Ansiedad 1
Ansiedad 1
Ansiedad 1
Datos personales.
Nombre: Y.M.
Sexo: F
Técnicas aplicadas:
Entrevista clínica
Pruebas estandarizadas.
Evaluador: Y.E.E
Antecedentes:
La niña tratada es una pequeña de 5 años de edad, la cual fue adoptada cuando
tenía solo 8 meses de edad. Tiene un hermano, también adoptado, de 6 años y
ambos padres de 40 años. El nivel sociocultural de la familia es medio-alto y los
padres muestran una relación positiva entre ellos, siendo una familia bien
organizada y unida. Esta pequeña cursa el primer grado en un colegio privado,
en el que constantemente suele no asistir.
Motivo de consulta:
Los padres acuden a consulta derivados por su pediatra por los problemas de
ansiedad de separación y de conducta especialmente durante el último año.
Estas dificultades interfieren negativamente en la dinámica familiar.
Historial clínico:
Al mes de nacer esta pequeña ingresa en una institución donde convivía junto
con otros 30 niños. A los 3 meses, estuvo con una familia de acogida hasta el
momento de la adopción. Los padres indican que no parecía haber establecido
vínculo con una figura de referencia, ni en el orfanato ni con la familia de
acogida. Al llegara su nuevo hogar, la exploración médica realizada refleja un
buen estado de salud. No ha sufrido enfermedades relevantes.
En los hitos evolutivos, el desarrollo motor fue lento, anduvo a los 18 meses,
actualmente, es ágil tanto en la motricidad fina como en la gruesa. Respecto a
los hábitos de autonomía, fueron adquiridos con normalidad (esfínteres,
alimentación, sueño y vestido). En el área de la comunicación y el lenguaje, en
el momento de la adopción los padres no apreciaban problemas en la
comprensión y, a nivel expresivo, producía vocalizaciones y su evolución fue
lenta. A lo largo del proceso de adaptación a la familia presentó problemas de
conducta, y actualmente, continúa manifestándolos, aunque en menor medida:
es retadora, se frustra con facilidad y utiliza el silencio como forma de llamar la
atención. A nivel social, la describen como una niña tímida, retraída, miedosa,
meticulosa y ordenada. Los cambios le cuestan, mostrándose poco flexible.
Además, informan de la dificultad para separarse de la madre limitando la vida
social de la niña y de la familia. Ante estas situaciones la madre se angustia y la
atiende y coge en brazos porque atribuye que su hija "se siente poco
querida" tiene "falta de afecto" y "tiene miedo de que la abandonen".
La valoración se lleva a cabo tanto con los padres como con la niña. El análisis
de las características familiares (ansiedad, manejo del estrés, estilo educativo,
atribuciones y expectativas parentales, etc.) permite establecer un tratamiento
ajustado e individualizado a la familia y descartar otras patologías que puedan
acentuar el problema inicial o interferir en el tratamiento.
Por otro lado al considerar a su hija como frágil y vulnerable se genera un estilo
de protección, limitando su conducta de manera inapropiada y dificultando la
adquisición de habilidades autónomas que debía adquirir durante su desarrollo.
Diagnostico:
Objetivos:
Tratamiento Y Evolución:
La intervención se llevó a cabo de forma paralela con los padres en sesión con
su hija y de forma independiente en sesiones de padres.
Por otro lado, se les expuso que los comportamientos problemáticos de la menor
se estaban manteniendo en el tiempo por las consecuencias que obtenía. Estas
consecuencias son las respuestas y actitudes que los padres emitían, sin ánimo
de que provocaran este efecto. De esta forma, involuntariamente podían
favorecer que la niña volviera a reiterarlos en situaciones similares.
Por otro lado las actitudes de protección permitían a la niña evadir las
exigencias cuando no se la considera capaz de afrontar estas peticiones. Las
respuestas de ansiedad eran acogidas y atendidas con preocupación (reforzadas)
y en ocasiones de mayor intensidad, reiteración o aumento de la exigencia, eran
rechazados o sancionados por ellos. Este era un claro paradigma del estilo
protector que los progenitores mostraban favoreciendo conductas dependientes,
reduciendo posibilidad de resolver problemas de forma autónoma y reforzando
la ansiedad de la niña. Además la propia ansiedad que ellos manifestaban
dificultaba el manejo adecuado del problema. Por tanto, se proporcionaron
recursos para manejar su ansiedad, con base en la información recogida por los
propios padres en los registro de conducta, que realizaban semanalmente desde
el comienzo de la intervención.
Se les informó que el vínculo es una relación afectiva que se establece entre
padres e hijos y que se va construyendo en la medida en que los padres van
proporcionando los cuidados, el afecto y el cariño necesarios de forma estable e
invariable. El niño tiende a establecer un apego seguro en sus primeros años,
entre los dos y tres años de edad . En los niños adoptados el vínculo también
depende, entre otros, de estos factores y los estudios indican que generalmente
los padres establecen vínculos fuertes con sus hijos adoptivos.
Desde el tercer mes de tratamiento, los padres reconocieron como las y pautas
acordada en terapias habían mejorado la percepción de la dificultad de la niña,
que disminuyó progresivamente de una media de 8 hasta alcanzar una media de
2 (en la escala de 0 a 10). Esta reducción les permitió controlar su preocupación
e inseguridad ante los comportamientos de su hija. La frecuencia de las
conductas de ansiedad e inhibición de la niña disminuyeron quedando recogidas
en los registros.
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