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NUESTRA SEÑORA DEL CONSUELO EN AREQUIPA

José Antonio Benito Rodríguez

Arequipa, morada elegida por la Virgen para consuelo de sus habitantes

A fray José Lucas Barranco, quien fuese durante 20 años regente de estudios del
colegio de la Merced de Arequipa, amén de connotado jurista, filósofo, teólogo,
propuesto como obispo auxiliar en 1866 y afamado orador, le tocó pronunciar el
panegírico en honor a la Virgen del Consuelo, por corresponderle como comen-
dador en el año 1834.1 Fiel a la clásica oratoria sagrada elige un texto bíblico que
glosará de modo pormenorizado. La frase elegida fue “Elegi locum istum mihi in
domum” (Paralipómenos. 2°, c.7, 12), esto es “Elegí este lugar para mi habitación”.
Por demás está decir que el lugar es Arequipa. Selecciono tres textos significativos:

Lo diré de una vez: María, por una dignación especial fijó su morada en Arequipa
para bien de sus habitadores. Entrad conmigo en esta reflexión y sed favorables a
una idea tan interesante a la gloria de Dios a la beneficencia de María y a vuestro
propio honor. A costa de muy poco trabajo voy a haceros ver que desde el mo-
mento feliz en que esta Sagrada Imagen pisó este lugar no ha cesado de desplegar
en favor de sus habitantes un cúmulo de bienes de todas clases. Esto será bastante
para haceros entrar en reflexiones que estimulen vuestro celo y reanimen vuestra
piedad.
[...] Ya se les ve frecuentar los sacramentos y ejercitarse en continuos actos de pie-
dad para dar culto a la imagen de María. Legan su piedad a sus hijos y descendien-
tes. Estos le erigen su Capilla, le consagran un altar, le adornan y enriquecen con
sus preciosos dones, levantan cofradías, le dirigen sus votos, aseguran los medios
que fomenten y hagan perpetuo su culto, piden gracias e indulgencias para los que
visiten su templo, se disputan la preferencia en los sitios de éste para sepultar sus
cadáveres y los restos de sus postreros y descendientes, hacen su día festivo, la ju-
ran por patrona y protectora. En fin, todo es piedad, todo fervor, todo un continuo
testimonio de celo por la religión y culto de Dios.
Y así concluyo asegurando sin hipérbole que María ha reunido en Arequipa la
variedad de mercedes que en todos los siglos anteriores ha distribuido entre las
diversas naciones del mundo cristiano por haber sido éste el lugar que escogió para
su morada. “Elegi locum istum mihi in domum”.

La devoción a María está presente en las costumbres de los arequipeños: rezo


del Ángelus, el Rosario en familia, el hecho de haberse fundado la Ciudad Blanca

1 Archivo Convento Mercedario Arequipa, Sermones manuscritos, año de 1834.

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318 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

el 15 de agosto, fiesta de la Asunción; en casi todas las iglesias se tributa culto a


alguna advocación mariana: la Asunción en la Catedral, con una cofradía que data
de 1563; en la Merced, La Portera y Nuestra Señora del Consuelo; en la Recole-
ta, la Napolitana, hermosa efigie de la Dolorosa; en Santa Marta, la Virgen de la
Cueva Santa; en la Compañía, La Candelaria o La Chiquita, donada a los jesuitas
en 1598 por don Juan Ramírez Segarra Casos; en San Francisco, la Inmaculada;
en Santo Domingo, Nuestra Señora del Rosario; en Miraflores, Nuestra Señora
de Alta Gracia... y las modernas parroquias dedicadas a Fátima, Corazón Inma-
culado de María, Lourdes... Lo mismo sucede con los santuarios, Chapi, Cayma,
Characato, Quilca, Nuestra Señora de las Peñas de Aplao, La Virgen del Buen Paso
de Caravelí, La Virgen de Yato en Castilla, Nuestra Señora de Uñón en Viraco,
Nuestra Señora de las Nieves...
Por esta fecha, Nuestra Señora del Consuelo o del Contentillo ya había sido
declarada patrona de la Municipalidad por sus grandes favores, particularmente
en tiempo de sequías e inundaciones. De hecho, el Cabildo de la Ciudad Blanca,
de 5 de febrero de 1804, nos informa que Francisco José de Rivero y Benavente,
regidor perpetuo del Ayuntamiento y su síndico procurador, como mayordomo
de la cofradía de Nuestra Señora del Consuelo:

[...] bajo de esta advocación se venera en la Iglesia del Convento de Redentores


Mercedarios de la misma la cédula dada en Aranjuez a 11 de junio de 1804 en
que Su Majestad que Dios guíe la erige formalmente en cofradía, aprobando las
constituciones en ella insertas, declarando el Patronato a favor de este Ilustre Ayun-
tamiento.

La advocación contaba también con una numerosa y popular cofradía. En


1759 se juró por fiesta en la ciudad el 21 de noviembre, fiesta de la Presentación
de Nuestra Señora, y se mandó observar por el señor obispo don Jacinto Aguado
y Chacón por decreto del 20 de noviembre de 1759. El 26 de junio de 1797 el
Ayuntamiento de Arequipa pidió al rey de España permiso para erigir en cofra-
día la obra pía de Nuestra Señora del Consuelo. Carlos IV, por Real Cédula de 10
de abril de 1798, mandó que en conformidad de la ley 25 de los Municipales se
presentasen todas las diligencias al gobernador intendente para su conocimiento
e informe y el expresado intendente, el 10 de febrero de 1803, presentó al síndico
procurador general las diligencias practicadas informando que, tras una deteni-
da revisión, no ponía reparo para la erección de la cofradía y aprobación de sus
constituciones.
El porqué este culto va en creciente alza a lo largo del siglo XIX y mitad del XX,
para comenzar a decaer a mediados del siglo XX, en beneficio de Cayma o Chapi,
merece un estudio aparte.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 319

Consuelo y desconsuelo en torno a un puente inconcluso

Gracias al nuevo puente que se pretendía construir en 1998 sobre el río Chili,
empalmando con la calle Consuelo, el nombre y, quizá también, la advocación
cobraban cierta actualidad. Han pasado 15 años y el que iba a ser el mejor puente
–de ahí el nombre oficial del héroe José Abelardo Quiñones aunque popularmen-
te le llaman “puente Consuelo”– sigue inconcluso.
A pesar de ser la imagen religiosa más antigua de Arequipa de la que tenemos
datos precisos, 1586, y de ser declarada patrona de la Municipalidad por sus gran-
des favores; a pesar de que en 1912 el mejor hospital sudamericano de entonces –
el Goyeneche– recibiese el nombre de “Hospital de Nuestra Señora del Consuelo”,
y fuese apadrinado por el Papa san Pío X; a pesar de todo, la devoción a Nuestra
Señora del Consuelo o Virgen del Contentillo ha decaído bastante.
Sin embargo, todavía en 1996, un boletín mercedario nos da cuenta de las ro-
gativas a Nuestra Señora del Consuelo ante la pertinaz sequía:

Cumpliendo con lo dispuesto por el Señor Arzobispo, se elevaron preces a la San-


tísima Virgen del Consuelo, que se venera en este templo y a nivel arquidiocesano,
implorando lluvias ya que la sequía amenazaba con hacer estragos en esta ciudad.
Para el efecto se le bajó del altar de Nuestro Padre y se cumplieron con dichas
preces. Como dato, la calle adyacente al templo lleva el nombre de “Consuelo”,
precisamente en honor a dicha imagen.2

Han sido miles, cientos de miles, los arequipeños que a lo largo de más de 400
años han rendido culto a esta entrañable advocación mariana, que ganó el afecto
de la Ciudad Blanca por las señaladas gracias, especialmente en momentos de
sequías o riadas. Su mismo nombre de “Consuelo”, la pequeñez de su porte, la
acción decidida de los padres mercedarios, la veneración de toda la familia Go-
yeneche, el dinamismo de su cofradía, estimularon la devoción popular a María
en el misterio de su Presentación, constituyendo un fragmento vivo y pujante de
la historia religiosa de Arequipa, en la que se hace evidente la veneración tierna y
confiada del pueblo mistiano hacia la Mamita del Consuelo. No está de más recor-
dar que a escasos metros, en la huerta de los padres mercedarios, nació la santa de
Arequipa, sor Ana de los Ángeles quien, sin duda, fue una de las beneficiadas de
su materna protección.

