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APARTADO AEREO 67-13

CABLES: CINATROP
CAIJ . COLOMBIA

CENTRO INTERNACIONAL DE AGRICULTURA TROPICAL

TO:

SANCHEZ A PEDRO- SALINAS G JOSE


~noloGia de bajos insumos para el
manejo de oxisoles y ultisoles en ameri-
f ca tropical.·

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SERVICIOS EN CQMUNICACION E INFORMACION TECNICA

GRUPO PROFESIONAL MULTIDISC1PUNARIO

TRADUCCION y EDICION
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~~LOGH Y¿ BAJOS INSUMOS

1,''¡ PARA EL MANEJ O DE

.., . OXISOLES y ULTlS0LES EN AMERICA TROPICAL

Pedro A. Sánchez
José G. Salinas
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Av.4N No. 22N·34· 01. 202 Apartado Aéreo 7168 Telélono: 68 78 84 Cali . Colombia
SERVICIOS EN COMUNICACION E Ir.,¡FORMACION TECNICA

GRUPO PRQFESIOr.,¡Al MUlTIDISC1PLlIIIAR10

I TRADCCCro:; y lCDTC 10';

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TECNOLOGIA DE BAJOS INSUMOS

1-: PARA EL MANEJO DE

OXISO,LES y ULTISOLES EN AMERICA TROPICAL


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1
I Pedro A. Sánchez
José G. Salinas
I
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1 AV.4N No. 22N·34 - Of. 202 Apartado Aéreo 7168 Teléfono: 58 78 84 Cali - Colombia
I
SERVICIOS EN COMUNICACION E INFOAMACIQN TECNICA

GRUPO PROFESIONAL MULTID1SCIPUNARIQ

I CONTENIDO

! l. Introducción
A. Suelos Acidos de los Trópicos
I B.
C.
Base Conceptual de la Tecnología de Bajos Insumos
Componentes Esenciales de la Tecnología de Bajos
Insumos 16

I 11. Selección de Areas 18

111. Selección de Germoplasma Tolerante a la Acidez 23


I A. Cultivos Alimenticios Anuales 25
B. Cultivos Perennes y Forestales 31

I C.
D.
Pastos Tropicales
Conclusiones
(~
IV. Desarrollo y Mantenimiento de una Cobertura Vegetal 42
A. Métodos de Apertura de Bosques 43
B. Dinámica del Suelo Después del Desmonte de Bosques
Húmedos Tropicales 49
I C. Preparación del Suelo y Establecimiento de Plantas
en Bosques Húmedos 55
D. Métodos de Desmonte en las Sabanas 58
I E.
F.
Establecimiento de Cultivos y Pastos en las Sabanas
Mantenimiento de Pasturas Establecidas
61
68
G. Coberturas, Abonos Verdes y Enrastrojamientos

I H.
Manejados
Sistema de Cultivos Intercalados y Cultivos
Múltiples
70

76
l. Conclusiones 83
I V. Manejo de la Acidez del Suelo 85

I A.
B.
C.
Cal para Disminuir la Saturación de Aluminio
La Cal como Fertilizante de Calcio y Magnesio
Selección de Variedades Tolerantes al Aluminio
86
91
99

l. D.
E.
Selección de Variedades Tolerantes al Manganeso
Conclusiones
105
107


I
I Av.4N No. 22N-34 - Of, 202 Apartado Aéreo 7168 Teléfono: 687884 Cali - Colombia
I ii

l.
I~ VI. Manejo del F6sforo 110
A. Dosis y \!étodos de ,\pllcc1ción ¿",t ["cs'or') 112
I B. La ~ecesid3d de ~ejorar los ?rucc(!i:nieacQs de
Evaluaci6n de la Fertilidad (te los Suelos i17
C. Utilización de Fuentes de Fósfor0 >lenos Sulubl es l22
1 D.

E.
Disminuci6n de la Fi~aci6n :\e F6s~oro con el
Encalamiento
Selección de Variedades Tolerantes ~ Bajos ~4i\'(~1cs
129

I F.
de Fósforo Aprovechable en el Suelo
Utilización Potencidl de Asociac toneS
de Micorrizas
:·rns Lfecti vas
130

134
G. Conclusiones Ui
1 VII. Manejo de la Baja Fertilidad Natural del Suelo i37
A. Máxima Utilización de la Fijación Biológica del
1 B.
Nitrógeno
Aumento en la Eficiencia de la Fertilización con
138

Nitrógeno y Potasio 142


1 C. Identificación y Corrección de Deficiencias de
Azufre y Micronutrimentos 146
D. Promoción del Reciclaje de Nutrimentos 148

1:' E. Conclusiones

VIII.Discusión
l53

154

1" A.
B.
Enfoques de Bajos Insumas Versus Altos Insumos
Productividad de los Sistemas de Bajos Insumas
155
159
C. Minería del Suelo o Mejoramiento del Suelo 161

1 IX.
D. Necesidades de Investigación

Resumen
164

169

I Bibliografia

I
I
l.
1-
I
I
I
"
l. ,-

l. l. lNTRODUCClON

I El resultado de la competencia entre la produccióa mundial ,le

alimentos y la población se definirá, en gran medida, en los trópicos,

I en dond.e viv¿ la ffió.yor parte de la población desnutrida del mundo.

Durante la década de 1965 a 1975 la producción de alimentos aumentó


I a una tasa ligeramente más rápida que la población ea los países defi-

I cientes en alimentos (IFPRl, 1978). Este hecho se debe a numerosos

factores, entre los cuales el predominante de tipo agronómico, es

I el desarrollo y la adopción de variedades altamente productivas de

diversos cultivos con prácticas agronómicas mejoradas. Muchas de

I estas variedades fueron seleccionadas por su habilidad para producir

altos rendimientos de grano, en condiciones adecuadas de suelo yagua.

No es sorprendente que su adopción sea más satisfactoria al ser culti-

I •
vadas en suelos fértiles con altos niveles de bases, con fertilización

suficiente y un suministro de agua apropiado. La eliminación de limi-


I tantes del suelo por medio de la aplicación de cantidades necesarias

I de fertilizantes y correctivos se puede considerar como una "tecnología

de altos insumos para el manejo de los suelos". Su concepto básico

I es el de cambiar el suelo para que se ajuste a las demandas nutricio-

nales de la planta. Este alto suministro de insumas es ampliamente


I responsable de los niveles actuales de producción de alimentos en

el mundo e indudablemente debe continuar donde las condiciones econó-

micas lo permitan.

I
I
I - 2 -

l.
l. Sin embargo, la aplicabilidad de tecnologías de altos insumas en el

manejo de los suelos disminuye en tierras marginales donde los limitan-


I tes del suelo y del agua no se pueden reducir fácilmente a bajo costo .

•• La espiral de precios a la que han llegado los productos derivados del

petróleo desde 1973 ha limitado aún más la factibilidad económica de las

I tecnologías de manejo del suelo basadas en el uso intensivo de insumas

comprados, particularmente por agricultores de recursos limitados en los


I trópicos~ Muchos esfuerzos invcstigativos en los trópicos se están diri-

I giendo hacia el desarrollo de una tecnología de bajos insumas para el

manejo de los suelos la cual no trata de eliminar el uso de fertilizan-

I tes o correctivos, sino que trata más bien de maximizar la eficiencia

en el uso de insumas adquiridos y empleados a lo largo de una serie de

prácticas agrícolas. El concepto básico de la tecnología de bajos insu-

mas para el manejo del suelo es dar el uso más eficiente a los insumas

adquiridos, sembrando especies o variedades que sean más tolerantes a los

I factores limitantes existentes en el suelo y, de ésta forma, disminuir

las tasas de aplicación de fertilizantes, para obtener una producción


I razonable y no necesariamente máxima.

I Aunque el conocimiento básico sobre la adaptación de las plantas a

las condiciones adversas del suelo ácido (Levit, 1978) ha estado dispo-
I nible durante décadas, sólo hasta hace pocos años se iniciaron estudios

l. sistemáticos para desarrollar la tecnología basada en este concepto

(Foy y Brown, 1964; Spain et al., 1975; NCSU, 1975; Foy y Fleming, 1978;

Loneragan, 1978). Dichos esfuerzos han causado una

I
I
I - 3 -

l.
l. contro\'ersia consideroble y algunas malas interpretaciones en la li-

teratura popular, tales como la creencia de que se pueden desarrollar


I cultivos "a prueba dp- fertilizantes" y la preocupación de que ocurra


••
una degradación del suelo y de los nutrimentos disponibles .

El propósito de esta revisión es reunir ejemplos de la tecnología


I de bajos insumos para el manejo de suelos, adapatada a los suelos

'cidos, bien drenados, de boja Eertilidad naturalexistentes en los

trópicos de América y que se clasifican en su mayoría, como Oxisoles

1: y Ultisoles. Estos ejemplos son componentes de sistemas globales

de producción, pero rara vez poseen todos los componentes necesarios


I que han sido desarrollados para un sistema específico. La mayoría

de los ejemplos provienen de Am~rica Tropicol, reflejando la experien-

cia de los autores, sin restar ilnpor~ancia u trabajos relacionados

•• y realizados en otras partes del mundo. En este trabajo se emplea

la terminología de la taxonomía de suelos (Soil Conservatían Servíce,


I 1975), incluyendo los regímenes de humedad del suelo.

I A. Suelos Acidos de los Tr6picos

Al nivel más amplio de generalízacíón existen tres vías esenciales


I para incrementar la producción de alimentos en el trópico: incremen-

I tanda la producción por unidad de área en regiones actualmente culti-

vadas; abriendo nuevas tierras para cultivar; y expandiendo las tierras

l. irrigadas. Las dos primeras requieren de la disminución O eliminación

de los limitantes del suelo, mientras que la tercera elimina la esca-


1-
I
I
I - 4 -

l.
l. sez de aguB 1 como el limit3nte ~~s l!JportJlltc. 2ent '!t ;E. (19g0),

examinaron estas tres dltcrnativ~s

I concloJyeron que L1S tres son

I relativamente pequeñas y es in más CQstc):::;a Ú~ 1,;5 tre:::;. Es [JOCO cues-

tionable el hecho de que aumentur La produc~ividJd en tierras que

I están cultivadas es la vía princip31 pLlra elev.:J.r Ll producción mundial

de alimentos. Sin embargo, esti~at.ivos r"ccicntr:-::.; ;ie ~J F.AO, citados


I por Dudal (1980), muestran que, para que la producción de alimentos

I per capita permanezca al nivel actual, aún inadecuado, la producción

de alimentos se debe incrementar en un 60% en Los próximos 20 años.

I Además, Dudal estimó que el incremento de los renüimientos en las

tierras en actual uso, no es suficiente; con el fin de alcanzar este

"I ,< propósito, en la próximas dos décadas es necesario incorporar 200

millones de hectáreas adicionales a la agric~ltura.

es aproximadamente equivalente al área cultivada actualmente en los


Esta cantidad

I Estados Unidos. Será posible ésto? La respuesta depende en gran

medida del uso que se haga de los suelos ácidos de los trópicos.
I l. Importancia y Extensión

I Actualmente, el mundo está empleando cerca de un 40% de sus re-

cursos de tierras potencialmente arables (Buringh et al., 1975).


I El potencial enorme para la expansión de la frontera agrícola del
.
l. mundo, está en el bosque húmedo tropical y en las regiones de sabana,

ecosistemas dominados por suelos ácidos e infértiles, clasificados


l.
I
I
rII
,, - s-
1
I
l.
l. en su mayoría como Oxisoles y Ultisoles (Kellogg y Orvedal, 1969);

National Acadcmy of Science, 1977a). Estús extensas reglones poseen,


I en gran proporción, una topografía favorable para 13 asricu.ltura,

I temperaturas adecuadas para el crecimiento de las plantas durante


• todo el año, humedad suficiente durante el año en un 70% de la región,

I y de 6 a 9 meses en el 30% restante (Sánche2, L977). Los principales

factores limitantes que previenen el desen-roLlo agrícola en estas


I áreas son la baja fertilidad natural del suelo, el transporte limitado

I y la carencia de una infraestructura de mercado.

El Cuadro 1 muestra la extensi6n aproximada de áreas dominadas


I por Oxisoles y Ultisoles en los trópicos. En total, suman cerca de

1582 millones de hectáreas o un 43% del mundo tropical. La propor-

"
I
ción de Oxisoles y Ultisoles difiere de las estimaciones anteriores

(Sánchez, 1976), puesto que la nueva información muestra que hay menos

Oxisoles de lo establecido previamente en Africa y América Latina.


I De cualquier manera, la suma de áreas dominadas por Oxisoles y Ultiso-

I les permanece similar a las estimaciones anteríores. La concentración

abundante de Oxisoles se presenta en las sabanas de América del Sur,

I
, la Amazonía oriental y parte de Africa central. Estos suelos general-

mente se encuentran localizados en superficies geológicas antiguas

y estables, las cuales se tornan atractivas para la agricultura meca-

I ,
nizada. Los Ultisoles se encuentran dispersos en grandes áreas de

América tropical, Africa y el sureste de Asia. Nuchas de estas regio-

1, nes se han desarrollado rápidamente.

I
I
I - 6 -

l.
l. Existen otros suelos ácidos, con propiedades y potenciales simi-

lares incluidos en el Cuadro 1 : Inccptisoles ~cidos y bien drenados


I (Dystropepts); suelos 6cidos de cenizas volc~nicas (Dystrandepts);

•• y arenas roias y 6cidas bien drenadas (Quartzipsaments Oxic).

este artículo se excluyen los suelos ácidos mal drenados y que tienen
En

I un régimen de humedad del suelo ~cuico.

I América tropical, en un nivel amplio de generalización, puede

ser subdividada en dos regiones principales, con base en los sistemas

I agricolas y los limitantes del suelo (S~nchez y Cochrane, 1980).

Cerca de un 30% de la América tropical (405 millones de hect~reas)

I est6 dominada por suelos con alto nivel de bases, relativamente fér-

I tiles, que sostienen poblaciones densas.

pical del hemisferio occidental restante


El 70% de la porción tro-

est~ dominado por suelos

I ~cidos e infértiles de los órdenes Oxisoles y Ultisoles, con den si-

dades de población relativamente bajas y la mayoría bajo vegetación


I de bosque y de sabana.

I A pesar de la creencia ampliamente difundida de que los Oxisoles

y Ultisoles no pueden sostener una agricultura intensiva y sostenida

I en los trópicos (Me Neil, 1964 : Goodland e Irwin, 1975), existe una

amplia evidencia de que estos suelos pueden ser cultivados continua-


I mente y manejados intensivamente para el crecimiento de cultivos anua-

l. les (S6nchez, 1977; Marchetti y Machado, 1980), pastos (Vincente

Chandler et al, 1974) y cultivos perennes (Alvim, 1976). Este tam-


l. bién es el caso de los OxisolesY Ultisoles de Hawaii y los Ultisoles

I
I
- 7 -

I
l. del suroriente de China, los cuales sostienen densas poblaciones.

I 2. Los Principales Limitantes

Los principales limitantes relacionados con los suelos de América


I tropical y su región de suelos ácidos e infértiles se presentan en

I el Cuadro 2 con base en estimaciones preliminares. Los más amplia-

mente difundidos en las regiones de Oxisoles-Ultisoles son más de

I naturaleza química que física, incluyendo las deficiencias de fós-

foro, nitrógeno, potasio, azufre, calcio, magnesio y zinc, más la


I toxicidad por aluminio y la alta fijación de fósforo. Los limitantes

I físicos del suelo más importantes son la baja capacidad de retención

de agua disponible en muchos Oxisoles y la susceptibilidad a la ero-

l' sión y compactación de muchos eltisoles con textura arenosa en la

capa superficial del suelo. El riesgo de la presencia de lateritas


I cubre una extensión menor y la mayoría de las plintitas blandas se

I presentan en el subsuelo, en topografía llana y no propensa a la ero-

sión, En contraste, los limitantes del 'suelo más importantes de las

I regiones con suelos con altos niveles de bases en América tropical

son el estrés por sequía, deficiencias de nitrógeno y riesgos de ero-


I sión (Sánchez y Cochrane, 1980).

I Cuando los limitan tes químicos del suelo se eliminan encalando

y aplicando fertilizantes, las productividades de estos Oxisoles y

I Ultisoles se ubican entre las mayores en el mundo. Por ejemplo, la

Figura 1 muestra la producción anual de materia seca del pasto ele-


I
I
I
I - 8 -

l.
l. fante (Pennisetum purpureum) Con fertilización intensiva con nitrógeno

en Ultisoles de Puerto Rico y donde todos los limitan tes de la fertili-


I dad han sido eliminados. Esta producción se aproxima al potencial

I máximo calculado para las latitudes tropicales de 60 ton/ha/año de

materia seca, de acuerdo con DeWitt (1967). En la Figura 2 se muestra

I otro ejemplo en el cual se obtuvieron excelentes producciones de grano

de maíz del orden de 6.3 ton/ha/cosecha, en un Oxisol arcilloso de


I Brasilia, Brasil, cuando su alto requerimiento de fósforo se suplió

I con una aplicación al voleo de 563 Kg de Plha y se corrigieron los

otros limitantes químicos del suelo mediante encalamiento y fertiliza-

I .
Clan.
.
,- Estas estrategias de manejo pueden ser muy beneficiosas aún a

los precios acutales, cuando el mercado provee una relación favorable

I entre el precio de la cosecha y el costo del fertilizante. Cuando

quiera que las consideraciones económicas y de infraestructura hagan


I rentable esta estrategia de altos insumos, debería aplicarse vigoro-

I samente.

B. Base Conceptual de la Tecnología


I de Bajos Insumas

I En la mayoría de las regiones tropicales con suelos ácidos no

existen condiciones favorables de mercado ya sea porque los fertilizan-

I tes y la cal son costosos o no están del todo disponibles debido a

que su transporte es excesivamente costoso o simplemente debido a


I
I
I
I - 9 -

l.
l. que los riesgos son muy altos. Las dos primeras situaciones se expli-

can por sí solas. La tercera se ilustra en la Figura 3, mostrando


I la respuesta de Phaseolus vulgaris a la aplicación de fósforo, en un

I Dystrandept Típico de Popayán, Colombia, con una alta capacidad de

fijación de fósforo. La tasa de aplicación óptima de fósforo, de acuer-

I do con el análisis marginal, fue de 507 Kg P/ha, tomando en cuenta

los efectos residuales para dos cosechas consecutivas. Al analizar


I los costos, los economistas encontraron que los agricultores necesita-

I ban invertir un total de US$1500/ha/cosecha para aproximarse a estas

producciones máximas y obtener una ganancia neta de US$375/ha (CIAT,

I 1979). Aunque esto representa un 25% de retorno sobre lo invertido,

l' muchos agricultores de recursos limitados no están inclinados a realizar

tal inversión, considerando el riesgo debido a una alta variabilidad

l' en los rendimientos causada por sequías, daños por ataques de insectos

y fluctuaciones impredecibles de los precios.

I La tecnología de bajos insumos para el manejo de suelos está basada

I en tres principios esenciales : (1) la

a los factores edáficos limitantes, en


adaptación de las plantas

vez de la eliminación de dichos

I factores para satisfacer los requerimientos de las plantas; (2) la

maximización de la producción por unidad del fertilizante químico apli-


I cado; y (3) el uso ventajoso de los atributos favorables de los suelos

l. ácidos e infértiles. Es necesario enfatizar que no se contempla la

eliminación de la fertilización.

l.
I
I
I
- 10 -

I•

l. l. El Uso de Plantas Adaptadas a los Factores

I Edáficos Limi tan tes

El primer concepto básico de la tecnología de bajos insumos para


I suelos ácidos es el de aliviar o superar ciertos limitantes del suelo,

I simplemente empleando variedades o especies que sean tolerantes a

éstos. Entre los factores limitantes del suelo enumerados en el

I Cuadro 2 existe mayor conocimiento disponible sobre la tolerancia

a bajos niveles de fósforo disponible en el suelo. Se dispone de


I menor información sobre la tolerancia a la toxicidad por manganeso

I y a bajos niveles de otros nutrimentos.

Las Figuras 4 y S ilustran el concepto con dos patrones de res-


I puesta en rendimiento al encalamiento, en dos Oxisoles de sabana.

.- La Figura 4 muestra la respuesta diferencial de dos variedades de

arroz de secano sembradas en un Oxisol de Carimagua, Colombia, con

I un pH de 4.5 y una saturación de aluminio del 80%, antes de aplicar

la cal. La variedad de porte alto, Colombia 1, produjo el doble sin

I aplicación de cal, que la variedad de porte bajo, IR S. La variedad

Colombia 1 respondió positivamente s6lo al primer incremento de cal


I (0.5 ton/ha) y negativamente a incrementos posteriores de cal. Spain

I et al, (1975) atribuyeron este comportamiento a una respuesta nutri-

cional al contenido de calcio y magnesio en la cal y a su volcamiento


I a tasas más altas de ésta. En contraste, la variedad IR S, desarro-

llada en condiciones de alta fertilidad en Filipinas, produjo una


1-
I
1
,-¡I 11

l.
l. respuesta típicamente cuadrática a las aplicaciones de cal ~ llegando

I a su máxima producción al nivel más alto de la aplicación de cal.


la cual correspondió a un pH de 5.5 y a una saturación de aluminio

• del lS:A. El ITJáximo rendimiento alcanzado por la variedad IR 5 que

es susceptible al aluminio fué menor que la máxima producción alcan-


I zada por La variedad Colombia 1 que es tolerante al aluminio, la cual

I requirió menos de un décimo de cal. La respuesta diferencial que

se muestra en la Figura 4 muestra la ventaja para el cultivar tolerante

I al aluminio.

I La Figura 5 ilustra un tipo de respuesta diferencial menos drástica

pero quizá más común a la aplicación de cal. Dos híbridos de sorgo

I de grano se cultivaron a diferentes niveles de aplicación de cal en

un Tipic Haplustox cerca de Brasilia, Brasil, el cual tenía un pH

I de 4.4 Y una saturación de aluminio del 79% (NCSU, 1976; Salinas,

1978). El híbrido Taylor Evans Y-101 sin encalamiento produjo cerca


I de cuatro veces más grano que el híbrido RS-610. Esta diferencia

I disminuyó con el incremento en las aplicaciones de cal y desapareció

a la alta tasa de aplicación, en cuyo caso ambos híbridos llegaron


I a la misma producción de 6.8 ton/ha. Las líneas punteadas de estas

I figuras indican economías considerables en la cal requerida para ob-

tener 80 - 90 % de la producción máxima. Para obtener un 80% de la

I producción máxima, el híbrido tolerante al aluminio requirió 1.3

ton de cal/ha y el híbrido susceptible requirió 2.9 ton de cal/ha.


I Para obtener un 90% de la producción máxima,los requerimientos de

I
I
- 12 -

cal para el híbrido tolerante al aluminio fueron de 2.0 ton/ha y de

I 5.2 ton/ha para el susceptible. Por consiguiente, el uso de varie-


dades tolerantes al aluminio puede disminuír significativamente el

• suministro <le cal, sin un sacrificio en la producción con un 80-90%

del máximo.
I Estos dos ejemplos ilustran la necesidad de que los investigadores

I incluyan más tratamientos con dosis de insumas más bajas que las uti-

lizadas en el pasado, con el propósito de observar si existe un dife-


I rencial de tolerancia. Si estos experimentos no hubieran incluído

I tasas de aplicación de cal de 0.5 o 1 ton/ha, los efectos nO se ha-

brían podido observar debido a que las diferencias en las variedades

1- tienden a desaparecer con altas dosis de insumas.

1- 2. Maximización de la Producción por

Unidad de Fertilizante Aplicado

I Los métodos tradicionales empleados para la determinación de las

tasas óptimas de aplicación fe fertilizantes se basan en el análisis


I marginal, en el cual el nivel óptimo se alcanza cuando el ingreso

I del último incremento de fertilizante iguala al costo adicionado.

Este enfoque está diseñado para maximizar rendimientos y rentabilidad

I por unidad de área. Una desventaja principal de este enfoque

es que las tasas de aplicación de fertilizante económicamente óptimas


l. con frecuencia caen en la porción llana de la curva de respuesta,

I en donde incrementos grandes en el suministro de fertilizantes causan

I
I
"
I - 13 -

l.
l. incrementos pequeños en los rendimientos. Dadas las incertidumbres

I asociadas con la pretlicción de los rendimientos en condiciones tropi-

cales, estos pequenos incrementos del rendimiento son rara vez rea-

1 listas. Un rasgo común de las curvas de respuesta del rendimiento

en las regiones de Oxisoles-Ultisoles es que la cantidad de fertilizan-


1 te requerida para producir un 80% del rendimiento máximo u óptimo

1 es considerablemente menor que la cantidad requerida para llegar al

óptimo o máximo punto. En la Figura 3, el nivel óptimo de aplicación

I de fósforo, de acuerdo con el análisis marginal,es de 507 Kg de P/ha.

a Si sólo se desea un 80% de ese rendimiento óptimo, esta cantidad dis-

minuye a menos de la mitad (242 Kg P/ha). Otros ejemplos de las regio-

a- nes de Oxisoles-Ultisoles presentados en el Cuadro 3 muestran que

las tasas de aplicación de fertilizantes o de cal decrecen entre un

.'- 33-76%, cuando el rendimiento buscado se disminuye al 80% del máximo.

Este cuadro incluye dos ejemplos del efecto de las aplicaciones de


1 fósforo y cal por un período de tiempo suficientemente largo para

I evaluar adecuadamente sus efectos residuales.

reducci6n del insumo oscila entre 50-75%.


En estos casos, la

Consecuentemente, al dismi-

1 nuir las expectativas de rendimiento, el costo del uso de estos insu-

mas se puede reducir en una cantidad considerable.


I Boyd (1970, 1974) en Inglaterra y Bartholomew (1972) en los EE.UU.

1.\ recopilaron un gran número de funciones de respuesta a la aplicación

de fertilizantes por todo el mundo y concluyeron que, en muchos casos,

1-
I
I
[1
- 14 -

l.
1- las curvas de respuesta a la aplicación de fertilizantes se pueden

caracterizar por un incremento lineal marcado, seguido por una Hnen


I completamente horizontal. En esencia, esta aproximación sigue la

I Ley del Mínimo de Liebig. Se han desarrollado diversas técnicas

para poner este principio en la práctica de la interpretación de

1 curvas de respuesta a la aplicación de fertilizantes (Cate y Nelson,

1971; lvaugh et al., 1975; Wagoner y Norvell, 1979). Estos métodos


I se utilizan ahora ampliamente en América tropical.

I En la Figura 6 se muestra una comparación del enfoque lineal versus

el análisis marginal convencional, con ecuaciones cuadráticas, empleando


I una serie de datos de trigo en Bolivia. Esta figura muesta una tasa

1- recomendada de aplicación de nitrógeno inferior con el modelo lineal.

Esta tasa aparece en un punto a lo largo de la porción lineal de


1- la curva de respuest;, donde la eficiencia de la fertilización es

más alta, medida en términos del rendimiento del cultivo por unidad
I de insumo de fertilizante.

I Uno de los autores de esta revisión empleó datos previamente publi-

cados tornados de una serie de estudios de respuesta a la aplicJción


I de nitrógeno en arroz, en el Perú, para comparar las dos formas de

I desarrollar recomendaciones de aplicación de fertilizantes (Sánchez

et al., 1973). La recomendación promedia de nitrógeno fue de 224

l. Kg N/ha de acuerdo con el modelo cuadrático y de 170 Kg N/ha de acuer-

do con el modelo lineal. Las diferencias de los retornos brutos


l. a la fertilización no fueron significativas, pero el retorno neto

I
I
I - 15 -

l.
l. por dólar invertido en fertilizante nitrogenado fue de $8.30 en el

I modelo lineal versus $6.10 en el modelo cuadrático (Sánchez, 1976).

Aunque la aplicabilidad del modelo lineal debe ser validada local-

I mente antes de emplearlo como base para la recomendación de fertili-

zantes, el concepto de recomendar tasas de aplicación que producirán


I el máximo rendimiento por unidad de insumo de fertilizante a un nivel

I de rendimiento aceptable hace parte de la tecnología de bajos insumos.

Es necesario hacer enfásis en que esta aproximación difiere de


I las pruebas sencillas de fertilizantes de la OrganizaciSn para la Agricul-

I tura y la Alimentación (FAO) , las cuales siempre abogan más por el

uso de tasas bajas de aplicación de fertilizantes en lugar de las

I sugeridas por el análisis marginal (Hauser, 1974). La diferencia

radica en que, con el enfoque lineal,los rendimientos con las tasas

I recomendadas de aplicación de fertilizantes están en el máximorendimien-

I to, en tanto que las pruebas de la FAO, consistentes, por lo general,

en tasas bajas de aplicación de fertilizantes, rara vez se aproximan

I a los rendimientos máximos. Ambos métodos enfatizan que se trabaje

en la porción lineal de la curva de respuesta a fertilizantes que


I producen el máximo rendimiento por unidad de insumo, pero difieren

I en los niveles esperados de rendimiento.

Además de los métodos para determinar recomendaciones de fertili-

l. zantes, existe un número de prácticas agronómicas que también aumentan

la eficiencia del uso de fertilizantes, así como mejores fuentes


I de fertilizantes, épocas de aplicación y métodos de incorporación.

I
I
I - 16 -

l.
l. Estas y otras prácticas se discutirán en otras secciones de esta

I revisión~

3. Uso Ventajoso de las Propiedades Favorables


1 de los Suelos Acidos e Infértiles

I Mucho Oxisoles y Ultisoles en su estado ácido poseen diversos

factores agronómicos positivos que pueden ser empleados ventajosa-

I mente. Manteniendo el suelo ácido, la solubilidad de la rOca fosfó-

I rica de lenta disponibilidad es mayor que en suelo encalado y el

crecimiento de las malezas disminuye considerabJemente en comparación

I con un suelo fertilizado y encalado. Además, la baja capacidad efecti-

va de intercambio catónico (CElC) de estos suelos favorece al movi-


l- miento descendente del calcio y el magnesio aplicados. En secciones

.- posteriores de esta .revisión se discutirán ejemplos de estas obser-

vaciones .

• C. Componentes Esenciales de la Tecnología

•I de Bajos Insumas

Como bloques de construcción para la tecnología de bajos insumas

se están desarrollando varios conceptos o técnicas para el manejo

del suelo en Oxisoles y Ultisoles de los trópicos.


I La siguiente es una lista parcial, algunos de los cuales pueden

l. ser combinados para ciertos sistemas agrícolas

l. Selección de las tierras más apropiadas donde la tecnología


l. de bajos insumas tenga la ventaja comparativa sobre la tecnología

I
I
1I
- 17 -

l.
l. de altos insumas debido a las propiedades del suelo, a la topografía

I y al acceso al mercado.

2. El uso de especies y variedades de plantas que sean más tole-

I rantes a la mayoría de los factores limitan tes de los suelos ácidos

y que también se adapten al clima, plagas y enfermedades.


I 3. La puesta en marcha de prácticas eficientes de bajo costo

I de desmonte, establecimiento de plantas, sistemas de cultivo y otras,

con el fin de desarrollar y mantener una cobertura vegetal del suelo.

I 4. Manejo de la acidez del suelo con el mínimo de insumas, hacien-

do enfásis en el estímulo de un desarrollo radical profundo en el


I subsuelo.

I 5. Manejo de fertilizantes fosfor"ados al costo más bajo posible,

enfatizando el aumento de fuentes baratas de fósforo y prolongando

I los efectos residuales de la aplicación.

6. Maximizar el uso de la fijación biológica de nitrógeno, con


I enfásis en cepas de Rhizobium tolerantes a la acidez.

I 7. Identificar y corregir las deficiencias de otros nutrimentos

esenciales para las plantas.

I
I
l.
l.
I
I
1-
-,
l. II. SELECCION DE AREAS

-I El primer paso es seleccionar áreas con suelos y posiciones fisio-

gráficas más apropiadas para aplicar la tecnología de bajos insumos.

En esta selección se deben evitar las mejores tierras en términos

I de su alta fertilidad natural, su potencial de riego o su proximidad

a los mercados. La mayoría de estas tierras pueden ser manejadas

I más efectivamente con tecnología de altos insumos. En América tropical,

desafortunadamente no siempre éste es el caso. Comunmente se encuen-


I tran valles donde los mejores suelos de la parte baja están sometidos

a sistemas de manejo extensivo con el uso de bajos insumas, en tanto


I que en terrenos adyacentes con pendientes elevadas se hacen intentos

1- por usar una agricultura intensiva. En muchos casos, ésto se debe

a los sistemas de tenencia de La tierra. Se deberían hacer esfuerzos


1- por intensificar la producción en aquellos suelos coa las meaores

limitaciones químicas.
I Los esquemas de evaluación en gran escala han mejorado el enten-

I dimiento de las áreas adecuadas para la tecnología de bajos insumas

en América tropical. Aproximadamente el 6% de la Amazonia (30 millones


I de hectáreas) está dominado por suelos bien drenados y con un alto

I nivel de bases, los cuales se clasifican como Alfisoles, Inceptisoles,

Vertisoles y Mollisoles (Cochrane y Sánchez, 1981). La alta ferti-

l. lidad de estos suelos ofrece una ventaja comparativa para la produc-

ción intensiva de cultivos alimenticios anuales o para la utilización


I
I
I
¡1-
- 19 -

1,
1- de cultivos susceptibles a la acidez del suelo como el cacao('fheobroma

cacao)_ Además, el mismo estudio indica que el Amazonas tiene Glre-


I dedor de 116 millones de hectáreas con suelos mal drenados en planicies

1 inundables o pantanos y que representan un 24% de la cuenca amazónica.

Algunas de las áreas inundables de tipo aluvial ya se encuencran en

1 uso intensivo, tales como muchas "várzeas" en Brasil y muchas "restin-

gas" en Perú y Ecuador. Sin embargo, los riesgos de inundación limitan


1 el potencial de producción en las topografías más bajas.

I Por otras razones diferentes, se deben evitar también los suelos

ácidos e infértiles con limitaciones físicas severas, tales como una


1 capa arable superficial. pendientes pronunicadas y suelos con arena

1- gruesa clasificados como Psamments o Spodosols, que a menudo son lla-

mados "Podzoles tropicales". Este último grupo de suelos tiene una


1- baja fertilidad natural extrema y presentan riesgos de lixiviación

y erosión. Este último grupo cubre alrededor de 41 millones de hectá-


I reas equivalentes a un 8.5% de la Amazonía (Cochrane y Sanchez, 1981).

I Los Psarnments o Spodosols representan sólo el 2.2% de la Amazonía y

presentan en forma combinada las peores limitaciones edáficas

1 tanto físicas como químicas.

El área total en la región amazónica en donde puede aplicarse


I la tecnología de bajos insumas es, en consecuencia, del orden de 275

l. millones de hectáreas o 57% de la cuenca amazónica con Oxisoles y Ulti-

soles que tienen pendientes menores que un 8%.


1-
1
I
I - 20 -

l.
l. En las regiones de sabana de América tropical resulta más fácil

identificar los suelos que se deben evitar, pero los criterios son
I los mismos que en las regiones de bosque. Algunas de las islas de

I suelos de alta fertilidad ya se encuentran en producción intensiva,

como los Llanos Orientales de Venezuela. Los suelos superficiales

I y los suelos de pendientes pronunciadas se pueden identificar fácil-

mente en las sabanas. Las extensas áreas de planicies inundables estu-


I cionalmente, tales como parte de los Llanos Occidentales de Venezuela

I y su extensión hacia Colombia y parte del Beni de Bolivia y el Pantanal

en Brasil, requerirán una estrategia de manejo diferente.

I El Estudio sobre Recursos de Tierra de América tropical por el

•I Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT, 1978), indica que

en las regiones de sabana existen 71 millones de hectáreas con Oxisoles

y Ultisoles que tienen pendientes menores del 8% (T.T.Cochrane, comuni-

cación personal). Estas tierras corresponden aproximadamente al 24%


I de las regiones de sabana y es en ellas en donde, en principio, la

I tecnología de bajos insumas descrita en este artículo puede ser apli-

cada. Sin embargo, estos estimados son conservadores puesto que es

I posible producir carne con pasturas a base de leguminosas en terrenos

con pendientes pronunciadas. Adicionalmente, existen 19 millones de


I hectáreas de sabanas con Oxisoles y Ultisoles con pendientes entre

l. 8-30% que podrían ser usadas con el propósito anterior.

Aunque las generalizaciones anteriores proporcionan un panorama

•• general, la selección real de áreas debe hacerse en sitios específicos.

I
I
'-.- - 21 -

l.
1- Los parámetros edáficos no son en S1 mismos suficientes para una selec-

ción apropiada. En consecuencia, la clasificación de tierras es una


I herramienta más útil debido a que considera, además de las caracterís-

I ticas edáficas, el clima, la fisiografia, la vegetación nativa y La

infraestructura. El enfoque de los sistemas de tierra usado en el

I Estudio de Recursos de Tierras del CIAT parece ser un método apropiado

para evaluar el potencial de estas extensas áreas. Usando una escala


I de 1:1 millón, alrededor de 500 sistemas han sido identificados hasta

I el presente V cada sistema representa un patrón repetitivo de clima,

suelo, fisiografía y vegetación (Cochrane, 1979). Los suelos y el

I clima se clasifican según sistemas técnicos tales como el índice de

1- humedad disponible (Hargreaves, 1977; Hancook et al., 1979) Y el Sis-

tema de Clasificación de Suelos por su Fertilidad (Buol et al., 1975).

1- Los datos se agrupan en cintas de computadora (Cochrane et al., 1979)

y los usuarios de estas cintas pueden examinar mapas elaborados en

I computadora de regiones específicas, identificando uno o varios pará-

metros, tales como suelos superficiales o suelos con una saturación


I de aluminio mayor del 60% a una cierta profundidad.

I En Brasil se ha desarrollado una modificación del Sistema de Cla-

sificación de Tierras por su Capacidad de Uso del Departamento de


I Agricultura de los Estados Unidos (USDA), tomando en cuenta la realidad

l. del medio ambiente tropical. Ramalho et al., (1978) redefinió las

clases de capacidad de uso de las tierras en términos de alto, moderado

1- y bajo uso de insumas. Niveles altos de insumos significa un uso inten-

I
I
,-.
,1
- 22 -

l.
l. sivos de fertilizantes, cal, mecanización y otra tecnología nueva.

1 Uso "moderado'! de insumas implica utilización limitada de fertilizantes

y de mecanización agrícola. Esto corresponde al concepto de la tecno-

I logía de uajús ifiSli,nos dado en este artículo. El tTbajolt dSO de insumos

de Ramalho y colaboradores, implica trabajo manual y poca o ninguna


1 aplicación de insumas. Este sistema interpretativo ha sido aplicado

1 al levantamiento de suelos RADAM en la Amazonia brasilera (Chnisterio

de Minas y Energía, 1973-1979).

I Consecuentementet para los sistemas de tecnología ue bajos insumas

I en el manejo de suelos es apropiado seleccionar Oxisoles y Ultisoles

.-
con pendientes menores que el 8%, evitar suelos con un alto contenido

de bases que pueden ser utilizados ffi3S intensivamente y evitar suelos

ácidos con limitaciones físicas severas tales como pendientes pronun-

I ciadas, capa arable superficial, los Spodosoles y suelos mal drenados

1 o suelos inundables estacionalmente.

1
I
I
l.
l.
1
1
I
I
l. UI. SELECCroN DE GERMOPLASNA

I TOLERANTE A LA ACIDEZ

I Un número considerable de especies de plantas de importancia eco-

nómica generalmente se consideran como tolerantes a las condiciones

I de los suelos ácidos en los trópicos. La mayoria de éstas tienen su

centro de origen en regiones de suelos ácidos! lo cual indica que la


I adaptación a los factores edáficos limitan tes forma parte del proceso

I evolutivo. Algunas variedades de ciertas especies también poseen tole-

rancia a la acidez del suelo, pero la especie en general no.

I Estas variedades probablemente han sido seleccionadas involunta-

I riamente por agricultores o cultivadores, debido a su comportamiento

superior en condiciones de los suelos ácidos. Ejemplos de dicha selec-

I ción involuntaria se encuentran bien documentados en la literatura (Foy

et al., 1974; Silva, 1976; artini et al., 1977; Lafever et al., 1977).
I El término tolerancia a los suelos ácidos cubre una variedad de

I tolerancias individuales a los factores adversos del suelo y a las

interacciones que ocurren entre ellos. Al mencionar el término en

I este artículo sólo indica una valoración cuantitativa de la adaptación

I de la planta a la acidez del suelo en condiciones de bajos niveles

de calo fertilizantes. Las evaluaciones cuantitativas de las tole-

I rancias de las plantas a los estreses de los suelos ácidos incluyen

tolerancias a niveles altos de aluminio o manganeso y a las deficien-


I
I
I
I - 24 -

I
l. cias de calcio, magnesio, fósforo y ciertos micronutrimentos, princi-

palmente, zinc y cobre. Un ejemplo de una interacción entre este grupo,


I es que el nivel de calcio en la solución del suelo puede atenuar par-

I cialmente la toxicidad del aluminio en muchas especies de plantas (Foy

y Fleming, 1978; Rhue, 1979). Las tolerancias a los estreses por alu-

I minio y bajo nivel de fósforo se presentan juntas en los cultivares

de trigo, sorgo, arroz y frijol, pero no en el maíz (Foy y Brown, 1964;


I Salinas, 1978). Sin embargo, los mecanismos fisiológicos involucrados

I están más allá del objetivo de este artículo. Si el lector desea mayo-

res detalles Se le recomienda revisar los artículos de los libros edi-

I tados por Wright (1976), Jung (1978), Andrew y Kamprath (1978) y Musell

y Staples (1979).
I~
Duke (1978) recopiló un lista de 1031 especies de plantas de impor-

I tancia económica con tolerancias conocidas a las condiciones ambientales

adversas. Se incluyeron tolerancias a "suelos ácidos", a "suelos


I lateríticos" y a la "toxicidad por aluminio". Las dos primeras cate-

I gorías correspondieron a evaluaciones cualitativas y la tercera

identificó solamente aquellas especies para las cuales se han realizado

I estudios de tolerancia al aluminio.

I Pese a que la lista de Duke es preliminar e incompleta ilustró

lo amplia que es la base de germoplasma tolerante a la acidez. Incluyó

l. un total de 397 especies tolerantes, ya Sea a suelos ácidos, a suelos

lateríticos o a la toxicidad por aluminio. Entre éstas, 143 especies


l.
1
I
- 25 -

I~
l. satisfacen dos de estos criterios y 29, los tres. Esta última cifra

I refleja el número limitado de especies para las cuales se han realizado

estudios de tolerancia al aluminio. Los Cuadros 4 y 6-8 presentan

I listas de especies seleccionadas de la compilación realizada por Duke,

las cuales satisfacen, por 10 menos, dos de estos criterios. Estos


I cuadros incluyen modificaciones, adiciones ti omisiones hechas por los

I autores de esta revisión, con base en sus propias observaciones.

A. Cultivos Alimenticios Anuales


I El Cuadro 4 presenta una lista de varias de las especies básicas

I alimenticias más importantes del mundo que poseen un grado considerable

de tolerancia a los suelos ácidos~ Siete de estas - yuca, caupí, maní,

l' guandul, plátano y arroz - se pueden considerar corno tolerantes a la

l' acidez, aunque hay algunos cultivares sensibles a la acidez. El grado

de conocimiento sobre la naturaleza y el grado de tolerancia a la acidez

I del suelo varia de una especie a otra.

La yuca Manihot esculenta,es más tolerante a niveles altos de


I aluminio y manganeso y a los niveles bajos de calcio, nitrógeno y po-

I tasio, que muchas otras especies (Gómez y Howeler, 1980; Cock, 1981).

Aunque la yuca tiene altos requerimientos de fósforo para su crecimiento

I máximo, aparentemente puede utilizar fuentes de fósforo relativamente

inaprovechables por medio de las asociaciones con micorrizas (Cock

•• y Howeler, 1978; Edwards y Kang, 1978). Muchos cultivadores de yuca

l. responden negativamente al encalado del suelo ya que, a niveles de

pH alto, se induce una deficiencia de zinc (Spain et al., 1975). La

I
I
I - 26 -

l.
1 habilidad de la yuca para tolerar condiciones de estrés causado por

I la acidez del suelo se puede deber a un mecanismo interesante.

