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Unidad I

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UNIDAD I: EL ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA.

Contenido temático.

1. Introducción al estudio de la microeconomía.

Corresponde al campo de estudio de la microeconomía los términos como:


satisfacción de necesidades individuales, comportamiento de los agentes
económicos respecto a la demanda y la oferta. También estudia la formación de
los precios, la producción, los salarios, equilibrio y maximización del beneficio
empresarial y formas de mercado.

El análisis microeconómico es un enfoque de la teoría económica que busca


explicar el comportamiento de las unidades económicas (familias, empresas,
estado) con respecto a la demanda y oferta de bienes y servicios para el consumo,
la producción, la determinación de los precios y la interacción en el mercado.

La microeconomía analiza actitudes racionales de producción y de compra de


bienes y servicios por parte de las unidades económicas antes mencionadas. Por
ejemplo, explica cómo deciden sus compras los consumidores y cómo influyen en
sus decisiones de compra las variaciones de los precios y los ingresos. También
explica cómo deciden los productores la cantidad de recursos productivos que
compran para producir bienes y servicios y ofrecerlo a los mercados respectivos.

En tanto que la microeconomía estudia la conducta de las economías familiares,


las empresas y la determinación de los precios en un mercado específico; la
macroeconomía estudia el comportamiento del mercado de bienes y servicios en
su conjunto en una economía.

La microeconomía estudia las decisiones desde el punto de vista teórico para


plantear diversos modelos simplificados de la realidad con el principal propósito de
entender las implicaciones de dichas decisiones.

¿Qué analiza la microeconomía? Las decisiones tanto de personas físicas como


de colectivos: familias, empresas, asociaciones, fundaciones… Incluso el Estado.
Por lo tanto, evalúa las decisiones del Estado en su conjunto, así como las que
toman las personas que forman parte de él de manera individualizada.

En definitiva, la microeconomía se basa en observar las acciones y decisiones de


los consumidores para entender cómo actúan en el mercado y aplicar alguna
teoría económica que permita conocer el sistema.

En este sentido, basa su estudio en distintas teorías: la del consumidor, la de la


demanda, la del productor, de del equilibrio general y la de los mercados de
activos financieros.
La teoría del consumidor estudia y explica cuáles son los factores que
intervienen en las decisiones del consumidor: qué compra, cómo decide
comprarlo, por qué, para qué y en qué cantidad.
La teoría de la demanda, por su lado, estudia cómo la cantidad y calidad
de productos, bienes y servicios disponibles en el mercado variará sus
precios de acuerdo con la demanda de los agentes económicos
individuales, considerados en conjunto o separadamente.
La teoría del productor estudia cómo actúa y qué decisiones toma la
empresa productora para aumentar sus beneficios en el mercado,
implicando esto decisiones de orden interno, como la cantidad de
trabajadores a contratar, sus horarios, lugar de trabajo y estándares de
producción, así como la medida en que todo lo anterior variaría con un
cambio de precios del producto en el mercado o en los materiales usados
para su fabricación.
La teoría del equilibrio general, por su parte, se encarga de estudiar,
analizar y explicar la interacción entre todas las teorías de la dinámica
microeconómica.
La teoría de los mercados activos financieros considera los distintos
tipos de mercados que pueden existir en relación con el número de
oferentes y demandantes, ya se trate de monopolio, duopolio, oligopolio o
competencia perfecta.

¿Para qué sirve la microeconomía?

Entre los principales objetivos de la microeconomía, trata de comprender de forma


precisa el comportamiento de empresas, familias e individuos, prestando especial
atención a cómo sus decisiones influyen en el funcionamiento del mercado.

Los resultados son clave en el estudio de la teoría económica ya que sirven a


modo de base para que la macroeconomía pueda desarrollar sus teorías, y de
esta manera explicar los diferentes fenómenos de la economía.

1.1 Conceptos generales de la microeconomía.

La microeconomía es una rama de la ciencia económica que estudia el


comportamiento y las decisiones que toman los agentes económicos respecto a la
oferta y demanda de bienes y servicios y su influencia en el mercado tanto de
bienes como de servicios. Por ejemplo, la producción de arroz en la Provincia del
Santa Perú en el periodo 2014 dependerá de la decisión que tomen los
productores en ese periodo de estudio. La demanda efectiva de Kiwicha en
Chimbote en el periodo 2014 dependerá del comportamiento y las decisiones que
tomen los consumidores locales.

La primera percepción que tiene una persona sobre los temas económicos es
microeconómica. Cuando un niño recibe por primera vez una moneda de 10
pesos, y se dirige a un quiosco a comprar golosinas, realiza su primera actividad
económica.
Deberá elegir entre múltiples ofertas atractivas de golosinas de diferentes formas y
colores que le son ofrecidas desde tentadoras vitrinas, a determinados precios.
Empezará preguntando al quiosquero los precios de las golosinas que más le
gustan y mentalmente irá asignando sus 10 pesos. En ese momento sentirá por
primera vez, el dilema de querer obtener múltiples bienes con recursos escasos.
Se ha convertido en un consumidor, vive el conflicto entre lo que desea tener y lo
que puede comprar. (cinve, 2005).

“La microeconomía es el estudio de las elecciones que hacen los individuos y las
empresas, la manera en que dichas elecciones interactúan en los mercados y la
influencia que los gobiernos ejercen sobre ella” (Parkin, 2010, pág. 2). Las
decisiones que tomen los agentes económicos van a depender del análisis que
estos hagan a un conjunto de variables que pueden ser: económicas, políticas,
sociales y ambientales.

Variable económica
Es la representación numérica de un término económico. Se define, como a todas
las magnitudes capaces de sufrir cambios cuantitativos y cualitativos en el tiempo.
Pueden ser: de flujo o de stock, endógena o exógena, nominal o real.

Variable de flujo.
Su cantidad se mide en periodos determinados de tiempo. Por ejemplo, la
inversión, el ingreso, la inflación el tipo de cambio, etc.

Variables de stock.
Su medición se hace en un determinado momento del tiempo. Por ejemplo, la
población, la riqueza, la oferta monetaria, etc.

Las variables políticas


Se refieren a todas las decisiones legales que adopta el Estado con la finalidad de
regular el destino del país. Por ejemplo, las políticas impositivas, la protección del
medio ambiente, etc.

Las variables sociales


Son las que están relacionadas con el comportamiento del hombre como ser
social. Por ejemplo, las desigualdades socioeconómicas, la cultura, la religión, las
guerras civiles, etc.

Las variables ambientales.


Son las que están relacionadas con el cambio climático. Por ejemplo, las sequias,
olas de calor, inundaciones, etc. Todas estas variables influyen de manera directa
e indirecta en la decisión que toman los productores y los compradores y se
expresa en las relaciones existentes en el mercado de bienes, el mercado de
servicios y el comportamiento de los precios en la economía.
La Economía utiliza los modelos económicos para analizar el comportamiento de
los agentes económicos y su relación entre sí. Estos modelos económicos pueden
ser matemáticos, gráficos o diagramas.

Importancia de la microeconomía.

El análisis microeconómico es importante para las empresas, los consumidores y


el Estado. Dado que les permite tomar decisiones en base a los estudios de
mercado correspondientes.

Las empresas toman decisiones de oferta, teniendo en cuenta el comportamiento


de compra de los consumidores, la evolución de los ingresos de las familias, los
gustos y preferencias, la competencia, las medidas de política económica que
toma el Estado.

Las familias toman decisiones de demanda, teniendo en cuenta las características


de los bienes y servicios que se ofertan en el mercado, es decir si resuelven o no
sus necesidades, también influye la evolución de los precios, los gustos y
preferencias.

