Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Caracterización de A.R - Industria Textil

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 20

Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión

E.P. ingeniería ambiental

Tema

“Caracterización de las aguas residuales generadas en una industria textil cubana”

Realizado por

Burgos Cano, Diego Enrique; Condor Sanchez, Luis Ángel; Espinoza Colla, Alexandra; Maguiña
Cenas; Manuel Jesús, Marcos Medina Alex, Brandon

Docente

Ing, Nunja Garcia, Jose Vicente

Huacho, Perú

2019
Introducción
Hoy en día los problemas ambientales son una temática comúnmente abordada por los medios
de difusión masiva y los centros educacionales a todos los niveles. Estos problemas, vaticinados
ya como embarazosos en muchos países y regiones, tienden a acrecentarse con el tiempo, de no
tomar medidas concretas que los minimicen, situación que se manifiesta no solo en Cuba sino
también en el resto del mundo.
El uso desmedido de ciertos recursos, la ausencia de una protección o debido control
generalizado en el ambiente o la incapacidad de los procesos e instalaciones existentes para ello,
ha traído como consecuencia un incremento en la contaminación de la biosfera terrestre, toda
vez que la acción humana, tal como la implantación de una nueva actividad, la modificación de
una existente o la ejecución de un determinado proyecto, puede causar un impacto negativo
sobre el medio. Por tanto, la determinación de la magnitud de estas acciones sobre el mismo, es
imprescindible para lograr su adecuado mantenimiento y preservación.
En el marco de esta situación, las políticas ambientales responden a problemas y necesidades de
las diversas actividades socio-económicas locales, territoriales y regionales, con el fin de
disminuir en alguna medida el creciente deterioro de la calidad ambiental (Santiso 2013).
En la actualidad, la estrategia de cómo hacer un mejor uso del agua aún se rige por inquietudes
políticas y económicas a corto plazo y no se tiene en cuenta la ciencia ni la buena gestión. Se
necesitan soluciones tecnológicas punteras y mayor financiación, así como más datos sobre los
recursos hídricos, fundamentalmente en los países en desarrollo.
Las empresas, sobre todo las industriales, durante muchos años se han servido en forma
indiscriminada de los recursos naturales y han provocado la contaminación del agua y del aire,
debido fundamentalmente a procesos de producción y servicios ineficientes, lo que ha traído
entre otros, una disminución de la disponibilidad de agua limpia para diferentes usos
(GreenFacts 2009).
Entre las causas que genera la ineficiencia en los procesos industriales se señala el hecho de la
no total transformación de las materias primas en productos, y como consecuencia de ello
sobran residuos en estado sólido, líquido o gaseoso, cuyo destino final es su descarga al medio,
en no pocas ocasiones, sin tratamiento alguno. A partir de esta realidad, la industria textil
cubana dedicada a la confección de toallas y artículos de rizo, implementó un plan de
Producciones Más Limpias (PML) en el año 2006, con el fin de minimizar la acción perjudicial
que pudieran provocar sus aguas residuales. Con una debida reducción de la carga
contaminante, se lograría preservar y proteger la cuenca donde está enclavada la textilera.
Por interés de la propia industria textil, entre las obras a ejecutar en un período a corto plazo, se
encuentra una planta de tratamiento que minimice las concentraciones de los contaminantes
presentes en el agua residual, según lo establecido el plan de acción medioambiental, con un
posible reúso del recurso en otras actividades.
Por todo lo anteriormente expuesto, se efectuó un estudio físico-químico de las aguas de
desecho de la textilera, compilando inicialmente la mayor cantidad de información disponible
en los archivos hasta 2014, y realizando un monitoreo adicional en 2015. Toda esta evaluación
tuvo la finalidad de detectar, caso de existir, los problemas que atentan contra la salud del
ecosistema en términos de contaminación por descarga de aguas proveniente de las labores
productivas, verificar la efectividad que deriva de la aplicación del plan de PML y emitir un
criterio de la posibilidad de reusar en la propia industria, cierto porcentaje de agua tratada.
Resumen
Este trabajo se basó en un estudio que se realizó en una industria textil cubana, ubicada en la
Habana, y tuvo como objetivo recopilar toda la información existente en la industria,
relacionada con las características físico químicas de sus aguas residuales, y efectuar un
veredicto sobre el funcionamiento del plan de Producciones Más Limpias implementado en la
textilera a partir del año 2006. También se analizó la actualización de la calidad de los efluentes
en 2015 y se concluyó que esta industria, aun sin contar con un sistema de tratamiento de sus
aguas residuales, cumple con las normas de vertimiento al alcantarillado, lo que no evade la
necesidad de instalar su propia planta convencional y reusar parte del agua tratada en sus
instalaciones.
INDICE
CAPITULO 1
1.1 Importancia de la investigación
Una de las industrias con mayor consumo de agua por kilogramo de producto
producido es la industria textil, donde la tecnología utilizada para teñir la fibra,
emplea grandes volúmenes de agua, que después de utilizarse tienen que
descartarse por su coloración, alta Demanda Química de Oxígeno (DQO) y alto
contenido de Sólidos Totales (ST), entre otras características. Estos factores hacen
de esta industria un área de oportunidad para implementar diferentes tecnologías
en el tratamiento de sus aguas residuales con el objetivo de controlar la carga
contaminante en las descargas y recuperar el agua con la finalidad de reutilizarse
dentro del mismo proceso.
Las corrientes de agua de descarga dentro de los procesos textiles provienen
principalmente de las operaciones de acabado, que involucran el descrude,
blanqueo y teñido, así como de distintas etapas de lavado. La cantidad de agua
utilizada en los procesos textiles varía considerablemente dependiendo del proceso
específico y del equipamiento utilizado por la planta. Los requerimientos de agua
para los procesos de acabado suelen ubicarse alrededor de los 100 litros por
kilogramo de producto (Rozzi, et al., 1999), aunque cuando se utilizan colorantes
reactivos esta cifra se encuentra entre 125 y 170 litros por kilogramo de producto
(Snowden - Swan, 1995).