(1981) observó que las hojas de la yuca mantenían un estado nutricio-


Cock

I nal adecuado en presencia de una baja disponibilidad de nutrimentos

(Cuadro 5). En lugar de diluír su concentración de nutrimentos como


I ocurre en otras plantas, la yuca responde al estrés nutricional dis-

I minuyendo su índice de área foliar. Esta es una razón por la cual

es dificil evaluar los síntomas visuales de la deficiencia de nutri-

I mentos en yuca cultivada en suelos ácidos.

I El caupi (Vigna unguiculata) eS la especie de leguminosa consi-

derada como la más tolerante a las condiciones de estrés por acidez

l- del suelo y específicamente a la toxicidad por aluminio (Spain et

al., 1975; Munns, 1978). En condiciones de campo en Oxisoles el caupí

." comunmente supera en rendimiento a otras leguminosas de grano tales

I como soya y fríjol Phaseolus vulgaris, a niveles altos de saturación

de aluminio (Spain et al., 1975). Como en otras leguminosas, la tole-

I rancia de los rizobios a la acidez del suelo es tan importante como

la tolerancia de la planta de caupí a la acidez del suelo (Keyser

I et al., 1977; Hunns, 1978).

I El maní (Arachis hypogaea) también se considera como tolerante

a la acidez del suelo (Munns, 1978), a pesar de que tiene un reque-

l. rimiento de calcio relativamente alto. Afortunadamente, pequenas

cantidades de cal pueden proveer calcio suficiente sin alterar el


I
I
I
I - 27 -

I
l. pH del suelo, para obtener rendimientos máximos en los Oxisoles

y Ultiso1es de los Llenos de Venezuela CC. Sánchez, 1977).


I El plátano (Nusa paradisiaca) es una de las fuentes de carbohidratos

I más importantes en muchas áreas de los trópicos húmedos de Africa

y América. En Ultisoles de Puerto Rico se ha demostrado SU tolerancia


I al aluminio y, en general, su adaptabilidad a los estreses por la

I acidez del suelo (vicente - Chandler y Figarella, 1976; Plucknett,

1978), como también en Oxisoles de los Llanos Orientales de Colombia

I (CIAT, 1975). Sin embargo, este cultivo posee requerimlentos de ni-

trógeno y potasio relativamente altos. Se han registrado respuestas


I marcadamente positivas a las aplicaciones de nitrógeno, fósforo, po-

." tasio, magnesio y micronutrimentos (Caro Costas et al., 1964; Silva

• '
y Vicente-Chandler, 1974; Samuels et al., 1975) .

La papa (501anum tuberosum) ha sido considerada durante largo

I tiempo como un cultivo tolerante a la acidez. Los cultivadores de

papa mantienen los valores de pH por encima de 5.5 con el próposito

I de controlar al patógeno Streptomyces scorbies. Se han establecido

diferencias definitivas entre variedades en cuanto a la tolerancia

I al aluminio (Villgarcía, 1973). Los problemas por enfermedades en

I regímenes de temperaturas isohipertérmicas constituyen una limitación

mayor que las limitaciones por la acidez del suelo.

l. La tolerancia del arroz (Oryza sativa) a la acidez del suelo en

l. condiciones de inundación normalmente no tiene importancia. Excepto

I
I
1 - 28 -

1
l. en algunos suelos ácidos sulfatados, el pH de la mayoría de los suelos

ácidos se eleva hasta 6 y 7 con inundación, como consecuencia de la


1 reducción química del hierro y de los óxidos e hidróxidos de manga-

1 neso (Ponnamperuma, 1972). A estos niveles de pR, el aluminio inter-

cambiable es precipitado, 10 cual elimina la toxicidad por aluminio.

I Muchas variedades de arroz en sistemas de secano son totalmente tole-

rantes al aluminio (como se muestra en la Fig. 4) y/o a bajos niveles


1 de fósforo aprovechable (Spain et al., 1975; Roweler y Cadavid, 1976;

1 Salinas y Sánchez, 1976; Ponnamperuma, 1977; Salinas, 1978). También

se han identificado diferencias varietales en la tolerancia a la toxi-

1 cidad por manganeso y a la deficiencia de hierro en suelos ácidos

1- (Ponnamperuma, 1976). En las regiones de Oxisoles - Ultisoles de

América Latina, el arroz de secano generalmente se considera como

l' más tolerante al estrés por la acidez del suelo que el maíz (Salinas

y Sánchez, 1976; Sánchez, 1977).

I Hay otras leguminosas de grano menos comunes que también se con-

I sideran como tolerantes a los estreses causados por la acidez del

suelo en Oxisoles y Ultisoles de los trópicos, aunque existe poca

I información cuantitativa acerca de su grado de tolerancia. Según

Munns (1978) éstas incluyen guandul (Cajanus cajan), fríjol lima


I (PhaseoIus Iunatus), fríjol alado (Psophocarpus tetragonolobus) y

l. frijol mungo(Vigna radiata).

El Cuadro 4 también incluye cinco especies para las cuales ciertos


l. cultivares se han identificado como tolerantes a la acidez del suelo,

I
I
1--
II - 29 -

I.
l. pero no la especie considerada globalmente. Existe gran variabilidad

I en el fríjol Phaseo.lus vulgaris, siendo algunos cultivares tolerantes

a la toxicidad por aluminio y/o a bajos niveles de fósforo y otros


I altamente sensibles a ambos estreses (Spain et al., 1975; Whiteaker

I et al., 1976; Salinas, 1978; ClAT, 1977, 1978, 1979 Y 1980). En esta

especie los estreses causados por enfermedades e insectos, particular-

I mente en regímenes de temperaturas isohipertérmicas, son más limitan-

tes de la producción que los factores edáficos adversos.


I Aunque el maíz (Zea mays) es considerado por algunos investigadores

I como generalmente tolerante a la acidez (Rhué, 1979), los ensayos de

.' respuesta al encalamiento en los trópicos tienden a demostrar lo con-

trario. Sin embargo, varios híbridos y compuestos poseen un grado

.'I marcado de tolerancia al aluminio y/o tolerancia al estrés por fós-

foro (Fax, 1978; Salinas, 1978).

Como especie, el sorgo de grano (Sorghum bicolor) presenta una

adaptación pobre a las condiciones de los suelos ácidos. Muchos


I de los trabajos de mejoramiento varieta1 en este cultivo se han rea-

I lizado en suelos calcáreos o neutros. Afortunadamente, existen di-

ferencias entre cultívares en términos de la tolerancia al aluminio

I (Brown y Jones, 1977a). En la Figura 5 se muestra Un ejemplo adaptado

• •
de Salinas (1978). Brown y Jones (1977a) también han informado sobre

diferencias marcadas para el estrés por cobre, pero ninguna para la

•• toxicidad por manganeso. También existen diferencias entre cultivares



I - '30 -

I
l. en cuanto a la tolerancia al estrés por fósforo (Brown et al., 1977).

I Como especie, quizás la soya (Glycine max) es la menos tolerante

de las mencionadas previamente, sobre todo a las condiciones de acidez


I del suelo. Existen diferencias varietales considerables con respecto

I a la tolerancia al aluminio (Sartain y Kamprath, 1978; Muxilli et

al., 1978; Miranda y Lobato, 1978), como también a la intolerancia

I a la toxicidad por manganeso (Brown y Jones, 1977b). A diferencia

de las otras leguminosas de grano, las cepas de rizobios asociadas


I con la soya tienden a ser más tolerantes al aluminio que la planta

I (Munns, 1980).

También se ha identificado tolerancia al aluminio en algunos culti-


l' vares de batata (Ipomoea batatas) (Munn y McCollum, 1976; Tomaf, 1978).

•• Algunas variedades cultivadas en Puerto Rico son relativamente toleran-

tes a la toxicidad por aluminio y manganeso (Pérez-Escolar, 1977).

I El trigo (Tri ticum aesti vum) es, probablemente, la especie más

estudiada en lo que respecta a la tolerancia a la acidez del suelo.


I En América Latina es un cultivo importante en las regiones de Oxisoles-

I Ultisoles, con regímenes de temperatura del suelo isotérmicos o térmicos.

Las diferencias entre variedades parecen estar relacionadas con los

I estados de acidez del suelo donde fueron desarrollados los materiales

(Silva, 1976; Foy et al., 1974). Por ejemplo, las bien conocidas
l. variedades de trigo de porte bajo CI~1YT, las cuales fueron seleccio-

l. nadas en suelos calcáreos del Norte de Mexico, crecieron pobremente

I
I
I - 31 -

l.
l. en Oxisoles del Cerrado de Brasil, en comparación con las variedades

que fueron desarrolladas en Brasil, a pesar del tipo inferior de planta


I de estas últimas (Salinas, 1978). La tolerancia a la acidez del suelo

! en dichos cultivares de trigo está relacionada con una tolerancia

conjunta a la toxicidad por aluminio y al bajo nivel de fósforo apro-

I vechable en el suelo (Salinas, 1978; Miranda y Lobato, 1978). Otros

estudios también muestran que, en Oxisoles, las variedades de trigo


I tolerantes al aluminio se comportan mejor en condiciones de altos

I niveles de saturación de aluminio que las variedades de soya tolerantes

al aluminio (Muzilli et al., 1978).

I B. Cultivos Perennes y Forestales

.'•• El Cuadro 6 enumera algunas de las especies frutales del trópico con-

sideradas como tolerantes a los estreses de los suelos ácidos. Algunas

especies como la piña y el marañón son bien conocidas por su adaptación

a los suelos ácidos. Al igual que los cultivos anuales alimenticios


I ciertas especies son afectadas severamente por otros factores limi-

1 tantes. Por ejemplo, el banano es afectado por enfermedades y altos

requerimientos de potasio; los cítricos son menos productivos en

I regímenes de temperatura isohipertérmicos que en climas fríos; el

I mango requiere un régimen de humedad del suelo ústico para una produc-

tividad alta.

l. En el Cuadro 7 se presentan algunos cultivos perennes y especies

forestales importantes adaptados a los suelos ácidos en los trópicos,


1,
1
1
I - 32 -

l.
l. El café arábigo es muy tolerante al aluminio, pero sensible a la toxi-

I cidad por manganeso (Abruna et al., 1965). Este cultivo se adapta

mejor a un régimen de temperatura del suelo isotérmico y un régimen

I de humedad uel :::;uelo údico. El café robusta se adapta mejor a regí-

menes isohipertérmicos, pero produce café de menor calidad que el


I café arábigo.

I Entre otros cultivos perennes, la palma de aceite y el caucho

están muy bien adaptados a las regiones de Oxisoles - Ultisoles, par-


I ticularmente aquellas con regímenes údicos isohipertérmicos (Alvim,

I 1981; Santana et al., 1975). La caña de azúcar por lo general también

.'a-
es tolerante a las condiciones de los suelos ácidos (Abruña y Vicente

Chandler, 1967), pero requiere grandes cantidades de nitrógeno y pota-

sio para sostener niveles elevados de producción.

Aunque muchas especies maderables nativas del Amazonas son tole-

I rantes a las condiciones de los suelos ácidos, algunas de las más

promisorias son importadas de otras regiones~ Gmelina arborea,

I Pinus caribea. Dalbergia nigra y ciertas especies de Eucaliptus

han probado estar bien adaptadas a los Oxisoles y Ultisoles de la


I Amazonia brasilera. sin necesidad de encalamiento (Alvirn, 1981).

I Otras especies nativas del Amazonas tales como Bertholettia excelsa.

Paullinia cupana y Guilielma gasipaes también tienen un potencial

l. comercial significativo.

1"
1
I
I - 33 -

I
l. En la lista anterior no se incluyen varios cultivos tropicales

I perennes importantes; entre éstos vale la pena mencionar al Theobroma

cacao y Leucaena leucocephala, una especie leguminosa con potencial

I para pas~orco, ramoneo y leña CNational Acaderny of Sciences, 1977b).

Ninguna de estas dos especies es tolerante al aluminio (Alvim, 1981;


I Hill, 1970). Por consiguiente, no están adpatadas a los suelos ácidos

I con bajos niveles de insumas. Sin embargo, se están adelantando tra-

bajos en mejoramiento genético por tolerancia al aluminio en ambas

I especies. En el caso de la leguminosa, la selección de cepas de

Rhizobium tolerantes a la acidez se considera de igual importancia


I a la selección de plantas (CIAT, 1979; Munns, 1978).

I~ C. Pastos Tropicales

En Australia y América Latina se han adelantado trabajos


I extensivos en la selección de especies de gramíneas y leguminosas

I para pasturas con tolerancia a la acidez del suelo (Andrew y Hegarty,

1969; Andrew y Vanden Berg, 1973; Spain et al., 1975; Andrew, 1976;

I 1978; He1yar, 1978; elAT, 1978; 1979, 1980, 1981; Spain, 1979).

Una diferencia fundamental del trabajo en los dos continentes es


I que la toxicidad del aluminio no es frecuente en las regiones de

I pasturas tropicales de Australia, en tanto que sí lo es en las

regiones de pasturas tropicales de América Latina (Sánchez e lsbell,

l. 1979). En Australia tropical, los estreses predominantes en los

suelos ácidos incluyen bajos niveles de fósforo, azufre y molibdeno


I
I
I
!. - 34 -

l.
l. y en menor grado la toxicidad del manganeso. En América tropical

I son más importantes la toxicidad del aluminio, la baja disponibilidad

de fósforo y la alta fijación de este último •


•• 1. Tolerancia al Aluminio

I Un amplio espectro del banco de germoplasma de forrajes del CIAT

es tolerante a altos niveles de aluminio intercambiable, sencillamente

I debido a que gran parte de éste ha sido colectado en las regiones

de suelos ácidos e infértiles de América tropical (Schultze-Kraft


I y Giacometti, 1979). En la Figura 7 se presenta un ejemplo de la

I tolerancia diferencial al aluminio de cuatro gramíneas tropicales

comunes, con base en un estudio en soluciones de cultivo adelantado

por Spain (1979).

I Incluso Brachiatia decumbens mostró una respuesta ligeramente

positiva al primer incremento de aluminio. Panicum maximum exhibió

I una alta tolerancia hasta la mitad de la concentración de aluminio

tolerada por Brachiaria decumbens. En contraste,Cenchrus ciliaris,


I uno de las gramíneas tropicales más ampliamente distribuidos en las

I áreas ústicas pero no ácidas de Australia, es afectada severamente

por el aluminio. Esta excelente gramínea está bien adaptada a los

I suelos no ácidos, pero para que crezca bien en regiones de Oxisoles -

Ultisoles es necesario neutralizar completamente el aluminio inter-


l. cambiable por medio de prácticas de encalamiento hasta un nivel de

I pH de 5.5. En el Cuadro 7 se presenta una lista de especies tolerantes.

I
I
I - 35 -

I
l. La Figura 8, adaptada también de Spain (1979), muestra respuestas

I a la aplicación de cal en un Oxisol de Carimagua, Colombia, con un

pH de 4.5 y una saturación de aluminio del 90% antes del encalamiento.

1 Las gramíneas tolerantes a la acidez tales como Andropogon gayanus,

Brachiaria decumbens y Panicum maximum y las leguminosas Stylosanthes


1 capitata y Zornia latifolia, produjeron su crecimiento máximo a O

I ó 0.5 ton de cal/ha. La tasa de 0.5 ton de cal/ha no alteró el pH

del suelo o la saturación de aluminio, pero suministró calcio y magne-

1 sio a las plantas. Sus comportamientos son claramente superiores

a los de especies sensibles al aluminio, tales como el sorgo y


I
• "
Centrosema plumieri, una leguminosa no adaptada a suelos ácidos .

También es pertinente indicar que algunas especies tolerantes al alu-

minio no crecen vigorosamente en suelos ácidos. Este es el caso del

." pasto pangola (Digit;ria decumbens),ilustrado en la Figura 8.

2. Niveles Bajos de Fósforo Disponible


1 en el suelo

I El fósforo es el insumo individual más costoso requerido para

las sabanas de pasturas mejoradas en Oxisoles-Ultisoles (CIAT, 1979).


1 Sin embargo, no es el único nutrimento deficiente en estos suelos,

1 pero su corrección es.por lo general, la más costosa. No es factible

establecer o mantener pastos mejorados en estas sabanas sin fertiliza-

l. ción con fósforo. Con el fin de incrementar la eficiencia de la ferti-

l. lización con fósforo, es posible seleccionar plantas que tengan un

menor requerimiento de fósforo para máximo crecimiento que aquellas

1
I
I - 36 -

l.
l. empleadas actualmente. Afortunadamente, la tolerancia al aluminio

I y la "tolerancia al bajo nivel de fósforo" ocurren con frencuencía

conjuntamente, debido a que ésta última parece estar asociada con

I la habilidad que tiene la planta para absorber y translocar el fós-

foro desde la raíz hasta la parte aérea en presencia de niveles altos


I de aluminio en la solución del suelo y/o en el tejido radical (Salinas

I 1978).

Varias especies de gramíneas y leguminosas forrajeras promisorias


I requieren una fracción de los niveles de fósforo disponible en el

I suelo requeridos por cultivos anuales, y mucho menos que otras espe-

.'I
cies de pastos. Por ejemplo, en Colombia, el nivel critico general

según pruebas de suelo es de 15 ppm de P determinado por el método

de Bray 11 (Marin, 1977). Los ecotipos promisorios de Stylosanthes

eapitata. Zornia latifolia y Andropogon gayanus tolerantes al aluminio

requieren entre 1/3 - l/S de esa cantidad para alcanzar máximos rendi-
I mientas. Esta información se presenta en el Cuadro 33 de la sección

I VI. D.

Debe anotarse que las gramíneas adaptadas tales como Andropogon


I gayanus y Braehiaria decumbens requieren niveles critico s más altos

I de fósforo disponible en el suelo determinados por el método Bray

II (5-7 ppm de P) que los requeridos por leguminosas adaptadas tales


,
I como Stylosanthes capitata y Zomia latifolia (3-4 ppm de P) para

l. acercarse a su máximo crecimiento (CIAT. 1979). El punto de vista

I
I
I - 37 -

l.
l. comunmente sostenido de que la fertilización de mezclas de gramíneas-

I leguminosas se debe basar en el requerimiento nutricional más alto

de la leguminosa no se aplica a estas especies. Esto ha sido probado

I en el campo ¡JO! Spain (1979) quien observó Que, además del fósforo,

había una mayor necesidad de potasio en las gramíneas que en las le-
I guminosas.

I Durante el ano de establecimiento, las respuestas de campo mos-

traron diferencias significativas en los niveles de fertilización


I con fósforo requeridos para acercarse al máximo crecimiento en un

I Oxisol con cerca de 1 ppm de P disponible (método de Mehlich 2), antes

de las aplicaciones del tratamiento (Fig. 9). Andropogon gayanus

." requirió 50 Kg de P 0S/ha para alcanzar máximos rendimientos, en tanto

que Panicum maximum


2
~equirió 100Kg de P 0 /ha e Hyparrhenia rufa

." requirió 200 o quizás más.


2 S
Esta última especie. ampliamente difundida

en América Latina, se desarrolla pobremente en las regiones de Oxisoles-


I Ultisoles debido a un requerimiento de fósforo y potasio generalmente

I mayor y a una menor tolerancia al aluminio que las otras dos (Spain,

1979). Estas diferencias son relativamente significativas a nivel


I de producción animal. A niveles de insumas en los que otras gramíneas

I producen buenas ganancias de peso vivo en ganado, Hyparrhenia rufa

produjo pérdidas severas de peso vivo en Carimagua, Colombia (Paladines

l. y Leal, 1979).

l. Se podría arguir que el uso de pastos que requieran menor fósforo

I
I
I - 38 -

I
l. podrían proveer insuficiente fósforo para la nutrición animal. No

I existe evidencia en los trabajos realizados por el CIAT de que esto

sea cierto, ?ero si lo fuera, pLobablemente sería más económico apli-

I Car al suelo sólo el fertilizante fos[orado requerido para el creci-

miento máximo de las plantas y suplementar el resto directamente a


I los animales utilizando sal.

I 3. Estrés Hídrico

La habilidad para crecer y sobrevivir en los períodos secos de


I los ambientes ústicos en condiciones de pastoreo es un requisito nece-

I sario para las especies forrajeras tolerantes a la acidez, ya que

el riego de las pasturas es extremadamente costos en la mayoría de

." las regiones de Oxisoles-Ultisoles. Debido a su tolerancia al aluminio,

.'I las raíces de las especies forrajeras adaptadas son capaces de penetrar

profundamente en el subsuelo ácido y extraer la humedad residual que

está disponible. Esto contrasta marcadamente con los cultivos sensibles

al aluminio que sufren severamente por estrés hídrico, aún durante

I períodos secos cortos, debido a que sus raíces están limitadas a la

superficie del suelo encalada (González et al.,1979). Las especies


I de leguminosas adaptadas son, por lo general, más tolerantes al estrés

I causado por la sequía que las especies gramíneas. Además, las legumi-

nosas son capaces de mantener un valor nutriciona1 más alto durante

l. los períodos secos que las gramíneas. Por ejemplo, Zornia latifolia

728 presentó un 24% de proteína en sus hojas hasta el período seco



I
I
I - 39 -

l.
l. de Carimagua, en tanto que las gramíneas acompañantes sólo presentaron

cerca de un 5% de proteína (CIAT, 1979).


I Entre las gramíneas adaptadas Andropogon es más tolerante al

I estrés por sequía que Brachiaria decumbens o Panicum maximum (CIAT,

1979); sus hojas pubescentes también permiten que las gotas de rocio
I permanezcan sobre las hojas más tiempo que en estas dos últimas espe-

I cies (CIAT, 1979). Es muy común que al caminar por una pastura de

Andropogon en los Llanos o en la Amazonia aproximadamente a las 10:00

I a.m. se humedezcan las botas del pantalón, en tanto que las pasturas

de las otras dos especies ya están secas a esta hora.


I 4. Ataques de Insectos y Enfermedades

I La mayoria de las especies de leguminosas adaptadas tienen su

centro de origen en América Latina y, por consiguiente, tienen muchos


I enemigos naturales. La antracnosis, causada por Colletotrichum

I gloesporoides, es una de las enfermedades más desvastadoras de las

leguminosas (CIAT, 1977, 1978, 1979). Los barrenadores del tallo

I del género Caloptilia también atacan a varias especies de Stylosanthes

(CIAT, 1979). Los ataques de mioncs o salivitas causados por Deois


I incompleta y otras especies han destruido miles de hectáreas de

I Brachiaria decumbens en las regiones údicas de Brasil tropical. La

solución a estos problemas es la resistencia varietal puesto que es

I factible que las aplicaciones de insecticidas O fungicidas a estos

pastos sean antieconÓmicas. La selección por tolerancia a éstos


l. y otros patógenos ha proporcionado ecotipos que combinan la adaptación

I
I
I - 40 -

l.
l. a condiciones adversas con la resistencia a patógenos. Ejemplos de

éstos hasta la fecha incluyen varios ecotipos de Andropogon gayanus,


I Stylosanthes capitata Y Desmodium ovalifollium. Desafortunadamente,

I varios ecotipos de Stylosanthes guianensis, una leguminosa muy bien

adaptada a los factores limitantes de los suelos ácidos, han sucumbido

I a los ataques de insectos y enfermedades (CIAT, 1978, 1979). Al igual

que en otros programas de fitomejoramiento, la búsqueda de nuevos


I eco tipos que combinen la tolerancia a patógenos con otras caracterís-

I ticas deseables, es una actividad continua.

Es interesante anotar que en las regiones de Oxisoles-Ultisoles,


I los problemas de la protección de plantas aumentan en importancia

.- después de que se logran aliviar los factores edáficos limitan tes

.'I mediante la selección de plantas o la fertilización. Esto puede ser

una consecuencia de la eliminación de un factor previamente limitante

o del desarrollo de un patógeno a medida que se cultiyaban por primera

vez nuevas plantas en un medio nuevo. Esta observación se aplica

I tanto a pasturas como a cultivos anuales alimenticios. Sin embargo,

la tolerancia a los ataques de enfermedades e insectos varía según

I las condiciones ecológicas y, por consiguiente, el grado de tolerancia

de cada cultivar promisorio se debe validar localmente.


I 5. Tolerancia a la Quema

l. Las quemas accidentales son comunes en las regiones de sabana

l. y es posible que las quemas intencionales sean una práctica de manejo

I
I
I - 41 -

I
l. necesaria en casos en los que los pastos se aproximan a la madurez

I rápidamente y pierden su valor nutricional. Por consiguiente, las

especies de pastos adaptadas deben ser capaces de retoñar después de

I la quema. Estudios en Quilichao, Colombia, muestran que Andropogon

gayanus • Panicum maXlmum, Brachiaria decumbens y Brachiaria humidicola


I retoñan rápidamente luego de la quema (CIAT, 1979). Trabajos posterio-

I res del CIAT muestran que el rebote después de la quema depende mucho

de las condiciones de humedad del suelo al momento de la quema. Por

I ejemplo los Brachiaria son muy susceptibles a la quema cuando la

superficie del suelo está húmeda.


I
D. Conclusiones
l' Existe una amplia base de germoplasma de cultivos anuales, culti-

I vos permanentes, cult'ivos arbóreos y especies de pastos tolerantes

a la acidez y adaptados a las condiciones tropicales de América Latina.

I Además, la selección en programas de mejoramiento genético puede sumi-

nistrar variedades tolerantes a la acidez a partir de especies que


I por lo general son sensibles. Sin embargo, el grado de cuantificación

I de estas diferencias es limitado. Se necesita una clasificación más

sistemática sobre cuáles son los niveles críticos de tolerancia de

I cada variedad o especie importante. Dicho sistema de clasificación

de plantas podría ligarse con los sistemas actuales de clasificación


I de suelos con el fin de comprarar mejor las características de la

I planta con los factores edáficos limitantes.

I
I
I
l.
l. IV. DESARROLLO Y MANTENIMIENTO DE UNA

I COBERTURA VEGETAL

La elección de sistemas agrícolas es extremadamente variada y


I muy dependiente de las demandas u oportunidad de mercado, la tradición

I agrícola y las políticas gubernamentales. Los sistemas agrícolas

que prevalecen en regiones de Oxisoles-Ultisoles de América tropical

I se pueden agrupar en cuatro categorías principales : agricultura migra-

toria (principalmente en zonas de bosque), ganadería extensiva por


I pastoreo tanto en regiones de bosque como de sabana, sistemas de pro-

I ducción de cultivos permanentes y sistemas de producción intensiva

de cultivos anuales. La extensión de los dos últimos es muy limitada.

l' Estos sistemas se describen en una revisión hecha por Sánchez y Cochrane

(1980).
I Indistintamente del sistema agrícola o la especie de planta

I empleada, un principio básico de la tecnología de bajos insumas es

desarrollar y mantener una cubierta vegetal sobre el suelo durante

I el mayor tiempo posible, con el fin de disminuír la erosión, la com-

pactación y los riesgos de lixiviación. Los componentes esenciales


I de dicha tecnología incluyen los métodos de apertura de tierras, las

I técnicas de establecimiento de cultivos y pasturas, las coberturas

orgánicas, el uso de períodos manejados de enrastrojamiento, cultivos


l. intercalados y sistemas de cultivos múltiples. En esta sección se

discuten algunos de los adelantos en el desarrollo de estos componentes


I
I
I
I - 43 -

l.
l. de la tecnología.

I A. Métodos de Apertura de Bosques

La selección del método de desmonte es lo primero que se debe


I hacer y probablemente es el paso más crucial que afecta la produc-

I tividad futura de los sistemas agrícolas en las zonas de bosques

húmedos.

I Diversos estudios comparativos realizados en los trópicos húmedos

I de América Latina confirman que el corte manual y los métodos de

quema son superiores a los diferentes tipos de desmonte mecánico,

I debido al valor de la ceniza como fertilízante y debido a la menor

1- compactación del suelo y desplazamiento de su superficie, en compara-

ción con el desmonte mecanizado.

l' l. Adiciones de Nutrimentos por las Cenizas

El contenido de nutrimentos de las cenizas ha sido determinado


I directamente al quemar un bosque secundario de 17 años de edad, en

I un Typic Paleudult de Yurimaguas, Perú. Los datos de Seubert et al.

(1977) en el Cuadro 9 muestran los efectos benéficos significativos

I de la ceniza en las propiedades químicas del suelo (Fig. 10), 10 cual

resultó en mayores rendimientos de una serie de cultivos durante los


I dos primeros años después del desmonte (Cuadro 10). Hay una varia-

1- bilidad considerable entre sitios en lo que respecta a la cantidad

de ceniza y su composición nutricional, debido a las diferencias en


I
I
I - 44 -

l.
l. las propiedades del suelo, a las técnicas de desmonte y a la propor-

I ción de biomasa forestal realmente quemada. Silva (1978) estimó que

sólo un 20% de la biomasa forestal derribada se convirtió realmente

I en ceniza después de la quema del bosque virgen en un Oxic Paleudult

de la parte sur de Bahía, Brasil. Silva también analizó la composi-


I ción de la ceniza de partes quemadas de especies forestales individuales

I y observó rangos amplios de variación (0.8% - 3.4% de N; 0-14 ppm

de P; 0.06-4.4 meq de Ca/lOO g; 0.11-2l.03 meq de Hg/lOO g; y 34-345

I meq de K/100 g). Esta información sugiere la presencia de ciertas

especies que se pueden considerar como acumuladoras de nutrimentos


I específicos.

I. Es factible que el valor de la ceniza como fertilizante sea menos

importante en suelos con altos niveles de bases. Cordero (1964) obser-


I vó que los aumentos en la disponibilidad de fósforo y potasio causados

I por la quema de biomasa de un Entisol con un pH 7

Bolivia, no aumentaron los


en Santa Cruz,

rendimientos de cultivos. El suelo ya

I presentaba altos niveles de estos elementos. La información sobre

la composición de las cenizas provenientes de diferentes suelos y


I métodos de desmonte puede por consiguiente, contribuír significati-

I vamente al entendimiento de la dinámica del suelo y su manejo posterior.

I 2. Compactación del Suelo

l. El uso convencional de "bulldozer s" tiene el efecto adverso

típico de la compactación del suelo, particularmente en Ultisoles

I
I
I - 45 -

l.
l. de textura arenosa. En suelos de éstos en Surinam (Van der Weert,

1974), Perú (Seubert et al. 1977) y Brasil (Silva, 1978) se han regis-
I trados disminuciones significativas en las tasas de infiltración, incre-

I mentos en la densidad aparente y disminución en la porosidad después

del desmonte mecanizado. El Cuadro 11 muestra las disminuciones en

I la inflitración en tres localidades. El método de corte y quema tuvo

un efecto moderado en las tasas de inflitración, pero el uso de bulldo-


I zers las disminuyó extremadamente. Las comparaciones entre localidades

I son difíciles

en la medición.
debido a las diferencias en el lapso de tiempo empleado

El ejemplo de Manaos ilustra la compactación observada

I en pasturas degradadas, en zonas de la Amazonía Brasilera .

•• 3. Desplazamiento de la Superficie del Suelo

I. La tercera consideración básica es el grado de arrastre de la

superficie del suelo, no por la cuchilla del bulldozer, la cual normal-

mente se mantiene por encima del suelo, sino por el arrastre de árboles
I desenraizados y troncos. Aunque no hay datos cuantitativos disponibles,

I comunmente se observa la remoción de la superficie del suelo de luga-

res altos y su acumulación en lugares bajos. El mejor rebrote del

I bosque cerca de hileras de vegetación derrumbada indica que el des-

plazamiento de la superficie del suelo puede resultar en reducciones


I significativas del rendimiento (Sánchez, 1976). Por ejemplo, Cal et

I al. (1975) observó en Nigeria que los rendimientos de maíz disminu-

yeron en un 50% cuando se removieron 2.5 cm de la capa superficial

I de un Alfisol. Desafortunadamente, no hay disponibles datos comparables

I
I
~ - 46 -

l.
l. obtenidos en suelos ácidos de América tropical. Sin embargo, es induda-

ble que las disminuciones en el rendimiento presentadas en el Cuadro


I 10 están asociadas con el desplazamiento de la capa superficial del

I suelo.

4. Métodos Alternativos de Desmonte


I Los efectos adversos del desmonte con bulldozer generalmente

I son conocidos por los agricultores y por las organizaciones de desa-

rrollo en zonas de la Amazonia. Los créditos gubernamentales para


I las operaciones de desmonte mecanizadas o en gran escala se han reducido

I marcadamente en la Amazonia Brasilera desde 1978. También se está

.'a-
considerando la práctica de destrucción completa del bosque versus

su cosecha parcial antes de la quema.

Silva (1978) proporcionó el primer estimado cuantitativo de los

posibles beneficios de tal práctica. Comparó los dos extremos : el

I método de corte y quema y el uso del bulldozer, con tratamientos que

incluyen primero la remoción de árboles comercializa bIes seguido por

I el corte y la quema de los restantes. Todas las ventajas de la quema

en la fertilidad del suelo se observaron en este último tratamiento,


I con diferencias no significativas con el método convencional de corte

I y quema (Silva, 1978), pero con un valioso aumento en los ingresos.

La falta de diferencias probablemente Se debe a la proporción pequeña

l. de la biomasa total que realmente se quema. En efecto, muchos agri-

cultores en la Amazonia cosechan primero la madera y algunos de ellos


I
I
I
I
- 47 -

l.
l. desarrollan aserraderos rentables en el proceso de desmonte para el

establecimiento de pasturas.
I Las presiones por abrir tierras nuevas en algunas áreas del Ama-

I zonas son tan intensas que ahora es necesario desarrollar una tecno-

logía que minimice los efectos adversos del desmonte en las propie-
I dades del suelo. Hasta ahora no se han realizado investigaciones

I sistemáticas que comparen las tecnologías de desmonte mecanizado actual-

mente disponibles. Los bulldozers equipados con una cuchilla "KG"

I que corta los troncos de los árboles a nivel del suelo podrían causar

menos desplazamiento de la superficie del suelo, puesto que el sistema


I radical permanece en su lugar. Los aditamentos de tractores para el

I~ "empuje de árboles" reducen los requerimientos de energía para el des-

monte y deben disminuir la compactación por la maquinaria. Una cadena

I liviana arrastrada por dos bulldozer s también puede minimizar la com-

pactación. Con estas tres técnicas, la vegetación derribada puede


I ser quemada y el material residual puede ser removido por los bulldozers

I equipados con una "rastra".

Un estudio en gran escala sin repeticiones, en un Typic Acrorthox

I cerca de Manaus, mostró poca diferencia en las propiedades químicas

o físicas del suelo, cuando algunas de las combinaciones mencionadas


I se compararon con el uso de bulldozer (UEPAE de Manaus, 1979). El

I tratamiento de corte y quema dio unas propiedades químicas superiores

y un mejor crecimiento de pasturas que los tratamientos de desmonte

l.
I
I
/- - -

I - 48 -

l.
l. mecanizado.

I Los trabajos en Alfisoles de Nigeria, con propiedades químicas

y físicas totalmente diferentes, muestran que el desmonte con bulldo-

I zers equipados con cuchillas segadoras seguido por la quema y remoción

de residuos con un rastrillo fue el sistema mecanizado menos perju-


I dicial (lICA, 1980).

I Un tipo de tecnologia de bajos insumas que ha producido pocos

resultados satisfactorios es el desmonte parcial de bosques húmedos


I tropicales. Las franjas se desmontan por medio del método de corte

y quema, con el propósito de sembrar cultivos tolerantes a la sombra


I tales como cacao, o ciertos pastos, o para enriquecer el bosque con

." especies maderables valiosas. En Manaus, Brasil,varias organizaciones

.- han llevado a cabo experimentos, pero los resultados han sido desalen-

tadores. No hay datos disponbiles, pues tales expermientos no han

I sido publicados. Aparentemente, es difícil proveer suficiente luz

solar para el establecimiento vigoroso de las plantas sin eliminar

I la cobertura de bosque. Sin embargo,con frecuencia se dejan unos pocos

árboles sin tocar, especialmente cuando éstos son de valor, o para

I suministrarle sombra a las pasturas.Hecht (1979) ha identificado

I varias especies de leguminosas arbustivas y arbóreas a las cuales

se les debe permitir retoñar luego del desmonte, debido a su capacidad

l. para proporcionar forrajes para ramóneo por el ganado. Muchos de los

fracasos de las operaciones agrícolas en gran escala observados por


l. los autores en los trópicos húmedos, pueden ser atribuidos directa-

I
I
I - 49 -

1,
l. mente a los m~todos inapropiados de deSDonte. Se necesita invcstiguci6n

sobre los m6todos alternativos de desmonte mecanizado qu~ incluyan


I la quema.

I B. Dinámica del Suelo Después del Desmonte de

Bosques Húmedos Tropicales


I Cuando se demonta y quema un bosque tropical, generalmente ocurren

I varios cambios en las propiedades del suelo durante el primer año :

por volatilización durante la quema ocurren grandes pérdidas de nitró-


I geno y azufre de la biomasa; la materia orgánica del suelo disminuye

I con el tiempo hasta llegar a un nuevo equilibrio; el pH de los suelos

ácidos aumenta; los niveles de saturación de aluminio disminuyen; las

."

bases intercambiables y los niveles de fósforo disponible aumentan;

- .
y las temperaturas de la superficie del suelo aumentan (Sánchez, 1979) •

La siguiente discusión está basada en una revisión reciente del tema,

I realizada por el autor principal (Sánchez, 1979).

La mayoría de los datos disponibles están basados en muestreos

1 hechos en sitios cercanos de edad conocida, luego del desmonte simul-

táneo. Esta técnica combina las dimensiones de espacio y tiempo y


1 aumenta la variabilidad entre sitios que ya es considerable. Afortu-

1 nadamente, existen cinco estudios en los cuales se investigaron en

el tiempo los cambios en las propiedades del suelo en regiones húmedas

l. de América tropical: Yurimaguas, Perú; Manaus, Belém y Barrolandia,

l. Brasil; y Carare-Opón, Colombia. Sin embargo, la mayoría de ellos

se limitan a lo que sucede durante el primer año, pero unode ellos

I

I - 50 -

I
l. cubre un período de 8 años. Sin embargo, los estudios ilustran las

I diferencias que ocurren entre sitios en función del tiempo.

l. ~lateria Orgánica del Suelo


I Salas y Folster (1976) estimaron que ,cuando un bosque vírgen en

I un Aeric Ochraquox en el Valle del Magdalena Medio de Colombia fue

cortado y quemado se perdieron 25 ton de C/ha y 673 Kg de N/ha. Estas

I cifras se dedujeron por medio de la medición de los cambios ocurridos

en la biomasa antes y después de la quema, pero antes de presentarse


I las primeras lluvias. Estas pérdidas sólo responden por 11-16% del

I carbono total y cerca de 20% del nitrógeno total en el ecosistema

(Salas, 1978). Consecuentemente, es necesario esclarecer las afirma-

." ciones de que la mayoría del carbono y el nitrógeno presente en

vegetación es volatilizado en la quema.


la

Otro factor desconocido es


I si una proporción de los elementos volatilizados regresa o no a zonas

I cercanas por el iavado de las lluvias.

Salas (1978) también determinó la influencia de la quema sobre


I la capa delgada rica en materia orgánica, constituida por la interfase

I de capa superior de suelo-humus. La relación C/N de este materiel

aumentó de 8 a 46 en 5 ¡,eses, lo cual indica que las pérdidas por vola-

I tilización eran ricas en nitrógeno.

I La literatura tiene información contrastante acerca de las pérdidas

de materia orgánica del suelo cuando empieza la fase de cultivo. En

I suelos con contenidos inicial~s de mater;a orgánica más ~ltos ocurrirán

I
I
I - 51 -

l.
l. pérdidas mayores (Sánchez, 1976;. Sin em~argo, es:::e e!ecto es atenuado

por la presencia de arcillas en la capa superficial del suelo. Turenne


I (1969, 1977) encontró una relación inversa entre las pérdidas de car-

I bono orgánico y los contenidos de arcilla en Oxisoles de la Guyana

Francesa.

I Otro efecto supuestamente adverso de la quema es una disminución

I en la actividad microbiológica del suelo. Un estudio realizado por

Silva (1978) en el sur de Bahía informa sobre diferencias no signifi-

I cativas causadas por varios grados de quema en la flora fungosa, pero

sí disminuciones en las poblaciones de bacterias y actimonicetos durante


I los primeros 30 días despues deuna quema convencional. La Figura 11

•• muestra la tendencia en la actividad de la descomposición de la celulosa

con el tiempo. La quema realmente tuvo un efecto estimulante en la

I microf1ora debido probablemente al incremento en fósforo y otros nutri-

mentos, y las mayores temperaturas del suelo por la exposición de la


I superficie del mismo a la luz solar directa. Tal efecto no se observó

I en el desmonte con bulldozer, probablemente debido al desplazamiento

de la capa superficial del suelo y a la compactación. El efecto de

I la esterilización parcial por la quema convencional puede explicar

la menor actividad microbiológica observada durante los primeros 25


I días después de la quema.

I En la Figura 12 se ilustra la dinámica del carbono orgánico duran-

te los primeros 4 años de cultivo continuo de arroz secano-maíz-soya


l· en un Ultisol de Yurimaguas, Perú, sin fertilización o encalamiento .

I
I
I - 52 -

l.
l. Hubo un aumento real en los contenidos de carbono orgánico un mes

I después de la quema, probablemente como resultado de una contaminación

por cenizas. A este aumento le siguió un período estable durante

I 5 meses, luego se observó una disminución marcada después de la pri-

mera cosecha de arroz y, finalmente, se llegó a un equilibrio hacia


I el final del primer año. La tasa de descomposición anual durante

I el primer año fue del orden del 30%, pero se llegó a un nuevo equi-

librio durante el segundo de cultivo (Villachica, 1978).

I Esta alta tasa de descomposición resultó en un aumento marcado

en el nivel de nitrógeno orgánico en la capa superficial del suelo


I durante los primeros 6 meses en Yurimaguas(80 Kg de N/ha en los 50

1" cm superiores del suelo), el cual desapareció rápidamente debido

a la lixiviación del tiempo y/o a la extracción por el cultivo (Seubert

I et al." 1977). Este abundancia de nitrógeno probablemente contribuye

al crecimiento prospero del primer cultivo luego de la quema.


I 2. Aumentos Iniciales en la Disponibilidad de Nutrimentos

I El Cuadro 12 resume los cambios enlas propiedades de la capa

I superficial del suelo antes del desmonte y después de la quema observa-

dosm .varios estudios de tiempo correctamente muestreados. Este cua-

I dro muestra las tendencias generales y sus desviaciones. Los valores

del pH del suelo aumentan después de la quema, pero no hasta su valor


l. neutro. Los niveles de Ca + Mg intercambiables se doblaron, tripli-

l· caron o cuadriplicaron, pero entre los dos sitios de Yurimaguas hubo

una variabilidad considerable entre desmontes cercanos en el mismo

I
I
I - 53 -

1,
l. suelo. Esta diferencia en particular fue atribuída a un nivel de

bases inicialmente mayor en el sitio 11 y una mejor calidad de la


I quema que en el sitio l. El potasio intercambiable también aumentó,

I pero el efecto no duró debido a la lixiviación rápida. Esto proba-

blemente explica por qué no hubo aumentos en las localidades de Yuri-

I maguas Chacra 11 y Belém, los cuales fueron muestreados a los 3 y

12 meses después de la quema. El aluminio intercambiable disminuyó en


I cantidades proporcionales a los aumentos en Ca + Mg, sugiriendo un

I efecto directo del encalamiento. Una excepción a esta afirmación

ocurrió en la localidad al sur de Bahía, la cual presentó contenidos

I de aluminio intercambiable relativamente bajos. La saturación de

.'
I~
aluminio disminuyó en todos, excepto en un caso, a niveles por debajo

de los que se consideran como críticos para cultivos tales como el

maíz (60%). El fósforo disponible también aumentó con la quema, so-

brepasando el nivel crítico generalmente aceptado para cultivos anuales

I (lO - 15 ppm de P , determinado por el método Olsen modificado, Bray

11 O Mehlich). Indistintamente de las diferencias entre las locali-


I dades, no hay duda de que la fertilidad de los suelos ácidos mejoró

I considerablemente después de la quema.