El Gobierno toma decisiones traducidas en medidas de políticas económicas, en


base a los comportamientos de los oferentes y demandantes en un lugar
específico. Las empresas que se dedican al comercio internacional, también
toman decisiones racionales de producir bienes para la exportación en base los
estudios de mercado.

La microeconomía es particularmente importante en:

La toma de decisiones empresariales: la microeconomía ayuda


comprender el funcionamiento del mercado y provee herramientas para un
mejor análisis y predicción de la respuesta del mercado ante el cambio en
variables como el precio, la calidad de los productos, la entrada de nuevos
competidores, etc.

Las políticas económicas: la microeconomía es fundamental a la hora de


desarrollar políticas como regulaciones, control de monopolios, tasa
impositiva, etc. También tiene fuerte influencia a la hora de diseñar políticas
sectoriales, como la política agropecuaria y de apoyo a Pymes.

La ciencia económica: la microeconomía se relaciona directamente con la


macroeconomía y también tiene una gran importancia en diversas ramas de
la ciencia económica, como la organización industrial, economía laboral,
etc.

El estudio del comportamiento humano: la microeconomía analiza la


toma de decisiones teniendo en cuenta los incentivos y costos. Este análisis
de aplica a muchas actividades humanas, no solo a las relacionadas
directamente con cuestiones monetarias.
2. Objeto de estudio de la Microeconomía.

La microeconomía ofrece un marco teórico de referencia que nos permite describir


y analizar el comportamiento de los consumidores, empresas y mercados
económicos en su conjunto, basándonos en el comportamiento individual de estos
agentes económicos.

Este marco teórico que define reglas de comportamiento para consumidores,


empresas y mercados, ayuda a comprender el proceso de asignación de recursos
productivos ante las diversas alternativas que ofrecen los precios y los mercados,
facilitando la toma de decisiones.

Los elementos básicos de la microeconomía que aparecerán en todo análisis


serán:

1) Recursos primarios, bienes y servicios (mercancías).


2) Precios.
3) Consumidores y empresas (agentes económicos).
4) Mercados.

El objetivo central son los precios y cantidades producidas de bienes y servicios y


la manera en que los mercados definen en conjunto, la distribución de los recursos
que se suponen escasos entre la inmensa variedad de usos posibles.

Las elecciones que hacen los individuos, las empresas y los gobiernos plantean
básicamente las siguientes preguntas:

 ¿Por qué hay más compradores de un producto que de otro?


 ¿Qué afecta los volúmenes de ventas?
 ¿Qué afecta los volúmenes de producción?

Son objetivos de la microeconomía:

A. Analizar el comportamiento de las unidades económicas, respecto a la


demanda, la oferta y su interacción con los mercados de bienes y servicios
y de factores.
B. Analizar los costos de producción y los precios de mercado.
C. Analizar la evolución de los ingresos de los consumidores y la demanda.
D. Investigar el comportamiento de los mercados para la toma de decisiones
empresariales y también gubernamental.
3. Antecedentes históricos de la microeconomía.

Aunque la palabra "microeconomía" sea de origen relativamente reciente, el


proceso que designa tiene una larga historia de más de un siglo, ya que se ve
primero aparecer y más tarde imponer las tesis marginalitas, que son la base de la
actual microeconomía.

El estudio de la génesis de ciertas nociones esenciales permite con frecuencia


conocer mejor su significación, de tal manera que se empezará este capítulo por
recordar el procedimiento teórico de los marginalitas, como "padres fundadores"
de la microeconomía. A continuación, se verá como tomó forma definitiva en los
años treinta y cuarenta de este siglo, bajo la influencia de circunstancias histó-
ricas, pero también por el desarrollo de un cierto número de resultados
matemáticos importantes.

1) LOS "PADRES FUNDADORES" DE LA MICROECONOMÍA:

LOS MARGINALISTAS.

A. Utilidad marginal decreciente y demanda.

A mediados del siglo XIX se vio aparecer en varios países de Europa una corriente
de ideas que, haciendo a un lado consideraciones de tipo histórico e institucional,
pero también formas de organización de la producción, se proponía explicar el
valor de los bienes a partir de la psicología individual, Dicho de otra manera, la
concepción "objetiva" del valor - construida sobre los costos de producción,
particularmente en trabajo -se abandonó en beneficio de un enfoque "subjetivo"
basado en el comportamiento del consumidor, determinado por sus "gustos" y sus
recursos.

a) El principio de la utilidad marginal decreciente.

Para quienes son los fundadores de esta nueva corriente, el inglés Stanley Jevons
(1835-1882), el austríaco Karl Menger (1840 1921) Y el francés León Walras
(1834 1921), existiría, más allá de la diversidad de los gustos individuales, una ley
psicológica, según la cual la satisfacción lograda mediante el consumo de un bien
aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de satisfacción se
produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una
saturación progresiva, pero jamás total.

Tal “Ley psicológica”, que para algunos como Jevons se explica por razones
meramente psicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal
decreciente; en este casi la palabra “utilidad” designa la satisfacción o el placer
conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya al hecho de que la utilidad
de la última unidad consumida disminuye en tanto el consumo aumenta.

Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana otorga una
utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres manzanas 18,
entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15 – 10, es decir
5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18 – 15, o sea 3. Ahora como 3 es
menos que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al menos
en este ejemplo.

Resaltamos que esta ley no se expresa por una formula clara, contrariamente a lo
que pasa en física, por ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa decrece la
utilidad marginal en tanto aumenta el consumo ya que esta varia de un individuo a
otro; se concentra con dar el sentido de tal variación, la cual supone igual para
todo el mundo.

Ahora, el hecho de enunciar hipótesis cualitativas – sentido de la variación, forma


de la curva – más que cuantitativas expresadas en cifra, es típico en
microeconomía, donde la diversidad y la complejidad vuelven problemática toda
medida cuantitativa.

b) La elección del consumidor.

Los marginalistas, así se denominará a los partidarios de la ley de la utilidad


marginal decreciente – van a emplear tal “ley” para explicar el valor de los bienes,
apoyándose en la idea según la cual los individuos procuraran obtener la mayor
satisfacción posible, es decir tienen un comportamiento hedonista, y son
racionales, o sea actúan buscando tal objetivo.

De tal manera, el problema del consumidor, que se supone racional y hedonista,


es seleccionar la canasta de bienes que maximiza su utilidad, habida cuenta de su
disposición de recursos limitados, está sometido a una restricción presupuestal.
Tal selección depende puesto de la forma de su función de utilidad - de sus
gustos – y también del precio de los bienes.

Más exactamente, la selección se hace de tal manera que la relación entre la


utilidad marginal y el precio de cada bien sea igual para todos los bienes de la
canasta escogida.

En efecto, si no fuera así, el consumidor podría aumentar su utilidad modificando


la composición de la canasta. Si, por ejemplo, la relación entre la utilidad marginal
y el precio fuera mayor para el bien A que para el B, es lógico que el consumidor
tuviera interés en vender B y comprar A con el resultado de la operación; la
canasta considerada no correspondería a una utilidad máxima. Tal razonamiento
es válido cualesquiera que sean los bienes A y B considerados.
La condición de “optimalidad” que acaba de establecerse igualdad de las razones
entre utilidad marginales y precios – se puede enunciar de la siguiente manera: la
canasta que maximiza la utilidad bajo la condición de una restricción presupuestal
es tal que la utilidad marginal de cada bien se proporcional al precio del mismo,
siendo igual el coeficiente de proporcionalidad para todos.

