Alonso Huerta, Quechuista, SV 1
Alonso Huerta, Quechuista, SV 1
Alonso Huerta, Quechuista, SV 1
81- 93)
APUNTES BIOGRÁFICOS
Bite pn:oado documento se custodia en el .~o Ar.tobis¡nl de Lana, Proccto de Bc:abficación de S2nto Torib10,
1
Sevilla 1943-47.
Studlum 81
catedrático dírá del Santo Prelado que "le trató y conoció muy familiarmente en
esta ciudad y otras veces caminando fuera de ella yendo su servicio y compañía",
siempre pendiente de no causar gastos y molestias a los indios. En cierta ocasión,
por la crecida de un río, durmió el arzobispo sobre un montón de pajas del obraje,
abonando, agradecido, su paga correspondiente. Fue uno de los acompañantes en
la últi.tna visita, vio que era "muy virtuoso y en extremo aficionado a los indios",
desaconsejándole esa localidad de Zaña "por ser tierra enferma y cálida y que
morían de calenturas por el riguroso calor que entonces hacía". Su relato nos
aporta detalles interesantes de la propia vida y familia del Dr. Huerta, tales como
los relacionados con su propio padre, quien acompañó al andarín arzobispo, lo
concerniente a la parroquia de indios del Cercado o los referentes al traslado de los
restos mortales de Santo Toribio desde Zaña a Lima.
En 1616 publicó en Lima el Arle de la lengua q11ech11a general de los indios del
Penl'. M. Mendiburu nos recuerda su inteligencia práctica en Ingeniería así como
su afición a la medicina natural, trayendo a colación que en el Llbro de Actas de Ja
Universidad se opuso al restablecimiento de las cátedras en la Facultad de Medicina
trabajando para probar que no era necesario fomentar la enseñanza sobre objeto
tan inútil, pues existían yerbas medicinales de sobra en Perú para las enfermedades
6
y heridas y que los indios las conocían mejor que los médicos •
Este espíritu quisquilloso parece que le acompañó durante toda vida si nos
atenemos al crecido número de expedientes de causas judiciales civiles hasta diez-
albergadas en el Archivo Arzobispal de Lima a lo largo de los años 1606 y 164t7.
VARG.\S UGARlE,R. LISSÓN '!:16, 441, 269, 679: Vargas, lmpcc:sos71,3; .\n¿,'lllo61 n.
'MENDIBURU, M. Di«i11fldfi11Hisl<iri~Bi~nijitotltJPmí.Lum 1934 VI,278; IX, 442
'1606, Lega10 VI. Exp.14, Causa scguicl:i por el Dr. AlONo de Hucrtl contr:a el racionero Pedro Mauricio por habcrcntndo
a vivir en 1U12& ca5lls de su propiedad yno qucrénelas cntreg-.u ni du razón de cómo se entró en ellils (12 f)
1607, Leg. VII, 1. Causa •cguida por el Dr. Alonso de Huertll conlr:I el rJcioncro Pedro Mauncio Gonzálcz, sobre la
ocupación de uru casa y d pago corrcsporu:licntc (166 f)
1615, LegXVI. Exp.18 Causa seguida por Juin Esteban de Montiel, vecino de l..úN, contr.i. el Dr. Alonso de Hucrt:t, quien
time msu poder un macho que le hurtuon en las fiest:is del Cmpus, 5 ff, 1b
82 Studium
DECLARACIÓN DE ALONSO DE HUERTA
[F.31 S]"En la ciudad de los Reyes, a 1Odías del mes de noviembre de 1631
años para la dicha información el dicho Br. Francisco de Palma presentó por
testigo al Dr. Alonso de Huerta, presbítero, n atural. de León de Huánuco, en este
arzobispado, catedrático de la lengua general de los in dios en esta Real
Universidad y Decano de las Facultades de Teología y Artes, del cual el dicho Sr.
recibió juramento en forma de derecho por Dios Nuestro Señor y por una señal de
cruz so cargo del cual prometió de decir verdad y siendo preguntado por el tener
de las preguntas del pedimento e interrogatorio declaró lo siguiente:
A la primera pregunta
t9. Del buen nacimiento y noble sangre de su genealogía y
descendencia y de su limpieza que; que esto no le ensoberbeció
ni el oficio y puesto de dignidad tan alta que entonces fue sólo
Arzobispo en estos Reinos, antes fue humildísimo en todo trato
y conversación, vestido y suma llaneza con todos, así españoles
como indios y negros.