2 Boletín de la Provincia Mercedaria del Perú, N° 10, enero-junio de 1996, Curia Provincial, Lima, 1996, pp.
181-182.
320 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

Orígenes de su culto

Su historia hunde sus raíces en la secular trayectoria del convento, presente en


la Blanca Ciudad desde los primeros momentos de la fundación de Arequipa. El
célebre Deán Valdivia, que vivió en el convento durante diez años, de 1816 a 1826,
nos ofrece los siguientes datos en su obra Fragmentos para la historia de Arequipa:

En el mismo templo se venera una imagen pequeña de escultura de la Presenta-


ción, que se le llama de la Consuelo. Fue traída de España y no hemos podido ver
la parte histórica de su colocación: sólo consta que el V. P. Fr. Francisco Obregón
acreditó mucho con sus predicaciones el culto del Consuelo, y los fieles han tenido
tanta confianza en esta imagen que en la carestía de lluvias o exceso de ellas han
ocurrido a su protección, consiguiendo casi siempre sus deseos, hasta que las expe-
riencias repetidas, la hizo denominar N. S. del Contentillo.3
 
Otro mercedario de excepción que ha hurgado en todos los archivos merceda-
rios de Europa y de América y, por supuesto, en el suyo propio de Arequipa, padre
Víctor M. Barriga, nos permite ver “la parte histórica” desconocida por el Deán
Valdivia, pues se da testimonio el 9 de abril de 1586:
 
De la imagen de la Virgen del Consuelo o de Consolación venerada en el pueblo
de Utrera cercano a la ciudad de Sevilla, se hace una semejante para el templo de la
Merced de Arequipa y lo que ocurrió en el Puerto de Sechura al traerla en el navío
san Juan de Antona.4

El padre Barriga cita al investigador argentino José Torres Revello quien, en


un artículo publicado en Anales del Instituto de Arte Americano e Investigaciones
Estéticas, extracta el contrato estipulado en Sevilla por Jerónimo Sierra Figueroa,
vecino de Arequipa, con el escultor Gaspar del Águila y el pintor Diego de Campo,
para hacer esta imagen y las de san José y san Juan Bautista, posiblemente también
para la Merced por ser el último el titular de la Iglesia.
 El padre Francisco Obregón, comendador del convento, el 10 de abril del mis-
mo año, ante el escribano real público Antonio de Herrera y ante todos los capi-
tulares del convento, da testimonio de que la imagen de la Virgen del Consuelo se
trajo de España, “a similitud de Nuestra Señora de la Consolación del pueblo de
Utrera, término de la ciudad de Sevilla” y que por milagros evidentes se había ga-
nado la popularidad de los fieles. En concreto cita el que con mojarse toda la ropa
en el navío San Juan de Antona, en el puerto de Sechura, donde vino la imagen
y cómo pese a haber estado debajo de las aguas del mar no sufrió ningún daño

3 Ed. de  BALLÓN LOSADA, H. Estudio Preliminar a Deán Juan Gualberto Valdivia. Vida y obras, Editorial
UNSA, Arequipa, 1996, pp. 206-207.
4 Los mercedarios en el Perú en el siglo XVI, IV, Arequipa, 1953.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 321

ni maltrato, sino que salió “ilesa” y sin ningún desperfecto de la catástrofe. En la


primera manda se juntaron hasta 1.500 y cada día van mandando más cantidad
de plata para el adorno y lo necesario de la cofradía y el culto. Movidos por este
celo los hermanos veinte y cuatros pidieron sitio para “hacer capilla y sacristía y
hospedería para novenas y lo necesario”.
 Se le daría un terreno baldío, en el cementerio delante de la puerta principal,
pudiéndosele dar el arco primero junto al arco toral saliendo de la capilla mayor
a la mano izquierda. Todos los padres están de acuerdo pues auguran un gran
beneficio material y espiritual para el convento. El padre provincial, fray Martín
Blanco, da permiso. Entre los primeros devotos y propagadores de la devoción a
la Virgen del Consuelo se cuentan don Francisco, don Luis y don Hernando de
Almont, familiares del padre fray Francisco de Obregón; para ellos y sus descen-
dientes pidieron ser enterrados en el templo delante del Altar del Consuelo y en
su propiedad de las Lomas de Challascapa, cerca de Mejía, instituyeron un censo
para que anualmente se colaborase con cierta cantidad de aceite para la lámpara
de ese altar.5
El pionero de los historiadores mistianos, Travada, nos informa que el Padre
mercedario Obregón “se decía tener muy frecuentes coloquios con una imagen
muy milagrosa con título de Nuestra Señora de la Consolación que es el propicia-
torio a quien ocurre la ciudad en todas sus necesidades”.6 La fiesta se celebra el 21
de noviembre en toda la iglesia. Un moderno “año cristiano” nos la describe con
sencillez.

Una cofradía popular

El 16 de abril de 1586, el Cabildo de la ciudad de Arequipa, anota en sus actas


que trató con el señor juez y vicario, licenciado Matamoros, sobre la erección y
fundación de la cofradía de Nuestra Señora de Consolación, otorgando licencia
para su creación y fundación.7 El Cabildo de 6 de octubre de 1589 ordena que
“se hagan procesiones de sangre en esta ciudad por la salud del pueblo y se saque
en procesión a Nuestra Señora de la Consolación y se comunique con el vicario
y prelados del pueblo y cometióse en don Melchor Dávalos, Alguacil Mayor y a
Hernando de la Torre para que lo trate y tramite”.8
 En 1598, el 3 de mayo, se halla un acuerdo del Ayuntamiento sobre el Patrona-
to de la cofradía del Consuelo. Por el relato del soldado Pedro de Vivar, presente

5 Los mercedarios en el Perú en el siglo XVI, IV, Arequipa, 1953, pp. 317 y ss.
6 TRAVADA Y CÓRDOBA, Ventura. El suelo de Arequipa convertido en cielo: Historia General de Arequipa,
1958, S. XXV Signo de Libra. La Sagrada Religión de Nuestra Señora de la Merced.
7 Archivo Municipal de Arequipa, LAC 03 Libro de sesiones y acuerdos, pp. 1099-110.
8 Ibidem, fol. 384v.
322 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

en Arequipa en el año 1600 y testigo del terremoto que asoló a la ciudad, podemos
hacernos una idea de la popularidad que gozaba la imagen:

[El sábado] hicieron una novena de misas cantadas los religiosos de Nuestra Seño-
ra de la Merced a la imagen santísima de Nuestra Señora de la Consolación que es
de grandísima devoción en aquella ciudad y milagrosa; la cual tenían en un con-
vento de san Francisco9 y luego se comenzaron a conocer las mercedes que recibía por
su intercesión de Dios Nuestro Señor [...] Toda la ciudad hacía juntamente grandes
novenas a esta Santísima Virgen y a la gloriosa Santa Marta y aclaró.10

 Muy parecidas resultan las versiones ofrecidas por fray Martín de Murúa, en el
capítulo 22 del libro tercero de su crónica al hablar del mismo terremoto:

[...] El jueves no llovió ceniza e hizo el día claro, y la noche en que se vieron la luna
y las estrellas. El viernes amaneció nublado, obscuro, y a las ocho del día se cerró
más y comenzó a llover ceniza, y este día tembló la tierra muy recio, y la ciudad
vino al convento de Nuestra Señora de las Mercedes a pedir la imagen de Nuestra
Señora de la Consolación, que es de gran devoción y que ha resplandecido con
milagros, y esta tarde, juntas las religiones y el común del pueblo, la llevaron con
toda la decencia posible a la iglesia mayor por nueve días, y hubo sermón en ella.

