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7/17/2019 Cuentos Nadaistas

Cuentos Nadaístas
Compilador Elmo Valencia Franco; ilustraciones Jairo Linares Landínez
Edición Mireya Fonseca Leal
Bogotá: Panamericana Editorial, 2001
264 p.: il; 20 cm. (Colección El pozo y el péndulo).

A bordo de la Nada

Con el prólogo de Elmo Valencia abordamos la Nada en un viaje por los veintiún
cuentos de algunos Nadaístas. El texto no nos defrauda, se siente el hombre a la
defensa contra el asedio de los años sesenta a los integrantes del grupo. Todavía se
defiende aunque no es necesario y lo sabe porque ellos no pretenden demostrar un
 propósito ni ir a algu na pa rte. La muerte de Gonzalo lo afecta, la de Breton afecto
a Gonzalo.
sobre Entramosevocación
los recuerdos: entonces de
a una
la historia
“dolce del
vita”Nadaísmo y la navesocial,
con otro contexto se balancea
el jazz
de la época, la libertad, las fumaditas de marihuana, el escándalo porque hacer 
teatro es importante par a sacudir a los asistentes. Sin embargo, en una frase define
(aunque no lo quiera, porque limita) el Nadaísmo: “...es un estado de ánimo y una
actitud frente a la vida”, entonces la filosofía no está lejos. Pero una actitud de
rebelión porque “ aquí en Colombia sólo había mediocridad y porquería”. Es
necesario entonces volver a la historia de esos años, a la política, a la guerra
 bipartidist a, a la violencia, a la muerte de Gaitán, sin la cual diría Gonzalo Arango,
no sería nadaísta, por la esperanza de cambio social en ese país.

Cambiar
literatura.supone una Manifiesto
El Primer dar un nuevo orden ydelo1958
Nadaísta hicieron
es talenvez
lo que se refiere amás
el documento la
importante del movimiento. Sus trece puntos contienen el pensamiento de Gonzalo
Arango. Se dirige a nosotros, nos interroga a la manera socrática, se contesta. Es
extraño porque en su reflexión apretada que rechaza sistemas y dogmas, solamente
“Es una posibilidad abierta a las posibilidades de la cultura colombiana, con un
mínimo de presupuestos de lucha que evolucionarán con el tiempo hacia una
estimación valorativa del hombre, una forma de belleza nueva, y una aspiración
sin idealismos románticos ni metafísicos hacia una sociedad evolucionada en el
orden cultural y artístico”. El artista como hombre, qué son la poesía, la prosa, su

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 belleza, el sent ido de la libert ad en la escr itu ra, el pr incipio de duda y de verda d
nueva , la revolución colombiana con la palabra, la literatura, la educación en
Colombia, el Nadaísmo como posición, no como metafísica, en contra del suicidio
como Albert Camus “Tres consecuencias del absurdo son: mi rebeldía, mi libertad,
mi pasión. Por el solo juego de mi conciencia, transformo en regla de vida lo que
me invitaba a la muerte – y rechazo el suicidio”. Así Franz Kafka a quien evoca en
el Manifiesto: “No desesperes, ni siquiera por el hecho de que no desesperas.
Cuando todoa la
Luego pasa parece
nuevaterminado,
ética a lo surgen nuevas
Jean Genet, “sufuerzas. Estolasignifica
pasión por que vives”.
belleza puede llegar 
a conducirlo a su pasión por el delito” - no existe oposición - a la soledad o
encuent ro del hombre consigo mismo y libert ad intelectual. Reflexiones filosóficas
sobre la condición humana y la existencia. El punto doce vuelve a la sociedad
colombiana y los “Cocacolos”, juventud de los años sesenta y posiblemente actual
con su ausencia de pregunta, su desesperanza, el goce del momento,
“librepensador” pero “sin pensamientos libres”, el residuo de una “sociedad
decadente”, posguerra europea pero en Colombia con rasgos muy particulares,
más relacionados con Estados Unidos y el malestar de su juventud. Jóvenes
desencantados de cualquier época. Entonces Gonzalo Arango relaciona el
 Nad aísmo con esa
históricamente”. juventud,
Sin emba rgo no“para
suponesalvarse,
ninguna osalvación.
rechazarlo pa raen suicida
Luego anexo rse
un
esquema para una definición de “mi “existencia, con sentido del humor que implica
la lucha contra la desesperanza y cierto existencialismo: ser lúcido y no esperar 
nada.

Elmo Valencia cita el Terr ible 13, manifiesto de 1967 obedece al propósito (Primer 
Manifiesto, punto XIII) que insta a “No dejar una fe intacta, ni un ídolo en su sitio.
Todo lo que está consagrado como adorable por el orden imperante en Colombia,
será examinado y revisado”. Seis páginas con una for ma distinta al Primer 
Manifiesto, un aliento desvastador recorre esas hojas, asienta una desbocada
 protest a contra
enloquecido fue laseguramente
sociedad colombiana, su miseria,
para los jóvenes la vía su exclusión,
libre en un
al vértigo. Esocanto
nos
describe Elmo Valencia en su prólogo, recorrido ahora histórico de los años
 Nad aíst as. Prólogo con iro nía, guiños al lector.

 Nos int roduce los cuentos escogidos de Gonzalo Arango, el mismo Elmo, Amílkar 
U., Jotamario Arbeláez, Jaime Espinel, Edua rdo Escobar, Humberto Navar ro,
Ja n Arb, Rafael Vega Jácome. ¿ Dónde están los de Jaime Jar amillo Escobar ?
Cada escritor se merece una corta biografía.

Viaje por los cuentos Nadaístas

Gonzalo Arango

 La antología abre con los cuentos de Gonzalo Arango. El epígrafe es diciente, nos
remite al escritor inglés Lawrence Durrell (con error en el apellido) y al Cuarteto
de Alejandría, en particular al libro  Balthazar. Época de carnaval en la cual la
 prohibición desaparece bajo el disfraz. En el cuento de Gonzalo Arango La señora
Yonosé, la influencia de Durrell es palpable: atmósfera de jazz, libertinaje, el miedo
a la traición de un o una amante, el misterio, las confidencias sin consecuencias y
el signo infalible de reconocimiento: el anillo de Justine que provoca un asesinato y

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en Gonzalo Arango “la señal cicatrizada de un viejo intento de suicidio”.


