Innocent Libro 2
Innocent Libro 2
Innocent Libro 2
"A los hombres tenemos que conquistarlos o eliminarlos. Porque si se vengan de las
ofensas leves, de las graves no pueden. Así que la ofensa que se haga al hombre debe ser
tal, que le resulte imposible vengarse."
Maquiavelo
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JIMIN
— Alguien debe traer el dinero, no sé por cuánto tiempo más Anthony nos ayude. —
Contesta el frotando sus ojos. — ¿Tu? ¿Cómo te fue?
Taehyung agarra mi examen y gruñe. Le saco la lengua a lo que el rueda los ojos y suspira.
— Esta. — Imito su ceño fruncido muy exagerado antes de resoplar muy sonoramente.
Niega con la cabeza y sale del cuarto de estudio. Brinco por todo el departamento hasta
frenarme en los ventanales. Aplaudo emocionado al ver que está anocheciendo finalmente
y todas las luces se van prendiendo. ¡Nueva York es precioso!
— ¡Vamos apúrate!— Lo apuro. — ¡Tae apúrate! ¡Tae! ¡Tae! ¡Tae! ¡Tae! ¡Tae! ¡Tae!
El vuelve a resoplar y agarra las llaves vuelvo a sonreír y ambos salimos del departamento
bajando por las escaleras. Avanzamos a la entrada y el aire caliente nos golpea el rostro
conforme vamos avanzando. Mis ojos vuelven aa examinar el lugar.
— Nadie.
— Pregunté en que estabas pensando.
— Y...— Dice el cuándo estamos llegando a la pizzería. — ¿Ya pensaste que hacer en tu
cumpleaños?
No estoy seguro. — Confieso. — Algo simple. Quizás... ¿ir a bailar? ¿Un karaoke?
— Dos semanas. — Ladea su cabeza. — Bueno, sí. Falta todavía un poco. ¿Cuántos cumples?
— ¿Tu viejo?— Pregunto divertido. — ¿Qué pasó Taehyung? Vas a cumplir veintidós.
— Siento como si hubiese sido ayer cuando cumplí quince. — Ladea su boca.
Taehyung empuja la puerta y ambos ingresamos en silencio observando el entorno con ojos
brillantes. Nos acercamos a una mesa donde la señorita nos acompaña. Agradecemos y
tomamos la carta.
— ¿No pediste esa la otra vez? — Pregunta él con una ceja alzada y examinando la carta.
— Claro. Es un paraíso pizza con cervezas. — Asiento y busco al mesero con la mirada. —
Luego hay que ir al taco bell. Me gustaría probar tacos.
— Por donde nos mudaremos hay uno. — Dice él dejando la carta de lado. — Podemos ir.
— Anthony me dijo que será la última. — Dice él suavemente. — Jimin... por favor.
— Buenas noches. — La voz de la mesera nos interrumpe. — ¿Ya saben qué quieren?
Ella vuelve a asentir y se aleja suavemente con una gran sonrisa. Observo por la ventana
dejando una mano en la mesa y otra donde apoyo mi barbilla. Observo los autos pasar al
igual que la gente hasta que siento la cálida mano de Taehyung ponerse sobre la mía. Volteo.
— ¿Por qué tantas mudanzas? — Suspiro de nuevo y coloco mi segunda mano libre sobre
la suya igualmente. — Es raro.
— Jimin, aunque quisiera responderte por qué, no puedo. Desde que salimos de Oregón no
he sabido nada. Ni de los jefes, ni de... nada. — Se tensa un poco. — Solo mantengo contacto
con Anthony para ver cómo estamos.
— Ya... — Lamo mis labios y frunzo de nuevo la boca. — Ah, por cierto Tae. Ayer me
encontré con Nayeon, ¿podemos invitarla a cenar alguna vez?
Le mantengo la vista unos segundos justo cuando las cervezas llegan. Agradezco con una
sonrisa.
— Claro. — Dice él. — Sí, siempre. ¿Qué? No, espera. Repite lo que dijiste.
Me mantengo en silencio observando el semblante de Taehyung relajado, tensarse
rápidamente. Sus ojos se abren bastante y abre un poco su boca, la preocupación desborda
de sus ojos. Me comienzo a asustar, ¿qué está pasando?
— S— sí. — Balbucea. — Salimos a cenar, llegando ahora mismo lo hago. — Cada vez luce
peor, niego con la cabeza como preguntando qué pasa pero él me hace seña de esperar. —
Lo haré. De acuerdo. Sí. Gracias. Adiós.
— K y Sullivan. — Murmura en voz baja. — Ya saben desde Junio que estamos acá.
— Saben de Nueva York. Al menos... — Dice él apretando sus labios. — Tendremos que
sacar identificaciones falsas para cuando sus hombres lleguen.
— Tú. — Mi voz suena más firme. — Sabes... algo... d— de... — Vuelvo a temblar.
Si el ambiente antes era un poco tenso, ahora se ha endurecido por completo, retorcido de
forma desagradable. Las facciones de Taehyung se endurecen mientras yo me siento temblar
un poco, ansioso y asustado al mismo tiempo.
Bajo la vista al instante sintiendo mi corazón palpitar con fuerza. Aprieto ahora yo mis labios
y asiento como puedo forzándome a sonreír.
Vuelvo la mirada a él. Río un poco y niego con la cabeza sintiendo mi nariz aflojarse y las
lágrimas comenzar a instalarse en mis ojos. Trato de sonreír y desviar la mirada pero aquella
risa se convierte en un sollozo de dolor.
— ¿Cómo lo sabes? — Pregunto sintiendo mi garganta arder por el llanto que trato de
aguantar. — Recibimos una maldita foto suya atado, débil y llorando hace... casi dos años.
— Mi voz se ahoga. — ¿Cómo sé que no está muerto?
Vuelvo a llorar. Agarro unas servilletas y comienzo a limpiarme las lágrimas mientras
Taehyung sigue tomando mi mano con suavidad. Ambos nos encontramos nuevamente en
un crudo silencio hasta que la pizza llega. Volvemos a separarnos y observamos la comida
humeante frente a nosotros.
— Necesitaré llegar a tomar un buen baño. — Susurro tomando un trozo. — Un largo baño.
— Toma todo el tiempo que necesitas. Mereces descansar. — Dice él. — ¿Cuánto tiempo
estuviste de turno en el hospital?
— Casi cuarenta y ocho horas. — Niego con la cabeza. — Pero lo amo, amo lo que hago
Taehyung pero... es... mucho...
— Respira. — Se inclina un poco hacia mí. — Eres un buen médico Jimin. Estás salvando
muchas vidas, tienes una beca, ¿qué más quieres?
Ambos comenzamos a reír destensando rápidamente el ambiente. Él toma otro trozo y nos
sonreímos una última vez antes de comenzar a comer en silencio nuevamente. El olor de la
pizza es sumamente agradable, la pasta crujiente va calmando mi ansiedad. Sí. Era justo lo
que necesitaba.
— Por cierto, como última cosa. — Dice esta vez Taehyung. — La semana pasada Helen me
dio unos cupones. ¿Los quieres? Tú comes más en la calle que yo.
— Claro. Yo encantado. — Asiento. — Tengo antojo de unas hamburguesas desde hace unos
días. O pasta. Quizás pollo.
— Solo piensas en comer. Hasta comiendo no dejas de pensar en comida. — Niega con la
cabeza — Mi billetera sufre.
— ¡Ay sí! — Imito sonriendo. — Así que quizás te pida ir allí de cumpleaños.
YOONGI
Le quito la última dejando sus manos empapadas de sangre. El pobre hombre se sigue
retorciendo inútilmente, gritando, desgarrando su garganta con gritos de dolor lastimeros.
Guardo el cuchillo y observo a Jungkook quien tiene una sonrisa en el rostro.
—¿Necesitas que llame a las compañías? — Pregunta él una vez que nos metemos al auto—
¿Voy a recoger dinero? ¿Me doy una vuelta al frente?
—Por el momento te necesito aquí conmigo, tengo otras cosas planeadas para nosotros. —
Contesto con una pequeña sonrisa y viéndolo de reojo.
Arranco el auto en silencio. Nos mantenemos en la calle observando el mar de tráfico que
se abre ante nosotros. Jungkook resopla y se apoya contra la ventana
—Tardaremos. —Dice él. — Sea lo que sea que tenías planeado no resultara Yoongi
—Lástima. — Suspiro con falsa decepción. — Tenía nuevos juguetes que supuse querías
estrenar.
—Fue divertido. —Dice el viéndome sonriente. — ¡Oh vamos, admite que lo fue!
—Hasta tuve que sacarte a rastras porque comenzaste a pelear con alguien. — Golpeo el
volante con mis dedos rítmicamente.
—Solo dime cuales son los juguetes. — Dice él— Por favor... Yoongi...
—no te diré.
—Oh, Clara acaba de mandarme un mensaje. — Dice el observándome. — Quiere que vayas
a la casa a recoger los papeles y le entregues el dinero mañana.
Niego con la cabeza apretando el volante con los nudillos. Jungkook comienza a reír, pero
yo le clavo la mirada callándolo al instante.
—Ese maldito gato no es mi hijo, me encantaría que dejara de hablar de él como uno. —
Siseo.
—Sabes que es una pequeña broma. — Dice Jungkook. —Tú me juegas unas muy pesadas
estando con mi tío.
Me mantengo en silencio y suelto un suspiro desviándome por una calle más vacía que las
demás. Acortamos el camino mientras Jungkook sigue hablando con su tío de diversas cosas
a las que apenas le presto atención.
—Para tus veintidós años te comprare productos de limpieza, algo asi como quita manchas
supremo. — Ríe.
—Para mí lo es.
—¿Debo callarte?
—¿Por qué cada vez que lo dices siento que vas a besarme o algo? — Dice negando con la
cabeza— Es cómico Yoongi.
—Eres mi hermano mayor. Qué te digo. — Comienza a observar sus uñas, — Eres la única
figura masculina en mi vida que sigo.
— Por eso mismo. — Se tensa un poco y voltea a verme. — ¿Lo ves? Nos entendemos.
No puedo evitar soltar una carcajada. Él ríe un poco y ambos negamos con la cabeza.
— Soy especial porque soy el único al que no cortas ni maltratas. — Me guiña ojos. — Ja.
— Pero tú me dejaste muy en claro que nada de sexo entre nosotros. Además, detesto tus
fetiches sádicos y raros. — Alza una ceja. — ¿Cómo demonios te excita? Es asqueroso.
Desliza su mano por todo mi muslo hasta detenerse en mi entrepierna. Esbozo una sonrisa
y niego con la cabeza. Él aprieta un poco tensándome por completo y retira su mano después
con una sonrisa socarrona.
— Si quieres puedo bajar ya. — Se quita el cinturón. — Veré el lindo cuchillo que me dejaste
y mañana te agradezco.
— ¿Lo ves? Por estas cosas te quiero. — Observa por el retrovisor que no venga nadie. —
Ahora sí. Nos vemos mañana.
Abre la puerta y sale del auto. Agita su mano a lo lejos y yo levanto mi barbilla un poco.
Comienza a correr por la banqueta hasta desaparecer de mi vista. Bajo la mirada al asiento
en el que está y resoplo tomando las llaves que siempre olvida.
Contesto.
Y cuelgo con una sonrisa de satisfacción en mi rostro. No dura mucho, Jungkook llega y
abre la puerta tomando las llaves poco antes de que reaccione y se las arrebate. Cierra la
puerta detrás de él y las sacude con una sonrisa. Le muestro el dedo corazón con la misma
soberbia sonrisa y él me lo devuelve.
JIMIN
Voy corriendo por los pasillos con unas hojas pegadas al pecho. Me detengo en la habitación
465 donde Sehun ya está allí con la mujer que se encuentra en la cama.
- ¿Riesgos? - Pregunta.
- Hay una oclusión de las Vías respiratorias. -Contesto señalando los resultados. - ¿Necesita
que llame al doctor?
Asiento y vuelvo a correr ahora con las manos sueltas. Me cruzo con algunos enfermeros
que están moviéndose en todos los sentidos. Parece que hoy está muy agitado por acá.
- ¡jimin! - Me llaman.
- ¿Es el...?
- ¡El párpado! - Comenzamos a llegar, acelero el paso. - ¡Hagan análisis de vista! ¡Verifiquen
si se dio por un daño palpebral o daño nervioso del tercer par craneal! ¡Nervios del cerebro!
Subo corriendo las escaleras con la respiración sumamente agitada. Cruzo volando los
pasillos sintiendo mi corazón bombear con fuerza en mi pecho. Tomo aire por la boca y
cuando estoy a punto de llegar Elena me toma de los hombros apenas cruzo. Me toma
firmemente manteniéndome estático en mi lugar.
- ¡Jimin por dios, tranquilo! - Me dice tomándome con fuerza y viéndome preocupado.
- ¡Pero...! -Insisto.
Sale corriendo dejándome plantado en el pasillo. Suelto un suspiro y me dejo caer rendido
en la aceptación. Bajo lentamente y cruzo unos pasillos hasta cambiarme, yendo después al
estacionamiento y batallando por mantener mis ojos abiertos.
Taehyung va a matarme.
Arranco y conduzco al departamento al que nos acabamos de mudar. Cruzo los bares en la
parte de abajo y estaciono el auto un poco lejos. Salgo y corro rápidamente a la puerta de
entrada para comenzar a subir las escaleras. Saco mis llaves y las introduzco empujando la
puerta después.
Me quito la camisa en el proceso y la aviento en la sala. Entro al cuarto con mucho cuidado
y tomo el pantalón de pijama viendo a Taehyung dormido. Se remueve un poco cuando me
acuesto en la cama hundiéndola un poco.
- Es solo una semana, no moriré. - Suelto una pequeña risa. Él soba mi mejilla. - Tae...
Nos acercamos hasta besarnos con suma suavidad. Me volteo y siento como me rodea con
sus brazos desnudos hasta pegarme a su pecho.
Me mantengo en silencio y me acomodo justo cuando mi teléfono Vibra una última vez.
Me mantengo quieto hasta sentir que Taehyung se duerme de nuevo. Estiro un poco mi
brazo y tomo mi teléfono desbloqueándolo y esbozando una pequeña sonrisa al ver el
mensaje. Relamo mis labios y desbloqueo el teléfono para ingresar a los mensajes.
Así que simplemente cierro mis ojos y me obligo a perderme en el sueño... Con esos oscuros
ojos grises apareciendo en mi cabeza poco antes de caer en los brazos de Morfeo.
- Prométeme una última vez que estarás bien. - Me dice severamente Taehyung
observándome fijamente.
- Estaré bien. - Le digo rodeando mis brazos detrás de su cuello, abulto mi labio inferior. -
Ya Tae, debes irte, no quiero que se te haga tarde.
- No me pasaré de las doce de la noche. - Pego mi frente a la suya y sonrío. - Gracias por
preocuparte, te esperaré con una pequeña sorpresa cuando vuelvas.
Se acerca y deposita un último beso en mis labios antes de alejarse con una sonrisa. Lo sigo
con la mirada hasta que baja por completo las escaleras y desaparece de mi vista. Cierro la
puerta y me apoyo contra ella en un gélido silencio sintiendo mi garganta irse cerrando cada
vez más.
Todo se vuelve gris puesto a que se ha nublado. Observo la negrura que comienza a engullir
todo y los truenos de fondo que comienzan a presentarse. Me despego de la puerta y voy a
prender las luces, recojo un poco el departamento y me voy a sentar al sofá.
Observo la hora en mi teléfono y comienzo a sobar mi ceja con mi índice viendo fijamente
la puerta. Pasan un par de minutos donde mantengo el constante movimiento hasta que el
timbre suena. Me levanto de un brinco y corro al teléfono y aprieto el botón.
Observo el baño y me meto para darme un último vistazo en el espejo. Peino un poco mi
cabello y con el corazón un poco acelerado voy a la puerta cuando en ésta tocan. Abro por
completo y me cruzo de brazos apoyando mi hombro en el marco. Una sonrisa se dibuja en
mis labios.
- ¿Por qué no entra a buscarlo? - Me abro un poco. - Quizás esté por allí.
Elliot esboza una sonrisa al mismo tiempo que yo y entra al departamento cerrando la
puerta detrás de él.
Sus labios van a atacar los míos estampándome contra la pared. Mis labios se abren más y
gimo en su boca tirando de su cabello al sentir sus manos desesperadas irse dirigiendo a mi
ropa para despojarla.
Comienzo a bajar a mi barbilla, cierro los ojos y todas mis entrañas se mueven
desagradablemente. Aprieto más fuerte.
Él ríe y me carga sin dejar de besarme. Me aferro a su cuello y nos besamos más rápido, su
lengua explorando mi boca y mordiendo insistentemente mis labios. Frunzo un poco el ceño
cuando me sigue besando casi hasta meterme la lengua a la garganta y tirándome a la cama.
Aprieto con más fuerza mis ojos y busco con el tacto su camisa. Tomo el borde y tiro hasta
arriba, separándonos para quitársela y desprenderla de su cuerpo. Él me sonríe y sigue
besando mi cuello dando mordidas que me sacan uno que otro jadeo. Enredo mis piernas
en su cintura.
- Te extrañaba. - Dice bajando sus manos por mi pecho hasta tomar mis pantalones. - Este
mes fue una locura verte y no arrastrarte al cuarto del conserje para al menos una mamada.
- Relájate que en unos minutos no lo estarás más. - Me susurra. - Traje juguetes, ¿te gustaría
usarlos? Estaba desesperado y no aguanté al verlos.
- Consoladores. Encontré también unas esposas... - Me dice con una sonrisa traviesa.
- ¿Quieres que te ate y juguemos con elconsolador? Quiero hacerte revolcar de placer.
- ¿jimin...? -Vuelve a preguntar más preocupado. - ¿Quieres los juguetes bebé? ¿Esposas
están bien? Es como prefieras.
Supongamos que caíste en la trampa del cazador y por eso no puedes moverte. ¿Cómo escaparías?
Elliot me vuelve a besar con fuerza pero esta vez me cuesta corresponder. Va a mis pezones
y siento sus manos tomar mis muñecas y esposarme pero mi cuerpo no reacciona.
- Luces sexy, mierda. - Elliot muerde sus labios. - Cómo extrañaba verte así.
Grito alto al sentir mis piernas abrirse y a Elliot comenzar a lubricarme con la lengua. Mi
cuerpo se tensa y al instante cierro mis ojos arqueando mi espalda. Me remuevo y trato de
tapar mi boca pero las esposas me mantienen inmóvil. Mi respiración se agita cada vez más.
Siento a Elliot penetrarme con fuerza. Me ahogo en un grito y casi puedo sentir como si un
cuchillo estuviera abriéndome el estómago. El ardor no es nada placentero, la suciedad
recorrerme cuando comienza a embestirme, la sensación comienza a torturarme.
- ¡No me mates! - Grito removiéndome más. - ¡Déjame en paz! ¡No soy tuyo!
- No pasa nada. Estará bien. - Soba mi espalda con suavidad. - Todo estará bien bebé... estoy
contigo.
Cierro mis ojos con fuerza y tiemblo aferrándome a él, escuchando el tormento de palabras
que comienzan a sacudir mi mente. Aquel maldito tornado que produce eco y comienza a
golpearme sin piedad una y otra vez. La oscura carcajada que resuena sin piedad en mi
cabeza, aquellos ojos grises reflejados en mi mente que me hacen lloriquear y romper a llorar
una y otra vez. Sin descanso. Sin esperanza. Arrastrándome a la demencia.
No...
¡No!
¡Basta!
¡Ya basta!
"Si crees en algo, comienza a pedir por tu alma, por tu mente y por tu cuerpo... "
Yoongi...
Regresa...
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YOONGI
Me encuentro en completo silencio acostado en la cama. No hay sonido alguno más que mi
suave respiración.
Pasan un par de minutos donde me mantengo en la misma posición hasta coger el cuchillo
de Ia mesa de noche junto a mí. Observo el filo brillar frente a mí no puedo evitar jugar un
poco con él sintiendo su frialdad en la yema de mis dedos. Me siento en La cama y mantengo
mis piernas abiertas ladeando mi cabeza y observando aquel filo brillar con más intensidad.
Doy vuelta con él en mis dedos repetidas veces hasta que se desliza provocando una
abertura en mis dedos. No suelto ningún jadeo de dolor, de hecho apenas muevo un
músculo de mi cara. Observo simplemente Ia sangre brotar de Ia herida deliciosamente,
comenzar a deslizarse por mi piel, una gruesa gota que se sigue deslizando dejando un
camino rojo en Ia palma de mi mano.
La gota cae después al suelo y otras comienzan brotar. Succiono Ia sangre que brota y vuelvo
a dejarme caer en Ia cama con los ojos cerrados. Trato de regularizar mi respiración que es
más pesada e irregular. Algo agrio va subiendo por mi garganta y una repentina rabia me
azota el cuerpo. Tiemblo y muerdo mi dedo en un intento de mantenerme tranquilo pero es
imposible.
Tocan a mi puerta.
Me levanto soltando humo por todos lados y abro Ia puerta bruscamente. Observo a Jeon
Jungkook y ahora mismo me encantaría agarrar su lindo cuello y abrirlo con et lindo cuchillo
que está en el suelo de mi habitación. Sin embargo algo me preocupa y es que no tiene esa
expresión coqueta y divertida. No. Está serio y callado.
Muy serio.
Siento que todo se detiene. Dejo de succionar Ia sangre y abro un poco mi boca. Mi ceño se
va frunciendo poco a poco. ¿Los encontraron? No puede ser... Mi cuerpo se endurece por
completo y siento un nudo formarse en mi garganta que se vuelve más difícil de deshacer
conforme pasan los pequeños segundos.
— Por favor.
— ¿Qué pasó? — Pregunto con un tono mucho más tranquilo a comparación del anterior.
— Los encontramos. — Dice elIa. — Encontramos después de dos años Ia ubicación casi
exacta de Taehyung y Jimin.
Mi respiración comienza a fallar y mi garganta se seca por completo. Voy apretando cada
vez más, comienzo a preguntarme si es posible que lo rompa.
— Están en Nueva York, sí. Me confirma. — En el noreste. Taehyung tomó ayer un vuelo a
Florida, trabaja en una empresa, desconocemos cuál tenemos sospechas de que...
— ¿Dónde... está... Jimin...? — Pregunto duramente por más que trato de mantener Ia calma.
¿Medicina? ¿Hospital?
— Es... ¿médico? — Pregunto alzando una ceja y sintiendo algo frio recorrerme.
— Lo es. — Dice ella del otro lado. — Uno muy bueno por cierto.
Me sigo manteniendo en un gran silencio. Parece que todos los ruidos exteriores se callan
por completo. Soto escucho La voz de Clara del otro lado aumentando mi ansiedad. Siento
los tics en mi cuerpo y Ia sed de sangre consumirme y enloquecerme.
Una pequeña sonrisa comienza a asomar por mis labios, Oh... esto comienza a tornarse muy
interesante. Suelto un suspiro y lamo mi labio inferior suavemente.
— No hay nadie allá, no tenemos hombres. — Dice.— Los que están al este los he mandado
a ir por Taehyung y seguirlo. Allá en Nueva York no hay nadie, es muy peligroso.
¿Peligroso? ¿Qué acaso cree que me interesa si sus hombres se orinan encima? ¿Tanto Los
asusta el imbécil de Derek o Kyle?
— ¿Entonces? — Pregunto.
— Que tendremos que esperar a que vuelvan antes de que vayan a Nueva York. — Dice
ella. — Además, Sullivan ha puesto contactos suyos en los aeropuertos. Tendríamos que
mandar solo a una persona a ir por ellos.
Tomo una honda respiración y me obligo a calmarme. Medito bien lo que diré. Debo ser
muy cuidadoso a partir de ahora, ha llegado. EI momento ha llegado. Es momento de tomar
medidas como bien había planeado desde hace tiempo.
— Por el momento solo pasa Ia información. — Le digo apretando cada vez más fuerte el
teléfono. —Absolutamente todo de Jimin.
— Y después quiero que te vayas con Jungkook a Florida. Creo que mi muñeco tiene cuentas
pendientes con él. — Sonrió.
Hay un pequeño silencio del otro lado. Espero a que Clara conteste pero se ha quedado
extrañamente callada. ¿Qué le ha sucedido? Sabe cómo detesto cuando tardan en
responderme, mierda.
Cierro Ia puerta apenas se aleja y observo Ia cama y el cuchillo reposando a los pies de ella.
Lentamente me voy acercando y lo tomo fijamente viéndolo con ojos brillantes.
La abro y saco de allí un collar de plato con una esmeralda dentro. Lo observo y lo tomo con
delicadeza antes de apretarlo con una sonrisa que golpea toda la sangre de mi cuerpo
violentamente.
Observo después el precioso cuchillo allí que también tomo, uno de mango grueso decorado
y mostrando una finura total. Virgen. No se ha manchado de sangre.
El teléfono suena a mis espaldas. Me doy Ia vuelta rápidamente y lo tomo. Me aseguro que
Ia puerta esté bien cerrada antes de finalmente contestar. Tomo una honda respiración y
muerdo el interior de mejilla.
— Soy yo. — Contestan del otro lado. — Les he sacado el vuelo a Clara y Jungkook a Florida.
¿Necesitas algo más?
Me mantengo en un corto silencio. Relamo mis labios poco a poco y mi cabeza comienza a
dar vueltas. Muerdo mis labios y observo mis manos donde están el collar y el cuchillo.
— Lo necesito. — Susurro y sonrío. — Pero necesito que esto quede entre tú y yo.
— Claro. ¿A dónde?
JIMIN
Es como si estuviese muriendo lentamente por dentro. Como si estuviese siendo engullido,
asesinado por dentro, por mi propio cuerpo y mente. No me he cuidado, Ias facturas están
llegando y me siento terriblemente mal.
Me levanto y voy a prender Ia Luz justo cuando la tetera comienza a silbar anunciando que
el agua ya está hirviendo. Me acerco y apago Ia estufa, tomando La tetera y colocándola en
una base para que no se maltrate Ia barra. Saco una bolsa de té de Limón y La sumerjo antes
de volver a taparla y esperar unos minutos. Suelto otro suspiro y me voy a sentar frente a
los libros cuando mi teléfono suena.
— Oh. Lo siento, olvidé informarte que Taehyung salió hace dos días. —Muerdo mis labios.
— Regresa Ia próxima semana.
— Me alegro, está bien que trabaje mucho. — Dice feliz. — Pues bueno, dejo de molestarte.
Seguramente te estás preparando para una súper salida o reunión.
— ¡Qué?! — Grita ella. — ¡Pero es viernes Jimin! ¿Qué haces un viernes en La noche
estudiando?
— Sal un poco, ve a un bar, un karaoke, a cenar. ¡Qué sé yo! — Dice en voz alta haciéndome
reír de nuevo. — Eres excelente, una salida no hará que repruebes Jimin.
Me mantengo unos momentos en silencio antes de soltar un pequeño suspiro y sonreír. Ah,
no puedo resistirme. Nayeon es buena convenciendo.
— Le prometí a Tae cuidarte mientras no estuvieras. — Dice. — Así que levantas tu lindo
trasero de Ia silla y me lo veas a menear a una pista de baile.
— Sacude el esqueleto, ¡eh, eh, eh! — Canta. Ambos reímos. — Diviértete, me lo agradecerás.
No puedo evitar reír otro poco y dejo el teléfono en la esquina. Mantengo Ia vista fija en Los
libros. Hago mi boca de lado y cierro con fuerza los libros con el marcador todavía dentro.
Lo coloco en Ia esquina y me acerco a té para servirme un poco. Lo coloco en un gran tazón
hasta llenarlo y lo deposito en Ia barra.
Me acerco al cuarto y abro el armario. Saco unos pantalones negros y camisa negra, ropa un
poco ajustada. Agarro también ropa interior, calcetines y me voy a encerrar al baño. Prendo
el agua caliente y me voy despojando de La ropa para meterme debajo del chorro de agua
caliente y suspirar aliviado cuando golpea contra mi espalda.
Me seco bien el cuerpo y tomo Ia ropa para comenzar a vestirme. Salgo frotando la toalla
en mi cabello y me acerco a la cocina para ir a darle tragos al té. Me lo finalizo y eso me hace
sentir muchísimo mejor.
Agarro Ia secadora y con eso peino mi cabello rubio. Lo peino hacia atrás y te doy forma
hasta que luce suave, brillante y muy sedoso. Lo peino un poco hacia atrás y succino un
poco mis labios antes de soltarlos creando un sonido más bien candente.
— Enseguida.
Él arranca, Algo frío me recorre y por impulso volteo a mi derecha y froto mi cuello al sentir
un escalofrío. Suspiro profundo y me acomodo en el taxi frotando mis manos, Ia
temperatura comienza a bajar un poco.
Llegamos rápidamente, Ia verdad no está muy Lejos. Le pago y guardo el resto del dinero
en mi bolsillo antes de acercarme rápidamente al bar. Los guardias me dejan entrar y se
inclinan amablemente. Les devuelvo el gesto y sonrío antes de pasar.
Me muevo como puedo entre las personas hasta alcanzar Ia barra. Me siento en un asiento
libre y el barman se acerca a mí con una sonrisa.
Agradezco y me llevo el trago a mis labios. Tomo el vaso segundos después y me tomo todo
en tragos que me queman la garganta. Hago una mueca y cierro mis ojos haciendo una
mueca poco antes de toser. Sorbo un poco por la nariz y le hago seña al barman nuevamente.
Él vuelve a asentir y se aleja. Espero en silencio y vuelve poco después. Agradezco y llevo
nuevamente el trago a mis labios, esta vez con más calma. Observo a Ias personas seguir
bailando a Ia música subir de volumen conforme Ias horas van pasando.
Siento mi cuerpo caliente y enormes olas de felicidad recorrerme, como si nada importara y
pudiera hacer todo. Siento la mirada fija de un chico sobre mí, se Ia devuelvo y doy otro
trago sintiendo mi vista nublarse un poco pero volver apenas le sonrío.
Y él también.
No nos decimos ni una sola palabra. Él tira de mi cuello y pega mis labios a los suyos
metiendo su lengua y besándome con desespero. Y es extraño. Es extraño que me esté
comiendo así Ia boca y yo le corresponda tan sencillamente cuando apenas sé su nombre.
Pero no me importa.
Meto mis dedos entre su cabello y lentamente nos vamos levantando hasta llegar at centro.
Nos pegamos y comenzamos a bailar. Me toma por Ia espalda y comienza a dejar un rastro
de besos en mi cuello y barbilla mientras nos seguimos moviendo y frotando nuestros
cuerpos.
Me despido con La mano riendo muy alto y me arrastro nuevamente a Ia barra para tomar
el vaso entre mis manos y beber Lo poco que queda.
Mi cuerpo se tensa terriblemente y siento los mareos más feroces al igual que el calor en mi
cuerpo. Cierro mis ojos y esbozo una sonrisa manteniéndome quieto, sintiendo miles de
escalofríos en mi espalda.
Siento que me abrazan por Ia espalda y ríen pero yo ya no volteo. Poco después me sueltan
al ver que no contesto y sigo escuchando los gritos y porras por todo el entorno. Levanto Ia
mano para pedir otro pero finalizo casi cayendo en Ia mesa. Me tambaleo y me logro sujetar
apenas sintiendo algo agrio en mi boca unos segundos hasta que se calma.
Siento que me toman y tiran de mí. Me tambaleo un poco y observo al primer chico
tirándome fuera del bar.
Dejo el dinero en Ia barra y me vuelvo a dejar tomar por él. Nos comenzamos a besar
saliendo por la parte trasera del bar, allí donde está Ia basura y el clásico foco que parpadea.
Hay otras dos parejas allí comiéndose La boca pero no prestamos atención.
Niego con la cabeza y lo empujo con fuerza. Él cae al suelo. Y comienza a vomitar.
— Ugh. — Susurro fastidiado y comienzo a avanzar lejos de él.
Busco mi teléfono y veo que son casi Las dos de la madrugada. Niego con la cabza y avanzo
por las calles hacia Ia casa. He tenido suficiente.
Avanzo hasta llegar a las cuadras que ya bien conozco. Me arrastro todavía muy ebrio pero
batallo por mantenerme estable conforme más voy avanzando hasta detenerme en una
pared y apoyarme en ella.
— Podemos ser rápidos y en ese caso tu muerte no será tan dolorosa. — Susurran. — Dame
todo lo que tienes. Ahora.
— ¿No? — Repiten y siento que pega sus labios a mi oreja, me estremezco. — ¿Deberá ser
entonces a la mala?
— Dime... — Susurran de nuevo, las lágrimas comienza n a resbalar de mis mejillas. — ¿Te
gustan los animales lindo muñeco?
|64
JIMIN
Siento el frío filo haciendo más presión en mi garganta. Mi sangre se congela por completo
y un asqueroso escalofrío pero recorre mi espina dorsal dejándome aún más helado. Mi
garganta se cierra y el respirar me falla. Trato de tomar bocanadas desesperadas de aire pero
es inútil, el nudo en mi garganta crece y finalmente rompo a llorar.
Las lágrimas resbalan por mis mejillas y muerdo con fuerza mis Labios cuando siento que
me toman con más fuerza. Mi cuerpo se niega a responder, estoy completamente helado.
Él me toma con fuerza de los brazos por atrás. Me remuevo y golpeo con fuerza hasta
zafarme. Peleo como puedo pero es un segundo cuando siento un fuerte peso aventarme y
aplastarme contra la pared. Toda mi respiración vuelve a fallar y me mantengo en un crudo
silencio sintiendo todo mi cuerpo doler, arder, suplicar, retorcerse ante el tacto que me
quema.
Me mantengo contra Ia pared viéndolo fijamente. Trago duro y siento el vómito acercarse
en mi cavidad bucal pero me aguanto respirando hondo y deslizando mis manos hasta rozar
con mis dedos su rostro. Se tensa. No me quita Ia mirada de encima.
Y lo toco. Siento su piel cálida bajo mis fríos dedos. Sintiéndolo real...
Me dejo pegar de nuevo contra la pared cubriendo mi rostro con fuerza y sintiendo Ias
lágrimas invadirme por completo una vez asfixiándome y ahogándome. Mi cuerpo tiembla
en descontrol y no puedo evitar chillar cuando siento que toma mi barbilla y aprieta para
que levante Ia mirada.
Las esquinas de su labio se estiran hacia arriba, esa caliente y enferma sonrisa tan
característica de él. Tan única... tan... él.
— Yoongi...
— Hola, muñeco.
Suelto otro pequeño sollozo y mis lágrimas vuelven a invadir. Miles de emociones
encontradas azotan mi cuerpo en descontrol, el temblor del terror, de Ia emoción. El querer
aventarme a él y besar sus labios en descontrol, en golpearlo por hacerme lo que me ha
hecho, en gritarle, en odiarte... Todo. Todo. Todo.
— Te estuviste portando muy mal pequeño muñeco. — Susurra con burla deslizando el filo
del cuchillo por mi garganta haciendo una suave presión. — ¿Qué haré contigo?
Pero estoy helado. Mi mente aún no procesa lo que está sucediendo. Me pierdo en sus
facciones más endurecidas, aquel rostro que ha cambiado un poco... más... hombre. Ya no
un adolescente sino...un adulto. Un hombre.
— ¿Y no pudiste estar un maldito día sin embellecer? Maldita sea. ¿Cómo se supone que
voy a matarte ahora?
— ¿Qué aún no te cabe en esa inútil cabeza tuya?— Ríe cínico provocando un escalofrío. —
Hagas lo que hagas, nunca te podrás librar de mí pequeño muñeco. ¿Lo recuerdas?
No puede serlo.
— Lo es. Y mucho. — Toma de nuevo mi barbilla para que vuelva a verlo. — Tan real como
nosotros ahora juntos en esta helada noche. ¿Necesitas que se sienta real muñeco?
Suelto un grito cuando toma el cuchillo y hace una abertura en mi brazo rasgando Ia camisa.
Grito con fuerza pero él tapa mi boca para que no sea escuchado. Muerdo su mano tanto
como puedo pero él logra darme un fuerte golpe que me aturde por completo. Aflojo mi
agarre y todo da vueltas en mi cabeza, él me toma del cuello y aprieta.
— Tengo tantas cosas planeadas para nosotros Jimin. — Dice haciéndome estremecer de
pies a cabeza apenas puedo estabilizarme de nuevo.
— ¡No! — Grito con fuerza. — ¡NO SOY TUYO YOONGI! ¡DÉJAME HACER MI MALDITA
VIDA COMO YO QUIERA! ¡SOY LIBRE DE HACER LO QUE SE ME DA LA JODIDA
GANA! ¡NO SOMOS NADA! ¡TÚ Y YO NO SOMOS NADA!
Su semblante se oscurece por completo y se vuelve una piedra. Mi cuerpo tiembla con fuerza
ante Ia forma tan intimidante en la que me observa. Sus ojos perforan mi alma
dolorosamente y sus ojos cada vez oscurecen más, producto del enojo que va envolviendo
su cuerpo. Un aura siniestra lo rodea. Todo se tensa, un silencio crudo. Un ambiente crudo.
— Así que así será. — Espeta gélido sin mover ni un músculo de Ia cara.
— Tuviste dos años. Y ahora aquí me tienes. — Sigue cada vez más frío. — Y en lugar de
suplicar por tu vida, simplemente me enfrentas. ¿Quieras jugar al tú por tú conmigo, Jimin?
¿Crees que es acaso inteligente de tu parte?
—Estás seguro que con esa actitud no estás acortando tus momentos de vida? — Pregunta
con una sonrisa cada vez más grande.
— ¡SI VAS A MATARME HAZLO DE UNA JODIDA VEZ! — Grito. — ¡MATAME! ¡SOLO
HAZLO!
Yoongi estira más sus labios y comienza a reír. Tiemblo de pies a cabeza.
— Pobre muñeco idiota. Tan ingenuo. Tan inocente. — Relame sus labios. — Y nunca
aprendiste. Nadie lo hizo.
— ¿Qué? — Susurro frío. — ¿Y ahora con qué mierda me vas....?
— ¿Crees que sería divertido si simplemente llego y te mato? — Alza una ceja divertido
interrumpiéndome. — Quizás hace dos años lo hubiera hecho sin problema. ¿Pero ahora?
— Niega con Ia cabeza. — He encontrado un método más divertido de hacerte pagar mi
muñeco. Una forma más dolorosa y excitante de hacerte pagar por todo lo que hiciste.
EI temblor en mi cuerpo permanece. Lo observo sin poder creerlo pero él se mantiene con
la misma sonrisa. Niego con Ia cabeza, él aprieta mi cuello.
— Te quitaré todo. — Me susurra cerca de mis labios. — Te arrancaré lo poco que te queda.
Tu trabajo, tus estudios, tus amigos... a Taehyung.
— Y cuando seas un miserable convertido en nada sin ninguna escapatoria, cuando estés
hecho mierda y llegues a arrastrarte a mis pies suplicando morir, quizás y solo quizás... —
Enfoca sonriente. — Te mate.
— ¿Qué te he hecho...? — Susurro empapado en lágrimas. — ¿Qué hice para merecer esto?!
— ¡Acostarme con Taehyung?! — Le grito en la cara. — ¡¿Y qué?! , ¡TÚ PUEDES IRTE A
TIRAR A QUIEN SE TE DE LA JODIDA GANA Y YO NO?! ¡¿QUÉ MIERDA TE SUCEDE?!
— ¡Espera ahí! — Me suelta y se aleja negando con la cabeza. — ¡Ese día ella entró a mi
cuarto, yo fui a asesinar a alguien! ¡Jamás me acosté con ella!
¿Qué?
— Y- yo...
Me es imposible continuar. Todo comienza a dar vueltas y los mareos y Ias náuseas me
invaden por completo. Me apoyo en Ia pared cerrando con fuerza mis ojos. Quema, mi
cuerpo arde como el mismo infierno.
— Yo me acosté con él porque creí que me habías traicionado... — Susurro después de unos
segundos, Yoongi se mantiene inmóvil viéndome sin expresión alguna. — Y— y ahora
resulta que tú jamás te acostaste con ella.
— La besé. Sí. No me acosté con ella y no lo he hecho. — Sigue cada vez más frío. — Así que
tú creías vengarte por algo que nunca sucedió.
— Estabas enojado..
Él guarda el cuchillo y se acerca a mide nuevo para sobar mi mejilla. Mis rodillas tiemblan
y siento que en cualquier momento voy a caer.
— Bien. Ahora que explicamos qué acaba de suceder, comprendo hasta cierto punto por qué
lo hiciste. — Dice. — Pero eso no quita el hecho que deberé castigarte.
— Y supongo también que en todo este tiempo solo estuviste con Taehyung. Así que él
simplemente tendrá que ajustar cuentas conmigo. ¿Verdad? — Sigue.
Levanto Ia mirada tomando una honda respiración y lo enfrento. Me haré mierda, lo sé,
pero estoy cansado. ¿No puedes ganar por Ia fuerza lo que puede ganarse con Ia mentira?
Muy bien. Ese dicho y yo simplemente no nos llevamos bien.
— No. — Me sorprendo de lo firme que sale mi voz.— Taehyung no ha sido el único con el
que estuve.
Espero en silencio. Ninguno de Los dos se mueve hasta largos minutos después. Yoongi
suelta una seca carcajada y soba el tronco de su nariz con los ojos cerrados. Veo como Las
venas en su rostro asoman y todo su cuerpo se tensa, sus músculos se contraen.
— Y al final nunca prendiste. — Dice con voz amenazante apretando más el tronco de su
nariz. —— Eres tan... idiota.
— ¿Somos novios? — Ándale pues Jimin, métele leña al fuego. — No. ¿Estamos casados?
No.
— ¿Tengo un contrato firmado donde diga que soy exclusivamente tuyo? — Sigo. — No.
— Si sigues... — Amenaza.
— ¡No somos nada! ¡Métete eso en tu cabeza Min! — Le grito. Bien. EI alcohol
definitivamente suelta mi lengua más de lo que debería, — ¡Estás mal si crees que me pondré
de rodillas frente a ti sin irme a tirar a otros hombres! ¿Qué? ¡Soy humano y tengo mis
malditas necesidades!
— Estás cruzando un límite que no quieres cruzar Jimin... — Sigue cada vez más frío.
— ¡Taehyung y yo tampoco somos nada! — Sigo. — ¡Y por eso mismo me puedo ir con otros
hombres! ¡Sí, nos besamos, acostamos de vez en cuando y no es mi maldito problema si él
está enamorado de mí! ¡Yo no lo amo!
Le doy una sonrisa tan grande como puedo y lo empujo lejos de mí para comenzar a avanzar
por la banqueta. Me cruzo de brazos y avanzo rápido, preocupándome por no escuchar sus
pasos detrás de mí. ¿Qué está haciendo?
Avanzo más rápido sintiéndome más tenso conforme más tarda. Mi respiración comienza a
agitarse y todo mi cuerpo a temblar. Estoy llegando a Ia esquina y no hay rastros de él.
Comienzo seriamente a preocuparme de haberlo dejado muy molesto y eso mismo le impida
reaccionar. Eso significa que realmente terminaré muerto en un par de minutos.
Lo siento colocarse detrás de mí. Mantengo mi vista fija tan duro como puedo obligándome
a no voltear. Comienzo a temblar un poco, mis manos tengo que volverlas en puños para
que dejen de moverse o evitar que hagan algo que no quiero.
— Te haré una última prueba. — Susurra, siento su tibio aliento golpear contra mi cuello.
— Será lo último que voy a pedirte. En base eso, decidiré si dejarte ir de una vez por todas
o al contrario... volveré a aferrarte duramente a mí. Más que antes.
— Bésame.
Siento a Yoongi abrazarme por detrás. Me siento derretir allí mismo, pido a gritos darme Ia
vuelta y arrastrarme en su piel, aferrarme y pegarme a él duramente sin despegarme.
Arrastrarme por su ropa y abrazarlo, besarlo, sentir su piel desnuda golpeando contra Ia
mía.
Muerdo mi labio para acallar el jadeo que trata de salir cuando siento sus labios rozando
contra mi cuello mandando electricidad pura por todo mi cuerpo. Toda Ia muerte y el vacío
dentro parece esfumarse. Mi corazón late con rapidez, todo mi cuerpo revive en sensaciones,
cada fibra de mi cuerpo reacciona, mis vellos se erizan y casi puedo sentir mi sangre volver
a calentarse con el puro tacto.
— Bésame. Es lo único que te pido. — Pide ronco. — Si no vuelves, prometo dejarte en paz.
De todos modos, ya tengo otro lindo muñeco haciéndome compañía.
Su fría carcajada me hierve Ia sangre. Una punzada de celos me recorre y allí es cuando me
volteo temblando. Quiero gritarle, golpearlo.
¿Qué?
— Sigue con tu linda vida. Quedas fuera de juego. — Sacude sus manos. — Regresaré con
mi muñeco. Tú... supongo te deseo suerte. Nos vemos Park.
Y con toda Ia tranquilidad del mundo me da la espalda y comienza a avanzar lejos de mí.
Su figura se aleja a paso lento, torturándome en silencio mientras yo le mantengo Ia vista
fija. Mi cuerpo se inclina hacia adelante pero yo grito internamente que se mantenga quieto.
¡No! ¡No!
Pero ya me encuentro corriendo hacia él. Lo tomo de los hombros y le doy Ia vuelta. Lo
escucho maldecir pero lo tomo con fuerza y rodeo mis brazos por su cintura para tirarlo
hacia mí y ocultar al instante mi rostro en su pecho respirando su aroma. Se tensa y se
mantiene inmóvil unos segundos.
— Ah, mierda... — Maldice y él me aprieta con más fuerza juntando nuestros cuerpos hasta
que el aire no pasa.
Y nunca se había sentido tan bien. Mierda. Que nunca se había sentido así de bien. Quiero
meterme debajo de su ropa para sentir su calidez, sus brazos alrededor de mi cuerpo se
siente tan bien, tan protector y cálido. Aquel frío consumiéndome desaparece por completo.
Aquella caricia, su corazón retumbando en mis oídos, Ia rapidez a Ia que va, su agarre
haciendo más presión al igual que mis brazos y mi fría y húmeda mejilla debido a Ias
lágrimas reposando en él.
— Yoongi... — Vuelvo a susurrar sintiéndome ligero, cálido hasta la punta de mis pies.
Y tiro en un pequeño grito su cuello sintiendo mi cuerpo temblar cuando empujo mis labios
contra los suyos. Tan hambriento... tan perfecto.
Me va a empujar contra Ia pared de nuevo sin dejar de acariciar mi mejilla y tomándome
con firmeza. Su tacto me arrastra de nuevo y todo el vacío, el agujero en mi estómago y
pecho parece llenarse por completo cuando vuelvo a sentir su pesada respiración contra Ia
mía. Sus labios abriéndose paso sobre los míos y sus manos buscando un contacto
desesperado con mi piel desnuda. Cierro los ojos y arrastro mis cortas uñas por toda su
espalda mordiendo con fuerza su labio inferior.
Él jadea y me carga, enrollo mis piernas alrededor de él sintiendo el rastro de sus besos. Él
se separa y sigue mordiendo mi piel hasta subir de nuevo a mi oreja.
— Quiero hacerte mío... — Su voz falla. — Quiero marcar cada rincón de tu cuerpo, tatuando
tu cuerpo con mis marcas, abrir tus piernas y enterrarme profndo en ti. Quiero sentirte
apretarme y gritar en mi boca que no me has olvidado, que nadie más que yo puede
complacerte como yo lo hago, que no existe otro hombre en tu vida que no sea yo.
— Yoon... — Mi cuerpo comienza a temblar contra el suyo, separa sus labios y los arrastra
para volverlos a poner sobre los míos.
Duele.
— Dilo.
Me rehúso a hacerlo.
— Dilo. — Repite con más fuerza enterrando sus dedos a mis cortados.
— Nadie más que tú puedes complacerme... — Susurro mordiendo mis labios y luego
soltándolos dejándolos rojizos. — Nadie puede complacerme como tú lo haces...
— No existe otro hombre en mi vida que no seas tú... — Susurro cerrando mis ojos con
fuerza. — Mío
— Tuyo...
|65
JIMIN
Voy avanzando velozmente por Las calles con el teléfono en La oreja. Muerdo mi labio con
preocupación y comienzo a suplicar en voz baja que todo esté bien.
Buzón de voz.
Conforme los días pasaban era cada vez más probable. Sin embargo, el que Taehyung no
me contestara ni diera rastros de vida comenzaba a preocuparme seriamente. Le había
marcado, mandado mensajes, hasta correos y nada. Se había esfumado. Hablé a su empresa
y dijeron que tuvo que extenderse. Se negaron a darme más explicaciones.
— ¡Jimin! — La voz de Nayeon me saca de mis pensamientos. Volteo a verla y esbozo una
pequeña sonrisa antes de acercarme a ella.
Nayeon asiente y no hace más preguntas al respecto. Ambos avanzamos a los Laboratorios
y nos instalamos en unas sillas de metal frente a una enorme pizarra donde un proyector
muestra diversas imágenes a Ias que aún no le presto atención. Me acomodo Ia bata junto
con Nayeon y ambos sacamos un cuaderno para tomar notas.
Odio este tipo de clases, necesito una mesa para apoyarme y no simplemente hacerlo en mis
piernas. Es increíblemente incómodo.
— Comenzamos la sesión. — Habla Ia vieja profesora con voz monótona, — Como vimos
Ia vez pasada...
Escucho atento tomando un par de notas. Me enfoco en Ias imágenes y distintas anatomías
de distintas partes del cuerpo allí presentadas. Nos hacen unos cuántos ejercicios de receta
médica o pasos para proceder en x caso. La verdad soy muy bueno en eso y no me causa
tanta dificultad, sin embargo en este momento es aburrido.
Llevo estos días muy ansioso, algo hiperactivo. Puedo ver el libro y releer Ia páginas cuatro
veces y aun así no estaría prestando atención. Por suerte es Ia última hora y me siento más
relajado, en cuarenta minutos salimos.
Alguien pica mis costillas haciendo que voltee un poco asustado. Mi sonrisa se ensancha.
— Aquí me tienes. — Dice Elliot acercando más su silla a Ia mía. — ¿Estás mejor?
Un estruendoso "shhhh" se hace escucharen Ia sala callándome por completo. Aprieto mis
labios y una sonrisa se forma. Volteo a ver de nuevo a Elliot y hago mi silla hacia atrás hasta
que quedamos casi hombro con hombro, él está todavía un poco atrás.
Me mantengo en silencio unos segundos y entrecierro mis ojos. Siento a Elliot acercarse un
poco más y reposar su mano en mi muslo haciendo un pequeño círculo que me cosquillea
hasta Ia nuca. Relamo mis labios y los muerdo para ocultar mi sonrisa.
— Fue aquí. — Le digo en una risa baja. — En los laboratorios del segundo piso.
— Y todo porque habías olvidado tus estúpidas llaves y regresamos. — Comenta divertido.
— No lo sé. — Vuelvo la vista a Los cuadernos. — Cuando nos vemos casi siempre
terminamos... haciendo eso. Y...
Siento una punzada dolorosa en mi pecho y suspiro abriendo mis ojos. Niego con la cabeza.
— Elliot. — Me volteo hacia él. — Aprecio todo esto pero creo que debemos cortarlo.
Terminarlo simplemente y...
Él es el primero en levantar la mano para salir del laboratorio. Me hace una seña con su
barbilla para que lo siga. Muerdo mis labios y lo sigo dejando mi cuaderno en la silla bajo
Ia mirada de Nayeon que me pregunta con Ia mirada "qué sucede?". Le hago una seña de
que me espere y ella asiente y regresa Ia vista al frente.
Elliot y yo avanzamos por los pasillos hasta colarnos en uno donde hay dos aulas, ambas
vacías. Me arrincona en el espacio, me cruzo de brazos frente a él.
— Nada.
—Jimin.
— Te tendré paciencia Jimin. Me gustas mucho. — Agarra mi barbilla, abro los ojos. —
Llevamos un año de conocernos. Sé cómo eres, sabes cómo soy.
— Tú no lo entiendes. — Bajo La mirada. — Es algo que va más allá de una simple relación
sexual.
— ¿Entonces?
— ¿Aprecias tu vida?
— Por supuesto.
—Aléjate de mí.
— No puedes entenderlo pero créeme cuando te digo que estamos mejor lejos. — Le digo
lamiendo de nuevo mis labios. — Por favor Elliot. No quiero que termines... lastimado.
Muerto.
Yo no. Yoongi sí
— No lo entiendes. — Repito.
— Entiendo que estás intentando huir pero debes enfrentarlo. — Sigue él. — Jimin. No te
odio. Si fueras un simple polvo me hubiera rendido a la primera que me rechazaste.
— Elliot...
— No. — Me defiendo.
— Antes de que lo intentáramos hace una semana, ¿cuándo fue la última vez que tuviste
sexo? — Pregunta cruzándose de brazos.
— Agosto. — Le digo. — Finales.
— No lo sé. — Froto mis brazos. — Quizás contigo. Pero fue en Julio, el 12.
— Sí. — Le interrumpo. — Ese no es el punto. No necesito un buen polvo, soy feliz Elliot.
— Once.
— Misma cosa.
— En esas, puedo decir que solo tres pudiste haber realmente disfrutado. Dice sin pena. Y
está bien. Me reconforta el saber que yo no soy el del problema.
— Puedes confiar en mí. ¿Quieres probar cosas nuevas? Quizás tengas fetiches que no te
atreves a revelar y eso probablemente te frena a experimentar el placer. — Sigue él. —
¿Tienes fetiche con los pies?
— ¿Entonces?
— Elliot. — Ahora es mi turno de tomar sus hombros. — Eres adorable, guapo, bueno en Ia
cama, caballeroso, divertido y sumamente inteligente. Yo soy un caso perdido. Puedes
encontrar a alguien mejor. Te lo aseguro.
— Eres demasiado ardiente y misterioso como para dejarte ¡r. No haré eso si a eso te refieres.
— Niega con Ia cabeza. —Puedo tener a alguien mejor, tal vez. Pero te quiero a ti adorable
cachetón.
— Elliot... — Comienzo.
— Uno.
Suelto un suspiro y me acerco para besar castamente sus labios. Me alejo un poco pero él
vuelve a tirar de mis antebrazos y comienza a besarme con fervor. Suelto un pequeño
gemido.
— T— tú dijiste que un beso. — Susurro cuando comienza a dejar pequeños besos en mis
mejillas hasta la barbilla.
Arqueo un poco mi espalda cuando siento sus dientes clavarse en mi cuello. Cierro los ojos
unos segundos tratando de encontrar el gusto de aquello. Es rudo, sí... ¿por qué me cuesta
entonces sentir algo? Me mantengo en silencio hasta que recibo una cachetada interna.
¡Chupetones!
Llevo mi mano a mi cuello y me cubro al instante sintiendo el terror por todo mi cuerpo.
Elliot ladea su cabeza.
— ¡Ah, maldita sea! — Salgo corriendo del pasillo para volar a los baños pese a la voz de
Elliot a mis espaldas. Abro Ia puerta del baño y corro frente al espejo al instante. Me
descubro y siento algo frío en mi sangre al ver tres chupetones. Forman una Línea casi
perfecta, dos son rojizos, uno casi morado. Maldigo. Genial. Lo que faltaba.
Me subo un poco el cuello de Ia bata pero es inútil. Apenas cubre el último, los primeros
dos sí.
El timbre me anuncia que ha finalizado el día. Salgo corriendo del baño y regreso al
laboratorio donde todos ya están guardando sus cosas. Siento Ia mirada de Elliot sobre mí
pero me niego a devolvérsela. Me cuelgo La mochila al hombro y salgo rápidamente
ajustando el cuello de la bata por Ias puertas para regresar a casa.
No puedo creer que realmente me ha hecho tres malditos chupetones. Más mierda que
reaccioné tarde. No volverá a pasar. No. Nunca más. Promesa, mega promesa.
Empujo Ias puertas de la universidad y salgo de ella a paso veloz pero me detengo en seco
sintiendo mi corazón dejar de latir y mi saliva tornarse agria. Me freno y lentamente me doy
Ia vuelta para comenzar a avanzar de regreso.
— iJimin! — Llaman.
Tiene.
Qué.
Ser.
Una.
Jodida.
Broma.
Sigo avanzando fingiendo no escuchar pero unas pisadas me hacen volverme loco,
literalmente. Pego un pequeño grito y siento mi cuerpo azotarse violentamente con calor y
frío en descontrol total hasta que sus manos me atrapan de los brazos y tira hacia mí. Dejo
de pelear y mantengo la vista a un costado hasta observarlo con el rabillo del ojo.
— Vine por ti. — Contesta frío. — Deja de hacer dramas por todo.
— Tú no lo entiendes... —Susurro.
Él entra y azota con fuerza Ia puerta. Prende el auto y este ruge suavemente, el aire
acondicionado se prende y The relentless — Me against the Devil comienza a sonar en bajo
volumen. Esbozo una pequeña sonrisa.
— Claro que los conozco. — Sonrío inevitablemente. — Be careful what you wish for it
— Care full what you sell from inside of you. — Sigue él Ia canción.
Sonreímos al mismo tiempo pero cuando nos percatamos de ello la borramos en un
movimiento. Yo me cruzo de brazos y observo al frente mientras Yoongi sigue manejando.
— Ja— ja. Mira como me parto de risa Min. — Comento de mala gana.
Volteo a verlo al instante con ojos escandalizados. Él me devuelve Ia mirada sin expresar
nada hasta unir sus labios y lanzarme un beso.
Mis mejillas se tornan de un rojo violento y al instante desvío Ia mirada al frente otra vez.
Mi corazón va muy rápido y siento un cosquilleo en mi boca que me impulsa a sonreír pero
me resisto bien. Mi cuerpo se sacude y una corriente eléctrica de adrenalina me atraviesa.
¿Qué ha sido eso?
— ¿Cómo sabes dónde estudio? — Pregunto sin atreverme a verlo, mis mejillas todavía
cosquilleando por el estúpido coqueteo de su parte.
— Jimin. ¿Realmente te lo preguntas? — Ríe un poco. Me percato allí que su voz se ha vuelto
más ronca y profunda. ¡Qué sexy, joder!
Volteo a verlo pero su expresión no muestra nada y tiene Ia vista al frente. ¿Habla enserio?
Me mantengo en un silencio más pesado y relamo mis labios antes de volverme a cruzar de
brazos.
— ¿Tú a dónde crees que te llevo? — Ladea un poco su cabeza y vuelve a clavarme aquellos
gatunos ojos que me estremecen.
El me Ia devuelve y alza ambas cejas divertido. Muerdo mis labios incapaces de borrar Ia
sonrisa que me provoca su sonrisa provocada por la mía. ¡Pero qué me sucede!
— Quizás. No suena tan mala idea. — Toma aire. — Pero no. Tengo planeado algo mejor
para nosotros.
Me atraganto con mi propia saliva y aire. Tapo mi boca y vuelvo a enrojecer brutalmente.
Abro la boca y escucho la carcajada de Yoongi que me eriza Los vellos. Formo una línea con
mis Labios y siento mi respiración acelerarse.
El ríe.
— Por si no te fijaste en Ia hora, son casi Ias siete.— Apunta con su barbilla.
— Jimin ya no soy un mocoso. — Me dice frío. Trago duro... eso fue sexy. — Creo que puedo
pensar con mayor madurez y claridad que antes.
— Yo llegaba a hacerme pajas pensando en ti a veces hasta tres veces por día.
— ¡Ya basta!
— ¿Te digo cómo lo hacía?
Siento mis mejillas comenzar a enrojecer y mi cuerpo palpitante. Niego con Ia cabeza con Ia
garganta seca y cerrada. El calor comienza a asfixiarme, busco desesperado el botón para
bajar la ventanilla pero está bloqueada. Mis brazos comienzan a temblar.
— Más si lo gritas.
Me tapo Ia cara cubriendo mi nariz y boca dejando solamente al descubierto mis ojos. No
puedo creerlo. Es increíble, no doy crédito.
— Lástima.
— ¿Qué te sucede?!
— Así que dime. — Vuelve Ia vista hacia mí. — ¿Cuántos dedos te metiste pensando en mí?
— No lo harás.
— No me rendiré muñeco.
— Más contigo.
— Maldito seas.
— Bájame. — Espeto.
— Oblígame.
Mi sangre hierve.
— Yoongi...
Abro Ia puerta y salgo azotándola detrás de mí. No le daré explicaciones y mucho menos
me quedaré a rogarle. Se acabaron esos tiempos. Ese yo ya no existe.
Comienzo a avanzar sintiendo pese a todo algo amargo en mi garganta. Acomodo de nuevo
mi mochila con fuerza y apretando mi quijada. Siento rabia y dolor. Mucho dolor. Muerdo
mis labios nuevamente y sigo avanzando hasta sentir que me tiran con fuerza hacia atrás
tomándome de la misma mochila.
— ¿Qué demon...?
— Mío... — Gruñe antes de deslizar sus manos dentro de mis pantalones para tocar mi piel
desnuda y estrujar con más fuerza. Suelto otro pequeño grito agudo y me remuevo para
zafarme pero él no parece muy dispuesto a permitirlo.
— Y— yoongi... — Jadeo en su boca, mi corazón va a mil por hora. Me siento drogado con
su olor, sus besos y pura presencia. — ¡Mh... d— deja...!
Trato de darle un manotazo pero mi propio cuerpo me traiciona y termino enrollando mis
puños en su camisa para tirarlo más hacia mí. Mi respiración se descontrola y siento mi
dolorosa erección empujar en Ia tela de mis pantalones, mi mente y cuerpo enloquecidos
por lo que está sucediendo. Me está volviendo Loco.
— Quiero verte así con ellos. — Dice en un intento de mostrar soberbia pero está claro que
Ia ira lo recorre más rápido que su sangre.
Y se aleja a paso veloz dejándome en esa calle que no conozco. Me encuentro todavía
embriagado y en un pequeño shock que me hace morderme los Labios y sentir todavía el
sabor de aquel apasionado beso que ha sido el más intenso de toda mi vida.
Me doy la vuelta al instante siento mis mejillas ahora sí a punto de estallar. Me trato de
tranquilizar sabiendo que ha dejado mi cuerpo un desastre de hormonas y calor. ¿Qué me
sucede?
¿Qué le sucede? ¿Qué nos sucede? No volveré a acostarme con él. No. Eso no. Deberá pelear
ahora si por ello, no me tenderé ante él y su majest— ...a su... polla como un ofrecido
cualquiera. ¿Me quiere? Bien. Que me gane.
YOONGI
Cierro Ia puerta del auto con fuerza y me mantengo en silencio observando la lejanía un par
de segundos sin saber cómo reaccionar. Me paso la mano por el cabello con frustración y
tiro de mis hebras mordiendo mis labios con fuerza casi hasta tornarlos blancos. Hay un
pequeño dolor pero no me desagrada.
Me relamo Lento sintiendo todavía él sabor de La boca de Jimin contra La mía. Su suave
piel bajo la palma de mis manos y su agitada y aguda respiración chocando contra Ia mía.
La forma en Ia que se estremece cuando lo toco, sus ojos brillantes, el rubor que se va
extendiendo por sus pómulos haciéndolo lucir adorable. Tan magnífico, hermoso.
Y me siento tan jodidamente confundido, ¡es una mierda! Llegué dispuesto a jugar con él,
torturarlo de Las peores formas posibles hasta finalmente matarlo, embarrarme de su sangre
y joderme su maldito cadáver hasta que se pudra y no me sirva más.
¿Y ahora?
Suelto un bufido y prendo el auto para finalmente dirigirme al hotel en el que me estoy
hospedando. Mi cabeza es un revuelo de rabia pero debo contenerme un poco. Cuando
llegué me dije a mi mismo que le daría dos oportunidades antes de explotar y eso no sería
nada bueno para él, ni para mí, ni por Ia tercera persona involucrada.
Pero, conociéndolo, no me extrañaría que fuera de chillar de dolor al mismo tiempo que se
estaría revolcando de placer pidiéndome más. Tan masoquista que es encontrando el gusto
a que lo corten, sea drenado, lo tomen de forma agresiva y le dejen el cuerpo un desastre de
marcas salvajes y rudas.
Desvío Ia mirada a Ia ventana unos segundos observando a Ias personas pasearse en Ias
banquetas y cruzar Las calles. Todos lucen tan... normales. Tan felices. Sencillos. Muy
mundanos.
Algunas veces no puedo evitar pensar cómo hubiese sido todo esto si fuese "normal" Jimin
y yo siendo dos simples estudiantes. Él uno muy carismático y alegre y yo uno callado y
frívolo, ambos seguramente enamorados, viviendo una escolaridad normal. Ir a su casa para
estudiar juntos y cenar con su madre sin que acabe en una masacre. Que me observa con
sonrisas y no con miedo. Que nuestras rondas de sexo sean simplemente intensas sin sangre,
azotes y dolor de por medio. Donde los castigos sean dejarlo en abstinencia y no torturarlo.
Donde Ia más grande amenaza sea "cortamos" y no un "voy a matarte."
Joder, no, ¡Qué aburrido! Yo quiero abrir su linda piel y hundir mis dedos en Ias heridas
para sentir su caliente carne muscular bajo Ia yema de mis dedos. Me he planteado muy
seriamente el practicar necrofilia si se trata de él y de su cuerpo pero he llegado a la
conclusión (después de varios rodeos en ese aspecto) que eso no funcionaría en lo más
mínimo.
¿Por qué? Por el simple hecho que su cuerpo no es lo que me importa... Al final todos los
hoyos son iguales.
Me importa Ia forma en que lo hacemos. La forma tan agresiva en la que me besa, los
gemidos que suelta en mi boca, Ia forma en Ia que se retuerce y me observa suplicando más
y más. Sus labios rojizos, Ia saliva empapando mi cuerpo, su lengua recorriéndome travieso,
el lenguaje tan obsceno que se le escapa de sus lindos labios cuando lo jodo. Eso es lo que
me vuelve tan loco y a él tan único la química sexual tan potente que tenemos.
Me di cuenta después de dos jodidos años de tenerlo lejos. Perdí la cuenta con los hombres
y mujeres con los que me acosté. Con ninguno sentí absolutamente nada. Era bueno en el
momento, claro, excelente, pero no era lo mismo. Había pensado inclusive en tirarme a
Jungkook y pese a sus jugueteos conmigo sé que no sería capaz. ¡No! nosotros No
funcionamos en esos aspectos. Él es demasiado intenso y quejoso. Tan especial. No sé cómo
lo aguantan. Nada le parece, nada le conforma, se queja de todo, te discute todo, siempre
quiere tener la maldita razón en todo. Y si bien conmigo aprendió a controlar eso, no me lo
imagino desnudo debajo de mí remilgando por todo y discutiendo que "nada de cuchillos"
o qué tan rápido debo ser. No podría con ello.
Así que por esa razón y muchas otras ha quedado fuera de mis posibilidades el tener un
buen polvo cuando Jimin no está. O estaba, mejor dicho. Ya encontraré Ia forma de que
termine en cuatro frente a mí en un simple movimiento de manos.
Dudo que se resista mucho. Tiene una cara de un maldito sexualmente frustrado que
bueno... ni el pobre logra disimularla.
— ¿No fuiste bien cogido estos años verdad muñeco? — Pregunto en voz baja soltando
inevitablemente después una risa. — Claro que no. No estuve allí.
No se trata realmente de que lo follen bien o mal. No me cabe duda que debió encontrarse
unos buenos. El problema es que no se lo joden como él quiere. No se lo joden como a él le
gusta, y para su desgracia, nadie más que yo puede hacerlo. Al final, solo yo sé cómo le
gusta que lo follen y puedo hacerlo sin ningún problema. Tal para cual. Por eso mi rabia no
es tan descontrolada, porque sí, se lo tiraron, pero sigue insatisfecho y lo estará siempre. No
si no soy yo el que está allí en su cama. O una mesa? ¿Sofá. Donde se le ocurra... yo me lo
doy.
— No me vengas con esas idioteces Yoongi. ¿Dónde mierda estás? Lena me ha informado que te
esfumaste hace casi una semana.
— Jisoo te vio llegar al aeropuerto, me ha informado apenas hace unos días cuando te vio por las calles.
¿Qué haces allá? ¿Tienes idea de lo que va a suceder si Ia gente de Kyle o Sullivan te encuentran?¡¿
Es que acaso perdiste la maldita cabeza?!
— Mira Anthony. — Cierro un instante mis ojos. — Lo que haga acá es problema mío, si no
quieres...
— ¿Me crees tan idiota como para no saber qué haces allá realmente?— Me interrumpe. — ¿Park
Jimin quizá no tendrá algo que ver?
— ¿Y se puede saber cómo mierda sabes tú que Jimin está aquí? — Abro mis ojos furioso y
aprieto el teléfono con fuerza.
— Me acabo de enterar, poco después supe de tu partida. No es muy difícil de interpretar, ¿sabes? Te
conozco muy bien Min.
— Que regreses.
— Eso no sucederá.
— Estás en su maldito territorio. VAS A MORIR. — Enfoca Las últimas palabras lenta y
agresivamente como si eso fuese a convencerme.
— Dame tres meses. — Le digo. — Tres meses y te prometo regresar, traeré a Jimin conmigo
y...
— ¡No! ¡No! No!— Me interrumpe repetidas veces causando que apriete con fuerza el
volante. He llegado al hotel ya. — ¡Te quiero acá mañana mismo y sin Jimin!
— Jimin se viene conmigo o no hay trato. — Amenazo frenando el auto en Ia esquina con
fuerza.
— Esto no se trata de un maldito trato. Jimin ya fue rastreado por Sullivan, si lo traes todos ellos
vendrán hacia nosotros. Nos usarán para rastrear, es la maldita carnada ahora.
— ¡No va a quedarse en Estados Unidos Yoongi! ¡O se larga del país o lo dejas allí
— ¡Van a matarlo!
— ¡No tienen por qué hacerlo! Mientras más lejos te mantengas de él, mejor por ambos. ¿Me
entiendes? No son idiotas, si te ven con él lo usarán para chantajearte.
— No lo harán.
— Yoongi por favor. Es Jimin. — Contesta seco, aprieto más mis puños. — Le tocan un cabello
y tú llegarás como una bestia a matarlos a todos. Se meterán en tu maldita cabeza a través de él, será
lo que usarán para llevarte a ellos. ¿Recuerdas lo que dijiste alguna vez? Llegarás como una bestia a
matarlos a todos. Se meterán en tu maldita cabeza a través de él, será lo que usarán para llevarte a
ellos. ¿Recuerdas lo que dijiste alguna vez?
— Mantén cerca a tus enemigos y lo más lejos posible a tus debilidades. No al revés.
— Solo déjame...
Su silencio es más y más pesado. Relamo mis labios. Me da rabia, me da rabia que tenga
tanta razón. Me pone furioso que ha dado en el maldito blanco y me ha soltado toda Ia
verdad sin posibilidades de cambiarla. ¡Es una mierda!
— Gracias. — Muerdo mis labios un poco si poder creer lo que acabo de decir.
— Dos semanas y nunca más volverás a verlo, ¿me oyes?— Dice seriamente, algo helado me
recorre.
— No me interesa qué hagas con él, dos semanas y se larga de tu vida para siempre. No
existe Jimin, no existirá jamás. Lo botarás así como lo hiciste con tantas personas y romperás
las malditas cadenas que te aferran a él como a un perro. Se acabó Park Jimin, muere para
ti.
Me mantengo en silencio.
— Lo dejarás hacer su vida y se acabó. — Sigue él. Me quedo mudo. — Es enfermiza la relación
que tienen, tóxica y nociva en todos los aspectos. Será lo mejor para los dos, créeme.
— Aprenderás a hacerlo.
— ¡NO PUEDO DEJARLO! — Grito sintiendo una potente vulnerabilidad que me hace
temblar.
El cuelga dejándome con las palabras en la boca. Mi cuerpo tiembla y el simple pensamiento
de tenerlo lejos y nunca más volver a saber de él comienza a zafar nuevamente las cuerdas
de la poca cordura que me deja. Mis nudillos están blancos y mi rostro completamente rojos.
Él hacer su vida...
¿Olvidándome?
— ¡MIERDA! — Grito con fuerza y bajo hecho una fiera del auto pateando absolutamente
todo y soltando humos. No pienso permitirlo, nunca sucederá. Lo mataré antes siquiera de
dejarlo irse lejos.
Prefiero ser yo quien acabe con su vida antes de nunca más volver a ser parte de ella.
Es un dolor que nunca había sentido. Un dolor lleno de frustración e impotencia por no
hacer nada. Las opciones son muy extremistas y mi mente no piensa con claridad ahora
mismo. Debo calmarme y pensar en un plan. Un plan del que solo yo sepa, algo que pueda
hacer por mí mismo sin Ia ayuda de otros. Ni Jimin se irá lejos ni yo dejaré de verlo. No me
interesa qué deba hacer, él se queda aquí conmigo.
.
JIMIN
— Lo sentimos, este número se encuentra fuera de servicio. Por favor, intente nuev...
Cuelgo.
Otro día sin tener noticias de él. Ya es martes. ¿Dónde está? Debió volver ya ¡¿Dónde está?!
Me dejo caer en la mesa temblando de pies a cabeza y apretando el teléfono contra mi pecho
sintiendo Ias lágrimas hormiguear e mis ojos antes de deslizarse por mis mejillas. Sorbo un
poco por la nariz y tapo mi cara mordiendo más fuerte mis Labios en un desesperado intento
de no romper a llorar.
Aprieto mis labios con fuerza y me levanto segundos después observando por Ia ventana
de brazos cruzados. Trato de evadir Ias lágrimas y distraerme. No he estudiado, no he hecho
nada desde que salí de Ia universidad y volví a casa.
Estoy a punto de pulsar el botón cuando suelto un grito de frustración y apago bruscamente
el teléfono golpeándolo contra Ia mesa, Quizás Ia pantalla se ha estropeado pero en estos
momentos me importa una mierda. Tiro de mi cabello y me siento asfixiado. Tomo
solamente La chaqueta y Las llaves y salgo del departamento todavía con Ia horrible
sensación de que me están ahorcado.
Bajo Ias escaleras tan rápido como puedo hasta Llegar a la entrada del edificio. El fresco aire
golpea mi cara mandando un gran alivio por todo mi cuerpo. Me cierro Ia chaqueta y
después de observar de izquierda a derecha comienzo a avanzar en silencio bajo Ias luces
de nueva york y su noche nublada.
— Gracias. — Agradezco cuando me entrega una carta de bebidas. Para ser una
discoteca/bar es bastante elegante... Me pregunto cómo no Ia conocía.
Tomo Ia carta y cruzo mis piernas perdido en los distintos licores que aparecen frente a mí.
Frunzo un poco mi ceño y observo Ias cervezas con aros de cebolla. Hay una promoción de
dos cervezas al precio de una y una orden de alitas al centro que me persuade.
Asiento un poco decidiéndome quizás por ella y mis ojos siguen bajando por todo lo que
hay. La verdad no es nada particularmente increíble pero es agradable que den comida, Más
si son alitas en promoción. Me gustan Ias alitas.
Me tenso al instante cuando una fuerte fragancia fresca y masculina inunda mis fosas
nasales y un brazo me rodea pasando detrás de mí cuello. Lentamente voy bajando la carta
y volteo paulatinamente para encontrarme con Min Yoongi y un cigarro en sus labios
mientras observa a Ias personas bailando.
Él voltea a verme y esboza una sonrisa. Exhala el humo de sus pulmones y alza sus hombros
restándole importancia.
— Llevaba todo el día en Ia cuadra tratando de adivinar cuál era tu edificio. — Me contesta.
— Te vi, te seguí. Nada que no te sorprendiera que hiciera.
— ¿Qué haces un martes en una discoteca?— Pregunta de nuevo. — Dudo que tengas
vacaciones.
— Necesitaba un respiro. — Contesto y le hago una seña al mesero para que se acerque. —
Distraerme un poco.
Se inclina hacia mí pero yo desvío Ia mirada sabiendo perfectamente lo que quiere hacer.
Antes
— No. — Contesta con el mismo tono. — No me pidas no ponerme así cuando prácticamente
te estaba coqueteando con la mirada.
— No le sonreía a nadie hasta que se acercó a ti, siquiera se molestó en tomar Ia orden,
estaba muy perdido viéndote fijamente. — Comienza viendo Ia nada. — Inclusive ni se
atrevió a verme los ojos o en preguntar algo. Estaba volcado en ti.
—¡Quiero un poco de paz! ¿Bien? — Espeto. — ¡Si no eres capaz de mantenerme en paz
simplemente lárgate! ¡No estoy de humor!
— ¿A qué viene ese comentario de mal gusto? — Pregunto cada vez más molesto.
— Disfruten Ia noche. — Dice nuevamente sin dejar de verme y pasa Ia vista a Yoongi
después. Esboza una sonrisa — Cuiden la comida. Hay muchos tramposos aquí que se Ia
roban.
El silencio permanece.
EI vuelve a asentir y se aleja. El silencio es el mismo hasta que Ias cervezas vuelven a llegar
y yo inmediatamente comienzo a tomarme Ia mía a tragos. Siento que Yoongi vuelve a
verme.
— No te emborraches. — Amenaza.
No me molesto en ver la cara que pone. Cierro los ojos y tomo una profunda respiración
antes de prestar atención a Ia música y comenzar a moverme. Un grupo de chicos
visiblemente muy borrachos me observa y comienza n a aplaudir y a festejar. Tiran de mi
brazo y me meten en su círculo mientras cantan a todo pulmón y se mueven.