Dijo que conoció al Sr. Don Toribio Alfonso Mogrovejo desde que entró
en esta ciudad que fue por el año de 81 hasta que murió y le trató y comunicó muy
1619. Leg. XXII, Exp.8, Causa que sigue el doctor Alonso de Huerta, presbitttC\ contri! el maestro Juli:in de los R.ins,
presbítero, por mil pesos y ocho reales que le prestó,30 ff
1621, Leg. XXVI, Exp.4, Lima, Causn seguida por Alonso Sánchez !Umírez contra el doctor Alonso de Huerta sobre la
canccbción del =damicnto de una tienda, 3 ff
Exp. 11 Cnusa s~guida por el CQpitinJwn Trigo contrJ el P. Alonso de Hucrtt, quien le alquiló un cuarto por un año y no
quiere pagarle. 7 ff
1624 Leg. XXIX, Exp.2,Causa ejecutiva seguida por Jerónimo Romi de Fígueroa conlr.l el Dr.. \lonso de Huerta por una
deuda de 218 pesos que se oblih'Ó a pagar al Lic. Martín Sánchez, presbíteto, por un préstamo, de quien el querellmtc tiene
poder, 11 f.
1630.Leg. XXXVII, Exp.27, Los Reyes, Auto provocído por el Dr. Feliciano de Vega, canónigo de la Catedral, provisor y
vicaritl general del 11nobispadC\ en razón de que el Dr. ,\Ion.so de Huerta no quite las mercaderías a los negros e indios
vendedores de frutas y otras oosas en la plaza pública, por motivo de que hllcian mucho ruido enviándolos :i hls cárceles y
Otr.IS partes. 2 ff.
1633,Leg.42, Exp.40, Lima. Causa seguida por Alonso Po.checo contn el Dx. .\lonso de Huerta, quien le debe 255 pesos de
:t!lr, llf
1634, Leg.43, Exp.11. Los R1..7es. Causa que sigue Juan Serrano del Valle, clérigo de menores órdenes, contra el Dr. Alonso
de Huerta, presbítero cated.citico de quechua por c:mtidad de pesos, 46 ff.
• 51, Exp.22, Causa e¡ecutiva seguida por el capitán de caballos del regimiento de Los Reyes don Francisco José Ysasiga
contn los bienes que qul-daron del Dr. Alonso de Huerta, de quien erit hereden la Compañía de Jesús, por 282 pesos del
censo de unas casas. Contiene adcrruis los autot ejecutivos seguidos por Hemando de Larcón, ccsionano en causa propia
del Lic. Jorge de .\ndrade contr.1 loa dichos bienes por661641Legpesos.39 ff
'Con ob¡eto de hocct más lllteligiblela declaraoón de nuestro testigo incluyo el Cuestionano íntegto del proceso elaborado
por el Cabildo límcnse, densa sÍnt•-sis que presenta en nueve capítulos o lOi informantes y testigos que declarar.in ante juez y
notnrio p:trJ rovillt a Rom:t y tramitar el proceso de beatificación.
Studium 83
familiatmente en esta ciudad y otras veces caminando fuera de ellas yendo en su
servicio [31 Sv]y compañía y sabe que fue un varón insigne y de eterna memoria y
que fue muy limpio y de sangre ilustre por haber sido cosa muy pública y notoria y
haber sido inquisidor apostólico en la ciudad de Granada en España y colegial del
colegio mayot de Oviedo en la ciudad de Salamanca y que fue arzobispo todo el
tiempo que vivió solo en estos reinos y con todo esto fue humildísimo prelado y
muy tratable y manso con todo género de personas y muchas veces le vio este
testigo que teniendo ventanas a la plaza y otras en el patrio de sus casas
arzobispales y entraba algún indio y negro y persona pobre por la puerta de la calle
y que subía hasta la sala asomándose a la puerta del patio si le veía volver sin
haberle hablado le preguntaba que qué quería y cómo se volvía y diciendo la tal
persona que le venía [316]
a hablar y le habí.an despedido desde la sala porque le decían que no le podía hablar
le mandaba volver a subir y salia el dicho St. Arzobispo hasta la escalera a recibirle
y despacharle, en especial si era indios de fuera de esta ciudad lo hacia despachar
luego diciendo que no quería que estuviese en ella porque no enfermase sino que
se fuese a su tierra y a todos trataba con mucha llaneza y en su vestir lo era mucho
(llano) y así. era amado y querido de todos.
