Valores Del Cajero
Valores Del Cajero
Valores Del Cajero
LEALTAD
El cajero debe corresponder a la obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a
defender lo que creemos y en quien creemos. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad
y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial,
o trabajar en un lugar simplemente porque nos pagan. Sin embargo la lealtad implica un
compromiso que va más hondo: es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque tenemos
un compromiso más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos conduce profundamente
hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una
persona más evolucionada.
HONESTIDAD
El cajero debe comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los
valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse
como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en
otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del
sujeto consigo mismo.
Si queremos ser honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y
buscar la manera de superarlos, corrigiendo cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con
nuestro deber en las labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.
El cajero siempre decir toda la verdad a quien corresponde, de modo oportuno y en el lugar
correspondiente.
Decir la verdad no implica ser irrespetuoso con nadie. La persona que miente se hace un daño
a sí misma.
RESPONSABILIDAD
PUNTUALIDAD
El cajero debe tener disciplina de estar a tiempo para cumplir sus obligaciones. El valor que se
construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
PRUDENCIA
El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos
conducimos ordinariamente.
Posiblemente lo que más nos cuesta trabajo es reflexionar y conservar la calma en toda
circunstancia; la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato
con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una
percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.
Es importante tomar en cuenta que todas nuestras acciones estén encaminadas a salvaguardar
la integridad de los demás en primera instancia, como símbolo del respeto que debemos a
todos los seres humanos.
INTRODUCCION
Este manual fue elaborado como una herramienta de ayuda dentro de la empresa para los
empleados del lugar.
Los gerentes buscan manejar el clima ético en las organizaciones buscando la manera en cómo
dichos valores pueden participar en sus negocios.
Los valores primordiales con los que debe contar un gerente son las siguientes:
VOCACION DE SERVICIO
Servir implica ayudar a alguien de una forma espontánea, es decir el GERENTE adopta una
actitud permanente de colaboración hacia los demás.
Una persona servicial supone que traslada esta actitud a todos los ámbitos de su vida: en su
trabajo, con su familia, ayudando a otras personas en la calle, cosas que aparecen como
insignificantes, pero que van haciendo la vida más ligera y reconfortante. Es posible que
recordemos la experiencia de algún desconocido que apareció justo cuando necesitábamos
ayuda, que luego después de ayudarnos, se perdió y no supimos nada más.
El ser honesto es ser real, un gerente debe ser genuino, auténtico, objetivo. La honestidad
expresa respeto por uno mismo y por los demás. Esta actitud siembra confianza a todos los
involucrados del área de trabajo y así dar un buen ambiente laboral.
Si queremos ser honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y
buscar la manera de superarlos, corrigiendo cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con
nuestro deber en las labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.
La persona honesta vive lo que predica y habla lo que piensa, es coherente con lo que dice,
hace y piensa.
PUNTUALIDAD
La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula
organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades, y por supuesto de una
agenda, pero, ¿qué hay detrás de todo esto?
Muchas veces la impuntualidad nace del interés que despierta en nosotros una actividad, por
ejemplo, es más atractivo para un joven charlar con los amigos que llegar a tiempo a las clases;
para otros es preferible hacer una larga sobremesa y retrasar la llegada a la oficina.
PRUDENCIA
El valor de la prudencia en el gerente es tan discreto que pasa inadvertida ante nuestros ojos.
Nos admiramos de las personas que normalmente toman decisiones acertadas, dando la
impresión de jamás equivocarse; sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen;
conservan la calma aún en las situaciones más difíciles; percibimos su comprensión hacia todas
las personas y jamás ofenden o pierden la compostura. Así es la prudencia, decidida, activa,
emprendedora y comprensiva. ¿Quién puede rehusarse a vivirla y hacerla parte de su
personalidad?
La prudencia ayuda a considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones,
teniendo como resultado un actuar correcto en cualquier circunstancia.
AUTODOMINIO
Cada día que buscamos ejercer ese señorío sobre nosotros mismos, automáticamente nuestro
carácter comienza a madurar por la serenidad y paciencia que imprime este valor, la voluntad
nos libera del desánimo, controlamos nuestros gustos y vivimos mejor la sobriedad, en pocas
palabras, entramos en un proceso de superación constante.
El autodominio ayuda al gerente a reconocer los distintos aspectos de nuestra personalidad y
nuestra forma de reaccionar ante determinadas circunstancias. Debemos cambiar nuestras
disposiciones en sentido positivo: “en lugar de molestarme por la lentitud de “x” empleado
cuyo ritmo de trabajo es así-, ahora no sólo evitaré el disgusto y llamada de atención,
procuraré darle un buen consejo que le ayude a mejorar”.
Lo mismo aplica para los hijos, el cónyuge y hasta con algunos amigos. Este cambio no es
sencillo, requiere atención y esfuerzo para anticipar nuestras reacciones, lo cual significa remar
contracorriente para corregir este mal hábito.
