Resumen Ley 737
Resumen Ley 737
Resumen Ley 737
Resumen
A poco más de tres años de haber entrado en vigencia la Ley No. 737, Ley de
contrataciones administrativas del Sector Público, es un momento oportuno,
para realizar desde la academia, una evaluación teórica sobre su contenido,
pero sobre todo de su aplicación, haciendo énfasis en algunos de los
problemas más comunes que han enfrentado las principales entidades, tanto
públicas como privadas, sujetas a la regulación de esta normativa. Para lograr
esta finalidad se presenta un análisis detallado, de varios de los puntos que la
integran, partiendo de sus definiciones, principios, objeto, materias excluidas,
los sujetos contractuales, sus derechos, órganos rectores y de ejecución, los
procedimientos de compras, especialmente el de licitación pública, las garantías
contractuales y los recursos administrativos para el control de las compras
públicas.
Palabras clave
Administración Pública / contrataciones administrativas / garantías
contractuales / licitación pública / procedimiento de compra / recursos
administrativos
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Abstract
Law 737 on Public Procurement was enacted a little over three years ago.
Thus, it would only be appropriate to conduct a theoretical evaluation of its
content from an academic perspective, with particular emphasis on some
common problems faced by the main publicand private entities subject to the
law‟s implementing regulations. Therefore, a detailed analysis is provided of the
rules that make up the body of the law, including definitions, principles, object,
excluded matters, contractual parties, their rights, governing and implementing
bodies, especially as regards public tendering, contracting guarantees and
administrative resources to control public procurement.
Key words
Public administration / public procurement / contracting guarantees / public
tendering / procurement procedures / administrative resources
Tabla de contenido
1. Definiciones y principios regulados por la Ley No. 737 de
contrataciones administrativas del sector público y su reglamento; 2.
Objeto de la ley 737 y materias excluidas; 3. Los sujetos
contractuales en las compras públicas; 3. 1 Los derechos de los sujetos
contractuales; 4. Órganos rectores y de ejecución de las contrataciones
administrativas; 5. Procedimientos de compra, especial referencia a
la licitación pública; 5.1 Requisitos previos al inicio de la contratación (etapa
de preparación); 5.2 La convocatoria; 5.3 Presentación de la oferta; 5.4
Apertura y evaluación de las ofertas; 5.5 Dictamen de recomendación de
adjudicación; 5.6 Resolución de adjudicación; 5.7 Re adjudicación; 5.8
Formalización del contrato administrativo; 5.9 La ejecución contractual; 6. Las
compras menores; 6.1 Trámites para realizar las compras menores; 7. El
sistema de garantías contractuales; 8. Los recursos administrativos
en la ley 737 y su reglamento; 9. Conclusiones.
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Introducción
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debidamente regulados, en base a principios de igualdad, libre competencia,
publicidad, transparencia, entre otros. Además, inicia la implementación del
sistema electrónico de contrataciones administrativas (SISCAE), se regulan
medios de control interno y externos de las compras públicas, entre otros
significativos avances.
Para algunos era una normativa bastante sencilla, fácil de aplicar, que
posiblemente sólo necesitaba una reforma parcial para ajustarse a los adelantos
tecnológicos, a los nuevos sistemas y experiencias de compras, como las
corporativas y los acuerdos marco, mientras que para otros ya era necesario
reformarla totalmente en pro de una norma que se adecuara al ritmo
acelerado de las inversiones y compras públicas, así como a la globalización de
la economía y el acercamiento más acelerado entre proveedores y el sector
público.
Al parecer, primó la segunda opción, por lo que dicha normativa fue reformada
totalmente en el año 2010, mediante la aprobación de la Ley No. 737, Ley de
contrataciones administrativas del Sector Público, publicada en La Gaceta,
Diario Oficial No. 213 y 214 del 8 y 9 de noviembre del 2010, a nivel central,
reglamentada mediante el Decreto Ejecutivo No. 75 – 2010, publicado en La
Gaceta, Diario Oficial No. 239 y 240, del 15 y 16 de diciembre del 2010;
modificado mediante el Decreto No. 22 – 2013, de reformas y adiciones al
Decreto No. 75 – 2010, Reglamento General de la Ley No. 737, Ley de
contrataciones administrativas del Sector Público, publicado en La Gaceta,
Diario Oficial No. 119, del 27 de junio del año 2013.
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Me parece una adecuada técnica legislativa que tanto la Ley No. 737 como su
reglamento comiencen con una serie de definiciones y términos, que resultan
novedosos, de gran utilidad y aplicación práctica, por ejemplo, “compra pública
sostenible, acuerdos marco, compra corporativa, ofertas alternativas, subasta a
la baja”, entre otros. También, se regulan términos clásicos de la contratación
administrativa, “actos de autoridad, licitación, mejor oferta, precio ruinoso,
contrato interadministrativo”, los cuales conviene tener presente aún y cuando
son tan comunes en esta materia, siempre en pro de evitar las consecuencias
de conceptos jurídicos indeterminados.
Así mismo, creo que se perdió una oportunidad para definir otros términos de
igual importancia, como puede ser “la adjudicación, el acto de trámite, la
oferta”. Además, se sigue manteniendo en toda la normativa de contrataciones
la utilización indiscriminada de los términos “proceso” y “procedimiento”, los
cuales en estricto derecho no son lo mismo.