Este coeficiente depende del ingreso ya que, si éste aumenta, la restricción


presupuestal es menos “ajustada” de manera que el consumo de los bienes
aumenta y las utilidades marginales disminuyen; ahora, como se supone precios
fijos, la relación entre utilidades marginales y precios, es decir, nuestro coeficiente
de proporcionalidad, disminuye. Los microeconomistas denominan a esta relación
utilidad marginal del ingreso.

Una de las consecuencias importantes del principio de maxirnización es que


proporciona una justificación potente para el empleo de técnicas matemáticas. En
efecto, en la medida en que la utilidad depende de las cantidades consumidas, se
le puede representar como una función de esas cantidades, las cuales a su vez se
pueden representar como un vector cuyos elementos son los números que
representan las cantidades de cada uno de los bienes, por ejemplo, la canasta
representada formada por 3 kilos de zanahorias, 5 litros de leche y un par de
zapatos, se representa por el vector [3,5,1].

En la medida en que la utilidad marginal tiene implícita la idea de la variación de la


utilidad, el concepto matemático apropiado para representarla es la derivada.
Como en general en la función de utilidad intervienen varios bienes, zanahorias,
leche, zapatos, ella admite varias derivadas denominadas parciales, una para
cada bien.

Ahora, como en la búsqueda de puntos extremos de una función-máximos y


mínimos- se hace intervenir en general el cálculo de derivadas, es cIaro el interés
de la formalización matemática. Además, se puede indicar que se adoptó
rápidamente la costumbre de identificar "marginalismo" y "búsqueda de extremos
por el cálculo de derivadas".

c) La "ley de la demanda ".

En la medida en que un individuo ha determinado la canasta de bienes que


maximiza su utilidad, procura adquirirla y formula entonces demandas por cada
uno de ellos. Tales demandas dependen evidentemente del precio de estos y se
representan generalmente por una curva (Cournot [1801-1877] ha sido el primero
en utilizar tal representación, pero es Walras primero y sobre todo después
Marshall [1842-1924], quienes han resaltado el lazo entre demanda y
maximización de utilidad).
¿Cuál es la forma de las curvas de demanda? La respuesta a ésta pregunta
parece deducirse fácilmente: decreciente. ¿No es pues evidente que, ante
incrementos en el precio de un bien, se procura adquirir menos de este incluso
conduciendo a aplazar el consumo de otros bienes?

La anterior figura nos da un ejemplo de tal comportamiento.

El propósito de los teóricos marginalistas no era, Sin embargo, quedarse en las


"evidencias" sino mostrar que el decrecimiento de la curva de la demanda de
cualquier bien, es una consecuencia de la conducta maximizadora de la utilidad
por parte los individuos. Han denominado ley de la demanda a una tal propiedad
que, en primer lugar, parece desprenderse de manera inmediata del principio de la
utilidad marginal decreciente, asociado al de la maximización.
En efecto, se ha visto que tal comportamiento, la maximización de la utilidad,
conduce a escoger una canasta de bienes tal que la relación entre la utilidad
marginal y el precio sea igual para todo el bien de esta canasta. En tales
condiciones, si el precio de un bien aumenta, se puede pensar que la utilidad
marginal aumenta, para preservar la condición de la maximización.

Ahora como las utilidades marginales se suponen decrecientes, para que una de
ellas aumente se necesita que el consumo del bien correspondiente disminuye. De
ahí el lado lógico que parece existir entre disminución de la utilidad marginal y a la
ley de la demanda.

Sin embargo, si el asunto se mira con más detalle se puede uno dar cuenta que
las cosas no son tan simples, como el mismo Marshall lo había señalado a finales
del siglo pasado. En efecto, no es posible generalmente aislarse las
consecuencias de las variaciones del precio de un bien sobre su demanda; así, en
la medida en que el precio de un bien varía, aparecen dos tipos de efectos:
El efecto de sustitución.
Consecuencia del cambio en los precios relativos; si el precio de un bien aumenta
mientras que el de los otros permanece constante, el consumidor procurara, en
general, reemplazar el bien cuyo precio subió, y que se ha vuelto relativamente
más caro, por otros bienes de los cuales se dice que son sustitutos.

El efecto ingreso.
Provocado por la variación en el poder de la compra que resulta de la alteración
mencionada de los precios.

d) La condición “ceteribus paribus” permaneciendo constante todas las


otras condiciones.

De estos dos efectos, solo el segundo puede crear problemas a la ley de la


demanda. En efecto, con un poder de compra fija, sería irracional comprar más del
bien cuyo precio se ha incrementado, y menos de los otros bienes, en tanto tal
decisión era posible tomarla antes de la variación del precio (sin que ello hubiera
sucedido).

Inversamente, en tanto el dominio de selección varia como consecuencia del


efecto ingreso, pudiera suceder que el principio de la utilidad marginal decreciente
no garantiza la disminución de la demanda. Tal es el caso para los Giffen cuyo
consumo aumenta con el incremento de los precios.

Tal situación se explica de la manera siguiente: para estos bienes, que, con
vitales, los individuos prefieren dedicarles una parte más importante de su ingreso
en la medida que su poder de compra baja limitando el consumo de otros bienes
considerados menos esenciales.

Pero sobre todo el efecto ingreso se vuelve particularmente significativo cuando se


considera que el ingreso de los individuos depende a su vez de los precios –
recuérdese que para tener un ingreso es necesario vender algo, por ejemplo, a
fuerza de trabajo.

De tal manera que todo aumento de los precios tiene por contrapartida un
incremento del ingreso para quienes venden el bien cuyo precio aumenta y, por
tanto, un eventual aumento de la demanda.

Marshall consideraba que tales efectos “indirectos” eran relativamente


insignificantes, comparados con los que son inducidos por el principio de la utilidad
marginal decreciente. Así pues, mientras hemos visto como este principio actúa
después de un aumento de precios no se ha tenido en cuenta la variación del
coeficiente de proporcionalidad que relaciona precio y utilidad marginal, condición
de la maximización de la utilidad.

Ahora, es justamente al nivel de tal coeficiente y sus variaciones, donde se


concentran los “efectos indirectos” y muy particularmente el efecto – ingreso. Para
evitar estas complicaciones, Marshall propuso suponer que tal coeficiente es
constante, a pesar de saber que no lo era.

De manera más general, en tanto se procede así, es decir, en tanto que no se


considera la interdependencia de las demandas o de las ofertas de los diversos
bienes, se dice que se supone que todas las otras cosas permanecen iguales.
Este tipo de procedimiento es típico del enfoque en equilibrio parcia.

Habida cuenta de que Marshall adopto sistemáticamente este procedimiento, se le


denomina frecuentemente como “marshaliano”.

B. Productividad marginal decreciente y oferta.

La “ley psicológica” que explicara el principio de la utilidad marginal decreciente,


permite establecer una relación entre precio y cantidad demandada de un bien, de
la cual la curva es la expresión gráfica, pero no es suficiente para la determinación
del precio que va a establecerse “efectivamente”, lo mismo que la determinación
de las cantidades compradas y vendidas a ese precio.

Para suprimir la indeterminación se puede suponer, como lo hace Marshall, que la


cantidad ofrecida es dada, es decir, los vendedores llevan al mercado toda su
producción y que el precio se "ajusta" de manera tal que ésta se pueda vender
completamente.

Si llamamos qe cantidad ofrecida del bien, independientemente del precio,


entonces se enfrenta a una situación como la descrita en el gráfico 1.2 donde la
oferta se representa por una recta horizontal que pasa por qe y la demanda por la
curva DD'. El precio Pe donde se igualan la oferta y la demanda se denomina
precio de equilibrio, y qe la cantidad de equilibrio.
Se dice que existe “equilibrio” porque los individuos, compradores y vendedores,
cumplen sus planes. Sin embargo, aunque es cierto que los compradores -
consumidores maximizan su utilidad por la definición misma de la demanda el
caso de los vendedores – productores es, en este caso, menos claro ya que no
tienen verdaderamente que escoger; sin embargo, se puede considerar que la
cantidad propuesta qe no proviene del azar sino más bien de una decisión “dada”.