1.1.1 Importancia del agua


El agua es uno de los elementos esenciales que sostienen el equilibrio natural en
este planeta; ya desde los egipcios, griegos y mayas, fue identificado como uno de
los elementos primordiales en el ritmo propio de la naturaleza.

El agua ha tenido también un papel preponderante en la vida humana, en su


historia, desarrollo social y crecimiento económico. Son múltiples las culturas y
civilizaciones que se han iniciado y desarrollado en regiones ricas en este recurso,
como en el caso de la antigua Mesopotamia.
El agua es un elemento irremplazable para las actividades del hombre e
indispensable en muchos de los fenómenos que rodean nuestra vida y entorno. La
presencia del agua abarca desde su obligatoriedad en la higiene personal, hasta su
participación en las reacciones de respiración y fotosíntesis; desde el riego de
cultivos, hasta la producción industrializada de alimentos; desde su uso en el
esparcimiento y recreación, hasta en la generación de energía eléctrica y como
insumo en diversos procesos industriales.

1.1.2 El agua: Recurso ilimitado


El agua, a pesar de ser identificada como un elemento primordial en la vida diaria
del hombre desde la antigüedad, fue también considerada como un recurso
ilimitado que permitía al hombre utilizarla de la manera que mejor conviniera
pensando que siempre estaría disponible. Sin embargo, debido al uso excesivo que
se le ha dado a este recurso, a la contaminación que se ha infligido en los ríos y
reservas naturales con las descargas tanto industriales como domésticas, y al
crecimiento acelerado de la población, el agua disponible per capita se ha reducido
considerablemente en cantidad y calidad en los últimos años (Yeomans, 2001).
Además, parece existir la idea de que el agua es un recurso abundante en el
planeta. Sin embargo, basta ver algunos datos para hacer evidente que esto es
relativo. El 97.5 % del agua en el mundo es salada, y solamente el 2.24 % es
dulce, que en su mayoría es de difícil acceso, debido a que se encuentra congelada
en los polos, glaciares o en capas subterráneas profundas. Por lo tanto, el volumen
de agua utilizable es de tan solo un 17 % del total de agua dulce, que proviene de
ríos, lagos, embalses y acuíferos poco profundos (UNESCO, 1997); (Mallevialle, et
al., 1998). La disponibilidad del agua no es uniforme en todo el planeta. Grandes contrastes
se presentan entre regiones desérticas y zonas con fuertes problemas de
inundación. Desafortunadamente 80 países con el 40% de la población mundial
están ya experimentando racionamientos críticos de agua que amenazan su
agricultura, su industria y su salud (UNEP, 2002).
1.2 Uso del agua en la industria textil
Uno de los giros industriales que hacen manejo más intensivo del agua en sus
procesos de manufactura es el textil, debido, principalmente, a las operaciones
requeridas para que el producto final tome las características necesarias para su
uso. Este manejo intensivo del agua en sus procesos hace que esta industria
genere grandes volúmenes de agua residual a nivel mundial, característica que
hace de este sector un objeto de estudio e investigación para la disminución de su
uso y control de sus descargas.
La diversidad de las operaciones que hacen uso del agua en la industria textil hace
que cada caso de estudio sea importante debido a la particularidad de cada
escenario. El uso del agua depende de factores que van desde la fibra con que se
trate, el tipo de tejido que se hizo con ésta, el color y tono que se desea obtener
hasta la calidad inicial del agua utilizada. Algunas investigaciones han mostrado
que el uso de agua en procesos textiles suele ser de 100 litros por kilogramo de
producto (Rozzi, et al., 1999), otros trabajos presentan consumos de 167 litros
por kilogramo de producto (EPA, 1996), algunos estudios más específicos
establecen que cuando los procesos hacen uso de colorantes dispersos, las
descargas se encuentran entre 100 y 150 litros por kilogramo de producto, y entre