3. Patrón de Disminución de la Fertilidad


I Los efectos positivos mencionados con anterioridad comienzan

I a invertirse con el tiempo. La Figura 10 ilustra los cambios ocurri-

dos en los primeros 10 meses después del desmonte en Yurimaguas

I fertilización. Silva (1978) informó sobre resultados casi idénticos

I
I
I - 54 -

l.
l. al sur de Bahía, al otro lado del continente. Los primeros elementos

que se agotan son el nitrógeno inorgánico (no ilustrado) y el potasio,


I en tanto que los demás presentan una disminución más lenta. La Figura

I 12 muestra los cambios que ocurren en las propiedades de la capa su-

perior del suelo durante los primeros 4 años en Yurimaguas. Después

I del primer año se alcanzaron valores de equilibrio para el pH y el

carbono orgánico. Al cabo de un año, el aluminio intercambiable comen-


I zó a aumentar después de su disminución inicial, hasta alcanzar los

I niveles que tenía antes del desmonte. Esto se le atribuye a la tasa

rápida de descomposición de la materia orgánica durante el primer

I año, la cual liberó iones H+ y compuestos de aluminio ligados a la

.'I materia orgánica hacia la solución del suelo.


3
A su vez, ésto liberó

iones A1 + de los minerales presentes en la arcilla (Villachica, 1978).

Por consiguiente, el efecto residual del "encalamiento" por efecto

de la ceniza duró corto tiempo. Los aumentos en el nivel de calcio

I intercambiable permanecieron relativamente estables con el tiempo.

El magnesio y el potasio intercambiables disminuyeron después de 6


I meses de cultivo Los niveles de fósforo disponible permanecieron

I cercanos al nivel crítico de 15 ppm de P (Glsen modificado) en este

ensayo particular.

I Los datos sobre el comportamiento de los cultivos (Villachica,

1, 1978; Sánchez, 1979) muestran que el nitrógeno y el potasio se tornaron

deficientes 6 meses después del desmonte. El aluminio llegó a niveles

l· tóxicos para el maíz a los 10 meses después del desmonte. En ese

I
I
I - 55 -

l.
l. momento, el fósforo, el magnesio, el cobre y el boro se tornaron defi-

I cientes y los rendimientos sin fertilización se aproxtmaron a cero.

Cuando se aplicó potasio, ocurrió un desbalance en la relación K/Mg,

I lo cual exigió aplicaciones adicionales de magnesio. El zinc 88 apro-

ximó a niveles de deficiencia hacia el final del segundo ano y las


I deficiencias de azufre y molibdeno se observaron esporádicamente (Villa-

•I chica, 1978; Sánchez, 1979). Los resultados obtenidos en Yurimaguas

indican que la mayoría de los cambios rápidos ocurren durante los

dos primeros años después del desmonte, tiempo después del cual se

•I
establece un equilibrio.

C. Preparación del Suelo y Establecimiento de Plantas en

Bosques Húmedos

En los desmonte~ tradicionales mediante corte y quema, la prepa-


I ración del suelo generalmente se limita a la remoción de algunos troncos

I destinados para leña o carbón de leña. Las primeras siembras se hacen

cavando huecos con una vara puntiaguda llamada "espeque" o "tapareo"

I y después esparciendo las semillas o simplemente enterrando las estacas

de yuca o los rizomas del plátano. Estos sistemas de labranza cero


I protegen el suelo de la erosión por la existencia de una masa de

I troncos, ramas y numerosos tocones de árboles y una capa compuesta

por ceniza y material vegetal no quemado. Como para la primera siembra

•• rara vez se requieren fertilizantes, hay poca necesidad de

el suelo •
labrar

••


I - 56 -

l.
l. Los ensayos realizados en Yurimaguas, Perú, no mostraron diferencias

significativas en los rendimientos de arroz secano al utiliznr o el


I sistema de siembra de "tacarpo" sin labranza o la preparación por

I fangueo seguida por la siembra en hileras, después del desmonte de

un bosque húmedo mediante el método de corte y quema (Sánchez y :lureiia,

I 1972). Sin embargo, las distancias entreplantas tuvieron un efecto

marcado en los rendimientos. El Cuadro 8 muestra que la disminución


I de la distancia entre los huecos hechos con el "tacarpo" del patrón

I convencional de 50 cm x 50 cm a 25 cm x 25 cm, aumentó el rendimiento

de arroz. La incidencia de malezas disminuyó considerablemente.

I La disminución de las distancias de siembra más un cambio de

•• la variedad tradicional de porte alto, "Carolino",dió como resultado

un aumento del 76% del rendimiento (de 0.95 ton/ha a 1.67 ton/ha)

•• en ensayos a nivel de agricultor en la región de Yurimaguas (Donovan,

1973). Esta tecnología sencilla _ de bajos insumos ha mejorado el


I sistema tradicional de agricultura migratoria. Sin embargo, para

I cambiar en esta región del cultivo migratorio al cultivo continuo,

definitivamente se requiere fertilización (Sánchez, 1977).

I En el Amazonas es común sembrar especies de pastos en tierras

I desmontadas por el método de corte- y quema. La alta fertilidad ini-

cial favorece el establecimiento rápido de pastos y el desarrollo

l. de la cobertura del suelo. Toledo y Morales (1979) informaron del

establecimiento existoso de pastos en Ultisoles de Pucallpa, Perú,


I
I
I - 57 -

l.
l. con Brachi aria clecumbens y Pan icum ::1aX.Lj]l[H;]. También ~Lnd ico.ron que

I las asociaciones de lesu;:J.inosas y ::~r:.lllinbl::-;

establecer, debido a que las especies más 3gresiv¡lS tienden


)'Jeden 3t:'f dífi.c Llcs de

~ dominar.

I Para evitar esta dificultad se recomiendrl sembrar cada especie en

hileras simples o dobles.


I Para muchas de las especies de pastos adaptadas a las condiciones

I de los suelos ácidos se obtiene un mejor establecimiento cuando las

semillas encuentran un suelo acanalado en lugar de un suelo pulveri-

I zado CSpain, 1979). Esto se le atribuye a la necesidad que tienen

I las semillas pequeñas de pastos de ser cubiertas y evitar asi su dese-

cación durante la germinación. La siembra a una profunidad de 1-2

I cm es factible que retrase el establecimiento o lo evite.

Debido al alto nivel inicial de fertilidad de la capa superfi-


I cial del suelo después de la quema el desarrollo de la cobertura

I vegetal después del desmonte mediante el corte y la quema

constituye un problema en los trópicos húmedos.


rara vez

El aspecto critico

I es la naturaleza de dicha cobertura. Con un buen manejo, estará

constituida por cultivos vigorosos o pastos de crecimiento rápido;


I con un manejo pobre o en condiciones climáticas adversas, el rebrote

I de malezas o de bosque constituirán los principales componentes de

la cobertura. En cualquier caso, es probable que el suelo quede

l· protegido de los riesgos de la erosión.


I
I
I
- 58 -

l.
l. Sin embargo, Con el desmonte mecanizado la situnción es total-

I mente diferente.

e inf~rtil
La ausencia de la quema mantiene el estado deida

originnl del suelo (Fig. la) y puede esperarse :11g6n grado

I de compaccaci6n. La labranza del suelo usualmente se requiere para

corregir la compactación y para encorporar cant.idades moderadas de


I fertilizante y cal que pueda necesitar el primer cultivo de past.os.

I Aunque es probable que la competencia de las malezas sea menor con

el desmonte por corte y quema que con bülldozer.

I D. Métodos de Desmonte en las Sabanas

I La ausencia de una cobertura cerrada de árboles en las regiones

de sabana proporciona una amplia gama de alternativas para trans-

I formar la sabana nativa en sistemas de producción agrícola. A dife-

.'I rencia de los bosques húmedos, en la sabana nativa existe un sistema

significativo de producción - - ganadería extensiva en pastoreo con

un manejo del suelo prácticamente nulo. La vegetación de sabana nativa

está lejos de ser uniforme. En el Cerrado de Brasil se han reconocido

I cinco clases fisionómicas

I 1. "Campo Limpo" (campo limpio) una cubierta continua de

pastos sin vegetación arbórea; una sabana

I sin ár.boles.

2. "Campo SUjo" (campo sucio) una cubierta continua de


I pastos continuos, con arbustos pequeños

1, ampliamente dispersos.

I
I
I - 59 -

l.
l. 3. "Campo Cerrado" una cubierta continua de pastos bajo una

cubierta arbórea discontinua y lo suficien-


I temente dispersa como para transitar en

I 4. "Cerrado"
vehículo por la sabana.

una sabana constituída por dos cubiertas

I vegetales por la cual es imposible transi-

tar en vehículo.
I 5. "Cerradao '! una cubierta dominante y casi cerrada de

I árboles altos de la misma especie.

la cual existe una cubierta discontinua


bajo

I
• "
de pastos •

Estas clases fisonómicas están relacionadas con los parámetros

de fertilidad de la capa superior del suelo en áreas bien drenadas

." (Lopes y Cox, 1977b). Las sabanas sin árboles también se presentan

en suelos superficiales y en áreas pobremente drenadas, aunque con


I una composición de especies diferentes en este último caso. Extensas

I áreas de los Llanos Orientales de Colombia pertenecen al tipo campo

limpo.

I El desmonte y las técnicas de establecimiento de cultivos están

I relacionadas con los tipos fisionómicos descritos anteriormente.

Duque et al. (1980) describieron las diferentes técnicas del des-

l· monte practicadas en el Cerrado del Brasil para áreas que se van a

dedicar a la producción de cultivos o de pastos mejorados. Para las


I
I
I - 60 -

l
l. de campo limpo y campo sujo, la técnica tradicional incluye la quema

I de la sabana nativa, la remoción manual de los arbustos existentes

y el arado del terreno. Para campo cerrado, cerrado y cerradao, el

I procedimiento usual consiste en tumbar la vegetación arbórea con dos

bulldozersque tiran una cadena pesada de 25 m de longitud. Luego,


I una tercera máquina amontona los residuos maderables en hileras a

I lo largo del contorno, lo cual proporciona alguna protección contra

la erosión. Parte de este material se remueve gradualmente para la

I producción de carbón de leña. Las zonas entre las hileras se queman

para eliminar la cubierta de pasto.


I Los efectos de las prácticas de desmonte en sabanas no están

." bien documentados, pero parecen ser menos marcados que aquellos indi-

cados para los bosques húmedos. No se ha medido ni la cantidad ni


l' la composición de lacenizaproducida por la quema anual de las sabanas

I nativas en Oxisoles, pero debido al menor volúmen de biomasa, se esti-

ma que la cantidad de ceniza es sólo una fracción de la producida des-

I pués de la quema de los bosques húmedos. Por consiguiente, los cambios

enlas propiedades químicas del suelo por el desmonte quizás son menores.
I El desplazamiento de la capa superior del suelo debido al desmonte

I con bulldozer es, también, menos pronunciado, debido a la baja den-

sidad y al tamaño generalmente menor de la vegetación arbórea. A

l. diferencia de los bosques húmedos donde el reciclaje mineral ha con-

centrado nutrimentos en una capa superior del suelo rica en materia


I
I
I - 61 -

I
l. orgánica, en las sabanas, la distribución de materia orgánica y nutri-

ment:.os es más uniforme con la profundidad (Sánchez, 1976), Por consi-


I guiente, el desplazamiento del suelo superficial causará un daño menor

I en las sabanas de Oxisoles profundos y en gran medida uniformes que

en Ultisoles y Oxisoles con vegetación de bosque húmedo.

I E. Establecimiento de Cultivos y Past:.os en las Sabanas

I En Oxisoles del Cerrado, el implemento de labranza preferido

para el establecimiento de cultivos es el rastrillo de discos. Duque


I et al. (1980) recomiendan evi rar el uso de arados de veo-tederas y

de rastrillos profundos ya que causan compactación. Los fragmentos


I de raíces se deben recoger después de cada rastrillada durante el
I. primer y segundo año del desmonte. Generalmente se realiza una segunda

• operación, ya sea con el rastrillo o el arado rotatorio, para incor-

I porar la cal y los fertilizantes aplicados al voleo. La siembra de

arroz de secano, soya, maíz y otros cultivos generalmente se realiza


I con sembradoras de grano equipadas con aditamentos para aplicar fer-

I tilizantes en bandas.

En ciertos Oxisoles y Ultisoles de las regiones de sabana, en


I donde se cultiva extensivamente maní y sorgo, es común observar que

I se realizan operaciones de labranza excesivamente profundas y frecuentes.

Estas prácticas dan como resultado suelos extremadamente pulverizados,

1" que se lavan fácilmente durante lluvias intensas. Algunas de estas

regiones se riegan mediante sistemas con pivote central, que con fre-

I
I
I - 62 -

l.
I~ cuencia son mal manejados. Frecuentemente, estas tecnologías tienen

un efecLo claramente adverso en las propiedades del suelo.


I Los métodos con"encionales de establecimiento de postas en las

! regioiles de sabana, normalmente incluyen uno o dos pases d.e rastrillo

de discos, seguidos por la siembra con una sembradora de grano equi-


I pada con aditamentos para aplicar fertilizantes (Spain, 1979). Estas

I operaciones se efectúan durante la época lluviosa, pero su costo gene-

ralmente es alto (CIAT, 1979).

I Indistintamente de la calidad de la labranza, el suelo queda

expuesto durante un período de tiempo considerable hasta que la cubier-


I ta del cultivo o del pasto se haya estoblecido. Este período crítico

I~ coincide con el inicio de la época de lluvias cuando ocurren precipi-

taciones altas. Aunque los Oxisoles se consideran entre los suelos


I menos susceptibles a la erosión en el mundo (El Swaify, 1977), la

erosión laminar es un factor limitante importante en las sabanas.


I Dada la distribución relativamente uniforme de la materia orgánica

I y los nutrimentos en muchos Oxisoles de sabana, se ha sostenido que

la erosión laminar no es un 1imitante importante, Este argumento


I pierde su validez cuando se incorpora fósforo y cal a la capa super-

I ficial del suelo. Además, algunos Oxisoles tienen epi pe dones úmbricos,

con contenidos de carbono orgánico mayores que en los del horizonte

l. óxico inferior. Este también es el caso de muchos Ultisoles de sabana.

En dichos casos, la erosión puede disminuir significativamente la


I~
I
I
1 - 63 -

l.
l. capacidad efectiva de intercambio catiónico, aumentando así las pér-

didas potenciales por lixiviación.


1 A fin de reducir costos y riesgos por erosión, se están desarro-

I 11anuo técnicas de bajos insumos para la prepración del suelo. En

esta sección se describen cuatro técnicas: la introducción de pastos


1 mejorados en sabana nativa, su reemplazo gradual, métodos de densidad

I baja para el establecimiento de pastos y la siembra en relevo de cul-

tivos - pastos.

I l. Mejoramiento de la Sabana Nativa

I A diferencia de los bosques húmedos , donde el desmonte parcial

no es promisorio, el mejoramiento gradual de la sabana nativa parece

1 promisorio. Sin embargo, la siembra de especies de pastos en una

sabana nativa sin perturbar generalmente no es exitosa (Spain, 1979).


I Es necesario algún grado de perturbación del suelo para que las semi-

I llas pequeñas de pastos puedan tener contacto suficiente con la humedad

para su germinación. El rastrillado ligero o la siembra de cespedones

I en hileras distanciadas a 50 cm han permitido el establecimiento exi-

toso de leguminosas tolerantes a la acidez en sabanas de campo limpo


I del Cerrado de Brasil y el mejoramiento de la calidad nutricional

I de la pastura (CIAT, 1980). Después de un año de la rastrillada y

siembra de cespedones, las especies de leguminosas mejoradas, con

l· un contenido de proteína del 14%,se lograron establecer en la sabana

nativa, que solamente contenía un 4% de proteína (CIAT, 1980).


I~

I
1
I - 64 -

l.
l. Se establecieron pasturas de gramíneas - leguminosas en franjas de

60 cm de ancho, preparadas con rastillo de dientes o cultivadoras a


I una profundidad de 12 cm, seguido por aplicaciones de fósforo y potasio.

I El área entre franjas de aproximadamente 2 . 5 ro. de ancho recibió cuatro

niveles de control de la vegetación de sabana nativa. Varias gramíneas

I leguminosas fueron capaces de invadir y desplazar gradualmente las

franjas de sabana nativa. Las especies más exitosas fueron las legumi-
I nosas Desmodium ovalifolium y Pueraria phaseoloides y a las gramíneas

I rastreras Brachiaria himidicola y Brachiaria decumbens.

14 resume los resultados.


El Cuadro

El trabajo de Spain muestra que la sabana

I nativa puede ser reemplazada gradualmente por dichas siembras en fran-

." jas, a un costo mucho menor y limitando los riesgos de erosión a una

fracción de los terrenos.

I 3. Siembras a Baja Densidad

En sabanas de Oxisoles, el crecimiento de las malezas después


I de la preparación del suelo es normalmente lento, siempre y cuando

I no se aplique calo fertilizante, debido a la baja fertilidad natural

del suelo. Aprovechando esta situación Spain (1979) desarrolló un

I sistema de siembra a baja densidad, con ahorros considerables en los

I costos de semilla y aplicaciones iniciales de fertilizantes. Después

de preparar el terreno con uno o dos pases de rastrillo, las semillas

l. de gramíneas y/o leguminosas se sembraron en huecos espaciados a 3 m,

dando una población de 1000 plantas/ha durante la época lluviosa.



I
I
I - 65 -

I
l. Las plantas recibieron una alta tasa de fósforo y potasio en forma

localizada, pero con base en unidades de área, las tasas más altas
I que se aplicaron fueron de 9 Kg de P20S/ha y 1.5 Kg de K 0/ha.
2
Un

I hombre equipado con una pala puede sembrar y fertilizar una hectárea

en un día (Spain, 1979).

I Estas plantas crecen vigorosamente durante la época lluviosa debido

I al alto nivel de fertilidad del suelo y a la ausencia de competencia

por parte de las malezas o por plantas de la misma especie. Las espe-

I cíes estoloníferas cubren el terreno en 8 meses, al comienzo de la

siguiente época lluviosa (CIAT, 1979). Las gramíneas tales como


I Andropogon gayanus y Panicum maximum produjeron semilla al final de

la época lluviosa. En Carimagua, las semillas se alinearon por sí

'" mismas en los surcos dejados por la rastra de discos y germinaron con
.
I las primeras lluvias, creciendo primero que las malezas. Las nuevas

plántulas tuvieron que ser fertilizadas poco tiempo después de su emer-


I gencia o de lo contrario habrían muerto debido a deficiencias agudas

I de fósforo y potasio. Con dicho sistema, las pasturas en Carimagua

estuvieron listas para su pastoreo a los 9 meses después de la siembra,

I 10 cual se hace apruximadamente 3 meses más tarde que con la preparación

convencional del suelo. Los detalles se explican más a fondo en los


I informes realizados por Spain (1979) y el CIAT (1978, 1979, 1980).

1- Aunque este sistema no reduce los requerimientos de fertilizantes en

comparación con las siembras convencionales, los costos de semilla

se reducen considerablemente (de US $34 a $3/ha; CIAT, 1979). Como

I
I
I - 66 -

I
l. la semilla de pastos mejorados es, por lo general, escasa, el uso de

propagación vegetativa es una ventaja adicional.


I
••
4. El Uso de Cultivos como Precursores del Establecimiento

de Pastos

I El sistema de baja densidad descrito anteriormente es factible

que no resulte exitoso en áreas de sabana que han sido previamente

I fertilizadas o en áreas de bosques húmedos recientemente desmontadas,

donde ocurre un rebrote vigoroso de malezas y bosque. En muchas de


I estas áreas, una alternativa aplicable es la de sembrar cultivos como

precursores del establecimiento de pasturas usando las prácticas de


I <
preparación y fertilización requeridáspor los cultivos, pero inter-

." calando especies de pastos, de tal forma que, cuando los cultivos sean

cosechados, la pastura ya esté establecida. (Kornelius et al, 1979;

I •
Toledo y Morales, 1979). En efecto, los costos del establecimiento

de una pastura son en gran medida pagados por el cultivo comercial.


I Los resultados obtenidos en un Orthoxic Palehumult en Quilichao,

I Colombia, presentados en el Cuadro 15, describen algunas de las in ter-

relaciones involucradas. Al sembrar simultáneamente yuca y Stylosanthes


I guianensis, los rendimientos de yuca disminuyeron ligeramente y la

I producción de Stylosanthes se redujo a la mitad, pero la pastura de

éste último estuvo lista para el pastoreo después de la cosecha de


l. la yuca. Cuando la yuca se intercaló con una mezcla de Brachiaria

decumbens y S. guianensis, los rendimientos del cultivo fueron afec-



I
I
I - 67 -

l.
l. tados adversamente por el crecimiento viguroso de la gramínea. Aunque

los rendimientos totales relativos fueron idénticos a los del caSO


I anterior, esta combinación disminuyó severamente los rendimientos de

I yuca y, por consiguiente, no es promisoria~


Cuando se emplea un cultivo de ciclo corto, los resultados son
I diferentes. El Cuadro 15 también muestra las mismas especies de pastos

I sembradas al mismo tiempo con Phaseolus vulgaris. Los rendimientos

de frijol no fueron afectados por la presencia ni de la leguminosa

I sola ni de la mezcla de gramínea-leguminosa, pero el crecimiento de

la pastura se retrasó por la presencia del cultivo de frijol. Sin


I
.-
embargo, la pastura ya se había establecido para el momento de la co-

secha del frijol.

La siembra intercalada de pastos y cultivos es muy específica

I para una localidad y depende del clima. Los sistemas reales que se

vayan a utilizar se deben validar a nivel local, particularmente en


I términos de tasas relativas de siembra, espaciamiento entre hileras,

I variedades del cultivo y niveles de fertilidad. En esta misma localidad

de Colombia fracasó el primer experimento de arroz de secano-pastos,

I debido a que el crecimiento del arroz fue tan vigoroso que los pastos

I no pudieron competir. Un segundo ensayo con diferentes fechas rela-

tivas de siembra y distancias de siembra produjo una excelente asocia-

1- ción de arroz de secano de porte bajo con Brachiaria decumbens y

Desmodium ovalifolium (CIAT, 1979).


I
I
I - 68 -

l.
l. Es probable ~ue las pasturas establecidas en esta Eorma gocen

de un nivel inicial y residual de fertilidad del suelo más alto ~ue

I las pasturas establecidas en la forma convencional. Si se man8jan

I conjuntamente con otras pasturas establecidas convencíonalmente, pueden

servir como fuentes de proteína o energía para el hato de ganado.

I F. Mantenimiento de Pasturas Establecidas

I Después de que la pastura se haya establecido, el manejo se con-

centra en el mantenimiento de su productividad y composición botánica


I inicial, mediante la manipulación de la carga animal, la presión del

I pastoreo, la fertilización y el control de malezas. Desafortunadame~te.

la mayor parte de la información existente en regiones de Oxisoles-Ulti-

1- soles se limita a las cargas animales y presión de pastoreo, con poca

experiencia en dosis de fertilización de mantenimiento y control de


I malezas. Generalmente se cree que las dosis de fertilización de man-

I tenimiento debería ser menos de la mitad que las dosis de estableci-

miento de todos los nutrimentos aplicados. Las pruebas de suelos y

I los ensayos de campo pueden identificar las dosis más económicas y

si su frecuencia de aplicación debe ser cada 1 ó 2 años. Estas téc-


I nicas también identificarían deficiencias o desequilibrios nutricionales

I que surgen con el tiempo. Desafortundamente, son muy escasos los ser-

vicios de análisis de suelos para la fertilización de mantenimiento

1- de pasturas en América tropical.


I
I
I - 69 -

I
I La degradación de pasturas en el Amazonas ha recíbido atención

I considerable. Seg~n Hecht (1979) la mavorin de las pasturas de

Panícum maximum en la amazonia brasilera se encuentr3n en algún estado

I de degradación. En el área de Pardgo~in3s en el Estado Je Pará, Hecht

(1981) informa que aproximadamente un 70% de las ganaderías dejaron


I de funcionar debido a la degradación de sus pasturas. Las principales

I causas de la degradación incluyen el uso de especies de gramíneas con

requerimientos nutricionales relativamente altos, la no aplicación

I de fertilizantes, la no utilización de leguminosas y el uso frecuente

de cargas animales excesivamente altas. Los costos del control del


I
.'I
rebrote del bosque se tornan muy altos cuando disminuye la población

de Panicum maximum; posteriormente, los campos se transforman gradual-

mente en un bosque secundario.

SerraD y sus colaboradores (1979) han encontrado que la deficiencia

de fósforo es el factor limitante que pone este proceso en marcha.


I La disponibilidad de fósforo fue alta inmediatamente después de quemar

I el bosque, permaneció por encima del nivel crítico hasta por 4 años

y luego disminuyó. La corrección de este problema es relativamente

I sencilla. Serrao et al. (1979) recomendaron cortar los rebrotes de

bosque con machete y quemar el campo, y luego aplicar al voleo 50 Kg


I de P20S/ha, la mitad como superfosfato simple y la otra mitad como

l· roca fosfatada. En estas condiciones, la población de Panicum maximum

aumentó entre 2S-90%. La siembra de semillas de leguminosas al voleo

l· se está incorporando al sistema.

I
I
I - 70 -

l.
l. Con el tiempo, es probable que el potasio, el azufre y otros nutri-

mentos también puedan volverse limitantes. El análisis frecuente de


I las propiedades del suelo es esencial para identificar estas limitan tes

I y corregirlas rápidamente. El uso de especies bien adaptadas que sean

más tolerantes a la toxicidad del auminio y a los niveles bajos de fós-

I foro disponible también puede mejorar este sistema en particular.

Las gramíneas Brachiaria humidicola y Andropogon gayanus y la leguminosa


I Desmodium ovalifolium son más promisorias para estas áreas que Panicum

I maximum.

Hutton (1979) sostiene que la razón esencial de la degradación


I de las pasturas en regiones de Oxisoles-Ultisoles de América Latina

1" es la falta de mantenimiento de la fertilidad del suelo. Este es un

argumento correcto y enfatiza la necesidad de establecer niveles crí-

I ticos por pruebas de suelo o por análisis de tejidos, particularmente

de fósforo, potasio, calcio, magnesio, zinc boro, cobre y molibdeno,

I para las especies más importantes cultivadas en esta región. La actual

I falta de dicha información es el mayor factor limitante que impide

el mantenimiento de pasturas productivas en la región.

I G. Coberturas, Abonos Verdes y Enrastrojamientos

Manejados
I En los sistemas de producción de cultivos, la mejor cubierta de

l· protección del suelo se puede obtener mediante el uso de coberturas

y abonos verdes. La posibilidad de emplear enrastrojamientos manejados,



I
I
,-.-
- 71 -

l.
l. en contraposición con el enrastrojamiento con bosque típIco secundario

I también puede mejorar la protección del suelo.

l. El Uso de Coberturas
! Un componente principal de la tecnología de bajos insumas en la

I región de bosques subhúmedos (ústicos) de Africa Occidental es el

•I
empleo de residuos de cosecha como coberturas para mantener las pro-

piedades físicas del suelo (La1,1975). El International Institute

for Tropical Agriculture (lITA) en Nigeria ha obtenido resultados no-

tables que muestran las ventajas del empleo de coberturas para una

•." producción sostenida de cultivos. Sin embargo, la mayor parte de este

trabajo ha sido realizado en Plinthic y Oxic Haplustalfs caracterizados

por una capa superficial arenosa y cascajosa seguida por subsuelos

arcillosos y cascajosos que con frecuencia presentan plintita blanda.


I A diferencia de muchos Oxisoles y Ultisoles de América tropical, los

I suelos dominantes de la región de bosque de Africa Occidental tienen

limitantes físicos más agudos que los químicos.


I La escasa investigación sobre el empleo de coberturas en regiones

I de Oxisoles-Ultisoles de América tropical ha proporcionado resultados

menos positivos que aquellos obtenidos en Africa Occidental. El uso

I de una cobertura de Melinis minutiflora de 10 cm de espesor en cultivos

l. de maíz en Oxisoles del Cerrado de Brasil

en los rendimientos (Bandy 1976; NCSU, 1976).


sólo dio ligeros aumentos

El Cuadro 16 muestra

l. los resultados obtenidos durante la época lluviosa, la cual incluyó

I
I
I - 72 -

l.
1, un ?eríodo considerable de estrés por sequía al aproximarse la época

de espigamiento. El empleo de coberturas disminuyó las temperaturas


1 de la capa superior del suelo en 2-3 0 C, disminuyó las pérdidas por

1 evaporación en 4-7 mm diarios durante el período de estrés por agua

y redujo la tensión hídrica en la planta según lo evidenció un menor

1 potencial hídrico foliar (Bandi, 1976). Sin embargo, el rendimiento

promedio resultante fue sólo un 6% más alto con cobertura que sin ella.
I El experimento continuó durante la época seca, con un patrón de riego

I que simuló los períodos de estrés hídrico observados durante la época

lluviosa anterior. También se incluyó un tratamiento de cobertura

I del suelo con plástico negro. Los rendimientos de maíz fueron simi-

lares sin cobertura y con cobertura de Melinis minutiflora, pero se


1 obtuvo un rendimiento significativamente mayor con la cober-

I tura de plástico negrb (Cuadro 16). Esto se le atribuyó a un desa-

rrollo radical profundo y vigoroso, asociado con mayores temperaturas

1 del suelo causadas por la cobertura de plásticos durante la época fría

y seca en Brasilia (Bandy, 1976; NCSU, 1976). Consecuentemente, los


I beneficios obtenidos can una cobertura de gramínea no fueron suficien-

1 temente llamativos para ser recomendada como una práctica. La cobertura

de plástico negro es qUizás muy costosa como para justificar su uso.

I El empleo de coberturas de Panicum maximum ha sido evaluado exten-

l· samente en Typic Paleudults en Yurimaguas, Perú.

en los rendimientos del cutlivo


Los efectos globales

resumidos en el Cuadro 17 no son

l· claros. Val verde y Bandy (1981) indican que el empleo de coberturas

1
1
I-11
- 73 -

11-
11. es casi siempre adverso en arroz de secano puesto que las plantas per-

ffianecen más verdes hacia la madurez y están sujetas a mayores ataques


11 por hongos. El empleo de coberturas es especialmente ventajoso para

•.. el maíz cuando se presenta un estrés severo por sequía. Como el maíz

se siembra durante la época más seca del año, está sujeto a un mayor

I estrés por sequía que el arroz. Por consiguiente, las diferencias

encontradas también están relacionadas con la cantidad de lluvia pre-


I cipitada durante el ciclo de cultivo. No se observaron tendencias

globales sobre el efecto del empleo de coberturas del suelo en las


11
tres leguminosas de grano incluí das en el estudio.

11 La mayoría de las comparaciones resumidas en el Cuadro 17, como

1" también los resultados obtenidos en Brasilia (Cuadro 16), se realizaron

• a un nivel de fertilización generalmente alto. Un estudio realizado

I por Wade (1978) en Yurimaguas a niveles menores de fertilización mos-

tró un efecto definitivamente positivo del empleo de coberturas del


I suelo en los rendimientos de cultivos. El Cuadro 18 muestra los ren-

dimientos relativos de cinco cultivos consecutivos, sin cobertura o


11
con coberturasdela,~'aminea Panicum maximum o la leguminosa

I Pueraria phaseoloides. Estos tratamientos no recibieron fertilizantes

o cal. Los resultados se comparan con una parcela descubierta que


I recibió aplicaciones suficientes de fertilizantes y de cal para supe-

l. rar la mayoría de las limitaciones de la fertilidad del suelo (120

Kg de N/ha/cultivo y 70 Kg de K 0/ha/cultivo, 4 ton de cal/ha/año y


2
l· 45 Kg de P205/ha/año). Los rendimientos obtenidos con este tratamiento

11

I
I - 74 -

I
l. se consideraron como los máximos. Los cultivos con cobertura de Panicum

maximum produjeron un promedio del 54% del rendimiento máximo sín insumas
I químicos. El efecto benéfico de la cobertura de Pucraria phaseoloides

I fUé aún mayor, produciendo alrededor de un 80% del máximo rendimiento

sin insumo s orgánicos. La cobertura de Panicum maximum disminuyó las

I temperaturas máximas de la capa superior del suelo en un promedio 2 C


0

en tardes secas y cálidas; también aumentó la humedad disponible del


I suelo, previno el re=qGebréij3I!Ti'2ílto U2 ia super fieie y redujo el creci-

I miento de las malezas. Ninguna de las dos coberturas tuvo efectos

en las propiedades químicas del suelo, pero debido a los mayores ren-

I dimientos obtenidos que en las parcelas descubiertas sin fertilización;

1- estimularon una mayor absorción de nutrimentos por los cultivos.

2. El Uso de Abonos Verdes

I El Cuadro 18 también incluye tratamientos en los cuales Panicum

I maximum y Pueraria phaseoloides

luego de cosechar cada cultivo.


se incorporaron como abonos verdes,

Los rendimientos obtenidos fueron

I en promedio 7l y 90% del máximo, respectivamente. Esto sugiere una

sustitución casi equivalente de la leguminosa como abono verde por


I la fertilización inorgánica y el encalamiento. La incorporación de

I estos abonos verdes también aumentó la retención de humedad del suelo

y redujo la densidad aparente y la compactación del mismo. El abono

I verde de Pueraría phaseoloídes suministró al suelo cantidades considera-

bles de nitrógeno, potasio, calcio y magnesio. La adición de tases

1-
I
I
1 - 75 -

I
1, disminuyó la saturación de aluminio y proporcionó un ambiente más

favorable para el crecimiento de las plantas. Como resultado aumentó


I la extracción de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio por

I los cuatro cultivos (Wade, 1978).

El abono verde de Pueraria phaseoloides puede sustituír a los


I fertilizantes en Yurimaguas para obtener rendimientos moderados de

I cultivos continuos. Esto es esencialmente un equilibrio entre los

nutrimentos suministrados como fertilizantes y el uso de abonos verdes.

I Tomando en cuenta la mano de obra involucrada en la incorporación

de este abono verde, el costo de adicionar 1 Kg de N/ha en la forma


I de urea es aproximadamente igual al costo de la misma cantidad de

." nitrógeno que el abono. El equilibrio entre la mano de obra y los

insumas comprados parece ser atractivo, pero tiene la desventaja del

I trabajo duro involucrado en la incorporación del abono verde : escasez

de mano de obra en los períodos de alta demanda. Los agricultores


I de Yurimaguas parecen estar más interesados en obtener crédito para

I comprar fertilizantes y maquinaria, que en cargar e incorporar Pueraria

phaseoloides con un azadón. Es necesario señalar que los tratamientos

I con abonos verdes mencionados no fueron cultivados in situ, sino que

fueron recogidos en áreas adyacentes. Si se cultivaran in situ, los


I abonos verdes competirían al mismo tiempo con la producción de un

I cultivo adicional. La experiencia del Africa Occidental indica que

los agricultores prefieren sembrar un cultivo adicional y usar ferti-

l· lizantes, si disponen de éstos)que sembrar un cultivo para usarlo

I
I
I - 76 -

I
l. como abono verde (Sánchez, 1976). El cultivo intercalado de abonos

verdes con cereales puede ser una mejor alternativa, debido a que
I no se pierde tiempo en la producción del abono verde. Agboola y Fayemi

I (1972) han mostrado los efectos benéficos de dicha práctica en el

occidente de Nigeria.

I 3. Enrastrojamientos clanejados

I Una extensión adicional del concepto sobre el empleo de abonos

verdes seria el de sustituir el enrastrojamiento convencional del


I bosque secundario por un tipo de enrastrojamiento que pueda mejorar

I las propiedades físicas y químicas del suelo en un período de tiempo

más corto. En Alfisoles de Nigeria se han obtenido resultados pro-


I. misarios (Jairjebo y Moore, 1964; Juo y Lal, 1977) y el potencial

del rastrojo de Pueraria phaseoloides sembrado se está estudiando

I actualmente en Yurimaguas, con resultados promisorios.

I H. Sistema de Cultivos Intercalados y Cultivos

Múltiples

I En las regiones de Oxisoles-Ultisoles de América tropical los

I agricultores emplean ampliamente varias formas de cultivos interca-

lados. Estas van desde el intercalamiento de cultivos alimenticios

I anuales hasta combinaciones de cultivos anuales con pastos, con cul-

tivos permanentes o con ambos. Por lo general estos modelos son más
l· complejos en los regímenes údicos de humedad del suelo que en los

I regímenes ústicos. Los sistemas de cultivos intercalados distintos

I
I
- 77 -

l.
l. del uso de cultivos como precursores del establecimiento de pasturas

no son muy difundidos en las sabanas. En zonas údicas de bosque


I húmedo, el intercalamiento es practicado tanto en la agricultura migra-

•• toria como en la agricultura en gran escala. A diferencia de otras

secciones de esta revisión, la mayor parte de la tecnología descrita

I está basada más en la práctica agrícola que en la experiencia de la

investigación.
I l. Intercalamiento de Cultivos Alimenticios

I Los agricultores migratorios tradicionales casi invariablemente

I intercalan. En la amazonía se siembra un cultivo comercial justo

después del desmonte,usualmente arroz de secano o maíz. Poco tiempo

." después se intercala yuca y plátano en hileras o al azar, con un espa-

ciamiento promedio de 2 x 2 m para la yuca y 3 x 5 m para el plátano.


I Cuando el cultivo de grano está listo para cosechar, la cubierta de

I la yuca toma su lugar; con el tiempo es reemplazado gradualmente por

la cubierta del plátano, que puede durar hasta 2 años, dependiendo

I de la tasa de agotamiento de la fertilidad del suelo y de la presencia

de ataques de nemátodos. Finalmente la cubierta del plátano en degra-


I dación es reemplazada gradualmente por un rastrojo de bosque secundario,

I del cual ocasionalmente se pueuen cosechar racimos de plátano.

Existen muchas variaciones sobre el tema, algunas de las cuales

l· han sido descritas por Pinchinat et al. (1976) en una revisión sobre

l· los sistemas de cultivos múltiples en América tropical. Las variaciones

I
I
1 - 78 -

1
l. incluyen otros cultivos anuales alimenticios tales como el caupi~

el guandul (CajéJnus cajan), el name (Dioscoroa sp.), la ma.ltJnga


1 (Xanthosoma sp.), la yautia (Colocasia esculenta) y una amplia variedad

I de hortalizas.

El patrón tradicional de cultivos intercalados tiene la ventaja


1 de mantener una cubierta continua de cultivo sobre el suelo, imitando

I el rebrote de rastrojo de bosque y eventualmente convirtiéndose en

él. La exposición del suelo a la erosión y los riesgos de compactación

1 son limitados y el empleo de especies tolerantes a la acidez tales

como arroz, yuca y plátano, permite una mejor utilización de los nutri-
I mentas disponibles en el suelo. Los cultivos con mayores requerimientos

1- nutricionales tales como el maíz, o los más valiosos tales como el

arroz, normalmente se cultivan primero, para capitalizar el valor


,
I de la ceniza como fertilizante.

La investigación ha mostrado que la intensificación de los sis-


I temas intercalados puede dar mayores rendimientos anuales que cuando

I los cultivos individuales se siembran en monocultivo. En un Ultisol

de Yurimaguas, Perú, Wade (1978) desarrolló también un sistema de


I hileras intercaladas el cual produjo nueve cultivos consecutivos en

I 21 meses. Un bosque húmedo virgen se desmontó mediante el método

de corte y quema y el primer cultivo de arroz de secano se produjo

l. sin fertilización. Después de la cosecha de arroz, se sembró maíz

en hileras a 2 rn de distancia y soya en tres hileras espaciadas a


1-
I
I - 79 -

I
l. 50 cm entre las hileras de maíz. Cuarenta y cinco días después se

I insertaron estacas de yuca en las hileras de miJL:;:.

La soya se cosechó a los 91 días l' el maíz él


l~spaciacl3s

Los 105 días.


3 L m.

La yuca

I creció ·..-i§.0r0SdiTlent2 en las antigu3s hileras de :nalz y se sembró 2.aupí

en los sitios en donde había estado la soya. Los cuatro cultivos


I se cosecharon en 266 días. Un segundo ciclo se inició un mes después.

I El maíz se sembró de la misma forma, pero el arroz de secano sustituyó

a la soya como cultivo acompañante. La yuca se sembró de nuevo en

I las hileras de maíz, esta vez 67 días después de la siembra del maíz.

El maíz se cosechó a los 105 días y el arroz de secano a los 140 días.
I Cinco días antes de cosechar el arroz se sembró maní en donde estaba

I el arroz y maduró 96 días después. Hubo tiempo suficiente para cultivar

caupí en donde había estado inicialmente el maní antes de que la cubierta

I de la yuca se cerrara.

I Los rendimientos presentados en el Cuadro 19 incluyen una com-

paración de los monocultivos producidos al mismo tiempo.

I Aunque los rendimientos de los cultivos individuales siempre

fueron menores en sistemas intercalados 4ue en monocultivos, el valor


I total de mercado de 1 ha de cultivos intercalados fue 20-28% mayor

I que si la misma hectárea se hubiera dividido entre los cuatro o cinco

cultivos producidos en monocultivo. El intercalamiento también au-


I mentó la extracción de nutrimentos y la eficacia del fertilizante

I nitrogenado empleado (Wade, 1978). La aplicación anual de fertilizantes

I
I
- 80 -

1
l. fue moderada para las condiciones del suelo muy ácidas; 1 ton de cal/h&

I 45 Kg de N/ha, 100 Kg de P 0 /ha, 45 Kg de K/ha, 10 Kg de S/ha, 0.5


2 5
Kg de Blha y 0.5 Kg de Mo/ha.
I Aunque este sistema de intercalamiento intensivo no requiere

1 de altos niveles de insumas, sí requiere del empleo intensivo de mano

de obra. Por consiguiente, su valor se puede limitar a pequeñas áreas


I cercanas a la granja en tanto que los sistemas de menor demanda de

I mano de obra pueden ser empleados en mayor escala.

Otros sistemas de cultivos intercalados puede ser aún más eficien-

1 tes. Leihner (1979; CIAT, 1980) indicó que, cuando la yuca se inter-

." caló con el caupí o maní en un Orthoxic P Cllehumu1 t de Qui1icaho, Colom-

bia, a las densidades normales de siembra, ninguno de los cultivos

I sufrió disminuciones 'significativas en sus rendimientos. Esto aparen-

temente se debió a una menor competencia interespecífica entre las

I leguminosas de grano de madurez temprana y la yuca de madurez tardía.

La siembra de yuca en hileras dobles espaciadas a 2-3 m con 50 cm


I entre hileras ha aumentado significativamente los rendimientos y falfo-

I recido las ventajas de los cultivos intercalados en Brasil (Oliveira,

1979). Estos y otros refinamientos pueden aumentar aún más el valor

1 de intercalar cultivos anuales tolerantes a la acidez en las regiones

de Oxisoles-ULtisoles.

,~--c, --'--T
l· .- -,- .' ". ~ !

1
I
I - 81 -

I
l. 2. Intercalamiento de Cultivos Anuales con Cultivos

Perennes
I La siembra de cultivos perennes tolerantes a la acidez tales

I como el caucf.o, la palma de aceite, el guaraná. y especies maderables,

requiere de una cobertura alternativa del suelo hasta que los árboles
I produzcan una cubierta cerrada. Actualmente hay numerosas variaciones

I del sistema agroforestal rltaungya" que se están practicando en el

Amazonas. El maíz, el caupí y la batata se cultivan entre hileras

I de caucho, palma de aceite y guaraná durante un período de 2-5 años,

hasta que la cubierta de los árboles se desarrolle plenamente (UEPAE


I de Manaus, 1978; Andrade, 1979). Aunque no hay datos disponibles

l' sobre los rendimientos relativos de los cultivos anuales y perennes,

parece existir poca competencia interespecífica durante los primeros

I 2-3 años. Además de ia producción de alimentos mientras que se esta-

blece una plantación, el suelo entre las hileras de árboles se protege


I contra la erosión durante la mayor parte del año, excepto durante

I los intervalos entre la recolección de la cosecha de los cultivos

anuales y la siembra de los cultivos posteriores.