De esta manera Marshall introduce una periodización en su análisis de la oferta, la


que se presenta en el muy corto plazo, el mediano y en el largo plazo, habida
cuenta de la disponibilidad tanto de trabajo, máquinas y materias primas como de
capacidades de producción existentes en locales y materiales “pesados” con los
plazos de ajuste necesarios, los cuales pueden ser más o menos largos.

No nos detendremos sobre la forma de efectuar los cortes en el tiempo, lo que de


todos modos implica serios problemas teóricos; nos contentaremos con abordar el
problema de la oferta como lo habíamos hecho con la demanda; es decir,
considerando un individuo tipo, el “productor” o la “empresa” cuyo objetivo es la
maximización del beneficio en tanto que el propósito del otro individuo, el
“consumidor”, es recordémoslo, maximizar la utilidad.

En microeconomía hay dos procedimientos diferentes, pero no incompatibles de


tratar el problema de la oferta: la función de producción y por la función de costo;
vamos a presentar las dos.
a) El enfoque de la función de producción.

Por definición la función de producción asocia canastas de insumos – cantidades


de trabajo, de materias primas, de “servicios” dados por las máquinas, etc., con
cantidades de productos que aquellos han posibilitado producir, habida cuenta de
las técnicas disponibles. La “ley” de la utilidad marginal decreciente tiene una
contrapartida en el ámbito de la producción.

De esta manera David Ricardo (1772 – 1823) había notado hace bastante tiempo
que en tanto hubiere aumentos poblacionales se hacía necesario explotar las
tierras “marginales” que anteriormente estaban sin laborar, lo que generaba
rendimientos cada vez más débiles, es decir, con una productividad marginal
decreciente.

Es claro que la generalización de esta “ley” al caso del trabajo, las máquinas, las
materias primas etc., se demoró mucho en ser incorporado a toda la economía,
como si fuera más difícil de admitir que la utilidad marginal decreciente.

En efecto, en enfoque de la función de producción sólo aparece al fin del siglo XIX
más exactamente en la obra de Wicksteed, incluso bajo la forma rudimentaria,
agregada; tal función sólo se impone en los análisis teóricos a mediados del siglo
XX. Para el microeconomista tiene la ventaja, sobre la función de costos
anteriormente hegemónica, de sólo estar relacionada con los aspectos técnicos de
producción, considerados por los demás como “datos de base”.

La determinación de la oferta.

Supongamos que la productividad marginal de cada insumo es decreciente, es


decir, que la cantidad aumenta, entonces la producción aumenta, pero a un ritmo
más y más débil. Bajo esta hipótesis, la oferta que maximiza el beneficio se
obtiene por un razonamiento parecido al que permite determinar la demanda a
partir de la “ley” de la utilidad marginal decreciente. En efecto, en este caso el
razonamiento es más simple ya que el productor no está sometido a restricción
alguna – excepto a las de tipo técnico – en tanto que el consumidor debe
efectuarse su elección a sabiendas de que sus recursos son limitados.

En consecuencia, el productor debe adquirir cantidades de insumos de tal manera


que el valor obtenido por la ultima unidad empleada de cada insumo sea igual al
precio de esta. Su beneficio es entonces máximo ya que, si empleara más
insumos, lo haría a perdida (su compra le costaría más que los beneficios logrados
con la producción suplementaria); si empleara menos sus beneficios bajarían a
causa de una ganancia menor por la “subutilización” de los insumos.
Evidentemente tal razonamiento sólo se cumple porque las productividades
marginales de los insumos se suponen decrecientes.
En resumen, si las productividades marginales son decrecientes, la producción
optima, que maximiza el beneficio, se presenta cuando la productividad marginal
en valor de cada insumo es igual al precio.

Un ejemplo puramente hipotético, permite comprender mejor este resultado.


Supongamos que le insumo es el trabajo de un obrero que produce sillas, con un
precio de venta de 10, con un costo de 20 por la hora de trabajo y que el cuadro
siguiente resume la función de producción:

Horas de trabajo Producción acumulada Productividad marginal


1 11 11
2 18 7
3 23 5
4 25 2
5 26 1

Se constata que la productividad decreciente, ya que la producción es de 11 para


la primera hora, de 18 - 11=7 la segunda, de 23 - 18= 5 la tercera, de 25 – 23 = 2
la cuarta y de 26 – 25 = 1 la quinta hora. Dicho de otra manera, el obrero se fatiga
y su producción horaria se resiente.

Su producción en la primera hora – 11 sillas, le genera un ingreso de 10 * 11 =


110, con un costo igual a 20 – precio horario del trabajo, luego un beneficio de 11 *
10 – 20 = 90; igualmente, los beneficios rendidos por cada una de las horas
siguientes son 7 * 10 – 20 = 50; 5 * 10 – 20 = 30; 2 * 10 – 20 = 0; 1 * 10 – 20 = -
10. En consecuencia, dado que la producción de la quinta hora se hace a pérdida,
la cantidad de trabajo empleada es de cuatro horas, si la oferta es de 25 sillas, se
tiene un beneficio de 25 *10 – 42 * 0 = 170. La oferta es tal que la productividad
marginal en valor (2 * 10) es igual al costo unitario del trabajo (20); el beneficio es
máximo ya que, como la productividad marginal es decreciente, éste no se puede
aumentar empleando más trabajo.

Este ejemplo permite ver como la cantidad ofrecida depende del precio del
producto. De tal manera que, si éste fuese igual a9, la oferta es inferior a 25 ya
que entonces la producción de la última hora de trabajo se haría a pérdida genera
29=18 Y cuesta 20-. Inversamente, la tercera hora, donde se producen cinco
sillas, es rentable ya que el beneficio suplementario es 5 x 9-20=25. En
consecuencia, si el precio de la producción es igual a9la oferta es de 23. Se
verifica cómodamente que se cumple para todo precio P. comprendido entre 4 y
10 ya que 5p ≥ 20. Al contrario, si el precio está comprendido entre 3 y 4, el
beneficio no es máximo sólo si se emplean dos horas de trabajo, cuando la oferta
es igual a 18 y así sucesivamente.
Si se organiza un poco este ejemplo, tomando como unidad el minuto ¡incluso el
segundo!) se obtiene entonces la curva de la oferta de la figura 1.3. La hipótesis
sobre la disminución de la productividad marginal tiene como consecuencia que
esta curva tenga una pendiente "más y más débil" en la medida que el precio
aumenta (es cóncava).

b) El enfoque de la función de costo.

En nuestro ejemplo actuamos como si no hubiese más que un insumo, el trabajo,


lo que simplifica bastante la presentación. Pero, como regla general toda
producción exige no sólo trabajo sino también materias primas, energía,
herramientas etc., de tal manera que la búsqueda de la oferta que maximiza el
beneficio no se puede reducir a un cálculo simple. Por ello el microeconomista
razona con frecuencia a partir de la función de costos, que asocia a cada cantidad
producida de un bien el costo mínimo en insumos necesario para producirla. Una
función de esta forma presenta la ventaja de ser relativamente simple en la
medida de sólo hacer intervenir una variable (la cantidad producida), al contrario
de la función de producción que incluye tantas variables como insumos.