125 y 170 litros por kilogramo de producto cuando se hace uso de colorantes
reactivos (Snowden - Swan, 1995).
CAPITULO II
2.1 Definición del problema
El panorama que presenta la industria textil referente a la contaminación generada
por la disposición de sus descargas a los drenajes municipales sin tratamiento
alguno es un problema serio en la mayoría de los sitios que se cuenta con este tipo
de empresas.
El alto nivel de contaminantes medidos en parámetros de calidad de agua como
Demanda Química de Oxígeno (DQO), Conductividad ó Sólidos Disueltos Totales
(SDT), Sólidos Suspendidos Totales (SST), entre algunos otros, en el efluente son
motivo de preocupación en la gestión ambiental de esta industria.
El elevado volumen de agua utilizada por unidad de producto generado provoca
que este recurso no sea utilizado en otras actividades de igual o mayor
importancia como las domésticas, agropecuarias u otras actividades industriales,
además de presentar una facturación por concepto de consumo de agua alta para
estas empresas.
En la industria textil del algodón, se conoce que el empleo de colorantes reactivos
en el teñido de esta fibra utiliza entre 125 y 170 litros por kilogramo de producto
(Snowden - Swan, 1995).
Estas dos situaciones: el elevado nivel de concentración de contaminantes en sus
descargas y el alto volumen de agua consumida provocan un fuerte impacto
ambiental, económico, y social; ya que, en lo referente a las descargas, el
tratamiento se dificulta, generando agua tratada sin las características adecuadas
para su vertido en los cuerpos receptores, y en lo referente al alto consumo de
agua, el alto consumo de esta industria provoca que no se dedique este recurso a
otras necesidades, como lo son las necesidades urbanas, agrícolas o de
requerimiento en los ecosistemas.

2.1.1 Consumo de agua en la industria textil


Una de las industrias con mayor consumo de agua por kilogramo de producto
producido es la industria textil, donde la tecnología utilizada para teñir la fibra,
emplea grandes volúmenes de agua, que después de utilizarse tienen que
descargarse por sus altos contenidos de coloración, DQO y Sólidos Disueltos
Totales (SDT), entre otras características. En promedio la industria textil utiliza 167
litros de agua por kilogramo de producto (EPA, 1996). En América Latina, este
valor resulta en uno de los cuatro rubros más representativos y de mayor consumo
de agua.
Aunado al uso intensivo del agua que se hace en las etapas de teñido y acabado,
otro de los grandes problemas de estas descargas es la variabilidad de la
composición del agua residual debido a la diversidad de colorantes y auxiliares
utilizados en el teñido, dependiendo de la naturaleza de las fibras del textil
(algodón, poliéster, nylon), así como del tono deseado en éste (Vandeviviere,
1998). De esta forma, el consumo de agua y la variabilidad en la composición de
los efluentes, hacen que esta industria represente un área de oportunidad en
donde se pueden implementar diferentes tecnologías para el tratamiento de aguas
residuales industriales con el objetivo de recuperar el agua y controlar las
descargas (Demmin, 1988).
2.2 Justificación del estudio
La mayor parte de las descargas de la industria textil en Cuba son vertidas
en los sistemas municipales de drenaje sin ningún tipo de tratamiento. Cuando la
reglamentación existente es aplicada, el agua residual es tratada con el solo
propósito de cumplir con los parámetros mínimos requeridos de la reglamentación
que regula su descarga en los sistemas de drenaje. Este enfoque, lleva a diseñar
sistemas de tratamiento que ocupan fuertes inversiones y esfuerzos operativos y
de mantenimiento que no aportan ningún paso hacia el desarrollo sostenible de la
empresa, puesto que solucionan solo el problema ambiental sin pensar alguna
propuesta que permita dar espacio a opciones de tratamiento que impulsen de
mejor forma el desarrollo económico y responsabilidad social de las empresas.