Por otro lado, pasando ahora al mundo de los principios que rigen las compras
estatales, tal y como lo afirman los profesores Karlos Navarro, Rodríguez
Arana, Moreno Molina y Jinesta Lobo (2011) si hubiera que elegir un sector
concreto del Derecho Administrativo para explicar el sentido de los principios
generales en su conformación, ese sector bien podría ser el de la contratación
administrativa. Por muchas razones, pero sobre todo porque se puede afirmar
sin riesgo a equivocarse que en esta materia los principios de igualdad de trato,
de transparencia, de objetividad, de imparcialidad, o de equidad han sido los
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que han hecho posible la elaboración de las normas relativas a las compras
públicas para instaurar un verdadero Derecho Administrativo global de la
contratación pública.
Así mismo, Moreno Molina (2008, p. 108) sostiene que debe insistirse en el
decisivo papel que desarrollan hoy los principios generales de la contratación
pública en la aplicación e interpretación del Derecho de los contratos… Estos
principios, son en nuestros días el fundamento de toda la normativa pública
sobre contratación y se caracterizan por su transversalidad, ya que alcanzan y
se manifiestan en todas las fases contractuales.
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No se puede olvidar que en los procedimientos de contratación administrativa
se deberían incluir regulaciones o tratamientos que fomenten la más amplia,
libre, objetiva e imparcial concurrencia, pluralidad y participación de
proveedores potenciales, bajo condiciones de igualdad.
El art. 1 de la ley 737, señala de forma muy clara y precisa, que tiene por
objeto establecer el régimen jurídico, sustantivo y procedimental, aplicable a la
preparación, adjudicación, ejecución y extinción de las contrataciones
administrativas, celebradas por los organismos y entidades que forman parte
del Sector Público. Es una ley de orden público y las partes que intervienen no
podrán alterar los procedimientos ni renunciar a los derechos establecidos.
En cuanto a las materias excluidas, el art. 5 de la misma ley regula una serie de
contratos públicos, a los cuales no se les aplicará dicha normativa, porque
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lógicamente tienen sus propias regulaciones, así por ejemplo: a. Los contratos
internacionales celebrados por el Poder Ejecutivo y que requieran aprobación
de la Asamblea Nacional, b. Las licencias o concesiones administrativas, c. Los
contratos de empleo público, d. Las operaciones bursátiles, e. La contratación
con fondos internacionales (mediante donaciones o créditos de Estados
extranjeros y organizaciones internacionales), f. Las contrataciones en el
extranjero, g. Servicios públicos, h. Las contrataciones municipales, entre otras.
Como se puede apreciar, la ley 737 ha logrado vencer aquella confusión que
había en la ley 323 de contrataciones del Estado, entre materias excluidas y las
que popularmente denominábamos como contrataciones directas o con
exclusión de procedimientos, en cuanto estaban reguladas al mismo tiempo, en
el mismo artículo que las materias excluidas. Hoy con la nueva ley se ha
establecido una especie de diferenciación entre ambas figuras, en cuanto a que
son excluidas porque se aplica su propia legislación, no así la ley 737 ni su
reglamento, y serán directas, término que no existe en dicha normativa,
porque se le permite al sector público en determinadas condiciones o en base
a ciertas causales contratar directamente obviando procedimientos de
competencia, es decir con exclusión de procedimientos.
Resulta muy positivo que en la ley 737, se hayan definido ciertos conceptos
jurídicos indeterminados, por ejemplo el de urgencia (inciso s, art. 2 del
reglamento de la ley 737), o situación de emergencia (art. 151 del mismo
reglamento), que se utilizaban en este tipo de contratación y que habían
convertido estos casos excepcionales de adquisición en verdaderas reglas
generales. Así mismo, con la ley 737 se han estipulado normas más claras para
su tramitación, pero al hacer una lectura detallada del art. 58 de dicha
normativa y de los artículos 146 al 152 de su reglamento, nos daremos cuenta
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que aún persisten otros conceptos jurídicos indeterminados (orden, seguridad
pública, integridad) para las compras simplificadas de ciertas entidades públicas,
que podrían ir en detrimento de los adelantos conseguidos.
Así, para contratar con organismo o entidades del sector público, cualquiera
que sea el procedimiento de contratación, los oferentes deberán cumplir los
siguientes requisitos: a. Tener capacidad para obligarse y contratar, conforme
al derecho común; b. No estar incurso en ninguna situación de prohibición o
inhibición; c. No encontrarse en convocatoria de acreedores, quiebra o
liquidación; d. No encontrarse en interdicción judicial; e. Estar registrado en el
registro de proveedores.
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Al respecto, si se consulta el art. 104 del reglamento de la ley 737, parte del
contenido mínimo de la oferta, lo constituyen los documentos que acreditan su
elegibilidad (el certificado de proveedor), pero si durante el plazo de
presentación de oferta (30 días en la licitación pública, según el art. 36 de la ley
737, no menor de 7 hábiles en las licitaciones selectivas, art. 56 de la misma
normativa) el oferente lograse renovar y obtener su certificado, no vería
inconveniente para que presente su oferta o lo presente aún y cuando ya
hubiese interpuesto su oferta, el problema se daría cuando dicho plazo
culmine, porque en ese momento toda oferta recibida sería devuelta (art. 36
ley 737) y lógicamente no podría recibirse otra documentación. Además, en
base al principio de subsanabilidad regulado por el art. 43 de la misma ley 737,
no podrán rechazarse ofertas por la ausencia de requisitos o documentos que
verifiquen las condiciones del proponente. Esta es una apreciación personal en
un caso práctico concreto, que dejo abierto a discusión.
