TP CEC MISTERIO DE DIOS Clase 2
TP CEC MISTERIO DE DIOS Clase 2
TP CEC MISTERIO DE DIOS Clase 2
a. ¿Por qué el CEC sostiene que “el deseo de Dios está inscrito en el
corazón del hombre? (27).
El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre porque el hombre ha sido
creado por Dios y para Dios y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios
encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar:
c. ¿De dónde parten las “vías” para acercarse a Dios? ¿Por qué de allí y no
de otro lugar? (31).
Las "vías" para acercarse a Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo
material y la persona humana.
El mundo: A partir del movimiento y del devenir, de la contingencia, del orden y de la
belleza del mundo se puede conocer a Dios como origen y fin del universo. Lo invisible
de Dios, desde la creación del mundo se deja ver a la inteligencia a través de sus obras:
su poder eterno y su divinidad.
El hombre: Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con
su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre
se interroga sobre la existencia de Dios. En todo esto se perciben signos de su alma
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espiritual. La "semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia",
su alma, no puede tener origen más que en Dios.
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j. ¿Nuestro discurso sobre Dios puede captar realmente a Dios mismo?
(43).
Nuestro lenguaje se expresa ciertamente de modo humano, pero capta realmente a Dios
mismo, sin poder expresarlo en su infinita simplicidad. En efecto, es preciso recordar
que entre el Creador y la criatura no se puede señalar una semejanza tal que la
desemejanza entre ellos no sea mayor todavía. Nosotros no podemos captar de Dios lo
que Él es, sino solamente lo que no es, y cómo los otros seres se sitúan con relación a
Él.
e. ¿Cómo define la “fe” la Carta a los Hebreos? ¿Quién realizó así dicha
definición de la fe? (146).
En la carta de los hebreos se define a la fe como garantía de lo que se espera; la prueba
de las realidades que no se ven. De este modo, Abraham realiza así esta definición de fe.
Abrahám creyó Abraham en Dios y le fue reputado como justicia. Y por eso, fortalecido
por su fe, Abrahám fue hecho «padre de todos los creyentes».
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La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe,
María acogió el anuncio y la promesa que le traía el ángel Gabriel, creyendo que nada
es imposible para Dios y dando su asentimiento. Isabel la saludó: ¡Dichosa la que ha
creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!. Por esta fe
todas las generaciones la proclamarán bienaventurada.
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Hijo y del Espíritu Santo", las verdades de fe profesadas en el Bautismo son articuladas
según su referencia a las tres personas de la Santísima Trinidad.
l. ¿Cuáles son las tres partes en las que se divide el Símbolo de fe? (190).
El Símbolo se divide en tres partes:
-primero habla de la primera Persona divina y de la obra admirable de la creación;
-a continuación, de la segunda Persona divina y del Misterio de la Redención de los
hombres;
-finalmente, de la tercera Persona divina, fuente y principio de nuestra santificación".
Son "los tres capítulos de nuestro sello (bautismal).
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Tras el pecado de Israel, Dios escucha la intercesión de Moisés y acepta marchar en
medio de un pueblo infiel, manifestando así su amor. A Moisés, que pide ver su gloria,
Dios le responde: "Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad (belleza) y pronunciaré
delante de ti el nombre de YHWH".
f. ¿Qué significa “Yo soy el que soy” para la Tradición de la Iglesia? (213).
La revelación del Nombre "Yo soy el que soy" contiene la verdad de que sólo Dios ES.
En este mismo sentido, ya la traducción de los Setenta y, siguiéndola, la Tradición de la
Iglesia han entendido el Nombre divino: Dios es la plenitud del Ser y de toda
perfección, sin origen y sin fin. Mientras todas las criaturas han recibido de Él todo su
ser y su poseer. Él solo es su ser mismo y es por sí mismo todo lo que es
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Dios es Amor: a lo largo de su historia, Israel pudo descubrir que Dios sólo tenía una
razón para revelársele y escogerlo entre todos los pueblos como pueblo suyo: su amor
gratuito. E Israel comprendió, gracias a sus profetas, que también por amor Dios no
cesó de salvarlo y de perdonarle su infidelidad y sus pecados.
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fuerza de los hombres. En la Resurrección y en la exaltación de Cristo es donde el Padre
desplegó el vigor de su fuerza" y manifestó la soberana grandeza de su poder para con
nosotros, los creyentes.
d. “En el principio, Dios creó el cielo y la tierra” (Gn 1, 1). ¿Cómo crea
Dios? (296).
Dios no necesita nada preexistente ni ninguna ayuda para crear. La creación tampoco es
una emanación necesaria de la substancia divina. Dios crea libremente de la nada. El
poder de Dios se muestra precisamente cuando parte de la nada para hacer todo lo que
quiere.
g. Una vez que Dios crea, ¿abandona su criatura a ella misma? Explicar.
(301).
Dios, cuando crea, a las creaturas les da el ser y el existir, pero luego no las abandona,
sino que las mantiene a cada instante en el ser, les da el obrar y las lleva a su término. Y
todo esto es motivado por su amor ya que Dios ama a todos los seres y no aborrece a
ninguna de sus criaturas ya que, si odiase algo, no lo hubieras creado.
Por su providencia, Dios guarda y gobierna todo lo que creó, alcanzando con fuerza de
un extremo al otro del mundo y disponiéndolo todo suavemente. Todo está patente a sus
ojos, incluso lo que haya de suceder por libre decisión de las criaturas.
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Dios es el Señor soberano de su designio, pero, para su realización, se sirve también del
concurso de las criaturas. Esto no es un signo de debilidad, sino de la grandeza y bondad
de Dios todopoderoso porque Dios no da solamente a sus criaturas la existencia, sino
que también les da la dignidad de actuar por sí mismas, de ser causas y principios unas
de otras y de cooperar así a la realización de su designio.
Así, Dios concede a los hombres incluso poder participar libremente en su providencia
confiándoles la responsabilidad de someter' la tierra y dominarla. Dios da así a los
hombres el ser causas inteligentes y libres para completar la obra de la Creación, para
perfeccionar su armonía para su bien y el de sus prójimos.