2.3 Objetivos
2.3.1 Objetivo general
Recopilar toda la información existente en la industria, relacionada con las características físico
químicas de sus aguas residuales, y efectuar un veredicto sobre el funcionamiento del plan de
Producciones Más Limpias implementado en la textilera a partir del año 2006.
2.3.2 Objetivos específicos
Identificar la composición de un agua residual textil
Evaluar la capacidad de una posible recuperación del agua residual textil.
CAPITULO III
3.1 Descripción del problema
El Ministerio de Industrias (MINDUS) de Cuba cuenta entre sus instalaciones con una textilera
ubicada al oeste de La Habana, perteneciente a la Unión Textil Ducal, que se dedica a la
confección de toallas y artículos de rizo con destino al insumo de hoteles, tiendas recaudadoras
de divisas y organismos.
La textilera ejecuta su producción en cinco plantas, tal como se señala el siguiente diagrama:

Las plantas de hilandería, urdido, tejeduría y confecciones realizan sus producciones en seco, es
decir, no requieren del recurso agua para sus funciones, no así la planta de acabado, donde se
lleva a cabo el descrudado-blanqueo, teñido, lavado-jabonado y suavizado de las toallas,
generando consecuentemente agua residual en el proceso productivo (González et al. 2015); de
ahí que este sea el único sector de la textilera con interés para el presente estudio.
El proceso productivo en la planta de acabado se realiza en tres equipos de teñido del tipo jet,
dos de los cuales poseen una capacidad de 600 kg cada uno y un tercero de 900 kg, con relación
de baño 1:6 (6 L de solución por kg de producción) para los teñidos con colorantes reactivos y
de 1:8 (8 L de solución por kg de producción) para teñidos con colorantes tina (González et al.
2015), acción que se efectúa en tres turnos de trabajo. Toda esta actividad genera un consumo
de agua (hasta de 78 000 m3/año en 2014), por lo que se espera cierta disponibilidad adicional
si se lograra reusar parte del agua de desecho en la propia instalación, dando así cumplimiento a
lo establecido en el plan de PML.
La producción de esta industria textil ha ido en ascenso, alcanzando un total de 8,0 x 10 6 de
toallas en el 2014 (equivalente a 2 315 t/año). Paralelamente el consumo de agua también ha ido
incrementándose, tal como se observa en la siguiente figura.
Según el plan de la textilera, para los años venideros dicha producción se mantendrá en ese
nivel, por lo que no se prevé aumentar la asignación del preciado líquido, interpretándose de
esta forma que la alternativa de reusar el agua en la propia industria es esencial e inminente.
Al agua residual procedente del proceso de acabado se le realizaron estudios físico-químicos
entre los años 2002 y hasta 2015, dando así respuesta a lo establecido en su plan de PML
encaminadas a aumentar la eficiencia y reducir los riesgos a la vida humana y al ambiente.
Romero et al. (2015), especifican textualmente en el plan de PML de esta industria textil que:
· En los procesos de producción: se requiere de un uso menor o eliminación de las materias
primas tóxicas, con el empleo de productos inocuos y ambientalmente idóneos, la reducción de
la cantidad y toxicidad de las emisiones y residuos, desde la fuente en que se generan, así como
el uso eficiente del agua y la energía.
· En los productos: es preciso reducir los efectos negativos en el ciclo de vida útil de un
producto, desde la extracción hasta su disposición final.
· En los servicios: hay que tener en cuenta el comportamiento e inquietudes de índole ambiental
al concebir la prestación de los servicios.
3.2 Análisis y métodos
Los análisis y métodos empleados para las muestras colectadas en los diferentes años se señalan
en la siguiente tabla.
El caudal en 2015 se midió a la salida de la planta de acabado, empleando el método de los
flotadores (Ochoa 2011) y con la frecuencia propuesta anteriormente, coincidiendo con un día
de labor rutinaria.
CAPITULO IV
4.1 Resultados y discusión
La textilera de estudio, única confeccionadora de toallas en el país, utiliza en la producción gran
cantidad de sustancias químicas, fundamentalmente en la fase de procesamiento de fibras y en la
fabricación de hilados y tejidos.
Los desechos generados en la cadena productiva son vertidos a un canal que colecta los
residuos, pasando por un cribado, para incorporarse posteriormente a una cisterna colindante al
área. De ahí son bombeados a una conductora con destino final a una planta de tratamiento
compacta que presta servicios a varios municipios de la provincia la Habana.
En la siguiente figura se muestran los resultados de laboratorio producto de los monitoreos
realizados a cargo de la textilera en 2002 y desde 2006 hasta 2014, tomándose como referencia
la Norma Cubana de Vertimiento de Aguas Residuales a las Aguas Terrestres y al
Alcantarillado (NC 27:1999), en este caso específico, al alcantarillado. Estos resultados se
exponen de manera que se identifique el período en el cual se procedió a la puesta en marcha
del plan de PML.