Sin embargo, la ventaja obtenida tiene una contrapartida nada despreciable: la


pérdida de información. En efecto, la función de costos es obtenida a partir de
relaciones técnicas y de los precios de los insumos, de manera que el papel de los
unos y los otros ya no se puede distinguir.
Se presenta un asunto incómodo para el microeconomista, uno de cuyos objetivos
es aislar la causa de los fenómenos que se propone estudiar; acuerda portal razón
-generalmente- un lugar privilegiado en sus análisis a la función de producción y
apenas emplea la función de costos para llamar la atención sobre un cierto
número de problemas particulares, por ejemplo, la existencia de costos fijos, o
para simplificar la presentación de ciertos problemas.

Costo marginal y función de oferta.

La búsqueda del máximo beneficio exige a la empresa al cálculo de su costo


marginal, es decir, el costo de la última unidad producida, independientemente del
nivel de producción. Ahora, si tal costo hubiese disminuido con la cantidad
producida, entonces la empresa tendría interés en adelantar indefinidamente su
producción. Para evitar tal tipo de situaciones, se supone generalmente que el
costo marginal es creciente “cuesta más y más” producir una unidad
suplementaria.

Esta hipótesis permite entonces deducir fácilmente la función de oferta de la


empresa, la cual debe, para lograr el máximo beneficio, “empujar” la producción
hasta el punto en el cual el costo de la última unidad producida sea igual al precio
de mercado, de hecho, ir más allá de este punto haría bajar su beneficio.

Dicho de otra manera, para que exista un beneficio máximo es necesario que el
costo marginal para el nivel de producción retenido sea igual al precio del bien
producido, con la condición, claro está, que tal costo sea creciente.

Aplicando esta regla a cada uno de los precios posibles, se obtiene la oferta, que
maximiza el beneficio, a estos precios y, por tanto, la función de oferta de la
empresa.

Los costos fijos.

El razonamiento que hemos efectuado relativo a la función de oferta supone el


costo marginal creciente. Ahora, tal hipótesis es muy lejana de la realidad; no se
constata que la mayoría de las veces si se compra más de un bien, por lotes, más
disminuye su costo unitario (empezando por las fotocopias cuya tarifa es
regresiva).

Los fabricantes de automóviles o de aviones, entre otros, no realizan pues el


grueso de sus beneficios sobre las “ultimas” unidades producidas, cuyo costo es
claramente inferior al precio de venta, se podría multiplicar el número de ejemplos.

Además, la hipótesis sobre el costo marginal creciente tiene un formidable


problema lógico; en efecto, como implica que el costo unitario disminuye con la
escala de producción, se desprende que las empresas que tienen un costo
marginal creciente tienen interés en subdividirse en unidades más y más
pequeñas, indefinidamente, o al menos hasta que se reduzcan a un solo individuo.
Conscientes de tal problema, los teóricos marginalistas como Marshall, han
propuesto agregar en la función de costos un término constante, que representaría
los costos fijos necesarios para el desarrollo de la mayoría de las producciones
por ejemplo arriendo de locales, compra de máquinas, concepción de un nuevo
modelo de avión o de automóvil, instalación de una cadena de producción etc.

Ahora, como los costos fijos son por definición independientes de las cantidades
producidas, su existencia torna el costo de las "primeras" unidades producidas
extremadamente elevados, en tanto ellas solas deben amortizarlos. Dicho de otra
manera, en tanto haya costos fijos, la producción sólo es rentable a partir de un
cierto umbral de precio de venta y de cantidad producida. Lo que se muestra en la
figura 4 donde se ve como en la medida que el precio de venta es inferior a un
cierto valor Po los costos fijos no se pueden amortizar y, por tanto, la oferta es
nula; al contrario, si el precio de venta es superior a P o entonces se vuelve
interesante producir, al menos si la "cantidad mínima" qo se puede vender. De tal
manera se constata que la existencia de costos fijos introduce una discontinuidad
en la función de la oferta; se puede decir que su curva representativa "salta" en P o'
c) El equilibrio.

Vimos como los marginalistas proponen deducir, a partir de las funciones de


utilidad y de producción y, aplicando el principio de maximización, las curvas de
oferta y demanda de cada bien. Sin embargo, estas últimas se obtienen
asumiendo que los precios son dados, independientemente de las preferencias
individuales; es la hipótesis de la competencia perfecta.

No hay ninguna razón a priori para que, a ciertos precios fijos escogidos al azar,
resulte una igualdad entre oferta y demanda, tomada globalmente.

Ahora, si de todas maneras se presenta esta igualdad, se dice que se está ante
precios de equilibrio. Ello se explica de la siguiente manera: como los planes
individuales, establecidos sobre la base de esos precios, son compatibles, y, como
tales planes suponen una maximización previa de utilidad o de beneficio- ninguno
de ellos está interesado en modificar su preferencia, es decir, su "posición", lo que
es típico de una situación de equilibrio, es decir, cada uno está en su máximo
posible.

Gráficamente, si uno se limita a un solo bien, el precio de equilibrio se da en la


intersección de las curvas de la oferta y la demanda. Si se supone que estas
curvas tienen las formas que se les atribuye usualmente, es decir, la demanda
decreciente y la oferta creciente en función del precio, entonces nos encontramos
en la situación descrita en descrita en la figura 1.5. Notemos que, en razón de la
existencia de los costos fijos, es posible que no haya equilibrio, como sería el caso
en la figura 1.6
Como se ha mostrado se ha establecido una teoría del valor -los precios de
equilibrio- por medio de la aplicación del cálculo "en el margen", teoría donde la
oferta y la demanda representan un papel decisivo, en tanto que expresiones de
los comportamientos maximizadores, racionales, de los individuos. Sin embargo,
se puede preguntar, "para que sirve" esta teoría y, sobre todo, si ella se ha
fundado sólidamente, habida cuenta de las numerosas hipótesis, formuladas más
o menos explícitamente, sobre las cuales se apoya fundamentalmente.
La microeconomía actual se ha constituido a partir de tales dudas; ahora, su meta
es ir más allá del discurso con frecuencia difuso de los marginalistas, pero de
todas maneras permaneciendo en su misma perspectiva.

4. Modelos económicos.

Un modelo económico es una descripción simplificada de la realidad, concebido


para ofrecer hipótesis sobre conductas económicas que pueden comprobarse.
Una de sus características importantes es su diseño necesariamente subjetivo, ya
que no existen mediciones objetivas de los resultados económicos. Distintos
economistas emitirán juicios diferentes sobre lo que es necesario para explicar sus
interpretaciones de la realidad.

En general, los modelos económicos pueden ser teóricos o empíricos. Los teóricos
buscan implicaciones verificables sobre el comportamiento económico bajo el
supuesto de que los agentes maximizan objetivos específicos sometiéndose a
restricciones bien definidas en el modelo (por ejemplo, el presupuesto de un
agente). Brindan respuestas cualitativas a determinadas preguntas, como las
implicaciones de la información asimétrica (cuando una parte en una transacción
sabe más que la otra) o la forma óptima de manejar las fallas de mercado.

En cambio, los modelos empíricos tratan de verificar las predicciones cualitativas


de los modelos teóricos y transformarlas en resultados precisos y numéricos. Por
ejemplo, un modelo teórico de los hábitos de consumo de un agente tendería a
indicar una relación positiva entre gastos e ingresos. La versión empírica de ese
modelo trataría de asignar un valor numérico al monto medio en que se
incrementan los gastos cuando aumentan los ingresos.

Los modelos económicos suelen constar de un conjunto de ecuaciones


matemáticas que describen una teoría de comportamiento económico. El propósito
de sus creadores es incluir suficientes ecuaciones para aportar pistas útiles sobre
la conducta de los agentes racionales o el funcionamiento de una economía
(recuadro).