I 3. Intercalamiento de Pastos con Cultivos Arbóreos

I Cuando se siembra una pastura de leguminosa o de gramínea-legumi-

nosa bajo cultivo de árboles jóvenes, el suelo está mejor protegido

I que con cultivos anuales. En América tropical existen muchas combi-

naciones (Thomas, 1978). Pueraria phaseoloides se emplea como cober-


1 4

I
I
I - 82 -

I
l. tura del suelo bajo el caucho; plantaciones de Gmelina arborea

o Dalbergia nigra en Brasil, presumiblemente suministran el nitró-


I geno a los cultivos de árboles. En algunos casos, el ganado pastorea

I el pueraria, con poco daño aparente a la producción de caucho con

un manejo cuidadoso. Cuando los árboles se siembran a una densidad

I menor que la óptima, algunas pasturas de gramíneas-leguminosas per-

sisten y producen carne y leche. Este es el caso de las pasturas


I de Brachiaria humidicola - Desmodium ovalifolium bajo un cultivo sem-

I brado de laurel (Cordia aleodora), una especie de crecimiento rápido

en suelos aluviales no ácidos de la amazonía ecuatoriana (Bishop,

I 1981).

la El valor de la producción agro forestal como componente del manejo

.~
de suelos con bajos insumas es ahora ampliamente reconocido (Mongi

I y Huxley, 1979). Sin embargo, es dificil encontrar datos de inves-

tigación realizada en agrosilvicultura. La falta de datos que acom-


I pañen estas combinaciones tan interesantes enfatiza la necesidad de

I una investigación sistemática orientada hacia el entendimiento de

la dinámica del suelo y hacia el mejoramiento del manejo del suelo

I en los sistemas agrosilviculturales.

El potencial de algunas sucesiones de cultivos anuales-pasturas-


I cultivos permanentes en suelos ácidos de los trópicos húmedos de Amé-

I~ rica tropical es indudablemente enorme. Es indudable que el el sis-

tema de producción más estable en este ambiente es el que produce


I
I
¡
I - 83 -

I
•• esencialmente otra cubierta de árboles. También es a'luel 'lue re'luiera

I el menor nivel de insumas químicos debido a que se restablece un ciclo

de nutrimentos entre el suelo y los árboles. Es necesario producir

I cult:;"vús alLneHticios tolerantes a la acide2:. tales como él arroz,

• la yuca, la soya, el maní, el caupí, el plátano y otros con el fin

de proporcionar alimentos pero gradualmente se pueden reemplazar por

•I pasturas o mejor por cultivos perennes. Por ejemplo, la palma de

aciete puede producir 5 ton/ha/año de aceite sin aplicar cal y con

aplicaciones moderadas de fertilizantes en Oxisoles y Ultisoles (Alvim,

1981). Esto corresponde a 3-5 veces el potencial de producción de


I
• '
aceite por hectárea de otros cultivos oleaginosos, incluyendo la soya .

El aceite de palma puede ser empleado directamente como combustible

en motores diesel con modificaciones menores~ La producción masiva

." de bioenergía totalmente renovable puede acompañar a una mayor pro-

duce ión agrícola y ganadera en las regiones de Oxisoles-ULtisoles.


I r. Conclusiones

I El objetivo deseable de mantener el suelo protegido con una cober-

tura vegetal durante la mayor parte del año se puede lograr mediante
I varios componentes de la tecnología de bajos insumos en las regiones

I de Oxisoles-Ultisoles. ALgunos, tales como la siembra de pasturas

a baja densidad toman ventaja de la infertilidad del suelo ácido para


l. suprimir el crecimiento de malezas. Un entendimiento de los cambios

en las propiedades 'luí micas y físicas del suelo con el tiempo es útil

I
I
í
I - 84 -

l.
l. para diseñar O mejorar los sistemas agrícolas continuos en regiones

I de suelos ácidos e infértiles.

Desde el punto de vista ecológico, sería ideal si esta revisión


I pudiera llegar hasta este punto. Desafortunadamente, pocos de los

I sitemas mencionados con anterioridad pueden permanecer productivos

a menos que se les adicione cal y fertilizantes para superar par-

I cialmente los limitantes críticos de los suelos ácidos. Las secciones

restantes de esta revisión tratan sobre estos aspectos.


I
•••
l'
1
1
I
I
l.

I
I
rI
l.
l.
v. MANEJO DE LA ACIDEZ DEL SUELO
I En las regiones templadas del norte del mundo, las limitaciones

I impuedt~s por la ac~dez del sucIo se eliminan, en gran parte, mediante

el encalamiento para aumentar el pH del suelo hasta llevarlo a un valor


I casi neutro. Esta estrategia no es aplicable a la mayoría de las regio-

I nes de Oxisoles-Ultisoles debido a la distinta naturaleza química de los

minerales de las arcillas de baja actividad, lo cual resulta con frecuen-

I cia en reducciones del rendimiento si dichos suelos se encalan hasta su

neutralidad (Kamprath, 1971). Además, los costos del transporte de la


I cal son con frecuencia muy altos en muchas áreas de sabanas y bosques

." húmedos. Sin embargo, las principales limitaciones impuestas por la

acidez del suelo -- toxicidad de aluminio y manganeso y deficiencia de

l' calcio y magnesio .- se deben superar para lograr una agricultura exi-

tosa en estas regiones. La importancia de estos factores limitantes


I se indicó en el Cuadro 2. La toxicidad de aluminio y las deficiencias

I de calcio y magnesio se presentan en aproximadamente en un 70% de las

regiones de suelos ácidos e infértiles de América tropical y en apro-

I ximadamente la mitad de la extensión territorial de la América tropical.

Para atenuar las limitaciones impuestas por la acidez del suelo sin ha-
I cer aplicaciones masivas de cal se utilizan tres estrategias: (1) cal

1- para reducir la saturación de aluminio por debajo de los niveles tóxicos

para sistemas agrícolas específicos; (2) cal para suministrar calcio y

l· magnesio y para estimular su movimiento en el subsuelo; y (3) el uso de

especies y variedades tolerantes


I
I
I - 86 -

l.
l· a las toxicidades de aluminio y manganesio.

A. Cal para Disminuir la Saturación de Aluminio


I
Hay tres consideraciones básicas que se deben tener en cuenta al
I adicionar cal para disminuir la saturación de aluminio: la determina-

I ción de la cantidad de cal que se debe adicionar si es que es necesario,


la calidad de la cal que se debe utilizar y la promOCión del efecto

I residual más prolongado.

I 1. Determinación de la Dosis de Cal

El diagnóstico de la toxicidad de aluminio en suelns ~cidos de Améri-


I .
ca tropical se ha basado en el aluminio intercambiable extraído con KCl
,

l' 1 N¡ desde la década de los sesenta (Mohr, 1960; Cate, 1965; Kamprath,
1970 ySalinas, 1978). La recomendación para el encalamiento se deriva
,
I comunmente de las siguientes fórmulas en la que el requerimiento de cal

•I
se expresa ya en miliequivalentes de calcio o toneladas de CaC0 3 equi-
val ente por hectárea ;

meq CallOO g de suelo = 1. 5 x ",eqA 1 1nter. /lOO g: (1)


ton CaC0 3-eq/ha = 1.65 x meq Al. fnter ./100 g. (2)

Las aplicaciones de cal con base en estas fórmulas generalmente

• neutralizan la mayor parte de la mayor parte del aluminio intercambia-


ble y aumentan el pH del suelo a 5.2 - 5.5. La Figura 13 muestra la
relación entre el pH y los niveles de aluminio intercambiable enun suelo

• ácido de Panamá (~lendez, 1973).

•I
1 - 87 -

l.
l· Los muy bajos niveles de bases intercambiables comunes a estos sue-
los se deben tener en cuenta junto con las cantidades de al uminio inter-
I cambiable presentes (Olmos y Camargo, 1976; Freitas and Si1veira, 1977).
El porcentaje de saturación de aluminio (Al Inter.!Inter. Ca + ~g + K + Al
I x 100) expresa en forma correcta estas relaci ones. Lopes· y Cox (1977a)

I indican que, en la mayoría de los casos, el porcentaje de saturación de


aluminio se debe considerar primero, puesto que los suelos que presentan

I el mismo nivel de aluminio intercambiable pero diferentes grados de sa-

11 turación de aluminio, presentarían diferentes respuestas al encalamiento


en las mismas dosis de cal. Además, Evans y Kamprath (1970),

¡I Kamprath (1971) y otros investigadores, incluyendo Spain (1976) han in-


dicado que, para muchos cultivos) los requerimientos de cal basados exclu-
l."
I
I •
sivamente en aluminio intercambiable pueden sobreestimar las dosis de
cal debido a diferent~s grados de tolerancia de las plantas al aluminio.
¡- Desde el trabajo pioniero adelantado por t~enezes y Arauja en Brasil
la hace 30 años (Coimbra, 1963) de intercalar un suelo ácido de América
Tropical, hasta un experimento reciente establecido hace ocho años tam-
I bíén en Brasil (Gonzalez et al., 1979), el enfoque común ha sido el de

I encalar el suelo para lograr una respuesta óptima del cultivo.


criterio se puede interpretar como el cambiar el suelo para satisfacer
Este

I las demandas de la planta. Este enfoque es difícil de aplicar en muchas

. áreas de América tropical debido a limitaciones de índole económica .


También se debe anotar que KaTi'.prafu(l971) indicó que el encalamiento

I excesivo puede tener un efecto en detrimento del crecimiento de las


plantas, como por ejemplo, una deficiencia de cinc inducida por la cal

I
I
'1 - es -

l.
l· en yuca (Spain, 1976). Por consiguiente, es importante determinar la
fórmula más apropiada para convertir el Al intercambiable a la cantidad
I de cal para sistemas específicos de suelo-cultivos. Cochrane et al. (1980)
desarrollaron una fórmula para determinar la cantidad de cal que se nece-
I sita para disminuír el nivel de saturación de aluminio de la capa supe-

I rior del suelo al rango deseado:

Cal requerida (ton CaC0 -eq/ha) = 1.8 (Al-RAS (Al + Ca ~lg) )/100, (3)
3

I
I donde RAS es el porcentaje crítico de saturación de aluminio requerido

II
I
por un cultivo, una variedad o un sistema agrícola determinado para su-
perar la toxicidad de aluminio y Al, Ca y Mg son los niveles intercam-
I biables de estos cationes expresados en meq/100 g. Al compararla con
datos reales de campo, la capacidad de predicción de esta ecuación es
." excelente (Cochrane et al., 1980). Una ventaja adicional es que no

I se requiere un anális'is de suelo exhaustivo sino solamente la extracción


de aluminio, calcio y magnesio con KCl 1 N e información sobre la tole-
I rancia de los cultivos al aluminio en términos del porcentaje de satura-
ción de Al. La adopción de dicha fórmula podría conducir a una utiliza-
I ción más efectiva de la cal y a ahorros considerables en las cantida-

I des aplicadas como también en los costos.

2. Utilización de r'~ateriales de Calidad para el Encalamiento


I
Además de la forma para determinar las cantidades de cal que se de-
I ben aplicar, es importante considerar la calidad del material para el
encahmiento. Desafortunadamente, en las regiones de Oxisoles-Ultiso-
I les de América t;'opical, por lo general es poca la atención que se le

I
I
•l. - 89 -

l. presta al tamaño de las partículas y composición química de la cal, excep-


to si es calcítica o dolomítica (Lopes, 1975). Es necesario fomentar es-
I tudios de caracterización de depósitos locales de cal tales como los rea-

•• lizados por Guimaraes y Santos (1968) para el Estado de Pará en la Amazo-


nia brasil era. El material ideal para encalamiento se debe encontrar

I en la forma carbonatada y el
por un tamiz 100.
lOO;~ debe pasar por un tamiz 10 y el 50%
Las fuentes de CaC0 3 gruesas rara vez producen las
1I
i
respuestas deseadas en rendimiento del primer cultivo debido a que reac-
cionan lentamente. Con el fin de compensar §sto, los agricultores con
,1 frecuencia aplican dosis más altas que las recomendadas 10 cual puede

l. causar problemas por sobreencalamjento en cultivos posteriores (Camargo

l."
et al., 1962; Jones y Freitas , 1970).

En partes del Amazonas, la mayoría de las fuentes de cal se explo-

I tan para fines de construcción y se produce cal hidratada, Ca(ÓH)2'


Este material es extremadamente reactivo y sus efectos residuales son

I muy cortos (NCSU, 1975, 1976). La alternativa para una mejor util iza-

ción de esta cal hidratada es utilizar dosis de aplicación más pequeñas


I y más frecuentes (Wade, 1978). Una mejor alternativa es solicitarle

I a los productores de cal que muelan la caliza al tamaño apropiado y


mantenerla así en la forma carbonatada.

I Como el magnesio es particularmente 1imitante en Oxisoles y Ultiso-


les, se prefieren las fuentes de cal dolomítica. Una relación Ca:Mg de
I 10:1 en el material para encalamiento generalmente se considera adecua-

I da, aunque existe muy poca evidencia que sostenga esta aseveración.

I
I
- 90 -

l· 3. Efectos Residuales de la Cal

Generalmente se espera que los efectos benéficos del encalamiento


I de suelos ácidos duren 'tarios años. Sin embargo, los efectos residua-

I les por lo general duran menos en las regiones tropicales que en las
templadas debido a la mayor precipitación y a las temperaturas más al-
I tas (Lathwell, 1979). La estimación de los efectos residuales del en-

II
I
calamiento de suelos ácidos es un factor primordial de manejo de los
sue los en 1as regi ones údi cas de bósq ues humedos t ropi ca 1es y ús ti cas

:1 de sabanas. La duración del efecto residual también dependerá del


I ecosistema. En general, los suelos ácidos en los bósques húmedos tro-
il pi ca 1es presenta rán efectos resi dua 1es más cortos que 1as regi ones de
I
l.- sabana debido a la liberación más rápida del aluminio de los complejos
de materia orgánica y a la mayor remoción de bases por las plantas en
I:.' sistemas anuales de producción de cultivos y quizás a mayores pérdidas

l. por lixiviación en los bósques húmedos (Villachica, 1978).

La Figura 14 muestra los cambios en los niveles intercambiables

I de aluminio, calcio y magnesio en la capa superior del suelo después


de 4.5 años de haber aplicado cal en un oxisol de Carimagua, Colombia,
I en el cual se cultivaron consecutivamente siete cultivos anuales. En

•I todas las dosis de cal se observó un aumento en el nivel de aluminio


intercambiable con el tiempo, excepto en la dosis alta, probablemente
debido a lixiviación de bases, liberación de iones H+ de la materia
orgánica y acidez residual de la fertil ización nitrogenada. Las pér-
I didas fueron del árden de 1-2 ton de cal/ha para el período de 4.5

I
I
¡-
,1 - 91 -

l.
'1· anos. Howeler (1975) consideró que una aplicación anual de 200-500 kg
de cal/ha era suficiente para mantener un nivel adecuado de calcio y
I magnesio en este suelo en condiciones de cultivo contínuo y para inver-

l.
1-
tir los aumentos en el nivel de aluminio intercambiable anteriormente
I mencionados.

11 El Cuadro 20 resume los resultados de los efectos residuales de


un experimento de encalamiento a largo plazo realizado en Brasil después
I de siete cultivos consecutivos (cinco de maíz, uno de sorgo y uno de soya).

I Después de 6.5 años, el pH del suelo disminuyó en todas las dosis de


cal probablemente debido a la acidez residual por los fertil izantes ni-
I trogenados. El nivel de aluminio intercambiable aumentó con el tiempo

•• y los niveles de calcio y magnesio intercambiables disminuyeron.


niveles de saturación de aluminio aumentaron en aproximadamente un 20%
Los

I de los valores iniciales para las dosis de O, 1 y 2 ton/ha. Los rendi-


mientas de grano indicaron un excelente efecto residual, aún obteníen-
I dose más del 80% del rendimiento máximo de soya en el séptimo cultivo
sucesivo con la dosis de cal de 1 ton/ha. Este resultado probable-
I mente se asocia con la tolerancia al aluminio relativamente alta de

I la vari edad de soya util izada (UFV-1).

B. La Cal como Fertilizante de Calcio y Magnesio


I El énfasis tradicional en la fertilización con NPK en América

I tropical (con la adición reciente del azufre) ha distraído la atención


de las difundidas deficiencias de calcio y magnesio en las regiones de
I Oxisoles-Ultisoles. En sistemas de altos insumas, las fuentes tradi-

I
I
I
l'
'1
I
I - 92 -

I
1 cionales de fertilizantes tales como superfosfato simple y cal dolomíti-
ca frecuentemente satisfacen los requerimientos nutricionales de las
I plantas en lo que respecta a los tres elementos secundarios. En siste-

I mas de bajos insumas con plantas tolerantes a altos niveles de satura-


ción de aluminio y bajos niveles de fósforo aprovechable cultivadas en
I suelos con baja capacidad efectiva de intercambio catiónico (CElC), la
corrección de las deficiencias de calcio y magnesio requiere atención
I di recta.

JI
I
1. Disponibil idad de Calcio y Magnesio

la Los principales factores que afectan la disponibilidad de calcio y


I
1

.- magnesio en Oxisoles y Ultisoles incluyen el nivel de estos nutrimentos


en la forma intercambiable, la CElC, los niveles de aluminio intercam-

i l' biable, la textura del suelo y la mineralogía de las arcillas (Kamprath


Y Foy, 1971).

I Los niveles de calcio y magnesio intercambiables en Oxisoles y


Uxisol es generalmente son muy bajos. El rango encontrado en sabanas
I de Brasil, Colombia y Venezuela es del órden de 0.1-0.7 meq CallOO 9
y 0.06 - 0.4 meq ~lg/l00 9 en la capa superior del suelo (Lopes y
I Cox. 1977a; Salinas, 1980; C. Sánchez, 1977). Los niveles de calcio

I y magnesio en el subsuelo generalmente son menores y a veces no son


detectables en subsuelos de Oxisoles (Ritchey et al., 1980).
l. Los niveles de calcio y magnesio intercambiables en Oxisoles y

l. Ultisoles de bosques húmedos son relativamente mayores, especialmente


en la capa superior del suelo. El ejemplo presentado anteriormente en
I
I
I - 93 -

I
I el Cuadro 12 indica un rango de 0.4 - 1.46 meq CallOO g en la capa su-
perior del suelo antes del desmonte y la quema. Los mismos datos indi-
I can un rango de 0.07 - 0.33 meq Mg/100 g. En consecuencia, los niveles
de calcio intercambiable en la capa superior del suelo parecen ser ma-
! yores en los bósques húmedos que en las regiones de sabana, pero los

•I niveles de magnesio intercambiable no presentan diferencias. Las dis-


minuciones de estos dos elementos con la profundidad son más marcadas
en los bósques húmedos que en las sabanas, pero los niveles permanecen
dentro de un rango detectable. En la sección lV.B se describió la di-
I námica de estos dos nutrimentos como resultado de la quema de bosques

•.- húmedos.

las bajas CElC de la mayoría de los Oxisoles y Ultisoles propor-

.'I
cionan algunas ventajas y desventajas para el suministro de calcio y
magnesio. La primera' desventaja es la rápida lixiviación durante pe-
ríodos de lluvias intensas. Durante dichos períodos pueden ocurrir
condiciones anaeróbicas temporales que inhiben la absorción de' calcio
y magnesio por las raíces. Durante la estación seca, la sequía puede
I acentuar las deficiencias de calcio y magnesio. La concentración de
¡. estos elementos en muestras de tejido de Melinis multiflora y especies
nativas de sabana disminuyó significativamente durante la estación se-
J. ca en Carimagua (Lebdosoekojo, 1977). Las plantas se enfrentan, por
lo tanto)a una situación difícil: probablemente hay una disponibilidad
l. adecuada de calcio y magnesio durante parte de la estación lluviosa;

l. durante periodos de intensa lluvia ocurren pérdidas rápidas por lixivia-


ción; y durante la estación seca hay una baja disponibilidad de ambos
I
I
•I .
- 94 -

1 nutrimentos debido a la sequia (Gualctr6n y Spain, 1980). Sin embargo,

•I
tanto las plantas nativas como las introducidas en sabanas de Oxisol
parecen exhibir un mejor comportamiento en 10 que respecta al calcio y
al magnesio que lo que se puede infel"ir de los bajos niveles en el suelo
y las relaciones adversas dependientes de la humedad. Rodr{guez (1975)

¡I indicó que algunas especies pueden presentar mecanismos más eficientes

l.
i
de absorción de calcio y magnesio que los que actualmente se conocen.

El aluminio compite con el calcio en la solución del suelo por si-

1I tíos de intercambio. Por consiguiente, la toxicidad de aluminio se pue-

•,."
de disminuir mediante adiciones de calcio (Millaway, 1979). En el caso
del cacao, la presencia del aluminio disminuye la al:.sorción de calcio
pero nola translocación hacia las partes aéreas de la planta (García,
1977). La reducción en el desarrollo radical en condiciones de altas

l' concentraciones de a¡~minio podría deberse a la deficiencia de calcio>


la cual obstaculiza el desarrollo de raíces primarias (Zandstra, 1971).
I En general, los suelos dominados por arcillas 1:1 requieren un me-

I nor nivel de saturación de bases para una disponibilidad adecuada de


calcio y magnesio para las plantas que los suelos dominados por arcillas

I 2:1 (Kirkby, 1979). Esta es una ventaja de los Oxisoles y Ultisoles


debido a la predominancia en ellos de arcillas 1:1.
I 2. Requerimientos de Fertilizantes
,
I Es escasa la información que existe sobre las dosis de aplicación
de cal para satisfacer los requerimientos de fertilización con calcio
1- y magnesio. El Cuadro 21 resume las experiencias obtenidas en Oxiso-

I
I
• - 95 -

•• •

, les de los Llanos Orientales de Colombia con niveles de 0.1 - 0.4 meq/

1, 100 g de ambos elementos.

'.l.
I En algunos casos, la respuesta a 0.5 ton/ha de cal dolomítica se
debe al magnesio. Spain (1979) presentó un informe al respecto para la
fase de establecimiendo y mantenimiento de dos leguminosas forrajeras,
Desmodium ova1ifo1ium y Pueraria phaseoloides ;en Carimagua/Colombia.

l.i, En un experimento a largo plazo realizado en Brasilia, Brasil, una res-


puesta directa al magnesio también respondió por la mayor parte de la
respuesta a la cal por un primer cultivo de maíz (NCSU, 1974). En Ulti-

'.." soles de bósques húmedos en Yurimaguas, Peru, en donde no hay disponible


, cal dolomítica, Villachica (1978) recomendó dosis de aplicación de magne-
1
sio del órden de 30 kg Mg/ha'cultivo para superar las deficiencias de
:
magnesio y prevenir los desbalances de K/Mg.
"
I Estudios realizados recientemente muestran que las gramíneas tropi-
cales también difieren en sus requerimientos de calcio (CIAT, 1981). La
I ¡:.-
Figura 15 muestra la respuesta de campo de siete especies de graíneas
, cul-

I tivadas en un Oxisol de Carimagua en función de la concentración de


calcio en el tejido de las plantas. Los requerimientos críticos inter-
I nos de calcio oscilaron entre 0.32 y 0.6m;. La Figura 15 también mues-



tra los niveles correspondientes de saturación de aluminio, saturación
de calcio y requerimientos de cal según la fórmula de Cochrane et al.
(1980). Esta información indica que estffiespecies se deben calsificar
no solamente según su tolerancia al aluminio,sino también según sus
l· diferentes requerimientos de calcio.

I
I
•l. - 96 -

I 3. ~1ovimiento Descendente del Calcio y t1agnesio

No importando el fin por el cual se aplique cal (ya sea para dismi-
I nuír la saturación de aluminio o para suministrar calcio y magnesio, o

I ambos), sus efectos benéficos ocurren principalmente a la profundidad


a la cual se incorpore, puesto que la cal no se mueve en los suelos en
I forma considerable. El subsuelo de la mayoría de los Oxisoles y Ultiso-

•I les es por 10 general ácido y con frecuencia presenta una barrera quími-
ca para el desarrollo radical, ya sea debido a la toxicidad causada
por el aluminio, a una deficiencia extrema de calcio o a ambas causas.
Es común observar raíces de cultivos anuales confinadas casi exclusiva-
I -
-: ~,,~~ ~- -"- .. --
mente a 1a &tfper4c-ie-superi o-r-Ge+-sueffl eneal ada, con poca penetración
hacia el subsuelo ácido en los Oxisoles de sabana (Gonzales, 1976;
."
.'
Bandy, 1976) Y Ultisoles de bosques húmedos (Sandy, 1977; Val verde y
Sandy, 1981). Di chas' pl antas sufren por defi ciencia de agua cuando
ocurren períodos de sequía a pesar de tener suficiente humedad del sue-

1- lo almacenada en el subsuelo. Ocurren pérdidas grandes en rendimiento


cuando ocurren sequías temporales en etapas críticas del crecimiento
l. . .. -
durante la estación lluviosa en regiones de Oxisoles (VJold, 1977).

• Un objetivo primordial de la tecnología de bajos insumos es la

•I
de estimular el desarrollo radical hacia dichos subsuelos ácidos como
una alternativa para los sistemas de riego suplementario mucho más
costosos. Se han diseñado tres estrategias para superar este problema:
(1) aplicaciones profundas de cal en Oxisoles, (2) estímulo al movimien-

1- to descendente de calcio y magnesio y (3) el uso de cultivares y espe-

'.l.
~
- 97 -

l.
I cies tolerantes al aluminio.

•I A pesar de que la incorporación de las mismas dosis de cal a los


pri meros 30 cm de profundi dad en vez de los primeros 15 cm no pa rece
ser una tecnología de bajos insumas, de hecho ha aumentado los rendi-
mientas de maíz en varias estaciones en un Oxisol cerca de Brasilia,
I Brasil (NCSU, 1974; Salinas, 1978; GOllzalez et al., 1979). Esta prácti-
ca es factible en Oxisoles bien granulados que pueden ser labrados a una
I profundidad de 30 cm sin mayores aumentos en el consumo de combustible

I de los tractores. En Ultisoles, con un cambio marcado en su textura


dentro de los primeros 30 cm de profundidad, esta práctica no se puede
I recomendar puesto que puede crear problemas físicos severos en ese suelo
,
(Sanchez, 1977). Esto indica que no solamente se deben considerar para-
I ."

.'
metros químicos del suelo al definir la práctica de encalamiento más
apropiada}sino que también hay que tener en cuenta los parámetros físi-
cos del suelo.
I Olmos (1971) presentó resultados experimentales que demuestran di-

I ferencias significativas entre varias clases de suelos ácidos debido al


contenido de aluminio en el subsuelo. La Figura 16 muestra los cambios

1- en pH, calcio, magnesio, potasio y saturación de aluminio en el perfil


de un suelo Tropepti e Hapl ustox. En los primeros 80 cm se encuentran
lB niveles de toxicidad de aluminio que inhiben la penetración de raíces.

11
I
Por debajo de esta profundidad, la saturación de aluminio disminuye a
valores de menos del 60% (Salinas y Delgadillo, 1980).
¡.~ Una ventaja primordial de muchos suelos ácidos e inférti1es es que

!.
1.
I
l. - 98 -

l.
1- sus propiedades físicas y químicas permiten el movimiento descendente
de calcio y magnesio hacia las capas del subsuelo, disminuyendo de esta
II
I manera los estreses causados por la acidez del suelo a mayor profundi-

'. dad y aumentando el desarrollo radical. El movimiento descendente de


calcio y magnesio aplicados en la forma de cal tiene poco significado

II práctico en otros suelos dominados por arcillas de alta actividad.

Como se mencionó con anterioridad, la cal no se mueve considerable-


I mente en los suelos, pero el calcio y el magnesio intercambiables sí

11 presentan un movimiento considerable en Oxisoles y Ultisoles de baja


I CICE acompañados por añones tales como sulfatos o nitratos (Pearson,
la 1975; Ritchey et al., 1980). La primera evidencia de este fenómeno en
I
i 1- América Latina tropical la registró Pearson et al. (1962) después de
aplicar aproximadamente 800 kg N/ha/año en la forma de sulfato de amo-
.~ nio a pasturas de gramíneas fertilizadas intensivamente en Puerto Rico.

'.¡I La posi b1 e presenc ia de grandes concent raci ones de e ni ones acompañantes


estimuló el movimiento rápido de cationes básicos hacia el subsuelo.

En los últimos tres años se han hecho observaciones similares en

l. Oxisoles de las sdbanas brasileras y colombianas y en Ultisoles de la


Amasonia peruana, pero a niveles muchos más bajOS de cal y de fertili-

I zantes (Sal inas, 1978; NCSU. 1978; Villachica, 1978; Ritchey et al.,
1980; Gualdrón y Spain, 1980). La Figura 17 muestra los cambios en las

l· propiedades del suelo con la profundidad ,40 meses después de aplicar


cal a los primeros 15 cm de un Oxisol brasil ero y cultivándolo conti-
1- nuamente por cinco años. La acidez del subsuelo disminuyó gradualmen-

I te, en especial cuando se utilizaron altas dosis de cal. Con dosis de

I
I
- 99 -
I
l. 2 Y 4 ton/ha de cal, el nivel critico de saturación de aluminio del 60%
para el maíz se alcanzó a una profundidad de aproximadamente 30 aTI.

I Con 8 ton/ha, este nivel se alcanzó a una profundidad de aproximada-


mente 80 cm. El volúmen de enraizamiento del cultivo aumentó en efecto,
I a medida que dism'nuyó la barrera de toxicidad de aluminio (Bandy, 1976).

I Los resultados anteriores se han confirmado en experimentos realiza-


dos en columnas de laboratorio y en observaciones de campo con el mismo
I suelo. Ritchey et al. (1980) observó un movimiento significativo de

I calcio hasta profundidades de 180, 75 Y 25 cm cuando se mezcló CaCl 2 ,


CaS0 4 y CaC0 3 ,respectivamente, con los primeros 15 cm de una columna
I de Oxisol y la precipitación anual equivalente se hizo pasar por ella

l- (Fig. 18). En condiciones de campo, el yeso incluido en superfosfato


simple aumentó el pH del subsuelo y los niveles de calcio mas magnesio,

." en tanto que la saturacióñ de aluminio disminuyó a profundidades de


75-90 cm a los 3-4 años después de la aplicación (Fig. 19). Las raíces
I de maiz que crecieron en el ambiente de este subsuelo mejorado lograron
absorber agua y soportar las sequias (Ritchey et al., 1980).
I Es interesante observar que se pueden alcanzar aumentos conside-

1 rables en los niveles de calcio y-magnesio en el subsuelo mediante

'.
1


aplicaciones moderadas de cal (1-2 ton/ha) y superfosfato simple
(70 kg P/ha).

C. Selección de Variedades Tolerantes al Aluminio

El principal componente del manejo de la ácidez del suelo es la


¡
l· selección de variedades productivas que sean tolerantes a la toxicidad

II
I
1I
I - 100 -

l.
1- del aluminio. Un procedimiento preferido para el efecto es la selección
de un gran número de ecotipos ya sea en soluciones de cultivo, en el in-
I vernadero, en el campo o una combinación de los tres. Para lograrlo
exitosamente, se requiere de la colaboración cercana entre especialistas
! en suelos y fitomejoradores. Entre las técnicas de selección en solucio-

I nes nutritivas de cultivo, la prueba de la hematoxilina propuesta por


Polle et al. (1973) es muy útil. Sin embargo, los resultados de la
I selección en cultivos nutritivos o en invernaderos se deben validar en
el campo con un rango representativo de los cultivares seleccionados.
I Spain et al. (1975), Howeler y Cadavid (l97ó), Sal inas (1978) y Sal inas

I y Delgadillo (1930) presentan ejemplos de dichas correlaciones. Los estu


dios adelantada; por los últimos dos investigadores mencionados incluyen

•• la tolerancia conjunta a los estreses de al uminio y fósforo puesto que

." éstos tienden a ocurrir al mismo tiempo (Salinas, 1973). En consecuen-


cia, los cultivares se pueden clasificar por el nivel crítico de satura-

I ción de aluminio requerido para alcanzar un 30% del rendimiento máximo.


Para una localidad especifica, este parámetro se puede expresar en tér-
I minos del requerimiento de cal mediante la utilización de la fórmula de
Cochrane et al. (1930), incorporando el porcentaje requerido de satura-
I ción de aluminio (RAS).

I 1. Selección de Cultivos Anuales

La Figura 20 muestra un ejemplo de 10 variedades de trigo seleccio-


l· nadas de esta manera en un suelo ttpico Haplustox de Brasilia, Brasil.

1- Los resultados se presentan en un diagrama modificado de Cate-Nelson

I
1
1
I - 101 -

(Cate y Nelson, 1971), en el cual se establece la relación gráfica en-


tre el porcentaje de máximo rendimiento y la saturación de aluminio,
I con el nivel crítico de saturación de aluminio indicado por una fle-

I cha vertical. Los niveles críticos oscilaron entre 22 y 60% de satura-


ción de aluminio, que para ese suelo en particular representa un reque-
I rimiento de cal de 0.5 - 1.6 ton CaC0 2-eq/ha. La Figura 21 muestra da-
tos similares obtenidos con cinco variedades de arroz secano. Los ni-
I veles críticos de saturación de aluminio oscilaron entre 22 y más del

I 70% Y los requerimientos de cal entre 0.2 y 1.4 ton de CaC0 3-eq/ha.
Estos resultados confirman la existencia de una amplia tolerancia di-
I ferencial al aluminio tanto en arroz como en trigo. La variedad de
arras Pratao Precoce no fue afectada por el aluminio dentro del ran-
go probado, en tanto que las variedades sensibles Flotante y Batatais
mostraron una respuesta lineal decreciente en rendimiento a una satu-
ración de aluminio en aumento.

La tendencia general indica que las variedades de trigo mejoradas


en Brasil exhiben una mayor tolerancia a ambos factores de estrés que
las variedades mejoradas en Méjico tales como Sonora 63, INIA 66 Y CIANO.
Las variedades brasil eras se seleccionaron en condiciones de suelos
ácidos, en tanto que las mejicanas se seleccionaron en suelffi calcáreos.
Entre las variedades brasileras, las dos desarrolladas más cerca del
Cerrado (IAC-5 en Campinas y BH 1146 en Belo Horizonte) fueron más
l· tolerantes al aluminio y al bajo contenido de fósforo que las desarro-

1- lIadas en Rio Grande de Sul (IAS-20 y lAS-55), en donde los suelos~

aunque ácidos, son generalmente más fértiles que en el Cerrado.


I
I
I
- 102 -

I
l· También se observa alguna variabilidad entre las variedades mejicanas.
Estos resultados indican buenas posibilidades de combinar la tolerancia
I al aluminio de las variedades brasileras con el tipo de planta de bajo

I {lorte

resistente al volcamiento de las variedades mejicanas .

En un tercer estudio de campo realizado en Oxisoles en el Estado


I de Paraná, Brasil, se comparó la tolerancia diferencial al aluminio

I de 10 cultivares de soya. Muzill i et al. (l978) definió el nivel crí-


tico de saturación de aluminio como el requerido para obtener un 80%

I del rendimiento máximo. Este procedimiento es similar al indicado por


Salinas (1978) en las Figuras 20 y 21 puesto que los diagramas modifi-
I cados de Cate-Nelson indican que los rendimientos a los niveles críti-

." cos de saturación de aluminio se encontraban en el órden del 70-80% del


máximo. El Cuadro XXII muestra la clasificación de Muzi" i ~ al.

I Ninguna se clasificó 'como tolerante puesto que el nivel de saturación


de aluminio que ~1uzilli ~t ~. definieron para materiales tolerantes
I fue de más del 25%.

I Estos niveles críticos pueden variar con la localidad y el manejo


y particulannente con la disponibilidad de calcio, magnesio y fósforo
I en el suelo durante el experimento. por ejemplo, en Yurimaguas, Perú)
se probó la variedad de soya Improved Pellikan (NCSU, 1976), utilizando
I el mismo procedimiento que en el experimento realizado en Brasil.

I Improved Pellikan mostró un nivel crítico de saturación de aluminio


1 del 40%, nivel al cual no se aproximó cultivar alguno de soya en Para-
1- ná. Sin embargo, dichos estudios muestran claramente los cultivares
que son más tolerantes. El estudio de Paraná indica que los cultivares
I
I
I - 103 -

I.
I Bossier, Vicoja y UFV-l son los que se deben utilizar en vez de Andrews,

•!
Cobb o Florida en 10 que respecta a su tolerancia al aluminio .

2. Selección de Especies para Pasturas

Salinas y Delgadillo (1980) siguieron un enfoque un poco diferente


en su programa de selección sistemática de ecotipos de gramíneas y le-
I guminosas por su adaptación al estrés de aluminio y fósforo. Se consi-

I deraron tanto los rendimientos absolutos como relativos puesto que el


vigor del crecimiento durante la fase de establecimiento es una consi-

I deración importante en la selección de ecotipos superiores de pastos.


Salinas y Delgadillo consideraron un nivel máximo de rendimiento del
I 50% como el índice de supervivencia, un rendimiento máximo de 50-79j~

l' como tolerancia moderada y Un 80% o más del rendimiento máximo como

• '
alta tolerancia en condiciones de estrés severo de aluminio y fósforo .
El limite del 50;!' es 'consistente con la toxicología biológica (Matsu-
mura, 19]6; Liener, 1969; Lal, 1980), en tanto que el límite del 80%
I se estableció como el punto más allá del cual la curva de respuesta es
casi plana.
I
El Cuadro 23 ,adaptado de Sal ínas y Delgadi110 (1980), resume
I el comportamiento de seis ecotipos de gramíneas y nueve de leguminosas
en diferentes niveles de estrés de aluminio y fósforo en Carimagua,
¡I Colombia. La capa superficial del Oxisol sin enmienda presentó una

¡l. saturación de aluminio del 93% y 1.7 ppm de P aprovechable (extraído


mediante el método de Bray 11). Los tratamientos incluyeron dosis

l.·
l. de cal de 0.5 ton/ha para suministrar calcio y magnésio y 5 ton/ha
para neutralizar la mayor parte del aluminio intercambiable. Esta

I
1 - 104 -

l.
1, última dosis disminuyó la saturación de aluminio a un nivel de aproxi-
madamente 25%. Se incluyeron dos dosis de fósforo: 17 kg P/ha como
I mínima y 227 kg P/ha para aminorar y superar la mayor parte de la ca-
pacidad de fósforo del suelo. El diseño de campo fue un factorial
1 compuesto por cuatro dosis de cal x 3 niveles de fósforo. La tolerancia

• de la planta se clasificó como alta (H) cuando el rendimiento relativo

•I
excedió el 80%, moderada (M) entre 50 y 79%, supervivencia (5) entre
1y 49~; Y muerte (X) para aquellas plantas que no sobrevivieron.

El Cuadro 13 muestra una respuesta diferencial marcada entre


ecotipos de gramíneas y ecotipos de leguminosas. La valoración de la
1 /
tolerancia varió con los diferentes niveles de estres de aluminio y

•• fósforo. En el caso de las gramíneas se observó una respuesta global


positiva en crecimiento a medida que se eliminaron gradualmente los

I estreses, excepto por una disminución en los rendimientos de Brachiaria


humidicola y Andropogon gayanus en los altos niveles de cal y fósforo.

[1 B. humidicola y ~. gayanus mostraron la mayor tolerancia global, en tan-


to que Pennisetum purpureum presentó la menor. Los rendimientos absolu-

1- tos mostraron que ~. gayanus fue la gramínea más productiva. Esta espe-

1- cie también obtuvo más del 80% de su rendimiento máximo con una satura-

'.
,
ción de aluminio del 86% y 2.3 ppm de P, como resultado de la adición
de 0.5 ton de cal/ha para suministrar calcio y magnesio y 17 kg de P/ha.
Panicum maximum mostró menor tolerancia global pero un rendimiento
absoluto relativamente alto. En las condiciones de Carimagua esta
especie requirió niveles relativamente altos de cal y fósforo para
alcanzar el 80% de su rendimiento máximo.
I - 105 -

l.
l· 23
Consideradas en grupo, las leguminosas presentadas en el Cuadro
fueron,en general, más tolerantes a la acidez y al bajo nivel de
I fósforo que las gramíneas, excepto por Desmodium heterophylum, Macropti-
lium sp. y Leucaena leucocephala. Estos ecotipos murieron a menos
I que se adicionara 0.5 ton de cal/ha y algo de fósforo. En general,

I Stylosanthes mostró un mejor comportamiento que los otros géneros.

Dichas valoraciones no garantizan el éxito de un ecotipo tolerante


I en condiciones de pastoreo. La persistencia y la productividad de una

I pastura también depende ¿e muchos otros atribUtos de la planta, incluyen-


do su capacidad de rebrote, tolerancia a la defoliación, pisoteo, sequía,
I insectos y enfermedades. Sin embargo, las valoraciones de tolerancia

l' proporcionan Un estimado claro sobre los insumos requeridos para superar
las limitaciones impuestas por la acidez del suelo .

I D. Selección de Variedades Tolerantes al ~1anganeso

La toxicidad al manganeso es otro factor limitante en ciertos


I Oxisoles y Ultisoles. Aunque no se conoce su distribución geográfica

I (Cuadro II), se considera que es menos común que la toxicidad por alu-
minio. La toxicidad por manganeso ocurre en suelos que presentan altos
I niveles de manganeso faéilmente reducibles, generalmente con contenida:;
relativamente altos de materia orgánica que pueden causar condiciones
I anaeróbicas temporales. El manganeso es muy soluble a valores de pH

!l· menores que 5.5, particularmente en condiciones anaeróbicas¡en las que


el Mn 4 + se reduce a Mn 2 +. En Oxisoles y Ultisoles bien drenados pueden
1- ocurrir condiciones anaeróbicas temporales debido a la descomposición

I
I1
- 106 -

1,
1 rápida de materia orgánica o a inundaciones temporales durante períodos

•!
de lluvia fuerte. Algunos ejemplos de dichos suelos incluyen el suela

arci llosa de Coto, un Tropepti c :::utrorthox de Puerto Ri ca (Pearson, 1975)

Y al gunos suelos Orthoxi era lehGi",ult en 1 a estación de CIAT Quil i chao en

Colombia. A diferencia de la toxicidad de aluminio, la toxicidad de

•I manganeso puede ocurrir a niveles de pH tan altas como 6.0 (Simar et al.,

1974). Los niveles de cal comunmente requeridos para aumentar el pH de

los Oxisoles y Ultisoles tóxicos en manganeso a un nivel de aproximada-

I mente 6, son par 10 general muy altos. Por ejemplo, para aumentar el pH

de 4.6 a 6.0 en el Ultisol de la estación de CIAT-Quilichao, es necesario

I

aplicar CaC0 puro a razón de 20 ton /ha (CIAT, 1978). En consecuencia,
3
la principal estrategia es la de seleccionar variedades tolerantes .
'

A diferencia de la toxicidad de aluminio, los síntomas de la toxici-

l' dad de manganeso, ocurren en las hojas puesta que este elemento tiende a

acumularse en las partes aéreas, en tanto que el exceso de aluminio se acu-


I mula en las raíces (Foy, 1976b). Las si'ntomas de toxicidad de manganesa

•I incl uyen clorosis marginal, deficiencia de hierro induci da, malformación

de hojas jóvenes y manchas localizadas en los sitios en donde se acumu-

la manganeso (Vlamis y Williams, 1973; Foy, 1976b). En términos genera-


les, aparentemente las leguminosas son más susceptibles a la toxicidad
I del manganesa que las gramíneas (Lohnis, 1951; Hewitt, 1963). Los cien-

tíficos australianos han encontrado diferencias importantes en la tole-


l. rancia el exceso de manganeso entre las principales especies de legumi-

l. nosas forrajeras. El Cuadra XXIV muestra la clasificación de toleran-

I
I
- 107 -

1 ,

1 cia al manganeso de las principales leguminosas tropicales australianas

II
•1 según Andrew y Hega rty. Souto y Dobereiner (1969) tambi én encontraron

diferencias similares en Cxisoles tóxicos en manganeso del estado de Rio


de Janeiro, Brasil. Sus resultados (Cuadro 25) indican que Centrosema

pubescens es re 1ati vamente tal erante, en tan to que Puerari a phaseo 1oi des
1I
I
es sensible. Los trabajos adelantados por Salinas (sin publicar) muestran
resultados opuestos según observaciones visuales en lJ1tisoles de Quilichao
!I
I
Colombia. Los científicos australiana; están adelantando activi dades de

ti
,
mejoramiento genético espec{ficamente pal"a incorporar tolerancia al man-
ganeso en 11acroptil i um atropurpureum ¡ ya que 1a vari edad Si ratro ampl i amen-
:1
• "


te difundida es relativamente sensible a la toxicidad de este elemento

(Hutton et al, 1978) .

