A La Orilla Del Mar PDF
A La Orilla Del Mar PDF
A La Orilla Del Mar PDF
Íl 1 SO C I E D A D DE AUTOR ES
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ESPA~OLES 1
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POR
J ·o S É E C H E-G ARA Y
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BI BLIOTECA
JNSTITUTO
DEL TEATRO
BARCELONA
Reg. ~3.G..1.3.
© Biblioteca Nacional de España
A LA ORIL LA DEL MAR
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A LA OR ILL A
DE L MAR
CO ME D IA
en tres actos y un epfl ogo, en prosa
POR
--~--
T!P . YAOÜ8S
CALLll DBL DOCTOR POURQUBT , NÚM. 4
MADRID
INSTITUTO
DEL lE , !KO
/ Bibii;eca
© Biblioteca Nacional de España
J(
R E P A R TO
PERSONAJES • ACTORES
EPOCA CONTEMPORANEA
1
1
ACTO PRIMERO
La esce1w 1·ep1·esenllt el 11eque11o jaTdÍit de un hotel,
sittuulo a la OTit!a d•el ma1·. En et fondo, una verja
de hieno con s·u puerta. Detrás, el 11ret-il de un
m·uelle y hoTizonte de nut,. ¡¡ cielo. A .La cle1·echa,
Lct facha<tlt !lel hotel, modesta, pe1·o ele btten gusto,
con l.a ptteTW ele ent1·ada, su 7Jeque1ia escalinata
que .conduce ct ella, su toldo, y si se quie1·e, dos
(aToles . A la ·i zqui.enla (del espectculm·), sigue La
ve1·ja, con {L01·es y em·ednderas. En el ja·rclín, ban·
cos ?'ústicos, ntecedo,·as, sinas, mesitas ele té, flo-
,·es, etc: A La de1·echa, en segttndo tb·mino, es de-
ci?·, ent re ·¡a t>cl·ja y la escalinata, un g¡·upo ele á?'·
boles ?1 f lons. Es el hotel elegante, pe1·o modesto,
d.e un bu.,·r;w!s acomodado, 11e1·o no ele ·u n a?·istó-
cJ·at.n ni rle 11.11 brwqtW1'0. E.~ de dia.
ESCENA PRIMERA
DON S.4 LUS:CIO y FEUPE
FELIPE (Deten i éndose delante ele don Salustio .)
¿Qué lee llSted, don Salustio?
D. S,IL. Cosas que y a no se leen.
FE!.! PE ¿Y qué son ellas ?
D. SAL. Oiga usted, y medite. (L eyendo.) uMas,
¡ oh,seíior, Dios mío, que la costumbre en
las cosas de vanidad, y el ver que lodo el
mundo trata de esto, lo estraga todo! P or-
que está tan muerta Ía fe, que creemos
más lo que ven tos que IQ que ella nos dice.
Y, a la verdad, no vemos s ino harla mala
venlura. en los que se van tras esas cosas
vis ibles ; mas eso han hecho es las cosas
emponzoitosas que 1ratamos; que, con1o si
a 111 10 le muc •·de una Yibora, se emponzol'ía
_, ciedad.
IJ. SAL. No lo niego; pero no entro en ella. Con
que u ver eso que va usted a pedirme.
Jo'F.LIPE ¿Y cómo lo digo, don SaJustio?
( 1), SAL. Conto un hombre ·honrado dice cosas hon-
radas; a boca llena. Bocas de ~oruzoncilo,
labios apretados, medias palabras, son pa-
ra pedir miserias o indignidades. Con que
en \ 'Oz alta y mirándome de frente.
F~I..IPE (Plantándos e anle dou Salustio.) Don Sa-
luslio, estoy cnnmo·rado. llonradamcn te
enamorado, pero locamente. enamorado.
D. S.IL. ¿Usted?
FF.l.IPE Don Salustio, enamorarse, ni es un delito,
ni es una maldad en estos licm¡>os; qúe en
los e¡ ue usted tanto admira, también se ena-
momba la gente. El amor es u u molde .eter-
no, .v entre sus moldes de usted, por viejo
que sea, debe estar.
IJ. S.\L. Arrinconado , muy arrinconado , como tras-
to viejo en un desván, lo guardo en lo más
hondo del corazón, por si en la otra vida
me sirve; que ••moldes de umoru, en la vida
del .. nmor· elcmou, de algo deben servir.
Ff.I.IPf: Oc modo ¿que no hice mal enamorándo me?
D. ~11.. Scg(m ~· conforme. Es decir, según sea ella.
ESCENA l 1
DON SALUS1'IO y FELIPE, OROS/A 1J LUCIA, ele-
gantlsimas y a la moda, r-isuettas, iln¡>eltwsas.
- 12-
D. S\L. >\o anda; probablem ente ahorA estará de
rodillas.
i De rodillas ! (Riendo.) ¿La liene usted cas-
tigada?
ÜllOSIA ¿Pero por quó la tiene usted de rodillas?
(Riendo 1/lucho. )
D. SAL. La tienen de rodillas sus pecados. Se fué
a misa.
OnosrA Es ve rdad : 1s i hoy es dln de misa 1 1Se
nos había olvidndo ! (11 su hennana.)
LlCI.\ Ya te decía yo que nos faltaba algo. (Con
liye1·e;a, como si se traltu1• tle otra cosa.)
J), Sc\L. uAlgou les faltoba a uttedcs, en efec to. P e-
ro, en fin, uoníl ana oyeu ustedes dos.
ÜllOSIA Si tenemos tiempo, yo lo creo que las oire-
mos. ¡Pero si esto no es 'ida, don Sal uslio!