Anécdotas, confidencias, recelos entre los disfrazados, la muerte compañera
dura nte todo el encuentro sea en la funera ria, sea en el relato de la muerte de Teo.
Los protagonistas anónimos “Yonosé” como la máscara que llevan y presentan la
fiesta como un paso sin importancia hacia otra noche, una muer te, La desgracia de
no poder evitar ser uno mismo a pesar del disfraz y el reconocimiento esperado del
engaño de la otra mujer y de él mismo. Una visión de Estados Unidos y su
decadencia, los todo
durante la cual falsosse profetas
permitía ye deinvitaban
estas reuniones colombianas
a los Nadaístas para de la época
presentarlos
como fenómenos cuando los fenómenos eran los anfitriones y los asistentes. Los
diálogos son directos, pero el cuento es más bien tradicional. Fecharlos sería
interesante para el lector y situarlos en su obra. La otra influencia, existencialista,
es también obvia.

 Muerte no seas mujer 

De sueño y muerte. No se espera ese relato romántico acerca del amor, de la noche,
en el canto de los grillos. Está presente una compleja idea: la libertad de amar a la
 persona dormida que lo ha olvidado en su sueño. Una “sensación de eter nidad”.
 Los amantes del ascensor (en Obra Negra)

Kafka está mencionado. Entramos a sus construcciones temibles en el laberinto de


su mente. Así es ese cuento: kafkiano. Intuimos que nos llevará a un mundo
 paralelo al nuest ro en el cual bastan un ascensor y una puert a pa ra integrarse a un
 baile en el cual el disfraz es de muerto. De nuevo el anonimato de los personajes,
un encuentro fortuito en el cual los nombres no importan, sólo el paso de un
mundo a otro. Es la abolición del tiempo, ya nada es importante. Flotan, flotamos.
De nuevo en la eternidad. Puede ser a través del sueño o de la muerte.

Tres cuentos con personajes en busca de sí mismos, en una prosa clara que
contrasta con la atmósfera de los cuentos. El tercero tiene elementos
cinematográficos.

Elmo Valencia

En los cuentos de Elmo como en su poesía nos embarcamos hacia un mundo


conocido en el cual pasan cosas sencillas que toman un rumbo inesperado regido
con una lógica implacable. Sentimos que el pie se nos desliza, la barca oscila y

suavemente
confiaría queentramos a otro se
Brigitte Bardot puerto.  Maternidad
ve mejor con esa es uno de ellos
ortografía, (sina embargo
aunque ella qué le
importa). Es una historia que nos lleva sin objeciones de nuestra parte, las
 palabras son de todos los días, los hechos del mundo de otrapa rte. Sentimos que lo
escribió como si fuera un juego y que Cielo e Ícaro se lo llevaron hasta el final.
También giró y giró.

 Nancy empieza por un final: “ Cuando el médico llegó, ya Nancy había muerto”.
Está escrito con afecto, el que tuvo probablemente por el pequeño Luis, su hijo
adoptivo, cuyos ojos hubieran podido poblarse de “Andrómedas, Pegasos y Virgos

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 boreales”. El cuento viaja entre la poesía y una realidad cruda: Nancy murió de
hambre. Nos recuerda que medio planeta o más todavía muere de hambre y el
 pad re de la niña, Hermes, trabaja en una fábrica de jabón pero no gana lo
suficiente. El pad re se avergüenza, es mejor mor ir de cáncer. Casa de bahareque
con ratas a bordo y mar iposas, el entier ro en cajas de jabón y la siembra de una
semilla de un árbol de pan. Un final inesperado, una severa denuncia de la
injusticia social que ataca a la población marginada, inerme.

Elmo Valencia estuvo un tiempo en Estados Unidos, en  Extraña visión nos lleva
 por Nueva Yor k. En los ojos viven estrellas, peces, “neblina podr ida” son lugares
de sueños, por ahí entr an. Nos lleva por preguntas, a un ritmo alucinado, un sinfín
de ellas por el camino, las que uno en su soledad lanza sin respuestas para hacerse
compañía. Soledad en la cual morderse una mano es recordar que uno existe frente
a una mujer de sueño: “A veces me muerdo la mano cuando estoy solo , para darme
cuenta de que existo”. Imprecisión de las visiones como si cruzáramos por 
sensaciones, vértigo. Un barco navega por ahí ¿o está encallado? Pasan los muelles,
las calles y sus nombres, el jazz.. Vamos por Nueva York al ritmo alocado de las
 preguntas, una escrit ura automática, no hay tiempo pa ra respuest as, no hay
respuestas. Un puerto
manos, las que deberíansalado, Harlem,
unirnos, si fuerala necesario
mezcla humana.
unirnos. La
La obsesión
repeticiónpor
de las
los
nombres, las calles tan obsesivas de Nueva York; el Bowry, la 14, Brodway, Times
Square... al ritmo del saxofón. ¿Cuál es el barco que no anda cuando vamos
llevados por el diablo, el preguntón? ¿ Tendrá las respuestas? No importa.
Leitmotiv, improvisaciones como en el Jazz. Para alguien que duda del
surrealismo, aquí lo tenemos: “Una flor pálida. Un pez sin ojos, Un beso lleno de
escamas amarillas... Por favor, guarde esas lágrimas antes de que empiecen a flotar 
cadáveres de lunas asesinadas por decadentes y borrachas”.  Pero fue sin culpa.
Hemos llegado a Greenwich Village, sólo queda la música. ¡ Qué cuento! Nos deja
sin aliento.

