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Derecho de La Revolución Mexicana

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como finalidad otorgar un panorama completo


respecto a los acontecimientos jurídicos, sociales y económicos ocurridos en
nuestro país y en el extranjero que desencadenaron la Revolución Mexicana, la
evolución social que ha sufrido la República en todos sus niveles a partir de ésta,
así como sus repercusiones en la actual forma de gobierno y modelo económico.

En principio el lector identificará la época del porfiriato, los problemas y


desigualdades sociales de la época, para después comprender claramente las
diversas causas que motivaron la Revolución Mexicana, el desarrollo y
consecuencias que tuvo ésta en la sociedad mexicana de la época.

Derivado de todos los movimientos sociales se implementaron diversos


planes políticos a efecto de reformar al país, así como también se modificó la
legislación mexicana adaptándola a la sociedad que sufrió muchas injusticias
dentro del porfiriato, y que se explicarán en el capítulo respectivo.

Posteriormente se abordarán el Plan de Ayala, el Plan de Guadalupe, y


otros planes políticos revolucionarios de importancia, para posteriormente tocar el
tema del Congreso Constituyente y la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos de 1917.

Retomando el tema de la Constitución se listará y expondrán los diversos


derechos sociales implementados en la Carta Magna como consecuencia de las
desigualdades e injusticias sufridas durante el porfiriato, de los que podemos
enunciar algunos de éstos como son los derechos laborales y agrarios.

Posteriormente se expondrá el proceso político y electoral del país, así


como las reformas, adiciones y modificaciones que se realizaron a la legislación
en materia electoral.

Finalmente expondremos algunos antecedentes relativos a la integración


económica actual de nuestro país, el desarrollo económico y las consecuencias
que ha tenido el actual régimen económico de la República, además abundaremos
en la evolución jurídica y social de la nación actual.

6.1 EL DERECHO DE LA RESTAURACIÓN DE LA REPÚBLICA HASTA EL


PORFIRIATO.

Los liberales que ascendieron al poder en el año de 1855 esperaban dar a


México nueva estabilidad económica y política, aspirando reemplazar los pilares
del viejo poder, lo cual inició con la debilitación del poder que poseía la iglesia.
Primero se crearon las Leyes de Reforma para posteriormente consolidarse con la
Constitución de 1857.

Esta Constitución superó de diversas formas a la promulgada en 1824, al


estar fundamentada en el desarrollo de la parte dogmática, que pone un acento en
el establecimiento de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, tomando como
base el ordenamiento de los franceses y que está desarrollado en los primeros 29
artículos de la Carta Magna, ampliando así la protección y regulación de las
garantías y derechos.

El nuevo orden jurídico a partir de la Independencia, se puede apreciar por


dos cuestiones; la sustitución del viejo orden jurídico y la manera de administrar la
justicia, por lo que era necesario modificar ciertas leyes y crear nuevas, ya que el
derecho que existía en ese entonces aún era castellano-indiano y dictado por un
rey.

Iniciando este proceso al expedirse en “1870 el Código Civil para el Distrito


y Territorios Federales y finalizarse a finales del siglo XIX con la expedición de los
códigos federales de procedimientos en materia civil y penal” 1

1
Tras la victoria de la República, el objetivo de equilibrar los Poderes
Legislativo y Ejecutivo condujo a la Circular Lerdo de Tejada y al proceso del

Órgano Revisor de la Constitución que culminó ese 13 de noviembre de


1874.

El Senado había sido restaurado. Un Senado federalista, con algunas


nuevas atribuciones para enfatizar ese carácter, como la aprobación de tratados
internacionales, la autorización para el paso o estación de tropas extranjeras en el
territorio nacional y la intervención para resolver conflictos de ausencia de
gobernabilidad en un Estado o conflictos políticos entre los poderes del mismo.

En 1877 Porfirio Díaz, después de varios intentos de derrocar la


presidencia, se convirtió en Presidente de México por primera vez.

Posteriormente, en el periodo de 1880-1884, siendo Presiente Manuel


González, se aprobó una nueva ley con el fin de estimular el paso de tierras
públicas a tierras privadas. Esta nueva Ley permitió “que se confiara a compañías
privadas la tarea de inspeccionar las tierras públicas y recompensarlas con un
tercio de la tierra que estas compañías determinaran “públicas”, proceso que
provoco que se despojara a pequeños propietarios que no podía presentar títulos
de propiedad”1, además de que esta Ley también permitió adquirir tierras públicas
que antes no estaban en venta.

Reformas a la Constitución de 1857 durante el Porfiriato.

En 1884, Porfirio Díaz fue elegido de nuevo presidente, convirtiéndose en la


primera dictadura real y duradera que había surgido en México desde la
Independencia.
1. El 12 de Diciembre de 1884, se adiciona al artículo 43 constitucional, como
parte integrante de la Federación al territorio de Tepic formado por el 7°
Cantón del Estado de Jalisco.
“Las partes integrantes de la Federación son: los Estados de
Aguascalientes, Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua,
Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán,
Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí,
Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Valle de México,
Veracruz, Yucatán, Zacatecas, el Territorio de la Baja California y el de
Tepic formado con el 7° cantón del Estado de Jalisco.”

2. El 22 de Noviembre de 1886 se reforma el artículo 124 constitucional para


establecer una prohibición “Los estados no podrán imponer ningún derecho
por el simple tránsito de mercancías en la circulación interior” y, una
permisión “Solo el gobierno de la Unión podrá decretar derechos, pero
únicamente respecto de efectos extranjeros que atraviesen en país por
líneas internacionales e interoceánicas, sin estar en el territorio nacional
más tiempo que el necesario para la travesía y salida al extranjero”

3. El 21 de Octubre de 1887 se reforma el artículo 78 constitucional sobre la


reelección del presidente para el periodo constitucional inmediato.
“El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1° de diciembre, y
durará en él cuatro años, pudiendo ser reelecto para el período
constitucional inmediato; pero quedará inhábil en seguida, para
ocupar la presidencia por nueva elección, a no ser que hubiesen
transcurrido cuatro años, contados desde el día en que cesó en el
ejercicio de sus funciones”

4. En la misma fecha se reforma el artículo 109 constitucional dando la


posibilidad a los estados de reelegir a sus gobernadores.
“Los Estados adoptarán para su régimen interior la forma de gobierno
republicano, representativo, popular; y podrán establecer en sus
respectivas constituciones la reelección de los gobernadores,
conforme a lo que previene el artículo 78, para la del Presidente de la
República.”

5. El 20 de Diciembre de 1890 se reforma el artículo 78 constitucional,


regresando el artículo a sus términos originales de silencio sobre la
reelección y su prohibición.
“El Presidente entrará a ejercer sus funciones el 1° de diciembre y
durará en su encargo cuatro años.”

6. El 24 de Abril de 1896 se adicionaron dos fracciones más el artículo 72


constitucional, relativo a las facultades del Congreso.
“El Congreso tiene facultad:
XXXI.- Para nombrar, funcionando al efecto ambas Cámaras reunidas,
un Presidente de la República, ya con el carácter de sustituto, ya con
el de interino, en las faltas absolutas o temporales del Presidente
Constitucional. Asimismo la tiene para reemplazar en los respectivos
casos y en igual forma, tanto al sustituto como al interino, si éstos a
su vez faltaren.
XXXII.- Para calificar y decidir sobre la solicitud de licencia que hiciere
el Presidente de la República. “Es facultad exclusiva de la Cámara de
Diputados: “I.-Calificar y decidir sobre las renuncias del Presidente de
la República y de los Magistrados de la Suprema Corte de Justicia.”

7. En la misma fecha se reformo el artículo 79 constitucional, siendo


modificado para establecer en su fracción I que en las faltas absolutas y
temporales del Presidente de la República, con excepción de las que
procedan de licencia “se encargara del Poder Ejecutivo el Secretario de
Relaciones Exteriores” para estipular de sus fracciones II al X, las reglas y
procedimientos mediante los cuales el Congreso nombrará un Presidente
sustituto en las faltas absolutas y un presidente interino en las faltas
temporales.

8. En la misma fecha se reformo el artículo 80 constitucional, para quedar en


los siguientes términos:
“Cuando el Presidente de la República no se presente el día designado
por la ley a tomar posesión de su encargo, cuando ya en él ocurra su
falta absoluta, o se le conceda licencia para separarse de sus
funciones, el Vicepresidente de la República asumirá el ejercicio del
Poder Ejecutivo, por ministerio de la ley, sin necesidad de nueva
protesta. “Si la falta del Presidente fuere absoluta, el Vicepresidente le
substituirá hasta el fin del período para el que fue electo, y en los
demás casos, hasta que el Presidente se presente a desempeñar sus
funciones”.
9. En la misma fecha se reformo el artículo 82 constitucional, para quedar en
los siguientes términos:
“Los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República, sólo son
renunciables por causa grave, que calificará la Cámara de Diputados,
ante quien se presentará la renuncia.”

10. En la misma fecha se reformo el artículo 83 constitucional, actualizando la


formula, para en lugar de jurar, lo cual era una clara reminiscencia de la
influencia de la Iglesia antes de la Reforma protestar el cargo de Presidente
de la República.
“El Presidente al tomar posesión de su encargo, protestará ante el
Congreso, bajo la fórmula que sigue: “Protesto desempeñar leal y
patrióticamente el cargo de Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos; guardar y hacer guardar, sin reserva alguna, la
Constitución de 1857, con todas sus adiciones y reformas, las leyes de
Reforma y las demás que de ella emanen, mirando en todo por el bien
y prosperidad de la Unión”. “Queda exceptuado de este requisito el
Secretario del Despacho que se encargue provisionalmente, en su
caso, del Poder Ejecutivo.”

11. El 1° de Mayo de 1896 se reforman los artículos, 111 constitucional para


incluir en la fracción III la emisión de “estampillas” y adicionar cuatro
fracciones más y el artículo 124 constitucional sobre gravámenes.

12. El 10 de Junio de 1898 se reforma el artículo 5 constitucional sobre


servicios públicos; se adiciona una fracción al artículo 31 constitucional,
sobre las obligaciones de los mexicanos y se adiciona una última fracción al
artículo 35 constitucional

13. El 22 de Mayo de 1900 se reforma el artículo 91 constitucional en el que se


hace mención que la Suprema Corte de Justicia se compondrá de 15
Ministros y se reformo el artículo 96 constitucional en el cual estipula que
los funcionarios del Ministerio Público y el Procurador General de la
República que ha de presidirlo, serán nombrados por el Ejecutivo.

14. El 14 de Mayo de 1901 se reforma el artículo 23 constitucional en el cual se


abole la pena de muerte y se reformo el artículo 27 constitucional en el cual
se dice como operaran las corporaciones e instituciones religiosas y civiles.

15. El 31 de Octubre de 1901 se modifica la fracción IV del artículo 72


constitucional para precisar que el Congreso tiene facultad “Para legislar en
todo lo concerniente al Distrito Federal y territorios” y se reforma e artículo
125 constitucional que se refiere a los bienes destinados por el Gobierno de
la Unión.

16. El 18 de Diciembre de 1901 se adicionan al artículo 111 constitucional una


octava fracción en la que impone una nueva prohibición a los Estados
respecto a emitir títulos de Deuda Pública; de igual forma. se reforma el
artículo 53 constitucional el cual dice que se elegirá un diputado por cada
sesenta mil habitantes.

17. El 24 de Noviembre de 1902, se adiciona al artículo 43 constitucional, como


parte integrante de la Federación al territorio de Quintana Roo

18. El 6 de Mayo de 1904, se derogan las fracciones XXXI y XXXII del artículo
72 y se reforma el art 72 inciso A sobre facultades exclusivas del Congreso
de la Unión, también se reforma el artículo 74 constitucional sobre las
atribuciones de la Comisión Permanente.
19. En la misma fecha se reforma el artículo 78 constitucional, en el cual se
establece que el presidente y el vicepresidente entrarán a ejercer sus
funciones el 1° de Diciembre y durarán en su cargo 6 años.
“El Presidente y el Vicepresidente de la República entrarán a ejercer
sus funciones el 1º de diciembre, y durarán en su encargo seis años”

20. En la misma fecha se reforma el artículo 79 constitucional, en el cual se


establece que tanto el Presidente como el Vicepresidente serán electos el
mismo día, y que al vicepresidente le corresponde ser el presidente nato del
Senado, con voz pero sin voto.
“Los electores que designen al Presidente de la República, elegirán
también, el mismo día y de igual modo, en calidad de Vicepresidente
a un ciudadano en quien concurran las condiciones que para el
Presidente exige el artículo 77. “El Vicepresidente de la República será
Presidente nato del Senado, con voz, pero sin voto, a no ser en caso
de empate. El Vicepresidente podrá, sin embargo, desempeñar algún
cargo Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de
México de nombramiento del Ejecutivo, y en este caso, lo mismo que
en sus otras faltas, será substituido en la presidencia del Senado de la
manera que disponga la ley respectiva.”
21. En la misma fecha se reforma el artículo 80 constitucional se incorpora
junto al presidente la figura del vicepresidente de la República, si no
también se le encargara a este sustituir a aquél cuando no se presente el
día designado por ley a tomar posesión de su encarga, cuando ocurra su
falta absoluta o se le conceda licencia para separarse de sus funciones.

“Cuando el Presidente de la República no se presente el día designado


por la ley a tomar posesión de su encargo, cuando ya en él ocurra su
falta absoluta, o se le conceda licencia para separarse de sus
funciones, el Vicepresidente de la República asumirá el ejercicio del
Poder Ejecutivo, por ministerio de la ley, sin necesidad de nueva
protesta. “Si la falta del Presidente fuere absoluta, el Vicepresidente le
substituirá hasta el fin del período para el que fue electo, y en los
demás casos, hasta que el Presidente se presente a desempeñar sus
funciones”

22. En la misma fecha se reforma el artículo 81 constitucional, en el cual refiere


que se encargara del Poder Ejecutivo en calidad del Presidente Interino el
“Secretario de Despacho de Relaciones Exteriores o si no lo hubiere o
estuviera impedido uno de los demás secretarios, siguiendo el orden de la
ley que establezca su número”
“Si al comenzar un período constitucional no se presentaren el
Presidente ni el Vicepresidente electos, o la elección no estuviere
hecha y declarada el 1° de diciembre, cesará sin embargo, el
Presidente cuyo período haya concluído y se encargará desde luego
del Poder Ejecutivo en Calidad de Presidente interino, el Secretario del
Despacho de Relaciones Exteriores, y si no lo hubiere o estuviere
impedido, uno de los demás Secretarios, siguiendo el orden de la ley
que establezca su número.
De la misma manera se procederá cuando en caso de falta absoluta o
temporal del Presidente no se presentare el Vicepresidente, cuando a
éste se le conceda licencia para separarse de sus funciones, si las
estuviere desempeñando, y si en el curso de un período ocurriere la
falta absoluta de ambos funcionarios.
En caso de falta absoluta del Presidente y del Vicepresidente, el
Congreso de la Unión, o en sus recesos la Comisión Permanente,
convocará desde luego a elecciones extraordinarias.
Cuando la falta de uno y otro funcionario tuviere lugar en el último
año del período constitucional, no se hará tal convocatoria, sino que
el Secretario que desempeñe el Poder Ejecutivo seguirá encargado de
él hasta la toma de posesión del nuevo Presidente, o de quien deba
substituirlo conforme a los preceptos anteriores.
Los ciudadanos designados en las elecciones extraordinarias, tomarán
posesión de sus cargos luego que se haga la declaración
correspondiente, y los desempeñarán por el tiempo que falte para la
expiración del período constitucional.
Cuando uno de los Secretarios del Despacho deba encargarse del
Poder Ejecutivo, lo desempeñará sin necesidad de protesta, entre
tanto la otorga”

23. En la misma fecha se reforma el artículo 82 constitucional


“Los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República, sólo son
renunciables por causa grave, que calificará la Cámara de Diputados,
ante quien se presentará la renuncia.”

24. En la misma fecha se reforma el artículo 83 constitucional sobre como el


Presidente y Vicepresidente deben tomar posesión de su cargo; también se
reforma el artículo 84 constitucional sobre la ausencia del Presidente y
finalmente se reforma el artículo 103 constitucional sobre los delitos en que
puedan incurrir los miembros del Congreso de la Unión y otros funcionarios.

25. El 20 de Junio de 1908 se modifica la fracción XXI del artículo 72


constitucional para incluir como segunda parte para definir, determinar cuáles
son las aguas de jurisdicción federal y expedir leyes sobre el uso y aprovechamiento de las
mismas.”

“Son facultades del Congreso de la Unión…………………………………………


Fracción XXII.- -Para dictar leyes sobre vías generales de comunicación
y sobre postas y correos; para definir, determinar cuáles son las aguas
de jurisdicción federal y expedir leyes sobre el uso y aprovechamiento
de las mismas.”

26. El 12 de Noviembre de 1908 se modifica la fracción XXI del artículo 72


constitucional para quedar en otros términos al reordenar las existentes e
incluir un par de materias “para dictar leyes sobre ciudadanía,
nacionalización, colonización, emigración e inmigración y salubridad
general de la República”.

“Son facultades del Congreso de la Unión…………………………………………


Fracción XXI.-para dictar leyes sobre ciudadanía, nacionalización,
colonización, emigración e inmigración y salubridad general de la
República

6.2 CAUSAS DE LA REVOLUCIÓN Y RESULTADO

a) Dictadura de Porfirio Díaz

Porfirio Díaz subió a la Presidencia por segunda ocasión en el año de 1884,


y en sus años de gobierno, le realizó a la Constitución considerables reformas
para que el pudiera permanecer en el cargo de Presidente de la República, de
forma que la población no pudiera elegir a sus gobernantes

El régimen autoritario de Porfirio Díaz se hacía cada más extenso, ya que


en 1910 Díaz volvió a ganar la presidencia, por la cual competía con Francisco I.
Madero.

b) Desigualdad social.
Para el año de 1910 en el orden político, social y económico imperaba el
privilegio que se le daba a los empresarios tanto nacionales como extranjeros, sin
embargo no ayudaba a los intereses de los obreros, ni indígenas ni rancheros a la
toma ilegitima de sus tierras y del producto de su trabajo.

