Content Server
Content Server
Content Server
Resumen
Se identifican las principales causas de retractación de artículos de temas biomédicos de autores afiliados en España, así
como los factores que ayudan a interpretar este fenómeno. Se han analizado 132 retractaciones, siendo la primera causa
de retractación la fabricación o falsificación de datos. También destacan las causas asociadas a imágenes duplicadas o
reutilizadas, los errores en los datos o procedimientos admitidos y no malintencionados, los artículos duplicados o frag-
mentados y el plagio. Las retractaciones no son frecuentes y suponen solamente el 0,11% de la producción de autores
con afiliación en España. Pero mucho más allá, las retractaciones son un importante mecanismo de corrección y alerta
para las publicaciones científicas que asegura la fiabilidad de la bibliografía médica, su calidad y progreso.
Palabras clave
Comunicación científica; Publicación científica; Retractaciones; Mala conducta científica; Fraude científico; Publicacio-
nes científicas biomédicas; Revistas biomédicas; Investigación en biomedicina; Ética; España.
Abstract
The main causes of retraction of biomedical articles with affiliated authors in Spain, as well as factors to interpret this
phenomenon are identified. A total of 132 retractations have been analyzed, being the first cause of retraction the
fabrication/falsification of data. Duplicated or reused images, errors admitted and not malicious in the data or procedu-
res, duplicate or fragmented articles, and plagiarism are also frequent retraction causes. Retractions are not frequent,
accounting for only 0.11% of the production of Spanish authors. But beyond that, retractions are an important correc-
tion and alert mechanism for scientific publications that ensures the reliability of the medical literature, its quality and
progress.
Keywords
Scholarly communication; Scientific publication; Retractions; Scientific misconduct; Scientific fraud; Biomedical scientific
publications; Biomedical journals; Biomedical research; Ethics; Spain.
1. Introducción
Las publicaciones científicas tienen como fin la divulgación de trabajos científicos con los resultados de investigación
íntegros y rigurosos, de una forma precisa y fidedigna, con objeto de beneficiar el avance científico y la transferencia de
conocimiento. A un artículo científico se le exige que esté bien estructurado, que trasmita los aspectos más importantes
de la investigación realizada, y obviamente, que exista el compromiso y responsabilidad por parte de los autores de
autenticidad, credibilidad, veracidad e integridad científica.
Sin embargo no siempre es así: la búsqueda de reconocimiento, la necesidad de promoción académica, la enorme
competencia global e indudablemente, la presión por conseguir resultados (Hermerén, 2008; Delgado-López-Cózar; To-
rres-Salinas; Roldán-López, 2007) se presentan como algunas de las principales causas del fraude científico. En este con-
texto los editores y la propia comunidad científica adquieren una importante responsabilidad ética (Gutiérrez-San-Mi-
guel; Tur-Viñes; Fonseca-Mora, 2016), así como la obligación de prevenir y alertar sobre las malas prácticas o la mala
conducta científica (Committee on Publication Ethics, 2009). La falta de ética y especialmente la mala praxis y la conducta
inapropiada, son un grave problema para la comunicación, transparencia e integridad de la investigación, ya que gene-
ran una alteración del proceso editorial y atentan contra
los principios y valores de la investigación científica. No El fraude científico es un lastre para las
sólo se trata de una trasgresión de las normas científi- personas, las instituciones y para el pro-
cas, de una forma intencionada o por negligencia, es pio desarrollo de la ciencia
también una amenaza y una estafa que produce daños
colaterales, ya que genera una clara desconfianza del público en general y un ambiente adverso para el desarrollo de
proyectos, en contra de la voluntad de las entidades financiadoras que invierten en investigación (Gutiérrez et al., 2016;
Hermerén, 2008).
El fraude científico supone un severo lastre para las personas, las instituciones y para el propio desarrollo de la ciencia.
Tal y como indica Amos
“la mala conducta científica distorsiona la evidencia en la que se basa la investigación futura” (Amos, 2014).
El fraude científico en biomedicina puede tener importantes consecuencias para la salud pública, además de suponer
sustanciales pérdidas económicas, principalmente de dinero público, y sociales que afectan a la imagen de la investiga-
ción y de los investigadores.
En las Recomendaciones para la preparación, presentación, edición y publicación de trabajos académicos en revistas mé-
dicas, elaboradas por el International Committee of Medical Journal Editors, conocidas coloquialmente como “Normas
de Vancouver”, se considera que la mala conducta incluye
“la fabricación de datos, aunque no se limita únicamente a este aspecto, y la falsificación de datos incluyendo la
manipulación engañosa de imágenes y el plagio” (ICMJE, 2017).
En términos generales se puede considerar como mala conducta cualquier violación de los códigos de conducta profe-
sional durante cualquier fase del proceso de investigación (Colomé-Hidalgo; Canario-Guzmán, 2015). Goodstein (2002)
define como fraude científico aquella conducta grave que tiene una clara intención de engañar, siendo esta intención la
mismísima antítesis del comportamiento ético en la ciencia. Para Baiget (2010) las faltas éticas pueden tener diferente
nivel de gravedad,
“desde la fabricación de pruebas, falsedad y plagio, hasta una variada picaresca para conseguir más con menos
esfuerzo”.
Hay que tener en cuenta que la sospecha de mala conducta puede surgir durante la revisión por pares, antes y después
de la publicación, o ser planteada por los propios lectores. Cuando esto sucede, son los editores los que deben remitir el
asunto a la institución(es) de los autores y solicitar una investigación o aclaración. Del mismo modo, si una investigación
institucional revela problemas en un estudio publicado, los editores deben responder adecuadamente emitiendo una
retractación o corrección (Wager, 2012).