La estructura de las ecuaciones refleja la intención de simplificar la realidad; por


ejemplo, al suponer un número infinito de competidores y participantes en el
mercado con una capacidad de previsión perfecta. Los modelos económicos
pueden ser muy sencillos en la práctica: la demanda de manzanas, por ejemplo,
es inversamente proporcional al precio si el resto de factores influyentes no varían.

Cuanto menos cuestan, mayor es su demanda. O pueden ser bastante complejos:


algunos modelos para predecir el producto real de una economía emplean miles
de formulaciones complejas con nombres como “ecuaciones diferenciales no
lineales interconectadas”

Un modelo útil.

El modelo estándar de oferta y demanda que se enseña en la introducción a la


economía es un buen ejemplo de un modelo económico útil. Su fin básico es
explicar y analizar los precios y las cantidades con que se comercia en un mercado
competitivo. Las ecuaciones del modelo determinan el nivel de oferta y demanda
en función del precio y otras variables (como los ingresos).
Los modelos económicos también pueden clasificarse en función de los aspectos
en que se centran. Por ejemplo, algunos modelos explican los altibajos de la
economía a lo largo de una trayectoria evolutiva a largo plazo, fijándose en la
demanda de bienes y servicios, pero sin precisar demasiado las fuentes de
crecimiento a largo plazo.

Otros modelos están concebidos para abordar cuestiones estructurales, como el


efecto de las reformas comerciales en la producción a largo plazo, obviando las
oscilaciones a corto plazo. Los economistas también elaboran modelos para
estudiar marcos hipotéticos, como el impacto de un impuesto al valor agregado en
la economía global.

Cómo se construyen los modelos empíricos

Pese a su diversidad, los modelos económicos empíricos tienen características


comunes. Todos admiten factores o variables exógenas que no requieren
explicación. Entre estos cabe mencionar las variables de política, como gasto
público y tasas impositivas, o de otra índole, como las condiciones meteorológicas.

Luego están los productos, o variables dependientes (por ejemplo, la tasa de


inflación), que el modelo procurará explicar cuando se activen algunas o todas las
variables exógenas. Todos los modelos empíricos tendrán también coeficientes
que determinan los cambios de una variable dependiente cuando cambia uno de
los factores (por ejemplo, la sensibilidad del consumo de los hogares frente a una
reducción de US$100 en el impuesto a la renta). Esos coeficientes suelen
estimarse (asignación de números) a partir de datos históricos.
Por último, los economistas añaden una variable general a cada ecuación
conductual para explicar las peculiaridades del comportamiento económico a nivel
individual. (En el ejemplo anterior, los agentes no responderán de forma idéntica a
un descuento tributario de US$100). No obstante, los economistas discrepan
fundamentalmente sobre cómo se deberían derivar las ecuaciones de un modelo
empírico.
Algunos insisten en que hay que suponer una conducta de maximización (por
ejemplo, un agente determina su consumo futuro para maximizar su nivel de
satisfacción según su presupuesto), mercados eficaces y conducta prospectiva.
Las expectativas de los agentes y su reacción ante los cambios de políticas
inciden de forma crucial en las ecuaciones resultantes.

Por lo tanto, los usuarios del modelo deben poder seguir de cerca el efecto de
determinados cambios de políticas sin tener que preocuparse de si los cambios
alteran el comportamiento de los agentes. Otros economistas proponen un
enfoque con más matices. Sus ecuaciones reflejan, en parte, lo que su propia
experiencia les ha enseñado sobre los datos observados.

Estos economistas cuestionan, esencialmente, el realismo de las teorías


conductuales en los modelos obtenidos de manera más formal. Sin embargo, al
incorporar la experiencia suele hacerse imposible desentrañar el efecto de ciertos
shocks o predecir el impacto de un cambio de políticas, dado que las ecuaciones
subyacentes no consideran explícitamente los cambios en la conducta del agente.

La ventaja, según estos economistas, es que sus modelos son mejores a la hora
de predecir (especialmente a corto plazo).

¿Qué es un buen modelo económico?

Independientemente del enfoque, el método científico (muchas ciencias, como la


física y la meteorología, crean modelos) exige que cada modelo produzca
implicaciones precisas y verificables sobre los fenómenos económicos que trata
de explicar. La evaluación formal supone comprobar las implicaciones esenciales
del modelo y determinar su capacidad para reproducir hechos estilizados.

Los economistas prueban sus modelos con muchas herramientas, como estudios
de casos, estudios experimentales de laboratorio y estadísticas. Aun así, la
aleatoriedad de los datos económicos suele interferir, y por eso los economistas
deben ser precisos cuando señalan que un modelo “explica satisfactoriamente”
algo.

Desde el punto de vista de los pronósticos, esto significa que los errores son, en
promedio, imprevisibles e irrelevantes (nulos). Si dos o más modelos satisfacen
esa condición, los economistas suelen usar la volatilidad de los errores de
pronóstico para resolver el empate, optando por lo general por la menor
volatilidad.
Una señal objetiva de que un modelo empírico debe ser revisado son los errores
sistemáticos de pronóstico. Esos errores implican que una o más ecuaciones del
modelo son incorrectas. Comprender la causa de esos errores es un aspecto
importante de la evaluación periódica de los modelos que efectúan los
economistas.

Por qué fallan los modelos


Todos los modelos económicos, al margen de su grado de complejidad, son
aproximaciones subjetivas de la realidad cuyo fin es explicar los fenómenos
observados. Se deduce entonces que las predicciones del modelo deben ajustarse
teniendo en cuenta la aleatoriedad de los datos subyacentes que se pretende
explicar y la validez de las teorías de las que se derivan las ecuaciones.

Un buen ejemplo es el debate actual sobre la incapacidad de los modelos


existentes para predecir o desentrañar las causas de la reciente crisis financiera
mundial. La culpa se ha atribuido a la poca atención prestada a los vínculos entre
la demanda global, la riqueza y, en particular, la asunción excesiva de riesgos
financieros. En los próximos años se realizarán muchos estudios para comprender
las enseñanzas que deja la crisis.

A partir de ellos, se incorporarán nuevas ecuaciones conductuales a los modelos


económicos actuales y se modificarán las ecuaciones existentes (como las
relativas al ahorro de los hogares) para vincularlas a las nuevas ecuaciones de
modelización del sector financiero. La prueba de fuego para el modelo reforzado
será su capacidad para detectar sistemáticamente los niveles de riesgo financiero
que exigen la toma de medidas políticas preventivas.

Ningún modelo económico puede describir perfectamente la realidad. Pero el


proceso de elaboración, comprobación y revisión de los modelos obliga a los
economistas y a las autoridades a afinar sus opiniones sobre cómo funciona una
economía. Esto, a su vez, promueve un debate científico sobre los factores que
determinan el comportamiento económico y cómo se deberían abordar las fallas
de mercado. Adam Smith probablemente daría su visto Bueno.

5. Formas de organización económica.

Las formas de organización económica se definen como las distintas maneras


en que los seres humanos han organizado a la sociedad para resolver los
problemas económicos; es decir, satisfacer sus necesidades ilimitadas con los
recursos limitados que tienen a su alcance.

Para enfrentar esta escasez es necesario organizar la producción de bienes y


servicios y organizar su distribución. A lo largo de la historia, la humanidad ha
desarrollado sistemas diferentes para llevar a cabo estas dos tareas básicas y
enfrentar este desafío económico. Robert Heilbroner, identificó tres tipos de
formas de organización económica: la tradición, el mando centralizado y la
sociedad de mercado. 

División del trabajo.

La división del trabajo se define como “Fragmentación o descomposición de una


actividad productiva en sus tareas más elementales y su reparto entre diferentes
personas raras”.
Una persona no puede sobrevivir sin ayuda de otros, “Sobrevivimos en los países
ricos porque las tareas que no somos capaces de realizar nosotros, las llevan a
cabo otras personas a las que pedimos ayuda. Si no podemos cultivar los
alimentos, podemos comprarlos.”