Bajo un contexto de injusticias sociales y económicas, a las que se sumaba


los agravios que sufrían los ciudadanos al tener un régimen de gobierno que no
toleraba el libre ejercicio de los derechos políticos y civiles reconocidos en la
Constitución.

El sistema económico liberal configuraba una sociedad diferenciada por


estratos, sin oportunidad de crecimiento para la población del estrato social más
bajo, era un sistema que privilegiaba los intereses de los empresarios nacionales y
extranjeros y contrariamente los obreros recibían salarios miserables a cambio de
su labor, mientras que los indígenas y campesinos eran despojados
ilegítimamente de sus tierras, así como del producto de su trabajo.

c) Administración desde el extranjero.

Se inició el proceso de modernización, al implementar en el país maquinarias e


infraestructuras modernas, como ferrocarriles, trenes, máquinas de vapor,
electricidad, telégrafos, nuevos sistemas constructivos, entre otros; sin embargo,
la mayoría de estos avances llegaron desde el extranjero, por lo que gran parte de
las ganancias y de la economía que se alentaba, iba directamente para manos
extranjeras.

c) Falta de Ley laboral

“Los trabajadores mexicanos trabajaban largas jornadas por un salario


miserable, en condiciones de trabajo deplorables y debía de aceptarla por dos
razones: 1.- porque la miseria lo hace trabajar y 2.- si se rebela contra el abuso del
rico las bayonetas de la Dictadura se encargan de someterlo” y al igual que ellos,
los jornaleros del campo se encuentran en las mismas condiciones, largas
jornadas de trabajo, con salarios que apenas les alcanzaban para lo suficiente y
no morir de hambre. La explotación y esclavitud a la que estaban sometidas las
clases media y baja eran bastantes comunes.

d) Expropiaciones y latifundios

En cuanto a tenencia de la tierra se encuentra el mismo problema, unos


cuantos eran los acaparadores de la tierra, mientras que la mayor parte de la
población perdía sus tierras por no poder comprobar su propiedad. Se dio paso a
los extranjeros para que pudieran tener tierras que antes eran de propiedad
pública, sin embargo, eso ocasionaba que muchos pequeños propietarios
perdieran sus tierras, al no contar con títulos de propiedad.

e) Represión y violencia

En el discurso público Porfirio Díaz honraba la Constitución de 1857 como


genuina expresión de la soberanía popular de los mexicanos, pero en la práctica
desconocía los derechos elementales de las personas, así como las obligaciones
y los límites que establecía la propia Constitución respecto a las autoridades,
utilizaba al Ejército para reprimir reclamos socioeconómicos y políticos, así mismo
se valió de la censura para la exclusión de la participación política de la clase
media.

6.3 PLANES POLITICOS Y LEGISLACIÓN ENMANADA DE LA REVOLUCIÓN


MEXICANA.

Así, la aspiración política por el cambio del régimen autoritario, termino por
integrarse en un movimiento democratizador impulsado por Francisco I. Madero.
Como estrategia de la transformación política que se esperaba, el movimiento
inició por la vía democrática, mediante el respeto al voto popular establecido como
derecho fundamental por la entonces Constitución de 1857, ya que, el entonces
Presidente, había declarado públicamente que era su intención retirarse al finalizar
su periodo presidencial actual (1910), sin embargo, en las elecciones de ese año
se volvió a presentar como candidato a la presidencia por un nuevo periodo, que,
derivado de las reformas, sería de 6 años.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del candidato Francisco I. Madero
por simpatizar con el pueblo y conseguir votos para la elección, y en medio de
fraudes contra la voluntad popular de la elección, sale victorioso, de nuevo, Porfirio
Díaz; sin embargo, antes de levantar las armas, Madero acude al Poder
Legislativo a fin de impugnar las elecciones y solicitan su nulidad. La Cámara de
Diputados se pronuncia y ratifica el triunfo de Porfirio Díaz.

Derivado de esta situación, se interpretó que al celebrarse elecciones


fraudulentas se violaba la Constitución y se abría camino para la defensa
extraordinaria por la vía armada de los ciudadanos, que la propia Constitución
preveía en sus artículos 31, fracción I, 35 fracción IV y 128;

“ART. 31. Es obligación de todo mexicano: I. defender la


independencia, el territorio, el honor, los derechos é intereses de su
patria”.

“ART. 35. Son prerrogativas del ciudadano IV. tomar las armas en el
ejército ó en la guardia nacional, para la defensa de la república y de
sus instituciones:”

“ART. 128. Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando


por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por
un trastorno público se establezca un gobierno contrario á los
principios que ella sanciona, tan luego como el pueblo recobre su
libertad, se restablecerá su observancia, y con arreglo a ella y a las
leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los
que hubieren figurado en el gobierno emanado de la rebelión, como
los hubieren cooperado a ésta”.

Y es por esta razón del fraude electoral que se constituye una grave violación a la
Constitución, es que se suscribe el Plan de San Luis por Francisco I. Madero.

6.3.1 Programa del Partido Liberal Mexicano.


El 1 de julio de 1906 la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano,
establecida en San Luis Misuri, dio a conocer un amplio programa que había sido
resultado de diversas opiniones e ideas vertidas por los simpatizantes del Partido
Liberal a través del correo postal, de cuya participación se conformó un
documento que involucró las exigencias de los sectores sociales pobres y medios
del campo y la ciudad. No fue un programa elaborado por un grupo de
intelectuales exilados alejados de los problemas cotidianos del país, al contrario,
los intelectuales se asumieron como el instrumento conductor que le dio forma a
las ideas vertidas por la gente que respondió a su convocatoria, de manera similar
a lo que haría Otilio Montaño, el maestro rural que se encargó de la redacción del
Plan de Ayala en 1911 apoyado en las exigencias y necesidades de los
campesinos que conformaron el Ejército Libertador del Sur.

El Programa del PLM fue un documento que buscó terminar con la


estructura del estado oligárquico porfirista y los cimientos que lo apuntalaban —el
ejército, los gobiernos estatales, los poderes de la unión, los terratenientes y los
banqueros— para crear un poder democrático. Proponía realizar una revolución
democrática, justiciera en materia social, nacionalista y antiimperialista, para llevar
a cabo las transformaciones que el país requería. La democratización del sistema
político, la participación inclusiva, desde abajo, de la población en los asuntos del
gobierno, así como una serie de mejoras en el sector obrero y campesino, fueron
las metas proclamadas en el documento. En materia política, el Plan anunció la
eliminación del servicio militar obligatorio, la desaparición de los jefes políticos, así
como agravar las responsabilidades de los funcionarios públicos; con respecto a la
educación, propuso la multiplicación de las escuelas primarias y la obligatoriedad
de la instrucción pública hasta los catorce años; en materia laboral estableció la
jornada máxima de 8 horas y el salario mínimo, así como la supresión de las
tiendas de raya y la reglamentación del trabajo doméstico; en relación con el tema
agrario, propuso la expropiación de las tierras en manos de propietarios privados
que no fueran productivas y la repartición de terrenos a los mexicanos que así lo
solicitaran.
En su primera edición se tiraron 250 mil ejemplares para su distribución
masiva en la República mexicana y la frontera sur de los Estados Unidos. Con el
Programa en la mano, los miembros del Partido Liberal Mexicano adquirieron un
compromiso escrito con los sectores que se adhirieron nominalmente al PLM y con
la población mexicana en general, para combatir a la dictadura de Porfirio Díaz,
implantar una serie de reformas políticas, económicas y sociales, y construir un
nuevo gobierno a partir de un marco liberal apoyado en la Constitución de 1857,
pero con amplias y profundas reformas sociales, hasta el momento inéditas en la
historia de México, de América Latina y del mundo. 2

Es dado a conocer el Manifiesto y el Programa del Partido Liberal Mexicano


(PLM), organización encabezada, entre otros, por los hermanos Ricardo y Enrique
Flores Magón, Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal, Librado Rivera, Manuel Sarabia
y Rosalío Bustamante.

Los antecedentes del PLM pueden ubicarse en la formación del grupo que
realizaba el periódico Regeneración desde 1900, en el que se manifestó una de
las oposiciones más frontales y decididas a la dictadura de Porfirio Díaz. Sin duda,
se convirtió en el medio que dio a conocer una de las corrientes ideológicas más
significativas que influirían en la revolución mexicana. Como ha escrito Armando
Bartra, “Regeneración no era simplemente un órgano periodístico en el que
se expresaba el magonismo, por el contrario, el hecho de que el magonismo
tuviera como arma política principal un periódico como Regeneración es un rasgo
esencial que define a esta corriente.” En adelante, especialmente desde 1905,
fueron prácticamente inseparables el magonismo, Regeneración y el PLM.

Además de esa importante publicación, hubo otras reuniones importantes


que fueron dando forma al surgimiento del PLM; apenas unos días después de la

2
Presidencia de la República. (2019, mayo 2). El Programa del Partido Liberal Mexicano de 1906.
Recuperado 18 de mayo de 2020, de https://www.gob.mx/presidencia/prensa/el-programa-del-partido-
liberal-mexicano-de-1906.
aparición del periódico, Camilo Arriaga y otras personas lanzaron una “Invitación al
Partido Liberal”, en el que se convocaba a formar clubes políticos para luchar a
favor de la vigencia de las leyes de Reforma. En febrero de 1901 se realizó una
reunión de los clubes formados, en los que se confió la organización del partido a
Camilo Arriaga y Antonio Díaz Soto y Gama. Sin embargo, fracasaron los primeros
intentos por la represión gubernamental, aunque continuaron los esfuerzos por
denunciar el despotismo y la arbitrariedad del régimen.
Ante los actos represivos del gobierno porfirista, en 1905 se reunió en San
Luis Missouri la Junta Organizadora del PLM, la que estaba dirigida por Ricardo
Flores Magón como presidente, Juan Sarabia como vicepresidente y Antonio I.
Villarreal como secretario. Establecieron que Regeneración sería su órgano oficial,
que se formarían células secretas en México y que podrían dar apoyo financiero a
los liberales mexicanos perseguidos. Sin embargo, los principales dirigentes
fueron aprehendidos en octubre; lograron su libertad en diciembre de 1905,
gracias a la solidaridad de trabajadores tanto norteamericanos como mexicanos,
aunque unos meses después huyeron hacia Canadá debido al riesgo de una
extradición.
Entre las organizaciones clandestinas promovidas por la Junta Organizadora del
PLM, se encontraba el Club Liberal de Cananea, que estalló en 1906 la huelga de
los trabajadores de Cananea. Algo similar ocurrió en la gran huelga de Río Blanco,
Veracruz.
El Programa del Partido Liberal Mexicano se convirtió en un documento
precursor fundamental para la revolución mexicana. Ahí se establece que el
partido luchará contra el despotismo reinante en México, y que, seguro de triunfar
al fin sobre la dictadura, declara los anhelos que se propone realizar. Destacan
que los puntos en el programa no son otra cosa sino las bases generales para la
implantación de un gobierno verdaderamente democrático.

Entre los principales puntos del programa están los siguientes:


Reducción del período presidencial a cuatro años; supresión de la
reelección para el Presidente y los Gobernadores de los Estados, los que sólo
podrán ser nuevamente electos hasta después de dos períodos del que
desempeñaron; inhabilitación del Vice-Presidente para desempeñar funciones
legislativas o cualquier otro cargo de elección popular; supresión del servicio
militar obligatorio y establecimiento de la Guardia Nacional; reforma a los artículos
constitucionales 6° y 7° constitucionales suprimiendo las restricciones que la vida
privada y la paz pública imponen a las libertades de palabra y de prensa; abolición
de la pena de muerte, excepto para los traidores a la Patria; agravar la
responsabilidad de los funcionarios públicos, imponiendo severas penas de prisión
para los delincuentes.
En cuanto a la instrucción: multiplicación de las escuelas primarias; obligación de
impartir enseñanza netamente laica en todas las escuelas de la República;
declarar obligatoria la instrucción hasta la edad de catorce años; pagar buenos
sueldos a los maestros de instrucción primaria, y hacer obligatoria la enseñanza
de rudimentos de artes y oficios.
Respecto al clero católico: los templos se consideran como negocios
mercantiles, quedando obligados a llevar contabilidad y pagar las contribuciones
correspondientes; nacionalización de los bienes raíces que tienen en poder de
testaferros, así como la supresión de sus escuelas.
Por lo que hace al capital y trabajo: establecer un máximum de ocho horas de
trabajo y un salario mínimo suficiente para salvar de la miseria al trabajador;
prohibir el empleo de niños menores de 14 años; obligar a dueños de minas,
fábricas, talleres, etcétera, a mantener las mejores condiciones de higiene en sus
propiedades y a guardar los lugares de peligro en un estado que preste seguridad
a la vida de los operarios; obligar a los patronos a pagar indemnización por
accidentes del trabajo; declarar nulas las deudas actuales de los jornaleros de
campo para con los amos; prohibir a los patronos, bajo severas penas, que
paguen al trabajador de cualquier otro modo que no sea con dinero en efectivo;
obligar a todas las empresas a no ocupar entre sus empleados y trabajadores sino
una minoría de extranjeros, y hacer obligatorio el descanso dominical.
En lo relativo a tierras: los dueños de tierras están obligados a hacer
productivas todas las que posean; cualquier extensión de terreno que el poseedor
deje improductiva las recobrará el Estado; el Estado dará tierras a quienquiera que
lo solicite, sin más condición que dedicarlas a la producción agrícola, y no
venderlas.
Entre los puntos generales se encuentran los siguientes: hacer práctico el juicio de
amparo, simplificando los procedimientos; restitución de la zona libre; establecer la
igualdad civil para todos los hijos de un mismo padre; supresión de los jefes
políticos; medidas para suprimir o restringir el agio, el pauperismo y la carestía de
los artículos de primera necesidad; protección a la raza indígena; establecer lazos
de unión con los países latinoamericanos, confiscar los bienes de los funcionarios
enriquecidos bajo la dictadura, anular las reformas hechas a la Carta Magna por el
gobierno de Porfirio Díaz y adecuarla lo necesario para poner en vigor el
programa.
Hacia septiembre de 1906, el PLM lanzará una Proclamación a la Nación en
la que afirmará que la revolución armada es el único camino para lograr reformas
trascendentes en el país. Sin embargo, las autoridades norteamericanas y
mexicanas conjurarán la rebelión mediante la represión. Posteriormente varios
dirigentes serán arrestados y encarcelados. Hacia 1908, otra intentona rebelde
será sofocada en Coahuila y Chihuahua.
Ya con la revolución mexicana en movimiento, a principios de 1911, el PLM
indicará a sus militantes que la lucha es contra los capitalistas explotadores
independientemente de su nacionalidad. Pronto marcarán su distancia con
Francisco I. Madero, a quien tildarán de traidor a la causa de la libertad.
Posteriormente, el PLM sufrirá bajas importantes: Antonio Villarreal se sumará al
maderismo; Juan Sarabia, Díaz Soto y Gama y Camilo Arriaga intentarán formar
un Partido Liberal; ante su fracaso, se integrarán a otras formaciones: Arriaga al
maderista Partido Constitucional Progresista, Díaz Soto y Gama se sumará al
zapatismo.
Para marzo de 1918, Librado Rivera y Ricardo Flores Magón publicarán el
último manifiesto del PLM, en el que llamarán a la revolución anarquista. El PLM
se extinguirá virtualmente cuando ambos sean encarcelados y condenados a 20 y
15 años de prisión, respectivamente.3

6.3.2 Plan de San Luis Potosí.

Francisco I. Madero, a través de este documento desconoció los resultados


de las elecciones celebradas en junio y julio de 1910 y al gobierno del General
Díaz, quien había sido reelecto una vez más, negándose a una apertura
democrática; además, hizo un llamado al pueblo de México a levantarse en armas,
a partir de las seis de la tarde del 20 de noviembre de ese mismo año. 4

El texto ofrece una revisión histórico-política de algunos preceptos del Plan


de San Luis firmado en 1910 por Francisco I. Madero, el cual se redactó en contra
del régimen político encabezado por el General Porfirio Díaz. Ese régimen fue
sustituido, 19 años después, por un régimen autoritario que en varios sentidos y
por siete décadas no fue muy diferente que el derrocado por la Revolución. El
periodo conocido como México posrevolucionario fue dominado por el partido
PNR-PRM-PRl debido a la simbiosis gobierno-partido y a la utilización de este
último como órgano de control social y político del país por parte del presidente en
turno.

 En lo Político

3
Doralicia Carmona Dávila. (2020). Se da a conocer el programa del Partido Liberal Mexicano. Recuperado
18 de mayo de 2020, de http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/7/01071906.html
4
Secretaría de la Defensa Nacional. (2016, mayo 26). El 5 de octubre de 1910, Francisco I. Madero, promulga
el Plan de San Luis. Recuperado 18 de mayo de 2020, de https://www.gob.mx/sedena/documentos/5-de-
octubre-de-1910-proclamacion-del-plan-de-san-luis.
En octubre de 1910 Francisco I. Madero firmó su Plan de San Luis Potosí.
La dictadura contra la que estaba dirigido ese Plan fue sustituida, 19 años
después, por un régimen autoritario que en varios sentidos y por siete décadas no
fue muy diferente que el derrocado con la revolución.

Esta afirmación, que podría parecer exagerada, se sustenta en las


siguientes citas del texto mencionado de Madero:

Tanto el Poder Legislativo como el Judicial están


completamente supeditados al Ejecutivo; la división de los
poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los
ayuntamientos y los derechos del ciudadano sólo existen
escritos en nuestra Carta Magna... ; la justicia, en vez de
impartir su protección al débil, sólo sirve para legalizar los
despojos que comete el fuerte; los jueces, en vez de ser
los representantes de la Justicia, son agentes del
Ejecutivo, cuyos intereses sirven fielmente; las cámaras de
la Unión no tienen otra voluntad que la del [Presidente]; los
gobernadores de los estados son designados por él y ellos
a su vez designan e imponen de igual manera las
autoridades municipales.

Se dice, además, que, en vez del engrandecimiento y la prosperidad de la


Patria, se ha enriquecido un pequeño grupo.