 Así lo narra en 1600 el andariego monje jerónimo fray Diego de Ocaña:11

El viernes siguiente fue el día nubloso, de suerte que no pareció parte ninguna del
cielo claridad alguna; y llovió tierra muy menuda. Hízose este día una procesión
general, pero no de sangre, desde la iglesia mayor a nuestra Señora de las Mercedes.
Llevaron en esta procesión la imagen devotísima de Nuestra Señora de la Conso-
lación [...] El sábado siguiente [...] se sacó la imagen devotísima de nuestra Señora
de la Consolación, y la de Santa Marta, que la tiene la ciudad por abogada de los
temblores [...] Y así estuvieron todos allí cercados de Madre y de Hijo [...] Después
llevaron a San Francisco el Santísimo Sacramento y la imagen de Nuestra Señora
y de Santa Marta con mucho trabajo por no poder ya andar, hasta la cinta, en la
ceniza de la calles; y lleváronse allí por ser iglesia de cantería y fuerte (324-325).

El Cabildo de la Municipalidad de Arequipa, de 21 de febrero de 1630, da


cuenta de que esta advocación iba creciendo en el fervor de los fieles:

9 Salió en procesión con motivo de una fuerte sequía. Fue tal la lluvia que los fieles se vieron obligados a
guardarla en el templo más próximo que era el de los franciscanos.
10 BARRIGA, P. Víctor. Los terremotos de Arequipa: 1582-1868: Documentos de los Archivos de Arequipa y de
Sevilla, Sevilla 1940, p. 183.
11 Fray Diego de Ocaña, Viaje por el Nuevo Mundo: de Guadalupe a Potosí, 1599-1605. Edición crítica de Blanca
López de Mariscal y Abraham Madroñal. Universidad de Navarra. Iberoamericana. Vervuert, 2010.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 323

En este cabildo se acordó que se haga una rogativa a Nuestra Señora de Consola-
ción porque dé buen temporal y agua en esta ciudad y que se vaya a pedir al Con-
vento de la Merced la imagen y se traiga a la Iglesia Mayor el domingo que viene
veinte y cuatro del presente mes y que los dos alcaldes ordinarios para dar limosna
para cera con que se ha de alumbrar y que si no hubiese bastante cantidad para
alumbrar la imagen con la decencia debida se gaste lo necesario en cera de los pro-
pios de la ciudad y que los susodichos alcaldes y Alonso de Salazar regidor pidan la
dicha imagen; y que en cuanto al gasto de la cera acudan a Pedro Suárez de Torres
que haga el gasto, con cuenta y razón.

R. Vargas Ugarte ha exhumado un documento del Archivo Capitular de Are-


quipa por el que nos da a conocer que la hermandad o cofradía fue aprobada por
el obispo monseñor Antonio de León el 30 de enero de 1688.12
Uno de los impulsores de la cofradía fue doña Ana de Abril. Hija de don Pedro
de Abril y Arnedo y de doña Isabel de Silva, instituyó la dotación de una misa
cantada semanal todos los martes del año en el altar de la Virgen del Consuelo en
sufragio de su alma y las de sus padres y hermanos. Al efecto dejó una viña en el
Valle de Majes, situada en el pago de san Pedro de Aplao, colindante por arriba
con los terrenos que había comprado a los herederos de su tía doña Gregoria de
Silva, por abajo con la hacienda de viña de los herederos del general don Juan
Antonio de Marques, caballero de la Orden de Calatrava, callejón por medio, por
un costado con la viña de los herederos del general don José Carassa y casas de los
curas de dicho valle, y por el otro con el río y sus montes. Tales son los términos de
la escritura otorgada el 12 de julio de 1754, ante el escribano Bernardo de Tapia.
En una Relación del Obispado de Arequipa de 175613 se menciona su fiesta, junto a
la restricción de alcanzar solamente a los españoles:

Hay otra imagen en los Mercedarios, con título de la Consoladora, cuya fiesta se
celebra el 21 de noviembre, cuyo día hice el año pasado de fiesta para el asunto de
oír misa, sólo a los españoles y no a los indios.

Su culto fue creciendo en popularidad ya que, en 1759, se juró por fiesta en la


ciudad el 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de Nuestra Señora, y se man-
dó observar por el señor obispo don Jacinto Aguado y Chacón por decreto del 20
de noviembre de 1759. El 27 de octubre del mismo año, el regidor perpetuo, don
José Gabriel de Benavente y Moscoso, le había pedido esta gracia, exigiéndole el
prelado que le mostrase la renta con que había de costear la fiesta, petición ratifi-
cada de igual modo por el Cabildo de 17 de noviembre a través de su procurador
general. Como la obligación de “oír misa” tan sólo se extendía a los españoles

12 R. Vargas Ugarte. Historia del culto de María en Iberoamérica y de sus imágenes y santuarios más celebra-
dos. Huarpes, Buenos Aires, 1947, 2a. ed. pp. 588-591.
13 Archivo General de Indias, Indiferente General, 154-2-12.
324 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

que habitaban de este lado del puente, los labradores pidieron que comprendiera
también a los que habitaban de la otra parte, petición concedida por el obispo el
28 de julio de 1760.
El 1 de mayo de 1780 se reunieron los mayordomos veinticuatros que compo-
nían la Juntad Directiva de la obra pía “Nuestra Señora de la Consolación” bajo
la presidencia del padre fray Nicolás Leyzeca, quienes viendo la conveniencia de
“establecer las constituciones y seguridades que sirviendo de reglas perpetúen
obra tan del agrado de su Divina majestad para lo que unánimes y conformes
acordaron” redactar unas constituciones o estatutos cuyo contenido fundamental
es el siguiente:
– Responsabilizarse del cargo de dos misas todos los martes del año.
– Una misa cantada y otra rezada, así como los sermones de las ferias de cua-
resma.
– Con lo sobrante de lo dedicado al culto de Nuestra Señora dotan a una
“niña doncella, pobre, honesta y decente para religiosa o casada según su
elección”.
Con motivo del funesto terremoto de 13 de mayo de 1784, el cronista mistiano
Juan Domingo Zamácola levanta acta del estado de las iglesias de Arequipa:
 
[...] la iglesia de la Merced quedó algo rajada, así mismo su torre, pero una iglesia
que servía para dar culto a Nuestra Señora del Consuelo, Patrona y Protectora de
esta ciudad, se vino al suelo, quedando su altar mayor sin haber padecido ruina, y
ha sido muy notable el que habiendo tenido esta soberana Señora la corona bien
ajustada a la cabeza con un tornillo, hubiese caído al suelo, quedando la Soberana
Señora sin lesión alguna en su rostro y cuerpo.

