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Historia Del Nazareno de San Pablo

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CRISTOPHER GARCIA

C.I. 26930635
ING NAVAL SEXTO SEMESTRE

HISTORIA DEL NAZARENO DE SAN PABLO

En las celebraciones de Semana Santa, unas de las tradiciones realizadas con gran fervor y
devoción en nuestra querida capital venezolana es la magnífica procesión en homenaje al
milagroso Nazareno de San Pablo. Surge al desanudarse una espantosa enfermedad, mejor
conocida como la peste del vómito negro. Suplicando la ayuda de Dios, decidieron sacar en
procesión a una gran figura de San Pablo El Ermitaño y asombrosamente finalizó la terrible plaga;
tan agradecido estuvo el Cabildo y la localidad, que crearon al sur de la catedral una capilla en
homenaje al santo. Lastimosamente, quedó en ruinas debido al terremoto del año 1641, y después
reconstruida y reinaugurada cinco años más tarde.

Llega a la capital una figura de Jesús Nazareno en el año 1674, la misma simboliza a Cristo
transportando una cruz, con un atuendo violeta camino a su cruel crucifixión, luego colocada en la
antigua capilla y bendecida por Fray González de Acuña, hombre que ordenó y decretó que el día
Miércoles Santo fuera ofrecido al milagroso Jesús Nazareno. Es una costumbre que los ciudadanos
suelan visitar la capilla y hacerles peticiones al Nazareno, posteriormente pagan promesas de
diversas formas al ser cumplidas sus súplicas; unos visten de violeta, otros llevan sus velas y hay
quienes hasta cargan una cruz.

Cuenta la historia, que en el año 1696 se volvió a desarrollar una enfermedad que estaba
destruyendo a los lugareños, nuevamente rezaron y pidieron a Dios por la detención de la plaga,
además sacaron al Nazareno por los alrededores de la ciudad; al pasar por una calle, su cruz chocó
contra un frondoso árbol y se desprendieron de él varios limones, los devotos recogieron los
frutos como señal divina y prepararon limonada; finalmente obtuvieron un resultado que los
alegró profundamente, la peste había acabado. Desde ese tiempo se le catalogó como la esquina
de El Limonero del Señor. Luego el fervor y la devoción hacia El Nazareno de San Pablo
aumentaron enormemente.

Se decidió construir un templo para que fuera el hogar de El Nazareno, el cual conocemos todos
como la Basílica de Santa Teresa, donde hoy día es adorado El Nazareno y año tras año acuden
miles de feligreses, especialmente durante la Semana Santa, el día Miércoles Santo.

La imagen del Nazareno de San Pablo, es la de devoción de todo hijo de Caracas. Es una talla en
madera de pino flandes de Sevilla , España, posiblemente de Felipe de Ribas en el siglo XVII. Dice la
tradición que el escultor, después de terminar de tallar la imagen, el Nazareno se le aparece y le
dice: "Donde me has visto que tan perfecto me has hecho".
Fue llevada a Caracas, recibiendo veneración primeramente en la iglesia de san Pablo ermitaño, y
de ahí viene su nombre de Nazareno de San Pablo. Cuenta la leyenda que, en el año 1696, azotó la
ciudad una epidemia de peste del vómito negro o escorbuto, y por la devoción popular hacia la
imagen, fue sacada en rogativa. Durante la procesión pasó por un huerto cercano a su templo,
sembrado de limoneros, y un racimo de limones quedó enredado entre la corona de espinas del
nazareno, cayendo algunos al suelo. Los devotos los recogieron, dándolos como medicina a los
enfermos, quienes sanaron prontamente.

La imagen fue consagrada el 4 de julio de 1674 por fray González de Acuña, y recibió culto en la
capilla de san Pablo hasta que en 1880 el presidente anticlerical Guzmán Blanco ordenó su
derribo, levantando el mismo lugar el teatro municipal. El mismo presidente mandó erigir en
honor a su esposa la Basílica de Santa Teresa, siendo trasladada la imagen a este nuevo templo,
donde es venerada en la actualidad.

La rememoración del Nazareno tiene la particularidad de movilizar a los venezolanos desde


grandes distancias, hacia las principales iglesias del país donde la tradición ha alcanzado un
prestigio notable. Los devotos le pagan penitencia al Nazareno, acompañándolo en una procesión
que dura 3 o 4 horas, todos los Miércoles Santos.

Se trata de una de las imágenes que participa en las celebraciones de la Semana Santa en Caracas,
realizando su estación de penitencia el día de Miércoles Santo en una procesión que dura entre
tres y cuatro horas. Días antes de la celebración, los devotos adornan la imagen con cinco mil
orquídeas. Para su salida procesional, es vestido con una túnica morada, bordada con hilo de oro,
con los símbolos de la pasión, y adornada con decenas de perlas, así como por sortijas y otros
exvotos.

Cada miércoles de Semana Santa una marejada de feligreses desborda la Basílica de Santa Teresa
en Caracas para adorar al Nazareno de San Pablo o Limonero del Señor, imagen que es custodiada
en este recinto desde 1880. Desde el amanecer los devotos se congregan para agradecer a Cristo
los favores recibidos y acuden en su honor ataviados con túnicas o ropa morada, orquídeas –
nuestra flor nacional–, crucifijos y otros símbolos religiosos para pedir salud, bienestar y paz;
muchos pagan su promesa recorriendo de rodillas o descalzos los espacios adyacentes a la Basílica.

El Nazareno de San Pablo, advocación de Jesucristo, es una talla realizada en madera de Sevilla
atribuida al escultor español Felipe de Ribas; remite al forzoso tramo sufrido por Cristo al llevar a
cuestas la Cruz, y su rostro gacho lacerado por una corona de espinas muestra la voluntad de
aceptación del dolor en lugar de todos los hijos de Dios. Suele vestir galas para la celebración la
fiesta tradicional del Miércoles Santo, una hermosa túnica morada adornada con hilos de oro y
enmarcado de orquídeas –la flor nacional–, que en ocasiones ha superado los diez mil ejemplares.

La talla fue traída al país por Fray González de Acuña y la consagró en 1674 a la antigua Capilla de
San Pablo, el Ermitaño –ubicada en los terrenos que actualmente ocupa el Teatro Municipal–. Para
el año 1696 una epidemia de viruela azotaba la ciudad, así que la imagen fue sacada en procesión
para pedir por los enfermos; cuenta la historia que la talla tropezó con un limonero, de cuyas
ramas se desprendieron los frutos y se alojaron en las espinas de la corona, lo cual fue
comprendido por los fieles como una señal que motivó a la elaboración de una bebida de limones
que se le ofreció a los enfermos, obteniendo rápidamente su curación milagrosa. Por este hecho
se la conoce también como El Limonero del Señor.

El Miércoles Santo a las doce del mediodía se inicia en la Basílica las 18 eucaristías hasta las cinco
de la tarde, cuando se efectúa la Procesión del Nazareno de San Pablo o Limonero del Señor. Los
devotos que asisten para adorar la imagen no sólo provienen de Caracas y zonas aledañas, sino de
cualquier rincón de Venezuela e incluso de otros países. Muchos van como observadores
embelesados de apreciar la devoción y comunión que se da en tan noble evento de la Fe en el
imponente edificio de la Basílica de Santa Teresa –erigida por orden de Antonio Guzmán Blanco
como parte de su plan urbanizador para la Caracas de fines del siglo XIX.

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