Es evidente que lo citado no cambió sustancialmente a lo largo del México


posrevolucionario y menos durante el régimen dominado por su partido, el PNR-
PRM-PRI. Ello se debió, en buena medida, a la simbiosis gobierno-partido y a la
utilización de este último por parte del presidente en turno, como órgano de control
social y político en todo el país. Durante el priato, e incluso bajo el primer gobierno
panista, el primer enunciado del lema maderista —Sufragio efectivo, no reelección
— tuvo vigencia absoluta, como demanda no satisfecha. Todavía en 2006, como
se recordará, se pedía que se contaran los votos, uno por uno y de todas las
casillas electorales, es decir, sufragio efectivo. No se hizo.

Durante todo ese tiempo después de la revolución, con poquísimas


excepciones, el sufragio no ha sido efectivo, ni libre, ni secreto, ni auténtico. Las
elecciones, cubiertas de irregularidades y fraudes, han sido manipuladas
sistemáticamente para darles el poder institucional a miembros del partido en el
poder. Ciertamente no hay reelección, pero este mero hecho ha significado un
paliativo importante para las inconformidades sociales generadas por este sistema
que, a pesar de la alternancia partidaria, no ha cedido el poder al pueblo como
sería en una verdadera democracia.

El poder tiene un origen viciado, ilegal e ilegitimo, por lo que se ejerce al


margen del Estado de Derecho, a discreción de los gobernantes y, por lo mismo,
al margen de las instituciones y de espaldas al pueblo. Las instituciones son, de
hecho, enclaves de poder patrimonialista y, en consecuencia, sólo
excepcionalmente están al servicio del pueblo que las sostiene económicamente.

Tuvieron que pasar más de ochenta años para que el Ejecutivo tuviera
contrapesos todavía relativos en los poderes Legislativo y Judicial. Tuvo que
entrar en crisis el régimen populista, estatista y autoritario inaugurado por el Grupo
Sonora para que su partido comenzara a tambalearse y la oposición lograra por
primera vez quitarle la mayoría calificada en el Congreso de la Unión, primero en
la Cámara de Diputados y luego en la de Senadores. Se comprobó que el
Ejecutivo, sin el partido a sus órdenes, no podría subordinar igual a los otros dos
poderes.

No es prurito constitucionalista la exigencia de la división de poderes en


México. Fue por largos años una necesidad para que los órganos encargados de
la justicia actuaran con independencia y con la mayor imparcialidad posible, y
también para que la legislación que tendría que normar la convivencia social y
entre gobierno y gobernados respondiera a los intereses de éstos y no de minorías
privilegiadas. Ha habido avances, ciertamente, pero todavía nos falta mucho para
lograr los contenidos de los antiguos planes revolucionarios. El viejo régimen de
privilegios contra el que se levantó el pueblo de México hace un siglo es otro, pero
es, en esencia, el mismo. Y por si no fuera suficiente, el titular del Ejecutivo, una
sola persona, continúa decidiendo incluso la existencia o no de México como
nación soberana. El Legislativo, ahora plural, ha actuado como contrapeso, pero
sabemos que no lo suficiente.

Si bien el pacto federal ha sido siempre una ficción, durante la larga noche
del priísmo en el poder se cayó en excesos: la omnipotencia y la impunidad a que
llegó el jefe del Ejecutivo se reveló en la aberración de imponer y quitar
gobernadores, bajo formas legales retorcidas, desdeñando los procesos
electorales y sus resultados. Cuando finalmente el Ejecutivo federal no tuvo
injerencia directa en los estados gobernados por partidos opositores, éstos
hicieron y hacen de las suyas casi como antaño hacían los caciques: no por el
pacto federal, sino por criterios patrimonialistas en beneficio de sus allegados. La
soberanía de los estados de la Federación y la conversión en estado del Distrito
Federal, son reclamos históricos que no han sido atendidos. En tanto la economía
de los estados y de los municipios dependa de la supuesta buena voluntad del
centro, México continuará en la pendiente de las desigualdades sociales de todos
conocidas. No habrá soberanía estatal sin recursos, tampoco habrá municipio libre
sin éstos.

Si alguna ventaja trajo la alternancia a partir del año 2000 fue que el
presidente de la República no ha podido imponer a gobernadores y a presidentes
municipales, así como tampoco a diputados y senadores, como antes se hacía so
pretexto de cláusulas de gobernabilidad pervertidas. Otro cambio que no debemos
subestimar, pero tampoco exaltar, es que los procesos electorales no son
igualmente controlados que, en el pasado, aunque hemos tenido evidencias de
que los controles no están en manos de la sociedad, como debiera ser, sino
todavía en poder del presidente en turno y de los arreglos que puede lograr entre
las fracciones parlamentarias y los tribunales correspondientes.

La garantía del sufragio efectivo, empero, no depende sólo de un régimen


de partidos autónomos y verdaderos y de la administración social e independiente
de los procesos electorales. También depende, como se ha comprobado en los
últimos años, de los medios de comunicación masiva. Mientras éstos sigan siendo
virtuales monopolios al servicio de intereses económicos, el sufragio no podrá ser
libre ni los partidos y sus candidatos contender en igualdad de condiciones. La
reforma de 2007-2008 es un avance, pero habremos de ver con cuidado y
críticamente el proceso electoral en curso, el de 2012.

 En lo económico

De la misma manera que el Plan de San Luis Potosí resultó insuficiente para
muchos por cuanto a su referencia a los problemas económicos, ahora es
necesario insistir en estos aspectos que tienen que ver con las condiciones de
vida de millones de mexicanos. El Plan de Ayala, suscrito por los zapatistas en
noviembre de 1911, fue sin duda la más importante propuesta que en este tenor
se hiciera en el México de esa época.

Podría pensarse que, por los años transcurridos desde la Revolución de 1910, las
demandas económicas de entonces han perdido actualidad, pero no es el caso. Al
contrario, las necesidades de tierra, pese a que el eje de la acumulación no es
más la agricultura, siguen siendo vigentes para millones de mexicanos cuya
subsistencia depende de las actividades agropecuarias.

La apropiación de las tierras de ejidatarios, de comunidades y pueblos e


incluso de pequeños propietarios y terrenos nacionales, apropiación protegida por
gobernantes y guardias blancas, ha dejado a muchos mexicanos pobres sin más
perspectiva que la miseria, el deterioro de su vida y la desesperanza. Si la
injusticia en las ciudades es notoria, en el campo es, desde cualquier punto de
vista, intolerable.

Uno a uno, todos los gobiernos de la República, desde Ávila Camacho


hasta hoy, han llevado a cabo medidas agropecuarias en favor de quienes más
tienen y nunca, salvo excepciones contadas, en beneficio de quienes "no son más
dueños que del terreno que pisan", como se dijera en el Plan de Ayala. Es más,
una de las mayores conquistas de la vieja revolución, el artículo 27 constitucional,
fue reformado hace 20 años cerrando toda perspectiva de reparto de tierras para
quienes estaban esperándolo como fórmula de sobrevivencia.

Si muy desigual ha sido la distribución de la riqueza producida en México,


peor es ahora. Los últimos gobiernos han dedicado todos sus esfuerzos y
conocimientos para favorecer a quienes ya eran privilegiados y para extender la
geografía e influencia del poder empresarial estadounidense a nuestro país.

Se cambió el eje de la acumulación de capital de las actividades primarias a


las secundarias y terciarias, pero se hizo a costa de la enajenación del país a los
intereses empresariales y financieros que, con patria o sin ella, sólo responden en
función de sus desmedidas ganancias, donde y como sea que las obtengan. Peor
todavía, los gobiernos de México, los más recientes, han hipotecado al país
restándole a éste su soberanía económica. Desde el gobierno de López Portillo
hasta el actual, la economía nacional y las políticas económicas han estado
sujetas a los dictados del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, que,
a su vez, representan los intereses del capital trasnacional, principalmente de
Estados Unidos. En estos momentos hay riesgo de que México pierda, además de
lo ya enajenado, el dominio de otros bienes estratégicos, el petróleo en primer
lugar, con lo cual podría confirmarse el fin de México como nación libre y soberana
y con posibilidades de desarrollo.
Ha crecido ciertamente la industrialización y se han ampliado los servicios,
pero este crecimiento no se ha traducido en mejores salarios reales de los
trabajadores ni en tasas de empleo correspondientes a la demanda. Los obreros
de México tienen salarios ocho veces más bajos que los de Estados Unidos,
realizando labores equivalentes. Los aumentos salariales se han caracterizado por
su rezago en relación con los aumentos de los precios, incluso de productos de
primera necesidad. El desempleo ha crecido a tasas alarmantes y, a pesar de las
promesas de gobierno, todos los días hay nuevos despidos y se cierran fuentes de
trabajo. Por si no fuera suficiente, se han disminuido los contratos colectivos de
trabajo y muchos de los derechos y conquistas de los trabajadores consagrados
en la Constitución han sido conculcados en la práctica con la clara complicidad de
las autoridades laborales con la patronal. El salario mínimo, que rigurosamente
sólo sirve para calcular multas, no se le paga a cientos de miles de trabajadores o,
con tal salario, viven millones de mexicanos y sus familias cuando bien se sabe
que es insuficiente para una dieta mínima y sana.

Por contraparte, el capital se ha concentrado a niveles inaceptables


moralmente. Los últimos gobiernos, siguiendo las directrices del FMI y de los
economistas de Harvard, Yale y Chicago, han liberado a tal extremo la economía
que miles de empresas medianas y pequeñas, que son las que mayor número de
trabajadores contratan, se ven obligadas a cerrar cada año. Sólo en 2011, según
la COPARMEX, cerraron 160 mil empresas. La voracidad del capital financiero y el
desistimiento gubernamental de regular la economía en este campo ha convertido
a la industria, la agroindustria, el comercio y otros servicios en víctimas de los
tiburones empresariales nacionales y extranjeros.

Los nuevos "científicos" que han gobernado el país en años recientes han
fracasado rotundamente en sus pronósticos económicos. El sexenio de Miguel de
la Madrid, primer gobierno plenamente tecnocrático, se caracterizó como el
sexenio de crecimiento cero. No sólo no hubo crecimiento económico, sino que la
inflación llegó a límites históricos y dejó en la pobreza a más de 40 millones de
mexicanos, la mitad de la población en esos años, y de ésta a 17 millones en la
miseria. Elevó, además, la deuda pública externa, y la interna, por estar
respaldada en dólares, se convirtió de hecho en deuda externa. De la crisis
económica de ese período, sólo los grandes capitales salieron bien librados, entre
éstos los dueños de casas de bolsa. Como premio por su habilidad para
enriquecerse a costa de amplias capas de ahorradores, en el siguiente sexenio se
les dieron en oferta los bancos expropiados en 1982. Salinas de Gortari, después
de ofrecer tasas de crecimientos económicos constantes y superiores al 5 por
ciento, fracasó también en sus pronósticos (menos de 3 por ciento de crecimiento
medio anual durante su sexenio). En lugar de llevar a cabo un proyecto de
inversiones productivas, éstas fueron desdeñadas y subordinadas a las
inversiones indirectas, especulativas y de fácil transferencia. Se abrió el país al
dinero fácil y éste, cuando le convino, fácilmente se fue, demostrando con ello que
la economía nacional en su conjunto no tenía base sólida de sustentación. Salinas
llevó al país a una de las crisis más profundas de la larga etapa posrevolucionaria,
crisis que habría de explotarle en las manos a su sucesor apenas 20 días después
de haber tomado posesión. Con Fox no cambió la situación, el crecimiento
económico estuvo por debajo de las necesidades del país. En el actual sexenio los
pobres han aumentado todavía más, al igual que las desigualdades y el
desempleo. La inseguridad, que debiera ser un asunto tangencial, es la moneda
de uso corriente que no sólo afecta a la población en general sino incluso al
capital.

Esta crisis, de consecuencias todavía no calculadas, ha puesto al


descubierto que la política económica y de privatizaciones seguida por los
tecnócratas ha hipotecado el país, ha acentuado la dependencia, ha puesto en
riesgo nuestra soberanía y nos asegura un largo período de mayor depauperación
y desmantelamiento de buena parte de nuestra estructura industrial y
agropecuaria. El enorme endeudamiento externo ha colocado a México en
condiciones de penuria financiera y de mayor dependencia respecto de los altos
círculos de capital. Esta situación y el déficit público se han convertido, por un
lado, en fuentes de enriquecimiento de unos cuantos, nacionales y extranjeros y,
por otro lado, en mayor carga para los trabajadores y en una presión más fuerte
para someter a la nación.

En la lógica neoliberal, por otro lado, el gasto social habría de reducirse. A


cambio, pero sin alcanzar las proporciones tradicionales del presupuesto, el gasto
social se convirtió en un programa presidencial de asistencia social a discreción
denominado Solidaridad y luego Oportunidades. Estos programas no han resuelto
los grandes rezagos de pueblos enteros, pero sí han servido para restarle apoyos
a partidos de oposición y para premiar a quienes votaran por el PRI y luego por el
PAN. Nunca antes, de manera tan obvia, se habían puesto en el mercado las
necesidades y la dignidad de los mexicanos más pobres. Pero esta escandalosa y
demagógica política tampoco les funcionó. Tuvieron que alterar los resultados
electorales para llevar al poder a los candidatos de la derecha que garanticen la
continuidad de este sistema de privilegios.

El país está en ruinas y en riesgo de ser saqueado todavía más. La única


alternativa es un cambio brusco de timón. Sólo la lucha por la preservación de
nuestras riquezas estratégicas y por un nivel más alto de calidad de vida podrá
evitar que las conquistas de muchas generaciones de mexicanos sean revertidas
para salvar intereses ajenos a la patria y podrá lograr que el crecimiento
económico se traduzca en desarrollo. Los planes revolucionarios siguen vigentes.

 En lo social

La crisis social que vive la República se ha acentuado de manera extrema


en los últimos años. El número de pobres y de miserables, como ya se ha dicho,
ha crecido en proporción inversa a sus esperanzas de vida digna. Los más
castigados por esta situación son los campesinos sin tierra o los que, teniéndola,
no pueden hacerla producir por agotamiento de la misma o por falta de recursos.
Entre los campesinos más pobres, cuya condición no es muy diferente a la que
han vivido en 500 años, están los indios, principalmente los que habitan en el sur
de México.

La lucha por la tierra en nuestro país es una demanda tan antigua como
insatisfecha. Después de las grandes restituciones y repartos agrarios del
cardenismo, los gobiernos de México han regateado a los mexicanos del medio
rural su derecho a la tierra, obligando a millones a emigrar a las ciudades o a
Estados Unidos en una búsqueda de futuro para sobrevivir. La eliminación de la
fracción X del artículo 27 constitucional, entre otras, cerró todavía más la
esperanza de repartos y restituciones de tierra a quienes tienen derecho a ella. La
rebelión indígena y campesina en Chiapas de 1994 se explica en parte por dicha
reforma, aunque el gobierno no lo quiera ver de ese modo. Los indígenas de
Chiapas, siendo dueños de una tierra rica, han cosechado la pobreza, como
escribieron hace tiempo algunos distinguidos chiapanecos, pues la Revolución de
1910 no pasó por esas tierras, como tampoco, entonces, el torrente social del
zapatismo.

A los obreros y otros trabajadores asalariados también se les ha castigado


con las políticas neoliberales. Las luchas heroicas de los campesinos no son una
excepción en nuestro país. Los obreros, desde las primeras huelgas del histórico
Sindicato Mexicano de Electricistas (ahora sin empresa y sin empleo), se han
enfrentado al Estado en múltiples ocasiones y las más de las veces han sido
reprimidos con lujo de violencia. Sus derechos consagrados en la Constitución han
sido pisoteados casi permanentemente: tanto el derecho de asociación como el de
huelga. El régimen populista y estatista convirtió a las corporaciones sindicales en
apéndices desnaturalizados del partido oficial, del gobierno y de los patronos. El
nuevo régimen neoliberal las ha combatido logrando neutralizarlas en buena
medida. Como resultado de los viejos y nuevos controles, el salario real de la
mayor parte de los trabajadores, sindicados o no, se ha deteriorado en más del 60
por ciento en los últimos años y, por si no fuera suficiente, se han disminuido los
contratos colectivos, se han desmantelado los sindicatos, se les ha impedido por
la fuerza reivindicar sus derechos, no sólo ejercerlos, y sufren constantemente la
inestabilidad en el empleo cuando no directamente el despido.

Han sido tan torpes las políticas sociales del régimen, que siendo las capas
medias de la sociedad las que mayormente conforman el mercado interno,
condición necesaria para que se amplíe la producción como ya se señalara en el
Plan del Partido Liberal de 1906, se les ha golpeado tanto en sus niveles de vida
como en sus posibilidades de ascenso social. En vez de crearse condiciones para
la expansión y fortalecimiento de esas capas medias (profesionistas, intelectuales,
micro-pequeño-empresarios y empleados de nivel medio), se les ha llevado a una
dinámica de proletarización cuando no al desempleo o a la economía subterránea
también llamada informal.

El poder en México ha aprovechado la individualización que provocó la


crisis, la vieja y la nueva, para tratar de desmantelar la cohesión y la solidaridad
sociales. Con esa estrategia se intentó evitar respuestas sociales a las agresivas
políticas públicas en favor de quienes ya eran privilegiados. Ahora más que nunca,
especialmente con las políticas de precios, cierre de empresas y más
privatizaciones, la población mayoritaria y no pocos ciudadanos de las clases altas
se están organizando en la protesta, en la inconformidad y en la lucha por un
México mejor y soberano. No es casual que incluso empresarios del norte del país
estén ahora con López Obrador después de haberlo atacado fuertemente hace
seis años.

Es así que, a pesar de que la sociedad ha sido expropiada en todos sus


derechos y posibilidades de mejoría y bienestar, estamos en presencia de
esfuerzos sociales y de base por recuperar la identidad social, como ha sido
demostrado en infinidad de movimientos sociales, lamentablemente
desarticulados. Existe conciencia, cada vez más nítida, de que la cancelación de
las legítimas aspiraciones de tierra, trabajo, vivienda, salud, educación, servicios,
cultura y seguridad debe revertirse, y de que esas aspiraciones deben volverse
realidad en un ambiente de paz y de justicia con democracia. 5

6.3.3 Plan de Ayala.

Plan Libertador de los hijos del Estado de Morelos afiliados al Ejército


Insurgente que defiende el cumplimiento del Plan de S. Luis, con las
reformas que ha creído conveniente aumentar en beneficio de la Patria
Mexicana.