]), ::iAL. :\o es victo, no seño1·a. E<;to es sue110, es
cteli l'io, es ruindad, es misi'J·in.
J.l 'o'IA ¡ ,\ y, qué míseo·o está ust ed, don Salu stio!
¿Y usted qué opina, Felipe?
!'F.I.IPE Yo creo que la \'ida no es tan mala, sobre
todo si la esperanza la ilunoina.
J.I 'CIA No liene usted malas iluminacio nes!
OllOSIA No, pues yo no me aburro, ni tengo ti empo
pa ra aburri rme. El bailo, el desayuno, el
paseo, el ahnuerzo, otra ,·ez el paseo, las
tiendas, las visitas, el otro ba1io, el otro pa-
seo, la comida, el teatro, el concie1·to, el
cas ino, Ju ceno, ¿qué. más qui ere usted do n
Saluslio?
D. S,\L. Yo no quiero más, sel1ora; ui siquiera tanto.
l.l'CI.\ ¿Y usted, Felipe?
F¡¡L IPE A mí me basta con el blllio y un pMeo.
0110SIA ¿Pero en quó oc upa usted el día? ¿Se ab u-
rJ•i o·á usted?
LI 'CIA Si, si ; se aburre. Cuando llegamos ten ía
cara de aburrido.
F't:!.TPE No, ciertamen te; <¡ue estaba en compal1ía
d<• don Salustio. Y después llegarou. uste-.
des, y con ustedes el aburrimie nto es im-
posible. (Entre co1·tés e iró~rico. )
Onosu E6 usted muy amable.
o. SAL. En la sociedad moderna, · u todos somos ama-
bles" : es coso. sab ida.
-13-
1 ÜllOSIA Pues eso va ~~tos gaun ndo, si er1 la «soci~dud
anligu:l» no lo cn¡n lodos.
LL"CIA ¡Ah! ¿Saben ust cdt•s ~ J\os ha caído «otra
ocupación».
IJ. Se~~.. ¿Pero hubni hueco para c.;a ocupació n'/
l. UCL\ ::ierá preciso hacér~rlo . Ha e ntrado en el
puerto un "Yacbt» de rccn!o, <¡ue dicerr que
es una 11wra' illa, y huy que 'isitarlo.
Ft:LIPE Será de algún inglés.
O nostA No sé. Pe ro es elegantís imo; al menos po1·
fuera.
IJ. S.l.L. llay muchas embarcac iones cmpases adas y
elegante s por fuera, que po•· dentro ... no
lo sorr tanto.
LUCIA Pues el «Yachtu lo es por dcntr·o ~· por
fuera.
OnoSIA h·á con nosotras Valenli11a a ,·erlo. Y u:.-
tcd tanrbión.
D. SAL. No sé si podré.
LUCIA No hay excusa. Ircnros lodos: usted taw-
bién, Felipe.
FtLIPE ~le tienen ustedes a sus órd~nes.
O rtOS lA P e ro hay que escoger un buen día. Ciclo
despejad o y mo.r trarrquilo, por·que a mí me
clan mucho miedo las olas.
D. SAL. ¡Hola, hola!
LUCIA Y a mí también. Cuando vienen tan blan-
das, tan 1llandas, y me cogen lodo el CLICr·
po, ¡ay qué miedo!... ¡ P ero C6 agradab le
al fin!
OROSIA Lle,·arcm os con nosotros a don Trifón, que
entiende mucho de cosas de la atmósfer a,
y de las nubes; y de los vicn los.
l<t:Lli'E Es ur1 gran me!eor·ologisla, conro si dijéJ·:r-
mos.
LUCIA Eso: cdos meteoros». Y él nos dirá. si v:uuoo
SQguras. Y lumbién n. do n C:rcsccnc io, que
es un grau chismógr afo.
D. S.1t. ¡ Chismógrnfo! ¿Y qué tiene que ver eso
con que el mar esté tranquilo o revuelto?
LUCIA Pues yo lo he oído decir. Una persona que
cnlicnde ruucho de ccterremotosu, ¿no se
llama chismógr afo, o chismólogo, o chismo-
logista? A mí m~ suena.
14-
D. SAL. (¿ A c¡ué no te sonara a ti la cabeza? )
(Aparte .)
FELIPE Una cosa así es: useismologistau, qui ere
usted decir; porque .en griego useismo su
sign ifica terremo to.
l UCIA Eso es. uCbismesu o useismoou ¿qué más
da?
Un hombre que c uenta chismes del interior
de ln tierra : s i se oyen 1·uidos, si se muc-
\'e, si palpita, pues de eso sabe mucho don
Cresceucio.
¡Ya! Por eso don Trifón va siempre con lo.
cabeza levantad a, mirando a las nubes, y
don Crescen cio con la cabeza baja como
buscand o un rast ro. u:\hora lo compren do
todou.
ÜROSIA Yendo los dos no hay cuidado .
D. SAL. Claro esta. Ya no puede suceder nada ni
en el uciclou ni en la tierra s in que ustedes
se en tc •·en. Dond e podl'la su ceder algo de
que ustedes no se enterase n, es en el uin-
fierno ...
ÜROSIA Para eso le llevarnos a usted. Para que nos
ente re de lo que pasa en esas regiones.
0. SAL. Ya se enterar án ustedes cuando \'ayan.
ÜROSIA Pues nosotra s, ¿qué hacemo s ude malo"
para ir alla?
D. SAL. ¿Y qué hacen ustedes ude buenou para
no ir?
