El Rol Del Profesional Del Técnico Universitario en Promoció
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El Rol Del Profesional Del Técnico Universitario en Promoció
Introducción
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LECCIÓN 1 de 3
Introducción
Estas problemáticas complejas no pueden abordarse desde una sola disciplina, sino que se necesita cada
vez más una mirada sistémica e interdisciplinaria que nos ayude a entender a los niños/as y adolescentes.
Para esto se necesitan agentes sociales involucrados e instituciones gubernamentales y no
gubernamentales que generen propuestas de solución.
Por otra parte, se trata de una profesión que permite detectar y diagnosticar problemas actuales en la niñez
(relacionados con la sexualidad, discapacidad y escolaridad), sobre todo en los ámbitos educativos y en los
espacios de salud. Pero, fundamentalmente, aporta valor para promover y generar propuestas de solución y
planes de prevención desde una mirada que considera a la institución y, a la vez, a los niños/as y
adolescentes vulnerados. Incentiva a encontrar soluciones que favorezcan el diálogo, la reflexión y el bien
común.
Esta tecnicatura
Se ha comparado a esta carrera con la de los operadores sociales, que son muy populares por su rol técnico
y “por su contacto directo y sostenido con la población y que se identificaban con la acción, el hacer y el
intervenir” (Lizárraga, 2009, p. 1).
Además, los operadores sociales han ocupado lugares en hogares convivenciales, en institutos de régimen
cerrado para jóvenes que se encuentran en conflicto con la ley penal, en centros de día y de noche, en
programas de abordaje en calle, en comunidades terapéuticas, etc. Intervienen, por igual, en el campo
social, en los dispositivos públicos y en los entornos no gubernamentales. Sin embargo, se les cuestiona
que carecen de un respaldo teórico- metodológico sólido para tener abordajes adecuados y, en la práctica,
no han sido muy valorados en los organigramas internos de sus instituciones, siendo que ellos dinamizan
las prácticas internas (Lizárraga, 2009).
Tanto los operadores sociales como los técnicos en Promoción Comunitaria en Niñez y Adolescencia se
caracterizan por intervenir desde la singularidad cotidiana con niños/as y adolescentes en situación de
vulnerabilidad. Son agentes promotores en la socialización secundaria de niños/as y adolescentes
(Lizárraga, 2009).
Recordemos que se entiende por socialización secundaria, cualquier proceso que induce a un individuo ya
socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad, sobre todo, lo vinculado con el ámbito
educativo (Berger y Luckman,1968).
A la vez, ambas disciplinas necesitan tener en cuenta “los fundamentos epistemológicos de la intervención,
como las distintas formas de estar en diferentes contextos y en distintos momentos históricos” (Carballeda
en Lizárraga, 2009, p. 2).
Aquí reside la importancia de que se conozca el diferencial que tiene el técnico universitario en Promoción
Comunitaria en Niñez y Adolescencia: cuenta con un abordaje sistémico en todo momento y atiende, al
mismo tiempo a la institución y al sujeto de vulnerabilidad (en este caso, el niño/a o adolescente).
Pero también su expertise se vincula con la resolución de conflictos y con proponer soluciones que
contemplen a todos los actores o agentes sociales involucrados, que promuevan la salud y los procesos
educativos. Estos profesionales deben conocer a fondo las problemáticas principales que aquejan a la
infancia y adolescencia vulnerable en nuestros días (situaciones de violencia, abusos, bullying,
discriminación, falta de integración, de escucha, de participación, carencias -y no solo carencias materiales,
sino también culturales y simbólicas- entre otras).
El técnico en Promoción Comunitaria en Niñez y Adolescencia es un experto social, que debe saber acerca
de la configuración de la infancia en riesgo, como campo de intervención estatal y que tiene una larga
historia en Argentina.
Si repasamos la historia, la infancia en riesgo se remonta a comienzos del siglo XX y empieza a organizarse
bajo una lógica tutelar, con raíces en el positivismo criminológico y la doctrina de la defensa social. Magistris
(2009) dice
Cabe recordar que adopción de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (Unicef, 2006) y su
posterior incorporación a la legislación nacional (entre 1990 y 1994) generaron un quiebre en la
problematización de la infancia en riesgo. Como resultado, se comenzó un profundo proceso de revisión de
las políticas dirigidas a esta población en nuestro país. Entre las transformaciones más notables podemos
mencionar la adopción de un enfoque de derechos como espíritu de las reformas y el impulso de funciones
compartidas entre el Estado, las ONG y las familias. Estas nuevas orientaciones fueron recogidas en la Ley
Nacional N° 26.061 de Protección Integral de los Derechos de niñas/os y Adolescentes (2005) y otras leyes
provinciales.
