El Palimpsesto de Arquímedes
El Palimpsesto de Arquímedes
El Palimpsesto de Arquímedes
Hoy en día, en esta era digital, cuando queremos comunicar un mensaje, sea para transmitir
nuestro pensamiento o compartir nuestros sentimientos, nos dirigimos a un ordenador
electrónico, se trate de un computador, de una tableta o del mismo teléfono multifuncional,
anotando lo que deseamos. Sin embargo, no siempre fue así. Hace apenas un siglo, no
poseíamos las facilidades tecnológicas de las que hoy disponemos. Entonces recurríamos al
papel. Hace cincuenta años teníamos conocimiento de la denominada «máquina de escribir».
De hecho, la misma escritura es uno de los elementos característicos de la cultura, uno que
marca un hito en nuestra historia en el devenir de la humanidad. Cuando se ideó la escritura,
en tiempos de las lejanas culturas mesopotámicas, era requerido plasmar los diferentes
grafemas en algún medio físico. Así, la simbología cuneiforme de los sumerios se tallaba en
piedra. Por sus características excesivas respecto al peso y la no maleabilidad, la piedra
tendría que ser substituida por otro material sobre el cual escribir, siendo inicialmente la
madera y sus derivados la primera propuesta.
Fue así como en el antiguo Egipto se recurrió al papiro, término que significaba «flor del rey»,
pues su elaboración y uso era un monopolio de la realeza. Ampliamente empleado para la
fabricación de diversos objetos de uso cotidiano, el papiro proporcionó el adecuado soporte
para los manuscritos de la antigüedad, siendo el predecesor del papel, palabra que deriva del
término egipcio. El papiro era obtenido de la planta Cyperus papyrus, una hierba ciperácea
muy abundante en el río Nilo y en algunos lugares de la cuenca mediterránea. Aunque
actualmente se conservan algunos papiros con manuscritos jeroglíficos, fue la época de
Alejandro Magno, en el siglo IV a. C., cuando su uso era casi universal, declinando
posteriormente con la mengua de la antigua cultura egipcia. Desaparecido totalmente en el
siglo XI, el papiro fue paulatinamente sustituido por el pergamino, el cual refiere a la ciudad
de Pérgamo, en la actual Turquía. El pergamino es un material hecho a partir de la piel de
cordero, o de otros animales, especialmente fabricado para poder escribir sobre él, de
manera que al final del proceso se consiguen los rollos o las hojas con las que se elabora un
libro.
El Palimpsesto de Arquímedes
Como hemos comentado, Arquímedes vivió en el siglo III a. C., pero el palimpsesto al que
hacemos referencia fue escrito por un escriba anónimo en el siglo X, alguien que tuvo acceso
a copias de los originales. Dos siglos después, en 1229, un monje cristiano, llamado Johanes
Myronas, separó los folios del manuscrito con las obras de Arquímedes, los raspó y los lavó,
para eliminar el texto original, doblándolos por la mitad y tomándolos en sentido
perpendicular al original, escribiendo sobre ellos textos de carácter litúrgico, salmos y
oraciones para el convento. Sin embargo, afortunadamente, el borrado no fue completo, y la
obra de Arquímedes ha sido rescatada hace apenas dos décadas, gracias a elaborados
procesos científicos de recuperación.
La historia del rescate inició cuando, en 1906, el filólogo danés Johan Ludvig Heiberg recibió
noticias de un palimpsesto con contenido matemático, existente en el convento del Santo
Sepulcro de Constantinopla. Sesenta años antes, el académico Constantine Tischendorf había
visitado el convento en Constantinopla, la actual Estambul, y fuertemente intrigado por el
El Palimpsesto de Arquímedes
escrito matemático griego, todavía visible en el palimpsesto, se llevó con él una de sus
páginas, la cual se conserva actualmente en la Universidad de Cambridge. Heiberg tomó
fotografías de la obra, a partir de las cuales obtuvo las transcripciones que publicó cerca de
1910. Lastimosamente, su trabajo quedó interrumpido por el inicio de la Primera Guerra
Mundial, aunque fue un primer paso para que los documentos se dieran a conocer entre los
colectivos de historiadores, y especialmente entre matemáticos y físicos.
El Palimpsesto de Arquímedes contiene copias de una variedad de los escritos del sabio
griego, aunque no únicamente de él. Destacan también los discursos del político ateniense
Hipérides, del siglo IV a. C., y un comentario de Alejandro de Afrodisias sobre la obra de
Aristóteles. Entre la variedad de la obra rescatada de Arquímedes se encuentran los
siguientes títulos:
Sobre el equilibrio de los planos
Sobre las espirales
Medida de un círculo
Sobre la esfera y el cilindro
Sobre los cuerpos flotantes
El método de los teoremas mecánicos
Stomachion
El Stomachion en el palimpsesto representa la copia más completa de todas las conocidas,
y refiere a un acertijo geométrico del tipo del tangram, pero a diferencia de este, consta de
14 piezas poligonales (11 triángulos, 2 cuadriláteros y 1 pentágono) que reconstituyen un
cuadrado. Este juego, casi de características infantiles, despistó completamente a los
expertos, ya que parecía no corresponder con el resto de la obra del matemático de Siracusa.
Sin embargo, en próxima oportunidad estaremos mostrando que tales apariencias son
absolutamente engañosas.
Los textos arquimedianos del palimpsesto eran conocidos, con excepción del titulado «Sobre
el método relativo a los teoremas mecánicos», cuya única copia se encuentra en este
pergamino. El escrito corresponde a una carta de Arquímedes al matemático y astrónomo
El Palimpsesto de Arquímedes
Eratóstenes (ca. 230 a. C.), en la que explica su método para llegar a dichos resultados,
utilizando para sus cálculos una mezcla de razonamientos infinitesimales y mecánicos. Esta
idea fundamental de considerar un área compuesta por segmentos o un volumen compuesto
por superficies no aparecería en el mundo matemático sino hasta dos mil años más tarde,
cuando Newton y Leibniz inventan de manera simultánea e independiente el cálculo
infinitesimal. La creencia general es que si esta obra hubiese sido conocida anteriormente,
con seguridad el Análisis Matemático hubiera hecho su aparición mucho antes en la historia,
con las implicaciones que esto representa. Finalmente, la última imagen muestra parte de los
procesos para el rescate del escrito original, realizadas en el Walters Art Museum en
Baltimore, Maryland, en donde el Palimpsesto de Arquímedes se encuentra al día de hoy.
Imágenes principales tomadas de diversos medios, editadas por Vinicio Barrientos Carles..