que el don nos otorga una posición
especial delante de la gente. La unción te hace atractivo, admirable y si no tienes
los pies bien puestos sobre la tierra vas a terminar atrayendo la atención de la
gente hacia tu persona, aprovechándote de esta posición para tu beneficio
personal.

El orgullo nos lleva a creer que por el don que poseemos somos superiores a los
demás, nos volvemos arrogantes, altivos, vanagloriosos, buscando la auto
promoción, rebajando nuestro divino llamamiento a una mercadería barata
ausente de la esencia vital de todo ministerio, el amor de Jesús, quien por amor
no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos…
Marcos 10:45; 9:35; Romanos 12:3

6.- El celo ministerial

Una de las consecuencias de la falta de identidad es el celo ministerial. Una


persona que tiene problemas de identidad en su vida, va a mostrar sentimientos
de inferioridad, inseguridad y auto menosprecio. Este tipo de personas va a
encontrar en el don una identidad falsa; así que hará del don el centro de su vida,
haciendo a un lado inclusive al mismo Jesús; buscará llamar la atención hacia su
persona en lugar de hacia Dios, buscará ocupar los mejores puestos en el cuerpo
de Cristo y siempre exigirá el reconocimiento a su trabajo.

Otra de las manifestaciones aún más sutil de la falta de identidad es la falsa


humildad, hablando siempre con un menosprecio exagerado hacia su persona,
haciéndose el mártir, “el siervo sufriente”, haciendo uso del chantaje emocional y
aún espiritual para tener un poco de atención.

El celo ministerial es la incapacidad de aceptar el éxito o la promoción de otros.


Cuando te enojas porque Dios está levantando a otra persona o ministerio, cuando
otro es promovido y tú exiges que también te promuevan, entonces lo más
probable es que tengas este problema.

Tu identidad no está determinada por los dones que posees, sino por lo que eres
en Cristo.

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Tienes que entender que Dios es el que promueve, Dios tiene el tiempo, la manera
y el lugar de tu promoción, sigue a Jesús, no busques las posiciones. Mateo
20:20-28

7.- Motivaciones incorrectas

Los dones deben ejercerse con y por amor. 1 Corintios 13:1-8 hace una lista de
por lo menos cinco dones que se pueden ejercer pero con una motivación
incorrecta, el resultado de esto es “nada soy”, “de nada me sirve”. Todo lo que se
hace fuera de la motivación del amor es basura, no sirve. El amor es lo que nos
lleva a edificar el reino de nuestro Señor Jesucristo, se requiere amor para
poder ayudar a la gente con lo que Dios nos ha dado y para ello necesitamos un
corazón libre de egoísmo y libre de maldad para así convertirnos en instrumentos
fieles del amor, la misericordia y el poder de Dios. Mateo 14:14

Los problemas que surgen en el ejercicio de lo que Dios nos ha dado no son nada
nuevo, Jesús lo enfrentó con sus discípulos, algunos de ellos querían una posición
privilegiada con Él. Marcos 10:35-37; otros creían que la unción era para castigar
a los pecadores. Marcos 9:52-56. El apóstol Pablo experimentó la carnalidad de la
iglesia de Corinto que hacía distinciones entre las unciones de él, de Apolos y de
Cefas. 1 Corintios 1:11-15.

Desafortunadamente los problemas que surgen en esta dinámica van a continuar.


Trabajamos con gente imperfecta, y aún nosotros mismos tenemos que lidiar con
las pasiones carnales que batallan en nuestra alma y que nos llevan muchas veces a
cometer errores en perjuicio de la obra de Dios. Que Dios nos ayude a ser buenos
siervos y fieles al servicio de su reino.

13
CAPÍTULO 2

CLASIFICACIÓN
DE LOS DONES

14
No pretendemos en este libro hacer una descripción exhaustiva de cada don, creo
que hay suficientes buenos libros que nos ayudarán a tener un mejor conocimiento
de ellos, lo que queremos es hacer una clasificación general a fin de tener una
idea que nos ayude a diferenciar lo que es un don ministerial, un don espiritual o
un don operativo. Al referirnos a la palabra don estamos enmarcando de manera
general las diferentes gracias que Dios imparte a la iglesia, cuando se requiera
mencionar de manera específica alguno de ellos entonces se hará la descripción
particular del don en mención.

Para una mejor comprensión vamos a clasificar los dones Espirituales en tres
categorías de acuerdo a lo que menciona Pablo en 1 Corintios 12:4-6

APÓSTOLES

PROFETAS

DONES MINISTERIALES EVANGELISTAS

(EFESIOS 4:11 ) PASTORES

MAESTROS

SABIDURÍA, CIENCIA, FE

DONES DONES SANIDADES, MILAGROS, PROFECÍA,

DEL ESPIRITUALES DISCERNIMIENTO DE ESPIRITUS

ESPÍRITU ( 1 CORINTIOS 12:8-10) GÉNEROS DE LENGUAS,

INTERPRETACIÓN DE LENGUAS

DONES Y

OPERATIVO. SERVIR, ENSEÑAR, EXHORTAR, DAR,

ROMANOS 12:7,8, PRESIDIR, MISERICORDIA, AYUDAR

1 CORINTIOS 14:26;12:27,28 ADMINISTRAR, ALABANZA, REVELACIÓN

15
De acuerdo a 1 Corintios 12:4-6 los dones del Espíritu se clasifican en: dones,
ministerios y operaciones, de acuerdo a esta clasificación entendemos la
importancia de la diversidad, Pablo menciona en Romanos 12 que…de la manera
que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la
misma función… Lo primero que tenemos que entender es que cada uno de
nosotros tiene un lugar asignado en el cuerpo de Cristo, con una función
específica y con una gran responsabilidad, con esto debemos estar conscientes
que si no estamos ocupando el lugar que nos ha sido asignado, no estamos
funcionando al 100 % de nuestra capacidad.

Lo otro que menciona el apóstol Pablo es que, como en un cuerpo, los miembros
son dependientes, es decir fuimos diseñados para funcionar en dependencia los
unos de los otros. Necesitamos la unción y el trabajo de los demás para poder
funcionar como un cuerpo, a esto se le llama trabajo corporativo pero para
lograrlo requerimos un corazón humilde, aceptar las diferencias, ser pacientes
con las debilidades y los errores de los demás, y sobre todo estar saturados del
amor de Dios, porque el amor cubre multitud de faltas. Cuando estés tentado a
ver solo las debilidades y los errores de los demás, recuerda que los demás
también ven los tuyos, que tú también eres un ser imperfecto que está en camino
a producto terminado, que así como te molestan ciertas actitudes de otros,
también las tuyas son molestas para los demás, por lo tanto debemos practicar los
principios de la unidad que son: la aceptación de las diferencias, el respeto de los
derechos de los demás, la tolerancia a los errores y debilidades y el amor
incondicional.

Si logramos establecer estos fundamentos en nuestras vidas, entonces el


ambiente será propicio para el funcionamiento de los dones y solo entonces la
iglesia será edificada y perfeccionada.

16
CAPÍTULO 3

LOS DONES
MINISTERIALES

17
Dentro de los dones que Dios ha dado a los creyentes hay algunos que están
relacionados con el gobierno y la dirección de la iglesia. Dios ha colocado líderes o
dirigentes que han recibido un llamado y una investidura de autoridad, con el
propósito de gobernar, dirigir y pastorear al pueblo de Dios.

A estos dones se les denomina ministerios y de acuerdo a Efesios 4:11,12 son


cinco: Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros.

A diferencia de los otros dones, los ministerios son personas que han sido
llamadas por Dios y comisionadas para cumplir una encomienda especial.

1.- El ministerio del Apóstol

A. Definición del término.

La palabra “apóstol” viene del griego “apóstolos” y significa uno que es enviado,
delegado, embajador, mensajero.

Un apóstol es un hombre, cuya misión es representar y hacer la voluntad del que


lo envió, es alguien que habla y actúa en lugar de su señor.

B. La relación entre el que envía y el enviado.

Este vínculo especial entre el que envía y el enviado es visto claramente en el


ministerio de Jesús, el Gran Apóstol. Él estaba consciente de que su misión en
este mundo era representar y hacer la voluntad de su Padre. Juan 6:38; 12:49,50.

Lo mismo que Jesús hacía lo estableció en sus discípulos, a los que llamó
apóstoles, los cuales iban a ser embajadores para representarlo a Él aquí en la
tierra. Ellos establecerían una nueva colonia que es la iglesia, respaldada por la
autoridad del reino de Dios, para que a través de esta, la voluntad y el gobierno
del cielo se establecieran en la tierra. Mateo 10:40; 16:18; Juan 20:21.

C. Niveles de Apostolado

Existen cuatro niveles de ministerio apostólico en el nuevo testamento. De


estos cuatro, dos ya no están vigentes; sin embargo los primeros dos son el
fundamento para las funciones apostólicas de hoy en día.

a). La función apostólica de Jesucristo

Jesucristo fue y seguirá siendo el apóstol principal. Hebreos 3:1, fue enviado
desde el cielo para hacer la voluntad de su Padre en la tierra. Vino a representar

18
a su Padre, habló y actuó en su lugar, fue un embajador verdadero y fiel para
todo el mundo. Juan 4:34; 5:19, 30; 6:38.

b). La función de los doce apóstoles

Los doce apóstoles fueron elegidos por Jesús después de una noche de oración.
Sirvieron a Jesús y fueron enseñados por Él durante su ministerio terrenal. Lucas
6:12,13

Estos doce hombres marcaron una nueva etapa en los tratos de Dios con el
hombre. En el antiguo testamento fueron los profetas y patriarcas los que
escribieron las Escrituras. En el nuevo testamento fueron los apóstoles los que
escribieron la revelación de Dios.

c). La función de los apóstoles post-ascensión

Entre estos figuran el apóstol Pablo Romanos 1:1, Andrónico y Junias 16:7,
Matías, Hechos 1:26, entre otros.