La retractación es considerada como el mecanismo de corrección y alerta a los lectores que tienen las revistas científi-
cas, señalando aquellas publicaciones que contienen datos tan defectuosos o erróneos que hacen que sus hallazgos y
conclusiones no sean fiables (Wager et al., 2010). Este mecanismo no tiene como objetivo castigar a los autores que se
comportan de forma fraudulenta, sino corregir la bibliografía científica y garantizar su integridad. Para Fang y Casadevall
“la retractación tiene un enorme valor, pues significa que la ciencia corrige sus errores” (Fang; Casadevall, 2011).
Hay que señalar que no todas las retractaciones son fruto de una conducta fraudulenta. Existen errores no intencio-
nados que se producen de forma involuntaria o sin mala fe. En muchas ocasiones, estas rectificaciones son fruto de la
conciencia de los propios autores, de su capacidad de autocrítica y de una conducta responsable al admitir la falta o
error cometido. Según Fanelli (2014) las retractaciones representan menos del 0,02% de las publicaciones científicas
anuales y son confundidas en muchas ocasiones por académicos y periodistas que las vinculan directamente con la
falsificación de datos y resultados. A pesar de ello, tal y como señala el propio autor, deberían interpretarse como
una evidencia del compromiso de los editores y los propios investigadores por eliminar resultados no válidos de la
bibliografía científica.
Los editores adquieren por tanto la responsabilidad de publicar las retractaciones, las instituciones de investigar las sos-
pechas de fraude y denunciar la mala conducta, los científicos de cumplir fielmente con el compromiso de honestidad, y
los lectores deben ser conocedores de las razones exactas de esas retractaciones para evitar nuevas citas y, consecuen-
temente, una divulgación adulterada de la ciencia.
Las retractaciones son un fenómeno relativamente reciente y poco común, si se compara con la propia evolución de la
bibliografía científica biomédica. En una búsqueda exhaustiva en la base de datos PubMed llevada a cabo por Fang, Steen
y Casadevall (2012) se identificó que el primer artículo
retractado fue publicado en 1973 y retirado en 1977. So- Las retractaciones son un fenómeno re-
lamente una pequeña proporción de la bibliografía cien- lativamente reciente y poco común, si se
tífica se ha retractado. En el año 2016 la base de datos
PubMed contenía 4.160 publicaciones retractadas entre
compara con la propia evolución de la
más de 24 millones de artículos (Bik; Casadevall; Fang, bibliografía científica biomédica
2016). Decullier, Samson y Huot (2012) destacan que la
tasa de retractación anual aumentó 10 veces entre 1999 y 2009, lo que puede revelar que las nuevas tecnologías y la
publicación electrónica, al facilitar una mayor difusión y accesibilidad a la ciencia, pueden haber influido notablemente
en la detección de artículos que son objeto de retractación.
Desde el punto de vista de la publicación, las retractaciones deben destacarse y aparecer en una página electrónica o im-
presa numerada, aportando información sobre el título del artículo original, quedando incluidas en un sistema electró-
nico o índice de contenido para asegurar su correcta indexación y seguimiento (ICMJE, 2017). Este tipo de publicaciones
han de ser perfectamente identificadas siendo los editores responsables de garantizar su difusión con suficiente claridad
y en todas las posibles fuentes de publicación, sean impresas o electrónicas (por ejemplo, en el sitio web de la revista y
en las bases de datos bibliográficas). En las Directrices sobre retractación del Committee on Publication Ethics (2009) se
indica que en los avisos de retractación se deben mencionar los motivos y la base de la retractación, para poder distin-
guir entre los casos de mala conducta y otro tipo de errores y, además, se debería especificar el origen de la retractación
o quién está retractando un artículo (Wager et al., 2010). Del mismo modo, también se debería indicar si el artículo en
cuestión es retirado en su totalidad o si está retractada sólo una parte.
2. Objetivos
En este estudio se identifican las principales causas de retractación de artículos de biomedicina de autores afiliados en
España. También se aportan datos que puedan ayudar a interpretar este fenómeno, tales como:
- documentos retractados por año;
- tipos de documentos;
- tiempo trascurrido entre la publicación original y la retractación;
- origen o procedencia de la solicitud de retractación;
- número de autores implicados en las retractaciones;
- tipos de centros implicados;
- publicaciones, citación y financiación de los trabajos retractados.
3. Método
Para realizar este estudio se seleccionaron las bases de datos:
- PubMed;
- colección principal de Web of Science (WoS);
- la base de datos en desarrollo Retraction Watch Database (RWD) (versión beta 1.0.5.5):
http://retractiondatabase.org
En el caso de la colección principal de WoS fueron descartadas las bases de datos Arts & Humanities Citation Index (A&H-
CI), Social Sciences Citation Index (SSCI), y se seleccionaron las siguientes:
- Science Citation Index Expanded (SCI-Expanded): 1900-presente;
- Conference Proceedings Citation Index- Science (CPCI-S): 1990-presente;
- Book Citation Index– Science (BKCI-S): 2005-presente;
- Emerging Sources Citation Index (ESCI): 2015-presente.
En las dos primeras bases de datos, PubMed y WoS, se realizó una búsqueda restringiendo por el tipo de documento
“retracted publication”.
En PubMed se aplicó un filtro por fecha de publicación con un alcance desde el inicio de la base de datos (1946) hasta
el 31/08/2018.