Comienzo a moverme con ellos, sincronizando algunos movimientos que nos hacen reír. Es
cuestión de minutos hasta que me encuentro cantando con ellos y moviéndonos sin pena
alguna. Mis movimientos son acertados, siempre he tenido gusto por el baile y me han dicho
que me muevo bien.
Bueno...
¿Quizás?
Vuelvo la vista hacia Yoongi a través de mis hombros. Ha bebido un poco más y sus ojos
siguen fijos en mí. El retumbar poco a poco se vuelve más Lento y el extremo ruido se va
calmando para dejar notas largas y sonidos más lentos. La música toma un rumbo más bien
sexy y allí aprovecho para voltearme hacia Yoongi de nuevo. Sus ojos están oscurecidos.
Relamo mis labios y peino mi cabello hacia atrás antes de comenzar a moverme lento. Le
dedicouna mirada, él toma su cerveza y no me quita Ia mirada de encima. Le hago seña para
que venga pero él niega alzando ambas cejas con una sonrisa.
Lo observo quitarse su chaqueta también y dejar una camisa negra de tela fina y gran cuello
en '"V" frente a mí. Su piel parece brillar, está sudando y sin duda Ia forma en que bebe no
me está ayudando en nada, No me dejaré intimidar. Sigo moviéndome y en un rápido
movimiento me pego a otro chico para comenzar a bailar con él sintiendo nuestros cuerpos
juntarse por completo y comenzar a frotarse. Veamos ahora quién reacciona.
Escucho un ronco gruñido de su parte y sus manos tomarme con mayor firmeza. Estiro mi
cuello y mis piernas tiemblan cuando lo siento besando mi cuello sin dejar de movernos.
Nuestras manos juguetean tomándose y después restregándose entre ellas un poco para
zafarse y repetir el movimiento.
Sus manos se colan por mi ropa mandándome un escalofrío. Me volteo hacia él y finalmente
quedamos frente a frente. Lo rodeo del cuello y me pego a él hasta que nuestros alientos a
alcohol casi se mezclan. Sus manos bajan por mi espalda baja y dan un empujón terminando
de unir nuestros cuerpos. Mi corazón palpita como loco y aquella tensión Ia siento a punto
de explotar.
Hundo mis dedos en su cabello y me pego más a él casi con súplica hasta que él finalmente
atrapa mis labios entre los suyos. Me derrito en sus brazos y suelto un profundo gemido en
su boca conforme siento nuestras lenguas vuelven a entrar en contacto. Me empuja un poco
tambaleándome hacia atrás, causando que lo tome con más fuerza y muerda sus labios. Mis
dedos se entierran en su nuca mientras él va recorriendo mi cuerpo con todo el deseo que
llega inclusive a asfixiarme. Tan caliente. Tan apasionado.
Prácticamente nos hemos abierto el paso entre todos entre tropezones sin dejar de unir
desesperados nuestros labios y tocándonos con una ardía necesidad. Quiero más. Necesito
más.
Y finalmente aquellas palabras que terminan por hacerme perder el control por completo.
JIMIN
No puedo evitar reír ante las palabras de Yoongi. Luce tan desesperado el pobre diablo.
Bajo la mirada unos momentos a sus labios antes de levantarla nuevamente para cruzar
miradas con él. Trato de descifrar lo que pasa por su cabeza. Es cierto que tiene un semblante
muy intenso y desesperado pero no entiendo exactamente a qué. ¿A tomarme? Siento que
hay algo más.
Lo beso castamente en los labios antes de negar con Ia cabeza rozando sensualmente su
barbilla con mi índice. Muerdo mis labios y comienzo a retroceder haciendo una seña de
que venga a por mí conforme más rápido me voy alejando.
Salgo disparado del bar corriendo tan rápido como puedo escuchando Las furiosas pisadas
de Yoongi detrás de mí. Comienzo a carcajear en alto sintiendo Ia adrenalina enchinando
mi piel conforme voy cruzando banquetas. Las calles están desiertas al igual que Ias
banquetas.
Claro, ¿quién en su sano juicio estaría a Ias dos de la mañana en Ia calle en un martes?
Cruzo Ias calles observando rápidamente detrás de mí. Yoongi viene persiguiéndome como
una bestia realmente enfurecida. Sonrío y me meto entre pequeñas calles escuchando mi
corazón retumbar con fuerza en mis oídos y mis piernas pesar un poco. Comienzo a respirar
por Ia boca inevitablemente y maldigo un poco al encontrarme con un alto. Me detengo en
seco y observo detrás de mí viendo a Yoongi, observo de izquierda a derecha y al ver que
apenas cruzan coches trueno mi cuello y cruzo de nuevo rápidamente.
Sigo corriendo tan rápido como mis piernas me lo permiten. Me detengo un pequeño
segundo para tomar aire profundamente unas tres veces antes de voltear de nuevo.
Él no luce cansado Mierda.
Me reincorporo rápidamente y vuelvo a correr tan rápido como puedo llegando casi a las
cuadras que bien conozco. Esbozo una sonrisa y esquivo a Ias pocas personas fuera
rápidamente antes de cruzar rápidamente otra calle y meterme en un pequeño callejón. Mis
pisadas chocan con los pequeños charcos de agua allí provocando un suave eco. Me detengo
al ver que no hay salida y sonrío escondiéndome detrás de unas cajas que llevan allí quién
sabe cuánto tiempo. Siempre Ias veo.
Me meto entre ellas y me mantengo lo más silencioso que puedo observando a través de los
finos espacios al frente. Mi respiración sale un poco temblorosa y mi corazón duele. No
puedo evitar hacer una mueca y respirar profundo para calmarme un poco.
Me pego a la húmeda pared y tapo mi boca al ver una silueta mantenerse quieta y
desaparecer segundos después. Las pisadas se alejan y yo vuelvo a respirar tranquilo
sintiéndome aliviado. Esbozo una sonrisa. Bien, he ganado.
De acuerdo. Cuando dejé el cambio todavía allí estaban. Las metí en mis bolsillos y me fui
a bailar. Bailé.., si... bailé... De acuerdo. ¿Luego qué? Yoongi me besó. Llevó sus manos a mi
cintura, nos besamos de nuevo y yo salí corriendo. No me molestaron Ias llaves cuando
corrí. Ya no estaban cuando salí del bar. No cayeron mientras corría... entonces...
Gruño frustrado y llevo mis manos a mi cabeza tratando de conservar Ia calma y pensar en
algo. No tengo con quién quedarme. ¿Elliot? Probablemente. No tengo dinero suficiente
para pagar un motel u hotel. Por el momento él parece ser mi mejor opción.
— ¿Hola? — Pregunto.
Silencio.
Silencio.
— ¿Hola? — Repito sintiéndome ahora sí molesto. — Mire, si esto se trata de alguna broma
pesada le recomiendo que cuelgue ahora. No estoy de humor.
Una risa ronca del otro Lado me pone los pelos de punta.
¡Pero qué!
¡¿Dónde mierda está?!
— Maldita sea. — Digo entre dientes dispuesto a volver a llamarlo pero un mensaje del
mismo número me llega poco antes que presione el "devolver Ia llamada".
Entro y mis ojos observan fijamente Ia dirección enviada. Levanto Ia vista al cielo y
nuevamente Ia bajo a mi teléfono negando con Ia cabeza divertido. Una pequeña sonrisa se
dibuja en mis labios y los relamo ajustándome Ia chaqueta y comenzar a avanzar en silencio
hacia donde me ha pedido.
Mi ceño se va frunciendo poco a poco ante el edificio que se alza frente a mí. Observo el
número y Ia calle nuevamente asegurándome que estoy en el lugar correcto. Y sí, en efecto
lo estoy. ¿Qué demonios con Yoongi? Vuelvo a dirigir Ia vista observando los innumerables
grafitis que hay afuera, el silencio, que reina en el interior, Las ventanas rotas, el silencio, La
oscuridad que engulle todo sin permitirme ver nada. Todo está Lleno de polvo. Es un
edificio abandonado definitivamente.
Me voy acercando a él subiendo Ias cuatro pequeñas escaleras y llego a La entrada. Está
oxidada y suelta chirridos desagradables cuando Ia empujo para ingresar. Toso un poco y
lentamente entro cerrando la puerta detrás de mí sacudiendo mi ropa.
Saco mi teléfono que tiene poca pila y prendo la lámpara para ¡luminar el entorno. Está lleno
de telarañas y completamente vacío. Hay basura, botellas vacías y prendas sucias. EL
silencio es absoluto y aquello comienza a inquietarme.
Ilumino nuevamente el entorno buscando algún movimiento pero no hay nada. Avanzo un
poco hacia adelante entrecerrando mis ojos al observar algo extraño en el suelo. Ilumino con
Ia luz observando un rastro de sangre que no luce de mucho tiempo. Está fresca.
"6"
Es claro el número escrito en aquella sangre. Algo frío me recorre y apago Ia luz
encontrándome en una oscuridad casi total. Avanzo nuevamente por Ias escaleras y me
ayudo del barandal para guiarme. Subo un piso y luego otro, y luego otro hasta finalmente
llegar al sexto. Me encuentro jadeando un poco con Ia boca abierta y tronando un poco mi
espalda.
— Dame otra pista. Por favor. — Digo en voz alta para que me escuche. — Yoongi.
No lo hará, ¿cierto?
Suspiro rendido.
En parte ese pensamiento me anima. Me aferro bien a mi teléfono y comienzo a avanzar por
los pasillos con cuidado, abriendo Ias puertas y asomándome dentro. Comienzo a avanzar
tarareando canciones en voz baja y esbozando poco a poco una sonrisa.
— Me hiciste mucha falta este tiempo, ¿sabes? — Comienzo a decir avanzando con más
calma y observando dentro de Ias habitaciones. — Extrañaba tu presencia, todo lo que
provocabas en mí.
Sigo avanzando finalizando el primer pasillo. No hay nada. Asiento y regreso para ir por el
segundo, sigo avanzando con Ia misma calma rozando con mis dedos Ias paredes.
— Es curioso que ahora seas tú quien esté jugando a esconderse de mí. — Sigo divertido. —
Allá en el bar lucías desesperado por tomarme allí mismo.
— Podría decir lo mismo. — Me mantengo en silencio y cruzo mis brazos divertido. — Pero
hubo chicos que realmente me hicieron sentir tan bien en tu ausencia... — Suelto una
agradable risa. — Podría decir que gracias a ellos no te extrañé tanto pequeño psicópata.
Y finalmente aquel ruido que me alerta que voy por buena vía. Un golpe seco que me hace
esbozar una sonrisa y avanzar por donde voy. Lo he escuchado no muy lejos, del lado
izquierdo.
— ¿Y te digo qué es lo más divertido de todo esto? — Me freno junto a una puerta y me
apoyo en La pared sonriente. — Que hay uno en especial que me recuerda un poco a ti. No
porque sea un sádico sumamente enfermo. No.
Sonrío de nuevo.
— Me recordó a ti porque me hacía gritar creo que incluso más de lo que hacía contigo.
La puerta se azota con fuerza una última vez y escucho más golpes y cosas caerse. Pateo la
puerta tan fuerte como puedo aventándola lejos. Entro volviendo a azotar Ia puerta
observando a Yoongi de espaldas, con el cuchillo enterrado hasta el fondo de Ia pared. Sus
hombros suben y bajan con rapidez y su cuerpo está rígido.
Es aterrador. Y me encanta.
— Mis llaves. — Extiendo mi mano sin borrar Ia sonrisa de confort que me provoca la
situación y que he logrado voltear nuevamente el juego a mi favor.
Esto se ha convertido en un tira y afloja de ambos lados. Dejó de ser un tira de su lado por
completo puesto a que me he decidido a también yo tirar de aquella cuerda. ¿Quién termina
primero de rodillas frente al otro? No lo sé.
Es una mezcla mucho más intensa de peligro. Ya no se trata solamente de hacerlo enojar y
agachar Ia mirada. No. Ahora es hacerlo enojar y alimentar así la rabia con más intensidad,
enfrentarlo descaradamente sin ponerme a pensar que puede rebanarme allí mismo el
cuello. Necesito aquella adrenalina, aquel sentimiento de muerte latente rodeándome
conforme más brusco y cerca voy jugando con el fuego. Su fuego.
Yoongi sigue manteniendo el silencio apretando el cuchillo con fuerza que hasta sus
nudillos se tornan blancos y sus venas se marcan más. Retrocedo un paso cuando él
comienza a acercarse sin decir absolutamente nada levantando el cuchillo conforme más
pasos va dando y aquella demencia resbalar sin control de su mirada y energía.
Puedo sentir lo molesto que está ahora y sin embargo sigue sin lanzarse sobre mí. Algo
espera y no estoy seguro de qué es. Sigo retrocediendo poco a poco, en una lentitud tortuosa
que ninguno de los dos piensa quebrar. Yo no. Voy contando los segundos, retrocediendo
al mismo ritmo que él avanza, observando ahora el filo brillante que se levanta sobre mí.
Y sin embargo me permito esbozar una pequeña sonrisa perdido en sus ojos. El me Ia
devuelve llevando el cuchillo a mi pecho. Toda mi piel se eriza y mi cuerpo despierta
bruscamente. Relamo mis labios antes de hablar. Escupir lo que prácticamente llevo
ocultando y ahora deseo más que nunca sin poder aguantar más:
— Me he estado portando muy mal Yoongi... — Avanzo hacia él, enterrando Ia punta del
filo en mi estómago. — Yoongi...
Sus ojos me examinan, el filo se va moviendo hacia arriba comenzando a rasgar mi ropa.
Siento mi respiración agitarse y él me empuja de nuevo con fuerza haciendo el filo hacia
atrás para que no se entierre en mí. Suelto un grito que se ahoga después en mi garganta
cuando comienza a cortar cerca de mis costillas. Me ahogo de nuevo pero él tapa de nuevo
cuando veo Ia prenda tornarse roja y Ia sangre comenzar a resbalar cálidamente por todo
mi cuerpo hasta llegar al suelo.
Él me toma con fuerza de Ias mejillas y levanta mi mirada, mis ojos llenos de lágrimas antes
de que se acerque y apenas roce mis labios.
Yoongi se separa y saca su teléfono. Lo observo sin saber qué pensar cuando descuelga.
Silencio.
Cuelga y se acerca a mí sacando de sus bolsillos mis llaves. Toma mi mano y las coloca allí
bruscamente.
— Con eso podrás pagar un taxi. — Sigue. — Tu pequeño castigo deberá esperar un poco.
— Pero...
— Debo irme. Cuando menos te lo esperes ya te tendré arrastrando y esta vez... Se frena
manteniéndome fija Ia mirada. — Esta vez no podrás salvarte por una simple llamada.
Él se mantiene en un corto silencio antes de tirarme hacia él. Chocamos nuestros pechos y
mis mejillas se tiñen ligeramente de rojo al tenerlo nuevamente tan cerca sintiendo su
respiración y sus manos tomarme suavemente de mi espalda baja.
Y es que no importa cuántas veces nos encontremos así... siempre lo volveré a sentir como
la primera vez.
— Lo sé. — Contesto.
— Es divertido lo que haces. Solo alimentas lo que te espera cuando te tenga solo en una
habitación.— Sonríe. — Pero yo no me refiero a eso muñeco.
Silencio.
JIMIN
Avanzo lentamente por los pasillos de la universidad con los libros en mano. Voy leyendo
lo que hay en algunas hojas frente a mí y asiento de vez en cuando evitando chocar con Ias
personas. Levanto Ia mirada cuando me toman de los hombros y suelto un bufido.
— Necesito hablar contigo ahora mismo. — Sigue tomando mi brazo. — Muy seriamente
Jimin.
Elliot esboza una gatuna sonrisa que me estremece un poco. Me toma del antebrazo y me
tira un poco a él hasta que nuestros pechos chocan. Trago pesado y trato de zafarme pero él
refuerza su agarre. Dejo de removerme y levanto la mirada para cruzarla con la de él.
Elliot abre el aula junto a nosotros después de asomarse y asegurarse que está vacía. Suelto
un pequeño chillido cuando me jala y me avienta dentro con fuerza colocando después el
pestillo. Me aferro a mis libros y suelto un grito cuando me avienta contra Ia pared y viola
por completo mi espacio personal.
Pestañeo repetidas veces y voy levantando Ia mirada hasta cruzarla con la de él. Me
estremezco en sus brazos y me hago más pequeño en mi lugar cuando roza mi mejilla.
— ¿Qué? — Repito.
— Y luego Taehyung. ¡Realmente qué torpe por no darme cuenta! Creí que eran extrañas
coincidencias cuando realmente... — Ríe. — ¡Realmente eras tú! ¡Siempre lo fuiste!
— Y esa vez que te vi subir con aquel chico de cabello negro. — Niega con la cabeza. — Yo
decía que su rostro me sonaba de algún lado. Vaya...
— ¿Es que aún no lo comprendes? — Se burla soltando una pequeña carcajada, sus
mechones rubios ondulados cayéndole en el rostro. —Ah mi amor, eres algo lento.
Me pego más a la pared cuando levanta mi barbilla con sus dedos y me dedica una
escalofriante sonrisa. Soba mis Labios.
— Todo este tiempo me estuve tirando al pequeño y adorable niño que mi padre tanto
buscaba. —Sonríe. — Tanto tiempo tan cerca del chico que todos buscan, nuestra granada y
anzuelo para terminar de una vez por todas con el oeste.
Mi alma se va al suelo. Abro Ia boca y comienzo a temblar con fuerza negando con Ia cabeza.
— ¿Te he hablado de mi padre? — Sigue preguntando. — ¿0 de mi tío? Creo que sí. Pero ya
los conoces, ¿no es así Jimin?
— Tuve Ia misma reacción pero ahora está más que claro. — Pellizca mi nariz. —Eres el
pequeño Jimin, el juguetito de Min Yoongi, nuestro enemigo este, arma letal de Forcraft, el
hijo adoptado de Park Chaerin... los fugitivos del bando contrario. Eres tú pequeñín,
siempre estuviste frente a nuestras narices. ¿Quién lo diría?
Mi mandíbula se va a los pies. Trato de salir corriendo pero me toma del brazo con fuerza.
Me remuevo y trato de patearlo pero logra inmovilizarme y hacerme una Llave que me
Lleva al suelo en un fuerte golpe. Todo mi aire se va y suelto un quejido cuando siento su
peso sobre mí.
— Corren muchos rumores tuyos mi amor. — Susurra en mi oído. — ¿Te importa si los
confirmo?
Me remuevo con fuerza cuando lo siento levantar la bata y camisa y rozar mi piel. Ahogo
más gritos pero tapa mi boca y comienza a reír.
— Así que lo es. — Dice riendo. — Parece que no tuviste accidentes de pequeño para hacerte
estas cicatrices.
— Parece que et accidente se llama Min Yoongi. ¿No? — Toma mi cabello y tira hacia atrás.
— ¿Así que era por eso?
— ¿Es por eso que nunca te conformabas con nada? — Sigue preguntando. — ¿Porque no
te maltrataba como él lo hizo? ¿Pequeño y sucio masoquista?
Suelto un aullido cuando siento algo filoso rozar mis hombros. Elliot cubre mi boca y yo me
remuevo con más fuerza debajo de él pero es demasiado fuerte. Sé que ha practicado artes
marciales y ahora no lo dudo. ¡Pero mierda!
Suelto otro grito cuando lo siento besar la zona mandando miles de vibraciones por mi
cuerpo. Lloriqueo pero dejo de forcejear al instante cuando me azota con fuerza y me da La
vuelta con brusquedad. Se sienta sobre mí con una sonrisa y toma mi cuello haciendo
presión.
— Papá estará feliz cuando le diga lo que descubrí. — Se burla. — Pero hay un problema y
es que me gustas demasiado, Jimin. No te mentía. Eres un chico maravilloso y lo que menos
quiero hacer es hacerte daño, ¿entiendes eso?
— Mi padre te está buscando y yo estoy en un dilema. Sabía que meterme a investigar sería
malo. — Se levanta y me levanta a mí también sacándome un pequeño chillido. — Así que
escúchame bien, ¿de acuerdo?
— Mañana te espero en el restaurante de pastas acá a Ia vuelta, dos calles más. — Dice. —
Y hazme confianza Jimin, no seguirás vivo por mucho tiempo así que estoy yo para
prolongar aquello y negociar. No quiero que te hagan daño, quiero que te quede claro eso.
— No te creo. — Susurro.
— Lo sé. Pelearé por tu confianza así que por favor solo te pido eso. — Me toma las manos.
— Ve mañana. Hablaremos tranquilamente y te explicaré Ia situación, llevaré evidencia si
eso quieres. Confía en mí.
— Ven acá Jimin. — Me abraza con fuerza. — Nunca más volveré a hacerte esto pero estoy
preocupado y... voy a perder Ia cabeza.
— Está bien allí, no pasa nada. — Niego con Ia cabeza. — Solo..., por favor...
Me quedo plasmado sin saber qué contestar o cómo reaccionar. Fue un tornado que me
tomó de sorpresa, algo que me ha dejado helado y aún no sé cómo reaccionar. El... él es hijo
de uno de los hombros que me asesinó. Hijo de uno de los amigos de mi madre.
Pero... ¿qué demonios? Si Sullivan era amigo de mi madre junto con Kyle porqué... ¿la
mataron?
Nuevamente aquella pregunta comienza a darme vueltas en Ia cabeza y todo el shock
simplemente incrementa el pánico que se va instalando en mi cuerpo. La sensación de que
algo anda mal. ¡Algo anda mal!
¡Como si no tuviera ya suficiente con Yoongi en mi vida! ¡Odio esto! iLo odio!
— Esto no está pasando. — Me repito en voz baja. — Esto no está pasando, Esto no está
pasando.
Estás soñando, exactamente. Eso haces, estás soñando. Solo sueñas. Sé perfectamente que
no estoy soñando, que es real y que mi mente está a punto de colapsar. Pienso seriamente
en tirarme del octavo piso o...
No puedo llamarle a Yoongi, ¡sería terrible! Dudo que él sepa algo de esto y francamente
puede ser lo peor que podría pasar. No. No. Definitivamente queda descartado.
Taehyung no está.
Me levanto de golpe y saco mi teléfono marcando. Me freno justo unos segundos instantes
y pienso, ¿que él no quiere a Sullivan? Bueno, no entiendo qué pleito hay allí pero...
Marco y me recargo en el sofá escuchando los pitidos del otro lado. Comienzo a morderme
las uñas en Ia espera hasta que finalmente descuelga.
— Olvídate de Taehyung, tengo otro problema. — Suelto sin siquiera ponerme a pensar.
— ¿Te encontró? ¡Mierda mandaré a que alguien vaya a buscarte!— Dice casi gritando.
— Algo así.
— Explícate.
Hay un largo silencio del otro lado. Muerdo mis labios con fuerza. ¿Por qué no contesta?
¡No me está tranquilizando en nada!
— ¡Nos conocemos desde hace un maldito año! ¡No sabíamos hasta apenas hoy!
— Me dijo que era el hijo de Sullivan y que necesitaba hablar conmigo, que su padre quería
matarme seguramente pero él no lo permitiría y me citó mañana pero no sé qué hacer, te
juro que he tratado de encontrar algo pero simplem...
— ¡Respira!— Me calla bruscamente. — Respira...— Repite ahora con suavidad.
— ¿Dónde te ha citado?
— ¿Irás?
— Bien. — Él toma aire. — De acuerdo. Primero lo primero, si vas necesitas seguridad. ¿Tienes gas
pimienta? ¿Navajas?
— Necesitas mucha seguridad, es Elliot de quien estamos hablando, hijo de un importante mafioso y
asesino Jimin. Créeme cuando te digo que al menos él no estará solo. — Me advierte. —Necesitas a
alguien que sea tu guardaespaldas personal. ¡Literalmente!
— Le pediré a una amiga que me acompañe. ¿Eso te hace sentir mejor? — Pregunto. —
Vigilará todo de lejos mientras yo hablo con él. No sabrá que es amiga mía ni compañera,
podría ayudarme.
— Bien. Dile que grabe cualquier cosa y Jimin, te lo suplico. Ten cuidado.
— Bueno. — Relamo mis labios. — Supongo que te marcaré después para contarte qué
sucedió.
— Lo haré. Cuídate.
Muerdo mis labios con fuerza y observo el teléfono junto a mí. Me siento frente a él y lo
tomo jugueteando un poco. No es una idea maravillosa, mucho menos inteligente pero es
una situación de emergencia. Alguna mentira se me ocurrirá. Algo. Lo que sea.
Es momento de confiar en mi lado mentiroso y esperar a que de lo mejor que sí. Ahora más
que nunca.
Trago duro y cojo el teléfono comenzando a marcar mordiendo mis uñas. Espero un pitido,
dos pitidos y finalmente contestan.
— Yoongi. — Muerdo mis labios. — Ho— hola... uh... ¿crees que podríamos vernos? E— es
urgente.
YOONGI
Él se voltea y suelta un suspiro jugueteando con sus manos. Las hunde en sus bolsillos y da
un par de vueltas antes de irse a sentar a Ia cama. Alzo una ceja y me voy a sentar junto a
él.
— ¿Todo bien? — Vuelvo a pregunta. Luce cada vez más y más ansioso.
Abro mis ojos y estoy a punto de explotarle cuando me toma de Ias manos. Me tenso un
poco al sentir su calidez al apretarme y su mirada llena de súplica.
— Hubo una muerte hace unos días en Ia universidad. — Comienza, ladeo un poco mi
cabeza. — Su tío estuvo en Ia investigación pero ayer descubrió información que podría ser
de vital ayuda para aquel homicidio.
¿Qué mierda?
— Hay sospechas de que el asesino esté entre los estudiantes, se ha sentido vigilado. —
Sigue. — Quiere compartir Ia información conmigo por cualquier cosa.
Río: —Solo estoy jugando. — Le digo. — Podría ir pero necesito algo a cambio.
— ¿Estamos jugando con mi vida y pides aun así algo a cambio? — Pregunta molesto
levantándose de Ia cama pero vuelvo a tirarlo hacia ella.
Lo tiro a Ia cama soltándole un pequeño chillido. Sus mejillas se tiñen de rojo cuando
lentamente me voy colocando sobre él a horcajadas. Su respiración falla y coloca sus manos
en mi pecho para evitar que me incline. Sus ojos me observan fijamente y nuestras piernas
se rozan con suma suavidad. Me inclino un poco pero él empuja abriendo más sus ojos.
— Yoongi. — Su voz sale temblorosa haciéndome sonreír. — Por favor. Necesito llegar a
casa, estudiar, tengo exámenes importantes y... y...
Agarro sus muñecas y Las coloco bruscamente a sus costados para dominar su cuerpo
mientras voy metiendo mi lengua en su boca. Él jadea con fuerza volviéndome loco,
recordándome cuan ansioso estoy por tomarlo y romperlo en esta cama en este jodido
segundo.
Aflojo mi agarre y él aprovecha para rodearme por cuello y morder mis labios volviendo a
gemir. Gruño y lo tomo de Ia cadera sintiendo nuestras piernas enredarse. Rodamos en Ia
cama sintiendo sus uñas enterrarse en mi espalda y rasguñar. Gruño sobre su boca y
comienzo a mordisquear su labio inferior y colando mis manos por su cuerpo comenzando
a tocarlo con desespero.
Volvemos a rodar, él quedando sobre mí sin zafarse del beso. Me aferro a su espalda y voy
deslizando con lentitud tortuosa mis manos por su espalda baja hasta sentir su gran trasero
entrar en contacto con mis manos. Jadeo por Ia exquisita sensación y sin pedirle permiso
hundo mis manos en sus pantalones y ropa interior para sentir su caliente piel.
Él gime de nuevo y se separa de mis labios para enterrar su cara en mi cuello y gemir,
mordiendo el lóbulo de mi oreja y mandando cada gota que me queda de control a Ia
mierda. Lo estrujo con fuerza sacándole más gemidos. Mi erección comienza a empujar Ia
tela de mis pantalones y debido a la suave tela es bastante visible.
Y siento a Jimin colocarse entre mis piernas y comenzar a impulsarse de adelante hacia atrás
para frotarnos. Lanzo mi cabeza hacia atrás mordiendo con fuerza mis labios y me aferro a
sus caderas. Él suelta pequeños suspiros hasta que se transforman en deliciosos gemidos y
aumenta Ia intensidad aferrándose con fuerza y cerrando sus ojos.
— Amh,.. — Gime, lo observo tan precioso frente a mí. — T— tan bueno...
Asiente con ojos cerrados y labios mordidos comenzando a frotarse con más fuerza. Abre
sus ojos y conectamos miradas. Nos devoramos en silencio hasta que no me siento aguantar
más y prácticamente arranco su camisa devorándole Ia boca. Mis manos se mueven
desesperadas por su pecho desnudo hasta alcanzar sus pezones y apretarlos.
Enloquezco al sentirlos nuevamente en mi boca y escucharlo gemir más alto. Nos seguimos
frotando y veo su erección creciente, sus gemidos ahogándome en su placer, el sudor y
espasmos de su cuerpo volviéndome loco.
—¿Qué?
— ¡¿Qué mierda Jimin?! — Exclamo furioso, ¡tengo una maldita erección ahora carajo!
— ¡Las malditas fotocopias ¡Van a matarme! — Se coloca Ia camisa torpemente y con suma
rapidez al igual que toda Ia ropa.
Corro detrás de él antes de que cruce y lo tomo con fuerza de Ia cintura. Él se voltea y planta
sus labios en los míos tomándome completamente por sorpresa dando un casto beso.
— Volveré. — Susurra antes de volver a besarme pero esta vez en la mejilla rápidamente.
— ¡Adiós!
Y yo solo puedo quedarme con la boca abierta. Toco mi mejilla al instante sintiendo aquel
calor y cosquilleo que me ha provocado.
¿Pero qué...?
|69
JIMIN
La mañana siguiente me arreglo Lo más casual que puedo tratando de convencerme que es
un dia cualquiera. No hay anda que temer, todo saldrá bien, es una simple cita.
Suelto un suspiro y me arreglo el cabello una última vez antes de fruncir mi boca y acomodar
Ia camisa blanca que llevo. Me acomodo también los jeans y después de unos segundos
finalmente agarro mis llaves y mi celular para salir del departamento.
Voy avanzando por Ias calles hasta que me detengo junto a una pared y me coloco los lentes
de sol. Me mantengo así unos segundos hasta levantar Ia mirada y observar a Yoongi del
otro lado de Ia calle igualmente con lentes de sol y mordiendo su labio coquetamente.
Quizás no se está dando cuenta de ello pero luce terriblemente caliente. ¡Jimin concéntrate!
Él asiente un poco y esboza una ladina sonrisa. Le devuelvo el gesto y comienzo a avanzar
sabiendo que a partir de ahora él me va a seguir. Me siento más seguro hasta cierto punto y
no puedo evitar observarlo un poco a través de mi hombro antes de suspirar y seguir
caminando a donde me citó Elliot. Mis piernas tiemblan un poco y estoy ansioso, espero lo
peor. ¿Morir?
Bueno. Hoy el día está lindo así que es un buen día para morir. Sin buenos polvos, pero
muerto.
Agito mi cabeza un poco para mantenerme concentrado y cruzo Ias calles tan rápido como
puedo hasta que veo el restaurante cruzando más cuadras adelante. Me detengo y espero
en silencio a que Yoongi se coloque junto a mí. Él roza mi hombro provocando que levante
Ia vista hacia él pero Ia aparte un poco para que no se percate de ello.
— ¿Cuál es el plan? — Pregunta él ajustándose los lentes de sol y lamiendo sus labios.
— Correr. — Contesto antes de dar un paso pero él me detiene tomándome del brazo.
Volteo.
— ¡Ya! — Lo empujo un poco y comienzo a buscar a Elliot pero estoy muy lejos como para
verlo. Entrecierro mis ojos un poco, Yoongi roza sus labios en mi cuello mandándome un
pequeño escalofrío. — Creo que ya lo veo. Iré. Quédate por acá.
— Ya. — Lo empujo un poco pero él termina acorralándome contra la pared atrapando mis
labios ahogándome un pequeño jadeo de sorpresa.
Comienza a besarme lento tomando mis mejillas y profundizando cada vez más
introduciendo su lengua. Mi respiración se agita por completo y trato nuevamente de
empujarlo rio pero él se aferra con un gruñido de molestia ahora tomándome de la cintura.
Lo golpeo un poco y muerdo sus labios para que me suelte pero no tengo éxito. Él se separa
por fin y me observa fijo a los ojos. Los ruedo y lo empujo con fuerza para que me ceda el
paso.
— No olvides de quién eres muñeco. — Lo escucho decir a mis espaldas. — Evítame llegar
y armar un escándalo.
— Soy capaz de joderte allí mismo frente a todos si es necesario. —Sigue. — ¡O matarlos!
No te conviene!
Tomo una honda respiración para evitar contestarle algo y finalmente logro cruzar Ia calle.
Voy en línea recta esquivando a un par de personas hasta que llego al restaurante. Allí veo
a Elliot sentado en una mesa afuera observando su reloj de mano con cierta impaciencia.
Entro y me voy a sentar frente a él con sumo cuidado hasta que quedamos cara a cara. Elliot
sonríe un poco y yo me quito los lentes de sol esperando a que comience.
— Elliot Ia verdad es que no quiero estar mucho tiempo aquí así que... — Ladeo un poco mi
cabeza. — Agradecería que comenzaras, por favor.
— Claro. — el asiente. — Pero antes que nada, te lo digo Jimin, vengo solo.
Él suspira.
— Bien. Creo que ya sabes quién es mi padre, ¿cierto? Sí, claro que lo sabes. — Comienza
nervioso. — Derek Sullivan.
— ¿Por qué no fuiste tú? — Pregunto ladeando mi cabeza y golpeando mis dedos contra Ia
mesa.
— Tenía cosas qué hacer. — Alza sus hombros. — Aunque de haberte conocido antes...
— ¿Por qué? — Pregunta alzando una ceja. — ¿Qué te han hecho? ¿Realmente te benefició
Yoongi? ¿Él en tu vida?
— No. No lo hago. — Me contesta frívolo. — Solo puedo ver que sea lo que sea que hayan
tenido ustedes dos, no fue bueno.
— No pienso hacerlo. — Me contesta serio, — Sin embargo será también cuestión de tiempo
hasta que no pueda cubrirte más. ¿Lo sabes? Trataré de ocultar tus huellas tanto como pueda
pero a cierto punto te encontrará y te tendrá.
— Eres un rehén, por decirlo de cierta forma. — Él ladea un poco su cabeza de un costado a
otro. — Mira Jimin, hay demasiadas cosas aquí en juego. Si creías que esto era peligroso
antes, lo veías de Lejos.
— ¿Y ahora? — Pregunto.
Suelto un suspiro de rendición y muerdo un poco mis labios. No siento que avancemos
mucho pero aún tengo un par de preguntas que hacerle aprovechando el momento...
— Bien. — Agradezco de cierta forma eso. — Bueno. ¿Hemos acabado esta conversación?
— ¿Qué pasa? — Pregunto recargándome por completo en Ia silla y cruzando mis brazos.
— No quiero que porque mi padre sea un loco que va tras de ti signifique que tú y yo
dejemos de ser amigos. — Sonríe un poco. — Me agradas Jimin pese al corto tiempo de
conocernos. Hemos hecho muchas cosas juntos, pasado agradables momentos.
— Eh... y— yo... — Me zafo un poco de él hasta retirar mi mano. — No creo que sea una
buena idea Elliot, Ia verdad yo d— debo irme...
— No tengas pena Jimin. Todos somos raros en este mundo. Eso lo vuelve más interesante.
— Me guiña el ojo y me sigue sonriendo. — ¿Probamos?
— No creo que sea una buena idea. — Me levanto de La mesa bruscamente. — Elliot, debo
irme.
¡¿Justo ahora?!
Finjo demencia y avanzo un poco cuando me toman nuevamente. Volteo hacia Elliot que
me tiene tomado del brazo hasta que siento a alguien más tomarme del otro brazo con
muchísima más fuerza y jalonearme sin piedad.
Trago duro y después de ver a Elliot que tiene una ceja alzada volteo hacia el otro lado.
Vaya. Luce realmente molesto...
Yoongi se congela por completo y lentamente va volteando hacia él. Todo en mí se paraliza
al verlo tan sombrío y... y... ¿cómo lo hace?
Observo a Elliot con los labios mordidos suplicando con la mirada que no meta Ia pata.
— Algo así. — Yoongi me mantiene todavía Ia mirada antes de levantarla nuevamente hacia
él. — ¿Y tú quién eres?
Siento una bofetada interna y me cuesta reaccionar. Abro La boca tanto como puedo
sintiendo todo en mi revolverse pero Yoongi me pega aún más a él y Elliot prácticamente
está que se le salen los ojos. Yo estoy en shock totaI, creo que peor que él. Un nudo está en
mi garganta y todos mis jugos gástricos se revuelven.
— ¿Novio? — Pregunta Elliot viéndome con una ceja alzada. — ¿Tú y él? ¿Novios?
— Andando. — Yoongi vuelve a tirar de mí. Volteo detrás de mí viendo a Elliot pero no
puedo decirle nada más. Le digo a través de la mirada que estoy igual de confundido y me
dejo guiar por Yoongi que me sigue tirando con excesiva fuerza. Él se mantiene inmóvil
hasta que desaparece de mi campo de visión. Tropiezo y reclamo que vaya más lento pero
Yoongi hace caso omiso y sigue tirando hasta que llegamos al auto.
No puedo siquiera abrir Ia puerta cuando él me toma con fuerza para que quedemos cara a
cara. Sus ojos desbordan en ira y yo siquiera sé cómo sentirme. Estoy entre enojado,
sorprendido y al mismo tiempo... uh... ¿emocionado?
— ¿Qué carajos fue eso? — Pregunto antes de que él diga algo. Sueno molesto.
— ¿Novios? ¿Tú y yo? — Pregunto quizás con voz más aguda de Ia que me hubiese gustado.
— El Yoongi que conocí créeme lo hubiera hecho. — Contesto todavía sintiendo mi cuerpo
helarse.
— Este Min Yoongi prefiere esperar un poco para que su venganza sea impecable y perfecta.
— Me dedica una gatuna sonrisa. — Y hablando de venganzas, ya me cansé que estés
jugando al niño coqueto estando yo cerca.
— Es hora de tu castigo muñeco. — Me sonríe antes de reír como un loco. — 0 debería decir...
¿novio?
Abro mi boca tanto que mi mandíbula duele. Mis mejillas se tornan violentamente rojas y el
cosquilleo sube por todo mi cuerpo, mi corazón se escandaliza y mi respiración falla.
— Oh, vamos mi amor. Será solo hoy día. — Sigue con burla tomando mi barbilla. —
Veamos cómo funcionaríamos tú y yo de pareja.
— P— pero... t— tú, n— no... ¡e— espera! — Me tropiezo con mis propias palabras. — ¡N—
no me digas mi amor!
— Ups. — Sonríe antes de tomarme con fuerza para abrazarme por detrás tomando mi
cuello.
Observo Ia calle vacía y aun así trato de gritar pero tapa mi boca con fuerza y siento que
coloca un paño húmedo en mi nariz. Me revuelco en sus brazos tratando de no inhalar pero
es cuestión de segundos cuando mi vista se torna más y más borrosa y los sonidos lejanos.
Peleo tanto como puedo pero mi cuerpo se va sintiendo más y más pesado hasta que no me
responde más.
.
Voy abriendo mis ojos con suma lentitud hasta que finalmente logro captar Ia poca luz que
hay. Suelto un débil gruñido y lentamente me voy reincorporando hasta quedar de rodillas.
Mi cuerpo se tambalea un poco y es cuestión de segundos hasta que recupero mi sentido de
orientación y logro mantenerme en pie.
— Báñate. — Me ordena frívolo, me percato que ha cambiado: solo lleva unos pantalones
negros sencillos y una camisa blanca ligeramente holgada y de tela fina. Está descalzo
también.
— Báñate perfectamente bien, te quiero limpio. — Sigue sin mostrar más que oscuridad con
Ia mirada. — Cuando termines sal con esa bata. — La apunta con Ia barbilla. — Te esperaré
afuera. Usa mis cosas, no las del hotel.
Cierra Ia puerta detrás de él con un fuerte golpe. Parpadeo repetidas veces y bajo la mirada
a mi ropa un poco sucia y me volteo para darle Ia espalda a la puerta. Me voy despojando
de mi ropa hasta quedar desnudo y abro Ia llave de agua caliente esperando a que ésta salga.
Introduzco mi mano dentro y una vez que la siento perfecta, me meto. Dejo que me caiga
por todo el cuerpo y mientras tanto agarro los productos de Yoongi tal y como me lo pidió.
Destapo el shampoo y doy una inhalación profunda... una estúpida sonrisa en mis labios.
Huele a él. Suspiro cual idiota y comienzo a frotarme todo el cuero cabelludo con su
shampoo y jabones. Me embriago de su olor como una droga sintiéndolo atravesar mis fosas
nasales y quedar tatuado muy profundo en mi subconsciente. Un aroma tan peculiar en él,
delicioso, fresco, suave, dulce. Miel.., frambuesa. Huele simplemente delicioso.
Un curioso contraste entre aquella dulzura a como en realidad es. Duro, frío, algo ácido. Es...
Yoongi. Definitivamente. Muy Yoongi. Una vez que todo es espuma blanca comienzo a
enjuagarme. Cierro el agua y deposito todas Ias cosas en su lugar cuidadosamente antes de
salir. El aroma sigue desprendiéndose y todo el baño está lleno de humo y el espejo
empañado. Tengo que pasar mis manos por él para yerme, luzco bien. Es decir, podría lucir
terriblemente mal como hace unos días. Pero no. Finalmente veo a Park Jimin en ese espejo
y no un cadáver andante completamente demacrado.
Un pequeño escalofrío me sacude y lentamente agarro Ia bata que está allí cuidadosamente
colgada. Me Ia pongo dejando que cubra mi cuerpo desnudo, tomando ambos lados sueltos
formando tiras para hacer un nudo.
Me observo una última vez en el espejo. Lo único que está a Ia vista son mis piernas hasta
Ia mitad de mis muslos y parte de mi pecho y clavículas. Me admiro unos segundos posando
para el espejo hasta que una sonrisa asoma por mis labios al imaginarme desnudo con líneas
rojas adornando toda la blancura deliciosamente.
Mi cuerpo reacciona mandando una ola de calor y electricidad pura por toda mi espalda.
Muerdo un poco mis labios y finalmente me dirijo a la puerta, rozando delicadamente mis
dedos en Ia perilla que voy girando con lentitud.
JIMIN
Abro la puerta. Todo está oscuro. Inhalo profundo y voy saliendo del baño con lentitud
cerrando Ia puerta detrás de mí quedando en la oscuridad total. Me mantengo quieto unos
segundos hasta escuchar unos extraños ruidos que me ponen alerta y erizan toda mi piel.
Una lámpara se enciende finalmente iluminando el lugar y permitiéndome ver mejor donde
me encuentro. Mi mirada recorre una gran habitación de hotel diferente a la que visité hace
unas noches, esta es más grande y casi puedo jurar que estamos en un lugar muy alto debido
al extraño silencio. Apenas logro escuchar algo proveniente del exterior.
Colores beige, rojos. Una gran cama donde hay maleta apoyada, una pared enfrente que me
hiela por completo al ver un extraño mecanismo colocado con muchas cosas filosas y
cadenas colgando con unas esposas. Me estremezco y lentamente sigo recorriendo hasta
detrás de mí donde pego un enorme brinco sintiendo mi pulso ir a mil.
Él está sentado en un sofá bien recargado y con Ias piernas un poco abiertas observándome
con una enorme frialdad, sin embargo sus ojos están oscuros y aquello me pone un poco en
alerta. No expresa absolutamente nada con Ia mirada pero sus ojos... dios.., sus ojos...
Puedo sentir como me está desnudando y azotando con fuerza. A través de sus ojos él ya
me está tomando sin piedad. A través de sus ojos yo ya estoy hincado a su merced. Es una
sensación exquisita, de un deseo que me pone de los nervios y al mismo tiempo me pone
mucho.
Nadie me desea tanto como él. Yo no deseo a nadie más que él.
Lo vemos a través de nuestros ojos. Es electricidad pura recorriendo nuestros cuerpos. Mis
ojos van bajando hasta sus manos y una punzada de excitación me recorre al ver que, con
sus largos dedos, va sobando muy suavemente un látigo que reposa en sus piernas
cuidadosamente. Elegante, misterioso, tan maldita mente caliente.
Esbozo una pequeña sonrisa y finalmente me volteo completamente hacia él con el pulso
descontrolado dentro de mi cuerpo. Lo siento, mi cuerpo reacciona sin que siquiera me haya
tocado. Ya puedo sentir sus caricias con su penetrante mirada. Me vuelve loco, este hombre
es un... un verdadero peligro para mí.
Voy dirigiendo mis manos hacia el nudo de la bata para retirarla pero él levanta Ia mano
mostrándome su palma. Un sencillo acto que me pide detenerme. Lo hago.
— No. — Es lo única que pronuncia sin quitarme la mirada de encima. — Todavía no. Todos
mis vellos vuelven a erizarse. Me mantengo quieto esperando más indicaciones, trato de
mantenerme lo más tranquilo posible pese a que mi mente y cuerpo piden a gritos lanzarme
sobre él.
Él sonríe.
¿Qué?
No entiendo exactamente hacia donde lleva todo esto pero me emociona. Estoy ansioso por
ver todo lo que tiene preparado para mí. El finalmente se levanta lentamente y deja de
acariciar aquel látigo que no deja de captar mi atención. Lo coloca en su hombro para dejar
ambas manos libres y acercarse a mí hasta tomarme de Ia cintura e irme haciendo poco a
poco hacia atrás, sus ojos muy clavados sobre mí.
Nos detenemos un par de pasos después. Él se sienta en el borde de Ia cama que está justo
detrás de él. Firme. Intimidante.
Dirijo mis manos con prisa hacia el nudo pero él vuelve a detenerme. Mis dedos quedan
sobre el nudo sin moverse ni un poco. Espero a que me conteste por qué me ha frenado.
Aprieto mis labios y con una Lentitud tortuosa voy zafando el nudo, tirando de una cuerda
zafándolo por completo. La abertura de mi pecho se va mostrando poco a poco más abajo.
Me mantengo quieto y lentamente voy deslizando la bata con Ia ayuda de mis hombros,
sintiéndola resbalar con lentitud sobre mi cuerpo aasta que cae al suelo.
Mi respiración falia y casi me siento caer debido al temblor en mis rodillas. La mirada de
Yoongi cambia por completo y finalmente sus ojos brillan con un deseo desbordado que
sacude todo mi cuerpo. Lame sus labios y se vuelve a levantar con La respiración pesada,
yo tiemblo un poco y mis labios se abren ansiosos por probar los suyos. Nuestra distancia
se acorta y finalmente nuestros pechos rozan.
Yo mantengo mis ojos en sus labios hasta levantar La mirada para observar Los suyos. ÉL
reposa sus manos tibias en mi cadera, comenzando a deslizarlas para sentir mi piel desnuda.
Cierro mis ojos al sentir todo en mí revolcarse, aquel recuerdo táctil que enloquece mi
cuerpo. Nuestras antiguas reuniones íntimas vuelven a mi cabeza y eso es más que
suficiente para que toda Ia sangre comience a circular con mayor rapidez por todo mi
cuerpo.
Toma mis manos y me va haciendo hacia atrás lentamente hasta que me siento tropezar con
algo. Hago una pequeña mueca y volteo detrás de mí observando aquel mecanismo de
tortura que provoca que un terror se instale por todo mi cuerpo.
Yoongi me toma de Ia barbilla con fuerza para que voltee nuevamente hacia él. Sonríe: —
¿Listo para tu castigo muñeco? — Pregunta rozando mis labios con los suyos y su índice
colándose por mi garganta hasta mis clavículas. Asiento completamente absorbido por él.
Es una droga, todo mi cuerpo se duerme con él estando cerca. El vuelve a sonreír y
finalmente se aleja.
— Súbete. — Apunta con su barbilla. — Tuve que hacer algunas modificaciones para que
no mueras... aunque...
— Súbete. — Vuelve a ordenar solo que esta vez sin Ia sonrisa y con un tono gélido.
Realmente esto no me da buena espina. Hay un pequeño círculo de madera que es donde
debo colocarme. Subo a él. Hay espacio justo, debo procurar no moverme mucho o
terminaré cayendo. No creo que pase mucho, son solo siete centímetros, quizás más.
Me subo quedando un poco más alto que Yoongi pero pese a eso él sigue Luciendo
muchísimo más alto. Tan intimidante... Dios.
Dudo un poco pero me da una mirada de advertencia. Levanto mis brazos tal y como me lo
ordenó y observo unas cadenas colgando con unos aros de cuero suficientemente gruesos
para cubrir mis muñecas. Él estira también sus brazos para jalarlas y ajustarlas. Toma mis
muñecas y Ias coloca allí dejándolas suspendidas en el aire. Me remuevo provocando solo
que Ias cadenas hagan un sonido de metal. Cool. Ahora no podré bajar mis brazos si quiero.
— N— no pero...
— Entonces cállate.
¿Cuál es su problema?
Sigue ajustando mis muñecas dejando el agarre ligeramente flojo. Observo Ias barras de
madera gruesa a mis costados y Ias puntas filosas apuntando hacia mí. Trago duro y observo
nuevamente a Yoongi pero él sigue colocando y ajustando el mecanismo que no comprendo.
— ¿Sabes lo difícil que fue colocar todo? — Pregunta. — Llevo días. Tuve que traer todo por
separado.
— Lo tenías bien planeado, ¿no? — Pregunto. Muerdo mi lengua después al recordar que
no debería hablar.
— Sabía que no podrías mantenerte callado mucho tiempo. — Dice sonriendo. — Parece
que deberé ponerte un bozal muñeco.
Niego con Ia cabeza. El también niega sin borrar su sonrisa: — No lo haré porque quiero
escuchar tus gritos de dolor y placer. — Toma el látigo en sus hombros. — Así que te
explicaré como está el juego.
Toma nuevamente los aros de cuero que toman mis muñecas y Ias ajusta. Suelto un grito al
sentir pequeñas y puntiagudas puntas enterrarse en mi piel. Aprieto mis puños y siento un
poco de sangre brotar.
Comienzo a temblar.
— Si te caes de este espacio que llamaremos centro. — Señala la plataforma en Ia que estoy
parado. — Tendrás una caída de ocho centímetros. Esos picos en tus muñecas te desgarrarán
entonces y muy probablemente destruyan tus venas. Te desangras y mueres. Así que trata
de mantenerte en tu pequeño espacio. Tu vida depende de él.
Mi corazón va cada vez más y más rápido.
— Y si tus muñecas no fueran suficiente, están estas a tus costados. — Señala Ias filosas
puntas a mis costados. — Ya sea que caigas a Ia izquierda o a Ia derecha, no solo abrirás tus
muñecas y venas, pero también desgarrarás tus costados brutalmente provocando una
hemorragia. Seguirás desangrándote y morirás.
Las lágrimas comienzan a resbalar de mis ojos. Quiero gritar pero et terror es tanto que no
me atrevo a siquiera abrir Ia boca. Tiemblo en descontrol, todo mi cuerpo da pequeños
espasmos. No creo lo que estoy escuchando, siento que me desmayaré allí mismo.
— Será divertido verte mantenerte quieto en esta plataforma ya que te estaré azotando con
esto. — Señala el látigo. — Abriendo tu piel tanto como quiera y drenándote con todos Los
cuchillos, navajas y tantas cosas que traigo para ti. Todo el aliento se me va y Ias lágrimas
siguen escurriendo.
— Serás torturado. — Una sonrisa escapa de sus labios. — Y no te gustará nada porque
también voy a darte descargas eléctricas, jugar con tu respiración y hacerte un sin fin de
cosas de Ias cuales, si tienes aguante, saldrás vivo.
— Yoongi t— te lo sup— suplico... — Todo mi cuerpo tiembla al igual que mi voz. — ¡Y—
Yoongi no hagas e— esto!
— Ese fue Ia parte del dolor. — Su sonrisa se vuelve más enferma. — Ahora vayamos a Ia
de placer.
¿Eh?
Trago duro y vuelvo a apretar mis puños. El ríe poniéndome Ia piel de gallina y se dirige
hacia La maleta que abre. Todo mi cuerpo da un vuelco y Ia respiración se corta.
— Comencemos. — Sonríe mordiendo sus labios. Ajusta mis muñecas por completo. Grito
con fuerza al sentir todos los picos enterrarse en mi piel y los hilos de sangre comenzar a
deslizarse a gran velocidad. Mis ojos se empapan de lágrimas.
— Comenzamos con las siete preguntas. — Azota el látigo contra el suelo. — ¿Te parece?
Me azota Ias piernas sacándome un chillido agudo que acallo mordiendo mis labios con
fuerza. No me atrevo a mover los pies pese al ardor que se hace presente junto con eL
cosquilleo. Mi cuerpo reacciona a aquel estímulo positivamente. Suelto un gemido.
— Bien. — Sonríe.
El látigo se estrella con fuerza en mi espalda una vez. Me arqueo y lo siento estrellarlo una
segunda vez en mi trasero sacándome más gemidos. Trato de tomar aire pero me es
imposible porque vuelve a azotar una tercera vez haciéndome gritar y cerrar los ojos
absorbido por el dolor el placer que eso provoca.
— No. — Contesto.
— Porque tú eres el único que puede satisfacerme, nadie me hace sentir como tú lo haces.
Él vuelve a reír y sigue sobando el látigo rozándolo con suavidad por mi piel.
— No lo sé... — Mi voz se apaga. — E— es... yo... no sé cómo explicarlo. Creo... no lo sé, es...
adictivo. Yo siento que no puedo estar sin ti sin volverme loco y...
El silencio reina.
Una punzada sacuda mi corazón y pecho y al instante bajo Ia mirada. Mi cuerpo tiembla un
poco asustado por extrañas razones. ¿Lo amo?
— No lo sé, es muy confuso. — Prácticamente estoy suplicando que se detenga con este
cuestionario.
Vuelve a azotarme. No me muevo, complemente hago una mueca y tomo una profunda
respiración. Lo observo sonreír con el rabillo del ojo pero inmediatamente oculta su sonrisa
y se vuelve a colocar frívolo frente a mí.
— Tuyo. — Contesto.
— Demuéstramelo.
Abro Ia boca y lo observo confundido.
Pude perfectamente gritar de emoción pero comienza a hacer cortes en mi pecho que me
hacen gemir y sacudirme enterrando más los picos que rasgan mi piel. Grito por ello y mis
piernas tiemblan sintiendo el cuchillo ir abriendo. Mi erección se endurece y lanzo mi cabeza
hacia atrás soltando más gemidos.
Pega sus labios con furia contra los míos. Se sube a la plataforma y me toma de (as caderas
para que no caiga soltándome un ahogado gemido. Todo mi cuerpo tiembla en descontrol
total, duele, se contrae y revuelca al sentirlo nuevamente cerca.
Muerdo sus labios sacándome un gruñido y él vuelve a abrir mi piel esta vez en el antebrazo.
Hace una cortadura de Ia que brota sangre casi al instante y comienza a escurrir. Lo observo
esperar un poco antes de succionarla dejando las gotas en su lengua y saboreando con un
gemido de excitación. Se acerca a La abertura de mi pecho y vuelve a succionar soltando
otro gemido y levantándose con una sonrisa permitiéndome ver sus labios rojizos y sus
dientes manchados por aquella sustancia.
Gimo en modo respuesta y me pego a él. Vuelve a atrapar mis Labios y enreda su Lengua
con Ia mía para permitirme saborear mi sangre en sus labios. Gimo ante el exquisito sabor
y siento el beso ir subiendo de intensidad cada vez más. Los hilos rojos en mis muñecas
siguen saliendo pero aquel ardor solo me enloquece más y más.
— Jódeme... — Le susurro entre el necesito beso. — J— jódeme, no aguanto.
Avienta el cuchillo a Ia cama y con una necesidad delirante comienza a zafame de aquellas
cadenas en desesperación total. Gimo de nuevo cuando siento mis brazos Liberarse e
inmediatamente me aviento sobre él rodeándolo con mis brazos desnudos.
Nuestros labios entran en contacto profundo y apasionado mientras nos dirigimos entre
tropezones a Ia cama. Voy retirando su camisa en el proceso y la aviento a algún lado antes
de que él me vuelva a jalar de Ia nuca para volverme a besar.
Caemos a La cama entre respiraciones agitadas y giramos sobre ella tirando todo. Me
embriago de sus labios, ¡mierda, sí! ¡Más, más! ¡Lo necesito!
Muerde mis Labios. ¡Oh dios! Sus dientes se escurren sobre mi belfo antes de quedar sobre
mí e ir a mis pezones. Coge el cuchillo y hace una abertura en Ias palmas de sus manos
dejando que las gotas escurran. Le arrebato el cuchillo y paso mi lengua por el filo para
lamer su sangre gimiendo alto.
Lanzo mis caderas hacia arriba chocando nuestras entrepiernas que se rozan. Ambos
gemimos y él desliza toda La sangre por mi cuerpo atacando mis pezones y succionándolos.
Me siento desmayar, tiro de su cabello y arqueo mi espalda atrapándolo entre mis piernas.
— Ah... — EI jadeo escapa de mis labios cuando mi erección roza contra mi vientre. — Y—
Yoongi... ¡Mgh!
— Eso es, gime para mí muñeco. — Susurra enloquecido. — Gime cuánto te encanta que te
maltrate.
— Ven acá malcriado. — Se sienta y me arrastra para que quede acostado boca abajo sobre
su regazo. Lo observo a través de mis hombros con una sonrisa.
— ¡Ah! — Vuelvo a gritar cuando siento Ia palma de su mano azotarme con una fuerte
nalgada.
Chillo de nuevo cuando vuelve a hacerlo con fuerza y el cuchillo me rasga Ia piel. Me
arqueo. Tira de mi cabello con rudeza y clava sus dientes en mi cuello lanzándome
nuevamente hacia atrás. Arranco sus pantalones y siento la sangre nuevamente en mí
lengua. Una perturbadora idea azota mi mente.
Quedo sobre él observando su dura erección esperando por mí. Me relamo suciamente y me
coloco en cuatro viéndolo fijamente, inclinándome hacia adelante y abriendo mi boca justo
encima de su rojizo y apetitoso glande.
Muerdo mi lengua y escupo para verter Ia sangre directamente sobre él. Saco mi lengua y
dejo que unas gotas escurran bañando su duro pene en sangre sacándole un jadeo. Muerde
sus labios con fuerza y yo finalmente me inclino para succionar. Haciéndole una mamada
con Ia sangre saliendo de mi boca.
Engullo toda su erección y succiono de arriba a abajo bajando hasta sus testículos. Él me jala
y me sienta sobre él interrumpiendo mi actividad y me palmea.
Vuelvo a su erección que succiono con más fuerza, tomando un respiro dejándolo
empapado de saliva sangrienta. Vuelvo a succionar para retirarlo y trago reincorporándome
y tirando de mi cabello, cerrando mis ojos y sintiendo mis piernas temblar debido al beso
negro que me está dando.
Me besa repetidas veces y lame gustoso apretado mi cadera. Comienzo a menearme sobre
su boca apretando más fuerte mis ojos y dirigiendo mi mano a mi erección para
masturbarme al mismo tiempo. Él me detiene tomando mis manos y me empuja para que
vuelva a quedar en cuatro.
Me aferro más fuerte a Ias sábanas y lo observo fijamente sintiéndolo enterrarse profundo
en mí. Se inclina y deslizar en mi pecho hasta que vuelve a atrapar mis labios. Enredo mis
dedos en su cuerpo cabelludo y lo dejo azotarme con fuerza, sintiéndome lleno, mi entrada
hambrienta devorándolo gustoso, con todo el deseo que llevo acumulado.
Me embiste duro, firme. Sale un poco antes de enterrarse en un seco movimiento que me
hace gritar más fuerte. Arqueo mi espalda despegándola de Ias colchas y él aprovecha para
hundir sus manos para apretar mi espalda y mantenerme en alto atacando mis labios y
lamiendo Ia sangre brotando.
Sus dedos amoldan mi piel y Ia aprietan jugando con intensidad. Me aferra a él con
posesividad y se separa para yerme clavándome sus ojos, Lo tomo de Ias mejillas y le
mantengo Ia vista igualmente perdido en su mirada que me enloquece. Sobo sus labios con
mis dedos y él sonríe antes de darme una fuerte embestida que me hace morder mis Labios.
Agarra el cuchillo y hace una fina cortadura antes de sonreírme. Le devuelvo el gesto y él
comienza a besar mi cuello dejando todas Ias mordidas mientras tanto. Siento lo pegajoso y
exquisito Llenarme y aquello solo me hace gemir más.
Ambos suspiramos antes de reír y volver a unir nuestros labios. Él soba mis piernas y
lentamente va saliendo de mí hasta que cae al costado soltando un largo suspiro.
— La tienes grande.
— ¿Qué?
— Mierda Jimin.
— Eres un idiota.
— ¡Oye!
JIMIN
Un pequeño bostezo escapa de mis labios comenzando a despertarme poco a poco. Aprieto
mis ojos fuerte y me remuevo un poco deteniéndome al segundo al sentir un fuerte agarre
sobre mí, Alzo una ceja y abro mis ojos observa la ventana frente a mí y Ia pared así que
decido observar a través de mi hombro sintiendo mi corazón Latir un poco más rápido de
lo normal.
Y sí. He acertado.
De todas Ias posiciones que me imaginé con Yoongi, estar en cucharita sin duda me ha
volado Ia cabeza y Ia respiración. Se encuentra abrazándome por detrás, sus manos cálidas
muy aferradas a mi cintura pegándome a él por completo y yo muy gustosamente me estoy
dejando abrazar de esta forma tan... peculiar.
Es inevitable que el rubor suba a mis mejillas. Trago pesado y me vuelvo a acostar tratando
de asimilar lo que ha sucedido. Paso mi lengua por mis dientes superiores soltando un
chillido ante el dolor que eso me provoca debido a Ia abertura.
Me remuevo un poco para darme Ia vuelta y quedar cara a cara con él. Me mantengo en
silencio observando su lindo rostro en paz total mandándome un extraño sentimiento de
confort.
Delineo su rostro con mis manos hasta acercarme y depositar un suave beso en sus labios.
Aspiro su olor y deposito otro más profundo antes de separarme y Lentamente alejar sus
manos de mi cuerpo para levantarme de Ia cama. Estiro mi cuerpo que está adolorido, sobre
todo mis brazos.
Los muevo un poco en círculos y trueno mi cuello antes de pasearme por el espacio y entrar
al baño para lavarme la cara.
Me empapo y me seco perfectamente bien observándome una última vez. Frunzo mis labios
y peino mi cabello un par de veces antes de volver a salir. No tengo idea de Ia hora y
comienzo a Ias ocho. Van a matarme, definitivamente. Salgo con prisa.
Sin embargo me detengo y mi cabeza se ladea por completo a Ia izquierda casi hasta que mi
oreja roza mi hombro. Mi ceja izquierda también se alza y mis brazos se mantienen
cruzados.
— ¿Y qué crees que estás haciendo? — Pregunto entre confundido y divertido con una
sonrisa.
Me coloco junto a él y me asomo por Ia ventana observando Las calles diminutas al igual
que los coches, estamos muy alto y eso provoca que mi estómago se remueva. Odio Ias
alturas.
Lo ignoro por completo y comienzo a recoger toda mi ropa con prisa pese a sus Llamados
con mi nombre. Mis manos tiemblan cuando me pongo Ia ropa interior y maldigo en voz
baja. Rebusco todas mis cosas y vuelo en desesperación total hasta que Yoongi me toma
firme de los hombros para detenerme.
— Dame dos minutos, voy a llevarte. — Me suelta y avanza rápidamente hacia la ropa.
Mierda. De nuevo.
Aprieto mis labios y asiento. El niega con Ia cabeza rodando los ojos y toma mi brazo para
jalarme fuera de Ia habitación después de tomar Ias llaves del auto. Bajamos corriendo y
prácticamente cruzamos corriendo Ia calle. Nos abalanzamos dentro del coche y Yoongi
enciende rápidamente el motor.
Bien. Son Ias once con ocho minutos. Tengo tiempo. Hay tiempo. Sí, ¡Excelente!
Cierro Los ojos y trato de concentrarme. Paso saliva y tomo aire profundamente.
— Los nervios siguen tractos y se cruzan por encima de Las articulaciones, se denomina
— Nada. — El niega con la cabeza sin borrar Ia sonrisa y vuelve Ia vista al frente.
Sonrío un poco y vuelvo Ia vista al frente jugueteando con mis manos. Yoongi arranca unos
segundos después y el silencio permanece. El voltea a verme nuevamente un breve segundo.
— Puedes continuar. — Me dice causando que me enrojezca más. — No me molesta.
— Creí que lo hacía. — Murmuro un poco sin dejar en paz mis manos.
— Lo siento, es divertido. — Contesta. — Pensar que hace unos años eras tan distinto, más...
torpe. Lento.
— Oye. — Me quejo.
— Se te da. Estás hecho para eso. — Sigue él asintiendo un poco. — No te mentiré, no creí
que fueras a hacerlo.
El silencio se instala al igual que una leve capa de tensión. Volteo a ver a Yoongi pero él ha
borrado su sonrisa y se mantiene frívolo viendo al frente.
— Si quieres puedo caminar a partir de acá. — Le digo. — Gracias. Mi mochila está allá.
Me detengo justo cuando mis dedos rozan Ia puerta. Observo a Yoongi y pestañeo un par
de veces.
Finjo que no me decepciona un poco Ia idea que él pase por mí pero me mantengo, o eso
creo, neutro ante Ia situación. — Toma una maleta y mete cosas para una semana.
— ¿Y eso? — Pregunto.
— Te vendrás conmigo una semana. — Contesta sin más. — Baja ya. Cuando estés me
mandas un mensaje y pasaré por ti.
— Eso mismo.
— Gracias.
Me salgo del auto y cierro Ia puerta detrás de mí observando una última a través de mi
hombro cuando voy a entrar. Entro a la universidad corriendo tratando de concentrarme a
como dé lugar.
Tres...
Estaré con él
Estoy jodido
***
— Sí. Lamento hablarte hasta ahora pero te notaba un poco perdido. ¿Todo bien?
— Todo bien, gracias. — Asiento con una sonrisa. — Debo irme, ¿hablamos luego?
— Claro. — Ella asiente con La misma adorable sonrisa y me despide con Ia mano. —
¡Cuídate Jimin!
Me despido igualmente de ella avanzando rápidamente. Cruzo con Elliot pero antes de que
diga algo yo salgo huyendo. Cruzo Ias puertas de salida con todas mis cosas y cruzo
velozmente Ias calles hasta buscar el metro más cercano que me lleve al departamento.
Bien... Bien... ¿qué puede salir mal? Para empezar, ¿por qué me pidió quedarme con él?
¡Agh, esto es una locura! Debo dejar de hacer esto pero... no, ¿a quién engaño? ¡Claro que
me encantará estar con él una semana los dos solos! ¿Qué haremos? ¡Oh, puedo decirle que
vayamos a comer pizza! O tendrá algo planeado? Esto es extraño. Demasiado extraño.
Bueno, conociendo que es Min Yoongi y Las miles de sorpresas que vienen detrás de él,
puedo darme una idea que no puedo predecir nada porque me saldrá con curiosas
sorpresas. Así es con él.
Una vez allí agarro una maleta y allí comienzo a meter toda la ropa que necesito. Pongo
cepillos de dientes, de cabello, Lociones, desodorantes... básicamente cosas de higiene
personal, dinero, ropa, cargadores, llaves, teléfono. ¿Qué más? ¡Libros!
¿Qué más?
Creo que ya no me falta nada. Dejo Ia maleta y la mochila en Ia entrada y agarro mi teléfono
ya cargado para mandarle un mensaje a Yoongi avisándole que ya puede venir. No tarda
en ver el mensaje y contestar que llegará en quince minutos.
Hago mis labios como pato y lentamente me voy acercando a Ia recámara. Abro los cajones
y meto la mano hasta sacar los condones y lubricantes allí metidos. Los observo en Ia palma
de mi mano y me enrojezco de nuevo.
¿Por qué pese a todo lo que hemos hecho me sigo sintiendo así?
Agarro Ias cosas y cierro los cajones y rápidamente Ias meto a Ia maleta debajo de toda Ia
ropa. Mi teléfono comienza a sonar y cuelgan rápidamente. Era más aviso que llamada.
Bueno, aun así, comprendo el mensaje.
Tomo Ias cosas y cierro bien el departamento antes de bajar a paso veloz. Llego a Ia entrada
y observo el auto de Yoongi estacionado y a él en el teléfono. Toco Ia ventanilla y él se baja
rodeando el auto.
— Sí. — Le respondo.
— Cosas.
— ¿Qué cosas?
— Cosas.
— ¿No vas a decirme? —El guarda silencio. Suelto un suspiro y me cruzo de brazos
observando por Ia ventanilla. — Bien.
— Tuve que apartar habitaciones en uno más céntrico. — Explica. — Tanto como para mí,
como para ti.
— ¿Cómo pudiste pagarlo? Este hotel es caro. — Susurro en voz más baja.
— ¿Recuerdas Ias cosas que hice? — Pregunta divertido. — Bueno, esas cosas fue ir a recoger
un dinero. — Me guiña el ojo. — Asesiné a Ia mano derecha de Sullivan hace tres días. La
paga que me dieron fue de poco más de quince millones de dólares.
¿Qué?
— ¿Sullivan? — Repito.
Llegamos al hall y él muestra una identificación. La mujer detrás del escritorio nos observa
con suma indiferencia y después de taclear varias cosas y asentir, nos da dos llaves. Yoongi
toma una y me da Ia otra. Agradezco y nos encaminamos al ascensor con lentitud. Él pulsa
el octavo piso y se acomoda.
— Wow... — Suelto sin poder aguantar más. — Nunca me creí ver en este tipo de hoteles.
No soy fanático de cosas lujosas.
— Ser asesino a sueldo y mafioso no siempre es fácil. — Dice riendo. — Pero Ias
recompensas por ello valen Ia pena, más si disfrutas matando gente.
Me remuevo incómodo. Es decir... yo estoy aquí salvando vidas mientras él las quita
cruelmente. Soy un médico acostándome con un asesino. ¿Es normal? Es decir, ¿no es algo
irónico y éticamente
extraño? No debería estar haciendo estas cosas. No está bien. Y... y nada. Así es.
Las puertas se abren y ambos caminamos por el ancho pasillo. Yoongi mete Ia llave en una
puerta y entramos arrastrando Ias cosas. Nuevamente abro Ia boca y me quedo entre
fascinado y asustado por Ia magnificencia.
Los colores son cafés y blancos. Un vasto espacio con dos pequeñas escaleras subiendo a
una base con mesa, sillones, cafetera y un enorme ventanal de cortinas gruesas color rojo
dando una espléndida vista de Ia ciudad. El piso es de loza y está impecable. La cama King
de colchas rojas y blancas elegantes y perfectamente acogedora y suave. Hay también
espejos rodeando un poco Ia cama por Ia parte de Ia base en un medio círculo. ¡Por Dios!
Me acerco a él quedando frente a frente. Me percato que incluso detrás de nosotros hay un
refrigerador y unos taburetes con banquitos. ¡Qué Locura! Él mete su mano en Los bolsillos
y saca una tira de pequeños boletos dorados que me extiende. Los tomo.
— Dos por día. — Me explica. — Uno para desayuno y otro para cena. Son gratuitos, para
el buffet pero a partir de mañana.
— Oh...de acuerdo. — Ahora si los tomo con sumo cuidado. — No los perderé, no te
preocupes.
— Bien. — Dice. — La estación de metro está a dos cuadras. Puedes tomarla cuando te vayas.
— Bien. — Sigue y frota un poco su barbilla. — Iba a decirte algo más pero creo que Lo he
olvidado.
— Luego llegará. — Coloco los pequeños boletos en Ia barra cerca de unas plantas
cuidadosamente.
— Oh, ya. ¿Tienes hambre? — Pregunta hundiendo sus manos en sus bolsillos.
— Bien, entonces esperaremos a salir hasta Ia cena. — Observa su reloj. — Son Ias cinco.
¿Aguantas a Ias ocho o nueve?
— Iré a ver a una chica. Son cosas del trabajo que me pidió Forcraft estando acá.
— Si y el muy bastardo me dejó en cargo unas cosas, así que ya sabes, Para quedarme
también necesito trabajar.
— La... ¿la chica no puedes verla otro día? — Pregunto mordiendo mis Labios.
— Mañana pero prefiero que sea de una vez. — Contesta con cierta brusquedad.
— ¿Por qué?
— Porque... — Quiero estar contigo, pedazo de imbécil. — Hará frío más noche.
— No quería usar ese término pero no hay otro. — Se cruza de brazos. —Eres débil y un
poco ingenuo, te comen fácilmente.
— No. No puedes. — Insiste con molestia, se ve que Ia paciencia se le está yendo a Ia mierda.
— ¡Sí puedo! — Grito. — ¡No necesito que llegues a salvarme todo el tiempo!
— ¿Si tanta carga soy para ti entonces para qué me pediste estar contigo? — Mi sangre
comienza a hervir y me acerco lo suficiente a él. — ¿Eh? ¡Vamos, contesta!
— ¿Por qué? — Pregunta en burla. — Porque Ias prostitutas buenas son caras Jimin,
tampoco quiero gastar tanto cada noche. Se llama ser económico.
— ¡Eres un...! — Grito en furia pero mis palabras se ahogan dentro de mi garganta debido a
Ia rabia que me impide hablar bien.
Lo abofeteo.
Mi respiración se agita mientras que él se mantiene con La vista hacia donde lo llevó Ia
palma de mi mano. El cosquilleo me recorre al igual que una ola de pánico cuando
lentamente comienza a voltear con su semblante completamente oscurecido y sus ojos
brillando de ira.
Me toma del cuello en un brusco movimiento y me levanta antes de irme a estrellar contra
Ia pared pegándome más fuerte y bloqueando por completo el aire que entra a mis
pulmones.
— Te voy a cortar los dedos por lo que hiciste. — Amenaza con voz helada.
Le doy una patada que le hacen soltarme. Y realmente me voy sobre él con todo. Le caigo y
comenzamos a rodar en el suelo. Rasguño sus brazos con fuerza y trato de golpearle Ia cara
pero él toma mi mano frenando el movimiento. Me remuevo debajo de él con fuerza y lo
pateo más para quitarlo de encima y Levantarme. Todo su cuerpo me golpea en un seco
golpe y empuja a Ia barra acorralándome por completo.
Él me toma del cuello y empuja con fuerza antes de estampar sus labios con los míos con
una fuerza descontrolada y morder mis labios. Gruño y comienzo a tocar su pecho desnudo
con mis manos enredando mis brazos detrás de su nuca para profundizar más.
Corremos hacia el otro antes de que me cargue y caigamos a Ia cama, yo enterrando tan
profundo como puedo mis uñas en él para rasguñarlo. ÉL suelta un pequeño jadeo y me
sigue tomando besándome con mayor profundidad mientras va bajando el cierre de mis
pantalones en desesperación.
— Voy a joderte duro a ver si así aprendes... — Dice sobre mis labios antes de arme una
fuerte nalgada que me hace chillar.
— ¡Te odio pedazo de imbécil! — Le grito antes de morder con fuerza sus Labios sin
despegarlo. Él comienza a empujarme con fuerza pero no decido dejársela tan fácil. Enredo
mis piernas en Ias suyas y giramos, yo quedando sobre él.
Él me toma las manos y me avienta de la cama. Suelto un jadeo cuando doy con el suelo y
vuelve a tomarme del cuello levantándome un poco y comenzando a besarme suciamente,
Me aferro a sus mejillas y profundizo metiendo mi Lengua y reincorporándome hasta
quedar sentado sobre él en Ia cama.
Dirige sus manos ansioso a su cremallera que baja en un rápido movimiento. Tanteo
temblando hasta zafar el botón y meter mis manos para rebuscar su duro pene. Unimos
nuestros labios nuevamente mientras prosigo el movimiento hasta que su teléfono comienza
a sonar. Gruño y con eso Le digo que no se atreva a contestar pero me empuja para zafarme.
Saca su teléfono.
— ¿Sí? — Llama de mala gana. — Voy para allá. Sí. Estoy en camino.
— Te odio. — Le repito.
— Si te pedí venirte conmigo, es porque quiero estar contigo. — Susurra sobre mis labios.
— Y quiero que estemos juntos, tú y yo en nuestro espacio. ¿Bien?
— E iremos a cenar. Así que ve pensando qué quieres. — Soba un poco mi mejilla antes de
soltarme. — Te veo más noche.
El suelta una carcajada que casi me contagia pero decido mantenerme en el papel de novio
celoso y posesivo así como el conmigo.
— Serás castigado por eso. — Me dice mientras yo muerdo mis labios — Después de cenar.
Otra sonrisa asoma por mis labios que muerdo después. Tan loco que ni yo comprendo...
YOONGI
Me encuentro caminando hacia la entrada del hotel donde será Ia reunión. En lo personal lo
considero una verdadera mierda. Como sea, Anthony fue jodidamente claro y me dijo que
si estaría allá entonces que le sirviera de algo.
En lugar de hacer llamadas pos skype mejor me mandó a ir directamente a Ias reuniones.
Interesante, ¿eh?