Los que subscribimos, constituidos en Junta Revolucionaria, para sostener


y llevar a cabo las promesas que hizo la Revolución de 20 de noviembre de 1910,
próximo pasado, declaramos solemnemente ante la faz del mundo civilizado, que
nos juzga, y ante la Nación a que pertenecemos y amamos, los propósitos que
hemos formulado para acabar con la tiranía que nos oprime y redimir a la patria de
las dictaduras que nos imponen, las cuales quedan determinadas en el siguiente
Plan.

1.° Teniendo en consideración que el pueblo mexicano acaudillado por don


Francisco I. Madero fue a derramar su sangre para conquistar sus libertades y
reivindicar sus derechos conculcados, y no para que un hombre se adueñara del
Poder violando los sagrados principios que juró defender bajo el lema de "Sufragio
Efectivo,” “No Reelección", ultrajando la fe, la causa, la justicia y las libertades del
pueblo, teniendo en consideración: que ese hombre a que nos referimos es Don.
Francisco I. Madero, el mismo que inició la precitada revolución, el cual impuso
por norma su voluntad e influencia al Gobierno Provisional de ex-presidente de la

5
Octavio Rodríguez Araujo. (2012, diciembre). Cumplimiento y vigencia de algunos planes revolucionarios.
Un siglo después. Recuperado 18 de mayo de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0185-16162012000300002.
República, Lic. Don. Francisco L. de La Barra, por haberle aclamado el pueblo su
Libertador, causando con este hecho reiterados derramamientos de sangre, y
multiplicar desgracias a la Patria de una manera solapada y ridícula, no teniendo
otras miras que satisfacer que sus ambiciones personales, su desmedidos
instintos de tirano y su profundo desacato al cumplimiento de las leyes
preexistentes emanadas del inmortal Código de 57 escrito con la sangre de los
revolucionarios de Ayutla; teniendo en consideración: que el llamando Jefe de la
Revolución Libertadora de México C. don Francisco I. Madero, no llevó a feliz
término la revolución que tan gloriosamente inició con el apoyo de Dios y del
pueblo, puesto que dejó en píe la mayoría de poderes gubernativos y elementos
corrompidos de opresión del Gobierno dictatorial de Porfirio Díaz, que no son, ni
pueden ser en manera alguna la legítima representación de la Soberanía
Nacional, y que por ser acérrimos adversarios nuestros y de los principios que
hasta hoy defendemos, están provocando el malestar del País y abriendo nuevas
heridas al seno de la Patria para darle a beber su propia sangre; teniendo en
consideración que el supradicho sr. Francisco I. Madero, actual Presidente de la
República trata de eludir el cumplimiento de las promesas que hizo a la Nación en
el Plan de S. Luis Potosí, siñiendo las precitadas promesas a los convenios de
Ciudad Juárez, ya nulificando, encarcelando persiguiendo o matando a los
elementos revolucionarios que le ayudaron a que ocupara el alto puesto de
Presidente de la República por medio de sus falsas promesas y numerosas
intrigas a la Nación; teniendo en consideración que el tantas veces repetido Sr.
Francisco I. Madero ha tratado de ocultar con la fuerza brutal de las bayonetas y
de ahogar en sangre a los pueblos que le piden, solicitan o exigen el cumplimiento
de sus promesas a la revolución llamándoles bandidos y rebeldes, condenando a
una guerra de exterminio, sin conceder ni otorgar ninguna de las garantías que
prescriben la razón, la justicia y la ley; teniendo en consideración que el
Presidente de la República, señor Don. Francisco I. Madero, ha hecho del Sufragio
Efectivo una sangrienta burla al pueblo ya imponiendo contra la voluntad del
mismo pueblo en la Vicepresidencia de la República al Lic. José María Pino
Suárez, o ya a los gobernadores de los Estados designados por él, como el
llamado General Ambrosio Figueroa, verdugo y tirano del pueblo de Morelos; ya
entrando en contubernio escandaloso con el partido científico, hacendados
feudales y caciques opresores, enemigos de la revolución Proclamada por él, a n
de forjar nuevas cadenas y de seguir el molde de una nueva dictadura, más
oprobiosa y más terrible que la de Porfirio Díaz, pues ha sido claro y patente que
ha ultrajado la Soberanía de los Estados, conculcando las leyes sin ningún respeto
a vidas e intereses, como ha sucedido en el Estado de Morelos y otros
conduciéndonos a la más horrorosa anarquía que registra la historia
contemporánea: por estas consideraciones declaramos al susodicho Francisco I.
Madero, inepto para realizar las promesas de la Revolución de que fue autor, por
haber traicionado los principios con los cuales burló la fe del pueblo, y pudo haber
escalado el poder; incapaz para gobernar, por no tener ningún respeto a la ley y a
la justicia de los pueblos, y traidor a la Patria por estar a sangre y fuego
humillando a los mexicanos que desean sus libertades, por complacer a los
científicos, hacendados y caciques que nos esclavizan, desde hoy comenzamos a
continuar la Revolución principiada por él, hasta conseguir el derrocamiento de los
poderes dictatoriales que existen.

2.° Se desconoce como jefe de la Revolución al C. Francisco I. Madero y como


presidente de la República, por las razones que antes se expresan, procurando el
derrocamiento de este funcionario.

3.° Se reconoce como jefe de la Revolución libertadora al ilustre C. General


Pascual Orozco, segundo del caudillo Don. Francisco I. Madero, y en caso de que
no acepte este delicado puesto, se reconocerá como jefe de la Revolución al C.
General Emiliano Zapata.

4.° La Junta Revolucionaria del Estado de Morelos manifiesta a la Nación bajo


protesta: Que hace suyo el Plan de San Luis Potosí, con las adiciones que a
continuación se expresa, en beneficio de los pueblos oprimidos, y se hará
defensora de los principios que defiende hasta vencer o morir.
5.° La Junta Revolucionaria del Estado de Morelos, no admitirá transacciones ni
componendas políticas hasta no conseguir el derrocamiento de los elementos
dictatoriales de Porfirio Díaz y Don. Francisco I. Madero; pues la Nación está
cansada de hombres falaces y traidores que hacen promesas como libertadores
pero que, al llegar al poder, se olvidan de ellas y se constituyen en tiranos.

6.° Como parte adicional del Plan que invocamos hacemos constar: que los
terrenos, montes y aguas que hayan usurpado los hacendados, científicos o
caciques a la sombra de la tiranía y de la justicia venal entrarán en posesión de
estos bienes inmuebles desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus
títulos correspondientes de esas propiedades, de las cuales han sido despojados,
por la mala fe de nuestros opresores, manteniendo a todo trance, con las armas
en la mano, la mencionada posesión y los usurpadores que se crean con derecho
a ellos, lo deducirán ante tribunales especiales que se establezcan al triunfo de la
Revolución.

7.°. En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y ciudadanos mexicanos


no son más dueños que del terreno que pisan sufriendo los horrores de la miseria
sin poder mejorar en nada su condición social ni poder dedicarse a la industria o a
la agricultura por estar monopolizados en unas cuantas manos las tierras, montes
y aguas, por esta causa se expropiarán, previa indemnización de la tercera parte
de esos monopolios a los poderosos propietarios de ellas, a fin de que los pueblos
y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos, o
campos de sembradura o de labor, y se mejore en todo y para todo la falta de
prosperidad y bienestar de los mexicanos

8.° Los hacendados, científicos o caciques que se opongan directa o


indirectamente al presente Plan, se nacionalizarán sus bienes y las dos terceras
partes que a ellos les correspondan, se destinarán para indemnizaciones de
guerra, pensiones de viudas y huérfanos de las víctimas que sucumban en la
lucha por presente Plan.

9.° Para ejecutar los procedimientos respecto a los bienes antes mencionados, se
aplicarán leyes de desamortización según convenga; pues de norma y ejemplo
pueden servir las puestas en vigor por el inmortal Juárez, a los bienes
eclesiásticos que escarmentaron a los déspotas y conservadores, que en todo
tiempo han pretendido imponernos el yugo ignominioso de la opresión y del
retroceso.

10.° Los jefes Militares Insurgentes de la República; que se levantaron con las
armas en la mano a la voz de Don. Francisco I. Madero, para defender el Plan de
San Luis Potosí, y que ahora se opongan con fuerza armada al presente Plan, se
juzgarán traidores a la causa que defendieron y a la Patria, puesto que en la
actualidad muchos de ellos, por complacer a los tiranos, por un puñado de
monedas, o por cohecho, o soborno están derramando la sangre de sus hermanos
que reclaman el cumplimiento de las promesas que hizo a la Nación Don.
Francisco I. Madero.

11.° Los gastos de guerra serán tomados conforme a lo que prescribe el Artículo
XI del Plan de San Luis Potosí, y todos los procedimientos empleados en la
Revolución que emprendemos, serán conformes a las instrucciones que determina
el mencionado Plan.

12.° Una vez triunfada la Revolución que hemos llevado a la vía de la realidad,
una Junta de los principales jefes revolucionarios de los distintos Estados,
nombrará o designará un presidente interino de la República, quien convocará a
elecciones para la nueva formación del Congreso de la Unión, y este a la vez
convocará a elecciones para la organización de los demás poderes federales.
13.° Los principales Jefes Revolucionarios de cada Estado, en Junta, designarán
al Gobernador Provisional del Estado a que corresponden, y este elevado
funcionario convocará a elecciones para la debida organización de los Poderes
públicos, con el objeto de evitar consignas forzosas que labran la desdicha de los
pueblos, como la tan conocida de Ambrosio Figueroa en el Estado de Morelos, y
otros que nos conducen al precipicio de conflictos sangrientos sostenidos por el
capricho del dictador Madero y el círculo de científicos y hacendados que los han
sugestionado.

14.° Si el presidente Madero y otros elementos dictatoriales, del actual y antiguo


régimen, desean evitar inmensas desgracias que afligen a la Patria, que hagan
inmediata renuncia del puesto que ocupan, y con eso en algo restañarán las
grandes heridas que han abierto al seno de la Patria; pues que, de no hacerlo así,
sobre sus cabezas caerá la sangre derramada de nuestros hermanos.

15.° Mexicanos: considerad que la astucia y la mala fe de un hombre está


derramando sangre de una manera escandalosa por ser incapaz para gobernar,
considerado que su sistema de gobierno está aherrojando a la Patria y
aherrojando con la fuerza bruta de las bayonetas, nuestras instituciones; y así
como nuestras armas las levantamos para elevarlo al Poder ahora las volveremos
contra él por haber faltado a sus compromisos con el pueblo mexicano y haber
traicionado la revolución; no somos personalistas, somos partidarios de los
principios y no de los hombres. Pueblo Mexicano: Apoyad con las armas en la
mano este Plan, y haréis la prosperidad y bienestar de la Patria.

Reforma, Libertad, Justicia y Ley. Ayala, noviembre 28 de 1911.


GENERALES. - Emiliano Zapata, José T. Ruiz, Otilio E. Montaño, Francisco
Mendoza, Jesús Morales, Eufemio Zapata, Próculo Capistran. - CORONELES:
Agustín Cázares, Rafael Sánchez, Cristóbal Domínguez, Santiago Aguilar,
Feliciano Domínguez, Fermín Omaña, Pedro Salazar, Gonzalo Aldape, Jesús
Sánchez, Felipe Vaquero, Clotilde Sosa, José Ortega, Julio Tapia, N. Vergara, A.
Salazar. Teniente coronel- Alfonso Morales. - CAPITANES- Manuel Hernández H.,
José Pineda, Ambrosio López, Apolinar Adorno, José Villanueva, Porfirio Cazares,
Antonio Gutiérrez, Pedro Vúelna, O. Nero, C. Vergara, A. Pérez, S. Rivera, M.
Camacho, T. Galindo, L. Franco, J. M. Carrillo, S. Guevara, A. Ortiz, J. Escamilla,
J. Estudillo, F. Galarza, F. Caspeta, P. Campos y Teniente A. Blumenkron. 6

Al término de la Revolución Maderista, se dio la ruptura entre el presidente de la


República, don Francisco I. Madero, y el caudillo suriano, Emiliano Zapata,
motivada por las exigencias de este último, para que el gobierno acelerara la
reforma agraria. Madero argumentó que esto se realizaría, pero conforme a la ley,
lo que llevaría un poco de tiempo.

La postura del mandatario irritó a Zapata, quien consideró que el gobierno


se había unido a las autoridades del viejo régimen y traicionado a la revolución.
Por lo anterior, se proclamó el Plan de Ayala, el 28 de noviembre de 1911, en
Ayala, Mor.; dicho documento, desconocía a las autoridades, las acusaba de
haber traicionado a la revolución, invitando a derribar al gobierno, y nombraba a
Pascual Orozco como jefe del zapatismo. Su artículo 6º resumía la esencia de la
lucha zapatista; decía textualmente:

“Como parte adicional del plan que invocamos, hacemos constar: que los
terrenos, montes y aguas, que hayan usurpado los hacendados, científicos o
caciques, a la sombra de la tiranía y de la justicia venal, entrarán en posesión de
estos bienes inmuebles, desde luego, los pueblos o ciudadanos que tengan sus
títulos de esas propiedades, de las cuales han sido despojados, manteniendo a
todo trance, con las armas en la mano, la mencionada posesión, y los usurpadores
que se consideren con derecho a ellos, lo deducirán ante tribunales especiales”.

Como consecuencia, el zapatismo tomó fuerza y continuó la lucha, ahora


contra el gobierno maderista. Posteriormente, continuó en rebeldía contra el
6
PLAN DE AYALA. (s. f.). Recuperado 18 de mayo de 2020, de
http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/CH8.pdf
gobierno presidido por Venustiano Carranza. Sin embargo, los principios de este
documento, fueron retomados por el Congreso Constituyente de 1916, que los
elevó a nivel constitucional, en la Carta Magna de 1917.

La contribución del Plan de Ayala y de los campesinos del estado de


Morelos, a la revolución, fue amplia, ya que lograron que las aspiraciones de
millones de mexicanos quedaran plasmadas en nuestra Carta Magna. 7

6.3.4 Plan de Guadalupe.

El Plan de Guadalupe fue redactado y firmado el 26 de marzo de 1913 en la


Hacienda de Guadalupe y el 31 del mismo mes fue promulgada en Eagle Pass,
Estados Unidos. Fue discutido y aprobado por los jefes y oficiales un plan
legalista, el cual buscaba restablecer el orden constitucional; obteniendo como
consecuencia un llamado patriótico a todas las clases sociales. 1

La usurpación de Victoriano Huerta en la presidencia de la República


motivó, en buena medida, la negativa de los líderes revolucionarios a deponer las
armas, al tiempo de propiciar la formación de otros grupos armados.

Se reunieron 70 jefes y oficiales constitucionalistas representantes de todo


el país, deseosos de continuar la Revolución y lograr cambios en lo políticos,
económicos y sociales entre ellos estaban: los Tenientes Coroneles Cesáreo
Castro, Juan B. Treviño y Lucio blanco, los Tenientes Lucio Dávila, Juan Dávila,
Andrés Saucedo, los Mayores Luís Gutiérrez, Daniel Ríos Zertuche y Juan
Castro.2

El objetivo del plan era principalmente político, enfocándose en restablecer


el orden constitucional.

Debido a que Victoriano Huerta durante la llamada Decena Trágica, en


febrero de 1913, trajo como consecuencia que fueran depuestos y asesinados el
presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez.
7
Secretaría de la Defensa Nacional. (s. f.). Plan de Ayala (20 de noviembre de 1911). Recuperado 18 de mayo
de 2020, de http://www.archivohistorico2010.sedena.gob.mx/fichashistoricas/plan-de-ayala
Posteriormente el 20 de febrero de 1913, el General Victoriano Huerta envió un
telegrama a cada gobernador del país para notificar que el Senado de la
República le autorizó asumir el Poder Ejecutivo, y que tanto el presidente
Francisco I. Madero, como el vicepresidente Pino Suárez se encontraban presos.
Finalmente, el día 22 del mismo mes llegó la noticia de que ambos habían muerto.
Con esto preliminar los hechos favorecieron a Victoriano Huerta, para asumir la
presidencia plagada de irregularidades, misma que fue aceptada por el gobierno
legislativo, judicial, y por algunos Gobiernos Estatales. 3

1
https://www.cultura.gob.mx/centenario-ejercito/plan_guadalupe.php Rescatado el 26/05/2020
2
https://constitucion1917.gob.mx/es/Constitucion1917/10_julio_CH Rescatado el 26/05/2020
3
https://www.cultura.gob.mx/centenario-constitucion/?numero=298 Rescatado el 26/05/2020

El Plan de Guadalupe constó de siete artículos, entre ellos se mencionaba


el desconocimiento de Huerta como primer mandatario; el desconocimiento del
Poder Legislativo y Judicial, así como de los gobiernos de los estados alineados
con la administración huertista.

En el artículo 5 del documento se menciona la ocupación de la Ciudad de


México, sede de los Tres Poderes de la Unión, por parte del Ejército
Constitucionalista y la designación del mismo Carranza como encargado del Poder
Ejecutivo Federal, de manera interina, para efectos de convocar a nuevas
elecciones.

La deposición de Huerta se logró en 1914, pero ello no contribuyó al cese


de las hostilidades entre los diferentes grupos revolucionarios. La organización de
la Convención de Aguascalientes, formada por diversos altos mandos militares y
su ruptura con el Ejército Constitucionalista de Carranza, desatarían la siguiente
etapa de la lucha armada entre estas facciones, la cual finalizaría hasta el año de
1916.

Las reformas o adiciones al Plan de Guadalupe, llevadas a cabo en el año


de 1914, permitirían a la postre la convocatoria para la integración de un nuevo
Congreso Constituyente y la eventual promulgación de nuestra Carta Magna
4
López Ulloa, José Luis, “La revolución rechazada”, en, Noésis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, vol. 20, núm.
39, 2011. Universidad Autónoma de Ciudad Juárez Ciudad Juárez México. Pp. 61
5
 El Pacto de la Ciudadela o de la Embajada, fue el acuerdo que firmaron el general Victoriano Huerta, el general Félix Díaz
y el embajador de Estados Unidos en México Henry Lane Wilson, para derrocar al gobierno de Madero.
6
Plan de Guadalupe, disponible en https://bit.ly/2dMXBHr, consultado el día 25-03-2020.

vigente; acaso el producto más trascendental de las diferentes fases del


movimiento armado.

