Caso Unidad 3
Caso Unidad 3
Caso Unidad 3
Lee el siguiente caso, la primera, segunda y tercera parte, las revisaste en las
unidades anteriores. También está la cuarta parte como en los casos de las
unidades anteriores, al final encontrarás una serie de preguntas que debes
responder. Te sugerimos leer nuevamente el caso completo.
PRISMA, S.A.
Primera parte
PRISMA S.A. es una empresa dedicada a la fabricación de blusas para dama. Fue
fundada hace más de 20 años y durante un tiempo, fue una empresa exitosa. Su
evolución fue muy rápida: en tres meses duplicó el número de empleados y pasó
de la inexistencia a tener más de 50 empleados en un periodo de 9 meses
aproximadamente.
En ocasión del último pedido logrado por Andrea Suárez para Suiza, un
desperfecto dejó sin energía a la planta durante varias horas. Sofía, en
representación de las supervisoras, le dijo:
“Yo sé lo de las horas extras, pero no tengo la culpa del corte de energía. Y, por
favor, necesito que vea ese equipo, está llegando al límite de calor...”
“Sofía, ustedes son las responsables de ese equipo. Ustedes tienen que verificar
que se cumpla la normativa de seguridad y que no se sobrecaliente. Yo mañana lo
veo, pero ahora tengo que irme, tengo una reunión que no puedo faltar. Me
tendrías que haber avisado antes”.
“¡Lo estuve buscando! Pero creo que estaba en una reunión, no lo encontré”.
“Bueno, espero que el problema esté resuelto mañana... yo tengo cosas que
hacer”.
Las supervisoras más tarde comentaron: “No se puede trabajar así... Porque
Andrea se quedó, Diana también y el problema era de Producción. Él se las
ingenia para estar siempre en las reuniones de dirección, para estar con el
Gerente, pero cuando llega el momento de trabajar... menos mal que esta vez no
me dijo que él como Gerente debía ¡controlar y planificar! Se pasa todo el tiempo
haciendo relaciones públicas”.
El Gerente General informó que el salario que percibían las supervisoras no era
elevado, pero si competitivo. La empresa sufrió varias bajas de jóvenes que
alegaban tener otros empleos, sin embargo el problema era cada vez mayor de
bajas voluntarias y sin previo aviso, abandonos que en la mayoría de los casos se
realizaban sin tener asegurado otro empleo.
La empresa era un éxito y las expectativas a medio plazo eran positivas, pero algo
no funcionaba. ¡Los empleados aparentemente satisfechos se marchaban! El
Gerente trató de averiguar con las supervisoras pero ellas tampoco sabían porque
se iba la gente.
Explicó como una de sus supervisoras de producción trabajó durante varios años
en la empresa desde su creación; otra de las encargadas nunca había
desempeñado este puesto, y su formación era de grado medio, la tercera había
trabajado 5 años en un puesto similar en otra empresa. La persona que
desempeñaba el puesto de secretaria de la Gerencia gozaba de su total confianza.
Era la encargada de los asuntos financieros, de personal, etc. y lo asistía en la
supervisión de los demás gerentes de área.
El 95% del personal tenía edad en torno a 21 años, y su estado civil era soltero.
Las encargadas no rellenaron los cuestionarios a pesar de habérselos hecho
llegar. La plantilla de producción estaba formada exclusivamente por mujeres.
Las costureras se llevaban bien entre ellas, tenían buenas relaciones, se reunían
para cenar, quedaban fuera de la empresa, pero sin contar con las supervisoras.
Opinaban de sí mismas, que “eran buena gente, legales y buenas compañeras en
general”.
Luego se casó y, a pesar que su esposo no quería que continuara sus estudios,
logró obtener una Licenciatura en Comercio Internacional. Su matrimonio fracasó
al poco tiempo y ella quedó a cargo de sus dos hijos, en ese momento muy
pequeños.
“Con dos hijos pequeños y todos los problemas que ha padecido, jamás faltó,
jamás llegó tarde a trabajar, siempre que fue necesario se quedó fuera de hora...