A la segunda pregunta
De la caridad y amor a Dios pues no se le conoció culpa mortal ni
imperfección grave y siempre tuvo celo de la homa de Dios y culto
divino y conversión de las almas, siendo acérrimo de su Iglesia en
los oficios que tuvo de Inquisidor apostólico y arzobispo.
Dijo que sabe y vio que el dicho Sr. Arzobispo fue muy caritativo y en especial tuvo
gran caridad y amor de Dios y nunca se le conoció pecado mortal ni venial ni
imperfección y tuvo gran celo de la honra de Dios [316v] y que no fuese ofendido
con pecados procediendo contra los que le ofendían y nombrando ministros para
confesar los pecados públicos y tuvo gran cuidado de que las iglesias y lugares de
Dios fuesen reverenciados y adornados de ornamentos y de cosas limpias para el
culto divino y de ministrar que cuidasen de las cosas de las iglesias y hacía las visitas
de ellas con muy gran puntualidad inventariando sus bienes y haciendo que se
aumentasen o con su ejemplo y reverenciaba las imágenes y altares como católico
defensor de sus iglesias acudiendo en esto a la obligación del oficio pastoral y
proveyendo las iglesias de arras porque consagró grandísima suma de ellas [317]
sin cansarse un punto en todas las parroquias de su arzobispado y asimismo
consagro muchos cálices y patenas y algunos obispos y bendijo muchos
ornamentos e imágenes y capillas y cosas para el culto divino en que se esmeraba
con gran cuidado como tan celoso de el.
84 Studium
A la tercera pregunta
En el amor del prójimo fue ardentísimo en el deseo de la salvación
de las almas, no perdonando trabajo ni peligro, ni visitando y
confirmando, predicando a una a los indios por su propia persona
y socorriéndolos en sus necesidades y enfermedades a todos los
pobres, dándoles largas limosnas, gastando en esto toda su renta
con tanto desinterés que no sabía qué cosa era dinero ni codicia
hasta quitar de su propia persona y casa lo necesario. Porque no
saliese de ella sin remedio la necesidad sin decir a nadie mala
palabra ni desabrida respuesta.
Dijo que sabe que el dicho Sr. Arzobispo fue ardentísimo en el amor y caridad de
los prójimos porque por cualquiera indio y pobre que fuese por atraerle al
conocimiento de la fe católica y bien de su alma pasara cualquier trabajo como los
pasó muy grandes en las visitas de su arzobispado entrando en partes muy
remotas y trabajosas, de caminos muy ásperos y fragosos donde nunca había
entrado prelado alguno y fue el primero que confirmó el dicho su arzobispado y le
visitó todo él muchas veces [317v] y confirmó grandísima suma de almas sin llevar
ofrenda ni velas ni vendas a nadie porque todas las ponía su señoría de su hacienda
y en lugares de españoles las velas que compraban dejaba a las iglesias y capillas
donde hacía las confirmaciones que le podía esto vrucr gran suma de pesos y
predicaba a los indios todos los domingos y fiestas por su propia persona estando
en esta ciudad a la puerta de la iglesia adonde habiendo acabado predica este
testigo a los dichos indios en su lengua por tener obligación de ellos. Socorría muy
de ordinario las necesidades de los pobres dándoles muy largas limosnas gastando
su renta en ello con tanto desinterés que no sabía qué cosas son de dinero ni le
tenía ni le poseía sino eran los derechos que le venían por los despachos de las
censuras generales los cuales luego al punto los repartía para que le dijesen de
misas a clérigos pobres y esto era cuando no visitaba [318]la ciudad y era tan
limosnero que daba las sábanas y frazadas que tenía en la cama y en las doctrinas
los tarros y platos de plata y cruz de guión y fuentes para que en las iglesias pobres
se hicieren algunos cálices y vinajeras y saliendo de esta ciudad con vajilla de plata
volvía ya sin ella, porque toda la daba de limosna y dos veces habiéndole [...] para
la caridad. Y dio para un hospital habiéndolos remitido a que fuesen a don
Francisco de Quiñones su limosnero, a pedirle, estando a la ventana del patio
viendo los bajar por la escalera les preguntó que si les habían dado limosna y
respondiéndole que les habían dicho que volviesen otro día que se las
[318v]dar:ía.n, estando wu mula suya en el patio de[...] le dijo a uno:
- Llevaos aquella mula y a otro que se llevase un negro [...] y diciéndole que como
había dádolos de aquella manera respondió "despáchenlos y denles la limosna
pues los envio ruiá donde no tengo de darles todo lo que hubiere y fue tan
Studlum 85
limosnero que si no le fuesen a la mano sería necesario pedir para sustentarle
porque ninguno llegó a él que saliese desconsolado ni le dijese mala respuesta .