En WoS se acotó el período de tiempo entre 1900 y 2018, realizando la última estrategia de búsqueda el 31/08/2018.
Además se incluyó entre los criterios de búsqueda la palabra “Spain” en el campo afiliación, con objeto de delimitar los
autores con afiliación en España. Para mejorar la estrategia de búsqueda se incluyó la misma palabra, Spain, en español,
francés y portugués y se añadió también la palabra “Espana”. De igual manera, para el caso de que pudiera faltar esa pa-
labra en concreto en el campo afiliación, se incluyeron los nombres de comunidades autónomas y provincias españolas.
En el tercer caso, para la base de datos RWD, se realizó una búsqueda en el campo país por “Spain”, en el campo mate-
ria se filtró por “(HSC) Health Sciences”, en naturaleza del aviso se seleccionó “retraction” y se limitó como fecha de la
retractación hasta el 31/08/2018.
Los registros recuperados se exportaron a una hoja de cálculo de Excel, se depuraron los resultados, descartándose los
registros cuyos autores no tenían afiliación en España (falsos positivos) y los registros que no eran de biomedicina. En
todos estos registros, al menos un autor debía cumplir la condición de tener afiliación en España y, para verificarlo, se
examinaron y confirmaron todas las afiliaciones de los autores en las tres fuentes. Seguidamente se compararon y fusio-
naron los registros coincidentes para eliminar duplicados. Los registros aceptados conformaron la muestra final de análi-
sis, incluyendo los datos descriptivos del artículo original y de la retractación (título, autor/es, revista, volumen, número,
DOI, fecha de publicación, fecha de retractación, enlace al registro de retractación, enlace al documento de retractación
publicado y afiliación). Además se extrajeron de la base de datos WoS los siguientes datos, siempre que estuvieran pre-
sentes: factor de impacto de la revista, cuartil, información de la financiación del artículo retractado, y número de citas.
A continuación se comprobaron todos los documentos originales de retractación, uno a uno, se vaciaron las causas
de retractación de estos documentos y se cla-
sificaron (tabla 1), así como el origen o pro-
cedencia de solicitud de las retractaciones.
Hay que tener en cuenta que en una misma
retractación pueden declararse varias causas, Registros recuperados
en PubMed, Wos y RWD
así como el origen de la solicitud puede pro- (n=328)
ceder de uno o varios actores (editor, autor/
es, comité de ética, conjuntamente, etc.).
Registros depurados
Cuando la información de retractación no era (falsos positivos)
(n=40)
del todo precisa y necesitaba completarse
para poder tomar una decisión sobre su ca-
tegoría, se revisaron las alertas publicadas
por el observatorio Retraction Watch1 y vin- Registros duplicados
culadas a los registros de RWD. También se (n=156)
revisaron afiliaciones y nombres completos
de autores en los documentos originales y
se contrastaron con los de las bases de da- Registros incluidos en el análisis
(n=132)
tos. Los documentos fueron también clasifi-
cados por una tipología documental que fue
seleccionada a partir de alguna entrada de
las listas existentes en las tres bases de datos Figura 1. Diagrama de flujo de los estudios incluidos
consultadas o a través de la consulta y reco-
nocimiento del artículo original. Por último, se agruparon y normalizaron los datos exportados por medio de las clasifi-
caciones generadas con objeto de obtener los indicadores que fueron evaluados.
4. Resultados
Las retractaciones suponen el 0,11% de la producción de autores en el campo de la biomedicina con afiliación en España,
teniendo en cuenta una producción de 114.853 documentos en PubMed.
4.1. Causas de la retractación
El número total de retractaciones analizadas ha sido 132. Sin embargo, se han clasificado 148 causas de retractación,
ya que existen 15 retractaciones con dos o más causas. Tal y como se puede apreciar en la tabla 2, la principal causa de
retractación se debe a la fabricación o falsificación de datos, en su gran mayoría por manipulación, reutilización o utiliza-
ción inapropiada de datos, figuras o imáge-
nes. A continuación se sitúan las imágenes Tabla 2. Causas de retractación
duplicadas o reutilizadas para representar
Ranking Causa Retractaciones %
eventos experimentales similares, pero
1 Fabricación o falsificación de los datos 34 23
publicadas en distintos artículos. Los erro-
res en los datos admitidos por los autores, 2 Imágenes duplicadas 32 22
frecuentemente por una mala gestión no 3 Error en los datos o procedimientos 29 20
intencionada de los mismos en figuras, 4 Artículo duplicado o fragmentado 18 12
tablas o análisis, se posicionan en tercer 5 Plagio 17 11
lugar. Un puesto después, se encuentra la
6 Derechos de autor 6 4
duplicación y fragmentación de artículos,
7 Autoría ficticia 3 2
con un 12%. En quinto lugar se sitúa el pla-
gio, con un 11%. Como problemas con los 8 Error de los editores 3 2
autores o la autoría se incluye el mayor nú- 9 Razones no indicadas 2 1
mero de categorías (6, 7, 10, 11 y 12) que 10 Conflicto de intereses 2 1
vienen a representar un 9% de los artículos 11 Conflicto entre autores 1 1
retractados. En octavo lugar, los proble-
12 Falta a las normas éticas o de investigación 1 1
mas relativos a los editores y las políticas
editoriales, existiendo 30
un caso por impago de
Retractaciones
tasas editoriales y otros
25 24
dos por una publicación
incorrecta. Por falta a
las normas éticas o de 20 19
investigación existe un 17 17
caso clínico sin los con- 15
15
sentimientos informa-
dos de los pacientes.