Cierro este punto, dedicado a los sujetos contractuales, con dudas sobre la
redacción del inciso 6 del art. 3 de la ley 737, que nos describe la aplicación de
dicha normativa en el sector público empresarial. Transcribo la parte inicial de
dicho inciso:
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conformidad con el derecho privado, respetando en todo caso el
principio de transparencia.”
Me queda claro que las empresas del Estado son parte del Sector público y por
lo tanto tienen que aplicar dicha normativa, pero cuando estén en situación de
competencia esa regla cambia, entrando al campo del derecho privado, lo cual
no me queda del todo claro, es decir sus compras internas para llevar a cabo
su actividad de administración, se harán aplicando la ley 737, pero las relativas
a su objeto social o tareas conexas en base al derecho privado. No sé si mi
noción eminentemente administrativista no me deja ir más allá, pero aún no le
encuentro el sentido práctico a dicho artículo, el cual siento que es confuso y
nos podría colocar en una frontera o límite difícil de establecer.
Me llama la atención el bajo nivel porcentual que regula este inciso, sobre todo
cuando el reglamento de la ley 323, de contrataciones del Estado, hoy
derogado, en su art. 136, establecía hasta un 50 %. Así mismo, me parece un
contrasentido poder ampliar el plazo de las consultorías, pero no el monto,
significaría trabajar más tiempo con los mismos honorarios, aun cuando las
condiciones paralelas o externas a la consultoría pudiesen alterarse
significativamente. Habría que esperar un tiempo prudencial de aplicación de la
ley 737 y su reglamento, para volver en un análisis más profundo y de carácter
práctico sobre estos puntos, siempre abierto a discusión.
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desarrollo del procedimiento cuya solución pueda ser superada dentro de un
plazo prudencial que no sea superior a treinta días calendarios y que no afecte
el monto y objeto de la contratación, la entidad contratante podrá mediante
resolución motivada suspender el procedimiento de contratación
administrativa, indicando expresamente el plazo de suspensión y las razones
que lo motivan, pudiendo reiniciar el procedimiento de la contratación.
Por otro lado, tomando en cuenta la redacción del art. 51 de la ley 737, cabe
preguntarse ¿Se podría cancelar un procedimiento de licitación sin necesidad
de suspenderlo de forma previa?, pero además ¿Podría cancelarse otro tipo de
procedimiento, que no fuese licitación?, pregunto esto porque dicho artículo se
refiere sólo a licitaciones, me parece que esto, sólo sería posible si lo
aplicásemos como supletorio, en base al art. 84 del reglamento de la ley 737, a
la regulación de compras menores o contrataciones simplificadas. Respecto a la
primera inquietud, confieso no tener un criterio técnico – institucional en el
cual apoyarme para responder, pero considero que pueden suceder hechos
que no concuerden con las causales expuestas en el primer párrafo del art. 51
de la ley 737, que podrían obligar a cancelar, sin necesidad de suspender de
forma previa, por ejemplo, una afectación grave al monto o al objeto de la
contratación.
Al respecto, el art. 242 del reglamento de la ley 737, establece como causal de
rescisión, motivos de caso fortuito o fuerza mayor, aún y cuando el art. 71 de
dicha ley, regula el incumplimiento como causal, lo cual nos genera otra
contradicción.
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Tal y como establece la ley 737 en el sexto párrafo de su art. 71, todas estas
prerrogativas son ejecutivas, pero pueden ser recurridas mediante los recursos
de revisión y apelación regulados por la Ley No. 290, de Organización,
competencias y procedimientos del Poder Ejecutivo hasta llegar a la vía judicial
contencioso – administrativa. Hasta aquí todo bien, pero en la parte in fine de
dicho párrafo se afirma que la ejecutoriedad del acto administrativo no hace
cosa juzgada, lo que tal vez por la redacción, llama la atención, debido a que el
acto administrativo se caracteriza por su ejecutividad y ejecutoriedad, y si la ley
ya estableció la forma de recurrir contra el mismo, lo lógico es que agotada la
última instancia, o sin haber recurrido en tiempo, el acto administrativo
adquiera firmeza y sea ejecutorio. Me parece que sería conveniente una
reforma en la redacción técnica de este punto, para dejar claro cuando el acto
administrativo es ejecutorio.
Por su parte, en base al art. 72 de la ley 737, el contratista tendrá los siguientes
derechos:
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Al respecto, el art. 249 del reglamento de la ley 737, al referirse a este
derecho del contratista, no hace referencia a la salvedad o excepción de la
modificación o resolución del contrato.
En caso que la mora en el pago fuere superior a sesenta días, contados a partir
de la fecha en que la entidad contratante debía efectuar el pago según el
contrato, el contratista podrá suspender la ejecución de las prestaciones a su
cargo y pedir la rescisión del contrato. Si como producto de la mora, el
contratista sufriera daños o perjuicios, podrá ejercer su derecho en la vía
judicial.
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Al respecto, llama la atención, la redacción del primer inciso del art. 9 de la ley
737, porque pareciera que esta entidad, tuviese iniciativa de ley, fijémonos en la
transcripción del texto: “Proponer las modificaciones que considere necesarias
al marco legal relativo a las contrataciones del Estado” Así mismo, de la
redacción del inciso 5 del mismo artículo, pareciera que hubiesen dos
entidades rectoras de las contrataciones, la que emite las normas y la que
supervisa su cumplimiento, posiblemente se trata sólo de problemas de
redacción.