6.3.5 OTROS PLANES POLÍTICOS REVOLUCIONARIOS.

1. PLAN O PACTO DE TORREÓN


En la ciudad de Torreón, Estado de Coahuila de Zaragoza, a las diez de la
mañana del día cuatro de julio de mil novecientos catorce, a iniciativa de los
ciudadanos jefes de la División del Norte, se reunieron en la parte alta del edificio
del Banco de Coahuila, situado en las calles de Zamora, número cuatrocientos
veintitrés, los señores general José Isabel Robles, doctor Miguel Silva, ingeniero
Manuel Bonilla y coronel Roque González Garza, los tres primeros, delegados de
la División del Norte, y el último, como secretario de estos señores delegados, y
los señores generales Antonio I. Villarreal, Cesáreo Castro y Luis Caballero, como
representantes de la División del Noreste, siendo secretario de ellos el señor
Ernesto Meade Fierro, con el objeto de zanjar las dificultades surgidas entre los
jefes de la División del Norte y el ciudadano Primer Jefe del Ejército
Constitucionalista. Revisadas las credenciales extendidas por los ciudadanos
generales de las dos mencionadas Divisiones, se procedió a elegir desde luego un
presidente, habiendo resultado electo el doctor Miguel Silva..

Abiertos los debates, y después de haber exhortado el presidente de la


asamblea a los señores delegados para que en todas sus resoluciones sólo
mirasen por el bien de la Patria, el señor ingeniero don Manuel Bonilla interrogó a
los señores representantes de la División del Noreste para que explicaran cuáles
eran sus facultades y si venían con la aquiescencia del señor Carranza.
El señor general Antonio I. Villarreal contestó que, según se podía ver por
las credenciales exhibidas, solamente venían en representación de los ciudadanos
jefes de la División del Noreste. Acorde después de que los señores secretarios,
durante las discusiones, tuvieran voz informativa.
Acto continuo hizo uso de la palabra el señor ingeniero Manuel Bonilla,
manifestando que la División del Norte no ha desconocido ni desconocerá al C.
Venustiano Carranza como Primer jefe del Ejército Constitucionalista; que dicha
División sólo desea que el jefe supremo ejerza su autoridad justificadamente y sin
poner obstáculo alguno a las operaciones militares.

El ciudadano delegado José Isabel Robles apoyó lo asentado anteriormente


por el ingeniero Bonilla, agregando que era conveniente que el ciudadano general
Francisco Villa continuara como jefe de la División del Norte.

Como resultado de esta discusión tomándose los acuerdos siguientes:

Primero: La División del Norte reconoce como Primer Jefe del Ejercito
Constitucionalista al señor don Venustiano Carranza y solemnemente le reitera su
adhesión.

Segundo: El señor general don Francisco Villa continuará como jefe de la División
del Norte.

Reunidos los señores delegados a la hora antes mencionada, el presidente


preguntó a la asamblea si no había inconveniente en poner a discusión este punto:
Que a la División del Norte se le suministre todo lo necesario para continuar sin
entorpecimiento alguno sus operaciones militares. Después de una amplia
discusión, y no habiendo llegado a ningún acuerdo, se suspendió la sesión para
continuarla al día siguiente.
Reunidos a las diez de la mañana, desde luego continuó discutiéndose la
proposición de que se hace mérito. Habiendo tomado parte en la discusión todos
los señores delegados, se llegó a este acuerdo, el cual fue aprobado por
unanimidad de votos: Las Divisiones del Ejército Constitucionalista recibirán de la
Primera Jefatura todos los elementos que necesiten para la pronta y buena
marcha de las operaciones militares, dejando a la iniciativa de sus respectivos
jefes libertad de acción en el orden administrativo y militar cuando las
circunstancias así lo exijan; pero quedando obligados a dar cuenta de sus actos
con la debida oportunidad para su ratificación o rectificación por parte de la
Primera Jefatura.

Con esto terminó la sesión de la mañana del día cinco de julio, habiéndose
convocado para continuarla al día siguiente, a las diez A.M. se abrió la sesión. Los
señores delegados de la División del Norte, en concreto, hicieron la siguiente
proposición: Que el ciudadano Primer jefe del Ejército Constitucionalista nombre
un gabinete responsable, es decir, ministros con plena autoridad, indicados por los
gobernadores, para el manejo de los negocios.

Los señores delegados de la División del Noreste hicieron varias objeciones


a la proposición anterior, alegando entre otras cosas, la libertad constitucional que
tiene el Ejecutivo de la República para designar a sus ministros. Por las razones
que se expusieron, los señores representantes de la División del Norte modificaron
su proposición, presentándola en este sentido:

Las Divisiones del Norte y Noreste se permiten presentar a la consideración


del ciudadano Primer Jefe la siguiente lista de personas, entre las cuales estima
que podrían designarse algunas para integrar la junta Consultiva de Gobierno:
señores Fernando Iglesias Calderón, licenciado Luis Cabrera, general Antonio I.
Villarreal, doctor Miguel Silva, ingeniero Manuel Bonilla, ingeniero Alberto Pani,
general Eduardo Hay, general Ignacio L. Pesqueira, licenciado Miguel Díaz
Lombardo, licenciado José Vasconcelos, licenciado Miguel Alessio Robles y
licenciado Federico González Garza. Los señores Villarreal, Bonilla y Silva
suplicaron atentamente fueran retirados sus nombres de la lista anterior, haciendo
presentes diversos motivos.

Los demás señores delegados expusieron que habiendo sido los ciudadanos
generales de la División del Norte, y no los interesados mismos, los que habían
indicado sus nombres, no se podía acceder a su solicitud. Por tal motivo, la lista
de candidatos para integrar el Gabinete del ciudadano Primer jefe del Ejército
Constitucionalista quedó aprobada.

A continuación se pasó a discutir las siguientes reformas al Plan de


Guadalupe, propuestas por los delegados de la División del Norte.

Que se reforme el Plan de Guadalupe en sus cláusulas sexta y séptima.

Al ser discutida la primera cláusula se expusieron por los señores delegados


varias consideraciones de orden constitucional, militar y político, habiéndose
llegado a un acuerdo.

Al tomar posesión el ciudadano Primer Jefe del Ejército Constitucionalista,


conforme al Plan de Guadalupe, el cargo de Presidente Interino de la República,
convocará a una Convención que tendrá por objeto discutir y fijar la fecha en que
se verifiquen las elecciones, el programa de gobierno que deberán poner en
práctica los funcionarios que resulten electos y los demás asuntos de interés
general.

La Convención quedará integrada por delegados del Ejército


Constitucionalista nombrados en junta de jefes militares, a razón de un delegado
por cada mil hombres de tropa. Cada delegado a la Convención acreditará su
carácter por medio de una credencial, que será visada por el jefe de la División
respectiva.
Levantase la sesión, citándose para reanudarla a las cuatro de la tarde, hora
en que dio principio con la lectura de la proposición que en seguida se cita,
presentada por los señores delegados de la División del Norte: "El Conflicto de
Sonora debe ser resuelto por el Primer Jefe sin que se viole la soberanía del
Estado y respetando la persona del gobernador constitucional, C. José Maytorena"
Habiéndola discutido de una manera detenida y amplia por todos los señores
delegados, fue aprobada por unanimidad de votos.

Con lo anterior, los señores delegados de la División del Norte dieron por
terminadas las conferencias, habiendo aprobado por unanimidad de votos las
cláusulas que se consignan en la presente acta, la cual se levantó por
cuadruplicado y firmaron de conformidad en unión de los señores secretarios.

2. PLAN DE MILPA ALTA.


Los que suscribieron, antiguos revolucionarios del Sur, proclamaron el 6 de
agosto de 1919 al pueblo mexicano el siguiente Plan Revolucionario:

Primero. Se declara en vigor la Constitución Política de 1857, con las reformas que en su
caso se le haga de acuerdo con lo que ella misma dispone.

Segundo. Se restituyen o se reivindican a las personas o comunidades civiles las


propiedades de que hayan sido despojadas durante las administraciones pasadas.

Tercero.- Se declara la expropiación por causa de utilidad pública mediante su


indemnización.

Cuarto.- Se declara el funcionamiento de las tierras expropiadas, en lotes o parcelas que


se adjudicarán a los labradores y a los C. C. que pretendan dedicarse a la agricultura.

Quinto.- La superficie de los lotes o parcelas será tal, que satisfaga ampliamente las
necesidades de una familia.

Sexto.- La adjudicación en propiedad de los lotes o parcelas de tierras se hará gratuita a


los que tomen las armas para defender este Plan.

Séptimo.- Los lotes o parcelas de tierras que se cultiven devengarán al Fisco el tanto al
millar al año de contribución predial que señala el Gobierno, y causará un recargo de setenta y
cinco al millar las parcelas que dejen de cultivarse.

Octavo.- Los lotes o parcelas de tierras que el Gobierno adjudique no podrán arrendarse,
gravarse o venderse antes de cincuenta años de la fecha de su adjudicación.

Noveno.- La colonización extranjera se hará de preferencia y a base de establecer una


colonia, pero formada por colonos de la raza más adelantada en la agricultura.

Décimo.- Se declaran aprovechables las aguas utilizadas y utilizables para la irrigación de


las tierras de la República, mediante la indemnización respectiva por las aguas de propiedad
particular.

Décimo primero.- A los lotes o parcelas de propiedad de los que tomen las armas en
defensa del presente Plan.

Décimo segundo.- Que el Gobierno que emane de la Revolución, por los medios que
juzgue más ventajosos para el país, establezca un Banco Agrícola Nacional.

Décimo tercero.- Que se busque y se lleve a la práctica de una manera efectiva el


mejoramiento del obrero.

Décimo cuarto.- Que al triunfo de la Revolución, se reunirán los principales jefes


revolucionarios de la República, para designar al Presidente Provisional de la Nación y a los
Magistrados Provisionales de la Suprema Corte de Justicia del país.

Décimo quinto.- Los Gobernadores de los Estados serán designados por el Presidente
Provisional de la República.

Décimo sexto.- El Presidente Provisional de la República y los Gobernadores


Provisionales de los Estados convocarán, dentro de los tres primeros meses de su gobierno, a
elecciones para Diputados y Senadores al Congreso de la Unión y Congresos Locales de los
Estados, respectivamente.

Décimo séptimo.- Dentro de los tres primeros meses de estar en ejercicio el Congreso de
la Unión, y a iniciativa del C. Presidente Provisional de la República, aquél hará las reformas a la
Constitución de 1857, para dar cabida en ella a los principios que proclama la Revolución.

Décimo octavo.- A los seis meses de estar en funciones el Presidente Provisional de la


República y los Gobernadores Provisionales de los Estados, éstos convocarán inmediatamente a
elecciones.

Décimo noveno.- Los que suscribimos el presente Plan nos comprometemos bajo
juramento a luchar hasta vencer o morir por los ideales del Plan aludido.

3. PLAN DE AGUA PRIETA.

El 30 de noviembre de 1920 Venustiano Carranza habría terminado su


periodo presidencial. Sin embargo, ese año la confrontación política por la
sucesión presidencial creció hasta que un grupo mayoritario de generales
desconoció al gobierno en abril de 1920. La rebelión, encabezada por Plutarco
Elías Calles, Álvaro Obregón y Adolfo de la Huerta, triunfó en mayo después de
que el presidente abandonara la capital con todo su gabinete, y fuese asesinado
en su marcha hacia Veracruz el 21 de mayo. Precisamente en Tlaxcalaltongo,
Puebla.

4. PLAN O TRATADOS DE BUCARELI.

En 1920, las relaciones entre México y los Estados Unidos eran tensan
porque el gobierno de Obregón no era reconocido por el de Estados Unidos, que
exigía la derogación de algunos artículos de la Constitución de 1917, entre ellos el
27, por lesionar sus intereses económicos.

Para Obregón el reconocimiento de su gobierno era prioritario porque


restaría fuerza a sus enemigos internos, que también buscaban el apoyo de los
norteamericanos.

Aunque todavía subsistía la influencia nacionalista de Carranza quien


pretendía romper toda dependencia económica con el extranjero, Obregón, menos
radical, creía que las inversiones extranjeras eran necesarias para reconstruir la
economía del país. Estados Unidos condicionó el reconocimiento a su gobierno a
la firma de un tratado que garantizara los derechos de propiedad de los
estadounidenses radicados en México.

En 1921, Obregón recibió un proyecto de tratado “de amistad y comercio”,


en el que Estados Unidos se pronunciaba en contra de la nacionalización de los
bienes de sus ciudadanos, de la aplicación retroactiva del decreto del 6 de enero
de 1915, instrumentado por Carranza en el cual se reconocía la propiedad
comunal mediante la restitución y dotación de tierras a los grupos indígenas y
particularmente, en contra de la Constitución de 1917.

Obregón reiteró que respetaría los derechos adquiridos por los


estadounidenses pero no aceptó el proyecto porque “hay temas que sólo el poder
judicial puede resolver”. Las condiciones eran: especificar en el contenido del
artículo 27 constitucional la situación legal en la que quedan la industria petrolera y
las propiedades agrícolas de los extranjeros; reanudar el pago de la deuda externa
-suspendida por Carranza-; y pagar compensaciones a los extranjeros por daños a
sus personas o propiedades que hubieran sufrido durante la revolución..

Dado que Obregón se había mantenido en el gobierno sin el reconocimiento


estadounidense y la imagen negativa que causaba el no reconocimiento, los
estadounidenses buscaron negociar. El 15 de mayo de 1923, los delegados de
México -Fernando González Roa y Ramón Ross- y de Estados Unidos –Charles
Warren y John H. Payne-, acuerdan la firma de dos tratados y un pacto
extraoficial, relativos a la creación de una Convención Especial de Reclamaciones
para atender las hechas por los norteamericanos por pérdidas y daños por actos
revolucionarios entre 1910 y 1920; la creación de una Convención General de
Reclamaciones para ajustar las hechas por ciudadanos de los dos países desde
1868; el pacto se relaciona con la reglamentación del artículo 27 de la
Constitución, la indemnización por tierras expropiadas a norteamericanos para la
restitución y dotación de ejidos y la protección de las inversiones petroleras
norteamericanas hechas antes de la Constitución de 1917. Se acuerda el pago en
efectivo para las indemnizaciones y se reconocen derechos y concesiones
otorgados antes de 1917 a propietarios norteamericanos para que puedan seguir
explotando petróleo.

El 31 de agosto, el gobierno norteamericano reconoció oficialmente el


gobierno de Obregón, pero los llamados Tratados de Bucareli desencadenarán
una leyenda negra porque las minutas o actas de las conversaciones sobre
propiedad del subsuelo, reforma agraria, petróleo, propiedad de extranjeros en las
costas mexicanas, derechos religiosos y demás temas preocupantes para los
inversionistas norteamericanos, no tendrán validez formal y quedarán en calidad
de un “acuerdo de caballeros”, que aparentemente compromete sólo a Obregón,
pero no a sus sucesores.

El 27 de noviembre siguiente, el Senado aprobará con dos tercios de los


votos la Convención Especial de Reclamaciones, y a principios de febrero de 1924
la Convención General de Reclamaciones con 28 votos contra 14.

PLAN VASCONCELISTA.
El plan estableció un ministerio con atribuciones en todo el país y dividido
para su funcionamiento en tres grandes departamentos que abarcan todos los
institutos de cultura; a saber: escuelas, bibliotecas, bellas artes. Bajo el grupo de
escuela se comprende toda la enseñanza científica y técnica en sus distintas
ramas, tanto teóricas como prácticas. La creación del departamento especial de
bibliotecas era una necesidad permanente, porque el país vive sin servicio de
lectura y sólo el Estado puede crearlos y mantenerlo como un complemento de la
escuela: la escuela del adulto y también del joven que no puede inscribirse en la
secundaria y la profesional. El departamento de bellas artes tomó su cargo,
partiendo de la enseñanza del canto, el dibujo y la gimnasia en las escuelas, todos
los institutos de cultura artística superior, tal como la Antigua Academia de Bellas
Artes, el Museo Nacional y los Conservatorios de música. También desde la
escuela primaria operan juntos los tres departamentos encargados cada uno de su
función: las ciencias enseñadas por la escuela propiamente dicha, la gimnasia, el
canto, y el dibujo a cargo de especialistas y no del mismo maestro normal, y la
biblioteca al servicio de todos, en diversos departamentos: infantil, técnico,
literario, etc.
El secretario de instrucción pública José Vasconcelos, dividió el trabajo
entre departamentos fundamentales, de los que procede todo lo demás, desde la
primaria a la universidad. Sujetándose a este triple plan se construyeron las
nuevas escuelas, bibliotecas, el estadio para deportes y los coros en el centro y
los salones de clases y talleres en departamentos laterales.

Como departamentos auxiliares y provisionales estableció también el de


enseñanza indígena, a cargo de maestros que imitarían la acción de los
misioneros católicos en la colonia entre los indios que todavía no conocen el
idioma castellano, y un departamento de des alfabetización,  que debía actuar en
los lugares de población densa de habla castellana.

El ministro José Vasconcelos tuvo el respaldo económico del presidente


Obregón, el doble y triple de los años anteriores. Su mayor interés fue la campaña
contra el analfabetismo que dio apertura 5000 escuelas incorporó 9000 maestros
en el sistema de enseñanza, se matriculó más de 1 millón de alumnos en un
sistema que antes no recibía ni 500,000.8

PLAN ESCOBARISTA

En diversas partes de la República estallan rebeliones en contra del


gobierno de Emilio Portes Gil, acaudilladas por Gonzalo Escobar, Francisco R.
Manzo y Jesús Aguirre.

Escobar encabezó un movimiento al que llamó “Renovador”, para darlo a


conocer emitió un manifiesto y un plan en Hermosillo, Sonora. Escobar tomó las
plazas de Monterrey, Veracruz, Torreón y otras en los estados de Chihuahua,

8
https://www.redalyc.org/pdf/869/86900707.pdf rescatado el 27/05/2020
Sinaloa y Sonora. A su movimiento se le conoce como “Rebelión Escobarista” que
fracasó derrotado por Calles.

