Unidad I
Unidad I
Unidad I
Contenido temático.
La primera percepción que tiene una persona sobre los temas económicos es
microeconómica. Cuando un niño recibe por primera vez una moneda de 10
pesos, y se dirige a un quiosco a comprar golosinas, realiza su primera actividad
económica.
Deberá elegir entre múltiples ofertas atractivas de golosinas de diferentes formas y
colores que le son ofrecidas desde tentadoras vitrinas, a determinados precios.
Empezará preguntando al quiosquero los precios de las golosinas que más le
gustan y mentalmente irá asignando sus 10 pesos. En ese momento sentirá por
primera vez, el dilema de querer obtener múltiples bienes con recursos escasos.
Se ha convertido en un consumidor, vive el conflicto entre lo que desea tener y lo
que puede comprar. (cinve, 2005).
“La microeconomía es el estudio de las elecciones que hacen los individuos y las
empresas, la manera en que dichas elecciones interactúan en los mercados y la
influencia que los gobiernos ejercen sobre ella” (Parkin, 2010, pág. 2). Las
decisiones que tomen los agentes económicos van a depender del análisis que
estos hagan a un conjunto de variables que pueden ser: económicas, políticas,
sociales y ambientales.
Variable económica
Es la representación numérica de un término económico. Se define, como a todas
las magnitudes capaces de sufrir cambios cuantitativos y cualitativos en el tiempo.
Pueden ser: de flujo o de stock, endógena o exógena, nominal o real.
Variable de flujo.
Su cantidad se mide en periodos determinados de tiempo. Por ejemplo, la
inversión, el ingreso, la inflación el tipo de cambio, etc.
Variables de stock.
Su medición se hace en un determinado momento del tiempo. Por ejemplo, la
población, la riqueza, la oferta monetaria, etc.
Importancia de la microeconomía.
Las elecciones que hacen los individuos, las empresas y los gobiernos plantean
básicamente las siguientes preguntas:
LOS MARGINALISTAS.
A mediados del siglo XIX se vio aparecer en varios países de Europa una corriente
de ideas que, haciendo a un lado consideraciones de tipo histórico e institucional,
pero también formas de organización de la producción, se proponía explicar el
valor de los bienes a partir de la psicología individual, Dicho de otra manera, la
concepción "objetiva" del valor - construida sobre los costos de producción,
particularmente en trabajo -se abandonó en beneficio de un enfoque "subjetivo"
basado en el comportamiento del consumidor, determinado por sus "gustos" y sus
recursos.
Para quienes son los fundadores de esta nueva corriente, el inglés Stanley Jevons
(1835-1882), el austríaco Karl Menger (1840 1921) Y el francés León Walras
(1834 1921), existiría, más allá de la diversidad de los gustos individuales, una ley
psicológica, según la cual la satisfacción lograda mediante el consumo de un bien
aumenta con el incremento del consumo, pero tal aumento de satisfacción se
produce a un ritmo cada vez más débil, de tal manera que se presenta una
saturación progresiva, pero jamás total.
Tal “Ley psicológica”, que para algunos como Jevons se explica por razones
meramente psicológicas, ha sido denominada ley de la utilidad marginal
decreciente; en este casi la palabra “utilidad” designa la satisfacción o el placer
conseguido, en tanto que el adjetivo “marginal” subraya al hecho de que la utilidad
de la última unidad consumida disminuye en tanto el consumo aumenta.
Así, para dar un ejemplo simple, si el consumo de una manzana otorga una
utilidad de 10, la de dos manzanas una utilidad de 15 y la de tres manzanas 18,
entonces la utilidad marginal de la segunda manzana es igual a 15 – 10, es decir
5, en tanto que la de la tercera manzana es de 18 – 15, o sea 3. Ahora como 3 es
menos que 5, la ley de la utilidad marginal decreciente se ha verificado, al menos
en este ejemplo.
Resaltamos que esta ley no se expresa por una formula clara, contrariamente a lo
que pasa en física, por ejemplo; de tal manera no se precisa a que tasa decrece la
utilidad marginal en tanto aumenta el consumo ya que esta varia de un individuo a
otro; se concentra con dar el sentido de tal variación, la cual supone igual para
todo el mundo.
Ahora como las utilidades marginales se suponen decrecientes, para que una de
ellas aumente se necesita que el consumo del bien correspondiente disminuye. De
ahí el lado lógico que parece existir entre disminución de la utilidad marginal y a la
ley de la demanda.
Sin embargo, si el asunto se mira con más detalle se puede uno dar cuenta que
las cosas no son tan simples, como el mismo Marshall lo había señalado a finales
del siglo pasado. En efecto, no es posible generalmente aislarse las
consecuencias de las variaciones del precio de un bien sobre su demanda; así, en
la medida en que el precio de un bien varía, aparecen dos tipos de efectos:
El efecto de sustitución.