Siendo sincero nunca me pareció buena idea encontrarme con gente importante de
"negocios" en un hotel. Hubiera sido todo más sencillo en un restaurante, inclusive un
sótano, un parque, qué sé yo. Pero no, tenía que ser un hotel. ¿Se supone que vamos a
negociar o a hacer una orgia? Observo el reloj y voy perfectamente puntual como siempre.
Suelto un suspiro de irritación y me acerco más rápido a Ia entrada y aun así no me
sorprende ver que soy el único allí. Suelto otro suspiro y me acercó a Ia recepcionista
preguntando por Ias otras personas que se estarían allí pero ella simplemente contesta que
soy el único.
Agradezco de mala gana y me siento en un sofá a esperar. Repaso mentalmente con quiénes
estaré presente esta vez. Mierda, se me ha olvidado.
Saco mi teléfono y lo desbloqueo viendo una llamada perdida de mi muñeco. Alzo una ceja
y quito Ia notificación para entrar a los mensajes de Anthony y recordar con quienes sufriré
horas sentado escuchando sus mierdas de droga, asesinatos y miles de cosas que me hacen
bostezar.
Veamos. Estaría con un contacto cercano de Anthony de nombre Sanghye. Oh, lo conozco.
Es un adinerado ejecutivo de una empresa. Es Ia mayor parte del tiempo muy hablador pero
mantenía una postura seria e inclusive intimidante. Aún así decían que no era mala persona,
lucía tranquilo e inclusive agradable, era digno de respetar. Claro, pura charlatanería de
admiradores idiotas.
Examino el nombre siguiente y una sonrisa asoma en mis labios. Vaya, qué sorpresa. Parece
que también me encontraría el tío de Jungkook. Ah Will, el jefe de una importante red de
empresas comerciales. En lo personal, pese a gran edad lo consideraba un niñato malcriado,
bastante superficial e inclusive esnob, pero era el más poderoso y pues sudaba dinero. Tenía
mucho poder en sus manos ya que su familia siempre le había pertenecido a los ricos, era
exitoso por linaje. Sin embargo, era un excelente líder y por eso se había ganado su respeto.
Ya vi de quien sacó Ia personalidad ególatra y ligeramente difícil el jovencito Jeon Jungkook.
Mis ojos bajan un poco hasta que me detengo en seco al siguiente nombre. Alzo una ceja y
releo distintas veces antes de caer en cuenta que es Ia misma persona en quien estoy
pensando. Sí, es uno de los primos de Anthony, Matthew Bertolt.
Matt...
Es hijo de un mafioso igualmente, uno grande en la red del lavado de dinero acá en el oeste.
Pero a diferencia de los demás, no tenía un aspecto duro, frío, egoísta o intimidante. De
hecho, tenía una cara tierna, adorable y aura de no poder matar ni una mosca. La primera
vez que lo vi creí que era una broma pero después de tres veces conviviendo logré darme
una pequeña sorpresa. Me recordaba mucho a Jimin para ser sincero.
Recuerdo las otras reuniones que hemos tenido que estamos ambos. Él me observaba
bastante pero cuando yo lo observo, el otro desvía Ia mirada. Se mordía mucho los labios y
eso era terriblemente atractivo para mí ya que tengo cierta debilidad por los que se muerden
los labios.
Mi muñeco se llevaba muchos puntos con eso, además de tener labios preciosos no podía
evitar rabiar al pensar que otros lo pudieron besar.
Levanto Ia vista cruzando miradas con Sanghye, Will y el niñato de Matthew. Me levanto y
asiento formalmente antes de dedicarle una suave mirada al primo de Anthony. Apenas
nuestros ojos chocan él desvía Ia mirada de inmediato. Su cabello café claro le cae en ondas
por su rostro que recoge nervioso observando Ia lejanía. Esbozo una sonrisa. Sencillamente
adorable.
—Vamos. — Dice Will mientras entraba al elevador, todos nos mantenemos en silencio.
Llegamos al tercer piso y entramos a Ia recámara 302, nos colocaron en una mesa circular y
comenzamos hablando acerca de nuevos tratos mientras tomamos un buen vodka. Anthony
se conecta por skype después junto con otras personas de Ias cuales me importa poco
quiénes sean.
Es una reunión bastante pesada en La cual me mantengo o en silencio casi toda solamente
observando a Matthew quien no dejaba de succionar sus labios o jugar con su cabello. EI
voltea verme y me clava Ia mirada unos segundos antes de hacerme una media sonrisa y
desviar de nuevo Ia mirada.
Mi teléfono comienza a vibrar en mis pantalones y veo una llamada entrante de Jimin. ¿Otra
vez? Cuelgo y guardo nuevamente el teléfono. Ya estamos por finalizar, que me aguante
otra puta hora. Carajo.
—No podemos arriesgarnos a bajar los ingresos. — Habla Will causando que vuelva a
prestar atención a lo que sucede.
— Matthew puede darnos préstamos. — Digo y volteo a verlo. —Forcraft ahora está justo
pero qué me dices tú.
— Me encantaría Min, pero no tengo los contactos de mi padre. —Habla él con una voz
suave.
—Entonces así quedamos? —Murmura Will después de casi tres horas de reunión.
—Tendremos otra reunión Ia próxima semana, estén atentos. —Dice él. —Llegarán los
informes de las ventas y el movimiento de Kyle y Sullivan.
Sanghye es el primero en hacer una reverencia y salir rápidamente del lugar mientras
observa la hora. Me remuevo observando a los que quedamos que somos tres.
—Debo irme. — Will observa a Matthew. —Supongo que te veré en Ia oficina pasado
mañana, ¿no?
—Así es. —Él asiente con un ligero brillo en sus ojos verdosos.
Will esboza una sonrisa coqueta que provoca que las mejillas de Matthew se tiñan
suavemente de rosa, ¿Qué mierda? ¿Forcraft le da a su primo para que lo ayude y él le
coquetea? ¿Qué mierda le sucede al tío de Jungkook? Aprieto mis puños, ¿qué habían sido
aquellos ojitos? ¿Qué acaso se traían algo?
— ¿Traen algo ustedes dos? —Pregunto de mala gana.
— ¿importa acaso? —Matthew esquiva mi pregunta. — Yo nunca sé nada de ti. ¿Por qué
debería importarte?
Me levanto y me acerco a él con fuerza para levantarlo a Ia mala. Sabe cómo me revienta
que me hablen así. Si trajera mis cosas vaya pequeña lección le hubiera dado.
— ¡Qué demonios Yoongi? —Espeta Matthew molesto cuando lo tomó más fuerte de Ia
camisa.
—Te pregunté algo. —Contesto viendo fijos a sus ojos. Odio los malditos rodeos. —
¡Contéstame!
— ¡No tengo nada con él! — Grita tomando mis manos para que lo suelte.
—No te creo. —Esbozo una falsa sonrisa, que no me tome tampoco por idiota. Lo suelto y
me alejo pero él me vuelve a tomar el brazo y me tira a él.
—Mírame Min Yoongi! — Me dice acercándose más a mí, observo aquel verde que admito
me gusta bastante. Más contrastando con su piel canela y su cabello claro. —iNo tengo nada
con Will, no podría! lTú nos conoces bastante bien! ¡Sabes que...!
Mi teléfono vuelve a vibrar. ¡Por la mierda, voy a ahorcar a Jimin cuando llegue!
— ¿Qué acaso crees que no me doy cuenta de cómo me miras? —Me pregunta frío captando
de nuevo mi atención.
— ¿Yo?— Ahora si suelto una risa. —Tú eres aquí el que provoca Matt!
—No me engañas Min Yoongi, no desde ese día. — Matthew esbozó una cínica sonrisa que
me provoca otra sonrisa burlona. —Pude ver perfectamente la desesperación de tus ojos y
el deseo cuando me estrellaste contra esa pared aquella noche y me besaste.
— Quiero que lo hagas otra vez y finalicemos lo que no hicimos esa noche.
Abro mucho Los ojos cuando Matthew se acerca a mí y me rodea con sus brazos antes de
plantar sus labios contra los míos en un apenas perceptible suspiro. Me mantengo estático
mi sintiendo al chico de ojos verdes pegarse cada vez más a mí jugar con mis labios y lengua.
Vaya mierda. Besa demasiado bien este niñato. Correspondo a aquel beso con más
intensidad. Lo agarro de Ia cintura con fuerza y comenzamos a hacernos hacia atrás hasta
que Ia espalda de él toca Ia pared contraria. Suelta un pequeño gemido y muerde de nuevo
sus labios.
— Yoongi... —Jadea con voz ahogada. Perfecto, es momento de volver a los viejos hábitos.
—Tienes que saber que el único con el que me comporto así es contigo, con nadie más que
tú.
El ríe sobre mis labios antes de succionar mi cuello dando lamidas y mordidas. Me sigue
tomando con fuerza hasta deslizar sus manos a Ia cremallera de mis pantalones.
— ¿Por qué no jugamos también con los cuchillos que traigo? — Me susurra antes de morder
el lóbulo de mi oreja soltándome un gruñido. — Sabes que me encanta.
Comienzo a besarlo nuevamente con más salvajismo mientras me pego completamente a él.
Lo siento entrelazar sus dedos detrás de mi nuca mientras muerde mis labios sus labios y
su respiración comienza a agitarse. Bajo hasta el cuello donde allí comienzo a besarlo y a
morder su linda piel. La succionó con fuerza hasta dejar manchas violetas que le hacen
jadear.
— ¿Crees que Will podría hacerte esto? —Pregunto divertido mientras comienzo a frotarme
contra él.
— Eso haré. — Ahoga otro gemido y entierra sus dedos en mi espalda y succionar mi cuello
con demasiada agresividad. No es muy placentero pero me dejaron con ganas demasiadas
veces y lo único que quiero es un buen polvo ahora mismo.
—No calles tus gemidos. — Le digo cuando el silencio se apodera de Ia habitación. —Adoro
escucharte...
Ei comienza a soltar pequeños suspiros y jadeos mientras bajo cada vez más depositando
pequeños besos. Lentamente agarró su pantalón y comienzo a bajar el cierre. Él jadea
nuevamente y vaya que es sensible.
—Sí eso gustas. — Esboza una sonrisa mientras me empuja para zafar nuestros cuerpos. Se
reincorpora y me observa de brazos cruzados. Esbozo una sonrisa gatuna cuando se quita
toda la ropa superior y me hace una seña para que vaya a por el
— ¿Así quieres jugar? — Pregunto relamiendo mis labios mientras voy zafando botón por
botón de Ia camisa que tengo. —Si te quedas en esta habitación sucederán cosas muy malas
Matthew.
Deberías huir.
Matthew lame nuevamente sus labios, ambos nos acercamos de nuevo devorándonos en un
beso intenso. Él comienza a pegarse de nuevo para tocar sus pechos desnudos. Lo aviento a
La cama de Ia habitación y me colocó sobre él a horcajadas.
Él vuelve a dirigir Ias manos a mis pantalones perdidos en un profundo beso cuando una
voz del otro lado de la puerta nos hace separarnos en un brinco.
— ¡Van a salir o qué tanto hacen? —Gritó del otro Lado Sanghye, mierda.
Sanghye entra al cuarto con mala cara pero se detiene en seco al vernos. Abre Ia boca en una
gran "o", Matthew suelta un pequeño chillido y yo me Levanto en un brinco de la cama para
separarme de él.
—Yo... d—dejé mi saco... —Susurra Sanghye sin dejar de vernos con enorme sorpresa.
El hombre entra en silencio por su saco y nos observa con el rabillo del ojo. El ambiente se
tensa un poco pero a mí me resulta divertido que nos haya encontrado casi en plena follada.
Matthew Ia debe estar pasando mal, me divierte verle así.
— ¡Consigan otro hotel! — Dice él ladeando un poco su cabeza. Yo suelto una carcajada
mientras Matthew trata de dar explicaciones pero él lo detiene levantando Ia mano. —No
se preocupen, su secreto está a salvo conmigo.
Sale del cuarto en completo silencio cerrando Ia puerta detrás de Él y dejándonos solos
nuevamente. Matthew sigue enrojecido y yo bastante divertido de todo esto.
Él me observa unos segundos y relame sus labios antes de hablar. Alza un poco sus hombros
con una mirada penosa: — ¿Me darás tu número telefónico o...?
|73
JIMIN
Apenas escucho Ia puerta del hotel abrirse me reincorporo de La cama tan rápido como
puedo. Veo a Yoongi ingresar y apagar Ias luces, La que está junto a La cama es Ia única
fuente de luz que ilumina el gran espacio. Veo su sombra moverse en Ia oscuridad y sentarse
frente a Ia mesa en un suspiro.
Él no contesta. Golpea Ia mesa rítmicamente con sus dedos sin dignarse a dirigirme Ia
mirada. Ladeo un poco mi cabeza y suspiro sentándome en su regazo suavemente. Nuestras
miradas cruzan y Lo siento tensarse un poco debajo de mí aunque hay algo que no
comprendo.
Él asiente y baja la mirada a mis manos. Trago pesado y lentamente sobo su mejilla pero él
desvía la mirada para que no lo toque. Aprieta sus labios y lo sigo viendo confundido hasta
que respira profundo y comienza a sobar el tronco de su nariz.
— Yo quiero que... sepas algo... — Su agarre se tensa y baja la mirada al instante tomando
mi mano. — Yo...
Me empuja para que me baje de él y se levanta dándome Ia espalda. Lo veo avanzar hacia
Ia ventana y verla unos momentos mientras yo me quedo junto a Ia mesa. Él voltea a verme
nuevamente con una mirada gélida.
El no me observa. Todas sus venas están marcadas y rostro tapado por esas mismas manos
que noto ahora bajo Ia luz, que los nudillos están empapados de sangre. Corro hacia él para
ver pero él me empuja agresivamente.
Lo observo sin saber qué decir, mi cabeza se ha convertido en una marea y todos mis
músculos se tensan al instante, ¿Por qué duele? ¿Qué Le sucede?
— ¿Qué? — Ahora sí me encuentro perdido. — ¿Yoongi qué mierda? Cálmate por favor y
explícame primero qué te ha sucedido.
Él suelta una seca carcajada antes de quitarse el saco y ponerse junto a Ia lámpara. Señala su
cuello que lo encuentro lleno de marcas rojizas y una que otra violeta. Todo mi cuerpo se
tensa y siento algo lento irse encajando en La zona de mi pecho donde quedaría el corazón.
Es una mierda, me niego, me niego... ¡No!
¡No, no! ¡Es mentira! ¡No puede hacerme esto! ¡NO PUEDE HACERME ESTO!
— Lo veo... — Murmullo sintiendo mi vista comenzar a nublarse y mis ojos picar. — Así
que lo hiciste. Te acostaste con alguien que no era yo.
— Podría Jimin. Podría hacerlo. — Me clava furioso sus ojos. — Y no puedo. Ya no puedo.
Terminé matando a golpes al primero que se me cruzó en el camino todo por Ia mísera razón
que...
Se calla abruptamente y su cuerpo vuelve a ponerse rígido. Siento mis lágrimas amenazar
con salir en aquel silencio que comienza a quemarme. Siento las palabras en mi garganta,
aquel nudo, mi cuerpo comenzar a temblar y aquella bomba a punto de explotar en mi
cuerpo.
Doy un paso pero él retrocede dos. Avanzo hacia él pero comienza a alejarse. ¿Qué le
sucede? ¿Por qué me evita?
— ¡Te dije que te alejaras! — Vuelve a gritarme. — ¡Toma tus cosas y vete! ¡Simplemente
vete!
— ¡No me iré sin que me des una maldita explicación! — Grito ahora yo.
Nos mantenemos en silencio. Siento Las lágrimas escurrir, Ias limpio agresivamente con mi
manga causado una irritación en Ia zona inferior pero importa un carajo. Muerdo mis labios
para que dejen de temblar y lentamente me voy acercando. Él queda contra Ia pared y se
desliza para quedar en el suelo cubriendo su rostro. Estoy sin palabras...
Me pongo en cuclillas frente a él y tomo sus manos para despegarlas de su rostro. Vuelve a
levantar la mirada y nos mantenemos en un silencio aún más crudo. Mis manos tiemblan
cuando lo tomo de las mejillas y lentamente coloco mis labios sobre los suyos sintiendo las
amargas lágrimas interferir en el acto mientras él se mantiene estático sin corresponderme.
— Vete. — Dice una última vez. — Vete ahora, no sé qué pasará si te quedas Jimin. Vete y
detén esto, detenlo...
Me separo de él. ¿Yo detenerlo? ¿Cómo mierda puedo detener algo del que no tengo el
control?
voy reincorporando hasta alejarme de él. Todo mi corazón retumba en mis oídos y miles de
recuerdos azotan mi mente sin piedad. Detenerlo... detenerlo... yo... pero él lo comenzó.
Me siento marear y lentamente voy retrocediendo más sobando mis sienes. Yoongi se
levanta finalmente y se acerca para tomarme de los hombros con fuerza. Levanto Ia mirada
para observarlo y aquellos ojos que parecen estar gritando algo que sencillamente no
entiendo.
— ¿Ju—jugar?
Él se mantiene en silencio y niega un poco con La cabeza. Su agarre se afloja y relame sus
labios antes de tomar una respiración profunda y sonreírme. Pero esta vez es distinto..., su
sonrisa es duramente forzada.
— Encontré a alguien. — Me dice. — Un reencuentro del pasado y quiero volver con él.
Mi cuerpo no responde y mi mente tampoco procesa Ias palabras que acaba de soltarme.
Me sacude un poco y vuelve a respirar profundo mientras yo espero en silencio. Siento mis
sentidos adormecerse y repentinamente me siento en un sueño donde nada es real. Un
trance.
Siento mi corazón ir cada vez más lento. Un dolor que me está carcomiendo en silencio,
ocultándolo a través de un rostro neutro. En el interior realmente me está haciendo trizas,
dando golpiza tras golpiza que me sacan el aliento y me desgarran en silencio.
— Creí que sería distinto pero siquiera es placentero ahora. Dejaste de ser algo dulce para
mí. — Me clava agresivo su mirada. — Ahora eres veneno puro, veneno que cada vez quema
más y hiere. Yo no quiero eso. Te convertiste en una víbora Jimin.
— Yo j-jamás he sido e-eso... —Mi voz tiembla debido al nudo en Ia garganta que me impide
hablar bien. — N-no te he hecho absolutamente n-nada.
— Nada. Ahí está Ia respuesta. Nada. — Repite casi robóticamente. — Nada hubiera pasado
si no me hubiera topado contigo. Nada hubiera sucedido si jamás hubieses aceptado esto.
No habría nada. No habría problemas, no habría nada.
Retrocedo y suelto una pequeña risa que oculta miles de dolores detrás.
— Lo entiendo. — Digo mordiendo mis labios para ahogar los sollozos, — Es divertido
mientras haya un límite y yo lo he quebrado completamente. He cruzado Ia raya, lo he
hecho. ¿Es eso?
— No podemos seguir así. Lo veo Jimin, lo he visto y notado estos días. Me negaba
rotundamente hasta que el mismo Anthony siquiera sin vernos lo supo.
—No somos nada y sin embargo nos tratamos como si fuéramos nuestro todo.
Nuevamente miles de dagas enterrándose en mí. Lo siento tal que inclusive retrocedo un
poco apretando mis manos sobre mi pecho y agachando por completo Ia mirada.
— Y es eso lo que me está ahogando. — Sigue sin detener aquella tortura. — Es eso lo que
me está volviendo loco: la marea de sentimientos en Ia que me estás ahogando, aquel lazo
afectivo que comienzas a desarrollar conmigo cuando te dejé muy en claro que tú y yo nunca
funcionaríamos así.
— Aquí acaba. — Hace una seña con su mano. — Aquí muere antes de pase a mayores. Por
más que me guste follar contigo o lo que sea, no significa que me gustará tener a alguien
con sentimientos afectivos hacia mí rondando cerca. Nos celamos por el simple capricho de
nuestros cuerpos, ¿imaginas cómo será si metemos los sentimientos de por medio?
— Nos mataremos lentamente...—Susurro.
— Por eso mismo. — Dice con Ia misma voz gélida. — Yo soy un sádico, tú un masoquista.
Nunca tenemos suficiente, nos embarramos en este juego buscando desesperados más y más
hasta que un día nos lleve a Ia muerte.
Sus palabras duelen por ser tan ciertas. Duelen porque hemos llegado a lo que no creí llegar
y me duele tanto el saberlo. Ya no es simplemente un capricho, no me duele que me ignore
o simplemente quiera alejarse. Ya no es eso.
— De mi lado sé que será casi imposible dejarte, por eso te digo que lo hagas tú. — Me dice.
— No tenemos una promesa que nos una, tú no estás enfermizamente obsesionado conmigo
como yo contigo. Dejarme quizás te cueste pero volverás a adaptarte como antes. No quiero
seguir con esto.
— Mátame.
Yoongi me observa con una ceja en alto y una expresión de confusión en el rostro.
— Mátame. — Repito sintiendo mi pecho arder más como mi garganta. — Mátame. No pude
hacerlo...
Comienzo a hiperventilar sintiendo aquel bullicio en mi garganta. ¡No voy a gritarlo! ¡No
voy a gritarlo! ¡No puedo! ¡No puedo hacerme esto!
— ¡Mátame! ¿O esperas acaso que tiro yo mismo del gatillo? — Pregunto gritando sintiendo
Ia razón zafarse de mi cabeza.
— ¡Lo haré! — Las lágrimas salen en descontrol. — ¡Lo haré porque tú mismo lo dijiste y
ahora lo sé!
El silencio se forma. Mis lágrimas comienzan a escurrir de nuevo al ver sus fríos ojos grises
sometidos en la oscuridad total. Mis Labios se abren y mi lengua se enreda en mi boca
obligándome a no decir más, Que me arrepentiré. Que será el peor error que cometeré.
Comienzo a llorar mientras él me sigue tomando. Niego con la cabeza y comienzo a sollozar
sintiendo Ias lágrimas ahogarme. Su agarre se ha aflojado e inmediatamente me pego a su
pecho y Lo abrazo con fuerza mordiendo mis labios.
—Solo dilo... — Me dice con voz apagada. — Solo dilo y... acábalo.
Yoongi se mantiene aún más tenso, rígido y sin mover ni un músculo. Trago duro antes de
separarme de él pero no me está viendo. Mis manos tiemblan y suplico tomarlo una última
vez. Sentirlo... yo, siendo arrastrado y condenado a Ias sucias palabras que he dicho.
— Dime algo. — Suplico no creyendo aguantar más con este maldito peso.
Lentamente voltea hasta que nuestros ojos cruzan. Los suyos llenos de desespero y molestia,
los míos en agonía pura. Estoy retorciéndome en el maldito juego que he creado, con aquel
fuego que he jugado y me ha quemada, ahora matándome lentamente.
— ¿Qué quieres que te diga Jimin? — Dice con voz neutra, apagada, filosa mostrando a
través de ello Ia frustración. — ¿Que yo te amaré algún día? No puedo prometerte eso. Te
he mentido muchas veces pero con eso no lo haré.
Dolor...
— Eres un gran imbécil y un idiota. Porque de todas Ias personas que pudiste elegir para
amar, elegiste a una enferma que nunca te podrá corresponder. Y es aquí cuando
verdaderamente me doy cuenta de cuan masoquista eres, Park Jimin.
Más dolor...
No necesita decir nada más. Con eso ha finalizado absolutamente todo, aquellos rasguños
para escarbar buscando una esperanza en Ia negrura ha desaparecido. Aquellos alientos de
esperanza robados y asfixiados, el corazón desgarrado por Ias crudas verdades.
Y un poco más...
Un poco más para probar el dulce sabor de Ia agonía y Ia muerte moral más agria.
— Nunca voy a amarte porque el amor es el pretexto perfecto para morir por alguien. Y yo,
mi querido muñeco, no pienso morir, Y mucho menos por ti.
Golpeo Ia puerta en silencio absoluto todavía con los ojos rojizos de tanto llorar y el temblor
en mis piernas. El frío me cala los huesos y aún así no es suficiente a comparación del frío
que se ha instalado en mi interior.
La puerta se abre unos segundos después. Me aferro a Ia maleta mordiendo mis labios para
no volver a quebrar.
— ¿P—puedo quedarme contigo esta n—noche? — Pregunto tan firme como puedo aunque
es imposible. Mi cuerpo tiembla demasiado.
— ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien? —Pregunta preocupado. —Jimin... entra con confianza.
Sabes que cuentas conmigo para lo que sea.
Muerdo mis labios más fuertes y me lanzo a los brazos de Elliot quebrando a llorar otra vez.
Él me corresponde y frota mi espalda cerrando La puerta de su casa antes de besar mi
cabeza. Avanzamos en silencio a Ia sala donde nos sentamos y yo me mantengo aferrado a
él hundiendo mi rostro en su cuello.
De lo que estoy viviendo. Huir de lo que he hecho. Los latidos de mi corazón retumbando
en mis oídos. Allí, insistentes. Recordándome mi mísera existencia en este mundo de
caprichos enfermos y almas rotas.
|74
JUNGKOOK
Mis ojos recorren la habitación con una ceja alzada. Clara se encuentra junto a mí con una
ceja alzada también y brazos cruzados. Ambos entramos observando los papeles regados,
notas de periódicos y fotos colgadas en la pared unidos por hilos rojos. Me siento en una
película de crimen, es una locura.
— Parece que se ha ido.— Dice ella examinando la habitación nuevamente. . — Sabe que lo
estás cazando, Jungkook. Taehyung no es idiota.
—Estábamos a punto. —Digo entre dientes pateando las hojas en el suelo. —Mierda.
—Y vaya que estuvimos cerca ¿Ves eso? Señala las cosas tiradas. —Prácticamente ha dejado
incluso ropa. Viendo la línea desordenada que forman los papeles seguramente estuvo
metiendo solo los importantes, ni ha podido quitar... todo eso.
Cruzo miradas con ella. Clara alza los hombros y apunta con su barbilla la pared.
Avanzo hacia los papeles que están atados. Qué mierda es esto? ¿Notas de periódico
antiguas? ¿2006? ¿2008? ¿Francia...?
Arranco un pedazo de periódico que está encerrado en un círculo rojo. Está en francés, pero
la imágenes que se muestra al costado es de un hombre con la mano cubriendo su rostro de
la cámara. Hay policías detrás y un cuerpo siendo envuelto con rastros de sangre en el suelo.
—Esto —Digo sin quitar la vista del periódico. — ¿Sabes francés? —No, solo el italiano lo
domino. — Sigue y alza una ceja. — ¿Por qué no le preguntas a Forcraft? Él lo domina muy
bien.
Asiento y ella sigue revisando todo el entorno ignorando las cosas en la pared. Vuelvo a
levantar la vista y comienzo a arrancar los extractos de periódico, notas y cosas anotadas de
las cuales no comprendo. Llego a la parte inferior observando los hilos que forman una
telaraña de conexiones con fotos de gente que conozco y otros que no.
Mis ojos se abren en demasía y siento algo frío recorrerme la espina dorsal cuando mi
mirada cruza con las imágenes de la izquierda.
Me agacho y observo a Clara a través de mi hombro para asegurarme que no voltea. Ella
está ocupada con su teléfono junto a la ventana Vuelvo la vista.
¿Por qué Taehyung tiene fotos de Yoongi y Jimin? ¿Por qué hay un signo de interrogación
en todos lados? ¿Fotos mías? ¿De mi tío? ¿Qué le sucede?
Sigo el hilo de Yoongi que me lleva a varios papeles colgados y amontonados. Notas de
periódico. Muchas notas y extractos de periódico muy viejo. Comienzo a hojear observando
que todo tiene el mismo año: 1998.
Veo que eso no es todo. Dejo los papeles y vuelvo al signo de interrogación que une a Yoongi
y otros tres hilos que se conectan también. Observo que uno lleva a Jimin y otros dos que
llevan a otros dos signos de interrogación. Mi silencio es cada vez más crudo mientras siento
mi cabeza ir a mil por hora. ¿Qué es todo esto?
— ¿Acabaste Jeon?— Pregunta Clara después de unos segundos. — ¿Qué tanto ves?
— Nada. Se me cayó algo solamente. —Digo rápidamente antes de arrancar todas las fotos
cuidadosamente y lentamente irlas guardando en las maletas. ¿Puedes cubrir? Te alcanzo
en un momento, se me ha caído la llave del hotel.
— Claro. — Dice ella y la observo pasar junto a mí. —Procura no perderla que no te daré la
mía.
Niego y comienzo a palmar el suelo esperando a que salga. Escucho la puerta cerrarse y
rápidamente me reincorporo comenzando a guardar todo lo que pueda en la maleta además
de tomar fotos. Comienzo a palmear la cama y a revolcar las colchas para ver si encuentro
algo más.
Abro rápidamente los cajones tan rápido como puedo hasta que escucho algo azotarse con
fuerza cerca de mí. Abro otro cajón observando unos cassettes. Alzo una ceja y agarro los
cuatro antes de meterlos dentro de la mochila y salir rápidamente observando una Última
vez detrás de mí. Niego con la cabeza y salgo cruzando velozmente el pasillo para reunirme
con Clara en la parte de abajo.
¿Por qué Taehyung dejo todo eso? ¿Qué acaso encontró algo?
—No hasta tener algo de Taehyung. — Le digo. — Iré al hotel a trabajar un rato, te veo allí.
Llego al hotel donde se hospeda Anthony toco a su puerta. Espero unos momentos hasta
escuchar unas pisadas del otro y lo observo abrir la puerta viéndome algo sorprendido.
Caigo en la cuenta que tiene una toalla enrollada a la cintura y su cabello mojado. Woops.
Lo he sacado de la ducha.
—No. Está bien, pasa. —Abre más la puerta. Me vestiré en un segundo, dame un momento.
—Gracias. —Y entro.
Observo la habitación del hotel y los colores café claro que la rodean. Es bastante acogedora.
Las cortinas espesas estén cerradas y música jazz esté colocada de fondo dando un ambiente
muy tranquilo y reconfortante. Dejo la mochila en el suelo y me voy a sentar al sofá
esperando por él.
—Ya está. — Su voz me saca de mis pensamientos y volteo la vista a él viéndolo con ropa
únicamente negra.
—Bien. Nuevamente lamento aparecer así como así pero... creo que tengo que informarte
algo.
—Digo frotando un poco mi barbilla. —Si no te importa.
—Aja. —El asiente y se sienta en la cama. — Antes que nada, no tengo idea de donde pueda
estar Taehyung, no hablo con él o Jimin desde que se fueron.
—Lo sé. —Suspiro. Aun así hay algunas cosas que... no comprendo.
—Bueno. Es hijo de, bueno, ya conoces a su madre. —Dice haciendo un gesto para restarle
importancia. —Y de Min Suga. Un asesino europeo bastante importante en los ochentas y
noventas.
—Nadie sabe. Desapareció. Se esfumo. —Alza sus hombros. —No se sabe mucho de él, es
un misterio. Mataba sin piedad y un día simplemente desapareció.
¿De casualidad en 1998 dejo de aparecer información sobre él?— Pregunto ladeando de
nuevo mi cabeza.
En ese año dejo de saberse cosas de él. — Me dice alzando ambas cejas. — ¿Lo investigaste?
—Solo un poco. — Miento y desvió rápidamente el tema. — Pero, por ejemplo, ¿qué me
dices de Jimin?
—Clara se encargó de eso hace unos años pero no encontró nada. El nombre de Park Jimin
prácticamente nació con su adopción, no podemos saber nada de él antes. Sus padres
realmente se esforzaron por ocultarse. Suele pasar
—Ya. —Asiento.
—Yoongi salió, no sé dónde pueda estar. —Alza sus hombros también. — Es algo
escurridizo pero fue por negocios. —Lo mandé junto con mi primo.
—De tu edad. Se llama Matthew. —Explica. — Por parte de mi tío aunque no convivo
mucho con él, aunque es bueno. Se lleva bien con las armas.
—Entiendo. — Golpeo un poco mis dedos con el sofá. —Y, bueno, aprovechando que
estamos hablando de intereses. ¿Crees que podrías traducirme un texto en francés que
encontré?
— ¿Tarea?— Se burla.
—En realidad no. Estaba husmeando en internet acerca de todo esto y me salió. Lo imprimí
porque me causo un poco de interés. Quería ver si podías traducirme.
—Bien.
Abro la mochila con cuidado para que no vea el interior y rebusco un poco hasta encontrar
el fragmento de periódico que busco. Lo saco y lo observo una última vez antes de estirar
mi brazo para dárselo. Él lo toma y lo observa con una ceja alzada.
Se mantiene en silencio y comienza a leer. Me levanto del sillón y me voy a sentar a su lado
en la cama manteniendo la vista fija en sus expresiones faciales. Luce tranquilo hasta que
veo que te se tensa un poco y su ceja se mueve ligeramente mostrando confusión. Pasa saliva
y su ceno se alza apenas antes de unir sus cejas y mover un poco la comisura de sus labios.
Está analizando lo que lee. Debe ser importante.
— ¿Y si no quiero decirte?
Anthony une sus cejas antes de que una sonrisa burlona asome por sus labios. Yo también
alzo mi ceja demostrando que no me intimida en lo absoluto.
Trato de tomar el papel pero él lo hace hacia atrás. Le vuelvo a clavar la mirada pero él
simplemente me la mantiene con una pequeña sonrisa.
—No lo sé, revisé miles de páginas. — Resoplo de mala gana. — No recuerdo. ¿Me dirás
qué dice?
¡Maldita sea!
— ¡juro que estoy a punto de agarrar cualquier cosa y estrellársela en la cara! La lámpara
resultara atractiva en su lindo rostro y no bromeo.
—Démelo por favor. —Pido sintiendo Ia paciencia esfumarse mi cuerpo. —Anthony hablo
enserio, me estoy comenzando a enfadar.
— Tú luces sexy enojado así que no tengo problema. — Alza sus hombros de nuevo.
— ¿Eh?
Pestañeo algo confundido por lo que y uno mis cejas. El comienza a reír.
—Jungkook eres demasiado lindo para tomarte enserio. — Me dice. — Causas ternura y
tranquilidad aunque pongas tu peor cara. No me intimidas.
Estoy a tres.
—No me interesa si me tomas enserio o no. — Aprieto mis puños y respiro para mantenerme
en calma. 0 intentarlo ya que realmente no puedo más. —Te estoy pidiendo las cosas bien,
vine en buen plan y tú, ¿me encaras asi?
—No soy una persona en la que se puede confiar mucho. — Sigue sonriente.
— Lo buscaste.
Comienzo a removerme con la respiración pesada forcejeando con él para que me suelte.
Levanto mi rodilla en un fallido intento de darle en sus pobres huevos pero simplemente
termino golpeando la baja parte de su espalda. Suelto un gruñido y me remuevo más
sintiendo como toma mis brazos tratando de hacerlos hacia abajo mientras yo empujo hacia
arriba. .
Forcejeamos otro poco hasta que finalmente logro aventarlo lejos de mí' y trato de
reincorporarme antes de que vuelva a caerme encima. La hoja sale disparada debajo de la
cama. Me abalanzo debajo pero veo con el rabillo del ojo a Anthony acercarse a la maleta.
Brinco sobre él abrazándolo por detrás y tirando de él como puedo. Mi brazo rodea su cuello
mientras con el pie empujo lejos la mochila y luego acerco la hoja. Me voy agachando un
poco hasta tomarla todavía tomándolo con alivio recorrerme una vez que la hoja queda en
mi mano y de ahí la paso a mis labios para tener ambas manos libres.
Lo empujo a la cama y corro para agarrar la mochila sintiendo todo su peso después
empujarme contra la pared. Mis manos se aferran a la mochila. Jadeo un poco por el golpe
y tomo la hoja haciéndola bolita en una mano, con la misma que agarro la mochila.
— ¿Te encanta ser rudo, verdad Jeon? —Pregunta él también con la respiración pesada.
—iSi me dijeras quizás lo comprendería! —Me remuevo pero me toma de los hombros. ¿Es
enserio Forcraft?
—Muy enserio Jeon. —Me dice apretando más. — Desgraciadamente no puedo dejarte ir de
este cuarto hasta que me muestres lo que hay en esa mochila, me expliques de donde sacaste
esa información y me hables con la absoluta y total verdad.
Pongo los ojos en blanco. Qué dolor de culo me provoca este hombre.
Comienzo a preguntarme que si me volteo y lo golpeo con la mochila serviría para después
salir corriendo. Conforme los minutos pasan cada vez se vuelve mejor idea.
—No. —Le contesto observándolo a través de mi hombro con una sonrisa arrogante.
Nos mantenemos la mirada unos momentos hasta que me siento estremecer un poco ante el
silencio y la mirada tan intensa que nos estamos dando. Muerdo el interior de mi mejilla y
trato de empujarlo pero vuelve a pegar su cuerpo al mío para inmovilizarme.
— ¿Así nos vamos a quedar toda la noche? —Pregunto fastidiado después de largos minutos
sin movernos.
—No tengo problema con ello. Soy muy paciente. — Contesta tranquilo.
Abro la boca y siento mis mejillas cosquillear con fuerza al mismo tiempo que mi garganta
se cierra. Eso no lo vi venir. Me ruborizo y al instante desvió la mirada sintiendo mi corazón
latir con fuerza.
—Te vas a cansar en unos minutos, voy a empujarte, golpearte y saldré de esta habitación
azotando la puerta detrás de mí. —Digo en un desesperado intento de desviar la
conversación que me ha erizado los vellos de la nuca.
—No, corazón. —Me la devuelve también. Trueno mi cuello. Esto se pondrá feo ahora sí.
Abro la bolsa delantera y de allí saco el cuchillo antes de colocar la mochila en mi espalda.
Lo apunto con el filo y le mantengo la sonrisa, él alza ambas cejas.
— ¿Por qué no hacemos un trato? ¿Qué debo hacer para que me dejes ir? —Bajo mi brazo
con el cuchillo.
— Uno grande.
Nuevamente silencio.
Comienzo a cansarme así que cambio el peso de mi cuerpo con mi pie. Anthony se acerca
un poco pero yo al instante levanto otra vez el cuchillo deteniéndolo. Suelta un suspiro.
—El texto que encontraste. — Apunta con la barbilla. — Ese del 2008, habla de la última
aparición de Min Suga en Europa, en Francia.
—Su socio cercano se suicidó cuando la policía lo interrogó. Fueron a su departamento pero
él se lanzó del sexto piso abriéndose el cráneo.
—Querían sacarle información acerca del hijo menor de Min Suga. — Sigue. —Él era el único
que sabía dónde estaba, a qué parte exacta del mundo fue mandando. Lo querían de rehén
seguramente para atrapar al gran asesino.
—Querían saber de Yoongi. —Susurro. —El... No. Alto. Espera... ¿Hijo menor?
Abro el papel y lo observo don detenimiento hasta que mis ojos dan con el rayón.
"4"
Cuatro hijos...
—Y absolutamente nadie sabe con exactitud cuántos eran. —Sigue cada vez con voz más
pesada. —Y por eso esa nota fue cancelada, es la única copia que hay. — No encuentras esas
cosas en internet, Jungkook. En ningún lado.
Me mantengo en silencio.
JIMIN
Voy revisando una última vez los libros que tengo frente a mí. Me fuerzo en concentrarme
en lo que tengo plasmado enfrente pero me resulta imposible con este dolor de cabeza y
ansiedad que comienza a hundirme en la desesperación total.
Observo mis manos rasguñadas, producto de la ansiedad que me hace rascarlas sin
descanso al punto de comenzar a levantarme la piel y dejar ardores que me impiden tocarme
sin soltar chillidos de dolor. Muerdo mis labios más fuertes y mantengo los ojos clavados en
las líneas releyendo una y otra vez pero nada entra.
Han pesado nueve días y nada ha mejorado. Absolutamente en nada. Mi cumpleaños fue
hace dos días y creo que nunca había llorado tanto, siquiera Elliot pudo levantarme el
ánimo. Era una mierda, un día que simplemente desearía olvidar.
— ¿Jimin? —Elliot me llama muy suavemente y no pasa mucho hasta que llega a sentarse a
mi lado. Desvió la mirada cuando él toma mis manos y las observa fijamente antes de
sobarlas, suelta un suspiro pesado y lentamente me va soltando. —Necesitas descansar, casi
no dormiste anoche.
Frunzo mi boca y niego. — Estaré bien, es solo que los exámenes se acercan y entro en estrés.
No es nada, enserio.
—Es una simple tontería. —Niego con la cabeza pero Elliot se levanta bruscamente del sofá
provocando que me preocupe. — ¿Elliot?
—Voy a matarlo. — Sisea furioso. — iJuro por dios que voy a matarlo!
—No vas a hacerlo. — Le digo clavándole duro la mirada. —¡No hagas una estupidez, Elliot!
iEs Min Yoongi de quien estamos hablando!
—No lo harás. No me interesa si sabes defenderte o no, es Min Yoongi, Elliot. No quiero que
por tu ataque de rabia termines lastimado o peor, muerto. —Sigo con voz gélida, él me
mantiene la mirada. —Mira, él es un caso perdido. ¿Bien? No puedo hacer nada contra eso,
simplemente tomé la decisión de dejarlo ir y superarlo.
—No me interesa si sales de ello o no Jimin. Por una mierda, entiende que yo te amo y no
me quedaré sentado y cruzado de brazos viendo como la persona que amo lloriquea por un
enfermo imbécil psicópata. —Me deja callado. —Así que te recomiendo que te quedes acá.
Abre el cajón y saca la pistola alertándome por completo. Corro hacia él y me abalanzo
comenzando a besarlo pero me empuja con fuerza y se dirige a la puerta a paso. Furioso.
— ¡No, no, no, no! ¡Elliot!— Grito. — ¡Elliot note dejaré hacerlo!
El me observa enfurecido mientras yo me estoy sintiendo temblar con fuerza. Todo el peso
lo siento en mi estómago jalándome hacia abajo. Me aferro a él y lo observo suplicante. —
iEs una maldita locura, no dejaré que muera! iNo lo permitiré!
—Escúchame. —Susurro. — No quiero que hagas una tontería así. Conozco a Yoongi, no
tiene piedad alguna al matar. Yoongi esté realmente mal y no sé de qué pueda ser capaz.
—Bueno. No te ha venido a buscar así que supongo no es tan explosivo después de todo. —
Me contesta algo frio. —Iré por él y le dejaré en claro que no puede jugar contigo como si se
tratase de un juguete.
Mi corazón da una punzada y mi agarre se afloja un poco. Hago un esfuerzo por no soltarme
a llorar y simplemente tomo aire profundamente.
—Olvídate de él. —Susurro con un último intento. —Te lo suplico Elliot, quédate conmigo.
Las lágrimas vuelven a resbalar. Elliot suelta un suspiro y aleja su mano del pomo de la
puerta lentamente hasta que me abraza. Me mantengo en silencio con una frívola mirada y
las lágrimas dejan de salir casi al momento.
—Al menos esta noche estaré aquí. — Me dice sobando mi espalda. —No te lo prometo los
siguientes días.
—Si vas no me voy a perdonar por eso. —Le digo. —Te odiaré, te odiaré por no confiar en
mí y traicionarme de esta forma.
— ¿Realmente me amas?
— Claro.
—Entonces quédate a mi lado. —Volteo a verlo. — Por favor. No lo lograré solo, necesito a
alguien y si vas... ¿y si mueres? O ¿vas a la cárcel? Yo no podría con esa carga moral. Nunca.
Por favor Elliot, promételo. Prométeme que no irás por él.
El suelta un suspiro antes de asentir y besar mi frente. Me aprieta las manos un poco y me
soba.
— ¿Jimin? —Pregunta.
Esta aquí.
—Cierra la ventana. —Le susurro volviendo la vista a él. Elliot alza una ceja. —Cierra todas
las puertas y ventanas ahora.
Observo la llamada entrante y siento mi garganta sacarse y mi alma ser succionada. Trago
pesado antes de responder colocando el teléfono en mi oreja. Mantengo silencio.
— ¿No tuviste a nadie mejor con quién huir?— Pregunta con voz pesada y ligeramente
arrastrada, mi silencio permanece. — ¿El hijo de Sullivan? ¿En serio muñeco?
—Déjame en paz. —Digo apretando la quijada. —Tú me pediste que me alejara y eso estoy
haciendo. No te lo repetiré Min. Déjame en paz o las cosas se pondrán realmente feas.
—Créeme que se pondrán feas. — Suelta una risa. — Pronto me regreso y sin embargo aún
quiero hacer algo antes de irme. Nuestro Último juego.
Mi respiración me falla.
—Por cierto, te ves Iindo con aquella camisa negra, ¿no fue la que traías cuando nos
reencontramos?— Inmediatamente comienzo a observar de izquierda a derecha con terror.
—No muñeco, no trates de encontrarme que no lo harás.
—Segunda regla. —Sigue.— Puedes hacer las cosas fácil para mí y venir. 0 no. En ese caso
deberé ir yo y créeme que no seré lindo.
—Está sedado, así que tendremos la casa para jugar. ¿Qué me dices? —Ríe.
Mi corazón deja de latir al escuchar unas pisadas lentas en las escaleras. Tapo mi boca y
escucho la respiración de Yoongi del otro lado.
—Tercera regla muñeco. —Dice pero su voz ya suena inclusive cerca de donde estoy.
Cuelgo el teléfono al sentir una respiración cerca de mi nuca. Mi teléfono cae y algo
puntiagudo queda en mi cuello provocando que me hiele lugar. Todo el aire se me va y las
lágrimas vuelven a picar mis ojos.
Siento una punta enterrarse en mi cuello soltándome un grito. Me remuevo y volteo un poco
viendo una jeringa enterrada y un líquido irse inyectando más profundo. Me remuevo y
grito más observando la vista más y más nublada y borrosa. Mi cuerpo deja de responder al
igual que mis sentidos, dejándome únicamente con los Últimos destellos que alcanza a ver.
Eso no es nada más ni nada menos que yo siendo cubierto por una bolsa y tirado a la cajuela
bruscamente. Pero no Siento el dolor. Tampoco el calor. Nada. Ya no siento nada.
YOONGI
Mis manos se aferran al volante y sé que estoy pasando el límite de velocidad pero me vale
una sencilla mierda. Estos días simplemente han sido... no hay palabras para explicarlo Es
un revoltijo que me marea. La confesión de Jimin simplemente me ha puesto el mundo de
cabeza.
Qué idiota. Qué idiota por amarme y enamorarse de mí. Qué jodida mierda.
Es una jodida mierda porque tendré que dejarlo, porque deberé alejarme de él. No. No estoy
feliz de que se haya enamorado de mí, es algo que realmente me pone incómodo y sé que
perderé toda mi dignidad diciendo esto pero...
Es un idiota, sí. Un gran idiota. Pero es el idiota que yo he provocado y estoy dispuesto a
cuidar y tolerar. Lo ha logrado, realmente logré seguirme el ritmo de vida y acoplarse a
nuestros jodidos cambios de un día a otro. No sé exactamente qué es lo que es lo que provoca
en mí, sigue siendo confuso.
Aun así Forcraft fue claro. Me deberé alejar de él. Alejarme por su bien, mas por el mío y no
tener nada con lo que me puedan coger. Nada que me mueva los pies del suelo y me siga
manteniendo al control y orden que había en mi vida antes de Jimin.
Sabía que las cosas comenzaban a marchar mal cuando nos acercamos. Desde sencillos
abrazos hasta un "te llevo a la universidad". Cuando ya no importaba simplemente que me
encantara su cuerpo sino que él simplemente me daba ese equilibro que a veces tanto
necesitaba. Aunque perdiera el control él seguía allí y es algo que me sigue dejando
sorprendido.
¿Qué otra opción tenia? ¿lanzarme a su brazos y proclamarle amor eterno? ¿Y luego qué?
¿Irme a los dos días? ¿Dejarlo?
Lo hubiera dejado más mierda si seguía aceptando esto y simplemente me iba. Preferí
destruirlo, usarlo y largarme. Al menos quedaría con una imagen hijo de puta de mí y no
volvería a buscarme, no volvería a querer acercarse a mí. Esa era la única y sencilla solución.
No había otra forma de alejarlo. Es demasiado débil pero zafarse de mí de buena manera y
yo también. Nunca hubiéramos podido. Así que me encargaré que me odie más al punto
que le repugne mi nombre, que tenga unas sencillas ganas de dispararme en la cabeza la
próxima vez que me vea y así, finalmente zafarnos.
Es una fantasía muy enferma pero estoy seguro que él estaré feliz de complacerme. Aquí
pagara por todo. Por acostarse con Taehyung, por haberse ido con otros hombres, inclusive
un pequeño castigo por enamorarse de mí, las veces que no se pasó de sus tonos conmigo y
varias cosas que le tengo muy guardadas.
Puedo ser dulce algunas veces con él y suavizarme. No más. Le dejaré muy clavado en su
linda cabeza loca que no olvide quien fui yo y sigo siendo. Que no olvide que puedo tratarlo
como se me dé la gana y simplemente esté aquí para servirme y complacerme. Que no olvide
que no tiene palabra ni opinión en nada, simplemente es un lindo muñeco de trapo que
puedo patear y maltratar tanto como me plazca si así quiero.
Es hora de recordarle quién soy y de lo que soy capaz. Que no importe qué suceda entre
nosotros, él siempre me va a pertenecer y nunca, absolutamente nunca, se logrará librar de
mí.
|76
JIMIN
Vuelvo a cobrar el conocimiento paulatinamente. Mi cabeza duele pero más mi cuello donde
me produce un terrible malestar al tratar de moverme. Suelto un quejido y trato de
apoyarme en el suelo pero el sonido seco de las hojas y ramas me hace reaccionar. No estoy
en una superficie firme, estoy en la tierra.
Volteo detrás de mí temblando viendo que mis piernas están atadas a unas cadenas que
estén aferradas a un árbol. Comienzo a tirar y revolcarme sin éxito escuchando el simple
canto de los grillos y otros extraños que me ponen alerta y aumentan mi pánico. Mi corazón
late más, busco desesperado algo con qué zafarme pero estoy solo en aquel bosque.
Un silencio más crudo. Me remuevo tirando más de las cadenas y me arrastro como puedo
hasta donde puedo llegar. Mis uñas se entierran en la tierra y escarbo un poco llenándolas
de mugre.
Me acerco al árbol y palpo viendo una cerradura que impide que avance. Rozo la cerradura
y maldigo soltándola. Nuevamente reviso el entorno tratando de darme una idea de dónde
estoy pero no tengo idea. Hay muchos árboles, demasiada vegetación que me impide ver
bien y un Lago más adelante, un poco a mi izquierda.
Vuelvo a levantar la vista al cielo viendo la nublada noche y la luna que asoma entre todo
el montón de grises nubes. Relamo mis labios sintiéndolos algo reseco y sobo mi cuello de
nuevo mientras escaneo con la mirada el entorno nuevamente.
Me remuevo de nuevo con las cadenas tratando de zafarme pese a que sé que es
completamente inútil. Observo el cielo, el suelo, el árbol, mis manos, las cadenas y así
continuamente hasta que me mareo. Los ruidos nocturnos no me tranquilizan y lo que
realmente me qué ha sucedido. ¿Qué mierda sucedió mientras dormía?
El silencio permanece pero escucho más crujidos que me hacen dar brincos y observar
aterrorizado el entorno otra vez. Mantengo la vista en una silueta que se va acercando y
entrecierro mis ojos en un intento de ver con mayor claridad.
Mantengo la mirada hasta que observo aquellos ojos grises reflejar la luz de la luna,
examinándome fijamente con tanta intensidad que me estremezco. Retrocedo de espaldas
hasta dar con el árbol con mis ojos muy puestos en él. Abro la boca y mi garganta se seca al
ver la ropa que lleva puesta y lo que lleva a la mano.
Me esté jodiendo.
—Parece que despertaste. —Sonríe como un demente total.— Finalicé de arreglar unas
cosas, me alegra que lo hayas hecho.
Lo examino, perdiéndome en los pantalones negros de látex y la camisa blanca que esté
rasgada y sin duda luce vieja. Lleva también guantes de látex negros en las manos y la
derecha... oh dios...
— ¿P—por qué un rifle?— Pregunto aterrorizado aunque por dentro sé la terrible y enferma
respuesta.
El sonríe y quita el seguro haciéndola sonar. La coloca junto a otro árbol detrás de él y
lentamente se va acercando a mi hasta que quedamos frente a frente y nuestro espacio se
reduce totalmente. Observo su blanca piel y su cabello perfectamente desordenado
mandando la clara imagen de no solo un rebelde sumamente malo, es caliente.
Dirige sus manos a mi camisa y sintiendo su tacto como suaves cosquilleos, me la retira en
un seco movimiento. Mi pecho queda desnudo y yo inmediatamente enrojezco pero no me
atrevo a moverme. Él se agacha quedando de rodillas frente a mí y me lanza una mirada
cargada de demencia que me pone los pelos de punta.
Dirige sus manos y mirada a mis talones y tira un poco sacando una llave. El sonido de las
cadenas zafándose y el chasquido que producen me da una ola de alivio que me tranquiliza
bastante. Al menos ya no me siento tan vulnerable.
Succiona su índice y con ese vuelve a tocarlo dando suaves círculos que me enchinan la piel
y mandan la cabeza casi al suelo. Trato de reaccionar a su toqueteo dándole un manotazo
pero apenas la pero apenas la levanto, él la atrapa firme en el aire en un seco movimiento.
Alza más el rifle y cierra un ojo apuntándome directamente. Suelto un grito y me cubro
comenzando a llorar cuando él dispara y la bala roza apenas mi cuello. Solo escucho el
silbido cerca y el viento suave rozándome. Comienzo a temblar en descontrol y mi corazón
late más y más.
Volteo a verlo con ojos repletos de lágrimas y caigo de rodillas al suelo. No me siento
aguantar, todo mi cuerpo deja de reaccionar sintiéndolo pesado. Él sonríe nuevamente y se
acerca tomando mi barbilla con fuerza.
—Siempre me puso verte llorar.— Me dice apretando más. —Creo que es algo de lo cual
nunca me voy a cansar.
Juguemos, Jimin. —Me dice sonriendo y ladeando su cabeza.— Quiero jugar contigo, me
encanta jugar contigo.— Me toma más fuerte causando un dolor que me incomoda. —
¿Jugarás conmigo?
Él se limpia con lentitud sin dejar de verme. Alza sus hombros y vuelve a apuntarme
chocando con fuerza el anillo del arma contra mi frente.
—Si tanto insistes podría hacerlo.—Dirige sus manos al gatillo sin dudarlo. —Sera
admirable y terriblemente caliente para mí ver tus sesos salir volando y salpicar el árbol
detrás de ti. Podría masturbarme luego y violar tu cuerpo desnudo viendo tu frente volada.
Me toma ahora del cuello y me tira al suelo colocándose sobre mí. Me remuevo pero su
agarre se aprieta más aplastando una zona que me arranca el aliento por completo.
Es tentador. Sigue sonriendo cada vez. —¿Qué dices Jimin? ¿Debería arrancarte los ojos y
meter mi pene dentro mientras te observo en agonía?
—Creo que seré algo que disfrutaré mucho ahora que lo pienso. —Dice antes de volverme
a apuntar.
—iEso es, mi amor! ¡comienza a correr que cazarte sera divertido! —Escucho sus gritos
detrás de mí.
Me agacho un poco escuchando los disparos retumbar en mis oídos como un maldito tic tac
de un reloj que cuenta mi Vida. Sigo corriendo aguantando el dolor de las piedras y ramas,
aventando las plantas con mis manos y casi tropezando debido a mi velocidad.
Que...
Observo un poco a través de mis hombro y me desvió un par de metros adelante a la derecha
antes de correr otro poco y desviarme a la izquierda, corro tan rápido que prácticamente
comienzo a impulsarme hacia adelante y en un brusco movimiento me aviento a la derecha
cayendo al suelo.
Me comienzo a arrastrar por la tierra quitando un par de plantas hasta quedar junto a un
arbusto. Escucho [as pisadas y disparos cercanos y mis manos tiemblan en descontrol, mi
pecho arde y con respiración faltante me abro un poco el paso hasta meter mi cuerpo dentro.
Tapo mi boca que suelta respiración temblorosa llena de terror. Tapo también mi nariz para
impedir que el aire pase y evitar hacer más ruido. Exhalo pero provoco demasiado ruido
debido a mi temblor así que comienzo a morder mis dedos escuchando pisadas cercanas. El
silencio es gélido en mi entorno hasta que veo unas plantas moverse y aquellos pantalones
de látex hacer aparición.
Me mantengo en silencio y me hago más Chico en mi escondite al verlo tan cerca. Yoongi se
detiene y el silencio es cada vez más crudo y tenso. Yo mantengo mis ojos fijos en sus pies
rogando por mi vida y que ningún ruido salga. Suplico que se vaya, que se vaya y así pueda
correr en sentido contrario y encontrar a alguien que [lame a la policía y me ayude.
Vete... vete ya. Lárgate Yoongi... vete... te lo ruego... vete... vete por lo que más quieras.
—Sé que estés por aquí muñeco. Comienza a decir con voz escalofriante. No hay más huellas
en la tierra más adelante en el entorno.
Separo mis dientes observando mi piel rojiza y el pellejo levantado del cual brota sangre.
Me muevo apenas rogando no hacer más ruido observándolo alejarse un poco.
Sigue.
Contaré hasta diez y saldrás para seguir corriendo, sino te prometo que si te encuentro seré
mucho peor para ti.
El deja el rifle en el suelo y lo observo alejarse bastante. Queda casi junto a mí.
—Sé que puedes verme. —Dice. — Así que comenzaré a contar, ¿bien?
Me abalanzo fuera del arbusto a rastras y él dirige la mirada hacia mí con una enferma
sonrisa. Con que allí estabas pequeño muñeco... Sonríe más grande. —Cuatro.
—Cinco.
Vuelvo a correr tan rápido como puedo siguiendo el conteo en mi cabeza. No me alejo
suficiente, ya vuelvo a escucharlo detrás de mí corriendo más.
Las lágrimas de desesperación me inundan al igual que Ios gritos. Corro maldiciendo por
el poco tiempo de ventaja que tengo, escucho sus pisadas demasiado cerca y sé que no podré
perderlo nuevamente tan fácil a distancia tan corta.
Caemos al suelo pero yo lo pateo cuando él entierra sus unas en mí para tomarme. Me
provoca una herida en el brazo pero no siento el dolor, me levanto revolcándome y
pateándolo, comenzando a correr de nuevo sintiendo un cosquilleo en mi rostro.
Una sed que nunca había sentido. Un hambre que ruge en mis instintos más enfermos
sacándolos a flote. Mi mente llenándose de imágenes perturbadoras y mi boca se abre
entrando en un trance más fuerte donde ya no controlo nada.
Y no lo hago.
Y otra. Y otra.
Y otra.
—iNo me atrapas maldito imbécil! —Grito con fuerza antes de reír como un niño pequeño.
¡A que no me atrapas, a que no me atrapas, a que no me atrapas!
Me relamo sintiendo mi cuerpo revivir y todo el dolor esfumarse para ser reemplazado con
el sentimiento de euforia que jamás había sentido. Mis pisadas se vuelven más firmes y de
un segundo a otro el miedo ya no existe, el terror se esfuma tan rápido como se produjo.
Suelto una Ultima risa y sigo corriendo por pura diversión a verlo jodido tratando de
perseguirme. Me dura poco ya que me encuentro con un camino de piedras y plantas con
espinas que me niego a travesar. Retrocedo y me desvió un poco a la derecha pero eso es
suficiente para que él me alcance.
Sus manos se aferran a mi cintura y me manda al suelo sin soltarme. Rodamos un poco en
la tierra, yo con el aliento corto debido al golpe y él con la respiración agitada. Queda sobre
mí tomándome de las muñecas, su cabello negro cayéndole en el rostro ocultando un poco
sus ojos. Su sonrisa se ensancha.
—Quizás.
Él se mantiene un poco serio y veo que sus ojos se mantienen muy clavados en mi antes de
que levante un poco su ceja derecha. Yo le mantengo la sonrisa pero él ladea un poco su
cabeza y soba mi mejilla con suma suavidad. Siento su toque como electricidad pura.
Todo en mí se sacude al sentirlo y verlo otra vez tan cerca. Toda la ansiedad se esfuma para
ser reemplazado por una ola de calma, un deseo de querer abrir nuestras muñecas y atarlas
para que nunca más nos separemos. Que nunca más se aleje de mí.
—No te dejaré irte. — Le susurro con una sonrisa.— Eres mío Min Yoongi... —Voy colando
mis manos por su pecho observando como su mirada comienza a cambiar.— Así como yo
soy tuyo. Eres mío y no te permitiré que te alejes de mi porque no estoy dispuesto a dejarte
ir. Me detengo en sus mejillas. Porque si me dejas Yoongi... yo me voy a suicidar.
—Nunca me dejes Lloriqueo. Nunca me dejes. —Me aferro más fuerte hundiendo mis dedos
desesperados en su camisa para sentirlo y frotando la punta de mi nariz en su ropa. —No
me dejes, no me dejes, no me dejes. Voy a matarme si me dejas. Voy a matarme si me...
Me rindo, mi cuerpo derritiéndose al sentir sus labios fundirse de nuevo con los míos y
lentamente irme inclinando hasta que mi espalda desnuda da contra el suelo. Subo mis
manos a sus mejillas lentamente hasta irlas a entrelazar detrás de su nuca hundiéndome en
sus hebras.
Lo pego más a mi aprisionándolo contra mis piernas y sintiendo nuestras respiraciones
comenzando a volverse más pesada. Su tranquilidad se esfuma con cada segundo y solo
basta que muerda su labio inferior para descontrolarlo por completo.
Me besa agresivo y rudo comenzando a morderme y a gruñir furioso en mis labios. Yo clavo
mis uñas en su espalda y rasguño fuerte hasta su espalda baja mientras él baja a mis
clavículas que comienza a lamer mientras yo me arqueo cegado por el placer. Cierro mis
ojos sintiendo sus besos húmedos ir bajando por mi abdomen hasta llegar cerca de mi
ombligo donde hace una mordida más brusca. Gimo de placer por el ardor que me provoca
y siento sus chupetones ahora ir a mi cadera, mordisquear mi piel, subiendo después y
clavarse en mis brazos.
Abro mis ojos encontrándome con su hambrienta mirada. Yo levanto mi brazo a su altura y
él lo toma rozando sus labios sobre mi frágil piel sin quitármela vista de encima.
Me muerde. Yo muerdo mis labios y él aprieta más fuerte haciéndome arquear de nuevo mi
espalda y después lame un poco, arrastrando la punta de su lengua antes de volverme a
morder. Gimo otra vez y me obligo a mantenerme con los ojos abiertos viendo mi piel
tornarse rojiza y morada debido a las fuertes mordidas. Las marcas de sus dientes
quedándose largos segundos en mi piel.
El sigue subiendo hasta llegar a mis clavículas donde vuelve a morderme. Lo aferro a mí
sintiéndolo ahora en mi cuello, mordiendo y atacando cada centímetro mientras yo ya he
comenzado a temblar debajo de él. Tan imponente y firme, seguro, un maldito que sabe bien
dominarme con la mirada.
Vuelvo a gemir y lo siento saborearme con lentitud tortuosa. Sigue mi quijada mordiendo
todo el contorno hasta el lado contrario, subiendo más dejándome sentir su cálido aliento
hasta llegar a mi oreja que también muerde. Me estremezco y tiro mis brazos a mis costados
dejándome en sumisión total, simplemente suspirando tembloroso por aquella estimulación
que me da con mordidas.
Lame sacándome otro gemido. Deposita un beso. Muerde. Me besa y ríe haciéndome ver
estrellas con el simple roce de su risa. Mis ojos se encuentran nuevamente cerrados,
centrándome en su voz ronca que comienza a susurrarme lo que desea hacerme, cosas tan
malditamente grotescas que me llevaran a enloquecer de placer, lo enfermo mezclándose
con lo sensual creando y explotando peligro y adicción dulce.
—Nunca me había puesto tanto verte huir de mí.— Susurra arrastrando sus labios por mi
cuello mandando corrientes heladas dentro de mi cuerpo así como calientes.— ¿Sabes qué
hare?
—La cabaña que nos espera esta allá. Me dice observando a la derecha. No muy lejos,
curiosamente.
Me lame de nuevo la barbilla. —¿Sabes qué haré ahora que te he atrapado? Niego de nuevo
y siento sus manos volverme a tomar de las muñecas mostrando dominación. —¿Quieres
saberlo?
No puedo evitar sentir algo caliente recorrerme pero algo así me mantengo tan neutro y
tranquilo como puedo. Sobo su mejilla mientras mi otra mano comienza a arrastrarse
discretamente por la tierra otra vez.
—¿Y qué esperas entonces? —Pregunto bajando mi vista a sus labios. —Cómeme. Eso lo
hacen los depredadores cuando cazan a su presa.
—Créeme que lo haré. —Me dice con voz ronca y ojos desbordando de deseo.
—Sublime. —Susurro antes de tomar la piedra y regalarle de mis mejores sonrisas tiernas y
encantadoras.— Lástima que no seré hoy.
Lo golpeo con excesiva fuerza hasta que caer a mi lado. Vuelvo a golpearlo con la piedra
hasta que esta se impregna de sangre y él finalmente se desmaya. Mi sonrisa se ensancha
más.
YOONGI
Una vibración en mis oídos y un fuerte dolor cerca de mi sien me hace soltar un pequeño
quejido. No puedo abrir mis ojos todavía pero siento claramente el dolor aumentar y
azotarme sin piedad repetidas veces. Muerdo mis labios con fuerza tratando de recuperar
la respiración y finalmente respiro hondo.
Aprieto mis puños sintiendo la rabia invadirme en un tornado de ira que me hace gritar y
golpearme al azotar mi cabeza contra la pared. Mi pecho sube y baja con rapidez y es
cuestión de tiempo antes de que escuche una suave risa que me hace levantar la mirada.
Entrecierro mis ojos observando una silueta cerca de la ventana, apoyando su espalda contra
la pared y permitiéndome admirar aquel precioso perfil que conozco bien. Me mantengo
gélido, mi cabeza ardiendo y mi cerebro luchando por recordar algo. Mínimo una maldita
explicación a todo este escándalo. ¿Qué jodida mierda se le metió en la cabeza?
—Hasta que despiertas. —Me dice con un tono lleno de burla. —Comenzaba a preocuparme
que mis golpes te hubieran matado.
Aprieto mis muñecas enterrando mis dedos en las palmas de mis manos. Lo veo moverse y
lentamente se acerca a mí. Mis ojos se abren más y todo el aliento se me va cuando queda
despampanante bajo la tenue pero increíblemente pasional luz.
iEl muy descarado se ha puesto mi camisa de caza! iMi jodida comisa! iLa mia! ¡¿Pero qué
demonios se cree?!
Me sacudo el doble al percatarme que no lleva más pantalones, solo un sencillo bóxer negro
que se amolda perfecto a su cuerpo. Sus brazos estén cruzados sobre su pecho
permitiéndome ver sus clavículas que aún tienen rastros rojizos debido a las mordidas que
le hice. Voy subiendo mas hasta su cuello, sus gruesos labios que esbozan una siniestra y
satisfactoria sonrisa. Llego a sus ojos.
Están completamente oscurecidos, una expresión que me es difícil interpretar ya que jamás
lo he visto así. Desborda burla, esta' estallando en carcajadas en silencio, burlándose de mí,
de mi vulnerabilidad y que me ha logrado derrotar. Aquella mirada de niño pequeño que
ha hecho una travesura maestra y nadie le ha pillado.
Se vuelve a acercar a mí hasta quedar frente a frente. Debido a que estoy ligeramente alzado
él queda a la altura de mis labios. Sonríe mostrando sus dientes y haciendo desaparecer sus
ojos.
—Lo disfrutas. —Le sonrió y él se calla. —Te encanta que juegue así con tu cuerpo.
—Si, admito que me gusta que juegues con mi cuerpo.— Su semblante se oscurece por
completo. —No con mi corazón.
Mi saliva se torna agria y siento la tensión en mi pecho instalarse con esa sencilla frase. El
silencio se vuelve gélido y yo simplemente puedo observarlo deseándole la muerte a través
de mis ojos. El no mueve ni un solo musculo, su mirada helada se mantiene estética sin
expresarme nada más que rabia y dolor.
—Yo jamás te pedí que te enamoraras de mí.— Es lo único que puedo contestarle sintiendo
mi voz salir filosa e increíblemente pesada.
—No. Tampoco es algo que yo quisiera, simplemente se dio. —Sigue alejándose un paso
pero sin quitarme la mirada. Pero sin quitarme la mirada. —Me enamoré del chico que me
ha agredido, abusado y secuestrado. Me he enamorado del asesino que ha arrebatado vidas
y de la bestia sin corazón. ¿Crees que estoy orgulloso de eso, Yoongi? ¿Crees que yo pedí
enamorarme de un enfermo como ti?
Con cada palabra que sale de su boca más callado me ya dejando. El suelta una risa bastante
seca y niega con la cabeza mordiendo su labio con rabia.
—Y aquí me tienes. —Dice con voz completamente ahogada y cansada. —A tus pies,
comiendo de tu mano y simplemente... corriendo detrás de ti. —Su voz sale con rabia. Soy
Park Jimin, el grandísimo imbécil enamorado de ti, ¿u obsesionado? Sea lo que sienta, no
tiene importancia. Nunca sentirás lo mismo por mí.
Veo que comienza a pasearse por la habitación mordiendo sus unas. Quiero estrangularlo y
gritarle mil cosas pero no estoy en posición de hacerlo. Francamente no sé qué le ha sucedido
y lo que menos quiero es provocarlo. Así que me mantengo en silencio.
—Eres... —Deja sus palabras al aire y aprieta sus labios. —Un ser humano repugnante. Para
ti es muy fácil tronar tus dedos y que yo ya esté de rodillas frente a ti, es fácil jugar conmigo
y tratarme como se te de la maldita gana, ir y venir una y otra vez. —Se acerca con expresión
sombría y sus puños apretados. —Te es fácil confundirme, jugar con mi cuerpo, cabeza y
corazón. ¿Te digo qué? Me cansé.
Suelto una pequeña risa sin poder evitarlo. Es tan patético que no puedo evitar sentir pena.
Luce desesperado y viene a atacarme con sus dramas de sentimientos y chico víctima. Como
si él tampoco me rogara quedarme a su lado o regresar a mí en lugar de darme la espalda.
¿Viene a acusarme y señalarme y jugar a la pobre víctima, ¿en serio? ¿Tiene el descaro?
¿Tanto lo han hundido sus sentimientos?
—Mira.— Digo cansado ya que no estoy dispuesto a pelearme con él.— Me chupa un huevo
lo que sientas, ¿bien? —Esbozo una sonrisa.— Me vale una reverenda mierda como te
sientas. Tu sabías en lo que te estabas metiendo y aun así seguiste. Tuviste oportunidades
para correr lejos de mí y sin embargo, decidiste atarme y restregarme tus pobres
sentimientos de corazón roto. iOh, pobre bebé!— Puchereo. —¿Papi Yoongi te trata mal,
muñeco?
El arde en rabia y se vuelve rojo. Suelto una carcajada al verlo explotar lentamente frente a
mí. Sera divertido, creo que prefiero jugar al final.
Voy a abrir la boca pero él azota con fuerza la pared con sus manos. Mi boca se cierra al
instante...
—Abusaste de mi desde que tenía ocho. —Comienza alejándose un poco. —Sufrí tus golpes,
quemaduras, torturas y humillaciones. Me tenías bajo amenaza de lastimar a mi mejor
amigo en ese entonces si te desobedecía. —Se pierde de mi vista y lo veo remover unas
cosas. —El último día me besaste, te largaste, regresaste, volviste a jugar conmigo y
aprovechaste que era débil y que te tenía miedo para lavarme el cerebro.
Alzo una ceja tratando de mostrarme indiferente pero sus palabras realmente comienzan a
causar algo en mí.
Se detiene y mis ojos viajan al cuchillo que tiene muy apretado en su mano.
—Y todavía tienes el maldito descaro de seguirme proclamando tuyo. Que debo estar a tu
merced esperándote para jugar conmigo sin yo tener libertad. —Se sigue acercando. —Yo
no soy un maldito asesino, no soy un maldito rompe corazones y mucho menos un sádico
posesivo enfermo de poder.— Se calla unos momentos y sonríe. —Bueno, de lo último no
estaría tan seguro ya.
El coloca Ia punta del arma blanca en mi barbilla y la alza. Bajo mi mirada para seguirlo
viendo.
—¿Todavía sigues pensando que soy un dramático? Yo pienso que estoy en mi derecho de
comportarme como lo hago y darte una buena lección. —Desliza el filo por mi pecho.— Te
dejaré muchas cosas en claro esta noche. Voy a torturarte así como tú lo hiciste conmigo,
castigarte y tal vez, solo tal vez, hacerte ver las cosas de otra forma.
Hace una cortadura en mi pecho y la sangre comienza a brotar. Frunzo un poco el cerio por
mi ardor pero él me dedica una mirada cargada de venganza. Lo está disfrutando el muy
maldito.
—Pero dejemos nuestra charla. No tengo nada más qué decir.— Alza sus hombros. —Ahora
prefiero jugar a ser tú. ¿No te excita? Estarás a mi disposición, ¿no quieres saber qué voy a
hacerte?
—Si crees que te rogaré estés muy equivocado.— Esbozo una sonrisa.
—Lo veremos. —Me dice con soberbia antes de guiñarme el ojo. —Comenzaremos con algo
leve. ¡0h ya sé! Comenzaremos como éramos siendo pequeños.
Una escalofriante sonrisa se cola en su rostro y juega con el cuchillo. Lo deposita en el suelo
y se acerca a mi arremangándose Ias mangas. Todo mi cuerpo se tensa. No se atreve. No se
atreve, ¿cierto?
—¿Cuántos golpes crees que sean necesarios? ¿Quince?— Voltea a verme pero yo no sé qué
decir. No puedo creer que realmente esté haciendo esto. —Sí. Serán quince.
Le digo a través de la mirada que no se atreva pero suelto un jadeo de dolor cuando su puno
se estampa con fuerza en mi estómago. Trato de recuperar el aliento pero él vuelve a
golpearme, y después otra vez.
Me estremezco y trato de aguantar los diversos golpes que me va propagando por todo mi
cuerpo hasta que se estampa en mi mandíbula y rostro mandando un agudo chirrido por
mi cabeza. Lo observo negándome a soltar cualquier muestra de dolor y darle el placer de
verme así. El me observa fijo y yo sonrió sintiendo la sangre en mi boca.
—Necesitaras más que eso para someterme, muñeco. —Le digo escupiendo al suelo.
—Antes era asquerosamente desagradable que me cortaras con él.— Clava la punta en mi
pecho. —Dolía. Dolía como no tienes idea.
Vuelvo a morder mis labios y lanzar mi cabeza hacia atrás cuando él toma firme el cuchillo
y comienza a cortarme. Su mano tiembla ya que no sabe qué tan profundo ir lo cual resulta
divertido pero el dolor es más fuerte así que me abstengo a soltar una carcajada.
En eso sus ojos se iluminan mandándome un mal presentimiento. Levanta la mirada hacia
mí y esboza otra sonrisa diabólica antes de volverse a agachar. Me tenso. ¿Qué mierda hará?
Comienza a cortar en mi pecho yendo hacia abajo sin ningún cuidado, separando el cuchillo
y volviéndolo a juntar trazando algo que no comprendo qué es. El primer grito de dolor sale
y todos mis músculos se tensan otra vez provocándome más dolor y se contrae. Mi
respiración se vuelve pesada e internamente comienzo a pensar que ojalé no le falte mucho.
—¡Ya está!—Dice contestan alejándose de mí con una sonrisa y comienza a leer—Park Jimin.
Lindo, ¿no lo crees? Así sabrán que eres de mi propiedad.
Nunca había tenido tantas ganas de matarlo como ahora mismo. Lo que Ie espera cuando
logre liberarme. —¿Estas satisfecho? —Siseo furioso.
—En realidad no. —Dice tranquilo observando la sangre en el cuchillo. —Me gustaría
hacerte más como enterrarte alfileres, quemarte o abrir más tu piel pero no trajiste tantas
cosas. Es decepcionante considerando que eres tú, pero me conformo con la simple
humillación de tenerte atado para mí.
Suelta una risa y lame la sangre del cuchillo frente a mí. Vuelvo a apretar mis puños y él
saborea un poco la sangre en su boca. —No sabe mal, pero prefiero la mía. Y deja el cuchillo.
Veo que regresa atrás y toma el látigo. ¡Oh mierda, ahora si voy a matarlo!
—Te azotaré el cuerpo hasta hacerte sangrar.— Amenaza con una sonrisa. —Y finalmente
llegaremos a mi parte favorita. Una que yo bien disfruto y estoy seguro que ti también.
Se acerca dándole suaves vueltas al látigo y se relame los labios. –No te atrevas. —Amenazo
pero él ríe y alza el látigo antes de soltarlo con fuerza sobre mi piel.
Es inevitable no soltar un gruñido de dolor y comenzar a temblar. Cierro mis ojos con fuerza
escuchando el cuero azotarse contra mi piel y cosquilleos llenos de ardor expandirse por la
zona. Respirar me cuesta más y me remuevo más y más desesperado conforme sigue
azotando en descontrol.
Él se detiene y me examina fijamente con una sonrisa. Maldito descarado, maldito muñeco
de mierda, realmente se la está buscando.
Por fin. Sonríe erizado de satisfacción. —¿Ves que no es tan complicado Yoongi? Suplicar a
veces no tiene nada de malo.