Para que una economía funcione es necesar io dividir las tareas entre los ciudadanos
así aumenta el potencial en gran med ida, puesto que permite que las personas se
beneficien de las habilidades de otros.

Gracias a la división de trabajo surge el comercio, ya que si no se puede cultivar o


producir algo que la población vea como necesario se recurre al intercambio para
obtenerlo. El resultado de la división del trabajo es la elaboración de máquinas,
especialización y ahorro de tiempo. Gracias a estos tres resultados la producción
es más rápida y eficiente.

Las formas de organización económica según Robert Heilbroner.

Robert Heilbroner —economista estadounidense, nacido en Manhattan, Nueva


York, el 24 de marzo de 1919, historiador y profesor de pensamiento económico
influenciado por Karl Marx—, ha tratado ampliamente el problema de las formas
de organización económica a lo largo de la historia. Es en su libro titulado “The
making of economy society” (1962) donde señala que la humanidad ha tenido
éxito en la solución de los problemas económicos de producción y distribución
siguiendo tres diferentes caminos. Heilbroner identifica estos tipos sistémicos
como economías dirigidas por la tradición (agricultura de subsistencia), la
autoridad (economía planificada controlada por el Estado) y el mercado
(Capitalismo).

Tradición concepto.

Se trata de una economía no monetizada que se basa en los recursos naturales


para proveer las necesidades básicas a través de la caza, recolección de frutos y
la agricultura de subsistencia. El excedente económico es mínimo y sólo se utiliza
para el comercio de productos de primera necesidad, no hay industrialización.

En la tradición se asegura que se realicen las actividades necesarias asignando


las tareas de los padres a sus hijos; los empleos se transmiten de generación en
generación, de esta manera se asegura la producción con una cadena hereditaria
de habilidades.
En cuanto a la distribución, se aplican las reglas del parentesco, las cuales
establecen una jerarquía dentro de la familia; el padre, el hombre de la casa,
recibe la mayor porción del producto mientras que los hijos y la esposa reciben
menos. Esto depende del posicionamiento que ocupa una persona dentro de la
pirámide familiar por creencias religiosas o costumbres.

Este sistema se da principalmente en sociedades agrarias primitivas. La tradición


está basada en las costumbres y creencias de las sociedades por lo cual no está
sujeta al cambio social o económico; las sociedades que se rigen bajo un sistema
tradicional permanecen sin cambios en comparación con lo que eran hace mil
años. Es una forma de organizar la producción y distribución a expensas del
crecimiento económico.

A medida que la urbanización, la civilización, y la división del trabajo se


propagaron, diversas sociedades pasaron a otros sistemas económicos en
diversos momentos
Un claro ejemplo es la monarquía, podemos que el cargo reside en un rey o una
reina de forma hereditaria, y ya que fallecen o lo sustituyen del trono le van a dejar
el puesto a sus herederos. Otro claro ejemplo es cuando un hijo estudia la misma
carrera que sus padres para heredar el negocio familiar o algún puesto importante
en alguna empresa.

Mando centralizado.

El mando centralizado se trata de un sistema donde una autoridad suprema


controla la economía. Todas las acciones económicas están sometidas cumplir un
objetivo marcado por el Estado el cual establece no solo a dónde quiere llegar,
sino que también establece o los medios y el periodo de realización.

El Estado toma todas las decisiones económicas, decide cómo usar los factores
de producción y cómo distribuir los bienes producidos; hay regulación en los
precios, salarios, consumo etc.

A diferencia del sistema de tradición, en el mando centralizado se puede dar el


cambio de una manera rápida. El Estado impone las medidas necesarias para que
la producción y la distribución sean eficientes.

Es recomendable esta organización económica en época de guerra, crisis o


hambruna, esto ayudará a agilizar más rápido a una economía y a ver cambios
rápidamente.

Un ejemplo es Cuba, en este país el gobierno es el encargado de controlar los


precios de los alimentos, la comida que puede consumir la población y el dinero
que entra y sale del país, así como las actividades de los ciudadanos. En este país
las personas no tienen libertades como en otros países, ya que el gobierno los
tiene muy controlados.

La sociedad de mercado.

Es un sistema de propiedad privada con libertad de iniciativa y contratación. Los


recursos se asignan por el libre funcionamiento de las fuerzas del mercado. La
oferta y la demanda guían el proceso económico y están libres de regulaciones
gubernamentales u otras intervenciones. Es una economía que se autorregula.

El mercado proporciona incentivos para el uso eficiente de los recursos. Responde


a las exigencias de los consumidores y premia los esfuerzos empresariales y su
innovación. Cada persona se relaciona con los demás mediante acuerdos donde
alguien ofrece los bienes y servicios que posee y demanda aquellos que necesita.

La eficiente producción de bienes y servicios impulsa un mayor desarrollo


económico. Este tipo de economía da prioridad a la voluntad y preferencia de las
personas.

Los hombres deben realizar sus tareas no solo porque así se les ordene, sino
porque desean ganar dinero; y los productores deben decidir el volumen y la
variedad de su producción, no porque así lo determine el feudo o el gremio, sino
porque existe una demanda en el mercado por determinados productos. 8

El padre de la economía, Adam Smith (1725-1790) utiliza la metáfora de la mano


invisible para describir cómo el mercado guía a los oferentes y demandantes. Al
interactuar en el mercado, los consumidores y vendedores actúan solo pensando
en el beneficio propio.

Los vendedores quieren vender caro y los consumidores quieren comprar barato.
Al estar buscando su propio beneficio, a la vez van a generan, sin proponérselo, el
beneficio de todo el mercado. Esta es la mano invisible que impulsa buscar el
beneficio mayor en una economía.

Muchas sociedades han adoptado este modelo, de hecho, es el más utilizado en


las sociedades actuales bajo el nombre de “Capitalismo”.

Formas de organización económica en Nicaragua.

La Economía de Nicaragua es la vigésima economía de América Latina, con


un Producto Interno Bruto (nominal) de 13.626 millones de dólares. A nivel
regional, la nicaragüense es la sexta economía de Centroamérica. En términos
relativos o de paridad de poder adquisitivo (PPA), se encuentra también en el
sexto lugar de Centroamérica y décimo noveno a nivel Latinoamericano.

Los datos publicados anualmente por el Fondo Monetario Internacional, muestran


que hasta el año 2019, la economía total de Nicaragua ascenderá, llegando a
situarse en los 13.626 millones de dólares (producto interno bruto). En la cuestión
sobre la división de este PIB por la cantidad de población con más de 6 millones
de habitantes, muestran que Nicaragua posee una PIB per cápita de 2.141 dólares
(en nominal).

Nicaragua es un país con un nivel de desarrollo en crecimiento. Dejó de ser el


segundo país que menos produce en América. El acuerdo de libre comercio entre
los Estados Unidos y a América Central está en vigor desde 2006 y ha ampliado
las posibilidades de exportación para muchos productos agrícolas y
manufacturados.

Los textiles y el vestuario responden por casi 60% de las exportaciones


nicaragüenses, pero los aumentos del salario mínimo durante el gobierno
de Daniel Ortega deberán reducir esta ventaja comparativa de la industria. Ortega
ha promovido la creación de emprendimientos binacionales administrados por las
empresas petrolíferas estatales de Nicaragua y Venezuela. Últimamente la

Estabilidad del país y su seguridad han mejorado el clima de inversión,


instalándose nuevas industrias y empresas en el país, mejorando la condición de
la producción y el empleo. Nicaragua forma parte de Petrocaribe.

Historia de la economía de Nicaragua.

