Adicciones Conductuales Bosquejo
Adicciones Conductuales Bosquejo
Adicciones Conductuales Bosquejo
adicción a la información
¿Nos equivocamos? Quizá sea pronto para decirlo. Nos falta perspectiva
para juzgar el mundo que han creado las redes sociales. Sin embargo, cada
vez más estudios señalan que producimos más información de la que
podemos consumir y que tenemos especial predilección por las noticias
superficiales, cortas y de baja calidad. Un hueco en el que además han
anidado el clickbait El clickbait (pronunciación en inglés: /ˈklik-ˌbeit/), que
ha sido traducido al español como «ciberanzuelo», «cibercebo», «cebo de clics»
o «anzuelo de clics», es un neologismo en inglés usado de forma peyorativa
para describir a los contenidos en Internet que apuntan a generar ingresos
publicitarios, especialmente a expensas de la calidad o exactitud de estos,
dependiendo de titulares sensacionalistas para atraer mayor proporción de
clics y fomentar el envío de dicho material a través de las redes sociales. Los
titulares clickbait típicamente apuntan a explotar la «brecha de curiosidad»,
proporcionando la información suficiente para provocar curiosidad al lector,
pero no para satisfacer su curiosidad sin hacer clic en el contenido enlazado.
y las fake news.
adicción a la información
UN EMPACHO DE TUITS
Fue en las páginas de un libro de papel cuando se nombró por primera vez
lo de la sobrecarga informativa. En ‘Future Shock’, publicado por Alvin
Toffler en 1984, se habla de qué sucede cuando el cerebro humano recibe
más información de la que puede procesar. Se habla, básicamente, de los
límites del cerebro humano. Con la llegada de las redes sociales y la
explosión de medios de comunicación, blogs y otras plataformas
informativas en internet, estos límites se han puesto a prueba.
En el paper ‘Quantifying Information Overload in Social Media andits
Impact on Social Contagions’, investigadores del Instituto Max Plank
analizan la sobrecarga informativa que se produce en Twitter. Para su
trabajo, analizaron 52 millones de perfiles de usuarios, 1.900 millones de
enlaces compartidos y 1.700 millones de tuits. Aunque el periodo
analizado es de 2009 (en la tierna infancia de Twitter), las conclusiones de
su investigación son interesantes:
Ese miedo a perderse algo es real. Ha sido bautizado como FOMO (del
inglés fear of missing out) y se considera ya una patología psicológica. Es
una forma de ansiedad social que se ha visto potenciada por la tendencia a
vivir a través de las redes sociales. Y se calcula que más de la mitad de los
usuarios de estas plataformas sufre de FOMO en mayor o menor grado.
Para James Clear, el debate debe ir más allá. ¿Hasta qué punto es
beneficioso seguir el minuto a minuto de la actualidad? ¿Vamos a estar
más o menos informados que si, por ejemplo, consultamos qué ha pasado
al día siguiente o una semana después? ¿Sabemos más sobre algo si
leemos 10 noticias cortas en el día del suceso o una pieza de análisis más
adelante? Quizá ese torrente de tuits, de noticias breves, de infotainment
no sea lo que necesitemos.
adicción a la información
Al final, todo pasa por eliminar el ruido que nos rodea y que no nos deja
centrarnos en lo que realmente debería ocupar nuestro tiempo. Pararse un
momento a pensar a dónde nos lleva el consumo descontrolado, en este
caso, de información (pero también de energía o de plásticos). Ser
consciente de que la información puede ser adictiva y que los riesgos son
reales.
Teléfono móvil. Uso desmedido del teléfono móvil que provoca
interferencias en la vida diaria de las personas.
Compras. oniomanía La compra compulsiva consiste en comprar de
manera desmesurada todo tipo de productos. Esto tiene muchas
consecuencias entre las que se encuentran los problemas económicos.
-¿Esta adicción tiene parentesco con las otra adicciones?
--Sí. Es un trastorno de los mecanismos de autocontrol de los impulsos.
Es una patología de la prudencia.
--¿De la prudencia dice?
--Sí. Los de la prudencia son mecanismos neurobiológicos por los cuales
uno no hace determinada cosa porque el cerebro evalúa riesgos.
--¿Pura química?