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En el inciso g, del art. 8 del Reglamento de la ley 737, se estipula que en las
contrataciones menores a C$ 50, 000 córdobas, el Área de adquisiciones será
la encargada de evaluar, calificar y recomendar las ofertas, quedando en manos
del Comité técnico de contrataciones, las de monto superior a dicha cantidad.
Esta división en el monto de las contrataciones menores no está estipulada en
la ley 737, por lo que desde ya dejo planteadas mis dudas sobre su legalidad.
Resulta muy positivo establecer, tal y como lo hace el art. 29 de la ley 737, la
regulación de cada una de las etapas que integran la licitación pública, así como
los principales trámites que forman parte de la misma, lo cual denota orden y
rigurosidad en la norma jurídica, digno de reconocer, sobre todo porque
pueden ser aplicables de forma supletoria al resto de procedimientos de
compra cuando corresponda (art. 84 reglamento de la ley 737).
Según el art. 79 del reglamento de la ley 737 los plazos en los procedimientos
de contratación desde su convocatoria hasta la adjudicación del contrato, se
computan por días hábiles, salvo excepciones. Ahora, en base al art. 229 de la
misma normativa, durante la vigencia del contrato los plazos se computarán en
días calendario.
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presupuestario. El mismo no obliga a realizar la compra y es modificable, pero
se convierte en un requisito para iniciar cualquier procedimiento de compra,
menos para la contratación simplificada (art. 20 ley 737).
Una vez que se han cumplido todos estos trámites o requisitos previos, la
máxima autoridad puede emitir la resolución de inicio cuyo contenido está
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Moreno Molina (2008, p. 425) sostiene que la naturaleza jurídica de los pliegos
es muy discutida, para algunos autores (García de Enterría, Fernández, T. R y
Tornos Mas) es no normativa, en la medida en que estaríamos ante piezas de
un contrato que extraen su fuerza de su inclusión en el contrato por las partes
contratantes. Sin embargo, para otro sector doctrinal (Villar Palasí, Villar
Ezcurra, Garrido Falla) gozarían de fuerza normativa por su carácter general,
su aplicación supletoria y porque la competencia para su aprobación viene
atribuida a órganos administrativos.
5.2 La convocatoria
Hasta el momento todos los trámites que hemos descrito y analizado, son de
carácter interno, es la convocatoria la que hace pública, la necesidad de
compra de la entidad en cuestión. Dicho documento, es una especie de
llamado que realiza el área de adquisiciones, en el portal único de contratación
y en la web del órgano contratante cuando convenga a los intereses nacionales
e institucionales. Además, se publica un aviso en La Gaceta, Diario Oficial,
sobre la disponibilidad, suponemos que de la convocatoria en el portal, aunque
el art. 98 del reglamento de la ley 737 establece que del aviso, lo que podría
obedecer a una posible falla técnica, porque el aviso es una figura distinta, en
contenido y finalidad a la convocatoria. En cuanto al contenido de esta última,
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se encuentra taxativamente regulado en el art. 99 del reglamento de la ley 737,
lo cual transmite claridad y le facilita su labor al funcionario tramitador.
En base al pliego de bases definitivo (art. 89 del reglamento de la ley 737), los
oferentes pueden presentar su oferta por escrito o en forma electrónica, en
un solo sobre, en original y dos copias, cumpliendo con el contenido y las
formalidades estipuladas en el art. 104 y 107 del reglamento de la ley 737, para
lo cual tendrá un plazo no menor de treinta días calendario, contados a partir
de la convocatoria, si se tratase de licitación pública, no menor de siete días si
fuese licitación selectiva y no mayor de ocho días calendario en los concursos
para la selección de consultores individuales, porque el art. 59 de la ley 737,
extrañamente no establece plazo cuando se trate de firmas consultoras.
Las ofertas recibidas por el órgano o entidad licitante una vez vencido el plazo
para su presentación se devolverán, sin abrir, a los oferentes que las hayan
presentado.
El art. 41 de la ley 737 establece que los oferentes podrán modificar o retirar
sus ofertas antes de que venza el plazo límite para su presentación por los
mismos medios por los que fue enviada. El retiro o modificación de la oferta
posterior al plazo límite fijado para la presentación de la misma dará lugar al
inicio del procedimiento administrativo sancionador establecido en la Ley 737.
Según el inciso n, del art. 87 del reglamento de la ley 737, el pliego de bases y
condiciones (PBC) contendrá una declaración en el sentido que, un proveedor
o contratista no pueda modificar ni retirar su oferta una vez presentada y
abierta la oferta, sin ejecutar la garantía de oferta.
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Una vez concluido el acto de apertura, se levantará un acta que deberá ser
firmada por los miembros del Comité de evaluación y los proponentes que se
encuentren presentes. En ella se hará constar los datos generales de las ofertas
presentadas tales como precios, descuentos, modificaciones o retiros de
ofertas, la existencia o falta de la garantía requerida y cualquier otro detalle
que el órgano convocador considere apropiado anunciar. Los oferentes o sus
representantes tendrán derecho a examinar las demás ofertas, con excepción
de los documentos considerados confidenciales, regulados en el art. 42 de la
ley 737, y a hacer constar sus observaciones en el acta; no se podrá negar el
derecho a los oferentes de poder hacer constar sus observaciones en el acta y
se entregará a todos los presentes una copia del acta respectiva.