SUPERACION
Si la superación es un deseo innato de los seres humanos ¿por qué en ocasiones nos
detenemos? El principal obstáculo es nuestra persona, con temores encubiertos de excusas,
con la vana esperanza de una oportunidad "de oro" o el momento adecuado para cambiar de
vida; en el peor de los casos, la pereza y el pesimismo propios del conformista.
Podemos observar a personas que constantemente hablan de sus planes y el noble afán que
tienen por darle un nuevo y mejor rumbo a su vida, sin embargo, todo se queda en las palabras
y en el deseo, argumentando dificultades y contratiempos no previstos, los cuales han
impedido concretar los objetivos planeados.
Basta pensar en el negocio que desde hace tiempo queremos iniciar por nuestra cuenta, del
curso de perfeccionamiento profesional que nos abriría las puertas a una mejor posición
laboral y que a la fecha no hemos iniciado, o el estudiante que espera el próximo semestre
para "ahora sí" prepararse a conciencia y obtener mejores notas.
BONDADOZO
Ser bondadosos perfecciona el espíritu del GERENTE, porque sabe dar y darse sin miedos a
verse defraudado, dando apoyo y entusiasmo a todos los que lo rodean. Muchas veces el
concepto de bondad se confunde con el de debilidad, a nadie le gusta ser "el buenito" de la
oficina, de quien todo el mundo se aprovecha.
Sin embargo, Bondad es exactamente lo contrario, es la fortaleza que tiene quien sabe
controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques, para convertirlos en mansedumbre.
El gerente tiene inclinación a hacer el bien, con una comprensión profunda de la personas y así
no actuar de manera equivocada, nuestro ego puede regocijarse cuando alguien comete un
error a pesar de las advertencias, casi saboreando aquellas palabras de: “no quiero decir te lo
dije, pero te lo dije!” empecinados en poner “el dedo en la llaga”, insistiendo en demostrar la
sabiduría de nuestros consejos.... estas actitudes están de más, porque la persona que cometió
el error, ya tiene suficiente con haberlo reconocido y quizá en ese momento esta afrontando
las consecuencias.
CONFIABLE
Actuar con integridad supone un comportamiento leal frente a las obligaciones y tareas que se
deben emprender, en el marco de la confianza depositada al empleado. En su más completo
sentido, se debe actuar conforme a las convicciones a los requerimientos morales, aunque
presuponga un costo.
CALIDAD
HONESTIDAD
Es aquella cualidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar siempre con
base en la verdad y en la auténtica justicia.
El mesero debe ser honesto, es decir es ser real, acorde con la evidencia que presenta el
cliente y; debe ser genuino, auténtico, objetivo. La mesero expresa respeto por uno mismo y
por los clientes. Esta actitud siembra confianza en el consumidor.
Lo que no es la honestidad:
- No es la actitud insolente y libre por la que se habla de cualquier cosa con los clientes… la
franqueza tiene como prioridad el reconocimiento de la verdad y no el desorden.
RESPONSABILIDAD
Como sinónimo de causa (ejemplo, “caerse la comida fue la responsable de ensuciarle la ropa
al cliente”).
La responsabilidad moral del mesero ocupa un lugar cada vez más importante en el
crecimiento de la empresa, si esto no se cumple a cabalidad va a existir muchos problemas,
por ejemplo, escándalos de corrupción ligados al ocultamiento de cifras en la contabilidad de
la empresa y escándalos por no poder satisfacer las distintas necesidad del cliente.
PUNTUALIDAD
PACIENCIA
La paciencia es el valor que hace al mesero a tolerar, comprender, padecer y soportar los
contratiempos y las adversidades con fortaleza, sin lamentarse; moderando sus palabras y su
conducta para actuar de manera acorde a cada situación.
Al encontrarnos con clientes que a nuestro juicio siempre son molestas, inoportunas o
“lentas”, podemos caer en el error de fingir una actitud paciente, es decir, dar la apariencia de
escuchar sin alterarse ni expresar emoción, buscando escapar de la situación lo más rápido
posible dando respuestas breves y un tanto cortantes, eso sí, procurando que no se den
cuenta para no herir los sentimientos; a esto se le llama indiferencia, insensibilidad ante el
estado de ánimo de los demás.
PRUDENCIA
La prudencia es tan discreta que pasa inadvertida ante nuestros ojos. Nos admiramos de las
personas que normalmente toman decisiones acertadas, dando la impresión de jamás
equivocarse; sacan adelante y con éxito todo lo que se proponen; conservan la calma aún en
las situaciones más difíciles; percibimos su comprensión hacia todas las personas y jamás
ofenden o pierden la compostura. Así es la prudencia, decidida, activa, emprendedora y
comprensiva. ¿Quién puede rehusarse a vivirla y hacerla parte de su personalidad?
La prudencia es el valor que nos ayuda o reflexionar y a considerar los efectos que pueden
producir nuestras palabras y acciones, teniendo como resultado un actuar correcto en
cualquier circunstancia.
