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Fundamentos de La Gestión Humanista

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Fundamentos de la gestión humanista: una perspectiva filosófica

(ANALISIS)

La gestión humanista presenta un cambio de paradigma y de supuestos sobre los cuales se


construye la teoría administrativa, el cual se pone en evidencia por medio del análisis de este
modelo de gestión a través del rombo filosófico de Bédard. En la dimensión ontológica, se
identificaron los cinco principios que la gestión humanista busca desarrollar en aras de atender
a su razón de ser que es el desarrollo del ser humano en todos los aspectos y particularidades
que lo diferencian del resto de los seres vivos.

En la dimensión epistemológica se visualizó la complejidad que representa el estudio del ser


humano al interior de una organización desde una perspectiva integral, orientada a la
comprensión de cada uno de los principios mencionados en la dimensión ontológica y
fundamentada en diferentes disciplinas de las ciencias sociales. La dimensión axiológica
identificó los dos principios morales sobre los cuales se construye la gestión humanista desde
el deber ser, y que dieron origen a los valores normativos que rigen el comportamiento de las
organizaciones. La última dimensión, la praxiológica, mostró algunos de los aspectos
operativos que permiten visualizar las acciones que una organización operada con base en un
modelo de gestión humanista tendría.

En esta dimensión se establecieron cinco diferentes áreas sobre las cuales se desarrollan
acciones orientadas a la consecución de la gestión humanista desde una perspectiva operativa.
Dada la complejidad que representa el estudio e implementación de la gestión humanista, el
análisis realizado permite identificar algunos de los principales retos a los que se enfrenta en
su desarrollo y fortalecimiento en diferentes latitudes. Estos retos son puntos de reflexión
sobre los cuales se deberá trabajar para construir un mejor entendimiento de las implicaciones
y oportunidades que presenta este modelo de gestión en el día a día.

Al ser la gestión humanista una respuesta a los modelos de gestión neoliberales que se basan
en que el ser humano es un potencializador de las ganancias de las organizaciones, el primer
reto al que se enfrenta es el cambio de este supuesto. Los modelos de gestión tradicionales
visualizan al ser humano como el medio a través del cual se alcanzan las metas
organizacionales, dando como resultado una disciplina funcionalista. Por su parte, la gestión
humanista entiende a la organización como un medio a través del cual el ser humano es
dignificado y es desarrollado en todos los aspectos que lo hacen ser humano.

Esta propuesta aleja a la teoría administrativa de su visión meramente funcional y la posiciona


en un paradigma orientado a la comprensión de los elementos que fortalecen y dignifican al
ser humano al interior y exterior de la organización como parte de un proceso social. El
segundo reto se presenta en términos de los elementos teóricos que se deberán utilizar para
estudiar y comprender la gestión humanista. Tal como se presentó en la dimensión
epistemológica, la complejidad que representa el desarrollo del ser humano requiere de la
inclusión de diversas disciplinas de las ciencias sociales que favorezcan la comprensión del
fenómeno de una forma holística e inclusiva.

Desde esta perspectiva, se propone retomar elementos que se han construido al interior de la
teoría administrativa, como es la teoría de grupos de interés o la responsabilidad social, para
ser complementados con conceptos que han sido desarrollados desde la sicología, sociología,
ética, pedagogía, entre otras, para poder comprender la complejidad que representa el
desarrollo del ser humano. Un tercer reto se presenta a nivel de la gestión que se da al interior
de las organizaciones, misma que se encuentra vinculada con las políticas, prácticas y
mecanismos que deben ser impulsados para lograr la potencialización del ser humano, sin
dejar de lado la consecución de las metas organizacionales. Este reto presenta una doble
implicación. La primera es el cambio en la visión de los administradores sobre cuál es la razón
de ser de sus organizaciones y el papel que juegan en la mejora de las condiciones de vida de
sus colaboradores y la sociedad en su conjunto. La segunda es la evaluación constante de
aquellas prácticas que favorecen o no al desarrollo del ser humano y la sociedad, sin olvidar
que deben ser benéficas también para el desempeño de la propia organización.

Este proceso de evaluación permitirá que cada vez más organizaciones adopten este modelo
de gestión y el cambio de paradigma no sea solamente a nivel teórico. El cuarto reto se
presenta en la reflexión constante, desde una perspectiva ética, sobre el valor que las acciones
organizacionales tienen en los individuos y la sociedad en su conjunto. Esta reflexión dialéctica
busca dar legitimidad normativa a las prácticas que las organizaciones que se gestionen bajo
este modelo deben tener. Consecuencia de esta legitimidad será la confianza y reputación de
la organización a nivel social, las que favorecerán no solamente a la consecución de los
objetivos organizacionales, sino que también facilitarán la construcción de alianzas
intersectoriales y coadyuvarán a la creación de soluciones innovadoras a las diferentes
problemáticas que presente la sociedad y contribuirá al bien común.

El último reto al que se enfrenta la gestión humanista es el de la necesidad de dejar de lado el


supuesto del homo economicus y reemplazarlo con la consideración de que los seres humanos
son capaces de establecer relaciones de amistad y cooperación, capaces de comprometerse
con su entorno y la sociedad con el interés de buscar un bienestar que sea común a todos. Este
cambio de supuesto retoma los principios que definen al ser humano –conciencia de sí mismo,
racionalidad, socialización y palabra– para su potencialización y utilización con la finalidad de
procurar la mejora de todos los integrantes de la organización y sociedad en su conjunto, con
la certidumbre de que, de no hacerlo, sus condiciones de vida estarán comprometidas, así
como las de sus futuras generaciones.

Finalmente, vale la pena mencionar que la gestión humanista puede ser entendida como un
modelo que persigue intereses similares a los propuestos por los esquemas de responsabilidad
social, sustentabilidad empresarial, teoría de grupos de interés, entre otros, con la diferencia
de que esta se centra en el entendimiento de que el desarrollo y potencialización del ser
humano es el fin de cualquier actividad humana, por lo que la intención de cualquier
organización deberá ser la procuración de su bienestar, el de sus pares y de la sociedad en su
conjunto, pues de eso dependerá su existencia y calidad de vida.

JOSE MANUEL DE LAVALLE TORRES

V SEMESTRE-ADMINISTRACIÓN INDUSTRIAL

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