Es poco 10 que se ha hecho para establecer los niveles críticos exter-


I nos (suelo) o internes (foliar) de la toxicidad del manganeso. Andrew y
Hegarty (1969) han establecido niveles críticos internos (Cuadro 24 ) pero
I no están acordes con sus clasificaciones de tolerancia. Con base en tra-

I bajos preliminares realizados en el CIAT, más de 100 ppm de ~;n extraído

con KCl-1 N en los primeros 50 cm del suelo podría considerarse como un


I nivel tentativo de toxicidad de manganeso (Sanchez y Cochrane, 1980).
Esta cifra requiere ser validada a nivel local antes de que se pueda con-
I siderar como un nivel crítico externo para la toxicidad de manganeso.

J E. Conclusiones

1, A pesar de que cerca del 70% de la extensión de tierra de las regiones


de Oxisoles y ltisoles de Américc tropical poseen limitaciones severas

I
I
I
1,
I por la acidez del suelo, no es necesario encalar estos suelos hasta 11e-

I varlos a su nivel neutro o incluso a un pH de 5.5 con el fin de obtener


una producción de cultivos y pastos sostenida. Los estimativos de las
I necesidades de producción de alimentos en el mundo a largo plazo no re-

I quieren de altas dosis de aplicación de cal para las 750 millones de hec-
táreas de América tropical con limitaciones severas por la toxicidad de

I aluminio, deficiencia del calcio y deficiencia del magnesio. A su vez,


son engañosas las aceveraciones que indican que una producción agrícola
I sostenida es posible sin el encalamiento en la mayoría de los Oxiso1es y
Ultisoles. la existencia de variedades de especies forrajeras y de cu1-
I tivos muy tolerantes al aluminio puede eliminar la necesidad de disminuír
1" el nivel de saturación de aluminio del suelo nediante el eneal ami ento,
pero en la mayoría de los casos las plantas requieren de fertilización
I con calcio y magnesio. Esto se puede lograr mediante aplicaciones de cal
en dosis pequeñas o mediante el uso de fertilizanmsque contengan sufi-
I cientes cantidades de estos dos nutrimentos esenciales. las aplicacio-

I nes de cal en pequeñas dosis son probablemente menos costosas por unidad
de nutrimento que los fertilizantes de calcio y magnesio.

I
I Un atributo muy positivo de muchos Oxisoles y Ultisoles de América

l.
I
tropical es la relativa facilidad de movimiento de"' calcio y magnesio
en el subsuelo. Es posible aprovechar 10 que normalmente se consideraría
I CIC
como un factor limitante del suelo -- su baja ."CEle.
f-
Junto con una es-
C/Cf;~

,1 tructura del suelo favorable y suficiente lluvia, una baja &etc favorece
1\

I
I
• - 109 -

la disminución gradual de las propiedades químicas del subsuelo. Esto a

su vez favorece un desarrollo radical más profundo y menos oportunidad de

que ocurra estres por la sequia.

I
.'I
I
I
I
I


I
I
I
I
l. VI. ~1ANEJO DEL FOS FO RO

I La deficiencia del fósforo es uno de los factores limitantes edáficos


más difundidos en América tropical. Aproximadamente un 82% de la exten-
I sión de tierras del trópico Americano, presenta deficiencias de fósforo

I en su estado natural (Cuadro 2). En 1as sabanas y bosques húmedos de


Oxisoles y Ultisoles, el estimativo aumenta al 96% del área (Sánche~ y
I Cochrane, 1980). Los problemas de la deficiencia de fósforo se complican
por la alta capacidad de fijación de fósforo , también muy difundida en el
¡I medio. Los suelos con una alta capacidad de fijación de fósforo se pue-

II
I
den definir como aquellos que requieren adiciones de por lo menos 200 kg
de P/ha con el fin de proporcionar una concentración de equilibrio de 0.2
11- ppm de P en la solución del suelo (Sánchez y Uehara, 1980). Los suelos
ácidos que fijan t~les cantidades de fósforo se pueden identificar como
1 aquellos con texturas francas o arcillosas en su capa superficial con

I una relación de sesquioxidos/arcillas de 0.2 o más, o por la dominancia


de alófano en la fracción de arcillas de la capa superficial (Buol et al.,
I 1975). Aproximadamente un 53% de la extensión de tierra de América tro-
pical está dominada por suelos con una alta capacidad de fijación de
I fósforo como la descrita. En las regiones de Oxisoles - Ultisoles esta

1 cifra aumenta al 72%, pero los suelos con alta capacidad de fijación de
fósforo son menos extensivos en la selva Amazónica que en las sabanas
1$ (Coch rane y Sánches, 1981).

La Figura 22 muestra algunos ejemplos de isotermas de absorción de


l· fósforo según el procedimiento de Fax y Kamprath (1970). Entre los

1
I
I - 111 -

1'.
l· Oxisoles y Ultisoles, la fijación de fósforo generalmente aumenta con el
contenido de arcillas debido a su relación directa con el área superfi-
I cial en donde se localizan los óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio

I y que son los responsables en gran parte d~ la fijación del fósforo


,
(Pope, 1976; Lopes y Cox, 1979; Sánchez y Uehara, 1980). La alta fija-
I ción de fósforo se considera como una de las principales razones por las

I cuales extensas áreas de tierras arables en sabanas de América tropical


se encuentran subutilizadas (León y Fenster, 1980).

I El costo unitario relativamente alto de los fertilizantes fosforados


junto con la ampliamente difundida deficiencia y fijación de fósforo,exi-
I ge que para estos suelos se desarrollen tecnologías de bajos insumos que

,." puedan hacer un uso más eficiente del fósforo aplicado. Salinas y Sánchez,

l. (1976), Fenster y León (1979a,b), León y Fenster (1979a,b, 1980) y Sán-

chez y Uehara (1980) han sugerido estrategias similares con el fin de

l.
i
desarrollar sistemas de maneja apropiados para el fósforo en cultivos y

pasturas de los suelos ácidos e infértiles de América tropical. La es-

I trategia consta ahora de seis componentes principales, cinco de los cuales


1
se encuentran relativamente bien establecidos: (l) la determinación de
l.
l.
la combinación más apropiada de métodos y dosis de aplicación para esti-

mular los efectos iniciales y residuales; (2) el mejoramiento de los

procedimientos de evaluación de la fertilidad del suelo para hacer re-

l· comendaciones de aplicación de fósforo; (3) el uso de fuentes de fósforo

menos costosas, tales como las rócas fosfóricas, ya seca solas o en com-

I
I - 112 -

l.
l. binación con superfosfato; (4) el uso de cantidades moderadas de cal para
aumentar la disponibilidad de fuentes solubles de fósforo; (5) la selección
I de especies y variedades que puedan crecer bien en condiciones de niveles
menores de fósforo aprovechable en el suelo; y (6) la exploración de las
I posibilidades prácticas de las asociaciones de micorrizas para aumentar

I la absorción del fósforo por las plantas.


discuten estas estrategias.
En las siguientes secciones se

I A. Dosis y Nétodos de Aplicación de Fósforo

I En América tropical se han hecho investigaciones extensivas para de-


terminar las respuestas óptimas de los cultivos a la fertilización con
1 fósforo en Oxisoles y Ultisoles (Kamprath, 1973). Sin embargo, la mayo-

.'I ría de ellas se limitan a las aplicaciones de superfosfatos al voleo y


a su incorporación en la capa superficial del suelo. Aunque este método
de apl icación generalmente produce grandes respuestas en rendimiento, ta-
J
les como las que se presentan en la Figura Z (sección r, B), las altas
dosis requeridas y el método de aplicación no necesariamente son las más

1: eficientes para aplicar fósforo.

l. Cultivos Anuales
I Un experimento a largo plazo realizado en un lypic Haplustox con alta

I capacidad de fijación de fósforo en el Cerrado de Brasil proporciona una


comparaci ón de apl i caci ones de superfos fato en banda vs. al vol ea durante
l. un período suficiente para evaluar en forma adecuada los efectos residua-

1, l es. La Fi gura 23 (tomada de datos por NCSU, 1974, 1975, 1976, 1978;
CPAC, 1978, 1979, 1980; Yost et al., 1979 y ~liranda et al., 1980) muestre

I
I
I - 113 -

l.
I los resultados de diferentes dosis y métodos de aplicación de superfosfa-
to triple en nueve cosechas de máiz durante un período de 7 años. En con-
I traposición con la opinión convencional, la aplicación en bandas fue in-

I feriar a las aplicaciones hechas al voleo para el primer cultivo. Este sue-
lo presentaba tal deficiencia de fósforo que el desarrollo radical se res-
J

1I tringió a las áreas de la capa superficial que recibieron fertilización


con fósforo. En los cultivos posteriores este efecto desapareció a medida
I que las aplicaciones en bandas se mezclaron con el resto de la capa super-

11
I
ficial del suelo por las operaciones de labranza.

I Considerando los efectos a largo plazo, el rendimiento promedio de


!I
,
I
grano más alto de 6.3 ton/ha se obtuvo mediante la aplicación masiva al
voleo de 1200 kg P20S/ha incorporándolos en la capa superficial del suelo
!•.
antes de 1a primera siembra. El efecto res i dual fue sufi ci ente para man-

I tener el nivel de fÓsforo aprovechable en el suelo por encima del nivel
crítico para el maíz de 10 ppm de P (mediante la extracción de r'lehlich 2)
I durante 7 años. Los cálculos económicos adelantados por Miranda et a1.
(1980) también indican que esta estrategia de altos insumas es la más ren-
I table entre las estudiadas en este experimenta, presuponiendo una tasa

I de interés anual del 25% para el crédito otorgado para comprar el ferti-
lizante y una relación promedio de precios:costos en la que se requieren
I 6.7 kg de maíz para pagar un kg de P205 en la forma de superfosfato triple.

I La alta inversión de capital y las implicaciones en el suministro mun-
dial de fertilizantes indican que se deben buscar otras alternativas. La
1- división de la dosis de 1280 kg P 0S/ha en cuatro aplicaciones en banda
2

I
I
I - 114 -

¡l.
,l. de 320 kg de P205/ha a los primeros cuatro cultivos produjo un 97~; del ren-
I
dimiento máximo; por consiguiente, la eficiencia de utilización del ferti-
1- lizante no fue afectada por este motivo. Sin embargo, esta alternativa
tiene la desventaja de que se obtienen rendimientos iniciales bajos, pero
1I tiene la ventaja de que el fósforo se compra en forma dividida durante un

II
I
período de 4 años. Una aplicación gradual similar en bandas durante 4 años
para un total de 640 y 320 kg de P205/ha produjo un 64 y 51% del rendimien-
I to máximo, respectivamente. Estos tratamientos tuvieron un comportamien-

I to similar a las aplicaciones iniciales al voleo de 640 y 320 kg de P2Ó5/ha


(Fig. 23B). los beneficios incluyen mayores rendimientos iniciales con

I las aplicaciones al voleo en lugar de un aumento gradual en el rendimiento

1- y un efecto residual más efectivo con las aplicaciones en bandas.

Las combi naciones de 1as apl i caci ones al voleo y en bandas (Fi g. 23C )
.
I parecen ser más promisorias. Una aplicación inicial al voleo de 320 kg de
P205/ha seguida por cuatro aplicaciones en bandas de 80 kg P205/ha produjo
I un 79% del rendimiento máximo como promedio de las nueve cosechas. ~1iranda

I et al. (1980) indicaron que el beneficio económico de esta estrategia


era similar a la aplicación al voleo de 1280 kg de P20s/ha una sola vez,

-I pero la cantidad total de fósforo adicionada se redujo a la mitad. Otra


posibilidad es aplicar al voleo una cantidad
y
~ínima de 80 kg de P20S/ha
aplicar la misma cantidad en bandas a todos los cultivos, incluyendo

l. el primero. Esta estrategia produjo un 75% de los rendimientos maximos,


pero la inversión total en fósforo durante las nueve cosechas aumentó


I
I
I - llS -

I
l.
I Las combinaciones al voleo y en bandas tienen la ventaja adicional de
dar una mayor estabilidad en el rendimiento que las aplicaciones solas al
I voleo o en bandas. En retrospección, un tratamiento más efectivo podría
haber sido una aplicación inicial al voleo de 160 kg de P20S/ha seguida
I por una aplicación en bandas de 80 kg de P205/ha a todos los cultivos.

I Esto hubiera reducido la inversión total a 640 kg de P/ha para los nueve
cultivos, hubiera producido un 75-80% del rendimiento máximo y hubiera
I evitado inversiones iniciales grandes de capital. Considerando la alta
capaci dad de fijación de fósforo de este suelo (780 ppm de P o 3545 kg de
I P20S/ha para al canzar una concentración de P en la sol ución del suelo de

•• 0.2 ppm, Fig. 22, como el Oxisol de Brasil), las estrategias de aplicación
al voleo--en banda son ejemplos de la manera como se pueden disminuír los

,-II insumos de fertilizantes fosforados mediante una combinación más racional


de dosis y métodos de aplicación, con suficiente tiempo para evaluar los
efectos res i dua 1es.

I 2. Pasturas

I Las consideraciones sobre las dosis y los métodos de aplicación de


los fertilizantes fosforados son básicamente diferentes en el caso de

I pasturas en estos suelos con alta capacidad de fijación de fósforo. Las


principales razones incluyen las menores dosis de fósforo requeridas por
l· las pasturas tolerantes a la acidez, la falta de operaciones posteriores
de labranza que mezclan el fósforo aplicado en la capa superficial del

I
I
I - ll6 -

l.
I
1- suelo y un mecanismo de reciclaje de nutrimento por medio de los excremen-

l. tos de los animales en condiciones de pastoreo. La Figura 24 muestra un


patrón de respuesta completamente diferente para las especies de pasturas

l.
i
adaptadas, a las aplicaciones de superfosfato al voleo en un Ultisol de

l. Quilichao, Colombia, con una capacidad de fijación de fósforo similar a la del


Oxi so 1 de Bras il i a mencionado en el ejemplo anteri or. La Fi gura 22 i ndi-
ca que la cantidad de fósforo adicionada para mantener una concentración
1-
i
de P en la solución del suelo de 0.2 ppm es similar en ambos suelos (650
11 ppm de P para el Ultisol de Quilichao y 760 ppm de P para el Oxisol de
Brasilia). Los cultivos anuales sembrados en el Ultisol de Quilichao re-
I quieren aproximadamente 400 kg de P205/ha para acercarse a sus rendimientos

i •. máxi mos. Es peci es de pasturas tales como Pani cum maxir:lUm, Andropogon .9ayanus
y Centrosema pubescens requieren aproximadamente 80 kg de P205/ha en una

I sola aplicación incorporada al voleo para acercarse a la máxima producción


de materia seca durante los primeros 2 años (Jig. 24). En el Oxisol de
I Carimagua con una capacidad de fijación de fósforo considerablemente menor
(400 ppm de P para alcanzar una concentración en la solución del suelo de
I 0.2 ppm, como se ilustra en la Fig. 22), especies adaptadas tales como

I Brachiaria decumbens solamente requi eren 50 kg de P205/ha en la foma


de superfosfato triple para alcanzar su máxima producción (Fig. 25).
I A unos niveles de aplicación tan bajos como éstos, el método en bandas
es definitivamente superior a la aplicación al voleo e incorporado para
I el establecimiento de pasturas, especialmente si la siembra también se

I
I
I
I - 117 -

I
1 hace en bandas, (CIAT, 1978; Fenster y León, 1979b). Las especies de pas-
turas presentan su máximo requerimiento de fósforo unas cuantas semanas
I después de la germinación antes de que se desarrolle un sistema radical

I profundo (Salinas, 1980). En consecuencia, es importante asegurar que las


plántulas tengan una fuente cercana de fósforo. La aplicación en bandas

-I también disminuye el crecimiento de malezas entre las hileras en estos


Oxisoles (Spain, 1979).

Después de que una pastura esté bien establecida, las aplicaciones de

I fósforo de mantenimiento se pueden hacer al voleo sobre la superficie del


suelo sin incorporación (NCSU, 1976). Esto permite el uso de dosis más
I bajas puesto que se minimiza el contacto con el suelo de alta capacidad

! 1- de fijación del fósforo. A pesar de que no se tiene un buen conocimiento


I sobre la forma como las especies de pasturas utilizan el fósforo coloca-

I do sobre la superfi'cie del suelo, aparentemente las raíces superficiales


son capaces de absorberlo y utilizarlo en forma eficiente.
I B. La Necesi dad de Mejorar los Procedimi ento de

¡- Evaluación de la Fertilidad de los Suelos

l.
I
Otra manera de aumentar la eficiencia de la fertilización fosforada
es utilizar mejores métodos para determinar las recomendaciones de fer-

I tilización. El objeto es identificar el requerimiento inicial de fósforo


de una es peci e o vari edad determi nada ya sea en térmi nos del fós foro di s-
l. ponible en el suelo (nivel crítico externo) o el contenido foliar de
fósforo (ni vel críti ca interno). Estos ni veles críticos son los necesa-

••
•I
I - 11 3 -

11.
11. sarios para proporcionar un nivel adecuado de materia seca)definido en esta
I
\1 revisión como un 80% del nivel máximo.
Cate~Ne1son(1972)
la utilización de los diagramas de
y el r.Jodelo de respuesta lineal y de la meseta, descrito

l.! en la Sección 1,8,2 son relativamente útiles para el fósforo, en tanto que

la utilización de los modelos de ,'espuesta cuadrática tienden a exagerar

II
!
las dosis óptimas de aplicación del fertilizante (Anderson y Nelson, 1975)

II Dadas 1as limi taci ones de fi.i aei ón de fósforo en es tos suelos, es ten-
tador usar estimativos de fijación de fósforo como guías para las dosis
1,! de fósforo que se deben aplicar. El enfoque más común es extrapolar de

'. las isotermas de absorción de fósforo la cantidad de fósforo que debe ser
adicionada para alcanzar el nivel deseado en la solución del suelo (Fox

et al., 1971, 1974). Fox y sus compañeros de trabajO definieron al nivel


." de la solución del suelo Que al extrapo1ar'al campo produci'a un 95% del ren-

•I dimiento máximo, cómo el "requerimiento crítico externo del fósforo"; el

rango de este nivel crítico oscila entre 0.05 y 0.6 ppm de P para
especies (Fax et al., 1974).
varias

I I El cuadro 26. muestra la cantidad' de superfos fato que es nece-

•I
sario aplicar al voleo para mantener niveles específicos en la solución
del suelo en el campo y sus equivalencias en términos de tres métodos co-
munes de ensayo del suelo. El suelo en el cual se obtuvieron los datos
del Cuadro 26 es un Tropeptic Eutrorthox arcilloso con una alta capa-

cidad para fijar fósforo (350 ppm de P aplicado para alcanzar una con-
•• centración de 0.2 ppm en la solución del suelo).


I
I
'1 - il9 -

¡l.
! l. Al aplicar este enfoque en Oxisoles y Ultisoles de América tropical, se
ha encontraco que se exageran las recomendaciones respecto a la dosis de
I fósforo en una cantidad significativa (Novais y Kamprath, 1979; Smyth y

1I
¡
Sanchez, 1930b; Sanchez y Uehara, 1980; Fenster y León, 1979a,b).
zón principal se encuentra en el Cuadro 26
La ra-
Con base enEl enfoque de
II
, Cate-Nelson, los niveles críticos de pruebas de suelos para cultivos de
i
granos en América Latina, son del órden de 8-15 ppm de P mediante las ex-
II
!
tracciones que se ilustran en el cuadro (Cano, 1973; Kamprath, 1973; Miranda

1I g~.'lJ., 1980). Niveles en la solución del suelo tan bajos como 0.025 plJm
de P producen valores de pruebas de suelo muy por encima de los niveles

I críticos de pruebas del suelo que se han desarrollado mediante una calibra-
ción apropi ada .
•• Además, es extremadamente dificil establecer niveles críticos de unas

I pocas partes por biilón que frecuentemente correspondan al rango agronómi-


camente adecuado en dicho suelo. Las isotermas de Langmuir y Freundlich
I son diffciles de extrapolar en este rango. Además, las bajas concentra-

I ciones se aproximan a los límites de detección de los espectrofotómetros


convenci ona 1es .

I 1'.1 considerar bajos niveles de adición de fertilizante;fosforados


(50-150kg de P20s/ha) las isotermas de absorción son de poco valor
I (Fenster y León, 1979a,b). Por ejemplo, la Figura 22 muestra que el Oxi-

l. sol de Carimagua fija grandes cantidades de fósforo aplicado (400 ppm de P


o 1818 kg de P20S/ha para alcanzar una concentración de P en la solución

I
I
l'
I

,1
I - 120 -

I.
I del suelo de 0.2 ppm). Sin embargo, después de 4 años de cultivo continuo

de Brachiaria decumbens, una aplicación inicial de 50 kg de P 0S/ha en la


I 2
forma de superfosfato triple produjo un 79?¿ del rendimiento máximo obtenido

•• con la dosi s de 400 kg de P 0 /ha (Cuadro


2 5
27 ). En dosis tan bajas, los

procedimientos convencionales de extracción del suelo con frecuencia no

I reflejan la cantidad de fertilizante fosforado adicionado. El Cuadro 28

muestra los aumentos muy pequeños de fósforo aprovechable Bray Ir cuando


I un Oxisol recibió 0-100 kg de p 0S/ha en incrementos de 20 kg. Esto difi-
2

I culta hacer recomendaciones de fertil i zantes fas forados sol amente con base

en pruebas de suelos. Se han iniciado algunos estudios para mejorar la

¡I sensibilidad de las pruebas de suelos existentes (CIAT, 1980).

26 muestra que al aumentar las concentraciones de NH F en el extractor


La Pigura

11"
1
4
Bray, el cual aumenta los valores de fósforo disponible', se refleja el
I

II
I
fósforo absorbido que está disponible para la planta (CIAT, 1981).

el NH F es capaz de extraer parte del fósforo ligado al aluminio y al


Como

!I 4
hierro, estas fracciones pueden desempeñar una función importante en la
liberación del fósforo para las pl antas, tal vez mediante excreciones
II radi ca 1es o acti vi dad mi crobí ana. El Cuadro 28· muestra 1 as fracciones

l. de fósforo del Oxisol de Carimagua en función de las dosis de fósforo.

Los aumentos en el fósforo ligado al calcio y aluminio contribuyen a

I un aumento en el fósforo disponible, pero parte de las grandes cantida-

des de fósforo ligado al hierro pueden tener alguna influencia en la


I disponibilidad del fósforo. Por consiguiente, las plantas que se en-

I cuentran con bajas dosi s de fósforo apl i cado, parecen extraer fósforo de

I
I
- 121 -

l.
,1 estas fracciones en una forma que las pruebas convencionales de suelos
no son capaces de detectar.
1I
I Cuando el fósforo se aplica en bandas, la interpretación de las prue-

'1 bas de suelo se tornan aún más difíciles. Una posibilidad es utilizar a-

l. na1isisde tejidcs/puesto que la planta es la última que eva1uá la fertili-


dad del suelo. En los casos en que los niveles críticos internos se en-
cuentren disponibles y estandarizados en forma apropiada en términos de
1- las partes de la planta y su edad, se pueden utilizar los análisis de

1- tejidos.

Otro enfoque puede ser interpretar los datos de las pruebas de suelo
1I
¡ de muestras entre las bandas en la forma como se describe en la Figura
l· 2~ en la cual las respuestas en rendimiento de la soya se encuentran en
la gráfica en función de los valores de pruebas de suelo obtenidos en ex-

-I perimentos que incluyen diferentes combinaciones de aplicaciones al vo-


1eo y en bandas.

En los casos en que se disponga de datos de respuestas de campo,


I la recomendación de fertilizantes con base en pruebas de suelo tienen la
ventaja de estar calibradas con respuestas conocidas de campo. El Cuadro
I 29 muestra las recomendaciones iniciales de aplicación al voleo y en

I bandas anualmente para los Oxiso1es arcillosos cerca de Brasilia, con


base en los datos presentados en la Figura 23. Este cuadro muestra una

I dosis decreciente de las aplicaciones al voleo, al aumentar el nivel de las


pruebas de suelos.
I
I
I
1 - 122 -

l.
l. C. Utilización de Fuentes de Fósforo Nenas Solubles

I Un tercer componente de la estrategia de manejo de bajos insumas de


fósforo, es util izar los abundantes depósitos de rocas fosfatadas presen-
tes en elcréipi co de Améri ca del Sur presentados en la Figura 28. Todos
estos depósitos, excepto dos, se clasifican como materiales de baja reac-
tividad considerados como no aptos para su aplicación directa (Lehr y ~lcClel-

1 lan, 1972). La roca de Bayóvar Se considera de alta reactividad y la ro-


ca del Huila, de reactivídad intermedia (Chien y Ha~nd, 1978; León y
Fenster, 1979b).

l. Comparaciones Entre Fuentes

El Cuadro 30 mues tra 1a efecti vi dad agronómi ca de di ferentes rocas


fosfóricas en comparación con el superfosfato triple, utilizando Panicum

maximum como pastura de prueba en un Oxisol de los Llanos Orientales

de Colombia. Las rocas fosfóricas de alta reactividad tales como las


de Carolina del Norte, Bayóvar y Gafsa presentaron un comportamiento
muy similar al superfosfato triple. Las rocas fosfóricas de reactividad
intermedia tales como las del Huila y Florida, e incluso la gama de ma-
teriales de baja reactividad provenientes de Brasil, Colombia y Venezuela,
parecen promisorias para su aplicación directa en los suelos ácidos.

La efectividad de las rocas fosfóricas en estos suelos depende de

su solubilidad, finura, tiempo de reacción y pH del suelo (Khaswahneh y


l· Do 11, 1978). En es tos suelos altamente áci dos, i nel uso 1 as rocas fos-

fóricas de baja reaetividad son efectivas con el tiempo. El Cuadro 28



I
I
- 121 -

muestra los resultados de un experimento realizado en un Oxisol de Carima-

gua con Brachiaria decumbens, en el cual se compararon seis rocas fosfóri-

cas de efectividades agronómicas variables con superfosfato triple (León y

Fenster, 1980). Este estudio incluyó dosis de aplicación entre O y 400 kg

de P20S/ha al voleo e incorporadas. Después de casi 4 años, los rendimien-


tos de forrajes de los tratamí entos con rocas fosfóricas fueron comparati-

vamente favorables a los tratamientos con superfosfato triple. En muchos

casos, los rendí mí en tos con rocas fos fóri cas fueron cons i derab 1emente ma-

I yores. Durante el período de tiempo en que se realizó este experimento,

la dosis de 50 kg de P 0 /ha pareció ser la adecuada en condiciones de


2 5
I campo.

.'I Se han registrado resultados similares en un experimento de campo rea-

lizado en Ultiso1es de Pucal1pa y Yurimaguas, Peru (NCSU, 1974; Cano

1978; León y Fenste'Y', 1980) y en un Oxisol de Brasilia, Brasil (NCSU, 1975,


e.! al.,

1976; ~1iranda ~ 2.]., 1980). En este último caso, la mayor capacidad de

I fijación de fósforo aumentó la dosis requeri da a aproximadamente 200 kg

de P20S/ha. Durante el primer año de aplicación, la utilización de la


I roca fosfórica de Araxa de baja reactividad en Brasil ia tuvo poco efecto

I en el crecimiento de Brachiaria decumbens.

2. Tamaño de las Partículas de Materiales de Rocas Fosfóricas


I La efectividad de las rocas fosfóricas aumenta entre mayor sea la

I fin~ra de las partículas, a diferencia de las fuentes solubles en agua

(Terman y Englestad, 1972). Desde un punto de vista práctico, las ro-

••
•I
I - 124 -

I
l. cas fosfóricas finamente molidas presentan problemas serios de manejo y
aplicación que limitarían al a9ricultor o al distribuidor de fertilizantes
I en laque respecta al uso difundi do de 1 as rocas fas fóri cas. Para resolver

I el problema, el International Fertilizer Developi~ent Center inició un estu-

dio para determinar si la roca fosfórica firamente molida podría ser granu-

I lada y aún retener su efectividad agronómica. Se realizaron experimentos


preliminares de invernadero utilizando diferentes dosis y tamaños de granu-
I las de rocas fosfóricas; los resultados se presentan en la Figura 29. Los

I mini~ránulos (tamiz -48 + 150) probaron tener la misma efectividad agronó-


mica que la roca fosforica firamente molida. Aparentemente, cuando estos

JI "minigránulos" entraron en contacto con el suelo, se disolvió el KCl aglu-

l' tinante. Por consiguiente, su área superficial efectiva es similar a la


de los materiales finamente molidos. Aunque los gránulos de mayor tamaño

I (tamiz - 6 + 16) no 'fueron inicialmente tan efectivos, con el tiempo libe-

raron cantidades crecientes de fósforo (CIAT, 1980,1981).

I 3. Aplicaciones Antes del Encalamiento en Cultivos Sensibles a la Acidez

I Las rocas fosfóricas requieren un ambiente ácido en el suelo con el


fin de liberar fósforo hacia la solución del suelo. En algunos suelos
I ácidos de América tropical, la efectividad de las rocas fosfóricas alta-

I mente reactivas disminuye si el pH del suelo es superior a 5.0 (tathwell,

1979). Esto generalmente no representa un problema para la mayoría de los

l· pastos tolerantes al aluminio, pero puede inhibir el crecimiento de varie-

dades de cultivos sensibles al aluminio. En té~inos de la producción de



I
I
I - 125 -

I
1- cultivos, una de las alternativas es aplicar la roca fosfórica varios meses
antes del encalamiento con el fin de que reaccioren a un bajo pH. Este pro-
I cedimiento es especialmente ventajoso si el primer cultivo que se va a sem-

I brar es relativamente tolerante al aluminio, como en el caso del arroz se-


cano. La cal se puede aplicar entonces antes de la siembra de un cultivo
más sensible al aluminio, como el maíz. El tiempo requerido para que la
cal reaccione en suelos ácidos es menos que el requerido para que las fuen-
tes de roca fas fóri ca de alta sol ub i1 i dad reacci onen (Sanchez y Uehara, 1980).

4. Combinación con Fuentes más Solubles

Una alternativa adicional es aplicar las rocas fosfóricas al voleo y


aplicar fuentes de fósforo más soluble en bandas con el fin de proporcio-
nar fósforo mientras que la roca fosfórica se disuelve lentamente. Smyth
(1981) Y el CPAC (1980) han demostrado que la aplicación al voleo de 200 kg

1
I de P20S/ha de rocas fosfóricas de Patos de t4inas de baja reactividad más las
I
aplicaciones anuales en bandas de superfosfato simple producen rendimientos
II de soya similares a los obtenidos con la misma dosis suministrada tota1men-

¡1I
te en la forma de superfosfato simple.

El Cuadro 31 muestra que cuando se aplican diferentes combinaciones


l. de roca fosfórica con superfosfato simple o triple, la respuestil inicial

'.l·
I

del crecimiento del maíz en un Oxisol de Colombia es proporcion~ a la can-


tidad de fósforo soluble en la mezcla de fertilizantes (Fenster y león,
1979a,b). Las comparaciones entre roca: fosfórica minigranulada en com-
binación con superfosfato triple o superfosfato simple y estas fuentes
11·
I
I
I - 126 -

I
l. solubles de fósforo aplicadas solas, muestran que los materiales granulados
son superiorc:s en todos los casos. Estos resultados indican que el ácido pro-
I ducidopore.l fósforo soluble en el gránulo puede estar reaccionando con las

I rocas fosfóricas, la cual está liberando fosforo adicional para las plantas.

5. Acidulación Parcial
I De los puntos discutidos con anterioridad, es evidente que muchas ro-

I cas fosfóricas, aunque con un buen comportamiento con el tiempo, son infe-
riores inicialmente a las fuentes más solubles de fósforo para la produc-
I ción de cultivos y ciertos pastos. El trabajo adelantado por McLean y
Wheeler (1964) indica que la acidulación parcial de la roca fosfórica a ni-
I veles del 10 o 20% puede superar este problema. La roca fosfórica parcial-
l' mente acidulada podría proporcionar una fuente soluble de fósforo inicial-
mente y todavía mantener el valor residual de la roca fosfórica (Ha~mond

I eJ ,<11.,1980). Howeler (CIAT, 1979) ha obtenido resultados muy satisfac-


torios con fríjol. Estudios realizados en un Oxisol de Carimagua han mos-
I trado que la acidulación parcial con H2S0 4 de rocas fosfóricas colombianas

I de baja reactividad mejoraron, en efecto; los rendimi entos en comparación


,
con las rocas fosfóricas de Carolina del Norte y Florida~lokwunye y Chien,
I 1980). Sin er.1bargo, estimativos recientes del IFOC indican que el cos-
to por unidad de P de rocas fosfóricas parcialmente aciduladas es igual
I al del superfosfato.

l· 6. Al teraci ones Térmi cas


Otro gurpo de fuentes potencialmente más baratas de fósforo para los
l· suelos ácidos con alta capacidad de fijación de fósforo incluyen la Escorias

I
I
I - 127 -

1
l. Thomas y fosfatos de magnesio fundidos, ambos productos insolubles en agua
provenientes de alteraciones térmicas. Este tipo de fertilizantes ha sido
I usado principalmente en Europa, pero su potencial en las áreas tropicales

I con problemas de fijación de fósforo está recibiendo mayor atención, espe-


cialmente porque las industrias del acero se desarrollan en donde existen

I fuentes de energía más baratas.

1 La Escorias Thomas es un subproducto de la manufactura de acero a par-


tir de mineral de hierro rico en fósforo. Presenta un contenido promedio de

I fósforo de 4-8% y calcio de 32%, principalmente en la forma de silicofosfa-


to de calcio y silicatos de calcio. Se ha encontrado que presenta igualo
I mayor efectividad que los superfosfatos en las mismas dosis de apl icación de
fósforo en Oxisoles de Brasil y Colombia (Spain, 1979; Sanchez y Uehara,
1980) .
Los fosfatos de'Rhenania se producen mediante la fundición de rocas
fosfóricas de baja· solubilidad en citrato con s{lice y ceniza de soda.
Cuando se funde serpentina o silicatos de magnesio para obtener silico-
fosfatos de calcio o magnesio, los productos se denominan en Brasil fosfa-
tos de magnesio fundidos o termofosfatos. Estos productos varían en su
composición, en rangos de 10-12% de P, 20-30% de Ca y 0.8% de Mg. Se ha
encontrado que son tan efectivos o más efectivos que los superfosfatos en
Oxisoles y Ultisoles con alta capacidad de fijación de fósforo, especial-
, z
mente si éstos no han sido encalados (NCSU, 1976; CPAC, 1980; Sanche,s y
Uehara, 1980).

1-
I
I
I - l28 -

Los experimentos que se están realizando en Oxisoles de Brasilia in-


dican que una aplicación de 152 kg de P/ha en la forma de Termofosfato dis-
minuy6 la saturación de aluminio del 70 al 38%, en tanto que no se observó
un cambio equivalente con una dosis igual de superfosfato triple que produjo
rendimientos simi1ares de pastos (NCSU, 1976, 1978; CPAC, 1979, 1980).

La principal desventaja de los fosfatos de Rhenania es su alto costo

I de producción. Por ejemplo, el precio por kilogramo de P en Brasil es casi


igual al del superfosfato triple. A pesar de que el efecto de encalamiento
y el contenido de s{lice hace que su uso sea más rentable, un factor limitan-
te primordial de los fosfatos de Rhenania es su aHo costo. Es posible que
la situación sea diferente en regiones con un amplio suministro de energía
hidroeléctrica para la alteración térmica.

.
La producción de fosfatos térmicamente alterados es a veces adecuada
para plantas pequeñas de fertilizantes que emplean tecnología intermedia.
A pesar de que en las naciones industrializadas no es factible tener plantas
I de fertil i zante con una capaci dad de producción tan baja como' 50,000 tonl

I año, es posible que los países en desarrollo encuentren rentable y apropiado


util izar tecnología intermedia que dependa de la utíl ización de fuentes y
I habilidades locales (Sanchez y Uehara, 1980). A diferencia de los super-
fosfatos, los fosfatos térl"icamente alterados no requieren de plantas de
I
. azufre o de ácido sulfúrico. Además, las rocas fosfóricas con un alto con-
tenido de sílice se pueden utilizar para su alteraci6n térmica.


I
I
I - 129 -

I.
J D. Disminución de la Fijación de Fósforo con el

I Encalamiento

El tercer componente de esta estrategia de bajos insumas, es disminuir


I la capacidad de fijación de fósforo de estos suelos ácidos mediante la apli-

cación de enmiendas tales como cal y silicatos. Existe mucha controversia


I con respecto a si el encalamiento disminuye la fijación de fósforo o no

I (Amarasiri y Olsen, 1973; Pearson. 1975). Parte de este problema se le a-


tribuye a reacciones del fósforo adicionado con hidróxido de hierro y alu-
I minio recién precipitados. Por consiguiente, los efectos de la cal en la
disponibilidad de fósforo, pueden depender del grado en que el fósforo sea
I fijado por las superficies absorbentes o por reacciones con aluminio inter-

." cambiable (Smyth y Sánchez, 1980a). Varios estudios con suelos ácidos en
América tropical mostraron que al neutralizar el aluminio intercambiable
I mediante el enca1amiento, disminuyó la fijación de fósforo (Mendez y
Kamprath, 1978; Leal y Velloso, 1973a,b; Vasconcellos et <U., 1975).
I El Cuadro 32 muestra los resultados de Smyth y Sanchez (lg80a) en

I Oxisoles de Brasil en los cuales se aplicó cal, silicatos y mezclas de cal


y silicatos en dosis agronómicas, en un intento por disminuir la fijación
I de fósforo. Todos los tratamientos con enmiendas disminuyeron la fijación

I de fósforo en aproximadamente
cibieron fósforo.
un 20-30% de los tratami entos que no re-
Estos resultados implican que es necesario hacer una
l. determi nación de las canti dades de fósforo requeri das para obtener una

concentración determinada en la solución del suelo después de las aplica-


l· ciones de calo silicatos y después de que se le haya permitido suficiente

I
I
I - 130 -

I
I~ tiempo para reaccionar; de 10 contrario, los requerimientos de fósforo se
sobreestimarán (Smyth y Sánchez, 1980a). En el caso de utilizar pruebas
I de suelos como base para las reco1'lendaciones de fertilizantes, se podrían

I lograr mejor~s si se toman muestras después de que la cal haya reaccionado.

El enca 1ami ento ti ene poco o ni ngún efecto en 1a di smi nución de 1a fi-
I jación de fósforo en suelos con valores de pH de 5-6. Aunque siguen siendo

I ácidos, estos suelos presentan niveles de saturación de aluminio inferiores


al 451; (Sánchez y Uehara, 1980; leal y Velloso, 1973b). Además, el encala-
I miento a valores de pH cercanos o por encima de 7.0 pueden aumentar en vez
de disminuír la fijación de fósforo debido a la formación de fosfatos de cal-
I cio relativamente insolubles (Sánchez y Uehara, 1980). En consecuencia, el

11- efecto de la cal en la fijación de fósforo depende de los niveles de pH.


I E. Selección de Variedades Tolerantes a Bajos Niveles de
II
I

Fosforo Aprovechable en el Suelo
!
11
I
Un quinto componente de la estrategia de manejo de bajos insumas de
fósforo es seleccionar especies o variedades de plantas que presenten un
1I buen desarrollo y buena producción (aproximadamente un 80% de los rendi-

l. mientos máximos) con bajos niveles de fósforo aprovechable en el suelo.


A pesar de que la selección de gennoplasma por "eficiencia en utilización

I de fósforo" o "tolerancia a bajos niveles de fósforos" se encuentra menos


avanzada que para la toxicidad al aluminio, en América tropical también
l. se está realizando investigación con este objetivo.


I
I
I - 131 -

:1
I-
i l.
; 1 Culti vos Jl.nual es

I Salinas (1978) seleccionó una serie de variedades comerciales de arroz


secano, malz y fríjol, por su tolerancia a baja disponibilidad de fósforo en
I el Cerrado del Brasil. La Fioura 30 muestra los resultados con arroz expre-
sados en rendimientos relatiVCE.en comparación con una alta dosis de aplicación
I de superfosfato al voleo (1363 kg de P205/ha). Esta dosis proporcionó un al-

I to nivel de fósforo aprovechable en el suelo (26 ppm de P mediante la extrac-


ción de Mehlich 2). La mayoría de las variedades de arroz produjeron rendí-
I mientos máximos en la alta dosis de fósforo al suelo, pero a diferentes nive-
les de saturación de aluminio. Cuando la saturación de aluminio disminuyó
I al 63%, mediante la adición de 0.5 ton de cal/ha, proporcionando principal-

." mente calcio y magnesio, las primeras tres variedades de arroz (Batatais,
Flotante y lAC-1246) no alcanzaron el 80% del rendimiento máximo como si
I ocurrió con lAC-47 y Pratao Precoce. Esta última variedad presentó el re-
queri mi ento externo de fós foro más bajo (10 ppm de p) en condi ci ones de
I estrés de aluminio.

I Cuando la saturación de aluminio se redujo al 3B% mediante la adición


de 1.5 ton de cal/ha, las variedades de arroz Flotante y IAC-1246 produje-
I ron el 80% de rendimiento máximo, pero con una diferencia significativa en

I sus requerimientos externos de fósforo. La variedad Flotante requirió


casi cuatro veces más de fósforo aprovechable que la variedad lAC-1246.

1- Por ott'a parte, lAC 47 y Pratáo Precoce disminuyeron en cuanto a sus re-
querimientos externos de fósforo, lo cual indica una mejor utilización de

I
I
I - 132 -

I
l. este elemento en bajas dosis cuando se reduce la toxicidad por aluminio.

Las i mp 1i caci ones económi cas de estos resultados i ndi can un equil i bri o entre
I la cal y el fósforo. Utilizando 1.5 ton de cal/ha se podría disminuir el

l.• requerimiento de fósforo. Es factible que la cal continúe siendo más barata

que los fertil i zante fos forados.

I En condiciones en las que no se presentó estréS por aluminio, todas

I las variedades de arroz se aproximaron al 80% del rendimiento máximo, pero

a diferentes niveles de fósforo aprovechable. La variedad Flotante siem-

I pre requirió más fósforo aprovechable para dar una buena producción, en

tanto que Pratao Precoce logró producir más del 80;& del rendimiento máximo
I con una sexta parte de la dosis de fósforo.

1"
II .
La Figura 31 muestra una tendencia similar con las variedades de maíz,
pero en todos los casos el requerimiento externo de fósforo fue mayor que
la
i
para las variedades de arroz. Estos resultados también confirman la obser-

la vación general de que las dosis recomendadas de fósforo para arroz secano

son mucho más bajas que para las de maíz en América Latina (Kamprath, 1973).

l. En condiciones de estrés de alumino (63% de saturación de aluminio) las va-

i.
I
riedades de maíz Yel10w Carimagua y Agroceres-152 se aproximaron al

su rendimiento máximo. Cuando la saturación de aluminio disminuyó al 38%

mediante la adición de 1.5 ton de cal/ha, las cinco variedades de mafz pre-
8C~; de

I sentaron un menor requerimiento externo de fósforo para alcan~ar el 80% de

l. su rendimiento máximo. Esta observación enfatiza la función importante

que desempeña 1a ca1 en la eficiencia de la fertilización con fósforo .

••
I
I
r1- - 133 -

¡·1.
ji También, parece que el encalamiento de este Oxisol con 1.5 ton/ha permitió
que las plantas de maíz utilizaran en forma más eficiente tanto el fósforo
I nativo como el fósforo aplicado (Salinas, 1978).

I Las Figuras 32 y 33 también muestran las respuestas diferenciales de

variedades de frijol y trigo. Con excepción de la variedad Rico Pardo,


1 las variedades de fríjol presentaron menores requerimientos externos de

I fósforo, ya que el aluminio se neutralizó mediante encalamiento.

las variedades se comportaron diferente en cuanto a su requerimiento de


Además,

1 I
fósforo con el mismo nivel de es tres de aluminio.

En el caso de variedades de trigo (Fig. 33), las variedades mejicanas


1 Sonora y Jupateco, las cuales se desarrollaron en suelos calcáreos, sola-

." mente produj eran rendí mi en tos si gnifi cati vos en condi ci ones en 1as que no
exis tió estrés por al umi ni o y presentaron mayores requerimi en tos de fósforo
I que los de las variedades de trigo de Brasil BH-11467 lAC-5. A pesar de

que lAC-5 presentó un alto requerimiento externo de fósforo, fue la única


1 variedad de trigo que produjo un 80% de su rendimiento máximo en condicio-

I nes de estrés por aluminio. A medida que disminuyó el estrés por aluminio,

disminuyeron los requerimientos externos de fósforo de todas las variedades.