Entró en muchas partes sin tener muchas veces qué comer y careciendo de cama y
se ponía a cualquier peligro por salvar las almas y convertir las ánimas a la fe
católica y estando en un obraje de Paucartambo en la provincia de Chincacoya la
segunda semana de [319] cuaresma. yendo visitando su arzobispado en tiempo de
grandes aguaceros y lluvias estuvo determinado de entrar la tierra adentro a un
ingenio que llaman Guancabamba que por allí hay mucha suma de indios infieles
se resolvió a querer entrar allí, a pie y aunque le decían que en tres días que se
habían de caminar para llevar al dicho ingenio no había parte a donde poder hacer
dormida por ser la tierra muy cenagosa y áspera y que no había modo de poder
andar a caballo y rehusando los criados que con el dicho Sr. Arzobispo iban a
querer ir sirviéndole dijo no se me da nada que ahí está Huerta que es este testigo
que irá con [319v]migo y habiéndole dicho este testigo que sí iría, le respondió
iremos cotno unos reyes con nuestros bordones y alpargatas que con ello se podrá
caminar tnuy [...] y habiéndose un jueves de pascua de la dotninica pritnera de
cuarestna se puso el a decir:
- Ea, vatnos. Este testigo le dijo, Vuestra Señoría predicó el dotningo, que no se
había de tentar a Dios ni pedirle hiciese tnilagros y haber de hacer esa jornada es
tentarle y pedirle que nos lleve tnilagrosatnente porque según dicen es de tnalo y el
trabajo que se ha de padecer es pedir que haya tnilagro con nosotros. Y a esto
respondió:
- De suerte que le parece que no es bien que vatnos ahora dejetnos pues la ida para
en tietnpo que no sea invierno que entonces entraré allá.
Y así quedo tnostrando su docilidad y mansedumbre con que procedía y con
prudencia negando muchas veces su propia voluntad sin tener gusto en nada y
eran en tanta manera que si comía alguna cosas y se la ponían para que la comiese si
se la loaban diciéndole que comiese porque era muy buena no comía más bocado
ni lo quería y la daba al que se la había loado, diciéndole pues tome, cómasela, de
manera que todo el tiempo que fue arzobispo y gobernó nunca tuvo sosiego ni
descanso porque todo fue trabajar y caminar hasta dar la vida por sus ovejas como
buen pastor y prelado.
[320v]
A la cuarta pregunta
La sinceridad y candidez de su ánima fue tanta que en alma tan
limpia nunca cupo mala sospecha de nadie ni creía mal que le
dijesen de otto, antes voMa por todos y les defendía con modo
santo y discreto.