De Nueva York nos vamos para C ali, otra p regunta-título: ¿ Sabía usted que María
bebió jugo de borojo?  Diálogo entre dos estatuas que se llama n Efraín y Mar ía.
Juego de tiempos, siglo XIX, siglo XXI, cortesía antigua, diversiones de ahora, el
Cali de ahora. Ya no se sabe sin son estatuas, sin cobraron vida. La escogencia del
 borojó y su efecto afrodisíaco. Efr aín, el pausado.

A mílcar Osor io 

Uno de los más cultos del grupo Nadaísta, dominaba el francés, el latín, el griego,
se interesaba en el misterioso provenzal. Tr aductor al fra ncés, al inglés, al

 provenzal
en prosa y de su propio
piezas de teatro, Vana Stanza.
libroensayista Fue&cuentista,
( Durrell cuentista,
Cuanta, Feliza escribió
Burzstyn). textos
Lector de
Proust, Schwob, Robbe- Grillet. Cuando murió sus amigos le devolvieron la vida.
Evocaron la obra del “niño terrible del nadaísmo” 1, algunos episodios de su vida,
su fuerza, su conversación, las contradicciones que hicieron de él un ser humano, “
a la vez tierno y altanero en el desconcierto de su personalidad” 2. Cita Jaime
Jaramillo Escobar dos versos que “tienen suficiente calidad expresiva para
decirnos por sí solo cómo era su poesía:
 
1
 Jaramillo Escobar, Jaime. Pasado por agua. Medellín, El Colombiano.- Dominical. Marzo 3 de 1985-
2
 Idem.

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“El amor no es efímero,


  es efímero el tiempo”. 3

Secuencias de témpera sobre el cadáver inclinado hacia delante

El cuento se divide en cuatro partes. La primera nos remite a un lienzo: la ciudad


de Nueva
avisos, los York
olores,vista desde el
el concreto quebarco que lleva
la invade, hacia Manhattan,
las iglesias, la bruma,
los avisos. Nueva York los
de
noche, rutilante, secreta. Lienzo pero también fotografía. La presencia de una
mujer, anónima, una figura esbozada, un trazo. “Y en el fondo de esa agua sucia
estaría flotando el cadáver de Rafael, a quien los muchachos habían matado ese día
 por la mañana”. Toda referencia a Passolini sobra.

 Los grandes pies del panóptico: Desde un solo punto, divisamos lo que en el
cine es el primer plano: el descubrimiento del cadáver. Entre realidad cotidiana y
sueño seguimos al protagonista que conversa con Maurescal. Notamos un bastón
con empuñadur a de hueso – Amílkar Osorio llevaba bastón también - el arma del
crimen. Las costumbres
sus vueltas del mientras
interminables muerto sedormía...Las
mezclan con preguntas
su inmovilidad.
acercaEldel
tocadisco en
metódico
asesinato, el por qué de lo mister ioso.

 Formol para los tejidos del cadáver que aunque yacente decúbito dorsal se
inclina hacia delante, hacia el futuro.

La mujer adquiere consistencia, forma parte del recuerdo de un encuentro. Fumar 


es también una definición del personaje, una cortina detrás de la cual posa el
modelo. Rafael en busca de la persona, no a través de su desnudez sino de su vida
“contada”. Rafael detrás del recuerdo de esa mujer.

 Bajo las secuencias de témpera el cadáver reposa la cabeza sobre la almohada


 presionando el pasado

Una historia por la tarde, la ventana abierta sobre la calle y sus ruidos. La fiesta
imprevista en la cual “ fueron llegando uno y otro, cayendo en el recinto como las
mismas hojas de los árboles que estaban cayendo en el parque”. Con Rafael y
Mauresca y los muchachos. La fiesta de los años sesenta.

Una for ma circular de contar, un tiempo que no se acaba, se repliega y cuyo


leitmotiv es “el día en que los muchachos, al parecer mataron a Rafael con el
 bastón de emp uña du ra de hueso que había recostado a la pared blanca...” Un
cuento cinematográfico con at mósfera, colores, sonidos y voces.

 Bombón y chocolate al levantarme

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La mención de Junín sitúa el texto en Medellín. Deambula la soledad de una niña


rica por la ciudad. Las descripciones de las ciudades son importantes en Amílkar 
Osorio, viven, son seres animados los árboles, voces y gritos, el sueño-muerte de los
vecinos en la noche. Los amores perdidos resucitan de noche. En el silencio se
vuelve importante una mosca. Y la vida regresa con el amanecer: ruidos en la
cocina, llamada telefónica, correo, la gente en la calle, el amante. ¿ Una vida?

 Rock and roll, faire l´ amour hasta divertirnos


La época del vacío, del aburrimiento, de los amores sin relevancia, de la soledad.
“Nos ocupamos de vivir solamente”, “lo hacemos para matar el tiempo”. El tiempo
es el que nos mata. Una rutina en grupo, las fiestas y pasar el tiempo como se hojea
un libro sin leerlo. Las descripciones de los muchachos son retratos a lápiz, o
fotografías. Algunas lecturas: Balzac,  Martereau de Natalie Sarraute y para los
otros  Lolita. Licor en vez de literatura, la insinuación de un homosexualismo. La
calle, luego de la oscuridad del teatro, la atracción de la calle como si fuera otro
teatro al aire libre. El rock de los sótanos en todo el mundo, la atmósfera pesada de
cigar rillo, música, los bailes extenuantes. La invitación al muchacho equivocado.

Los textos de Amílkar Osorio son atrayente, el misterio, las historias cruzadas. El
ser humano en su vacilación existencialista, en el pequeño grupo casi una cofradía
sin santos, arropado en el frío de la soledad.