I 2. Pastos

I Se están obteniendo resultados similares con gramíneas y leguminosas

tropicales (CIAT, 1977, 1978, 1979, 1980). Los Cuadros XXXÍII y XXXIV mues-

I tran los requerimientos internos y externos de fósforo de varias gramíneas

1, y leguminosas tropicales. Los datos indican diferencias considerables en-

I
I
I - 134 -

I
I tre ecotipos en 10 que respecta a sus requerimientos internos y externos
de fósforo. En diferentes ecosistemas de América tropical se está logrando
I un excelente establecimiento de pastos con bajos niveles de fertilizantes

! fosforados y la utilización de gramíneas y leguminosas adaptadas a las con-


diciones de suelos ácidos e inférti1es (CUT, 1980).

I F. Utilización Potencial de Asociaciones Más Efectivas de

•I Mi corri zas

Se ha establecido que varios géneros y especies de micorrizas vesicu-


lares-arbusculares forman asociaciones simbióticas con raíces de ciertas
plantas y,como resultado de ello, ocurre un aumento en la abosrción de fós-
I
• "
foro de suelos con bajos niveles de este elemento (Sanders ~t "ª.l., 1975) .
Muchas de las especies consideradas en esta revisión como tolerantes a los
factores limitantes de los suelos ácidos presentan asociaciones con micorri-
I zas en Oxisoles y U1~isoles: caup{, yuca, c(tricos, guayub3, Brachiaria
decumbens, Centrosema pubescens, Pueraria phaseoloides, Stylosanthes
I guianensis, soya y otras (CPAC, 1979, 1980; Haidyanatha et al., 1979; Yost

I y Fox, 1979). Parece razonable especular que la habilidad para entrar en


asociaciones con micorrizas puede ser una característica importante de es-
I pecies y variedades adaptables a sistemas con bajos insumas.

l- La ventaja de la asociación con micorrizas radica en la utilización

de las hifas del hongo como extensión del sistema radical de las plantas,

a 10 cual resulta en una área superficial mayor para la absorción de nutri-

1, mentos y la toma de nutrimentos que se mueven principalmente por difusión

I
il
I - 135 -

I
I (fósforo, cinc y otros)en un volúmen de suelo más grande. No hay evidencias

de que 1 as asoci aciones de mi corri zas sean capaces de uti 1 i zar formas de fós-
il
I foro del suelo que de otra manera no estarían disponibl es (Mosse ~t .?l., 1973);

1I
I
sin embargo, el aumento en la absorción de fósforo no solamente puede resul-

tar en un aumento en el crecimiento y en la concentración de fósforo, sino


1I también en un aumento en la nodulación y fijación de nitrógeno en leguminosas.

El Cuadro 35 muestra los resultados de la inoculación con y sin la adición


I de rocas fosfóricas de alta reactividad en el crecimiento de Pueraria phaseo-

I loides en un suelo ácido laterítico en Sr; Lanka, con un pH de 4.5 y 4 ppm

de fósforo aprovechable CBray Ir). Las infecciones por micorrizas produje-

I ron todos estos efectos favorables y) además, aumentaron la eficiencia de

una apl icación de 12 ppm de P en la forma de roca fosfórica de Jordania,


." comparable a la aplicación de 60 ppm de P sin micorrizas.

I
l. En un Oxisol de Ha\'iaii, Yost y Fox (1979) compararon la respuesta de

campo de varios cultivos al fósforo, mediante la fumigación de parte de las

parcelas y dejando el resto en su estado natural. Como la fumigación eliminó

I a la mayor parte de la población de micorrizas, su importancia se evaluó en

términos de la respuesta al fósforo. Encontraron que las micorrizas influ-

I yeron en la absorción de fósforo, no solamente en los bajos niveles de fós-

foro aprovechable, sino hasta niveles del orden de 0.1 ppm de P en la solución
I para soya, 0.2 para caupí y 1.6 o más para Stylosanthes hamata, Leucaena

I leucocephala y yuca. A niveles bajos de fósforo aprovechable (0.003 ppm

de P en la solución o 3 ppm de P Bray I), en promedio, la absorción de fósfo-

l· ro fue 25 veces mayor en plantas con micorrizas que en plantas sin micorrizas .

•I
I - 136 -

I
l. Los estimativos de los niveles críticos internos o externos de fósfo-
ro, en ausencia de las asociaciones con mi rcorrí zas , tales como las que
I se hicieron en cultivos en arena, soluciones nutritivas o suelos fumiga-
dos, pueden ser exagerados. Yost y Fax {1979} estiman que el requerimien-
I to de fósforo de 1a yuca puede ser exagerado en un factor de 100 veces si

I se estima en ausencia de micorrizas.

El prob 1 ema con da tos COIID es tos es que sol amen te do cumen tan sob re
I 10 que está ocurriendo en Oxisoles y Ultisoles en condiciones naturales,

'.,- en donde las cepas nativas de micorrizas ya están actuando.


información da mucha luz, no produce una nueva práctica de manejo.
que se requiere es determinar si la inoculación con cepas más efectivas
Aunque esta
Lo

de micorrizas puedE estimular la absorción de fósforo. Para llegar a


! .' una determinación, es necesario responder a dos interrogantes: (l) en
I .
1I
I
la práctica, cómo se pueden inocular las micorrizas? (21 Existen cepas
! más efectivas que puedan competir con las nativas y persistir en el suelo?

I A diferencia de la inoculación de rizobios, las micorrizas se deben

I inocular en la forma de hifas frescas y no se pueden mezclar con turba


y después secar. A nivel experimental, la inoculación de campo se puede

I hacer mediante la adición de suelo proveniente de áreas con micorrizas,


pero el volúmen requerido impediría su aplicación práctica. Se están ha-
I ciendo avances para responder al segundo interrogante. Los investigado-
res en el Centro del Cerrado cerca de Brasilia (CPAC, 1980) lograron pro-
l· ducir una buena infección con la especie de micorriza Anaulospora laevis

l· en el cultivar de soya UFV-1 tolerante a la acidez en un Oxisol. Se re-

I
,
~I - 137 -

11. qui ere más i nves ti gaci ón al respecto antes de que 1as mi corri zas puedan
i
II convel-tirse en un componente de la tecnología de manejo del suelo con
bajos insumas.

l.I G. Conclusiones

Con frecuencia, el fósforo es el insumo comprado más costoso en


JI Oxisoles y Ultisoles de América tropical. Excepto en las tierras recien-

II
i
temente desmontadas en bosques húmedos, 1a fertil i zaci ón fosofora da es cas i
siempre esencial para sistemas de producción continua de cultivos o pastos.
I La alta capacidad de fijación de fósforo de los Oxísoles y Ultisoles

•.- francos y arcillosos ha hecho surgir temores por las grandes cantidades
de fósforo que se requerirían para estas extensas áreas. Cinco de los
principales componentes de la tecnología de maneja de suelos con bajos
i ns urnas, ya sea ap 1i cados í ndi vi dua 1mente o preferi b1emente juntos, pue-
I den reducir considerablemente los requerimientos de fósforo y así aumen-

•I tar la eficiencia de utilización de esta fuente básica.

VII. MANEJO DE LA BAJA FERTILIDAD NATURAL DEL SUELO

Además de las toxicidades de aluminio y manganeso, las deficiencias


I de calcio, magnesio y fósforo y la alta fijación de fósforo, muchos



Oxisoles y Ultisoles de América tropical también son deficientes en otros
nutrimentos esenciales, especialmente nitrógeno, potasio, asufre, cinc,
cobre, boro y molibdeno (Sanchez, 1976; Spain, 1976; Lopes, 1980). Este
síndrome de baja fertilidad en ocasiones ha provócado que estos Oxiso-
1- les menos fértil es se 1es cons i de re como "desi ertos de fertil i dad, ...

I
I
I - 138 -

I
l· (Sapin, 1975). En Ultisoles de la Amazonia del Perú que son un poco me-
nos infértiles, Villachica (1978) y Sanchez (1970) registraron deficien-
I cias de todos los nutrimentos esenciales para la planta excepto de hierro,
manganeso y cloro en sistemas continuos de producción de cultivo, actual-
I mente en su vigésimo cultivo consecutivo.

I El Cuadro 2 muestra que el 93% de las regiones de Oxisoles y Ulti-


soles sufren por defi ciencia de nitrógeno, el 7]j; presenta bajas lCeservas
I de potasio que son indicativas de una deficiencia de este elemento, el 71%

I presenta deficiencia de azufre, el 62% presenta deficiencia de cinc y el


30% presenta deficiencia de cobre. Con los datos disponibles no se puede
I determinar la extensión de las deficiencias de otros micronutrimentos.

l' A pesar de que estas cifras son un indicativo del grado de limitación
individual de cada elemento, siguen siendo estimativos brutos (Sánchez

I y Cochrane, 1980).

Las principales tecnologías de bajos insumas requeridas para mane-

II jar la baja fertilidad nativa del suelo se concentran en:(l) la utiliza-

I ción máxima de la fijación de nitrógeno por leguminosas en los suelos


ácidos, (2) el aumento en la eficiencia de la fertilización con nitró-
I geno y potas io, (3) 1a i dentifi cae ión y correcei ón de defi ci enci as de
azufre y micronutrimentos y (4) la promoción del reciclaje de nutrimentos.
I A. Maxima Utilización de la Fijación Biológica del
1, Ni trógeno

La tecnología de manejo de suelos con bajos insumas más conocida


1- es la utilización de simbiosis de leguminosas-Rhizobium para satisfacer

I
I
I - 139 -

I
l· la demanda de nitrógeno de la planta sin tener que comprar fertilizantes
nitrogenados. La fijación biológica de nitrógeno está limitada a la
I simbiosis leguminosa-Rhizobium en estos suelos en términos de manejo prac-

! tico. La simbiosis entre bacterias fijadoras de nitrógeno tales como


Spirillum lipoferum en las rizosferas de gramíneas tropicales, ha creado

I una amplia espectativa acerca de la posibilidad de la existencia de gra-


míneas fijadoras de nitrógeno, muchas de las cuales son tolerantes a la
I acidez (National Acadel11Y of Sciences, 1977a; Neyra y Dobereiner, 1977).

I Desafortunadamente, las evidencias que se tienen hasta el momento indican


que la explotación práctica de dicha simbiosis en Oxisoles y U1tiso1es

I es mínima por ahora (Hubbell, 1979). Este es un ejemplo de un componen-


te de bajas insumas que hasta ahora no ha trabajado. Sin embargo, inves-
." ti gaciones bás i cas adi ci ona 1es pueden revel ar al gunas imp 1i caci ones prác-
ticas en el futuro y dicha investigación debe continuar.

Es afortunado que muchas de las especies de importancia económica


que estan adaptadas a las condiciones de suelos acidos sean leguminosas.
¡

II Entre los cultivos alimenticios anuales existen tres leguminosas importan-

l.l.
tes con tal eranci a a 1a áci dez: taupi, maní y gandli l. Hay otras menos
difundidas tales como fríjol lima, fríjol mungo y fríjol alado. También
existe una gran variedad de leguminosas forrajeras tolerantes a la acidez
del género Stylosanthes, Desmodium, Zornia, Pueraria, Centrosema y muchas
otras. También abundan 1egumi nosas espontáneas en áreas desmontadas
I de bosques húmedos. Hecht (1979) registró 69 especies de leguminosas

J arbóreas, arbus ti vas y trepadoras en pasturas de 1 Amazonas Ori enta 1

I
I
I - 140 -

I
l. de 1 Bras i1 .

I Para que estas leguminosas fijen suficiente nitrógeno, es necesario


que los requerimientos nutricionales y el grado de tolerancia a la acidez

I del suelo del rizobio asociado se ajustenalos de la planta (Munns, 1978).


De 10 contrario, el crecimiento de las plantas será severamente afectado
I debido a la deficiencia de nitrógeno. Las cepas de Rhízobium difieren

I en su tolerancia a varios estreses de acidez del suelo, al igual que las


plantas (Munns, 1978; Date y Hal1iday, 1979; /1unns §j;!!L, 1979; Halliday,

I 1979; Keyser ~.t a_l., 1979). En consecuencia, las prácticas de manejo


del suelo requieren que se ajusten los requerimientos y tolerancias nu-
I
• "
tricionales tanto de las leguminosas como de los rizobios .

Hasta hace poco tiempo, se había presupuesto que la mayoría de las

•I
leguminosas forrajeras tropi cal es que crecen en los suelos áci dos desarro-
llan simbiosis efectiva con cepas de Rhizobium "tipo caupi" y, por 10 tanto,
la selección de cepas específicas para especies o cultivares de legumi-
nosas individuales es la excepción en vez de la regla (Norris, 1972).

I Trabajos recientes adelantos por Hal1iday (1979) y sus colaboradores,


muestran claramente que éste no es el caso. Un procedimiento de selec-
I ción y ajuste de cinco etapas, incluyendo actividades de laboratorio,
invernadero y de campo.ha demostrado un alto grado de especificidad de
I 1as cepas para obtener una s imbi os i s efecti va en 1a mayorí a de los eco-

I ti pos de 1egumi nos as forrajeras promisori as. Se di spone de recomenda-

ciones recientes, incluyendo tecnología para la inoculación (CIAT, 1980).


1,
I
I
I - 141-

I
I Sin embargo, los experimentos de campo a largo plazo muestran que la
respuesta a la inoculación con cepas seleccionadas de Rhizobium generalmente
1 disminuye con el tiempo. La protección de la cepa inoculante mediante pe-

I letización con calo roca fosfórica con frecuencia pennite una infección
efectiva en un suelo ácido. Sin embargo, el punto crítico ocurre a los

I 2-3 meses, cuando se descompone la población primaria de nódulos_ Después


de este tiempo, los rizobios deben depender de S1 mismos en el ambiente
I de suelos ácidos para reinfectar las raíces de las plantas (CIAT, 1979).

I La selección de cepas efectivas tolerantes a la acidez es por consiguien-

te altamente deseable. Date y Hal1iday 11979) desarrollaron una técnica

I sencilla de laboratorio para seleccionar por tolerancia a la acidez en


etapas tempranas de la selección de cepas, utili zando un medio de agar
! .- amortiguado a pH 4.2. Las cepas de Rhizobium tolerantes a la acidez
I
I . logran crecer en dicho medio, en tanto que las susceptibles mueren.
ji
Utilizando este enfoque, se han logrado identificar y recomendar
ilI cepas específicas para sistemas de producción de pastos con bajos insu-

1I
i
mas en suelos ácidos, para varias accesiones de Stylosanthes capitata,
Desmodi um oval ifol i um, Desmodí um heterophyl1 um,Zorní a spp., Puerari a

l. phaseoloides, Aeschynomene brasiliana

En caupí (Keyser ~J
y~. histrix (CIAT, 1980).

ªl., 1970) Y fríjol mungo (Munns et al., 1979)


I también se han identificado diferencias entre cepas de rizobios por to-

I lerancia a la acidez. En ambas especies, la planta hospedante tiende a


ser más tolerante a la acidez que muchas de las cepas de Rhizobium.

l· Aparentemente, soya es el caso opuesto, puesto que las cepas comerciales

I
I
fa1 - 142 -

11. disponibles de Rhizobium parecen ser más tolerantes que el hospedante

:1
!
(Nunns, 1980). En términos de las necesidades nutricionales, los rizo-

bios requieren mayores cantidades de cobalto y molibdeno para la fijación

1I
i
simbiótica de nitrógeno que la leguminosa hospedante para su crecimiento
(Robson, 1978). Es necesario adelantar investigación adicional sobre los

:1
I
requerimientos relativos de otros nutrimentos y las interacciones entre

la nutrición de la leguminosa y la nutrición de los rizobios.


JI
I
Sin embargo, queda claro que los requerimientos nutricionales y la

I tolerancia a la aei dez del suelo de las especies de leguminosas no se de-


be determinar en ausencia de la nodulación. Este es el caso casi inva-
I riable con los estudios en soluciones de cultivo. la selección de le-

.- guminosas por tolerancia a la acidez del suelo

y con inoculación.
se debe hacer con suelo

Además del trabajo conjunto entre especialistas en

I fertilidad del suelo y fitomejoradores, también se debe contar con micro-


biólogos.
1 B. Aumento en la Eficiencia de la Fertilizaci6n con

I Ni t rógeno y Potas i o

l. Ni trógeno
1 Aparentemente, es facti b1e que ni ngún fertil i zante nitrogenado sea
requerido para las pasturas a base de leguminosas tolerantes a la acidez
I para las regiones de suelos ácidos e infértiles de América tropical. Sin

I embargo, las aplicaciones de fertilizantes nitrogenadcsson esenciales

pa ra los s i s temas de p roducci ón de ce rea 1es o cu lti vos de raí ces en


1- estas regiones. La rotación o el cultivo intercalado de leguminosas de

I
I
I - 143 -

I
l. grano con cereales puede disminuír las cantidades globales de nitrógeno
requerido, no debido a una transferencia significativa del nitrogeno fi-
I jada a los cereales, sino debido a que las leguminosas ocupan espacio en

I los campos. La mayor parte del nitrógeno fijado por las leguminosas de

grano es removida del campo durante la cosecha (Henzell y Vallis, 1977).

I En consecuencia, aumentar la eficiencia de utilización de los fertilizan-


tes nitrogenados parece ser el principal camino para disminuir los insumos
I de fertilizantes nitrogenados en cultivos no leguminosos.

I Son pocas 1as excepci ones a lo anterio r. Las respues tas al nitrógeno
en estos suelos son casi universales, excepto durante el primer cultivo
I después del desmonte de bosques húmedos o ~n Oxisoles y Ultisoles que han

." sido fertilizados intensivar.ente con nitrógeno durante muchos años.

~t al. (1974) no observaron respuestas al nitrógeno en maíz durante seis


Fax

I culti vos consecuti vos de rendimi en tos rel ati vamente altos en Ultisoles de
Puerto Rico, debido a antecedentes a largo plazo de fertilización intensiva.
II
'. Se ha adelantado investigación extensiva sobre fertilización nitroge-

nada con maíz, arroz secano, sorgo, yuca y batata en Ultisoles y Oxisoles
de América tropical. Una revisión hecha por Grove (1979) muestra que
I estos suelos suministran en forman típica 60-80 kg de N/ha a la mayoría
I
la de estos cultivos y que aplicaciones del árden de 80-120 kg de N/ha pro-
ducen casi el 95% del rendimiento máximo, que en el caso del maiz es del

1I
i
orden de 5 ton/ha. Cuando se utilizan las dosis, fuentes y métodos de

aplicación más eficientes (urea incorporada justo antes del período de


1- absorción más rápida por la planta), la recuperación aparente del nitrógeno

I
I
• - 144 -

••• fue de aparentemente un 56'; (Gove, 1979). En arroz secano, la recuperación

•l. es del orden del 30;; (Sánchez, 1972). En Oxisoles y Ultisoles de América
tropical, la urea revestida con azufre no produjo ventajas significativas

en comparación con la úrea común o el sulfato de amonio en cultivos de ce-

•I
reales o raíces.

En ambientes de alta precipitación con frecuencia se requieren do-


sis más altas de nitrógeno que las indicadas por Grave (1979) debido a

,. la lixiviación. La división de la aplicación del nitrógeno en dos general-


mente aumenta la recuperación de este elemento.

l.I El problema con el resumen anterior es que la mayor parte de los da-

; .' tos fue colectada en experimentos en los que otras 1i mi taci ones de ferti-
1idad se habían eliminado. No se sabe si la eficiencia de los fertilizan-

•I
tes nitrogenados sería diferente cuando se siembren cultivos de cereales
o raíces tolerantes a la acidez en condiciones de bajos insumas de fós-

foro y cal. Pese a que se sabe que las variedades de maíz difieren en
su habi 1i dad para uti 1 izar ferti 1i zantes ni trogenados en forma efi ci ente

I (Gerloff, 1978), esto no se ha probado en situaciones de tecnología de

bajos i ns umos . Caracterís ti cas de 1 a planta bi en conoci das que aumen-


I tan las respuestas en rendimiento al nitrógeno, tales como porte bajo y

alta capacidad de macollamiento en arroz secano en suelos de alta ferti-


I lidad, deben tener un efecto similar en suelos ácidos e infértiles.

I Las pruebas de suelos son de poco valor para la fertilización ni-


trogenada debido a la mobilidad de los nitratos en los Oxisoles y Ultisoles

•I
I - 145 -

I.
1- bien drenados y a otros factores (Sánchez, 1976). En consecuencia, las

recomendaciones de fertilización se basan en las experiencias de ca'mpo y


1I en datos sobre absorción por la planta. Por consiguiente, la fertiliza-

II
,i
ción nitrogenada de cultivos de cereales y raíces es uno de los componen-
tes más débiles de la estrategia de bajos insumos para estos suelos.

l.
J 2. Potasio

I La situación del potasio es similar a la del nitrógeno. Como se


mencionó anteriormente, la mayoría de los Oxisoles y Ultisoles presentan

JI bajas reservas de potasio en sus minerales de arcilla y las deficiencias

'.
!
de esteelemento aumentan con el tiempo (Ritchey, 1979). A diferencia

.'
del nitrógeno, la identificación de la deficiencia de potasio mediante
la prueba de suelos se hace en forma directa. Para la mayoría de los


cultivos, los niveles críticos establecidos se encuentran dentro de un

rango de 0.15-0.20 meq de K/lOO g. Desafortunadamente, no hay atajos

•I obvios para el manejo del potasio en bajos insumos, no hay diferencias


inter o intra específicas mayores en términos de "la tolerancia a bajos
niveles de potasio disponibles en el suelo". Los requerimientos de
fertilizantes potásicos pueden llegar a niveles de 100-150 kg de K 0/
2
I ha/cultivo. Aunque no tan costos por unidad como el nitrógeno o el

fósforo, dichos gastos representarían un costo significativo para los


I agricultores. Los principales medios para aumentar la eficiencia de

1, •
la fertilización con potasio incluyen las aplicaciones divididas y
evitar remover los resi duos de cosecha, especialmente el forraje, con


I
I
I - 146 -

I
I el fin de obtener algún grado de reciclaje.

I La eficiencia de la utilización del potasio se está volviendo un


punto de creciente interés en regiones de Oxisoles-Ultisoles de América

! tropical, a mcdid~ que el progreso en la s~peración de limitantes por


la acidez, el fósforo y el nitrógeno, aumenta el rendimiento potencial y,
por consiguiente, los requerimientos del potasio. Se requiere urgente-

•I mente un esfuerzo investigativo prioritario sobre la eficiencia del potasio.

C. Identificación y Corrección de Deficiencias de Azufre: y

~1i cronutrimentos

I Los Oxisoles y Ultisoles son frecuentemente deficientes en azufre

.- y varios micronutrimentos, especialmente cinc, cobre, boro y molibdeno


(Kamprath, 1973; Cox, 1973; Blair, 1979; Lopes, 1980). Desafortunadamente,
se cono ce muy poco. acerca de 1 a ocurrenci a geográfi ca de es tas defi ci en-
I cias, sus niveles críticos en el suelo y los requerimientos de las espe-

l. cies y variedades tolerantes a la acidez.

l. Hutton (1979) le atribuyó a la mayor parte de la falta de persisten-

l.
cia de la leguminosa en pasturas mixtas de América latina a deficiencias
nutricionales sin corregir. Muchos ganaderos de América tropical consi-
deran que la aplicación de superfosfato triple es suficiente fertiliza-

J.
!
ción para pasturas de gramíneas/leguminosas. Esta fuente de fertilizan-

te solamente proporciona fósforo y algo de calcio. En Australia tropical,


I el superfosfato simple molibdenizado se utiliza ampliamente como el úni-

I co fertilizante en Alfisoles que son muy deficientes en nitrógeno, fósforo,

I
I
I - 147 -

I.
I azufre y molibdeno. Esta fuente corrige las deficiencias de fósforo, a-

•I zufre y molibdeno, permitiendo a la leguminosa proporcionar el nitrógeno


a la mezcla. Dadas las diferencias fundamentales en 10 que respecta a
la acidez entre los suelos de Australia tropical en donde se cultivan

pasturas mejoradas (principalmente Alfisoles) y la región de Oxisoles-

I Ultisoles de América tropical, no es posible extrapolar las prácticas de


fertil ización australianas (Sánchez e Isbell, 1979). La situación no
I es mucho mejor para la producción de culti vos puesto que la mayoría de

I los fert il i zantes di sponi b1es son formul ací ones di rectas de NPK.
te el uso de fuentes con mayores concentraciones de estos elementos tales
Medi an-

I como urea, superfosfato triple y KC1, el contenido de azufre de dichas

1- mezclas ha disminuído y la deficiencia de este elemento se ha vuelto


más di fundi da.

I Los estudios sobre el estado de fertilidad de regiones de Oxisoles-

l.
i
Ultisoles, -tales como los que hicieron Lopes y Cox (1977a) en el Cerrado
de Brasil, más experimentos de campo sobre el contenido de nutrfmentos

I en el suelo tales como los realizados en Carimagua, Colombia (elAT,

1977, 1978, 1979, 1980; Spain, 1979) yen Yurimaguas, Peru (Villachica,

I 1978), contribuyen significativamente a la identificación de los nutri-


mentos que son deficientes y a las mejores prácticas que sería reco-
I mendable aplicar para corregir estas deficiencias. También ayudan en

I la identificación de posibles desiquilibrios nutricionales que puedan

ser inducidos por la fertilización. Por lo tanto, es~ necesaria la iden-


I
I
- 148 -

II
I.
l· tificación específica en las localidades. Estos esfuerzos se deben re-
lacionar ~on los requerimientos nutricionales de las principales especies
I y variedades. Es rel ativamente poco 10 que se conoce acerca de las es-

I pecies tolerantes a la acidez mencionadas en el presente artículo.

Cuadro 36 muestra tentativamente los niveles críticos externos e in-


El

I ternos de azufre para las principales especies de gramíneas y legumino-


sas en condicioes de Oxisoles.
I Cuando se identifica uno de estos factores limitantes. los resulta-

I dos pueden ser extremadamente positivos.\~ang et al. (1976) identifi caron

¡I una deficiencia de azufre en áreas productoras de arroz en la Amazonía


baja de Brasi1. La producción de arroz mejoró considerablemente al cam-

1" biar de urea a la aplicación de sulfato de amonio, suministrando así


azufre. En otras partes se han registrado exp eri enci as similares con

I la identificación de deficiencias de micronutrimentos y su corrección


(Cox, 1973; Lopes, 1980).
I El conocimiento insuficiente sobre las deficiencias nutricionales

I es probablemente el componente más débil de la tecnología de bajos in-


sumas. Esta brecha se puede corregir mediante la determinación sistemá-
I tica de los niveles críticos de nutrimentos tanto en el suelo como en
las plantas. Afortunadamente, los costos de aplicación son bajos y la
I fertili zadón con cinc y cobre produce efectos residuales prolongados.

1- D. Promoción del Reciclaje de Nutrimentos


Las prácticas de manejo de suelos en suelos de baja fertilidad de-
l· ben estimular el reciclaje de nutrimentos en cuanto esto sea posible.

I
I
I - 149 -

I•
I El reciclaje de nutrimentos es la razón principal por la cual los Oxiso-

les y Ultisoles ácidos e infértiles pueden sostener una vegetación exube-


I rante en los bosques húmedos tropicales de ambientes údicos. La magnitud

I de este reciClaje natural es de gran interé's. Oos estudios detall~dos

realizados en un Oxisol en ~lanaus, Brasil (Fittkau y Klinge, 1973) y en


I un Oxisol del Carare-Opón, Colombia (Salas, 1978) muestran que las adi-
ciones anuales de nutrimentos por medio de la capa de humus oscilan de
I la siguiente manera (en kgjha): 106-141 de N, 4-8 de P20S' 15-20 de K 0,
2

I 18-90 de Ca y 13-20 de Hg. Las adiciones de nutrimentos por lavados de

la lluvia, descomposición de maderas y descomposición de raíces pueden


I doblar los estimativos anteriormente indicados.

:1'
I
En sistemas de producción de cultivos, una proción significativa

de los nutrimentos se remueve del suelo al momento de la cosecha. Las

l.' aplicaciones de fertil izantes para "mantenimiento" con el objetivo de

reemplazar 10 que las cosechas removieron del suelo, rara vez son sufi-
I cientes para obtener rendimientos sostenidos de un cultivo UiCSU, 1974,

II 1975). Por consiguiente, el reciclaje de nutrimentos ofrece posibili-


dades limitadas en sistemas de producción de cultivos. Una posible
i. aplicación puede ser dejar los residuos de cosechas en la forma de co-

berturas, particularmente en el caso de el forraje de maíz y la paja


I de arroz, con el fin de reciclar el potasio otra vez al suelo. Existe

I poca información sobre el efecto de estas u otras prácticas de coberturas

en el reciclaje de nutrimentos.

I
I
I
I - 150 -

I
I En sistemas de producción de pasturas existe un mecanismo natural de
reciclaje mediante el cual aproximadamente un 80% del nitrógeno, fósforo
I y potasio consumido por el ganado vuelve al suelo por las excreciones

I (f'ibtL 1974). Este porcentaje es un estimativo bruto y depende consi de-

rablemente de la tasa de carga, el manejo de.' pastoreo y otros factores.


I La limitada información disponible para regiones de Oxisoles-Ultisoles
muestr'a que este es un mecanismo importante, La Figura 34 muestra los
I cambios en los 20 cm superiores de un suelo Orthoxic Palehumult de Qui-

II lichao, Colombia, causados por la deposición de excrementos en una pas-

tura de Brachi aria decumbens bajo pastoreo rotacional cada 15 días. Esta
I figura muestra que el contenido de nitrógeno inorgánico en la capa superior

•• •
del suelo se dobló en 15 días dentro de un radio de 1 m de las excreciones

y disminuyó de allí en adelante. El fósforo, potasio, calcio y azufre

I también mostraron un' aumento similar, seguido por una disminución más

•I
gradual con el tiempo que el nitrógeno, Los efectos de la orina (no

mostrados) indican un aumento más marcado en potasio y azufre en compara-

ción con las heces, pero un aumento más pequeño en la disponibilidad de

nitrógeno, fósforo y calcio (CIAT, 1981), Los efectos globales de estas

I adiciones se reflejaron favorablemente en aumentos de todos los cinco

elementos en los tejidos de las plantas en los primeros 30 días después


I de la deposición de los excrementos.

l. En la Figura 35 se presentan evidencias indirectas del reciclaje de

nutrimentos en pasturas mal manejadas en Oxisoles del Amazonas Oriental


I
I
I - [51 -

1I
l.'
1 .
I
del Brasil, en donde el bosque se cortó mediante el método del corte y

la quema y posteriormente se sembró Panicum maximum. Serrao ~t al. (1979)


I tomaron muestras de suelos en pasturas de Panicum maximum sin fertilizar

I y de edades conocidas encbs localidades. El pH del suelo aumento desde

aproximadamente 4.5 hasta 6-7 después de la quema y permaneció constante

I durante 13 años. la toxicidad por aluminio se aliminó totalmente puesto

•I
que los niveles de calcio y magnesio se mantuvieron en niveles relativa-
mente altos. los niveles de materia orgánica y nitrógeno también perma-

necieron altos durante el período de 13 años. los niveles de potasio

permanecieron cerca del nivel crítico, en tanto que el fósforo disponible

I disminuyó por debajO del nivel crítico (5 ppm de P mediante Mehlich 2)

.'I en pocos años. Estos resultados provienen de muestras tomadas al mismo

tiempo de diferentes campos de edad conocida después de haber sido des-

montados;por consiguiente, incluyen la variabilidad por el timpa y el

espacio. Sin embargo, parece claro que muchas de las propiedades químicas

I de estos Oxisoles son definitivamente mejoradas por el desmnte y el

pastoreo.
I Esta dinámica del suelo contrasta agudamente con la disminución

I rápida de la fertilidad que se ha observado después del desmonte de bos-

ques húmedos y la produCCión de cultivos anuales en áreas údicas de Perú

I (mostradas en la Fig. 10). las razones de estas diferencias no se com-

prenden claramente y merecen un estudio más profundo. Algunos factores


I que favorecen una disminución menos marcada en la fertilidad en la Ama-

l· zonia oriental pueden ser un régimen de humedad del suelo ústico que per-

I
I
ti
I
- 152 -

II
I mi te una quema más completa y mayor deposición de cenizas y posiblemente

un movimiento ascendente de cationes y aniones durante la estación seca.


I Además, la quema periodica practicada en estas áreas y algún grado de

•I reciclaje de nutrimentos por el animal en pastoreo pueden contribuir a

los efectos mostrados en la Figura 35. Cualesquiera que sean las razones,

el mejoramiento en las propiedades químicas de los Oxisoles ácidos infér-

•1 tíles es considerable y aparece coux) promisorio para un mejor manejo de

las pasturas de gramíneas-leguminosas en la región del Amazona.

Se espera que los sistemas agrícolas que incluyan árboles produzcan

'. mejor reciclaje de nutrimentos. Se espera que árboles de importancia

.'I
económi ca tales corro e 1 cacao y 1a p1ama de aceite tengan un mecani smo

de reciclaje de nutrimentos similar al de los bosques húmedos (Alvim,

• 1981). Sin embargo, es muy limitada la información que se dispone hasta

el momento para sostener esta hipótesis. Silva (1978) observó evidencias

de un reciclaje incipiente de nutrimentos en varios cultivos permanentes


I en un Oxic Paleudult de Barrolandia, Bahia, Brasil, en términos de un

I aumento de bases intercambiables en los 5 cm superiores del suelo a los

34 meses después de la quema. El aumento es más marcado en la planta-

I ción jóven de palma de aceite con una cobertura del suelo de Pueraria

Phaseoloides, seguida por el pasto, y en menor grado en un cultivo inter-


1 ca 1ildo de yuca-banano que precede a 1 a si embra de cacao. Se han hecho

I observaciones similares con algunas especies forestales sembradas con

una cobertura de suelo de Pueraria phaseoloides en un Oxisol de ~1anaus,

l· Brasil (P. T. Alvim, comunicación personal). Se requieren más datos que

I
I
II
1
- 153 -

11
I cubran un espectro de tiempo más prolognado con el fin de determinar to-
talmente la importancia del reciclaje de nutrimentos en sistemas de cul-
I tivos en regiones de Oxisoles-Ultisoles de América tropical.

I E. Conclusiones

La baja fertilidad natural de Oxisoles-Ultisoles no se puede elimi-


I nar sin insumas significativos de fertilizantes. Hay varios medios dis-

I ponibles para disminuir los requerimientos globales de fertilizantes.


Sin embargo, la necesidad de la fertilización nitrogenada puede ser bá-
I sicamente eliminada en sistemas de pasturas a base de leguminosas me-
diante el uso de cepas de Rhizobium tolerantes a la acidez en asociación
I con especies de leguminosas tolerantes a la acidez. Esto también es po-

1" sible con las leguminosas de grano tolerantes a la acidez, pero definiti-
• vamente no lo es para especies cereales y cultivos de raíces. El efecto
I residual del nitrogeno fijado por una leguminosa para un cultivo no le-
guminoso ya sea intercalado o en rotación parece ser muy bajo puesto que
I la mayor parte del nitrógeno es removido a la cosecha. El aumento de la

I eficiencia de la fertilización nitrogenada para especies no leguminosas


se puede lograr mediante el mejoramiento de la época y el método de apli-
I cación de los fertilizantes. Es poco lo que se conoce acerca de la efi-
ciencia de la fertilización nitrogenada de cultivos de cereales toleran-
I tes a la acidez en sistemas de bajos insumos.

l- Las deficiencias de potasio y azufre son difundidas Y,en el caso
de la deficiencia de azufre, ésta se ha difundido aún más con el uso de

I
I
I - 154 -

I
I fertilizantes con mayor concentración de los elementos mayores. La iden-
tificación de deficiencia de estos nutrimientos y de micronutrimentos es
I una brecha considerable en América tropical. Esta se puede superar median-

! te servicios efectivos de evaluación de la fertilidad del suelo, inc1uyen-


do el establecimiento de niveles críticos y recomendaciones de fertilizantes.

I El reciclaje de nutrimentos se debe promover, pero en sistemas de pro-


ducción de cultivos las posibilidades parecen ser muy limitadas a la uti-
I lización de los residuos de cosecha. Es necesario cuantificar la magni-

I tud del reciclaje de nutrimentos en sistemas de pasturas y en sistemas

•l."
silviculturales.

VIII. DISCUSION

Las secciones anteriores han descrito Tos di versos componentes de


I
una tecnología de m~nejo de suelos con bajos insumas que se puede utili-
II zar en los suelos ácidos e infértiles del trópico en América. Obviamente,
I
• cada componente no se puede aplicar a todas las situaciones o sistemas
agrícolas en esta extensa área objetivo; algunos componentes son mutua-

•I mente excluyentes. Igualmente, hay varios componentes que se encuentran


razonablemente bien desarrollados y listos para la validación local,
en tanto que otros son apenas observaciones preliminares. Sin embargo,

I globalmente representan una filosofía de manejo de suelos para tierras


marginales del trópico. La misma filosofía se puede aplicar a otros as-

I pectos de la agricultura, particularmente a la protección de plantas.


Esta sección de la revisión examina algunas de las implicaciones de la

I
I
I - 155 -

1
l· utilización de dicha tecnología.

I A. Enfoques de Bajos Insumas Versus Altos Insumas

1- • dad.
En el término" tecnología de bajos insumas" hay bastante ambigue-
Qué tan bajo es bajo y en comparación con qué? Los términos "cero

i.
¡
insumos"e"insumos mínimos" también se han utilizado.
apropiado puesto que en la mayoría de los sistema; cero insumas r,esulta en
El primero no es

1I
I
cero producción. Bajos insumos en contraposición con insumos intermedios


I o altos merece alguna cuantificación. En MM JtevL>-i.6n, IW.6 glL6úuúa
!,
c.oM-i.deJ"JlA fu t:eQ!1otog~a de. bajo.~ -i.!1.6wno.6 pMa tO.6 .6U&O,' á:ud~ de.t :t'lÓ-

•." p-i.QO Qamo fu l1eQMM-<-a pMa abt:e.I1Vt a¡JJwxhnadament:e UI1 80% de tO.6 Jtel1d-<--

e.Muent:e de t0.6 .6U&O.6, 6VttiUzal1}:e~ IJ Qal. Esta revisión muestra que


• es biol ogi camente factible alcanzar es,tos ni veles de rendimi ento con 1a
I tecnología y el germoplasma disponible a un nivel de insumas considera-

'.I blemente menor que mediante el uso de la tecnología y el germoplasma tra-


dicional.

Quées 10 malo de la tecnología tradicional de altos insumas que ha


sido la base de gran parte de nuestra producción actual mundial de ali-
I mentos? Desde el punto de vista agronómico, es poco lo malo que tiene.

I Si fueramos agricultores en una región de Oxisoles y el gobierno nos


diera a escoger entre superar los principales factores limitantes edáfi-
1- cos mediante la financiación de aplicaciones masivas de fósforo, suficien-
te cal y sistemas suplementarios de riego y la alternativa de poner en

I
I
I - 156 -

I
l· práctica los componentes descritos en esta revisión, inmediatamente toma-

I riamos la primera alternativa. Como agricultores veríamos el valor de

••
nuestra tierra aumentando al transformarse de tierras marginales a tierras
excalentes POT la aplicación de insumos. En efecto, el autor prir.cipal
vió a su padre hacer exactamente esto en una finca con Oxisoles de 50 ha,
I en donde obtenía 3 cultivos/año con riego y se beneficiaba suficientemen-

I te de el1o. Es difícil encontrar un mejor suelo que manejar que un Oxi-


sol una vez que se hayan eliminado sus limitaciones químicas.

I Sin embargo, dichas oportunidades son la excepción en vez de la re-


gla en las regiones de suelos ácidos e infértiles de América tropical.
I La magnitud del capital para invertir necesario para aplicar la tecnolo-
l- gía de altos insumas a estos suelos, normalmente va más allá de los re-
o cursos de la mayoría de los gobiernos y de las organizaciones privadas.
I Las prio ri dades pol íti cas tambí en di ctami nan que 1 a i ntells ifi caci ón agrí-
colamendiante un alto nivel de insumas se localice en donde estén las
,
I grandes concentraciones de agricultores, generalmente en suelos con un

JI
I
alto nivel de bases.

11 Los costos crecientes de los insumas relacionados con el petroleo


y el énfasis mundial de conservar los recursos naturales de la tierra

I anteponen restricciones adi ci anal es al enfoque de "maximos insumas".


Las metas de desarrollo de muchos países tropicales requieren que tan-

l· to los productores como los consumidores de recursos limitados sean los


principales beneficiarios de la tecnología agrícola mejorada. Nickel
I~

,1
I
I - 157 -

I
l· (1979) indicó que si los consumidores de bajos ingresos han de beneficiar-
se, los aumentos en la producción de alimentos se deben lograr a costos
I unitarios más bajos. Estos bajos costos unitarios se pueden alcanzar me-


• diarte t~cnología

de aplicación neutra.
que tenga una base biológica la cual con
Para asegurar que los productores de bajos recursos
frecuen~ia es

,1 tengan acceso a esta tecnología, no debe depender de grandes cantidades


de insumas comprados. En corlóe.cLU!-'1~a., fu P!UH~pctf. jl1.ótiMca.uón de. fu
I .te.cl1ofog-Úl de. ma.ne.jo· de. 6ue1os COI1 ba.j06 -lMum06 en ,'te.g'¿onM de. Ouj,O.t'.M-

I UR..:tL\O.t'.M de. AméJUc.a. Vw)J.i.cctf., M de. rWXWtale.za. .;,oUoe.col1om'¿Cil. y 110 a.glto-

I1Óm-i.c.a..
I En el pasado, los agricultores Sp ajustaron a su falta de poder ad-
1- quisitivo aplicando cantidades bajas de insumas a un sistema agrícola
~
1
, diseñado para operar mejor a niveles altos de insumas. Ejemplos de esto
1I
,
I
abundan en América Latina, en donde las deficiencias de nutrimentos son
evi dentes en muchos campos. ~1uchos agri cul tares saben que sus culti vos
1 podrfan dar mayores rendimientos si se le aplicaran mas fertilizantes

1I
l.
a las variedades con alto potencial de rendimiento, pero no pueden com-
I prar más o no se atreven a hacerlo debido al alto riesgo involucrado.
Otro ejemplo es el intento en gran escala de la producción de ganado de
carne en Oxisoles y Ultisoles del Amazona de Brasil mediante la siembra
I
. de Panicum maximum sin fertilización fosforada.
caso de la ignorancia de factores limitantes edáficos muy obvios.
lo ha mencionado repetidamente Paulo Alvim en reuniones acerca del
Este es claramente el
Como

11- Amazonas, "la agricultura es diferente de la minería". Los agricultores

I
I
I - 158 -

I
l· deben adicionar fertilizantes con el fin de sostener la producción, inclu-

I sive en los mejores suelos de las regiones templadas.

La tecnología de manejo de suelos con bajos insumos para estos sue-


los ácidos es diferente de la adopción parcial de la tecnología de altos
i ns umos . La t:encoiog-ia de baJ a!.l .ÚL6 UlnO!.> no e6 meno!.l a ia m~mo !.l~no una

manVU1 MnVtel1t:e de mCl!1ejCVt d !.ludo. El adelanto fundamental ha sido


la identificación de especies y variedades importantes que pueden tole-
rar grados significativos de factores limitantes impuestos por la acidez
I del suelo. Entonces, es cuestión de determinar la cantidad de fertili-
zante y de cal que estas especies tolerant~ requieren para producir un
1I
I 80% de su rendimiento máximo en forma sostenida.
11' Finalmente, una mejor comprensión de los atributos favorables de
I , los suelos ácidos e, infértiles convierten a ciertos factores edáficos
1I limitantes en ventajas para el manejo. A continuación se presentan

il
¡
cuatro ejemplos:

'1 1. Manteniendo el suelo en su estado ácido. se pueden utilizar di-


rectamente rocas fosfóricas de baja reactividad,abundantes en América

I tropical, en una fracción del costo de los superfosfatos. En efecto, la


química de la acidez del suelo reemplaza a la fábrica de superfosfato
I a un ahorro considerable de energía, siempre y cuando se cultiven plantas
tolerantes al aluminio.
l· 2. Una infertilidad del suelo extremadamente ácida puede evitar
1- la infestación con malezas, en tanto que las aplicaciones localizadas de
i
1I
I
\. - lSq -

/1
I fertilizantes promueven el crecimiento vigoroso del cultivo o de la pastura

I deseada.