A continuación se presenta una interpretación de cada resultado obtenido.


Temperatura: la temperatura que se apreció en los diferentes monitoreos fue de 45 °C, aunque
ese valor no caracteriza un solo proceso en particular, ya que cuando se aplica cada colorante
reactivo, se requieren temperaturas diferentes. También en el desengomado, la cantidad de calor
que se destina a la materia prima está en dependencia de la sensibilidad de la enzima utilizada;
de ahí que el valor final sea un promedio de todos los procesos que se llevan a cabo en la planta.
pH: antes de que se implementaran las PML en la textilera, el pH mostraba un valor promedio
de 10,5 y a partir del 2006, se mantuvo con una tendencia a la disminución, con valores hasta
7,6. A pesar de que en ciertas etapas de proceso productivo se requieran sustancias ácidas tales
como el ácido sulfúrico (H2SO4), el muriático (HCl) o el acético (CH3COOH), no implica que
al final del proceso las aguas sean ácidas, más aun cuando se emplean de forma mayoritaria
sustancias tales como hidróxido de sodio (NaOH), carbonato de sodio (Na2CO3), sulfato de
sodio (Na2SO4), cloruro de sodio (NaCl), sulfato de amonio ((NH4)2SO4), bicromato de
potasio (K2Cr2O7) y sulfato de cobre (Cu2SO4) entre otros, que le dan el carácter básico a esas
aguas; de ahí que unidades de pH entre 7 y 8 en el residual demuestran un adecuado manejo de
este parámetro en toda la línea de producción, principalmente en el proceso de tintura.
Conductividad: hacia 2002 y hasta 2013, se registraron valores de CE muy bajos, de
aproximadamente 4 µS/cm, con un ligero incremento en el primer semestre de 2014 (10 µS/cm).
Estos registros dan a entender que existen muy pocas sales disueltas en el medio.
Grasas: antes de aplicar las PML las grasas tenían un valor elevado (14,1 mg/L - 16 mg/L),
pero luego de su implementación, la disminución resultó significativa, llegando a la conclusión
que los residuales de la textilera prácticamente no contienen grasas. Este descenso puede estar
dado por la eliminación de las grasas naturales en el descrude y blanqueo del algodón y que de
no proceder a su supresión, se podrían provocar en la tintura de los sustratos textiles manchas o
colores menos vivos, tal como lo señalado por Bolaños (2010).
DBO5: el valor promedio de la demanda bioquímica de oxígeno (DBO5) en 2002 fue de 820
mg/L, mientras que en los años posteriores promedió 273 mg/L (67 % del reportado en 2002).
Estos resultados pudieran estar vinculados a la implementación de las PML en el sistema
productivo, tales como la sustitución de productos químicos auxiliares y la optimización en las
recetas de teñido principalmente.
DQO: en 2002 la concentración promedio de la demanda química de oxígeno (DQO) fue de
1778 mg/L, y después de implantadas las PML hubo una disminución marcada de hasta 698
mg/L (61 % del reportado en 2002). Al calcular los índices de biodegradabilidad (IB) con el
auxilio de la ecuación (1), y con los valores de DBO5 y DQO expuestos en la tabla 2, se
obtuvieron los resultados que se plasman en la tabla 3 con su escala de valores (Santiso 2013):