—Ahora vamos a algo que me gusta mucho.— Se vuelve a acercar con el cuchillo y me roza
las heridas.— ¿Seguimos, mi amor?
—¿Te quedarás callado? —Me pregunta ladeando su cabeza. —¿Sera necesario que te
castigue más para que hables?
—Perdiste la cabeza. —Le digo apretando más las cadenas comenzando a lastimarme las
muñecas.
—¿Y debido a quién?— Pregunta divertido.
—Veamos.— Baja la mirada a mis pantalones y desliza el filo hasta el borde. —Haré un
pequeñito corte por aquí... Rasguña y la sangre vuelve a brotar de la zona inferior de mi
ombligo. Vuelvo a sacudirme un poco. —Y otro más por aquí... y acá.
Termina haciendo tres pequeños cortes pero que arden de la mierda. Él se deja de caer de
rodillas frente a mí y levanta la mirada cual niño inocente. Sus ojitos de cachorro me
examinan y abulta sus labios.
—¿Soy malo?— Pregunta con voz infantil dirigiendo las manos a mi cierre y comenzando
a bajarlo. Me tenso por completo. —¿0 soy bueno?
—Nop.— Me sigue sonriendo.— Quiero ver qué nombre escapa de tus labios mientras
gimes.
Baja mis pantalones en un seco movimiento a igual que mi ropa interior. Me tenso cuando
toma mi polla y comienza a masturbarme con suma delicadeza.
—Esto es mío.— Me dice levantando la mirada hacia mí.— ¿Me oyes? No lo voy a compartir
con nadie porque me pertenece.
Carajo.
Trato de desviar mi atención pero él comienza a succionar las heridas que me hizo mientras
sigue masturbando a ritmo lento. Me siento endurecer por más que ruego que no. No quiero
demostrarle que su tacto me enloquece, no quiero demostrarte que él me pone como ningún
otro.
Puta mierda.
—Jimin... Vuelvo a repetir y él levanta la mirada cargada de inocencia. Mierda no, por favor
no. Todo menos esa mirada inocente. Basta.
El me observa sin contestar y deja mi miembro semi duro unos segundos. Ladea su cabeza
a la derecha, después a la izquierda y vuelve a tomarlo con una sonrisa.
Vuelvo a bajar la mirada observando la saliva que escurre de sus labios. El me sonríe y lame
toda la extensión de la punta de mi glande hasta detenerse en mis testículos. Aguanto la
respiración y todo mi pecho se tensa cuando comienza a lamer lentamente. Mete mis
testículos en su boca y comienza a succionarlos manteniéndome muy fija la mirada.
—¿Te gusta no es así?— Le pregunto jadeante con una sonrisa. —Cómelo todo.
Él toma rubor y muerde sus labios desviando la mirada. Oh... parece que el Jimin inocente
ha vuelto a aparecer.
Sonrió mas mientras él toma aire y se relame. Se levanta y lo veo bajar la ropa interior y
lanzarla lejos. Mi cabeza y cuerpo enloquece y un hambre potente me recorre, el quererme
lanzarme sobre él. Me tortura internamente al recordar que estoy atado.
Vuelvo a ponerse de rodillas y succiona otro poco hasta que comienzo a suspirar y mi
respiración se vuelve más pesada. Trato de morder mis labios pero aun así comienzo a
empujar un poco mis caderas para embestir su linda boca.
Me jode.
Suelta otra risita antes de avanzar lejos de mí permitiéndome ver lo que puedo de su
precioso Culo. Gruño en desespero por no poder aventarme encima de él y lo observo
regresar con una sonrisa siniestra, un lubricante a la mano, el cuchillo y... oh mierda.
Encontró los juguetes sexuales.
—¿Listo para la función? Pregunta con malicia. No se atreve. —¿Qué harás?— Pregunto con
voz quebrada.
—Muchas cosas Yoongi. —Dice con soberbia. —Aunque mi punto sera descontrolarte, que
ruegues y admitas de una jodida vez que yo seré el único chico que será dueño de tu cabeza,
cuerpo y amor... a tu manera.
Comienza a hacer suaves cortes en sus piernas y brazos. Los hilos ligeramente rojos brotan
y él suspira complacido. Levanta su camisa mostrándome su semi dura erección. Escupe
sobre ella mandándome un escalofrió y otro pequeño gruñido escapa de mis labios.
Comienza a masturbarse lentamente cerrando sus ojos y esbozando una sonrisa. Lo veo
lamer sus labios y después morder sus labios comenzando a removerse otro poco. Mi
miembro palpita al verlo darse placer, su mano queda ocupada y con la otra comienza a
cortarse soltando otro chillido. Veo que su mano comienza a moverse con mayor rapidez.
Se remueve y abre sus ojos comenzando a gemir bajo. Vuelve a escupir y chilla agudo
viéndome fijamente. Gruñe de placer y vuelve a morderse los labios.
—Mierda, luces ten sexy.— Me dice. —Te quiero dentro Yoongi, ¿no te encanta cuando
entierras tu polla profunda en mí?
Vuelvo a sentir mi respiración fallar. Mi erección sigue palpitando por más que trato de
mantener el control pero me es inútil. Muerdo el interior de mi mejilla.
—A—ah... —Gime dando un pequeño espasmo. —M—me encanta hacer es—esto cuando
no es—estas... ¿sabes?
—¿Quieres me lo entierre pensando que eres tú? —Pregunta vertiendo el lubricante en él.
—¿Quieres verme follarme el dildo mientras me observas allí colgado.
Me está haciendo perder más la paciencia y la cabeza. Solo pienso en zafarme y tomarlo
como nunca antes lo había hecho. El me sonríe y levanta el borde de su camisa y la coloca
en sus labios permitiéndome ver sus pezones duros y completamente erectos y rosados.
—¿Quieres lamerla? ¿Follarla? Siempre estoy preparado para ti. —Se abre más y dirige sus
manos a sus gordas mejillas traseras para abrirlas y permitirme ver más.— Tantea con su
dedo suciamente. —¿Ves cómo me pones?
—J—Jimin... —Mi voz quiebra sin aguantar más. —Jimin, y—ya basta.
—No te escucho. —Me dice sonriendo.— Así que comenzaré a jugar si te parece.
Se abre más de piernas y yo muerdo mis labios tan fuerte que duele. Veo como toma aquel
dildo y juguetea con su entrada rozándolo solamente de arriba a abajo y gimiendo en voz
baja. Lentamente comienza a introducir un poco y a sacarlo. Vuelve a meterlo otro poco y
jadea más agudo.
Veo que comienza a meterse más y lentamente comenzar a moverlo. Restriega su mejilla
contra el suelo y menea su cuerpo también de adelante hacia atrás mientras su mano hace
el trabajo. Muerde sus labios y sus ojos se llenan de placer puro mientras Io veo ir
ligeramente más rápido.
Ya me encuentro goteando pre semen con la simple vista. Todos mis músculos estén rígidos
y mis muñecas sangrando debido a todo el esfuerzo que hago por zafarme. Lentamente voy
enloqueciendo viéndolo empujar más adentro y gemidos más agudos brotar de sus gordos
labios que relame y muerde en desespero.
Lo mete más rápido mandándome descargas por todo mi cuerpo. Cambia de posición para
colocarse frente a mí y vuelve a abrir sus lindas piernas. Mi polla vuelve a palpitar al ver su
ano completamente dilatado y las palmaditas que vuelve a dar.
—¿Por qué no entras? —Me pregunta temblando.— Estoy abierto y listo para ti... fo—
follame duro... t—tomame...
—iM—mas... m—mas!
Un escalofrió helado me recorre y cada vez se vuelven más fuertes. Mas constantes.
Escalofríos de excitación y mi miembro doliendo como ei infierno, palpitando y rogando
liberarse. Me remuevo desesperado volviendo a golpear mi cabeza.
—iTe lo suplico! —Grito sin aguantar más.— iJimin suéltame, te lo ruego! ¡suéltame!
El niega con lágrimas y lo veo empujar al fondo y allí dar estocadas constantes mientras
levanta y levanta más su cadera gritando en descontrol. Observo líquido salir de su entrada
y aquello me enloquece más y más. Saca el dildo y lo avienta para comenzar a palmearse de
nuevo y meterse dos dedos que mete y saca.
Se revuelca y lloriquea metiendo tres dedos. Se pone de lado y lo veo temblar con todo el
sudor empapando la camisa. Gime mi nombre mientras yo estoy en locura total, mi cabeza
se vuelva al igual que la pequeña cordura y no pienso en nada mas que no sea enterrarme
en él y hacerle gritar hasta destruir su garganta.
Mete sus cinco dedos más no su mano. Une los cinco dedos y aquello se mete comenzando
a dar círculos y metiendo y sacando un poco. Gruño ronco y me siento dar también
espasmos, la lente tortura de ver su erección levantarse y comenzar a expulsar más gemidos
y un líquido transparente escurrir por todo su pene rojizo.
Él se ahoga en gemidos y sigue brincando otro poco restregándose contra el suelo. Se levanta
sacando sus dedos del suelo y se acerca con rodillas temblorosas a mí. Me besa con furia y
tantea mi pene antes de darme la espalda y restregarse contra mí. Su espalda frota mi pecho
y mi dura y adolorida polla se restriega contra su trasero.
Se mantiene enterrado hasta el fondo y se detiene para sacarse la camisa y finalmente sentir
nuestros cuerpos. Sigue montando como puede más y más rápido haciéndome jadear ronca
también y embriagarme de placer. El sigue saltando hasta que yo me libero mordiendo
fuerte mis labios y él poco después chillando agudo.
—Yo no he acabado.
—Suéltame. Ahora. —Digo y no sé qué cara habré puesto peor él me observa aterrorizado
y traga pesado.
Se acerca a mí y zafa mis tobillos, levanta sus brazos y escucho el sonido de las cadenas
soltarme. Suelto un suspiro de alivio y gruño de nuevo.
El silencio reina unos segundos donde sobo mi muñeca y le dedico una profunda mirada.
Él ha comenzado a temblar y a retroceder, sus ojos atascados de terror que gritan aun así
"follame duro, Min"
—Prepárate, bebé. Que ahora te toca a ti ser castigado por mí. —Le digo alzando su barbilla
con el filo y esbozando una sonrisa llena de satisfacción. —Castigado al estilo enfermo
masoquista de Min Yoongi.
Y sus ojos brillan de satisfacción pura antes de sacar un poco su lengua como un perro
sediento y asintiendo repetidas veces poniéndome duro nuevamente y plantearme la seria
pregunta de por qué carajos lo estoy dejando ir si me encanta tanto. Somos el uno para el
otro y ahora si no me cabe la menor duda.
|78
JIMIN
Siento corazón latiendo en mi interior con fuerza. Aquella chispa que me engulle y hace
explotar en lo peor que creí que mí. Lo insano que arrastra cual marea en mi maldita cabeza
arrastrándome tan profundo que no me creo liberarme más.
No quiero hacerlo.
La sangre llama a gritos al igual que el dolor. Aquella inyección de dolor que se entierra en
mi como una droga que me revive y me lanza a la euforia. Es sencillamente fascinante como
mi cerebro me hace observar todo aquel dolor como mi vía de liberar todo lo que siento y
guardo. Necesito ser tomado y golpeado duramente hasta no poder levantarme más.
Necesito arrastrarme en mi propia sangre y llorar hasta no sentir más.
Soy un Chico malo que se porta muy mal. Soy un Chico con una cabeza que no funciona
bien por más que traté de huir de aquellos murmullos internos. Aquello que prefería pasar
de largo y bloquear, bloquear todo lo que provoca y lo bueno que se siente en mí. La fuerza
que tengo para aguantar las atrocidades que me vuelven más adicto a aquello que me hace
daño.
El sucio masoquismo que a veces sale de mí en descontrol llevándome a las más atroces y
peligrosas acciones finalmente lo dejo adueñarse de mí. No oponerme más y simplemente
estirar mi mano y dejar que el maldito diablo que me ha convertido en esto me jale.
¿Hasta dónde podemos llegar? Quiero saber. No me interesa la superficie más, quiero
revolcarme en su obscena y enferma mente y ser el protagonista de todas sus fantasías. Ser
yo quien lo esté acompañando en su más siniestra locura y morbosa mente. Soy yo. Nadie
más que yo podría con ello. Él lo sabe, yo lo sé.
Así que basta de pelear y simplemente dejarme llevar. Que aquella barrera moral y humana
se haga trizas y solo deje dos demonios cara a cara con un infierno que crear.
Él me dijo una vez que creáramos nuestro propio infierno uniendo los demonios en nuestras
cabezas. Nunca había comprendido hasta ahora. No había comprendido la profundidad de
aquellas palabras y todo lo que abarcaba, a pérdida de cordura total, el no ver más en blanco
o negro por no saber diferenciarlo más.
Entonces está bien. Estoy dispuesto a dar otro paso con él. Estoy dispuesto arrancar aquella
vida tan tranquila y encerrarme en lo profundo y oscuro. Estoy dispuesto a perderme en la
oscuridad si son sus manos las que me van a guiar.
—Cometiste un gran error al liberarme. —Me dice con una enferma sonrisa pero yo no me
muevo, sencillamente me pierdo en la negrura de sus ojos. — ¿Sabes qué voy a hacerte?
Yo me mantengo en silencio. Sigue siendo él. Sigue siendo el Yoongi que he conocido, el
Yoongi que simplemente le gusta chispas de peligro a la hora de follar. No busca quemarlo
todo, sigue manteniéndose limitado.
—No tengo idea de lo que puedas hacerme.— Contesto esbozando una sonrisa. —Pero
quiero que hagas todo lo que quieras hacer.
El sencillamente ríe y niega con la cabeza. No me toma en serio. No sabe que le estoy dando
la autorización de llevarme a otro nivel.
—Deja de contenerte.— Le digo bajando la vista a sus labios.— Deja de aguantar todo lo
que quieres hacer. Quiero conocerte. Muéstrame quien realmente eres.
—No tienes idea de lo que me estés pidiendo, Park Jimin.— Amenaza con aquella voz ronca
que me hace retorcerme de tan solo pensarlo.
—Quiero saberlo. —Digo ahora yo con e! mismo tono amenazante. —No me interesa más
el Min Yoongi mal de la cabeza. Quiero al enfermo, al verdadero enfermo. ¿Qué temes?
¿Que huya? Ya soy tuyo de todas las formas posibles.
—No lo entiendes Jimin. —Ríe profundo poniéndome los pelos de punta. —Lo que quiero
hacer jamás podrías con ello.
—Quiero matarte. —Me susurra en mis labios, yo me congelo.— Así es muñeco. Mi fantasía
mas enferma y profunda siempre ha sido matarte, enterrar lentamente un cuchillo en tu
pecho y ver la vida apagarse de tus ojos.
Lo que más ansió es matarte y sentir tu cuerpo frio en mis manos, quiero escuchar tu voz
apagarse para siempre y que tu corazón deje de latir.
Yo le mantengo la vista fija intentado no asustarme con ello. Es algo complicado pero
realmente quiero comprender qué sucede allí dentro. Mucha muerte sin duda.
—No puedo dejar que me mates, es algo obvio que primero intentaría matarte a ti. —Le
digo pasando mis brazos detrás de su nuca y tirar de él para que nuestros pechos choquen.
Nuestros ojos hacen profundo contacto. —Pero debe haber algo más, Min. Tu pequeña
mirada me está gritando que te ahorras muchas cosas cuando estoy dispuesto a cumplirte
tus caprichos. Solo susurra lo que quieres hacer y lo haremos juntos. Mi mano va a su mejilla
y sus ojos siguen examinándome.— No me importa cuán doloroso sea, sé que harás que
termine disfrutando. Así eres, no te basta con complacerte solamente a ti, te gusta
complacerme a mí también. Te hace sentir poderoso, ¿no? Claro que si.
—Te ensené bien. —Sus manos reposan en mi cintura. —Comienzo a sentirme orgulloso y
al mismo tiempo amenazado de que comiences a comprender cómo funciono.
Siento algo frio irme rodeando y no tardo en captar que me esté poniendo una correa.
Escucho que la ajusta y me da un fuerte tirón lanzando mi cabeza nuevamente hacia
adelante.
Las coloco y lo observo acercarse a un pedazo de madera que está ligeramente más arriba y
una pequeña abertura hace su aparición. Mis ojos se abren con sorpresa al verlo sacar otra
maleta y maldigo por no haberla encontrado. Aunque en parte me alivia, así tendré muchas
sorpresas esperando por mí.
Lo sigo con la mirada en silencio viéndolo acercarse a mí y sacar las mismas esposas de picos
que me mandan un escalofrió. Me toma más fuerte de los brazos y las ajusta soltándome un
pequeño jadeo al sentir las puntas encerrarse alrededor de mis muñecas. El dolor es
incómodo más no intolerable.
—No te emociones mucho muñeco.— Dice viéndome con una pequeña sonrisa.— Aun no
te tocara lo peor pero sin duda me divertiré mucho contigo esta noche.
Veo que toma un pequeño frasco y saca dos pastillas. El coloca una en su mano y se la toma
antes de acercarse a mí nuevamente con la pastilla entre sus dedos.
—Tú linda boca bien abierta. —Ordena. —¿Qué es? —Pregunto viéndolo a los ojos.
Abro la boca y el mete sus dedos para dejarla y cierra mi barbilla. Acumulo saliva y la trago
con un poco de dificultad antes de dirigir mi vista nuevamente hacia él y la maleta. Me
observa con algo de burla y lo observo sacar ropa de encaje que me tira cerca. Mis ojos se
abren el triple y lo veo aventar también una cola y distintos cuchillos al igual que pinzas.
Mi boca se va abriendo más y más conforme los objetos sádicos y sexuales se van
acumulando frente a mí. El tira de la cadena mandándome al suelo y no puedo evitar soltar
un gruñido y removerme.
Él toma un bozal y se sienta en mi espalda tirando mi cabello hacia atrás sin ningún cuidado.
Mi respiración se agita cuando lo siento colocármelo y mi boca queda sellada por completo.
Vuelve a soltarme y lo veo tirarme de las piernas y comenzar a colocar la ropa de encaje
interior cubriendo mi miembro.
Pego otro pequeño brinco cuando lo escucho succionar un poco sus dedos y siento dos
entrar en mí. Me arqueo pero el gusto me dura poco ya que los saca y me abre más
comenzando a introducir lo que creo es un juguete sexual. Esta frio.
Él se aleja y aprovecho para verme soltando una pequeña risa como puedo al ver que tengo
una cola de... ¿zorro? No estoy completamente seguro pero es divertido. Debo verme bien
ya que él prácticamente ha comenzado a devorarme con la mirada.
Asiento una sola vez y su sonrisa se ensancha. Veo que hay dos controles remotos y agarra
el primero. Se acerca a sus pantalones y se Los pone antes de tirar de mi correa para
levantarme y acercarme. Se sienta en el sofá.
No me da buena espina pero aun así asiento. Él se recuesta bien observándome con total
indiferencia antes de apretar el botón.
Levanto un poco la vista y siento la zona de mi cuello arder más que nada. Mi respiración
se agita y todavía me siento algo confundido por la descarga que acabo de recibir. Pestañeo
pero otra fuerte descargada vuelve a sacudirme haciéndome temblar con fuerza antes de
mandarme al suelo debido a la pérdida de equilibrio.
Mis músculos se tensan y tengo una ligera dificultad para respirar. No es nada grave pero
lo que me esté haciendo perder la concentración y dividirme es la erección que tengo encima
más las descargas. No se baja, se hace más potente y dolorosa haciéndome lloriquear.
Vuelve a apretar y mis músculos vuelven a contraerse con un escalofrió doloroso. Siento mi
respiración cortarse un par de segundos y me siento asfixiar ya que el bozal me impide
tomar bocanas de aire. Comienzo a desesperar respirando más y más rápido por la nariz
sintiendo la asfixia lenta.
Él se levanta del sofá y se coloca de cuclillas frente a mi ladeando su cabeza. Vuelve a apretar
el botón y todos mis músculos dan una violenta sacudida junto con una contracción que por
suerte aún controlo. Mi cuerpo da pequeños espasmos y mi respiración controlada cada vez
falla más y más.
Suplico con la mirada que me deje respirar pero él comienza a sobar sus dedos sobre
aquellas bragas de encaje masturbándome. Mi cuerpo vuelve a sacudirse y por instinto me
arqueo un poco sacudiéndome con violencia.
Siento otra descarga que me hace brincar y revolcarme en el suelo con lágrimas. Mis gritos
se ahogan en la mordaza al sentirlas cada vez más fuertes y dolorosas. Yoongi vuelve a tocar
mi miembro y lo observo lamer a través de la tela llevándome al cielo. Me ahogo con mis
gemidos y siento otra vez las descargas pero casi a nada. Mi cuerpo sigue dando espasmos.
Duele. Duele porque mis músculos estén contraídos y dolorosamente tensos. Él se levanta
y comienza a avanzar a la mochila antes de apretar una Última vez el botón soltándome otro
grito y un espasmo en mis brazos que ya no puedo controlar. Entro en desesperación.
—Probemos el segundo.— Dice sacando el otro control con una sonrisa.— Te dolerá como
el infierno ya que tus músculos están contraídos pero te encantara.
Finalmente mi brazo comienza a calmarse y solo son pequeñas contracciones pero violentas.
Él se acerca con el otro control que veo tiene más botones que el anterior. Presiona el primero
y me observa volviéndose a sentar.
Suelto un chillido y me remuevo un poco al escuchar una suave vibración y mi recto ser
estimulado con vibraciones suaves. Trato de relajar mi cuerpo y mantenerme tranquilo pero
el sonido se vuelve más fuerte y la vibración más intensa.
Gimo y me remuevo soltando otro grito al sentir mis músculos doler. Me golpeó la cabeza
contra el suelo aullando de dolor y placer conforme siento las vibraciones ir aumentando
hasta enloquecerme. Yoongi me tira de la cadena y me arrastra a sus pies. Mi cuerpo se
contrae viéndolo con suplica y me retira la mordaza.
—Ya que luces tan animal creo que comenzaré a llamarte mi pequeña zorra.— Me
estremezco y niego con la cabeza mientras siento las vibraciones aumentar haciéndome
temblar. —¿No? ¿No quieres?
Niego con la cabeza pero al instante comienzo a asentir al escuchar la vibración más fuerte
y mis rodillas tiemblan mandándome al suelo. Mi cuerpo arde al igual que mis músculos y
me es imposible moverme, mi boca no reacciona y toda el habla se me va mientras doy
pequeños espasmos en el suelo.
—Pero si te encanta. —Gruñe y lo siento palmear para darme una fuerte nalgada que me
hace brincar. —¿Quieres más bebé? ¿Quieres que te azote hasta dejarte con marcas rojas?
Cabeceo con la saliva fuera sintiéndolo jalar mis piernas y tirarme hacia él. Abre más mis
piernas y repentinamente siento mi entrada casi chocar con su abdomen y mi miembro
termina en sus muslos. Lo observo a través de mis hombros con una sucia sonrisa y él vuelve
a palmearme con fuerza.
—Esa boca.— Gruñe divertido golpeando más fuerte. —Me harás castigarte.
Extrae el juguete con la cola dejándome repentinamente vacío. Siento mi entrada contraerse
y contraerse y maldigo estar atado porque no puedo tocarme. Me remuevo haciendo fricción
con mi polla en sus muslos. Me restriego con la nariz en el suelo y lloriqueo.
Sus dedos se hunden en mi boca y comienza a follarmela con ellos rozando mis dientes y
mi garganta. Acumulo saliva y paso mi lengua por ella succionándolos mas y más rápidos
hasta que los saca dejando que unas gotas de saliva caigan en el suelo.
Vuelve a darme una fuerte palmada antes de separar mis glúteos y escupir. Me estremezco
al sentir su saliva hundirse un poco en mi entrada y sus dedos entrar comenzando a
frotarme. Jadeo agudo y comienzo a temblar frotándome contra él y mordiendo mis labios
fuerte. Me restriego más e impulso mis caderas de adelante hacia atrás enterrando mis uñas
en mis palmas.
Mis muñecas están sangrando dolorosamente pero el placer es tanto que se bloquea.
Seguramente mi espalda debe estar empapada, siento las gotas de sangre irse deslizando.
Yoongi suelta una siniestra carcajada y saca sus dedos de mi haciéndome chillar agudo y
revolcarme.
La sangre brota rápido así que se hizo un corte profundo. Se aprieta empapando sus dedos
de sangre y muerde sus labios. Siento que comienza a embarrar su mano ensangrentada en
mi entrada y esos mismos dedos ensangrentados entrar en mí. Suelto un grito y saco mi
lengua completamente jadeante y tembloroso.
Él me toma de las caderas y me levanta más para comenzar a succionar y a lamer mi trasero
embarrado mientras yo cabeceo asintiendo y suplicando que no se detenga.
—Es hora de lamer tu linda entrada como siempre quise. —Me susurra ronco y con una
mirada completamente enferma.
Muerdo mis labios y me acomodo un poco casi hasta que mis testículos rozan con su
barbilla.
Me mantiene fija la mirada mientras los mete a su boca mandándome helados escalofríos y
una vergüenza enorme pero que sin duda disfruto. Cierro mis ojos unos segundos y vuelvo
a abrirlos cuando finaliza. Agarra el cuchillo y me observa fijo.
Esta se borra al instante y cambio a una de sorpresa al verlo pasar el filo por su lengua y
labios haciéndose una fea herida y que su sangre comience a brotar de su boca. Estoy a
punto de reclamarle el corte exagerado que se ha hecho pero me toma de mi trasero
nuevamente y me empuja más hacia él haciéndome gritar.
Las lágrimas empapan mis ojos debido al placer y cabeceo amenazando con desmayarme al
sentir mi aire cortarse y mi cuerpo pesado. Sigue lamiéndome y besando con lascivia,
devorándome el culo de una forma tan exquisita que me esté llevando al puto paraíso
infernal.
Los gritos se ahogan en mi garganta y observando las gotas de pre semen ir escurriendo. Mi
cuerpo se sacude con violencia y Yoongi vuelve a azotarme haciéndome gritar. —iMas!
Otro fuerte azote que me hace tensar más mis piernas y lloriquear ahora de dolor. Las
lágrimas sale sin piedad de mis ojos mientras observo mis pezones increíblemente erectos y
duros. Vuelvo a temblar brincando un poco y suelto gritos más potentes cuando siento el
orgasmo venir.
Yoongi me retira de su boca y comienza a respirar pesado. Observo toda su boca empapada
de sangre pero luce sumamente satisfecho y feliz el maldito bastardo.
—Es el mejor manjar. —Se relame quitando rastros de sangre.— Podría vivir de ello, ¿sabes?
—Basta de juegos. —Me dice él. —Es hora de romperte pequeño mío.
—Y yo quiero verte tragarte mi polla como bien sabes.— Me susurra. —Luce tan bien...
YOONGI
Los ojos hambrientos de Jimin me examinan todavía con una sucia sonrisa adornada en sus
lindos labios. Se lo esté buscando a gritos, la forma en que comienza a morder su labio y
frotarse contra mí suavemente me hace enloquecer y perder cada gota de control que queda.
No aguanto más. No aguanto más por tomarlo y hundirme en él, sentirlo apretarme como
bien sabe y escucharlo llorar y gemir al mismo tiempo. Aquel fino desliz al que llegamos
donde se mezcla tanto dolor como placer.
— ¿Lo quieres muñeco? —Pregunto con lujuria viéndolo tan desesperado y adorablemente
caliente. — ¿Quieres que ya te folle?
El asiente repetidas veces y se acomoda antes de tomar mis mejillas y comenzar a besarme
profundo mordiendo mi labio. Suelto un gruñido y no puedo evitar tensarme al sentir el
asqueroso dolor que provocan mis labios y mi lengua pero no me arrepiento. Ha sido de las
locuras más grandes que he cometido y sin duda me ha fascinado.
Más loco me vuelve ver cómo le encanta y tenerlo a mí completa merced, sus ojitos inocentes
desprendiendo el más absoluto grotesco deseo de sentirme. Lo desconozco por completo.
Sencillamente me encanta. Parece que toda esa aura la ha transformado por completo en un
balance de un niño inocente y al mismo tiempo un escandalizado chico que grita castígame
con la mirada.
No siento que aguantemos mucho más y sintiendo mi erección palpitar y exigir un poco de
atención vuelvo a tomarlo para besarlo. Yo caigo al frio suelo con él sobre mí y siento sus
manos desabrochar ágilmente mis pantalones y deslizarlos hasta desprenderlos de mi
cuerpo. Suelto otro gruñido y él comienza a lamer mi cuello y dar pequeños besos en mi
barbilla antes de ir bajando con suma suavidad.
Siento su cálido aliento golpear contra mi piel y no tardo en sentir sus labios enrollarse en
mi pene para succionar un poco viéndome fijo a los ojos. Yo me reincorporo un poco y tiro
de su cabello para empujarlo más adentro mientras él suelta un gemido y se separa tomando
una bocanada de aire. El hilo de saliva se mantiene conectado con su belfo y mi glande y su
precioso cabello rubio le cubre casi hasta los ojos. Muerde sus labios y se relame.
El vuelve a verme y yo sencillamente suspiro al verlo con sus labios rojizos y el rubor natural
de su cuerpo. Aquella perfección que desprende delicadeza, pese a que adora que sea una
bestia con él en la cama.
— ¿Te monto? —Pregunta lamiendo su labio inferior tentándome con sus sugestivos gestos.
Yo igualmente los muerdo. —Oh joder, este niño... Dime lo que quieres que te haga y te lo
haré.
—Tienes muchas ganas de que juguemos hoy día. —Le digo suciamente.
—Siempre quiero jugar contigo. — Me devuelve el comentario con un tono más ronco. —
Aunque hoy me encuentro particularmente inquieto. Fue una tortura tenerte lejos nueve
míseros días, me revolcaba en la cama lloriqueando por sentirte de nuevo. Creo que casi me
entierro un cuchillo, ¿sabes?
Se sienta sobre mi erección y chupa un poco sus dedos antes de tantear su entrada y yo
admirar como sus dedos desaparecen dentro mientras él se estremece sobre mí. Sus
pómulos toman un rubor más fuerte y su piel brilla debido al sudor haciéndolo ver divino,
un desastre de deseos carnales que me presume sin pudor alguno.
Lo tomo de la cintura y él coloca sus manos en mi pecho antes de morder más fuerte sus
labios y cerrar sus ojos mientras lentamente va entrando en mí. Yo cubro un poco mi cara y
deslizo mi mano por ella soltando un gemido ronco. Tan apretado y engulléndome como
me gusta. Lo siento cálido, estaba ansioso por tenerme, sus paredes se contraen cuando cae
completo y exhala todo su aire.
—Dios... —Susurra con su barbilla temblando y lentamente abriendo sus ojos que estén
ligeramente húmedos.
Apoya sus manos con más fuerza y toma una honda respiración antes de comenzar a
moverse de arriba a abajo con suma delicadeza. Lo veo fruncir un poco su ceno y contraerse
un poco. Suelta otro gemido agudo y lentamente comienza a incrementar el movimiento
sacándome otro suspiro.
Otro gemido sale de mis labios y lo tomo con más fuerza escuchando sus preciosos gemidos
salir de su boca, admirando su cuerpo arqueado hacia atrás y aquellos preciosos pezones
endurecidos y erectos invitándome a degustarlos. Comienzo a juguetear con ellos y
apretarlos mientras él me observa con poder con su linda cara de placer. Lloriquea y entierra
sus unas en mí soltando otro gruñido y me rasguña fuerte.
—N—no aprietes mucho.— Balbucea tornándose mas rojo haciendo que apriete más. –
iNghl!
—¿Te gusta? —Pregunto con burla pero él apenas se mueve, cabecea un poco y asiente
torpemente antes de seguir montándome más rápido.
A la puta mierda.— ¿Por qué me hace esto? Qué ganas de abrirlo a la mitad.
Comienzo a moverme en desespero sintiendo su cuerpo temblar debajo mío y viendo todos
los rasguños y heridas que tiene en su hermosa espalda. Todas marcas mías como debe ser.
Así que quedaré más que claro que me pertenece y no toleraré en lo más mínimo verlo con
alguien más. Así que Elliot puede irse muy a la mierda antes de que le abra la garganta y le
meta mis dedos dentro y los haga succionar después. No le conviene.
Observo los caminos rojos por toda su espalda, las cicatrices blancas que permanecen, los
golpes violetas y otros rojizos. Cualquiera pensaría que es grotesco y asqueroso pero para
mí no hay nada más hermoso que verlo así. Tan herido, tan débil.
Me siento llegar así que voy embistiendo más fuerte viendo su cuerpo tendido en la cama y
sus ojos cerrados mordiendo sus labios. Observo algo húmedo en su entrepierna así que
simplemente rio al percatarme que él se ha corrido ya. Doy otras fuertes embestidas antes
de llegar yo también y sentir mis músculos contraerse debido a mi orgasmo.
Mi muñeco gime un poco y yo lentamente me dejo caer sobre él chocando mi pecho desnudo
contra su espalda sudada y sobando sus brazos. El suelta un lloriqueo y sin salir de él
comienzo a besar sus hombros y cuello con suma lentitud. El abre más el acceso a su lindo
cuello así que deslizo mi mano para mantenerlo quieto del mentón y lamer con suavidad
todo el contorno de su quijada y después morderlo. El suspira y su cuerpo se relaja por
completo escuchando su suave respiración conforme más voy mordiendo.
—Yoongi? —Me llama en un susurro demasiado dulce.
—¿Si muñeco?— Pregunto rozando mis labios con su oreja antes de morderla y hacerlo reír
un poco.
—Quiero hacerlo otra vez. —Me dice volteando para conectar miradas.
—¿Otra vez? —Pregunto sobando sus brazos.— Debemos recomponernos un poco antes
muñeco.
El suspira y se remueve un poco. Salgo de él y dejo de aplastarlo con mi cuerpo para verlo
cambiar de posición y quedar ahora frente a mí. Lo observo delinear un poco mi rostro antes
de besar la comisura derecha de mi labio con profundidad y separarse con un suspiro más
bien melancólico.
—¿Por qué? —Me pregunta dirigiendo sus manos a mi pecho. —¿Por qué yo?
—¿Y por qué no?— Le pregunto ladeando mi cabeza con una sonrisa.
El ríe un poco y se relame de nuevo peinando mi cabello hacia atrás antes de hablar: —Es
una locura, ¿sabes? Si a mis ocho años me hubieran dicho que estaría así contigo jamás lo
hubiera creído. Quizás me pondría a llorar.
—Muchas cosas han cambiado. —Le contesto con simpleza sin querer llevarlo a algo
profundo.
—Se ve.— Me dice con una sonrisa ladeada.— Aunque hay cosas que no.
—En definitiva sigues siendo un pequeño idiota que le fascina ser maltratado por mí. —
Contesto con el afán de molestarlo.
—Tú sigues siendo el enfermo obsesionado conmigo.Yo no estaría así si no fuera por ti.—
Me reprocha dejando sus brazos a sus costados.
—Bueno, ahí tienes un punto muñeco.— Le contesto antes de pasear mis labios por su
cuerpo.
El ríe cuando llego a su cuello y doy una mordida metiendo mi lengua para también lamer.
Sus manos suben por mis brazos hasta llegar a mis hombros y allí' apretarme un poco
mientras sigo jugueteando con su piel escuchando sus suaves suspiros.
Comienzo a sobar su entrada con mis dedos y él me responde enterrando sus uñas en mis
omóplatos y morder mi hombro con suavidad. Gruño ante eso.
En ese caso creo que deberé cumplir las órdenes de mi cazador.— Me dice provocándome
otro pequeño escalofrió.
Sus dientes vuelven a encajarse con muchísima más fuerza y soltando otro pequeño gruñido
vuelvo a entrar en él. El gime un poco agudo y se deja caer en la cama para verme fijamente
con una mirada enloquecida de placer. Bajo por su cuerpo viéndolo hermoso debajo de mí
y sus caderas anchas que aprieto.
Bajo a su erección y a sus piernas abiertas con mi pene hundido en su tibia entrada. Me
relamo y sin perder detalle de su cuerpo comienzo a moverme colocando una mano en las
colchas y otra en su cuello sacándole un grito ahogado de sorpresa.
Comienza a rasguñar mis brazos pero decido jugar un poco más. Salgo lentamente de él
antes de enterrarme en un duro movimiento que Io hace gritar y apretar mi brazo con ambas
manos. Aflojo mi agarre y lo observo desesperado tomar bocanadas de aire con ojos
cristalinos.
El vuelve a ahogarse mientras yo sigo embistiéndolo con una sonrisa. Veo sus ojos
dedicarme miradas desesperadas y su cuerpo sacudirse. Es una maldita droga verlo así de
vulnerable, su vida en mis manos y yo felizmente jugando con ella. Me vuelvo a enterrar en
él sacándole un gemido y otro lloriqueo mientras veo su rostro tornarse rojizo.
Vuelvo a soltarlo y él vuelve a respirar pesadamente y viéndome. Trata de llevar sus manos
a mi cuello y forcejeamos. Yo logro tomarlo del cuello con ambas manos y apretar duro
mientras él hace lo mismo.
Me inclino un poco hacia él viendo su gélida mirada y pequeñas chispas de furia en sus
pupilas. Sus manos no se quedan atrás y mientras yo sigo apretando su cuello y comienza a
apretar el mío. Dejo de moverme un momento y me remuevo pero él me suelta.
Le doy una dura estocada que le hace morder sus labios para apretarme más fuerte.
Mantengo mi aire lo más que puedo y cuando no siento que aguante más y él prácticamente
ha comenzado a mover su boca en desespero sin nada que salga, lo suelto y tomo sus brazos
para lanzarlos detrás de su cabeza y mantenerlos allí mientras sigo moviéndome.
Si tan solo supiera como desearía hacerlo. Seria sencillamente magnifico para mi ver sus
ojos apagarse, sentir sus manos dejar de apretarme y sentir su último aliento, su Último beso
y luego la frialdad apoderarse de él. Observarlo tendido en una cama empapado de sangre
volviéndolo más hermoso de lo que ya es. Sus ojos abiertos sin ninguna luz, engullidos
finalmente por la misma oscuridad en la que yo me he visto atormentado toda mi Vida.
.Su cuerpo comienza a dar pequeños espasmos y su cadera moverse junto con la mía. Aflojo
un poco mi agarre de sus brazos y él libera el izquierdo para dirigir su mano a su erección.
Veo que comienza a masturbarse viéndome fijo y yo aprovecho para volver a tomar su
cuello.
Sus ojos vuelven a apagarse y su cuerpo a temblar. Sigue con ambos movimientos y
repentinamente da una fuerte sacudida y sus ojos se empapan de lágrimas. Siento el nudo
de su garganta reventar y prácticamente se destroza sus cuerdas vocales en el potente
gemido que suelta.
Niega con la cabeza y sigue llorando golpeando la colcha con su mano libre. Lo veo seguir
expulsando y se estremece dándome una espléndida vista del orgasmo que lo azota. Sus
dedos tiemblan y prácticamente deja de moverse dejando su boca abierta y su cuerpo dando
más espasmos.
Suelto su cuello y él respira profundo pero apenas se mueve. Yo llego menos escandalizado
que él y lo observo fijo. Su mirada está completamente ida y su cuerpo no responder mucho,
va lento.
—¿Jimin?— Le pregunto pero él no contesta.
Pongo dos dedos en su cuello y siento los latidos de su corazón ir demasiado rápido. Alzo
una ceja y lo sacudo un poco pero él vuelve a negar con la cabeza y poco a poco veo la
negrura de sus ojos volver a brillar y esfumarse por completo.
No puedo evitar reír y apuntar la mesa junto a nosotros. El estira su cuello para verla y yo
salgo de él acostándome nuevamente en la cama. Lo observo con el rabillo del ojo acercarse
y dar unos sorbos al agua y dejarla con un suspiro nuevamente donde estaba.
Niego y él se sienta antes de acostarse también. Se arrastra hacia mí y yo abro mis brazos
para que se acomode y después abrazarlo un poco. Mi cuerpo reacciona mal ante su cercania
pero él besa mi cuello destensándome de nuevo.
—Que sean nueve veces. Nueve días no nos vimos. —Toma mi mano y la aprieta con la
suya. Vamos dos, dame siete más.
—¿Crees que no sé qué tu tampoco aguantaste? —Se burla también.— Lucias como un
desquiciado cuando fuiste con Elliot.
Oh mierda, no debió decir eso. Alzo una ceja y él se tensa desviando la mirada.
—iBien! —Me grita dándose la vuelta para verme.— iSi, lo hice! ¿Feliz? No necesitas ser tan
entrometido en mi vida íntima.
—¿Te digo algo?— Agarra la camisa en el suelo y se la pone antes de verme. —Tus tonos, al
menos yo, no te los voy a respetar. ¿Bien? Se pueden ir al carajo.
—Vuelves a abrir la boca y te prometo que te la voy a romper. —Yo también me levanto.
—Hazlo.— Me dice sin verme recogiendo más ropa. —Creo que me he acostumbrado. ¿Y
qué? ¿Sabes qué diferencia a Elliot de ti?
—Soy muy capaz de usarlo. —Me sigue amenazando.— Así que no me pongas de mal
humor Yoongi.
—Tampoco es que tenga muchas ganas de seguir viviendo así que adelante.— Alza sus
hombros.— Lánzate sobre mí y déjame abrirte el cuello.— Lo observo confundido. El no
hablaría así.
—Además. —Retoma bajando un poco el filo.— Es un trato justo, ¿no lo crees? Tú me das
buen sexo pero no me amas. Él no me da buen sexo pero me ama.
_ ¿Te incomoda?
—Podría irme con tal de dejarte de escuchar.— Y hablo muy en serio.
—Te amo. —Me dice y yo inmediatamente le doy la espalda. ¿Por qué te cuesta tanto
aceptar? iYoongi!
Levanto la mano todavía dándole la espalda para decirle que se detenga. Me toma del brazo
y tira provocando que vuelva a voltear furioso. Levanto la mano para golpearlo pero él
retrocede y vuelve a apuntarme.
—No puedes hacer nada en contra de eso. —Me sigue diciendo. —Enfréntalo.
Suelto un suspiro y aprieto mis labios. ¿Debería decirle la verdad? ¿Es la única forma de que
lo comprenda? Es cierto que estaría buscando mi propia muerte pero al final terminara
enterándose. ¿Qué pierdo?
—Se llama Matthew. —Le sigo diciendo y su risa calla. —Es el primo de Anthony. Desde
que tengo memoria me ha atraído pero es algo más superficial. Es muy curioso porque lo
he amado desde el primer cruce, ¿sabes?
—Es cierto que nunca podré tenerlo y debo conformarme con verlo de lejos y una que otra
vez intentar arrastrarlo a la cama. Desgraciadamente nunca he podido y no soy exactamente
de su interés. Juega un poco conmigo pero aun así no puedo evitar enamorarme un poco
más cada que lo veo.
—Así que lo siento Jimin, esa es la maldita verdad. Contigo Ia paso muy bien en la cama,
eres todo lo que podría desear. Eres sumamente hermoso, de piel perfecta, masoquista,
obediente y tanto testarudo a veces. Le sigo diciendo acercándome a él. Desgraciadamente
no eres lo que amo. La persona que amo esté lejos de mi alcance así que me conformo
contigo. La verdad, no me quejo.
—No pienses que por eso no significa que no me importes. No, al contrario; me preocupo
por ti. —Le sigo diciendo. —Pero no te amo, no creo poder hacerlo nunca. Y créeme seré
mejor así. Piénsalo un poco Jimin, terminaría de destruirte que hubiera más que simple
deseo y odio entre nosotros. Te odio como no tienes idea y tú me odias. Me odias con cada
fibra de tu ser y si fuera por ambos ya nos hubiéramos matado hace tiempo. No podemos.
Nos deseamos demasiado, la explosión sexual y la química es demasiado fuerte para acabar
con ello.
—Podrías, no te detendría. Ya sabemos cómo terminara esto de todos modos.— Alzo mis
hombros. —Es más... si fuera por mi te llevaría conmigo, no me molestas Jimin. Quiero que
entiendas eso. Me gusta estar contigo, fuera de todo eres a alguien a quien aprecio, admiro
y ha sido alguien importante en mi Vida. Me preocupas, mucho. Si algo te llegara a suceder
no sé qué haría pero lo único en donde no puedo corresponderte es en el amor. Eres mi
muñeco, eso es algo que sé perfectamente que nadie podrá reemplazar, eres sencillamente
Único. No te destruyas más y sé inteligente. Puedes enamorarte de otros.
—Enamorarme más no acostarme. —Responde con una risa seca. —Porque te pertenezco.
Eres feliz con eso, eres feliz sabiendo que te pertenezco. Te pasa de largo que ame a alguien
más, pero que me tenga... —Sigue riendo y las lágrimas aparecen. —Me tienes en jaque.
¿Sabes?
—No elegí esto. Aprendí a lidiar con ello cuando vi que no tenía otra opción.
—No puedo.
—Podría yo intentarlo.— Vuelve a levantar la mirada. —Podría intentarlo... solo dime qué
hacer. Prometo que pelearé por ello, no me daré por vencido, tú pudiste tenerme. ¿Por qué
no puedo tenerte yo?
—Me tienes.
— No como yo quiero.
—No me llames por ni nombre. —Me dice abrazándose. —Es... raro. Antes no pero ahora...
no lo digas.
—Dudo mucho que podrías lograrlo. Mira muñeco... Vuelvo a acercarme a él y lo tomo de
los hombros. Por suerte no levanta el filo pero tampoco la mirada. —Te diré la verdad: debo
irme. Lo sabes. Anthony prácticamente me ha prohibido estar contigo por todo el asunto de
los enemigos, sabes la historia.
—¿Crees que huir de mi te hará fuerte? Me pregunta viéndome finalmente. —Hay otras
formas.
—¿Y si pudieras hacerlo lo harías? ¿Te irías conmigo? Me mantiene fija la mirada.
—¿Para eso fue esto? Sus ojos recorren la habitación. Nuestra Última noche, ¿es eso?
Él se sacude para que suelte sus hombros y retrocede un poco. Muerde su pulgar y mantiene
la vista fija en el suelo comenzando a rasguñarse. Vuelvo a acercarme a él pero se aleja y
comienza a gritar escandalizado golpeando paredes.
—¡Detente ya! —Le grito y lo tomo cuando comienza a rasguñarse el rostro. El me observado
empapado en lágrimas. iDetente!
—iYo te amo! ¡N0 puedes hacerme esto! —Me grita. ¡tú eres mío! iMIO!
—¡No te dejaré!— Vuelve a gritar. —iTe amo! iTe amo! ¡No me dejes, te lo ruego! ¡No me
dejes!
—Jódeme Jimin, no puedes estar así ya. –Gruño tratando de mantenerlo estable pero él se
revuelca en desespero.
—¿Por qué me haces esto? —Vuelve a romper a llorar. —Voy a matarme si te vas.
—No vas a matarte. Trataré de ponerme en contacto contigo de alguna forma, quizás venga
a verte un día, no es para siempre.
—Estoy cansado.— Niega con su cabeza. —¿Por qué juegas así conmigo? ¿Por qué no
puedes amarme?
—Porque sería lo Último que necesitaríamos para que realmente todo se vaya al carajo. ¿No
lo entiendes? Pregunto frustrado.
—Volveré.
El vuelve a negar con su cabeza y me toma en desespero para juntar sus labios con los míos.
Trato de empujarlo pero se aferra a mí clavando sus uñas sin dejar de besarme y tocarme e
irme a empujar a la pared con una fuerza que desconozco. Trato de zafarme de él y con
suerte logro empujarlo con fuerza. La navaja cae lejos.
El desvía la mirada y se vuelve a abrazar a si mismo volviendo a rasguñarse. Solo que esta
vez no trato de detenerlo.
—Podemos acabar bien esto o sencillamente peor que antes.— Le advierto. —Te estoy
dando a elegir Jimin. Te desconozco, no sé qué pasa ahora en tu cabeza y te seré sincero. Me
intimida un poco, me pone ansioso porque me siento perder el control con esta nueva faceta
tuya.
—¿Te asusto?— Pregunta riendo de mala gana. –Yo jamas me he quejado de tus cambios,
me he acoplado a ellos.
—No.
— No quiero.
Lo tomo a la fuerza y él grita comenzando a golpearme. Enloquece en mis brazos así que
simplemente vuelvo a besarlo. Él se congela y me empuja antes de darme una fuerte
bofetada que me suelta un gruñido. Se cubre la camisa tironeada con ojos húmedos.
—iTe dije que no!—Me grita llorando. —No me toques más! iSi vas a irte solo vete ya y
déjame a mí en paz!
—Una última vez. —vuelvo a tomarlo pero él niega. —Jimin... Jimin escúchame. Él sigue
removiéndose y se vuelve a zafar.
Lo voy a azotar con la pared y sus ojos me observan con terror al mismo tiempo que se calla.
—No toleraré un no como tu respuesta. Quítate ahora la maldita ropa.— Le advierto frívolo
mientras él tiembla.— No me hagas hacerlo a la mala Jimin, puedo violarte y no tendré
ningún remordimiento alguno.
—Déjame. —Suplica.
El me sigue manteniendo la mirada y aprieta sus puños sin moverse. Espero pero él no se
mueve. Asiento y rio:
—Muy bien.
Lo tomo y él vuelve a llorar diciendo que lo suelte mientras voy arrancando su pobre camisa.
Lo tomo con fuerza para que deje de removerse y lo voy tironeando a la cama mientras él
grita.
Vuelvo a tironearlo de los brazos arrastrándolo por el suelo mientras él niega. Lo cargo
sintiendo sus golpes y rasguños, los golpes torpes que suelta y su cuerpo temblando cuando
lo siento desnudo contra el mío. Quiebra y hunde su cara en mi cuello.
—iNO! iYA DEJAME!— Vuelve a gritar cuando estiro su otra pierna y las tomo mientras él
se revuelca. Trata de golpearme.
—Te pedí una Última vez. No me iré sin sentirte una última vez.
Sus ojos vuelven a apagarse y su cuerpo se relaja. Me observa con un odio profundo pero
deja de removerse. Me acomodo y atrapo sus labios pero él no corresponder. Lo observo
cerrar sus ojos y apretar sus puños.
Él se mantiene con los ojos cerrados y el cuerpo inmóvil. Su cuerpo se tensa cuando lo
aprieto pero él aprieta más sus ojos y niega con la cabeza.
Suelto un resoplido de frustración total y vuelvo a buscar sus labios con desespero y más
rudeza. Ni su lengua ni sus labios responden y su cuerpo se mantiene tenso. Me separo.
—No te conviene hacerme enojar.— Le advierto por última vez. —Jimin, prometo que si no
abres los ojos y te comportas como se debe mucha gente la pagaré caro. ¿Quieres que vaya
tras Elliot finalizando esto? ¿Jungkook?
—¿Estás seguro? —Le pregunto. —No lo creo así y a menos que quieras que le haga algo y
te mando lindas fotos de eso, te recomiendo que me sigas el juego.
—¡Estás seguro de querer correr el riesgo? —Sigo. –Él se quedó allí en Oregón conmigo, te
odia como no tienes idea por lo que hiciste con Taehyung y ahora está conmigo. ¿Seguro
quieres hacer eso? Me conoces y sabes que no tengo problema con torturarlo un poco y
mandarte sus dedos y lengua. ¿Sus ojos?
Su silencio es crudo. No espero a que conteste y vuelvo a inclinarme a sus labios para
sentirlos y calmar la ansiedad que me ha tornado. Sus labios comienzan a moverse poco
apoco y finalmente comienza a corresponder a mi ritmo con sollozos.
Es una melodía hermosa que me pierdo en ella. Lentamente comienzo a besar su cuerpo
sintiendo su cuerpo rígido. Sus manos me toman de la espalda para pegarme a él y
sencillamente respirar mi fragancia en silencio. Me aferro a él y lentamente me voy
acomodando antes de dejarme entrar en él con lentitud.
Sus sollozos se ahogan y lo siento apretarme y negar con la cabeza. Suelto un suspiro y
comienzo a moverme con dificultad debido a lo tenso que esta que me lo impide. Suelta un
chillido de dolor y se aferra más fuerte.
—No dolería si no estuvieras así. —Le digo y doy una fuerte embestida para abrirme paso
al momento en que él vuelve a llorar. —Deja de llorar Jimin, me estés poniendo realmente
de malas.
—No puedo.
— Te amo, Jimin.
El silencio se forma mientras yo siento las palabras como cenizas en mi boca, una amargura
que me estremece y me hace retorcerme en desagrado. El afloja su agarre y siento su llanto
detenerse un par de segundos pero no se despega de mí.
—Es la mentira más hermosa que me has dicho. — Ríe un poco sin dejar desapretarme.
Siento su cuerpo aflojarse y otra risa rota salir de sus labios. Vuelve acerrar sus ojos y
lentamente comienza a besarme mientras comienzo a moverme sintiéndolo tranquilo pese
a las lágrimas que van escurriendo de sus mejillas.
Tomo sus manos y entrelazamos nuestros dedos mientras sigo con el vaivén lento sin
despegar sus labios de los míos. El aprieta el agarre y siento su respiración irse apagando y
su silencio se vuelve total. No hay excitación alguna en su cuerpo, esta frio pero la calma
reina en él hasta que poco a poco lo siento más lento y pesado. La dificultad por seguirme
el ritmo es visible pese a que voy tan lento como puedo.
Reposo mi frente en su pecho en silencio cuando me siento llegar y nada sale de mis labios.
Lo observo dormido en silencio después del llanto que se ha soltado, ahora descansando sin
dejar de tomar mi mano y todavía con unas lágrimas resbalando.
Y finalmente siento lo que nunca pude sentir. Aquel rabioso dolor y picoteo en mis ojos que
por más que respiro profundo, mi voz no tarda en quebrar por completo.
Maldigo en silencio y muerdo mis labios antes de arrastrar mi brazo por la cama y
levantarme y agarrar el cuchillo. Las lágrimas siguen saliendo y lentamente me vuelvo a
acercar a Jimin levantando el filo dispuesto a apuñalarlo de una vez por todos. Le mantengo
la vista fija y levanto más respirando profundo y me siento temblar.
—Pórtate bien. —Le susurro. —Algún día volveremos a vernos, muñeco. Solo ten paciencia
y procura no olvidarme... Soy tuyo, lo sabes. Haga lo que haga tu jamás podrás salir de mi
cabeza, Jimin.
Y todavía con la amargura y el dolor que provoca el interior me levanto para guardar todo.
El silencio profundo trata de asfixiar en vano el ruido en mi cabeza, los gritos y los lamentos
que me van persiguiendo hundiéndome en la mísera. El maldito trato de amor maldito, de
amor que no funciona y es prohibido. La sed de querer más y nunca encontrarlo. La lenta
tortura de una mor venenoso, de estar sediento y saber que aunque lo bebas te terminara
matando. Es el triste y trágico amor que nos rodea. El amor evaporado en palabras vacías y
corazones huecos, de sentimientos engorrosos y el simple malestar de derrota .De no amar.
De nunca llenarse y aun así, siempre buscar más.
|80
JIMIN
No importa cuentas veces mueva mi brazo para buscar su calidez, no esté. Veo el cuarto casi
vacío, la ropa recogida y solamente la mía reposando en la cama, llaves y algo de dinero
junto con una carta.
El vacío se instala en mí en un momento. Todo deja de sentirse real y aquel vacío solo se
hace más grande y doloroso. Comienzo a llamarlo
pese a que sé que no va a contestarme. Pero lo llamo. Grito su nombre en desespero perdido
en el silencio. Quiero creer que volvera. Quiero creer que no ha sido capaz de abandonarme.
No puede. No tengo nada más, no tengo a nadie más. ¿Cómo puede venir y jugar así?
¿Cómo puede aferrarme y después botarme? ¿Tanto disfruta mi dolor que no puede dejar
de lastimarme? ¿Tanto acepto yo aquel dolor con tal de tenerlo a mi lado? El masoquismo
puro ha atravesado por completo los limites físicos y ahora siento el masoquismo enfermo
a nivel emocional. El sentir... el llorar... el nunca poder salir por querer siempre más.
Esto era un juego. Estos eran sencillos juegos y ahora se nos ha escapado de las manos.
Nos confiamos, nos confiamos demasiado y terminamos ahorcados con nuestra propia
cuerda. No pensamos en que esto podría salirse de control y ahora hemos tocado lo más
profundo, donde las lágrimas son amargas y no solo dolorosas. Donde el ardor ya no son
las heridas ni los cortes.
El dolor viene desde muy adentro. Una mancha negra engullendo toda la poca luz que
queda. No puedo salir, no puedo bajar más a aquel infierno sin una mano que me esté
tirando. Estoy estancado sin poder hundirme y sin poder salir. Estoy atrapado conmigo
mismo, atrapado y desesperado por no saber qué hacer.
Me arrastro a la carta que esta reposada y la tomo con manos temblorosas. Hay una sencilla
firma pero no me atrevo a abrirla. La guardo y me siento vacío. No siento nada más que un
dolor profundo, una melancolía y una inquietud que me esté poniendo los pelos de punta.
Estoy inquieto. Mi boca esté seca y el sudor recorre mi nuca y manos con fríos temblores.
Salgo corriendo y pido desde la recepción que he logrado encontrar, un taxi que me lleve.
Muestro el dinero y pago.
Yoongi debe estar en mi departamento esperándome. Se ha ido pero no pudo, él esta allí
esperándome y volveremos a vernos. Lo siento. Lo sé. Esta allí.
Sonrió. Sabía que no podía dejarme tan fácil. No puede. Estará en el departamento y cuando
llegue me pedirá que nos vayamos juntos y muy lejos. Finalmente seremos él y yo
comenzando de nuevo y unidos, me tomara, me dirá cuento me ama y huiremos para ser
felices juntos.
Pateo el suelo estando sentado en el taxi con la desesperación de querer llegar. Estoy
tardando y él debe estar allí esperándome igual de preocupado.
—¿Podría ir más rápido por favor?— Pido rasguñando un poco mis dedos. —Me están
esperando.
Me apoyo y jugueteo con la carta que esté en mis bolsillos. Llego quizás más tarde de lo que
creía y después de verificar que tengo todo, me abalanzo dentro del departamento. Prendo
todas las luces y cierro la puerta con fuerza comenzando a correr por el departamento.
—¿Yoongi?— Llamo abriendo la puerta del cuarto. —No esta. ¿Dónde esta? ¿Yoongi?
Cierro la puerta y entro a la cocina comenzando a buscar desesperado debajo de las mesas
y abriendo la alacena.
Mi corazón va más rápido y comienzo a mover todo. Me llevo las manos a la cabeza y corro
al teléfono marcando su número nuevamente sintiendo mis manos sangrar debido a los
rasguños que me he hecho. Me aferro al teléfono y me hago bolita en el suelo comenzando
a llorar.
—. Lo sentimos, el número que usted ha marcado está apagado o se encuentra fuera del área
de servicio, por favor, inten..
No...
Cuelgo y me mantengo en silencio hasta irme levantando y observar fijamente el teléfono e
irlo a aventar contra la pared.
Agarro el florero que voy a estrellar a la pared junto con los Libros. Arranco páginas y
comienzo a aventar todo entre gritos. Aprieto los vidrios rotos que voy a estrellar y me
golpeó la cabeza contra la pared repetidas veces. Mi cabeza enloquece llevándome al pánico.
Golpeo más fuerte y comienzo a rasguñar la pared levantando mis uñas con las astillas.
Golpeo con fuerza escuchando sonidos del otro lado. Agarro la silla y comienza a golpear
con fuerza rasgando más papel tapiz.¡Que me abra maldita sea, que me abra!
iABREME! iABREME!
Observo mis manos empapadas en sangre y los vidrios allí clavados. Los arranco entre
sollozos de dolor y me arrastro como puedo hasta tomar la carta y abrirla con dedos
temblorosos. Cae repetidas veces y casi la rompo debido a los temblores pero me fuerzo a
leerla.
"Jimin
Es muy probable que cuando leas esto yo ya no esté más contigo. Las palabras no se me dan bien,
nunca he sido bueno en ello pero estoy intentándolo como no tienes una idea.
Me envenenas. Es lento, muy lento. Con cada segundo que pasaba contigo sentía aquella dependencia
crecer más y más. Todos me advirtieron que te dejara y jamás tuve la fuerza hasta esta noche. No
espero que comprendas mis fines, que realmente ni yo lo hago.
Sera mejor estando Iejos, Intentaré ponerme en contacto contigo algún día. Oregón ya no es un lugar
donde podemos estar. No sé si recuerdes
el grupo L, fue hace anos pero sigue latente y tan peligroso como en un principio. Va más allá. He
tenido que partir a Europa para investigar a fondo qué es todo esto.
—iJimin!— Gritan del otro lado.— iJimin por dios! ¿Dónde estas?! ¿Qué te ha sucedido?
iDime ya! iDime que estas bien!
—En mi departamento.— Susurro sentándome en la loza del baño. —Pero ya nada tiene
sentido, ¿sabes? Él me ha dejado. Me ha dejado.
¿Qué sentido hay ahora? ¿De qué sirve? Me pide no olvidarlo cuando es lo que más dolor
provoca. ¿Qué más quiere de mí? ¿N0 le ha sido suficiente succionarme? ¿Tengo algo más
que darle aparte de mi vida, de mi corazón, sufrimiento y lágrimas? El hilo de mi vida esta
en sus dedos y él sigue buscando más.
¿Qué es esto? ¿Qué me hace? ¿Por qué no puedo encontrar más la paz si no está conmigo?
No tiene sentido ya. No hay nada que pueda hacer... sencillamente... ya no queda nada. Solo
dolor. Solo un vacío que nunca podrá llenarse.
¿Qué sentido hay ahora? Yo, tan pobre y destrozado... sin poder levantarme más.
TAEHYUNG
Recuerdo que una vez Yoongi me dijo que Jimin comería siempre de su mano. Recuerdo
que él me dijo en una ocasión que todo estaba firmemente planificado y que Jimin seria suyo
de una forma o de otra. Que lo tendría para él, que sería el Único que amaría y que nunca
se podría zafar aunque le suplicara.
Teníamos exactamente catorce años cuando sucedió eso.
al miedo y no por el placer de hacerlo. Conforme crecíamos me daba cuenta de lo mal que
estaba todo esto, cayendo en picada, viendo como Jimin y él creaban su propio mundo
tomando distancia de los demás.
En su mundo solo importan y existen ellos dos. Yo, que lo he visto de lejos y muy de cerca
también, me ha podido confirmar que lo de ellos no es normal. Algo nunca me cuadro, todo
comenzando por el verdadero padre de Yoongi, quien sería... mi tío.
Forcraft hace tiempo me dijo que sus orígenes eran desconocidos, en otra ocasión Yoongi
me comento que Clara tampoco encontró nada. Absolutamente nada más que su orfanato.
El viaje a Florida no fue realmente un viaje. En realidad, todo esto de mi trabajo ha sido una
farsa. Sigo apoyando a Anthony de este lado y él me paga, por eso nos movíamos, para no
crear sospechas. Jimin cree que es debido a Yoongi o que Derek Sullivan o Kyle nos quieren.
Es un buen pretexto, pero no aquí. Al menos de mi parte conociendo lo que el rubio
realmente quiere.
Difícil de explicar ya que todos están siendo cruelmente engañados, así que déjenme
explicar.
Cuando supe que algo no iba bien fue cuando fui a un bar. —¿Llegué en mal momento? Sí.
Estuve en el lugar equivocado en el momento equivocado. Pudo salir de otra forma, me
queda claro, pero sin ello, no estaría a donde he llegado.
Había dicho el hombre junto a mí en aquel bar, hablando con la chica junto a él creyendo
que no escuchaba.
—El grupo se ha movido pero no los encuentran.— Contesto ella. —Con Sullivan y las
mafias pisándonos los talones seré complicado.
—Solo uno. —El hombre la mostro. —Habla de los hijos de Min Suga pero todas han sido
censuradas. Esta es la única original.
Aquel reportaje fue mi primera pista. Florida era mi botiquín de información con un tal
Berkhampt. Un antiguo socio de Min Suga del que escuché hablar. El había partido a Brasil
así que tuve que pedirles ayuda a otras personas bajo un perfil anónimo.
a los cuatro hijos. Me queda claro que Yoongi era uno pero me aseguré de respaldar la
información.
Aunque, hablaban de uno menor. Es decir, que aparte de Yoongi, había un hijo más
pequeño.
Mi mente no tardo en volar a Jimin y a su pasado desconocido. ¿Sería posible? ¿Pero por
qué mandar a dos hijos al mismo lugar si no querían eso?
Ahí fue el error que logré captar. Yo de toda la vida viví en Oregón con Yoongi. Ahí habla
que fue en el 2008 cuando se suicidó la única persona que sabía el paradero del hijo menor.
Revisé fechas, Yoongi no podía ser el menor así que mi teoría de Jimin tomo fuerza.
Recorrí todo con tal de confirmarlo. Es algo de lo que no puedo hablar todavía ya que toda
la información aun no es exacta. Me enteré que Jeon Jungkook me estaba cazando así que
debía comenzar a brincar de un lado a otro para escaparme de él.
El me estará persiguiendo así' que dejé pequeños trozos de pistas. Lo conozco, siempre ha
sido curioso y bastante inteligente y seguramente hará el mismo trayecto que yo, solo que
más rápido. Yo no diré nada por mi bien. Si alguien sabe que sé todo esto, tengo mi muerte
segura.
Sé de los cuatro hijos y sé perfectamente ahora quiénes son. Sé por qué los ocultaron, sé qué
tiene que ver el grupo L, sé quién es el jefe, sé de su interés por los hijos, sé de las mentiras
que nos ha dicho Forcraft y todos los que nos rodean.
Crean rivalidades con las demás mafias para desviar su atención a lo que realmente importa.
Somos sencillos peones de algo que va mucho más allá. De algo que no comprendemos y
gira entorno a cosas más complejas que un simple amor enfermizo y muchas mentiras de
por medio.
Cada vez estoy más cerca de la verdad, aunque no estoy seguro de cómo podré continuar a
este punto. ¿Debo arrastrar a Jimin conmigo? ¿Explicarle? ¿Dejarlo y hacerle creer que estoy
muerto? ¿Desaparecer para seguir?
Por el momento solo estoy esperando a Jungkook. Estoy esperando a ese niño, que también
tiene mucho en juego a sus espaldas. Me encontrara, aunque para ese entonces ya no querrá
arrancarme la yugular y al igual que yo, comenzara a sospechar.
Esa es la idea. Que venga a mí ya viendo realmente las cosas y juntos lleguemos al fondo de
esto. Una vez que estamos en las mismas no me seré tan complicado que me ayude a
convencer a Jimin y Yoongi de lo que se debe hacer.
Ellos dos están locos, pero sin ellos no es posible finalizar todo esto. Necesito juntarlos y que
finalmente utilicen toda esa locura para algo bueno. Para acabar con esto ya.
Si ellos dos llegaran a aliarse siendo poderosos, el mundo temblaría. Jimin no es idiota, he
podido estudiarlo y es en realidad un chico manipulador del que no me fio. Sé que me
engaña, sé que no me ama, sé que tiene cosas ahí de las que nadie sabe. Ni el mismo Yoongi.
Solo yo y por eso he sacado provecho.
Es muy curioso que estudiemos a Park Jimin por fuera y nos demos cuenta que es un ser
abismal y terriblemente putrefacto, arrastrado por sus demonios y completamente fuera de
sí. Todo es un juego de Jimin, todo es un juego planeado por él que logré pillar pero fingí
no meterme en eso. De una forma u otra me facilita al trabajo, por eso lo dejé seguir con su
"malévolo plan", ya veré después como lo remedio.
—Yoongi vendrá por mi cuando te vayas a Florida. —Dice él mientras observa sus libros de
medicina. —Espero estés consciente de eso.
—Lo sé. —Le digo sentado frente a él jugando con la copa de vino. —¿Qué harás?
—Algo tendré que decirle. —Sigue sin despegar la vista. —Lo voy a asfixiar con sentimientos. El
comenzara' a confundirse y muy probablemente terminara marchándose cuando eso pase.
—¿Vas a suicidarte? –Pregunto—¿y de ahí te aliaras con ellos? ¿En serio Jimin?
—Si no te parece no puedo obligarte a que me ayudes. Contigo o sin ti voy a hacerlo. Conozco bien a
Yoongi, me aseguraré de que todo salga como se debe.— Alza sus hombros y cierra los libros. —
Se ira, intentaré matarme, crearé lastima, bajaran la guardia y... —Se calla unos momentos. —Y
de ahí en fuera no puedo contarte. Tae. Sera sorpresa.
—Mejor dicho que no. —Ríe con inocencia. —Las cosas se pondrán muy interesantes Taehyung.
Sera mi momento de usar todo lo que eh aprendido.
—El nunca ganar por la fuerza lo que se puede ganar con la mentira. —Expulsa el humo de sus
Iabios, apenas me he dado cuenta que ha cogido un cigarro—. Nada más placentero que estafar
al estafador, nunca lo olvides mi querido Tae.
—Es Jimin. —Me dice con voz ida.— Necesitas volver en este mismo instante a Nueva York.
—Me han informado... él... él... —Suena agitado. —Él está en el hospital.
Ah... Iindo y lindo muñeco de mente fría y corazón podrido. Las personas deberían comenzar a temblar
si supiera en el hermoso monstruo en el que te has convertido.
PARTE II: Del nacimiento de un monstruo.
-Halsey ; gasolina
|81
El puñado de hombres avanzaba sigilosamente por los pasillos del edificio. Las tenues luces
y una que otra parpadeante sin duda creaban una atmósfera inquietante, tétrica y más que
nada tensa. Ellos cazaban y se movían con pistolas en mano, los hombres con máscaras de
tela color negro y las mujeres con capuchas y sus cabellos recogidos.
Compartían la cicatriz en común, la sencilla letra L. Todos se movían siendo uno, sus
cerebros lavados con el único y sencillo objetivo de cumplir lo que su jefe les había pedido.
Una orden de una palabra absurdamente sencilla y escalofriante:
Tráiganmelo.
El grupo L se movía más rápido en un silencio más y más sombrío. Llegaron al último piso
y con armas a la mano y abismal fuerza, se acercaron a la única puerta y la patearon hasta
mandarla al suelo. Todos entraron y se dispersaron apuntando a todos lados, aguantando
el aliento y atentos a cualquier movimiento.
Sus cuerpos se aflojaron y se hablaron en señas para rodear y buscar en el lugar. Abrieron
la habitación, baño, cocina y removieron todo. Desgraciadamente casi todo estaba vacío y
ya no había nadie allí. El líder hizo una seña y todos comenzaron a tirotear a paredes, suelo
y camas con la esperanzan de darle a algo.
— ¡Muevan todo! — Rugió con voz profunda. — ¡Encuentren algo! ¡Lo que sea! ¡Lo quiero!
El grupo obedeció y comenzaron a moverse. Algunos tomaron unas fotos viendo al chico
rubio de adorable sonrisa detrás del cristal fragmentado de la foto. Observaron también el
chico también rubio junto a él con una enorme sonrisa y abrazándolo, los dos luciendo
felices sin ninguna pizca de inquietud o temor.
— Es el hijo de Sullivan — dijo una mujer viendo la foto — y Park Jimin. Es el de sonrisa
aparentemente adorable, lindo, ¿no?
— Quién diría que tales sonrisas podría esconder tales monstruos. — Susurró el hombre
divertido.
Dejaron la foto en el suelo y caminaron sobre ella buscando en el armario y lo que pudieron
encontrar. Observaron al jefe que observaba fijamente el papel tapiz de la sala y los rasguños
y golpes detrás del mal colocado papel. Mantuvo la vista fija un par de segundos y desvió
la mirada a la ventana.
El hombre todavía cubierto con una máscara le dirigió la mirada. Observó fijamente la
cajetilla de cigarros y la tomó antes de que la chica nuevamente se alejara. Abrió la cajetilla
viendo que envolviendo los cigarros habían papeles. Cogió los cuantos que había dentro y
lentamente fue leyendo la palabra que había en cada uno:
¿Están
listos
para
cazarme?
El hombre retiró su máscara lentamente y la guardó en sus pantalones ocultando los papeles
dentro de ella discretamente. Observó por la ventana.
— Haremos lo que nos pidió el gran jefe, le llevaremos a Park Jimin sin importar qué. —
Contestó sin dirigirle la mirada a la mujer. — Así que les pediré que se dispersen y busquen
en cada maldito rincón de NNOS en Italiano y los demás asintieron comenzando a salir en
silencio del departamento. La mujer le dedicó una última mirada a su jefe observando su
fuerte quijada y su mirada tan retadora viendo hacia la ventana.
El silencio gobernó y el hombre se quedó solo unos segundos antes de bajar la mirada a los
vidrios en el tapete. Sacó los pedazos de papel y observó nuevamente las palabras allí
escritas con una sonrisa demasiado tétrica. Sus ojos brillaron y él sacó un cigarro antes de
encenderlo y darle una gran calada expulsando el humo suavemente por la nariz.
— Y así es como comenzamos... — susurró — con una pequeña llama que va creciendo hasta
volverse un enorme incendio, destruyendo todo, dejando cenizas y marcas en la piel y en la
mente que jamás se borran.
Sus ojos brillaron en chispas rojizas y anaranjadas que se reflejaban en sus oscuros y
enfermos ojos. El danzante baile de llamas floreciendo en lo más rojizo y tronando conforme
todo se iba quemando de a poco, muy débilmente.
— Y así es como comenzamos. — Susurró de nuevo esbozando una retorcida sonrisa .—
¿Quién encontrará a quién primero?
No estaba seguro de aquello pero le emocionaba la idea hasta cierto punto, así que tomó la
máscara, dejó el cigarro encendido en la alfombra y salió cerrando la puerta detrás de él en
silencio. Sus ojos aún tenían las llamas danzando en sus pupilas, solo que el fuego era esta
vez en su alma putrefacta, ardiendo de locura y deseo.
Ese sabor tan único de su muñeco. Ese sabor tan único de su precioso juguete desquiciado
de venganza.
Ese sabor tan único que lo llamaba nuevamente a gritos para que lo volviera a saborear, al
menos, una última vez.
JIMIN
Cruzo de inmediato con un techo blanco empapado de luz blanca. Mis ojos van bajando la
mirada viendo el sofá frente a mí, las cortinas azules y el inquietante blanco seguido de un
pitido periódico que me está poniendo de los nervios.
Estoy a punto de colapsar. Hay una pulsera de plástico en mi muñeca y estoy conectado a
distintos tubos. Abro la boca y relamo mis labios secos.
Sonrió.
—Tae...
— Es algo de lo que no te puedo hablar aún, Jiminnie. — Me dice con suavidad sin dejar de
tomar mis mejillas. — ¿Por qué cada día te pones más y más hermoso?
Río débilmente y sorbo por mi nariz antes de observarlo fijo a los ojos. Él soba mi mejilla y
traga pesado mientras baja su mirada a mis labios. Yo los relamo y abro un poco invitándolo
a hacer lo que quiere.
— Está bien. — Susurro también viendo sus labios y relamiéndome de nuevo. — Está bien.
— ¡Jimin, despertaste! — Dice la enfermera que acaba de ingresar con un suave sonrojo. —
Lo lamento, no sabía que...
Taehyung sonriente pero él me mantiene una mirada más bien seria ahora. Ladeo mi cabeza
y uno mis cejas al instante que mi sonrisa se borra.
— ¿Por qué lo hiciste? — Me pregunta débilmente. — Sabía que a veces eras algo...
impulsivo pero, ¿por qué llegaste tan lejos?
— Tae...
— No tiene importancia. — Desvía la mirada. — Son tus decisiones Jimin, yo fui el idiota
por enamorarse de ti. Jamás vas a corresponderme, no necesitas decir nada ni sentirte mal.
Yo lo busqué.
— Yoongi... no sé, no sé qué pasa entre nosotros. Es cierto que cometí locuras y quizás me
deje llevar demasiado. No lo amo Taehyung. — Le digo y él ríe con sequedad. — Esto no es
amor, Tae. No uno sano, al menos. Es... es todo menos amor.
— Es amor a su manera. — Contesta alzando los hombros. — Está bien. Si te sirve de algo,
Yoongi también está muy coladito por ti. Son el uno para el otro, una pena que tengan que
pelearse.
— Taehyung sabes que te quiero muchísimo. — Tomo su mano y él se pone rígido. — Desde
pequeños tú eras quien me cuidaba algunas veces. Aún recuerdo la vez que Yoongi rompió
mi dibujo y tú secaste mis lágrimas.
Él voltea a verme con sorpresa. Sobo su mano con mi pulgar y lo tiro más hacia mí para
seguir pero la puerta vuelve a abrirse. Él se suelta y yo solo gesticulo un suave "te quiero".
Él me observa unos segundos y dejo de prestarle atención para sonreírle al doctor que está
frente a mí.
No volvimos a tocar el tema. Me explicaron que mi organismo expulsó las pastillas que me
tomé y sufrí de una intoxicación severa. Necesitaba quedarme allí y después cuando me
dieran de alta debería tener cuidado e irme mejorando de a poco.
Elliot quería verme pero aún no era el momento, debía estar completamente recuperado y
seguir diciéndole que no me encontraba bien y me diera tiempo. Aparentemente él fue quien
me encontró, fue a verme después de la llamada porque supo que algo no iba bien. Curioso
que resultara así, se me adelantó antes de que le marcara diciéndole que me iba a "matar",
pero comprendió el mensaje y llegó corriendo.