En Efesios 4:11-13 vemos que Jesús estableció otra clase de apóstoles, este
grupo funcionaría a través de la edad de la iglesia, hasta que todos lleguemos a la
unidad de la fe y al mismo conocimiento del hijo de Dios.

Estos apóstoles son puestos para el gobierno y la dirección de la iglesia a lo


largo de su peregrinar en esta tierra.

d). La función apostólica contemporánea

Hoy en día existen hombres que han sido llamados por Dios para desempeñar
una función apostólica, ya no en el sentido de escribir una nueva revelación
doctrinal, sino en el sentido de gobierno y dirección de la iglesia, que manifiestan
un corazón paternal hacia otros ministerios y que las huellas de su apostolado son
claramente visibles y reconocidas por la iglesia en general.

D. Preparación de los apóstoles

La obra de edificar la iglesia es muy importante para Dios. Él requiere que sus
ministros estén enteramente preparados para toda buena obra. Algunos
creyentes tienen tanto deseo de servir a Dios o con una motivación equivocada se
lanzan al ruedo sin la preparación adecuada que terminan siendo motivo de
tropiezo y escándalo para el reino de Dios.

Dios no tiene prisa en cuanto a la preparación y la formación de sus siervos, Él


trabaja a la antigua, se toma el tiempo necesario para entrenarnos en la escuela

19
de su Espíritu. La preparación para el ministerio apostólico requiere mucho
tiempo, entrenamiento y desarrollo del carácter. La formación del apóstol exige
madurez y experiencia, esto conlleva tanto los éxitos como los fracasos.

Los fracasos pueden convertirse en bendiciones si aprendemos como afrontar y


aceptar nuestras limitaciones. De estas experiencias podemos descubrir cuan
poco podemos hacer lejos de la sabiduría, la gracia y el poder de Dios.

Moisés había sido altamente instruido en la sabiduría de este mundo. Sin


embargo fue necesario que transcurrieran cuarenta años para que saliera de
Egipto y otros cuarenta para sacar a Egipto de su corazón. Solo después estuvo
listo para ser enviado a la gran misión de sacar al pueblo de Israel de la
esclavitud.

El apóstol Pablo de igual manera, era un fariseo educado a los pies del mejor
maestro de su época, estaba orgulloso de su posición y defendía celosamente sus
creencias. Dios tuvo que derribar su orgullo tirándolo del caballo y confrontándolo
con sus convicciones erróneas, hasta llevarlo al punto de humildad necesaria para
comenzar su preparación, que llevó varios años, para el ministerio apostólico a los
gentiles.

En base a todo lo anterior podemos concluir que un apóstol debe tener una
formación completa que incluye:

1) Un llamado definido para este ministerio.

2) Una instrucción profunda en las escrituras.

3) Una preparación que involucra varios años, durante los cuales se probará a
sí mismo y a su ministerio en la iglesia local.

4) Una formación bajo la supervisión de otros apóstoles.

5) Un funcionamiento en por lo menos uno de los otros cuatro ministerios.

6) La iglesia local avalará la autenticidad y funcionalidad del ministerio


apostólico del ministro en función.

E. Las cualidades de un apóstol

Dentro de los requisitos que figuran primeramente para los apóstoles están los
mencionados en 1 Timoteo 3:1-13; Tito 1:5-9.

1). Debe tener un corazón paternal. 1 Corintios4:15; Filipenses 2:22

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2) Debe tener una experiencia profunda con la presencia de Dios.

3) No debe ser dado a la autoglorificación. 1 Corintios 4:9; 1 Tesalonicenses


2:6.

4) Debe tener un corazón de siervo. Efesios 3:7,8

F. Las evidencias de un apóstol

1) Un apóstol comienza nuevas iglesias y las fundamenta en la Palabra. 1


corintios 3:9-14.

2) Brinda cobijo a otras iglesias aún más antiguas. Romanos 1:11

3) Se preocupa de la enseñanza de la sana doctrina. Hechos 2:42

4) Su ministerio irá acompañado del poder sobrenatural de Dios. Romanos


15:18,19; 2 Corintios 12:12.

5) Aplica corrección y disciplina cuando es necesario. Hechos 5:1-11; 1 Corintios


5:1-3.

6) Ordena al liderazgo no solo de la iglesia local, sino de otras iglesias. Hechos


6:1-6; 14:23; Tito 1:5

7) Forma y capacita a nuevos ministerios. 2 Timoteo 1:6; 2:2

8) Cuida y supervisa esos ministerios. 2 Timoteo 1:1-4

9) Cuida y supervisa las iglesias que ha fundado. 2 Corintios 11:28

10) Figura como un padre para las iglesias y los ministerios que ha formado. 1
Corintios 4:15.

En el sentido completo del ministerio, un apóstol tiene que ser capaz de


funcionar en cada uno de los cinco ministerios. Tiene que ser un evangelista para
ganar nuevos creyentes, maestro para instruirlos en la sana doctrina; profeta
para dar dirección y corrección con autoridad Divina; pastor para cuidar la obra y
los ministros que ha formado.

G. El llamado de un apóstol

En primer lugar un apóstol es directamente llamado por Dios, de una manera


clara y precisa. Es Dios quien decide cuando, donde y como servirá.

La unción apostólica debe ser reconocida al menos de cinco maneras:

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1) Él mismo debe estar seguro de su propio llamado. Romanos 1:1

2) Por los líderes de su iglesia, a través de su vida personal y el trabajo para con
Dios. 1 Corintios 9:2

3) La calidad de la iglesia local hablará de la calidad de su obra apostólica.

4) Los ministerios que ha formado darán testimonio de su trabajo.

5) Otros ministerios establecidos darán fe de su llamado apostólico.

Esto no significa que será aceptado como apóstol por la iglesia universal. En 1
Corintios 9:1-3 Pablo reconoce que no todos lo aceptaban como apóstol; sin
embargo había mucha gente que si lo reconocía, principalmente los que habían
conocido el fruto de su ministerio. Además no es necesario ostentar un título de
apóstol para funcionar como tal, lo importante es que la obra de Dios sea hecha,
con o sin el reconocimiento de la unción apostólica.

2.- El ministerio del profeta

El segundo de los cinco ministerios es el de profeta y quizá es uno de los más


incomprendidos y de los más polémicos, debido a la ignorancia, los abusos y los
extremos a los que se ha llevado.

Este ministerio es fundamental para el sano crecimiento del cuerpo de Cristo, ya


que a través de él Dios da dirección a su pueblo para llevarlos al cumplimiento de
su propósito. Es necesario entonces entender de qué manera opera este
ministerio para poder aprovechar todo el potencial que trae consigo

La palabra profeta en griego es “nabí” y significa hombre inspirado o hablar por


inspiración; por tanto un profeta es una persona que da un mensaje inspirado por
Dios.

Para poder entender el funcionamiento del ministerio del profeta, primeramente


tenemos que entender los niveles de profecía.

A. Niveles de Profecía

Existen cuatro niveles en como fluye la unción profética, y cada nivel tiene su
propósito.

1. El ambiente profético

El ambiente profético es aquél que se propicia cuando estamos en un ambiente


de adoración profunda, en ese ambiente se manifiesta una unción profética que

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cualquier creyente, sin la necesidad de tener un don profético, puede ser
impulsado por el Espíritu Santo para declarar una palabra profética. 1 Samuel
10:10-13; 19:22-24.

Uno de los errores que se cometen es que una persona que ha profetizado en el
ambiente profético crea que hay un don de profecía o un ministerio profético y se
lanza a declarar palabra profética en nombre de Dios, provocando confusión y
destrucción al cuerpo de Cristo.

Otro de los errores que también se cometen es que hay creyentes que hablan
del buen deseo de su corazón una palabra a alguien y lo hacen con la frase “dice el
Señor”. Hay que ser humildes para reconocer cuando el Señor no nos ha dicho
nada y sincerarnos diciendo yo deseo decirte esto de mi corazón, pero no
atribuirle a Dios algo que no ha dicho.

2. El don de Profecía

El don de profecía es uno de los nueve dones del Espíritu mencionados en 1


Corintios 12:10 y es una capacidad sobrenatural dada por Dios, para que el
creyente que lo posea pueda edificar mayormente a la iglesia local. Una persona
que tiene el don de profecía no es necesariamente un profeta, ya que este no es
un llamado, sino una capacidad que puede operar en el creyente, por lo regular en
la oración en lenguas. No opera en una forma permanente, sino de manera
intermitente y su función está limitada por lo regular a funcionar de manera local.

3. El ministerio Profético

El ministerio de profeta tiene que ver con un llamado directo de parte de Dios.
Dios de manera específica da la encomienda al profeta de lo que tiene que hacer.
Entre algunos casos tenemos a los profetas del antiguo testamento, como Elías,
Eliseo, Isaías, Jeremías, etc. En el nuevo testamento se menciona a Juan el
bautista como el mayor de los profetas nacidos de mujer, Lucas 7:28. Agabo
entre algunos más, Hechos 11:27-29; 21:10. En la iglesia de Antioquía se
mencionan otros, Hechos 13:1; 15:32.

A diferencia de las otras dos formas de profecía, el ministerio profético


conlleva un tiempo de preparación y de purificación muy arduo, ya que este
ministerio no solo funciona a nivel local, sino que trasciende a nivel mundial,
llegando incluso a declarar palabras a naciones y a gobernantes.