86 Studium
Dijo que vivía el dicho Sr. Arzobispo con tanta limpieza de su conciencia y andaba
tan ajustado en ella que muy cándido y sincero, en su alma nunca cupió mal
sospecha de nadie ni creía mal que le dijesen de otto, sino volvía por todos con su
santo modo y no quería ni consentía que en su presencia se dijese mal de nadie ni
murmurasen ni hablasen palabras ociosas y que este testigo nunca se las vio al
dicho Sr. Arzobispo en todo el tiempo que le ttató y comunicó y cuando le decían
que fulano había hecho algo, decía:
- Mire que no será as~ que hombre honrado es
Y por evitar conversaciones vanas hacía que todas las veces que comía y cenaba le
leyesen en wi libro debido sin faltar en esto (321]
y todas las veces que acababa de comer o cenar decía un responso por las animas
del purgatorio y por el fundador de su colegio de Oviedo donde fue colegial..
Ala quinta
Sus penitencias de abstinencia comiendo poco y desabridamente,
sin apetecer regalos ni convites, ayunando y disciplinándose
rigutosamente . Temples tigutosos, no durmiendo en cama,
gastando lo más del tiempo de día y de noche en oración. Dijo que
sabe que fue el dicho Señor Arzobispo muy penitente porque le vio que
era de muy poco comer y eso sin regalo ni apetecer cosa que oliese a él [sic]
como tiene dicho si le loaban alguna cosa que comía diciendo que estaba
buena no comía de ella más bocado y la daba a quien se la loaba diciendo
que se la comiese él. Y en las demás penitencias lo principal que tenía era
negar su propia voluntad de manera que aunque en una mañana hubiese
confirmado mil indios de una vez y a las ttes o cuatto de la tarde se sentara
a comer cuando había acabado habiendo dicho que iba a reposar un poco
y reposar la fiesta y este testigo y los demás criados se iban a comer a
medio comer los llamaba [321 v]diciendo que estaba su siesta en la iglesia
para volver a confirmar y recibir los bienes y cuentas de ella en la iglesia
por manera que habiendo dicho que iba a reposar entiende este testigo
que hacía escrúpulo de descansar y volvía a ttabajar de nuevo. Así mismo
sabe y vio que ayunaba el dicho arzobispo de tal manera que apenas
dormía una vez al día y eso tan poco que si no es milagrosamente con el
sustento que comía no pudiera pasar según el trabajo y abstinencia con
que vivía y en ninguna manera recibió regalo alguno de ninguna persona
aunque cuando estaba en esta ciudad si veía que habían traído alguna
suerte de frutas u otras cosas de poco momento que acertase a ver lo que
era en más de ocho días no comía de aquello pareciéndole que había sido
de lo que habían ttaído [322]
Studlum 87
de fuera y jamás quiso comer ni comió cosa que entendiese que no le había
costado su dinero sino era la procura así de las visitas y esa con mucha moderación
y era de tal manera que cuando algunas veces estando en esta ciudad que iba al
pueblo de Lurigancho y otros cerca, no siendo tiempo de visita llevaba de comer
de su casa y cuando sucedía estar visitando las doctrinas y acertaba a quedarse a
comer o a irle a ver alguna persona grave o de importancia que hubiese de comer a
su mesa hacía que buscasen a] cura y supiesen de él si convidaba a la tal persona
porque decían que era que sí le había de convidar que él no lo hacía sino llevar
procuración para sí y sus criados que eran bien pocos [322v]
y a este testigo le dijo su padre llamado Alonso de Huerta que andando con éJ
algunas veces en las visitas que ya he dicho llegaron perdidos y entrambos dos
solos a más de las diez de loa noche en cierta parte de donde sólo había unos
paredones de tierra adonde podían pasar la noche a la inclemencia del cielo
animados sin techos y que estaban tan sin comida ni cama que si el padre de este
testigo no acertara a llevar un pan que se cuidó le partieran entre ambos comiendo
cada uno el medio lo pasara muy trabajosamente aquella noche por haber
trabajado todo el día y todo esto lo hacía y padecía con grande comento y alegría y
tiene por cierto este testigo que aunque llevaba y tenía cama en algunas partes no
dormía en ella y pasó temples muy rigurosos en las visitas y entró en partes muy
fragosas a veces [323]sin tener cama y con gran riesgo de la vida y habiendo en el
obraje de Paucartambo enviado todas las cargas y camas a un pueblo cinco leguas
del apartado, yendo al dicho pueblo encontraron después de haber caminado dos
leguas un riachuelo muy caudaloso por entonces que ninguno se atrevía a pasarlo
habiendo pasado por la mañana todo el hato por venir bajo y fue forzoso volver al
dicho obraje adonde estando todos sin camas para dormir prestó el obrajero más
frazadas para los criados y a la mañana misma de salir de allí pidiendo le pagasen