Por una parte, en la Proclama a "Todos los campesinos del País", Escobar,
señala su propósito de exigir respeto a las organizaciones campesinas y obreras
del país; que defenderá las dotaciones y restituciones de ejidos; fomentará la
colonización en las regiones en que la colonia agrícola sea preferible al ejido y
fomentará igualmente la cooperación y el crédito agrícola.

Por otra parte, en Hermosillo Sonora, Francisco R Manzo, proclama este


mismo día, un plan en el que, denuncia que: “Pasiones bastardas, ambiciones
desenfrenadas, imposturas delictuosas y cínicas, concupiscencias criminales y
actuaciones sistemáticas de farsa y de comedia, han hecho del Gobierno y de las
Instituciones una escuela de mercantilismo y de corrupción y de bajezas, […] El
majestuoso recinto de los Poderes Públicos se ha convertido en mercado vulgar
en donde se cotiza todo, desde la moral y la ley escrita, hasta el honor y la
dignidad del ciudadano y el sentir, el pesar y el querer del pueblo. Manzo señala
como fuente de la corrupción a Plutarco Elías Calles. Dice que desconoce a Emilio
Portes Gil la investidura de Presidente Provisional: cesan en el desempeño los
funcionarios de los poderes legislativo y judicial así como los del ejecutivo en los
Estados que, en forma directa o indirecta, combatan u hostilicen el movimiento del
Ejército Renovador de la Revolución, cuyo jefe hará las designaciones de
gobernadores provisionales y jefes de operaciones en tanto no se establezca en el
país el régimen constitucional.

En este plan, se reconoce como jefe Supremo de este movimiento y del


Ejército Renovador de la Revolución al general de División José Gonzalo Escobar,
con facultades para dirigir la campaña militar en el país y para dictar todas
aquellas medidas que en el orden militar reclame el triunfo del movimiento y los
intereses de la Nación.

Dice, además, que “se ha agotado toda la esperanza de mejoría nacional,


mientras que Elías Calles siga dirigiendo sin ningún derecho la nave gubernativa
con esos fines aviesos […]; también acusa a Calles de haber traicionado a Álvaro
Obregón, a Flores, Gil, Villa, Serrano y al general Samaniego. “Abajo la
imposición. Queremos constituir un pueblo libre para pensar, para creer y para
obrar de acuerdo con nuestras leyes a costa de tantos sacrificios conquistados”.

El Plan de Hermosillo, expedido el 3 de marzo de 1929, atrajo a 17 mil


soldados, que durante la rebelión, saquearon fondos bancarios, destruyeron vías
férreas y propiedades gubernamentales. Los daños caudados fueron por más de
25 millones de pesos y hubo casi 2 mil muertos.

Al gobierno se le facilitó combatirlos porque siendo agrarista, se apoyó en


los agraristas que constituyeron las reservas del ejército ya reorganizado por
Joaquín Amaro. Manuel González Ramírez refiere: “En efecto, Portes Gil nos ha
dado a conocer la conversación que sostuvo con su ministro de la Guerra Plutarco
Elías Calles, en momentos de desaliento, cuando se sucedían las noticias de los
generales que íbanse rebelando y cuando había el temor de que se quedaran
solos. Dice el Presidente que entonces contestó que aun así, ganarían la pelea,
pues más de 400 mil agraristas le pedían armas para combatir a los rebeldes, a
favor de las instituciones. Desde luego en varias ciudades de Tamaulipas los
agraristas las guarnicionaban, mientras los soldados luchaban contra los alzados;
en el estado de Hidalgo el gobernador, Matías Rodríguez” contaba con 10 mil
agraristas armados y en San Luis Potosí, Cedillo con 15 mil.

6.4 CONGRESO CONSTITUYENTE Y A CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS


UNIDOS MEXICANOS

Las circunstancias políticas junto con las necesidades sociales y económicas


de finales del siglo XIX y de la primera década del siglo XX en nuestro país
determinaron tanto la actuación del Congreso Constituyente de 1916-1917 como
el contenido de nuestra Carta Magna. Dichas circunstancias fueron generando
diversos idearios y programas de diferentes grupos de la sociedad que, a pesar de
sus diferencias, coincidían tanto en un cambio fundamental en la organización y
renovación del gobierno como del sistema económico y social del país, así como
de la protección de los derechos individuales y sociales.

De 1900 a 1913, surgieron diferentes partidos políticos y personajes que


expusieron sus ideas y anhelos que reflejaban las aspiraciones de un verdadero
respeto a la Constitución de 1857, de un real sistema de mercado sin monopolios,
de la extinción de los latifundios, de una recuperación de los recursos naturales,
de una efectiva defensa de los derechos de los ciudadanos, así como de los
trabajadores y campesinos; de un verdadero federalismo y una renovación del
poder Ejecutivo, así como de una verdadera independencia de los poderes
Legislativo y Judicial; del fortalecimiento de la soberanía del Estado, y de
contrarrestar el empoderamiento que había tenido tanto el clero como el grupo
llamado de los científicos en la última fase del siglo XIX.

Esto fue plasmado en los siguientes documentos: programa y manifiesto del


Partido Liberal Mexicano del 1 de julio de 1906; programa y manifiesto del Club
Organizador del Partido Democrático del 20 de enero de 1908; programa y
manifiesto del Centro Antirreleccionista de México del 15 de junio de 1909;
programa del Partido Nacionalista Democrático del 22 de septiembre de 1909;
Plan de San Luis del 5 de octubre de 1910; Plan Político-Social del 18 de marzo
de 1911; Plan de Texcoco del 23 de agosto de 1911; Plan de Ayala del 28 de
noviembre de 1911; Plan de Santa Rosa del 2 de febrero de 1912, y el Plan de
Chihuahua del 25 de marzo de 1912.

A la llegada de Madero a la presidencia, además de la reforma constitucional


mediante la cual se estableció el principio de no reelección —7 de noviembre de
1911 promulgada el 28 del mismo mes y año—, se emitieron diversos decretos
que recogían algunas demandas sociales de Revolución; por ejemplo, en materia
agraria relacionada con el ejido, así como en materia de derechos laborales, el
acuerdo del 11 de enero de 1912 donde se aprobaron bases para el salario
mínimo, jornada de trabajo e indemnizaciones (Ferrer Mediolea, 1957, p. 19).
En diversos estados también se fue dando una serie de leyes y decretos, entre
los que destaca la Ley de Accidentes de Trabajo del 4 de enero de 1913 en
Coahuila, como una parte de la renovación legislativa que inició Carranza como
gobernador de dicho estado.

B. Convocatoria y elección al Congreso

A partir del 2 de febrero de 1916, fecha en la que se declaró Querétaro como


capital provisional de la República, el gobierno de Carranza tuvo que sortear
diversos problemas para llevar a cabo la convocatoria al Congreso Constituyente
de conformidad con el compromiso asumido en el decreto de adiciones al Plan de
Guadalupe.
En primer lugar, la instalación y puesta en marcha de los trabajos de las
diferentes dependencias que despachaban diversos asuntos entre Querétaro y la
Ciudad de México. Por otra parte, el problema de la “expedición punitiva”, en virtud
del asalto de Villa a Columbus; así como contrarrestar —tanto por la vía
diplomática como periodística— las voces que en los Estados Unidos de América
promovían una nueva invasión. Además, aunque cada vez menores, continuaban
los enfrentamientos con las huestes zapatistas.
Por lo anterior, se tuvo que realizar una fuerte campaña a favor de la
celebración del Congreso Constituyente, a fin de convencer a los sectores de la
población de la necesidad y los beneficios de celebrarlo.
Finalmente, el 19 de septiembre de 1916, Carranza expidió tanto la ley
electoral como el decreto mediante el cual se convocó a las elecciones de
diputados al Congreso Constituyente, de conformidad con las facultades
otorgadas por el Plan de Guadalupe, y el artículo 4º reformado de las adiciones a
dicho Plan.

ELECCIÓN DE DIPUTADOS

A partir de la convocatoria, se organizaron las elecciones en la mayor parte de


la República, en donde se habían determinado 244 distritos electorales, de los
cuales —según Ferrer— en 28 no pudieron llevarse a cabo por diversas causas.
De esta forma, fueron electos 212 propietarios y 204 suplentes correspondientes.
Los diputados que finalmente participaron en el Congreso fueron 190 propietarios
así como 28 suplentes.

La convocatoria se fue difundiendo por todo el país y diferentes grupos


políticos se fueron organizando, los antiguos partidos se reorganizaron y
numerosos nuevos partidos surgieron para participar. En los espacios de la prensa
afín al Primer Jefe se hacía propaganda a favor del Constituyente, y se daban a
conocer los requisitos para ser Diputado Constituyente (El Universal, 13 de
octubre de 1916, p. 1).

La jornada electoral se llevó a cabo el 22 de octubre de 1916 en relativa calma


y no pudieron llevarse a cabo elecciones en sólo en 28 distritos: “Distrito Sur de
Baja California; 3º y 4º de Chiapas; 1º, 3º a 6º de Chihuahua; 3º a 5º, 7º y 8º de
Guerrero; 4º y 6º de Hidalgo; 6º y 7º de México; 5º a 8º, 10º y 13 de Oaxaca; 4º de
Querétaro; 8º y 9º de San Luis Potosí; 1º de Veracruz, y 4º de Zacatecas” (Ferrer,
1957, p. 43).

DISCUSIÓN DE CREDENCIALES

Con fundamento en el artículo sexto de la convocatoria, la discusión de


credenciales se llevó a cabo durante dos momentos, previo a los trabajos del
Congreso mediante juntas preparatorias y durante el mismo por un colegio
electoral.
Llegado el día 20 de noviembre (Ferrer, 1957, pp. 45-46), no se pudo llevar a
cabo la primera junta preparatoria por falta de quórum, razón por la cual las juntas
preparatorias tuvieron que iniciar al día siguiente. Antonio Aguilar presidió la junta,
la cual fue interrumpida por miembros del Partido Liberal de Querétaro, en
supuesta representación del pueblo queretano. Después de varios discursos, se
integró la mesa directiva de las juntas preparatorias y se designó a Manuel Amaya
como presidente.
Dos comisiones llevaron a cabo los trabajos de las juntas: Dichas comisiones
actuaron durante 11 juntas preparatorias hasta el 30 del mismo mes, y aprobaron
un total de 182 credenciales iniciales.
Por otra parte, “se realizaron diez sesiones de Colegio Electoral, que se
efectuaron en los días 2, 5, 6, 11, 15 y 26 de diciembre, y 17 y 25 de enero —la
última, seis días antes de que el Congreso clausurara sus labores—, por lo cual se
acordó ya no aprobar más credenciales, puesto que aquellos diputados nada más
irían a firmar la nueva Constitución sin haberse tomado el trabajo de discutirla, y
no debían tener ese honor” (Ferrer, 1957, p. 49).

No en todos los casos ni para todas las personas operaron a rajatabla los
mismos criterios, sobre todo por la defensa que Carranza hizo en el caso de los
llamados “Renovadores”.
Cabe resaltar que la lucha de facciones empezó desde las juntas
preparatorias, entre los radicales o “jacobinos”, en su mayoría partidarios políticos
de Obregón, y los partidarios de Carranza.
Como ya se señaló, varios diputados fueron integrantes de la XXVI Legislatura,
por lo que el grupo “jacobino” vio la oportunidad de impugnar las credenciales de
dicho grupo Renovador. Sin embargo y a pesar de diversos debates,
permanecieron en el Congreso.
Finalmente, en la tarde del 30 de noviembre se eligió la mesa directiva del
Congreso, y se designó como su presidente a Luis Manuel Rojas. Una vez que los
miembros de la mesa y el resto de los Constituyentes protestaron su cargo, el
presidente Rojas declaró la instalación del Congreso.

LA SEDE: QUERÉTARO

La ciudad de Querétaro fue fundada en 1531 y desde sus inicios tuvo un


importante desarrollo económico y político en virtud de su ubicación geográfica. En
efecto, su cercanía con la Ciudad de México, así como su ubicación en el centro
del país, le permitió el citado desarrollo.
Diversos factores pudieron servir de base para que Carranza optara por esta
ciudad: como lo mencionan varios autores (Ramírez Álvarez, 2015, pp. 52, 55,
164), la cercanía con la Ciudad de México, su alejamiento de la zona zapatista, su
ubicación para la movilización hacia el norte, su desarrollo económico y su
significado histórico fueron circunstancias para que el Primer Jefe y sus asesores
determinaran la celebración del Constituyente en dicha ciudad.
En efecto, en el decreto del 2 de febrero de 1916 se establece que “para
organizar debidamente la administración pública, antes de que se restablezca el
orden constitucional, los poderes deben tener asiento en el lugar de la República,
donde los miembros que la integran puedan dedicarle el tiempo y esfuerzo que
ella reclama; la ciudad de Querétaro, a juicio de esta Primera Jefatura, reúne las
condiciones que para ello se requiere…”
El gobernador en turno era el general Federico Montes (carrancista) quien
mantuvo una paz relativa en la región, lo que permitió que la economía de la zona
no se viera significativamente afectada por el movimiento de lucha. El ejército
constitucionalista había pacificado la zona y ese proceso terminó mediante ley de
amnistía expedida. El gobernador Federico Montes realizó diversas adecuaciones
y llevó a cabo el remozamiento de la ciudad (Del Llano Ibáñez, 2006, p. 139). 6

Se seleccionó el Teatro Iturbide —donde se había juzgado y sentenciado a


Miramón, Mejía y Maximiliano— para la realización del Constituyente y se llevó a
cabo su restauración y adecuación para los trabajos del Congreso.

El 12 de marzo de 1917, la ciudad dejó de ser la capital provisional de la


República, y para 1921 el Diputado Constituyente Truchuelo, ahora gobernador
del estado de Querétaro, llevó a cabo diversas obras en la ciudad, como mejoras
al Teatro Iturbide, el cual se reinaguró el 5 de febrero de 1922 y cuyo nombre fue
sustituido por Teatro de la República (Ramírez Álvarez, 1981, p. 112).

EL PROYECTO DE CARRANZA

Al ser en “teoría” un proyecto de reformas a la Constitución de 1857, es


claro que debía seguir la misma estructura general de ese texto fundamental. A
continuación, se presentan de manera sintética las propuestas de reformas o
adiciones del proyecto presentado al Constituyente de 1916-1917 haciendo
referencia a los artículos correlativos de la carta de 1857.

PROPÓSITOS

Los objetivos de Carranza quedaron muy claros en el discurso que da en la


sesión inaugural del Congreso Constituyente, en donde refleja e incorpora las
diferentes ideas, principios y fines que había ido tejiendo a lo largo del periodo
preconstitucional y, desde luego, los principios de las Leyes de Reforma.
Así, mantiene la idea de restaurar el orden constitucional, no sin antes realizar
una fuerte crítica sobre la organización y estructura política establecida en la
Constitución de 1857. Señaló que tal situación había provocado el fortalecimiento
excesivo del Ejecutivo a efecto de contrarrestar el control que se había establecido
de él en aquel texto constitucional a favor del Legislativo, lo que era indispensable
remediar. Asimismo, señaló que la división de poderes se había quedado como un
mero principio, en virtud del dominio del Ejecutivo sobre el Legislativo y Judicial.
Dijo que el federalismo también se había quedado sin una materialización real
y que uno de los instrumentos sería el establecimiento del municipio y su
autonomía, no sólo administrativa, sino también económica.
Para que la Constitución no volviera a ser letra muerta, era necesario buscar
fortalecer la independencia del Poder Judicial y ajustar la figura del amparo —que
según él se había corrompido—, a efecto de lograr una protección efectiva de los
derechos individuales de los ciudadanos.
En relación con la economía, era necesario establecer un banco único de
emisión a efecto de dar certeza y estabilidad a la moneda.
También buscaba el fortalecimiento de la soberanía nacional, tanto por lo que
se refería a la propiedad de los recursos naturales como de los límites a los
extranjeros.
Buscaba el proyecto fortalecer el laicismo, así como limitar la adquisición de
inmuebles por parte de la Iglesia.

6.4.1 NACIMIENTO DEL DERECHO SOCIAL EN LA CONSTITUCIÓN DE 1917.


La Revolución francesa a la exaltación de la creencia en los derechos del
hombre, cuya ignorancia, olvido y desprecio serán considerados por el mismo
Preámbulo de la Declaración de Derechos de 1789, “les seules causes des
malheurs publics et de la corruption desgouvernements”. Ello conducirá a
proclamar estos derechos como la base misma de todo el edificio social. 9

El logro de los constituyentes de Querétaro, consistió en el hecho de que


la Carta de 1917 iba a asignar al poder político el papel básico de promotor
del progreso económico, de la justicia social y del desarrollo cultural. La doctrina
mexicana ha insistido en esta idea 10, que no es sino la que subyace bajo el
concepto del Estado social. En la misma dirección, García Ramírez, uno de los
más relevantes estudiosos mexicanos de este tema, ha escrito 11, que la nación
resolvió, entre otras cosas, constituirse como una república social; erigir un Estado
social de Derecho; conducir las relaciones humanas bajo la regla de la equidad;
reconocer a la nación el dominio original de aguas y tierras; moderar el
conflicto entre los actores sociales con la acción equilibradora de la ley y del
Estado; compensar con la “mano visible” del poder lo que a muchos habían
negado la “mano invisible” del azar o del mercado. Todo ello no era sino la
resultante obligada de quienes habían llevado a cabo la Revolución y ahora
procedían a hacer la Constitución.

6.4.2 LA ETAPA JUDICIAL Y EL NACIMIENTO DEL DERECHO LABORAL Y AGRARIO.

Nos centraremos al respecto en la tríada de preceptos que pueden


considerarse como paradigmáticos de esta nueva orientación social: a) el art. 5º,

9
https://18.202.214.111/rcg/article/view/30/77 Rescatado el 24/05/2020
10
La Constitución de 1917 –escribe Danton Rodríguez– aportó una nueva concepción de los fines del Estado. Es
una norma integradora y programática que da al Estado la responsabilidad fundamental en la promoción del
desarrollo integral de la colectividad”. Luis danton rodríguez, “Rectoría económica del Estado”, en la obra colectiva,
El constitucionalismo en las postrimerías del siglo XX. La Constitución mexicana 70 años después, op. cit., Tomo VI, pp.
447 y ss.; en concreto, pp. 447-448

11
Sergio García raMírez, “Raíz y horizonte de los derechos <sociales> en la Constitución mexicana”, pp. 35-36.
que reconoce la libertad de trabajo; b) el art. 27, que regula el régimen de la
propiedad de la tierra, y c) el art. 123, que contempla no sólo el derecho al trabajo,
sino también, en íntima conexión con el mismo, un amplísimo elenco de derechos
laborales.