Nicaragua en la actualidad es un país con un bajo nivel de desarrollo y el país que


menos produce en América Latina después de Haití.

La situación económica de Nicaragua, a mediados del siglo XX, se ve deteriorada


al caer los precios de productos agrícolas exportables como lo eran el algodón y el
café. Políticamente el Partido Conservador de Nicaragua sufre una escisión y una
de las facciones, los que fueron llamados popularmente los zancudos, pasa a
colaborar con el régimen somocista.

Anastasio Somoza gobernaría el país con mano de hierro. Somocismo encarnó un


sistema dictatorial de dominación y opresión que se apoyaba en una estructura
política, militar, económica y social que se mantuvo en el poder en este país
centroamericano desde 1934 hasta 1979. El gobierno de la familia Somoza puso
al país a plena disposición de los intereses de los EE. UU. La familia se convirtió
en una de las familias más ricas de las Américas, con un patrimonio estimado de
5000 millones de dólares, controlando la riqueza nacional de Nicaragua para sus
propios intereses y fomentando la corrupción.

Durante los años 50 y 60 del siglo XX, manteniendo a grandes masas de la


población en la extrema pobreza e indigencia. La oposición al régimen fue
duramente perseguida, produciéndose asesinatos y torturas y obligando al exilio a
los que se posicionaban en contra del poder establecido. La represión se acentuó
a partir de 1964.

En los años 1960 la estrategia económica, favorecida por la puesta en marcha del


Mercado Común Centroamericano, impulsó un proceso de industrialización
dirigido a la sustitución de importaciones y a la exportación al área
centroamericana de productos manufacturados.

A lo largo de aquella década, la construcción y la industria en general, fueron los


sectores más dinámicos, con tasas anuales de crecimiento superiores al 10 %,
pero debido a lo limitado del mercado y a la pérdida de dinamismo del Mercado
Común Centroamericano, el proceso de industrialización se agotó rápidamente.

Además, el Terremoto de Managua de 1972 significó un duro golpe para la


economía del país, particularmente para su industria, y, en general, el crecimiento
económico de toda la década de los setenta fue muy mediocre y la renta per
cápita cayó considerablemente.

La situación se agravó a raíz de la guerra civil y la revolución de 1979, cuando


buena parte del aparato productivo quedó inutilizado, no sólo a causa de las
acciones bélicas, sino por la táctica de destrucción aplicada por la Guardia
Nacional del Presidente Anastasio Somoza, que era, junto con su familia, uno de
los principales industriales y financieros del país.
Con el triunfo de la revolución sandinista, el gobierno se impuso la meta de
satisfacer las necesidades mínimas de la población, reconstruir el país y buscar un
modelo de desarrollo menos liberal y más intervencionista. Sin embargo, durante
este período tanto la producción como la renta descendieron de forma
considerable.

La guerra con la Contra, que supuso unos costos estimados de cerca de 1.420
millones de dólares; afectaron gravemente a todos los sectores productivos
nicaragüenses, en especial a la industria manufacturera.

A finales de los años ochenta la crisis económica se hizo sentir con mayor
intensidad; fueron años de hiperinflación, en los que cayó el PIB, retrocedió la
renta por habitante y la deuda externa aumentó. En 1991 se impone un programa
de ajuste económico, obliga la devaluación del córdoba y la reducción de plazas
en el Estado. En 1993 se inicia la liberalización del mercado y la privatización d
empresas.

En la agricultura, en cambio, se redujo el volumen de exportación, que


representaban casi dos tercios del sector, pero crecieron las obstinadas al
mercado interno debido en buena parte a su utilización como medio de cambio
ante la fuerte devaluación de la moneda. Por otro lado, el desempleo creció y los
salarios en el sector formal se deterioraron hasta tal punto que numerosos
trabajadores se trasladaron al sector informal en busca de ingresos más estables,
mientras el éxodo de profesionales y técnicos proseguía.

El déficit comercial se elevó y el PNB se redujo. Los bajos salarios, la reducción de


los servicios de educación y de salud causados pobreza en aumento, y las
tensiones sociales en aumento.

Economía por sectores.

Agricultura, Ganadería y Pesca.

Gran parte del área agrícola está destinada al cultivo de productos de consumo
diario. Se trata de cultivos dispersos que sustentan una economía familiar y con
los cuales se emplean técnicas tradicionales.

Se produce maíz, arroz, frijoles, hortalizas, frutas, yuca y papas.

El sorgo es utilizado como forraje. Estos aglutinan el 25% de las parcelas,


mientras que el restante 75% está dedicada a productos de exportación. Destacan
el café (principal producto de exportación desde el siglo pasado), el maíz,
frijoles, banano, tabaco, ajonjolí, caña de azúcar y maní.

En la actualidad y siguiendo las demandas del mercado internacional, se ha


iniciado una diversificación de los cultivos de exportación. Se produce palma
africana, cocos, piñas, mangos, cítricos, melones, jengibre y hortalizas.

La ganadería más relevante es la vacuna. Este rubro ganadero se ha expandido


gracias a que cuenta con una importante industria láctea. La carne es actualmente
uno de los principales rubros de exportación. También se crían aves de corral y
ganado porcino para el consumo local.

Parte de la actividad pesquera es destinada al consumo interno y otra parte se


exporta al exterior. La producción de mariscos y langosta representa una
importante fuente de divisas al país. Los principales caladeros son las
costas Pacífico y Atlántico, siendo la pesca lacustre poco desarrollada.

Minería, Energía e Industria.

El subsuelo nicaragüense es rico en yacimientos metalíferos


como antimonio, tungsteno, zinc, fosfatos, plomo, hierro y cobre. Aunque la
minería se ha centrado en la obtención de oro y plata, adolece de buena
infraestructura y control efectivo de las aguas residuales. También se encuentran
yacimientos no metalíferos, como mármol, yeso, calizas, arcillas y piedras
semipreciosas como jaspe y puzolana. El país no cuenta con yacimientos
petrolíferos y de carbón de importancia, por lo que es importador neto de estos
materiales para la generación de energía eléctrica. Otras fuentes de energía son
la hidroeléctrica, geotérmica, y más recientemente, solar y eólica.
La industria es escasa, y se concentra básicamente en Managua, la capital, aparte
de algunas ciudades portuarias del litoral Pacífico. Se basa en la agro
industria (ingenios azucareros, refrescos, licores, elaboración de tabaco, carnes).
Cabe mencionar la industria maderera (mueble y papel), química, derivados del
petróleo, productos farmacéuticos, jabones, cemento, cuero y calzado.

La industria textil se desarrolla en las Zonas Francas y está destinada a la


exportación. A la par de las industrias modernas de la capital, conviven industrias
artesanales de cerámica y cestería, con métodos tradicionales, que mantienen
vivo este oficio ancestral. De todo el mundo está aquí para el Sr. burns en el show
del mapa y el teléfono celular en el escritorio del relieve y la dirección IP

Sector Terciario.
En cuanto a comercio, los principales productos de exportación son: café, azúcar,
carne de res, cacahuetes, camarones y tabaco. Las importaciones se hallan
centradas en bienes de consumo, maquinaria, equipos industriales y derivados del
petróleo. Los principales socios del país son EUA (primer destino de exportaciones
e importaciones nacionales), Centroamérica, UE y China. La balanza comercial es
deficitaria, excediendo los 2 000 millones de USD.

En cuanto a turismo, el país ofrece una amplia variedad de sitios recreativos,


deportes extremos y diversidad de paisajes. Con más de un millón y medio de
turistas por año, es uno de los países menos visitados de Centroamérica. Es una
industria en constante crecimiento, generando una significativa entrada de divisas
al país. Y la agricultora.

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