Metodos de Valoracion de Empresas
Metodos de Valoracion de Empresas
Metodos de Valoracion de Empresas
El precio, es la cantidad a la que el comprador y el vendedor acuerdan para realizar una operación
de compra-venta de una empresa.
El valor es aquel que se le da por la marca, prestigio, instalaciones o tecnología que pueda tener
esa empresa.
Estos métodos determinan el valor de la empresa por medio de estimaciones del valor de su
patrimonio y consideran que el valor de empresa radica en el balance y en los activos.
El valor contable de las acciones el número que aparece en los recursos del balance. Ésta cantidad
es la diferencia entre el activo total y el pasivo exigible.
Cuando los valores de los activos y pasivos se ajustan a su valor de mercado, se obtiene el
patrimonio neto ajustado.
Es el valor que tiene la empresa en caso de que se llegara a liquidar, es decir, que se vendan sus
activos y se cancelen sus deudas. Se calcula deduciendo de patrimonio neto ajustado, los gastos de
liquidación del negocio.
Representa la inversión que debería de realizarse para constituir una empresa idéntica a la que se
está valorando.
Tratan de determinar el valor de la empresa a través de los beneficios, de las ventas o de otro
indicador.
El valor de las acciones se obtiene multiplicando el beneficio neto anual, por un coeficiente
determinado PER
El valor de una acción, es el valor actual de los dividendos que esperamos obtener de ella.
Consiste en calcular el valor de una empresa, multiplicando sus ventas por un número
Además del PER y del [precio/ventas], otros de los múltiplos que se utilizan con frecuencia son:
En el siguiente cuadro podemos observar que el valor de la empresa es igual al valor de su activo
neto (A) más el valor del fondo de comercio, que según el método que se utilice se calcula de
distinta manera:
Tratan de determinar el valor de la empresa a través de la estimación de los flujos de dinero (cash
flows) que generará en el futuro, para luego descontarlos con una rentabilidad exigida apropiada
según el riesgo de dichos flujos. El descuento de los flujos porque constituye el único método de
valoración conceptualmente correcto: el valor de las acciones de una empresa -suponiendo su
continuidad- proviene de la capacidad de la misma para generar dinero (flujos) para los
propietarios de las acciones. Por consiguiente, el método más apropiado para valorar una empresa
es descontar los flujos futuros esperados.
siendo: CFi = flujo generado por la empresa en el periodo i; VRn = valor residual, esto es, valor
esperado de la empresa en el año n; K = tasa de descuento apropiada para el riesgo de los flujos.
flujo generado por las operaciones, sin tener en cuenta el endeudamiento (deuda financiera),
después de impuestos. Es el dinero que se podría repartir a los accionistas de la empresa después
de haber cubierto las necesidades de reinversión en activos fijos y en necesidades operativas de
fondos, suponiendo que no existe deuda y que, por lo tanto, no hay cargas financieras.
El flujo para las acciones (CFac) se calcula restando al flujo de fondos libre, los pagos de principal e
intereses (después de impuestos) que se realizan en cada periodo a los poseedores de la deuda, y
sumando las aportaciones de nueva deuda. Es, en definitiva, el flujo que se reparte a los
accionistas de la empresa después de haber cubierto las necesidades de reinversión en activos
fijos y en RNC (NOF) y de haber abonado las cargas financieras y devuelto el principal de la deuda
que corresponda (en el caso de que exista deuda).
En muchas ocasiones, el valor de una empresa se calcula como la suma de los valores de sus
distintas divisiones o distintas unidades de negocio.
Factores clave que afectan al valor: crecimiento, rentabilidad, riesgo y tipos de interés
El valor de las acciones depende de los flujos futuros esperados y de la rentabilidad exigida a las
acciones. A su vez el crecimiento de los flujos futuros depende de la rentabilidad de las inversiones
y del crecimiento de la empresa. Por otro lado, la rentabilidad exigida de las acciones depende de
una variable sobre la que la empresa no tiene control, el tipo de interés sin riesgo, y del riesgo de
las acciones que, a su vez, podemos dividir en riesgo operativo y riesgo financiero.