10 9
4.2. Documentos y re- 7
6
tractaciones publica- 5
5 4
das por año 2 2 2 2
1
Las retractaciones co- 0
mienzan a publicarse en 1997 1999 2000 2001 2002 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
5. Discusión
Las correcciones en las publicaciones científicas, como es el caso de las retractaciones, suelen consistir en breves avisos
que frecuentemente transmiten información inadecuada e imprecisa sobre la naturaleza específica de los cambios rea-
lizados, sus causas e implicaciones (Fanelli; Ioannidis; Goodman, 2018). Para editores y revisores resulta muy complejo
confirmar con rotundidad algunos hechos, sobre todo aquellos relacionados con la mala conducta, que deben ser proba-
dos y contrastados con evidencias precisas para evitar posibles difamaciones, también pueden encontrarse en manos de
tribunales o comprometer investigaciones en curso llevadas a cabo por instituciones o comités de ética. Por tanto, puede
resultar habitual que los editores, comités editoriales y revisores actúen con mucha cautela y que el tiempo y la comu-
nicación con instituciones y autores ayuden a concretar, no sin dificultad, los motivos de retractación. Para los autores
tampoco es sencillo declarar posibles causas de retractación, ya sea admitiendo una mala conducta o errores desafortu-
nados, en muchos casos embarazosos. La falta de claridad y precisión en la redacción de las mismas contribuye a que los
lectores tengan una impresión negativa y sospechosa sobre los trabajos retractados, viéndose inclinados a considerarlos
bajo el estigma de la mala conducta (Van-Noorden, 2011). Parece significativo observar que de las 132 retractaciones
evaluadas, solamente en 5 aparezca la palabra plagio, fabricación o falsificación. Resulta menos comprometido, para
todos los implicados, indicar que los datos o las investigaciones contienen errores involuntarios, desafortunadas impre-
cisiones, omisiones inconscientes, discrepancias, duplicidades, alteraciones o manipulaciones inadvertidas y, todo ello,
envuelto en una naturaleza difusa, indefinida o no intencional, pero que no es irrelevante y no debe pasar desapercibida.
En los últimos años ha mejorado la gestión y la necesidad de informar sobre las retractaciones, aun siendo en muchos
casos las razones difíciles de clasificar y no cumpliendo con un formato estándar (Decullier; Maisonneuve, 2018). La
aparición de las directrices para la formulación de retractaciones (Committee on Publication Ethics, 2009), blogs espe-
cializados como Retraction Watch o PubPeer2, la creación de organismos reguladores como la Oficina de Integridad de
la Investigación (ORI)3 de Estados Unidos o comités éticos institucionales, pueden haber contribuido en los últimos años
a que exista una mayor concienciación social sobre la necesidad de investigar el fraude científico, así como una mayor
presión sobre editores, instituciones y autores para la publicación de retractaciones. Otros factores determinantes para
el incremento de las retractaciones pueden ser la aparición de software para detectar el plagio y la manipulación de imá-
genes, así como una mayor facilidad de acceso para los lectores, por medio de internet, a los trabajos de investigación.
No existe una clasificación normalizada por un organismo internacional sobre los motivos de retractación. La fabricación
o invención de datos, la falsedad o manipulación de datos y el plagio (FFP) son los tres aspectos considerados más graves
en relación con el fraude científico (Resnik et al., 2015; Bhutta; Crane, 2014; Dubois et al., 2013; Resnik; Stewart, 2012;
Dooley; Kerch, 2000). Según Fang, Steen y Casadevall (2012) el porcentaje de artículos científicos retractados por fraude
o sospecha de fraude científico ha aumentado 10 veces desde 1975 y en las retracciones existen patrones temporales y
geográficos distintivos que pueden revelar causas subyacentes. En un estudio reciente, Campos-Varela y Ruano-Raviña
(2018) señalan que la mala conducta es la causa más frecuente de retractación, siendo el plagio el motivo principal de
la misma. Aunque estas conclusiones divergen de otros estudios que indican que el error honesto o admitido es más
común que el fraude como causa de retractación (Fanelli, 2013; Resnik; Dinse, 2013; Steen, 2011; Wager; Williams,
2011). Asimismo, desde el campo de la Bioética, algunos autores rechazan la idea de criminalizar exclusivamente la mala
conducta asociada con el FFP (Bülow; Helgensson, 2018; Pickett; Roche, 2018), siendo un error restringir o centrarse
exclusivamente en la gravedad de esos hechos y afrontar el resto de una manera mucho más trivial.
Las consecuencias de las retractaciones pueden ser muy significativas e implicar un alto precio, sobre todo en aquellos
casos donde existe una acusación manifiesta de mala conducta, con un importante deterioro del prestigio de los autores
y las instituciones. Resulta necesario comprender y asumir que la mala conducta científica es mucho más que un proble-
ma académico, pues tiene repercusiones trascendentales para personas reales, que pueden manifestarse por medio de
denuncias de compañeros y superiores (Méndez, 2012), despidos y escándalos públicos (Asende, 2016), así como otras
secuelas para aquellos que “tiran del hilo” y destapan los casos de fraude (Asende, 2017a).