Consecuencia del cambio en los precios relativos; si el precio de un bien aumenta
mientras que el de los otros permanece constante, el consumidor procurara, en
general, reemplazar el bien cuyo precio subió, y que se ha vuelto relativamente
más caro, por otros bienes de los cuales se dice que son sustitutos.
El efecto ingreso.
Provocado por la variación en el poder de la compra que resulta de la alteración
mencionada de los precios.
Tal situación se explica de la manera siguiente: para estos bienes, que, con
vitales, los individuos prefieren dedicarles una parte más importante de su ingreso
en la medida que su poder de compra baja limitando el consumo de otros bienes
considerados menos esenciales.
De tal manera que todo aumento de los precios tiene por contrapartida un
incremento del ingreso para quienes venden el bien cuyo precio aumenta y, por
tanto, un eventual aumento de la demanda.
De esta manera David Ricardo (1772 – 1823) había notado hace bastante tiempo
que en tanto hubiere aumentos poblacionales se hacía necesario explotar las
tierras “marginales” que anteriormente estaban sin laborar, lo que generaba
rendimientos cada vez más débiles, es decir, con una productividad marginal
decreciente.
Es claro que la generalización de esta “ley” al caso del trabajo, las máquinas, las
materias primas etc., se demoró mucho en ser incorporado a toda la economía,
como si fuera más difícil de admitir que la utilidad marginal decreciente.
En efecto, en enfoque de la función de producción sólo aparece al fin del siglo XIX
más exactamente en la obra de Wicksteed, incluso bajo la forma rudimentaria,
agregada; tal función sólo se impone en los análisis teóricos a mediados del siglo
XX. Para el microeconomista tiene la ventaja, sobre la función de costos
anteriormente hegemónica, de sólo estar relacionada con los aspectos técnicos de
producción, considerados por los demás como “datos de base”.
La determinación de la oferta.
Este ejemplo permite ver como la cantidad ofrecida depende del precio del
producto. De tal manera que, si éste fuese igual a9, la oferta es inferior a 25 ya
que entonces la producción de la última hora de trabajo se haría a pérdida genera
29=18 Y cuesta 20-. Inversamente, la tercera hora, donde se producen cinco
sillas, es rentable ya que el beneficio suplementario es 5 x 9-20=25. En
consecuencia, si el precio de la producción es igual a9la oferta es de 23. Se
verifica cómodamente que se cumple para todo precio P. comprendido entre 4 y
10 ya que 5p ≥ 20. Al contrario, si el precio está comprendido entre 3 y 4, el
beneficio no es máximo sólo si se emplean dos horas de trabajo, cuando la oferta
es igual a 18 y así sucesivamente.
Si se organiza un poco este ejemplo, tomando como unidad el minuto ¡incluso el
segundo!) se obtiene entonces la curva de la oferta de la figura 1.3. La hipótesis
sobre la disminución de la productividad marginal tiene como consecuencia que
esta curva tenga una pendiente "más y más débil" en la medida que el precio
aumenta (es cóncava).
Dicho de otra manera, para que exista un beneficio máximo es necesario que el
costo marginal para el nivel de producción retenido sea igual al precio del bien
producido, con la condición, claro está, que tal costo sea creciente.
Aplicando esta regla a cada uno de los precios posibles, se obtiene la oferta, que
maximiza el beneficio, a estos precios y, por tanto, la función de oferta de la
empresa.
Ahora, como los costos fijos son por definición independientes de las cantidades
producidas, su existencia torna el costo de las "primeras" unidades producidas
extremadamente elevados, en tanto ellas solas deben amortizarlos. Dicho de otra
manera, en tanto haya costos fijos, la producción sólo es rentable a partir de un
cierto umbral de precio de venta y de cantidad producida. Lo que se muestra en la
figura 4 donde se ve como en la medida que el precio de venta es inferior a un
cierto valor Po los costos fijos no se pueden amortizar y, por tanto, la oferta es
nula; al contrario, si el precio de venta es superior a P o entonces se vuelve
interesante producir, al menos si la "cantidad mínima" qo se puede vender. De tal
manera se constata que la existencia de costos fijos introduce una discontinuidad
en la función de la oferta; se puede decir que su curva representativa "salta" en P o'
c) El equilibrio.
No hay ninguna razón a priori para que, a ciertos precios fijos escogidos al azar,
resulte una igualdad entre oferta y demanda, tomada globalmente.