Se merece el cargo, estoy seguro que no nos defraudará” – dijo.
Como Gerente, resultó ser justa con sus subordinados y procuró realizar su
trabajo en forma cuidadosa y capacitarse. Pero no obstante sus esfuerzos, la
caída de las ventas y la pérdida de los mercados de exportación fue inevitable.
Durante los años en que fue Gerente, sufrió varios problemas de salud y,
especialmente, dos quebrantos nerviosos.
“Pero ¿cómo voy a poder divertirme mientras la empresa que me ha dado todo en
la vida se va a pique? Y además, las ventas son mi responsabilidad. ¡No me gusta
fracasar! Lo que si me pasa que a veces preferiría seguir siendo Jefe y no
Gerente. Cerrar un buen trato de ventas es lo que más me gusta”.
“Nosotros cerramos balance a los 30 días. No me interesa que los plazos fiscales
sean mayores o que el Banco lo exija seis meses más tarde... Nosotros vamos a
dar la información en tiempo y forma para la toma de decisiones. Por lo tanto,
desde dos meses antes de la fecha de cierre, nadie se puede tomar licencia.
Necesito reportes semanales de avance”. Acto seguido comenzaba a distribuir
tareas y fijar cronogramas de entrega, sin aceptar sugerencias o comentarios.
El Sr. Hernández pensaba elegir al futuro Gerente General entre los actuales
gerentes. Los cambios que se producirán en el próximo año serán muchos:
-¡Hola Andrea! ¡Al fin soplan vientos de cambio en esta empresa! Es la primera
vez en años que me puedo detener a analizar los números sin estar enloquecida
corriendo por los Bancos. Y el Sr. Hernández ya me dijo que instalarían un
sistema integral de gestión que usa toda la empresa... Yo que tú, le pido que te
pague un buen curso de capacitación sobre las nuevas tendencias en
mercadotecnia.
- Y si, las cosas han mejorado. A su vez, también tenemos más responsabilidades,
todo ese sistema de gestión del cual tú hablas no me queda claro. Temo que sean
muchos cambios juntos y la gente no se pueda adaptar.
- Habrá gente que quedará por el camino, eso es seguro. Lo que sí, creo que
nosotras debemos trabajar juntas. Una de nosotras espero que sea la Gerente...
Nos tendremos que apoyar.
- El pasillo dice otra cosa... ayer mi auxiliar me dijo que había escuchado que sería
Roberto…
3. Explica cuál sería el efecto sobre las variables dependientes del modelo de
Robbins de cada uno de los gerentes y sus subordinados si:
a) Fuera elegido Roberto como nuevo Gerente.
b) Fuera elegida Andrea como nueva Gerente.
c) Fuera elegida Diana como nueva Gerente.
d) Se contratará un Gerente externo a la empresa.
Heriberto no fue citado porque en la fecha del problema había pedido un permiso
por que tenía un examen muy difícil en su escuela.
José: ¡¡Que bueno!! Te Felicito, te lo mereces por el esfuerzo que estás haciendo
por sacar tu licenciatura. Aunque yo te criticaba que hubieras escogido
Mercadotecnia.
Heriberto: Bueno, ya ves que algo sé del tema. ¡Estoy tan contento! No solo es el
dinero del premio, que me hace mucha falta, sino que ¡¡¡gané!!! La verdad, no
pensaba ganar. Y con la calificación y el concurso ganado, es seguro que ahora
Heriberto: Y ahora que yo me vaya, ¿qué vas a hacer? ¿Te vienes conmigo a
Mercadotecnia?
José: Pues mira, si lo único que queda es el Esteban… ¡¡¡Creo que me voy!!!
Unos días después el Jefe fue separado de su cargo por las irregularidades
constatadas.
El nuevo Jefe se sentía muy preocupado por la situación: la moral del personal era
muy baja, el ritmo de trabajo lento, nadie parecía tener interés en nada y los
expedientes se acumulaban pese a sus esfuerzos.