FELIPE Don Salustio es muy SC\'ero. (A Orosia y a
Lucía. )
ÜROSJA Ya lo ''Cmos. ¿Y qué diría si supiese que
anoche jugamo s en el Casino a los caba-
llitos?
L UCIA No tendría nada que decir, porque gana-
mos.
D. S.u.. No dirfa nada; porque mi generac ión fué
s iempre respetu osa co n las damas.
ÜROSIA Don Salust.io, nos ha so focado usted y qu i-
siéramo s quitarn os los sombrer os. Como no
est-á Va lentina, a usted acudimo s.
L UCIA ' Es verdad. Quitorn os los sombrei'OS y ane-
glarnoo las cabezas .
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- 18 -
ESCENA IV
l'l l LBNTINA 11 F'!nlPE; OROSlA, LUCTA y DON
Sil r.uS'l'/0 ¡101· la escale1·a ele la d~recha.
ESCE~A VI
VAL~N1'1 N. l , 0/IOS ltl , DUCDl, DON SA LUS'l,'JO,
F~LII'E !/VOS IJA UDIL / 0; LIWN CIO, deL Lado allá
de ta ve1·ja. Deon ciCJ toca la CCW!Ji atw de la
ve1·ja con
mucft ct enery la. m yntpo cte árbole s, arbus tos
¡·es octtlta la escali nalct tic modo qttc L eoncio
y flo-
>JO ve
a ua.die.
VALf.N . ( Octen iénllos e y d etc• 11 i.endo a F eli¡1e.) llan
llu111ado. (T ocios se c/.c /il•ueo ; puo ni ellos
/ 'CCII a /.t'OIIC io, 11i éS/C los !IC IOtnfJOCO. )
D. SAl•. Sení el diablo .
LuCIA (Asom ándose con curios illcul ¡JO!' entre l os
árbole s.) No: no tien e trazas de diablo , que
es 1nuy gallar d o. (15n ·voz baja.) Será el
dueiío del ccYuchtu: el del incen dio; el so-
brinito . Debe ser Lcouc io.
D. BA U. (A.somcínclos e tatnbi éu .) El mismo . Ya dije
yo que vendd a. (L eoncio t•ttelve a toca... )
D. S.lt.. El diablo cargu e con él.
LEONC IO (Sacn cliellll o la cmn¡¡ ana.) ¡ EI1! ...
¡Porte -
ro del infiern o! ... i Esto es un castill o en-
canta do! ... ¡Don Solus !io! ... ¿Vive aquí
don Salus tio!, o se han mu erto lodos'!
(S ttplica nle a clan Salus lio.) En la calle no
se puede dej ar. ( Las f1·es m.u.jer es m i.1·an
p or entre los tl!·bole .l.)
LEO!>CIO ¿Pero qué casa es esta? ... ¿Es un
cemen-
terio? ... ( He¡m'l 'atuto en las seti.om s 11 echñ:n.-
cLose a 1·ei'l·.) ¡Pero qué páj m·os t.an mono s
revolo tean entre los lu·bol es! ... (01·os ia 11
Lucía se 1·íen.) ¡ Y có mo ! 1·i nan ! . ..
D. SAL. ¡Por mi gusto ! ...
VALEN . No es posibl e dejarl e de ese modo. (Va con
dcci si6n a !a ve1·ja.)
LEONC IOAl fin pr esentó la casa su f e de vida. ¿Vi -
ve aquf. .. ? ¡Ah! ... ¡Seño rita!.. . ( 1Jesm -
b1'ién dos e. )
VAU:N . (Si.n abrir la ve t·ja.) ¿Qué deseaba usted?
LEONCIO Yo ... nada... SI; rompe r esta ver·ja.
VAL EN. No hay que r omper l a teniendo ¡l uel'ta.
ESCENA PRIMERA
OROSIA, sentada. DUCIA, paseándose.
- 3ó-
ESCEN.\ I I I
OIWSI A, LUCI,l, 1'.4 l.ENTI NA y DO.V SALUS TIO
OROS lA {Saliéndol.e.r al encuenh·o.) ¡ 13uen paseilo !
(11 Valentiua.) ¡Don Salusliol. ..
VALEN. S í; nrás largo que de eosiumbre.
D. SAL. ¡rSCll ora. ! ... ¡Sm1orit a!. .. {Salu dando a 01'0-
s·!ct 11 Luda. )
LUC IA Pero estás muy púli da.
VALEN. El viento fr·fo del mar. Seguimos por la
ot·illa un buen trecho y luego paseamos por
el muelle. (Se van sennwclo.)
D. S.\L. Se enrpcr16 ella. Yo quería. que diésemos la
vuell~ al cerro, potque a su amparo se pa-
sea más a gusto.
Yen do por donde usted querfa, sl el cerro
es a brigo del viento, también es pantalla
del mar. 1Y el mar esa la H her·moso ! 1Azul
osc uro, algo picado! ¡y todo él con borre-
guitos de plata ! ¡y se ve ta nlo ho rizonte !
OROSH S í, muy hermoso. Y desde el muelle, ¡cómo
luce el uYachln! ¡qué gallardamente se ba-
lancea!
VALEN. ¿\Sí? No reparé.
L UCIA Pues a eso venimos.
VALEN•. ¿A qué?
L'UCIA A que Valentina .repare en el uYachtn. (Con
ESCENA IV
VALE.VTINA, OROSIA, LUCIA. nOS S.ILUS1'10,
DON TRIFON y TJO.V CRESCENCLO .. \ t•an:an ten-
tam,cnlc cogidos det bra;o, Ambos tie~~rn os¡¡cclo de
sabios. Don T1'i[ón con quevedo-~. y con ntr¿cha fl·e-
cuencia mira hacia arri.ba. JJ on Cn·.scencio usa an-
teojos d.e oro, y st¿ete mira r hacia a.l!ajo. Dichas ac-
titucles 1na1·can dos tipos, ¡¡ero siu exa{lel·ación y
sin que se convie>·tan en caricaltll'aS.
se forman en el camiu o.