Los partidarios del análisis fundamental sostienen que las cotizaciones reflejan las expectativas de
futuro actualizadas por inversores racionales. Así, la cotización de una acción es igual al valor
actual de todos los futuros dividendos esperados. Esto es el llamado valor fundamental. Dicho de
otro modo, la cotización refleja la generación actual de flujos más las expectativas de crecimiento.
El adjetivo fundamental hace referencia a los parámetros que influyen en la cotización: tipos de
interés, expectativas de crecimiento, riesgo de la inversión.
1. Valorando bien se puede perder dinero en bolsa. Para ganar dinero en la bolsa, lo importante es
prever qué van a hacer las cotizaciones, independientemente de que se parezcan mucho o poco al
valor de las acciones.
Muchas personas se arruinaron en 1999 por valorar bien las empresas de Internet: detectaron que
estaban sobrevaloradas y apostaron por una bajada de precios. Sin embargo, antes de caer, las
cotizaciones de estas empresas subieron muchísimo y esto les llevó a la ruina.
2. La eficiencia de los mercados no supone que la bolsa valore bien las acciones. Muchas personas
afirman que la mejor valoración de una empresa es la cotización en bolsa porque los mercados
financieros son eficientes.
Que los mercados financieros sean eficientes no significa que los precios en bolsa sean “correctos”
(esto es, que sean la mejor estimación del valor de las acciones), sino que incorporan toda la
información bursátil histórica disponible. La única consecuencia de que los mercados financieros
sean eficientes es que no es posible hacerse rico analizando la evolución histórica de los precios,
los volúmenes de negociación... Otro tema es que el precio en bolsa sea un parámetro
importantísimo (casi siempre, el más importante) para el inversor. Un ejemplo clamoroso de que
la cotización en bolsa no coincide siempre con el valor de las acciones es el caso de Terra: a
principios de 2000, la bolsa valoraba más Terra que el BBVA, que el BSCH... y que todas las
empresas españolas a excepción de Telefónica. Este punto es un corolario del refrán “sólo el necio
confunde el valor con el precio”.
4. El valor de las acciones tiene poco que ver con el valor contable. Con frecuencia se oye decir que
el valor contable de las acciones (los fondos propios de la empresa) equivale a la inversión de los
accionistas. Otras veces se oye decir que el valor contable de las acciones es la mejor aproximación
al valor de las acciones. Ambas afirmaciones son falsas.
5. Sin embargo, algunas sentencias legales dan demasiado peso al valor contable de las acciones.
Un ejemplo. Con fecha 22 de febrero de 2001 la Sección Sexta de la Sala de lo contencioso del
Tribunal Supremo dictó una Sentencia sobre el criterio que debe prevalecer para valorar
empresas. La sentencia se refería a la valoración de una empresa de Rumasa.
6. Los índices bursátiles no dicen toda la verdad sobre el movimiento de las bolsas. Los índices
bursátiles se calculan casi siempre ponderando las empresas por su capitalización, lo que significa
que las empresas grandes influyen mucho más en ellos que las pequeñas. Por otro lado, se
calculan sin incluir los dividendos que reparten las empresas. El IBEX 35 y el IGBM son ejemplos de
ambas características.
7. Los dividendos no salen de los beneficios sino de la caja de la empresa. El pago de dividendos
disminuye la caja de la empresa por motivos obvios. Su contrapartida contable es una igual
disminución de los beneficios del año (que forman parte de los fondos propios).
9. Ni los fondos propios ni las reservas de una empresa son “dinero” líquido. La cantidad que
aparece en los fondos propios de una empresa sólo tiene una propiedad incontestada: que sirve
para cuadrar el balance.