Resulta también llamativo el caso de las imágenes duplicadas. Según el estudio de Bik, Casadevall y Fang (2016) la pre-
valencia de artículos con imágenes inapropiadas y con datos inexactos ha aumentado notablemente durante la última
década. El límite entre lo que puede ser incorrecto pero honesto, y una manipulación voluntaria para que los datos
coincidan con los intereses de los autores, puede ser una línea muy frágil. En esta categoría, por imágenes y figuras reci-
cladas, datos cuestionables o ambos (Marcus, 2018), se incluye el caso analizado que afecta al autor más recurrente, con
17 retractaciones, todas ellas en el año 2018, y cuya previsión indica que podría ir en aumento en los próximos meses (ya
que el autor investigado tiene 40 artículos publicados en la misma revista: Clinical oral implants research).
Cuando los investigadores trabajan bajo la presión de aumentar constantemente su producción, puede ser comprensible
la tentación de dividir un conjunto de resultados en muchos artículos (Smart, 2017). Pero esta práctica se considera poco
ética. La duplicación o fragmentación de artículos es una de las prácticas más comunes por las que se retractan artículos.
Si bien puede ser considerada como menos grave que otras causas e incluso puede estar justificada por la extensión de
algunas investigaciones, no podemos obviarla.
En cuanto a las solicitudes de retractación, son autores y editores, generalmente advertidos por revisores, lectores o
webs especializadas, los que toman un mayor número de decisiones sobre las retractaciones. Los autores son una im-
portante fuente para las retractaciones, dado que ellos son los que mejor pueden advertir los posibles gazapos y de este
modo, corregir por propia iniciativa los mismos.
Con relación a las citas, cabe señalar que resulta desalentador que artículos retractados continúen siendo citados, a ve-
ces durante décadas después (Fang; Casadevall, 2011), con lo que se siguen propagando de este modo las equivocacio-
nes, las imprecisiones y los datos falsos. Este hecho ya fue investigado por Budd, Sievert y Schultz (1998), examinando
235 artículos retractados y comprobando que fueron citados 2.034 veces después de la notificación de retractación.
Una de las retractaciones más citadas es de autores españoles (Rubio et al., 2005) y aparece en el top ten de la base
de datos Retraction Watch (2018), ocupando el octavo puesto, habiendo sido retractado el artículo en el año 2010 por
cinco de los siete autores, debido a errores en los datos por fenómenos o eventos relacionados con una sospecha de
contaminación cruzada (De-la-Fuente et al., 2010). Lo que resulta curioso es que existen más citas después de la re-
tractación (367), que antes de la misma (342)4 (Retraction Watch, 2018) y ello a pesar de que la versión electrónica del
artículo incluye una visible nota al inicio en la que se indica “This article has a correction, but has also been retracted”5
con enlaces a los avisos de retractación y la versión en pdf contiene una notable marca de agua en todas sus páginas con
la observación “Retracted. August 15, 2010”6.
Aportar una explicación objetiva sobre este hecho requeriría un estudio específico. Sin embargo, se podrían formular
algunas teorías:
- una puede estar relacionada con el modo de citación de algunos autores, que puede ser indirecto, sin la consulta de-
bida de las fuentes originales y haciendo eco de las referencias ya citadas en otros trabajos;
- se puede también dar el caso de autores que hayan descargado el trabajo original en pdf, tal y como fue publicado
digitalmente por primera vez, sin consultar y verificar si existe alguna nueva actualización;
- la consulta de fuentes impresas por parte de algunos autores, lo que puede hacer pasar desapercibidos los avisos de
retractación;
- otro motivo puede estar relacionado con la forma de alertar en las bases de datos, dado que no todos los editores y
revistas relacionan los documentos originales y de retractación de una forma que queden perfectamente vinculados
en las mismas. Además, no siempre se añaden marcas de agua o avisos contundentes en las diferentes versiones y
formatos de distribución de los artículos. En este sentido puede resultar muy útil el servicio CrossMark de Crossref: al
hacer click sobre el logo CrossMark impreso en un pdf se accede a una página continuamente actualizada por el editor
que informa si el artículo ha experimentado algún cambio, actualización o retractación.
https://www.crossref.org/services/crossmark
- por último, como ya se ha señalado, algunos documentos de retractación no expresan de una forma clara y precisa los
motivos de retractación, lo que puede llevar a generar confusiones en su interpretación.
Fang y Casadevall (2011) también sugieren otro fenómeno relacionado con la frecuencia de retractación y el factor de
impacto de la revista, produciéndose una correlación entre la publicación de un mayor número de retractaciones vincu-
ladas a revistas con un alto factor de impacto. Este suceso podría ser debido a diferentes causas, entre ellas las vincu-
ladas a la obtención de un mayor reconocimiento y recompensa para los autores que publican en estas revistas, lo que
podría alentar comportamientos ilícitos por parte de ciertos autores a la hora de presentar sus trabajos. Por otro lado,
la alta exigencia de estas revistas en sus procesos de revisión y calidad, puede arrastrar a algunos autores a la decisión
de manipular datos con el objetivo de cumplir con las altas expectativas de estas revistas. En cualquier caso, la decisión
de tomar atajos para obtener beneficios, además de ser una violación ética, no parece ser lo más acertado, pues dada la
visibilidad de estas publicaciones, los trabajos quedan mucho más expuestos.