Cuando pude volver al departamento con Taehyung, él habló con Anthony acerca de otra
mudanza para estar seguros de nuevo. Al final debíamos fingir preocupación y yo después
me enredara con el padre de Elliot. Taehyung sigue tenso respecto a eso pero no me ha
detenido. No sé qué pasa por su cabeza y tampoco es que quiera preguntar mientras no me
traicione y le diga a Anthony que entraré al bando enemigo. Debo ser yo quien le diga con
mí versión o nada de esto funcionará.
Vuelvo a suspirar y tomo el té para darle un sorbo. Estoy en el sofá con mis rodillas pegadas
al pecho y una manta en mis piernas. Doy pequeños tragos observando la televisión viendo
las caricaturas que están pasando. Tae se sienta al lado mío.
— No lo sé. Jamás lo había visto. — Digo dándolo otro sorbo al té. — Supongo será
interesante.
— Estaré bien. — Me inclino hacia adelante para dejar el té en la mesa frente a nosotros.
Dejo caer mi cabeza en su hombro y me acomodo abrazando su brazo y restregando un poco
mi mejilla en él. — Te extrañé. Realmente lo hice.
— Lo siento. — Se excusa.
Nos mantenemos en silencio y yo lo suelto para abrazar mis rodillas viendo todavía la
pantalla. El silencio es tenso pese al alto volumen que hay en la televisión y la película.
Apoyo mi barbilla en las rodillas para descansar mi mandíbula y sigo viendo. De reojo me
percato que Taehyung me observa.
— ¿No vas a perdonarme? — Insiste con voz apagada. — Jimin, créeme que me encantaría
decirte pero primero debo confirmar algunas cosas y esperar a alguien.
— Ni te molestes. — Contesto de mala gana. — Tú sabes lo que haces... yo solo soy un amigo
preocupado.
— ¿Amigo? — Repite y veo su cuerpo rígido. — ¿No somos pareja, Jimin? ¿No eres mi
novio?
— Yo... — Mi garganta se cierra. — Escucha, creí que estabas muerto y no lo sé. Esto es
extraño, aún necesito meditarlo, Elliot también está picoteándome y lo necesito, Yoongi
tampoco...
Me detengo al ver su mirada convertirse en piedra. Desvío la mirada y agarro el control de
la televisión para apagarla mientras me alejo un poco de él. Muerdo mis labios.
— ¡Lo sé! ¿Crees que a mí no me confunde? ¡Yo realmente te quiero! — Espeto frustrado. —
A ti no te he mentido Taehyung.
— Yoongi...
Silencio.
Siento algo agrio irme recorriendo e inmediatamente le doy una pésima mirada. Ambos nos
seguimos viendo brutalmente con pizcas de odio. Él niega con la cabeza y desvía la mirada
mientras yo me levanto del sofá de mala gana dispuesto a irme ya a dormir.
— Me voy a dormir. — Espeto sin verlo y agarrando la taza para finalizar lo que queda en
un sorbo. — Ya tuve suficiente por hoy día.
Creo que le he demostrado ya que tengo las agallas y la astucia para llegar si quiero. No me
interesa a quien deba pisotear o inclusive matar para llegar a él como quiero hacerlo. Me
sigue viendo inferior, debo intimidarlo o ponerme a su altura y que se dé cuenta que no soy
el mismo de hace dos años. Tengo veinte años, soy aún muy joven pero he aprendido
mucho.
Comienzo a lavar la taza frotando la esponja contra ella con fuerza y rapidez. Mi mano se
llena de espuma y mi brazo duele así que detengo el movimiento y suspiro con fuerza antes
de abrir la llave del agua. El chorro sale y comienzo a enjuagarla pensando en mil y un cosas
hasta que escucho unos pasos y que me abrazan por detrás.
Él me observa en silencio y yo seco la taza y mis manos sintiéndolo abrazarme con más
fuerza. Suspiro y apoyo mis manos en la encima del lavabo rendido.
— Cuando finalice con esto. — Digo viendo la pared y sintiendo sus manos sobar con
suavidad mis caderas que van subiendo y masajeando suavemente. — Mmm...
— Estás demasiado tenso. — Llega a mis hombros que comienza a masajear haciéndome
cerrar los ojos y cabecear. Era lo que necesitaba. — Necesitas relajarte o sino jamás vas a
recuperarte.
— Por eso dormiré. — Observo una cazuela que está frente a mí. — Lavaré esto y me iré a
acostar. Descansa.
Él deposita un beso en mi cuello. Espero que se retire pero no lo hace. Siento que me toma
con más fuerza y otro beso es depositado esta vez en mi hombro sobre la tela de mi camisa.
Siento la mano de Taehyung tirar de la tela para dejar mi hombro al descubierto y comenzar
a besarme. Me sacudo y un escalofrío me recorre.
— No. — Digo abriendo nuevamente la llave y tomando la esponja. — Ya vete a dormir por
favor. No es el momento.
Él se detiene. Gracias.
Vuelvo a agarrar la cazuela y sigo frotando hasta que siento sus manos nuevamente en mi
espalda y bajando hasta mi trasero que aprieta un poco. Doy un brinco y me remuevo
molesto pero siento que mete sus manos y comienza a masajearme suavemente. Me
estremezco y la esponja casi resbala de mis manos.
Hace caso omiso y lo siento abrir un poco mis piernas. Me remuevo y trato de golpearlo
pero toma mis brazos que lleva detrás de mi espalda y me inclina hacia adelante después
antes de volverme a tomar. Mi cuerpo se sacude sintiendo el calor de su entrepierna aún
cubierta chocar con mis piernas.
— Amgh... — Muerdo mis labios al gemir al sentir que va subiendo más y comienzo a
temblar.
Lentamente voy cayendo y reposo mi frente en una parte del lavabo levantando más mis
caderas con un suspiro. Mi cuerpo va por si solo al sentir su lengua lamer mi entrada
haciéndome ahogar un chillido y apretar más mis ojos.
— Sé que no aguantas mucho tiempo conmigo. Sé bien dónde tocarte Jimin. — Sigue
haciendo pequeños círculos en mis paredes para estimular mi punto dulce. — No podemos
ser novios, pero te extrañé.
Yoongi...
— ... en la cama.
— ¿Qué?
— Nada. — Levanto la vista y una sonrisa nostálgica asoma tímidamente en mis labios. —
Solo... una vieja historia.
|82
JIMIN
Los labios de Taehyung se van paseando por mi cuerpo desnudo debajo suyo. Encaja sus
dientes en mi hombro y me da una fuerte embestida haciéndome gritar y aferrarme a su
espalda. Siento el sudor ir corriendo por mi espalda dejando húmedas las colchas y mi
respiración me pesa demasiado. Trato en vano de regularizar mi fuerte respiración pero me
es imposible, el aliento se me va entre cada golpe de nuestras pelvis.
Me toma para besarme pero yo siento como si fuese veneno puro en mis labios. Trato de
seguirle torpemente el beso pero mi cuerpo comienza a tensarse y a removerse provocando
que lo suelte. Me dejo caer en seco nuevamente en las colchas y tapo mi cara sintiendo las
embestidas más fuertes.
Muerdo mis labios con más fuerza y vuelvo a gritar cuando roza una y otra vez con mi
próstata erizando mis vellos y mandando grandes olas de placer. Mi cuerpo tiembla y lo
aprisiono entre mis piernas colocando mis manos en su pecho para tocarlo un poco. Él está
parado frente a la cama mientras yo me siento rozar con el borde ligeramente preocupado
de que pueda caer. Gimo de nuevo.
— Ah, Jimin... — Susurra sobando de nuevo mis mejillas, yo vuelvo a tensarme y mi cuerpo
se revuelca a la defensiva por más trato que calmarme. — Estás algo tenso... calma.
Él comienza a aumentar la velocidad y volvemos a chocar. Tomo aire tan profundo como
puedo y me aferro a las sábanas buscando desesperado mi orgasmo que no viene. Comienzo
a frustrarme, lo hace demasiado bien, da justo donde me gusta... ¿por qué no llego? ¿Por
qué no llego?
Grito cuando me azota con fuerza pero no me es suficiente. Clavo mis uñas en las palmas
de mis manos y comienzo a enterrarlas sintiendo mi cuerpo prenderse y otro gemido sale.
Vuelvo a apretarme y cierro los ojos con fuerza pero sigue sin ser suficiente.
— Jimin... — Él me llama y abro los ojos con mis labios mordidos. — Y-ya voy a llegar.
Niego con la cabeza desesperado.
— ¡Golpéame!
— ¡Azótame entonces, dios solo hazlo! — Grito de nuevo, la rabia consumiendo caga gota
de paciencia y tranquilidad.
Chillo cuando me azota con más fuerza. Muerdo las colchas para ahogar los sollozos y grito
más fuerte sintiendo como comienza a palmear chasqueando en secos y dolorosos sonidos.
Sigue palmeando y rasguñando un poco. Siento finalmente mi erección palpitar con cada
trazo de rasguño en mi piel y las fuertes palmadas que arden dolorosa y deliciosamente en
todo mi cuerpo.
Lo siento acabar pero embiste otro poco siguiendo golpeando un poco con suaves palmadas
y comenzando a morder mi espalda con fuerza. Mis nervios me recorren y sintiendo mi
hombro tensarse debido a la mordida que me lastima, finalmente grito entre temblores y
llego también.
Escucho nuestras respiraciones. Fue bueno pero hay aún cierto vacío... algo que faltaba. Él
sale de mí pero yo me mantengo acostado sintiendo el dolor terrible en mi culo y viéndome
a través de mi hombro los hematomas rojizos y uno morado. Me aprieto un poco y jadeo de
dolor sobando después mi hombro aún palpitante por la mordida.
— Lo siento. — Dice acostándose con fatiga.
Sus manos me masajean pero el dolor permanece unos segundos todavía antes de que se
calme. Suspiro y me levanto de la cama con una pijama para meterme a bañar, quiero dormir
perfectamente limpio.
Cierro la puerta con delicadeza y avanzo al baño entrando en él. Abro la regadera y mientras
acomodo la ropa en la superficie seca del lavabo junto a la toalla. Me observo fijamente a
través del espejo no reconociéndome otra vez.
Otra vez el demacrado Jimin... el delgado con ojeras, en huesos, de cabello seco y mirada
vacía. Lo odio demasiado... ¿Pero qué hacer? Debo ser fuerte y aprender a lidiar nuevamente
con su partida. Otra vez... aquel infierno de tenerlo lejos.
Mantengo la vista otros segundos hasta dar la espalda para meterme en la bañera. Caigo
debajo del chorro de agua y suelto un suspiro sintiendo el agua hirviendo en mi espalda
destensando mis músculos y provocando también un pequeño ardor.
No me atrevo a cerrar los ojos. Siento algo helado recorrerme, mi corazón palpita más fuerte
y todo mi cuerpo comienza a temblar.
¡Detente!
Siento mis pupilas pesadas nuevamente. Me detesto pero es inevitable suspirar y cerrar los
ojos dejándome absorber por completo dentro de mi cabeza. Escucho todavía el agua
golpeando contra la loza y mi cuerpo y me fuerzo a recordar un poco, las memorias vagan
hasta que lentamente mi mente se pone en blanco y sola comienza a trabajar.
Mierda.
Siento nuevamente aquel cálido aliento golpeando contra mi piel. Las manos fuertes
tomándome de la cintura de forma posesiva y los ardientes y dolorosos besos en mi cuello.
Siento el recorrido de la lengua desde mi nuca pasando por mi hombro y subiendo a mi
quijada donde entierra sus dientes.
Siento los hilos de sangre resbalando en mi cuerpo y sintiendo un ardor terrible con cada
corte. Llevo mis manos a mi cuerpo y aún con los ojos cerrados me veo teñido de sangre y
él besándome con toda el hambre que me tiene. Sus dedos empapados de espesa sangre
acariciando mi cara, mis uñas resbalando por su espalda teñida de rojo y uniéndonos una
vez más entre rudas embestidas, el olor de la sangre mandando mareos pero
encontrándome bloqueado por el placer de sentirlo.
Sus manos recorriendo mi espalda y pegándome más a él. Nuestras lenguas jugando y su
ronco gemido mientras me toma con la posesividad única de él, tan protector y aterrador al
mismo .
Sigo en el baño, el agua aún cayendo y ningún rastro de él o la sangre. Pestañeo sintiendo
el agua helada y reaccionando rápido para cerrarla.
Salgo y aún así me seco perfectamente antes de colocarme la pijama. Salgo con toda la
vestimenta blanca y cuelgo la toalla antes de tirarme en el sofá con una manta. Observo el
oscuro techo fijamente sintiendo el vacío nuevamente y la desesperación por llenarlo.
No tienen idea de la lenta tortura que es saber que su corazón sigue latiendo tan cerca y lejos
de mí. No saben lo que es tocar su cuerpo y desear que sea él para calentar y llenar con una
suave exhalación la frialdad. No saben lo que es sentirse desnudo y abrazado en sus fuertes
brazos, besando delicadamente mi cuello después de terminar largas rondas de sexo
doloroso y chispeando del mismo placer.
No lo saben.
Yo recuerdo aún sus brazos tomándome y susurrándome al oído que estaríamos juntos
algún día. Recuerdo esa vez en el departamento donde me torturó y terminamos dormidos
abrazados, recuerdo que antes de cerrar mis ojos y perderme lo sentí besar cada centímetro
de mi rostro y arrastrar sus manos por mi pecho, como queriendo tatuar en todo él mi tacto
en el suyo. Recuerdo el efímero momento de manos entrelazadas antes de caer dormidos,
su cabello picando mi barbilla y la suave risa que nos iluminó a ambos bajo la luz de la luna.
Porque despertaba y era como si lo olvidara. Hoy en las noches me pongo a recordarlo,
observando al único testigo de aquellos efímeros y estúpidos actos débiles de humano
patético sentimental. Actos que son el simple roce para unos y la perfecta droga para
corazones desesperados por el afecto que jamás creyeron tener como el mío y el suyo.
Ambos uniéndonos, buscando ser comprendidos... Alguien que llene nuestro vacío.
Las lágrimas resbalan y volteo a la ventana enrollándome en las cobijas, viendo la luz azul
colarse por la fría sala debido a la luna. No puedo evitar pensar en la antigua leyenda que
me contaba mi madre acerca del amor imposible y prohibido entre el sol y la luna. El nunca
poder estar juntos, y aún así el sol moría cada noche para dejar a la luna salir.
Entonces sabré, que si un día me preguntas de caprichos y amores imposibles, te diré que
moriría cada noche para dejarlo a él salir; y verlo aunque sea escasos segundos, antes de
volver a desaparecer.
Aunque es cierto que esto me ha ayudado un poco para hacer lo que voy a hacer, también
me pone algo triste el saber que estaré atrasado en la carrera. Me gusta la medicina pero mi
universidad es demasiado exigente y algunas veces tengo conflictos. Mi boca cuelga de
— Me veré con Elliot. — Le digo a Taehyung la mañana siguiente, él voltea a verme mal. —
Es tu momento para detenerme antes de que lo lleve más lejos, Taehyung.
— ¿Cómo quieras que te detenga? De todas formas vas a hacerlo. — Alza sus hombros con
mala cara todavía. — Harás tus cosas y yo las mías sacando provecho de eso. Ya tengo mi
plan tratado de si te vas con ellos, así que no voy a detenerte.
— Bien.
Odio a Yoongi, lo odio. Quiero que pruebe de su propia medicina y demostrarle que no soy
más un inocente, que puedo con su estilo de vida y puedo con él. Sí. Pese a toda la venganza,
si es que no intenta matarme después, intentaré estar con él de nuevo. No me interesa qué
piensen al respecto. Funcionamos juntos, con nuestros roces y choques, pero no
encontraremos a nadie más. Me necesita y lo necesito y sé que después de todo esto, quizás,
y solo quizás, finalmente podamos encerrarnos y aislarnos del mundo para ser él y yo. Y
nadie más.
Suelto otro suspiro y escucho mi teléfono vibrar en la mesa. Suelto un suspiro y dejo los
cereales para tomarlo aún con la leche en mi boca. Mastico mientras lo desbloqueo con una
mano y deslizo mi dedo colocando el código. Mi ceja de alza.
Mi ceja se vuelve a alzar aunque trato de mantenerme tranquilo para que Taehyung no
sospeche.
Ingreso y observo el número que aparece bloqueado no me deja modificarlo. Algo malo me
recorre la punta de los pies a cabeza y finalmente entro al chat observando los tres mensajes
que me han llegado. Pestañeo.
"Park Jimin"
Mantengo la vista fija y comienzo a creer que esto es solo una mala broma aunque algo me
dice que no lo es. Mantengo la vista fija en el teléfono y lentamente comienzo a taclear:
Trago pesado sintiendo algo helado irme recorriendo otra vez. Trato de aguantar la
respiración y mi mente comienza a rebuscar en todas las opciones. ¿Quién es esta persona?
¿Cómo sabe de mí o de Taehyung? Oh dios, ¿por qué?
Muerdo mis labios. No debería correr el riesgo a estas alturas, estaré investigando con el
tiempo. Mientras seguiré hablando con este tal Gimun S.A.
"Tu nombre es Park Jimin, eres adoptado, nadie sabe nada de ti y eres producto de muchas
búsquedas y conflictos a nivel mundial. Park Chaerin era tu madre adoptiva, era amiga de
Kyle y Sullivan, que por cierto, estuvieron el día de su muerte en la cena de año nuevo hace
dos años exactos. Estás actualmente en Nueva York con Kim Taehyung bajo el cuidado de
Anthony Forcraft muy probablemente, moviéndose para no ser encontrados. Huyeron de
Min Yoongi quien ahora tiene de su lado a Jeon Jungkook, sobrino de Will que es un
importante jefe del lado de Washington. Muchos dicen que estás enamorado del hijo de Min
Suga, que es el padre del anteriormente nombrado Min Yoongi, aunque realmente eso no
importa pero podría usarlo para chantajearte. En fin, podría seguir... ¿lo deseas?"
Mi respiración va fallando cada vez más y el pánico recorre mis manos que tiemblan. Trato
de mantenerme más tranquilo todavía y observo a Taehyung una vez antes de regresar a la
pantalla.
"Bien... me convenciste."
Guardo el teléfono y finalizo de desayunar tan rápido como puedo, lavo los trates y me voy
a vestir para salir. Mi cuerpo sigue doliendo, más que antes, pero es soportable.
Mi mente sigue revoloteando un poco en los mensajes recibidos pero nada me da una pista
de quien pueda ser. Sabe de mí, seguramente lo que hice o trato de hacer. No pienso permitir
que aquello siga, no al menos sin asegurarme que mis planes están a salvo. Maldigo por lo
bajo. Era lo único que me faltaba, alguien pisándome los talones cuando medité todo a la
perfección para que justamente no pasara.
Finalizo rápidamente las compras y me aferro a las bolsas que no muchas. Me acomodo bien
las tres bolsas y avanzo rápidamente por la cuadra a punto de cruzar la calle cuando me
tiran hacia atrás bruscamente casi tirando mis cosas. La sangre se me congela y volteo
asustado.
Observo al chico frente a mí que me observa con la boca abierta y sus ojos muy grandes. Lo
examino rápido sintiendo una pequeña chispa y lentamente mi agarre se va aflojando hasta
que las bolsas casi van al suelo.
Lo observo unos últimos segundos entrecerrando mis ojos. Todo mi cuerpo se sacude y me
hago un poco hacia atrás sin poder creerlo.
— ¿Mingyu?
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JIMIN
- ¿Mingyu?
Mis ojos se mantienen muy abiertos viendo con extrema sorpresa a Mingyu frente a mí
igualmente con la boca muy abierta. Él tampoco reacciona rápido, nos quedamos viendo
fijamente el uno al otro pestañeando intentando reaccionar.
Nos callamos y yo lentamente dejo las bolsas junto a mí en el suelo y tapo mi boca sintiendo
mis ojos picar un poco. Mingyu finalmente se suelta por completo y me abraza con fuerza
mientras yo también le devuelvo desesperado el abrazo.
- ¡Por dios! - Exclama él casi en lágrimas. - ¡Estás vivo, sabía que estabas vivo!
- ¡Jamás supe qué fue de ti! - Exclamo también sin dejar de tomarlo y hundiendo mi rostro
en su cuello. - Dios, Gyu... ¿cuánto tiempo?
No puedo evitar reír y mantenerme muy aferrado a él sintiendo las lágrimas brotar de mis
ojos. Estoy ahogado en alegría sabiendo no solo que está vivo, sino que tuve la oportunidad
de volver a verlo. Ahora mismo, él, abrazándome...
- Eso quería preguntarte. Vivo aquí desde hace rato. - Le contesto también sintiendo mis
ojos picar. - ¿Y tú?
- Estaré un año de intercambio, llegué hace dos meses. - Explica y yo alzo ambas cejas. - El
Linsday, tiene distintas universidad.
- ¡Sí! Aquí en Estados Unidos es en Nueva York y Oregón, otra en Canadá en Ottawa y
Corea, ¿no? Seúl. - No puedo evitar sonreír. - ¡Qué coincidencia! ¡Dios no puedo creer que
seas tú!
- Tenemos que hablar de muchas cosas. - Me dice con un tono más triste y yo paso saliva. -
Como qué fue lo que ocurrió. ¿Estás libre ahora?
- Oh, tengo una comida con un amigo. - Le digo mordiendo mi labio inferior. - Bueno, salgo
a comer con él.
- Sí, entiendo. - Sonríe un poco y baja la vista a mi pecho. - N-no tienes ya mi collar, ¿verdad?
- Te contaré todo cuando tenga tiempo, lo prometo. - Le digo cogiendo mis cosas
nuevamente. - Dame tu número, así podemos ponernos en contacto.
- Sí.
Él mete la mano en su saco y saca una tarjeta que me extiende. La tomo con mi mano libre
y agarro la bolsa antes de dedicarle una sonrisa. No puedo creerlo.
- Esperaré ansioso tu llamada, Jiminnie. - Me dice con una pizca de tristeza. - En serio... e-es
bueno volver a verte.
- Igualmente, Gyu.
Demasiados golpes emocionales en muy poco tiempo. Aún siento mi sangre calentarse y
enfriarse con cada paso que doy al departamento. Ha cambiado un poco, Mingyu siempre
fue muy apuesto pero ahora creo que incluso más. No lo sé, realmente no pude reconocerlo
hasta que lo vi bien, hasta que esa mirada que me dio que me obligó a recordar quién fue él.
Creo que la única persona que me amó sanamente. El único novio que tuve quien... quien sí
me amó y destruí. Dios, debo dejar de pensar en todas esas cosas.
- ¡Tae! - Llamo cuando entro al departamento y aviento las cosas a la cocina. - ¡Tae!
Observo unas cosas que no son mías allí y escucho un golpe cerca. Volteo y me acerco a la
recámara hasta abrir la puerta en un movimiento. Definitivamente no debí hacerlo.
- ¡Por la mierda, Kim! - No puedo evitar gritar al verlo embistiendo duramente a otro chico
que me observa sin color y la boca muy abierta. - ¡Lárguense a hacer sus cosas a otro lado,
tengo que cambiarme!
- ¿Tu cita con Elliot no era a las tres? - Me pregunta Taehyung aún dentro del chico.
- No, idiota. - Abro de golpe el armario y comienzo a quitarme la ropa. - Y ya que estás
demasiado ocupado, con su permiso, comenzaré a cambiarme.
El otro chico me sigue viendo fijamente pero escucho su gemido después que me hace
desviar la mirada. La cama rechina detrás de mí mientras yo me pongo una camisa de
botones color blanco y unos pantalones negros antes de cerrar y tomar una sudadera. Peino
un poco mi cabello y me pongo loción encima dirigiéndome a la puerta. Les doy una última
mirada.
Avanzo al baño y me cepillo los dientes y coloco un poco de maquillaje en las cicatrices que
tengo para ocultarlas un poco. Palpo mis labios resecos y aún abiertos y me coloco un labial
que me los humecte un poco. Me relamo una vez antes de guardar las cosas y dirigirme
nuevamente a la salida del departamento.
Y después de mandar el mensaje, guardo el teléfono y salgo aún con la extraña sensación de
que algo saldrá terriblemente mal.
Omnisciente.
El chico observaba fijamente la carta entre sus manos jugueteando con ella. No puede evitar
soltar un suspiro y morderse los labios colocándola nuevamente dentro del cajón y cerrar
con cierta brusquedad sin despegar la vista del mueble.
Avanza hasta detenerse fuera de una construcción por donde la música sale muy fuerte y el
piso vibra debajo de sus pies. Entra con cuidado evitando ser visto y corre hasta agarrar una
maleta oculta detrás de una caja que cuelga a sus hombros.
Sus ojos grises recorren rápido el entorno con cuidado. Nadie está, así que se pone en
cuclillas y comienza a rebuscar en la mochila negra con unas manchas amarillas en la parte
inferior una jeringa. La agarra y abre otro pequeño frasco donde pincha la punta y comienza
a extraer líquido. Golpea la punta con sus dedos para quitar el aire y algo de líquido brota
expulsándose casi a sus pies.
Coloca la mochila en su lugar nuevamente y desliza también la jeringa entre su ropa hasta
que avanza, retirando un plástico que le da acceso al agitado lugar. Las luces son bajas y
solo destellos de colores en púrpura y verde iluminan a las personas bailando, el ambiente
oliendo fuertemente a marihuana, nicotina y alcohol.
- Min Yoongi. - Escucha con fuerza y no tiene de otra más que voltearse.
Observa al chico castaño de ojos verdes sonreírle sentado desde un sofá rojo con otras
personas. Yoongi retira su capucha y se acerca a paso lento buscando con una sonrisa.
- Matthew. - Contesta una vez frente a él viendo su camisa abierta hasta las clavículas. - Es
una sorpresa verte en estos lugares.
- Es una sorpresa porque nunca vienes, estas fiestas son mi ambiente. - Contesta Matthew
alzando sus hombros con una sonrisa. - Así que dime, ¿qué haces aquí?
- ¿No es obvio? - Se burla el de cabello negro y peligrosa sonrisa. - Pasarla bien un rato.
- ¿Y pretendes llegar a una fiesta vestido de negro y la capucha encima? - Se burla Matthew
dándole un trago a su cerveza. - Ya sea que no quieres llamar la atención o me estés
mintiendo, no lo considero muy inteligente de tu parte.
- Umh. - El otro observa su cerveza y le da pequeñas vueltas. - Escuché por allí que botaste
a tu muñeco, ¿es cierto?
Yoongi se mantiene en un silencio gélido y apenas puede tragar bien. Sonríe con soberbia
pero por dentro ocultando un desgarre que comienza a arder profundo en su pecho junto
con una ansiedad creciente.
El castaño de ojos verdes pudo tener el precioso honor de ver los ojos de Yoongi tan furiosos,
cambiar al pánico total, a un terror y una bruma que se instaló en su cuerpo poniéndolo
lento. Observó a la agresiva bestia volverse una piedra y su labio inferior comenzar a
temblar un poco mientras sus ojos se volvían más y más oscuros.
- ¿No sabías? - Matthew unió sus cejas. - Anthony lo contó apenas. Park Jimin tomó pastillas
para dormir y se ahogó en su bañera. Cuando llegaron trataron de revivirlo pero era
demasiado tarde.
La mirada de Yoongi se mantuvo exactamente igual, el fuerte cuerpo comenzando a temblar
mientras el aire comenzaba a faltarle y sus pupilas se prendían en llamas.
El azabache soltó una risa seca y comenzó a negar con la cabeza suavemente. Matthew le
mantuvo la mirada sin quitar su expresión mientras Yoongi comenzaba a negar más y más
con la cabeza con mayor violencia y rapidez. Dio contra la pared tratando de procesar el
griterío que había en su cabeza. El chirrido se volvió insoportable al igual que el dolor que
apretaba sus sienes y explotando su cabeza. Tapó sus oídos viendo fijamente el suelo con la
barbilla temblando lágrimas descontroladas saliendo de sus ojos y risas de su boca.
Matthew lo observaba desde una distancia prudente sin poder creerlo. Pestañeó y vio a
Yoongi esfumarse en un segundo entre la gente. Se levantó buscándolo con la mirada pero
no lo encontró. Comenzó a moverse entre todos sintiéndose frustrado. Creía que Yoongi ya
lo sabía.
Estuvo gritando su nombre, pero la música era demasiado fuerte y la gente empujaba. Se
perdió por completo entre todas las personas y no encontró rastro de Yoongi. Examinó el
lugar una última vez antes de dirigirse a la salida y pasillos pero no había rastros de Yoongi.
- Mierda. - Susurró de mala gana antes de volverse a sentar y sacar su teléfono para
mandarle un mensaje a Forcraft.
Las noticias al día siguiente fueron un escándalo. Todos hablaban de la gran masacre de la
fiesta en el almacén a las afueras de la ciudad. Era cierto que los reporteros exageraron
bastante la situación ya que no fue en sí una masacre, pero si hubo seis muertos.
Todos tenían la garganta cortada, inclusive algunos habían sido abiertos del estómago y sus
intestinos removidos, arrancados y lanzados suciamente por todos lados. Los ojos no
estaban dejando oscuros vacíos y poco más de cuarenta puñaladas por persona, todos
encimados, todos jóvenes, demasiado borrachos o drogados, asesinados brutalmente.
Le gente no quiso imaginarse lo que debió ser para ellos. El cuchillo enterrándose en ellos,
la música demasiado fuerte para que sus gritos se escucharan, sus estómagos lentamente
siendo abiertos dejando a la luz púrpura el festín de órganos humanos dejándolos
expuestos, la sangre corriendo, los tejidos musculares desgarrados mostrando los huesos y
la repugnancia fatal más perturbadora. Un escenario lleno de sadismo, descontrol, ira y
mucho dolor.
Solo quedaba trabajar para buscar testigos, huellas, cabello o algo que los llevara a un
sospechoso.
Matthew observaba las noticias en silencio, Anthony junto a él, Jungkook también a su
costado con los ojos muy puestos en la pantalla.
Matthew salió de la cocina dejando a los otros dos solos que seguían escuchando el reportaje
y viendo las imágenes censuradas. El macabro escenario sangriento y desquiciado que
sabían perfectamente quién lo había dejado. Se observaron entre ellos, Jungkook apretando
sus labios y Forcraft tragando duro y desviando la mirada.
- ¿Ya sabes a dónde fue? - Preguntó Jeon. - Clara no sabe nada de él desde que regresamos.
Jungkook sencillamente suspiró y sacó el pedazo de periódico que tenía guardada. La apretó
firme en su mano y Anthony se colocó detrás de él para verlo. Dirigió su mirada nuevamente
a Jungkook quien ya lo observaba.
- Nunca pude seguirle el rastro. - Mintió Jeon arrugando el periódico. - Pero está bien, ahora
tengo otros asuntos pendientes. Luego me encargaré de él.
Anthony asintió y cuando Jungkook se dio la vuelta, sacó su teléfono para mandarle un
mensaje al chico de sonrisa cuadrada que tuviera cuidado.
Taehyung desnudo con el otro chico a su lado contestó que no se preocupara, que no había
dejado pistas para que lo encontrara.
Jungkook siguió viendo las palabras subrayadas y los mensajes ocultos que formaban
perfectamente el "búscame en Nueva York". Pista simple pero que había bastado para que
comprendiera claro.
Jeon tomó su teléfono y le mandó un mensaje a Yoongi diciendo que Anthony estaba
preocupado por él. Yoongi le contestó que no dijera nada y se mantuviera callado y
fingiendo no saber nada como siempre.
Yoongi guardó su teléfono y observó a Clara quien asintió y diciéndole que tuviera mucha
suerte. Min se limpió la sangre de la cara y entró al auto y Clara poco tiempo después le
mandó un mensaje a Anthony diciéndole que Yoongi iba camino a las afueras de la ciudad
pero que no sabía bien a dónde.
Jimin se encontraba cara a cara con Elliot platicando en un restaurante, ambos fingiendo
sonrisas cuando sabían bien que tarde que temprano uno terminaría probablemente siendo
manipulado. Jimin recibió otro mensaje del desconocido dándole la primera instrucción que
siguiera con sus planes.
Yoongi ya había llegado a la enorme casa en donde la dirección le había sido dada. Avanzó
con lentitud y las puertas fueron abiertas apenas subió el primer y pequeño escalón.
Jimin por su lado observó las grandes puertas de la oficina abrirse frente a él dejando el
vasto espacio a la luz. Avanzó lento con Elliot a su lado, viendo al imponente y atractivo
rubio de casi cincuenta años detrás del escritorio.
Yoongi observó al chico sentado en la sala con aire frívolo. Un chico de facciones delicadas
quien le sonrió apenas cruzó la puerta y otro chico casi de la edad, pero más robusto,
también apareció. Yoongi se detuvo en la blanca pieza viéndolos fijamente.
- ¡Y lo odio tanto! ¡Quiero vengarme! - Jimin se había puesto a llorar como nunca antes frente
al padre e hijo Sullivan. - ¡Y quiero mi venganza contra Min Yoongi! ¡Quiero matarlo! ¡No
aguanto más viéndolo tan libre cuando me ha convertido en nada!
- ¿Entonces realmente Park Jimin está vivo? - Murmuró Yoongi sintiendo su cuerpo
contraerse desagradablemente. - ¿Mi muñeco?
- Y por eso... - Jimin más tranquilo los observó suplicante. - Quería unirme a ustedes. Para
vengarme, servirles. Seré suyo, seré su confidente, seré su todo si me dejan estar. Por favor.
Derek y Elliot se observaron y nuevamente al destrozado y frágil rubio frente a ellos que
seguía llorando por más que trataba de calmar su llanto.
- Por favor...
- Necesitas entrenarte. - Seokjin dio vueltas alrededor de él. - Padre no aceptará fallas.
Vamos a acorralar a Park Jimin cuando tengamos la oportunidad y la mejor será
comenzando a crear tensiones para que salga de su cueva.
- ¿Prometes sernos fiel, Jimin? - Preguntó Derek. - Tendrás que renunciar a tus antiguos
contactos y estar completamente de nuestro lado. Somos a partir de ahora tu hermandad.
- ¿Nos serás fiel, Yoongi? - Preguntó Jin viéndolo fijamente con frialdad. - Somos tu familia.
No puedes darnos la espalda y tendrás que prometer que no nos darás la espalda.
El azabache sintió una punzada en su pecho de desconfianza, pero por primera vez decidió
entregarse por completo. Otorgó la confianza.
Y luego, ambos chicos finalmente suspiraron y asintieron. Las mismas palabras saliendo de
sus bocas, la misma frialdad y venganza cruda detrás de esas palabras: - Estoy dentro. Soy
suyo.
Entregarse para sanar o huir a la dependencia de otra persona a la que ya estaban atadas. El
tira y afloja que se convertiría en un afloja de largo tiempo antes de volver a tirar tan fuerte
que lentamente se irían acercando nuevamente. Sus sentimientos habían pasado todos los
límites. Habían quebrado toda estabilidad.
"Y era dulce y agrio al mismo tiempo... como un vino que tomabas pese a tener la mejilla abierta; pero
no podías escapar de aquella fragancia que se volvía adictiva desde el primer trago. Te lastimaba,
ardía, y al mismo tiempo te llenaba y calmaba la sed descontrolada. Era un licor único, donde el sabor
variaba en dulces o amargos, pero nunca dejaba de ser igual de fuerte.
Y me había emborrachado por completo. Y, como buen curioso que era que comenzó jugando, entre
trago y trago, me había vuelto adicto a él."
JIMIN
— ¿Estarás bien aquí? — Me pregunta Elliot viéndome con cautela. — Sabemos que no es la
habitación más lujosa pero...
— Lo sé. En la cena no me dio tiempo de conocerlo pero no me dio mala espina al conocerlo.
Fue agradable hasta cierto punto. — Levanto mis hombros. — Tu padre es agradable.
— Elliot, me gustas. — Le digo pasando mis brazos detrás de su cuello y otorgándole una
sonrisa. — ¿Dudas de mí después de este tiempo juntos? Tengo el corazón roto pero yo
tengo fe en que sabrás repararlo. — Aprieto su camisa y sus ojos brillan. — ¿Lo repararás?
— Y esta la primera herida que sanas. Me permites estar más cerca de ti conociendo esta
segunda vida tuya. Estamos juntos en ambos lados, en ambas partes. ¿Lo entiendes? Eso es
muy importante para mí.
— Lo entiendo. — Él asiente aún sonriendo. —Te amo.
— Lo sé. — Beso sus labios. — ¡Oh! Mira la hora... creí que era más temprano.
— Te dejo descansar. Mañana a las siete, recuerda. — Besa mi frente. — Cualquier cosa me
llamas.
Él me sonríe antes de salir por la puerta con una radiante sonrisa. Yo se la devuelvo y es
hasta que cierro la puerta a mis espaldas que mi sonrisa se esfuma por completo.
Relamo mis labios y aviento la maleta a la cama abriéndola y comenzando a sacar la ropa.
Von tanteando hasta descubrir unos pantalones y sacar de allí un trozo de papel que ya
conozco bien. Lo guardo dentro del cajón debajo de toda la ropa junto con unos cigarrillos
y un encendedor. Agarro mi nuevo teléfono perdiendo contacto total con la extraña persona
que me estaba mandando mensajes. No me ha vuelto a buscar. Supongo que no me encontró
de nuevo.
Solo tengo guardado a Elliot, a su padre y Mingyu. Nadie más. Bueno, a Taehyung por
cualquier cosa. Él no necesitó respuestas ni explicaciones cuando me vio empacando. Me
observó en silencio desde la cama tragando duro. Me besó repetidas veces antes de salir
susurrando que esperaba estuviera haciendo lo correcto o al menos, supiera en qué me
metía.
Él tomó su camino metido aún en lo que sea que se haya metido. Yo tomé el mío. Yoongi
tomó el suyo. Solo será cuestión de tiempo antes de que nos reencontremos. No importa que
vayamos en sentidos contrarios y nos alejemos más y más, la tierra es redonda al final.
Solo espero que él también esté metido en algo que sepa manejar. No me cabe duda que
puede llegar a ser astuto, pero mientras no interfiera con mis planes, no tengo por qué verlo
como una amenaza. Es mi amigo, fue una especie de amante y un confidente y protector.
Me hubiera gustado que durara más nuestra paz pero no podía mantenerse el agua calmada
por mucho tiempo. La marea subía. Las aguas se agitaban.
— Siete... — Susurro anotando la hora a la que llega Derek por mí mañana. — Pondré el
despertador a las seis menos cinco.
Le doy en aceptar y pongo a cargar mi teléfono. Avanzo al pequeño baño que hay y prendo
la regadera para darme un largo y buen baño antes de irme a acostar. Me duele el cuerpo
después de estar cargando cosas de un edificio a otro ya que donde estoy hospedado no está
nada cerca de donde estaba. Mejor así. Corté con todos los contactos que tenía avisando que
me mudaría sin decir más. Seguiré la universidad en línea y dedicaré lo que me queda a
esto. Al juego sucio.
Me deslizo dentro de las calientes mantas y reviso una última vez mi teléfono antes de
dejarlo de costado y apagar la lámpara junto a mí. Me acurruco lo mejor que puedo sintiendo
la soledad como nunca antes y finalmente me quedo dormido.
YOONGI
El disparo final es lo que lo manda al suelo. El seco sonido hace un poco de eco antes de
dejar el crudo silencio detrás de él.
— Nada mal. — Me dice Jin asintiendo aún sin demostrar nada. — Supongo puedes mejorar
en la puntería, pero no eres catastrófico en ello.
— Es muy fácil que lo digas a que lo hagas. — Digo viéndolo mal. — Muéstrame tú entonces.
— Las armas de fuego no son lo mío. — Me contesta con su aire superficial que me está
erizando los nervios. — Solo te estoy ayudando a mejorar, no puedes conformarte con saber
disparar bien a un objetivo sin movimiento. Si está corriendo, si hay obstáculos, ¿qué harás?
Ruedo los ojos y guardo el arma viendo al hombre muerto frente a mí. Jin también lo observa
con indiferencia y saca su teléfono para taclear un par de cosas.
— ¿Para hacer qué? — Pregunta molesta. — Arriesgarnos que Forcraft, Will y Clara o peor
aún Sullivan o Kyle, ¿den con nosotros? Eres un traidor, ellos ya te están buscando. Eres el
pequeño bastardo maldito que se ha unido a su padre, el gran jefe de la mafia Europea, el
jefe de uno de los grupos más peligroso del mundo.
— ¿No escuchaste nunca hablar del grupo L? — Ríe. — Te estábamos buscando y atacando
a otros grupos obviamente para crear revuelo. Queremos a Jimin, pero te queríamos primero
a ti, una pena que estuvieras con Forcraft, pero mira. Ellos son pasado. Ahora eres nuestro.
— Aún falta un miembro de la familia, dijiste que debía encontrarla antes de irme con
ustedes. — Le contesto. — Nuestra hermanita, ¿no?
— Así es. — Él asiente. — Por desgracia no podemos empeñarnos ahora en traerla. Le hemos
dado otra tarea mientras tú estarás con nosotros. Luego vendrá.
— Ni yo lo sé, sino claro que te diría. Padre es el único que sabe. — Alza sus hombros aún
con total indiferencia. — ¿Vienes? El vuelo sale en menos de una hora y hemos finalizado
con todos nuestros intermediarios de acá, no corremos riesgos.
Paso a su costado sin esperar a que diga algo más. Comenzamos a avanzar hacia las
camionetas y yo apunto con mi barbilla la maleta en la parte de atrás. Namjoon está al
volante y nos lanza una última mirada. Jin se va adelante con él mientras yo me coloco atrás
comenzando a sobar mi ceja con mi índice. Me siento nerviosos y ansioso de no saber nada.
Estoy acostumbrado a ser yo quien siempre esté llevando las riendas en todo y no tener el
control me hace sentir vulnerable.
Me mantengo en silencio sin dejar de sobar y viendo fijamente el exterior. Nos ponemos en
marcha. Yo me quedo pensando y sintiendo todavía un pequeño ardor en la parte inferior
de mi estómago, por mis caderas. Inhalo profundo y me mantengo en mejor silencio que
puedo escuchando solamente todo lo que dicen, tomando notas en mi cabeza pese a fingir
no escuchar o mostrarme interés. La realidad es que siempre viéndolos.
Llegamos al aeropuerto donde nos encontramos con otras personas que desconozco. Unos
se llevan la camioneta mientras cada uno se aferra a sus maletas y comenzamos a avanzar a
una enorme velocidad entre la multitud. No debemos ser vistos o reconocidos tan rápido.
Yo me mantengo alerta evitando rostros conocidos de acá ya que conozco bastantes. A este
punto ya saben que soy un enemigo y no dudarán en disparar.
Corremos con suerte. Nos encontramos dentro del avión no mucho después. Yo me siento
solo y trato de controlar mi respiración pesado debido a los nervios. Aprieto mis dedos y
me aferro a los costados cuando el avión comienza a despegar sintiendo el aire faltarme. Y
no es por miedo a las alturas.
No quiero irme.
Necesito que se aferre a mi cintura y me suplique no irme. Necesito hundir mis dedos en su
piel y tirar de su cabello para dejar al descubierto su suave cuello en el que necesito
perderme en mordidas. Necesito escuchar mi nombre saliendo de sus labios, tenerlo de
rodillas frente a mí cabizbajo, necesito verlo atado y encadenado perdiendo gota a gota todo
lo que le queda. La indiferencia que muestro no es en realidad nada a lo que siento. Necesito
estar allí para ordenarle, para verlo retorcerse y encadenarse más profundo para saber que
no me dejará.
Trago pesado y comienzo a rasguñar el sillón sin percatarme hasta que siento mis dedos
quemar debido a la fricción. Respiro hondo una última vez y cierro los ojos tratando de
olvidar su voz que me sigue persiguiendo aún con el ruido exterior. Aprieto más fuerte
viendo claro su rostro frente al mío, la enorme sonrisa que hace desaparecer sus ojos, el
sonrojo en sus pómulos y la mirada odiosa y lujuriosa que me dedica.
Necesito ver su sangre, necesito sentirla entre mis dedos. Necesito asegurarme que esas
mariposas siguen en su estómago, que me sigue amando locamente para saber que no va a
dejarme. Necesito abrir su estómago y ver todas esas mariposas negras saliendo de él y
revoloteando a mi alrededor.
— Debiste dejarlo a tiempo. — Jin me habla causando que voltee a verlo a la fila siguiente a
la mía. Está en su teléfono con total indiferencia. — Tendremos que trabajar duro para que
te zafes completamente de él, Yoongi. Es nuestro enemigo, no tu muñeco.
— Lo veremos cuando sea el momento. Si no lo haces tú, lo haré yo. — Me voltea a ver
sombrío. — O padre en el peor de los casos. Aunque queremos verte. Así demostrarás la
lealtad máximo: asesinando a tu muñeco frente a nosotros. Volándole la cabeza sin pensarlo.
— ¿Podrás con eso, Yoongi? ¿Te crees capaz de asesinar lo único que has amado?
Escucho sus palabras casi como un eco y muy lentamente sintiendo la ira enloquecerme
volteo a verlo. Siento mis manos aferrarse más duro al sillón y todo mi cuerpo alterarse,
tratando de aguantar lo que estoy a punto de explotar. Jin por primera vez lo veo alejarse
un poco y Namjoon me observa amenazante cuando Jin parece encogerse más.
— ¿Amar? — Pregunto sintiendo la palabra como veneno y cenizas en mi boca que quiero
escupir. — ¿Crees que yo lo amo?
— ¿No lo haces? — Pregunta ahora Namjoon con cierta burla. — ¿No estás enamorado de
tu mu-
El silencio se forma y agradezco que seamos muy pocos allí. Jin y Namjoon se observan un
momento entre ellos antes de voltear a verme nuevamente. Jin se cruza de brazos mientras
Namjoon alza una ceja. Yo comienzo a morder mis uñas.
— ¡No lo amo!
— No me creen.
— Te creemos.
Froto el tronco de mi nariz y aprieto mis labios en un intento de callarme pero mi boca por
sí sola comienza a soltar las primeras cosas que se me ocurran. Lo único qie necesito sacar y
lo sepan.
— Que le tenga aprecio no signifique que lo ame. — Repito y ambos voltean a verme. —
Jamás he amado a nadie y jamás lo haré. Jimin es sencillamente mi muñeco más no el chico
del que estoy enamorado y jamás estaré. No lo amo. Me repugna pensar siquiera en algo
como eso.
— ¿Entonces por qué estás tan obsesionado con él? — Escupe finalmente Namjoon y Jin se
tensa el triple antes de verlo lento. —¿Qué? ¡Es la verdad Jin! ¡Nuestro maldito hermano
está enfermizamente obsesionado con Park Jimin!
— Lo necesito y es mío, eso lo sabe perfectamente. — Le corto antes de que diga algo más.
— No lo amo, solo me pertenece. Me sacia mis deseos y me llena de todo lo que necesito
nada más. Es el único que me ha seguido el ritmo y claramente he pasado toda mi vida con
él. Desde la primera cruzada sabía que me pertenecía en todo: en su cuerpo, su mente, sus
ojos, su alma, su corazón. Y eso no signifique que lo ame, solo es poner un hilo entre nosotros
que nunca va a quebrarse.
— Hilos, cadenas, ¿cuál es la diferencia? ¿El peso? ¿El material? — Pregunto divertido. —
Estamos conectados y somos uno solo. Nada más. Él es mío y se ha acabado. Lo mataré
cuando sea el momento y solo yo podré hacerlo. Yo soy el dueño de su vida y de su muerte
y donde intenten algo con él sin avisarme y sin mi autorización ustedes serán los que tengan
una bala en su frente.
— Sobre aviso no hay engaño. — Le dedico de mis mejores sonrisas. — Y si creen que con
una pistola será suficiente para tener sometido, lamento decirles que están muy
equivocados.
— ¿Lo crees? — Pregunto lamiendo mi labio inferior. — ¿Crees que se puede ganar por la
fuerza?
Oh, definitivamente ya los tengo bajo la palma de mis manos. Eso era todo lo que necesitaba.
Y es curioso porque ellos siendo tan grandes esperaba más de ellos, pero con los ataques y
atentados es más que obvio ahora cuál es la técnica de juego que utilizan.
No cuentan que muchos bajan la mirada durante un tiempo hasta que alguien se atreve a
levantarse. Le dispararán apenas lo intente. No les ha quedado realmente claro cuáles son
las verdaderas cartas para tener el poder en la palma de tus manos sin apuntar con un arma.
Y es un juego de cartas que mi muñeco precioso ya sabe jugar muy bien y será hermoso
jugarlas con él.
JIMIN
El despertador suena justo al cinco para las seis. Me cuesta un poco levantarme pero al final
termino cediendo al aventar las cobijas lejos de mi cuerpo. Me reincorporo y aún en la
oscuridad me arrastro al cuarto de baño para despertarme con una rápida ducha.
Me lavo perfectamente y me pongo tantas lociones como pudo y aromatizantes. Salgo y me
coloco ropa interior negra junto con unos pantalones de cuero que se amoldan a mis piernas.
Agarro una camisa en cuello V que abre un poco mis clavículas y debido a la falta de sol, mi
palidez resalta más que en otras veces. No me desagrada pero al ver mi cabello rubio y mi
gran palidez no termina de convencerme.
Me peino con secadora dejando mi cabello impecable y sedoso. Paso mis dedos una última
vez pero finalizar de darle la forma y tiendo la cama. Recojo lo que usé y diez minutos antes
de las siete ya me encuentro listo. Agarro unos lentes de sol que me coloco y una chamarra
gris oscuro un poco gruesa ya que hará frío y aún es temprano.
Cuando faltan cinco minutos bajo cerrando todo perfectamente bien y cargando solo mi
nuevo teléfono y las llaves. Llego a la puerta principal y observo de izquierda a derecha
viendo el BMW negro estacionarse frente a mí. La ventanilla se baja y observo dentro a
Derek que me observa con una sonrisa.
— Entra. — Me dice.
Me acerco y entro sentándome en el asiento del copiloto. Es casi un reflejo cuando tomo el
cinturón de seguridad y me lo coloco antes de suspirar.
— Por favor, dime Derek. — Me dice tranquilo e inclusive con una chispa infantil y alegre.
— Vale, soy tu superior, tu jefe y toda la cosa, quizás suegro próximamente, quién sabe. —
Bromea y yo me tenso a lo que él vuelve a sonreír. — Solo juego, Jimin. Vamos, ya sé a dónde
iremos. Hay un pent-house cerca de la avenida principal, tiene un restaurante con una vista
espléndida a la ciudad y es sumamente agradable. ¿Quieres ir?
— Bien. Nada mejor que tener una conversación tranquila con unos huevos benedictinos y
un buen jugo de naranja con pan casero. El café también es delicioso: lo traen de colombia.
— Verás Jimin, a veces los detalle que parecen los más insignificantes, son los más
importantes. — Alza sus hombros. — Suele pasar, por eso hay que mantenerse alerta
siempre.
— La estimaba, era una gran amiga mía. — Suspira y sonríe. — Era una gran mujer, siempre
la vi como una amiga.
— Siempre he preferido el otro lado, aún así tu madre no era mal partido, pero jamás llegué
a verla así.
— No es nada nuevo, desde joven siempre supe que bateaba hacia los dos. Tuve novios y
novias pero solo una esposa que es la madre de Elliot. En fin, fuera de eso... — Entrecierra
sus ojos y ríe. — Bueno, mejor cuéntame de ti. ¿Gay?
— ¡Qué va! — El luce divertido. — Seguramente muchos sí pero secretamente les encanta
que les den por atrás. Yo no me incluyo, prefiero ser el de arriba.
— Es un poco extraño estar hablando de estas cosas con mi jefe. — Contesto con ojos muy
amplios y mirada perdida al frente.
— ¿Te incomoda? Podemos hablar mejor de cafés o de lo bonita que está la mañana. — Se
asoma viendo el cielo gris y las gotas de lluvia. — Bueno, omitamos el adjetivo.
No puedo evitar reír un poco: — No, está bien. Solo es... extraño. Es decir, no en el sentido
de malo pero te creía diferente.
— Me gusta la vida tranquila Jimin, curiosamente. Soy muy ambicioso pero no gasto mi
energía en cosas innecesarias. Si se puede llevar con naturalidad sin llegar a dramas, mejor
por mí. La verdad el show de tratarte de la mierda y asesinarte con la mirada me seducía
bastante pero eres Park Jimin, el hijo de Park Chaerin y ni de coña seré así contigo. Eres el
hijo de una de mis mejores amigas.
— Eso es lindo. — Sonrío suavemente. — Por primera vez me haces sentir... en casa.
— Los llamamos vampiros. — Sigue y yo río. — Ya sabes, andan en grupos grandes pero
son distantes entre ellos, siempre por solitario buscando tener el control. Se siente la tensión
y la competencia aunque sean familia. Hipócritas entre ellos, succionan la sangre y lo vital
solo para sentirse poderosos sin encargarse primero proteger a los suyos. Prefieren salvarse
ellos mismos.
— Estuve con vampiros todo este tiempo. — Hago una mueca. —Nunca creí encajar.
JIMIN
Nos acercamos al gran edifico que se alza frente a nosotros. La zona es bastante cara y
visualmente agradable, con muchos árboles, casas bien construidas y esencia muy
armoniosa. El edificio es blanco pero con detalles café oscuro y negro que lo hacen ver
imponente e impresionante. Las letras color oro no alcanzo a leerlas pero por su curvatura
elegante, definitivamente también da mucho de qué hablar.
Lo sigo mientras cruzamos el largo pasillo con astutas y cuadros que deben valer mucho
dinero, pero que en lo personal, no se me hacen lindos. Demasiado serios, fríos. Llegamos
al elevador e ingresamos. Derek pulsa en el botón que dice "restaurante" y una pequeña
campanita suena antes de que las puertas se cierren. Yo suspiro.
— No estoy seguro. — Alzo mis hombros. — Nunca voy preparado para saber qué comer,
normalmente llego y después de revisar la carta me decido por algo.
Nos quedamos unos momentos en silencio hasta que finalmente llegamos. Las puertas se
abren frente a nosotros permitiéndonos avanzar hasta llegar al restaurante. La mujer nos da
una sonrisa antes de llevarnos a una enorme habitación hecha de pura cristal dando una
vista fabulosa del cielo y toda la ciudad. Mi mandíbula va a los pies.
Yo los sigo aún con la vista muy fija en el exterior y los enormes edificios, las personas que
parecen hormigas y los coches de juguete. Nos sentamos en un gabinete de sillones negros
junto a un pequeño muro de plantes que tapa la vista, pero no me quejo. Es sin duda muy
hermoso el lugar y jamás me creí estar en uno así. Era impresionante.
Parece que fue ayer cuando vivía en el pequeño departamento con mi madre en Oregón,
teniendo una vida más o menos tranquila y siendo un estudiante promedio. Ahora me
encuentro con un jefe de la mafia sumamente importante, desayunando en un lugar caro,
lleno de lujos y vistiendo un traje de etiqueta.
¿Quién lo diría?
— Gracias. — Vuelve a agradecer Derek cuando nos entregan las cartas y él inmediatamente
la abre. — Yo ya sé qué voy a querer, te daré tiempo para que tú veas.
— Gracias. — Agradezco ahora yo viendo fijamente los platillos frente a mí esperando a que
uno me seduzca.
— Muy bien. — Él carraspea su garganta y coloca los codos en la mesa para entrelazar sus
dedos. Siento su mirada muy puesta en mí pero no con una mala vibra. — Jimin, antes que
nada, si vamos a trabajar juntos pero gustaría que se respetara una regla que sé será difícil
de seguir, pero espero que lo hagas.
— Nada de secretos. — Alza su índice. — Todo lo que quieras decirme, aunque sea una
mierda, dímelo.
— Lo haré. — Asiento.
— Dejando en claro eso, puedo proseguir con el cuestionario y después te dejaré que tú me
hagas preguntas. ¿Bien?
— Bien.
Mis ojos no dejan de viajar mientras espero a que suelte la primera pregunta. Puedo sentir
que es eterno debido a la tensión que hay dentro de mi cabeza, pero curiosamente, la
primera pregunta me toma algo desprevenido y de hecho... alivia un poco.
— Todo lo que tenga que ver con actuar en público. — Contesto casi al instante. — Bailar,
cantar, dar un discurso o esas cosas. No soy muy fanático, me pongo nervioso.
— Siendo franco, me asustan las armas de fuego. — Aprieto mis labios y me encojo en el
asiento.
Trago pesado y no puedo evitar encogerme un poco más. Visiblemente estoy incómodo con
aquella pregunta que tiene un trasfondo muy importante para mí. Aun así, Derek o le da
igual o no se percata ya que su mirada se mantiene tranquila. Eso me relaja un poco.
— M-me gustan. — Muerdo mis labios. — Es decir, me gustan más que las armas de fuego.
— Quizás un cuchillo, algo filoso. — Medito bien. — Algo... que intimide, sea original. ¿Me
explico?
— Una... ¿motosierra?
Ambos no podemos evitar reír y yo enrojecer de la vergüenza después. Derek niega con la
cabeza mostrándose divertido y yo suspiro tapando mi boca con mis pequeñas manos antes
de alzar una ceja.
— No soy fanático de sesos volando, así que... creo que entonces un arma de fuego estaría
bien. Un tiro firme y seco. — Alzo mis hombros. — Podría acostumbrarme.
— Volátil, astuto, humanitario hasta cierto punto. Te sigues preocupando por el bien ajeno
de una forma o de otra. — Me dice y yo solamente lo observo. — Creo tener el arma perfecta
para ti, pero deberás cuidarla mucho.
— Es filosa. — Me dice con cierto de suspenso. — Con un símbolo histórico muy importante.
— ¿Seguro?
Abro tanto la boca que de no ser por mi mandíbula, más de la mitad de mi cara hubiera
caído al suelo. Una vibración calurosa me azota la espina dorsal y casi puedo sentir mis
pupilas agrandarse al pensar en tal magnificencia que podía caer en mis manos.
— Te imagino con una katana, no sé por qué. Es intimidante, original y fácil de portar hasta
cierto punto. Tú y ella se llevarían muy bien. — Sigue mientras le hace seña al mesero de
acercarse. — ¿Qué dices? ¿La aceptas?
— ¡Por supuesto!
— Entonces. — Retoma Derek cuando el mesero se retira. — Sigamos con las preguntas.
¿Por qué quieres realmente ponerte de mi lado?
— Quiero vengarme de Min Yoongi. — Le contesto. — Él me hizo mucho daño y quiero que
lo sienta de vuelta. — A-además, con la conversación que tuvimos en el coche, me siento
mejor aceptado aquí. Realmente... me hacen sentir en casa.
— Bueno...
— Y sobre todo, ¿lo matarás? — Me interrumpe dejándome callado. — Porque supongo que
después de todo esto vas a matarlo y no perdonarle y comenzar de cero. Eso no es una
venganza, solo resentimiento.
— No estoy seguro de qué haré, realmente siquiera creí estar aquí. — Confieso. — Quiero
encontrarlo y... torturarlo mentalmente. Y físicamente también. No lo sé, algo se me ocurrirá.
— Ese es el problema, Jimin. — Él me observa todavía con cierta seriedad. — No puedes ser
espontáneo cuando lo tengas cara a cara. Debes prevenir y tener un plan. ¿Qué harás si él
tiene un arma y no te deja acercarte? ¿Lo enfrentarás?
— Lo haré.
— ¿Y después?
— Jugar con él.
— ¿Y después?
— No lo sé.
— ¿No vas a quitarle todo lo que tiene? ¿Tenerlo encerrado y llevarlo a una demencia total
donde ni sepa ni cómo se llama? ¿No vas a hacerlo trizas? ¿Asesinarlo fríamente y escucharle
pedir clemencia?
Mi cuerpo se hiela de tan solo pensar en ello. Mi corazón late dolorosamente y siento el
impulso de negarlo y decir que jamás me atrevería a hacer eso. Es demasiado. Yo no podría.
— Jimin, sabes que te tengo aprecio. — Vuelve a llamar mi atención. — Pero es muy
diferente que quieras unirte a mí solo por querer vengarte de tu corazón roto y después no
hacer nada más. En ese aspecto Yoongi solo es un cabrón que te hizo sufrir.
— Otra cosa completamente distinta es unirte a mí. Estando conmigo Yoongi no será nuestro
objetivo, serán muchas otras personas y estamos en constante movimiento donde deberás
ayudar en muchas cosas. Estando conmigo, Yoongi es tu enemigo, de la mafia contrario y
tenemos que asesinarlo. Si tú no lo haces, mi gente lo hará pese a los reclamos que me hagas.
— Pero si...
No lo había pensado así. Muerdo mis labios y observo el juego que me han traído pero ni
yo me he percatado ni en qué momento fue.
— Si quiero dejarte eso en claro, Jimin. — Retoma. — Si estás conmigo es porque quieres
estar conmigo y no por vengarte de Min Yoongi. Eso es punto y aparte y no volcaré todo mi
trabajo a encontrarlo solo por ti. El gusto te durará poco. Si esa es tu meta en la vida, te lo
digo, no funcionará. No puedes meterte conmigo, vengarte creyendo así tener más poder
sobre él y una vez que finalices, dejarlo vivo o salirte sin más.
Voy apretando mis puños debajo de la mesa pero mostrándome sereno con la mirada.
Asiento con una pequeña sonrisa pese a que por dentro estoy sintiéndome rabiar al máximo.
— Eso Jimin es un berrinche, un capricho. — Alza su ceja. — Yo no trato en mi mafia con
niños caprichosos vengativos. Hay que mantener la mente fría y no dejarse llevar por
impulsos. Mi mafia tiene asuntos más importantes qué tratar y Min Yoongi créeme, no es
parte de ello. No nos molestaríamos siquiera en ir tras él a menos que se cruce en nuestro
camino. Y por eso te lo digo Jimin: si crees que soy un boleto para acercarte a Yoongi, estás
equivocado. Así no funcionará.
Suelto un suspiro y fuerzo mi cabeza a trabajar en algo pero nada llega. Todo lo que quería
hacer básicamente me lo ha puesto en cara y demostrado que las cosas no funcionarán como
yo quiero. Muerdo mis labios de nuevo para no enfadarme pero es cierto que me está dando
un mal sabor de boca ver que las cosas no están saliendo como quiero. A mí no me interesa
esto, solo lo quiero a él.
— Teniendo en cuenta esos puntos, te lo preguntaré solo una vez. — Alza su índice. — Solo
una, ¿bien?
— Bien. — Asiento.
Si entro con Derek, casi toda mi vida estaría dedicado a esto, a matar gente que no quiero o
no hay razones para qué, solo por sencillas órdenes. Estaría condenado a servir al lavado de
dinero cuando eso no es siquiera algo que quiera hacer. Yo solo quería entrar para aprender,
enfrentarme con Yoongi y allí tener mi camino por separado. Claro que no me había puesto
a pensar en ese entonces que quizás Yoongi no era su prioridad, estaría con ellos hasta mi
muerte y mi venganza sería demasiado efímera.
El problema es que si me niego, ¿ahora qué? ¿Cómo se supone que voy a encontrarlo?
Necesito este medio para informarme, para estar al tanto de los demás bandos y tener pistas.
Si me niego estaría completamente solo en esto, sería valerme por mí mismo en su búsqueda
por todo el mundo. Necesitaría mucho dinero para pagarles a personas que me den
información pero no sabría ni dónde encontrarlas. Es un riesgo malditamente complicado
estar solo.
Taehyung se ha ido.
Forcraft no me ayudará más ya que sospecha que estoy enredado con ellos.
Elliot dudo que me dé información ya que Derek no se lo permitirá. Quedará todo como
una relación normal entre nosotros. Si dejo de hacerle caso se dará cuenta que solo lo utilicé
para llegar a su padre, lo cual no quiero que suceda. Lo único que tendría que hacer para
seguirlo manteniendo de mi lado es fingir amarlo o seguir siendo su amigo pese a que me
canse y aburra estar con él.
¿Tengo lo necesario para lanzarme solo en este abismo? ¿Enredarme en la cuerda aun no
teniendo el dinero o la información? ¿Podría llegar a encontrarlo sin tener absolutamente
nada de información de él y su paradero?
¿Puedo yo cazarlo por mi propia cuenta? ¿Puedo agarrar mi propia escopeta y correr en el
bosque buscándolo sin cansancio, sin comida y sin agua? ¿Puedo cazarlo?
— Me pides ser completamente honesto contigo, ¿no? — Pregunto con cierta inseguridad.
— Así es. — Él vuelve a asentir. — Dime lo que realmente quieres y te lo respetaré. Aún
estás a tiempo para tomar tus propias decisiones Jimin.
Pero por otro lado sería esclavizarme a algo que no quiero. Aunque siempre puedo fingir
una muerte... Podría huir, hacerme pasar por muerto. Puedo esperar a tener algo de Yoongi
y ponerme en contacto con él para idear un plan y juntos desaparecer. O hacer algo. La
verdad es que hay varias opciones que me acercan, aunque quizás no sean tan difíciles de
llevar al cabo.
¿Pero y si nunca puedo? Al menos me acercaría, tendríamos un hilo en común: la mafia. ¿Es
suficiente? Quizás mejor que no tener nada.
— Ya... tomé mi decisión. — Digo soltando un suspiro y viéndolo. Él alza ambas cejas y yo
asiento. — La tengo.
— Y gracias por eso también. — Tomo una inhalación profunda. — Por haber ayudado a mi
madre y haberme cuidado a mí desde la distancia. Ese favor es algo que quizás nunca llegue
a recompensarte pero quiero que sepas que si tú... necesitas que te pague de alguna forma,
lo haré.
Él me mantiene la mirada y yo ya estoy listo para dar el veredicto final. Cierro mis ojos e
inhalo profundo una última vez antes de abrirlos.
— Te deseo mucha suerte con tu gente... — Trago duro. — Y gracias por haberme dado el
acceso para entrar a tu mundo y por todas las palabras de aliento, realmente me sentí como
en casa — Aprieto la servilleta con mis manos y Derek alza ambas cejas. — Nuevamente
gracias, y... lo siento, Derek. Estoy fuera.
|86
JIMIN
Es entrada la tarde cuando llego a la pequeña habitación donde estoy hospedado. Pego mi
espalda a la puerta y suelto un suspiro pesado viendo al techo en un silencio inquietante.
Vuelvo a bajar la vista al suelo viendo los zapatos que porto y vuelvo a pasar saliva.
Relamo mis labios y me acerco a la maleta observando la ropa fuera y una pequeña nota que
me informa que en cuatro días debo desalojar la habitación. Aprieto mis labios con fuerza y
una repentina sensación de derrota me va consumiendo. Lo dejé, al final no entré.
Yo no quería eso y no me iba a condenar o arriesgarme a que algo pasara. Era algo estúpido
viendo mi situación pero ya basta de dependencias. Es momento que solo pueda con las
cosas. Es mi venganza. Es mi capricho. Yo solo me haré cargo de ello. ¿Qué mejor forma de
demostrarle a Min que puedo ser igual que él que llegando sin ayuda? Creo que soy
perfectamente capaz de encontrar otras vías para llegar a él. La mafia era la vía segura y
sencilla.
— ¿Jimin? — Pregunta del otro lado con su voz ronca. — ¿Qué pasa?
— ¿Qué demonios?
— Francamente no sé ni qué decirte. Atentaste contra tu propia vida para llegar acá y... ¿te
haces hacia atrás así nada más? — Pregunto incluso con cierta molestia. — ¿Qué demonios
te sucede, Jimin? ¿Ya te acobardaste? ¿Por qué no tomaste los riesgos?
— Porque eran demasiados riesgos. — Enfoco de mala gana. — Así que lo buscaré bajo mis
propias reglas y por mí mismo.
— ¿Y cómo planeas hacerlo? — Pregunta. — Espero que no creas que porque volví con
Forcraft te pasaré información. No haré eso, Jimin. No me arriesgaré a que me maten.
— Sé que será complicado que yo me acerque a él, así que ya tengo otro plan para eso. —
Esbozo una sonrisa.
— ¿Cuál?
— Claro. — Él suelta una risa. — ¿Crees que llegará corriendo a tus brazos si te lo propones?
Él está con su familia Jimin. No vendrá a ti nunca más. Forcraft lo está buscando y no-
— ¿Familia? — Interrumpo ampliando mis ojos. — Espera, él... ¿está con su familia? ¿No
está con ustedes?
— Es lo único que te diré, ¿bien? — Me dice cansado. — Se fue con el grupo L. Lo vimos en
el aeropuerto con los otros hijos de Min Suga. Se han ido.
— ¡Taehyung no me jodas!
— Te dejé dinero en el banco, todo lo que tenía ahorrado. Úsalo bien y podrás vivir
perfectamente bien durante mucho tiempo. Tengo que colgarte.
— Te dije que no te diría más, Jimin. — Me dice. — En serio tengo que colgarte antes de que
alguien escuche de lo que estamos hablando. Ten cuidado y espérame. No hagas una
tontería.
Cuelga apenas abro la boca. Observo detrás de mí la maleta y rebusco entre las cosas la carta
de Yoongi. La saco y extiendo releyendo todo nuevamente. Volver a vernos... en distintas
circunstancias. El grupo L. Ellos se acercaban, ellos lo estaban buscando. El grupo L era la
familia de Yoongi.
Pero entonces... el padre de Yoongi...
Min Suga.
Me golpeo la frente aún manteniendo los ojos muy abiertos y siento mi aire cortarse. Mi
cuerpo da una punzada y lentamente los recuerdos comienzas a azotarme. El diario...
recuerdo que hace dos años cuando fui a firmar en contrato con Yoongi él me mostró un
diario. Él me dijo ese mismo día que su padre fue un asesino y estaban sus iniciales allí: MS.
Y al costado... PC.
¿PC?
Oh, maldita sea. Necesito ese diario. Necesito revisar ese diario ahora mismo y ver qué dice
allí dentro. Si hay cualquier cosa de su padre podré tener más información al respecto. Había
escuchado hablar de él, creí que era solo una coincidencia el apellido con el de Yoongi,
realmente jamás me enfoqué en él hasta ahora. El grupo L, Min Suga, Min Yoongi, Park
Chaerin... Si está Park Chaerin entonces también está Derek. Y si está Derek, está Kyle. Y si
están ellos dos, están Clara, Will y Anthony.
Es una maldita red de conexiones. Una maldita telaraña de hijos rojos que nos une a todos.
Pero yo, ¿cómo formo parte de esto entonces? Si mi madre me cuidaba y era amiga de Derek
y Derek también me cuidaba desde lejos... ¿por qué? ¿De qué me cuidaban? ¿Por qué me
cuidaban?
No...
No...
Hemos pasado por muchas cosas similares y nunca dijiste nada. ¿Por qué ahora sí?
Mi madre se mantiene en silencio y niega con la cabeza antes de darle un trago a su café.
Espero su respuesta pero nunca llega.
Por la mierda.
El grupo L. El grupo L me está buscando, estaba, no lo sé. A esas reuniones a las que iba mi
madre, ¿iba a hablar con Derek? Eso explicaría por qué cuando fue la cena y apareció
Yoongi, Derek y Kyle reaccionaron. Yoongi era el hijo de la mafia enemiga. Querían
detenerlo.
Forcraft llegó a defender a Yoongi. ¡Pero si mataron a mi madre era porque él sabía que era
parte de eso!
Mis ojos dan una punzada y las lágrimas invaden al instante que tapo mi boca.
— Habla Mingyu.
— ¡Mingyu! — Digo con voz ahogada. — ¡Lo siento! No quería marcarte así pero necesito
que me contestes algo importante, realmente importante.
Un gran silencio se produce de él otro lado. Lo escucho pasar saliva y sé que es una mierda
preguntarle ahora de eso, pero estoy en ansiedad total.
— Estabas allí. Lo viste todo. Y lo siento, perdóname por hacerte recordar pero... m-mi
madre. — Mi voz falla un poco. — ¿Quién mató a mi madre?
— No sabría decirte, Jimin. Esa noche fue muy confusa y habían demasiados hombres. Era
confuso, no recuerdo y solo...
— No sabría decirte quién es Jimin. Era castaño y de ojos creo que verdes. ¿Monraft?
Monlaft... su apellido era muy extraño. Él le disparó primero y gritó que necesitaba a
Yoongi, y el rubio dijo que te necesitaba a ti. Tu madre gritaba y dijeron algo de unos papeles
y ella dijo que jamás los daría y... el rubio le disparó. Luego entre el castaño y él comenzar
a discutir y pelearon entre ellos y...
— ¿Estás b-?
Cuelgo antes de que finalice y me mantengo en trance viendo a la nada. El rubio y el castaño
disparándole a mi madre. Sullivan y Forcraft disparándole a mi madre.
Y por mí.
Ellos me querían a mí porque el grupo L me estaba buscando. Solo fingieron estar ayudando
a mi madre y protegiéndola cuando a mí era con quien realmente querían dar.
Mi teléfono comienza a sonar en mis bolsillos. Lo saco aún con lágrimas y veo el nombre de
Elliot en la pantalla. Cuelgo. Mantengo aún la vista fija pero vuelve a marcarme y a
mandarme mensajes en descontrol.
— ¡SAL MALDITA SEA! — Grita con fuerza. — ¡SAL Y VETE LEJOS A DONDE SEA! ¡VETE
YA!
— ¡MI PADRE VA POR TI JIMIN! ¡TODO ESTO ES SOLO UN MALDITO TEATRO PARA
QUE TE UNIERAS A LA BUENA! ¡TE QUIERE A TI! ¡VA POR TI Y VA A MATARTE SI
NO TE UNES!
Cuelgo y corro a la maleta con mis manos temblando escuchando ruidos más cercanos. Me
asomo por la ventana viendo una hilera de coches negros de los cuales se escuchan fuertes
disparos que están haciendo gritar a las personas.
Aviento la maleta lejos y solo agarro el dinero, la carta, un cuchillo que guardo en mi
pantalón y el teléfono antes de salir corriendo de allí. Azoto la puerta con fuerza y comienzo
a bajar corriendo las escaleras sintiendo mi pulso ir demasiado rápido y el eco de los
disparos detrás de mí.
Abro la puerta principal encontrándome en la calle y comienzo a correr tan rápido como
puedo.
Escucho las balas rozar con mi piel haciéndome ahogar un grito y empujar a la gente.
Escucho las llantas de los coches rechinar en mi cabeza soltándome después un grito cuando
una bala se estrella casi contra mi pie. Doy un respingo y doy la vuelta a la cuadra.
Volteo detrás de mí sin dejar de correr a cinco hombres, incluyendo a Derek persiguiéndome
con armas a la mano.
Comienzo a correr más rápido escuchando el rechinido de los coches cuando trato de cruzar
la calle. Brinco sobre el capó de uno sintiendo la adrenalina a flor de piel y vuelvo a caer al
suelo. Me levanto pesadamente sin dejar de correr y viendo la sangre en mis manos debido
al raspón.
La bala rozar con mi oreja haciéndome aullar de dolor y caer al suelo de rodillas. Coloco mi
mano en el costado escuchando un insistente pitido que me hace gritar pero ya no escucho
más nada. Veo la sangre escurrir de mis manos y aún sin escuchar nada me levanto en el
silencio total viendo a la gente abrir la boca y sus expresiones de horror.
No escucho mis pisadas, solo siento la sangre deslizándome por todo mi cuerpo y el
rechinido que me está mareando. Vuelvo a cruzar más calles viendo el humo cerca de mí y
las camionetas también perseguirme desde lejos.
El sonido vuelve de poco en poco y lo primero que escucho son las sirenas de la policía, las
balas estrellándose contra todo y los gritos de la gente. La multitud me ha cubierto y con la
mano aún empapada de sangre saco mi teléfono y golpeo los números sin detenerme.
Trato de abrir la boca pero siento otro disparo rozar cerca haciéndome gritar de dolor pero
no me detengo. Escucho la voz escandalizada de Taehyung del otro lado preguntando qué
mierda está sucediendo.
— ¡TODO ERA UNA MALDITA TRAMPA! — Grito apenas puedo. — ¡ERA EL GRUPO L
QUIEN ME BUSCABA!
El teléfono resbala por la sangre y se cuelga la llamada. Lo tomo rápido y lo guardo entre
maldiciones. Me pierdo más hasta meterme en un callejón y patear la primera puerta que
hay allí sin éxito. Trato desesperado de tomar bocanadas de aire pero el pitido me hace ir al
suelo con los dientes apretados y lágrimas en los ojos.
Me abrazo a mí mismo estallando en lágrimas y vuelvo a caer al suelo sin aguantar más el
dolor y el cansancio. Cierro los ojos con fuerza y trato desesperado de buscar su voz.
"Mátalos a todos"
"Mátalos a todos"
"Mátalos a todos"
"Mátalos a todos"
"Mátalos a todos"
Me aferro al cuchillo y suelto un grito lleno de dolor y de rabia antes de lanzarme fuera del
callejón. Caigo sobre dos hombres que se muestran sorprendidos al verme pero yo no
aguanto ni un maldito segundo más y voy a enterrar el cuchillo en su cara antes de extraerlo
violentamente y que vaya al suelo.
Me volteo al otro hombro a quien agarro con fuerza antes de irme a los golpes y aferrarme
más fuerte al cuchillo y brincarle encima. Comienzo a enterrar el cuchillo sin descanso en su
pecho gritando más y más alto hasta que mi garganta arde y toda la sangre salpica mi cara.
Estrello el cuchillo contra el suelo y le arrebato su pistola antes de darme la vuelta en un
brinco y comenzar a disparar sin titubear a los demás hombres que van a colocarse detrás
de paredes. Quedan dos y Derek que también se mantiene con el arma en la mano pero fuera
de mi alcance.