3. En muchos de estos suelos, la capacidad de intercambio catiónico


I poco efectiva se puede considerar como una ventaja. Los suelos arcillosos

I con una baja capacidad de intercambio catiónico efectiva generalmente pre-


sentan una mejor estructura y son menos desgastables que los suelos con

I arcillas de alta actividad y con un contenido de arcilla similar.

4. Una baja capacidad de intercambio catiónico efectiva permite el


I aumento gradual en el nivel de bases del subsuelo mediante el movimiento

I descendente del calcio y el magnesio. En lugar de la deterioración, la

.- fertilidad de estos suelos realmente mejora, permitiendo un desarrollo


radical más profundo lo cual, a su vez, permite la utilización de la
humedad hasta ahora no disponible en el suelo. Esta es una alternativa
I atractiva en comparación con los sistemas más costosos de riego suple-

I mentario.

B. Productividad de los Sistemas de Bajos Insumas


I Los sistemas de manejo de suelos de altos insumas agronómicamente

I viables producen casi invariablemente rendimientos más altos que los


sistemas de bajos insumas definidos aquí. Hay varias razones que respon-
I den a esta observación. Cuando se eliminan los factores limitantes edá-

l. ficos mediante fertilización, encalamiento y riego, es posible utilizar


especies y variedades que presentan un mayor rendimiento potencial abso-

1- luto que las variedades tolerantes a la acidez disponibles hasta el mo-

I
I
I - 160 -

I
I momento. la razón de esta diferencia es muy simple. los fitomejoradores
se han concentrado tradicionalmente en el aumento del rendimiento poten-

1- cial en ausencia de factores limitantes edáficos. El mejoramiento gené-

¡I tico para combinar los distintos atributos del alto rendimiento con la
tolerancia a la acidez es aún incipiente. Sin embargo, no hay variedades
JI de arroz tolerantes al aluminio con el potencial de rendimiento de IR8.

I Andropogon gayanus no tiene el potencial de producción o la calidad nu-


tricional que Pennisetum purpureum fertilizado en forma intensiva, pero
I su apetecibilidad por el ganado es alta. ~tylosanthes guianensis no su-
pera a la alfalfa en términos de su calidad en condiciones óptimas.
I Esta limitación es probablemente cuestión de tiempo puesto que al-
1" gunas tolerancias a los estreses de la acidez del suelo están controla-
das por uno o dos lJ~nes, que co[1 frecuencia so[1 dominantes (Rhue, 1979).
I En consecuencia, la combinación de la tolerancia a la acidez con el alto

I rendimiento potencial parece factible desde el punto de vista del fito-


mejoramiento. Sin embargo, el mejoramiento genético por la to1ernacia

I a la acidez del suelo apenas está comenzando. La mayor parte del tra-
bajo en este campo está basada en la selección del germoplasma preexisten-
I te y no de poblaciones segregantes producidas por un programa de mejora-

I miento genético por tolerancia a la acidez. Es necesario intensificar


el trabajo conjunto entre los fitomejoradores y los científicos espe-

I cialistas en suelos. Su beneficio podría ser tan importante como los


esfuerzos exitosos de los fitomejoradores con los patólogos y entomólo-
1- gas en el mejoramiento de la resistencia a enfermedades o insectos.

I
I
I - 161 -

I
1
11. En efecto, el beneficio puede ser aún mayor puesto que las variedades

l.
1
toletantes a la acidez pueden tener un espectro de tiempo útil más prolon-
gado que las variedades tolerantes a enfermedades o insectos. El ión alu-

I minio no muta hacia una raza más virulenta como s{ ocurre con muchos hon-
gos o cepas de bacterias.
I C. Minería del Suelo o Mejoramiento del Suelo?

I Se ha manifestado que las especies de plantas tolerantes a las li-


mitaciones de los suelos ácidos, particularmente las tolerantes a niveles
I más bajos de fósforo aprovechable, pueden agotar completamente la baja

I reserva de nutrimentos que tiene estos suelos y dejarlos totalmente inú-


tiles. La tecnología de bajos insumas a veces se considera como el ú1-
1- ti me es fuerzo para extraer el último poco de fert il i dad de es tos s ue los.

I Este argumento'se debe analizar en términos de las reservas totales


del suelo, las cantidades de fertilizantes que se deben agregar y la
I extracción total de nutrimentos.

I Mediante el crecimiento contínuo de plantas, la disponibilidad de


ciertos nutrimentos en el suelo disminuye eventualmente por debajo del

I nivel crítico. En Oxisoles y Ultisoles, ésto ocurre relativamente rá-


pido con el nitrógeno y el potasio, elementos que son muy movibles en
I su forma aprovechable. El agotamiento del nitrógeno es muy poco factible
debido a la gran reserva en la fracción orgánica y su reposición median-
l· te descomposición radical, fijación de nitrógeno y otros factores en el

•• sistema agrícola. Los contenidos de materia orgánica no son generalmente

I
I
I - 162 -

I
1, diferentes de los principales suelos de la región templada (Sanchez, 1976).

I La situación con el azufre es similar. La tasa de agotamiento del pota-


sio depende de la reserva del suelo en forma no intercambiable, principal-

I mente en minerales de las arcillas. Las reservas de potasio de estos


suelos generalmente proporcionan menos que el ni vel críti ca generalmente
I aceptado de 0.15 meq/100 g. Por consiguiente, se establece un equilibrio

I entre el potasio aprovechable (intercambiable) y el no intercambiable.


Este nivel no lograra sostener un crecimiento rápido de las plantas pero

I no disminuirá las reservas de potasio en el suelo a cero. Como los re-


siduos de cosecha o las pasturas maduras presentan generalmente altos
I

'
niveles de este elemento, generalmente ocurre algún grado de reciclaje .

El potencial de"minería" del calcio, magnesio, cinc, hierro, cobre,

•I
boro, manganeso y molibdeno parecen menos factible puesto q.¡e las canti-
dades removi das por 1as cosechas de 1as pl antas son muy pequeñas en compa-
ración con las reservas totales de los suelos en Oxisoles y Ultisoles.
Igualmente, las formas aprovechables de estos elementos son menos móvi-

I les en los suelos, y, por consiguiente, están menos sujetas a pérdidas.

Esto nos deja al fósforo, el elemento alrededor del cual se presen-


I tan la mayoría de los argumentos sobre la "minería del suelo". El con-

I tenido total del fósforo en la capa superficial de Oxisoles y Ultisoles


oscila entre 100 y 200 ppm de P, en comparación con el nivel de aproxi-
I madamente 3000 ppm de P en los suelos de arcillas de alta actividad con
un alto ni vel de bases de la región occidental central de Estados Unidos

I
I
11 - l63 -

I
1 y regiones templadas similares (Sánchez, 1976). Sin embargo, algunos

Oxisoles presentan contenidos muy altos de fósforo, tales como el Eutrustox


I
I
I del Cerrado del Brasil (Maura et al., 1972), pero la poca información dis-

1I ponible indica que la mayoría de los Oxisoles y U1tisoles presentan por

II 10 general bajos ni veles de fósforo.

El Cuadro 37 muestra el contenido total de fósforo de un perfil

I de un Oxi sol de Carimagua, Colombi a, que representa al rango menos fértil

de las regiones de Oxisoles-Ultisoles de América Tropical. Las reservas

I totales de fósforo de los 150 cm superiores oscilan alrededor de un pro-

medio de 106 ppm de P. equivalente a 4830 kg de P 0 /ha de fósforo total.


I 2 5
Sin embargo, las raíces de plantas tolerantes a la acidez pueden penetrar

1" a profundi dades mayores de 150 cm.

El Cuadro 38 muestra la absorción total de fósforo por dos gra-


I míneas tolerantes a la acidez en condiciones de pastoreo en Carimagua.

I La absorción total de fósforo por el forraje disponible para los animales


osciló entre 3-12 kg de P/ha/año {7.S-28 kg de P 0 /ha).
2 S
I Asumiendo que todo el fósforo fue removido de la pastura, ignorando

así el reciclaje, las cantidades adicionadas de fertilizantes (SO kg de


I P20Síha/año) más que compensaron la remoción. Por consiguiente, no hay

I minería del suelo sino realmente una restauración lenta del fósforo.

El Cuadro 28 confi rma que hay una restauración total del fósforo en

l· estos suelos de aproximadamente 16 ppm de Plaño en la capa superficial

del suelo mediante la apli cación de dosis de 50-100 k§ de P 0 /ha/año.


l· 2 S

I
I
I-
II - 164 -

I
1" En el caso de la producción de cultivos ,las tasas de remoción de fós-
foro son mayores. Wade (1978) indicó que cuatro cosechas consecutivas
I de caupí, maíz, maní y arroz, dejando los residuos en su lugar, produjo

I una remoción total hasta de 68 kg de P20S/ha/año en Yurimaguas. La can-


tidad total adicionada fue de 50 kg de P205/ha, lo cual indica un equi-
I librio muy cercano. Una dosis anual de aplicación de 100 kg de PZ05/ha/
año probablemente produciría un aumento gradual en el fósforo disponible.
I Los datos a largo plazo sobre dinámica del suelo en Yurimaguas muestra

I una mayor restauración del fósforo aprovechable, calcio, cinc y cobre


con el cultivo contínuo en esta región (Sanchez, resultados sin publicar).
I Es conocido el hecho de que las plantas remueven menos fósforo que

." el que se aplica como fertilizante. Como las tecnologías de bajos in-
sumas descritas en esta revisión incluyen la fertilizacign, el argumen-
.
I to de la minería del suelo parece tener muy poca validez.

I D. Necesidades de Investigación

Esta revisión ha demostrado la factibilidad del enfoque de bajos


I insumas y presentó ejemplos de los componentes de la tecnología de ma-
nejo' de suelos con bajos insumas. Las instituciones de investigación
I responsables del desarrollo de sistemas agrícolas de bajos insumas

I para suelos representativos posiblemente querrán integrar los compo-


nentes que son pertinentes a su situación en sus sistemas agrícolas.
l· Los autores de esta revisión no conocen sistemas agrícolas mejorados
de bajos insumos que tengan todos los componentes necesarios suficiente-
1-
I
I
I - 165 -

I
I~ mente bien desarrollados. Por consiguiente, la primera prioridad de in-

I vestigación en la mayoría de las situaciones es desarrollar totalmente


los componentes de la tecnología de bajos insumas para un sistema agríco-

I la pal'ticular. Los puntos presentados en una lista en la Sección Le de


esta revisión, podría servir como lista de verificación sujeta a modifi-
I caci on local.

,1 Esta revi s i ón tambi én


en el conocimiento.
ha i denti fi cado vari as brechas importantes
Una lista parcial de estas brechas en el conocimien-
It to es la siguiente:

,1 1. CaJtac;teJ¡úawY1 de tetó pJUnupaie6 vaJúedade6 de ecotipO'-> y.Yw-

II~
nlÚ>oJÚO!.J de tetó plÚY1upaieó e6peUe6 de cultivM aY1ua.í'.e6, paóto!.J fj cul-

tivo!.J peJtmaY1eY¡;(:e6 pOJt I.>U :totvw.Y1C-Ú1. a iM cUótiY1:taó Um.UaUOY1e6 hnpuv.,;tM


¡

11 pOJt ia audez dei W.elo en tVwú.VWI.> de to!.J n.Lveiv., cp~COI.> cuavz.:tUa..üvo!.J.

Dadas las interacciones entre los niveles de aluminio, calcio y fósforo

I disponible en el suelo, se deben especificar los factores que se mantie-


nen constantes. Estos factores constantes deben reflejar los niveles
I encontrados en el sistema edáfico-agrícola particular, no necesariamente
eliminándolos como limitantes. En el caso de especies leguminosas, se
I deben util izar pl antas i nocul adas con una cepa de Rhi zobi um apropiada.

I 2. La c.a!w.c;teJÚzau6n de tO'-> n.Lveie6 cJú;t[CM poJt pJtuebaó de !.Ju.eW!.J

paJta taó den~ueY1UM o to~udade6 de y¡~ey¡;(:ol.> en los principales

•• tipos de suelos para especies y variedades utilizadas en sistemas de ba-

l· jos insumas. Las principales brechas se encuentran en los nutrimentos

I
I
1 - 165 -

1
l. mente bien desarrollados. Por consiguiente, la primera prioridad de in-

1 vestigación en la mayoría de las situaciones es desarrollar totalmente


los componentes de la tecnología de bajos insumos para un sistema agríco-
I la partícülar. Los puntos presentados en una lista en la Sección Le de
esta revisión, podría servir como lista de verificación sujeta a modifi-
1 caci on local.

1 Esta revis ión tambi én ha i dentífi cado vari as brechas importantes


en el conocimiento. Una lista parcial de estas brechas en el conocimien-
1 to es la siguiente:

I l. CaM.c;tv¡.{zaU6n de .ea.!. pJUnupafu viVÚedadu de ecotipo6 ¡YW-

mÚ>oJUM de ta.!. pJUnupalu upeuu de cuftivo6 an!.t11lu, Pa.!.;(:06 IJ cuf-


I~
tiv06 peAmCU!e.f1tu pOfl. M. ta.evw.nua a. ,ea,¡, cUótintaJ.. Umi;ta.uonu hnpu.uta.!.

poJr. ta a.udez de.t 6u.e.f.o en téJun~no6 de. .f.06 MVe.tU CJ'~WC06 cu.a.nt{;ta;Uv06.
I Dadas las interacciones entre los niveles de aluminio, calcio y fósforo

I disponible en el suelo, se deben especificar los factores que se mantie-


nen constantes. Estos factores constantes deben reflejar los niveles
1 encontrados en el sistema edáfico-agrícola particular, no necesariamente
eliminándolos corno limitantes. En el caso de especies leguminosas, se
I deben utilizar plantas inoculadas con una cepa de Rhizobium apropiada.

I 2. La caJWc;t~zau6n de. toó MVe.te.~ C)ú;(;{co!> pOJr. pJr.u.e.ba.!. de. 6U.e.tM

paM..ea.!. deMuel1UM o ;(:ox,[uda.du de nutlUmenta6 en los principales


1- tipos de suelos para especies y variedades utilizadas en sistemas de ba-

l· jos insumos. Las principales brechas se encuentran en los nutrimentos

I
I
I - 166 -

I
l. secundarios y en los micronutrimentos.

I
I
I 4. ff e-ó:tucUa de ta~ cam6-tM en Útó ptwpJ.e.dade.ó dd ¿,udo ;mn:to

I lo¿, ¿,J.ó;t~ e.dáó-tco4-ag4[coÚL6. Estos estudios permitirían predecir


los cambios en la dinámica de los nutrimentos o en la deterioración fisi-
I ca del suelo y corregir estos cambios antes de que ocurran.La información

I sobre dinámica del suelo es escasa y generalmente refleja un período de

.'11
I .
tiempo muy corto.

mejor compre~sión
También se requieren estudios a largo plazo para ob-
servar los cambios en las propiedades del suelo a fin de establecer una
de. 10 que ocurre en suelos manejados mediante sistemas

I de bajos insumas. Los interrogantes acerca del grado de reciclaje de

l.
i
nutrimentos, la cantidad de nitrógeno residual en sistemas que incluyen

J. leguminosas y la eficiencia del uso de fertilizantes podrían ser respon-


didos mediante estos estudios a largo plazo de las propiedades del suelo
y sus relaciones con la producción de plantas.
1
I
I 5. LM 4-Ló;tema.!> de. agflowvú.ultUlLa. be de.be.n cwmU¡Í-LCiVt. la mayor
I1 parte de los datos cuantifativos de este artículo se relacionan con cul-
tivos alimenticios anuales y pasturas. Es necesario establecer una base
'1. de datos sobre sistemas agrícolas que incluyen especies forestales solas

l· o en combinación con cultivos anuales y pasturas.

I
I
1: I - 167 -

I
1- 6. El aumento de la 6eJL;t{,Udctd de! '\u.b~~u.e!a JteqLÚeJle bLabajo acU.-

dona! conM.deJlab.te. Se requiere una mayor comprensión básica sobre la


I química del movimiento del calcio y del magnesio. como también de otros

I factores que alivian la toxicidad de aluminio en en subsuelo por medio


de la lixiviación.
I 7. La tole.JlfmUa a lo,\ bajo'\ fUVe!e.ó de M.ó nafta apltovechab.le ,~e.­

I qLÚe.~e UHct mayoft compfte;v,~ól'!. Las teodas y los estudios de invernadero

sobre la capacidad diferencial de las plantas para acidificar su rizos-

la fera (Israel y Jackson, 1978; Van Raij y Van Di est, 1979) se deben pro-

l.
I
bar y validar en las condiciones de Oxisoles-Ultisoles.

8. Lol.> cü.6:Unto.ó componente'!) de .la .tecno.f.og-ÚL de mane.j o de! 6ól.>-

l." nafto e.n bajol.> ~umo'\ I.>e. debe fteu~ e.n UI'! .óo.to paquete.
combinar para sistemas específicos de suelos- agricultura las mejores
Es posible

I fuentes, dosis, métodos de aplicaci6n y la iRteracción con variedades

I tolerantes a bajos niveles de fósforo aprovechable, inoculación con


Rhizobium e inoculación potencial de cepas mejoradas de micorrizas. Es

I necesario desarrollar fuentes de fertilización de fósforo mejoradas o


menos cos tosas.
I 9. AdaptLvt.tM e.6pedeó o vilJúedctde.6 de teg~n0.6M toteJlilVU:e6 il

I fu adde.z de! I.>ue!o con Ce.¡OM de Rhúob~um, con el fin de hacer que am-
bas sean compatibles al mismo grado de los estreses impuestos por la
l. acidez del suelo y para favorecer la persistencia de los rizobios en
el suelo.

I
I
li. ~ 168 -

•l· 10. El deMwwUa de nuevM mUod0.6 pMa. mej aJtCVt fu e6-{.c<.e)'tc{.a de

I -f.o. SeJr.t.,iL¿zac<.611 ¡'U);wgen.ada en eulUva-6 no leglUlÚl10Mfl

zac<.6n con po;f):v.,-<-o el1 :todo,~ -f.0-6 cuiUvo.6.


Ij de La 6eJr.t.,iL¿-

•I
La baja recuperación de los
fertilizantes nitrogenados y potásicos es un obstáculo considerable que
no permite disminuir los costos unitarios.

I
1
1
II
l'
I •

I
I
I
I


I
I
I
I
I
IX. RESUNEN
I La tecnología debajos insumas para los suelos ácidos de los tró-

I picos Sé puede Jefildr como un grupo de prácticas que puede producir

aproximadamente un 80% de los rendimientos máximos de las especies


I y variedades tolerantes a la acidez, con el uso más eficiente de los

I suelos y los insumas químicos. El término "bajos" se utiliza con

relación a la tecnología de "altos" insumas en la cual la aplicación

I de fertilizantes y enmiendas elimina en gran parte las limitaciones

químicas del suelo. La identificación de especies y ecotipos de plan-


I tas tolerantes a los principales estreses de los suelos ácidos permite

." el desarrollo de sistemas de manejo de suelos con bajos insumas para

las regiones de Oxisoles-Ultisoles, donde las limitaciones socioeconó-

I micas obstaculizan la amplia aplicación de grandes cantidades de cal

y fertilizantes. El enfoque básico es utilizar plantas adaptadas


I a los factores limitantes de los suelos ácidos, maximizar el uso de

I los fertilizantes y de la cal que se requieren para producir aproxi-

madamente un 80% de sus rendimientos máximos y aprovechar los atributos

I favorables de los Oxisoles y Ultisoles ácidos e infértiles. Ya se

han identificado razonablemente bien varios componentes tecnológicos


I y se podrían utilizar como bloques de construcción para sistemas espe-

cíficos de manejo :
l· l. La selección de tierras dominadas por Oxisoleso Ultiso1es

1- bien drenados sin pendientes marcadas y la identificación de los prin-

I
I
I - 170 -

I
l· cipales factores edáficos limitan tes que prevalecen.

2. La selecci6n de especies y variedades de cultivos anuales,


I pastos o cultivos arbóreos que puedan tolerar un gr3do razonable de

I toxicidad por aluminlo, bajos niveles de fósforo disponible y/o toxi-

cidad por manganeso, como también que se adpaten a los estreses causados

I por el clima, las plagas l' las enfermedades.

3. Los métodos de desmonte en bosques húmedos deben incluir


I la práctica de la quema a fin de aprovechar el valor fertilizante

I de la ceniza, minimizar la compactación del suelo y permitir el esta-

blecimiento rápido de una cobertura de cultivo o pastura para dismi-

I nuír los riesgos de la erosión. Los métodos de desmonte en las sabanas

I- son menos complicados pero también deben propender por un establecimiento

rápido de una cobertura vegetal.

I 4. Las técnicas' de establecimiento de pasturas a bajo costo

incluyen la introducción de especies mejoradas en las sabanas nativas,

I la sustitución gradual de esta última, métodos de siembra a baja den-

sidad y el intercalamiento en relevo de cultivos-pasturas. Las téc-


I nicas de mantenimiento de pasturas deben considerar la frecuencia

I de las aplicaciones de fertilizantes.

5. Se puede lograr una mayor protección del suelo mediante el

I uso de coberturas de suelo a base de cultivos anuales y abonos verdes,

aunque los resultados no siempre son positivos. El uso de cultivos


l· intercalados y sistemas agrosilviculturales no se ha caracterizado

1- y cuantificado adecuadamente.

I
I
I - 171 -

I
l· 6. Las limitacio~cs impuestas por la acidez del suelo se pueden

I atenuar sin tener '-lue hacer aplicaciones masivas de cal :n.edia.nte

••
(a) el uso de especies y variedades toLerantes a las toxicidades

de aluITJinio f manganeso, eb) la aplicJ.ción de suficiente cal para

satisfacer los requerimientos de calcio y magnesio de las plantas,


I (c) la aplicación de suficiente cal para disminuir la saturación de

I aluminio por debajo de niveles tóxicos y (d) el estimulo del movi-

miento descendente del calcio y el magnesio hacia el subsuelo.

I 7. El manejo eficiente del fósforo en estos suelos consiste

en (a) determinar la combinación más apropiada de las dosis y métodos


I de aplicación que favorezcan los efectos iniciales y residuales, (b)

I mejorar los métodos de evaluación de la fertilidad del suelo para

hacer recomendaciones de fertilizantes, (c) utilizar fuentes menos

I costosas tales como las rocas fosfatadas, (d) seleccionar especies

y variedades que exhiban un buen comportamiento a niveles más bajos


I de fósforo disponible en el suelo y (e) explorar la posibilidad prác-

I tica de hacer inoculaciones de micorrizas para aumentar la absorción de

fósforo por las plantas.

I 8. Las principales tecnologías de bajos insumo s para manejar

la baja fertilidad natural del suelo se concentran en (a) la máxima


I utilización de la fijación de nitrógeno por leguminosas utilizando

l· rizobios tolerantes a la acidez, (b) el aumento de la eficiencia de

la fertilización con nitrógeno y potasio, (e) la identificación y

1- corrección de las deficiencias de azufre y micronutrimentos y

I
I
1 - 172 -

1
l· (d) la promoción del reciclaje de nutrimentos.

9. Se han expresado dudas con respecto a que el uso de plantas


I tolerantes a las limitaciones de los suelos ácidos puede agotar comple-

1 tamente las bajas reservaS de nutrimentos de los Oxisoles y Ultisoles

y volverlos totalmente inútiles. Un análisis de las reservas nutri-

1 cionales totales de dichos suelos, de la remoción de nutrimentos por

cultivos y pasturas y de las cantidades de fertilizantes que se deben


I adicionar no evidencia el agotamiento de las reservas del suelo,

1 sino un aumento gradual en el nivel total de fósforo y otros nutrimentos

en el suelo. Como las tecnologías de bajos insumos descritas en esta

I revisión incluyen la fertilización, el argumento sobre la minería

del suelo tiene poca validez.


1
I
I
I
I
I


1
- - - - - - - - - - - - - - .. - - --1 •

Cuadro 1. Distribuci6n generalizada del aren de suelos en los tr6picos en base a datos tabulados de FAO-UNESCO
(1971-1979) con modificaciones indicadas.

Asociaciones de Suelos América Africa /\s i a /\ustl'3l ia % d2 los


dOí::i naj~ls por
Tropical ll T~opicalY Tropical l1 T)'nC1'-a
. __ ,o " '/
1,.. I~
Total T:"'5~;i cos

-----------------------------mil1ones ha---------- R
-----------------------------

Oxisoles 502 316 15 833 23


U¡t~soles 32 f] J.35 22-6 3 7 :'::9 20
¡:::; "J
Entisoles 124 r)o')
I....u . . . i5 93 ~:.¡
;~
r lo
1'.1 fi S;) 1es 183 }S'i8 123 55 5G9 15
", 532
Ir¡c2ptisoles 204 156 169 :, 14
Ve\'tisolcs 20 46 56 31 163 5
Ar'idisoles .30 1 ?C'
_J 33 0-'
UI 2
no l1i s olos 65 o o 7L+
t,nd'¡ s o; es 31, 1 11 O 43 1"
Hístoso12s '+ 5 27 36 1
Spocosoles 10 3 5 1 20 1

TotFl.l 111r 93 lll'3 810 224 3670 100

II De 23°I'~ - 23°5, il.ctualizado por 5ánchez, P.A.


y Areas con más de 150 días d2 época lluv'josa. Fuente: Dudal (1930).

N Incluye regiones templadas de la indi~, Bil.ngladesh e Indochina más Papua Nueva Guinea.

!!./ Norte del Trópico de Capricornio. Fuente: Sánchez 0.nd Isbell (1979).
-------------_1____ _
Cuadro 2. Extensión geográfica de las principales limitaciones edáficas en América tropical (23°¡,[orte-23°Sud)

y en las regiones dominadas por suelos ácidos e infértiles.

Limiti.lción América Tropical Región Suelos Acidos e Inf~rtiles


EdJ ~i ca (1493 millones ha) (10,13 mi llones h:;)
ni "\"1 ones I"otccilfale ;:-¡1"l~i"l1'"""o-n"'e s PJ r-C-e1~1t~J~j-~
hectáreas Area total hectáreas AtEa total

Deficiencia de N 1332 89 969 93
Deficiencia de P 1217 82 1002 (' r
-' ,)
D~ficíenciu ce K 799 54 799 77
Alta fijaci6n de P 788 53 672 6r,
Toxicidad de Al 756 51 755 72
D~ficiencia de S 756 51 745 71
Deficiencia de Zn 741 50 645 62
Deficiencia de Ca r~
, ,~c:.. [,9 rojc 70
D'2ficiencia de ilg 731 49 739 70
¿s tres de H 0 >3 meses 634 42 299 ro
¿.
Baja capacicad2 de retencl6n H 0
2 626 42 583 SG
G}j3 CICC:* 620 ilJ. 577 S")
,

Jl.l:¡¡ erosión 543 3G :)0<, 29


D2ficiencia de Cu 310 21 310 30
Posibilidad de inundación 305 20 123 12
Compactación del suelo 169 ' 1 1;' (1 16
""
Presencia de Laterita 126 8 81 8
D2ficienci2 de Fe 96 5 ? ?
Suelos ácidos sulfatados 0
~ O 2 O
Taxi cidad de ¡''in ? ? ? ?
C¡;fjciencia de B ? ? ? ?
Deficiencia de Mo:. ? ? ? ?

Fuente S5nchez y Cochrane, 1980.


* CICE = Al interc. + Ca interc. + Mg interc. + K interc.
-_ ..... _--------------
"

Cuadro 3. Reducciones en el fertilizante recomendado y en las dosis de aplicación de cal al requerir sólamente
80% del rendimiento m§ximo. Ejemplos de regiones con Oxisoles y Ultisoles. Efectos residuales
indicados con "R".
Reducción de
Dosis del insumo la. dosis de
para jJl'odus:~_ fertilizante
Rendimiento Rendimiento 80;;
Localidad Culti va Insumo Máximo ;"')JX imo (R;"í) R,\1 80:s Rt0 Fuente

tJn/ha/cultivo------kg/ha------- ------%-----
Brasilia, Br. Maíz (6)11 P205(R) 7.0 563 282 50 NCSU (1978)
Crasilia, Sr. fl¡aíz (5) Ca 1 (R) 5.6 8000 2000 75 NCSU (1978)
2,r~silia., Gr. i'taíz (1) K L\. . o
J 249 60 76 Ni"f'-U
t .. .J \.rl("'~")
::;/0

Brasilia, Sr. Soya (1) 3.2 1200 3JO 75 r.n,1'"


",¡hG
(~(1,"(\
.~)/·2)
P20S
Brasilia, 8r. Trigo (1) P20S 2.4 800 200 75 CP,AC (1976)
Orocovis, P.R. Pasto Elefante N 53.0 1792 7tl6 58 Vicente-
Cr,:;.;¡d: sr
'có- a'
' - L- (106i:)
,. _ ~ ,

Ca rimo.gua, Col. Yuca (42) Cal 80 6000 liDO 72 CU\T (~~"73)


Carimagua, Col. r'1aíz (20) Cal 3.2 6000 2200 63 CI{~T
. ,, ~_..... "-,.
(107S'l

Carimagua,' Col. Arroz (96) Cal 2.8 6000 3500 42 CIfíT (197S)
Carimagua, Col. Sorgo (21',0) Ca 1 3.1 6000 ~L2C:J 70 ClflT (1972)
Carimgua, Col. Frijol (49) Cal 1.0 6000 ~JOO 33 CIAT (1973)

1J Número en paréntesis indica núm2ro de cultives cosecnJdos.


- - - - - - - _ . . - - - - _ • • - - _ _ 1

Cuadro 4. Algunos cultivos alimenticios importantes considerados generalmente como


tolerantes de las condiciones ~cidas del suelo en los trópicos.

Especies generalmente tolerantes:


Yuca ( ,-,-r~<>:;,cn;..c.i;c.h0,,-,10 ~ s e u 1 e n t~)
Cm'¡,pea (Vig.na ur;quiculat~)
'1 -
¡\' an 1
(A raC¡ll
, .s ,n:t.~cg¿º~ª-),
Guisante (Cajanus cejan)
Banano U~us~ pcf¡¡disiaca)
Arroz iDryz¡; scci va)
Papa (Sol Clnum tuberosum)

Especies generalmente susceptibles con variedades tolerantes a la acid~z:

Frijol (Phaseolus yulgaris)


j'1a í z (Zea mays)
So1'9 o ( So r9_hI._:m ::.b.:-.ic,:co,-,l-.:c0.:-r)
Soya (.G1ycine m¡¡x)
Batata delee (lJl.omea batatas)
Trigo (Triticum aestivum)
- -- ------ ------- - --1
• .

Cuadro 5. El efecto del nivel de la fertilidad del suelo sobre el índice


de área foliar y concentraci6n de nutrimentos en la hoja de yuca,
variedad M Mex 59, sqis meses d2Spués de plantada

Ir:dice Contenido del Nutrimen


Nivel de de Area Concentrac.de Nutrimentos to por unidad de firea
Fertilidad FoliQr '1 P K Foliar
N p K
~--
"
-------------~----------- --------~g/dm----------

Alto 5.39 3.69 0.25 2.00 18.9 1. 28 10.3


j'íedi o 3.54 3.63 0.19 1.40 20.2 1.0~l 7.7
gDjo 1.65 3.52 0.18 0.73 21. 7 lt1l 4.5

Fuente Cock (1981).


-------------------
Cuadro 6. Algunos cultivos frutfcolas importantes considerados general~ente
como tolerantes a las condiciones 5cidas del suelo en los trópicos.

Nombre Común Nombre Cient'fico F'Jentc*

Banana ¡'¡USA sori ens i s 2

Carambola 8verrhoa car~~lbola 1


Marañón Anacardium
- - - - - - occidental e 1

Coco Cocos ----


nucifara 1

Granadilla Passiflora edulis 1


Pomelo eLtrJl2. 2.a r adi si 1

Guayaba Ps i di ur;¡ Dliajava 2

Lima Citrus aurantijfolia 1

r,jango H0nguifera
------~~
indica 1

Naranja CHrus si n2ns i s 1


Piña Anonas cO[;,OSUS 1

* 1: Duke, 1978; 2:Autores


------------------- ,

Cuadro 7. Algunos cultivos perennes y forestales importantes considerados como


tolerantes a las condiciones Ecidas del suelo en los tr3~icos.

Non~bre Co:nún Nombre Cientifico Fuente

nuez 8ertno 11 eti a exce ll'~ 1

Café Coff~~. araDi ca 1

Eucalipto Euca1yptus grandiflora 2

Grr,e 1i na Gm21ina arborea 2

Guaranií Pauil inj.~ cupana 2


Jacarandá Dalberqia -n101'a
--~---"-
2

Pa 1ma Aceitera Ilo0~ guineensis 1

Chontaduro Guilielma gBsipaes* 2

Pimi ento I'~egro Piper :1igrur;¡ 1

Pino PinL;S car-ibsa 2

Caucho Hevea
- - - -brasiliensis 1

Caila de Azúcar Saccharum officinarum


----_.- 1

1 - Duke (1978)
2 - I\lvim (1981)

* Conocido también como "pejibaye", "pijuayo", "pupunha."


I
I Uli,i:.ioles.

l. Especie CbS2;-~/uC iones

I GiV1,;·lr tJ [¡\S :
l\nd~~()D09(jn _[Eyan~ Qll(~na c.d.;..;,pt~c-¡6n, lanzumientc en Colombia y 3rdsi-l.

I nr'clchiJ.i"iJ deCUJ:lb2ns
Src1chiJfia )nnwidicola
Bllcna adaptación, susc~ptible al sZllivazo o ;;lión.
Tolel'ante a Al,
Di tlit2)'i u dCCU:llbens Adap-tada pero con re~uerirllientos altos en ferti'liza
I
____ .:L.. _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

ción.
tVYill'Y'ileni a rufa . A(laptJdil, RsqJerimi2ntQ alto de K;baja prolluctividad.
I Melinis minutiflora
?Jni cum Tilaximum
ArJQptadJ. pero con buj;-} pr'odücti 'Ji di}d.
Adaptada pero con reqllerirlicntos altos en fertiliza-
ción.
I Adaptad~ pat'Q forraje de corte,altos requerimientos
en fertilización,

I raspa 1Lim
EdJ_i?-.:~ 1um
no-t~1.tum

.lDJ cdt':l um
Gilj u pi'oduct-i 'Ji dad.
Suscepti b 1 e J enfermed"des en ci el'tus áreas,
I. LEGUr,lI¡'¡O~~AS :
• Desrí.odiurn. hetpTop!1ylluii1 Prefiere un résrlJilen de l'lurrl i )uad del suelo údico .
I Artllsto parJ ramoneo
Contenido alto de tanino en el ¡Inas Gsticos y suelos
I bajos en ,Hurre «10 ppm S).
Cé1~lQPo\;;on'ium ¡)luconoitles P,~l'si$tentc per'o bdja po.latabi-f·idad.

~,·nl:r')SeiOl,lo B!:lÉescens Problema con atilque de illsectos.


I ~~~a.ctia str'iata Prouuct·¡vo solo en cier-tos :-2cos'ist(~n1i15.
PucY',wj¿¡ ~aseoloides Adaptada pero no para estaciones secas largas(>5meses)
I ~E/lo~:,,}~the2 cí~pi lata $o1~u~ent2 pi.lra ecosist2mas de sabanu.
St~/losi"lnthcs _9uia.nen:::is Solo pocos ecotipos tien2n toleY'ancia a anthr'dcnosis
I Sixlo S,:l!2_o Ce s_ s c a b r a Pro~isoria para sabanas isotªrmicas.
-Stylosanthes -----
----~-~
viscosa Ptc¡ri';:wia para S;¡b¿lilJS isotérmicas.

l· Zo)'ni a 150: i fo 1 ~ IId:lptada en sJbanas¡ sohypctténnicas pero susceptible


¡¡ -,,--[lhaselorna sr.

l· Fuente: CIAT (1978, 1979, 19BO) y observdciones de los autores.

I
I
------------------- •

Cuadro 9. Contribución de nutrimentos de la ceniza y material parci a lmente


quemado depositados sobre un Ultisol de Yurimaguas, P~rú despuÉS
de 1a que;~FI de un bosque de 17 años.

Nutrimento Compos i ei ón Adiciones


Tot'Oles
kg(ha
N 1.72% 67

P o.14/{¡ 6

K o. 977~ 38

Ca 1.92% 75
t'~g 0.41% 16
Fe 0.19 T.6

¡·ln 0.19% 7.3


In 132 ppm 0.3

Cu 79 ppm 0.3

Fuente Seubert, et al. (1977).


- - - - - - - _.. - - - - -._----
, . •

Cuadro 10. Efectos de metodos de apertura de bosque sobre los rendimientos de


varios cultivos en Yuri¡;:aguas, PerO, (Rendi"riento es pro;;J2:Jio d~l
namero de cosechas indicado en pJrCntesis).

Tumba
Nivel de * y Bulldozer Bulldozer
Culti va Fertil i dad Quema - Quc;;;a--

-----ton/ha**----- "1,
Arroz de secano (3) O 1.3 0.7 53
NPK 3,0 1.5 it9
NP¡<C o o 2.3 80
~."

r'laíz (1) O 0.1 0.0 O


t-lPK O. ~; 0.011- 10
NP¡(C 3.1 2.4 76

Soya (2) O 0.7 0.2 24


NPK 1.0 0.3 34
NPKC 2.7 1.8 67
Yuca (2) O 15.4 6.4 42
-0
¡lPK 13~9 14.9 ;' 'J
NPj(C 25.6 24.9 97

Panicum maximum O 12.3 8.3 68


~-,--c!-
\ 0 •. .- 0_, dilO ) NP!( 25.2 17.2 68
~~PKC 32.2 24.2 75
oC
Rendimiento relativo promedio O JI

NPK 4'
.I

NPKC 48
;, --5-0 k9 fU h a ;-TI 2 kg Pilla, 40 kgl-(/lla, Tten/ha caTlCl.
** Rendimientos en grano de arrez de secano, ma~z y soya, rendimientos de rafz
freSCa de yuca, producción arluo.J de materia SCCQ de P~Q.L~~¡m max·¡rril1fTI,

Fuente Seubert, et al. (1977)


- -- - - --------------
1 •

Cuadro 11. Efectos de métodos de apertura de bosque sobre la tasa de in-


filtraci6n del agua en Ultisoles de Yurimaguas, Pera; Man~us y
Barrolandia (Gahia), Br0sil.

Método de Apertura Yurimáguas ¡'lanaus, NI, Barrolandia, GA


P3rú
l Btasil Bras i 1

--------------------cm/hr------------------------
Bosque no disturbado 26 15 24
Tumba y quema (1 año) 10 20
Buildozer (1 año) 0.5 3

Tumba y qu~ma y
5 a'os en pastura 0.4

Fuentes: I'ICSU (1972); Seubert et ~ (1977); Schubart (1977) y Si 1va (1978).


- - - - - - - _.. - - - - - .. - - - -1

Cuadro 12. Resumen de cambios en las propiedades qUlmlcas de la capa arable antes y poco despuéS de quemar
bosques en Ultisoles y Oxisoles del Amnonus.

·
Yunmaguas- 11 21
t1anaus- 31
¡'lanaus- , E',m·-
bel 4/ ~ual'TO 1 an d'la--
5/
Propiedad Tiempo (2 sitios) (Y 7 sitios) (1 sitio) X 60 sitios) ,.
eunia (1 " ')
5:',_10,
__________________~_____.
~_~e_l_Su~l~o~ Ir
~!?ses después de quemar: 1 3 0.5 4 12 1
pH (en HZO) Antes: 4,0 4,0 3.8 4,1 4.8 4.6
D2Spués: 4.5 4~3 4.5 5,5 4.9 5,2
Ca+Mg Intercamb. Antes: o.ti 1 l. f,S 0.35 0.92 1. 03 1.40
(meq/lOOg) Después: 0.88 4.08 1. 25 5. {¡.4 1. 97 L~. 40

D 0.47 2.62 0.90 4.52 D.94 3.00


K intercamb. Antes: 0.10 0.33 0.07 0.08 0.12 0.07
(meq/lOOg) Después: 0.32 0.24 0.22 ~,
O'. ":"J'l 0.12 0.16

D '0~-2¿ (O-:on O1 r~
,"v 0.15 0.00 0.09
Al i ntercamb. Antes: 2.27 2.15 1.7.) 1.81 1 . t: r: 0.75
(r;1eq/lOOg) Después: 1. 70 0.65 0.70 O.lO 0.90 O.2E
/', (0.59) (1.50) (1.03) (1.71) (0.72) (0.45)
Sato Al (%) Alltes: 81 52 80 64 58 3J,
Después: 59 12 32 2 30 5
/:, (22) \~O) ("6) (62) (2~0) T2~(¡"')---

P disponible (ppm) Alltes: 5 15 2 6.3 1.5


(Olsen en PerO,r1~h Después: 16 2.3 5 7.5 8.5
lich-2 en BrasilT D ----------------------------------------------------------------------
11 8 3 1 . ') 7 .O
"L"u"¡culado d~ datos provenientes de: 1/ Seuber~ et al .(1977) y Villechica anQ--SJ·-cnc-cb',c--:_z:-:"~ datos no p-ub 1i caJos)
2/ 8'(~ nkl¡iannand HascimentG (191'3)
3/ UEPAE de 11anaus (1979)
41 Hecnt (dato:; no publicados)
~ Silva. (1978).
----------------~--I •

Cuadro 13. Efecto del método de siembra, distancia y densidad de siembra


sobre los rendimientos de la variedad IR8 de arroz de secano
en un Aeric Tropaqualf en Yurin;aguas, PerG.

Método de siembra Densidad de Rendimiento


y distancia Sicr:Jbra en grano

kg/h~ ·ccn/ha
Roturado con 2 surcos
de sierr,bra (surcos a 25 cm) 50 5.93

Sin labranza, huecos con


I'tacarpolt 25 x 25 er;¡. 35 5.63
Sin 1abranza, huecos con
"tacarpo" 50 x 50 cm. 18 4.25

LSD.05 0.31
Fuente S&nchez and Nurena (1972).
- - - - - - - - - - - - - - - - - --'
"
• ¡

Cuadro 14. Habilidad de diferentes especies de pastos para inv~dir y desplazar


sabana nativa fertilizada con gradas :';fcrentes de control y lQbranza
en Oxlso1cs de Carimagua, Colombia.

Tra tami enta de Especies capaces de


sabana n"tiva ---¡"n-:Cv""a"'c¡C;ij"'r-=-'-"-' ., '--rO'"'e-=-s"'p'-1 z: a r
,,=-,

Quema D. ovalifoliuJ11 Dt ovft1ifol'ium


p:- phiseoloíéJes -P-r'.!....-_._~~--~
h-:,7eo1' 'o l' (Gs
e -;::'-T' " '"_--~
c
_! •

~. ~':..~~.~

Control químico D. ovalifol ium D. ovalifolium


-p
_. nh::l~' 1""'" '1")
J:::~~eo vld·_S p, p!v:s'2~doides
iT '~::'T-';-o""-i\ ~
B. (w;~':hn co 1u u. ~~,~L;:l_~_--.!_
tL r'ad-ic8,ns--'

Cultivadora a 12 cm. Dvalifolium


D. --------
-, D. o'lal~folium
F. ph:.~ses'¡o·¡¿cs P. l)}¡~'~0.0r0rdes
lT. fLfó'úiTcn"iéi'-- hUi]! dTeó-ji; - -
D (Te e UI',<) c; i~1 S "¡j. Ci~', ¿~,~'~~~-i=
~i\-. q-ayanus A. 2i~0ii-;-~--
G f2'd-j cans

Preparación cor,pleta de D. ovalifolium O,. ovalifolium


la cama de la semilla -P. Iifl}se,j10ide's P. f:hrJS 20 rOl des
B. hu;n{CiTcoT,,-,- e. }1u01fj-ico-la-
e.
dccun0e ,s r 8. C-;"CUi:l b.2ns
:;;;-::;-n'
ií ,-s-
,",\.
l;21'-" o_Á
-A G.}vanus

______________-=b:.:'.'-'.+raG i c0rls 1f '¡~Dd-rC~l:lS


--'-----
Fuente CIAT (1980)
-------------_ .. _--- •

Cuadro 15. Producci6n de cultivos y pastura en monocultivo y sistemas in-


tercalados establecidos simultáneamente en un Ultisol de Quili
c.hao, Colombia. Fertilización con 0.5 ton/ha cal dolo:¡)"ítica y--
IDJ kg P20S/ha cerno superfosfato triple.