IB= 1,00-2,50 ——————— Biodegradable


IB= 2,50-5,00 ——————— Medianamente biodegradable
IB= 5,00 ————————— Poco biodegradable

Estos resultados infieren que las aguas residuales de la textilera se sitúan entre biodegradables y
medianamente biodegradables, lo que está en contradicción con lo señalado por Textil (2014)
que plantea que las aguas procedentes de estas instalaciones son por lo general no
biodegradables, y a favor de los estudios realizados por Paul et al. (2012), que encontraron en
todas las industrias textiles estudiadas un índice de biodegradabilidad en la escala entre 2,5 y 5,
es decir, residuales medianamente biodegradables. Téngase en cuenta que de los años
analizados, el 10 % correspondió a un agua biodegradable y el 90 % a medianamente
biodegradable, condición que hace pensar que un sistema de tratamiento biológico sería una
solución factible a la hora de procesar o limpiar estos efluentes.
SAAM: las sustancias activas al azul de metileno (SAAM) mostraron una tendencia general a la
disminución en el tiempo, aunque en el primer período de 2002, la concentración fue baja, de
0,7 mg/L en comparación con el segundo muestreo del mismo año con 6 mg/L. Los valores
determinados en 2013 y 2014 fueron inferiores a todos los demás reportados, entre 0,1 y 0,2
mg/L, lo que sugiere que la cantidad de agentes tensoactivos residuales fue prácticamente nula,
siendo por ende la práctica de preparación de las fibras, suavizado de los tejidos o tintura y
estampados de los mismos, un proceso eficiente en la industria en cuanto al uso de estas
sustancias se refiere. A modo general y como se observa en la tabla 4, los promedios de los
distintos análisis de las aguas residuales de esta industria textil entre 2006 y 2014 cumplen con
lo establecido por la norma de vertimiento al alcantarillado NC 27:1999 (1999), una vez
aplicadas las PML.