--La regulación de la conducta tiene que ver con tres neurotransmisores:
la noradrenalina (impulsor), la serotonina (que es como el líquido de
frenos) y la dopamina, que refuerza las conductas. Cuando hay un
desequilibrio entre impulso y freno, y no somos capaces de controlarnos,
aparece el trastorno.
--Pero ese mecanismo es tan viejo como la humanidad, ¿no?
--La primera referencia sobre la adicción a la compra está en la Biblia.
--¡Qué me dice!
--Isaías, 1, 3, 16-24: "Porque se envanecen las mujeres de Sión ... Aquel
día arrancará el Señor sus adornos: ajorcas, diademas, medias lunas,
pendientes, pulseras, velos, pañuelos, cadenillas, cinturones, frascos de
perfumes, amuletos, sortijas, y anillos de nariz, trajes, mantos, chales,
bolsos ... Y tendrán: en vez de perfumes, podre; en vez de cintu-
rón, soga; en vez de rizos, calva; en vez de sedas, saco ...".
--Vaya con las mujeres de Sión...
Juego de azar ludopatía. trata de un juego problemático, persistente y
recurrente que provoca un deterioro y/o malestar clínicamente
significativo en todas las áreas de la persona.
Qué es
La vigorexia es un trastorno no estrictamente alimentario, pero que sí
comparte la patología de la preocupación obsesiva por la figura y una
distorsión del esquema corporal; es más frecuente en hombres de entre
18 a 35 años.
Causas
Las características más frecuentes en personas que sufren este trastorno
son las siguientes:
¿Tú qué piensas sobre la adicción? El médico canadiense Gabor Mate cree
que necesitamos repensar nuestro enfoque al tratamiento de los adictos.
Estas son cinco frases del doctor Mate sobre la forma como no hemos
logrado entender el problema.
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El doctor Mate dice: "nadie elige sufrir dolor".
El otro mito sobre la adicción es que es una elección que la gente hace.
Todo el sistema legal está basado en la idea de que la gente está eligiendo
ser adicta, así que vamos a castigarlos por ello, para disuadir a otros.
3. La adicción no es genética
Entonces algo que aparece en familias no dice nada sobre las causas
genéticas.
Puede haber predisposiciones genéticas, pero una predisposición no es lo
mismo que una predeterminación. No significa que estás genéticamente
programado para ser un adicto.
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La adicción está extendida y es rampante en nuestra cultura, argumenta
Mate.
El otro mito es que la adicción se restringe al usuario de substancias o a
unos cuantos perdedores en nuestra sociedad.
Cuando mira a esta sociedad en casi todos los niveles veo tantas
adicciones, tantas compulsiones, y no sólo eso, también veo toda una
economía basada en alimentar esas adicciones.
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"Un día gasté US$8.000 en discos compactos", admite el doctor Mate.
En mi opinión, la adicción se manifiesta en cualquier conducta que una
persona encuentre temporalmente placentera o con la que sienta alivio, y
por lo tanto siente ansiedad por ella, pero sufre consecuencias negativas
como resultado de ésta y no renuncia a ella, o no puede renunciar, a pesar
de esas consecuencias negativas.
Siendo presa de la fiebre de compras, una vez dejé a una de mis pacientes
en trabajo de parto y me fui al centro a conseguir un disco y perdí el parto.
En ese grado tuvo un impacto en mi.
Ahora podría darte risa, ¿como puedo comparar esa adicción con la de un
paciente adicto a la heroína?
Pero mi propios pacientes adictos, cuando les cuento sobre mis adicciones,
no se ríen.
Afirman con la cabeza y dicen: "sí doctor, lo entendemos, eres igual que el
resto de nosotros".
Fase de recaída
Si el adolescente (o la persona adulta) ha abandonado las
drogas puede volver a tomarlas otra vez. Puede que tenga
muchas dificultades y le cueste mucho dejarlas definitivamente.
Cuando se ha llegado a esta etapa, a veces, se vuelve a la
etapa anterior.
Signos físicos
Somnolencia
Temblor
Ojos enrojecidos, pupilas dilatadas
Falta de interés en la higiene personal y aspecto descuidado
Arrastrar las palabras
Pérdida o aumento del apetito
Movimientos descoordinados
Ojeras
Horarios de dormir irregulares
Frecuentes resfriados y tos
Pérdida de peso