Jaime Espinel

Otro nadaísta para quien Nueva York fue una aventura relevante. Queda su rastro
en una serie de cuentos. Viaje a la luna después de muerta, en Greenwich Village.
Van en busca de una rumba. El ritmo del texto es sincopado, como el jazz como el
encuentro con Molly la irlandesa joyciana. El inglés y el español se mezclan, van y
vienen enloquecidos.
 premeditado, El accidente
la prevención contradurante el encuentro,enelEstados
los colombianos miedo aUnidos
un asesinato no
“Second
class citizen, colombian, a really dangerous colombian”. En la calle la gente está
viva. El crimen no se ha descubierto. Es el vaivén de los pensamientos, del susto, el
caos de la mente que todo transeúnte expresa interiormente mientras camina por 
una ciudad que apenas ve y da ritmo a sus pasos. La ciudad, veinte de julio de
1969, día de la llegada a la luna, día de la Independencia de Colombia. El primero
fue un acontecimiento que los Nadaístas registraron a su modo: “  El   hombre no ha
llegado a la Luna ni moral ni técnicamente. Simplemente acaba de pisarla”, Humberto
 Navarro ; “Hay que llegar a la Luna dentro de uno mismo y habitarla. Lo que buscan
los sabios con la toma de la Luna es crear un Viet-Nam científico”, Eduardo

Zalamea.
de A Gonzalo
El Tiempo. Arango, sual poema
Los astronautas  Para
pisar la lunaeterna memoria
adquieren le valió la físicas
las cualidades expulsión
de
los extraterrestres. El poema de Gonzalo Arango desencadenó en los periódicos
una polémica que opacó – casí – la hazaña de Apolo II, durante un día. El gusto
 por escandaliza r, por el juego. No era pa ra tanto revuelo.

Ese texto es un canto a la vida, nos lleva atropelladamente por una ciudad gigante,
cosmopolita, indiferente, en la cual nos perdemos.

 Pobre huérfano el señalador 

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Todo viajero a los Estados Unidos si es antioqueño vuelve a Junín o al Parque


Berrío. A los recuerdos del Café Pilsen. El centro de Medellín, su alma tradicional
con la iglesia de la Candelaria, blanca frente a su parque, sus calles comerciales,
sus indigentes conocidos que traen buena suerte y sobre todo un alivio a las
conciencias. Tomar tinto, conversar, ver pasar las muchachas y el tiempo. La vida
se toma con tinto, se alegra con la música. “La patria es un tiple”. Los diálogos dan
la impresión
máscaras. de anda
1950, r sueltos,
después de lareservarse
muerte depensamientos,
Jorge EliécerlasGaitán,
palabr aslossonliberales
pequeñasy
conservadores enfrentados en batalla mortal. Un personaje “El señalador”, el
espía, el que denuncia. El ritmo del cuento se acelera, repetitivo : “¡ Nos van a
matar!”, entreverado con la historia contada a medias. ¿Cómo estar todavía
conversando con la amenaza pendiente, cada vez más cerca? El retrato del
“señalador”: “cetrino, apaciguado, hecho como de cera o de balso o alcornoque
tallado nunca me ha gustado el anuncio de la muerte en su cara y mucho menos cuando
 se anuncia contra mí...” sin puntuación, ritmo apresurado hacia la muerte. Los
nombres de las calles son importantes en un texto, “Avenida Primero de Mayo”,
“Palacé”, nada de números fríos, nombrarlas nos dibuja un pequeño mapa de la
ciudad,
nuestros eldías
que antioqueños.
conocemos, el
El que amamos,
regreso el que
al Café y sutransitamos y hace
descripción paraparte de
nuevas
generaciones: “ Quieto, adormecido en el tiempo... Pegado de la iglesia.
Trazando la verdad desenvainada de una violencia que no me gusta en mi ciudad”. El
muerto anónimo como buena parte de los muertos colombianos. Las canciones de
amor y la violencia, las contradicciones colombianas, humanas.

Jot amar io A r beláez 

El premiado por sus poemas, el primer Nadaísta con antimemorias y un buen


título “ Nada es para siempre” el sentido del humor, del juego, de escandalizar a la
Jarry al buenSuburgués
atropellado. que asiste
 Evocación a sus
preliminar  conferencias,
  nos entrevarias
orienta hacia burlasinfluencias
y ganas deenser 
el
 principio del Nadaísmo pero la actitud frente a la Colombia en la cual vivían es
auténtica. Ellos vivían allí, sufrían la violencia, eran jóvenes, denunciaban como
todos lo hicieron la hipocresía, reclamaban un mundo nuevo, en justicia, en
 política, en literat ura, a sabiendas que eso era imposible. Como todos los jóvenes
del mundo. Pero vivían aquí, en Colombia. Otros movimientos similares
invadieron el continente: en Venezuela con la revista “ El techo de la ballena”, en
México la revista “ El Corno Emplumado”, en Ecuador los “Tzántzicos” (de
“Tzantza: cabecita del tamaño de un puño de un enemigo aniquilado en el
combate, reducida por los jíbaros... venerables indios shuar” 4 , los “Mufados” en

Argentina. Roma
Inglaterra, Los “Beatniks”en Estados universa
y Praga, el descontento Unidos, l.Los “Angry young men” en

 La supervivencia gozosa (1989)

Al principio todos los Nadaístas eran pobres: Gonzalo Arango en su Monasterio,


X-504 en su habitación de Cali, Humberto Navarro, Darío Lemos... Así lo relata
Jotamario: “Sin calefacción y sin luz en nuestros cuartos húmedos como nuestros
 
4
 Arbeláez, Jotamario. Los gusanos inmortales de los 60. El Tiempo, Columna “Contratiempo”,abril 28
de 2004, página 1-15.

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 sueños, nos las arreglábamos para clavetar en el muro del mundo las saetas hirientes
de nuestra rabia; al contacto con las teclas airadas echaban chispas las cuartillas;
escribíamos hasta que manaban sangre nuestras lenguas mordidas”.

Luego, algunos se enmendaron.

Sin embargo en medio de la pobreza que vivieron la vida y su disfrute no estuvo


ausente.
muchos el Primero la vida
bienestar: y sentirse
plata, comida tal
y lovezsuperfluo
vencedorque
de selo añade
que representa para
a lo primero.
Máquinas de escribir conseguidas con esfuerzo y robadas sin esfuerzo por los
ladrones, escritura al lápiz sobre servilletas de papel en el caso de Darío Lemos, la
escritura, la lectur a a todo vapor, un alimento descrito por Jotama rio con ironía: “
Había sobrellevado  El Proceso, desmantelado  El Castillo, escalado  La Muralla
China, sufrido  La Metamorfosis, conquistado  América y me preparaba para
ingresar en La Colonia Penitenciaria”.