D. CRES. Justa men te.
D. TRI F. Precisamen te. 1Ah! Uon Salustio, laaf cien-
cia es algo. (Todo esto 1/ich o sin ecta-
cióll.)
D. SAL. P ero este ciclóu, ¿llega rá mniiana, o no
llegará.?
D. TRI F. ¿Y qué impor ta? Que llegue o que no lle·
guc, es to 110 ¡tltcra la ley general. Es un
caso aislado.
D. SAL. Pero es precis amente un ueslro casou. (Irri.
tad.o.) (¡Demonios de sabios 1)
ÜROSIA El que nos interesa : los demás casos, ¿qué
nos impor tan?
LUCIA ¡En.! yo voy. ¿Y tú? (A l'alen tina.)
VALEN. Yo también. Y a la gracia. de Dios.
D. SAL. En ella. estemos lodos.
ÜROSIA Pues vamos a dar la notici a a Leoncio. Oc
segur o está en el Casino. Prefiero ha-blar
con él, a escrib irle. ¿Vamos? ·
Lucu ·Si; vam06 al Casino.
ÜROSIA Acompár1cnnos ustedes. (A don Tri{ón y
(Um C1·esc rncio. )
D. TRI F. Con mucho gusto, qu erida Or·osia.
ESCENA V
Vd.LENTJS.-1 y DON SALUST /0
Voy a mi cuarto: el viento del mar me ha
puesto nerviosa .
D. SAL. Espera un poco. Quisier a que habláse mos.
Pero si te sientes mala ...
No : cansancio. P ero lo mismo descans aré
aquí que arriba. ¿De qué deseaba usted
hablarm e? (Se lleja caa eu tt11a silla o <m
una m.ececlol'Q. )
D. SAl.. De muohas cosas.
V.~LEN. Usted dirá.
D. SAL. ¿Vas maiiana a! ccYacbln?
VALEN. He dado mi palabra . i\Jejor dicho: la di
hace un mes. El no ir sería una Informa -
lidad: un · desaire a esas señoras . Y verda-
- ')2-
camino: áspero, pero recto. ¿Le quieresr
¿Es una. infamia. quererle? Pues huye, no
quiero mentiras, ni argucias, ni pamplinas
románt.icas. (Pequefúl ¡¡ausa.) Si soy muy
duro con ligo, ~s que le quiero muy de veras.
VALEN. Lo sé. Pero Leoncio no es Ull miserable co-
mo usted dice.
D. S.IJ-. ¿Ya le defiendes?
VALEN. Es un pecador ; un gmn pecador, si usted
quiere; pero los pecadores pueden salvar-
se. Quien dejó uel buen cantinou puede vol-
ver a buscarlo; que si el diablo pone ala-
jos para saliT, Dios pone atajos para volver.
D. S.IL. ¿Y lú eres uno de esos, eh? ¿Tú vas a re-
dimir a Leoncio? (Cou tono burlón. )
VALEN. ¡Quién sabe! Yo soy la compañera de su
niJiez, su amiguita, su Valentona. Yo ten-
go la obligación de salvarle, de intentarlo
al menos. Si no lo hago por miedo a mí
misma, es una cobardía y un egoísmo. ¿Dí-
game usted si no sería un egoísmo?
D. SAl.. ¡Qué .astuta es la pasión, y cómo inventa
cosas bonitas ! ¡Al abismo vos, Valentina !
~o; el viene a ti para ahol'l'arle la mitad
del camino, (Se1lalando hacia ('ttera.)
V ,\LEN . (J\1i1·ando.) 1Leoncio 1
D. SAL. Sí; él. A ver cómo redimes al pecador, que
será lance curioso.
VALEN. ¡Tiene usted razón! Nos 1·amos... nos va-
mos ... Pasado maflana nos vamos.
D. SAL. 1Y mailana?
VALEN. A ver el uYachh•... Es ya un compromiso,
padre mío.
ESCENA VI
V ALENTIN.1 '1 DON SA T.UST / 0; LIWNCIO, dete-
niéndose en la ¡merlcL de la 11er,ia.
L EONC IO ¡Ella !... ¡.Sí ; pero co11 don Salusl iol. .. ¡Nun-
ca está sola! ... ¡ Hay para volverse loco!....
¡Ah ! ¡Si para aislarla del mundo entero
pudiera ,hacer alr~dedor de mi Valentina.
un mar con mi propia sangre, no me de-
ESCENA V 1 1
VA LHN1'1N A, U.::ONC LO !/ FE L/ PJ.::
LEO!\CIO ¡Al fln te encuent ro esta ,·ez sola! (Acer-
cándose con ansia. )
VALEN. Ni csla vez. Ahí 1iene usted a Felipe.
Lt:ONCIO ¡Otro imbécil! ¡Ah, entre todos van a vol-
verme loco! ¡liaré w1 desatino ! ¡Valen-
tina, haré u n desatino 1
VALEN. Ser:í. uno más.
FELIPE Buenos días, Lconcio.
Lf:O:SCIO Muy buenos.
FELrPF. Me dijo la criada que deseaba usted vern1c.
LEONCIO ¿Yo? No. Entendi ó mal. Fu·é don SalusLi o;
pero no tuvo pacienc ia para esperar!~, y se
rué. Encargó que inmedia tamente se fuera
usted tras él.