Otra pregunta que también podemos o debemos plan-
tearnos es: ¿cuánto cuestan las retractaciones? No exis- Una pregunta que también podemos o
ten muchos estudios sobre este tema que puedan orien- debemos plantearnos es: ¿cuánto cues-
tarnos y las cifras pueden depender de muchos factores tan las retractaciones?
y contextos. Cabe resaltar el estudio realizado por Gam-
mon y Franzini (2013), en el que utilizan un método mixto secuencial para definir los diferentes elementos relacionados
con el coste de 17 casos de mala conducta reportados por la ORI; el modelo de estos autores determina que el coste oscila
entre 116.160 y 2.192.620 US$. Por su parte, Stern et al. (2014) calculan como coste medio por artículo retractado unos
392.582 dólares, algo más de 340.000 euros, realizando sus cálculos a partir del estudio de 290 artículos retractados por
mala conducta y seleccionados de la base de datos de la ORI e identificando como parámetros principales los siguientes:
- las fuentes de financiación;
- el coste total de las subvenciones;
- las citas;
- los investigadores principales,
llegando a determinar que los documentos retirados por mala praxis representaron aproximadamente 58 millones de dóla-
res, menos del 1% del presupuesto de los National Institutes of Health de los Estados Unidos (NIH). Ambos estudios vienen
a confirmar que las retractaciones pueden suponer pérdidas millonarias en subvenciones destinadas a investigación.
Si trasladamos el coste medio estimado por Stern et al. (2014) a los resultados de nuestro estudio y solamente lo apli-
camos a las 51 retractaciones analizadas por FFP, podemos calcular unas pérdidas de más de 17 millones de euros. Cabe
destacar entre los casos estudiados, el despido de una científica española por irregularidades y serias dudas sobre la
veracidad de sus experimentos, con varios artículos publicados en Nature y retractados, que había recibido una subven-
ción de la Comisión Europea de 1,86 millones de euros (Asende, 2017b).
6. Limitaciones
En el presente estudio no se ha realizado ningún tratamiento diferente atendiendo a las causas de retractación y tampo-
co se han ponderado las mismas contemplando criterios de mayor o menor gravedad.
7. Conclusiones
El formato actual de las retractaciones, por medio de avisos cortos y sin normalizar, hace que en muchas ocasiones
encontremos textos opacos, confusos y con una gran cantidad de eufemismos que buscan evitar describir con exactitud
las causas de la retractación y si ha existido, por parte de los autores, una mala conducta científica. Las retractaciones
analizadas, en su gran mayoría no expresan con suficiente claridad los motivos de las mismas y por tanto resulta una
labor compleja el poder distinguir si el caso en cuestión es por una mala conducta ética o por una falta, posiblemente
menos grave. Esta situación hace que este tipo de estudios se desarrollen con criterios asociados en muchos casos a la
percepción, interpretación y clasificación de estas notas de retractación por los autores de los mismos.
Las retractaciones en España son escasas, al menos hasta la fecha, y las causas o razones de retractación son muy hete-
rogéneas. Estos documentos de retractación se producen, al igual que en otros países, con una muy baja frecuencia. Sin
embargo, en el detalle de esa frecuencia puede observarse un aumento significativo en los últimos años. Los documen-
tos relacionados con FFP no son mayoría, correspondiéndose solamente con el 34% del total. No obstante es también
perceptible un incremento de retractaciones por estas causas. Desde 1999 hasta 2018 se ha pasado de 1 a 51 casos, con
un promedio de 4,25 casos al año. En la práctica totalidad de las retractaciones analizadas existen casos a todas luces
cuestionables, sean por un error o descuido o por una conducta inadecuada.
Editores y revisores deberían tener a su alcance más medios para poder evitar conductas reprobables. La evolución y el
desarrollo del software antiplagio puede aportar mejoras en el examen de los trabajos científicos antes de su publica-
ción. A los revisores les podría resultar conveniente, previamente a su evaluación, disponer de un informe ya elaborado
por alguno de estos programas, con lo que se evitaría
la publicación de documentos problemáticos y la poste-
rior retractación. Sin embargo, no será útil para todos
Editores y revisores deberían tener a su
los casos y habrá que seguir confiando, como siempre, alcance más medios para poder evitar
en la decencia e integridad de la gran mayoría de los in- conductas reprobables
vestigadores. En cualquier caso, estas soluciones tecno-
lógicas podrán contribuir a reducir los elevados períodos Es necesario seguir educando en valores
que se producen entre la publicación de un artículo y su
éticos y formar a los futuros investigado-
retractación, más de 3 años de media, al menos en los
casos de plagio y duplicación de imágenes. res en aspectos clave relacionados con
metodología de la investigación y fuen-
Editores y autores, o ambos conjuntamente, concentran
la gran mayoría (86%) de las solicitudes de retractación tes de información
estudiadas. En cuanto a los autores, son pocos los recu-
rrentes, aunque han podido observarse importantes casos de fraude, con un alto impacto y repercusión en los medios
de comunicación. Todo ello nos hace recomendar que es necesario seguir educando en valores éticos y formar a nues-
tros futuros investigadores en aquellos aspectos claves relacionados con la metodología de la investigación, las fuentes
de información y la publicación científica, incluidas las normas de citación y bibliográficas. Al mismo tiempo, es necesario
seguir vigilando atentamente el fraude científico y asegurar métodos para su prevención, desarrollando más códigos de
conducta y buenas prácticas científicas y fomentando su uso y difusión, a todos los niveles, en los centros universitarios
y de investigación.