4. La profecía escrita

La Escritura es la forma más elevada de profecía, 2 Pedro 1:19,20. Es inspirada


por Dios, 2 Timoteo 3:16. Es infalible, absoluta y total en autoridad, es la

23
revelación completa del plan de Dios para la humanidad desde la eternidad
pasada, hasta la eternidad futura.

B. Origen del ministerio profético

Dios siempre ha tomado la iniciativa en el acercamiento con el hombre. Dios


siempre ha buscado la manera de estar en comunicación con la humanidad. Lo ha
hecho de manera directa y también a través de canales humanos, por medio de los
cuales Él les revela sus propósitos y da las instrucciones de lo que tienen que
hacer, uno de estos canales es el ministerio profético.

Dios comenzó a hablar incluso desde antes que el ministerio profético fuera
establecido. Lo hizo a través de hombres como Abel, Lucas 11:50,51; Enoc, Judas
15; Noé, Hebreos 11:7; Abraham, Génesis 20:7, etc.

El ministerio de profeta se manifiesta claramente desde el antiguo testamento,


grandes hombres figuran como portadores de tan grande privilegio, ser los
portadores de la voz de Dios.

Después del período de los profetas antiguo-testamentarios, siendo el último


Malaquías, se registra un período de silencio, que tuvo una duración aproximada
de 400 años. Después del período del silencio aparece una voz profética en los
labios de Juan el Bautista, al cual el mismo Jesús reconoce que de los nacidos de
mujer, no hubo otro como él.

Se reconoce a Cristo como el gran profeta. Juan 7:40; hechos 3:22,23; Juan 4:19;
6:14; 9:17, enviado al mundo para traer un mensaje de salvación y anunciando que
el reino de los cielos se había acercado.

Posteriormente, después de la ascensión de Cristo, el nuevo testamento


registra a otros profetas como Agabo, Hechos 21:10-13; Judas y Silas, Hechos
15:32; Ananías, Hechos 22:12-15; en la iglesia de Antioquía, Hechos 13:1; en Tiro
Hechos 21:4; En Jerusalen, Hechos 11:27; en Corinto, 1 Corintios 14:29.

C. Las funciones de los profetas

Hay algunas cosas que debemos entender acerca del ministerio profético:

1. La diversidad

No hay dos ministerios proféticos exactamente iguales, unos vieron cosas en


el Espíritu, Isaías, Daniel, Ezequiel, Zacarías; otros fueron arrebatados fuera de
su cuerpo o en trances, Daniel, Pablo, Juan; otros oyeron cosas como Miqueas,
Elías, etc.

24
Algunos dieron su mensaje con su propia vida como Oseas y Joel, otros
dramatizaron; otros usaron símbolos y elementos de la naturaleza, etc.

2. La unción

La magnitud y el nivel de la palabra profética va a depender del grado de


unción del profeta. Romanos 12:6 nos dice que el don de profecía debe ser
ejercido en función de la medida de fe del profeta, es decir, no puedes
fluir en un nivel para el cual no estás preparado. Los profetas que declaran
palabras a naciones y gobernantes iniciaron declarando palabra a personas
de su congregación y poco a poco su fe fue creciendo para fluir en niveles
más altos.

Hay que tener la humildad suficiente para fluir en los niveles adecuados a
nuestro crecimiento espiritual.

3. La revelación

La revelación profética puede ser manifestada de diferentes maneras:

a. Una revelación especial de la Palabra de Dios. Efesios 3:5

b. Revelación de la condición de las personas. Hechos 5:1-11; 1 Corintios


14:24,25

c. Revelación de sucesos futuros. Hechos 11:27-28

d. Revelación de instrucciones ministeriales. Hechos 13:1-3

e. Revelación de instrucciones en circunstancias especiales. 2 Reyes


4:1-7; 5:10.

4. La exhortación

Exhortar: aconsejar, urgir, animar a la acción, llamar la atención, corregir.

Los profetas antiguos exhortaron al pueblo de muchas maneras.


Confrontaron el pecado. 2 Samuel 12:1-14; animaron al pueblo a confiar en
Dios, 2 Crónicas 20:14-17; aconsejaron, 2 reyes 4:1-7; 38-41.

Cabe mencionar que cuando Dios tiene que llamar la atención a uno de sus
ministros por lo regular lo va a hacer a través de una persona que tiene la
suficiente madurez espiritual para hacerlo con el espíritu correcto.
Difícilmente Dios va a usar a una persona que está muy pendiente de los
errores de su líder y que está esperando la oportunidad para “sacarle sus
trapitos al sol”. Dios siempre va a dar la cara por la autoridad y aunque

25
tenga que confrontar a la autoridad con sus errores, tendrá el cuidado de
enviar a la persona correcta, que con un temor reverente y después de una
larga batalla convencerá al profeta de hacer lo que le está indicando. 2
Samuel 12:1

5. La advertencia

A menudo Dios revelará a sus profetas para que adviertan al pueblo de los
peligros que se avecinan, esto con el propósito de que el pueblo esté
preparado y los sucesos predichos no los tomen por sorpresa. 2 Reyes
8:1,2; Hechos 11:27-30.

6. La visión

El ministerio profético hará saber al pueblo la dirección de Dios. El profeta


informa lo que Dios dice acerca del rumbo que se debe seguir en
determinadas circunstancias. 2 Reyes 3:11,15-18.

El ministerio profético, bien encauzado es de gran utilidad ya que la dinámica del


Espíritu provee todo lo necesario al cuerpo de Cristo, tanto en su formación como
en su trayecto al cumplimiento del propósito.

D. Lineamientos del ministerio profético

1. La preparación

Los procesos más largos y profundos los tiene Dios con las personas que
llama a un ministerio. Dios tiene que procesar a los que Él llama para
desarrollar los rasgos del carácter que se requieren para cumplir con la
misión del llamado. También los procesos son usados por Dios para quitar
de nosotros lo que no le sirve en el ejercicio de nuestro llamado. El trato
de Dios con los llamados a desempeñar un ministerio profético es muy duro.
Por lo regular las personas que Dios llama a un ministerio profético son
procesadas en largos períodos de aislamiento y ayuno. Existe una relación
muy marcada entre profeta y desierto, esto con el fin de purificar sus
corazones y desarrollar el carácter necesario para cumplir tal encomienda.

Es en el silencio donde Dios hace acallar las voces extrañas y enseña a sus
profetas a reconocer el timbre de su voz, es en el silencio donde el espíritu
del hombre es adiestrado para dar paso al Espíritu de Dios, para tener la
firme convicción de decir…así dice el Señor… con la certeza de que el Dios
de los cielos ha hablado.

La profecía opera en lo que podríamos llamar el canal profético, es decir,


funciona como un canal de radio donde hay una antena emisora y una antena

26
receptora, pero en el trayecto de la emisión a la recepción puede haber
interferencia de otras ondas de radiofrecuencia. La profecía es un canal
abierto que puede ser interferido por sentimientos personales, por deseos
personales y por el mismo enemigo de nuestras almas que busca confundir y
obstaculizar la obra profética.

Si el corazón del profeta está contaminado con sentimientos negativos, de


falta de perdón, de ideas preconcebidas, la palabra que fluya a través de
él, saldrá contaminada, es decir, con trazos de los sentimientos que
embargan su corazón.

La palabra profética es gradual, es decir las personas que comienzan a fluir


en lo profético en un inicio van a tener un porcentaje bajo de asertividad y
esto no depende de Dios, sino del grado de consagración y pureza del
corazón del profeta, por ello se hicieron necesarias las escuelas de los
profetas en los tiempos de Samuel. En las escuelas de los profetas se
enseñaba a los profetas a purificar sus corazones y a afinar sus sentidos
espirituales para tener un discernimiento cada vez más claro de la voz de
Dios.

En la medida en que el corazón del profeta es purificado la palabra será


más acertada cada vez, a tal grado de lograr el reconocimiento de la unción
profética por otros ministerios maduros. Algunos teólogos establecen un
período de 10 años para el reconocimiento de un ministerio profético,
tiempo durante el cual tanto la palabra como el carácter del profeta serán
probados.

Debido a esto es necesario establecer las pautas para la operación del


ministerio profético.

a. No soltar la palabra sin antes pasar por el filtro de una persona


espiritual y madura. Lo ideal es que pase por el filtro de los líderes
de la iglesia. Proverbios 11:14

b. Esperar confirmación antes de soltar la palabra. Génesis 41:32

c. Ser humildes para no usar el nombre de Dios (Dios me dijo) en cosas


de las que no estamos seguros. Deuteronomio 18:20-22.

d. Ser sabios a la hora de dar la palabra. Si es una palabra de


confrontación hazlo con amor y de manera personal. 2 Samuel 12

e. No permitas que tu corazón se contamine con sentimientos negativos


por lo que Dios te haga saber de las personas.

27
f. Mantén tu corazón libre de sentimientos negativos.

g. Usa el don en la medida de tu fe. Es decir no quieras moverte en


niveles para lo cual no estás preparado.

2. La sumisión

Uno de los errores en que mas incurren los que tienen un ministerio
profético es en sentirse superiores a otros ministerios, dado que Dios les
habla directamente consideran innecesario rendirle cuentas a un ser
humano imperfecto, teniendo en poco la necesidad de un pastoreo por algún
ministerio terrenal. Una persona que cree que ya no necesita de ninguna
autoridad humana por ser portador de una unción profética, va a terminar
con el ego inflado y en confusión doctrinal.