los alquileres de ! lugar como se hizo no se vio que recibiese de nadie convites ni
fuera ellos aunque fuese fiestas algunas porque no las apetecía aunque se hiciese a
fondo a las fiestas porque era muy limpio y recatado en todo [323v]
Dijo que sabe que fue el dicho Sr. Arzobispo muy paciente y sufrido en trabajos y
contradicciones que paso porque en ciertos pleitos que tuvo que defender su
jurisdicción en tiempo que era virrey de estos reinos don García Hurtado de
Mendoza, el cual desbarató y deshizo un pueblo de indios que llamaban
ªª Studlum
Pescadores que estaba fundado en el barrio de san Lázaro de la ciudad que tenía
una iglesia por parroquia, desbaratando las casas, llevándolos por fuerza a que
poblasen el pueblo del Cercado que tienen los Padres de la Compañía de Jesús y
habiendo pasado de más de 700 indios que había al dicho pueblo aún no 300
porque se huían y escondían de miedo de que hubo mucha controversia y tuvieron
ejecutorias de Su Majestad para que no los pasasen y llevasen por fuerza el dicho
virrey por tener un hermano dela dicha [324]
compañía ahínco y hizo estancia en los llevar y diciendo el dicho Sr. Arzobispo que
él tenía su parroquia de clérigo en san Lázaro que era el P. Juan de san Martín y es
ya dicho testigo y murió después canónigo de la catedral de Trujillo, respondiendo
el dicho Sr. Virrey que pusiesen parroquia de clérigos en el dicho pueblo del Cerca
y así señalaron un sirio en que empezaron a fundar iglesia con título de Señor san
Lázaro y habiendo dicho al dicho Juan de San Martín que fuese al dicho pueblo a
administrar los sacramentos respondió que no quería meterse con padres de la
compañía y en esta sazón este testigo estaba recién ordenado de misa y diciéndole
el dicho Sr. Arzobispo que fuese allí a ser cura de los indios que se reducían de
nuevo al dicho Cercado y habiéndose puesto edictos al dicho curato se opuso a él
[324v]este testigo por lo que no hubo otro clérigo que se quisiese oponer por lo
que oían decir de parte de los dichos Padres de la Compañía de que ellos harían no
hubiese ningún aprovechamiento y con esto no habría clérigo que quisiese ser
cura allí y este testigo por obedecer lo que el dicho Sr. Arzobispo le mandaba se
opuso y habiendo llevado la nominación al dicho Sr. Virrey para que le presentase
al Dr. Castilla oidor que entonces era presidente le dijo a este testigo que le darían
buena la presentación y que fuese con este seguro a ser cura allí y administrar los
sacramentos a los dichos indios según la licencia que tenía del dicho Sr. Arzobispo
el cual le hizo vicario del dicho pueblo del Cercado y de todos los indios que hay; se
redujesen como lo fue y habiéndole [325]con que poder hacer una iglesia en mes y
medio este testigo la fue levantando para que pudiese decir misa y administrar los
sacramentos decentemente en ella y habiendo visto los padres de la compañía la
prisa con que la edificaba trataron de impedir el edifico de ella y así le notificaron a
este testigo teniéndola a medio cubrir de mangles y esteras de parte del dicho
virrey que no prosiguiese con el dicho edificio y que pues no tenía presentación
tampoco administrase sacramentos y habiéndolo sabido el dicho Sr. Arzobispo le
dio a este testigo su nombramiento de que el solo fuese cura en el dicho cercado
que si los Padres de la Compañía tenían alguna licencia de administrar
sacramentos la exhibiesen porque el no quería que los administrase en ninguna
manera y habiéndoseles notificado [32Sv]criaron un juez conservador al cual
amparó y defendió el dicho Sr. Virrey de manera que hubo muchas disensiones y
pesadumbres cerca de poner en las esquinas de las calles papeles declarando por
excomulgado al dicho Sr. Arzobispo Y en esta sazón y tiempo de estas disensiones
habiendo fundado el dicho Sr. Arzobispo el colegio seminario en esta ciudad
Studlum 89
conforme al santo concilio de Trento y puesto a las puertas de él su escudo de
armas por haberles comprado con su hacienda las casas en que lo fundo el dicho
Sr. Virrey se las mandó picar enviando su capitán de la Guarda con soldados para
ello y las picaron e hizo poner las de Su Majestad y todas estas pesadumbres y
disensiones las llevó y sufrió con gran paciencia el dicho Sr. Arzobispo sin que ea
ninguna manera se mostrase enojado [326]ni habló palabra descompuesta
conformándose siempre con la voluntad de Dios y pidiendo perdón por ellos y
este testigo vio que cuando después le vino cédula de Su Majestad con reprensión
del virrey por haberle picado las armas y que pudiese poner las suyas dijo: ya están
puestas las de Su Majestad y así no quiero poner las mías, sólo se intitule colegio
señor de santo Toribio en el cual ha habido y hay muchos estudiantes que ha.o.