Me resulta curioso el contenido del art. 110 del reglamento de la ley 737,
porque estipula que los miembros del Comité de evaluación deberán firmar el
acta del acto de apertura, pero no entiendo cómo pueden firmar un acta de
una actuación que no les compete realizar, que no han presenciado, como
órgano colegiado. No sé si es que estoy interpretando de forma errónea el
artículo señalado, o hay algún tipo de falla técnica en la redacción.
Por otro lado, el órgano o entidad licitante que presidió el acto de apertura de
ofertas, el cual no es establecido por la ley 737, sino como hemos visto por el
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art. 110 del reglamento de dicha ley, una vez concluido con dicho acto, deberá
remitir al Comité de Evaluación las ofertas presentadas para su
correspondiente evaluación, que deberá efectuarse dentro de un plazo de
hasta siete (7) días hábiles (ampliables hasta en un 50% de forma excepcional,
según el art. 43 ley 737) contados a partir de la apertura de las ofertas, y en
base a los criterios establecidos en el pliego de bases, so pena de nulidad.
Cabe señalar que la ley 737 en su art. 42 hace referencia a que el acto de
apertura de ofertas será público, pero ni dicho artículo, ni el 43 de la misma
normativa, señala que la evaluación de las ofertas será pública, lo cual sí está
regulado en el art. 87 inciso “s” del reglamento de la ley 737, pero al referirse
a la evaluación dice examen, por lo que no sé si se refiere a la actividad de
evaluación misma, o al examen del cumplimiento de los requisitos de la oferta,
realmente no sé si soy yo el que está confundido, o si nuevamente estoy ante
algún tipo de problema técnico e incluso de contradicción entre ambas
normativas, y si así fuese el caso, lo estipulado en la ley 737, lógicamente
primaría.
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Por otro lado, recordemos que las ofertas pueden ser rechazadas en base a las
causales del art. 46 de la ley 737 o puede suceder también que los oferentes
sean descalificados en base a las causales del art. 45 de dicha normativa.
Respecto al punto anterior, el art. 114 del reglamento de la ley 737 establece
que cuando un oferente sea descalificado, deberá acreditarse la causal de ley
aplicada y se deberá comprobar y acreditar la misma mediante estudio
calificado que deberá ser notificado al oferente, quien podrá hacer uso de los
recursos procedimentales previstos en la Ley 737 y su Reglamento, cuando lo
considere pertinente.
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concursos y en el caso de las contrataciones simplificadas, y menores,
mediante resolución administrativa o en carta de adjudicación.
Sobre este punto, el art. 122 del reglamento de la ley 737, establece que el
consentimiento de la adjudicación se presume pasados los tres días hábiles de
su notificación, sin que los oferentes hayan ejercido recurso alguno contra la
misma. En caso de haberse presentado una sola oferta, el consentimiento de la
adjudicación se presume el mismo día de su notificación.
5.7 Re adjudicación
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Por su parte, el art. 124 del reglamento de la ley 737 establece que la re
adjudicación se formalizará previa consulta con el oferente con quien se estaría
firmando el contrato, para conocer si este aceptaría la misma y en caso de que
este desistiera de la re adjudicación no acarrearía responsabilidad alguna para
el oferente y el organismo contratante tendría la posibilidad de re adjudicar al
siguiente oferente en el orden de prelación o podrá volver a realizar el
procedimiento licitatorio.
Cabe señalar que está facultada para suscribir los contratos, que se deriven de
la aplicación de la ley 737, la máxima autoridad administrativa de la entidad u
organismo contratante o la persona que ésta designe especialmente mediante
resolución administrativa.
En relación a este punto siempre me hacen la misma pregunta, ¿En qué casos
podría la entidad contratante y el oferente ganador negarse a firmar el
contrato? La respuesta está dada por el art. 216 del reglamento de la ley 737
que en sus partes conducentes señala:
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La entidad no puede negarse a suscribir el contrato, salvo por razones de
recorte presupuestario, sobrevinientes con posterioridad al inicio del
procedimiento de contratación y cuya potestad radica solamente en la máxima
autoridad, las que deben estar debidamente acreditadas y cuyas razones
deberán ser comunicadas a los oferentes que corresponde y publicadas en el
portal único de contratación. La negativa a hacerlo basada en otros motivos,
genera responsabilidad funcional en su titular o máxima autoridad
administrativa o el funcionario delegado.
Es una realidad que este procedimiento, es uno de los más importantes, por su
continuidad, constancia y repetitividad, en las diversas entidades que integran el
Sector Público, no solo por los bajos montos presupuestarios que implica, sino
por los tipos de bienes y servicios que se adquieren, sobre todo los de
carácter estándar y de uso común, que según el inciso b, del art. 2 del
reglamento de la ley 737, son aquellos que poseen las mismas especificaciones
técnicas, respecto de sus funcionalidades básicas, con independencia de sus
características accesorias, y que son ofrecidos en el mercado en condiciones
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En la última línea del punto anterior, llama la atención, que se haga referencia a
la posibilidad de obtener la no objeción del organismo financiador si
corresponde, porque las compras menores reguladas por la ley 737 y su
reglamento son financiadas con recursos presupuestarios internos y no de
índole internacional, por lo que podríamos estar frente a un error técnico en la
redacción, que habría que corregir en una posible reforma de dicha normativa
o al menos aclarar a que organismo financiador se refiere.