Los refugios, después de las fiestas, eran el problema. El texto da vueltas por las
calles, se cuela por los pasadizos, un Bogotá nocturno, la búsqueda y el cansancio,
el hambre,
noche y posiblemente
y el frío. el sentimiento
Pero sin queja, simplementede soledad, de abandono
una búsqueda que refuerzan
casi animal la
de un lugar 
donde pasar la noche. Podría dibujarse también un mapa, desde el Hotel
Tequendama, la Iglesia de San Diego, la llegada a la Funeraria Gaviria. Una clase
de supervivencia dictada por el Barbas. Método usual en todas las ciudades
colombianas en las cuales aparecen señores y posiblemente algunas rezanderas y
 plañider as en busca de un sitio calientico pa ra guarecerse en las noches, con
ventajas de tino, aguas aromáticas y caldos de pollo. El relato nos invita – con un
guiño – a seguir la aventura casi picaresca del intruso y su buena suerte. El final
logrado, claro está, que invita el lector regocijado al próximo relato.

 El cow-boy que se tragó el Oeste


Cuento en siete secuencias, en busca de oro. Nos advierte el epígrafe que esa fiebre
no se ha contraído recientemente: “Yo contraje una pequeña sed de oro cuando tenía
 siete años viendo the far west movies. NO SE SACIAN LAS SEDES”.

Jotamario reconstituye con presteza un pueblo minero, no faltan los indios ni los
colonos, la muchacha de cabellos de heno y su atracción para Voz del Bosque. La
 primera pa rte nos conduce a ritmo de caballo enloquecido y frena bruscamente:
“Entonces llegó Él con su par de pistolas”. Sigue un poema épico en la segunda
secuencia, aparece el Héroe. Tercera secuencia: el encuentro enamorado. Cuarta

secuencia, un
secuencia: lo silencio.
que se Sexta
esperaba en unalapersecución
secuencia: conmoción de deunlas autoridades.
pueblo Quinta
que presiente el
asalto. Séptima secuencia: la victoria de Él. El amor tal vez vencerá pero...

Es un juego divertido para el escritor y el lector. Hágamos una película pero no


será nueva. El cuento es mejor.

Simpatía por el demonio

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 No duda mos que los Nadaístas y ot ros muchos tuvieron algu na cercanía por el
Demonio. Debe su vida a la literatura, a los adeptos, a los religiosos tímidos, a los
que viven extra muros con él en los sueños.

El rock ha sido clasificado como música infernal, inspirada – entonces – por el


Demonio. Las preguntas sobre el Nadaísmo son divertidas: “ ¿Cómo se distingue
un nadaísta de un mutante?” Esperamos la respuesta. Hasta el inglés de la
 protagonista
engañar hastaesal“infernal” y susus
diablo con conducta
propiosy cuernos”.
conclusión:Excelente
“Las mujeres son capaces
el insólito de
final. El
Demonio debió inspirarlo.

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Edu ard o Escobar 

Jan Arb, hermano de Jotamario escribió acerca de Eduardo Escobar:


“Eduardo Escobar parece un guerrero ciroque. No sé si los ciroques hayan sido una
tribu de guerreros o una especie de pájaros, pero Eduardo parece un guerrero ciroque.
¿Contra quienes luchaban los ciroques suponiendo su lucha? Contra los españoles en
 primer lugar, pero los españoles se retiraron al mar cuando la hora de las invernadas y
luego contra
quisieron los ingleses
confinarlos y sus
en un trabucos.
mínimo Luego
espacio decontra
terrenolosrocoso
mismos norteamericanos
donde que
no se acercaban
ni el castor ni la malvaloca. El último ciroque no fue a la batalla, se sentó a la sombra
de un tilo y meditó que si seguían batallando los exterminarían.
Cuando terminó su meditamento todos habían sido exterminados y entonces el tomó el 
 primer pájaro de acero a Colombia y se intercaló en las filas de una nueva tribu de
 salvajes que se llamaban con disimulo los Nadaístas. Y allí levantó nueva tienda, para
abastecer de abarrotes durante todas las batallas, que no tardaron en llegar”.

Crónica de un amor loco

La atmósfera
entramos poco ena un
pococuento nos hace
a la vida perder nuestra
del protagonista, identidad.
podría En esea quien
ser alguien texto
conocimos. Con él salimos del apartamento para un recital de poesía. Cualquier 
lectura requiere un poco de brandy, aún si el invitado en el Palacio de Nariño es
Álvaro Mutis. Tomamos el camino de La Romana. Debe ser un lugar a media luz
que permite fundirse con el humo de cigarrillos, ser anónimo entre las voces. La
aparición es entonces una revelación. Más cuando de un paso firme se acerca al
desconocido cuyo propósito es asistir a un recital de poesía. Se desarrolla el relato
cuidadosamente porque así debe ser el enlace de las ideas con las emociones.
Descripción de la mujer, su forma de camina r, de vestir, las sensaciones que
despierta, la música a la cual se asocia, la presencia de una rosa nacida en Arabia,
y el diálogo
misterio. En natural entre Enigma
un artículo dos personas que talenvezla secolumna
de la mujer, conocieron una poética”
“Visión vez. El
Eduardo Escobar cita al poeta egipcio Ahmad El Qalyubi: “Que al sentarse
 parezca grande, al levantarse delgada y al camina r est remecedo ra. Que suscite
admiración de lejos y de cerca seduzca”. Ent ramos en el juego, nos seduce e
intriga la mujer, escuchamos los pormenores de su vida. Es tan fácil cruzar la
cuerda floja que se balancea sobre la realidad. Es tan difícil realizarlo con
 palabras. La vida cotidiana se esfuma. Siempre ha bía pensado “ Que existen zo nas
encantadas de la realidad, intersecciones mágicas del tiempo-espacio”. El
conocimiento del autor por los sufíes, sus misterios, su poesía, su música tiende un
 puente, todo es posible. Es el perfecto entendimiento, el trastorno. Viene un

regresoexistir
Debe a la tierra, sin embargo
algo más siempre no quedamos
fuera más convencidos
del “sistema que el protagonista.
métrico decimal”. Añoramos
otros cuentos de Eduardo Escobar en la antología.