salido sacerdotes y doctos y virtuosos
Dijo que sabe y vio que el dicho Sr. Atzobispo tuvo siempre gran fortaleza
y constancia en todo cuanto proveía y hacía y con ser tan humilde como
está dicho fue gravísimo prelado en representar su autoridad y dignidad
arzobispal sin quebrar un punto de lo que [326v] de lo que se le decía y
defendía con grandes fuerzas las inmunidades de su iglesia sin atender a
humanos respetos por más que al descargo de la conciencia y hacer justicia
hasta que en una ocasión en que el corregidor de los indios de esta ciudad a
quien favorecía el dicho virrey don García hurtado de Mendoza me dijo
había ahorcado a un hombre que había sacado de la iglesia y por ello lo
excomulgó y puso eclesiástico entre dicho y cesión a divinis y lo condenó
en cantidad de pesos.
A la octava pregunta
En la hospitalidad y castidad fue raro ejemplo desde [sic] y por los
ejemplos [ ...] en los testigos parecía nimio en recato para no dar
ejemplo ni nota de su persona.
Dijo que sabe y vio que el dicho Sr. Atzobispo. Fue muy casto, puro y
compuesto en sus palabras y acciones que se mostraba muy bien la
sinceridad que en el alma tenía, según traía su conciencia [327]
90 Studlum
ajustada y limpia y no se le conoció ninguna palabra ni dicho que desdijese
de su integridad y limpieza.
A la nueve pregunta
En letras fue insigne como lo testificarán los que le trataron y lo
dicen todos los testigos, concilios provinciales que en su tiempo se
celebraron, que sin haber habido otros se ha gobernado con ellos
esta monarquía eclesiástica; por lo cual le honró Su Santidad con
cartas favorables. Por todo lo cual la Majestad Humana del Rey
Nuestro Señor se sirvió de honrarle con sus cartas y mucho más la
Majestad Divina, testificando Su Santidad con patentes milagros,
en vida y muerte y con general y común opinión en todos de santo y
de vida inculpable y de ejemplo de prelados y así en la traslación de
su cuerpo concurrían a procurar reliquias de él, como de santo,
aclamándole todos por tal, sin haberlo habido en su vida o muerte
algo en contrario. Por todo lo cual y lo que más en esta causa puede
ser necesario conforme a derecho que habemos por reproducido y
expreso.