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Posteriormente, pasamos a la redacción de las especificaciones técnicas o
alcance de servicios o alcances de obra o términos de referencia, es decir que
en las compras menores no hay un pliego de bases y condiciones (PBC) como
sucede en la licitación, por lo que cabe preguntarse, desde ya, si es posible
solicitar aclaraciones a las especificaciones técnicas, siguiendo así lo estipulado
en el art. 34 de la ley 737, y con esto la homologación, e incluso la posibilidad
de objetar dicho instrumento jurídico.
Sobre este último punto, el art. 89 de la ley 737, parte in fine señala que los
contratos de servicios profesionales de consultoría estarán sujetos a plazos
determinados y deberán establecer los objetivos y resultados concretos y
específicos que se pretenden lograr. En otras palabras, se requeriría que las
especificaciones técnicas o los términos de referencia fuesen debidamente
detallados, por lo que podríamos estar frente a una posible contradicción entre
el art. 131 parte in fine del reglamento de la ley 737 y el art. 89 de dicha ley.
Lógicamente, prima el carácter superior de la ley, por lo que desde el punto de
vista práctico, el detalle sería necesario, siendo un punto a tener en cuenta en
una posible reforma del reglamento de la ley 737.
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f. Adicionalmente, toda solicitud de compra, deberá ser publicada en forma
simultánea en el portal único de contratación. (Reglamento de la Ley No.
737, art. 133)
- Convocatoria
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Según Flores Quintana (2013) el punto anterior debería de ser más explícito,
especificando a quien le corresponde con exactitud estar a cargo de la
apertura de las ofertas ya que al parecer no solo le corresponde al Comité
técnico de contrataciones pues a la letra deja señalado de forma ambigua “a
quien corresponda”, y por ultimo deja sentado en la parte final que es siempre
al Comité técnico de contrataciones a quien le corresponde firmar el acta.
En este punto ya he señalado que podría haber una grave contradicción entre
el art. 8 del reglamento de la ley 737 y los artículos 27, 14 y 16 de la misma ley,
puesto que aquel establece que la evaluación, si el monto de la adquisición es
igual o menor de cincuenta mil córdobas le corresponde al Área de
adquisiciones y si es superior al Comité Técnico, algo que repito como dije
con anterioridad, no está estipulado en la ley 737.
Por otro lado, el art. 139 del Reglamento de la ley 737, señala de forma
correcta que es al Comité técnico de contrataciones a quien le corresponde
recomendar, este debe de preparar su informe y lo enviará con el acta de
apertura de oferta y los cuadros respectivos al Coordinador del Área de
adquisiciones quien lo remitirá a la autoridad correspondiente para su
adjudicación, o adjudicara en su caso.
En el art. 140 y el 141 del Reglamento de la ley 737 se establece que la máxima
autoridad administrativa podrá adjudicar total o parcialmente, declarar
desierta, suspender o cancelar el procedimiento, mediante acto administrativo
109
escrito, dentro de dos (2) días hábiles después de recibida la recomendación
de parte del Comité Técnico de Contrataciones.
- Referencia de la contratación
- El o los nombre de los oferentes adjudicados
- Montos adjudicados
- Breve descripción de los bienes, obras o servicios adjudicados
- Nombre del representante de la entidad autorizado para la firma del
contrato.
En cuanto al recurso de aclaración, hay que señalar que en el art. 111 de la ley
737, se hace referencia a que este cabe en contra de la evaluación que realiza
el Comité de evaluación, pero en las compras menores dicho órgano no opera.
Otro aspecto que no está muy claro es contra qué cabe dicho recurso, si es
contra el acta donde se reflejan los datos generales de los oferentes que
presentaron oferta y el monto económico de la misma, o si cabe en contra del
informe de evaluación y recomendación, según el art. 38 del reglamento de la
ley 737, teniendo presente que sólo el primer documento (el acta) es pública,
pero que al igual que el informe sólo se notifica si los oferentes lo solicitan, se
podría entonces, originar una ambigüedad, por la falta de claridad técnica de
ambas normas jurídicas.
110
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111
que le siga en el orden de prelación determinado. Procediendo de igual manera
si esta circunstancia se repite con el segundo lugar; en este caso se debe
declarar desierto el proceso. Al parecer, en la compra menor, la
readjudicación sólo puede realizarse hasta el segundo lugar del orden de
prelación, para luego declarar desierta la contratación, es decir, no se podría
readjudicar al tercero en la lista de prelación, tal y como ocurre en la licitación
pública.
112
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También, detecto una posible contradicción entre el tercer párrafo del art. 66
y el 41 de la ley 737, en cuanto a que aquel establece que la sanción operaría
cuando el proveedor retire o modifique su oferta luego de la recepción y
apertura de la oferta, pero en el art. 41 se permite modificar o retirar la oferta
durante todo el término de presentación de la oferta (en las licitaciones
públicas es de 30 días), lo que podría constituir un choque entre artículos de la
misma ley, e incluso podría evidenciar un claro error técnico, pero además el
art. 87 inciso n, del reglamento de la ley 737, señala que el pliego de bases
contendrá una declaración en el sentido que, un proveedor o contratista no
pueda modificar ni retirar su oferta una vez presentada y abierta la oferta, sin
ejecutar la garantía de oferta.