Comienzo a retroceder temblando con el arma en una y me inclino a tomar el cuchillo. Voy
retrocediendo más y más y disparando cuando uno se asoma dándome directamente en la
frente. Tratan de darme pero fallan y allí es cuando aprovecho para alejarme más y más
rápido hasta llegar al otro callejón.
Escupo al suelo y guardo ambas armas en mis pantalones antes de comenzar a correr de
nuevo en un reboce de energía escuchando los gritos detrás de mí y las sirenas. Me pongo
contra la pared viendo todas las unidades dirigirse hacia donde está Derek así deteniéndolo
y que nadie preste atención a mí.
Mantengo el cuchillo bien apretado contra mi pecho y cierro mis ojos escuchando mi
teléfono sonar después. Lo tomo con el aliento corto.
— ¿Jimin?
— Elliot... estoy bien... — Susurro sintiendo mi garganta arder. — Estoy entre Dilerson y la
avenida diez... junto al callejón que da al café...
— Eso... haré...
La llamada se corta y yo me meto dentro del callejón sintiendo mi oreja quemar y arder. Las
lágrimas se adueñan de mis ojos y viendo mis manos empapadas de sangre voy directo al
suelo sin escuchar nada más.
|87
Scar, scar can you feel my power? [cicatrices, cicatrices, puedes sentir mi poder?]
One shot and the world gets smaller [Una oportunidad y el mundo se vuelve más
pequeño]
JIMIN
Cobro el conocimiento antes de que llegue Elliot. Abro los ojos soltando un pequeño grito
de dolor y al instante tapo mi oreja, que es la fuente de tal dolor. Lentamente me voy
reincorporando viendo mis manos teñidas en sangre. Mis recuerdos vagan y la imagen clara
de hombres muertos apuñalados por mí vuelve a mi cabeza. La energía descontrolada y la
rabia que me impulsó a cometer algo que jamás creí llegar a hacer.
Maté a alguien.
Retrocedo viendo todavía mis manos empapadas de sangre seca y comenzando a suplicar
en voz baja repetidos no. Paso saliva repetidas veces al sentir mi bilis producirme un terrible
malestar en la garganta. Una sensación de angustia comienza a recorrerme y me hace
apoyarme a la pared sintiendo la saliva agria demasiado acumulada en mi boca. Cada vez
va más rápido.
Mis ojos se llenan de lágrimas nuevamente y me impulso hacia adelante sintiendo la
primera arcada. La saliva se acumula en descontrol en un sabor amargo que voy escupiendo
por más que trato de respirar profundo. Es un enorme error y vuelvo a tener otra arcada
donde casi resbalo. Me apoyo más a la pared y aprieto fuerte mis ojos sintiendo la ansiedad
calarme los tuétanos y pantorrillas. El sudor me congela la espalda y después de respirar
profundo una vez más y escupir saliva, finalmente comienzo a vomitar.
Siento mi belfo temblor pero no me detengo por más que intento. El malestar me está
haciendo estallar la cabeza y el estómago. Sigo vomitando liberándome por completo,
expulsando absolutamente todo lo que tenía dentro. Aún cuando no hay nada más y es el
puro movimiento y expulsión de saliva no dejo de temblar.
Los minutos largos transcurren mientras yo me mantengo oculto escuchando las sirenas
todavía. Veo la hora en el teléfono; han transcurrido poco más de veinticinco minutos. Elliot
no debe tardar.
Quizás solo esta noche. Me advirtió de esto, lo cual muestra que probablemente podría
confiar en él al menos esta noche. No más. Creo que ahora me ha quedado más que claro
que definitivamente no puedo confiar ni de mi propia sombra. Ahora comprendo a qué se
refería Yoongi con hacer el trabajo solo y en silencio. Cuánta razón.
— ¿Jimin? — Escucho.
Levanto la vista y volteo a la derecha viendo a Elliot. Suelto un suspiro y me acerco a él.
Frota mi espalda suavemente y un rápido movimiento entramos al coche. Yo me hundo en
el asiento y subimos las ventanas mientras yo trato de ocultar mi demacrado rostro. Suelto
un profundo suspiro y me mantengo en silencio. Elliot también está callado. Claro que lo
está. No es como si todos los días te enteraras que tu padre quiere matar al chico que amas.
— Elliot — aprieto mis labios y suspiro — en serio agradezco todo lo que estás haciendo,
pero no puedo seguir contigo a partir de ahora. E-es decir, solo te traería más problemas
que soluciones. — Él abre la boca pero lo callo. — Necesito independizarme en mi totalidad,
lanzarme al vacío completamente solo. Se acabó el Jimin acompañado de tal persona, ya no
confío en nadie. Sigo solo a partir de ahora para hacer lo que yo quiera. Es mi cacería y no
quiero que nadie más se interponga en el camino, no importa cuánto tiempo más me lleve.
— ¿Pero qué quieres hacer? — Pregunta él deteniéndose con el alto. — Jimin, lo que
necesitas es protección. Todas las mafias te están buscando. Los tres grandes bandos: mi
padre con Kyle, Forcraft con Will y Clara, y finalmente el grupo L. Estás bajo la mirada de
miles de personas.
— ¿Pero por qué? — Pregunto viéndolo. — ¿Qué tengo yo que todos quieren? ¿Por qué me
quieren?
— Ojalá pudiera responderte Jimin, quizás con eso nos ahorraríamos muchos problemas. —
Suspira. — Sé que las dos grandes bandos de acá en América te quieren antes que la
Europea, que es el grupo L. Si quieres verlo así, Forcraft, Clara, Will, Kyle y mi padre luchan
por mantenerte aquí en América. Los dos compiten contra el grupo L, pero pelean entre
ellos.
— Ojalá fuera así de sencillo. Nos ahorraríamos muchos problemas. — Ríe sin ganas. —
Peor el grupo L es muy poderoso. Nadie sabe quién lo lidera, de dónde vino, de dónde
surgió o qué quieren. Al principio creíamos que era Yoongi, después de los últimos
acontecimientos, nos percatamos que en realidad, siempre fuiste tú.
— Pero el grupo L es la familia de Yoongi quien controla. No me dirás que no saben nada
de ellos. — Contesto alzando una ceja.
— Suponiendo que aquella teorías es cierta, ¿por qué Min Suga me querría? — Pregunto de
nuevo y frunzo la boca. — ¿Qué acaso me quiere dar a alguien?
— Nadie sabe de tu familia, Jimin. Quizás ellos sí y vales muchísimo dinero. Quién sabe.
Las posibilidades son infinitas.
— ¿Cuáles?
— Uno, eres Park Jimin. A estas alturas ya todos saben quién eres tú en cualquier mafia. —
Comienza. — Dos, tienes el precioso cabello rubio único como Park Chaerin. Destellos
dorados y cafés como si fuese una degradado. Tres, fuiste el muñeco de Min Yoongi. Tu
cuerpo está lleno de heridas, marcas y cicatrices fáciles de identificar. Y cuatro, tienes la
mitad de una oreja volada.
Suelto un gruñido pero no quiero morir por una infección. El dolor vuelve apenas vuelvo a
pensar en él y me tambaleo fuera del auto con Elliot tomándome de los brazos para que no
pierda equilibrio.
Bien. Mi oreja va a curarse, seré dado de alta. Puedo ir planeando qué haré, cómo me
moveré. Ya no estoy completamente seguro de mi objetivo. Antes era Yoongi, pero ahora
centenares de personas de todas partes del mundo me están buscando. Debo huir, debo
camuflarme y mantenerme seguro bajo una sombra antes de ir por él.
.
.
TAEHYUNG
Bajo del avión con las maletas y aún sintiéndome jodidamente preocupado. Jimin no me
devolvió la llamada y cuando yo le marqué, él nunca me lo devolvió. Estuve haciendo
distintas paradas hasta que finalmente vine a Oregón. Eso ayudó a que fuera más
complicado rastrearme.
— Mandaré a Jeongyeon a que vaya por ti. — Me dice. — Yo estoy con Will y Clara en una
reunión. Le pediré que te lleve a una casa, allí estarás todos por el momento. Te veré en la
noche.
— De acuerdo.
— Ha pasado un tiempo. — Me dice ella divertida. — La última vez que te vi huías con Park
Jimin por tu vida.
Ella guarda silencio y ladea su boca. No hace más preguntas al respecto y seguimos
avanzando por la ciudad que aún recuerdo perfectamente. Me duermo un rato durante el
trayecto ya que me encuentro sumamente cansado. Reposo mi cabeza bien en el asiento y
me cruzo de brazos esperando a que lleguemos a la casa de Anthony. No sé qué cambios
habrán hecho durante estos dos años pero supongo fueron bastantes.
— Aquí bajas. — Me dice Jeongyeon cuando nos detenemos. Yo abro mis ojos y observo la
casa con grandes ojos. — Muy humilde el lugar, ¿no crees?
Bajo de la camioneta con mis maletas y las arrastro como puedo a la entrada. Toco y una
mujer va abrirme sin decir nada, solo asintiendo suavemente. Me ayuda a meter las cosas y
yo ingreso al enorme espacio viendo el candelabro de cristales que se alza glorioso por toda
la sala.
— ¿Señor Kim? — Pregunta ella y yo volteo. — El señor Will me pidió informarle que su
habitación está en el primer piso, a mano derecha. Es una puerta negra con una perilla de
oro.
Vuelvo a cargar con las maletas y las voy a dejar justo donde me dejaron. Es una habitación
bastante grande donde quepo perfectamente. Quizás hasta cuatro podrían estar acá.
Acomodo las cosas y salgo cerrando la puerta detrás de mí. Bajo las escaleras y observo a
Ross muy apurada en la cocina.
Salgo de la cocina y me paseo por la sala sin prestar mucha atención a los detalles. Me pierdo
un par de minutos hasta que escucho el famoso timbre. Me encamino rápidamente voy a
abrir. Mi sangre se hiela y va directo al suelo.
Sus ojos chocolate se abren con más sorpresa y sus delicados labios se abren. Algo helado
me recorre y él simplemente no puede apartar la vista de mí. Da un paso atrás negando con
la cabeza suavemente y tapando su boca.
No sé exactamente qué decirle. Abro la boca para lo primero que venga: — Forcraft me
mandó acá. ¿Qué mierda? ¿Qué haces tú acá?
— Vivo acá. — Me contesta aún sin color en su piel. — T-tú... creí que estabas en Nueva
York.
— Estaba. — Me abro un poco para que pase pero él no lo hace. — Escúchame Jeon. Sé que
tuvimos nuestros problemas en el pasado pero ahora estamos del mismo lado. No quiero
ser tu enemigo y sé que quizás pedirte perdón todo el día nunca podrá compensar lo que te
hice.
— Pero te necesito de mi lado ahora. — Suplico y bajo la voz acercándome a él. — Te dejé
las pistas, sé que seguramente comenzaste a investigar. ¿Me equivoco?
— Creo que lo mejor será que entremos. — Le digo. — Cuando esto finalice tendrás tiempo
para hacer lo que quieras conmigo, ahora no te conviene.
Sus ojos se endurecen y un aura negativa lo rodea. Me examina una última vez y entra a la
casa cruzado de brazos y la mirada gacha. Yo cierro la puerta y lo observo detenerse a la
mitad de la sala y observarme con un odio indescriptible.
— Eres la escoria del mundo en carne y hueso. — Sisea. — Agradece que Yoongi se ha ido
y estoy forzado a quedarme del lado de Forcraft. Si tú no estuvieras con nosotros te
arrancaría dedo por dedo, uña por uña y diente por diente.
— Mantén tu distancia. — Contesta una última vez alejándose. — Si quieres hablar conmigo
acerca de la estúpida investigación de los hijos de Min Suga, te digo que no será hoy. No me
busques. Seré yo quien vaya a ti y si no se me pega la puta gana, no lo haré.
Aprieto mis labios evitando decir algo más. Él me sigue viendo fijamente y desvía la mirada
un par de segundos. Talla sus ojos y respira profundo.
— ¿Dónde está Jimin? — Pregunta secamente. — ¿El hijo de puta terminó traicionándote?
Oh, claro que lo hizo. Es una maldita puta arrastrada que se folla cualquier bicho viviente
que se cruce en su camino. Es un bastardo de mierda, un traidor asqueroso y un mentiroso
manipulador jugando la víctima que tiene bien merecido cada maldita cosa que le ha
pasado. Me repugna siquiera mencionarlo. Me repugna como ser humano. No puedo creer
que fui su mejor amigo tanto tiempo.
Hasta que aparecimos. Hasta que las mentiras se entrometieron junto con los malos actos. Y
este es el maldito resultado. Este es el maldito resultado que provocamos Yoongi y yo en su
amistad. En ellos.
— ¿A qué te refieres?
— Al final no se unió a Sullivan. No sé qué otro retorcido plan tendrá ahora en mente, pero
la última vez que hablé con él, estaba siendo perseguido por vete a saber cuántas personas
disparándole. No sé si se libró. Si sigue con vida. Pero si lo sigue, estará completamente solo
en este juego. Así que dudo sea fácil encontrarlo, Jeon.
— No me detendrá.
— Así que ese es el juego. — Él esboza una siniestra sonrisa. — Jimin jugando a tener varios
tras él y se va con uno u otro dependiendo qué le convenga. Lo protegiste, te tuvo, y te botó
cuando llegó otro. ¿Elliot, no? Y se arrastró con él para llegar a su padre, lo cual, conociendo
a Jimin, no me hubiera sorprendido que también le hubiera abierto las piernas al padre para
tenerlo hechizado bajo sus enfermos encantos. — Ríe.
— Tienes una imagen bastante tóxico de tu mejor amigo. Jimin no es así. — Defiendo.
— Oh, ¿vas a negarlo? — Luce divertido. — El mismo Yoongi ha dicho que es una jodida
puta. Cuántas veces no lo dijo, prácticamente a todos se nos ha pegado debido a él.
Yo alzo una ceja. ¿Yoongi diciendo eso? No termina de cuadrarme. Conozco a Yoongi y sé
que por más ofensivo que puede llegar a ser no va esos extremos. Decirle una puta a Jimin
es algo que dudo bastante haría. Quizás llamaría así a todos los demás. No a su muñeco.
— No termino de creerte, pero suponiendo que es cierto, Jimin tiene sus motivos. Y si crees
que es una puta por enredarse con tres hombres, resultaría extraño contando con cuántos te
enredaste tú.
— ¿Ves? — Hundo mis manos en los bolsillos de mis pantalones. — Jimin juega para
moverse y no por diversión. Todo lo que hizo lo tenía bien calculado. Jugó conmigo, yo
estaba consciente de ello y se lo permití. Y no me arrepiento. Volvería a hacerlo. Elliot solo
fue una escalera hacia Sullivan y creo que una vez se metió con uno de intercambio en su
Universidad. ¿Habrán más? Que haya llegado a acostarse solo sé que fuimos nosotros tres.
Más Yoongi, claro. Pero eso todos lo sabemos.
— Oh, ¿así que es por eso? ¿Porque nos acostamos? No creí que fueras tan resentido,
Jungkook. Ya sé que te gustaba y toda la cosa y Jimin era tu mejor amigo, sin embargo tú
mismo fuiste quien me mandó a volar. Te violé y me disculpé lo cual no es suficiente. No
insistí más.
— Lo haré. Lo encontraré. Le diré un par de cosas y me regresaré acá para seguir con otros
pendientes. — Me fulmina un poco. — Y no creas que me olvidaré de ti. Lo mejor se guarda
para el final.
— Y el que ríe último, ríe mejor. — Le contesto de vuelta con una sonrisa. — Ten cuidado,
pequeño. Jimin no es el mismo que conociste y te sorprendería su cambio. Quizás hasta te
calentaría. Jimin es un ama de seducción peligrosa que podría pincharte a ti si se lo propone.
— Claro. — Él ríe de buena gana. — Todos caen por Park Jimin pero yo ya lo conozco. Sé
que sus sonrisas no me harán rendirme a sus pies o sus lindos ojos o labios. No me interesa
qué intente conmigo, fui su mejor amigo, ahora es de mis peores enemigos. Soy más
inteligente que eso.
— Entonces ve con calma y que nadie te vea. — Contesto sereno incapaz de dejar de sonreír.
— Lo llamaré el reencuentro de muñecos. El viejo contra el nuevo. Era así, ¿no?
— No hagas esto más pesado de lo que ya es. Sencillamente tengo aún unos asuntos que
arreglar con él que no te incumben. Si serán las últimas palabras que le diré, que valga la
pena entonces. Bien. No lo mataré. Creo que duele más el peso de las palabras que el de
varias puñaladas.
— Te arriesgas demasiado.
Jungkook se detiene y esboza una sonrisa. Casi alucino a Yoongi debido a aquella
característica siniestra y pícara que lo envuelve. Ladea su cabeza y después de unos
momentos ya abre la boca: — Nada grandioso fue jamás conseguido sin peligro, mi querido
Taehyung.
Y tras reír una última vez, se aleja dejándome con las palabras en la boca.
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JIMIN
— ¿Es muy grave? — Pregunto después de examinar el rostro de Elliot durante unos
segundos.
— Viendo el lado positivo, no te amputaron todo. — Alza sus hombros. — Pudo ser peor,
solo te volaste una pequeña parte del cartílago y un poco más arriba. No es tan grave.
Suelto un suspiro y lanzo mi cabeza hacia atrás apoyándola casi contra la pared. Aprieto las
sábanas blancas de la camilla del hospital y me pierdo en la luz blanquecina que brilla frente
a mí. No puedo evitar pensar si así de brillante luciría en la morgue. A este punto, no
mentiría si no dijera que me siento cada vez más cerca de una.
— Podrás salir pronto. — Dice Elliot sobando mi mano. — Y sabes que siempre puedes
cambiar de opinión por cualquier cosa... es decir, tienes opciones.
— Lo sé, lo entiendo. — Él suspira pesadamente. — Solo... solo quería intentarlo una última
vez.
Aprieto mis labios sin saber exactamente qué contestarle. Suelto un suspiro cansado y
relamo mis labios resecos para humedecerlos un poco. Elliot jala su silla cerca de mí y
carraspea un poco su garganta para volver a captar mi atención.
— ¿Negro? — Repite ampliando sus ojos y silba. — Woah, yo quiero ver eso. Lucirás como
todo un chico calo caliente y peligroso.
— ¿Tú crees? — Río sin poder evitarlo. — Quizás lo sea. El rubio ya me resulta muy flojo a
estas alturas.
— Eres guapo, cualquier cosa te queda bien. — Le sonrío cálidamente. — Yo consideré una
vez tenerlo anaranjado.
— Quizás algún día lo haga. — Río suavemente por su reacción y respiro profundo. —
Ahora solo queda cambiar mi nombre, mi identidad e irme...
— No sería tan mala idea si no fuese demasiado obvio. A estas alturas medio continente
debe conocer mi tonto apodo.
— Umh, quizás podría funcionar pero para mi pasaporte necesitaré otro. —Me mantengo
en silencio unos segundos. —A menos... que use la identidad de alguien que ya esté muerto.
— Probablemente, pero si no falla podría resultar. — Frunzo mis labios. — Aunque ahora
que lo pienso no tengo a alguien a quien pudiera robarle la identidad así que crearé otra
nueva.
— Oh, cariño. No creerás que voy a decirte, ¿o sí? — Pregunto esbozándole una sonrisa.
Elliot pestañea y no estoy seguro de qué clase de sonrisa habré hecho ya que él pasa saliva
y se aleja un poco. Yo vuelvo a relamer mis labios y observo fijamente la puerta esperando
que el doctor entre ya para decirme que puedo irme. No aguanto estar otro maldito segundo
más aquí.
Volteo y la puerta se abre dejando que un hombre entre. Excelente. Me dedica una sonrisa
que yo le devuelvo con total naturalidad y hasta le hago pequeños ojitos para persuadirlo
un poco de que me deje salir más rápido. Elliot se percata de ello ya que suelta un pequeño
gruñido que me hace voltear a verlo. Le sonrío a él y se tensa terriblemente. Dios, ¿tan
malvado luzco ahora?
— Así que... Park Jimin. — El doctor toma lugar frente a mí con una carpeta. — Ya con los
últimos análisis podemos darte de alta perfectamente aunque te recomendaría quedarte solo
un día más por cualquier cosa. Más vale estar prevenido.
— No dudo de su profesional palabra, doc. — Le sonrío soltando una pequeña risa y Elliot
rueda sus ojos. — Por desgracia tengo que partir rápidamente ya que mi familia me espera.
Mi madre ha estado algo angustiada y sé que la pobre mujer no respirará tranquila hasta
tenerme en sus brazos... ella... ella es viuda y...
— Oh, sí. Entiendo. — El doctor me sonríe. — En ese caso puede irse. Si por cualquier cosa
su herida se infecta o las amputaciones, no dude en volver. Lo estaré atendiendo sin
problema alguno.
Se dirige a la puerta seguramente para buscar el último papeleo necesario para dejarme ir.
Yo me levanto pesadamente con la molesta bata sintiendo la mirada mordaz de Elliot a mis
espaldas. Esbozo una sonrisa interna y coloco el pestillo de la puerta antes de voltearme y
dirigirme muy tranquilamente hacia mi ropa.
— ¿Por qué la cara larga? — Pregunto deslizando suavemente la prenda por mis hombros.
— ¿También necesitas coquetear con el doctor que te atendió? — Pregunta de mala gana.
— ¿Coquetear? ¡Oh, no sabía que ser amable ahora se le llamaba coquetear! — Le contesto
dándome la vuelta. — ¿Te pones celoso?
— No, cómo crees. — Se cruza un poco de brazos y me sonríe sarcástico. — ¿Se te olvida
acaso que me gustas? ¿O te da igual? Veo que te importa mucho.
— Oh, vamos. — Me acerco a él con la bata casi quedando fuera de mi cuerpo. — Sabes que
me importas. De no ser por ti yo ya estaría medio muerto en un callejón.
Siento mis ojos salirse de mis órbitas. En ese preciso instante la bata cae al suelo y quedo
completamente desnudo frente a él.
— C-creo que debe haber otra manera. — Comienzo a retroceder suavemente sintiendo mi
corazón golpear como una manada de tambores en mi cabeza. — Elliot, e-en serio no me
siento cómodo con esto.
— ¿No? — Él ríe. — Dudo mucho que le hayas puesto los mismos peros al niñato de Kim
Taehyung, ¿cierto? O al lindo chico de intercambio que vino.
— Taehyung sabe perfectamente que pese a que me tome, no sentiré lo mismo que con él.
— Sigo retrocediendo y mi sangre se vuelve hielo al sentir la pared. Maldigo en mi cabeza.
— Y el chico de intercambio fue en una fiesta, estaba demasiado borracho.
— Ya veo. — Elliot asiente. — ¿Y los ojitos que le hiciste a mi padre? ¿Crees que no me enteré
que salieron a desayunar? Me pregunto realmente qué habrás desayunado ese día, Jiminnie.
— No te lo permitiré. — Susurro sintiendo la rabia latiendo. Sigo moviéndome cada vez más
cerca de mi ropa. — Elliot en serio agradezco que me hayas ayudado pero... pero yo no
puedo... — Mi voz falla. — No puedo.
— ¿Necesitas que tenga unos cuchillos al lado, tire tu cabello y te llame puta? — Se ríe y yo
me tenso acercándome más al sofá. — ¿Muñeco?
— Estuviste jugando conmigo mucho tiempo, hazte cargo de las consecuencias. — Me sigue
acorralando muy lentamente, acercándose paso por paso y acortando nuestra distancia. —
Íbamos bien, Jimin. Jodidamente bien y fue de un día a otro cuando ese maldito bastardo
apareció y lo jodió todo.
— Siempre estuvo jodido, Elliot. — Le contesto sintiendo mi voz salir más helada de mis
labios de lo que esperaba. — Me sentí a gusto contigo, la pasé bien inclusive. El problema
fue que él... volvió. No puedo nada contra ello. ¿Y te digo qué? — Mis labios se aprietan en
una fina línea un par de segundos. — Me enamoré de él. Al principio lo imaginaba como un
pequeño desliz, un engaño a mi cabeza. Me "enamoraría" de él sin realmente estarlo. Esa era
la idea.
Voy caminando por los pasillos a mayor velocidad cuando escucho unos pasos firmes detrás
de mí. Volteo un poco y veo a Elliot caminando a mi costado con una sonrisa y un teléfono
a su costado. Me detengo un breve instante.
— Si quieres decirme algo que sea ahora, estoy a nada de irme. — Le digo.
— ¿Quieres la verdad? — Sonríe y sigue moviendo sus dedos por su teléfono sin verme.
— Bien. — Él deja el teléfono unos segundos después y lo guarda. — Pienso que nunca había
encontrado a un cabrón tan sucio como tú. Aún hablando con la verdad y usando tus tonos
comprensivos no puedo creer cómo tantas cosas tan idiotas pueden salir de tu boca o cómo
puedes aferrarte tanto al hombre que te hizo daño y no tenerte ni una pizca de amor propio.
Aunque claro que no te culpo por eso, estás demasiado atado a él y te lavó el cerebro. No
esperaba menos.
Aprieto mis puños y muerdo mi lengua evitando decir algo grosero o mejor dicho, tratar de
no demostrar que eso ha dolido.
— Y veo claramente que eres una sucia víbora que se arrastra, seduce y muerde. Envenenas
y te vas simplemente diciendo palabras bonitas. Qué gran actor. Realmente te enseñaron
bien. — Alza sus cejas. — Es jodido que esté enamorado de ti. He hecho tonterías para que
sea recíproco: te di cobijo cuando Yoongi te rompió el corazón, te di comida, te di agua
caliente, te ayudé en la universidad y a conseguir becas, te ayudé en tu berrinches de soledad
cuando Taehyung no estaba, casi muero por tu culpa, tu psicópata me sedó y perfectamente
pudo haberme matado, me das el susto de mi vida con un intento de suicidio, juegas con
mis sentimientos y mi cabeza para tenerte protegido, acercarte a mi padre y que muy
lindamente después te hagas hacia atrás. Oh, claro: no olvidemos que también te salvé el
culo y traicioné a mi progenitor. ¿Qué recibo a cambio? Un largo y aburrido discurso de tu
plan fallido, tus enfermizos sentimientos al psicópata de Yoongi y un sencillo "lo siento".
¡Qué considerado eres! Al menos me hubieras dejado galletas con un moño rojo.
— Claro que no. ¿Crees que yo me sentí bien dándole la espalda a mi padre? — Sigue
divertido. — ¿Y a ti te cuesta tanto acostarte conmigo y complacerme una vez? Hasta te
pagué el hospital.
— Elliot...
— No, bebé. Tu carita tierna se ha desfigurado para mostrarme al vil demonio que eres. —
Retrocede. — Me usaste. Soy paciente pero no tolero que me manipulen y mucho menos en
el amor cuando te he dado todo y recibido nada a cambio. Yo realmente te quiero, o lo hice
al menos. Así que no vayas a molestarte por lo que he hecho y tómalo como un "estamos a
mano". ¿Bien?
— ¿Lo ves? — Sonríe. — Mandaste a la mierda todo lo que te dije y solo te centraste en algo
que podía arruinar tus planes de correr a los brazos de tu querido Yoongi. Vaya pena. Creo
que deberás correr un poco ya que primero debes arreglar cuentas con mi padre. ¿Sabes?
No es como si hubiera mandando un mensaje de nuestra ubicación exacta junto con un
audio de voz para probar que estás acá conmigo y te he estado entreteniendo para ganar
tiempo. Nada de eso, cariño.
— Ojo por ojo, diente por diente, Jiminnie. — Me sonríe. — Quizás así aprendas a no utilizar
y traicionar a las personas, pequeña víbora escurridiza.
El impulso desenfrenado siento que me consume hasta las entrañas. Abro la boca pero nada
sale y pese a eso, mi cuerpo no responde. Muerdo mis labios y pese a que quiero gritar y
matarlo en este instante sé que no podré hacerlo.
Maldito bastardo.
Me aferro a lo poco que tengo y me voy alejando hasta comenzar a correr tan rápido como
puedo maldiciendo por lo bajo. Mi corazón golpea con mucha más fuerza y conforme más
me voy acercando a la salida, siento que estoy completamente atrapado. Salgo y sin siquiera
fijarme en si hay camionetas negras, agarro un taxi que detengo al instante.
Siento el nudo en mi garganta crecer y crecer y toda mi piel pierde color. Veo a través del
retrovisor camionetas negras acercándose a toda velocidad.
Las camionetas están estacionadas detrás de nosotros. Maldigo y saco todos los billetes que
tengo que pedí a Elliot me sacara unos cuántos. El hombre expande sus ojos y me observa
perplejo.
Él observa los billetes y no pasa mucho hasta que arranca el taxi. Yo me trato de mantener
tranquilo viendo a los hombres entrar al hospital, incluyendo Derek Sullivan.
.
.
— ¿Sí? — Pregunto.
— Jodida mierda, estás bien. — Dice Taehyung aliviado del otro lado. — ¿Dónde carajos
estabas?
— En el hospital por una oreja volada debido a mi suegro demente que me disparó. ¡Oh! Y
huyendo de la policía federal. Ya sabes, cosas de todos los días.
— Creí que tener a toda una mafia detrás de mí era horrible y ahora la policía está también
tras de mí. Esto no puede ponerse mejor, debería ser el protagonista de una novela de
criminales.
— Sí, eres tendencia en todos lados. — Refunfuña Taehyung. — Forcraft participó con todo
esto.
— Estás encerrado en Estados Unidos, Jimin. América se ha aliado contra Europa. Llegamos
al clímax, todos están desesperados por tenerte.
— Están siendo exterminados por Clara y Kyle en el Sur. No me salgas ahora con la tontería
que te irás con los europeos.
— ¿Por qué demonios haría eso? — Pregunto tomando un lugar en los asientos.
— Para verificar que estás seguro, poder rastrearte. — Contesta algo agitado. — Yo...
realmente no apoyo la idea respecto a algo pero si considero que será necesario antes de que
explote.
— ¿A qué te refieres? — Pregunto bajando más la voz para no captar la atención de las
demás personas.
— ¿Se puede conocer la identidad de la persona? — Pregunto tan tranquilo como puedo.
— No estoy muy seguro de cómo puede llamarse ahora. — Suspira. — Pero si usamos
términos del pasado, creo que podría decirse que fue tu mejor amigo.
— ¿Qué?
— La historia es larga pero básicamente está metido y enredado con Forcraft, alias, la mafia.
— Dice y yo me siento congelar. — Lo he estudiado ya un par de días y... creo que quizás
sería que sería bueno que ustedes dos hablaran para ya sabes... Aclarar las cosas.
Paso saliva amargamente. Cristo, ¿cómo se supone que podré verlo a los ojos?
— No creo estar listo para eso. — Aprieto la tela de mis pantalones. — Y-yo no podría ni
verlo a los ojos, le he mentido durante tanto tiempo que...
— Si te sirve de algo, está muy consciente de todo lo que hiciste y se sabe toda y la absoluta
verdad. Por eso mismo creo que deben seriamente hablar. Él está enojado y créeme que
MUY enojado. Está cabreadísimo y no dudaría de meter una bala en tu frente si pudiera.
Quizás podrías... no lo sé... tranquilizarlo.
— Define tranquilizar.
— Hablar con él... — Deja las palabras en el aire. — Ya sabes, lo que haces para salirte con
la tuya.
Frunzo el ceño.
— Podrías manipularlo un poco o hacerle la barba para que se le baje lo enojado. Quizás...
podrías bajarle los pantalones también. Es bastante caliente, ¿sabes? Y rudo.
— ¿Cuál es tu jodido problema? — Pregunto furioso. — ¿Me estás pidiendo usarlo y dejar
que me folle para tener su perdón? ¿A ti en qué mierda te concierna si me disculpa o no?
— Si estará conmigo, necesito que no tenga rencores contigo para que me ayude. — Contesta
simplemente. — Aunque no lo parezca, esto te ayudará también en cierta forma. No puedo
decirte de ello aún pero prometo hacerlo pronto. Mientras necesito que le bajes lo enojado.
— No quiero jugar a este tipo de juegos contigo Jimin... mmm... — Ríe un poco. — Pero te
doy el número telefónico de Yoongi si lo haces. El que tiene ahora, obviamente.
Mi garganta se seca al instante y mi cuerpo tiembla un poco. Veo que falta poco para que yo
pase y el tiempo lo tengo contado en este jodido segundo. Mi labio tiembla un poco y busco
desesperadamente una trampa. Algo pero no. La trampa está clara: me está dando en mi
talón de Aquiles. Trato de decir algo pero mi boca sencillamente se mueve sin soltar palabras
coherentes.
— Excelente. Mañana te pasaré la información: dónde estarás y a qué hora. Allí van a
encontrarse. — Habla tranquilamente. — Y antes de qué preguntes cómo sé dónde estás,
soy un hacker bastante hábil, así que también cuidado.
— Siento que podría llamarte un maldito imbécil en este instante. — Contesto sentándome.
— Te dejaré hacerlo si te hace sentir mejor. — Suspira con fingida pesadez. — Oh, y como
última advertencia, ¿Jimin?
— ¿Sí?
— Ten cuidado. — Su tono suena más serio. — Jungkook realmente sabe cómo usar
cuchillos.
Esbozo una sonrisa ladina antes de mordisquear mi labio inferior que succiono. Una risa
risa divertida sale de mis labios.
JIMIN
No estoy listo para verlo. Quizás jamás lo esté... pero es momento de enfrentarlo. Necesito
volver a ver a mi mejor amigo. Una última vez aunque sea, ver el lindo hombre en el que se
ha convertido, ver si yo solo he cambiado o también él.
Un efímero segundo...
Es él... Es Jungkook.
— ¡Jungkook! — Exclamo con lágrimas en los ojos y sin perder un segundo me cuelgo a su
cuello y lo abrazo con toda la fuerza que me permite mi débil cuerpo.
Me aferro más fuerte sintiendo una punzada al sentir que él no me corresponde. Me separo
de él y sin alejarme de su rostro volteo a verlo con tristeza. ¿Qué le sucede? ¿No me extrañó?
Yo aún no puedo creer que esté aquí y quiero gritar y revolcarme en felicidad pura. Y él...
Me está viendo como si fuese el asesino de su familia siendo liberado por falta de pruebas.
— ¿Kook? — Le pregunto una última vez comenzando a sentir miedo con su gélida y dura
mirada.
— ¿Nada? —Me empuja con fuerza y yo me tambaleo un poco había atrás con una mueca
de dolor. — Gracias a ti mi padre está muerto, me mentiste de una forma tan descarada y
con unas mentiras tan retorcidas que solo me hace ver cuán enfermo estás. Además de claro,
tirarte al chico que me gustaba. Muy inteligente de tu parte, parecías disfrutarlo mucho.
Paso saliva. Jungkook me sigue viendo sin una pizca de compasión o cariño. Yo comienzo
a jugar con mis manos, muerdo mis labios y siento las lágrimas llegar a mis ojos en cuestión
de segundos.
— Así que ahora quieres jugar al héroe y al salvador, increíble. —Alza ambas cejas. — No
te das por vencido, ¿verdad? Te encanta jugar a la víctima. Me vendrás ahora con la mierda
de lavado de cerebro, que Yoongi jugó con tu cuerpo y te convirtió en esto. Eres un experto
usando tu cara linda para que la gente se compadezca de ti, pero tuviste opciones. ¿Por qué
no denunciaste a Yoongi?
— Es más fácil decirlo que hacerlo. No te recomiendo seguir con esto Jungkook, que de no
ser por ti, yo jamás estaría en esta situación. Si no me hubiera vuelto tu amigo en aquel
entonces probablemente no estaría en esta situación. Pagué todo esto por quedarme a tu
lado siempre, mejor ahórrate todo lo que tengas que decir, Jeon. No me interesa. Terminarás
perdiendo. Todo lo que me digas sabré devolverte las palabras con más dureza, no juegues
así conmigo.
Él alza ambas cejas. Trato de respirar hondo pero me resulta imposible. No es necesario que
lo diga, con sus puras palabras y su mirada me está gritando cuánto me odia y me desprecia.
Me tiene guardado un odio y un rencor que se le está desbordando de sus manos y no puede
disimularlo un segundo más. Es increíble.
Él va sonriendo y yo al instante me pongo en alerta y a la defensiva. No me dejaré intimidar
si eso cree que va a pasar. Oh claro que no. No tiene idea de con quién se está metiendo.
— Felicitaciones Jimin, diste un gran paso. —Comienza a aplaudir y yo alzo una ceja. — Tu
verdadera cara va saliendo a la luz, es un avance. Me siento más cómodo hablando contigo
y no a tu linda máscara de amigo preocupado y ser humano bondadoso.
— No es ninguna máscara. Pero... si prefieres hablar entonces con el Jiminnie mal portado,
puedo concederte el honor de hacerlo. — Mi voz sale con burla pese a que no es lo que
estaba buscando. — ¿Quieres?
Él se mantiene en silencio y yo esbozo una sonrisa satisfactoria. Él alza sus hombros después
de un rato y se cruza de brazos observando el restaurante al que no hemos entrado.
— ¿Quieres entrar? —Me pregunta. —Creo que estamos llamando mucho la atención acá
afuera.
— Como sea. —También me cruzo de brazos y antes de que conteste cualquier cosa, entro
en el restaurante. Mis ojos se mantienen fijos en el lindo lugar hasta que una chida nos guía
para mostrarnos una mesa en un salón.
Esboza una sonrisa y se retira delicadamente dejándonos solos con solo un par de personas.
Yo suelto un suspiro cansado y me voy a sentar seguido de Jungkook quien está frente a mí.
El silencio es tenso, yo pierdo el tiempo jugando con el mantel color rojo hasta levantar la
vista y cruzar finalmente miradas con él. Un escalofrío me recorre. No me está viendo
molesto, es difícil de explicar pero luce entre divertido, tenso y confundido. Una de esas
tres. Opto más por la primera y última.
Empuja su lengua en el interior de su mejilla, algo muy característico de él. Yo relamo mis
labios y también le mantengo la vista muy fija. Él me examina otro rato.
— ¿Y tú? —Ataco de mala gana. — Dudo que realmente te hayas metido en verdaderas
peleas ya que sigues perfectamente limpio. Oh, déjame adivinar. ¿Te acobardabas como
cuando eras niño? Aún recuerdo el gran llorón que eras.
— ¿Crees? —No suena divertido y sin duda mi comentario le ha picado. — Mi cara está
bien, desgraciadamente mi cuerpo no lo suficiente, ¿pero sabes? Dicen que luce sexy.
— ¿Sexy? —Repito riendo. —Claro. La última vez que te vi apenas y tenías los músculos de
los brazos bien desarrollados.
Él alza una ceja y dirige las manos a los botones de su camisa. Yo paso saliva y guardo
silencio abruptamente observando su mano jugueteando con el botón cerca de su cuello. Le
grito a través de la mirada que no se atreva pero él lentamente zafa un par de botones. Yo
mantengo mi vista en sus ojos hasta que siento que retira sus manos. Alza un poco sus cejas.
Bajo un poco la mirada viendo parte de su pecho descubierto y lo que parece ser el inicio de
una gruesa cicatriz. Me congelo en mi asiento y desvío la mirada rápidamente. No me
interesa ver más.
Recuerdo que no he pedido nada así que agarro la carta y dejo de prestarle atención a
Jungkook para examinar los platillos presentes.
— Dame una ensalada con carne. —Jungkook coloca la carta de lado. — Y una botella de
vino para ambos.
— Bien. —El mesero lo anota en su libreta. —En unos minutos estará lista su comida.
— Me gusta. Solo que... no bebo. —Aprieto mis labios y me cruzo de brazos de nuevo.
— Beberás. —Dice pero no es dulce. Realmente me lo está ordenando sin que le reclame.
Me encojo un poco en mi asiento y veo como comienza a servirme. Yo observo las gotas
rojizas del licor deslizarse suavemente por el vidrio. Es una lentitud tortuosa y no entiendo
exactamente por qué le estoy prestando tanta atención, solo sé que lentamente me siento
perder viendo la figura de la gota ir creciendo hasta convertirse en una enorme mancha de
sangre... y crece...
— Te escucho. —Le contesto empujando más fuerte mis brazos cruzados contra mi pecho.
— Sé... sé que quizás ninguno de los dos la pasó bien. —Jungkook muerde un poco sus
labios. —Así que creo que si vamos a decirnos la verdad en todo, es ahora. Yo realmente
quiero comprender qué fue lo que sucedió contigo y qué me digas qué es esto. Qué pasó con
Yoongi, qué hicieron y por qué. Yo también te explicaré qué pasó conmigo, pero joder. Es
que te juro que te veo y sencillamente no eres tú.
— Lo sé. —Tomo una profunda respiración. — ¿Quieres saber la verdad? Muy bien. Te la
daré. Todo comenzó porque firmé un contrato con él, lo sé, una tontería. Luego, bueno, nos
fuimos de viaje y tuvimos... follamos. —Alzo mis cejas y Jungkook ríe. — ¡Oye, no rías!
Estaba asustado y él realmente sabe coquetear y dónde tocarme.
— Bien, eso no era necesario. —Él tose suavemente sin dejar de reír. — Sí, es bueno. Es
atrayente.
— ¿Sí? —Pregunto alzando una ceja y golpeando mis dedos contra la mesa.
— Tampoco te pongas celoso. No funcionamos de esa forma. —Él alza sus hombros. — A
decir verdad, solo lo encontraba guapo y no pasó de jugueteos. Yo no soy un masoquista y
nunca me sentí realmente cómodo siendo el de abajo, así que... bueno.
— Bien, eso no era necesario. —Digo ahora yo sonriendo. — Pero bueno. Básicamente solo
eso. Él revoloteaba a mí alrededor y me acorralaba dando vueltas constantes a mí alrededor
como una maldita fiera. Incluso cuando tuve novio él... bueno, no se dio por vencido. Supo
cómo volver a hacerme caer y sinceramente no me arrepiento. Si debo hablarte con la
verdad, realmente disfruto acostarme con él. Con nadie logro sentir aquel... —Frunzo mis
labios. — Aquel lazo. E-es una tontería pero va más allá de que me meta el pene, realmente
siento algo más. Quizás sea el sadismo, no lo sé.
— Y supongo que debió haberlo hecho realmente bien para que no te alejaras. —Dice
divertido mientras le da un sorbo al vino.
— ¿Por qué lo hiciste? —Me pregunta Jungkook. — ¿Por qué...? ¿Por qué Taehyung?
— Por una tontería. —Yo me aferro a la copa y le doy vueltas observando el líquido que
sigue el movimiento. —Él estaba muy ebrio esa noche, hablaba de su corazón roto y que la
había regado. Luego hubo una confusión con Yoongi donde creí que él se estaba tirando a
una chica. En fin, fueron solo elementos acumulados y... sucedió. Yo estaba dolido y quería
vengarme, él estaba ebrio y con el corazón roto.
— Básicamente fue lo mismo, quizás con más intensidad y sentimientos de por medio. Él
estaba asustado y yo también. Tomamos decisiones precipitadas y... fue un desastre. —
Aprieto mis labios con fuerza y le doy un trago a mi vino. — Tenía un plan, tenía un plan
para destruirlo pero cuando estuve frente a frente y me lo encararon, me acobardé.
Mi vista se nubla por completo y siento las primeras lágrimas deslizarse. Jungkook me
observa en silencio pero no me avergüenza estar llorando frente a él. Me limpio
amargamente y trato de recuperar mi voz pero siento que con la primera sílaba me haré
polvo.
Yo aprieto la tela de mis pantalones y las lágrimas salen más rápido. No importa cuán fuerte
muerda mi labio inferior, las lágrimas escurren sin piedad. Volteo hacia Jungkook.
— Lo amas.
— Jimin. —Jungkook habla pero no lo veo. — Necesito que me hables con la verdad.
Realmente necesito que lo hagas.
— ¿De qué va a servir? —Me destapo y lo observo. — ¿Crees que cambiará en algo si
realmente lo amo o no?
La bilis llega a mi boca. Todas mis entrañas se aprietan de tan solo pensar en su muerte.
— ¿Crees que a este punto alguien podré salvarme? —Yo río secamente. — No quiero. No
quiero ayuda, lo quiero a él. Quiero estar solo con él, quiero ser solo para él y que él sea solo
para mí. Maldita sea, ¿es tan difícil? Él es mío y yo soy suyo... él me lo dijo... él- él... —Mi
voz tiembla. — Él me dijo nuestra última noche que era mío. Él me pertenece.
— Sí. Así es. —Contesto sintiendo la amargura recorrer mis venas con dolor. — Estoy
enamorado de Min Yoongi. Me ahorqué con mi propia cuerda. Me encerré en el falso
sentimiento del amor convencido que era una mentira y nunca pude salir. Así que sí. Si eso
es lo que realmente quieres escuchar, estoy enamorado. Lo amo.
— Amo a Min Yoongi como nunca creí amar a nadie. —Las palabras se esfuman en mi boca
y siento algo agrio y dulce recorrerme. — Porque lo amo más que a cualquier cosa que
conozca. Porque mientras él esté aquí no hay temores, no hay dolores. Mientras él esté aquí
conmigo la vida corre y no se frena, porque me hace sentir vivo, porque lo amo, porque soy
suyo y porque le pertenezco en mente, cuerpo y alma. Es mi chico Jungkook. Es mi Yoongi.
Eso nunca va a cambiar. Lo amo. Lo amo con locura.
Lo amo...
Me siento en una ola de emociones diferentes que me van golpeando. Desde la tristeza más
profunda hasta la felicidad más alta. La confusión, la liberación, la tranquilidad y la rabia.
Jungkook se mantiene en silencio un par de segundos y observa la mesa.
— No necesito saber mucho más. Me ha quedado claro. —Él ríe un poco. —Realmente...
realmente creí que estabas fingiendo hasta que vi ese algo en tus ojos. Tu boca puede decir
tantas cosas pero eres igual a él. El cuerpo los delata, sus ojos.
— Es... sinceramente no sé qué decir. Es tan enfermo pero... —Aprieta sus labios y me
observa. — Es enfermizamente real. Tus ojos brillan cuando lo mencionas, cobras vida,
Jimin. Y con él pasaba exactamente lo mismo. Cuando estuve con él era como una estatua.
Lucía tan mal. Perdido. Era como ver a una máquina, toda su esencia se había esfumado
para dejar un costal que mataba por órdenes sin siquiera la pasión que le ponía. Porque para
matar déjame decirte que Yoongi se emociona demasiado. Él se la pasaba encerrado
hundiéndose en una depresión profunda, en un letargo y en un mundo donde tú seguías
allí con él. No tienes una idea de cuando te digo que es difícil ver a alguien muerto por
dentro cuando jamás estuvo vivo. Y sin embargo alguna vez lo estuvo.
Mi corazón sigue latiendo con cada vez más fuerza. Mis lágrimas siguen resbalando.
— Lo único que necesitaba para comprender esto era... escucharlo de las bocas de los
protagonistas de esto. Él no tuvo un discurso tan diferente al tuyo. No dijo que te amaba,
tampoco dijo estar enamorado de ti. Dijo otra cosa que aún recuerdo claro y me hizo ver
tristemente que quizás, por muy loca que sea su relación, conserva una belleza que pocos
entienden.
— "Me hace sentir vivo porque soy suyo y él lo sabe". —Dice suavemente viendo la copa.
— "Por eso no me preocupo, Jungkook; porque sé que cuando esté muriendo, él vendrá por
mí y volverá a darme vida". —Suspira. — "Él no me dejará ir... y yo siempre regresaré a él."
Muerdo mis labios con fuerza evitando perder la calma. Aprieto los puños suavemente y
tomo una profunda respiración.
— Siempre fue así, ¿cierto? —Pregunto y mi voz sale ligeramente temblorosa. — Yo siempre
fui el que tuvo el control.
— Era obvio, Jimin. Él huye de ti y regresa una y otra vez. ¿No te diste cuenta de eso? Tú
eres el pilar y él el que siempre te estuvo rodeando, tirando y aflojando, acercándose cuando
tenía miedo de perderte y alejándose para controlarse. Es que tú... tú realmente no tienes
idea, ¿verdad? —Jungkook luce estupefacto. — No tienes idea de cuan dependiente es a ti.
Yo sigo viéndolo y trago pesado una última vez. Sé que esta conversación llegará pronto a
su fin.
— Así que te daré un mal consejo. ¿Quieres realmente vengarte? —Alza sus cejas. —
Demuéstrale que sabes perfectamente que tú mandas aquí y no le temes más. Es quizás
bastante crudo ya que las consecuencias serán terribles, pero al menos dejará de ser tu
aterrador monstruo y se convertirá en tu perrito faldero.
— Eso sería lindo. —Siento una sonrisa colarse en mis labios. — Aunque no comprendo por
qué me estás ayudando. Querías matarme, ¿no? ¿Por qué repentinamente me haces sentir
plenamente poderoso respecto a Yoongi? ¿Y sacando el tema de los sentimientos y el amor?
Querías arreglar cuentas conmigo y me diste una guía paso por paso de cómo tomar control
sobre él, me diste una charla sumamente motivadora acerca de lo que dice y piensa sobre
mí. ¿Por qué? Si fuera tú, lo último que querría es que mi mejor amigo traicionero logre lo
que realmente lo haría feliz y sentirse lleno. Peor siendo gracias a mí.
— Era una trampa, ¿cierto? —Pregunto relamiendo mis labios. —Nada de lo que dices
acerca de que Yoongi dijo es verdad. Tampoco sus reacciones. Mucho menos la forma en
que podría hacerlo venir a mí.
Jungkook niega suavemente apretando sus labios. Yo dejo el mantel en paz esperando su
respuesta y dedicándole la peor de mis miradas.
—No es así. —Dice finalmente. —Creo que pese a todo... te sigo teniendo cariño. ¿No
deberías estar molesto o dolido? Es decir, yo estuve con Yoongi y...
— ¿Debería? —Interrumpo. — ¿Crees acaso que lo conoces mejor que yo? O peor aún, ¿crees
que podrías chantajearme o manipularme usando la vulnerabilidad que tengo hacia él?
Bien. Lo acepto, lo amo. En eso no mentí. ¿A qué querías llegar?
— A ningún lado. —Él alza sus hombros. — Era solo una prueba, algo así.
— Taehyung me pidió que te obligara a soltar la verdad acerca de lo que sientes. "Quiero
que lo debilites", me dijo. —Alza sus hombros. — Obtuve algo a cambio antes, así que no es
ni pérdida ni ganancia.
— Así que Taehyung. —Sonrío. — Él también me dio una tarea por hacer.
— Oh, ¿en serio? —Pregunta divertido. — Vaya, parece que los dos terminamos siendo sus
peones.
— Dijo que sería la guerra del muñeco viejo contra el nuevo. —Ríe de nuevo. — Ah. Yo creo
que pidió que usáramos lo peor de nosotros mismos para ver quien lograba hacer lo suyo.
Yo digo que busca ver quién es mejor.
— Pienso lo mismo. —Contesto sonriendo y levantándome de la mesa.
— No. —Vuelvo a sonreír. — Porque sé pese a que no fue una pérdida para ti, yo si pasaré
la prueba.
— ¿Crees? —Me observa fijo cuando ya me encuentro junto a él. — ¿Qué te dejó de tarea?
Bien.
Coloco el pestillo a la puerta y me volteo viéndolo más cerca de mí. Debo levantar la mirada
debido a nuestra diferencia de altura y observo su cabello castaño cayéndole un poco en el
rostro. Yo llevo mis manos a su camisa y zafo los botones sintiéndolo tensarse.
— Solo quiero ver tu cicatriz. —Le contesto tranquilo cuando trata de tomar mis manos. —
Para esto te jalé. No por nada más.
— Algo así. Me pidió que hiciera una comparación entre tú y yo así que debo hacer un par
de cosas para contestar. ¿Bien?
Abro su camisa y siento mi garganta cerrarse. Jodida mierda, realmente se puso muy en
forma. Muerdo el interior de mi mejilla cuando mi mirada cae sobre su pecho denudo y
altamente atractivo. Sobo suavemente con la yema de mis dedos la cicatriz que va desde las
costillas de su lado izquierdo hasta que casi rozar el pezón. Yo sigo sobando suavemente
hasta detenerme en su sensible zona sin atreverme ir más allá sin estar completamente
seguro de poder continuar.
Pierdo mi tiempo sobando un poco más fingiendo interés. Mis manos siguen recorriendo su
cuerpo bajo el pretexto de encontrar más heridas. Él se mantiene en mayor silencio y solo
siento su mirada sobre mí.
Abro la boca para intentar responder él pero me callo al instante mordiendo fuerte mis
labios. Lentamente me voy alejando de él tragando pesado y sintiendo el aire faltarme. Lo
veo de nuevo.
No puedo hacer esto... Es mi hermano. Es... fue mi hermanito, como uno para mí.
— Lo siento. —Susurro retrocediendo un poco y volteo a verlo a los ojos. — No puedo hacer
esto mientras te siga viendo como mi mejor amigo y el chico tan especial que fuiste en mi
vida. No puedo. Lo siento...
No puedo hacer esto. No puedo. Yoongi tenía razón, maldita sea, tenía razón. Debo
mantener lejos a mis debilidades y cerca a mis enemigos. Mierda, mierda, mierda.
Bien... solo necesito calmarme. Lejos a las debilidades, cerca al enemigo...
Kim Taehyung solo se encontraba sentado frente a varios aparatos, unos audífonos puestos
mientras escuchaba la conversación de Jungkook y Jimin gracias al micrófono que le había
puesto al más joven.
Se quitó los auriculares y soltó un largo suspiro viendo los papeles frente a él. Tomó el
enorme puñado de papeles que observó con detenimiento antes de esbozar una débil
sonrisa.
Jimin al final no lo había hecho. No había tratado de seducir a su mejor amigo, ni siquiera
por Yoongi. Aparentemente seguía siendo más débil a su mejor amigo que al chico que
amaba.
No se había equivocado...
Su plan funcionaría.
|90
A: A.F
DE: Km ********
ASUNTO: VIAJE
Informo que hemos llegado bien a Nueva York. Trata de mantenerme informado por
cualquier cosa o movimiento. Ya que estoy acá, ¿crees que pueda ayudarte con algo?
DE: Km ********
ASUNTO: Jimin
Oye, he investigado dónde vive como me lo pediste. ¿Quieres verlo antes de que entremos
a clases o una vez allá? Forcraft me ha pedido que esté vigilando el frente pero estando allá
en California para nuestro viaje, quizás pueda verlo.
Ve con cuidado, yo estoy desempacando las cosas. ¿A qué hora llegas con tus padres?
A: ***_******
DE: A.F
ASUNTO: Reunión
Necesitamos vernos lo más pronto posible. Una chica ha venido a verme, no sé quién es. Me
ha hablado de Jimin y de ti pero no pude rastrearla. Clara se encontraba en el funeral de
Helen, ¿tienes a otra ex loca? Deberías tener cuidado a quién le dejas toda la información.
A: xjnx.xrxnxxne
DE: Km ********
ASUNTO: Importante
-
He visto el grupo L en Florida justo como me dijiste. Bien, me convenciste. A menos que
seas alguien del grupo no pudiste haber sabido con tal exactitud horarios y movimientos.
Espero poder confiar en ti, sigo sin comprender de qué va todo esto.
A: ***_******
DE: Jjk_08
ASUNTO: Reunión
Me he infiltrado en la casa ya. Estaba rodeada de oficiales pero pude solo sacar el collar de
Jimin. De tu otra casa ya tengo el diario como me lo pediste, ¿qué sigsigu
A: Jjk_08
DE: ***_******
ADJUNTO: Regreso.
Regresaré pronto, he perdido control con Jimin. Si Forcraft te pregunta dónde estoy, no
sabes nada. No puedes confiar en él, Jungkook. Él solo quiere beneficio en dinero y cobrar
venganza de su padre que fue asesinado por Kyle. Ten cuidado con lo que hablas con él.
A: Km ********
DE: xjnx.xrxnxxne
ASUNTO: Urgente
DE: Km ********
ASUNTO: Trabajo
A: xjnx.xrxnxxne
Tengo razones para haberle contado. Jimin no le hará caso a nadie si no es Yoongi, Yoongi
no le hace caso a nadie. Necesito tener otra vía y esa es Jungkook, Jimin va a escucharlo y
confiar en él.
A: Km *******
DE: xjnx.xrxnxxne
Jeon Jungkook pagará por su vida si le dice a alguien más o hace un movimiento en falso,
¿me oyes? Voy a matarlo y a ti también. Más te vale que lo tengas bien controlado.
¿Y cómo pretendes que hablen si ambos se odian? ¿Los pondrás a prueba acaso?
A: xjnx.xrxnxxne
DE: Km *******
Si las cosas salen como las tengo previstas, Jimin seguirá queriendo mucho a Jungkook y
tendrá una debilidad incluso más grande que a Min. Eso lo uso a mi favor porque Jimin le
hará caso a Jungkook y él me hará caso a mí. Todos ganamos, bella.
En caso de que no, puedo borrar a Jeon del tablero.
A: Jjk_08
DE: KM ********
ASUTNTO: MAPA
COLORES — Territorios
—Rojo: Puntos
—Verde: Grupo L
—Azul: Sullivan
— Naranja: Will
— Blanco: Forcraft
— Morado: Kyle
— Rosa: Clara
En caso de que no, puedo borrar a Jeon del tablero.
EXTRACTO DE PERIÓDICO
« C' est maintenant que quelques mois plus tard après la localisation de P.H qu'il c'est
suicidait en sautant depuis le huitième étage du HOTEL STRUKM localisé en Arizona aux
États Unis. Grâce aux notes qu'il a laissé et une exhaustive enquête, on peut assurer que
l'assassin le plus dangereux en Europe, Min Suga, a eu en total, quatre enfants dont on ne
connaît pas où est ce qu'ils sont.
Il y a aussi des preuves qui démontrent que l'important criminal est encore vivant, on
connaît pas ce que la police va faire maintenant. »
« Es ahora que meses más tarde después de la localización de P.H que se ha suicidado
brincando desde el octavo piso del HOTEL STRUKM localizado en Arizona, Estados
Unidos. Gracias a las notas que ha dejado y una exhaustiva búsqueda de la policía,
podemos asegurar que el asesino más peligroso de Europa, Min Suga, tuvo en total cuatro
hijos de los cuáles no sabemos dónde se pueden encontrar.
Así mismo, hay otras pruebas que demuestran que el importante criminal sigue vivo. Nos
preguntamos que hará la policía respecto a ello. »
EXTRACTO DE PERIÓDICO
« El edificio de oficinas del periódico World and news ha sido incendiado ayer 04 de Julio
a las 12 de la noche. El jefe de la editorial Malcom Stuart fue asesinado hace 3 días en
Alabama, EU. »
.
EXTRACTO DE PERIÓDICO
El colegio Linsday se ha visto afectado al ser uno de los colegios laicos y privados con
mayor número de europeos dentro.
"Los estudiantes que deban irse podrán volver para estudiar su último año con los papeles
necesarios para permitir la entrada. En ese caso, podrán estudiar en la Universidad
Linsday acá en Estados Unidos gratuitamente" dice Anne Stal. »
OREGÓN ; WWN
A: Km ********
DE: Jjk_08
ASUNTO: MAPA
A: ***_******
DE: Jjk_08
ASUNTO:
Debo pasarte unos documentos que me gustaría les echaras un ojo apenas puedas. Espero
no sea muy tarde aún o te quedes con este correo.
.
.
A: Jjk_08
DE: ***_******
ASUNTO: Respuesta
Destruye todo eso y dile a Taehyung que deje de meterse en lo que no interesa.
|91
[4 meses después]
YOONGI
— ¿Dónde está?
Siento el cuello de Seokjin tensarse bajo mi tacto. Él me sigue clavando sus helados ojos
mientras se mantiene contra la pared, mi mano agarrándolo de aquel blanco cuello que no
dudaré en tronar en cualquier maldito segundo. El aire sale por mi boca, mis músculos se
tensan, estoy a punto de explotar.
— No lo sé. — Repite.
— ¡Encuentra entonces a alguien que lo sepa! — Rujo azotándolo contra la pared con fuerza.
Él no cambia su expresión. — ¡Hazlo ya!
— No podemos saber. — Repite y yo siento el impulso de tronar su cuello con mayor fuerza.
Aprieto mis dientes y siento las venas palpitar en mi rostro. — Yoongi, si no me sueltas,
tendremos problemas.
— ¿Estás seguro? ¡Él quería eso! ¿No? — Espeto agresivo. — ¡Lo conozco, él hubiera
aceptado! ¡Quiere ir tras mí! ¡Es una total mierda que no haya aceptado!
— Todos los creíamos. — Jin aprieta sus labios. — Pero tu muñeco es algo... escurridizo.
Creíamos tenerlo, teníamos un plan y lo mandó por la mierda. Rechazó a Sullivan y se
esfumó por completo del mapa. — Chasquea su lengua contra su paladar. — Se esfumó.
¿Crees que no estamos como desquiciados tratando de saber dónde está? Nuestro premio
está dando brincos por todos lados, burlándose entre carcajadas los últimos meses.
Burlando a la mafia, burlando a la policía.
— ¿Y dónde mierda está? — Repito furioso. — La último vez que lo vi fue hace casi 6 meses.
A estas alturas él ya debería haber dado conmigo.
— Bueno, creo que aprendió del mejor. — Contesto con una suave sonrisa y al instante
relamo mis labios.
— Eso y que las cinco mafias de estados unidos en este tiempo han comenzado a juntar
fuerzas. Poco a poco las tensiones parecen arreglarse y no pasará mucho antes de que
oficialmente se vuelvan una gran red. — Jin suspira y desvía la mirada. — Si ellos se juntan,
no podremos con ellos. Nos convenía mantenerlos separados pero todo se nos está saliendo
de las manos.
— Park Jimin es nuestra única salida y boleto de victoria. Es todo o nada. — Él aprieta su
mandíbula. — Todo o nada. ¿Me lo captas, hermanito? — Dice esto último con cierta burla.
— Lo capto, ¿pero qué mierda quieres que te diga? — Me volteo y comienza a dar vueltas
sintiéndome ansioso repentinamente. — Cuatro meses, Seokjin. Cuatro jodidos meses y no
sabemos nada de él.
— Es un chico de cabello negro y la mitad de una oreja volada. ¿Crees que es sencillo? Aún
con su retrato no podemos tampoco llamar mucho la atención. Es un peligro porque ya de
por sí estamos vigilados. La CIA no tarda en morder este rollo si no mantenemos perfil bajo.
Tiene que ser una misión en sombra: solo nosotros los del lado sucio sabemos de ella.
— Básicamente, solo depende de nosotros. — Susurro.
— Exactamente. — Él asiente. — Así que esto es más complicado y delicado de lo que crees.
Te pido que dejes de fastidiarme con dónde está porque te prometo que cuando lo sepa, tú
te enterarás. A la primera pista que tengamos, créeme, quizás tú te enteres antes.
Jodida mierda, no puedes hacer esto, Yoongi. Mierda, no. Me prometí que solo sería en caso
de emergencia. Esto no es una jodida emergencia. ¡Esta no es una jodida emergencia!
¡Detente! ¡Deja el puto teléfono ahora mismo! ¡Déjalo! ¡Déjalo! ¡CUELGA, MIERDA!
¡CUELGA ANTES DE QUE JODAS TODO!
Soy un imbécil, soy un imbécil, soy un imbécil, soy un imbécil, soy un imbécil. Soy un
imbécil de mierda, está jodido. Todo esto está por joderse.
— Me resulta curioso que me marques. Creí que primero me rebanarías el cuello antes de
hacer tal cosa como llamarme. — Puedo sentir su asquerosa sonrisa del otro lado. — Así que
supongo que es importante, Min. ¿Me equivoco? Dudo que llames para preguntar cómo me
encuentro.
— No lo haces. — Aprieto más fuerte. — Así que seré breve porque no me interesa perder
más el maldito tiempo.
— Esa cosa "importante" — noto el total gozo en su voz — ¿no tendrá de casualidad un
nombre? Uno, no lo sé, comenzando con J y finalizando en imin?
Todos mis nervios florecen con el sencillo nombre que atraviesa en mi cabeza. Aprieto más
fuerte mis labios y respiro profundo cerrando los ojos. Mantén la calma, Yoongi. Cálmate.
— Bien supones. — Contesto finalmente después de un corto silencio. — Los rumores corren
rápido, peligras mucho. Supongo que debes estar bien escondido debido a toda la
información que tienes.
— Contactos. — Ahora es mi turno de sonreír. — Así que escúchame bien, Taehyung. Sabes
que conmigo es peligroso jugar.
— De todas las personas con quien jugaría, la mejor se guarda para el final. — Suelta una
ronca risa. — Así que al menos, esta vez, no jugaré contigo.
— Haces bien. — Muerdo el interior de mi mejilla. — Supongo que sabes por qué llamo.
— Oh, lo hace. — Contesta neutro. — No dudo en que sabrá contactarme, sin embargo, él
dejó de decirme las cosas hace exactamente cuatro meses.
— La última vez que le hablé estaba en Washington DC. Supimos que después estuvo en
Carolina del Sur y allí su punto se esfumó en el rastreo. Park Jimin dejó de existir.
— ¿Qué mierda hacía en Carolina del Sur? ¿Qué hay allá? — Pregunto.
— Pensamos que probablemente fue con Brown a sacar pasaportes falsos. Sin embargo el
hombre no ha aparecido tampoco para confirmar aquello.
— No lo sé, Yoongi. No debiste dejarlo en primer lugar. Nunca debiste hacerlo. Se hubiesen
evitado muchos problemas.
Taehyung suelta un gruñido del otro lado: — Si bueno, esa es otra historia.
— ¿Qué quieres?
— ¿Me pedirás aquello? ¿En serio? — Pregunto molesto. — Será ponerme una soga al cuello.
— Yo ya la tendré puesta una vez que te diga acerca de esto. Ojo por ojo.
— ¿Dónde estás?
— Francia.
— Norte de Francia.
— ¿Tiempo límite?
— Un año máximo.
— Pagaré.
— Eso espero.
Colgamos.
Aviento el teléfono a la cama nuevamente y comienzo a golpear con mi índice mis labios
pensando en un plan. Se me ha volado de las manos, de nuevo. Creí tener el plan de Jimin,
me ha salido con otra cosa completamente distinta.
Respiro profundo y trato de mantener un poco la calma. Carolina del Sur. Washington DC.
Sigue siendo territorio de Sullivan y Kyle. No huyó de ellos, no se fue lejos aún sabiendo
que peligraba. ¿Por qué? ¿Pasaportes? Puede conseguirlos en cualquier lado. Bajó... no se
fue al lado de Forcraft o al centro.
Mar. ¿Mar?
Un crucero.
Mis ojos se expanden al instante. ¡Un crucero! ¡Un maldito crucero de estados unidos a acá!
Jodida mierda, esa sería la única forma en que no lo rastrearían. Todos los buscarían en
tierra y en aire. Nunca en mar. Muy poco en mar.
Debe ya estar acá. Europa. Básico, el itinerario cercano y confiable sería España. No correría
el riesgo de arriesgarse más, su tiempo también estaba contado. España. Llegó a España.
¿Luego a dónde? No sabe donde estamos, el grupo L está expandido por toda Europa.
Jimin avanza lento pero a pasos enormes. No comenzaría a buscar por todos lados, lo más
probable es que se quedaría en España hasta obtener una pista. ¿La tendría? No sabía desde
hace cuanto esté allá. O siquiera si estaría. Puede que no, puede que solo esto sea solo una
mierda de tontería.
A menos que...
Alzo una ceja y lentamente me voy acercando al teléfono nuevamente. ¿Sería mucho riesgo?
En definitivo y no vale la pena. Dejo el teléfono. Namjoon puede ayudarme. Él es bueno en
la computadora y podría sacarme datos de todos los cruceros que han partido de Carolina
del Sur a España en los últimos cuatro meses con todos los pasajeros. Es mucha información
y no se desgatará en ello a menos que tenga un buen motivo para hacerlo. Definitivamente
no le diré que se trata de Jimin. No.
Salgo de la habitación y voy recorriendo a paso un poco rápido todo hasta llegar a donde él
se encuentra. Toco y él levanta la mirada del ordenador.
— Tengo motivos para creer que hay una persona que se ha estado acercando a nosotros. —
Le contesto. — Necesito que me hagas un favor.
— Esos mismos. — Asiento. — ¿Crees poder ayudarme? Me queda claro que seguramente
tiró su teléfono después de aquella advertencia.
— Le tiene pavor a los aviones y no se arriesgaría en llegar por la forma mejor vigilada por
cualquier mafia que sepa que enemigos pueden llegar a invadir.
— La tendrás en la noche.
— Gracias. No le digas a Seokjin, que se mantenga entre tú y yo. No quiero armar más
alboroto del que ya hay.
— Claro.
Salgo y lentamente vuelvo a caminar. Florida. ¿Por qué entonces esfumarse en Carolina del
Sur si cuando partió —probablemente— fue en Florida? Oh no, ya sé. Cambio de identidad,
de nombre, de todo. Estará entrando a boca enemiga. Esa debe ser la única explicación
lógica.
¿Pero bajo qué maldito nombre? Si se lo ha cambiado y me llega toda la lista, separaré entre
hombres y mujeres y me ahorraría la mitad. Sin embargo, no dejaría de ser complicado.
Entre tantos nombres de hombres, ¿cómo sé que tampoco mintió con la edad? No se quedará
con nada que pruebe que es él.
Debo esperar a tener la lista en manos. Algo me dice que estará allí pero cifrado. Sé que mi
muñeco me está buscando, es algo completamente personal y con todo lo que hace lo que
busca es intimidarme, amenazarme. Y si está haciendo esto solo, me lleva al sencillo y lógico
razonamiento que me hará saber de un modo o de otro que se está acercando. Así es él.
Me incita a cazarlo. Está esperando a que vaya por él o que él llegue a mí primero.
Cualquiera de las dos suena muy su estilo. Mierda. Es que lo conozco tan bien.
Una sonrisa ilumina mi rostro inevitablemente. Joder, este niño. Hablamos la misma
lengua, jugamos las mismas cartas, son cosas que solo él y yo entendemos. Espero me esté
mandando señales, yo me encargaré de buscarlas y responderlas. Será un juego entre las
sombras, tras bambalinas. No hay otra explicación. Debe ser eso, siento que es eso.
Señales, señales. Pistas y advertencias. Esas las dejaría hasta haber salido, no se arriesgaría
a que las mafias de estados unidos las vieran antes que el receptor que era yo. Con las cinco
detrás de él es más que obvio que no puede darse el lujo de dejar rastros.
Así que comenzarán acá. Mandará una. No mandará otra hasta que se la conteste. Necesita
de algo que lo impulse a moverse o se queda estancado. No toma decisiones ni avanza hasta
tener una base, un plan o algo claro. Desde el colegio lo notaba. Siempre era la cabeza en
trabajos grupales, estructuraba las cosas y después las ponía en obra. No seguía hasta recibir
indicaciones, más eso no significaba que estuviese pensando también por su propia cuenta.
La experiencia siempre ha demostrado que jamás suceden bien las cosas cuando dependen
de muchos.
Se ha zafado. Por completo se ha zafado. Siempre quiso que fuera así, el juego entre él y yo.
Espero al menos esta vez no fallar y atinar con lo que tiene planeado. Si así es el caso, estaré
gustoso de tirar cartas y dar una buena partida con él.
No apuesta. Reta. Provoca. Con todo lo que está haciendo sabe que me provoca, sabe que
voy a enterarme tarde que temprano. Él no puede enterarse de mis cosas más él sabe que
siempre me enteraré de las suyas. Sabe que en ese aspecto lleva siempre ventaja de su
desventaja.
Es tarde, la noche cayó. Sin embargo me encuentro jugando con los cuchillos aún a altas
horas de la noche. Namjoon no ha finalizado de extraer los datos. Me dijo que será mejor
mañana.
— Ah. — Suspiro cansado cuando me encierro en el baño. — Todo esto es una mierda.
Me voy quitando la ropa y abro la regadera para introducirme en ella. Trato de aclarar mis
ideas y ordenarlas aunque no es una tarea sencilla en estos momentos. Cierro los ojos pero
todo es una total mierda. Con cada pestañeo veo a Jimin.
Jimin. Jimin. Jimin. Jimin.
Siento el agua irse calentando pero yo me mantengo con los ojos cerrados otros segundos.
Los abro poco después y lentamente comienzo a tallar todo mi cuerpo como si aquello
pudiera limpiarme de su pensamiento. Es un gran error. Mientras ma's lo empujo, con más
insistencia llega. Mi muñeco viéndome, mi muñeco caminando, mi muñeco riendo, mi
muñeco llorando, gritando, rozando sus labios con los míos, sus ojos bien puestos en los
míos, su olor volviéndose más potente...
Aprieto los labios y deshizo destensar por completo mi cuerpo con ayuda de agua más
caliente. Siento todavía su fragancia como si estuviese al lado mío. Apoyo mi frente contra
el cristal de la ducha y exhalo suavemente tratando de calmar los pensamientos y centrarme
en otra cosa. No puedo. Su imagen clara se encuentra allí. Su risa, sus gemidos, sus mordidas
en mi cuerpo, sus labios traviesos abriéndose paso junto a los míos, su mirada cegada de
deseo.
Yoongi...
Vuelvo a abrir los ojos apretando con más fuerza el interior de mi mejilla con mis dientes.
Relamo mis labios sintiendo el chorro de agua caliente y observando todo irse llenando poco
a poco de humo. Lentamente voy deslizando mi mano por mi abdomen hasta alcanzar mi
pelvis.
Jodida mierda.
Muerdo mi labio y gruño ronco cuando voy bajando más hasta rozar suavemente con mi
miembro. Lo tomo con suavidad resistiéndome, apretando más fuerte los ojos pero
sintiendo una descarga de electricidad cuando comienzo a hacer un suave movimiento de
arriba a abajo.
Yoongi...
Comienzo a bombear con un poco más de rapidez. Siento mi respiración pesar conforme me
obligo a detenerme, detener tal acto que estoy haciendo. Me es imposible. Mi mano se niega
a separarse al placer que me estoy incrementando con la vida imagen de chico de cabello
rubio, ojos chocolate, labios gruesos y cuerpo desnudo en aquella cama. Imagen viva de chic
de voz dulce susurrando mi nombre, de interior cálido, de violencia apasionada y alma
chispeante.
Suelto un gruñido más ronco al sentir que una erección se va formando. Hago una suave
presión en el glande recordando el dulce sabor de sus labios, de su cálida boca envolviendo
la sensible zona. Recordando aquel músculo húmedo que usa para besarme, para deslizarlo
en el maldito lugar donde más deseo.
El movimiento se incrementa y siento mi vientre contraerse. Otro gruñido más ronco sale
de mis labios al sentir la tensión acumularse en mis piernas y un escalofrío que me sacude.
Jimin. Jimin. Jimin. Aprieto un poco y sigo moviendo mi mano con mayor fuerza,
escuchando el húmedo sonido debido a la mezcla con el agua. Jimin. Jimin. Jimin. Más
fuerza.
— Ah, maldito muñeco. — Es lo último que susurran mis labios antes de apretarse con ferza
y sienta aquel elixir liberarse de mi cuerpo mandando una ola de tranquilidad y
manteniéndome sereno. Mis ojos se abren lentamente y suelto un último suspira que
termina de empañar el vidrio de la regadera.
Todavía viendo aquella mancha grisácea dispersarse entre el vidrio puedo ver aquella
sonrisa. Aquella sonrisa burlándose de lo que he hecho. Sé perfectamente que no está allí y
sin embargo casi puedo verla. Sentirla. Escuchar su risa chocando contra mi oreja, su nariz
con su tibia respiración pasearse por mi cuello, su húmeda lengua entrando en contacto con
mi mandíbula... todo se mantiene vilmente recordado. Cada gesto, cada sonido.
Jodida mierda.
YOONGI
La mañana siguiente siento un suave pesar en mi cuerpo, sin embargo sigo ejercitándome a
pesar que aún sea de madrugada. El silencio es total, siquiera el cantar de un grillo atraviesa
las paredes blancas enfatizando aún más el ambiente de soledad y frialdad de este enorme
lugar.
Me mantengo otro rato hasta que siento el sudor y es cuando me detengo casi media hora
después. Dirijo la mirada al reloj: apenas darán las siete de la noche. Gruño y avanzo a la
ducha para bañarme rápidamente antes de bajar a buscar algo de desayunar. Trato de
perder el máximo de tiempo posible hasta que dan las nueve.
Namjoon asiente y se retira. Jodida mierda, deberé comenzar a dividir para reducir la
búsqueda. Finalizo de comer rápidamente y voy a mi habitación donde azoto la puerta y
arrastro la computadora a mi regazo cuando me acuesto en la cama. Muerdo mis labios
conforme voy ingresando y la enorme cantidad de páginas aparece frente a mí. Observo el
nombre del pasajero, su sexo, si es adulto o menor y si fue ida—regreso o solo ida. Eso
facilita la búsqueda.
Primero comienzo a separar hombres y mujeres. Trato de mantenerme relajado pero cuando
voy en la página 367 me comienzo a frustrar que son casi cuatro horas después. Tallo mis
ojos y suelto un gruñido profundo tomándome un pequeño momento para descansar. La
mierda más jodida es que no tengo quien me ayude. ¿Namjoon? Probablemente.