Dijo que sabe que el dicho Sr. Arzobispo. Fue varón muy docto en
derechos de manera que ninguna dificultad que se ofreciese dejaba luego
al punto de verla y hallarla en los derechos y no proveía cosa que no fuese
habiéndola visto y fundada en el derecho de manera que en cuantos autos
proveí.a era costumbre general decir los proveí.a en cuanto había lugar de
derecho y como se descargase la conciencia y más se sirviese en su tiempo
se celebraron muchos concilios provinciales y especialmente que el del
año de 83 en que asistieron 7 obispos sufragáneos y en él se sentaron
muchos decretos para el bien de las iglesias y reformación de costumbres
por el cual se gobierna esta monarquía eclesiástica el cual está aprobado
por Su Santidad y más lo ejecutar por Su Majestad y así mismo hizo que se
tradujese las oraciones, doctrina cristiana, catecismo y confesionario de
lengua castellana en la lengua general de los indios y la aymará con que
están muy bien doctrinados e instruidos en nuestra Santa Fe Católica y
mandaba que todos los curas del Arzobispado lo tuviesen en su poder
para este efecto y que personalmente les enseñasen la doctrina cristiana y
celebró muchos sínodos conforme al Santo Concilio de Trento y breves
apostólicos sin dejarlos un punto porque era muy observante del dicho
Concilio y bulas de Su Santidad. Fundó un convento (328] de monjas de
Santa Clara en esta ciudad procurando muchas limosnas para él, el cual es
uno de los más ricos y graves de esta ciudad donde se profesa mucho
recogimiento y virtud y así la santa sede apostólica le honró mucho con sus
Studium 91
cartas favorables en que le loaba el celo
con que haria por el bien de las iglesias y
Nuestro Señor así mismo le ha honrado
en vida y muerte con general y común
opinión de santo y como a tal le aclaman
y llaman el santo arzobispo y todos lo
entienden por él sin que ninguna
persona lo ignore por ser prelado de
gran ejemplo y de loa, inculpable y
cuando murió en la villa de Saña que fue
Jueves Santo en la tarde, con haberle
prevenido delante de este testigo, del
vicario que era de la ciudad de Trujillo
que no fuese en aquel tiempo [328v]a la
dicha villa de Saña consagrar los santos
óleos por ser tierra muy enferma y cálida
y que morían de calentura por el
riguroso calor con que entonces hacía y
andaba este testigo en aquella cuaresma
Santo Tor1bio Gran Amiao del Quechuista Huerta
según la estatua de su capilla en la catedral de lima
por aquellas doctrinas y valle de Trujillo
en compañía del dicho Sr. Arzobispo
veía como le persuadían a que entonces no fuese a ella sino que los
consagrase en la ciudad de Trujillo y por obligarle a ello le decían que no
había de poder juntarse los sacerdotes necesarios para la dicha
consagración y que en Trujillo los había bastantemente] y todo el tiempo
que anduvo indiferente en si iría o no a la dicha villa de Saña le fue
siguiendo este testigo hasta que por haberle escrito el dicho vicario de
Saña que de Guadalupe y otros pueblos cercanos podrían juntar copias de
sacerdotes [329]
para la dicha consagración, se resolvió a no querer ir a Trujillo sino aún de
ir a Saña posponiendo todos los peligros y riesgos que le decían que había
de padecer y fue de manera que este testigo dijo que se resolvía a ir a la
dicha villa pretendiendo no pasar las dichas incomodidades se determinó
a volverse a esta ciudad de los Reyes adonde después de haber llegado a
ellas lunes después del domingo de cuasimodo llegó 1 nueva de cómo el
dicho día de jueves santo había muerto y abriéndole para embalsamar el
cuerpo hallaron que en el vientre no tenía cosa de comida sino muy
limpias las tripas y después trayéndolo al cabo de un año a esta ciudad vio
que llegó [329] el cuerpo ente.ro e incorrupto salvo un poquito de la punta
de la nariz que le faltaba y con un olor y suavidad que todos los que
llegaban, que eran muchos, a reverenciarlo y casi queriéndose aprovechar
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para reliquias de las vestiduras y mortajas con que vino que era cosa
sobrenatural y que el dicho día que entró el cuerpo hubo gran sentimiento
en todos generalmente así españoles como negros e indios, manifestando
el gran amor que tenían al dicho Sr. Arzobispo como a prelado y padre que
tanto los quería y amaba y el día de hoy prevalece la opinión de santo en
que ha estado y desean verle canonizado por sus muchos méritos y
virtudes y ha oído decir que Nuestro Señor ha hecho muchos [330]
milagros por intercesión e invocación del dicho Sr. Arzobispo y que lo que
ha dicho y declarado es la verdad por el juramento que hizo y que es de
edad de 66 años y no le tocan las generales de la ley y lo firmó
Fdo. Don Juan de Cabrera, El doctor Alonso De Huerta, Ante mí El Lic.
Diego de Morales.
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