113
reglamento, por lo que en atención a esta, en las contrataciones menores no
se debería solicitar la presentación de la garantía de cumplimiento.
Dicho artículo podría estar contradiciéndose con el art. 211 del reglamento de
la ley 737, en cuanto a que este hace referencia a obligaciones de hacer dentro
de este tipo de garantía, lo cual no está establecido en la ley, pero además
establece que la entidad contratante podrá ejecutar la garantía de
cumplimiento en sede administrativa total o parcialmente, mediante resolución
razonada y legalmente fundamentada. Previa a la resolución se dará un plazo al
contratista para que presente sus alegatos y pruebas de descargo, dentro de
los cinco días hábiles siguientes a la respectiva notificación. Se podrá hacer en
este caso uso del arbitraje.
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Este último punto le podría estar dando la estocada final al sistema de garantías
en las contrataciones administrativas nicaragüenses, trastocando nuevamente la
naturaleza jurídica de esta figura e incluso me atrevería a ser más fatalista
diciendo que se están derrumbando los cimientos y las nociones jurídicas más
lógicas de la figura en cuestión, porque ante un incumplimiento contractual, se
ejecuta el monto correspondiente de la garantía y este no se devuelve, sino
que debe corregirse por el contratista, si es que el contrato continua, porque
si no es así, repito, simplemente tras el procedimiento correspondiente, se
ejecuta totalmente (art. 211 del reglamento)
Se estaría frente a un posible choque frontal entre dos artículos del mismo
reglamento de la ley 737, me refiero al 211 y al 215, pero también entre el
inciso b y el c, del mismo art. 215 que en su parte in fine, señala que el monto
de las garantías corresponderá íntegramente a la entidad, independientemente
de la cuantificación del daño efectivamente irrogado, ¿cómo se resuelve esto?
115
fine de su segundo párrafo) y el art. 207 de su reglamento (Decreto
no. 75 – 2010) establece claramente que: “Los medios de garantía que
debe presentar el contratista son los que se deriven de instituciones
bancarias o no bancarias sujetas al ámbito de la Superintendencia de
Bancos y otras Instituciones Financieras”.
Además, cabe recordar que la Ley No. 561, Ley general de bancos,
instituciones financieras no bancarias y grupos financieros publicada en La
Gaceta, Diario Oficial No. 232 del 30 de Noviembre del 2005 establece en su
art. 53 inciso 7, que los bancos podrán efectuar las siguientes operaciones: 7.
Otorgar fianzas, avales y garantías que constituyan obligaciones de pago.
116
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Sobre este punto, hay que señalar que la ley 737 en su art. 67 último párrafo,
en lo que se refiere a la posible ejecución de la garantía de cumplimiento, dice
textualmente: “Una vez constatado el incumplimiento del contrato conforme
lo establecido por esta Ley, bastará la sola presentación del documento a través
del cual se formaliza la garantía, ante la entidad emisora, para el pago
correspondiente”
Por su parte, el art. 211 del Reglamento de la Ley 737 al regular la ejecución de
la garantía de cumplimiento en su segundo y tercer párrafo establece que:
Así mismo, el reglamento de la ley 737 pero en su art. 215 primer párrafo al
regular siempre la ejecución de la garantía de cumplimiento señala
textualmente:
117
Al respecto, el art. 215 del reglamento de la ley 737 determina que el
procedimiento de ejecución de la garantía señalada debe estar regulado por la
ley y por el reglamento, no habla de circular administrativa, pero además no se
establece en ninguna de las dos normas señaladas (ley 737 y su reglamento) la
obligación de adjuntar los documentos del procedimiento de ejecución de las
mismas, a la solicitud de reclamo que se dirige a la aseguradora (o al banco)
por lo que cabe deducir que ese trámite administrativo expuesto en la parte in
fine del punto sexto de la circular administrativa DGCE/UN/01-2013, podría ir
más allá de lo regulado en la ley 737 y su reglamento, por lo que se podría
estar cayendo en una clara contradicción, en una posible nulidad y en un claro
problema de legalidad y rompimiento del principio de jerarquía de las fuentes
del Derecho.
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Como se podrá apreciar lo que establece la Ley 733 en su art. 92, es que en
estos casos lo que cabe es una queja ante la Superintendencia de Bancos y de
otras instituciones (SIBOIF) y no un recurso administrativo, como lo dice la
circular en su punto octavo; recurso administrativo que podría caber
posteriormente pero en contra de la resolución que emita la autoridad
competente de la SIBOIF.
Por otro lado, no sé, si no he realizado una adecuada lectura de la ley 737 y su
reglamento, pero no he encontrado una regulación sobre la devolución de las
garantías, por lo que podrían surgir varias interrogantes, ¿cuál sería el
procedimiento a seguir para la devolución de las garantías?, ¿en qué momento
se devolverían?
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como las garantías relativas a la mano de obra o los materiales; así como los
plazos de entrega.
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Al respecto, la ley 737 en su art. 110 sostiene que los recursos señalados
deben ser interpuestos por los proveedores que demuestren un interés
legítimo, mediante escrito presentado ante la autoridad competente y dentro
de los plazos establecidos, señalando expresamente las infracciones precisas
del acto recurrido. La admisión del recurso por la autoridad que corresponda
tendrá efectos suspensivos.