El área de Adela tiene bien definidas las metas que persiguen, las platican entre
todas y llegan a acuerdos para lograr cumplir con su cuota de trabajo. Adela
siempre está dispuesta a escuchar y apoyar a sus subordinadas en los problemas
que tengan tanto personales como laborales. Trata de mantener un ambiente
armonioso y de colaboración.
El área de Clara es muy unida socialmente, organizan fiestas cada ocho días y en
el trabajo platican sus anécdotas diarias. Saben sus metas aunque no las
acuerdan en conjunto. A Clara no le gustan los problemas así que cuando se
presenta alguno en su área se lo resuelve pero se molesta y suspende las
actividades sociales, causando malestar entre sus subordinadas. En cambio
cuando está de buenas no importa que no sean horarios de trabajo quiere
disponer del tiempo de sus subordinadas, causándoles problemas en sus
respectivas casas.
El área de Sofía es muy desunida, están inconformes con todo, pelean entre las
empleadas, se la pasan hablando y discutiendo todo el tiempo. Cuando hay algún
problema, le exige a su gente que lo resuelva pero no quiere discutir con el
Gerente de Producción. Tiene dolores de cabeza frecuentes y cambios de humor
constantes.
Roberto: Sofía quiero volver hablar contigo respecto al tipo de trabajo que está
produciendo tu sección. ¿Qué es lo que está pasando?
Sofía: La verdad no sé, cuando trabajaban a base de horas las muchachas no
estaban produciendo nada, y ahora, cuando están trabajando a base de destajo,
mucho del trabajo que hacen ya no es bueno. Cuando hago que lo vuelvan a
hacer dicen que las estoy molestando.
Roberto: Pero Clara y Adela no tienen los problemas que tú tienes con tus
muchachas.
Sofía: Bueno yo no estoy teniendo problemas con todas las que están a mi cargo.
Simplemente hay un grupito de 3 ó 4 que son quienes causan los problemas.
Todas quieren trabajar en el acabado de las blusas.
Roberto: Estás tratando de decirme ¿que unas cuantas muchachas hacen que su
equipo parezca malo?
Sofía: No, pero si son las peores. Tuve una plática con el resto y resulta que ahora
están mal tanto en la producción como en la calidad son bajas.
Roberto: Estoy empezando a creer que tú no tienes a nadie que valga la pena.
Sofía: No, no es así. Tomaré a las dos mejores y las enfrentaré con el resto del
grupo.
Roberto: Sí pero sus rechazos son demasiado altos.
Sofía: Bueno tal vez sea verdad, pero realmente esas muchachas producen.
Roberto: Ese es problema tuyo. ¿Tú no tiene miedo de ellas, o si?
Sofía: No, pero es un dolor de cabeza, y esas muchachas de unen entre sí de
manera que es imposible verificar quién causa los problemas. Aún cuando no se
llevan bien se juntan para ponerse en contra de uno.
Roberto: ¿Qué es lo que les pasa? Sin duda debe de haber algo que las moleste.
Sofía: Bueno, siempre es el mismo griterío de que todas quieren ser las que hagan
el acabado de las blusas. Después de que han estado en el trabajo unas cuantas
semanas, piensan que lo saben todo.
Roberto: Parece como si tú hubieras estado dando a algunas de estas muchachas
unas cuantas ideas semicocinadas acerca de los empleos que hay aquí ¿por qué
quieren encargarse del acabado a como dé lugar? La paga es la misma.
Sofía: No lo sé. Simplemente creo que es una idea tonta que tiene en la cabeza.
Algunas de ellas estaban resentidas porque, según dijeron, no podían tener una
producción estándar. La mayoría de las muchachas piensan que el asunto es muy
difícil para resolverlo de cualquier manera.
Roberto: Sofía, hemos revisado todo esto antes y estoy cansado de escuchar que
te sientes apenada por ti misma. O haces que estas muchachas trabajen o
ponemos a otra persona en ese lugar. No quiero ser brusco, pero así son las
cosas. Te daré 30 días para hacer que todo este lío se arregle y te respaldaré en
cualquier cosa que parezca razonable. Si me muestras algunos resultados a fin de
ese periodo, te quedas; si no lo haces, tendremos que encontrar a alguien que te
sustituya.