FELIPE ¿Con él? ¿Adónd e?
LEONCIO A casa de don Baudilio , que est.á. muy ma-
lo, malísim o, mortal. ¡Ya se habrá muer-
lo! Cuando usted llegue, acabó.
FEL IPE ¿P e1·o es verdad?
-62-
religiosas, no lienes ni una palabra de es-
peranza, y por miedo a condena rte con-
migo, no quieres subir al ciclo conmigo!
Pues bien ; yo le prefiero a l.i con todas
tus espinas y cruelda des, con lodos tus
amargo res y egoísmos, a todas las muje-
res de este nwndo.
VALEN. ¡No se trata de «preferir»! ¡Se lrata de
set· «tll1 icau sicm pt·c 1 Tú no compre ndes
nada; nunca seré tuya.
LEONCIO Hoy le pido tu mano a don Salustio.
VALEN. Te la negará. Y si él le la concede, te la
ncgtué yo. Busca ol•·n mujer, <¡tu! entre to-
das esas <¡uc dices, nlguna hnbrá mejor
que yo.
LEONCIO No; tú.
V ,\LEN. ¡Te juro <¡u~ no! ¡Jnmás ! ¡Xunca ! Tú, a
gozar ; yo, <'Oll mis palideces y mis egoís-
mos, muy lejos. Mnrlnna mismo, hoy, esta
larde.
Lf:ONCIO (Cogiéndola ele! bra:o.) ¡No har{•s eso que
dices!
VALEN. ¡Demas iado sabes que sí !
LEONCIO (Ya l oco.) ¡Es que tendréis que pedi rm e de
rodillas, tú y don Salustio , <JUC te acepte
por esposa 1 ¿Tú no compre ndes lo que yo
soy?
VALEN. (Desp'l'endiénctose.) ¡Pobre demente! ¡ Quie-
re ser terrible y es ridículo! ¿Vas a dar-
nos muerte a don Saluslio y a mí?
LEONCIO ¡No me precipit es ! ¡Por úllima vez!
VALEN. ¡No!
LEONCIO ¡Valent ina!
V.\LEN. ¡Silencio! (Setlala nrlo /¡acia fuera.)
ESCENA X
V!ILEN TINA, LEOII'C /0, OROS/, \, LUCiá, DON
TRIFON y DON CRESC ENCIO. Las muje1·es entmn
impetuo sament e; l os homl/1·cs con reposo.
OllOSIA (A Leoncio .) ¡Al fin le encontr amos!
LUCIA Gracias a Dios.
LEONCIO ¿Me ·buscaba n ustedes, sc1ioras ?
ÜllOSIA En compaflfa. de estos señores .
~=>!<>!<==>!<>!<==>!<~
AC T O TE R C E RO
La misma deco1·oción d~l acto sraundo. Es de rlilt
ESCEN.\ PRniERA
- 66-
L UCIA
.
La pobre \"alentina debe estar ahora con
u11 wareo espantoso, si no es que el uYachL•
se fué a ]>ique y se ahogaro11 ella y L<'ollcio.
OnOSlA easta, hija, basta. :-\o hagas 111ás co•nen-
tarios.
LUC IA Yo digo <1uc le puede ¡¡llsa•· n ella lo que
nos pasó a .nosotros.
D. Tn l F. Para nosotros 110 pasó lodo e llo de u•• IJucn
s us to y de un marco.
LUCIA Aquí viene don Crescencio.
ÜROSIA A ver si trae noticias.
ESCEXA 11
OROSlll, LUCIA y DON 1' /llf-'ON; 00.\' Ctll::scEX-
C/0, que enll·a mit·ando al suelo.
• -69 -
du1. se•·á; ,·ué)\ ansc ustl'des a ti erra. u En-
touces Felipe. protestó frenéticamente: ccpues
que vaje Valentina.» Y J.concio con sorna :
,,ya no es pos ibl<'.» Y Felipe: ccpues subil'é
yo. u Y el otro, asonoándosc a la borda :
ce pruebo usted.» ¡Ya era fácil! Entre todos
contuvimos a Felipe.
D. Cnt~s. ¿Y se volvieron ustedes a ti erro. dcjo.ndo a
Va.lenlina en poder de Leo ocio? ¡De Leon-
c io! ... No me parece bien.
'0. TRIF. Leonc io nos gritó que se nccrcarin al mue-
lle para dooemba.rcar a Valentina; que,
además, Valentina quedaba en buena com-
pa11ía; y entre dos marineros, asomaron
la figura descompt•esta de don Baudilio,
que parecía un espectro. Luego supimos
que hacía cuarenta y ocho horas que esta-
ba en el ccYacht ». (Hiend.o.)
D. CnES. ¡Bonita compaflía y segu1·o!
0ROS1A Ello fué que volvimos o.l muelle a esperar
a Valentina. Y aquf empiezo la parte se-
ri a, muy set·ia, y de cons.-cucnciAs grave&
para nuestra pobre amiga.
D. TRIF. El «Y•achtn no volvió. (Bajctntlo la ·voz .)
OnosrA El uYachtu salió del puerto. (Do mismo.)
LUCIA Nada, que Leoncio se Ucvó ~~~ su uYachl>>
a Valentina, a la India o al !\frica.
D. TRIF. Y así estamos.
0ROSIA. Una hazaña de Leoncio.
Ll:CIA ¡Y figúrese usled, con e•tc temporal!