Cuando el ministerio profético se establece en una mujer el asunto de la


sumisión se vuelve más complejo. La mujer tiene que estar sujeta a su
autoridad primaria que es su esposo en el caso de las casadas o de sus
padres en el caso de las solteras. En 1 Corintios 11:5, 10 Pablo dice que la
mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta su cabeza. En
la cultura judía el velo era la señal de que la mujer estaba bajo alguna
autoridad; las mujeres que no usaban velo eran las prostitutas. Cuando una
mujer se atrevía a orar o profetizar sin cubrirse la cabeza estaba
afrentando (avergonzando) a su cabeza, el esposo en el caso de las casadas
o los padres en el caso de las solteras, en otras palabras el mensaje que
daban era no es tan importante estar sujeta a una autoridad.

También la mujer, como en el caso de todo creyente tiene una autoridad


espiritual a la cual es necesario estar sujeta.

La autoridad tiene como función principal la protección de los que están


bajo su cobertura. Cuando el profeta fluye bajo la cobertura espiritual
mantiene el canal profético protegido, mantiene su don o ministerio
protegido y aún su vida espiritual y física se mantienen protegidas. ¿Qué
puede hacerle el diablo a una persona que está funcionando en el orden
correcto de autoridad?

En la medida de tu sumisión y obediencia a la autoridad estará tu autoridad


para ejercer el llamado que Dios te ha dado. Si tú te sometes a tu
autoridad tendrás la autoridad para someter a los demonios en el nombre
de Jesús

Dios establece que el espíritu de los profetas debe sujetarse a los


profetas. 1 Corintios 14:32,33.

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Esta palabra tiene dos significados: el primero es que toda palabra que los
profetas hablen debe estar de acuerdo con la Palabra que Dios ya dio a
través de sus profetas, es decir, toda palabra que sea contraria a la
Palabra escrita debe ser considerada como falsa profecía, y tal profeta
debe ser corregido de manera severa, ya que los falsos profetas acarrean
muerte, muerte para sí mismos y para la obra de Dios. 2 Pedro 2:1

El segundo significado es que el ministerio profético debe funcionar bajo el


principio de sumisión. La sumisión a tu autoridad delegada va a impedir que
cometas errores graves como: dar una palabra fuera de tiempo, soltar una
palabra que Dios te dio solo para que intercedieras, dar una palabra
contaminada, actuar imprudentemente a la hora de dar la palabra y lo más
importante te va a ayudar a mantenerte en un espíritu humilde para
aceptar la enseñanza, la corrección y el consejo. No importa que tanto y a
que magnitud te hable Dios, Él puso una autoridad sobre ti para que te
ayude a crecer y a madurar; tal vez tu autoridad no fluya en la magnitud
que tú fluyes, tal vez sea más ignorante que tú, pero Dios le ha dado una
investidura de autoridad para cuidar y guiar al pueblo de Dios; así que
acata las instrucciones que te de tu líder y mantente con el espíritu
correcto y Dios va a llevarte a otras dimensiones en la unción de su Espíritu
Santo.

3. La prueba

Dios autoriza, es más, recomienda que la profecía sea juzgada. 1 Corintios


14:29. ¿Por qué Dios recomienda que se juzgue la palabra profética?,
¿acaso Dios no habla verdad?, ¿dónde radica el problema? Dios es un Dios
verdadero, que siempre habla verdad, el problema no radica en la veracidad
de Dios, sino en la falibilidad del instrumento que usa para transmitir el
mensaje. El profeta es un ser humano, tiene una naturaleza pecaminosa que
está en proceso de regeneración y que aunque ya es salvo, no está exento
de cometer equivocaciones. La palabra profética puede ser influenciada por
esta naturaleza pecaminosa, contaminándola y afectando el sentido o el
contenido del mensaje; de allí que Dios recomiende juzgar la palabra
profética con un sentido de madurez espiritual.

Para poder juzgar la profecía debemos entender primeramente que la


palabra puede venir de tres fuentes:

_ Dios. Cuando es Dios quien habla, primeramente, tal palabra tendrá el


respaldo bíblico, segundo, aunque sea una palabra de confrontación traerá

29
convicción para arrepentimiento, si es que el corazón no se ha endurecido
aún y tercero, su propósito será de edificación, jamás de destrucción.

_El corazón. Eclesiastés 5:3 y 7 dice que de la preocupación vienen los


sueños, es decir que a veces de lo que hay en tu corazón de eso sueñas,
esto lo haces de manera inconsciente. De los sentimientos, las emociones o
las aflicciones vienen sueños. En otras ocasiones el subconsciente desahoga
a través de los sueños la carga emocional de tu corazón.

Nos damos cuenta, cuando un sueño es de nuestro propio corazón será un


sueño sin sentido, no lo recordamos o es algo que nunca se cumplió. A
diferencia de estos, lo que vienen de Dios, son muy vívidos, te impactan, te
impulsan a orar, te conmueven, te producen una carga espiritual, aunque
intensa en algunas ocasiones, pero al orar descansas.

_El Diablo. Cuando es el diablo quien habla, la palabra será contradictoria a


las demás palabras que has recibido, será contraria a las escrituras o
hablará las verdades a medias como en el caso de la tentación de Eva en el
huerto del Edén y de Jesús en el desierto. Además la palabra que viene del
diablo traerá una falsa carga que te aplastará y disminuirá tu deseo de
búsqueda de Dios, te robará la paz y te pondrá en un estado de ánimo
negativo. Las palabras del diablo son perturbadoras, incitantes al mal, te
hacen dudar del carácter de Dios y de su palabra, te ponen en enemistad
con tu familia y hermanos en la fe, te deprimes y te aíslas de los demás, en
pocas palabras traen muerte en lugar de vida.

Seis preguntas que nos ayudarán a juzgar la palabra profética:

_ ¿Está de acuerdo con la Palabra de Dios? Isaías 8:20

_ ¿Es dada con el espíritu correcto? Romanos 8:34

_ ¿Se cumplió? Deuteronomio 18:20-22

_ ¿Pasa la prueba de los espíritus? 1 Juan 4:1-3

_ ¿Vive una vida piadosa quien la da? Mateo 7:15-23; 1 Juan 3:10

_¿Mantiene una actitud de honra a sus líderes? Números 12:1-16

Si alguien quiere fluir en la unción profética, sin acatar estas instrucciones,


entonces no está operando en el espíritu correcto y lo más probable es que
termine confundido por el diablo, por lo tanto no es un ministerio que edifique el
cuerpo de Cristo y el que no edifica destruye. Debemos tener el cuidado de la

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obra de Dios y si es necesario ubicar a las personas que no están operando bajo
los principios correctos.

3. El ministerio del evangelista

A. Definición de términos

La palabra evangelista proviene del griego “euanguelistés” y significa


predicador del evangelio. Evangelio es “euanguelión” y se traduce buenas
noticias o buen mensaje, por tanto definimos que un evangelista es un
portador de buenas noticias.

A diferencia de los otros ministerios, al evangelista solo se le menciona en


tres ocasiones en el nuevo testamento. Así se le llamó a Felipe, Hechos 21:8;
en el establecimiento de los cinco ministerios, Efesios 4:11 y Pablo le pide a
Timoteo que haga el trabajo de evangelista en 2 Timoteo 4:5.

El evangelio de Lucas revela a Jesús en su ministerio como evangelista. Lucas


nos dice que el propósito principal de la venida de Cristo fue predicar las
buenas nuevas del reino. Lucas 4:43.

Lucas 4:18,19 enseña lo que conlleva el ministerio del evangelista:

_Predicar el evangelio a los pobres.

_Sanar a los quebrantados de corazón.

_Predicar libertad a los cautivos.

_Dar vista a los ciegos.

_Liberar a los oprimidos por el diablo.

_Predicar el tiempo agradable del Señor.

B. la función del evangelista

Felipe fue la única persona, en el libro de los hechos y las epístolas, que se le
dio el título de evangelista. Hechos 21:8. A través de la vida y el ejemplo de
Felipe podemos aprender cuatro cosas importantes referentes al ministerio
evangelístico.

1. La preparación. Hechos 6:1-6

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_Pertenecía a una iglesia local

_Era un hombre de buen carácter

_Estaba lleno del Espíritu Santo y de sabiduría

_Tenía corazón de siervo

_Inició su trabajo como diácono

_Estaba sometido a una autoridad

_Fue paciente para esperar el tiempo de Dios. Hechos 8:1-5

_Dios lo promovió al ministerio de evangelista. Hechos 8:5-25

El ministerio de Felipe se caracterizó por:

a) Su predicación giraba en torno a Jesús. Hechos 8:5-12

b) Su predicación estaba respaldada por señales y maravillas. Hechos


8:6-12

c) Muchos se convirtieron en su ministerio. Hechos 8:8

d) Bautizo a los nuevos creyentes. Hechos 8:12

e) Se apoyó en otros ministerios. Hechos 8:14-17

f) Los nuevos creyentes permanecieron en las iglesias. Hechos 9:31

Un evangelista debe tener la capacidad de predicar a las multitudes y también de


manera personal. Un evangelista es un ganador de almas, en las condiciones que
sean.

B. La función del evangelista

1. Viajar y predicar el evangelio en lugares donde se necesite predicar de


Jesús

2. Tener un estilo de evangelismo en su iglesia local

3. Su enfoque y pasión siempre deben ser las almas perdidas

4. Se preocupa por formar nuevos evangelistas

El ministerio de evangelista es muy productivo para el cuerpo de Cristo, el


evangelista no necesita ser muy elocuente, presenta el mensaje de manera

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sencilla y el respaldo del Espíritu Santo es manifestado, trayendo convicción al
corazón del perdido para llevarlo a la salvación.

4. El ministerio del pastor

A. la naturaleza del ministerio pastoral

La palabra pastor proviene del griego “poimén”, pastor o el que cuida el rebaño.
En la biblia se relaciona al pueblo de Dios como un rebaño de ovejas. Isaías
40:11; Mateo 26:31. Y Jesús mismo se autodenomina como el pastor de las
ovejas. Cuando Jesús está por ascender, deja a Pedro la encomienda de
apacentar las ovejas. Juan 21:15.