H umbert o Navar ro 

El recuerdo cercano de Cachifo en el auditorio Manuel Mejía Vallejo de la


Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Su lectura de  El viejo de la montaña
interminable y la advertencia de que no se trataba de arepas ni carriel. El hombre
afectuoso que recordaba a la hija, allá en París y al yerno “el último Nadaísta”,

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quien sabe si allá o aquí. Un hombre cerca de quien andaba la muerte. A ella le
gustaba escuchar “El réquiem de Mozart ” pero no lo dejó terminar.

 Amelia soñada

 La poesía y el sueño nos obligan a flotar por encima de las palabras. Los sueños de
un adolescente tal vez, no se discierne la realidad. Nos quedan una calle, los carros,
los pregones,un
un perfume, una casaUn
amor. antigua de corredores,
fantasma el perfume
que se repetía de rosales
por las noches, y jazmineros,
un puñal y velos,
guantes, lo que esconde una p resencia femenina. Amelia. Una persecución y tan
incierto es la realidad y el sueño que sólo podemos dejarnos llevar como si
estuviéramos en un barco cercano a hundirse. Un teléfono transmite citas nunca
cumplidas “en la esquina del reloj”. Premoniciones en el sueño, la violencia
colombiana citada también para asistir al encuentro. “Entendí la esencia de los
sueños, y aquella unión borrosa donde tienen que ver más de lo imaginado, con
nuestra empobrecida realidad”. Es un cuento soñado.

Camelia superba

Mantiene el lector en suspenso. Misterio de una nota encontrada, una cita. Algo
antiguo, también siglo XVIII, de una relación sin mañana. Diálogos cortos,
 palabras de todos los días pa ra conta r un hecho fuera de lo normal. Humberto
 Navarro en un palomar en “La Candela ria”, un estudio. Desde un palomar los días
no son los mismos, se planea sobre la vida. A pesar de lo irreal del encuent ro se
realiza un ritual, algo como una tradición breve que tiene su encanto. “El amor es
misterio”.

Humberto Navarro publicó esos cuentos en la Editora Pluma por el año 1986. Los
ilustró Humberto Giangrandi. Otros los acompañan:  Juan soñó con muñecas,
 Hostería
libro ), El“El ciervocon
hombre de las
Plata”, Locomotora
cometas en formaNo.
de 13, Pescador
pájaro, Tresdearrapiezos
imágenes esperan
( título del
al 
niño-Dios, Un par de caballitos del carrusel, Comprendes que inutilizamos las
 palabras.

Quisiéramos que fuera n reeditados.

Jean Ar b 

De su poesía escribiría Gonzalo Arango: “ Poesía que es casi silencio si la palabra


 pudiera hacerlo. Poesía cuya esencia es entrañable, hueso del corazón, pan de la

creencia.
de Panrecoger
Fe, puede inmensolospara los de
trastos insaciados. Jan Arb, ypoeta
los ritos retóricos inesperado
oficiar en estejunto
a los Misterios desierto
a la
 piedra de los sacrificios donde lo Absoluto funda su trono. Y puede cantar los salmos
esotéricos de la locura y el silencio, últimas tablas de salvación que le quedan al 
mundo en víspera de sus bodas con la Muerte... Jan Arb fue al infierno en el último
vagón del nadaísmo, se quedó una temporada en el Calvario, y regreso sin oro pero
con su mochila de luz llena del amor sagrado.
 Jan Arb, hermano menor del poeta Jotamario, puede esperar en su estera su salario de
 Historia, porque a la corona de la poesía le ha florecido una nueva espina.

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 Bendito sea este gamín de los dioses que ofrenda en el Templo de la Medianoche, y
bendice por todos los nacimientos del día”.

Jot amar io Arbeláez presentaría así a su hermano: “ Jan Arb fue uno de los poetas del 
 grupo de Cali que aportó sus furores al Nadaísmo. Un niño, entonces, tuvo su obra una
rápida y entusiasta acogida en los círculos de vanguardia latinoamericanos. Una
temprana vocación mística lo llevó a dedicarse – bajo la conducción de la Hermana
 María – a disciplinas
vida a sanar esotéricas
o, por lo menos, para
a bien ayudar a las gentes necesitadas de salud y de
morir”.

Añade en su columna Contratiempo, del 18 de junio de 2001, publicada por el


 periódico “El Tiempo:

 Lo que no alcancé yo a cantar lo cantó mi hermano menor, quien entró en


conversaciones con Jesucristo mientras yo me pasaba a vivir en la parte de afuera de la
misma casa. El iluminado Jan Arb es un poeta alquímico cuyo metal se demora. Tiene
las claves de una nueva teoría del amor despojado de plusvalía”.

 El amor Zen (en Medina)


Un concierto con Martha Senn sería el asunto del relato pero tampoco lo es.
Ent ra mos a una sesión de magia dura nte la cual no solamente ella está atraída por 
“el amante de la tercera fila”, sino un lento enamoramiento, a distancia, mediante
la telepatía. Pero va más allá en un proceso de transmisión de energía. Un
ar robamiento místico sería t al vez, y solo tal vez, el estado más cerca no a lo que nos
 propone Ja n Arba, a nosot ros los lectores, a Martha Senn la encant ada.

Rafael V ega Jácome 

Cuentos del Purgatorio (1991), Río abajo (1995). Vive en Miami.