D. CnES. ¿Y por qué se fué el uYarhl>•?
D. TRIF. Hay quien dice que perdió las amarras y
que tuvo (jUe salir a alta mar· pa1·a que las
olas no lo arroj(l..~en contnl hl escollera.
LUCIA 1No es eso, no es eso 1 Se mnrchó Leoucio
para llevarse .a v.alentina.
Onos•A OyP, Lucía, ¿quiCJ'CS subir o! mh·ador · a
ver si ha. cnl.rado el uYachb• en el puerto?
Bueno. iré: p~·o no se npuren por Valen-
tin a. Yendo con Leoncio, no hay cuidado_
Después de todo, debe ser delicioso na\'<'-
gar en un uYachl» tan hermoso, con tiem-
po tempestuoso y bebiendo chnmpogne es-
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]JlllllO SO. ¡ l Jo OCUIT CJll(' (jUI' Cslar·{
L LCOII ·
cío! Nada , que ~·o quisic rn P~1 o.r en el lu -
gcu· de Va len lina. (S<tl<' por la escalct·ita. )
ESCE :\A I 11
DON Clii!S CENC I O, 0/lOS I..I !! IJON TIHF
ON
/
D. CIU:S. ¡Qué crialu m! E, inocen te y tnoni sima!
ÜROSIA Y aho t·a, cuént.cnos usted lo que se dice.
D. CR~S. ¡~e dicen ttillta s cosas ! ... ¡ Y11inguna bue-
tHJ.! ¡Ya sabe usted lo que es la murm u-
t·acióll! ...
D . TRIF. Pero, ¿qué cuenl :ln?
D. Cn~s. ¡ Horro res ! u La 1101ic i t~ del clía» es que
Leoncio ha r·obado a la pupil a de don Sa-
lusLio; así, u en crudo».
D. Tnu·. El la11Ce se J>resla a come ntario s, no
cabe
duda .
D. CnEs. Algu11os afin11an que e ra. "vnlo1·
cnt.eu di -
don con Valen iina; que ella se dejó robar .
ÜROSI A ¡Qué calum nia!
D. Cn~s. De todo.s mo.nera.s, lo. rcp uto.ci ów de la po-
bre Valen tina, acabó . En el muelle, en el
paseo , en el Casino, no se habh~ de otra
cosa "1 La fuga de Valcn liua! ¡El rapto
de Valen tina!n
D. TRik' . Es cierto ; por dcsgt·o.ciu, es cier-to.
D. CRES. Hay quien supon e ... ¡hast a dónd
e llega la.
malicio.! ... <¡ue se fl·a.ta de comp rome ter a
J.conc io y de hacer le casar con Va lentin a;
¡porq ue como es inmensa,ment.e rico!. .. ¡Des-
p tr és de todo, 1 ¡~ j ugadtt serfn buen a! ¿eh?
ÜROSIA ¡Ay, calle usted , por Dios! ¡ Pero tamb ién
es empe ño de difa111ar! Lconcio y Valen tílln
no iba11 solos ; con ellos iba don Baudilio.
D. TRTF. ¡Fam oso guard ián!
D. C RES. Pero, ¿q ué dicen usled es? ... ¡Vue lven la
vista! ¿Quién viene por allí?
ÜROSIA ¡Don Baud ilio!
D. i ' IIIF. ¡Don Baud i lio!
ÜROSIA ¡Pero enton ces ~'a lleg:n on todos! ¿Cómo
no estñn acrui V;d!'n titHI y Lconc io?
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ESCEJ'\A 1 V
ONOS /:1, OO.\' 1'R/FO¡\" , IJON cnt::.W' l;;.VtiO y DOS
BAUDILW. Don 8audilio t'ulra rcSII!' It ú ¡¡ aiC(fte:
la ca ra e:~:z¡ansivc' '1/ .~om·i!•ute.
u. BAU.¡ Oros ia! ... ¡Que rida Oros i¡ll... ¡ En cnu ta-
do•·a Otosia!
OnosrA . ¡Don Baudilio!. .. (Asomú,.a!la.) ¿Qué trans-
formación es ésta?
D. B.w. ¡Don Trifón !. .. ¡mi <¡uel'ido don Trifón ! ...
¡Sabio ilustre!... ¡Académico futuro!
D. TRIF. ¡ Don Baudilio ! .. . ¿Pero <t ué es esto?
D. BAt:. ¡Don Crcscenciol. .. ¡mi simpático don Cres-
cencio !... i gloria de In seismo logia y de
la ciencia española!
D. CnEs. Pero, ¿<1ué tiene usted? ¿qué le pasa?
D. BAI!. ¿Qué n•e pasa? ¿pregunta usted uqué me
pasan? ¡Que uno me pasa nadan! ¡Que uno
me du ele nada»! i Qtac u110 sé si tengo ca-
beza>•! i Como si no la tuv iera! ¿Compren-
den ust~des fe! icidad wayor? Lo que ha de
ped irse a Dios, es no saber r¡ue tíene uno
estómago, pecho, brazos, piernas, y, sobre
lodo, ucabeza». En cuauto se entera uno
de que posee cualquic1·a de estos órganos,
~stá uno perdido; porque el que da la no-
ticia, es siempre uel dolorn. i Ay, mis que-
ridisimos amigos, hace cuatro al1os, <¡ue
unas veces uel frontal>•, otras veces uel oc-
eipucion, el ulado izquierdo» o el ulado de-
recho», las ueejasn o «el t l'igéminon, me
han estado avis;:~ndo con udolor inlolcra-
bleu: " ¡ Baudilio, 13nudilio, que tienes ca-
beza! u Y ahom, nada: nl>soluta.mente na-
da; como s i 111e hubiesen g uillotin ado. An-
do entre ustedes, les hablo a us tedes, les
estrecho la llliwo.. . uy s in cabeza». La di-
cha s upr.cma, ¡ser acéfalo ! riaudilio, «Cm-
pieza en los pies y remata en la nuczu.