Dios establece un ministerio de cuidado y pastoreo, el pastoreo tenía que ver


con guiar, alimentar y proteger. Ese trabajo es realizado actualmente por el
ministerio pastoral.

La naturaleza de las ovejas se relaciona muy bien con la naturaleza de los


cristianos.

1. Las ovejas dependen totalmente del pastor

a. Para su alimentación. Las ovejas tienen que ser llevadas a los pastos y
a las aguas. Es el pastor quien decide que pastos y que aguas son
mejores para el rebaño.

b. Para su cuidado. Las ovejas no tienen una naturaleza agresiva, no


tienen ni garras ni dientes afilados, no son rápidas para escapar, son
presa fácil de los animales salvajes, por lo tanto la función del pastor es
fundamental para su supervivencia. Es curioso también notar que las
ovejas no pelean entre sí, son unos de los animales más mansos que
existen en el reino animal.

c. Para darles orientación. Las ovejas a diferencia de la mayoría de los


animales, no tienen el sentido de la orientación desarrollado, van
comiendo y caminando grandes distancias hasta que se desorientan
completamente, de allí la enseñanza de la parábola de la oveja perdida.

Esta comparación nos enseña tres cosas importantes:

a. Que los cristianos tienen que tener una dependencia total del
alimento espiritual que es la Palabra de Dios; y que Dios ha provisto de
ministerios pastorales para alimentar a su pueblo.

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b. Los cristianos ahora han sido renovados y no tienen por qué ser presa
del temor, porque Él tiene cuidado de nosotros; ni tampoco andar en
pleitos y discordias, sino confiar en Dios que dice, mía es la venganza…
también nos enseña que de la misma manera que un rebaño se mantiene
unido, sin discordias y sin pleitos, así debemos mantenernos unidos, en
amor, siendo pacientes con las debilidades de los demás.

c. Que debemos depender totalmente de Dios en las decisiones que


tomemos, ya que por medio de su Espíritu Santo, operando a través de
los dones, nos da la dirección que necesitamos en situaciones
determinadas

B. Funciones del ministerio pastoral

El ministerio pastoral tiene que ver con dos funciones principales que son:

1. Gobierno. Un pastor es aquel que gobierna y ejerce autoridad sobre su


rebaño, en una función de autoridad y responsabilidad. 2 Samuel 5:2;
Miqueas 7:14; Mateo 2:6

2. Servicio. Un pastor es aquel que vigila y cuida el rebaño. Conduce, cuida,


alimenta, cura y protege a sus ovejas. Se da a sí mismo por el rebaño,
incluso hasta la muerte. Juan 10:11-15; 1 Pedro 5:1-4.

Jesús dio tal importancia al ministerio pastoral, que antes de ascender al cielo
dejó establecido el trabajo pastoral, para que cuidaran su obra en este mundo,
Juan 21:15-17; Efesios 4:11-13. Es interesante notar que en la dinámica de la
petición que Jesús le hace a Pedro, siempre le pregunta Pedro ¿me amas? Ya que
el ministerio pastoral es el que requiere mayor compromiso y responsabilidad, es
requisito fundamental tener un amor genuino por Dios y por su obra. Este amor es
el que ayudará al pastor a mantener su compromiso en los momentos de crisis que
conlleva el ejercicio del ministerio.

C. Requerimientos del ministerio pastoral

1. El pastor debe ser capaz de guiar a las ovejas. Juan 10:4

Uno puede ser capaz de guiar eficazmente a otros solo en las sendas en las
que se ha andado, de allí que el proceso de formación pastoral es intenso,
solitario y desértico, muy cercano al corazón del príncipe de los pastores, solo de
esa manera encontrará dirección sabia y eficaz para el rebaño. Éxodo 3:1

2. El pastor debe ser capaz de alimentar el rebaño. Jeremías 3:15

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Para poder alimentar el rebaño de Dios se necesita primeramente alimentarse uno
mismo. El pastor solo da lo que tiene. Para poder alimentar a otros se requiere
salir del nivel de las ovejas, es decir, oración intencional, estudio serio y profundo
de la Palabra de Dios, meditación y obediencia.

El pastor también debe estar capacitado para predicar y enseñar las verdades
de la Palabra de una manera sencilla y clara. Debe tener la capacidad de enseñar
en el nivel de madurez de cada una de sus ovejas.

3. El pastor tienen que tener una relación cercana con sus ovejas. Juan
10:27

Para poder ministrar a las necesidades de la gente, es necesario conocerlas, y


para poder conocerlas hay que pasar tiempo con ellas; esto involucra una total
transparencia de parte del pastor, ya que las ovejas lo conocerán no solo en los
momentos de bendición, sino también en sus crisis y en sus debilidades; por otro
lado, las ovejas tienen que entender que el pastor también es una oveja del
rebaño de Dios, que está en proceso de formación y que el también necesita de
comprensión, apoyo y cuidado. Si se logra establecer esta relación de confianza y
apoyo mutuo, esta relación pastor-oveja logrará establecer vínculos duraderos y
de gran bendición para ambos.

4. El pastor debe estar dispuesto a dar su vida por las ovejas. Juan 10:15

Tanto el pastor como las ovejas tienen que entender que su ministerio no es solo
un trabajo, sino un llamado Divino, está consagrado al rebaño de Dios en amor y
lealtad, lo cual implica vivir y morir por ellos.

¿De qué maneras el pastor da la vida por las ovejas?

1. Anteponiendo sus necesidades a las necesidades de las ovejas.

2. Poniendo su fuerza, capacidades, habilidades y talentos a la disposición


del rebaño.

3. Renunciando a sus sueños por cumplir el sueño de Dios de cuidar el


rebaño. 1 Corintios 4:9-13

4. Dedicando su tiempo al cuidado, la edificación y el crecimiento del


rebaño.

5. Permaneciendo con el rebaño en tiempos dificultad. Juan 10:13

5. El pastor busca la oveja perdida. Lucas 15:4

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Hay muchas ovejas que pierden el camino, ya sea por las pruebas o por el
pecado. El pastor busca la oveja perdida con sus oraciones, exhortando y
animando a que retome el camino.

6. El pastor cuida el rebaño de los peligros. Lucas 2:8

Esto implica mantener alejados a los lobos rapaces, que son los falsos profetas y
maestros que vienen con una apariencia de piedad. Juan 10:12; Hechos 20:29

7. El pastor vela por las necesidades de las ovejas.

Estas necesidades pueden ser espirituales, económicas, físicas, emocionales,


familiares, laborales. La labor se hace a través del consejo, la oración,
escuchando, organizando al resto del rebaño para suplir necesidades mayores.

8. El pastor corrige a los que están en el error. Salmos 23:4

El cayado del pastor se usaba para alcanzar y rescatar a la oveja extraviada. La


vara se usaba para mantener en la manada a la oveja rebelde. La disciplina y la
corrección es la parte más difícil a la que se enfrenta el pastor, cuesta pero tiene
que hacerse, es por el bien de la oveja y del rebaño. El pastor que no corrige o
disciplina a las ovejas, no es buen pastor, el amor disciplina cuando es necesario.
Hebreos 12:5-11

D. Recomendaciones del ministerio pastoral

Aunque el ministerio pastoral es el que demanda mayor compromiso, tiempo y


esfuerzo, estas recomendaciones se aplican a los cinco ministerios.

1. No descuidar el crecimiento espiritual personal. 1 Timoteo 4:14-16

Muy a menudo la agenda y los compromisos del ministerio desplazan al Señor que
dio el ministerio. Los pastores necesitan pasar tiempo con el Gran Pastor para ser
fortalecidos, alimentados, guiados y protegidos de los ataques del diablo.

2. No descuidar la familia. 1 Timoteo 5:8

Ha existido una confusión en cuanto al orden de prioridades, algunos


argumentando el pasaje de Mateo 10:37, se han dedicado a atender el rebaño del
Señor, descuidando el primer rebaño que Dios puso a su cuidado que es su familia.
El orden correcto de prioridades para el ministro de Jesucristo es primeramente,
la relación personal con Dios, luego la relación con la familia, en el caso de los
casados el conyugue y los hijos, en el caso de los solteros los padres y hermanos,
después el trabajo, sea secular o ministerial y después todo lo demás.

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3. Trabajar con visión. Éxodo 18:13-27

Dos errores se pueden cometer cuando no hay visión, la sobrecarga del líder o la
sobrecarga del pueblo vr. 18. Cuando no se trabaja organizadamente en lugar de
ser efectivos seremos lo contrario. El buen pastor organiza el rebaño para que
pueda ser más eficaz en su trabajo, sin sobrecargarse él ni el pueblo.

4. No trabajar por ganancias deshonestas. 1 Pedro 5:2

A veces las bendiciones de Dios nos ciegan a tal grado que dejamos de ver el
verdadero propósito por el cual servimos a Dios. Otras veces en medio de la
escasez somos tentados a generar recursos de manera ilícita. Ambas cosas son
desagradables a Dios. Debemos tener siempre un corazón generoso para no caer
en la avaricia y confiar en Dios en los momentos de crisis ya que Él tiene cuidado
de los suyos.

5. Mantener un espíritu de servicio. 1 Pedro 5:3

Desafortunadamente muchos utilizan el ministerio para ejercer poder y señorío


sobre otros, ven el ministerio como una posición privilegiada para su beneficio
personal y se olvidan lo que Jesús dijo en Marcos 10:45

Cuando hay un compromiso en la relación pastor-oveja, cada uno tomando su


propia responsabilidad; es decir, el pastor en su trabajo de cuidado del rebaño
(Hechos 20:28) y el rebaño en la provisión de las necesidades de su pastor (1
Corintios 9:7-11, 13,14; Hebreos 13:7), esta relación bendecirá grandemente el
rebaño, haciéndose grande y fuerte para soportar los embates del enemigo.