A) La libertad de trabajo
I. El art. 5º del Proyecto de Constitución presentado por Carranza al
Congreso de Querétaro seguía de cerca el precepto equivalente de la Carta
federal de 1857, vinculándose a su vez estrechamente con la previsión del art. 4º,
que contemplaba la libertad de todo hombre de abrazar la profesión, industria o
trabajo que le acomode, siendo útil y honesto, y para aprovecharse de sus
productos, desarrollando tal precepto en alguno de sus puntos. Tras reiterar en su
párrafo primero la previsión de que nadie podía ser obligado a prestar trabajos
personales sin una justa retribución y sin su pleno consentimiento, en su párrafo
final disponía, que “el contrato de trabajo sólo obligará a prestar el servicio
convenido por un período que no exceda de un año, y no podrá extenderse en
ningún caso a la renuncia, pérdida o menoscabo de cualquiera de los derechos
políticos y civiles”. El texto, como ha puesto de relieve la mayoría de la doctrina 12,
aportaba muy poco a favor de la clase trabajadora. Era lógico por otra parte que
así fuera, por cuanto, como dice Moreno 13, los autores del Proyecto eran personas
formadas en la mentalidad individualista y burguesa del siglo XIX, por lo que de
ellas difícilmente podía esperarse un texto connotado por su sensibilidad
social. 14

B) El régimen constitucional de la propiedad de la tierra.

12
José Manuel lastra lastra, “Comentario al artículo 5º de la Constitución”, en la obra colectiva, Derechos del pueblo
mexicano. México a través de sus Constituciones, op. cit., Tomo II, pp. 9 y ss.; en concreto, p. 14

13
Daniel Moreno, El Congreso Constituyente de 1916-1917, México, D. F., Universidad Nacional Autónoma de
México, 1967, p. 30.

14
https://18.202.214.111/rcg/article/view/30/77
La cuestión realmente clave, la verdaderamente determinante de la
Revolución, tal y como ya se ha dicho, fue la cuestión de la tierra.
De lo que se trataba era de transitar de la gran propiedad, latifundista a la
pequeña, libertando al campesino de la esclavitud del gran hacendado. Esa
finalidad, como ya hemos tenido oportunidad de señalar, ya había sido buscada
por algunos textos legales, como la Ley de 6 de enero de 1915, pero la Carta
constitucional iba a entrar en el tema mucho más a fondo, pues, su art. 27 iba a
ser un completo estatuto agrario.

I. El trascendental principio de la propiedad originaria de la


tierra por parte de la Nación.

Sin duda, el primer párrafo del precepto es el que nos muestra con toda nitidez
la característica concepción de la propiedad que la Nación tiene, y va a tener a
partir de ese mismo momento, de su territorio, una concepción que Noriega, un
tanto exageradamente desde un plano dogmático general, aunque no tanto si se
refiere a la historia jurídica mexicana, cree que implica una verdadera revolución
en la historia de este concepto jurídico. Al margen ya de tal valoración del
concepto, de lo que no cabe duda es de que a este precepto, con evidente
razón, se le dado por la doctrina mexicana una trascendental importancia.

“La propiedad de las tierras y aguas comprendidas


dentro de los límites del territorio nacional, corresponde
originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el
derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares,
constituyendo la propiedad privada”.

Con esta previsión, el constituyente hacía suya la llamada teoría


patrimonialista, ya difundida desde antaño, que, en su esencia, lo que venía
a decir es que, con su acceso a la Independencia, la Nación mexicana se había
subrogado los derechos de propiedad absoluta que sobre esas tierras tuvo la
Corona española. De esta forma, la Nación asumía sobre sus tierras y sus aguas,
y más adelante también sobre el subsuelo, un derecho real de Derecho público, o
un derecho real institucional.

En el fondo, todo ello casa a la perfección con la visión del territorio como
uno de los elementos esenciales del Estado. Quiere todo ello decir, que la
propiedad de la tierra presupone un interés público, por lo que la Nación ejerce
sobre ella un dominio total. Justamente por este derecho originario de la Nación, la
propiedad privada no es algo que se pueda constituir por sí misma, sino que se
presenta como la resultante del derecho de la Nación a transmitir el dominio
de su propiedad a los particulares. Por tanto, sólo de la Nación dimana la
propiedad privada. Con ello se rompe abruptamente con la visión liberal clásica
que del derecho de propiedad se venía teniendo desde la Carta de 1857, que se
traducía en la primacía de la propiedad privada sobre los derechos generales de
la Nación.

Innecesario es decir, que si a la Nación correspondía la propiedad originaria


de su territorio, la Nación estaba facultada a través de sus poderes legítimos para
limitar drásticamente el latifundismo, fraccionando las grandes haciendas creadas
bajo el régimen de Porfirio Díaz. Por lo mismo, la Nación podía restituir sus
tierras a las comunidades campesinas, algo que éstas anhelaban desde
tiempo atrás. Quiere ello decir, que la fórmula acuñada por este primer párrafo no
sólo consagraba un principio de la mayor trascendencia teórica, que se vinculaba
estrechamente con el principio de la soberanía nacional, separándose a su vez de
modo frontal de la concepción tradicional de la propiedad, sino que tal
principio, lejos de limitarse a un plano teórico o abstracto, presentaba una
extraordinaria operatividad práctica, en cuanto que ofrecía una fórmula para
la resolución del gran problema del latifundismo agrario.

6.4.3 DESARROLLO POLÍTICO Y ELECTORAL DEL PAÍS.


Proceso de definición e instrumentación del marco legal electoral y de las
instituciones encargadas de vigilarlo comenzó con la propuesta de Francisco I.
Madero de instaurar la democracia en el país, a través de la libertad y del respeto
al voto. El triunfo de la revolución que destruyó al régimen dictatorial de Porfirio
Díaz estableció como precepto constitucional el sufragio efectivo, el voto directo y
la no reelección. Más tarde, el gobierno de Venustiano Carranza comenzó la
reorganización institucional del país sobre la base de municipios autónomos y
estados soberanos de una república federal y democrática. La constitución
aprobada en Querétaro en 1917 ratificó estos postulados y sentó las bases
jurídicas de un gobierno democrático y de un sistema federal, con división de
poderes y un régimen presidencial.

La consolidación de las instituciones del Estado posrevolucionario, así como de la


nueva legislación, tardó varias décadas en hacerse realidad, hasta que fue
debilitándose y sustituyéndose el poder de los caudillos. A este proceso
contribuyeron tanto la legislación como las instituciones electorales, los partidos
políticos y los ciudadanos.

En los años inmediatos al final de la Revolución, y durante la década de 1920,


hubo una proliferación de partidos políticos loca- les y una plural y amplia
competencia por el poder. La creación de un partido de Estado en 1929 inició un
proceso de centralización de la competencia política que fue provocando la
desaparición de la pluralidad y la alternancia en las elecciones, desde el municipal
hasta el federal. Sin embargo, éste fue un proceso que tardó en consolidarse.
Todavía en la década de 1930 se advierte una fuerte competencia política en el
nivel regional entre opciones distintas a las del partido oficial. De acuerdo con el
autor esa situación cam-bió notablemente a partir de 1945.

El país, como fue evidente hasta los comicios presidenciales de 1910, era un buen
ejemplo de régimen político personalista. Con tendencias autocráticas, un modelo
autoritario impuesto a las grandes mayorías de la población indígena y campesina.
México era ejemplo de un modelo de sistema político, donde el sufragio, el voto
popular, la libertad de elección, la equidad en la lucha por el poder público; es
decir, los principales símbolos de un régimen democrático, eran ficticios. La
legalidad y legitimación de las autoridades que gobernaban pueblos, ciudades y
estados eran muy distintos a lo estipulado hasta entonces por la teoría
democrática. El nepotismo y la autocracia dominaban las decisiones.
Pero vendría como cada determinado tiempo histórico, sin fatalismos y sin que la
mayoría social lo considerara posible, la revolución.
Sin duda, esa insurrección, ocurrida en noviembre de 1910, se puede explicar,
entre otras probadas variables, por el impacto político que produce la divisa
fundamental del movimiento revolucionario más exitoso en la historia política del
país, el maderismo: “Sufragio Efectivo-No Reelección”. La arenga propagandística
más célebre en la historia electoral mexicana.

Entre junio de 1910 y abril de 1917, en este país, en medio de balazos y formación
de caudillismos, se va reestructurando al Esta- do. En este breve periodo, lleno de
hechos violentos, se convoca paradójicamente a los ciudadanos a participar
pacíficamente en varias elecciones: cuatro veces a comicios federales para elegir
presidente y vicepresidente (se realizan tres, los de Porfirio Díaz, Francisco I.
Madero y Venustiano Carranza; y los de Huerta, elección extraordinaria que se
anula); cinco veces para elegir en elección federal la integración del Poder
Legislativo, uno de carácter constituyente; se realizan elecciones con candidatos
reales para elegir gobernador en los estados de Aguascalientes, Colima, Chiapas,
Guanajuato, Guerrero, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Ve-
racruz y Yucatán. En 1912, hay elecciones locales de municipios y legislaturas en
Durango, Morelos, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz,
Zacatecas, Tlaxcala, Hidalgo, Jalisco, Méxi- co y Puebla. Hasta en el gobierno
usurpador de Huerta se celebran elecciones para gobernador en el estado de
Tlaxcala.

En 1916 se convoca a elegir ayuntamientos en toda la República y a votar un


Congreso Constituyente. En una palabra, los procesos electorales recuperaron
muy pronto su incuestionable valor político y estructural para la conformación de
un nuevo régimen y marcan, hasta ahora, el sentido y dinámica del sistema
político mexicano. Desde 1917 a la fecha, nunca se han interrumpido de manera
general ni particular.

Como ya se sabe, inmediatamente después de aparecer La su- cesión


presidencial, Madero actuó con vistas a las elecciones presidenciales que se
realizarían el 26 de junio de 1910. La propuesta de Madero de abrir espacios a
través de los partidos políticos con- venció a una parte de los personajes más
importantes de la vida pública, por lo que se echó a andar el proyecto para
construir el Partido Antirreeleccionista.

La lucha por la presidencia de la República en 1910 trajo tres escenarios


novedosos en la historia político-electoral del país: a) por primera vez se hace una
campaña política de corte moderno que incluye, además, la aparición a nivel
nacional de las primeras fórmulas negativas de propaganda utilizadas contra los
adversarios de quienes están en el poder; b) participan diferentes antagonistas
que intentan obtener el poder a través de un partido político, y c) se propone, por
vez primera, un programa en defensa del voto público (Partido Antirreeleccionista).

El documento del Plan de San Luis me importa en la medida en que se reiteran


tres asuntos fundamentales para entender el nuevo modelo político que se está
exigiendo para México como república democrática: primero, el poder público no
puede tener otro origen ni otra base que la voluntad nacional y ésta no puede ser
supeditada a fórmulas llevadas a cabo de un modo fraudulento; segundo, el
pueblo mexicano está apto para las libertades democráticas, y ter- cero, mientras
ocurran las reformas constitucionales, el principio maderista del sufragio efectivo y
la no reelección es ley para todo el Poder Ejecutivo, sea éste federal, estatal o
municipal.

ceso revolucionario, cediendo y proponiendo una reforma electoral. Aprovecha


que el 1o de abril se hace la apertura del Congreso para que presente el informe
presidencial y anuncia una propuesta que parece desprenderse de una
comprensión tardía del movimiento encabezado por Madero. En su intervención
alude a ese movimiento y propone las medidas más desconcertantes: a) cambiar a
su gabinete para demostrar renovación del personal político; b) discutir el principio
de no-reelección de los funcionarios del Poder Ejecutivo que derivan del sufragio
popular; c) reformar la ley electoral para asegurar la participación electiva de los
ciudadanos; d) fraccionar las grandes propiedades rurales; e) garantizar la
independencia de los tribunales.51 El Ejecutivo aprovecha la oportunidad para
manifestar su absoluto acuerdo a reformar todo y pide que el Congreso inicie los
proyectos ya que contará con su decidido apoyo.

Bulnes presenta, después del informe presidencial el mismo 1° de abril, una


iniciativa en la Cámara que sin duda alguna exhibía el próximo triunfo de Madero y
su movimiento. Proponía que “el presidente de la República, el vicepresidente de
la misma, y los gobernadores de los estados nunca y por ningún motivo pueden
ser reelectos”. Según Bulnes, asesorado por Limantour y con la clara aceptación
de Díaz, que llevaba seis reelecciones como presidente, “la no reelección puede
conducir a la anarquía, a la democracia o a una forma de gobierno responsable,
bastante defectuoso [...] pero muy suficiente para conservar indefinidamente la
paz pública y mantener, no en estado perfecto, pero sí satisfactorio, los derechos
civiles de los ciudadanos”.

6.5. INTEGRACIÓN ECONÓMICA DEL ESTADO ACTUAL

A efecto de que el lector tenga un panorama más amplio y claro


analizaremos, en primer término y de forma breve, los antecedentes relativos al
aspecto económico del estado mexicano.

En primer término es de fundamental importancia mencionar lo relativo a


la deuda externa nacional, que en entre los años de 1982, 1984 y 1986 subió
hasta unos 110 mil millones de dólares, en gran parte mediante préstamos que
fueron usados para financiar el servicio de esta misma deuda evidentemente fatal.
A través del régimen de Miguel de la Madrid corre la interminable serie de
negociaciones con nuestros acreedores, para hacer la carga del endeudamiento
externo compatible con las necesidades de la recuperación económica nacional, a
cuyo respecto el país se ha auxiliado del Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Banca Central
Estadounidense.

La grave crisis financiera del comienzo del régimen de Zedillo (desde


diciembre de 1994) con repentinos reajustes de situaciones malsanas que habían
surgido durante el último año del salinismo 15, causaron un nuevo endeudamiento
de México, de unos 50 mil millones de dólares, de manera que estamos de nuevo
donde estuvimos al comienzo del descubrimiento de nuestro excesivo
endeudamiento, en 1982.

Bajo la presión de los organismos internacionales que habían estado


apoyando al estado mexicano, en relación con los sucesivos paquetes de medidas
necesarias para la reestructuración de nuestra deuda, el gobierno optó por
desincorporar varias de las empresas paraestatales 16, a pesar de la protesta de los
Ideólogos de la izquierda y de los sindicatos afectados. Además, diversas
empresas ya invendibles, fueron cerradas. También en el nivel local, como en
relación con el transporte público en el Distrito Federal, se pudo observar un viraje
semejante, de municipalización a desmunicipalización. La Ley de Entidades
Paraestatales del 14 de mayo de 1985 dio una estructura más clara al imperio

15
Hubo a través de 1994 una notable sobrevaluación del peso, cuyo efecto natural de reducir nuestra
reserva de dólares no se manifestó inmediatamente, gracias a un enorme influjo de dólares de
inversionistas, en aquel año. Estos, empero, se Invirtieron en gran parte en la bolsa, en vez de lnvertirse en
nuevas industrias, de maneraqu.ese trataba de capitales "golondrinos", Inestables y nerviosos, muchos de
los cuales se retiramn cuando Zedlllo dejó de pronto el peso flotando frente al dólar, señal de emergencia
para los Inversionistas. Con especial ayuda de parte de Clinton, varios créditos internacionales fueron
abiertos a favor de México, con garantía del gobierno norteamericano, para ayudamos a enfrentarnos a la
nueva crisis. Para frenar el retiro de los capitales, el gobiemoempujólos intereses hacia un nivel que
erainsoportablemente alto para muchos de los deudores mexicanos, lo cual agravó la depresión y provocó
reacciones de rebeldía de parte de los deudores, como el "Barzón".
16
En 1982, el gobierno federal poseía unas 1500 empresas. en gran parte deficitarias (o disfrazando su
fracaso económico mediante subvenciones). En la actualidad se trata de unos pocos centenares.
económico de la Federación, que por otra parte había sido menguada
gradualmente, en esos años.

Ahora bien en lo tocante a la Ley Federal de Atribuciones del Ejecutivo


Federal en Materia Económica, que desde 1950 había servido para congelar
precios o fijar un máximo para ellos y otras formas de intervención estatal en la
economía, fue finalmente derogada por la Ley Federal de Competencia
Económica en 1992, que también hizo perder la vigencia a diversos reglamentos y
decretos, basados en la antigua ley. Esta nueva Ley Federal de Competencia
Económica también vino a sustituir la antigua Ley Antimonopolios de F. Abelardo
Rodríguez 1934 con las normas que luego vinieron a completarla.

Ahora, en lo tocante al régimen de Carlos Salinas de Gortari podemos


notar otro importante producto de legislación económica, la que fue la Ley de
Comercio Exterior de 1993, que, por ejemplo, prevé las cuotas compensatorias en
caso de que México sea víctima de prácticas desleales de parte de otros países.

En esa línea y con el fin de insertar un mínimo de equidad en el fenómeno


de la inflación17, que con su traslado masal de poder adquisitivo desde algunos
sectores del público hacia otros, siempre produce tantos efectos contrarios a la
más elemental noción de justicia, se decidió evitar el camino de una “Ley de
Pagos" al estilo de lo que hemos visto durante la Revolución Mexicana, y se
recurrió a una indemnización a acreedores por la pérdida del poder adquisitivo de
su dinero.

Desde 1988 México vive bajo el régimen de una "concertación",


manifestada en los sucesivos "Pactos" (primero "de Solidaridad", luego con otros
nombres), en un espíritu corporativista de concertación entre gobierno, cúspide
empresarial y cúspide laboral, con el fin de frenar la inflación. A este respecto
indudables éxitos se obtuvieron, aunque a costa de un creciente malestar
popular.18
17
En 1987 1a Inflación rebasó el100%.
18
Como remoto antecedente de estos pactos de concertación podemos considerar la "Alianza para la
Producción de 1977", bajo el lopezportillísmo.
Para disminuir en algo la presión sobre nuestro proletariado, el gobierno
obviamente ha decidido no fijarse mucho en el creciente·fenómeno de la
"economía subterránea", que en la actualidad ya debe representar algo como un
40% de la actividad total de la economía nacional. Bajo el amparo de esta
tolerancia, empero, también están prosperando varios empresarios subterráneos
de tipo "capitalista", y si este sector clandestino no paga impuestos, la economía
oficialmente registrada debe pagar más, de manera que la mencionada actitud
permisiva del gobierno, por justificada que parezca, ha creado, evidentemente, un
ambiente de competencia desleal.