Salgo de la habitación al llegar a la página 500. Voy con él y le pido si puede ayudarme con
las últimas 332. Él acepta a regañadientes pero al menos no me dice que no. Vaya jodida
mierda y entre todos los nombres aún no he visto el de Jimin. Claro que no.
Observo los hombres que llevo que son mucho menos que las mujeres pero debo esperar a
Namjoon antes de tener un número oficial. Me doy una semana cuando mucho para tener
la lista lo más corta posible. Debo tener cuidado ya que no puede volarse ningún detalle así
que debo ser precavido y sumamente cuidadoso.
Las horas van pasando hasta que dan casi las seis de la noche. Namjoon me entrega la lista
con puros varones.
Namjoon asiente. Observo a la cantidad de varones que junto con los míos. Bien. De 33 266
pasajeros, 14 378 son varones. Es más sencillo identificar si son menores o no ya que los
menores están en un fondo verde.
Voy borrando nombres más rápido y me obligo a no detenerme. Aún así mi cuerpo se fatiga
rápidamente y desisto cuando llevo poco más de 8000 para ir a comer algo. Me resulta
curioso que Seokjin no haya aparecido durante todo el día, así que supongo que siquiera
está acá y salió. No me sorprendería. Él aparece y desaparece continuamente.
Reviso mil pasajeros más hasta que mi cabeza duele y me veo obligado a descansar los ojos.
Siento nauseas así que me tomo una pastilla y apago la computadora para seguir mañana.
En los nombres definitivamente no aparece el nombre de "Park Jimin". Comienzo a
preocuparme seriamente de quizás estar equivocado porque allí sí no tendría la más
absoluta idea de dónde mierda esté.
Todo lo que tengo es esta lista. Espero realmente encontrar respuestas allí o este se joderá
bastante más de lo que ya está jodido.
A la mañana siguiente vuelvo a hacer la rutina de ejercicio, bañarme y desayunar. Esta vez
me tomo un poco más mi tiempo para no mostrarme muy ansioso. Sé que Jin al no estar acá,
será Namjoon quien me mantendrá vigilado de una forma o de otra. Él quizás sea un poco
más fácil de manipular que Jin. Sinceramente, no quiero meterme con el mayor de todos
nosotros.
Regreso a la lista. Me llevo un café y comida para no mal pasarme demasiado sin comida y
agua. Vuelvo a lo que estaba haciendo y es casi a las once de la mañana cuando tengo
dividida la lista de varones entre mayores y menores. De los 14 378, 6 936 son menores. Eso
me deja entonces con 7 802 personas. Y de esas 7 802 personas, no fueron demasiadas las
que fueron solo de ida a España.
Se aleja a paso veloz y yo quito el silencio de la llamada y llevo el teléfono a mi oreja. Hay
un extraño silencio del otro lado. Relamo mis labios y paso saliva.
— ¿Quién crees?
Siento claro un escalofrío atorarse en mis nervios de la espina dorsal causando que me
estremezca al instante. Un dolor punzante se extiende por toda mi espalda que me hace
hacer una mueca y abrir la boca ante el súbdito dolor. Me reincorporo un poco.
Mierda. Toda mi cabeza comienza a dar vueltas. Mi pecho a tener un extraña pesadez
mientras escucho la respiración del otro lado y toda mi garganta secarse al punto que me es
imposible tragar saliva.
No puede ser...
— Dos palabras, Yoongi. Dos palabras. —Su voz choca contra la línea.
— ¿Dónde estás?
Silencio.
— Marzo. Europa.
Agarro el teléfono en mis manos que están temblando y pulso al instante el número de
nuevo. La línea no pasa. Me levanto pulsando una y otra vez en descontrol sintiendo mis
entrañas estrujarse. Suelto un grito y Namjoon llega al instante.
— ¡Detente! — Me dice fuerte. — ¡Escúchame! ¡Está en Europa! ¿Me oyes? ¡Fue en este
mismo continente!
Él se mantiene en silencio. Voy a agarrarlo del cuello de la camisa con fuerza importándome
una mierda y lo pongo contra la pared. Namjoon se tensa al instante.
— ¡Que siempre ha adorado los animales! ¡¿Quieres decirme qué mierda se supone que
significa eso!?
Suelto una enorme carcajada y al instante lo suelto. Me tapo la boca. No puede ser, maldito
hijo de puta, sabe que lo estoy investigando. Maldito bastardo asqueroso, ¡me encantas!
— No lo sé. — Miento entre risas. — Ya tampoco tengo una puta idea de qué habla. Creo
que ahora sí la cabeza se le ha volado.
— ¿Cómo mierda consiguió tu antiguo número?
Él me observa como si fuese un demente pero es cierto que la risa no deja de brotar de mis
labios. Aprieta sus labios y observa el teléfono mientras yo obligo a calmarme. ¡Pero cómo
puedo dejar de hacerlo! ¡Me está mandando señales por todos lados!
¡Y todavía me dice que le encantan los animales, el niño este! ¡Jo, pero si le encanta que lo
esté cazando! ¡No puedo creerlo! ¡Está tan malditamente loco! ¡Le encanta provocarme!
— Prometo que cuando encuentre el oscuro significado detrás de esas inocentes palabras,
te diré. — Palmeo su hombro con una mirada de compasión. — Debe ser algún código
horrible.
— No lo dudo. — Él me observa preocupado. — ¿Crees que... que tenga que ver algo con la
mafia? ¿Como un código secreto?
— ¡Oh pero claro que sí! — Asiento repetidas veces. — ¡Es más! ¡Debe ser hasta un llamado!
— ¡Esto es terrible!
— ¡Catastrófico! ¡Debe ser algo nuclear, algún hackeo o llamado! ¡Corre y apaga todo!
¡Nadie puede saber si esto se conecta de alguna forma!
Niego con la cabeza y relamo mis labios. Namjoon estará ocupado así que sé que no me
molestará con este asunto de hackeo. Estará más preocupado por Jimin y seguramente no
tardará en decirle a Seokjin. Todos buscarán en el aeropuerto, seguramente dejará pistas
falsas para distraerlos de donde seguramente estará.
Así que marzo, ¿eh? Me acerco velozmente a la computadora y veo que solo dos cruceros
salieron en ese mes. Uno el 3 de Marzo y otro el 17. Sé que caben 40 pasajeros por página y
seleccionando los de esas fechas, solo ocupan 43. 1720 personas. 1720 solamente.
Me acomodo de nuevo sin borrar la sonrisa de mierda de mis labios. Jodido muñeco,
realmente estás loco al arriesgarte de esta forma. Me pregunto qué habrá hecho para que
Taehyung le de mi número. Solamente él podría saberlo o Jungkook. Cualquiera de los dos.
Bah, no importa ahora.
Chupo mis labios y veo que de esos 1720, solamente 278 fueron de ida y se quedaron en
España. 278 varones mayores de edad que fueron de ida a España en Marzo. No concuerdan
sus nombres con familias así que la búsqueda realmente la he reducido. 278 varones y uno
de ellos es mi muñeco.
Sin embargo ya sé que está acá. ¿Necesitaría de su falsa identidad? ¡Sí! No por nada no me
hubiese dado esas fechas en específico, quiere que busque. Ah joder, ¿en qué momento él se
volvió la cabeza de esto?
Aprieto mis labios. 278 nombres y aún así siguen siendo demasiados. Al menos no se
comparan a los del principio.
Park Jimin... veamos qué tienes para mí y qué tan bueno eres dando pistas.
Mis ojos se entrecierran mientras recorro las 7 páginas frente a mí. Comienzo a leer
atentamente los nombres, colocando en otra aparte los que no me suenan a absolutamente
nada y colocando en otra los que probablemente podrían tener algo.
La noche sigue. Duermo, prefiero que sea mañana con la mente más fresca continuar.
Rutina rápida, solo que esta vez apenas desayuno y Namjoon no se encuentra.
Probablemente ha ido a buscar a Jin. Vuelvo a los 278 nombres y con una mayor
concentración sigo separando de poco en poco hasta reducir a 3 páginas de nombres que
podrían ser. Realmente hay unos que sencillamente no me suenan ni cuadran en
absolutamente nada.
113 nombres. 113 nombres siguen siendo demasiados. Alzo una ceja. Debe haber algo más.
¡Un nombre y un apellido! ¡Pero claro! En Europa solamente se coloca un apellido. Debió
ponerse un nombre europeo. Dos palabras: nombre y apellido. Europa. Joder.
Este niño me resulto más listo de lo que realmente creía. Elige bien sus palabras.
Vuelvo a todos los nombres que tenía, es decir a los 278. De allí solamente selecciono los
Europeos o Estadounidenses con son los que tienen "2 palabras". Para mi sorpresa son en
realidad pocos. Muy pocos. La mayoría son extranjeros.
Supo elegir bien para que no resultara demasiado complicado identificarlo. Me ha dejado
con 43 nombres solamente. Los observo y queda una página después de reducir un poco
más la letra. Entrecierro mis ojos y ahora sí dejándome guiar, comienzo a eliminar los que
sencillamente no suenan para nada o me otorguen pistas. Nombres como Dominique
Ralbeaux por ejemplo.
Quedo con 26. 26 nombres de los cuales siento que hay algo allí oculto. Los releo una y otra
vez, lento, sereno, tratando de no perder concentración. Forma sentido y a la vez no.
Observo los nombres que comienzan con J. Eso sería realmente un buen inicio
probablemente. Si no hay anda, puedo intentar otras después.
De los 26 nombres solamente 8 son con J. Observo la lista y los separo observando los 8
nombres que se encuentran allí.
Jean Ronsar
Jean Pousset
Jarno Pebreg
Jean—Baptiste Purail
Jérome Anstuv
Jules Cerf
Joffrey Lingst
Jacques Duren
A primera vista realmente no parece haber nada, sin embargo hay un par de nombres que
me causan bastante curiosidad: Jarno Pebreg, Jean—Baptiste Purail, Jérime Anstuv y Jules
Cerf. Aquellos cuatro nombres me hacen sospechar de cosas curiosas.
El tercero me suena ligeramente a Jimin. Pronunciado al francés hay cierta similitud: Jimin
y "Gerim".
El cuarto porque Jules Cerf tiene exactamente el mismo número de letras que él: Jimin Park.
Cinco y cuatro.
Observo de nuevo:
—Jarno Pebreg
—Jean—Baptiste Purail
—Jérime Anstuv
—Jules Cerf
Los más prometedores siguen siendo el primero y el último. JP por Park Jimin y al mismo
tiempo por la cantidad de letras.
Me levanto rápidamente y después de escuchar que Namjoon ha regresado, es casi la noche
cuando toco a su puerta. Él me observa fijamente y yo me acerco con los dos nombres que
coloco frente a él. Alza una ceja.
— ¿Notas algo extraño o tengo pura paranoia? — Le pregunto. Él toma la hoja y observa los
dos nombres. Suelta una pequeña risa después de unos segundos. Yo alzo una ceja. — ¿Qué
sucede?
— ¿Por qué?
— Por su apellido. — Lo señala. — ¿Si sabes que "Cerf" es ciervo en francés, verdad?
|93
YOONGI
La sonrisa que porto y toda la ola de adrenalina no se compara e lo absoluto a algo que
hubiese sentido antes. Suelto una carcajada inevitable y muerdo mis labios al instante.
Jodida mierda. Me está volviendo loco. Malditamente loco.
Ha transcurrido una semana y aún así me encuentro jugando con mi antiguo teléfono
tratando de volver a llamarle pero es obvio que ha cambiado de número. O se deshizo del
teléfono. Al menos sé que está en España, revisando el código de número más
específicamente en Santiago de Compostela, Galicia.
Muerdo una última vez mi labio y comienzo a taclear un par de cosas antes de llevarme el
teléfono a la oreja y esperar. Espero no sea un maldito error. Joder. La línea se descuelga y
no espero a que contesten, yo me adelanto:
— Lo estoy.
Jungkook suelta un suspiro del otro lado y poco después da una risa
—¿Qué necesitas?
—No, no es Jimin.
¿Seguirá allí o se habrá movido? Me es complicado seguir el trazo de "Jules Cerf".
Necesitaría alguien de suma confianza y no conozco a nadie de acá. Namjoon sospecharía
demasiado, Taehyung no puede tener esa información. No lo comprendería.
— Lamento ahorrarme los detalles pero necesito... que me ayudes. Realmente lo necesito.
Tu tío tiene contactos en Portugal, ¿cierto?
—E—es correcto.
—Te lo depositaré, no importa cuanto sea. Es una situación que trata con...digamos...un
contacto del pasado.
— Jules... Cerf.
— ¿Jules Cerf? — Repite sorprendido. — ¿Y ese quién es? Jamás hablaste de él.
— Tengo mis razones. — Relamo mis labios. — Estuvo en un crucero el 3 de marzo y llegó
a España el 16. Sé que estuvo en Santiago de Compostela pero allí le perdí el rastro. Necesito
que busques en absolutamente todos lados con el mayor número de contactos posibles
dónde estuvo. Al menos, a dónde fue.
—No será muy complicado ya que sabemos donde estuvo ¿Solo necesitas eso?
—D—de acuerdo. — Jungkook suena algo dubitativo del otro lado. — Eh, ¿Yoongi?
— ¿Sí, Jeon?
— ¡Pero escucha!
— ¡Pero este tiene que ver contigo! ¡Mientras más rápido lo sepas, más rápido...!
— ¡Pero espera!
Un silencio de muerte se interpone entre ambos. Yo paso saliva al instante y no puedo evitar
pensar que aquello me ha provocado un maldito escalofrío.
— ¿Lo sabes, no? ¿El lugar donde se reúnen brujas y brujos para realizar hechizos o rituales?
— Su voz suena temblorosa. — Yoongi, escúchame... por favor, te lo suplico, escúchame
bien lo que te voy a decir.
— Ten... mucho cuidado. — Su voz tiembla. — Por el momento es todo lo que puedo decirte
pero necesitamos reunirnos. Necesitamos vernos y que te explique a fondo esto. Es una
historia de terror, va más allá de cosas que... que sencillamente no comprendemos.
— ¿A qué te refieres? — Alzo una ceja. — Si me estás diciendo que Jimin es algún tipo de
brujo, lamento mantenerme escéptico. Yo no creo en la magia negra ni en esas idioteces,
Jungkook.
— ¿Qué? No. No, no. Jimin no es ningún brujo pero... pero fue marcado por el aquelarre.
Todos los niños que estuvieron allí fueron marcados. Acusaban el lugar de asesinar a los
niños como ofrendas para el Diablo y poco después fue quemado.
— Conozco bien el cuerpo de Jimin y puedo asegurarte que no tiene ninguna maldita marca
extraña.
— ¿Crees que lo harían en el exterior para que todos lo vean?
— ¿Cómo es la marca?
— Luce como un pequeño tatuaje. Una pequeña estrella de cinco puntas en la parte inferior
de la lengua. Debería levantarla y verse en el espejo para notarla.
— Estoy seguro que él la habría notado si así fuera. Creo que cualquier persona común lo
notaría.
— ¿Por qué me estás sacando todo esto ahora? ¿Qué tiene que ver toda esta mierda con la
mafia, con nosotros?
— Estoy seguro que él la habría notado si así fuera. Creo que cualquier persona común lo
notaría.
— No te creo, lo siento.
— Está bien. Cuando estemos los cuatro reunidos podrán verlo con sus propios ojos.
— ¿Reunidos la cuatro?
Cuelga sin dejarme que yo responda otra cosa. Me mantengo en un pequeño silencio y
desvío la mirada a la cama y a la enorme cantidad de papeles allí revueltos. Agarro un par
y dejo el teléfono de lado sintiendo toda mi cabeza dar vueltas y vueltas. ¿Pero qué mierda
está sucediendo?
— Digamos que tengo un asunto que atender allí. Una persona a la cual realmente detesto
estará por allí esos días y me vendría bien liberar estrés dándome el gusto de tronar su cuello
entre mis manos.
— ¿Es que tú crees que estamos de vacaciones o algo? — Responde furioso, yo sonrío. —
¡No puedo creer que seas tan imbécil! ¡¿Esto es un juego para ti?!
— La verdad, sí. — Relamo mis labios y le sonrío. Él truena sus puños. — Mira, realmente
acá no estoy haciendo nada más que rascarme las bolas y observar las paredes. En lo que se
arregla toda esta mierda puedo ir a España. Estoy en nuestro territorio, ¿qué te asusta?
— Sí y bueno... después de cuatro meses, casi cinco, sin saber absolutamente nada de él,
dudo que se enfade si desaparezco una semana. — Alzo mis hombros. — No pueden
retenerme tampoco acá como prisionero.
— Lo entiendo pero francamente estoy cansado de todo esto. — Recorro la pieza con mis
ojos. — Prometo portarme bien y estar solo en España. Solo es un gustito, un capricho.
Realmente tengo muchas ganas de tronarle el cuello a ese hombre.
—Alzó mis hombros. — Depende bastante. Cuanto antes mejor, así regreso más rápido, ¿No
crees?
—Es una maldita locura. — Sisea.
—Iríamos contigo.
— Vete sacando esa idea de la cabeza que si crees que accederé a ella, estás equivocado. —
Niega. — O vamos Namjoon y yo contigo o nuestra gente de seguridad. Diez personas que
te estarán siguiendo y probablemente te ayuden a limpiar el desastre después de que mates
a tu hombre. Solo no vas.
— Oh, por favor. — Suelto una pequeña risa. — Sobreviví a Estados Unidos, créeme que
Europa dudo sea muy distinto. Sé que acá ustedes son más fuertes y por lo tanto, podríamos
decir que España es... seguro, en parte. No hay enemigos allá de ustedes, ¿o si?
Él se mantiene unos segundos en silencio: — Es cierto. — Frota su barbilla. — Aún así sería
muy peligroso dejarte ir así como así.
— Me conoces. Se me dan este tipo de situaciones. No estaré pidiendo que me salvan cual
princesa encerrada en un torre todo el tiempo. No es mi estilo.
— Me queda claro. — Relame sus labios. — Aún así no estoy seguro de dejarte ir.
— Por favor. — Pido. — Y jamás utilizo esa palabra. Por favor, déjame ir.
Jin me mantiene la vista fija un par de segundos antes de alzar sus hombros. Yo trato de
mantenerme sereno y seguro mientras él muestra un claro nerviosismo. Sigue frotando su
barbilla y finalmente hunde sus manos en sus bolsillos.
— Seguimos el rastro, no fue complicado. — Habla Jungkook del otro lado. — Aunque sigo
sin entender qué buscas con ese... ¿hombre? No parece haber hecho nada muy grave o
sospechoso.
— Barcelona. Tomó un vuelo hacia allá hace cinco días. — Poco después que me marcó. —
De allí rentó un auto. No hay evidencia visual solo de registro... entonces no podemos
decirte qué ruta tomó pero si un posible itinerario.
— ¿Cuál?
— El hotel tiene un tipo de trato con aquella renta de autos, pueden estacionarse en su
estacionamiento gratuitamente si la persona va a hospedarse. Regalan también pequeños
recorridos para turistas debido a eso.
— Por nada. Espero que... logres lo que sea que quieras hacer allá.
Esta vez soy yo quien corta. Aviento el teléfono y me coloco boca abajo mientras abro la
computadora y después de que arranque ingreso a internet sin dejar de mordisquear la
pluma. Mis ojos viajan entre las páginas disponibles hasta entrar a la oficial.
— Hotel Montecristo. — Leo en voz alta divertido. — Noches, precios... bla, bla, bla. — Me
salto esa parte. — Dos piscinas, buffet, terrazas, bares, área de niños y cine. — Ladeo la
cabeza y observo las imágenes. — Umh, lindo.
Estilo muy antiguo. Se ve que es un edificio viejo y lo mantuvieron así tanto por fuera como
por dentro. Me agrada. Mis ojos siguen recorriendo un poco y después de investigar un
poco voy a los precios de cada noche. Pagar noche por noche será una jodida mierda, así
que voy por un paquete. Anoto todos los precios y después ingreso a las terminales para
agarrar un viaje de Normandía a Barcelona. Mi sonrisa se va a ensanchando de a poco.
Y comenzamos de nuevo...
JIMIN
Salgo de la regadera tras un largo suspiro con una toalla enrollada a la cintura.
Me voy acercando lentamente al espejo y retiro todo el vapor para verme al espejo. Sacudo
mi cabello observando el tinte en la toalla que usé para la cabeza color negro. Aún así,
admito que me siento jodidamente sexy con este nuevo color. No lo sé, me hace ver más
agresivo y caliente diría yo.
¿Yoongi habrá captado mi mensaje? Tardó demasiado en ponerse a buscarme por su cuenta
pero ahora sé que se pondrá en marcha. Me aseguré de dejar pistas evidentes, coloqué mi
nombre en todos lados, buscando hoteles o empresas que pudieran crear una línea que fuera
siguiendo.
Por eso usé el aeropuerto y pese a que odie con cada gota de mi ser los aviones, fue necesario
para llegar a Barcelona. En esa misma terminal renté un auto que está relacionado con el
Hotel Montecristo. Me anoté con nombre claro y fijo para entrar al sistema y que así, si logra
conseguir entrar de alguna forma o seguirme, le resulte fácil. Hasta tuve que reservar mi
estancia acá, así si pregunta por mí, dará fácilmente.
Observo mis maletas y después de un largo suspiro relamo mis labios y agarro mi llave para
salir de la habitación. Jugueteo con ella conforme voy bajando las escaleras y recorriendo
pasillos ya que no hay elevadores y llego a la zona del buffet. Comienzo a desayunar
tranquilamente observando las fuentes dentro de la estancia y los colores rojos y naranjas
muy intensos. Es un lugar muy vivo. Muy decorado. Estilo barroco.
Llevo las cosas con suma tranquilidad y me voy a dar un par de paseos. Casi a las cuatro
paso por recepción para dirigirme nuevamente al cuarto pero la mujer que lo atiende me
llama.
— Usted pidió una habitación para una persona pero... hubo un pequeño cambio.
Pestañeo al instante.
Un escalofrío azota mi nuca, siento mi garganta secarse y me obligo a pasar saliva para
refrescarla. Aprieto fuerte mis labios y al instante comienzo a frotar mi nuca. Maldita sea...
no creí que fuera tan rápido. Menos llegar al punto de querer... mierda, de compartir una
habitación conmigo. Mierda, mierda...
— De acuerdo, muchas gracias. Todo está en orden. — Asiento pese al nudo en la boca de
mi estómago. — La persona... b—bueno, Yoongi, él aún no llega, ¿cierto?
— No. Avisó que estaría aquí a las cinco de la tarde máximo para recoger su llave. — Ella
asiente.
— Hasta luego.
Comienzo a avanzar pero con cada paso siento mis piernas temblar y temblar cada vez más.
Subo corriendo y como alma que se carga al diablo, huyo a la habitación en la que estoy.
Azoto la puerta detrás de mí y me apoyo contra ella observando la estancia. Mierda. Mierda.
Mierda.
Mis ojos se colocan sobre la cama King de colores rojos y blancos y al instante muerdo mis
labios. Me abalanzo a la maleta y sintiendo el temblor de mi mano agarro hojas y una pluma.
Me apoyo en el pequeño escritorio y comienzo a anotar rápidamente.
"Bar, 8 pm"
Cruzo rápidamente recepción sintiendo mis manos sudorosas y cruzo sigilosamente para
llegar a la entrada del hotel y poder huir dos horas. Observo bien y después de pasar detrás
de sillones y pilares, me voy acercando más y más, deteniéndome solo un momento para
ver la persona apoyada en el escritorio de recepción con una maleta negra a su lado, antes
de salir corriendo.
|94
JIMIN
Voy recorriendo las calles rápidamente sintiendo mi aire faltarme con cada pisada y con
cada minuto que pasa. Las siete de la noche se acercan y yo me encuentro jodidamente
nervioso. ¿Qué mierda se supone que haré al verlo? ¿Lanzarme encima de él? ¿Pelear?
¿Golpearlo? ¿Arrancarle la ropa?
Dios. Dios. Dios. Necesito respirar o terminaré desmayándome en plena calle. Debo tener
un plan, debo dominarlo por completo y demostrarle que yo también puedo controlarlo y
llevar la voz cantante. Que vea que soy más que su simple muñeco.
Una perturbadora imagen cruza mi mente: yo siendo el activo con él. ¡Cristo no! Todo mi
cuerpo se sacude en repugnancia de tan solo pensarlo. ¡No, no, no! ¡Eso jamás! ¡Él me la
mete, pero eso no significa que tampoco puedo ser su pasivo—dominante! E—es decir...
¡NO! ¡ASQUEROSO! Jamás me vería metiéndosela a él... ¡o a quien sea! No. No es lo mío.
Sacudo mi cabeza con aquella imagen de horror esfumándose para mi alivio. Debo hacerle
ver de otra forma que yo puedo dominar acá. Y dominar sin ser yo quien se la... eso. Cristo,
eso ha sido más perturbador que todas las cosas que me ha hecho, juntas. Me niego. Me
niego.
¿Por qué mierda pienso en follar cuando primero debo torturarlo y hacerlo mierda?
Oh, genial. En un hotel dudo mucho que pueda encontrar un arma de tortura sin dejar
evidencias extrañas o llenar de sangre. No comprendo cómo a él no le importa. Yo me siento
en paranoia hasta con una simple mancha. ¿Qué podría hacer?
Una fugaz idea cruza mi cabeza y al instante siento mis pantalones apretar. Mis mejillas
toman color pero es inevitable que otra risa escape de mis labios. Recuerdo la última vez
que nos vimos cómo lo tenía colgado y privado, aquel gozo que utilicé fue sin duda algo
extraño pero muy espontáneo que... que quizás volvería a hacer.
Alzo una ceja y una pequeña sonrisa se forma en mis labios. Hago un repaso mental de todo
lo tengo. Sirve. Podría intentar... ay dios, bueno... qui—quizás podría ser bueno... siempre
hay una primera vez para todo y—y...
Paso saliva y mis mejillas siguen tomando alto color. ¿En qué momento me volví tan... tan
pervertido? Bueno, no pervertido sino tan... es decir, ¿con tantas ideas respecto a cosas...
sexuales? Yo hasta donde sabía la metías, la sacabas, gemías, llegabas y se acababa. Nadie
me dijo que habría cuchillos, látigos, sangre, esposas y un sinfín de cosas verdaderamente
extrañas y que de tan solo recordarlas quiero comenzar a gemir en voz alta.
Bien. Necesito ponerme en acción si quiero que esto funcione. Debo preparar un par de
cosas.
Corro al hotel de nuevo rogando para no cruzarme con quien aún no deseo cruzarme. Me
acerco a la señorita en recepción.
— ¡Jules Cerf! — Me saluda antes de que diga algo. — Min Yoongi acaba de llegar.
— ¿Ah? — Pestañeo. ¡MIERDA, MIERDA, MIERDA! ¡ES DECIR, SÍ! ¡ES DECIR, NO! — Oh
g—gracias. Le he dejado una nota diciéndole que me encuentre en el bar.
— No hay de qué, cuando quiera. — Me sonríe de nuevo. — ¿Puedo hacerle una pregunta?
— El... el joven Min y usted, ¿son pareja o algo? — Me pregunta. — ¿Amigos? Lo siento, no
tiendo a entrometerme pero me resulta curioso como cada uno va por su cuenta como...
como si estuviesen jugando, no lo sé. Me da una impresión de buscar y atrapar
— Dígamos que es un ex—amorío. Por decirlo de alguna forma simple. — Alzo mis
hombros.
Reímos nuevamente.
— Lo siento, no quería decir eso. —Ríe nerviosa. — Me refiero a conocer a algunos así
finalmente. Las cosas por acá son algo aburridas.
— Igualmente... — ¿Cómo se llama? Dirijo mi vista a su pequeña tarjeta pero ella se adelante.
— Jennifer Roseanne. — Me extiende la mano con una gran sonrisa. — Pero puedes decirme
solo Jennifer.
YOONGI
Observo fijamente el hotel que se encuentra frente a mí y allí me percato que realmente los
comentarios no bromeaban con la magnificencia de aquel lugar. Esbozo una sonrisa y
relamo mis labios conforme me voy acercando suavemente hasta acercarme a la recepción.
Una señorita se encuentra anotando un par de cosas pero apenas me acerco a ella, levanta
la mirad tranquilamente y esboza una sonrisa.
Nos ocupamos de un par de cosas para confirmar que soy realmente yo y una vez todo
arreglado y el check—in saltado, me dirijo con mi maleta lentamente al cuarto cruzando un
par de pasillos. No hay elevadores así que es algo complicado estar tirando de la maleta por
las enormes escaleras de caracol pero finalmente me acomodo. Cruzo un pasillo lleno de
arcos y pinturas con vista a un jardín central. Doy vuelta a la derecha llegando a un pasillo
rojo y café increíblemente decorado y solo tres puertas allí.
Avanzo deteniéndome junto a la indicada y doy un rápido vistazo a las otras dos puertas.
Una está en mantenimiento y la otra dudo si esté ocupada. Saco la llave y lo introduzco,
empujo la puerta poco después haciéndola rechinar un poco y entro.
Me detengo casi al instante cuando el olor a madera vieja inunda mis fosas nasales. Cierro
la puerta con delicadeza y observo el pequeño espacio pero que sin duda se ha achicado
debido a las estatuas dentro y espesas cortinas cubriendo y decorando los enormes espejos,
los muebles de madera que van casi hasta el techo y una fila de plantas a la derecha. El
tapete es rojo ocupando casi toda la alcoba y realmente tiene pequeñas pizcas de decoración
hindú. Sin embargo, sigue siendo barroco. Es bastante extraño pero sin duda agradable. No
hay mucha luz que entre, solo hay una ventana que tiene las cortinas cerradas y solo la
lámpara junto a la cama King está prendida.
Arrastro mi maleta junto a la cama y observo las cosas ya depositadas allí. Avanzo
lentamente por la cama y rozo con la yema de mis dedos las sábanas y los muebles hasta
detenerme en el tocador donde agarro las lociones allí colocadas. Lo tomo y lo observo.
Maldita sea. Todo esto es... es tan él.
Abro el armario y mis ojos recorren lentamente la ropa allí colocada. Estiro mi brazo y atrapo
una camisa colgada y una sonrisa se forma en mis labios al reconocerla perfectamente. Me
acerco más a ella y la huelo suavemente cerrando mis ojos. Un escalofrío me sacude y aprieto
más fuerte la tela cuando un gruñido relajante escapa de mis labios.
Me alejo y comienzo a recorrer la habitación esperando encontrarme con algo que me diga
dónde está. Observo un papel en la cama que amenaza con caerse, lo agarro poco antes de
que termine de deslizarse y lo abro.
"Bar ; 7pm"
Mis ojos viajan directo al reloj colgado en la pared. Falta hora y media. Doblo la hoja y trato
de tranquilizarme. Jodida mierda, estoy a punto de verlo de nuevo. Sé que no ha pasado
mucho pero aún así siento como si hubiese sido una eternidad sin verlo. Jodida mierda, ¿qué
voy a hacer? ¿Sorprenderlo? ¿Atacarlo? ¿Golpearlo? ¿Besarlo? ¿Follarlo hasta que se quede
sin aire? Mi mente es un revuelo donde siento mi estómago apretarse un poco.
Nervios.
¿Nervios?
Debo calmarme. Deposito la carta y paso mi mano por mi cabello observando la cama
perfectamente tendida y al instante mi mente no deja de vagar por todos los escenarios
posibles. Muerdo mi labio y sintiendo el tiempo encima, entro al baño para quitarme la ropa
y darme una ducha con agua helada.
No me sorprendo cuando veo unos productos que sin duda sé claramente no son del hotel.
Más me da gracia ver un pequeño bote de lubricante reposando en una esquina con casi la
mitad usado. Río. Parece que le gusta mucho divertirse consigo mismo, ¿eh?
Dejo las cosas en su lugar y salgo del cuarto de baño viendo los tintes. Joder, ¿cómo lucirá
de cabello negro? Es algo que me está causando cierta intriga además de su cambio y ver
cómo se comportará ahora conmigo. No niego que estoy emocionado y a la vez defensiva.
Realmente no sé bien cómo sentirme.
Me coloco un traje y conforme voy ajustando la corbata, me coloco también un reloj que
ajusto alrededor de mi muñeca suavemente. Levanto la mirada suavemente para verme a
través del espejo y me mantengo la mirada fija un par de segundos antes de relamer mis
labios y esbozar otra sonrisa. Ajusto una última vez el cinturón del pantalón dando un suave
tirón y deslizando con lentitud mis dedos... acariciando el cuero como si fuese su piel suave.
Una pequeña risa nasal se escapa antes de que niegue con la cabeza y avance a la salida.
Salgo de la habitación a paso lento y avanzo a recepción para preguntar dónde se encuentra
el bar. Algo me dice que no es exactamente dentro del hotel, sino en otra instalación cercana.
— ¡Claro! — Ella sonríe y estira su brazo para señalar la salida. — Salga a la calle, está justo
a la derecha. Está hasta el fondo, subiendo unas escaleras.
— De acuerdo, gracias.
— ¡Espere! Lleve esto. — Me entrega una pequeña tarjeta. — Así tendrá barra libre por estar
hospedado acá en caso de que quiera un trago.
— De acuerdo. — Asiento.
— ¡Disfrute! — Sonríe.
Le devuelvo la sonrisa y me encamino a paso lento hacia la salida observándome una última
vez la decoración interna. Me encuentro en la calle observando la noche caer y los coches
pasar por aquella calle de piedras. Avanzo a la extensión justo a la derecha del edificio
principal del Hotel e ingreso en lo que parece ser una tienda de recuerdos. Lo cruzo a paso
mucho más lento cuando llego a las escaleras mencionadas y escucho la música fuerte.
Subo las escaleras de poco en poco hasta llegar a un piso de arriba de luces verdes, moradas
y azules donde mucha gente se encuentra bailando y otros en mesas bebiendo a gusto entre
risas. Mis ojos recorren rápidamente el entorno buscando con la mirada a mi muñeco. Son
las siete con siete minutos, ya debe estar él acá también.
Ajusto un poco las mangas de mi traje y sigo avanzando a paso lento hasta acercarme a la
barra sin dejar de prestar atención al entorno. Muestro la tarjeta y el barman asiente.
— En un momento se la entrego.
— La necesitaré.
Él asiente y se va a atender a otras personas que han comenzado a pedir bebidas. Yo relamo
mis labio y doy otro trago sin dejar de examinar todo. Cabello negro... cabello negro... hay
demasiadas personas con cabello negro acá. ¿Cómo se supone que voy a encontrarlo? Ah,
jodida mierda. Que no me diga que está esperando a que lo busque porque...
Sigo recorriendo bebiendo la cerveza hasta que siento que alguien toca mi hombro. Me
detengo y observo al instante detrás de mi hombro con un escalofrío. Observo a un barman
quien me extiende una hoja de papel.
— Se lo envían.— Me contesta con simpleza antes de retirarse sin permitir que le pregunte
cualquier cosa.
Yo pestañeo un poco y bajo la mirada a la hoja de papel que tengo en manos antes de alzar
una ceja. La desdoblo, ¿más notas? Joder, a este niño le encanta hacerse del rogar.
Deslizo mi lengua por mi labio inferior y guardo la hoja al momento en que me obligo a
recordarlo. ¡Claro que lo hago! Yo me encontraba demasiado entretenido observando el día
nublado cuando sentí que alguien chocó conmigo.
Y cómo olvidarlo...
Cómo olvidar al hermoso niño pequeño que me observó con una mirada confusa y después
llena de pena, de mejillas sonrojadas y una extraña expresión demasiado dulce y bondadosa.
Me perdí en sus lindos ojos y una horrible sensación me recorrió al encontrarlo demasiado
lindo.
Yo jamás me sentía así por las personas, siquiera por las mujeres en aquel entonces. Me dio
una rabia absoluta encontrarlo sumamente lindo y con una necesidad de tocar aquellas
suaves mejillas o de mantener la vista durante horas en sus pequeños labios rosados. ¿Cómo
olvidar al mocoso enano de ocho años cuando yo creí que tenía no más de cuatro?
¿Qué tiene qué ver? Recuerdo el pasillo perfectamente y que después de insultarlo, voltee
una última vez hacia atrás y... se dirigía al baño.
Busco rápidamente con la mirada los sanitarios y avanzo con rapidez al ver la puerta. Me
acerco un poco más rápido pero me detengo al ver una sala privada con una pequeña tarjeta.
Me acerco con lentitud y dejo la bebida en una pequeña mesa junto a mí para tener las manos
libres.
Respira...
Inhala, exhala y no pierdas el maldito control. Lo tienes bien controlado, solo es un chico
común... sí... sí, claro. Solo un chico común, nada de otro mundo, solo tiene lindos labios.
No, ¿qué? Maldita sea, concéntrate.
Abro la puerta. Bien, excelente. Vuelvo a tomar aire e ingreso al espacio que no está muy
iluminado y me cuesta ver lo suficiente. Avanzo cerrando la puerta detrás de mí y tanteo
un poco buscando un interruptor. Jodida mierda, ¡¿dónde mierda está la luz?!
Doy un par de pasos hacia adelante escuchando unos ruidos que me ponen alerta, sin
embargo no oso moverme o hacer más ruido. Agudizo el oído tratando de mantener el
control y la calma hasta que el ambiente se vuelve algo tenso a mi alrededor y siento cierta
dificultad para respirar. Control, Yoongi. Contrólate No ha pasado nada...
Hasta que siento a alguien rozar mi espalda y unas manos cubrir mis ojos. El tibio aliento
choca suavemente en mi oreja:
JIMIN
Muerdo mis labios para borrar la sonrisa en mi rostro al sentir el cuerpo frente a mí tensarse
por completo. Una oleada de calor me golpea cuando siento mis manos ser tomados y mis
brazos ser suavemente torcidos para zafarse. Ahogo un chillido cuando vuelven a tomarme
y doy contra la pared soltando un gemido inevitable.
Silencio.
— Yoon—gi. — Trato con ambas manos retirar la suya pero aprieta y mi aire se corta y
comienzo a toser seco. Muerdo mis labios más fuerte y aprieto enterrando mis uñas. —
Suel—suelta.
Silencio.
Trato de dar una patada pero él se hace un poco hacia atrás y suelta una mano de mi cuello
para atrapar mi pierna y enredarla en su cadera con firmeza. Una enorme ola de calor me
golpea la entrepierna y siento mi maldito pulso acelerarse sintiendo el agarre ir sobre mi
muslo y su cuerpo pegarse al mío chocando nuestras entrepiernas.
El chillido es inevitable y mis manos se aferran a su camisa que tanteo. Siento una corbata y
no dudo en tirarlo a mí y finalmente obtengo un poco de vista. Mi corazón late fuerte viendo
aquellos ojos grises llenos de burla brillar como ojos gatunos. Veo la sonrisa esbozada y
siento todo en mí temblar.
— Yo. —Sonríe.
— ¡Tú maldito, bastardo y asqueroso hijo de puta! — Le grito sacudiendo mi pierna para
que la suelte. Él suelta una risa burlona. — ¡Suéltameeee! ¡Suéltame hijo de la gran puta, voy
a matarte!
Le dio un fuerte empujón para zafarme para él y trato de soltar el primer golpe pero él se
hace hacia atrás esquivando mi puño. Me lanzo contra la única lámpara y la prendo siendo
cegado un breve instante por la luz. Sacudo mi cabeza y volteamos a vernos al mismo
tiempo. Maldita sea, luce tan caliente, lo odio. Él abre su boca sorprendido viéndome
fijamente. Mis mejillas arden pero por la puta mierda que ahora si me las paga.
Él gruñe cuando vamos a dar al suelo. Quedo sobre él y no dudo en dar el primer golpe que
es un fuerte golpe en su pecho. Él aprieta sus labios y atrapa mi brazo con fuerza. Yo me
sacudo y trato de patearlo como puedo. Rueda y queda sobre mí con una sonrisa mientras
yo chillo al sentir mi brazo torcerse y respondo con la rodilla en su abdomen. Él suelta un
gruñido ronco y me azota contra el suelo con fuerza sacándome un chillido de dolor y le
doy un golpe en medio rostro que él me devuelve. Suelto un pequeño grito y golpeo su
brazo para que me suelte el que tiene atrapado y lo empujo con fuerza para quitarlo sobre
mí.
— Siéntete orgulloso, bastardo de mierda. —Siseo con fuerza antes de acercarme lento a él.
Se reincorpora rápidamente y se limpia un poco de sangre en su boca. —¿Qué? ¿Te duele?
Mis mejillas enrojecen y no dudo en intentar golpearlo de nuevo. Él esquiva el golpe así que
trato de taclearlo con fuerza lanzándome sobre su pecho. Él no se mueve mucho y de ello
me avienta y vuelvo a dar al suelo aterrizando sobre mis manos. Observo el suelo con la
respiración agitada y me vuelvo a levantar soltando un grito de furia cuando vuelvo a
lanzarme contra él y empujarlo en un golpe seco contra la pared.
Golpeo su brazo y trato de intentar dar otro puñetazo pero adivina mi movimiento. Agarra
mi brazo al aire y con fuerza lo tuerce detrás de mi brazo y me da un tironeo quedando
ahora él detrás de mí y me pone contra la pared. Mi pecho choca contra ella soltándome un
jadeo y el aire se me va. Hago una mueca debido al dolor sintiendo mi brazo atrapado detrás
de mí.
Trato de dar un tercero pero él lo esquiva de nuevo y me responde con uno que me saca por
completo el aliento y me hace irme hacia atrás. Abro la boca y comienzo a toser seco y me
va a atrapar del cuello nuevamente enfurecido y me toma con tal fuerza que siento que
comienza a alzarme del suelo.
Rasguño su mano y cierro mis ojos con fuerza. Trato de removerme con fuerza y siento su
agarre a los costados de mi cuello aplastando y cortando el aire mandando otro pequeño
dolor. Siento sangre en mi boca que no dudo en escupirle y él gruñe soltándome al instante
para limpiarse. Esbozo una sonrisa estando en el suelo y comienzo a reír viéndolo ponerse
contra la pared y restregar su manga del traje contra su cara con desesperación.
— Eres asqueroso. — Dice entre dientes. — No jodas, ¡creo que me entró al ojo!
Él deja de limpiarse y vuelve a acercarse a mí. Le esbozo una sonrisa todavía acostado y él
me jala del brazo para levantarme. Trago la sangre en mi boca y vuelvo a una posición de
combate pero él es increíblemente rápido y no sé en qué momento toma mi pierna para
alzarla. Suelto un chillido cuando siento perder equilibro y caer pero toma mi cintura
pegándome a él nuevamente para que no caiga.
— Eres como un gatito bebé sacando sus garras. — Toma mi mejilla. — Me encantas tanto.
— ¡Deja de mentirme! ¡Deja de hacer eso que yo en tus mentiras de mierda ya no caigo! ¡¿Me
escuchas?! ¡Te estoy hablando, deja de ver mis labios maldita sea!
— ¿No? — Ríe suavemente. — Vaya pena, tenía ganas de meterte la lengua hasta la garganta
y escucharte gemir en mi boca. Con el cabello negro me estás volviendo loco.
— Eres tan imbécil. ¿Por qué no puedes tomarte mis amenazas en serio?
— Lo hago. — Alza sus cejas y me observa. — Pero coño, Jimin. ¿Cómo me pides prestarte
atención cuando tú mismo eres mi propia distracción?
— Para serte sincero no tengo ni puta idea de lo que estoy diciendo, solo sé que realmente
me alegra verte, muñeco estúpido.
— No es divertido.
— ¡No puedo!
Me suelta para seguir riendo y yo siento toda mi sangre calentarse y humo salir por todas
partes. Suelto un gruñido y le doy un golpe en la espalda: — ¡Deja de reírte! ¡Yaaa! ¡Yoongi!
— Doy otro golpe y él niega con la cabeza sin dejar de reír. Comienzo a darle varios sin ser
muy fuerte y puchereo.
— Ven acá cosa pervertida y horrorosa. — Me toma del brazo y siento tensarme y mi sangre
volverse hielo cuando me rodea con sus brazos y me pega a él. Respira mi cuello con
suavidad. — Ah... justo como siempre te recuerdo.
— Tomándote, pero si quieres utilizar el término abrazo está bien. — Sigue hundiendo su
nariz en mi cuello. — ¿Podemos posponer el odio al próxima reencuentro? Realmente
extrañaba tu cuerpo.
Me siento enrojecer y él se separa para verme divertido. Yo gruño y desvío la mirada pero
él toma mi mejilla para que vuelva la vista a él.
— Eres un loco que está siendo buscado por seis mafias, policía y vete a saber cuántos más.
Eres un loco por hablarme y por tocar los botones correctos por hacerme venir a ti. ¿Tienes
idea de cuánto te odio por eso?
— N—no parece ser mucho. — Pestañeo sorprendido. — T—tú... ¿estás orgulloso de mí?
¿E—en serio?
— Qué romántico.
— Cuando no.
— Te odio.
— Y te odio mucho. Podría volarte la cabeza si tuviera una pistola ahora mismo.
— Podría considerarlo una vergüenza antes, pero ahora — me observa fijo — sería un
verdadero honor morir, si tú eres quien me matas.
— Es la cosa más perturbadora y romántica que me has dicho. —Aprieto mis labios para no
liberar una pequeña risa. —Y eso no es justo, se supone que estoy enojado contigo.
— Pues intenta posponer ese odio al menos al próximo reencuentro o para mañana, mis
ganas de follarte son más intensas que pelear contigo.
— Eres...
Me acerco a la puerta y aun perturbado y extrañado por este extraño reencuentro, salgo de
la sala privada y el ambiente de música fuerte y mucho alcohol me golpea con fuerza. Salgo
soltando un gruñido y me acerco a la barra tomando asiento y frotando mi cara negando
con la cabeza. Yoongi se coloca junto a mí.
— Cabrón.
— Idiota.
Ruedo los ojos y él me imita. Le hago una seña al barman que se acerca rápidamente.
— Un vodka. — Pido.
El barman se retira apenas suelto una palabra para detenerlo pero no me escucha. Volteo a
ver a Yoongi enojado y él alza sus hombros indiferente. Las bebidas llegan poco después
captando nuestra atención y las tomamos.
— Por los casi trece años que llevamos conociéndonos. — Me dice levantando su trago con
una sonrisa.
— Por los casi trece años que llevamos conociéndonos. — Repito alzándola también.
— Salud, Yoongi.
— Salud, Jimin.
— Por una noche donde nada importe. —La levanto también. —Salud, horroroso.
Volvemos a dar el shot y reposando después soltando un suspiro. Yo comienzo a sentir los
efectos llegar un poco más rápido de lo que esperaba y me relajo al instante. Le doy la
espalda la barra y me dedico a ver a las personas bailando con cierta nostalgia. A mí
realmente me gusta bailar.
— ¿Volverás a irte? — Alzo una ceja y por alguna extraña razón me causa gracia.
— Ya sabes cómo es esto. — Veo que toma una cerveza y le da un trago. — Solo que esta
vez no planeo irme en seco y dejándote allí botado como si nada.
— Qué considerado. — Suspiro evitando reír un poco. —Fue muy cabrón de tu parte.
— Y tú casi me matas de un puto infarto cuando me dijeron que casi te matas. — Pellizca su
nariz. — Carajo, es que te juro que yo iba al infierno a regresarte para matarte de nuevo yo
mismo.
— Pero arderemos juntos. — Le quito la botella y yo le doy un trago con la misma sonrisa
provocativa. — Tregua hasta que te esfumes y yo desaparezca viéndote volverte loco al no
saber nada de mí.
Yo esbozo una sonrisa estando consciente que ambos estamos bajo efectos del alcohol, sin
embargo seguimos estando conscientes. Vale mierda.
Él se acerca y toma mi nuca uniendo nuestros labios. Siento una explosión de colores
alrededor mío y casi me levanto del suelo entre burbujas en forma de corazones color rosa.
Lo rodeo con fuerza e introduzco mi lengua en su boca sintiéndome bien al ver que él me
corresponde inclusive con más fuerza. Lo tomo de la mejilla y sigo el movimiento agitado
sintiendo sus manos sobar también mis piernas y acomodarse para acercarse a mí. Lo
aprieto más contra mí sintiendo su respiración suave y como poco a poco el beso se va
volviendo más lento.
Hasta que se calma por completo. Sus labios solo se mueven con suma delicadeza sobre los
míos y nuestras lenguas se acarician constantemente pero a un ritmo lento. Succiona un
poco mi lengua pero yo solo me doy el lujo de cerrar mis ojos y respirar la fragancia de
Yoongi y el alcohol. Él acaricia mi espalda y juguetea con sus dedos mandándome pequeños
golpecitos que me producen escalofríos y erizan todos mis vellos.
— Algún día deberás decirme qué mierda haces que no puedo dejar de besarte una vez que
comienzo. — Le digo suavemente y él esboza una sonrisa. — Mi odio es tal que no puedo
odiarte más. Me resigno. Estoy ofendido.
— ¿Romántica? — Ríe. — Dudo que esa sea la palabra correcta. Hasta donde sé, no te he
entregado flores y pedido ser mi novio.
— Peor aún. Me convertiste en tu novio sin siquiera pedírmelo. — Me separo y alzo ambas
cejas.
— ¿Pero qué? — Pregunta y luego se tapa la cara. — Joder, no. Olvida ese día, por favor. Te
juro que no tenía idea en qué estaba pensando.
— Min Jimin suena mejor. Y lo he estado pensando... quizás hasta necesitaría enterrar mi
apellido junto a tu nombre para dejar en claro de quién eres.
— Joder, Min. — Suelto una carcajada. — Siquiera me pediste ser tu novio y ya me estás
pidiendo matrimonio.
— No puedo creer lo idiota que eres a veces. — Vuelvo a pellizcar su nariz entre risas.
— ¿El matrimonio? — Esboza una sonrisa. — ¿Lindo tú y yo casados con anillos en nuestros
dedos anulares? Y ahora los declaro marido y marido, puede besar al novio.
— Se vale soñar, ¿sabes? — Sigo jugando con su corbata y muerdo mi labio. — Si quieres
plantar tu apellido, debes casarte conmigo.
— Umh, mira qué sentimental me saliste. — Susurro sobre sus labios antes de volver a
besarlo.
— No serás activo.
— No necesito serlo. — Le susurro con una pizca de maldad. — Pero tengo una idea fabulosa
que sé que te encantará... ¿aceptas correr el riesgo?
JIMIN
Suelta una pequeña risa al aire libre y Yoongi y yo salimos tomados de la mano del bar.
Corremos escaleras abajo entre risas antes de que lo tire con más fuerza mordiendo mis
labios hasta llegar a la calle y detenernos frente al hotel.
Yo siento mi pecho rebozando de felicidad y me detengo sin soltar sus brazos y volvemos a
besarnos con fuerza entre suaves risas. Siento su cuerpo arder junto al mío y muerdo su
labio inferior sacándole un gruñido. Doy una pequeña lamida a su labio inferior y lo beso
castamente antes de soltarlo y correr dentro del hotel.
— ¿No me dejarás correr? — Río entre sus labios y me aferro a sus hebras negras con fuerza.
Le doy una última mirada a Jennifer quien me sonríe suavemente y aprieta sus labios poco
después. Yo agarro bien el brazo de Yoongi y corremos escaleras arriba cruzando el pasillo
a una velocidad que casi nos hace tropezar múltiples veces. Suelto una pequeña carcajada
cuando casi nos vamos al suelo debido a la alfombra del pasillo y finalmente cruzamos los
arcos y las pinturas. Doblamos al pasillo increíblemente decorado y Yoongi me empuja
contra la puerta para devorar mis labios allí en medio pasillo.
Me separo rápidamente de sus labios y me volteo para introducir la llave y abrir la puerta.
Entramos rápidamente al cuarto y cierro la puerta detrás de mí colocando la llave en la mesa
junto a nosotros. Aprovecho solamente para prender únicamente esa lámpara y me volteo
a Yoongi quien ya me está observando.
Mierda, mierda, mierda quiero devorarlo por completo. Necesito que entre en mí y me haga
agonizar de placer en este momento.
Relamo mis labios y lentamente me voy haciendo hacia atrás hasta chocar con el borde de
la cama. Él alza una ceja divertido y comienza a avanzar hacia mí desabrochando los
primeros botones de su chaleco color negro hasta que se lo quita. Yo muerdo mis labios
cuando lo avienta y queda cara a cara frente a mí.
Tiro de su corbata y me dejo caer en la cama con una sonrisa. Él queda sobre mí con una
sonrisa y lentamente comienzo a aflojarla viéndolo fijo a los ojos y aquel brillo que comienza
a volverse más intenso. Se inclina para dar una lamida a mi cuello que eriza todos mis vellos
y me hace arquear un poco la espalda. Sigo jugueteando con su corbata que aflojo por
completo y tiro de ella para desprenderla de su cuerpo.
La coloco junto a mí y esbozo otra sonrisa sintiendo sus dientes encajarse con fuerza en mi
sensible zona soltándome un suspiro cargado de placer que no me molesto en ocultarlo.
Relamo mis labios resecos y lentamente voy desabotonando los botones de su camisa viendo
su blanco pecho ir quedando a la vista.
Él suelta un gruñido y comienza a besarme la mandíbula causando que haga mi cuello hacia
arriba para darle mejor acceso y me siento temblar con sus puras mordidas violentas.
Desprendo el último botón y él se quita la camisa. Suelto otro gemido al observarlo y él
sonríe bastante pícaro. Sabe que me gusta lo que veo.
Me levanto de la cama para quedar a su altura y ahora soy yo quien lo empuja a la cama. Él
cae sin borrar su sonrisa y lentamente me voy colocando sobre él hasta quedar sentado. Me
inclino suavemente para volver a juntar nuestros labios en un gruñido bastante violento.
— Y todavía crees que no. — Ríe. — Búscalo en mi maleta, lo tengo por allí escondido.
Le saco la lengua y él niega con la cabeza después de reír. Me acerco a su maleta y la abro
para comenzar a rebuscar hasta que veo aquel pequeño destello que me avisa del metal.
Esbozo una sonrisa y deslizo mi mano hasta sacar el mango y un gran cuchillo sale en su
máximo esplendor deleitándome con la vista. Relamo mis labios y lo coloco de lado y ahora
me dirijo a la mía.
Saco las cuerdas y el antifaz que porto y observo a través de mi hombro a Yoongi con una
sonrisa pero él está con los ojos cerrados. Agarro los dos objetos más el cuchillo y vuelvo a
subirme en la cama tarareando suavemente. Él abre los ojos y me observa.
— Dime que no vas a hacer lo que creo que vas a hacer. — Gruñe.
— Va a encantarte. — Muerdo mis labios. — Será una tortura que disfrutarás mucho, confía
en mí.
Él suspira y después de otro pequeño vacile, finalmente alza sus brazos. Esbozo una
hermosa sonrisa sintiéndome increíblemente feliz de esto y que me obedezca. Agarro su
brazo derecho y agarro una cuerda y comienzo a atarlo. Él suelta un pequeño gruñido pero
lo ignoro y voy por el otro brazo.
— No tienes idea de cuánto. — Le contesto y me aseguro de ajustar las cuerdas una última
vez. — Estoy feliz.
— Se te ve. Pareces un perrito moviendo su colita al ver a su dueño con la cajita de premios.
— Supongo.
Agarro el antifaz y me coloco sobre él. Le mantiene la vista fija y luego me observa como
diciendo "no te atrevas" pero ya es tarde. Se lo coloco y acomodo y veo como él tensa sus
puños y brazos. Me es imposible no reír. Es divertirlo verlo acostado, vendado y atado a mi
completa disposición.
— Ya verás. — Me quito todo lo que tengo de ropa a excepción de la ropa interior. Voy por
el lubricante en el baño y regreso colocándolo en la mesa. — Comenzaremos con algo suave.
¿Te parece?
Suelto una pequeña risa y finalmente vuelvo a subirme a la cama. Le quito lo que queda de
ropa hasta que también queda en ropa interior frente a mí. Siento mi respiración pesar y
lentamente me siento sobre su entrepierna. Él suelta un gruñido y comienzo a menearme
suavemente sobre él cerrando mis ojos y disfrutando del frote.
— Mm. — Suspiro sintiéndolo caliente debajo de mí. — Dios, me encanta tanto tu polla.
Envía a un amigo
Él la abre y yo deslizo el filo dentro de su boca. Él saca un poco su lengua y lame la sangre
en el cuchillo, sonrío al instante y él también. Siento nuestras entrepiernas ponerse más
duras.
— Lo sé. — Le contesto sintiendo la sangre seguir escurriendo por mi brazo. Dejo unas gotas
caer en su pecho y lo demás lo succiono. — Tan jodidamente exquisito.
Me meneo un poco más sobre él y deslizo mi lengua por su barbilla y pecho hasta llegar al
borde de su ropa interior. Lo veo apretar sus puños y sus brazos intentar de moverse, pero
al estar atado claramente no puede. Puedo sentir su hermosa frustración.
— Voy a jugar un poco con tu polla y después voy a cabalgarte la cara. — Le sonrío.
— Maldita sea, vas a matarme. — Veo el bulto crecer más.
Esbozo una sonrisa y succiono un poco su polla a través de la tela. Él aprieta sus labios
cuando rozo mis dedos suavemente mandando un cosquilleo. Finalmente comienzo a frotar
un poco sintiéndolo más duro y vuelvo a lamer. Puedo casi sentir las venas y siento mi boa
hacerse agua de tan solo imaginarlo.
Deslizo la ropa interior un poco hacia abajo observando su rojizo glande y poco a poco su
pene salir a la luz. Suelto un gemido y siento mi entrada palpitar. Observo embobado su
gran erección y con la saliva escurriendo la hundo en mi boca sintiéndola tan bien dentro
de mi boca. Él se tensa por completo y lo veo morder sus labios cuando ahueco mis mejillas
para comenzar a darle una buena mamada.
— Mierda. — Lo veo apretar sus puños con fuerza y su respiración se agita. — Te volviste
tan bueno dando mamadas.
No sonrío para no lastimarlo pero internamente yo estoy dando brincos y haciendo un baile
de la alegría sumamente vergonzoso. Sigo succionando un poco pasando mi lengua por
todo el cuerpo del pene y después besando con lascivia su glande. Lo envuelvo con mi
lengua y hago una suave presión dejando que mi saliva escurra un poco. Él gruñe de nuevo
y lo veo tensarse un poco más conforme voy lamiendo y succionando más rápido.
— Mientras sea para hacerme llegar más duro al orgasmo, puedes hacerlo.
— Joder, solo falta que me llames "daddy" y podría decir que hemos hecho de todo.
Soplo un poco sobre su erección y succiono otro poco su glande como si fuera un chupón.
Libero su erección dejándola llena de saliva y gruño sintiendo mi erección empujando
desesperada contra mi ropa interior. Veo que está muy erecto y su respiración agitada, el
pobre Yoongi luce sumamente desesperado.
— Aún no. — Deslizo mi ropa interior fuera de mis piernas y sonrío suciamente. — Necesito
que me mimes mucho también. Eres mi esclavo esta noche.
— Realmente lo disfrutas, ¿verdad?
— Muchísimo. — Sonrío. — Y le daré buen eso a tus cualidades preciosas esta noche para
pasarla muy bien. Verás.
Comienzo a dejar un rastro de besos hasta llegar a su quijada que muerdo. Me voy
acomodando suavemente antes de esbozar una sucia sonrisa cuando me encuentro cerca de
su rostro.
Es un movimiento suave pero poco a poco comienzo a menearme de adelante hacia atrás
sobre su boca sintiendo la humedad de su lengua recorrerme como un experto. Suelto otro
gemido inevitable y todo mi cuerpo se contrae. Pellizco mis pezones con fuerza y comienzo
a estimularlos soltando pequeños gemidos y a revolcarme, meneándome cada vez más
rápido sobre su boca para sentirlo más y más.
— N—no puedo detene... — Suelto otro pequeño grito cuando su lengua se introduce un
poco y me hace derretirme prácticamente y desmayarme. — ¡Más!
Él ríe un poco mandando una suave vibración y me aferro con fuerza como puedo a mis
piernas. Me acuesto un poco hacia adelante sin dejar de mover mis caderas para que me
folle el culo con su lengua mientras yo observo dura erección frente a mí. Esbozo una sonrisa
y comienzo a masturbarlo haciendo pequeño círculos en su glande. Él me muerde una
mejilla trasera soltándome un chillido y lo veo ponerse más duro.
Sus palabras me mandan escalofríos hasta donde jamás creí tenerlos. Agarro el lubricante
con desesperación y dejo vertir un poco en su miembro completamente erecto. Lo empapo
y me siento sobre él subiendo un poco. Agarro su miembro y comienzo a buscar mi entrada
soltando un alto gemido antes de dejarme caer en seco sobre él.
Ambos jadeamos y yo observo las marcas de sus brazos tensarse y su cuerpo revolcarse un
poco debajo de mí. Suelta una maldición y yo al instante paso mis manos por mis pezones
y abdomen conforme voy subiendo y bajando sobre su caliente polla cada vez más rápido
y escuchando el obsceno sonido de palmadas cada que me dejo caer en seco sobre él.
Mis manos se aferran a mis piernas que rasguño con fuerza y sigo cabalgando más rápido
sintiendo mi entrada contraerse y todo mi cuerpo golpear con fuerza. Un gemido ronco sale
de sus labios así que comienzo a ir cada vez más rápido en un desesperado intento por
querer correrme. Siento el ardor que me enloquece y me vuela la cabeza y casi escurriendo
la saliva sigo montándolo.
— ¡M—me encanta tanto! — Le digo mordiendo mis labios. — ¿Sabes lo feliz que me hace
t—tu polla?
— Nos pones muy felices a ambos. — Habla agitado. — Aunque sin duda te azotaría hasta
dejar tu lindo culo rojo si yo tuviera el control.
— Déjame disfrutar más. — Hago mi cabeza hacia atrás cuando otro escalofrío me azota. —
Oh dios...
Sigo montando más rápido mientras jugueteo con el cuchillo entre mis dedos. Me hago
pequeñas cortaduras en el pecho chillando agudo al sentir los ardores pero no es lo mismo
yo hacerlo a que él me lo haga. Él me ayuda haciendo su cadera de arriba a abajo y entra
más profundo en mí rozando contra mi próstata de una forma que me está haciendo tocar
el maldito infierno.
Paso mis manos por mi cara con desespero y cuando comienzo a sollozar, comienzo a
masturbarme sin dejar de montar. Aprieto suavemente la cabeza de mi pene y aprieto el
pequeño orificio mandándome una azote, una corriente eléctrica que me hace brincar todo
en el cuerpo y el líquido pre—seminal comienza a escurrir por mis piernas. Grito más alto.
Siento mi abdomen contraerse y no pasa mucho hasta que siento mucho calor y todo en mí
se contraer para lanzarme al delicioso orgasmo que me azota con fuerza. Mi cuerpo se
mantiene tembloroso y batallo por recuperar mi respiración que es todo un reto. Me
mantengo sobre Yoongi sintiendo el semen deslizarse fuera de mi entrada. Salgo de él y lo
veo rojo, sumamente desesperado por tomarme.
— Aunque me encantó estar atado. — Me dice pícaro. — Es realmente una tortura sentirte
pero no verte, solo escucharte. Pagarás por eso, muñeco.
— Entonces castígame. — Muerdo mis labios con fuerza. — Es una orden.
Él escupe y siento la saliva deslizarse mandándome otra sacudida. Siento su índice mojar
mi entrada y sin avisarme, lo mete. Suelto un pequeño grito y comienzo a moverme un poco
sintiendo su índice entrar y salir de mí con una rapidez dolorosamente placentera, azotando
y frotando sin piedad mi punto dulce.
Asiento incapaz de que las palabras de mi boca. Vuelvo a dejarme caer cuando me suelta y
siento tres dedos entrar de una siguiendo con aquella estimulación que me está volando la
cabeza. Mi cuerpo da grandes espasmos y siento todo en mí doler y al mismo tiempo llegar
a un placer inexplicable debido a que estoy sobre—estimulado.
Me tira sobre la cama y solo abre mis piernas lo suficiente para exponer mi entrada. Siento
su glande rozar suavemente y solamente meterlo y sacarlo comenzando a torturarme con
temblores.
Él ríe y sigo sintiendo solo la cabeza entrar, mantenerse allí un pequeño segundo y volver a
salir de mí. Comienzo a balbucear desesperado y finalmente se deja hundir en mí de una.
La poca fuerza que tenía se esfuma con esa dura estocada y caigo completamente rendido
debajo de él sintiéndolo entrar y salir de mí con fuerza. La cama rechina y mi cuerpo se
mueve gimiendo en descontrol mezclándose con los graves de él.
Sus dedos se deslizan a mi cuello y aún dándole la espalda me aprietan y me levantan un
poco mientras va azotándome con fuerza abismal volviéndome loco. Me agarra con una
mano y con la otra veo que agarre el cuchillo y me hace unas pequeñas cortaduras en la
espalda que me hacen gritar más fuerte.
Deja la sangre escurrir y vuelve a tomarme del cuello con fuerza apretando para cortarme
la respiración. Yo siento el mareo volverse fuerte debido a la intensidad y sin que él deje de
penetrarme vuelvo a soltar un grito. El aire se me va por completo y siento mi entrepierna
cosquillear de nuevo.
Trato de hablar pero solo son incoherencias ahogadas en profundos gemidos. La asfixia se
prolonga y finalmente siento mi orgasmo llegando y deteniéndose continuamente. Yoongi
incrementa sus movimientos y después de moverse de tal forma que termina dando
pequeños roces que me escandalizan a mi próstata, llego a un orgasmo brutal que me hace
temblar y caer casi desmayado en la cama.
Yoongi también se corre pero sigue embistiendo con fuerza soltando un gruñido potente.
Yo doy espasmos y grito su nombre fuerte. Me aferro a las sábanas y las muerdo con fuerza
hasta que él el toma de las caderas desprendiéndome y me da la vuelta para que quedemos
cara a cara.
Yo enredo mis piernas en su cadera y mis dedos en su cabello besándolo fuerte. Nos
separamos y esbozamos la misma sonrisa. Él agarra el cuchillo y se hace una pequeña
cortadura en el labio. Yo agarro también el cuchillo y hago lo mismo antes de depositarlo
junto a nosotros y volver unir nuestros labios.
Jadeo en su boca sintiendo el sabor de la sangre y todo mi cuerpo tiembla. Rodamos un poco
en la cama y yo rasguño su espalda lo suficientemente fuerte para soltarle un pequeño
gruñido y que se tense. Succiona mi lengua y no me deja tomar un respiro. Seguimos
besándonos hasta que la falta de aire me obliga a separarme por completo y tomar
bocanadas desesperado.
— Vaya que lo tendremos. — Toma mis piernas y siento que lleva la punta de su erección
nuevamente a mi entrada. Yo gimo.
Él da la dura estocada sin separarse de mis labios. Yo me siento ahogar, embriagar, drogar
con su tacto que me está haciendo llegar a donde nunca nadie más que él me puede hacer
llegar. Tan adictivo, tan bueno e insuficiente siempre. Podría sentirlo dentro mío todo un
mes y jamás sería suficiente.
Y aún así solo él calma la tormenta. Solo necesito de sus labios para sentir la paz recorrerme
y su lejanía para entrar en agonía pura. Pero podré con ello... él es mío, yo soy suyo y todo
esto es nuestro. No tendremos límites. Los límites jamás existieron.
Desgarrador, absorbente, adictivo y sorprendente. Locura mezclada con pasión nunca fue
nada que trajera buena suerte pero sí algo que no me arrepiento de gozar cada maldito
instante. Tan enfermo, tan grotesco... sencillamente perfecto.
|97
JIMIN
El calor matutino acaricia mi piel desnuda. Realmente no es que tenga muchas ganas de
levantarme pero por azares del destino me voy despertando poco a poco hasta que
finalmente abro mis ojos. Los aprieto de nuevo frunciendo mi nariz debido a la luz a la luz
que entra a la habitación debido a las cortinas. Abro un ojo y luego el otro de nuevo viendo
mis brazos enrollados en la cadera de Yoongi quien sigue profundamente dormido.
Relamo mis labios sintiendo un cálido calor recorrerme al verlo tan cerca de mí y sentir su
piel desnuda contra la mía. Mi mandíbula se aprieta un poco así que no dude en inclinarme
hacia él y morder su pezón suavemente sintiendo su suave textura. Él suelta un gruñido
ronco que me hace sonreír por mis adentro y sigo desplazando mis mordidas por su pecho,
subiendo poco a poco hasta llegar a su mandíbula que vuelvo a morder.
Me subo sobre él y comienzo a morderlo cada vez más fuerte dejando marcas moradas y
rojizas, sintiéndome sediento y ansioso por verlo plagado de mis marcas. Bajo el rastro a su
abdomen donde finalmente encajo mis dientes con fuerza. Siento la mano sobre mi cabello
haciendo presión y tomándome fuerte mientras gruñe.
— Muñeco... — Habla con voz sumamente ronca. — ¿Qué crees que haces?
— ¿Umh? — Él ríe todavía sin abrir los ojos. — Qué amable forma de despertarme.
Esbozo una sonrisa suave y lentamente me vuelvo a acercar a él hasta reposar mi mejilla en
su clavícula derecha y lo observo. Él suspira y después abre los ojos sobando mi mejilla
suavemente. Yo le sonrío inocente y él alza una ceja divertido.
— Buenos días. — Me acuesto a su lado y vuelvo a abrazarlo. — ¿Tienes idea de qué hora
es?
Suspiro y lo suelto para sentarme en la cama y levantarme. Apenas voy a dar el impulso
cuando siento a Yoongi tomarme de los hombros y jalarme hacia atrás. Suelto un pequeño
chillido cuando vuelvo a tumbarme en la cama y sus brazos me rodean por completo
pegándome a él en la totalidad.
— ¿Lo necesito? — Alzo una ceja y lo observo a través de mi hombro con una sonrisa. —
Podría dejarte sin darte ninguna explicación y aún así no sentiría remordimiento.
— ¿Sigues sentido por eso? — Alza una ceja y ladea un poco su cabeza.
— ¿Tú crees? — Pregunto sarcástico rodando los ojos. — ¿Me sueltas? Tengo hambre y el
buffet es hasta las doce.
Él sigue sin soltarme y de hecho solo aprieta más el agarre. Suelto un gruñido bajo y
comienzo a removerme pero su fuerza es tal que apenas puedo moverme un mísero
centímetro. Lo escucho reír y aquello solo provoca que sienta mi sangre arder más.
— Suéltame ya. — Ordeno una última vez. — Ayer estaba ebrio y te aprovechaste de mi
estado de mierda. ¡Suéltame!
— Oh, yo también estaba ebrio. — Me dice con voz filosa. — ¿Te conviene hacerme enojar?
Hicimos una tregua de paz.
— Tu tregua de paz puedes metértela por donde no te da el sol. — Siseo en voz baja. — Me
sueltas o realmente me harás enfadar, Yoongi.
— Será divertido.
— Tú te lo buscaste.
Le doy un codazo que le hace aflojar el agarre y maldecir en voz baja. Aprovecho para
aventar sus brazos fuera de mi cuerpo y reincorporarme rápidamente de la cama. Agarro
mis cosas y entro corriendo al baño pero antes de siquiera rozar la puerta, Yoongi vuelve a
atraparme. Comienzo a revolcarme en sus brazos haciéndome hacia atrás para golpearlo
contra la pared.
— ¡SUÉLTAME! — Le grito con fuerza pero me agarra de tal forma que me es imposible
darle un codazo. Comienzo a morder su mano y encajo mis dientes tan fuerte como puedo.
Nos quedamos quietos. Él contra la pared agarrándome por atrás también de los brazos, yo
mordiendo sus manos que se encuentran agarrándome y un silencio abismal que es
inquietante. Sigo contando los segundos sintiendo mi cuerpo tensarse debido a la posición
incómoda y la mano de Yoongi todavía firme, la marca de mis dientes seguramente ya
morada.
Hago caso omiso. Lo escucho tomar un largo suspiro y con una fuerza inhumana me empuja
hacia adelante y en un firme movimiento me pone pecho contra la pared. El movimiento es
tan violento que siento un mareo y por soltar el quejido termino liberando su mano. Él
coloca sus manos sobre las mías y se pecho contra mi espalda acorralándome por completo.
Yo siento la respiración pesada.
— ¿Por qué sigues creyendo que podrás conmigo? — Me pregunta divertido. — Realmente
te volviste muy insolente y desobediente.
— Oye, yo realmente estoy atentando contra mi vida al venir a verte y no me jodas con que
tú jamás me lo pediste, me dejaste pistas. — Lo siento sonreír. — Así que por más odio que
me tengas, pequeño e idiota niño... — Susurra con mayor brusquedad. — Tu cuerpo aclama
a gritos el mío y mientras así sea ni tu propia furia podrá contra ello.
Empuja su índice en una parte de mi espalda que me hace doblarme un poco y temblar mis
rodillas. Comienzo a negar con la cabeza queriendo gritar pero absolutamente nada sale.
Yoongi me toma de la cadera y me jala hacia atrás mientras que con su otra mano hace mi
espalda hacia adelante. Ahogo un pequeño grito y todo sucede tan rápido que apenas puedo
reaccionar. Ya se encuentra lubricándome.
— Vamos, muñeco. Ya sabes qué hacer. — Él soba mi espalda y yo aprieto mis ojos fuerte.
— No te resistas mucho, después de tantos meses en abstinencia debes estar hambriento.
Comienzo a menearme de adelante hacia atrás con suma suavidad mordiendo fuerte mis
labios para evitar gemir. No debo delatar el placer que siento aunque conforme mis
movimientos de adelante hacia atrás van más rápido sé que no falta mucho hasta que
termine haciéndolo. Yoongi me toma firme y me pone completo sobre la pared sacándome
otro jadeo.
— Ojo por ojo, diente por diente, muñeco. — Me susurra antes de encajar sus dientes fuerte
en mi cuello.
Siento sus embestidas duras y sus mordidas propagarse por todo mi cuello. Hago mi cabeza
hacia atrás y una ola helada me comienza a enloquecer. Lo siento entrar más rápido en mí
y mi erección golpear mi abdomen con cada embiste. Abro mis labios y pequeños sonidos
comienzan a salir de ella, pero a este punto, realmente ya no me importa.
— Umh... — Jadeo con una sonrisa cuando comienza a sentirse demasiado bien.
— Así si te calmas, ¿verdad? — Pregunta divertido. — ¿Te gusta hacerlo, verdad? Te gusta
follar.
— Cierra la boca. — Susurro de mala gana volviéndolo a ver. — Jamás pedí que fueras
bueno haciéndolo.
Él frunce su ceño y deja de embestirme. Me toma del cuello con cierta fuerza y al salir de mí
comienza a hacerme hacia atrás. Siento su mano apretar un poco más y en un momento
siento el borde de la cama golpear contra mis piernas. Yoongi me tira a ella con suma fuerza
haciéndome rebotar un poco. Estira su brazo y lo veo tomar el cuchillo que alza sobre mí y
casi veo el suave destello que produce cuando el rayo de sol golpea contra el metal al
levantarlo.
Asiento en un letargo donde mis ojos no pueden despegarse del filo más.
.
YOONGI
Veo a mi muñeco asentir tontamente. Esbozo una sonrisa y jugueteo con el cuchillo
inclinándome un poco hacia él y tomando una de sus piernas de muslos hermosos y
lampiños. Él suelta un suave jadea cuando comienzo a enterrar el filo suavemente en el
interior de su carnoso y blanco muslo haciéndolo sacudirse.
— Por supuesto que duele. — Le sonrío y en un firme movimiento deslizo el cuchillo por la
zona interna abriendo una herida de más de diez centímetros que le hace gritar.
Veo sus ojos instalarse de terror y deseo cuando su pierna comienza a bañarse en sangre. Se
tapa la boca y arquea su espalda con fuerza antes de tomarse la pierna con sus manos
batiéndolas de sangre. Yo comienzo a reír al verlo así y quito sus manos rojizas de sus
piernas.
Él tapa su boca cuando introduzco suavemente el filo del cuchillo por su entrada. Lo veo
expandir sus ojos y toda la zona de su boca llenarse de aquel líquido carmín mientras yo
sigo jugando suavemente a rozar la punta filosa con su sensible ano.
— Te gusta, ¿ah? — Pregunto cuando veo su entrada comenzar a palpitar un poco y frotarse
con suavidad con el cuchillo. — Diablos Jimin, realmente estás tan enfermo...
Suelto una última risa y él comienza a respirar pesado. Descubre su boca que está empapada
de roja por todos lados y deja caer sus manos a sus costados convirtiéndolos en puños. Su
espalda se arqueo y yo demasiado excitado por verlo así, dejo el cuchillo de lado y entro en
él nuevamente después de escupir un poco sobre mi erección.
— ¡Ngh! — Exclama y abre sus ojos empapados de lágrimas, toma mis brazos y comienza a
observarme suplicante.
— ¿Lo quieres fuerte? —Doy una dura embestida y él vuelve a gemir — ¿Más fuerte,
muñeco? ¿Quieres que te rompa?
Muerde sus labios y veo su erección perfectamente erecta y con cada embestida dura que
doy, la veo moverse más. Ahoga un suave grito y lleva su mano carmín a él y comienza a
frotarse con velocidad mientras yo entro y salgo de él rápidamente. Su entrada me aprieta
más fuerte y mis embestidas llegan profundo. Su mirada arde de placer y él ayuda
moviendo sus caderas, pellizca uno de sus pezones arqueándose más y comienza a volverse
el desastre que es en la cama paulatinamente.