Este nuevo portento motivó un nuevo acercamiento del pueblo a la que sentía
entrañablemente como su Madre, sacando su imagen en solemne procesión por
las calles principales de la ciudad.
Con fecha 17 de octubre de 1792 el Cabildo de la ciudad solicita al prelado
monseñor Pedro Chávez de la Rosa permiso para sacar la imagen en procesión
ante la pertinaz sequía que sufría Arequipa. Los términos son muy elocuentes
para calibrar la raigambre de la devoción:

Ilmo. Sr. La deplorable situación en que haya esta ciudad, acometida generalmente
de graves males que están ocasionando frecuentes muertes y que se atribuyen a la
casi absoluta falta de lluvias ha motivado que este Ayuntamiento resuelva implo-
rar la divina misericordia por medio e intercesión de la Santísima Virgen María
Nuestra Señora, venerada bajo la imagen y título del Consuelo en el Convento de
san Pedro Nolasco desta ciudad, sacándola procesionalmente en forma de rogativa
el domingo veintiuno del que rige por la tarde, a hora regular, para que el lunes
siguiente por la mañana se le cante una misa solemne en la santa iglesia catedral y
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 325

en la tarde del mismo día regrese a dicho convento en igual forma para que allí siga
el novenario que se ha resuelto costear a expensas de la piedad cristiana de los fie-
les. Nada de esto puede hacerse ni conseguirse si la bondad de V. S. Ilustrísima no
se sirve prestar la venia necesaria que pide y espera el Ayuntamiento y el que V. S.
Ilustrísima, si gusta se digne autorizar todos o cualesquiera de estos actos como se
lo suplica y juntamente el que ellos se acompañen de las plegarias generales con lo
demás que V. S. I. Ordenase y que el Ayuntamiento se promete con el aviso que so-
bre todo espera. Nuestro Señor guarde a V. S. I. muchos años. Arequipa, 7 de octu-
bre de 1792. Antonio Sánchez Corbacho. Francisco Joseph de Rivero y Benavente.
Francisco Javier Menéndez y Salazar. Agustín de Abril y Olazábal. Juan José García
de Larrea. José Zegarra. Juan de Dios López del Castillo. Lucas de Ureta. Francisco
Zegarra y Corvi. Juan Basilio de la Flor. Miguel Tadeo de Córdoba.
 
A la carta contestó favorablemente el obispo, el 19 de octubre de 1792, monse-
ñor Pedro José, obispo de Arequipa.14
 El 26 de junio de 1797 el Ayuntamiento de Arequipa pidió al rey de Espa-
ña permiso para erigir en Cofradía la obra pía de Nuestra Señora del Consuelo.
Carlos IV, por Real Cédula de 10 de abril de 1798, mandó que en conformidad
de la ley 25 de los Municipales se presentasen todas las diligencias al gobernador
intendente, para su conocimiento e informe, y el expresado intendente, el 10 de
febrero de 1803, presentó al síndico procurador general las diligencias practicadas
informando que, tras una detenida revisión, no ponía reparo para la erección de
la cofradía y aprobación de sus constituciones.
 El mismo monarca, en otra Real Cédula, Aranjuez 11 de junio de 1804, ordena
al virrey y Audiencia de Lima, al gobernador intendente de Arequipa y a los de-
más tribunales y jueces seculares; y ruega al obispo, deán y Cabildo de la catedral
de Arequipa, así como a los jueces eclesiásticos a quienes tocase que cada uno, en
la parte que respectivamente le corresponda, no impida el establecimiento de la
expresada cofradía ni el uso de las constituciones que van insertas.15

Patrona de la Municipalidad

El Cabildo de la Ciudad Blanca de 5 de febrero de 1804 aporta datos interesan-


tes sobre la imagen y su cofradía. Presenta Francisco José de Rivero y Benavente,
regidor perpetuo del Ayuntamiento y su síndico procurador, como mayordomo
de la cofradía de Nuestra Señora del Consuelo:

[...] que bajo de esta advocación se venera en la Iglesia del Convento de Reden-
tores Mercedarios de la misma la cédula dada en Aranjuez a 11 de junio de 1804

14 Archivo Municipal de Arequipa. LAC 13, fol. 330.


15 Archivo Mercedario de Arequipa, Cédulas Reales.
326 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

en que Su Majestad que Dios guíe la erige formalmente en cofradía, aprobando


las constituciones en ella insertas, declarando el Patronato a favor de este Ilustre
Ayuntamiento y presidiendo en sus juntas el Señor Gobernador Intendente u otra
persona en su nombre que se obedeció como debía y se mandó archivar en los Li-
bros del Cuerpo. Y para que tenga su más puntual cumplimiento y llegue a noticia
del público sacándose dos testimonios de ella, uno para el Gobernador Intendente
y Vicepatrón Real de la Provincia y otro al Señor Gobernador Eclesiástico con los
oficios de estilo, pasándose igualmente oficio de urbanidad por el propio señor
mayordomo al R. P. Comendador del Convento de Mercedes, noticiándoles que
el martes 12 del corriente ha determinado este cuerpo asistir solemnemente a la
Misa que se dedica a la Divina Señora a efecto de que se haga pública la gracia de
S. M. llegando de este modo la noticia a los habitantes de esta ciudad y para que
se cerciore su Paternidad Muy Reverenda y ponga la constancia debida al estable-
cimiento que se ha confirmado verificándose luego que se concluya la función.16
 
La Municipalidad, el 17 de febrero de 1831, solicitó que habiendo comenzado
el 12 la Novena de la Virgen, se permitiese el último día una procesión de peniten-
cia a fin de rezar por la lluvia tan necesaria. El obispo accedió y los labradores vie-
ron sus esperanzas colmadas. De tal manera, que al año siguiente, el prefecto don
Pío Tristán volvió a solicitar la salida procesional de la imagen y le fue concedido,
efectuándose la rogativa el doce de enero.

Nuestra Señora del Contentillo. Gracias y favores

De la confianza filial que los fieles de Arequipa depositaban en esta imagen


hablan muy a las claras los términos en los que está redactada la novena. En pri-
mer lugar hay que recordar que debido a los contentos y gozos recibidos popular-
mente se le llamó “Nuestra Señora del Contentillo”. Fue aclamada como “patrona
y protectora de la ciudad”, “El Propiciatorio a quien ocurre la ciudad en todas sus
necesidades”. Alguno de los prodigios a ella atribuidos:17
• 1702. La ciudad sufría una pertinaz sequía que causaba la muerte del gana-
do y el perjuicio de las cosechas. Sacaron la imagen en procesión y cuando
se acercaba a la plaza se cubrió el cielo y llovió a chaparrón, debiendo alige-
rar el paso para guarecerse en la catedral.18

16 LAC 26, 1804, pp. 40-40v.


17 En la Novena a la gloriosísima y milagrosa Virgen María de Consolación, patrona y abogada en todas las nece-
sidades que padece la ciudad de Arequipa y sus habitantes que se venera en la iglesia del convento de San Juan
de Letrán del Orden de la Merced, dispuesta por un religioso de dicho orden y hecha reimprimir por María
Josefa de Goyeneche y Gamio. Arequipa, 1897. Cada uno de los días de la novena se incluye un hecho his-
tórico prodigioso.
18 El padre Barriga coloca este prodigio en 1792. “Padecía la Ciudad una gran sequía por la que el campo se
secaba y los ganados perecían. Sacó en procesión a la imagen y cuando se acercaba a la plaza se cubrió el
cielo de una nube que se extendió con rapidez y provocó una lluvia abundantísima”.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 327