Ahora bien en eI sistema actual, aunque ya mejor ajustado a la práctica


trasnacional, no nos muestra un panorama dogmáticamente individualista: es
ecléctico, y subsisten las licencias obligatorias a las que un Inventor puede verse
constreñido (por ejemplo, en caso de que la utilidad pública así lo requiera). En un
ajuste al sistema norteamericano desaparecieron los "certificados de invención",
que establecían a favor del inventor un monopolio temporal menos completo que
el otorgado por una patente. En las nuevas normas sobre la propiedad industrial
desapareció tácitamente la liga obligatoria entre marcas extranjeras y nacionales,
medida echeverrista que a causa de las protestas por parte del mundo de los
negocios, había sido objeto de suspensiones anuales; además, el plazo de
protección en materia de inventos, después de su reducción echeverrista de 15 a
10 años, fue de nuevo aumentado a 14 años. Cabe notar que en nuestro país la
protección de programas de computación (zona gris entre derecho autoral y
derecho de patentes), en la actualidad se encuentra incorporada a la materia
autoral. Como se ve, esta selección de los cambios que parecen más importantes
presentados durante un poco más de quince años, pero contribuye a la apertura
de la economía mexicana hacia el ambiente mundial.

Los tiempos pueden parecer muy malos: la inseguridad se ha


generalizado; nos encontramos en el peligro de convertirnos en una narcocracia;
el ambiente de familia parece en peligro de desquiciarse, y las buenas noticias
sobre la macro-economía no siempre consolarán a los que sufren del estado en
que se encuentran sus micro-economías. Pero no hay que olvidar que los tiempos
interesantes suelen ofrecer un ambiente muy cómodo al ciudadano responsable.
Debemos estar bien enterados de lo que sucede, podemos participar a través de
las proliferadas ONGs, y no debemos perder la esperanza de que algo bueno ya
saldrá de esta magna transformación.
6.6 EVOLUCIÓN JURÍDICO-SOCIAL CONTEMPORÁNEA

Es viable comenzar el presente tema introduciendo al lector al objeto de


estudio de la sociología del derecho o jurídica, el cual puede entenderse como el
análisis del derecho dentro de los procesos sociales en que se encuentra inserto,
ya en lo que se refiere a la adecuación de la norma, a los cambios de los intereses
prioritarios que se dan en la sociedad, ya al afán de tratar de modificar la realidad
mediante la correcta aplicación de la ley por los órganos competentes, además de
la con constante en la Sociología jurídica de entender al derecho como la
interpretación que de él hacen los terceros competentes en su aplicación (jueces,
autoridades administrativas, etcétera).

Para la correcta comprensión de la evolución jurídico social es necesario


mencionar que desde la década de los treinta del presente siglo, no solo hubo un
distanciamiento social entre los juristas y los científicos sociales, sino que en
algunos casos un claro enfrentamiento, que hoy en día discuten todavía entre
funcionalistas positivistas y dialécticos críticos como puede verse con claridad en
la obra conjunta de homenaje a Adorno denominada La disputa del positivismo en
la sociología alemana.19

Por otra parte, en los países industriales capitalistas ricos se presenta la


constante de ampliar cada día más los campos de investigación empírica a los
cuestionamientos sobre lo que es o lo que debería ser el Derecho, así como las
preguntas de la aplicación del mismo. Cosa que no ha sucedido aquí en México
como en muchos otras países en vías de desarrollo los científicos sociales han
discutido y discuten mucho en torno al compromiso social de éstos con los
cambios sociales, especialmente los estructurales, manejando frecuentemente o
por lo menos haciendo referencia al marxismo, entendido más en sus aspectos:
ideológico-políticos, de interpretación filosófica histórica y de retórica
revolucionaria, que a la dialéctica como instrumento metodológico y al análisis
materialista histórico. En la actualidad no sólo en México sino en general en

19
Adorno, Th. W. y otros, La disputa del positivismo en la sociología alemana, México, Grijalbo, 1973.
América Latina, algunos científicos sociales hablan de una moral de la liberación,
asegurando, como es el caso de Pablo Gonzáles de Casanova, que las ciencias
sociales y políticas son ciencias morales, lo que suena poco ortodoxo frente a la
pretensión de objetividad del quehacer científico. Además debemos señalar que
para él las ciencias sociales en México forman parte dela lucha ideológica en el
proceso histórico de su vida independiente, afirmando que en ella existe una
lógica conservadora frente a otra progresista. Ésta última parte del supuesto de
que el cambio debe fijar prioridades, por lo que en el camino es necesario
sacrificar michos de los anhelos iniciales, idea esta que rompe, según él, con los
modelos y esquemas comúnmente aceptados del cambio

Los protagonistas del neo-liberalismo siguen reclamando una economía


del mercado sin adjetivo como panacea para todos problemas actuales, invocando
al liberalismo perfecto para asegurar el bienestar de las naciones, sin tomar en
cuenta las bases sociales intrínsecas del liberalismo clásico. Por otro lado, según
la opinión opuesta divulgada en los medios de comunicación, cuyos seguidores
suelen reunirse en manifestaciones contra la globalización económica, sea en
Seattle o en Davos, el neo-liberalismo es un sistema de la muerte que amenaza la
vida y la libertad de una manera escandalosa. Sin embargo, tampoco el mismo
Adam Smith estaría de acuerdo con las convicciones de muchos de sus
seguidores neoliberales actuales. Considerado como el padre del liberalismo
económico clásico es víctima de un fatal malentendido. Pues nunca proclamó el
egoísmo frío como fundamento de la sociedad y la economía, sino tomó al hombre
como realmente es. El elemental interés propio de cada hombre de asegurar sus
condiciones de vida y de mejorar la situación propia y de su familia, representa la
principal motivación de sus actividades. Esto no impide que simultáneamente
tenga el objetivo intrínseco de lograr reconocimiento y simpatía. Necesita incluso
tales elementos, que son indispensables para vivir y actuar en el campo de la
economía, sea como productor o como vendedor. Según Adam Smith, de este
modo se creará el fundamento para la "mayor felicidad del mayor número", y no
solamente de una minoría privilegiada.
La famosa "mano invisible del mercado", siempre citada de nuevo, no
desempeña el papel dominante que se le atribuye. Pues el liberalismo auténtico
presupone la división del trabajo entre la sociedad y el Estado, rechazando
intervenciones públicas nocivas, cuyos resultados muchas veces han tenido
consecuencias antisociales como, en su época, aduanas protectivas excesivas a
la importación de cereales baratos, de suerte que los pobres finalmente murieron
de hambre para garantizar los ingresos de los hacendados de cereales. En este
caso, las fuerzas del mercado sin restricciones estatales tienen repercusiones
intrínsecamente sociales por posibilitar la venta de comestibles baratos. Bajo la
impresión de tales ejemplos de la vida económica, se olvida fácilmente que la
concurrencia libre, siendo la base del sistema económico, no está garantizada
automáticamente por las mismas fuerzas del mercado. No existe, como dijo James
Tobin, "un milagro del mercado que haga que la población y los recursos lleguen
al equilibrio y los mantenga ahí." El orden del mercado no es un orden
espontáneo, sino basado en la estructura de la propiedad, establecida por leyes
estatales.20 Los mercados competitivos no sobrevivirán los esfuerzos de los
competidores mismos para eliminarlos sin la incesante vigilancia de los gobiernos.
Cuando se les denuncia, juntas con los funcionarios electos y las organizaciones
del orden civil, como lo peor de los cuerpos externos en una organización utópica
de mecanismos meramente privados, la infraestructura social, política y
económica decaerán y morirán, según las exposiciones de Tobin, 21 que se debe
dirigir especialmente a los participantes de manifestaciones contra gobiernos y
organizaciones económicas internacionales.

Además, y en vista del hecho de que el derecho moderno se desarrolla en


gran parte a través de estudios, publicados en forma de artículo, debe
mencionarse la corriente de las publicaciones periódicas sobre el derecho, en las
cuales sobresalen las del Instituto de Investigaciones Jurídicas y de La Facultad
de Derecho, de la UNAM, a cuyo lado varias otras merecen nuestra atención,

20
Nino, Carlos S., "Sobre los derechos sociales", en Carbonell, M., Cruz Parcero, Juan A. y Vázquez, R.,
Derechos sociales y derechos de las minorías, México, UNAM, 2000, pp. 138 y ss.
21
Tobin, James, "Uno o dos brindis a la salud de la mano invisible", Nueva Economía, año 1, núm. 1 (1992-
1993), pp. 51-53; según Fix-Zamudio y Valencia Carmona, op. cit., nota 32, p. 517.
como las de la Escuela Libre de Derecho, de la Universidad Iberoamericana, de
los Maristas y del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz.
Desgraciadamente, muchas de ellas tuvieron una vida breve, y el ejemplo de la
Revista General de Derecho y Jurisprudencia (1930-1934, Vázquez del Mercado)
demuestra que esto de ningún modo ha sido siempre la consecuencia de su falta
de calidad. Mucho del esfuerzo intelectual, cristalizado en estas revistas, se
encuentra por el momento sin ser utilizado, a causa de la falta de buenos índices
respecto de la gran mayoría de estas publicaciones. 22 Afortunadamente, la
moderna informática jurídica, basada en la cibernética, ha comenzado a penetrar
en diversas organizaciones cúspide de nuestra vida jurídica, sobre todo en
relación con la localización de legislación y jurisprudencia. También algunas
dependencias burocráticas, varios bufetes del sector privado jurídico y el notariado
ya están aprovechando las múltiples ventajas prácticas que ofrece el uso de las
computadoras.

Extrapolando la línea evolutiva del derecho mexicano en relación con la


protección de la infancia, es probable que ésta también sea organizada sobre una
base cada vez más técnica, produciéndose, finalmente, inclusive un código federal
sobre esta materia, algo que nos acercará al ideal de lvan Karamázov, de una
sociedad ''en la que ningún niño inocente llore...". Será necesario intensificar la
lucha contra la corrupción administrativa, perjudicial para la población entre el
gobierno y los gobernados, y continuar los intentos de liquidar los restos de la
corrupción judicial, menos amplia que la administrativa, pero quizás más inmoral
aún. Cierta federalización de nuestro sistema de seguridad probablemente será
necesaria. También es probable que en los próximos decenios la moderna
psicología penetre más profundamente en nuestro derecho procesal-penal y
penitenciario, pero también en nuestro derecho de familia, y que innovaciones
técnicas den un nuevo perfil a la criminalística mexicana (pensemos en Casillero

22
Desde 1960, este problema está resuelto en Jo que se refiere a las revistas. tomadas en cuenta por el
lndex of Foreign Legal Periodicals, o sea, en la actualidad, las dos mencionadas revistas que publica nuestra
Universidad, El Foro y Justicia. Por otra parte, precisamente estas revistas -o cuando menos, las tres
primeras son las que elaboran periódicamente su propio Indica. Sería un trabajo muy útil preparar índices
anuales, desde ahora para atrás, del material publicado en las revistas jurídicas mexicanas.
Judicial Nacional). Seguramente veremos la adopción de nuevos sistemas
administrativos en nuestros tribunales, y posiblemente la Implantación de la
carrera judicial. En varias materias (como los derechos civil y penal) observaremos
tal vez intentos para uniformar los sistemas locales; la actual dispersión de ningún
modo es esencial para un sistema federal, como demuestra el ejemplo de varias
auténticas federaciones (Alemania, Suiza, el Brasil, etcétera).

Ahora bien, respecto al tema económico nacional es necesario recalcar


que el fortalecimiento de las fuerzas del libre mercado en el marco del comercio
global se ha logrado primordialmente a través de una drástica reducción del sector
público, con base en la convicción de que la división del trabajo en la sociedad
industrial requiere que el Estado se circunscriba a sus tareas propias y no se
inmiscuya en los asuntos en que el sector privado puede resolver de manera más
eficiente. El Estado debe ser empresario o comerciante sólo en casos
excepcionales. El constitucionalismo social requiere forzosamente una
actualización. En los campos en los que ha perdido su anterior importancia, se
necesita introducir ciertas modificaciones, ya sea en el sentido de una restricción,
como por ejemplo del derecho de huelga en los servicios públicos mediante la
requisa, o más bien en el sentido de una ampliación que vaya más allá de su
primitivo alcance. La profundización de las reformas en materia de la política
social, en general, abarcará el combate a la pobreza, aunque conservan su
importancia las políticas tradicionales de asistencia o seguridad sociales. Sin
embargo, la lucha contra la pobreza debe partir de una concepción más moderna
del gobierno, en la que éste desempeñe el papel de promotor eficaz en la creación
y garantía de las condiciones idóneas para el desarrollo social y económico,
fortaleciendo las capacidades básicas de los individuos y las familias. 23

Seguramente continuará la tendencia de poner a la disposición del


proletariado los resultados de la moderna ingeniería y producción en masa, y de
otorgarle viviendas que puedan ser un fondo para una mejor vida de familia y
cultura hogareña. En materia laboral será necesario ajustar la protección del
23
Jones, Claudio y Martínez, Jacqueline, "La pobreza y la política social en México: entre un diseño efectivo y
el cambio político reciente", en Centro de Investigación para el desarrollo (en prensa).
trabajador a las necesidades de una flexible economía en desarrollo y crear el
ambiente propicio para una vida sindical democrática, libre de vasallaje y
corrupción, y con cierta independencia. En materia agraria la capitis diminutio del
ejido mejorará la corriente del crédito al campo. Para todo lo anterior, el estudio
del derecho comparado puede ser de gran utilidad para que modernizaciones
útiles del derecho, ya posibles para México, no tarden más de lo necesario en
adoptarse. Es de desearse que el legislador logre fortalecer ciertas comunidades
de carácter público, infraestatales, como son los municipios, los partidos, o los
sindicatos, ofreciendo a México aquella educación para la democracia que es el
resultado de la convivencia y discusión en pequenos grupos, y el auge de las
ONGs preparará el camino hacia una democracia participatoria. En materia
religiosa es de esperar que una futura legislación tolerante sólo limite la libertad de
las iglesias en cuanto ellas frenen el progreso social y científico. Y en materia
internacional será necesario colaborar con todo paso razonable que tienda hacia
la conversión de este planeta en una super-unidad administrativa, de la que cada
país no será más que una entidad componente; sin la entrega de parte de la
soberanía a algún súper-gobierno, la fuerza desnuda, en las relaciones
internacionales, nunca podrá ser sustituida por un derecho razonable, y en el
mundo moderno, todo sentimiento Irracional de índole egocéntrica -tribales
sumamente peligroso. Además, varios problemas altamente técnicos están
esperando la atención del jurisconsulto mexicano de los próximos años (como la
Ley Reglamentaria del artículo 2° constitucional, que necesitaremos para resolver
los conflictos de leyes dentro de la República, y para la cual podría servir de punto
de partida el Proyecto que, en 1948, publicó el licenciado Eduardo Trigueros).
Será difícil ajustar nuestra realidad nacional a las exigencias nacionales y
mundiales de la ecología moderna. Es triste que la gran fiesta consumista del
Primer Mundo se haya llevado a cabo en un ambiente de total irresponsabilidad
ecológica, y mediante costos formales que de ningún modo reflejaron todo el daño
que la producción estuvo causando al medio ambiente. Ahora que el Tercer
Mundo por fin parece acercarse a una fase de consumo más amplio, toda clase de
medidas restrictivas, nacionales e internacionales, serán necesarias para proteger
la naturaleza contra el daño que el deterioro de la atmósfera, la tierra y el agua ya
comienzan a causaren forma notable; y tendremos que ajustarnos paulatinamente
a una variedad de evolución que no vea el "progreso" en la fórmula de "más y
más", sino en la de "vivir sencillamente pero pensar noblemente"; además
tendremos que colaborar con una gradual reducción de la población mundial a un
nivel que sea compatible con las necesidades de la naturaleza, tomando en
cuenta el consumo que corresponderá a la vida humana de acuerdo con aquella
nueva fórmula.

Está bastante difundida la opinión de que la pobreza es un fenómeno


reciente que se debe primordialmente a las reformas económicas. Pero la realidad
es que la pobreza de una parte considerable de la población mexicana ha sido
ancestral, pues no desapareció con el reparto agrario ya que fue sólo parcialmente
atenuada por el llamado desarrollo estabilizador y el auge petrolero. Mientras el
desempeño económico nacional sea insatisfactorio, no será posible disminuir
efectivamente la pobreza. Sólo una economía estable y en crecimiento puede
proveer de oportunidades más favorables a los individuos en condiciones
precarias.24

Algunos de los retos que enfrenta el constitucionalismo social


especialmente en México son: conciliar eficiencia y solidaridad social, fomentar los
principios de la solidaridad y de la subsidiariedad en el marco del nuevo
federalismo y garantizar la participación popular, sin descuidar la rectoría del
desarrollo nacional.

Todo esto requiere, evidentemente, una inmensa tarea de adaptación


técnica y social (y de reeducación), cuyos contornos ya se asoman, y que ocupará
gran parte del próximo milenio, el milenio de la unificación planetaria. Sin
embargo, para los problemas que se deberán resolver, la oratoria y el
sentimentalismo sirven de poco; el jurista que quiere hacer una contribución
duradera deberá adquirir conocimientos teóricos, enterarse a través del derecho

24
Jones, Claudio y Martínez, Jacqueline, "La pobreza y la política social en México: entre un diseño efectivo y
el cambio político reciente", en Centro de Investigación para el desarrollo (en prensa).
comparado de lo que otros países modernos están haciendo para resolver el
problema que le interese en forma especial, entraren la historia del tema y analizar
sus aspectos sociológicos y psicológicos, y tratar de convivir de manera directa e
íntima durante algún tiempo con el problema para cuya solución quiere colaborar.
Sólo así podrá proponer una fórmula correctiva que, a través de una discusión con
otros especialistas y diversos organismos, podrá dejar huellas positivas en nuestro
sistema socio-jurídico.

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