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Lectura S-2 - Los 5 Emprendedores Peruanos Más Exitosos Del Empresariado

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LOS 5 EMPRENDEDORES PERUANOS MÁS EXITOSOS DEL EMPRESARIADO

EL COMERCIO
Actualizado el 12/08/2014 a las 12:02

Historias de éxito de emprendedores nacionales cuyo trabajo dio lugar a algunas de las
compañías más importantes del país

Estos son tiempos de desaceleración económica en el Perú, pocos lo dudan. Y mientras el


gobierno se afana por ejecutar planes de emergencia que recuperen la economía a punta de
inversión pública y privada, es bueno recordar que incluso en peores circunstancias han
habido peruanos que, a punta de esfuerzo y fieles a sus emprendimientos, han sacado
adelante sus empresas y, con ellas, al país que –la mayoría de las veces- les dio pocas
oportunidades.

Peruanos que se hicieron solos y cuyas vidas pueden servir de inspiración a quienes ahora
pretenden levantar sus propios negocios.

La lista es corta y usted puede añadir sus propuestas. Por qué no, su propio nombre.

ALBERTO BENAVIDES DE LA QUINTANA

Pese a que contó innumerables veces cada detalle acerca de cómo acumuló su fortuna –
valuada por Forbes en US$2 mil millones- Alberto Benavides de la Quintana solía decir
que la minería, el motor que lo hizo rico, era una cuestión de suerte.
Por eso bautizó a su empresa como Buenaventura, una palabra muy usada por las gitanas
que leían las manos en la plaza San Martín.

Pero si algún peruano quisiera disgregar la biografía de este geólogo, encontrará que la
suerte se hace, o mejor dicho, la hace uno mismo: Benavides, hijo de un abogado de clase
media, estudió ingeniería de minas en la UNI y luego una maestría en la Universidad de
Harvard (EEUU), gracias a una beca que obtuvo con sus propios méritos.

Con semejante currículum, su primer trabajo fue de lampero en la mina Franklin de Nueva
Jersey (EEUU). Comenzó desde el socavón y cuando ya parecía asentado con un buen
puesto en la mina de Cerro de Pasco, se jugó todo lo que tenía a los 31 años para comprar la
mina Julcani de Huancavelica, una que el resto de sus colegas creía pobre. Con ella
despegó.

ISAAC LINDLEY

Era el más chico entre los cinco hombres de una familia de ocho hermanos y no estaba
destinado a convertirse en la cabeza de Inca Kola.

Isaac Lindley, a quien con el tiempo todos en su empresa llamaron míster, llegó a liderar a
la única gaseosa que superó a Coca Cola en el mundo tras una serie de eventos
desafortunados.

Lo hizo porque fallecieron sus cuatro hermanos mayores y su primera misión fue salvar al
pequeño emprendimiento familiar de la quiebra. Entonces, entre los años 40 y 50, Inca
Kola era una gaseosa hecha en base a hierbaluisa que los Lindley habían creado tras varios
intentos fallidos para dar con “la bebida de sabor nacional”.

La historia de Inca Kola comenzó en aquella época pero, para ser precisos, la primera vez
que un Lindley fabricó una gaseosa en el Perú ocurrió en 1880, cuando el padre de Isaac,
José Lindley, arribó a Lima en busca de un futuro mejor que el que proyectaba en su
Londres natal.

Detrás del éxito de Inca Kola no solo está el sabor, sirve aclararlo. El despegue que
consiguió Isaac tuvo que ver con una serie de convenios vía franquicias para que la gaseosa
pudiera venderse a escala nacional, además de numerosas innovaciones tecnológicas en
años en que ello no importaba gran cosa al empresariado peruano.

ERASMO WONG
Es muy probable que en 1942, cuando Erasmo Wong abrió su pequeña bodega en
Miraflores, nadie se imaginaba que con ella nacería la cadena de supermercados más
grande del país.

Es muy probable que ni siquiera él lo imaginara. ¿Cuál es la fórmula para pasar de una
bodega a una compañía que vale más de US$500 millones? Las crónicas que repasan la
historia de Erasmo destacan una costumbre que comercialmente resultó ser exitosa:
innovar, ir contra la corriente, contra lo que la mayoría creyó que era la estrategia correcta
para crecer.

Así, cuando todos se concentraron en los reducir los costos, Wong se concentró en el
cliente y personalizó la atención cuando la tendencia apuntaba al autoservicio.

Y cuando la recomendación fue reducir el tamaño de las tiendas, él las amplió. Su éxito
tuvo la suficiente resonancia internacional como para que el grupo chileno Cencosud
comprara la compañía, pero esa ya es otra historia.

MÁXIMO SAN ROMÁN

En un país en el que tener origen andino y ser pobre se convierte en una combinación fatal
que complota contra salir adelante, Máximo San Román –cusqueño de Quispicanchis- optó
por el único camino que le quedaba libre para surgir: estudiar. Primero, ingeniería mecánica
en la UNI.

Y después una serie de pasantías y especializaciones en Norteamérica, Europa y Asia. Uno


tras otro, todos fueron pasos cuesta arriba. Cuando era un estudiante de ingeniería tuvo que
doblar fierros en la puerta de un taller de mecánica en Piñonate, barrio bravo frente a su
universidad.

Poco después fabricó su primera máquina, el molino picador, y desde entonces otras para la
industria metal mecánica, agroindustrial, minera y para la panificación.

A los 34 años, en plena carrera ascendente en el sector privado, decidió arriesgarse y fundar
Nova, su fábrica insignia que hoy exporta equipos de panificación a Sudamérica y
Norteamérica, y que emplea a cerca de 400 personas.

Ingresó a la política y fue vicepresidente de Alberto Fujimori hasta 1992, año del famoso
autogolpe, cuando se retiró. Su discurso suele tener un fuerte contenido social: “Tenemos
que cambiar nosotros al país no esperar que el gobierno lo haga”.

JULIO IKEDA
El patriarca de los Ikeda no nació en el Perú, pero sí demostró durante toda su vida que
quería a este país mucho más que el promedio.

Julio Ikeda (padre) llegó desde Japón a los 15 años, en 1927, y como la mayoría de los
nipones que arribaron al Callao en aquella época, su primer trabajo fue de agricultor en el
„Norte chico‟.

Comenzaba a tener relativo éxito como pequeño empresario cuando en 1944, producto de la
II Guerra Mundial, el gobierno peruano lo deportó a Estados Unidos, junto a buena parte de
la colonia japonesa en nuestro país.

Pese a esa experiencia, decidió volver y fundar aquí San Fernando, el que hoy es el grupo
más importante de la industria de alimentos a escala nacional.

Pasó de vender menos de 50 patos por mes a inicios de la década del 50 a más de un millón
cuando comenzaba el 2000. Hoy el grupo San Fernando está a cargo de su hijo e inicia un
ambicioso plan para consolidarse en la industria alimentaria del país.

RECUPERADO DE:

https://elcomercio.pe/economia/ejecutivos/5-emprendedores-peruanos-exitosos-empresariado-
351421-noticia/

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