Ahora, si de todas maneras se presenta esta igualdad, se dice que se está ante
precios de equilibrio. Ello se explica de la siguiente manera: como los planes
individuales, establecidos sobre la base de esos precios, son compatibles, y, como
tales planes suponen una maximización previa de utilidad o de beneficio- ninguno
de ellos está interesado en modificar su preferencia, es decir, su "posición", lo que
es típico de una situación de equilibrio, es decir, cada uno está en su máximo
posible.
4. Modelos económicos.
En general, los modelos económicos pueden ser teóricos o empíricos. Los teóricos
buscan implicaciones verificables sobre el comportamiento económico bajo el
supuesto de que los agentes maximizan objetivos específicos sometiéndose a
restricciones bien definidas en el modelo (por ejemplo, el presupuesto de un
agente). Brindan respuestas cualitativas a determinadas preguntas, como las
implicaciones de la información asimétrica (cuando una parte en una transacción
sabe más que la otra) o la forma óptima de manejar las fallas de mercado.
Un modelo útil.
Por lo tanto, los usuarios del modelo deben poder seguir de cerca el efecto de
determinados cambios de políticas sin tener que preocuparse de si los cambios
alteran el comportamiento de los agentes. Otros economistas proponen un
enfoque con más matices. Sus ecuaciones reflejan, en parte, lo que su propia
experiencia les ha enseñado sobre los datos observados.
La ventaja, según estos economistas, es que sus modelos son mejores a la hora
de predecir (especialmente a corto plazo).
Los economistas prueban sus modelos con muchas herramientas, como estudios
de casos, estudios experimentales de laboratorio y estadísticas. Aun así, la
aleatoriedad de los datos económicos suele interferir, y por eso los economistas
deben ser precisos cuando señalan que un modelo “explica satisfactoriamente”
algo.
Desde el punto de vista de los pronósticos, esto significa que los errores son, en
promedio, imprevisibles e irrelevantes (nulos). Si dos o más modelos satisfacen
esa condición, los economistas suelen usar la volatilidad de los errores de
pronóstico para resolver el empate, optando por lo general por la menor
volatilidad.
Una señal objetiva de que un modelo empírico debe ser revisado son los errores
sistemáticos de pronóstico. Esos errores implican que una o más ecuaciones del
modelo son incorrectas. Comprender la causa de esos errores es un aspecto
importante de la evaluación periódica de los modelos que efectúan los
economistas.
Para que una economía funcione es necesar io dividir las tareas entre los ciudadanos
así aumenta el potencial en gran med ida, puesto que permite que las personas se
beneficien de las habilidades de otros.
Tradición concepto.
Mando centralizado.
El Estado toma todas las decisiones económicas, decide cómo usar los factores
de producción y cómo distribuir los bienes producidos; hay regulación en los
precios, salarios, consumo etc.
La sociedad de mercado.
Los hombres deben realizar sus tareas no solo porque así se les ordene, sino
porque desean ganar dinero; y los productores deben decidir el volumen y la
variedad de su producción, no porque así lo determine el feudo o el gremio, sino
porque existe una demanda en el mercado por determinados productos. 8
Los vendedores quieren vender caro y los consumidores quieren comprar barato.
Al estar buscando su propio beneficio, a la vez van a generan, sin proponérselo, el
beneficio de todo el mercado. Esta es la mano invisible que impulsa buscar el
beneficio mayor en una economía.
La guerra con la Contra, que supuso unos costos estimados de cerca de 1.420
millones de dólares; afectaron gravemente a todos los sectores productivos
nicaragüenses, en especial a la industria manufacturera.
A finales de los años ochenta la crisis económica se hizo sentir con mayor
intensidad; fueron años de hiperinflación, en los que cayó el PIB, retrocedió la
renta por habitante y la deuda externa aumentó. En 1991 se impone un programa
de ajuste económico, obliga la devaluación del córdoba y la reducción de plazas
en el Estado. En 1993 se inicia la liberalización del mercado y la privatización d
empresas.
Gran parte del área agrícola está destinada al cultivo de productos de consumo
diario. Se trata de cultivos dispersos que sustentan una economía familiar y con
los cuales se emplean técnicas tradicionales.
Se produce maíz, arroz, frijoles, hortalizas, frutas, yuca y papas.
Sector Terciario.
En cuanto a comercio, los principales productos de exportación son: café, azúcar,
carne de res, cacahuetes, camarones y tabaco. Las importaciones se hallan
centradas en bienes de consumo, maquinaria, equipos industriales y derivados del
petróleo. Los principales socios del país son EUA (primer destino de exportaciones
e importaciones nacionales), Centroamérica, UE y China. La balanza comercial es
deficitaria, excediendo los 2 000 millones de USD.