Me inclino a chupar su pezón que tiene un poco de sangre en ellos debido a su mano y
comienzo a succionarlo. Él gime en mi oído y se arquea un poco más dejándome mayor
libertad para jugar con su cuerpo. Lo agarro de las caderas con fuerza y comienzo a entrar
y a salir de él lento.
Muy lento...
Disfruto de su sabor yendo tan lento como puedo sintiéndolo agitado debajo de mí. Su piel
tiene un rubor natural debido al éxtasis y sus pezones están tan duros que me es un placer
morderlos. Lamo su pezón una última vez y atrapo su boca entre mis labios. El vaivén sigue
siendo lento, paso mi lengua por su belfo sintiendo el sabor de su sangre tan dulce que eso
es todo lo que necesitaba para volver a enloquecer.
Lo abrazo con fuerza volviendo a entrar y a salir de él, nuestros labios rozándose con
nuestras sonrisas enfermas. Él comienza a reír sobre mi boca antes de enredar su lengua
contra la mía y pegarme más a él para humedecer el beso. Gruño en respuesta y comienzo
a tocar su cuerpo con desespero mientras rodamos por la cama sin dejar de besarnos.
Él queda sobre mí y comienza a menearse en suaves olas con su cadera mientras sigue
desesperado el beso. Siento su rabia, todo su odio que me está volviendo loco,
peligrosamente adicto. Él lame mi pecho después con ganas y hace su cabeza hacia atrás
quedando sentando. Siento su pierna húmeda por la sangre chocar contra mi cadera y sus
dedos desaparecer dentro de su boca para lamer aquella sangre.
Yo agarro su otra mano para ayudarlo con su trabajo mientras sigue montándome con una
sonrisa tan desquiciada que lo hace ver sumamente sexy. Joder. Maldito muñeco, ¿cómo
puede ser tan bueno en esto? Muerdo su dedo y sigo succionando complacido y después
viendo su erección que comienza a sacar líquido pre—seminal.
— Ah, dios... — Susurra complacido cual gatito ronroneante sacando sus dedos de su
cavidad bucal y viendo con una sonrisa su erección que ya ha comenzando a salpicar semen.
— Mmh.
Sus piernas se tensan alrededor de mí y se tensan. Se deja caer sobre mi pecho y yo lo tomo
fuerte mientras sigo embistiéndolo mientras él está totalmente embrutecido por su orgasmo
que solo tiembla y lo siento babear sobre mi pecho mientras asiente. Le doy una fuerte
nalgada y llora.
Le doy otra fuerte nalgada que le hace comenzar a reír en descontrol y asentir. Siento su
interior tan cálido y apretándome tan bien que necesito hundirme más y más hasta que me
siento llegar y me corro dentro de él con fuerza. Él jadea sobre mi pezón que también
mordisquea haciéndome aferrarme a su cintura.
— Te... detesto tanto... — Susurra jadeante observándome con una sonrisa.
— Me he dado cuenta. — Contestó sarcástico con voz grave. — Te odio más, te odio a un
punto que jamás podrías imaginarlo, Jimin.
— Entonces sígueme odiando así. — Susurra él. — Así no me sentiré tan mal cuando te haga
mis sucias jugadas.
Vuelve a besarme soltándome un gruñido y sigue meciéndose un poco sobre mí. Esbozamos
una sonrisa de nuevo y se retira para levantarse ahora sí de la cama y observar su pierna de
la que aún sigue brotando sangre.
Coloco mis brazos detrás de mi nuca con una sonrisa de satisfacción. Pasan largos minutos
hasta que finalmente lo veo salir vendado y limpio de sangre. Me levanto también de la
cama y sin dirigirnos la palabra comenzamos a vestirnos en completo silencio, peinarnos,
bañarnos por separado y arreglarnos.
Yo abro la puerta y salimos. Cierro la puerta detrás de nosotros y guardo la llave antes de
dirigirle la mirada. Él también se encuentra viéndome con brazos cruzados y actitud de
ofendido. Yo alzo ambas cejas y extiendo mi brazo y él rueda sus ojos antes de pegarse a mí
y que así pase mi mano por su cintura y lo pegue a mí.
— No. — Me contesta con una sonrisa. — Solo volviste a posponerlo de forma temporal.
— Con eso tengo suficiente. — Le contesto antes de inclinarme un poco para volver a besarlo
con una sonrisa. Él me corresponde también el casto beso y tira de mi cuello para no
separarme de él.
— Sádico loco. — Me susurra antes de darme otro casto beso y separarse para apoyar su
cabeza en mi hombro.
Llegamos al comedor que está todavía con varias personas y el buffet sigue allí. Jimin se
separa de mi agarre para irse a sentar a una mesa, voy junto con él. Observamos todo lo que
el buffet tiene para ofrecer y yo me voy por la fruta y otros guisados mientras que Jimin va
por huevos revueltos y jugo de naranja. Nos sentamos frente a frente y nos mantenemos la
mirada unos momentos antes de que él la baje para comer.
— ¿Y ya sabes qué haremos hoy? — Le pregunto agarrando mi café para darle un trago.
Él alza una ceja nada divertido por mi mal chiste mientras que yo trato de aguantar la risa.
Él se cruza de brazos y allí me detengo para carraspear la garganta.
— Lo que quiero decir es — retomo — que quiero estar contigo. Vine a estar contigo y voy
a aprovecharlo aunque me mandes al carajo. Soy un egoísta de mierda y te quiero conmigo.
Él aguanta la sonrisa. Descruza sus brazos y se relame antes de verme de con una sonrisa
pícara.
— Te tocará pagar el tour por Barcelona. — Me guiña el ojo. — Y mimarme con todo lo que
quiera comprarme.
— Bueno. — Alzo mis hombros. — Esta semana lo que quieras y después tendremos que
hacer un pequeño viaje a otro lado juntos.
— ¿A dónde? — Me pregunta.
Él abre la boca y me observa preocupado: — ¿Estados Unidos? — Pregunta con voz algo
ahogada. Yo deposito mi café en la mesa y le mantengo la mirada antes de sonreír y asentir.
Él niega con la cabeza y yo asiento divertido.
— Estados Unidos, muñeco. — Repito. — Tenemos muchas deudas que deben pagarnos
allí. Muchas, muchas deudas...
|98
JIMIN
- ¿Deudas? - pregunto moviendo suavemente la fruta con el tenedor y al instante alzo una
ceja. - ¿A qué te refieres con deudas?
Yoongi tuerce sus labios y alza una ceja. Yo alzo mis hombros, realmente no sé a qué puede
referirse. Las posibilidades son infinitas y conociéndolo, puedo esperar de todo.
- Pagar - contesta él dándole otro trago a su café - yo debo ajustar cuentas con Taehyung,
Elliot y otras personas allá. Supongo que tú tendrás una que otra persona con quién ajustar
cuentas también, muñeco.
Bajo un poco la mirada: - quizás... - froto mis brazos y levanto la vista nuevamente - pero...
tú al hacerlos pagar... ¿a qué te refieres?
- Sería aburrido si te contara - esboza una tétrica sonrisa que me hace pasar saliva - pero vas
a disfrutarlo tanto como yo, muñeco. Eso puedo asegurártelo.
- Si muere uno, no seré yo quien lo haga - comenta esbozando otra sonrisa y llevando la taza
a sus labios, su mirada muy intensa puesta en mí.
Me mantengo en un pequeño silencio y aprieto mis puños debajo de la mesa. Yoongi toma
mi barbilla y la levanta con cierta brusquedad apretándome fuerte de mi quijada. Yo le
mantengo la vista y francamente, la sonrisa que me está dedicando me está produciendo
escalofríos y una sensación de miedo que hace tiempo no sentía.
- No... Soy... un... asesino... - Repito lento y sintiendo la sangre hervir en mis venas.
- Veremos.
Me concentro en finalizar de comer. Los dos finalizamos casi al mismo tiempo y volvemos
a la recámara. La señorita que limpia el cuarto nos da una mirada nada amistosa mientras
la vemos salir con las sábanas ensangrentadas. La seguimos con la mirada y Yoongi
comienza a reír antes de introducirse nuevamente en la habitación que ya tiene sábanas
limpias.
- Oh, por supuesto que lo es. - Dice él colocándose un par de tenis negro. - La pobre quizás
comience a creer que eres transexual y te está bajando.
- Oh, vamos. No seas así, bebé. - Se burla levantándose y agarrándome de la cintura para
pegarme a él. Yo lo observo sonrojado, ¿acaba de llamarme "bebé"? - ¿Te pones rojito cuando
te digo cosas lindas?
- Porque normalmente significa que algo muy malo pasará después. - Susurro bajando un
poco la vista a sus labios.
Él ríe suavemente y me pega con suma suavidad a la pared antes de atrapar mis labios entre
los suyos. Cierro mis ojos un breve instante sintiendo escalofríos en mi espalda cuando
acaricia mis caderas y muerde mi labio tirando de él coquetamente. Yo gimo un poco sobre
su boca antes de que él se separe pellizcando la piel de mi cintura:
Me toma del brazo antes de que diga cualquier cosa y salimos del cuarto. Me suelta y
comienza a avanzar viéndome divertido y yo francamente comienzo a asustarme. ¿Significa
que hará algo? ¿Cuando? ¿Lo hace por molestar o realmente habla en serio? Miles de
preguntas rondan en mi cabeza y parece que él se divierte viéndome confundido ya que su
sonrisa se ensancha y comienza a dejar pequeños besos en mi mejilla que cada vez me ponen
más tenso. Estamos en un camión que nos está dando el tour por la ciudad pero el
sentimiento sigue ahí.
- ¿Quieres que nos casemos, Jimin? - Sigue preguntando tomando con fuerza. - ¿Quieres que
esté contigo el resto de tus días y te ame? ¿Quieres que te ame, Jimin?
- Te amo. - Repite riendo. - Te amo, Jimin. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Te amo mi
hermoso muñeco, te amo. Te amo, Park Jimin.
- Córtalo ya... - Siseó entre dientes empujándolo fuerte pero él sigue riendo. - ¡Ya déjame!
- Yo te amo, no puedes hacerme esto. - Comienza a sacudirme. - ¡No te dejaré! ¡Te amo! ¡Te
amo! ¡Te amo! ¡No me dejes! ¿Por qué me haces esto? ¡Voy a matarme si te vas!
Mis ojos ya se encuentran fundidos en lágrimas pero él está sonriendo vilmente a través de
sus ojos pese a las lágrimas falsas que va soltando.
- ¿Por qué juegas así conmigo? ¿Por qué no puedes amarme, Jimin? - Solloza dramático. -
Admito que me gusta que juegues con mi cuerpo... - suspira - no con mi corazón.
El camión arranca impidiendo que me baje. Me cruzo de brazos y observo el suelo apretando
mis dientes y enterrando mis uñas en mis brazos. Respira Jimin, solo un gran imbécil.
Respira... respira... tendrás tu venganza pronto. Solo aguanta un poco más... solo un poco,
Jimin. Solo un poco y le devolverás el golpe.
- Oh, no me digas que te hice llorar, muñeco. - Me da un codazo.
Me limito a contestar y observo fijo a la señorita escuchando sus indicaciones, callando por
completo a Yoongi. Sé que me está hablando pero lo ignoro por completo manteniendo la
vista fija al frente. Hasta lo siento sacudirme con cierta violencia pero yo solo sonrío sin
despegar la vista de enfrente.
- Déjame ya. - Le contesto pero antes de que me levante para cambiarme de lugar, él vuelve
a tirar hacia mí.
- Escúchame, maldita sea. - Susurra en voz baja acercándose más a mí. - Necesito que llores
y que realmente te sueltes a llorar.
Yo niego con la cabeza y él vuelve a atraparme del brazo con más fuerza. Estoy a punto de
decirle que me suelte cuando levanta la vista a la ventana y maldice antes de tirarme al
suelo.
- ¡¿Pero qué mierda te sucede?! - Grito escandalizado cuando siento el golpe contra el suelo.
Yoongi saca una pistola y todos gritan al instante. Dispara al aire mientras yo estoy
completamente escandalizado. ¡¿QUÉ MIERDA LE SUCEDE?!
Comienza a jalonearme pese a mis forcejeos y pataleos. ¡¿Qué mierda le está sucediendo?!
Siento mi respiración cortarse cuando me apunta con el arma y la destraba antes de
aventarme por las pequeñas escaleras del camión en el que estamos y caigo a la calle en seco.
Trato de reincorporarme rápidamente en la solitaria calle cuando Yoongi baja y comienza a
arrastrarme a la fuerza pese a mis chillidos.
- ¡SUÉLTAME! - Le grito con fuerza. - ¡SUÉLTAME YA! ¡¿PERO QUÉ MIERDA PASA
CONTIGO?!
- ¡CÁLLATE! - Me grita con bravura apuntándome de nuevo con la pistola y yo al instante
me tenso. - ¡Cállate y avanza antes de que te dispare en la pierna!
- Cállate por la mierda. - Sisea entre dientes. - Deja de hacer esto más difícil, Jimin.
- ¿Qué?
Él vuelve a arrastrarme hasta llegar a una calle con un callejón. Trato de zafarme otra vez
pero vuelve a cogerme fuerte y me mete dentro. Observo a cuatro hombres, ninguno tiene
caras familiares.
- Dijeron que esperarían a mi último día. - Dice Yoongi enojado mientras yo sigo en el suelo
congelado sin saber qué decir. - La maldita idea era irme y que ustedes después lo agarraran.
- ¿Y qué si Jimin se entera que solo lo volviste a usar? Dijiste claramente el otro día que no
te importaba. - Habla uno segundo mientras yo siento mi corazón martillear lento. - Ya
cumpliste lo tuyo, nosotros lo nuestro.
Volteo a ver a Yoongi quien se dedica a verme fríamente antes de chasquear la lengua contra
su paladar y observa al más joven.
- Matthew. - Lo llama y el chico levanta la mirada. - Lo quiero lo más limpio que puedan.
- Trataré de que Forcraft no se pase mucho con él. De todos modos, lo necesitan en buenas
condiciones si quieren hacer el intercambio con tu familia. - Contesta él. - Lo prometo.
Hiciste bien en dárnoslo.
- Aunque sus lindas sonrisas en el hotel yo diría que parecían bastante sinceras. - Contesta
otro hombre riendo secamente.
- Claro, ¿no viste cómo estuvo llorando después en el camión? - Se burla Yoongi riendo. -
Vamos, no seas tampoco tan ridículo. Puedo tenerlo en risas y lágrimas cada que se me dé
la gana, es muy débil.
Yo sigo en un crudo silencio sin saber qué decir, siento las espesas lágrimas deslizarse por
mis ojos y después a uno de los hombres tomarme con fuerza. Me levanta y me mantiene
firme mientras yo niego con la cabeza, demasiado débil para poder decir o gritar algo.
- Wonho. - Llama Matthew y el que me tiene sujetado voltea a verlo. - Llévalo a la camioneta
y dile a Forcraft que vamos para allá.
- Solo dame un momento. - Yoongi guarda la pistola y se acerca suavemente a mí. - Jimin...
Las lágrimas me impiden continuar y solo gritos salen de mi garganta mientras me revuelco
en los brazos que se mantienen firmes tratando de sujetarme. Yoongi suelta un suspiro y
observa a Matthew.
- Tenemos cuatro horas. - Contesta Matthew sacando una hoja que le entrega. - Estos son los
números, por cualquier cosa. - Voltea a verme. - Llévenlo.
- ¡YOONGI! - Grito con fuerza y finalmente cubren mi boca con un trapo acallando mis
gritos. Me revuelco de izquierda a derecha sintiendo las lágrimas nublarme la vista.
Wonho vuelve a tirarme lejos de ellos mientras yo sigo luchando por zafarme, sintiendo mi
corazón estrujarse el doble cuando Matthew ríe cuando Yoongi le comenta algo. Doy un
último codazo lo más fuerte que puedo y eso basta para que el agarre se afloje. Vuelvo a
golpear tan fuerte como puedo y doy una gran patada para escabullirme de sus brazos y me
arranco la venda antes de correr hacia ellos con la sangre encendida.
- ¡MALDITO TRAIDOR! - Vuelvo a gritar con fuerza antes de tirarme sobre Yoongi.
Él suelta un gruñido y apenas logro darle un fuerte golpe en su rostro, me vuelven a tomar
de los brazos para jalarme lejos de él pese a mis gritos. Me hago hacia adelante pero vuelven
a tirarme hacia atrás sintiendo como me colocan otra venda en la boca y esta vez en mis
muñecas que colocan con fuerza detrás de mi espalda.
- Entenderás algún día, Jimin. - Me dice Yoongi limpiándose la sangre. - Algún día vas a
entenderlo.
Niego con la cabeza sintiendo más lágrimas deslizarse. Yoongi se aleja más y lo veo tomar
de la cintura a Matthew quien lo observa apretando sus labios antes de suspirar y verme.
El grito se ahoga en la tela conforme veo sus cuerpos alejándose. Me toman con excesiva
fuera y mientras escucho que abren la camioneta observo con amargura, sintiendo un nudo
ardiente y repulsivo en mi garganta ser tragado y nauseas al ver a Yoongi besar a aquel
chico y pegarlo a él mientras sigue su enardecido beso. Y se corresponden mutuamente.
TAEHYUNG
Me encuentro sentado en la sala sin saber exactamente qué hacer, qué decir o cómo
reaccionar. Son altas horas de la noche y casi no hay ruidos. Anthony se encuentra frente a
mí con los pies sobre la mesa y cruzado de brazos viendo el suelo.
— ¿Yoongi te entregó a Jimin por voluntad propia? — Espeto riendo. — No seas imbécil,
Forcraft. Se debe traer algo en manos.
— Probablemente. Eso no nos interesa ahora. — Él alza sus hombros indiferente. — Solo
necesito a Jimin acá y ya después podré preocuparme más adelante.
— ¿Me ves con alguien más? — Espeta Jungkook quitándose la sudadera agresivo antes de
volver a tomar los cuchillos y alejarse por el pasillo.
Anthony y yo nos quedamos en silencio viéndolo partir. Puedo notar la mirada curiosa de
Forcraft sobre él y si bien no me sorprende, no puedo evitar preguntarme si ha habido algo
entre ellos dos. No parece, sin embargo Anthony parece muy coladito por Jungkook. Al
menos, se ve que le atrae bastante. No lo culpo.
Jungkook tiene veinte años, él tiene veintinueve, la diferencia no es tan grande. Ambos
siguen en su época de juventud al igual que yo. En realidad, casi todos somos bastante
jóvenes aún y eso me pone a pensar en la mierda que estamos convirtiendo nuestra vida a
edad tan temprana.
— En realidad no tengo sueño así que iré a bañarme y si todavía tengo energía, bajaré a
acompañarlos. — Él alza sus hombros. — Hay vodka, por cierto, en la cocina.
Jungkook me da una mirada y rueda los ojos antes de subir rápidamente las escaleras.
Escucho a Anthony reír y eso hace que vuelva mi vista a él.
— Eso es cierto. — Anthony suspira. — Bueno, conozco a alguien que no te odia. Es hijo de
una tía mía, también estaba en el Linsday contigo.
— ¿Hoseok? — Pregunto ampliando mis ojos. — No jodas, ¿en serio? ¡Éramos muy amigos!
— ¿Sí? — Forcraft sonríe. — Bueno, estás de suerte. Siempre viene por estos meses con mi
tía a visitarme.
— ¡No, no, no! — Exclama él rápidamente. — No. Para nada, no está enterado, ni mi tía.
— Oh, ya. — Asiento.
— Y hablando de familia, ¿qué le pasó a tu madre? — Pregunta Forcraft. — Desde esa vez
en año nuevo...
— Entonces ahora eres parte del club de los huérfanos. — Anthony ríe con cierta tristeza.
— Supongo que lo soy. — Alzo mis hombros. — Esa cena... fue realmente devastadora para
todos.
— Estamos tratando de dar con él. — Habla Forcraft. — Mingyu. ¿Fue novio de Jimin?
— Lo fue. — Asiento. — Él.... llegó a Estados Unidos a estudiar el último año en el Linsday
como nosotros.
— Estaba antes en el Linsday de Washington. — Explica Anthony y yo alzo una ceja. — Pero
tuvo que irse a los catorce años y regresar solamente para el último año. — Sonríe.
— Su madre es Europea, tiene nacionalidad Italiana, sin embargo. — Anthony ríe. — ¿Aún
no lo captas, Taehyung?
Lo observo fijo. Él esboza una sonrisa y niega con la cabeza prendiendo un cigarro que lleva
a sus labios.
— Es parte del grupo L. — Contesta expulsando el humo con una sonrisa. — Y está
buscando a Jimin... aunque... para ser francos — observa el cigarro unos momentos antes de
sonreír — no me sorprendería que ya lo hubiera hecho.
.
JIMIN
Pierdo completa noción del tiempo. Cuando me quitan el saco que llevo en la cara, observo
que estamos dentro de un jet privado. Suelto un gruñido y me fuerzan a sentarme donde
me atan al asiento con fuerza, ajustando nudos, cuerdas y me quitan el trapo de la boca.
— No van a escucharte aunque grites, así que puedes intentarlo. — Me dice quién he
reconocido como Wonho. — Vendrá a verte mi jefa y el jefe acá a cargo. Te recomiendo
comportarte, no es gente fácil con la cual lidiar.
— Al menos lo intento. — Contesta alzando sus hombros. — Es un viaje largo, así que si
quieres dormir, te recomiendo apoyarte en la ventana o de plano tirarte al suelo.
Termina de ajustarme y se levanta para irse pasando por una cortina de la cual, se escuchan
voces del otro lado. Trato de removerme un poco pero, vamos. Estoy en un jet en el cielo,
¿de qué mierda servirá que me desate? ¿Luego qué? ¿Brinco por la salida de emergencia?
¿Agarro una pistola y mato a todos?
Suelto un suspiro y finalmente las voces se vuelven más bajas. Pasan largos minutos en los
cuales no escucho absolutamente nada, las lágrimas siguen escurriendo de mi rostro. Un
pequeño perfume llega a mi nariz y al instante siento una presencia detrás de mí. No puedo
voltear así que limito a esperar antes de ver a una atractiva chica sentarse frente a mí.
— Así que tú eres Park Jimin. — Esboza una pequeña sonrisa y se echa el cabello hacia atrás.
— Debo admitir que eres bastante guapo. Yoongi tiene realmente buenos gustos.
— ¿Importa? — Ala una ceja y ríe. La veo abrir un pequeño cajón y de allí sacar un licor que
va sirviendo en un vaso. Le mantengo la mirada hasta que ella finaliza y lo deposita en la
mesa frente a nosotros. — Creo que tú y yo deberíamos hablar.
— ¿Cómo podríamos hablar si no tengo idea de quién eres? — Pregunto de mala gana.
Ella ríe divertida y niega con la cabeza: — Bueno, no te alargaré más el lindo suspenso,
Jimin. — Le da un pequeño trago a su licor. — Me llamo Clara. Es un tremendo honor
conocerte. No tienes idea. Eres una sensación.
— Verás, Jimin. — Me dice golpeando sus gráciles dedos contra la superficie de la mesa. —
Pese a nuestras... diferencias, yo no puedo simplemente agarrar una navaja y rebanarte el
cuello. Ganas no me faltan, pero cuando se trata de trabajo y negocios, tiene más poder el
control que la venganza. ¿Me entiendes eso?
— Lo hago. — Trato de mantenerme tranquilo. — Así que tú eres Clara. — Digo ahora
divertido. — Bien, admito que eres bastante atractiva, no se me dificulta pensar en por qué
Yoongi te tuvo en la mira.
— En su debido momento. — Contesta con cierta sequedad. — Pero no estamos aquí para
hablar en qué atractivos somos. Yoongi es la razón.
— No me sorprende. — Contesto con burla. — Debe ser difícil para ti ver que prefiere los
culos a tus buenos pechos.
— Eres agresivo. — Ríe de nuevo. — Creo que en otras circunstancias me agradarías, Jimin.
Sin embargo, respecto a Yoongi, no vine a pelear contigo acerca de a quién le pertenece.
Sería una pelea bastante difícil de calmar si se comienza.
— ¿Entonces qué haces acá? — Ladeo un poco mi cabeza. — Dudo mucho que si fuese
alguien más te causaría intriga ir a hablar con él.
— Intrigas a todos, Jimin. Solo por tu sencillo nombre ya puedes causar bastantes susurros
y conflictos. — Ella alza sus hombros de nuevo. — Oh, espera. Ya llegó nuestro tercer
interlocutor.
Escucho unos pasos detrás de mí y al instante veo al chico de nombre Matthew sentarse
junto a Clara. Siento cierta tensión instalarse en el pequeño espacio pero me sorprende como
pese a ello, tanto Clara como Matthew se siguen viendo... demasiado... profesionales.
— Esperaba todo menos a un chico de carita tierna e infantil. — Apoya su codo en la mesa
y sonríe apoyando su barbilla también. — Según yo, a Yoongi le gustaban con miradas más
duras y profundas.
— Vamos, Clara. — Matthew voltea a verla. — Yo soy el que está a cargo acá y tú también.
Si queremos decirle cualquier cosa, ahora sería el momento.
— Bien, no vamos a discutir por Yoongi. — Clara frota sus sienes. — En serio, Matthew. Yo
no voy a ponerme a pelear por él.
— ¿No vas a ponerte a pelear como la vez en que casi me arrancas la garganta? — Pregunta
Matthew viéndola divertido. — ¿Muñeca?
— Yoongi es pasado para mí, no sigo volcada en él ya. — Clara aprieta sus puños.
— Oh, cierto. Que ahora tienes tus ojos puestos en su otro muñeco. — Ríe Matthew. —
¿Jeon? ¿Jungkook, no?
— Oh, ¡vamos! ¿En serio, Jimin? — Se ríe Matthew. — ¿Nunca se te cruzó por la cabeza el
por qué tu ex mejor amigo de repente se volvió aficionado de los cuchillos?
— Ojalá lo fuera. — Matthew suspira. — Todavía recuerdo cuando los sorprendí besándose.
Suelto otro grito y trato de zafarme provocando un dolor en mi cuerpo debido a la fuerza.
Pateo la mesa inevitablemente y la copa de Clara cae al suelo rompiéndose. Ella suspira
fatigada mientras Matthew ríe.
— ¿Lo ves? Está más loco que Jungkook, tú y yo juntos. — Matthew alza sus hombros
divertido. — ¿Qué te hizo Yoongi, Jimin?
— Bueno, considerando que te molestaste porque me ha besado, supongo que debes tener
una... necesidad posesiva de tenerlo a tu lado. ¿Me equivoco? —Prosigue.
— No, es divertido. —Él me sonríe. —Yoongi tenía razón. Eres un mocoso débil y
demasiado sentimental. Un pequeño berrinchudo.
— Quizás lo sea, pero quiero verlo a él peleando por ti como ha peleado por mí. — Le sonrío.
— ¡Bien, ya fue suficiente! — Grita ella. — ¡No estamos acá para discutir por Yoongi!
¡Supérenlo de una maldita vez, es un mujeriego y jamás cambiará! ¡Juega, te dice palabras
bonitas y se larga! ¿Entendido? ¡Corta ya! ¡Supérenlo! ¡Jamás va a amarte ni a ti! — Señala a
Matthew — ¡Ni a ti! — Me señala a mí. — ¡Ni a Jungkook, ni a mí!
Nos quedamos en silencio. Matthew se levanta estirándose con total tranquilidad mientras
yo sigo ahorcándolo con la mirada.
— Solo como última palabra. — Matthew voltea a verme con una sonrisa. — ¡No me dejes,
Yoongi, te amo! ¡Voy a suicidarme si me dejas!
Matthew sale riendo mientras que yo estoy viendo el suelo nuevamente sintiendo amargas
lágrimas irse acumulando en mis ojos. Siento a Clara sentarse a mi lado y tomar un poco mi
barbilla para levantar mi mirada.
— Escúchame, Jimin. — Dice ella sin ser dulce pero tampoco agresiva. — Te lo pediré yo:
trata de mantenerte controlado y neutro. Tratarán de picarte para hacerte enloquecer. No
les des el maldito gusto. ¿Bien?
— ¿Tú también estás acá para burlarte? — Pregunto secamente. — Adelante, hazlo. Soy
realmente patético y un verdadero y gran imbécil por seguir creyendo en Yoongi.
Ella suspira y me suelta sin decir nada más. Nos mantenemos en silencio unos cuantos
segundos que yo siento realmente eternos y pesados. Finalmente Clara vuelve a tocarme
para captar mi atención.
— No dejes que te mande al suelo. — Repite. — No voy a mentirte Jimin, tienes potencial.
Tienes un buen potencial pero no lo podrás desarrollar solo. O es acá en Américo o en
Europa. Si Yoongi te lanzó a nosotros, no creo que haya sido en vano. Ignoro sus razones,
realmente no puedo darte detalles ya que no me tocó estar ahí el día en que hablaron de eso.
— Suspira y me suelta el brazo peinando su cabello de lado. — Yoongi te tiene un cariño
especial. Al menos, un poco más que a todos nosotros y ese es un avance. No quiero que
estés en contra de nosotros, será más fácil para ti y para nosotros si sencillamente obedeces.
— Pues en ese caso, creo que deberás hablar con Anthony respecto a eso. — Clara luce seria.
— Porque al menos él, no fue quien mató a tu madre.
Clara niega con su cabeza: — Deberás hablar con Forcraft, pero estoy segura que no fue él.
— Me observa unos breves segundos y voltea hacia atrás. — Te dejaré, necesitas algo de
descanso antes de llegar a Estados Unidos. Vendré en cuatro horas a darte algo de comer.
¿Bien?
— ¿Por qué eres...? — Busco la palabra. — ¿Buena? No estoy seguro de cómo decirlo. ¿Por
qué eres comprensiva o al menos dulce conmigo? Soy el chico que prácticamente puso la
barrera entre Yoongi y tú.
— Porque pese a lo mucho que amé a Yoongi y lo quise conmigo — suspira — soy jefa de
una mafia. Soy una mujer controlando a hombres peligrosos en el mundo de la droga.
Muchos no me tienen respeto por el sencillo hecho de ser mujer, así que debo imponerme.
Si ven que pierdo la cabeza por un hombre, y más siendo Yoongi, perderé control total y
van a matarme. — Me mantiene la vista fija. — Así que decidí olvidarlo y soltarlo y
encargarme únicamente de mi trabajo.
— Sí. — Ríe un poco. — Al menos sé que esta guerra me mantendrá ocupada la mente un
largo tiempo. Así que puedo respirar tranquila un par de meses.
— De nada.
Sonreímos mutuamente antes de que ella se pierda de mi campo de visión y escuche sus
pasos alejarse hasta dejar de escucharlos. El silencio vuelve a reinar pero al menos me
mantengo un poco más tranquilo ahora que he hablado con ella. Además, eso significa que
volveré a ver a Taehyung... así que, quizás no sea tan malo volver después de todo.
Al menos, mientras me mantenga del lado de Anthony Forcraft y no del de Derek Sullivan.
|100
JIMIN
— Llegamos.
Levanto la vista viendo a Wonho zafarme por completo y únicamente colocarme unas
esposas en mis muñecas detrás de mi espalda. Me empuja con algo de cuidado mientras
vamos bajando del jet, es de madrugada y hace bastante frío. Observo a mi costado a
Matthew pasar y colocarse al frente con otros hombres mientras Clara se coloca a mi costado
tomando mi brazo con suavidad para guiarme.
Él asiente y me suelta para adelantarse con Matthew mientras que Clara y yo nos quedamos
atrás avanzando a su ritmo. Volteo a verla pero ella sigue avanzando sin dirigirme la
mirada. Su agarre no es duro, de hecho apenas me está tomando.
— Bien. — Dice ella deteniéndose un poco para crear distancia entre los que están adelante
y nosotros. — Voy a explicarte cual es el plan para que no hayan sorpresas, ¿bien?
— Voy a escoltarte hasta la mansión de Will. Allí están casi todos y estarás bien vigilado. —
Sigue diciendo avanzando a paso más lento todavía sin verme. — No intentes nada idiota,
Jimin. La orden es mantenerte vivo más no entero. Forcraft y yo no somos tan escandalosos
pero Will lo es. Es el tío de Jungkook.
— Sí...lo conozco. — Susurro débilmente. — ¿Pero y ahora qué? ¿Cómo está organizado
Estados Unidos? ¿Qué piensan hacer?
— Las cinco mafias ahora estamos en una tregua de paz. Habrá una reunión para discutir
de esto y acerca de quién va a tenerte y qué va a pasar contigo. — Sigue. — El grupo L ahora
está débil, así que si vamos a atacar o tomar cualquier decisión, es ahora.
— Espero. — Murmuro y no puedo evitar sentir curiosidad: — ¿Es cierto que le traes los
ojos puestos a ojos?
Clara comienza a reír de buena gana y niega con la cabeza: — No, por dios. Jungkook y yo
nos llevamos bien, es bastante dulce conmigo pero no me interesa en esos aspectos. Es lindo
solamente. — Alza sus hombros. — Si lo quisiera, ya lo tendría.
— Algo. Aún así me preocupa que vaya a hacerme algo. Ya sea él o... Jungkook.
— Bueno, si te sirve de algo, Taehyung estará ahí para cuidarte. — Clara voltea a verme
finalmente. — Y Forcraft te tiene también cierto aprecio aunque esté cabreado de que lo
hayas traicionado al irte con Sullivan.
— Fue un gran error. — Niego con la cabeza. — Ellos realmente quieren matarme.
— No lo sé, Jimin. — Ella vuelve a verme seriamente. — Yo también desearía saber. Son
pocos los que tienen la información.
Llegamos a la camioneta y aquello me impide hacer más preguntas. Clara habla con los
hombres mientras que Matthew me observa cruzado de brazos y fríamente. Terminan de
decirse las cosas y solamente Clara se sube en la camioneta con Wonho. Los demás se
dispersan.
El silencio no es tenso pero tampoco el más agradable del mundo. Observo por la ventana
las calles que bien conozco y sin duda extrañaba. Extrañaba Oregón. Al menos... extraño lo
bueno que viví acá antes de convertirme en quien soy ahora.
Seguimos avanzando por la noche y no pasan ni quince minutos hasta que nos detenemos
en una gran mansión. Wonho se detiene y Clara baja para ayudarme a bajar. Me quita las
esposas y si bien sé que puedo huir, prefiero tener un plan antes de intentar cualquier cosa.
Además, por la forma tan natural en que me las quita y comienza a avanzar, se ve que confía
en mí o al menos sabe que no escaparé. Avanzo detrás de ella sobando mis muñecas hasta
detenernos. Ella toca.
— Vendré en dos días. — Me dice viéndome nuevamente. — Por favor, obedece. Los
conozco, Jimin. Ellos no dudarán en arrancarte extremidades con tal de mantenerte. Yo
estoy optando la vía suave contigo, por favor no me hagas arrepentirme de ello.
Taehyung entra conmigo y cierra la puerta. Nos observamos unos segundos antes de volver
a fundirnos en un abrazo cálido y bastante fuerte. Levanto un poco la vista a la mansión y
veo a Jungkook cruzado de brazos viéndonos fijamente. Me suelto de Taehyung y él
también voltea.
— Tu habitación está en el tercer piso. — Comenta él dejando de lado el cuchillo con el que
juega. — Ven. Mañana ya tendrán tiempo para fundirse en besos y risitas. —Finaliza de
mala gana.
Taehyung aprieta mi mano con una suave sonrisa que le devuelvo antes de soltarme de él y
avanzar detrás de Jungkook. Subimos las escaleras en un silencio abismal hasta llegar al
tercer piso nombrado. Jungkook se abre un poco y empuja una puerta apuntando el interior
con su barbilla.
— Acá. — Me contesta. — Te vendré a despertar a las ocho. Anthony quiere hablar contigo.
Volteo a verlo pero él no dice nada. Evita mi mirada y se da la vuelta para avanzar lejos de
mí pero lo tomo del brazo fuerte para que no se aleje. Jungkook voltea a verme a través de
su hombro con cierta agresividad pero yo muerdo mi lengua y me acerco a él para abrazarlo
con fuerza.
YOONGI
Mantengo la vista fija en el collar con una esmeralda en el centro que aprieto con fuerza.
Levanto la vista una última vez a la solitaria calle y a la oscura noche.
— ¿Sí? — Pregunto.
— Jimin ha llegado. — Dice Clara. — Espero realmente que sepas lo que estás haciendo,
Yoongi.
— Por primera vez, no lo estoy, Clara. — Contesto fríamente. — Pero confío en que tendré
éxito.
— ¿Y si no? — Pregunta ella. — No sé qué haces, no sé qué esperas o buscas, pero sea lo que
sea, Yoongi, no resultará.
— Jimin es el imán. Los que necesito irán allá. — Contesto observando el suelo con una
sonrisa. — Y si no lo hacen, no tendré de otra que ir por ellos a la fuerza.
— ¿Por qué? — Susurra ella. — ¿Por qué le haces esto al pobre chico?
— ¡Porque yo no estaré aquí para protegerlo, Clara! ¡No estaré tranquilo hasta saber que él
podrá librarse de cualquier maldito problema sin que yo esté ahí o alguien más!
— El día en que lo comprendas, entenderás. — Le digo en voz baja. — Aunque ese día
espero realmente que falte mucho para que llegue.
Escucho ruidos.
— Clara. — Retomo. — Debo irme. No te pido nada más, solo júntalos a ellos dos.
— Muy lejos de nosotros. — Esbozo una sonrisa. — También me da gusto volver a verte,
Mingyu. ¿Qué tal estás, primo?
PARTE III: Del nacimiento de un asesino.
.
Mi fe se arrastra lejos.
Atrapado en la oscuridad,
"A veces suena increíble que lo piense, pero te lo diré a ti. Si un día yo llegara a pedirle
matrimonio a mi muñeco, me ahorraría los votos matrimoniales. No tendría sentido
alguno. Ni siquiera la muerte podría separarnos."
YOONGI
El silencio abismal que acompaña la helada noche provoca un escalofrío agradable por
toda mi espina dorsal. Lentamente voy esbozando una sonrisa ante la mirada perpleja y
confundida de Mingyu. Él me apunta la frente con su arma.
— No quieras jugar conmigo, Yoongi — dice entre dientes— sabíamos que tú jamás lo
traerías de vuelta, no eres apto en lo más mínimo para estas cosas. Eres débil.
— Lo estaba. Realmente amé a Jimin — aprieta la pistola y tensa su quijada — hasta esa
cena de año nuevo donde me enteré de todo. Al menos, de quién era realmente Jimin. Me
humilló de una forma que jamás creí esa noche.
— Oh, vamos. — Ruedo los ojos divertido y comienzo a caminar alrededor de él sin que
deje de apuntarme. — ¿No era obvio que Jimin me hacía ojitos, Mingyu? ¿Nunca vista sus
cicatrices? ¿O no le daban tremendos orgasmos cuando sacabas el cuchillos para
prepararle algo de cenar?
— Vaya pena. No es mi culpa que prefiera mi polla que la tuya. — Suelto una risa
inevitable. — De su lado, al menos dudo que te haya amado.
— ¿En serio? — Tuerzo mi sonrisa. — Chistoso. El mismo día en que le pediste ser tu
novio yo me lo estaba tirando duramente en la noche... — Me inclino suavemente hacia él
— Sobre la isla de la cocina batido de chocolate y escuchando sus gemidos en mi oído.
Mingyu trata de darme un golpe que esquivo con facilidad soltando una risa: — ¡Maldito
imbécil! — Grita él. — ¡No me obligues a dispararte, Yoongi! ¡Dime dónde mierda está
Jimin!
— No tengo idea. Dejé de verlo hace un par de días. — Le contesto esquivando otro golpe
que trata de darme. — Yo solo me quedé con su collar porque me resulta curioso el
rastreador que está allí. ¿Se lo colocaste? Oh, pobre Jiminnie. ¿Cómo reaccionará cuando se
entere que su novio lo utilizaba?
— Hm. — Él ríe apretando sus labios. — Te sientes realmente orgulloso de lo que hiciste
con Jimin, ¿no? Eres un enfermo.
— Si Jimin fuera el lindo niño que conocí, ahora sería bocadillo de leones y lo habrían
cogido hace años. Lo único que hice fue fortalecerlo. Aunque claro, están mis caprichos
ocultos debajo de eso. — Relamo mis labios y Mingyu baja el arma.
— Oh, pero miren qué cosa más linda. — Se burla Mingyu mordiendo sus labios
divertidos. — Tenemos al gran y temible Min Yoongi enamorado de un lindo niño.
— Wow, realmente ya tienes todo planeado. — Mingyu alza ambas cejas. — Te admiro,
Min. Mi tío realmente tuvo un hijo tan cuerdo como él. Debes ser el orgullo de la familia.
— El día en que vea a mi padre, podré coger ese reconocimiento. — Le contesto con
simpleza. — Ahora... tú buscabas a Jimin.
— Puedo hacerlo, pero únicamente con una condición. — Esbozo una sonrisa. — Y más te
vale informarle a todo el grupo Europeo acerca de eso. Esa será la únicamente manera
para hacer que te lleve a él.
— Habla. — Mingyu juega con la pistola en sus manos sin dejar de verme fijamente a los
ojos.
— Jimin vivirá conmigo. No me interesa para qué mierda lo quieren. Estará de su lado, sí,
pero viviendo conmigo. — Me reincorporo bien cruzando de nuevo mis brazos. — Ese es
mi único término.
— Dudo que haya problema con ello. — Mingyu sonríe de vuelta y extiende su mano. —
Hablaré con ellos. Sobre todo con tus hermanos.
— Lo agradecería.
.
JIMIN
Bajo las escaleras y voy a la cocina observando a la mujer que está preparándolo
justamente. Le sonrío y después de enterarme de que su nombre es Ross, vuelvo a la sala a
esperar el desayuno. Escucho unos pasos y al instante me levanto creyendo que es
Taehyung pero siento un pequeño escalofrío al ver a Anthony Forcraft cruzado de brazos
viéndome fijamente.
Suelto un suspiro antes de seguirlo frotando mis brazos. Cruzamos un par de pasillos
antes de que Anthony abra la puerta y un extenso estudio iluminado por la luz matutina
se abra frente a nosotros. Ingreso suavemente con Anthony detrás de mí hacia dos sofás.
Yo me siento y él también en completo silencio. Yo me encuentro jugando con mis manos
mientras él se mantiene cruzado de brazos y observándome serio.
— No lo dudo, Jimin. — Él sigue serio frente a mí. — Sin embargo yo deposité toda mi
confianza en ti. Te salvé y cuidé de Yoongi, te di alimento, vivienda y absolutamente para
todo lo que necesitaras yo estaba ahí para ti.
— Lo sé. — Aprieto mis labios. — Lo sé, lo sé, lo siento tanto. — Me sincero. — No estaba
pensando claramente en ese entonces. De hecho, no sé si lo hago realmente. No sé qué
hago la mayoría del tiempo.
— Lo es. — Volteo a ver sus ojos verdosos. — Realmente lo siento, Forcraft. No te miento,
estoy aterrado ahora mismo y el único lugar donde me siento a salvo es contigo.
— Terco como mula. — Él niega con la cabeza. — Ya extrañaba que le pusieras "peros" a
todo. — Alza una ceja. — Por cierto, lindo cambio.
— ¿Lo dices por el cabello o por la oreja?— Pregunto y Anthony suelta una carcajada.
— Ambos. El negro te hace ver sexy, la mitad de la oreja como un chico malo de esas
películas de rebeldes. ¿No quieres que te corte la otra para que estén iguales?
— ¡Lo hago, lo hago! — Contesto cubriendo mi boca. — Sabes que juego. Tú eres un chico
caliente americano.
— Lo creo. — Asiento feliz antes de reír de nuevo. — Lo siento, hacía tiempo que no me
reía así. Necesitaba relajarme.
— No suena tan mala idea. — Resoplo. — A este rimo moriré de viejo a los treinta años.
— Bien. Así está mejor. — Él se levanta del sofá y yo también. — ¿Volverás a traicionarme,
Jimin?
Lo rodeo fuerte en mis brazos con una sonrisa. Nos estrechamos antes de separarnos con
una sonrisa y avanzar fuera del estudio. Anthony y yo expandimos nuestros ojos cuando
vemos a Taehyung y Jungkook reincorporándose de golpe y tambaleándose hacia atrás.
¿Estaban espiando a través de la cerradura?
— Estarás acá hasta que se lleve al cabo la reunión. — Anthony suspira. — Es en dos
semanas. Debes prepararte para lo peor.
Asiento ligeramente nervioso y veo a Anthony pasar antes de darle una miradita a
Jungkook. Jeon desvía la mirada empujando su lengua contra su mejilla y apoya su
hombro en la pared, cruzándose de brazos. Anthony desaparece dejándonos a los tres
solos.
— Voy a callarte a la mala si no cierras tu puta boca. — Sisea Jungkook volteando a verlo
furioso.
— Bueno, calma. — Intervengo ahora yo. — ¿Quieren explicarme qué pasó entre ustedes
dos para que se odien de esa forma? Hasta donde entiendo, a ti te gustaba Taehyung,
Jungkook.
Ambos se mantienen en silencio y Taehyung pasa saliva pesadamente. Jungkook alza una
ceja viéndome fijamente pero me cuesta recibir su mensaje. Jungkook voltea a ver a
Taehyung con las cejas unidas.
— No creo que convenga tener esta conversación ahora. — Taehyung voltea a verlo. — Me
disculpé contigo.
— Jungkook...
— ¡Que te calles, maldita sea!
Vuelvo a Jungkook quien mantiene sus labios apretados. Veo que mantiene la vista muy
fija en Taehyung. Suspira y se cruza de brazos apuntándolo con su barbilla.
— Joder, ¿podemos saltarnos esta escena? — Pide Taehyung de mala gana pero yo ya he
volteado a verlo. ¿Qué mierda hizo?
Taehyung tapa su rostro y lo frota. Observa también a Jungkook antes de relamer sus
labios y cruzarse de brazos tensando su quijada.
— ¿QUÉ? — Espeto.
— ¡Eres un verdadero idiota si crees que no lo hice! — Grita Taehyung de vuelta. — ¡Me
gustabas!
— ¡Maldito mentiroso!
Maldita sea. Que ellos se arreglen, yo me largo. No estoy para estas mierdas ya. Paso entre
ellos empujándolos y escuchando su griterío al que no preso atención ya. Me vale. Me vale
una reverenda mierda, ya somos adultos y deben aprender a resolver sus diferencias.
Bueno, no soy el correcto para hablar de formas correctas de arreglar cosas. Pero aún así sé
que ellos no están en un nivel de Yoongi y mío. Son idiotas e infantiles los dos. Realmente
dos idiotas, pudieron ahorrarse todo esto y seguir adelante bien pero no. Taehyung tenía
que ser familia de Yoongi. Ya con eso está jodida más de la mitad de la cosa.
— ¿Todo bien con el joven Kim y el joven Jungkook? — Pregunta Ross apareciendo,
seguramente preocupada por los gritos.
— Mire, mientras no vengan a la cocina por cosas filosas, no hay peligro alguno. — La
reconforto.
Regreso de mala gana al pasillo en el que los dejé escuchando más gritos y golpes. Los
observo con una ceja alzada, viendo a Jungkook ahorcando a Taehyung contra la pared
mientras éste le está sonriendo con sangre en sus labios.
— ¡QUE TE CALLES YA, MALDITA SEA! — Grita Jungkook azotándolo contra la pared
con fuerza. Taehyung se zafa y ahora él va a acorrarlo a la pared.
— Par de idiotas. — Repito encaminándome hacia ellos para separarlos otra vez.
— Eres un imbécil, Kim Taehyung. — Dice Jungkook también con sangre en sus labios
antes de tirar de su nuca para besarlo. Yo me detengo en seco expandiendo mis ojos sin
poder creerlo. Taehyung gruñe y lo pone contra la pared con fuerza siguiéndole el beso
mientras yo siento mi aire cortarse y muy lentamente comienzo a retroceder en silencio.
Estoy inédito con la imagen de su beso rondando en mi cabeza sin piedad.
Realmente todos acá estamos muy enfermos. Y lo sé. Esto acabará muy mal. Esto acabará
jodidamente mal si seguimos así...
|102
JIMIN
Agarro el vaso de agua que llevo a mis labios en silencio viendo a Taehyung y a Jungkook
frente a mí. Ambos están rígidos observando la comida sin dirigirse la palabra u observarme
a mí. Yo sonrío por mis adentros y deposito el vaso frente a mí. Jugueteo un poco con la
comida hasta llevarla a mis labios y masticar lentamente sin dejar de verlos.
Ambos vuelven a tensarse y a expandir un poco sus ojos viendo el plato con más firmeza.
Taehyung es el primero en levantar la mirada para verme fijamente.
— Tú me gustas, Jimin. — Dice él a lo que yo alzo una ceja y Jungkook ríe secamente.
— Claro que te gusto. — Contesto con una sonrisa llevando otro bocado a mi boca. — No
los juzgo, no se preocupen. Ya somos lo suficientemente grandes para arreglar nuestros
problemas como nosotros queremos.
— ¿Podemos dejar de hablar de esto? Por favor... — Jungkook frota sus sienes con ojos
cerrados y yo relamo mis labios antes de reír un poco y negar con la cabeza.
— Por cierto — Habla Taehyung viéndome — ¿Qué pasó con Yoongi? Estabas con él.
— Yoongi no se mueve sin estar al menos un poco seguro de algo — Interviene Jungkook
sin dejar de comer, volteo a verlo con una ceja arqueada. — Corre riesgos, busca su bien
personal de una u otra forma.
— No intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado con la mentira. — Digo de mala
gana. — Me la sé. No estoy seguro de si esta vez se dejó guiar por eso.
— No. No fue. — Jungkook niega de nuevo y me observa. — Nada grandioso fue jamás
conseguido sin peligro.
— Oh, ahora todos somos Maquiavelos en esta mesa. — Ríe Taehyung con sorna.
— Créeme que lo es. — Jungkook le clava la mirada y yo arqueo un poco más mi ceja. — Si
algo aprendí con él es ver todas las posibilidades y prever movimientos. No siempre las
cosas sale como uno quiere, pero hay que correr el riesgo. Si se logran, serás grande.
— ¿Estuviste con él estos dos años? — alzo la vista a él recargándome en la silla todavía de
brazos cruzados.
— Yoongi no tenía ese trato conmigo. — Niega con la cabeza. — Era en parte cuidadoso y
algo protector conmigo. Y además, ¿en qué te importa?
— Una vez. — Él alza sus hombros de nuevo. — No llegamos a más allá. El masoquismo no
es exactamente lo mío y siempre estábamos muy rodeados. No había momentos
particularmente íntimos para... conectar de esa forma — empuja su lengua contra el interior
de su mejilla.
— Vamos, no pueden pelearse por eso. ¿O sí? — Taehyung interviene cuando cierta tensión
comienza a crearse. — Sí, los dos fueron su muñeco en su debido tiempo, pero joder. Hay
asuntos más importantes acá que el idiota de mi primo.
— Matthew y Clara vienen para acá. — Observa su teléfono. — Será interesante ver aquello.
— Hm. — Jungkook suelta después una carcajada. — Se le juntó el ganado a Yoongi, ¿cierto?
— En parte. — Taehyung relame sus labios y voltea a verlo. Jungkook aparta la mirada al
instante. — Y ya que estamos soltando sopa. ¿Qué hay entre tú y Forcraft?
— Bueno, considerando que me besaste hace un par de minutos, creo que es normal que me
surja la curiosidad. — Contesta Taehyung de vuelta con una sonrisa.
Yo cierro un ojo cuando Jungkook le da una bofetada. Aprieto mis labios para no reír cuando
Taehyung se la vienta encima y ambos caen al suelo entre forcejeos comenzando otra pelea.
Yo niego con la cabeza y me levanto de la mesa para irme, escuchando a la pobre Ross detrás
de mí gritar y pedirles que se separen.
— ¿Jimin? — escucho mi nombre y despego mis ojos del libro que tengo viendo a Anthony.
— Clara viene a hablar conmigo y verificar unas cosas para la reunión que se llevará al cabo.
Matthew... él no sé a qué viene. — Alza una ceja. — Supongo que la acompaña.
— Mientras te mantengas cerca, está bien. — Él asiente y observa detrás de él. — Te veo
abajo.
Asiento y dejo el libro de costado escuchando la puerta cerrarse. Paso mis manos por mi
rostro para frotarlo y me levanto con un pequeño ruido en mi boca. Me estiro y agarro algo
de ropa oscura antes de asearme después un poco. Peino un poco con mis manos y suelto
un suspiro comenzando a bajar las escaleras y escuchando voces. Me detengo unos breves
segundos antes de terminar de bajar las escaleras en caracol.
— ¿Te tratan bien? — Ella frota mi espalda cuando me coloco junto a ella.
— Cierto. — Anthony voltea a la sala donde me percato que están Jungkook y Taehyung
discutiendo... ¿todavía? — Aunque resulta divertido verlo desde lejos.
— Sí. — Clara ladea su cabeza observando en si dirección. — Matthew vale por tres.
— Espera, ¿es tu primo? — Pregunto expandiendo mis ojos y verlo fijamente. ¿Qué mierda?
— Sí — Anthony suspira y finalmente lo veo aparecer platicando con Ross. Aprieto mis
puños. — Oh, ahí está. Siéntete en tu casa. — Habla con claro sarcasmo.
— Solo ayudaba a la pobre mujer. — Matthew se acerca con una sonrisa y no puedo evitar
tensarme porque aunque lo deteste, debo admitir que es bastante atractivo. — ¡Oh, Jimin!
¡No te había visto! ¿Cómo te encuentras?
— El día en que Taehyung lo haga enojar, no estaré ahí para defenderlo. — Dice
observándonos y pasa la vista a Clara. — ¿Subimos?
— Prometo no ser malo. — Matthew le sonríe a lo que ella niega con la cabeza y se retira
con Anthony dejándonos solos. Estoy apretando mi quijada cuando Jungkook se acerca a
nosotros a paso firme.
— Oh, Jeon. — Matthew lo observa con una sonrisa. — ¿Arreglando asuntos con Kim?
— Algo así. — Él soba su cuello observando la dirección en la que han desaparecido. Nos
observa después. — Veo que ya se conocen.
Yo alzo una ceja con cierta repulsión pero viéndolo bien... es algo creíble. Es decir, pese a su
personalidad de niño pequeño no tiene exactamente rasgos de ser suave o sometido.
— Oh, yo creí que ya éramos amigos. — Pucherea fingido Matthew. — Después de nuestra
matanza juntos.
— Shhh. — Jungkook coloca su dedo en los labios contrarios lo que me hace unir mis cejas.
Realmente me siento muy apartado en esta conversación. — No hables de muerte frente a
los inocentes.
— Asesino. — Finaliza Matthew. — Tienes manos vírgenes, bebé. — Sonríe con sorna.
— Ya he matado gente. — Defiendo con enojo. — ¡Los maté cuando Sullivan me perseguía,
a los tres!
— Una vez que comienzas a matar, no paras. — Sigue Jungkook con una sonrisa. — Es
placentero... muy placentero.
— A veces más que tener sexo. — Matthew saca un cuchillo que no sé de dónde lo ha sacado
y comienza a juguetear con él. — Es revivir. Es revivir alimentándote de la vida de otros.
No conoces ese placer aún. Me sorprende.
— Cuando pierdo el control quiero tronarle el cuello a las personas. — Contesto. — ¿Eso
sirve?
— No. — Niega con su cabeza también Jungkook. — Solo me encuentro algo nervioso y con
la sangre caliente.
Expando mis ojos escandalizado y Jungkook tapa su boca para aguantar la risa. Yo volteo a
verlo molesto. ¡¿Pero de qué mierda se ríe?!
— Ya déjalo, Matt. — Dice. — Al pobre le estás dando vueltas en la cabeza. — ¿Salimos? Las
altas horas de la noche están llegando.
— No tengo nada qué hacer, así que acepto. — Matthew entrecierra sus ojos viéndome. —
¿Lo llevamos?
— A sacar tu instinto animal. — Matthew ríe un poco. — ¿No quieres, bambi? Puedes ser
cazador esta vez en lugar de presa.
— Jiminnie... Jiminnie... — Habla Jungkook negando con la cabeza. — ¿Por qué crees que tu
vida es un misterio a estas alturas? Todos acá ya sabemos absolutamente todo. Las lenguas
son muy zafadas por acá en la mafia.
— Ya veo. — ¿Así que quieren jugar conmigo? Muy bien. — Ustedes vayan. No me apetece
todavía empaparme de sangre. Ya que supongo ustedes aprendieron con Yoongi, prefiero
esperar a que él venga a enseñarme.
— No creerás que él volverá por ti, ¿o sí? — Pregunta Matthew riendo un poco. — Te ha
entregado por voluntad propia.
Alzo mis hombros con una sonrisa antes de darles la espalda y avanzar hacia mi habitación
en silencio. Muerdo mi labio pero la sonrisa no se esfuma y no tardo en sentir un cosquilleo
que me hace comenzar a reír en voz baja. "Tenemos muchas deudas que deben pagarnos en
Estados Unidos... muchas, muchas deudas..."
Muy bien, mi amor. Yo ya estoy aquí esperando y listo para cobrar. ¿En cuánto tiempo llegas
tú, mmm?
103|
"Muy bien, mi amor. Yo ya estoy aquí esperando y listo para cobrar. ¿En cuánto tiempo llegas tú,
mmm?"
YOONGI POV
Han pasado un par de días los cuales no han resultado muy entretenidos que digamos.
Relamo mis labios jugando con el cuchillo que porto en mis manos. Un escalofrío me recorre
al recordar los lindos momentos que he pasado con él y los otros grandes momentos que
pasaré pronto.
— ¿Cómo sabes dónde está Jimin? — pregunta Mingyu de mala gana caminando a mi
costado.
— ¿Uh? — volteo a verlo y sonrío acto seguido viendo al frente — por favor, Gyu. ¿Crees
que no sé dónde está mi muñeco?
— Jimin — me corrige.
Mingyu rueda los ojos mientras yo me mantengo satisfecho con la misma sonrisa. Mingyu
se detiene y revisa su teléfono antes de soltar un largo suspiro. Yo le mantengo la mirada y
él vuelve a guardar su aparato antes de verme.
— Es un buen punto — ladeo un poco mi cabeza y observo la calle — ¿entonces eso es todo?
¿verlo, agarrarlo y llevarlo a Francia?
— Así de sencillo — asiente Mingyu tranquilamente.
— Será una reunión sumamente fascinante — sigo con una sonrisa, me es imposible no
encontrarme excitado con esta situación chispeante — será interesante ver tantas caras
enemigas cara a cara en un pequeño espacio.
— Muchos leones en una misma jaula — ríe seco — siento que eso no resultará bien.
— Oh, por supuesto que no — le contesto — eso lo vuelve más emocionante, ¿no lo crees?
— Estás demente — Mingyu niega con su cabeza — apúrate. Tenemos seis días exactos a
partir de mañana antes de la reunión. No queremos retrasarnos. Jimin debe estar en Europa
antes de eso.
— Claro — comento dándole una gran calada a mi cigarro — la pregunta es, ¿cómo planeas
hacerlo?
— Viendo el lado positivo, dudo que sepan que eres de la mafia de mi familia. El problema
es, ¿cómo se supone que llegaste allá? Sería una coincidencia extraña.
Esbozo otra sonrisa mientras Mingyu toma aire profundamente y comienza a avanzar de
nuevo. En efecto, si las cosas salen como estoy pensando, Jimin ya habrá captado el mensaje
entre líneas de todo esto. Solo me falta enviarle la señal que va por buena vía.
Mingyu me observa en desconfianza pero me retiro lo más que puedo. Presiono sobre uno
de los pocos contactos que tengo y llevo al teléfono a mi oreja esperando. Escucho tres
pitidos hasta que descuelgan,
— Hola, primito — contesto más bien con un tono amistoso falso — no marco de forma
pacífica. ¿Bien? Daré una sencilla instrucción que deberás seguir al pie de la letra. ¿Me oyes?
— ¿Qué te hace creer que voy a obedecerte? — habla Taehyung del otro lado.
— Lo harás — le contesto frío — diles a todos, absolutamente a todos, que estoy en Estados
Unidos y cobraré deudas.
Más silencio.
JIMIN POV
— ¡Por el amor de Dios! — exclamo destapándome y golpeando con fuerza la pared detrás
de la cabecera de la cama — ¡¿podrías no ser tan malditamente escandaloso?! ¡Son las nueve
de la mañana, joder!
Bufo y vuelvo a taparme escuchando nuevamente los sonidos de fondo. Trato de volver a
dormir pero me resulta completamente imposible con Jungkook haciendo ruido cada noche
y cada mañana. Me rindo y me levanto pesadamente de la cama para salir al pasillo. Golpeo
con fuerza su puerta.
— ¡Abre! — grito.
— Con absolutamente nadie, es una porno — abre más la puerta y en efecto veo en la
pantalla un video reproduciéndose. Volteo a verlo con enfado — ¿qué? Es divertido
despertarte en las mañanas.
Yo gruño de nuevo y bajo las escaleras viendo a Ross limpiando. La saludo y ella me
devuelve el gesto al momento que me voy acercando a la sala, viendo a Anthony ya
despierto. Como siempre. Siempre ha sido muy mañanero.
— Y la bestia salió de la caverna — habla Anthony dándole un trago a su café al momento
que revisa el periódico. Suspiro con pesadez.
Asiento y nos quedamos en silencio unos minutos. Como si la vida me escuchase, aparece
Taehyung poco después ingresando a la sala con una expresión más bien seria. Anthony
baja el periódico e igualmente se percata de ella.
Paso saliva.
— No fue algo bueno si eso crees — habla Taehyung de mala gana volviendo a guardar su
teléfono.
Taehyung me observa en silencio unos momentos, Anthony voltea a verlo de forma muy
intensa esperando respuesta.
— Eso quisiera saber yo — Taehyung observa su teléfono de nuevo — ¿quieres que vuelva
a marcarle?
Solo un poco más. Solo queda fingir un poco más. No sé bien qué está planeando pero sé
que quiere al papel que mejor se me da. Al niño inocente. Confío en él. Aprendí a leer y a
recibir sus órdenes sin la necesidad que me lo diga verbalmente. He aprendido a leer y a
captar con su mirada y sus acciones.
No sé qué se trae en manos pero será emocionante. Esbozo otra sonrisa sin poder evitarlo.
Está tomando muchos riesgos yendo y viniendo. ¿Con qué propósito? Es como... si
quisiera... juntar a un ganado. Arreando de todos los costados para llevar a las ovejas a un
mismo centro.
¿Pero quiénes son las ovejas? ¿Y por qué hacerlo? Eso aún no me queda en claro.
— Yoongi... Yoongi... — susurro sobando unos mechones oscuros de mi cabello — ¿en qué
te estás metiendo mi loco Yoongi?
Supongo que solo queda esperar por las sorpresas que traerá. Nunca me había sentido tan
emocionado por ello. Es decir, siempre era él quien actuaba por su cuenta pero ahora ha
tocado ser un equipo. Somos él y yo. No más Yoongi solamente.
Frunzo un poco mis labios y esbozo una sonrisa caminando a la cocina donde está
Taehyung. Paso a su costado tarareando canciones en voz baja. Uf, sí. Muerdo mis labios
dando una suave vuelta y en un rápido movimiento, le doy una nalgada traviesa y le quito
al mismo momento el teléfono. Él me observa pícaro y yo le devuelvo la sonrisa,
escondiendo el teléfono detrás de mí. Sigo tarareando subiendo a mi habitación y
sonriéndole lindo a Jungkook con quien me cruzo en las escaleras.
Ah, cosa de todos los días. Manipula y chantajea, pon tu sonrisa inocente, finge ser un idiota,
muerde, dispara y salte con lo tuya. Oh, adorable. ¿No? Mis dedos se van moviendo
ágilmente por el teléfono al momento que ruedo un poco en la cama y pongo el altavoz
escuchando los pitidos hasta que descuelgan.
— Te dije que no me marcaras bajo ninguna puta circunstancia, Taehyung. ¿Una maldita
advertencia no es suficie...?
— Te extraño — puchereo.
Silencio.
— Considerando el hecho que me tiraste a los pies de mis enemigos y besaste a otro chico
frente a mí, creo que es natural que pierda un poco los estribos — sonrío sarcástico.
— Sí... lo siento por eso — Yoongi suspira — oye muñeco, tengo a tu ex novio a un par de metros
detrás de mí. ¿Por qué no mejor esperas a la preciosa reunión antes de intentar marcarme de nuevo?
— Ex, ¿qué?
— Te llevarás lindas sorpresas. No hoy, más tarde, muñeco. Recuerda no pensar mucho en mí la
noche y llevarla con cuidado con los cuchillos.
—Oh, créeme.... Cuando te enteres de qué pasará valdrá cada respiro y lágrima. No tienes idea de lo
que nos espera.
— Veremos.
— Veremos — repite.
— Oh sí — casi puedo sentir su sonrisa del otro lado — las cosas se pondrán... interesantes. ¿No
lo crees?
— Adiós, muñeco.
|104
JIMIN POV
Suelto un suspiro acomodándome pesadamente en la silla. Casi todos nos encontramos allí,
Forcraft, Taehyung, Jungkook, Clara, Matthew y yo. Estamos cenando, el silencio es un poco
incómodo pero nada de otro mundo. Yo me mantengo apoyado en la mesa con expresión
aburrida, la mirada en mis uñas que tienen unas pequeñas gotas de sangre, regalo por
abrirme sin querer el dedo tratando de cortar la carne.
— ¿Qué tan malo puede ser? — Taehyung alza sus hombros — Si nos toca morir, moriremos.
Fin de la historia.
— Bueno, no todos acá estamos aburridos de la vida — habla Jungkook viéndolo enojado
— algunos aún tenemos razones y ganas de seguir viviendo.
— Cuándo no — ríe Taehyung y al instante hace una mueca. Jungkook lo ha pateado debajo
de la mesa.
— ¡¿QUÉ?! — gritan ambos al unísono. Tanto Jungkook como Anthony se separan el uno
del otro con rostros sonrojados. Yo vuelvo a reír.
— Bueno, ¿quién jala a orgía? — Matthew se estira — si voy a disparar el arma, mejor que
sea después de unos buenos polvos.
— ¿Alguna vez piensas con tu cabeza de arriba? — intervengo alzando una ceja.
— De cuando en cuando — Matthew alza sus hombros sonriente y yo ruedo los ojos.
— Dame una "D", Jungkook — ríe Anthony y el mencionado ríe también — dame una "I",
una "V" y una "A".
— Diva — canturrea Jungkook viéndome.
— El humor depende si cuchillas locas está rondando cerca — Taehyung toma de su vino y
yo volteo a verlo con furia.
El silencio se instala.
— No debe tardar — Anthony observa la cocina — no sean así con la pobre Ross.
Me levanto bruscamente. Anthony suelta un "Ohhh" junto con Clara. Matthew silba
sonriente y Jungkook tapa su boca para oprimir la risa. Taehyung me observa fijo.
— Te enterraré esto en los ojos — alzo el cuchillo que tengo a mi costado — o te rebanaré el
cuello.
— Y es por eso que no haces enojar a los muñecos — Matthew alza ambas cejas y vuelve a
darle un trago a su vino.
— Ya, lo siento — Taehyung suspira y yo entrecierro los ojos — ya, Jimin. Era broma.
Me vuelvo a sentar sin dejar de jugar con el cuchillo viéndolo fijo. Me percato que todos me
están viendo pero a mí me da igual, solo tengo la vista fija en Taehyung mientras paseo el
cuchillo entre mis dedos.
Dejo el cuchillo en paz y le clavo la mirada alzando una ceja. Matthew, Jungkook y Anthony
asienten.
— Un placer — me responde.
— El filete — pregunto cortándolo y observando la textura — ¿estos son frutos del bosque?
— Sí — Jungkook asiente
— Es filete de ciervo a la parrilla con frutos del bosque — me dice antes de seguir comiendo.
Pestañeo y llevo mi vista al instante a Jungkook y a Anthony, que están calladitos y bonitos
comiendo. Espero a que volteen pero no lo hacen así que volteo a ver a Matthew y a Clara
que siguen igual. Levanto la cabeza a la cabecilla contraria y Taehyung me ve, alza sus
hombros y se limpia elegante con la servilleta.
— ¿Will? — pregunto de mala gana viendo ahora a Jungkook — ¿cómo se supone que debo
tomarme esta comida?
— Debe ser una coincidencia solamente, no te pongas paranoico — me dice él una vez que
traga — come. Está bueno.
Les doy la espalda y sin voltear atrás regreso a mi habitación subiendo rápidamente las
escaleras. Ingreso a mi habitación y me dejo caer en la cama abrazando la almohada. Me
fuerzo a tranquilizarme pero sé que es imposible. Solo debo desconectarme un poco y seguir
controlando todo el sentir que siento ahora.
Mis ojos se abren y me percato que es plena madrugada. Casi. Son las cinco de la mañana.
Me reincorporo de la cama observando el reloj y suelto un suspiro volviéndome a acostar.
Me remuevo incómodo, sintiendo la erección matutina que me está causando cierta
incomodidad. Me coloco de costado y me aferro a la almohada, soltando un gruñido cuando
la sensible tela roza con mi sensible zona.
Suelto un suspiro.
— ¿Entonces qué diremos? — Habla una voz masculina que identifico como la de Taehyung
— ¿que lo entregamos así nada más?
— No podemos entregar a Jimin pase lo que pase — interviene quien creo es Forcraft — los
de Europa tratarán de amenazarnos o de cerrar algún trato pero no podemos dejar que Jimin
se vaya.
— Pueden sacar el tema de Oregón — escucho otra voz masculina que no reconozco — o lo
que sucedió en el 95. Cualquier cosa que nos ponga en jaque.
— Quien me preocupa es Seokjin — habla la única voz femenina, Clara — él realmente sabe
lo que hace y a dónde va. ¿No recuerdan los incendios del 2003?
— Fue la primera señal — habla Taehyung — acá todos ya sabemos, ¿por qué actuamos
como si no?
— Porque tú eres familiar de Yoongi — habla Anthony severo — y eso podría perjudicar.
— Seokjin, Namjoon, Yoongi y otro más — habla la otra voz que no reconozco, quizás sea
Will. Se parece — una chica, según esto.
— ¿Min Suga tuvo una niña? — Pregunta Clara riendo — yo estuve investigando y nunca
supe de una mujer a excepción de la madre de Yoongi y la de Namjoon y Seokjin.
— Era obvio que para mantenerla oculta no sacara nada — habla ahora Taehyung — bien,
yo estuve detrás del grupo L, buscan a una chica que nació en el 95. Eso todos lo saben.
— ¿Pero cómo Yoongi llegó entonces acá? — Pregunta Anthony — ¿no estuvieron él y tú
juntos de toda la vida?
— No — habla Taehyung — vivíamos en Francia hasta que nos mudamos acá, jamás
supimos hasta ahora. Yoongi fue el primero en irse con sus padres, un año después nos
fuimos mi madre y yo y entramos al Linsday.
— Entraron un año después que yo — interviene Jungkook — y tres años después llegó
Jimin.
Derek Sullivan.
— Era su jefe — habla Sullivan — la estuvimos cuidando cuando ella vivía en Nueva York
pero una vez que adoptó a Jimin, la mandamos a Oregón. Mientras más lejos estuviera,
mejor. Teníamos únicamente una oficina allá. Así no perdíamos contacto.
El silencio permanece pero yo me mantengo concentrado a escuchar todo pese a que apenas
vea algo. Solo parte de la mesa y medio brazo de alguien.
— Sabíamos que Jimin estaba en aquel orfanato, Chaerin lo adoptó cuando apenas tenía un
año — sigue Sullivan — nunca supimos por qué, fueron largos años hasta apenas tres años
que volvieron a atacar. Ya todos en esta sala conocemos las razones.
— Aparentemente vale mucho dinero, el grupo L está dispuesto a pagar billones por él —
Taehyung ríe un poco — aunque ustedes, bola de cretinos, no quieren darlo porque se
mueren de curiosidad el saber por qué vale tanto.
— Jimin debe tener algo que lo haga valer tanto — habla Sullivan — no entiendo por qué
sino el grupo L lo desea tanto. Debe tener algo en su cerebro, en su cuerpo o en su sangre.
Quién sabe.
— Resumido — suspira Clara — no tenemos idea de qué cojones tiene Jimin pero quieren
pagar billones por él. Podemos darlo y quedarnos con el dinero o dejarlo con nosotros y
descubrirlo con el tiempo. Fin.
Avanzo por el pasillo y bajo a la cocina para tomar un vaso de agua. Una vez mi garganta
refrescada, vuelvo a subir a mi habitación y me acuesto. Toda mi cabeza da vueltas y es un
poco incómodo ya que exactamente en un par de horas, deberemos viajar a una zona alejada
para tener la famosa reunión con los europeos, alias, grupo L.
.
.
YOONGI POV
— Menuda pena, parece que no logramos llegar a Jimin a tiempo — suelto un falso suspiro
dramático.
— Bueno, ve el lado positivo: en un par de horas vas a verlo — alzo mis hombros — ¿a qué
hora es la reunión?
— Auch — río y suspiro tranquilamente — si sigue vivo, con gusto me dejaré sermonear.
— Eres tan optimista — Mingyu guarda su teléfono de mala gana — apúrate, debemos llegar
ya listos al lugar.
— Oh, ¿y cómo llegamos? ¿En taxi? Esperaba que una limo viniera a recogernos para ya
sabes, llegar con estilo y toda la cosa — comento divertido pero Mingyu realmente parece
que quiere estrangularme a través de sus ojos — ¿No?
Mingyu suspira frustrado y después minutos en silencio, seguimos avanzando por las calles
y él detiene un taxi.
— Ellos ya van para allá, nosotros iremos al hotel a ponernos algo más decente — me explica
y yo asiento — más vale ser rápidos ya que si llegamos tarde será un poco incómodo.
— Claro — observo mi teléfono aburrido — no queremos que los más esperados sean los
últimos en llegar.
Mingyu se limita a contestarme algo y sencillamente se calla. Yo esbozo una sonrisa durante
todo el trayecto hasta que llegamos al hotel donde está hospedada mi familia. Qué emoción.
Rápidamente uno toma una habitación y se mete a bañar. Salgo con una toalla enrollada en
la cintura y me coloco un traje impecable que está colgado en al armario. Saco unas papas
que abro y comienzo a comérmelas tranquilamente. Mingyu al verme suelta un grito.
— Tengo hambre.
Chupo mis dedos y tiro la envoltura siguiéndolo por detrás. Mingyu maldice pero yo sigo
con hambre, carajo. Detesto quedarme con hambre, mi humor baja considerablemente y
dudo que sea una buena idea que llegue de malas a una reunión con caras enemigas frente
a mí.
— Las tres de la tarde con quince minutos — habla Mingyu mordiendo su uña nervioso —
no llegaremos a tiempo.
— Bueno, la reunión es a las cuatro, ¿no? nos queda casi una hora — observo la hora
igualmente — trata de relajarte. Si me pones nervioso, las cosas saldrán muy malas una vez
que lleguemos. ¿Puedes hacer eso?
Mingyu suspira y yo cierro mis ojos. No niego que comienzo a ponerme un poco tenso. Será
una reunión interesante, no me cabe duda, sin embargo, espero realmente que las cosas no
se salgan de control. Todo puede pasar, la regla es no llevar ningún arma pero no me
sorprendería que alguno rompiera la regla accidentalmente.
Pasan largos minutos donde trato de no enfocarme en nada, únicamente quiero estar lo más
tranquilo posible o encenderé la bomba antes de tiempo. No. Eso no puede pasar. La
diversión la tengo muy bien planeada para la noche. Mi muñeco me odiará toda la vida por
ello.
.
.
JIMIN POV
Mis manos se mueven y están sudorosas. Las limpio en los pantalones impecables que llevo
pero no me tranquilizo. Observo a todos en silencio, el guarda-espaldas manejando y
Jungkook a mi costado derecho y Taehyung a mi derecho. Delante va Forcraft de copiloto y
detrás de nosotros, Will, Clara y Matthew. Este último está en su teléfono.
— Sí — asiente Forcraft — en la otra camioneta van Sullivan, Elliot, Kyle, Kai y Wonho.
— ¡Dios mío, Taehyung! — Exclama Clara — ¿por qué no te callas? ¡Deja de hablar de
muerte!
— Yo apuesto veinte dólares a que uno le disparan en la pierna — Taehyung saca su billete.
— Cincuenta dólares a que es alguien de nuestro lado quien pierde el control — Matthew
saca también un billete que observo a través del espejo retrovisor.
— Cincuenta dólares a que Jimin y Yoongi no prestarán una mierda de atención por estarse
viendo — Jungkook saca el billete.
— Clara, serás leyenda — habla ahora Taehyung — la única mujer entre todos los hombres
de la mafia. Eres una sensación para las mujeres.
— Cierra la boca, Kim. No me hagas golpearte antes de tiempo — habla Clara desde su
teléfono, sonrío al verla a través del espejo y vuelvo la vista a mis piernas.
La risa desaparece y todo realmente parece volverse hielo. Nos detenemos frente a lo que
parece ser una posada. Paso saliva con dificultad al ver una camioneta ahí estacionada.
Anthony entrecierra los ojos.
Todos comenzamos a quitarnos los cinturones de seguridad y yo siento mis manos temblar.
Abren las puertas y todos comenzamos a salir hasta que nos encontramos fuera. El cielo está
muy despejado, no hay ni una sola nube y el sol está a todo. Observo a todos vestidos de
negro y solo presiento que vamos a asarnos vivos.