Sin embargo, a casi tres décadas de iniciado este proceso de transformación, las instituciones que atienden
a la infancia en riesgo muestran un panorama por demás complejo. Coexisten formas organizativas y
lineamientos de trabajo diversos que dan lugar a resultados polémicos. La literatura disponible sobre el tema
concluye frecuentemente que existe un desanclaje entre el nuevo modelo de protección basado en
derechos y las políticas implementadas en Argentina. Esto no logra ampliar los derechos de los niños
atendidos y fomentan un rol más tutelar (Eroles, Fazzio y Scandizzo, 2001; García Méndez, 2006; Magistris,
2011 y Llobet, 2014).
Por todo lo dicho, es central conocer los paradigmas de infancia para entender las cosmovisiones que han
existido (y que, en algunos ámbitos, coexisten). Por ejemplo, considerar al menor como un objeto social
judicializable, pobre y que necesita del patronato del Estado o de un juez; como un sujeto que hay que
moralizarlo, reformarlo (esta concepción estuvo vigente casi por un siglo desde el año 1919- la doctrina de la
situación irregular o ley Luis Agote-).
Por todo ello, es un gran desafío para los técnicos en Promoción Comunitaria en Niñez y Adolescencia
ejercer su profesión actualmente, a sabiendas de que se han formado dentro de una carrera que tiene el
enfoque del derecho y que es requerida por la sociedad y por las instituciones gubernamentales y no
gubernamentales. Para dar su impronta a la comunidad y para traer propuestas realistas a nuestros tiempos
que respeten los derechos y la voz de los niños; y no solo con una mirada adultocéntrica muy propia de las
teorías psicológicas y sociológicas funcionalistas y/o tutelares que estuvieron vigentes durante todo el siglo
XX (en Rodríguez Aguirre, 2018).
En definitiva, estos mismos técnicos que se formarán con una mirada desde el enfoque de derechos, son
quienes deberán saber que hay que reconceptualizar a la infancia en riesgo social para que el niño sea
considerado un actor social, con capacidad de agencia y con competencias para proponer soluciones.
Asimismo, la nueva sociología de la infancia (NSI), como nueva disciplina, permite entender mejor al niño en
riesgo como sujeto y como grupo social al buscar que su voz sea escuchada y al intentar hacer un aporte
teórico y metodológico que demuestre que los niños son “co-constructores de la realidad social en la
actualidad” (Zuluaga, 2004, p. 93).
Por último, hay que tener en cuenta que el sistema de protección de la infancia- del patronato del Estado-,
que tenía la mirada puesta en el control, en transformar comportamientos, en la sobreprotección y el control
de los niños en riesgo social; debe cambiar y adoptar la nueva sociología de la infancia (NSI) que estudia los
sectores vulnerables desde el aprecio y hace hincapié en lo afectivo a través de lo lúdico (Rodríguez
Pascual, 2000).
En esta carrera se toma conocimiento de todos estos elementos, y en la formación, se participa como
auxiliar en el diseño y articulación de actividades institucionales de prevención y resolución de los
problemas del niño y del adolescente. Debido a ello, en este primer módulo, se reflexionó acerca de la
profesión actual, se presentaron sus características, potencialidades y sus desafíos a futuro.
LECCIÓN 2 de 3
Referencias
Eroles, C., Fazzio, A. y Scandizzo, G. (2001). Políticas Públicas de Infancia. Una Mirada desde los Derechos.
Buenos Aires: Espacio.
García Méndez, E. (Comp.) (2006). Protección Integral de Derechos de niñas, niños y adolescentes. Análisis
de la ley 26.061. Buenos Aires: Editores del puerto.
Ley N° 26.061 (2005). Ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.
Lizárraga, D. (2009). Conceptualizando la práctica desde una perspectiva histórica, el operador social.
Revista Margen, (56), 1-10. Recuperado de https://www.margen.org/suscri/margen56/lizarraga.pdf
Llobet, V. (Ed.). (2014). Pensar la infancia desde América Latina: un estado de la cuestión. Buenos Aires:
CLACSO.
Unicef (2006). Convención sobre los derechos del niño [documento en línea]. Recuperado de
https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf
Universidad Siglo 21 (30 de noviembre de 2017). 7 nuevas carreras de grado y pregrado. Recuperado de
https://21.edu.ar/content/7-nuevas-carreras-de-grado-y-pregrado
Zuluaga, J. B. (2004). La familia como escenario para la construcción de ciudadanía: una perspectiva desde
la socialización en la niñez. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 2 (1), 84-98.