El gasto promedio (Q) medido en 2015 por el método de los flotadores fue de 4,25 m 3/h, con un
máximo de 9,4 m3/h y mínimo de 1,6 m3/h; de ahí que el gasto total para un día rutinario de
trabajo fuera de 102 m3/d, semejante al ofrecido por la textilera en 2014 (agua de proceso más
agua de caldera) y que promedió 112 m3/d (tabla 5).
En la tabla 6 se exponen los resultados obtenidos derivados del monitoreo efectuado en 2015, al
realizar las caracterizaciones físico-químicas a las aguas residuales del proceso, comparados con
los valores permitidos por la NC 27:1999 para su vertimiento al alcantarillado.
Según estos indicadores, con excepción del pH (9,5 U), prácticamente todos los parámetros
analizados cumplen con lo normado, y aunque la concentración de sólidos totales (ST), que en
esta ocasión fue de 5000 mg/L no aparece en la NC 27:1999 (debido a que la interpretación real
y exacta de este resultado resulta difícil en aguas residuales), sí es importante su determinación,
ya que da una idea de cuántos sólidos suspendidos totales (SST) y volátiles (SSV) pudiesen
estar contenidos en dichas aguas, permitiendo de forma muy general evaluar la fortaleza del
residual en cuestión. Salas y Acosta (2006) hallaron en una empresa textil cubana un pH similar
de 9,5; sin embargo, los ST resultaron muy por debajo, de 1 565 mg/L.
Hay que destacar que la DBO5 presentó una concentración de 300 mg/L, semejante a los 273
mg/L señalados en la tabla 4 y a los 288 mg/L reportados por Paul et al. (2012) en las textileras
de la India. La DQO estuvo en el orden de los 522 mg/L, prácticamente el 50% de la reportada
por Salas y Acosta (2006), evidenciando así el carácter biodegradable de los desechos líquidos
evaluados en este monitoreo.
La alcalinidad mostró una concentración de 304 mg/L (CaCO3), similar a las referidas en seis
industrias hindúes que se dedican a esta labor (entre 280 y 500 mg/L de CaCO3) (Paul et al.
2012) y menor que la encontrada por Salas y Acosta (2006) en sus investigaciones y que fue de
960 mg/L (CaCO3).
Por su parte, la dureza alcanzó un valor de 82 mg/L y si se compara este resultado con las
mencionadas industrias hindúes, que estuvieron en el orden entre 500 y 1 050 mg/L de CaCO3,
se estima que las aguas residuales de la textilera estudiada prácticamente no contienen dureza.
Este fenómeno puede deberse a que en el proceso de tintura que se realiza en el descrude y
blanqueo de los sustratos textiles, se utilizan secuestrantes o dispersantes de dureza, que tienen
como función eliminar los minerales presentes en el algodón y el agua tales como el calcio (Ca),
el magnesio (Mg) y el hierro (Fe).
A partir de estos resultados e interpretando los valores de la tabla 7, se evidencia que la textilera
consume menos agua en la industria que la reportada por Rivera (2012) independientemente a la
producción que se realiza. Por otro lado, las concentraciones de DBO y DQO de dicha textilera
estarían en el orden de 430 y 1 000 mg/L respectivamente, encontradas también en residuales
textiles de otras industrias en el mundo.
Así mismo se destaca que las cargas contaminantes en la textilera fueron bajas en comparación
con las señaladas por Rivera (2012), puesto que están en estrecha relación con el caudal que se
genera en la producción.
En anteriores estudios realizados por el Instituto Nacional de la Pesca (INP) y el Centro de
Investigaciones Pesqueras (CIP) (Basu et al. 1974), (Suárez y Perigó 1975) se encontraron
valores de carga contaminante de DBO y DQO de cuatro textileras cubanas que descargaban a
las diferentes zonas en que se clasifica la plataforma desde el punto de vista pesquero. Los
resultados que se aprecian en la tabla 8 demuestran que los residuales textiles han tenido
siempre un impacto negativo, a pesar de no estar clasificados entre los más agresivos. Nótese en
aquel entonces que las cargas contaminantes en términos de DBO y DQO en la zona D fueron
superiores a la que se han apreciado en tenerías cubanas (5 000 y 12 500 kg/d de DBO y DQO
respectivamente) (Rivera 2012), que están clasificadas entre las industrias con mayor impacto
por la agresividad de sus aguas.

Cierto es que en la actualidad el hecho de implementar las buenas prácticas en las industrias del
país y que están relacionadas fundamentalmente con las materias primas y materiales del
proceso, así como el entrenamiento y la motivación del personal, ha traído consigo una
apreciable mejoría en relación con los vertimientos de residuales al ambiente, tanto en calidad
como en cantidad.
De este modo, a partir de las características físico-químicas de los residuales líquidos de la
industria textil evaluada se evidencia que ha existido una adecuada implementación de las PML
en dicha unidad, resultando un mínimo impacto ambiental. Además, a pesar de no haber
existido un sistema de tratamiento a sus aguas, los distintos parámetros estudiados arrojaron
concentraciones bajas e inferiores que los señalados en la NC 27:1999 para vertimiento al
alcantarillado, lo que presupone la propuesta y puesta en marcha de un tratamiento
convencional, donde se valore el reúso de sus aguas en la propia industria.
CAPITULO V
5.1 Conclusiones
Los resultados físico-químicos obtenidos producto de los estudios de caracterización a las aguas
residuales de la planta de acabado entre 2006 y 2014 y 2015 respectivamente, arrojaron valores
bajos e inferiores a los señalados en la NC: 27:1999 para vertimiento al alcantarillado.
Se evidencia, a partir de los resultados hallados en las aguas residuales, la mejoría general en la
textilera, después de haberse aplicado las PML.
5.2 Recomendaciones
Valorar la propuesta de una planta de tratamiento para las aguas residuales de la textilera,
tomando en consideración los resultados aquí expuestos y considerando, además, el reúso total o
parcial del efluente tratado.
CAPITULO VI
6.1 Bibliografía

También podría gustarte