En este punto, hay que tener cuidado porque se podría pensar que con la
simple interposición del recurso ya aplican los efectos suspensivos, pero en
realidad esto ocurre con el trámite de admisión, el problema es que en el
recurso de aclaración, por ejemplo este trámite de admisión no aparece
regulado, por lo que no en todos los recursos se podría hablar de efectos
suspensivos.
Según el art. 111 de la ley 737, durante el plazo para la evaluación de las
ofertas el Comité de Evaluación deberá dar a conocer los resultados de la
evaluación a más tardar tres días antes del vencimiento del mismo, para que los
oferentes participantes puedan solicitar las aclaraciones que consideren
pertinentes en un plazo no mayor de dos días, las que deberán ser atendidas
por el Comité en el acta de evaluación y recomendación de adjudicación que
deberá notificarse a la máxima autoridad administrativa y a todos los oferentes
participantes.
Al respecto, hay que señalar que en base al art. 43 de la ley 737, el plazo de
evaluación es de siete días, por lo que el cuarto día se deberá dar a conocer
los resultados de la evaluación, en un plazo de dos días, es decir el sexto día a
más tardar, interpondrán el recurso de aclaración y al parecer tendría que
121
resolverse en el día restante del plazo. En otras palabras, este recurso se
interpondrá en dos días y se resolverá en uno, lo cual resulta llamativo, pero
además hay una especie de contradicción con el art. 116 del reglamento de la
ley 737, que en su parte in fine señala que una vez notificada (el acta de
evaluación) los oferentes podrán interponer los recursos administrativos
dispuestos en la ley 737, que sería el de aclaración. Lógicamente, primaría el
procedimiento regulado en la ley.
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En caso que se declare sin lugar la impugnación o no haya sido resuelto dentro
del plazo señalado, el oferente podrá recurrir de nulidad ante la Contraloría
General de la República durante los diez días hábiles siguientes a la notificación
de la resolución que resuelva el recurso de impugnación.
El recurso por nulidad podrá ser interpuesto por cualquier oferente que
participe en el procedimiento de contratación, indicando con precisión, la
infracción sustancial del ordenamiento jurídico administrativo que se alega
como fundamento de la nulidad.
Este recurso, deberá ser resuelto dentro de los veinte días hábiles siguientes a
su interposición. Al respecto, cabe señalar que el art. 299 del reglamento de la
ley 737 establece que el plazo de resolución podrá ampliarse en no más de 5
días hábiles, lo cual no aparece regulado en la ley 737, por lo que desde ya
surgen dudas sobre la legalidad de llevar a cabo dicha ampliación.
Durante los primeros tres días hábiles del plazo de resolución, la Contraloría
General de la República establecerá la admisibilidad del recurso. En caso de
admitirse el trámite, se solicitará el expediente al órgano o entidad adquirente
y se emplazará a las partes interesadas para que dentro de tres días hábiles
expresen sus alegatos. La resolución emitida por la Contraloría General de la
República, podrá decretar la nulidad total o parcial del procedimiento de la
contratación, agotándose la vía administrativa.
123
inseguridad de si se podría o no volver a interponer los recursos
administrativos correspondientes, iniciándose nuevamente el procedimiento de
revisión.
Cabe señalar que tanto con el recurso de impugnación como con el de nulidad
el legislador ha optado por una especie de descentralización de la vía
administrativa, es decir trasladar la tramitación y resolución de estos recursos
administrativos a órganos que están ubicados fuera de la organización del ente
contratante, lo cual podría imprimir mayor imparcialidad y seguridad jurídica.
Quedan pendientes para otra oportunidad otros aspectos por analizar, muchos
de ellos muy novedosos, como el acuerdo marco, las compras corporativas, las
contrataciones simplificadas, otros más tradicionales como los contratos en sí,
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9. Conclusiones
- Por otro lado, no podemos negar el orden en las distintas etapas que
integran los procedimientos de compras estatales, así como en los
diferentes trámites que las conforman, hay claridad y transparencia en
cómo realizar una adquisición, en la mayoría de los casos, al menos
teóricamente hablando, ya que evaluar esta afirmación, con responsabilidad,
desde el punto de vista práctico, implicaría un profundo trabajo de campo.
125
y al haberse definido ciertos conceptos jurídicos indeterminados como el
de urgencia o situación de emergencia, aunque hay que señalar que otros se
mantienen aún sin definirse, como el de seguridad, orden, integridad, entre
otros que podrían ocasionar que la excepción se convierta en regla general
en ciertas entidades públicas.
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- El procedimiento de contrataciones menores no está regulado en la ley 737
sino en su reglamento, pero es evidente que se mantienen posibles
problemas de contradicción entre ambas normativas, sobre todo como he
dicho en materia de garantías (de cumplimiento) y en el ejercicio de
competencias entre el Comité Técnico de Contrataciones y el Área de
adquisiciones, aspectos que se resuelven aplicando lo regulado en la ley 737
y no el reglamento, en base al principio de jerarquía de las normas, sin dejar
de proponer una reforma al art. 8 y al 210 del reglamento en cuestión, con
la finalidad de dejar claro que en las compras menores no cabría solicitar
garantía de cumplimiento, y que la división de montos para otorgar la
competencia para evaluar, calificar y recomendar las ofertas a los órganos
señalados, realizada en el reglamento, no aparece de forma previa en la ley
737.
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Listado de referencias
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