5. El ministerio del maestro

El mandato que Jesús dejó a sus discípulos conocido como la gran comisión
(Mateo 28:19,29), gira en torno a dos acciones importantes, la primera es
ganar a los perdidos, esto a través de diferentes estrategias y métodos, la
segunda es convertir esas almas en discípulos de Cristo a través de un proceso
de formación y enseñanza, tanto teórica como práctica, y para ello se
requiere del trabajo de los cinco ministerios.

En el proceso de enseñanza formativa se hace referencia a la palabra


didásko, que se traduce como enseñanza o instrucción. Esta palabra
identificaba la acción de un maestro, cuya definición proviene de la palabra
didáskalos, que es instructor, maestro, doctor, padre de familia.

37
La enseñanza es el proceso pedagógico mediante el cual se transmite o se
imparte conocimiento o doctrina.

El ministerio de maestro se evidencia en aquellas personas que tienen una


habilidad sobrenatural para entender y explicar la palabra de Dios de una
manera profunda, con una revelación llena de frescura que edifica el espíritu
de quienes lo escuchan.

El ministerio de maestro no solo se caracteriza por la habilidad didáctica, sino


que su enseñanza tiene el poder de transformar no solo el intelecto sino el
corazón de las personas.

La enseñanza es de vital importancia en el mandato de Cristo a su iglesia, ya


que es a través de la enseñanza que podemos crecer en el conocimiento de Él.

A. Origen del ministerio de Maestro

Los maestros siempre han estado presentes entre el pueblo de Dios de manera
implícita. Los padres tenían la encomienda de enseñar a sus hijos los principios de
la ley de Dios; Moisés enseñó los estatutos y ordenanzas de Dios al pueblo; Pablo
fue instruido a los pies de uno de los maestros más importantes de su época, un
fariseo llamado Gamaliel. Vemos entonces que el trabajo de los maestros ha sido
de vital importancia en los planes de Dios a lo largo de la historia.

B. Niveles de Enseñanza en el Nuevo Testamento

Todos tenemos la encomienda de enseñar a otros los principios de la vida


cristiana. Mateo 28:20; Colosenses 3:16, sin embargo esto no convierte a todos
en maestros. Hay un llamado específico para la enseñanza en el cuerpo de Cristo,
que también tiene la autoridad de gobierno ministerial. Efesios 4:11; 1 Corintios
12:28,29.

Al parecer Pablo fungió como maestro antes de ser reconocido como apóstol.
Hechos 11:25,26; 18:11; 2 Timoteo 1:11. También la biblia registra otros maestros
en la iglesia de Antioquía. Hechos 13:1. En Santiago 3:1 vemos que el ministerio
del maestro involucraba una gran responsabilidad.

C. Lineamientos del Ministerio del Maestro

1. U n m a e s t r o n u n c a deja de aprender. Romanos 2:21


La vida del maestro es continuo estudio y aprendizaje. El Espíritu Santo
es el maestro por excelencia y el maestro sabe sentarse a escuchar la
enseñanza del Gran Maestro.

2. Un maestro conoce la Palabra de Dios. 2 Timoteo 2:15

38
La palabra de Dios es la herramienta fundamental de su ministerio y
tiene que volverse diestro en el manejo de ella.

_Debe ser capaz de contestar preguntas difíciles. Mateo 22:1646

_Debe ser capaz de aplicar la verdad bíblica a situaciones de la vida.

El maestro debe tener cuidado de aclarar cuando es la biblia la que


categóricamente afirma algo y cuando es la apreciación personal acerca de un
principio doctrinal, ya que el criterio que se forme el alumno puede ser fácilmente
influenciado por las ideas o apreciaciones del maestro.

En conclusión podemos decir que los cinco ministerios constituyen el gobierno


de la iglesia. El pastor de la iglesia no necesariamente es un pastor de ministerio,
puede ser un apóstol, un profeta, un evangelista o un maestro. Estas conclusiones
nos ayudarán a ubicar que tipo de ministerio tienen los pastores de una iglesia
local.

Si el líder que dirige la iglesia es un apóstol, su enfoque principal es la formación


de líderes y el desarrollo de los ministerios.

Si es un profeta, su énfasis principal es la vida de santidad y que la gente cumpla


con los estándares de Dios.

Si es un evangelista, la mayor parte de sus esfuerzos serán encauzados a alcanzar


a los perdidos.

Si es un pastor será un padre que cuida, consuela y alimenta a sus ovejas.

Si es un maestro, su énfasis principal será la enseñanza de la Palabra de Dios.

El apóstol ve a la iglesia como líderes en formación (forma a los ministerios)

El profeta ve lo que le falta a la iglesia para llegar a donde Dios quiere.

El evangelista ve almas perdidas que necesitan salvación.

El pastor ve ovejas que necesitan ser sanadas y cuidadas.

El maestro ve personas que necesitan ser instruidas

39
CAPÍTULO 4

LOS DONES
ESPIRITUALES

40
Ya analizamos en el capítulo anterior que los dones ministeriales son personas.
Estas personas ostentan un llamamiento directo de parte de Dios para ejercer el
gobierno de divino en la vida de la iglesia.

La segunda clasificación de los dones son los dones espirituales.

De acuerdo a 1 Corintios 12: 7-10 existen nueve dones que Dios ha dado a la
iglesia, que son: palabra de sabiduría, palabra de ciencia, fe, sanidades, milagros,
profecía, discernimiento de espíritus, géneros de lenguas, interpretación de
lenguas.

Los dones, a diferencia de los ministerios que son una investidura, son
capacidades sobrenaturales que Dios imparte a sus hijos de acuerdo a su
voluntad.

La palabra don se deriva del griego “karisma”, que significa dádiva, concesión
espiritual, facultad milagrosa.

Los dones tienen como propósito principal equipar a los ministerios, es decir los
dones que Dios imparte van en relación al ministerio que tenga la persona.
También los dones pueden operar de manera independiente, es decir, una persona
puede tener algún don y no necesariamente tener un ministerio.

Otra de las cosas que puede suceder es que una persona posea más de un don,
pero difícilmente una persona puede poseer los nueve dones juntos.

A. Definición y función de los dones espirituales

1. Palabra de Sabiduría.

Del griego “Sofía”, sabiduría. El don de palabra de sabiduría es la capacidad


que Dios imparte a una persona para poder aplicar los principios bíblicos a
situaciones determinadas. En el caso del antiguo testamento podemos
mencionar a Salomón en 1 Reyes 3:16-28. En el nuevo testamento tenemos a
Jesús, principalmente en las situaciones que le planteaban los Fariseos, con el
propósito de hacerlo caer en alguna contradicción. Mateo 12:1-14

La persona que tiene el don de sabiduría tiene la habilidad sobrenatural de


plantear soluciones prácticas a situaciones sumamente difíciles.

2. Palabra de ciencia.

Del griego “gnosis”, conocimiento. El don de palabra de ciencia opera en una


persona, haciéndole conocer la condición o las circunstancias de otra persona.

41
Este conocimiento puede ser a través de impresiones, visiones o revelación.
Juan 1:47-50.

Este don opera en situaciones donde conocer las cosas es difícil o imposible.
La persona que posee el don de ciencia puede conocer cosas o pensamientos
ocultos de una persona para confrontación o confirmación del propósito de
Dios. Mateo 9:4

3. Fe

Todos tenemos una medida de fe que nos ha sido dada, una persona que fluye
en al don de fe es aquella que se mantiene creyendo en circunstancias
extremas. Cuando la fe de otros ha desfallecido, el que tiene el don de fe se
mantiene en una convicción firme. También el don de fe opera en una
convicción profunda acerca de cosas que quien lo posee cree que van a
suceder. El don de fe ayuda a otros a creer en situaciones donde es imposible
que suceda algo. Lucas 8:49-56

4. Sanidades

Existe una diferencia entre la autoridad para sanar y el don de sanidades.


Cualquiera puede orar por los enfermos por la autoridad que le fue dada en el
momento de creer en Cristo. Marcos 16:18, pero quien posee el don de
sanidades, puede hacerlo a mayor magnitud.

Por lo regular el don de sanidades opera juntamente con el don de fe. Quien
tiene el don de sanidades ora por los enfermos y estos son sanados de
cualquier enfermedad que tengan, sea física, emocional o espiritual. El don de
sanidades opera también en la liberación de espíritus inmundos, ya que no se
registra algo como “don o ministerio de liberación” en la biblia. La liberación de
espíritus inmundos tiene que ver con la autoridad de todos los que son hijos de
Dios, es decir, cualquiera que haya creído en Jesús y lógicamente quien tiene
el don de sanidades lo hace de una manera más efectiva.

Es muy importante discernir la naturaleza de la enfermedad. La enfermedad


puede ser producida por las siguientes causas: por defectos congénitos, por
desgaste natural del cuerpo, por descuido (malos hábitos), por virus o
bacterias o por espíritus inmundos. Lucas 13:10-16; 4:38-41

5. Milagros

Muchos han llegado a confundir el don de sanidades con el don de milagros. El


don de sanidades opera en todo tipo de enfermedades, mientras que el don de
milagros opera en casos o situaciones contra la naturaleza.

42
El don de milagros operó cuando Jesús calmó la tempestad. Mateo 8:25-27;
cuando resucitó a Lázaro. Lucas 11:17, 43,44; en la provisión del dinero para el
pago de los impuestos. Mateo 17:27. En la conversión del agua en vino en las
bodas de Caná, la multiplicación de los panes y los peces. En el antiguo
testamento hay casos en los que los profetas hicieron flotar un hacha,
multiplicaron el alimento, pusieron enfermedades, abrieron el mar o el río,
sacaron agua de las piedras, mandaron plagas, etc. En todo esto operó el don
de milagros.