La publicación científica es el resultado de un proceso exigente y, como tal, debe seguir velando por la aplicación de un
sistema basado en unos procedimientos rigurosos. Las causas de retractación suponen un ejemplo evidente de lo que
no se debería hacer, pero también una importante forma de corrección que asegura la fiabilidad de la bibliografía bio-
médica. Son por tanto, una forma de asegurar la calidad
de la ciencia, protegiendo en muchos casos la reputa- La publicación científica es el resultado
ción de los autores, las revistas y las instituciones, ya que de un proceso exigente y debe seguir ve-
aportan un importante testimonio de la buena voluntad
lando por la aplicación de un sistema ba-
y disposición por corregir públicamente y de forma ho-
nesta los errores. sado en unos procedimientos rigurosos
8. Notas
1. Retraction Watch es un blog que funciona a modo de observatorio para seguimiento de los casos de retractación y
temas relacionados. En algunos casos se pueden obtener comunicaciones y declaraciones de los implicados.
2. La fundación PubPeer es una corporación sin ánimo de lucro que funciona desde 2012, facilitando a los investigadores
una plataforma para la participación, de forma anónima, en procesos de revisión por pares de artículos después de su
publicación. Con el objetivo de mejorar la calidad de la investigación científica, su web incluye una base de datos que
permite recuperar artículos comentados por título, autor, palabras clave, DOI o PMID. A través de este recurso se han
llegado a descubrir importantes deficiencias en artículos científicos que los han llevado a la retractación, así como acu-
saciones de fraude y malas conductas de autores.
https://pubpeer.com
3. Para más información sobre ORI:
https://ori.hhs.gov
4. Estos datos hacen referencia a los publicados por Retraction Watch, pero hemos podido comprobar a través de WoS
que este artículo continúa citándose y ya ha alcanzado las 726 menciones.
5. Disponible en:
https://doi.org/10.1158/0008-5472.CAN-04-4194
6. Disponible en:
http://cancerres.aacrjournals.org/content/65/8/3035.full-text.pdf
9. Bibliografía
Amos, Kathleen A. (2014). “The ethics of scholarly publishing: exploring differences in plagiarism and duplicate publica-
tion across nations”. Journal of the Medical Library Association, v. 102, n. 2, pp. 87-91.
https://doi.org/10.3163/1536-5050.102.2.005
Asende, Manuel (2016). “Despedida una científica premiada con dos millones de euros de la UE”. El país, 7 marzo.
https://elpais.com/elpais/2016/03/04/ciencia/1457090679_248492.html
Asende, Manuel (2017a). “El hombre que destapó el mayor escándalo de la ciencia española”. El país, 8 marzo.
https://elpais.com/elpais/2017/03/07/ciencia/1488903640_769865.html
Asende, Manuel (2017b). “La protagonista del mayor escándalo de la ciencia española pierde los 1,86 millones de euros
de la UE”. El país, 7 julio.
https://elpais.com/elpais/2017/07/13/ciencia/1499949030_751576.html
Fang, Ferric C.; Steen, R. Grant; Casadevall, Arturo (2012). “Misconduct accounts for the majority of retracted scientific
publications”. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, v. 109, n. 42, pp. 17028-
17033.
https://doi.org/10.1073/pnas.1212247109
Gammon, Elizabeth; Franzini, Luisa (2013). “Research misconduct oversight: Defining case costs”. Journal of health care
finance, v. 40, n. 2, pp. 75-99.
https://mdsoar.org/handle/11603/4069#?
Goodstein, David (2002). “Scientific misconduct”. Academe, v. 88, n. 1, pp. 28-31.
http://www.jstor.org/stable/40252116
Gutiérrez, Sneider-Alexander; Barbosa, Hamilton-Julián; Cuero, Manuel-Salvador; Duarte, Edison-Jahir; Gaitán, Fran-
cy-Edilma; Lozano, Jaime-Leonardo; Meneses, Arlid; Olaya, Jenny-Lorena; Pacheco, Gustavo-Fabián; Rodríguez, Cris-
tian-Camilo; Clavijo, Jairo-Alfonso; Vallejo, Gustavo-Adolfo (2016). “La retractación y la corrección de la literatura cien-
tífica para conservar la integridad y la confianza en la ciencia: un análisis de retractaciones de publicaciones biomédicas
de libre acceso en PubMed, 1959-2015”. Revista de la Académica Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales,
v. 40, n. 157, pp. 568-579.
https://www.raccefyn.co/index.php/raccefyn/article/view/399
Gutiérrez-San-Miguel, Begoña; Tur-Viñes, Victoria; Fonseca-Mora, María-Carmen (2016). “Principios éticos de los edi-
tores en las revistas científicas españolas de Comunicación, Educación y Psicología”. Ibersid, v. 10, n. 2, pp. 53-60.
https://www.ibersid.eu/ojs/index.php/ibersid/article/view/4310
Hermerén, Göran (2008). “Integridad y mala conducta en el ámbito investigador”. Sebbm, n. 156, pp. 5-10.
http://www.sebbm.es/revista/repositorio/pdf/156/d01156.pdf
Icmje (2017). Recommendations for the conduct, reporting, editing, and publication of scholarly work in medical jour-
nals. Updated December 2017.
http://www.icmje.org/icmje-recommendations.pdf
Langdon-Neuner, Elise (2008). “Medical ghost-writing”. Mens sana, v. 6, n. 1, pp. 257-273.
https://doi.org/10.4103/0973-1229.33006
Marcus, Adam (2018). “Dental journal pulls a dozen papers for recycled images and unreliable data”. Retraction watch,
May 31st.
http://retractionwatch.com/2018/05/31/dental-journal-pulls-a-dozen-papers-for-recycled-images-and-unreliable-data
Méndez, Rafael (2012). “El CSIC pone en duda la veracidad de 24 publicaciones científicas”. El país, 11 junio.