• En 1721 se encontraba la ciudad oprimida de una “mortífera epidemia que


amenazaba estrago a toda la ciudad”; acudieron a la “Virgen del Consuelo
como a único refugio y sacando su imagen en solemne procesión, deste-
rrando el apestado aire, quedaron todos libres y los enfermos sanaron del
contagio”.
• En 1734 “siendo las lluvias tan crecidas causaron en las haciendas grande
estrago, amenazando total ruina, especialmente en el puente tan necesario
a la ciudad, viéndose los habitantes en tanta aflicción, ocurrieron a la Ma-
dre del Consuelo y sacándola en procesión, a su vista huyeron las nubes y
cesó la lluvia, quedando descubierto el cielo, para que el sol secase los edi-
ficios casi demolidos por el agua y fortaleciendo el puente, pues bajó el río
de tal modo que se pudiese reparar el destrozo de las avenidas”.
• 1768. Cuando blanqueaba la media naranja, un día martes dedicado al cul-
to de la imagen, se cayó de una elevada cornisa pero no llegó al suelo pues
milagrosamente quedó suspendido en el aire, dándole tiempo a confesarse
con un sacerdote y ser salvo; pues aunque “dio de cabeza con algunas pie-
dras, y con las circunstancias de ser corpulento, no padeció lesión alguna”.
• Un criado del prelado del convento, mientras se fabricaba la media naranja
de la capilla del Consuelo, se hundió por la cimbria, cayéndose el joven
entre los escombros, y cuando fueron a buscarle para darle cristiana sepul-
tura, se dieron con la sorpresa de ser encontrado sin ninguna lesión.19
• Un hombre fue apuñalado salvajemente por un “feroz puñal carnicero” y
no encontrando otro auxilio que en el cielo invocó a la Virgen Madre del
Consuelo y pudo sanarse.
• Un niño se quedó completamente ciego. Sus padres le arrojaron a sus plan-
tas y, al volver a casa, empezó a ver con claridad. Tanto que pudo estudiar e
incluso ordenarse como sacerdote.
• 1832, 4 de enero, fue curada doña María de Goyeneche y Barreda, hermana
del célebre obispo de Arequipa, tal como atestiguó su propio hermano ante
el doctor Menaut, vicario general de la diócesis.

El propio V. M. Barriga da testimonio de ver en su niñez una procesión de


penitencia el año 1905 “no sé por qué motivo y es la última vez que su imagen ha
recorrido las calles de Arequipa”.20 No sería la última, pues el padre Rubén Vargas
19 La novena varía los hechos o cuenta un caso muy parecido al relatado por el P. Barriga. El protagonista sería
un niño que “por ciertas niñerías a que la puericia inclina, subió a la bóveda y por una claraboya cayó aden-
tro precipitada, teniéndola todos por muerto; y ocurriendo a tu sagrado amparo y descubriendo tu imagen,
hiciste que a tu presencia huyese la potestad de la muerte, respirando el niño y quedando bueno sin más
lesión que una señal en el cuello; dándole larga vida y licencia para que tomase el hábito y llegase a subir a la
dignidad de sacerdote”, p. 18.
20 Este eximio historiador y celoso religioso mercedario mantuvo una viva devoción a Nuestra Señora del Con-
suelo. Así nos lo recuerda quien fuese bibliotecaria del convento, Yovanna Esquibel: “El P. Barriga fue devoto
de la Virgen del Consuelo, cuya escultura que data del siglo XVI se presentó en esta exhibición, bellamente
328 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

menciona otra procesión penitencial posterior, para 1924, en que se rogaba por la
solución pacífica en la cuestión fronteriza peruano-chilena.
El padre Barriga confiesa ignorar la fecha última de la cofradía y su deseo de
hacer revivir la cofradía. Parece que en los últimos tiempos lo fueron miembros
de la familia Goyeneche, quienes quedaron como mayordomos y responsables de
los bienes y alhajas en 1838; Juan Goyeneche satisfizo 102 pesos a la cofradía de
Nuestra Señora del Consuelo y después del terremoto de 1866, con motivo de la
inseguridad de la iglesia por estar caídas sus paredes, don José A. Vivanco, apode-
rado de la familia, firmó un recibo en los siguientes términos:

Como encargado del señor don Juan Mariano de Goyeneche, Mayordomo de la


Cofradía de Nuestra Señora del Consuelo, he recibido del R. P. Fr. Miguel Henrí-
quez, Sacristán Mayor de la Iglesia de la Merced, la custodia del altar de Nuestra
Señora del Consuelo que pertenece a este convento con su cruz y un botón de dia-
mantes engarzado en la propia custodia [...] habiéndome entregado antes el mismo
R.P. Fr. Miguel Henríquez 13,5 libras de chafalonía de plata de la peaña y candelejas
de la Virgen y a petición de dicho Padre doy este recibo. Arequipa, 12 de enero de
1869. José A. Vivanco.

Aún en 1918, la familia Goyeneche seguía sosteniendo el culto de Nuestra


Señora del Consuelo mediante su administrador el doctor don J. L. A. Vivanco,
mandando celebrar una misa cantada todos los martes del año, las ferias de Cua-
resma y una festividad el 21 de noviembre con vísperas solemnes seguidas de un
novenario de misas cantadas.
El Papa Benedicto XV por medio del Breve “Omnium saluti”, 10 de julio de
1927, declara privilegiado el altar de la Virgen del Consuelo.
El culto debió seguir en aumento, como se desprende de la crónica periodística
de 13 de febrero de 1925, con motivo de las rogativas para que cesasen las cala-
midades de las lluvias; en el mismo se incluye una nota de monseñor Holguín del
tono siguiente:

Hace días que dispuse que las Comunidades religiosas de uno y otro sexo hicieran
rogativas para aplacar a la Justicia Divina, mas viendo que esta calamidad pública
no cesa, he dispuesto que el domingo 15 a las 10 a.m., se conduzca en procesión de
penitencia a nuestra S.I.C. la imagen de la Santísima Virgen del Consuelo que se
venera en el Templo de la Merced. En el trayecto se cantarán las preces que el Ritual
Romano pone “ad postulandam serenitatem”, llegando la procesión a la Catedral.
Un orador sagrado dirigirá la palabra a los peregrinos, se cantará la Salve Regina,
se celebrará una misa entera.

ataviada y con su luciente corona de plata”. Centenario del nacimiento del historiador R. P. Víctor M. Barriga,
O. de M. (1891-1991), Provincia Mercedaria, Arequipa 1995, p. 230.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 329

Da fe, entre otros, de estos hechos el padre Saúl Peredo, quien escuchó de las
señoras encargadas de vestir a la imagen, que la lluvia provocó grandes estragos
en la población, llegando a perecer varias personas. Sin embargo, un día después
de sacar en procesión a la Virgen, se despejó el cielo y volvió a reinar la bonanza
en la campiña arequipeña.21 Este mismo autor se hace eco de los testimonios de
muchos fieles acerca de los prodigios extraordinarios obrados en sus vidas por
la venerada imagen, llegando a escribir en 1963 lo “floreciente de la piadosa de-
voción” y cómo se le tributan muy solemnes cultos; tanto es así que “el católico
pueblo arequipeño, juntamente con sus autoridades, lo mismo que los superiores
de la Orden Mercedaria, elevarán su petición a la Santa Sede en un futuro muy
próximo para impetrar la coronación canónica con diadema de oro de esta vene-
randa y antiquísima imagen de Santa María del Consuelo, en reconocimiento de
los beneficios recibidos de tan celestial Madre”.22 
El 15 de septiembre de 1993 se talló y colocó un nuevo retablo para la Virgen
del Consuelo y san Pedro Nolasco. Se talló en cedro siendo comendador el P.
Eleuterio Alarcón quien lo bendijo ese mismo día. Reza la siguiente inscripción:

Padrinos: Víctor Zamorano Delgado, Lourdes Villa de Zamora, Patricia Delgado


de Pardo, Salomé Lazo Cornejo, Raúl Postigo Villa, Sonia Díaz Acuña, Francisca
Rodríguez de Zegarra, Maximiliana de Pariente, Luis A. Talavera Chávez. Obra
realizada por las instituciones Venerable Orden Tercera de la Merced, Señora Isolia
Ugarte de V. Secretaria: Sta. Emilia Ballón D. Tesorera: Srta. Salomé Lazo C. Coor-
dinadora: Sta. Lidia Cornejo C. y con la colaboración de todos los miembros de la
Pía Unión de san José.