En la iglesia primitiva figura la tele-transportación de Felipe. Hechos 8:39,40.

6. Profecía

El don de profecía, a diferencia del ministerio de profeta, fluye en un nivel


congregacional, la persona que posee el don de profecía recibe la palabra
profética a través de una impresión en el espíritu, un trance o un ambiente de
unción donde fluye el hablar en lenguas. El don de profecía es manifestado por
lo regular durante el tiempo de oración o de adoración, cuando el ambiente
espiritual es propicio para ello, mientras que el ministerio de profeta fluye de
manera permanente, es decir en cualquier momento, en cualquier lugar, aunque
no se esté ministrando a Dios.

Otra manera en como fluye la profecía es a través del don de lenguas, cuando
se tiene el don de interpretación. 1 Corintios 14:5

Los lineamientos que pone la Palabra de Dios en cuanto a la profecía están en 1


Corintios 14:29-33, y tiene que ver con el orden en las reuniones… profeticen
dos o tres, por turnos y los demás juzguen…lo que se juzga es la veracidad de
la palabra, es decir la congruencia con la Palabra escrita que es la máxima
autoridad en cuanto a palabra profética. Otra de las cosas que se juzgan es la
congruencia de la palabra profética con el carácter y el espíritu del que
profetiza.

Es conveniente ser lo más naturales posibles en cuanto al momento de dar la


palabra profética, las manifestaciones excesivas, el llanto incontrolable, los
gritos exagerados, son innecesarias y solo revelan la falta de sentido común y
de madurez del poseedor del don. La palabra profética no se hace más creíble
por las manifestaciones físicas, sino por la calidad de vida del creyente y la
puntualidad del mensaje.

Considero pertinente aclarar que hay momentos en que la manifestación de la


presencia de Dios es tan fuerte que es inevitable tener reacciones físicas, la
gente cae, llora, ríe, etc. aún en estos casos no debemos perder de vista que lo
que se persigue es que la obra de Dios sea hecha, con o sin manifestaciones.

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El profeta debe tratar de ser lo menos vistoso posible, pues el propósito no es
atraer la atención de la gente hacia su persona, sino que el nombre de Dios sea
glorificado.

7. Discernimiento de espíritus

A través del don de discernimiento de espíritus, la persona que lo posee puede


identificar el espíritu que se mueve en alguien. A veces el diablo es tan astuto
que trata de esconderse en cosas que aparentemente están bien o son de Dios,
la persona que fluye en el don de discernimiento de espíritus descubre el
engaño de Satanás. Hechos 16:16-18.

El don de discernimiento de espíritus también es útil cuando se ora por los


enfermos, o se ejerce la liberación de espíritus inmundos, ayuda a identificar
la naturaleza de la enfermedad o de los demonios que poseen u oprimen a la
persona en cuestión para una ministración más efectiva.

Quien posee el don ha de discernir cuando es Dios quien está operando o es el


diablo o simplemente es producto del esfuerzo o intervención humana.

8. Géneros de lenguas

Existen dos niveles en el hablar en lenguas; el primero es el que habla en


lenguas como evidencia del bautismo del Espíritu Santo. Hechos 2:1-4. Este
tipo de lenguas tienen tres características fundamentales que son: es un solo
tipo de lenguas las que se hablan siempre; segundo, son la evidencia inicial del
bautismo en el Espíritu Santo y tercero, son un recurso para la comunión
personal con Dios. 1 Corintios 14:2, 4,6-11, 14-19, 27, 28.

El otro nivel del hablar en lenguas es el don de géneros de lenguas. A


diferencia de las lenguas iniciales, estas son diferentes tipos de lenguas y son
estas las que funcionan como canal profético si hay alguien que las interprete.
1 Corintios 14:4, 5,13

El apóstol Pablo recomienda ordenar el uso de las lenguas; en el caso del que
habla lenguas personales, Pablo recomienda usarlas solo en la vida de comunión
personal. 1 Corintios 14:2,4, 23. En el caso de la persona que posee el don se
recomienda que hablen dos o tres, por turno y que alguien interprete, de lo
contrario, si no hay intérprete, baje la voz y hable para sí mismo y para Dios. 1
Corintios 14:27,28.

Las lenguas también se clasifican en dos tipos; las lenguas humanas y las
lenguas angelicales. 1 Corintios 13:1. Las lenguas humanas son lenguajes que se
hablan en algún lugar de este mundo, pero que son dadas de manera

44
sobrenatural al creyente, es decir, sin que este haya tenido que aprenderlas.
Las lenguas angelicales son lenguajes que se hablan en los cielos y que también
pueden ser impartidas al creyente de manera sobrenatural.

9. Interpretación de lenguas

El don de interpretación de lenguas trabaja en conjunto con el de género de


lenguas, este no puede operar sin el otro. La persona que posee el don de
interpretación de lenguas, tiene la capacidad de entender e interpretar lo que
otra persona está hablando en lenguas y de esta manera se sabe si es una
palabra personal o un mensaje para la iglesia.

Pablo recomienda que quien posea el don de géneros de lenguas pida también el
don de interpretación de lenguas. Aunque también puede darse el caso que
quien tenga el don de interpretación de lenguas no posea ningún otro don.

45
CAPÍTULO 5

LOS DONES
OPERATIVOS

La tercera clasificación de los dones es la de los dones operativos. Los dones


operativos son de gran ayuda para el correcto funcionamiento de la iglesia y de
gran bendición para el reino de Dios.

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Los dones operativos tienen que ver con habilidades o capacidades naturales
potencializadas, es decir personas que nacen con ciertas habilidades o aptitudes
especiales y que en la dinámica del Espíritu son potencializadas y explotadas a su
máximo nivel.

Los dones operativos se enlistan en los siguientes pasajes bíblicos: Romanos


12:7,8; 1 Corintios 12:28; 14:26. De acuerdo a estos pasajes, los dones operativos
son diez y se clasifican de la siguiente manera:

Servicio, Enseñanza, Exhortación, Repartir, Presidir, Misericordia, Ayuda,


Administración, Salmo, Revelación.

1. Servicio

Del griego “diakonía”, servicio, sirviente, ayudante, mesero. La persona


que posee el don de servicio se caracteriza por ser muy servicial, muy
acomedido, tiene un espíritu de servicio más allá de lo común; siempre
está dispuesto a servir, si hay necesidad se ofrece para ayudar en lo
que se requiera.

La persona facultada con el don de servicio no repara en anteponer sus


necesidades personales para servir a otros. Siempre está dispuesto,
aunque ello implique realizar un esfuerzo más allá de lo común.

2. Enseñanza

Del griego “didásko”, enseñar, instruir. Uno que tiene la capacidad o


habilidad de enseñar a otros.

A diferencia del ministerio del maestro, el que tiene este don se mueve
en un nivel mucho menor. Este don se relaciona más con la parte
pedagógica, es decir, no tanto con la revelación de la palabra, sino con la
transmisión de los conocimientos adquiridos.

3. Exhortación

La palabra exhortación viene del griego “paráklesis”, que significa


alentar, animar, confortar, consolar, amonestar, estar cerca de…

La persona que tiene este don, se siente movida a motivar a las personas
que necesitan consuelo y consejo, haciendo uso de la Palabra de Dios y
las experiencias personales. Tiene una sensibilidad especial para
discernir el estado de ánimo de la gente y no duda en “poner el hombro”
para que la gente sea escuchada y animada.

47
4. Repartir

Del griego “metadídomi”, dar, compartir, repartir. Este don está


relacionado con la generosidad, que es el acto de compartir las
bendiciones que Dios le ha dado. A la persona que tiene este don, Dios le
da la habilidad para generar recursos para poder bendecir a otros que
padecen necesidad o para atender las necesidades de la obra de Dios.
Como ellos están viviendo continuamente el ciclo de siembra, de la
misma manera el ciclo de cosecha se mantiene constante en sus vidas.

El que tiene la gracia de dar, da sin escatimar, sin reprochar, siempre


con un corazón genuino porque entiende que si Dios le da es porque más
adelante le va a pedir, y si le pide es porque le va a dar más.

5. Presidir

Esta palabra en griego es “proístemi”, estar delante, dirigir. Este don se


relaciona con la acción del liderazgo, son personas que tienen influencia
para que la gente los siga y visión para saber a donde ir. Es la persona
que posee habilidades para dirigir a la gente, tienen un liderazgo natural
y espontáneo que los lleva a estar al frente de la gente aún sin ningún
nombramiento.

6. Misericordia

Del griego “eleeo”, compasión, benevolencia, beneficencia, misericordia.


La compasión y misericordia es un requerimiento que Dios nos hace a
todos los creyentes, es un distintivo que deben manifestar los que han
recibido el beneficio de la misericordia Divina, pero existe un nivel
mucho mayor de misericordia en aquellos que han sido capacitados por
Dios para ser portadores de este don. Los que hacen misericordia
sienten la necesidad imperante de mostrar compasión con los que
sufren. Tienen una sensibilidad especial para entender el dolor y el
sufrimiento de los demás; no pueden permanecer pasivos ante el
sufrimiento de la gente.

En este rubro entran la visita a los enfermos, a los presos, a los


enlutados, a los pobres, a los huérfanos, a las viudas, a los drogadictos,
a los niños de la calle, a los asilos, etc. Toda persona que pase por algún
período de dolor será confortada por las manos y las palabras de los
misericordiosos.

El misericordioso disfruta ayudar a aliviar el dolor de los que sufren.