COMPRESION
La comprensión es la actitud tolerante para encontrar como justificados y naturales los actos o
sentimientos del cliente. Es en este momento nos percatamos que la comprensión va más allá
de “entender” los motivos y circunstancias que rodean a un hecho, es decir, no basta con
saber que pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos.
Podemos “saber “ que un empleado nuestro comete errores con cierta frecuencia,
“justificamos” este hecho debido a una falta de conocimiento, lo cual determina sus fallas
como involuntarias y observamos la necesidad urgente e inmediata de brindar la capacitación
correspondiente. El justificar se convierte en una disculpa, en una atenuante que nos hace
ubicar el problema en su justa medida, por lo tanto, la comprensión nos lleva a proponer,
sugerir o establecer los medios que ayuden a los demás a superar el estado por el que
actualmente pasan.
SENCILLEZ
La personalidad sencilla es única, recia, sin adornos ni artificios, no le hace falta mostrar y
poner en un escaparate sus posesiones y cualidades porque son evidentes y naturales. La
sencillez nos enseña a saber quiénes somos y lo que podemos.
VALORES DEL CAJERO
LEALTAD
El cajero debe corresponder a la obligación que se tiene con los demás. Es un compromiso a
defender lo que creemos y en quien creemos. Cuando somos leales, logramos llevar la amistad
y cualquier otra relación a su etapa más profunda. Todos podemos tener un amigo superficial,
o trabajar en un lugar simplemente porque nos pagan. Sin embargo la lealtad implica un
compromiso que va más hondo: es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque tenemos
un compromiso más profundo con la empresa en donde trabajamos, y con la sociedad misma.
La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos conduce profundamente
hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una
persona más evolucionada.
HONESTIDAD
El cajero debe comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los
valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse
como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en
otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del
sujeto consigo mismo.
Si queremos ser honestos, debemos empezar por enfrentar con valor nuestros defectos y
buscar la manera de superarlos, corrigiendo cada vez que nos equivocamos y cumpliendo con
nuestro deber en las labores grandes y pequeñas sin hacer distinción.
El cajero siempre decir toda la verdad a quien corresponde, de modo oportuno y en el lugar
correspondiente.
Decir la verdad no implica ser irrespetuoso con nadie. La persona que miente se hace un daño
a sí misma.
RESPONSABILIDAD
PUNTUALIDAD
El cajero debe tener disciplina de estar a tiempo para cumplir sus obligaciones. El valor que se
construye por el esfuerzo de estar a tiempo en el lugar adecuado.
PRUDENCIA
El valor de la prudencia no se forja a través de una apariencia, sino por la manera en que nos
conducimos ordinariamente.
Posiblemente lo que más nos cuesta trabajo es reflexionar y conservar la calma en toda
circunstancia; la gran mayoría de nuestros desaciertos en la toma de decisiones, en el trato
con las personas o formar opinión, se deriva de la precipitación, la emoción, el mal humor, una
percepción equivocada de la realidad o la falta de una completa y adecuada información.
Es importante tomar en cuenta que todas nuestras acciones estén encaminadas a salvaguardar
la integridad de los demás en primera instancia, como símbolo del respeto que debemos a
todos los seres humanos.
PACIENCIA
El cocinero debe tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las adversidades
con fortaleza, sin lamentarse; moderando sus palabras y su conducta para actuar de manera
acorde a cada situación.
Uno de los grandes obstáculos que impiden el desarrollo de la paciencia, es, curiosamente, la
impaciencia de esperar resultados a corto plazo, sin detenerse a considerar las posibilidades
reales de éxito, el tiempo y esfuerzo requeridos para alcanzar el fin.
LEALTAD
Es una llave que nos permite tener auténtico éxito cuando nos relacionamos. La lealtad es un
valor que no es fácil de encontrar.
Es deber del cocinero ser leal con aquellos que dependen de nosotros: familia, amigos,
compañeros de trabajo o nuestro empleador. La lealtad desarrolla nuestra alma en conciencia,
transformándonos en la creación más hermosa posible de un ser humano.
SACRIFICIO
Debemos tener en mente que el sacrificio aunque suene drástico el término, es un valor muy
importante para superarnos en nuestra vida por la fuerza que imprime en nuestro carácter.
Compromiso, perseverancia, optimismo, superación y servicio, son algunos de los valores que
se perfeccionan a un mismo tiempo, por eso, el sacrificio no es un valor que sugiere
sufrimiento y castigo, sino una fuente de crecimiento personal.
RESPONSABILIDAD
El cocinero debe dar cumplimiento a cualquier costo de las funciones encomendadas a una
persona, una actitud responsable conduce al éxito de la persona; la persona responsable es
apreciada considerada y sobre todo buscada y preferida para realizar trabajos. Cargo u
obligación moral que resulta para uno del posible yerro en cosa o asunto determinado.
PUNTUALIDAD
VALORES DE TRABAJO
Estos son particularmente apropiados para el ambiente en que se trabaja, para el oficio y la
manera de realizarlo.