La colaboración de la familia Goyeneche

Del afecto que el arzobispo Goyeneche le profesaba se tienen varias muestras.


Así en la Razón de las existencias en los baúles de equipaje del Ilmo. Sr. Arzobispo,
en el baúl catalán n. 14 aparece “una imagen de Nuestra Señora del Consuelo
en su estuche”. En el baúl de baqueta nº. 9, cinco novenas de Nuestra Señora del
Consuelo.
P. J. Rada y Gamio en su monografía El Arzobispo Goyeneche, de comienzos
de siglo, aporta nuevos datos sobre su protagonista. En todo tiempo fue esa be-
lla advocación la que mereció la devoción del obispo Goyeneche. Sus premios
y triunfos de colegio se los ofrendaba. Uno de sus actos académicos se realizó
delante de su imagen. Llamó a su Palacio Episcopal el “Palacio de Nuestra Señora
de la Presentación”.

21 Manuscrito del P. Saúl Peredo, O. de la M., Lima, 10 de julio de 1963, 6 pp.


22 Ibidem, p. 6.
330 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

 Juan Mariano de Goyeneche levantó a la Virgen de la Presentación una her-


mosa capilla en Tingo, a cuyo costado pasa el ferrocarril.23 También en el Hospital
Goyeneche existía una imagen de la Virgen del Consuelo. La familia en pleno
eligió a Nuestra Señora del Consuelo por patrona suya. El que en su día fuese
titulado como mejor hospital de América del Sur y costeado íntegramente por los
Goyeneche, fue inaugurado en 1912 con el título de “Hospital de Nuestra Señora
del Consuelo”, siendo apadrinado por el Papa san Pío X.
Otro entrañable testimonio nos lo proporciona la carta enviada por José Ma-
nuel de Goyeneche a sus hermanos notificándoles la muerte de su hermano Ma-
riano en Burdeos:

Inundado de lágrimas al reconocer el lecho de Mariano, sin encontrarlo, me postré


a los pies del Crucifijo de nuestra tía Josefa, que Mariano tenía y, abrazando a la
Consoladora, le entregué mi corazón, mi suerte, mi vida y pedí por vosotros dos,
amorosos vástagos de mi corazón, único consuelo que me queda.24

El P. Barriga transcribe una carta de Juan Mariano de Goyeneche25 de París, 8


de diciembre de 1890, dirigida al R. P. Manuel Bernedo:

Por encargo de mi hermana doña María Josefa escribo a V. P. esta carta para anun-
ciarle el envío del pavimento en mármol de Carrara, blanco y azulado de primera
clase, que regala a la Iglesia de ese Convento, a fin de reemplazar con él, el antiguo
de sillares y ladrillos que en ella existía. Recíbalo V. P. y toda su Venerable Comuni-
dad, como un obsequio hecho a esa Iglesia, de la que conserva toda nuestra familia
tan santos y dulces recuerdos y ofrézcalo a nuestro Amo Jesús Sacramentado y a
su Purísima Madre María Santísima del Consuelo, como un pequeño tributo del
entrañable amor que le profesa la donadora. Para hacer esta ofrenda suplicamos
a V. P. que diga una misa rogando en ella por la intención de mi citada hermana.

Recuerda este donativo una lápida en mármol, colocada en el primer arco que
da a la nave izquierda del templo entre el presbiterio y el altar de Nuestra Señora
del Consuelo, en la que se lee:

A la mayor honra y gloria de Dios uno y trino, en honor de la Inmaculada Virgen


María del Consuelo y para ornato de su santo templo. Dedica este pavimento en
mármol María Josefa de Goyeneche y Gamio. Año 1890.

23 Parece que se ha perdido esta devoción y se ha cambiado por la del Carmen ya que la capilla es atendida
pastoralmente por los misioneros carmelitas de la Inmaculada provenientes de la India.
24 Herreros de Tejada, Luis. El Teniente General Goyeneche, Primer Conde de Guaqui, Barcelona, 1923, p. 450.
25 Oración fúnebre del Excmo. Sr. Juan Mariano de Goyeneche por el P. F. Cabré, Arequipa, 1924.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 331

La celebración de la novena

Por más de cuatrocientos años los fieles de Arequipa han venido rezando la
novena en honor a Nuestra Señora del Consuelo, en su misterio de la Presentación,
celebrado litúrgicamente el 21 de noviembre. Sabemos que, al menos, en 1897,26
se reimprimió la novena redactada por un padre mercedario y costeada con fon-
dos de la benefactora María Josefa de Goyeneche y Gamio.27 Las 32 páginas, bien
manoseadas por el uso, se inician con una sentida dedicatoria “a Jesucristo Cru-
cificado del Auxilio”, que se venera en la capilla de Nuestra Señora del Consuelo
en la iglesia de la Merced. Tanto la oración inicial como la que se incluye en cada
uno de los nueve días, tiene muy presente el especial patrocinio de la imagen para
los tiempos de sequía. Del mismo modo, se refleja claramente en la oración del
primer día de la Novena:

Hermosísima Virgen María de Consolación: Refugio de pecadores: amparo de atri-


bulados: total alivio en nuestros conflictos. Ya que la divina misericordia me ha
hecho merecedor de tenerte por Patrona y Consoladora, no desmaye tu clemencia
en fertilizar mi alma con las copiosas lluvias de la gracia; porque enjuto mi corazón
con la sequedad en las virtudes, no se ven en mí más frutos que cambrones, espinas
y malezas de culpas en tanto grado, que mientras más favorecido estoy de tu cle-
mencia, más obstinado me hallo en mis maldades. Lluevan sobre mí tus piedades,
para que reconociendo mi infeliz estado, llore verdaderas lágrimas de contrición.
No fuera nuevo en tu piedad concederme este don, cuando en lo material lo tiene
experimentado esta Ciudad de Arequipa; pues el año de setecientos y dos, hallán-
dose poseída de tan grande sequedad que los ganados perecían, las mieses se seca-
ban y aun la tierra se abría en bocas, por no hallar humedad con qué refrigerar su
sed, recurrió a tu misericordia, como a único consuelo: y sacándote en procesión,
cuando te acercabas a la plaza, cubriste el cielo (antes limpio) de una nubecilla, que
la extendió tu poder e hiciste que despidiese tan abundante lluvia, que con la posi-
ble brevedad condujeron tu santa imagen a la iglesia catedral, buscando el nume-
roso concurso que la acompañaba donde refugiarse, siendo tan copiosa tu miseri-
cordia, que corrieron avenidas por algunos días continuados. Extiende, Señora, tu
protección sobre mí. Haz que caiga tal lluvia de lágrimas de contrición en mi alma,
que destruya mis pecados, se laven todas mis manchas y se fecunde mi corazón,
para que sirviéndote en esta vida, merezca verte en la otra, y concédeme benigna lo
que te pido en esta Novena, si es para honra de Dios y gloria tuya. Amén. (Aquí se
alienta la confianza en la intercesión de la Santísima Virgen y se le pide lo que cada
uno necesita; se dirá la Letanía Lauretana y luego la siguiente)
(Como antífona): ¡Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios! Templo del Se-
ñor y Sagrario del Espíritu Santo: tú sola sin ejemplo agradaste a nuestro Señor Je-