n espués, el espt~cio· s i u pesadeces, s in lati-
dos, sin dolores. i Encima, de los hombros
el vacío! ¡ Enrant;:~dora do!la Orosia, soy
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Leoncio; o no querría ella; o no querría
ninguno de los dos. Es que a mi me baja-
ron alado a una cuerda.: v In cuerda daba
vueltas; y yo daba vuelto.s; mim.ba. hacia
arriba, con los ojos entornados y ' 'idriosos,
y veía un barco que se me caín encima y
J.,concio asomado, viéndome baja r y lodo
girando. ¡.Así, uno ha b3.jndo mtdie más
que yon! (Con o1·gulto.) ¡Con los balances
110 caía a plomo, y dos veces, en vez de
meterme en la lancha, me metieron en el
mar! A la tercera, caí de cabeza en la lan-
cha. Entonces creo que rué cuando perdí
la cabeza y con ella la neuralgia. Y ya
me ven ustedes, ¡otro hombre 1
O. Cm:s. ¿Pero no comp1·ende usted que la situación
de Valentina es muy delicada? ¿Cómo pu-
do usted abandonarla?
D. l!AU. Si yo no les abandoné; si ellos me aban-
donaron a mí. Además, Valentina estaba
muy buena.
D. T HIF. Pero, ¿y su ,·epulación? ¿,y su nombre?
1Sola por esos mares con un hombre como
Leoncio 1 ¿No comprende usted que Valen-
tina está compromelidfsimo.? .•
D. B;~u. ¡Poco a poco ! ¡ Lconcio es un caballero !
1Al <¡ue dude de Leoncio, de mi salvador,
le parlo yo el corazón de una estocada!
¡ Lconcio es un dechado de \'irludes y de
piedad y de ciencia 1 Leoncio no compTo-
mete a nadie, y salva y cura y regenera a
todo el mundo. Si compromete a Valenti- ,
na, se casa con Valentina, y si me coro·
promete a mí, se casa conmigo. Es un de-
cir, para que usted es comprendan de lo
que es capaz aquel corazón magnán imo.
ESCENA V
, OUOS lA, DON 1'RlFO l\', DO.V CRJ::SCE.\'C /0
·y DON
BAU DILO , LUCI A, qtte viene rorTim do.
ESCEI\A V 1
OHOSIA, DUCIA., DON TRJFON, DON CfiESCENCW
y DON ll!l U DJUO ; VAT.ENTINA y LEONCIO, los
dos po1· el {ou1to. rateutiua trae tw im.¡¡e nn eable
cl.eaanl e con l.a capuch a caítla. Viene ¡1álida, ¡¡ero ·
altivct y tlcule ilosa. m 1.1elo cunw,·w1ado, ·y sepa -
n!ndolo di' l it f¡·ctlf e y de l os ojos 1101' mot>in~ientos
ne1·viosos 11 «JIOI' la cos tmnbrcu dP llos días que lt.a
estado sobre cttbie•·ta y a:otada po1· el /turacrín.
M archa delante de L eoncio, siu mimrlc siquiera. 1'o-
clos se ¡Jreci¡¡itan a su encuentro co11 !Jl'Cmcles denws-
tt·aciones de interés y amistad, en que se traduce la
compasión y conw el afán de couso/a1·la y ¡Jroteycr-
la, con ot.ro .tanto de wriosidad 111aliciosa !f algo de
ll'iunfo sob,·e una mujer que, se{¡ún cUos, cae de tan
alto. Don J)audilio se preci¡Jifa a alu·a;ar a r.concio.
ESCENA V 1 I
OROSI A, LUCl:l, DON TniFO.V, DON CRESCEN-
CIO, LEONCIO y DON SADUSTIO
E. CE~A VIII
OROSTA, LUCJ..\, DO'< S.-\ LUS1'10, OO.V Tl?lFO.V,
DON CRESCENCIO y LEONCIO
ESCENA IX
OI:OSI A, LEONCIO, DON SALUSTIO, OON TRT-
1-'0N, DON CRESCEYCIO, 1'.4LEN2'1N,\ y LUCI.-1
leta con-
La escena 1·e¡n·esenta una especie de pla:o
tigua al mar y at hotel ele d.on Salus tio . .1 la dere-
cha del acto1·, una tapia con una 11unta cte
hien·o
, que repre senta La parte ¡10ste rior
o peque11a verja
s en-
d:e dicho hoteL. En tos ¡Jü.astl·ones , dos farole
cendidos. A la izquieTcla, un gnLpo d.c á1'bol es
y un
el pa-
banco c,culto entre ellos. En el fondo , con-e
cent1·o
rapeto o p1·etit de un mueue eLe ci1·cuito. EL
ca o baja u11a escaLi-
está co1·taclo, y de ét arran
a (que no se ve, pero que se S!Lpon e
nata de ¡1iedr
crnba 1·cars e en botes .
que ltega hasta eL 1na1·) ¡Jam
a deL parap eto se ve un llori: onte muy
Por encim
del ho-
ex tenso ele mm· y cielo. Cena de la verja as
tet, otro banco . Es d e noche : el cielo, coil. algun
o se ve sobre eL mar
nubes; ele cuand o en cuand
lo r¡tw
el brillo de la luna. (De lodo esto se hace
buena mente o mala ment e se pueda .)