Cuando el diablo se llevó a don Teo

El tema del cuento es más viejo que el mismo diablo, sin embargo se lee
alegremente y a buen ritmo. Se relata con desparpajo y sentido del humor el escaso
tiempo de vida de Teófilo Mojalud. El pueblo del Bajo Magdalena, acertadamente
llamado “Purgatorio”, posiblemente frecuentado por el diablo en busca de presas,
es en sí un personaje algo adormilado, habitado por gentes con oficios sencillos,
observadores, pendientes de la vida de don Teo. No parece posible volverse rico sin
vender su alma al diablo y no siempre aparece para cerrar el trato. Nos sentamos

en una mecedora
curiosos en más
como él que medio
pordeverlaalhistor
diabloia,ydesvelados hasta el final. Estamos tan
¡sí que lo vemos!

 A las doce llegaban  los que venían de la guerra de Corea

Regresamos al pueblo de “Purgatorio”. Sigue la crónica del pueblo. Entre


reflexiones, monólogos del padre Gallo, observaciones acerca de los asistentes,
episodios tragicómicos, se realiza el entierro de un muchacho. El calor enloquece,
el río pasa indiferente con su carga de mortecina, por él llegan las desgracias.

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 Nos prestan el telescopio del sacerdote que fiscaliza cada casa, cada pecado. Sus
observaciones provocan risa pero también dolor. Es una observación minuciosa,
crítica de ese pueblo aletargado cuando no entierra. Violencia y absurdo de una
guer ra ajena: “ Tampoco entiendo - dijo nuevamente Simón - , por qué se
tienen que llevar los soldados a pelear en Corea. Es una guerra que no tiene ni arte
ni parte nuestra”. Y la respuesta: “- Mire, compadre, no reniegue tanto del
gobierno que que
cuando tienen ustedllevarse
ni impuestos está pagando
a los soldados y enElalgo
para Corea. hechoestaremos peligrando
de que esté lejos no
quiere decir nada, acuérdese del Cometa Halley, más lejos no podía pasar y
cuántos no se murieron del susto”.

La ignorancia da siempre la respuesta equivocada, motiva nuestra sonrisa,


también la compasión. ¿Cómo es posible que todavía seamos tan pobres, tan
explotados, tan analfabetas? El texto grita su dolor, lo disimula con el humor 
mezclado con ácido muriático, el de los Nadaístas.

 ¿A dónde nos ll evan los cuent os Nadaístas? 


A varias ciudades:

 Nueva York, Manhatan, deslumbrantes de noche, con la presencia de ba rcos, y río,


Verrazano Narrows Bridge, South Ferry Boat. Ciudad de cemento, de
indiferencia, de hierro, de soledad, de muerte, de relaciones pasajeras, de muelles y
contr abando, de drogas, de calles inter nacionales, la Quinta Avenida, Times
Square, Madison Avenue, Central Park, Greenwich Village. Punto de encuentro:
Metropolitan Museum of Art.

Medellín,
en caminado,
la Candelaria, noctur no,
la Avenida solitario,
Primero sus plazas, su alma en el Parque Ber río,
de Mayo.

Bogotá a la Kafka con sus edificios cuyo ascensor conduce a la celebración de la


muerte, el Hotel Tequendama, la iglesia San Diego, de San F rancisco.

Cali con la estatua de Efraín y María. Los pueblos son escasos, sólo el del Bajo
Magdalena.

A los cafés:

Sus nombres
Medellín con eltan
Cafémencionados y recordados
Pilsen, La Bastilla, por Elgeneraciones
Bogotá con son familiares:
Cisne, el Automático, Nueva
York con el White Horse, The old Moustache, Saint Adrian´s Company Bar,
reales o inventados..

Los lugares, las sonoridades de sus nombres, los cafés en los cuales se disipan las
soledades y se olvida la vida con el trago por un momento, trazan mapas en los
cuentos, les confieren una vida propia. Recordamos poemas que contienen
nombres de ciudades, de pueblos y son laberintos en los cuales se afianzan las

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efímeras vidas de los personajes. Merodeamos por ellos, sitúan escritores, lectores
en el tiempo.

A la música:

Es otra referencia a una época, fue la del jazz: Dizzy Gillespie, Louis Amstrong,
Duke Ellington, John Coltrane, los de los años treinta. Bailes en los sótanos, en las
fiestas sorpresas,
 percusión en solos, en las rumbas.
acompañado por Ritmo acelerado,
licor, mariju improvisaciones
ana o cualquier ot ra hiergeniales,
ba. Era
la locura, la soledad por un momento espantada con amores sin mañanas.

Años sesenta, ansia de libertad, de experimentar, desenfreno. Las amistades sin


embargo reemplazan la familia. Sobre todo en el caso de rechazo que provoca
tener un hijo art ista, que no sirve para nada o como su nombre lo indica Nadaísta.

A las lecturas:

 No son de vagos. Por los cuentos deambulan con la obra de Kafka, Borges y
sabemos
alemanes,quelosGonzalo Arango ylos
existencialistas, su poetas
grupo no ignoraban
franceses, la los surrealistas,
pintura loslafilósofos
universal, música
clásica. Elmo Valencia, en su prólogo cita la opinión de Octavio Paz y le disgusta
 porque es ligera: “ El Nadaísmo era una ap roximación ta rdía al surrealismo
fra ncés”. Provoca su respuesta airada: el sur realismo es “ antilitera rio, antipoético
y antiartístico, desembocando en una nueva literatu ra y en una nueva pintur a de la
cual se siguen enriqueciendo muchos comerciantes de arte”. En parte cierto en lo
que concierne los mercaderes. El surrealismo es André Breton y muchos más.
Toda una generación de pintores, escritores, cineastas se unieron para dar un giro
a la cultura, otra visión del mundo, experimentar, asomarse a otros caminos. Por 
eso hacen parte de los faros que contribuyeron a guiar las naves hacia puertos
renovados.
formas El hombre
de expresión es un filosófica,
artística, animal soñador, insatisfecho,
literaria. Confronta aendiario
buscalode nuevas
existente,
combate, aúlla, pasa la antorcha a la siguiente generación. Qué importa si fracasa,
¿ qué es el éxito? Sobre todo si es joven aunque su idealismo no ande por las nubes
sino por los infiernos. Los sur realistas fuero n y son provocadores, buscaron
enloquecer a sus detractores, sin esperanzas de cambiar el mundo, mostrarlo
mediante la imagen (Luis Buñuel), la escritura (Robert Desnos, Paul Eluard,
Antonin Artaud, Philippe Soupault, André Cocteau y claro André Breton), la
 pintura (Max Ernst, Salvador Dalí, René Mag ritte, Joan Miró, ent re ot ros). Es la
liberación del academismo, el valor del absurdo, del onirismo, de la rebelión, el
absurdo. Leerlos, escucharlos, admirarlos en un museo. Ni los surrealistas, ni los

 Nad aíst as han desaparecido.