26 La que hemos podido consultar perteneció a Julia Chávez Velando.


27 El Ángel de la Caridad. Oración fúnebre de la Excma. Srta. María Josefa de Goyeneche y Gamio por el P. Fco.
Cabré, Arequipa, 1927.
332 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

sucristo. Haznos dignos, Virgen sagrada, de que te alabemos. Y danos virtud contra
tus enemigos.
(Oración): Dios y Señor mío, que a la bienaventurada Virgen María la presentaste
en el templo, haciéndola habitación del Espíritu Santo; por su intercesión te pedi-
mos merezcamos ser presentados en el templo de tu gloria. Amén.
Oración final: Dulcísima siempre Virgen María de Consolación: misterioso ali-
vio de esta ciudad de Arequipa; pues te dignaste ser nuestra Patrona y Protecto-
ra, eligiendo por casa la de tus Mercedes y Misericordias, para que conociésemos
que cuando te nombramos con viva fe, eres consuelo nuestro, tenemos prontas tus
Mercedes, ya lo reconocemos, Reina nuestra; pues ninguno que llegó a ti, salió sin
feliz despacho. Y pues eres nuestro total consuelo, no permitas, Madre del Verbo
Eterno, que nuestros ruegos sean despreciados. Otórganos lo que pedimos, si fuere
a mayor honra y gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
 
Como podemos apreciar, su autor conjuga ciencia teológica, celo espiritual
con los datos históricos, dentro de la frondosa retórica de la oratoria sacra del
siglo dieciocho. Pero toda novena no se queda en la simple recitación o el musi-
tado de oraciones escritas. Comprende una especie de misión especial, campaña
de fervor, cenáculos semejantes al de Pentecostés de los primeros cristianos, en
espera de la gracia de lo alto. Hay visitas a la imagen, oraciones personales, cele-
braciones litúrgicas acompañadas de la confesión y la comunión, entrega de exvo-
tos y ofrendas. Una nota de gastos de Lorenzo Rojas, mayordomo de la cofradía
en 1862, nos da “razón de los músicos que deben asistir a la velada y novenario
de Nuestra Señora del Consuelo”.28 Durante diez días de velada, se contratan seis
músicos a ocho reales cada uno en misa y velada: 60. Además, dos cantores para
la misa de la novena a cuatro reales cada uno: nueve. Un organista fuellero en la
novena a 4 reales 4, 4. Y para las vísperas y fiesta once músicos y cuatro cantores
en 35 pesos, y un organista 1 peso, 4 reales. Se ve claramente que se dotó de gran
solemnidad al culto de Nuestra Señora del Consuelo.

Conclusión

Cuando los padres mercedarios me encargaron el librito citado de Nuestra


Señora del Consuelo, pude constatar el gran afecto de la Congregación por esta
advocación mariana. Quiero hacer pública gratitud al entonces párroco de Nues-
tra Señora de la Merced, padre Jorge Capistrán Vargas –q.e.p.d.– quien estampó
un precioso poema como pórtico de la obra: “Con todo afecto hoy te recordamos,
Madre del Consuelo, para darte gracias por tu protección y compañía ¡Oh Madre
del Consuelo! cuántos años te dejamos en el olvido y sin embargo, cuántos años

28 Hoja suelta encontrada en el Archivo del convento de la Merced de Arequipa.


Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 333

mirándonos con tu amor consolador. Nunca, tus hijos mercedarios podrían olvi-
darse de tus favores, de tu protección y de tu consuelo”.
De igual modo, quiero rescatar las palabras del entonces comendador merce-
dario de Arequipa, fray Richard Gómez Cornejo Muñoz, quien constata con dolor
que “con el transcurrir del tiempo, este culto centenario a tan milagrosa imagen,
ha decaído notablemente quedando olvidada y relegada a su hornacina situada en
la parte superior del altar de San Pedro Nolasco, en la nave izquierda del templo”,
pero formula votos para rescatar, conservar y propagar su devoción.
Sirvan las presentes páginas como apoyo para documentar la historia y devo-
ción de una advocación mariana tan “consoladora” que no podemos dejar morir.
Cerca del templo de Nuestra Señora de la Merced, en la iglesia del Santísimo Sa-
cramento, en la calle Palacio Viejo, construida por iniciativa de doña María Josefa
de Goyeneche y Gamio, hay una espléndida vidriera dedicada a Nuestra Señora
del Consuelo, ubicada en el presbiterio, según se entra por la puerta principal a la
izquierda. Parece decir que la misión de María es dejar pasar la luz, aportar agua
para convertir en vino, hacer de Madre para que vayan al Hijo.

APÉNDICE: CONSTITUCIONES DE LA COFRADÍA

El 26 de junio de 1797 el Ayuntamiento de Arequipa pidió al rey de España


permiso para erigir en cofradía la obra pía de Nuestra Señora del Consuelo. Car-
los IV, por Real Cédula de 10 de abril de 1798, mandó que el Cabildo secular de
Arequipa, en conformidad de la ley 25 de los Municipales, presentasen todas las
diligencias al gobernador intendente para su conocimiento e informe y el expre-
sado intendente, el 10 de febrero de 1803, presentó al síndico procurador general,
las diligencias practicadas informando que, tras una detenida revisión, no ponía
reparo para la erección de la cofradía y aprobación de sus constituciones.

En la Ciudad de Arequipa, en primero de marzo de 1780 años, el Muy Re-


verendo Padre Maestro Fray Nicolás Leyseca y mayordomos veinticuatros que
componen la Junta, congregados y juntos para tratar las cosas tocantes al servicio
de Dios Nuestro Señor, culto y propagación de la Cofradía de Nuestra Madre y
Señora de la Consolación, se trató de ser preciso establecer las Constituciones y
seguridades que sirviendo de reglas perpetúen obra tan del agrado de su Divina
Majestad para lo que unánimes y conformes acordaron las siguientes:
1a. Que los que se recibieren Hermanos Veinticuatros han de ser españoles
limpios de mala raza de judíos, moros ni esclavos.
2a. Que para recibirse de Hermanos Veinticuatros, el que lo solicitare se ha
de presentar por escrito ante el Reverendo Padre Comendador del Convento y
demás hermanos para lo que se ha de hacer Junta y se ha de votar secretamente y
334 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