ESCENA I I
DON TRIFON, DON CRESCENCIO y VALENTINA;
dupués DON SALUSTIO. Don Tri{6n y don Cres-
cencio, sentados en el banco y ocultos por la oscu-
ridad. de la noche y ¡¡or la sombra de los árboles,
obse7'1Jan durante tod.a esta escena. Valentina va len-
tamente al parapeto y se queda mirando al mar o
se sienta en el pTetil. La luna la baila de luz .
ESCE1\i\ Iil
DOS TRLFO¡\' 11 nos C/11.; '('E.VC/ 0
ESCE!"\A 1 V
DON 1'RJFON, nON Cf:ESCENC/0, OJIOSlil, LU-
CIA !J DON RA UnlLIO . O•·os·i a ,.i.ell<' r.ogi.lla i/cl. bro-
zo deJ·echo de <ln11 l?fllulilio. Lucía, aL Lado i:quie1·do.
no11 lJatttlilio 11·ae encogido toclo el lado i:qu:ierrlo
cle 1a cam.
ESCENA V
ESCENA V I
OnOS l .-1, DON RAUDILIO y FET. Il1 K Felipe enlm
¡1or la i;q11.ienLa ¡>reci¡>ita.dalnente y en gran estado
lle ayílaci6n.
ESCENA V 1 1
1-'IO:UPE; tlt•s¡Jués OO.Y S.lLUST IO
E SECENA V JI 1
DO.\' SAT.US'/'10 !1 FELJPTO:; VALENTI NA, que vie-
ne agitadísi11la y CL11!Justiada.
ESCE NA 1 X
l'.l GENT l NA y DON SALUS LJ.O; después un HOJ1-
IJRE DHL PUEBLO
VALEN. (Miran do cómo .fe aleja Felipe .) i Cómo hu-
ye de mí! i Cómo me deja sola! i Déjeme,
déjem e usted tambié n!
D. SAL. i Eres ingrat a! ¿Tú no sabes lo que ha he-
cho por Leoncio ese hombr e 1
VALf:N. .Bueno , que me perdo11 c : yo se lo agrad ez-
co. Pet·o yo tengo mi plan. (Sentá ndose en
el banco y hablan do más para sí que para
clon Salust io.) Prime ro, estoy. dando vuel-
tas por In playa toda la noche : de todas
maner as, yo uo habla de dormi r. Y como
el mar y el ciclo so11 tan gt·and es, Dios,
que es lan g rande, debe estar alH cerca y
me oirá mejor. (Dirigi éndose más marca-
drmum tc a tlon Salusl io.) ¿Ve usted cómo
llega una ola y otra ola, y otra más, a la
orilla, sin acaba r nunca ? i P ues así llegar á
una súplic a, y otra súplic a, y todas Jas
que quepa n en la noche, a los pies de mi
Dios,. como oleaje de re y de angus tia! Des-
pués, con el alba, a la misa de alba; pero
como Dios ya estar á cansad o de mi, le ro-
garé a la Virgen Santís ima. Y despué s ...
después, al tre n; a Madri d; adond e esté
Leoncio. A sufrir por él ; ~~ pedir por él ;
n llomr por él; y si a unn mujer que hace
ESCENA X
VA /,BN1'1 Nil 11 IJO N SA DUSTTO. Al marcha l'Se
el
hombre , Valent ina .fe ctb1·a:a a clon Salusti o co11
araud.es demostr·aciones cl.c aLegría, cnscr111nd.o el tJa·
pel, 1·iendo, Uoranclo, m i?·tmdo a toclas ¡JU?'tes, casi
sin ¡1oder hablar. Una emoció n ¡Jro(un dtt 11 comple ja
que la act¡·i; intcr·¡r rclará como c1·ea conven iente.
ESCEr-;A XI
\ 'A L.F:.\'TINA; des¡ntés LEONCIO
'
ESCE~A X 11
VALEN1' / N,l, LEO.VC IO y FJ::I.LPI::. l ' alcntina y
Leoncio se ¡n·epw·an ct bajal' IJOI' la escalerilla d.el
muelle. Pe/i¡¡e ent.1·a po1· la tlrrulllt con muestras
dYJ alatma.
ESCENA X ll J
VJI [,EN'J.'JNA; cles¡¡·ués, cv.twrlo el tliríloyo l o 'iltd·ica,
LEONCIO, 1JON SA.[,US1'10 11 FliUPH
F I N DE T.u\ COMEDIA
'
FINAL
'
1 en verso.
Cómo empieza y cómo acaba, drama trágico en tres actos, original y
en verso. (Primera parte de una trilagia.)
El gladiador de Ravena, tragedia en un acto y en verso, imilacic·n.
<O locura o santidad , drama en tres actos, original y en prosa.
Iris de paz, comedia en un acto, original y en v.erso.
Para tal culpa tal pena, drama en dos actos, ori~inal y en verso.
Lo que no puede decirse, drama en tres actos, original y en prosa.
{SP.gunda parte de la trilogía.)
·En el pilar y en la cruz, drama en tres actos, original y en verso.
Correr en pos de un ideal, comedia original, en tres actos y en verso.
.Algunas veces aqui, drama original, en tres actos y en prosa.
'Morir por no desperta r, leyenda dramátic a original, en un aclo y en
verso.
-En el seno de la muerte, leyenda trágica original, en tres actos y en
verso.
Bodas trágicas, cuadro dramático del siglo XVI, original, en un acto
y en verso.
Mar sin orillas, drama original, en tres actos y en verso.
:La muerte en los la!Jlos, drama en tres actos y en prosa.
( \o 1
), -