Gonzalo Arango admiraba a André Breton. En su columna “Última página”  le
rinde homenaje al citar el último deseo del escritor: “...pido que se me conduzca al 
cementerio en un carro de mudanzas, y que mis amigos destruyan hasta el último
ejemplar de la edición ´Discurso sobre la poca realidad´”. ¿Algún parecido con los
 Nad aíst as? Los discípulos le dieron la espalda y se contradijeron apenas dejaron el
surrealismo. Cualquier movimiento abandonado por sus integrantes entra en

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contradicciones y negación de lo afirmado anteriormente.“Breton se fue quedando


 solo como un faro, iluminando con su rebeldía la noche del arte insurreccional”. 5

Al existencialismo:

Lo declara firmemente Gonzalo Arango en su columna “Última página” en un


artículo “ Por la dignidad de Sartre”: “En mi calidad de ciudadano existencialista,
mayor de edad aunque no pago impuestos y tengo antecedentes judiciales en ´La
 Ladera´”...

En 1969 escribiría: “Inesperadamente encontré el existencialismo como una


 justificación del desarraigo, la soledad, la ruta hacia el laberinto interior. Sin saber el 
origen de mi derrelicción, identifiqué mi ´enfermedad´ en la indiferencia moral del 
 Extranjero, la desesperanza metafísica de los que esperan a Godot, las impotencias de
la Condición humana”.6   

Del existencialismo en los cuentos seleccionados por Elmo Valencia se siente el


vacío, la desesperanza, el goce del momento que pregonaba Albert Camus frente a
la
esemuerte que esnodeselateme
reino que porque
tierra. el hombre
El hombre es lúcido,
está libre de su no espera una
escogencia en salvación en
la vida, para
 bien o pa ra mal. Todo se relaciona con el ser huma no y la conciencia de su
situación sin remedio en el mundo. Así se percibe en los cuentos de Gonzalo
Arango, de la necesidad de la mirada de los demás para existir, aunque sea
superficial. Hacer parte de un grupo, aunque sean dos, para que la soledad se
vaya. “Yonosé”, el anonimato, “nadie”, “nada”, un momento y sin embargo una
necesidad en medio del caos.

Los Nadaístas viviero n siempre a la defensa, despert aron ira, rechazo, motines
frente no
ideas a lugares de presentaciones
convencionales durante los
y contestatarias. añosllenan
Ahora sesenta
un por su rebeldía
auditorio y sus
cuando se
 presentan en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín, en la Universidad de
Antioquia y en cualquier lugar de Colombia y Latinoamérica. Así pasó con los
Beatles, con Ozzie Osborne, renegados primero, luego condecorados en Inglaterra.
Ambos grupos tuvieron que ver con un cambio, sea en la literatura, sea en la
música.

Gonzalo Arango admiraba a André Breton. En su columna “Última página” le


rinde homenaje al citar el último deseo del escritor: “...pido que se me conduzca al 

cementeriode en
ejemplar la un carro´Discurso
edición de mudanzas, y que
sobre la pocamis amigos destruyan
realidad´”. hasta elcon
¿Algún parecido último
los
 Nad aíst as? Los discípulos le dieron la espalda y se contradijeron apenas dejaron el
surrealismo. Cualquier movimiento abandonado por sus integrantes entra en

 
5
 Arango Arias, Gonzalo. El ser y la errancia, Bogotá, Cromos, Columna “Última página”, febrero-
marzo 1967.
6
 Arango Arias, Gonzalo. El País, Columna “ El callejón de las Chuchas”, diciembre 10 de 1969, página
5ª .

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contradicciones y negación de lo afirmado anteriormente.“Breton se fue quedando


 solo como un faro, iluminando con su rebeldía la noche del arte insurreccional”. 7 

Elmo Valencia describe rápidamente lo que fue la vida de los integrantes – no de


todos sin embargo porque la rebelión iba también por dentro, sin manifestaciones
exteriores – la “dolce
las dificultades vita”
sociales de los años
y políticas. Unasesenta concont
rebeldía carácter colombiano su
ra lo establecido, en expresión
medio de
mediante escándalos para que los observadores se fijaran en ese grupo de
muchachos en plena protesta. Gritar para ser escuchados, provocar para ser 
escuchados. El credo es la Nada pero una Nada distinta de la de Fernando
González, ésta sin vacío, llena de la Presencia. ¿Entonces qué es el Nadaísmo? Lo
aclara Elmo Valencia: “ Es un estado de ánimo y una actitud frente a la vida, muy
relacionada con el hecho de que aquí en Colombia sólo había mediocridad y
 porquería”.

Desde el Primer Manifiesto Gonzalo Arango sienta las bases del pensamiento del
movimiento. Veintinueve
el azar no existe. páginas
Paso a paso nosde análisis
guía, en ese manifiesto
contempla ar ticuladoy en
en forma filosófica el cual
moral lo
que confor ma nuestra existencia, con su estilo directo, incisivo.

Clair e L ew 
A r chi vos Per sonales de Escr it or es ( Juli o 2005) 
Copyright󰂩

 
7
 Arango Arias, Gonzalo. El ser y la errancia, Columna “Última página”. Bogotá, Cromos, febrero-
marzo 1967.

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