Producción de Cuentos 6
Producción de Cuentos 6
Producción de Cuentos 6
AZUERO VERSIÓN: 01
FECHA: Abril de 2014
EVALUACIONES-RECUPERACIONES Y/O NIVELACIONES
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GRADO:
DOCENTE: Shirley Gutiérrez Jiménez
ASIGNATURA: Español y Literatura 6-10 AÑO: 2020
CELULAR 3012883632
6-11
TEMA: PRODUCCIÓN TEXTUAL SEGUNDO PERIODO
FECHA INICIAL: Junio 1 de 2020 FECHA DE ENTREGA: Junio 15 de 2020
ESTÁNDAR DE COMPETENCIA: Produzco textos escritos, que respondan a diversas
necesidades comunicativas y que siguen un procedimiento estratégico para su
elaboración.
ACTIVIDADES:
ANTES DE LA LECTURA
Recuerda que...
EL CUENTO es una narración breve, oral o escrita, de carácter ficcional o real, que relata sucesos.
Que su estructura corresponde a la manera en que distribuye un cuento, el cual se compone de
tres partes:
1. Introducción o planteamiento
2. Desarrollo o nudo
3. Desenlace o final.
DURANTE DE LA LECTURA
Lee con mucha atención el siguiente cuento
La casa en el desierto
Había una vez un señor muy rico. Más rico que el más rico de los millonarios americanos. Incluso
más rico que el Tío Gilito. Superriquísimo. Tenía depósitos enteros llenos de monedas, desde el
suelo hasta el techo, del sótano a la buhardilla. Monedas de oro, de plata, de níquel. Monedas de
quinientas, de cien, de cincuenta. Liras italianas, francos suizos, esterlinas inglesas, dólares, rublos,
zloty, dinares. Quintales y toneladas de monedas de todas clases y de todos los países. De monedas
de papel tenía miles de baúles llenos y sellados.
En el desierto no hay piedra para hacer casas, ni ladrillos, argamasa, madera o mármol... No hay
nada, sólo arena.
—Mejor —dijo el señor Puk—, me haré la casa con mi dinero. Usaré mis monedas en vez de la
piedra, de los ladrillos, de la madera y del mármol.
—Quiero trescientas sesenta y cinco habitaciones —dijo el señor Puk—, una para cada día del año.
La casa debe tener doce pisos, uno por cada mes del año. Y quiero cincuenta y dos escaleras, una
por cada semana del año. Hay que hacerlo todo con las monedas ¿comprendido?
—Harán falta algunos clavos...
—Nada de eso. Si necesita clavos, coja mis monedas de oro, fúndalas y haga clavos de oro.
—Nada de tejas. Utilizará mis monedas de plata, obtendrá una cobertura muy sólida.
El arquitecto hizo el diseño. Fueron necesarios tres mil quinientos autovías para transportar todo el
dinero necesario en medio del desierto.
Y se empezó. Se abrieron los cimientos y después, en vez de echar el cemento armado, venga de
monedas a carretadas, a camiones llenos. Luego las paredes, una moneda sobre otra, una moneda
junto a otra. Una moneda, un poco de argamasa, otra moneda. El primer piso todo de monedas
italianas de plata de quinientas liras. El segundo piso, todo de dólares y de cuartos de dólar.
Después las puertas. Estas también hechas con monedas pegadas entre sí. Luego las ventanas. Nada
de cristales: chelines austriacos y marcos alemanes bien encolados y, por dentro, forradas con
billetes de banco turcos y suizos. El tejado, las tejas, la chimenea: todos hechos con monedas
contantes y sonantes. Los muebles, las bañeras, los grifos, las alfombras, los peldaños de las
escaleras, el enrejado del sótano, el retrete: monedas, monedas, monedas por todas partes,
únicamente monedas.
Todas las noches el señor Puk registraba a los albañiles cuando dejaban el trabajo para asegurarse de
que no se llevaban algún dinero en el bolsillo o dentro de un zapato. Les hacía sacar la lengua
porque también, si se quería, podía esconderse una rupia, una piastra o una peseta debajo de la
lengua.
Cuando se terminó la construcción aún quedaban montañas y montañas de monedas. El señor Puk
hizo que las llevaran a los sótanos, a las buhardillas, llenó muchas habitaciones, dejando sólo un
pasaje estrecho entre uno y otro montón, para pasear y hacer cuentas.
Y luego se fueron todos, el arquitecto, el capataz, los obreros, los camioneros, y el señor Puk se
quedó solo en su inmensa casa en medio del desierto, en su gran palacio hecho de dinero, dinero
bajo los pies, dinero sobre la cabeza, dinero a diestra y siniestra, delante y detrás, y adonde fuera, a
cualquier parte que mirara, no veía más que dinero, dinero, dinero, aunque se pusiera con la cabeza
para abajo no veía otra cosa. De las paredes colgaban centenares de cuadros valiosísimos: en
realidad no estaban pintados, era dinero colocado en marcos, y hasta los marcos estaban hechos con
monedas. Había centenares de estatuas, hechas con monedas de bronce, de cobre, de hierro.
En torno al señor Puk y a su casa estaba el desierto, que se extendía sin fin hacia los cuatro puntos
cardinales. A veces llegaba el viento, del Norte o del Sur, y hacía batir las puertas y las ventanas que
producían un sonido extraordinario, un tintineo musical, en el que el señor Puk, que tenía un oído
finísimo, lograba diferenciar el sonido de las monedas de los diferentes países de la tierra:
«Este dinn lo hacen las coronas danesas, este denn los florines holandeses... Y, esta es la voz del
Brasil, de Zambia, de Guatemala...»
Cuando el señor Puk subía las escaleras reconocía las monedas que pisaba sin mirarlas, por el tipo
de roce que producían sobre la suela de los zapatos (tenía unos pies muy sensibles). Y mientras
subía con los ojos cerrados murmuraba: «Rumania, India, Indonesia, Islandia, Ghana, Japón,
Sudáfrica...»
Naturalmente dormía en una cama hecha con dinero: marengos de oro para la cabecera y para las
sábanas, billetes de cien mil liras cosidos con hilo doble. Como era una persona extraordinariamente
limpia, cambiaba de sábanas todos los días. Las sábanas usadas las volvía a guardar en la caja de
caudales.
Para dormirse leía los libros de su biblioteca. Los volúmenes se componían de billetes de banco de
los cinco continentes, cuidadosamente encuadernados. El señor Puk no se cansaba nunca de hojear
esos volúmenes, pues era una persona muy instruida.
Una noche, precisamente cuando hojeaba un volumen del Banco del Estado australiano...
DESPUÉS DE LA LECTURA:
3. Inventa y escribe un final o desenlace para este cuento. Este final debe ser creado
o inventado por ti mismo. Recuerda que el desenlace, es la parte donde se
resuelve el conflicto de la fase inicial y puede tener un final feliz o trágico; positivo o
negativo.