48
La palabra de Dios hace énfasis en la recompensa que recibirán los que
hacen misericordia. Mateo 5:7

7. Ayuda

Del griego “antílepsis”, ayudar, aliviar, socorrer, beneficiar. Los que


ayudan se caracterizan por tener un espíritu dispuesto para las acciones
de beneficencia. Son aquellos que auxilian a la gente en casos de
desastres naturales o accidentes o cualquier tipo de siniestro. También
están los que se comprometen con las causas sociales.

8. Administración

La palabra administrar, del griego “kubérnesis”, gobernar, dirigir,


pilotear, administrar. Se refiere a la gente que tiene habilidades
especiales para hacer funcionar las cosas de la mejor manera. Si
pensamos en José, vemos que hizo funcionar tanto los asuntos de la
casa de Potifar como los asuntos de la cárcel. La persona que tiene este
don sabe sacar el mejor provecho de los recursos que pongan en sus
manos, ya sean recursos económicos, humanos o técnicos. Tienen la
habilidad de planear y organizar las cosas a fin de ser más efectivos en
su trabajo.

9. Salmo

La palabra salmo se traduce del griego “psalmós” y significa, tocar un


instrumento, cantar, celebrar la adoración Divina.

Todos tenemos la responsabilidad de ser adoradores en espíritu y en


verdad. Todos tenemos cierto grado de entendimiento acerca de la
adoración, pero quien posee el don, tiene una habilidad especial no solo
para adorar ellos, sino guiar al pueblo en una adoración masiva,
provocando un ambiente de unción y de manifestación de la presencia de
Dios. 1 Crónicas 15:22

Este don se manifiesta en aquellas personas que tienen un talento


especial para la música y el canto. La persona salmista puede ser aquella
que ejecuta un instrumento o entona cánticos con su voz.

10. Revelación

Del griego “apocalupsis”, revelar, descubrir, manifestar.

De acuerdo a Mateo 2:12,22, la revelación opera para advertir de algún


peligro o para confirmar la voluntad de Dios en determinado asunto. En

49
1 Reyes 14:6-16 se manifestó descubriendo un asunto y declarando el
juicio venidero.

Las dos ocasiones en que opera la revelación en Mateo 2:12 y 22 lo hace


a través de sueños. A todos Dios nos ha hablado en algún momento a
través de sueños, pero quien posee el don de revelación, fluye
constantemente en esta dinámica.

La revelación puede ser una herramienta de los profetas o puede darse


de manera independiente a una persona sin ser profeta.

La revelación también tiene que ver con un entendimiento específico de


alguna verdad bíblica o algún éxtasis espiritual en el que Dios revela
algún asunto.

En la clasificación general de los dones no existen mayores o menores, sino


diferentes. Lo que le da el verdadero valor al don es la calidad con que se
desempeña. Dios recompensará tanto al apóstol como al misericordioso, todo en
base a la verdadera intención con la que se haya servido. Dios quiera que un día
nuestros oídos escuchen las palabras de Jesús diciéndonos… bien buen siervo y
fiel, en lo poco fuiste fiel, en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor…
Mateo 25:21

Hemos analizado la clasificación y definición de cada uno de los dones que operan
en la iglesia, esto con el propósito de conocer su función y también poder ubicar
cual es nuestro lugar en el cuerpo de Cristo. El deseo del corazón de Dios es que
funcionemos en el lugar que Él nos ha asignado y también que el fuego del don de
Dios que hay en nosotros sea avivado cada día, a fin de que la unción y la
efectividad sea cada vez mayor.

50
Hay dos cosas que podemos hacer para que nuestro don sea más
efectivo, la primera es ejercitarnos cada vez más en las disciplinas
espirituales, esto es la oración, el ayuno, la adoración y la obediencia; y
la otra es a través de nuestro servicio, con el ejercicio del servicio
nuestros dones y talentos se van perfeccionando.

CAPÍTULO 6

51
APRENDIENDO
A CONOCER
TU DON

Una de las cosas más difíciles en la vida cristiana es saber a qué hemos sido
llamados, por lo regular tienen que pasar algunos años antes de tener la certeza
de que es lo que Dios nos ha encomendado que hagamos en esta vida.

Hemos aprendido como ejercer los dones de la manera correcta, como están
clasificados, por qué se caracterizan, etc. en todo esto surge una pregunta ¿cómo
sé que don me ha dado Dios?

Hay algunas cosas que necesitamos entender para tener una directriz de lo que
Dios nos ha llamado a hacer en su reino.

En primer lugar nos vamos a referir a los ministerios, en el llamado a un


ministerio, por lo regular va a estar implícito el elemento Divino. Los dones

52
ministeriales, a diferencia de los demás dones tienen el sello distintivo de un
llamado directo de parte de Dios; este llamado puede ser a través de un sueño,
una palabra profética o un encuentro con la persona de Dios. Este llamado tendrá
que ser confirmado por lo menos en dos ocasiones a través de otros ministerios
avalados por la iglesia en general.

En Éxodo 2 y 3, en la vida de Moisés encontramos algunos elementos importantes


que nos ayudarán a entender cómo se da el llamado.

1. La operación del diseño de Dios

Como Moisés había sido diseñado para ser el libertador del pueblo de
Dios, aunque él no lo sabía aún; un día que vio como eran maltratados sus
hermanos por los egipcios, siendo considerado el cómo egipcio también,
no pudo soportarlo y mató al egipcio y lo escondió en la arena. Éxodo
2:11,12. En esta acción se muestra el diseño de Dios, Moisés sin saberlo
estaba mostrando un elemento importante, la indignación ante las
injusticias cometidas contra sus hermanos.

El llamado de una persona comienza a manifestarse en alguna etapa


temprana de la vida, aunque no seamos cristianos aún. Hay algo que te
indigna, algo que te apasiona, algo que arde en ti y que no puede ser
mitigado, algo que te roba el sueño, que consume tus fuerzas y que te
lleva invariablemente a querer hacer algo al respecto; esa es la esencia
del llamado.

2. El proceso

El proceso es el tiempo de preparación que Dios utiliza para formar el


carácter que requerimos para poder cumplir con la encomienda. Por lo
regular este tiempo de proceso es una trayectoria por el desierto, la
soledad, la enfermedad, la cárcel, los problemas, las crisis, etc. Moisés
en el desierto por 40 años, José en esclavitud y en la cárcel por 13
años; Abraham por 25 años errante y viviendo en tiendas en una tierra
desconocida, Jacob, Pedro, Pablo, etc. todos ellos vivieron su proceso de
preparación

En este proceso Dios tiene que matar lo que no le sirve en nosotros,


como el ego, el orgullo, la necedad, la impaciencia, la duda, la ira, la
rebeldía, el espíritu impulsivo, la debilidad emocional y otras cosas que
serían un estorbo para el ejercicio del ministerio. En este proceso
también Dios tiene que desarrollar los rasgos de carácter necesarios
para cumplir con el llamado, como son: la paciencia, el dominio propio, la
fe, la perseverancia, la buena administración, la dependencia Divina, etc.

53
3. El llamado

Esta etapa por lo regular va a estar marcada por la vida de comunión, el


acto de subir al monte en Éxodo 3:1 implicaba un tiempo a solas con
Dios, es muy probable que Moisés lo haya estado haciendo
periódicamente. El subir al monte requiere dejar el nivel de las ovejas,
el nivel de dependencia y comenzar a subir, lo cual involucra un gran
esfuerzo y disciplina.

Otra de las cosas que caracteriza al monte es que el monte es un lugar


solitario, donde uno se encuentra con Dios para recibir el llamado, las
instrucciones precisas y la unción o respaldo para hacer la obra que nos
ha encomendado. Éxodo 3:4,10

4. Las evidencias

Las evidencias que el pueblo y que Faraón necesitaban para creer que
realmente Dios le había dado la encomienda a Moisés de sacar al pueblo
de Israel de Egipto se manifestaron en los milagros y señales que Dios
hizo por mano de Moisés. Cuando alguien vea el respaldo de Dios en tu
vida entonces sabrá que es Dios quien está levantando tu vida para
servirle.

En el caso de los otros dones podemos mencionar los siguientes elementos:

1. La inclinación del corazón

Hay algo de lo que se hace en la obra de Dios que cautivará tu corazón;


algo que te apasione y despierte en ti un vivo deseo por querer
involucrarte. Ese deseo te llevará a una búsqueda más intensa de Dios y
de su Palabra, a querer prepararte para poder servir mejor en su obra.

2. Los resultados

Cuando te comienzas a involucrar en el servicio a Dios vas a comenzar a


mirar los resultados, quizá en un principio no sean tan evidentes, pero
con el paso del tiempo mirarás en que eres más efectivo. Hechos
11:25,26

3. La apreciación de otros cristianos maduros

Otros creyentes maduros y espirituales muchas veces van a mirar la


unción que está sobre nosotros, inclusive cuando nosotros no la veamos.
Cuando más de uno vea una gracia fluyendo en nosotros, entonces hay

54
que prestar atención y pedir confirmación y dirección a Dios para
comenzar a fluir en lo que Dios ha depositado en nosotros. 1 Samuel 3:8

Todos hemos sido llamados para servir al Dios de nuestra salvación, todos hemos
recibido una gracia de que nos capacita para servirle a Él. Nadie falta, nadie
sobra, todos somos piezas importantes de un engranaje que hace que la empresa
del reino funcione en armonía, algunos con más responsabilidad que otros, pero
todos llamados a servir a la misma causa, al mismo Dios, en el mismo Espíritu, en
el mismo equipo, el equipo ganador por excelencia, el equipo del Rey de Reyes y
Señor de Señores. Que gran privilegio, que gran responsabilidad.

Gracias a Dios por su don inefable.

55

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