E2.Qeci e Rendimiento Pas tura (Ma teri a Suma


del cultivo SCCD) dp-
Cultivo Pasturo.* MonocL¡'¡-lntercé\ r,;or¡"Qcu1 1nterca RY RY
(i! cortes) t-¡ '/0 lo.(;Q RY** tivo lDdo
el
-------ton/ha---- 1~ ----- ---ton/ ha-- - --- /0 "le
Yuca S.q.(3) 45.6 38.2 8(11' 2,1 1,0 43 132
( ra ices) ---
11
B.d. + 42,4 17 .0 40 7.0 6.4 92 130
Li1:. (3)
Frijol 2.·9_·(1) 1.08 )',08 100 0,30 0,37 ~O 145
(gl'óno)

" B.d, + 1.22 1.24 102 1. 70 0,93 55 157


2,:9:- (1)

* S,g.= Stylosanthes guianensis 136; B.d,~ Brachial'ia -


deCl:nbens
- - - - 606.
** RY ::: R'2hdimiento relativo == 1_n1~erc~1rado x í.]n
¡~onQcultivo· ..
Fuente Adpatado de CIAT (1979).
... _----------------- •

Cuadro 16. Efectos del tipo de cobertura al suelo sobre los rendimientos
de maiz en un Haplustox Tipico pr6ximo a Brasilia, Brasil
(Pronedios de varied~dos y otros tratilmier~o5 de m~~2jJ por
estaci6n.

Estación Estacían Seca


Tratamiento al suelo Lluv·1osa (con riego)
r,
-----1',[:(; d·· .
lmH:ntOs en grano I\ t~8n¡'h)
ICl - - - -

Sin cobertura 6.16 5.93

Cobertura de Melinis minutiflora 6.54 5.99


Cobertura con plástico nc;ro G.75

Fuentes: Gandy (1976), r:csu (1976).


--- ___________ 1_ _ _ _ _

Cuadro 17. Efecto total de la cobertura del suelo con Panicum maximum
sobre los rendimientos en grano de vatios cultivo"s e"nll-n-"
Palcudult Tipico de Yutimaguas, Pera.

Culti YO Númetb
de Con Sin
Cosechas Cobertura Cob'"rtura

--Rendimientos en grano(toníha)--
Arroz de secano 7 2,10 2,71

~laí z 4 3,94 3.55


Soya 6 2,3'1 2.29
~la ní 4 2,96 2,ee
ITJ
Cowpea 1 0,64 0.74
L
!. Promedio de Rendimiento 20 2.56 2. L';-9
("
\~,.,'
Fuente Valverde anG Bandy (1931).
>- •. ! 1

",i
l' ' ..J
'/_
. ..... I
O ;----l
» L'--l
-------------_ .• _--- •

Cuadro 18. Efecto total de la cobertura aplicada al suelo e incorporaciones de abono verde en tratamientos
no fertilizados en relaci6n a los rendimieltos obtenidos en los trJ:amientos fc:tiliza~os
sin cobertura y sin incorporación de abono verde de 5 cultivos consecutivos. NG~eros en p~rªntesis
son rendinlientos en grnna (ton/ha) que fueron igualados ~ 100%. Y~riila9uas~ 1974-1975.

Tra t¿;,mi entos ler, Culti yo 2do,Cultjvo 3er,Cultivo 4° Cul tivo 5° Culti va Efecto
(tOGOS sinfertilizar-) Soya ¡'1~ í z Arroz Pl"o;¡~e-
l' "
CC'/iDea tlc.n"¡
(1.10) (C.74) (4.17) ( 2 . 88) (2.7:') dio

------% del rendirnil~í1to sin cober'tu.riJ y tre,t~:I¡i7::ntos altos con hPK y Cal------

Suelo desnudo 9 59 33 55 64 44

Cobertura con Guinea 14 103 57 52 94 64

Guinea incorporada 33 90 70 69 94 71
Cobertura con Kudzd 97 72 63 90 80
KudzG incorporado 109 77 88 79 Q(!
~J 90

Fuentes NCSU (1976), \~ade (1978).


- - - - -- -------------
,

Cuadro 19. Sistemas intensivos de cultivos intercalados produciendo


4 a 5 cul ti vos por aro en com¡vlJ'l.1cí ón con los r7Ji S 1-:10 5 el! 1-
tiVDS en monocultivo en un Paleudult Tipico de Yurimaguas,
PerO. Cultivos espaciados en surcos de 2 m.

Primer P.ño 112 í z Soya Yuca. CO'dpca Valor total %sobre


en el Dier- ~onocul
cado. tiJa

Rendimiento en arano o tub§rculo (ton/ha) US$/ha.


Intercalado 154 0.83 11 ,7 0,54 lC55 20
Honocultivo 3.35 1.15 16.8 1.05 879

Segu~do Año Arroz Soya Yuca !,laní CoV/pea \,¡¡lor totJl % sobre
en 21 mer- monocul
cado t'lvD

Interca 1o.do 2.01 0.52 8.0 2.62 0.24 1996 23


nonocultivo 2.38 1.19 22.9 3.05 0.47 1558

Fuentes: NCSU (1975, 1976), \!ade (1978).


- - - - - - -- - - - - - - .. - - - -
• \
• •

Cuadro 20. Efectos residuales de las aplicaciones de cal a un Oxisol de Brasilia en téy'minos de cambios
en las propiedades qufm~cas de la capa arable y rendimientos relativos en grano a 6 y 66 me-
ses después c21 enc2lado.

Cal Aplicada RencirniEnt:)$ tela


en 1972 pH Al Intercamb. Ca+Mg Intercamb. Saturaci6n Al tivos ~n QY'2no
¡;",- 66* 6~~ - 6t~- 6'\;' -66:-'~ 6-,';- Gó~~ 6'------66: - -

l..on /'na
~ 1: 1 H 0
2 ------------meq/l00 g---------- --------------%--------------------
o 4.7 3.9 1.1 1.5 0.6 0.3 63 80 53 50

1 5.0 4.2 0.9 1.1 1.1 0.6 45 61 85 93

2 5.1 4.3 0.5 1.0 1.5 1.0 25 46 88 83

4 5.6 4.8 0.2 0.4 3.1 2.1 6 15 100 89

8 6.3 5.2 0.0 0.1 4.4 4.0 2 2 93 100

Recopilado de: NCSU (1974; Gonz51ez (1976); Gonz51ez, - al. (1979); ePAC, 1~79; Miranda, -
et - et-al.,
- (19BO).
"" ~leses después del encalado. Los rendimientos se refieren al primer cultivo (m¿¡íz) y ai SCpL.liDO
- +' cultivo
consecutivo (soya). Rend-¡mientos máximos fueron 4.0 y 2.1 ton/ha, rf,spectiv,}n;c¡¡~2.
-------------------
, .

Cuadro 21. Requerimientos estimados de cal para cultivos y pasturas importantes


para los Oxisoles bien drenados de los Llanos nrientales de Colo:~biJ.

Espec";e Dosis de Cal Fu~nte

CULTIVOS: ton/ha

Arroz (estatura alta) 0.25 - 0.5 2


Yuca 0.25 - 0.5 5
¡'ianga 0.25 - 0.5 5
H¿~Y'añón 0.25 - 0.5 5
Cítricos 0.25 - 0.5 5
r'if:¡ 0.25 - 0.5 s
CG'·,-,!pea O• :)- , O
-.1. • 5
Banana 0.5 - 1.0 o
Haíz 1.0 - 2.0 5
Fri j al negro 1.0 - 2.0 5
T0.C,:lCO 1.5 - 2.0 ~

1':2rtí J..5 - 2.0 1


Arroz (estatura baja) 2.0 + 1
PASTURi\S:
AndroEQ9on 9ayanu$ 0.4 3
P2n~C',;¡i; ¡T,Jzimum 1.5 j
Irra-l:'~i("Aí-r~ Q.2cLiiTlbens 1.1
'Z·~-:.--;!·. '~'~:-n·-¡1-0-Sr'--~
...-'"/ Iv,~~,. ,L. _ '~'~fJ
..... ,• .l..;- +a
L ..).\"" 0.5 3
Iór':-¡ iD. 1a ti fa 1i 2-,- - - 0.5 4
Üesnod -¡ li:Tl :-:'1\',;: ri fo 1i um 0.5 4
rL;2:'~~~_i J. ph':-.-?_:::J-Toi d,::s 1.0 3
P é.:·'_"" C'-)";-"'l
-~~~~ j:...,:~~.~~-¡'¡
n"Y'rnn-\i'!!\,~·'::;U,\;~ 2.5 3

Fuentes: \1) Alvarado, sin fecha; (2) Calvo, et al. 1977; (3) Salinas and
Delgadillo, 1980; (4) Soain,
,
1979; (1)J S;]"ain,
'-- et -
¡¡l., 1975
-------------_._----
1

Cuadro 22. ,Clasificaci6n de variedades de soya de acuerdo a niveles


criticos de saturación de aluminio en el suelo (requerido
para un 80 '"h de renClmlenLO
, " " maxlmo
- ' ) en O' -
X1SOl2S ' F!¿ranJ,
oc -
BNSil

Nivel Crftico
CateSoría Variedad de saturaci6n de Al

If¡uy sus cept i b1e: /-\nd rCV1S 9


Cobb 10
Moderadamente susceptible: ¡e'lorida 13
GI'agg 15
Sant:] Ana 17
Hutt()!1 18
S~nta Rosa 18
LlFV-l 21
Vicoja 2~

Sosslcf 22

Fuente: Muzi 11 i, et .9.l., (1978).


-------------------, ,

Cuadro 23. Rangos de tolerancia diferencial a estress de Al y/o P de gramtneas y leguminosas bajo condiciones
de campo en un Oxisof de los Llanos Orientales de Colombla.

Sin Cal 0.5 ton cal/ha 5 ton cal/ha Rcndim12¡ito


Especie y O kg 17 kg 227 kg 1/ ~g 227 kg 17 kg 227 kg c.e r13-
í:¡¿xi;;~,o
:10. de CI.4T P/ha p/n" P/ha. P/ha PL'"
"" P/ha P/h o teria SCC?

~ SatUraclon Al • 92% .1\1 9Cl1; Al 89S Al 86;,~ t'\ 1 81?; .1\1 26;; 1'.1 w; t\l
P (ppm-Bray 11) + 2.1 P 1. 7 P 2.3P 14.8P
11. 7 P 1.5 P 18.3 P
Gr0nii' neas: - - - - - - - - --- - - - , - -
- - -- -- -- -- -- -- - - -La teg otí a de lo 1era ne i a* ---- - -':-~-:'~-=-~-=-:::-- -- - f6-:1/ r,il-- --
Grachiaria humidico1a 692 N H H H n 11 S 3.33
-.
A~jr80oqo~ qayanus 621 j',j 1,1 -,,~

l'·1 ti i,~ [I¡ H J • J:.l


r~-n nE:--"r; f nu ti '(\ or a 6O8 S 11 K H H [i ;·1 3.09
') ;0
Bro.ciliar'i~ deCU!;;J2IlS 606 S S S S S 1·1 H ..J.:):'>

Pa·-,~;-rcurn max~¡nurn 'fr04- S S S S ~I M H 5.35


--r:-~--;--'--- ----
¡-2~se_tUIT~ Q.uJ:E.,lreu'l: S S S S H ['1 H 6.98

~ Saturación Al + 92 92 92 <"
00 86 27 27
P (ppm-Bray Ii) + 1.6 2.6 21\.2 2.6 24.1 1.6 2c, .1

Legumi nosas:
~lylosanthes capitata 1078 r·1 ~1 H M ,11 11 H 4.04
S~v)~san~~~s _"--_ _1
~cL_~_-_"':"':_~~
cuial
Pl'sis ~24
-_~ c...._ • S [,1 ¡,1 H H ,1 "
rl 2.65
Cent,(,OS(:¡~la hybrid 433 S 1,1 H ¡-'í H S H :~ .04
Stjl%-ir~i)12s capitata 14·05 S f1 H H H [·1 1'11 2.8.3
,Stv IoS2.ntn-?s ~.~pJ_t::t} 1019 S [.11 i<í H j'l fl[ ¡.j 2.67
C2:::r~Cldi:;!n O'/e.li"rol·:'.'-;J 350 S S 01 [·1 H H Í"i ."::: .eü
.~ ' )

-I-;-:;'-;::-~:::-d;! ",1 ~';)-·-'..:>'."or,~~¡---I---I~U'11 3.10 \' X S S S ir¡ H '(.. ¡l'


,1
_~ __ :"'~~'~ ~~~-=--,-'.~:---=--_IJ ,..1
"v
~~~!cro~tilitlm sp S06 r, v
.". N S i1 S ;'1 2.95
----'-------_.-
Leucaena 12~coce~hala 734 X X S S S ri 1·1 1.56

* X = muerte: S = supervivencia «50% rend,max.); M = moderada (50-80% rend. max.); H = alta (>80% rend.max.)
Fuente: !,d&ptaco de Salinas and De1gadillo (1980); CIAT (1980).
-------------_ .. _--- • •

Cuadro 24. Respuesta diferencial de nueve leguminosas forrajeras a la


toxicidad de manganeso en Australia.

Ni ve 1
Coeficiente Categoría de Cdtico
Especie de Rc;grc.si6n* Tolerancia 1ntc:;~n8
pp::l ,"!n
Centrosemo pubescens -0.OQ23 1 Tolerante IGOO
1
Stylosanthes hUi;li'ii~ -0.0038 2 11 ';0
I
l..O +. . onon1.s , . neSll
pél"l .. .,. . O. 00\ 00
,,1:'--1 3 1320
Macroptilium lathyroides -0,0066 4 8[rO

Leccaen3 leu~ocepha la -0.0077 5 550

D2smodium uncinatum -O.OOSO 6 1160

Medicago ~ativa -0.0102 7 3BC


1
Ql¿ci
_. ____ Vii chti1
ne ---,c __ -0.0~28 8 560

f!¡acroptilium
I
.¡.
a tr...9.2u rpu reum -0.0159 9 Susceptible 810

* Indica la magnitud de la producci6n de materia ~2C& que disminuye 81


aumentar les niveles externos ds ~1~n~~n2S0.

Fuente Andrevl and Hegarty (1969).


----------- --------
, •

Cuadro 25. Respuesta diferencial de cinco leguminosas forrajeras del tró-


pico a la toxicid~d de manganeso C~ Rio de Janeiro, Brasil.

Coeficiente Cntsgorfa
Especie de Rcgrcs ión de Tolerancia

~_t¿lcsanthes_ suianensis -0.014 1 Tolerante


Glycinc wight'~ -0.091 2
II
fentrosema pubescens -O. : 62 3
I
Macroptilium atropurpurcum -0.197 4
1
Pueraria phaseoloides -0.210 "
v SU5ceoti-
blrc

Fuente Souto and DBbereiner (1969).


-------------_._----
Cuadro 26. Niveles de fósforo en la solución del suelo de isotermas de
adsorción, niveles equivalentes de P disponible por
métodos y cantid~des de superfosfato triple aplicados al voleo
despu§s de 7 a~os y 13 cultivos continuos a un Trcpeptic
Eutrorthox de H¿waii.

P manteni do P disponible P Dplicado ill SU(~lQ


en la solución j\'lehiich l"1ant:::nimi ~nto Total
del suelo Bray 1 2 Olsen Inicial en 7 3~OS
-----------------ppm p----------------- - - - - -- --1:9 P,:-O-;¡hél- -- -- - - - ---
¿ "

0.003 3 6 12 80 114 194


0.005 5 9 15 200 204 404
0.012 14 20 30 432 714 11 0.6
0.025 28 35 44 632 lúDS 2127
0.05 55 .""': 72 lOCO 2050 3050
0.1 72 86 93 1353 2614 3977
0.2 144 158 ~54 1591 36~il 5232
h ,'" 1
0.4 156 209 160 ~
L..J;1..L 4634· h"")!::
!".;.¿;_J

1.6 339 337 295 3273 7565 10,839

Fuente Adaptado de Yost and Fax (1979).


------------------- ;

Cuadro 27. Efectivi dad aoron6mi ca rel ativO\ de yari as rocas fosfatadas determi nada por el rend i :1'¡ ento
de Drachiaria~ decufr'¡bens en condiciones de campo en Curimaguu, Colorlb'ia (suma de 12· cort 2s l

obteni d} en un pei; eGO diC 44 n12Ses) .

Fuonte de _ _ _ _ _ _ _ _F_ó_s_f_Ol_"O__él P1i ca clo (kg P20 5/ h.~Q:..!.-)_ _


Fósforo 25 50 100 .:100
---------------------------~~~-------------
n j'" 1 t' ' - ( - - ; - ) " 1 / ' - '- - -
----,.--------------l\eWlmlento re él lVO ,,- ---------------------

Superfosfato triple anual (32.2)Y (34.5) ('C a)


j~.~ (~?'\
,v. 01

Superfosfato triple residual 100 100 100 leO


(2,.1)Y (29 A) (31.2) (o.,
\ ,~.) .8)
Flo!"ida (U.S.) 122 93 1 n~
._.1.).1 10 J·
Ba:/ovar (Perú) 120 DO 103 J.09
oC IT . . )
1.;;2.1 sa '" unlSla
r
108 lO[~ 104 lCl4
1" ~
r.uila (Cokr,bia) 95 .1-1..) 98 1J.0
Pesca (Colombia) 110 82 111 116
Tennessee (U.S.) 104 7ó 96 103

Control: 13.6%

1J Iguéllando a 100% para cada nivel de aplicación

?J Producción de i'~ateria SecLl en ton/ha.

Fuente León and Fenster (1980).


-------------------
,

Cuadro 28. Fracciones de fósforo en un Oxisol de Carimagua, Colombia en función de dosis de fésforo
aplicudo.

Fósforo aplicado P disponi p p p


b¡c - P-Ca P-Al P-Fe Inorgánico Orgánico Tota 1
P2-D~- P Bray II
--------kg/ha------
O O
----------------------------ppn---------------------------------------
1.8 0.9 0.5 26 29.2 101 130.2
10 4.4 1,8 0.8 0,6 29 32,2 97 129.2
20 8.7 1.9 1.0 0,6 32 35.5 97 132.5
40 17.5 2.1 1.1 0.6 35 38.8 108 145.8
80 34.9 2,2 1.7 0.9 i¡0 44.8 102 1 4 6.8
100 43.7 3.5 1.7 1.0 42 48,2 92 140.2
150 65.5 5.5 1
..1..
a
.~. 1.3 43 51. 7 101 152.7
200 87.3 6.6 2.2 1.5 ~5 55.3 101 156.3

Fuente CIAT (1981).


--------- ----------
, •

Cuadro 29. Recomendaciones de f6sforo para un Haplustox Tfpica, arcilloso proxlmo a Brasilia, Brasil
para la producción continua de mafz, en bese a i~terpretaciones del an~ljsis de su210.

Fósforo Dispc- Intei'pretución Rendimiento Aplicación Aplicac~C:: ~n Tota 1


nible (;·1ehl ich-2) del Análisis RehUvo de 8asal al bJ:lda por cl/1 p3.t'2
de SUciO tJ¡a '1 z voleo tivo 9 aros

------ppm------ --l~ max.--- ------------------kg P205/ ha -------------------


0.0- 2.0 Extremadamente 0- 25 320 80 1040
bajo
2.1- 6.0 I~l:y Baj o 26- 50 200 80 920

6.1-10.0 Bajo 51- 75 80 SO 800

10.1-16.0 t,~edio 76- 90 O 70 630

>16.0 Alto 91-100 O 60 540

Fuente Adaptado de l1i randa, i=l~, (1980).


I
1 FL~ I~i'/-idl;d J~(c..'¡¡C1r:l'-;~,¡ :~f~ ¡'ccas fOé:!~~l-~:'.ld~lS ,!:~~<,~i'¡i:-;n~:dJ p·Ji' el
ren1 'iilJieni~o de P:-:nirunJ 1.\lxi::1Ul1l en un 0xísol {L~ Las G(lviotas
en os ~_l(1riüs O-·;:_¡~~¡l¡~~-res--¡Tc--CJlcli;:J¡I: ~.i.]jG Cl)(¡:lic¡t~nes elo ill-
l· Vc(ll,:vl(:ro (:)ll~il,1 de 3 C()t'¡~',;:s)
"---~~-------

I ROCJ
r ()s f ,_1 ~:r}dd
CCl tf-~J;)t'í i1
RCdl-=ci ón':;*
de

! CR:\SIL:
:~baete Baja 11 33 52 55

1 i\ra"J
Catano
Caja
Saja
30
5
33
6
56
22
58
33

I JJcupiranga
Patos d2 ~1i nas
Blija
Baja
12
27
13
42
19
66
51
72
Tap"¡ )'a 4 7 10 23
I !laja

1 COLC>,SIA:
ilt.:i 1 a ~1edi a 58 59 84 84

I Pesca
Sél,;"di nata
Baja
r
LaJa
.
56
29
61
44
iJO
68
83
74

I
PERU:
I BJ.yóVi1f" Alta 99 79 104 91

VEnEZUELA:
I Lcbatera Baja 56 56 65 76
TUtIISIA:
I Güfsa Alta 63 72 114 105
EST:'\DDS mHOOS:
I Fl Ol'i da f'1edi a 59 71 86 91
Cil ro 1i na (~e 1 tlc:'te Alta 70 7iJ 107 103
1- *-rfÓndir¡¡-ierlto de materid ::,¡::cél--otYt-en-icCos-con su¡;;rfosr~it-o- ~:-:iplenFT) cons'ide
r,Jd'1 C01110 lOO~~ p(Jril caca dGsis de fósfo)'o. :?cndi!:lientos ;J.oso1utos: 0.6,13.3,
1- 19.0, 22.2 Y 22.2 g/pote con 0, 50, 100, 200 Y 400 mg
pcctÍOJJmente.
r/~otc como SFT, res-

** Int0Y'iH'2t;:lc!OS de LCtli-- l.nd ¡·:c.Cl:2\1an (1972) y fue!'it2s no pL!blic\1das.


I Fuente: Leóil ilnd fc~nstL:Y' (1979).

I
-------------------
Cuadro 31. Efecto de la relaci6n de roca fosfatada (RF) a superfosfato simple (SFS) y triple (5FT) scbre
el rendimiento de maiz (porte aérea) en un Oxisol de Carimagua, Colo~¡bia, bajo condiciones de
invernadero (suma de 2 cortes).

Fuente de Fósforo SSP I ¡SP


PR
1 O 3 1 J 1 1 3 o 1

· , . Re 1aL1VO
------------------------ Rlen d~mlento -' 1/ --------~------------------
"1) -"
~~

Superfosfato simple 10nY


(1;v. Q,31
~ )--

Superfosfato triple 91
Florida/superfosfato simple 71 70 91 99
Florida/superfosfato triple 71 72 92 93
Pesca/superfosfato simple 27 53 75 99
Pesca/superfosfato triple 27 64 70 39
Control = 16;;

1/ Todas las dosis de P fueron promediadas.


_ Tama~o ar~nulo
0 usado: Minigránulo (-48+150 malla)
_

2J Superfosfcto simple iguajada a 100;1,.


1I Rendimiento de parte aérea e~ g/pote.
Fuente Fenster and León (1980).
-------------_._---- •

Cuadro 32. Efectos de enmiendas y aplicaciones de P al SUGlo sobre la


can"tidad de P adsoi"bido necesario par& provee," 0.1 ppm P ,2n
la soluci6n del suelo en un Oxisol de Brasilia, arasil,

fósforo Apl i cado JjJJ?ill)


Ni ve 1* Enmienda 330 540"
°
. --- O'lSr;)1nUC1Qn
.
46C
-- en 1a adSOI"C10n
., de ",.,,)--
01·1'

O Control O 44 54 65
1 CaC0 3 18 59 68 77
CaSi0 3 24 65 77 84

Combined 18 65 71 82
2 CaC0 3 16 62 77 85
n"
CaSi0
3
28 75 82 ~L

Combined 32 74 77 85

" Nivel de enmienda es relativo a la neutr"lización del Al interc::;obiable


por el factor de 1 y 2, respectivamente. AluDinio intercambiJble inicial
1. 45 meq/lCOg.

fuente Smyth and Sánchez (1980a).


I
I
l· CUJ.dto 33. i'!i\j(~l~,::s er' t'rco:;
de pJstos
ExtCi'(HjS
rop-¡cJles
(!c ;:6sforo de ''f\..1'¡'i:.:s 1.:SPi=:cics

I ni\":l C~~ít'ico
dé, ' ...!isponi-
I ESJ)ecie y nllM2ro de acceslÓtl b i:' .' (dy- II )

PP'I P
I Legcm ¡ ¡¡osas:
S2.'/los¿)n~th2s ca~)itüta. CIt'\T 19?8 2. !i
I _Stylosant:I(~S_ (;lIi¿((~2ns'¡,s r:U\T l~~OO 2.5
ZOI'rli¡¡ ldtifolia erM 728 2.8

I Desmodiuiíl ovalifoliui':l CIAT J5lJ 3.0


Styl.2:i,mthes ':'-ªl!itut, eL,T 1315 3.2

I St.yloscmtiles c"pito,ta CI:\T 1097


!ornia sp. CIAT 883
3.3
3.4

I f-u2r~Iii\ ?hu~;201o-¡dcs

~_t.zlosa.0.tht::",
CIJ\T 9900
c'lpitata cr,IT 1019
3.5
3.5
3.6
I Stylosanti;es, !=.é1pitc.co" CL\T 1338
Stylosantllei, sUianensic, CI.~T 1153 5.5
De5modiJ::~ '::,cSi11i uru~ CI¡\T 3022 8.0
I Hacr'optilium sp. C¡;H 536 9.5
Ol~smodi l!n! 5)/['0 i d2S. el/\, T 3001 11. 4
I
Gr~:l1íileaS :

I i\nJr'!jJognn (lJjilnUS eun 621 5.0


I3rachi Jri;j decuiIlGens CIln 606 7.0
I 10.0

I~ * Nivel de P disponible, dsociúdo on 80% de '('endim~ento 1lI5ximo.

Fuentes: Cli\T (1978, 1979, 1980).



I
I
- - - - - - - - - - - - - - .. - - --1
Cuadro 34. Niveles criticas internos de f6sforo asociados aproximadamen
te con rendimientos m5ximos de varias especies d2 pastos
tropicales.

Especies % P en el tejido FU2nte

Leguminosas:
Stylosanthes humilis 0.17 1
,
C2ntroSC80 pubescens 0.16 J.

D2smodium intort~m
----~~- ~----
0.22 1
Glycir,e wichtii
----~---~
0.23 1
¡"12d~~_go s2,ti'!a O.?:) 1

Gramí neas :
,~ndroDogon gayanus 0.11 2
Brachiaria
- d~cJmb2ns
- - - - ------ 0.12 2
¡'~2i~nis rrínutiflofJ. 0.18 1
---~-- ---~--

Pv.ni Cl;.m ma)d rnur.l 0,19 1


Pennisetum clandestinum 0.22 1
ChloY'is -"'---"---
------ C;3yc:.na G.23 1
Po_'UJa 1um di1 ata tum, 0,25 1

Fuentes: l. Andrew and Robins (1959, 1971)


2. CIAT (1978).
-------------------
Cuadro 35. Efectos de micorriza inoculada en "suelo ácido laterítico" esterilizQdo de Sri Lanka sobre el
crecir:li~nto, absorción de fósforo ':/ fijación de nitróge:,o por tue!_aEi.~ El0J_eoioid~. en condi-
ciones de invernadero,

Prodúcción de Infección de P en 1a Nódulos Reducción


Tratamiento r'lateY'ia sp.ca mi corr< :::a plc,.'::, por' Pote en C~:-'4
L .

g/pote '1
" % No. llr:lol/pote/hr
Control suelo no esterilizado 2.4 O 0.18 ,
J. 0.1
Micorriza sóla 28.8 76 0.27 230 55.0
Micorriza + 12 ppm P como RF* 31.0 67 0.28 241 69.1
Micorriza + 60 ppm P como RF* 37.8 74 0.31 354· 123.4
12 ppm P como RF* 3.9 11 0.25 11 1.6
60 ppm P como RF* 24.6 O 0.25 96 24.8

* Roca Fosf6rica Jordan

Fuente Adaptado de Woi dyanatha et ~l., (1979).


.. -- - - - _. - - - - - - - .. - - - -1

Cuadro 36. Niveles crfticos tentativos externos e internos de azufre


d~ gramineas y leguminosas forrajeras tolerantes a la aci
dez desarrollados en un Oxisol de Carimagua, Colombia, -
bajo condic'¡ones de inveriladero (Niveles Cr1't'icos e3tiG¡~-
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UJijc...~ da'._ C~+e 1·,1e'
C"_-¡¡ ~'~'-l)
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Nivel Critico ~:ivel CI"itico


Especie Externo Inter"lu
(Suelo) (P12,lt2)

ppm S" " S


Gramíneas:
§rachi~ria humidicola 679 11 0.14
, P\í1drop~.qon 9ayanu: 621 12 0.15
8rachiaria dccumbEns 13 Q,lG
Pani CUf!: ;n3xi!T'..L!~ll 14 0.15

Leguminosas:
Sty-losanthes capitata 1315 12 0.15
Dr,sr:'Jdium oval ifol iUID 350 13 0.12
- ---
Zornia lstifolia 728 14 O'e,',
1 ,--
Stvlosan~hcs capitata 1019 0.17
., :_------- '-~

Fuente : CIAT (1981)


* Extractor fosfato de calcio.
-------------------

Cuadro 37. Fracciones de fósforo del suelo en el perfil de un Oxisol de Carimagua, Llanos Orientales,
Colombia.

Satura- Porcentaje del P Total


Profundidad pH C c;ón de P p P residual P Ocluído
del Suelo Orgánico Bases Total soluble Fe-P Al-P
Orgánico Ca-P Al-P Fe-P
cm % % ppm ---------------------------%------------------------------
0-6 4.5 2.26 7 185 77 0.9 0.8 10 9 1
6-15 4.6 1.84 7 151 75 0.6 0.9 11 11 1
15-40 4.6 1.13 13 126 73 0.7 1.2 6 17 1
40-70 4.9 0.53 15 114 55 0.8 1.3 7 34 1
70-100 5.1 0.43 29 90 47 0.6 1.0 9 41 1
100-150 5.1 0.24 21 84 35 0.7 1.2 4 53 4

Fuente: Benavides (1963).

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• •

Cuadro 38. Contenido de Fósforo en pasturas de Andropogon gayanus y


Brachiaria decumbens'bajo pastoreo con una carga animal de
1.7 an/ha en un Tropeptic Haplustox de Carimagua, Colombia.
(Fertilización con 50 kg P~05/ha como superfosfato triple
y más pequeñas cantidades ae calcio, magnesio, potasio y
azufre).
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l· FERTILIIACION CON N (Kg/ha/aiío)

Figul'c" 1. Producción anual dr, materia seca de Pennisetum. pUJJ2l!l"eUm


l· ev. Napier bajo corte en Ultiso12s de las
de PUQt'to Rico bajo manejo intensivo.
Fuente: Vicente-Chandlel' et al. (1974).
monta~as acticas

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1 APUCf'.CIor: CASAL DE P AL VOLEO (kg P/ha)

1 Resru~sta del cultive.· de ¡¡¡~íz a las ilp1-ícaciones de fÓS-FOl~O


en un Oxisol (Hi\plL'stox TipicD) del C(Tracio de f),·C\sil.
• RendimiC'nto aCUI:¡ulado el! ~rrilllO de seis cuHivos consecutivos,
l· Fuente: Adaptudo dC' North Cil¡'olillt1 State Unive¡'sity (lS78),

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Económico ,\ ~'':i tres cultivos
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Prii'ier cultivo
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P APLICADO (kg P/ha)

Figura 3. Respuesta del rendimiento en grano de Phaseolus vulgaris a la aplicación


inicial de fósforo y su efecto residual sobre dos cultivos consecutivos
en un Dystrandept t'lpico er, Popayán, Colombia,
¡::,"pe,e,o' C~A.-- (1q7g)
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I
I
I
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ARROZ D~ SEC/l.IiO
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CP,L APLICP,DA
I {ton CaC0 -equiv/ha
3

I FigllrJ 4. Respuesta diferencial a la satul'ación de


aluminio y encalado de do" vat'iedades de
arroz cultivadas en un Tropeptic Haplustox
I en CaY'illlagua, Colo;nbia.
Fuente: Adaptado de Spain et 31.., (1975).

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7 r Taylor Evans Y-IOl

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CAL APLICADA EN 1972 (ton/ha)


L l ' I 1
79 42 24 12 2
% SATURACION Al
Figura 5. Respuesta diferencial de dos híbridos de sorgo al encalado en un
Haplustox Típico del Cqrrado de Brasil.
Fuente: Salinas (1978).
-------------------
RESPUESTA LINEAL DISCONTINUA RESPUESTA CUADRATICA

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120 180 240 o I 'ri. 1~0
lóO
240

NITROGENO APLICADO (kg N/ha)


Figura 6. Determinación de la recomendación de nitrógeno para papa en una serie de experimentos
de campo en Bolivia de ~cuerdo a los modelos de respuesta lineal discontinua y al con
vencicr,al curvilíneo. Cada punto es la media de varios experimentos en una cat2goría-
daca de cultivo-suelo.
Fuente : Adaptado de Wailgh, et. ~, (1975).
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Braci1iaria
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Cenehrus
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ALUMINIO EN LA SOLUCION (ppm)


Figura 7. Respuesta diferencial de cuatro gramfneas forrajeras del trópico a la
toxicidad del aluminio en solución nutritiva.
Fuente: Spain (1979).
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I
I
8
I Pani cum lilax-inu;n
Braclliaria decumbsns
Alldropogon gil'y"n,¡s 621
I
Hyparrhenia rufa
I
Digi~aria dec~lxbens
I Sorgo (ton grano/ha)

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Desmodium ovalifolium 350
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Centrosell1J plumieri 470
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CAL APLICADA (ton/lla)
6

I 91li5~------"6+b--' 15
% SATURt,CION Al
1- Figui'a 8. Respuesta de varias gra:níneas y leguminosas fOlT¿deras al
encalado en un Oxisol de Carimagua, Colombia. Pr,~medio de
I 4-5 cortes pVra las gramírlCils y priliiél' corte para leguminosas.
Fuente: Adaptado de Spain (1979).

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P APLICADO (kg P20 5/ha)

Fi gura 9. Respuesta diferencial de tres gramíneas forrajeras


a la. fertilizaci6n fosfatada durante el aRo de
establecimiento en un Oxisol de Carimagua, Caloulbia.
Suma de 3 cortes en época llllviosa. Todos los trata-
mientos recibieron 400 kg N/ha.
Fuente: CIAT (1979).
-------------------
" Tumba y quema
o Apertura con Bulldozer
1.2 Ca Intercamb. .5[ Mg Intercamb. Intercamb. 2.6 -
2.4 ~ Al + H Intercamb

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MESES DESPUES DE LA APERTURA DEL BOSQUE

Figura 10. Efectos de dos métodos de apertura de bosque sobre los cambios en las propiedades
químicas de la capa superficial (0·10 cm) de un Paleudult Tlpico de YurirnagLias,
Perú.
Fuente: Seubert et ~., (1977).
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100 Tumba y quema


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(sin quema)
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DIAS DES PUES DE APERTURA Y QUEMA

Figura 11. Efectos del grado de intensidad de la quema sobre la actividad


microbial medida por la tasa de composición d2 la celulosa en
función del tiempo después de la quema de un bosque en un
Ultisol del sud de Bahía, Brasil.
Fuente; Adaptado de Silva (1978).
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l· MESES DESPUES DE LA APERTURA DEL BOSQUE

Figura 12. CambiDs en las pro¡.;iedade:; químici\s ele un U1tisol


I (0-10 cm) continUo¡:l["nte cuHivilc!O eDil arroz de
secano, maíz y soya (8 cultivos) sin fertilizaci6n
en Yurimaguas (1972-1976).
Fuentes: Seubert et al., (1977); Villachica (1978) y
I S~nchez TT97':f).

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I Figura 13. AlulI1inio inter'cambiabl" a difen~ilt(,s valores de pH del su210
en nueve Oxisoles y Andepts de Panaln&.
I Fuente: M0ndcz (1973).

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I MESES DESPUES DE APLICAR CAL

1- Figura 14. Efecto residual del encalado (Ca/Mg:I0:1) en un Oxisol


de Carimagua, Colombia. Enero 1972-Agosto 1976.
Fuente: Gu¡¡ldl'én y Spain (1980),

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P. maximum 604 B. decumbens 659 P. purpureum 658 M. minutiflora 608


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Sat.Critica PJ (%) 72 74 60 86
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A. gayanus 621 B.humidicola 6013' B. decumbens 606
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CONCENTRACION DE CALCIO EN EL TEJIDO VEGETAL (%)
Sat.Crftica Ca (%) 13 9 17
Sat.Crítica Al (51) 85 89 77
Cal Requerida
(ton/ha) 0,4 o 1.1
Figura .15. Concentraciones criticas de calcio en el tejido de siete gramíneas forrajeras del trópico
establecidas bajo condiciones de campo en un Oxisol de Carimagua, Colümbia. Requ2rimientos
de cal obtenidos con la fórmula de"rrollada por Cochrane et ~., (1930).
Fuente: Salinas y Delgadillo (1980).
-------------_._---- •

pH Ca INTERCAMB. 119 INTERCAt-lB. K ItnERCAl:B. SATURACIO~, Al


(meq/l00 g) (meq/l00 g) (meg/l00 g) (i)
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Figura 16. Perfil de acidez de un Oxisol de Carimagua, Colombia.


Fuente: Salinas y Delgadill0 (1980).
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I Fi glll'Q 17, Efectos re:siduQles de: la aplicación de cal sobl'e los ca:~ibios de
ciel'tas pl'opicdudes qUilOicélS en pl'OfU:ldidild d8Spllés de 40 meses
de la aplicaci0n de cal a los 15 Cln sllperficiales en un l~ap1ustox

I Típico de Rr-.:s.¡]ia, 81"15i1. Los nÚ::Ie:I'os el1CilM de cade curva son los
niveles de c31 (10 torl/hil.
Fuente ; r;(~:-,t¡ (J :)7G)
-------------_ .• _---

CA INTERCAMBIABLE (MEQ/IOO G)

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figura 18. Efectos de varios aniones sobre la distribuci6n del calcio después de su lixiviación
con el equivalente de 1200 mm de lluvia en un perfil \'econstruido. Calcio COl;10
carbonato, sulfato y cloruro fue aplicado en la capa de suelo de 0-15 cm e incubado
POi- 3 semanas antes de iniciar el lixiviado.
Fuente : Ritchey et al., (1980).
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l· medidos cuatro anos d0Spués de la aplicaci6n de P.
Fuente: Ritclley et al., (1980).

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SATURACION DE ALUMINIO (Xl

Figura 20. Niveles cr~ticos de saturaci6n de aluminio de 10 variedades de trigo obtenidas en un


Oxisol de Grasilia, Brasil. La cal requerida se obtuvo con la fórmula de Cochrané et~.,
(1980).
Fuente: Adaptado de Salinas (1978).
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SATURACION DE ALUMINIO (%)
Figura 21. Niveles crfticos de saturación de aluminio de cinco variedades de arroz cultivadas en un
Oxi501 de Brasil ia, EI"asil. Cal requerida obtenida con la fórmula de Cochrane 2t al., (1980)
Fuente : Adaptado de Sal i nas (1978), - -
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P EN LA SOLUCION DEL SUELO (ppm)


1.0

I FigUl'a 22. Ejemplos de isotennas de adsorción de fósfo\'o en algunos suelos


de Centros de Investigación en IIrnér'ica Tropici'l.
Fuentes: Sánchez (1976); CIM (1978), Sánchez and Isbell (1979).

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Aplicaciones sucesivas
Sin aplicación adicional
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CULTIVOS CONSECUTIVOS DE MArZ (1972-1979)
I Figura 23. Efectos residuales de dife¡'entes dosis y métodos de aplicaci6n de
superfosfato sobre los rendlmientos de nueve cultivos consecutivos
I de maíz en un lI(lplustox típico ele Drrls'ilia, SI-asíl.
Fuentc:s : NCSU (1975, 197G, 1980), CPP\C (1979, 1980), Yost e~ al.,
(1979).

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Fuente: CIAT (1979).
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P APLICADO (KG P20S'HA)


Figura 25. Respuesta de Brachiaria decumbens a las aplicaciones de fósforo en un Oxisol de
Cal'imagua, Colonbia (sumade 8 COI'tes). En el tratamiento anual fue reaplícado
el fósforo un año des,pué! de la siembra.
Fuente; CIAT (1978).
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Figura 26. Depósitos principales de rocas fosf6ricas en Suramérica tropical.
Fuentes: Fenster and León (1979ab) e información actualizada.
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P DrSPONIBLE-BRAY 1 (PPM)

Figura 27. Relación entre el rendimiento en grano de 2 cultivos consecutivos d~ soya


obtenidos con la ~plicaci6n en banda de superfosfato y el nivel de f6sforo
disponible en un Acrustox tfpico de Brasilia, Brasil.
Fuente: Smyth (1981).
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P DISPONIBLE EN EL SUELO (PPM)
Figura 28. Producci6n de materia seca de Brachiaria decumbens en un Oxisol de Carimagua.
Colombia en funci6n de niveles de fósforo disponible obtenidos por diferentes
soluciones extractantes:
Fuente: CIAT (1981).
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sobre 'Iil pl'OdLicción de materiil seca de: Pilllicu¡,l i1l}xímunl obtenida
I con un O>:'isol de Cal'illlaguil, Colombia en el invei::r;adero.
(suma de 2 COl'tes)
Fuente: CIAT (19S0, 1981).
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BATATAIS FLOTANTE IAC-1246 IAC-47 PRP\-L~O


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Figura 30. Rendimientos relativos de cinco variedades de arroz (porcentaje del rendimi~nto
~aximQ de cada vari2dad) en funci6n del P disponible en el sU8lo bajO tres niveles
de estres de Al en un Oxisol de Brasilia, Brasil.
Fuente: Salinas (1978).

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P DISPo.NIBLE - MEHLICH 2 (ppm)
Figura 31. Re,ldimientos relativos de cinco variedades de maíz (porcentaje del rendimiento
máximo de cada va\Aiedad) en función del P disponible en el suelo bajo tloes
niveles de estres de Al en un Oxisol de la sabana brasilera.
Fuente: Salinas (1978)'.
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P DISPONIBLE-MEHlICH 2 (ppm)
Figura 32. Rendimientos relativos de cinco variedades de frijol (porcentaje del m§ximo rendimiento dQ
cada variedad) en función del P disponible en el suelo bajo tres niveies de estres de Al
en un Oxisol de Brasilia, Brasil.
Fuente; Miranda y Lobato (1978).
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BH-1l46 IAC-5 SONORA JUPATECO
100%=2257 kg/ha =1863 kg/ha =1642 kg/ha =1727 kg/ha
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P DISPONIBLE-MEHLICH 2 (ppm)
Fi gura 33, Rendimientos relativos de variedades de trigo en función de niveles del P
disponible en el suelo y niveles de saturaci6n de aluminio en un Haplustox
t1pico de Brasilia, Brasil.
Fuente: Miranda y Lobato (197S),
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OlAS DES PUES DE LA DEPOSIerON
34. Reciclaje de nutl"inl(,r!tos en la C2pa superficial (0-20crn)
11- de: un Drthoxic Palehu'llult de QuilickiO. Colombia. como
resultado de la deposición de heces del. ganado pastoreado
BrachLJ r'·¡ a ci0CUrn~)ens.
Fucnte:S'afinasYCal'1pos (sin publicai·)
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EDrlD DE LA PASTURA AL MUESTREO (AROS)

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I Fuente: Ild2ptJd) elé' S8iTdO C:>.t:. .<:1., (1979)_

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