https://elpais.com/sociedad/2012/06/11/actualidad/1339441618_930007.html
Pickett, Justin T.; Roche, Sean-Patrick (2018). “Questionable, objectionable or criminal? Public opinion on data fraud
and selective reporting in science”. Science and engineering ethics, v. 24, n. 1, pp. 151-171.
https://doi.org/10.1007/s11948-017-9886-2
Resnik, David B.; Dinse, Gregg E. (2013). “Scientific retractations and corrections related to misconduct findings”. Jour-
nal of medical ethics, v. 39, n. 1, pp. 46-50.
https://doi.org/10.1136/medethics-2012-100766
Resnik, David B.; Neal, Talicia; Raymond, Austin; Kissling, Grace E. (2015). “Research misconduct definitions adopted by
U.S. research institutions”. Accountability in research, v. 22, n. 1, pp. 14-21.
https://doi.org/10.1080/08989621.2014.891943
Resnik, David B.; Stewart, C. Neal (2012). “Misconduct versus honest error and scientific disagreement”. Accountability
in research, v. 19, n. 1, pp. 56-63.
https://doi.org/10.1080/08989621.2012.650948
Retraction watch (2018). “The 10 most highly cited retracted papers”. Retraction watch.
http://retractionwatch.com/the-retraction-watch-leaderboard/top-10-most-highly-cited-retracted-papers
Rohwer, Anke; Young, Taryn; Wager, Elizabeth; Garner, Paul (2017). “Autorship, plagiarism and conflict of interest:
Views and practices from low/middle-income country health researchers”. BMJ open, v. 7, n. 11, e018467.
https://doi.org/10.1136/bmjopen-2017-018467
Rubio, Daniel; García-Castro, Javier; Martín, María C.; De-la-Fuente, Ricardo; Cigudosa, Juan C.; Lloyd, Alison C.; Ber-
nad, Antonio (2005). “Spontaneous human adult stem cell transformation”. Cancer research, v. 65, n. 8, pp. 3035-3039.
https://doi.org/10.1158/0008-5472.CAN-04-4194
Smart, Pippa (2017). “Redundant publication and salami slicing: the significance of splitting data”. Developmental medi-
cine & child neurology, v. 59, n. 8, pp. 775.
https://doi.org/10.1111/dmcn.13485
Steen, R. Grant (2011). “Retractions in the scientific literature: Is the incidence of research fraud increasing?”. Journal of
medical ethics, v. 37, n. 4, pp. 249-253.
https://doi.org/10.1136/jme.2010.040923
Stern, Andrew M.; Casadevall, Arturo; Steen, R. Grant; Fang, Ferric C. (2014). “Financial costs and personal consequen-
ces of research misconduct resulting in retracted publications”. eLife, v. 3, e02956.
https://doi.org/10.7554/eLife.02956
Van-Noorden, Richard (2011) “Science publishing: The trouble with retractions”. ¿DatosNature, v. pero
abiertos? Sí, 478,den.forma
7367, pp. 26-28.
sostenible
https://doi.org/10.1038/478026a
– Especificar las condiciones de uso; en la medida de lo po- 2. RDF (resource description framework) es un modelo es-
sible es recomendable que sea CC-BY (o similar), es decir, tándar para el intercambio de datos en la Web que tiene
Wager, Elizabeth (2012). “Why has the Committee on Publication Ethics developed guidelines for cooperation between
que no ponga ningún límite a la reutilización de los da- unas determinadas características que facilitan el procesa-
research institutions?”. Saudi journal of anaesthesia,
journals and tos. v. automático
miento 6, n. 2, pp.de102-103.
la información. Por este motivo es
https://doi.org/10.4103/1658-354X.97018
– Decidir qué acciones se harán para fomentar el uso de los uno de los formatos con más demanda por los desarrolla-
datos abiertos, ¿un concurso? dores de servicios basados en datos abiertos.
Wager, Elizabeth; Barbour, Virginia; Yentis, Steven; Kleinert, http://www.w3.org/RDF/
Y el último paso es muy importante:
Sabine (2010). “Retractions: Guidance from the Commit-
tee on Publication Ethics (COPE)”. Resuscitation, v. 81, n. 1, pp.3.6-8.Ortiz, Alberto. “El nudo gordiano de la apertura de datos
– Un servicio de datos abiertos no sirve de nada si no se
https://doi.org/10.1016/j.resuscitation.2009.12.001
mantiene constantemente actualizado, ampliando conti- públicos”. Administraciones en Red, 31 marzo 2011.
nuamente el volumen de información. A más información http://eadminblog.net/post/2011/03/31/el-nudo-gordia-
Wager, Elizabeth; Williams, Peter (2011). “Why and how do journals retract articles? An analysis of medicine retractions
abierta más potencia tendrán las consecuencias (positi- no-de-la-apertura-de-datos-publicos
1988-2008”. Journal of medical ethics, v. 37, n. 9, pp. 567-570.
vas) del servicio.
4. Peset, Fernanda; Ferrer-Sapena, Antonia; Subirats-Coll,
https://doi.org/10.1136/jme.2010.040964 Imma. “Open data y linked open data: su impacto en el área
Notas de bibliotecas y documentación”. El profesional de la infor-
1. El autor agradece la colaboración de Míriam Alvarado- mación, 2011, marzo-abril, v. 20, n. 2, pp. 165-173.
Suñer en la redacción de este artículo. DOI: 10.3145/epi.2011.mar.06