sacando la mayor parte quedará recibido y en caso de igualdad de votos tendrá el


decisivo dicho Reverendo Padre Comendador.
3a. Que el que solicitase ser Hermano Veinticuatro a más de lo dicho en la
antecedente ha de hacer oblación de 50 pesos y si quisieren que la Cofradía acuda
con los mismos sufragios que adelante se dirán a sus mujeres e hijos han de dar
por cada una de estas personas a 25 p.
4a. Que si algún religioso del Orden solicitase recibirse de Hermano 24 qui-
siese enterrarse en este convento ha de ser obligada la cofradía a poner túmulo
decente con las luces de la Pragmática, se le ha de cantar su misa y doce rezadas
que se han de repartir entre los religiosos de este convento, dándole sepultura en
la Capilla de Nuestra Señora de Consolación en donde sólo se han de enterrar los
Hermanos 24, sus hijos y mujeres o algún especial benefactor del Convento; y en
caso de no entrarse en la iglesia de dicho convento, la cofradía le ha de hacer sus
honras solemnes con misa cantada y doce rezadas y ha de ir el Mayordomo u otra
persona decente con el guión de la cofradía y capellán de ella, repartiéndose 6
velas a otros tantos hermanos 24 para que acompañen el cuerpo.
6a. Que la Cofradía ha de pagar al convento por los entierros de los Hermanos
24 12 pesos, y por honras 6 p, las misas de esclavos 3 pesos poniendo la cofradía
la música.
7a. Que el convento ha de ser obligado a enviar el Credo en caso que lo pidan
los Hermanos Veinticuatros y un religioso que les asista en el artículo de la muer-
te.
8a. Que en las procesiones han de ir los Hermanos Veinticuatro entreverados
con los religiosos que hubiese de tener la cofradía para imponer a censo, se han
de dar a voluntad y satisfacción del Reverendo Padre Comendador con todo lo
demás de la Junta que para el efecto se citará.
10a. Que si la Capilla de Nuestra Señora que hoy tiene o en adelante tuviere o
su altar se cayese o necesitare de algún reparo, éste ha de ser a costa de la cofradía
y del convento por iguales partes.
11a. Que si algún devoto dejase alguna capellanía al convento con cargo de
algunas misas en el Altar de Nuestra Señora de Consolación en esto no se ha de
mezclar la cofradía como ni el contento ha de tener intervención en las que se
dejasen particularmente para la cofradía.
12a. Que el Reverendo Padre Comendador que es o fuere no haya de alterar el
precio de 3 pesos que se han de pagar por las misas semanales siendo del cargo del
convento el organista y oficiante de misa.
13a. Que si la cofradía quisiese que haya algunas misas en los días de Jubileo
o en otro cualquier día de festividad y particular devoción ha de ser obligado a
pagar a la parte del Convento los tres pesos que quedan dichos por cada una misa
cantada.
Benito / Nuestra Señora del Consuelo en Arequipa 335

14a. Que las alhajas de la cofradía y las del convento se han de prestar recípro-
camente en sus festividades.
15a. Que la cofradía ha de ser obligada a concurrir con los 25 p por la feria que
se predica en todos los martes de cuaresma.
16a. Que las elecciones de mayordomo-tesorero se han de hacer por votos se-
cretos en los que el Reverendo Padre Comendador ha de tener sólo el decisivo.
17a. Que en caso de tener los Hermanos Veinticuatro recelo sobre la votación,
podrá nombrar un tercero para que regule los votos.
18a. Que la elección de mayordomo tesorero sólo se pueda hacer en hermano
24 y no en otro que no estuviese recibido de tal por la cofradía.
19a. Que el mayordomo tesorero ha de recibir los bienes y alhajas de la co-
fradía por inventario el cual ha de firmar el Reverendo Padre Comendador que
asistirá a la entrega.
20a. Que el Mayordomo Tesorero ha de ser por un año, pero en caso de ser
preciso continuarlo lo será por otros dos.
21a. Que el Mayordomo tesorero ha de tener libro de cofradía en que igual-
mente se asiente el día en que se recibieron los Hermanos Veinticuatros y Cofra-
des.
22a. Que los mayordomos tesoreros para deshacer alguna alhaja de la cofradía
lo hagan saber al Reverendo Padre Comendador.
23a. Que en uno de los días del mes de noviembre de cada un año haga la co-
fradía un aniversario por los hermanos difuntos, avisándose por el Mayordomo a
los hermanos 24 para que asistan siendo servidos.
24a. Que la cofradía sólo ha de dar al convento 4 pesos por cada una de las
misas vigiliadas que hubieren de decir los hermanos cofrades que muriesen y ésta
ha de ser precisamente en el altar y capilla de Nuestra Señora.
25a. Que sin perjuicio del aniversario a que la cofradía es obligada por la cons-
titución 23 y de las misas vigiliadas de que hace mención la siguiente 24, ha de
entenderse que de las dos misas que en cada dicho día martes se celebran en el
altar de la Santísima Virgen del Consuelo, se aplique la primera por los esclavos
de la cofradía vivos y difuntos y que devengados todos los costos que ocasionase
el culto de la Soberana Señora los sobrantes se rezaguen en la Arca de tres llaves
que la cofradía tenga hasta formarse el toral correspondiente a dotar con tres mil
pesos y por suerte solemnemente sacada a presencia de toda la Junta una niña
doncella pobre, honesta y decente para religiosa o casada según la elección. Con
expresión de que cualquiera sobrante que en el día de la suerte quedare de la Arca
sea cual fuere, haya de dividirse y aplicarse por mitad entre los cautivos cristianos
y huérfanos de esta ciudad y con más la de que las llaves del Arca hayan de turnar
sucesivamente una en poder del Regidor decano de este Ayuntamiento, otra en
el del R. P. Comendador que por tiempo fuere y otra en el del Mayordomo o Te-
sorero de la cofradía. Visto tomo en mi Consejo de las Indias con lo que dijo mi
336 Cofradías en el Perú y otros ámbitos del mundo hispánico

Fiscal he venido en aprobar la mencionada cofradía y constituciones insertas, con


la calidad de que se añada en ellas que a todas las Juntas asista el Gobernador In-
tendente o persona en su nombre como está mandado por la Ley 25, título cuarto
libro primero de las Municipales. Que los bienes queden sujetos a la jurisdicción
real, sin que el Diocesano se mezcle en otra cosa que en la visita de lo puramente
espiritual y eclesiástico. Y que los entierros y exequias que se hagan por la cofra-
día en el Convento de la Merced u otra cualquiera iglesia sea sin perjuicio de los
derechos del párroco. En su consecuencia ordeno y mando a mi virrey y audiencia
de Lima, al citado gobernador intendente de Arequipa y a los demás tribunales y
jueces seculares; y ruego y encargo al Reverendo Obispo y venerable Deán y Ca-
bildo de la misma iglesia Catedral de Arequipa y a todos los Jueces Eclesiásticos
a quienes tocare que cada uno en la parte que respectivamente le corresponda no
impida el establecimiento de la expresada ni el uso de las Constituciones que van
insertas con las adiciones que quedan referidas. Dada en Aranjuez, a 11 de junio
de 1804. Yo el Rey. Por mandado del Rey Nuestro Señor. Silvestre Collar. Tres
rúbricas. Refrendada y Secretaria 96 reales de plata. Una rúbrica. Arequipa, 5 de
febrero de 1805. Por manifestada en este Ilustre Ayuntamiento la Real Cédula que
antecede. Archívese para su debida constancia. Felipe de Olazábal. Pedro Domin-
go Masías. Manuel Flórez. Agustín de Abril y Olazábal. Francisco José de Rivero y
Benavente. Doctor José Zegarra, Lucas de Ureta. Fernando García Gonzalo. Juan
Antonio González Valdez. Ante mí, Rafael Hurtado. Escribano público interino
de Cabildo.

Concuerda con la Real Cédula original de su contexto que para efecto de sa-
carlo puso de manifiesto ante mí el Señor Regidor Síndico Procurador General de
esta Ciudad don Francisco José de Rivero y Benavente, mayordomo tesorero de la
Cofradía de Nuestra Señora del Consuelo que se venera en la Iglesia del Convento
de Nuestra Señora de las Mercedes de esta misma ciudad y de haberle devuelto
uno y otro doy el presente en la Muy Noble y muy Leal Ciudad de Arequipa a 21
días del mes de febrero de 1805. En testimonio ✝ de verdad. Rafael Hurtado, Es-
cribano Público interino de Cabildo.
(Archivo Mercedario de Arequipa, CRONS 01, pp. 32v-34, p. 55)

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