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CENTRO SUPERIORDE ESTUDIOSDE LA DEFENSA NACIONAL

BOLE’ DE INFO

Enero, 966 Núm.2


• .-.

.
Sumario
1r. ORGANIZACION
— Organización de la Defensa Nacional fran

cesa.

— Ordenanzas núms. 60-147 de 7 de enero de

1959, sobre Organización General de la De

fensa.

— Decreto núm. 62-509 de 18 de julio de 1962,

dictando 1s atribuciones del Secretario Ge

neral de la Defensa Nacional.

— Decreto núm. 62-808 de 10 de julio de 1962,

relativo a la Organización de la Defensa Na

cional.

II. DOCTRINA

El Ejército en la Guerra Subversiva (Manual

del Ministerio del Ejército portugués).

IV. ESTUDIOS ESTRATEGICOS

— La actitud “Prospective”.

Geoestrat.egia prospectiva.

y. ESTUDIOS TACTICOS Y LOGISTICOS

— Las Fuerzas Aéreas Tácticas.

— La Táctica nuclear.

VI. ESTUDIOS POLITICO-SOCIALES

— Una crisis del liberalismo español (discurso

de Larraz).

VII. ESTUDIOS ECONOMICOS

— Informe de la O. C. D. E. sobre la economía

española, II.

IX. CUESTIONES TECNIcA5

— Tabla de misiles, 1965.

BIBLIOGPÁFIA
CESEDEN fr
BOLETINMENSUALN°
2
Dpto. de Información

ORGAN
1.ZACION
ORGANIZACION DE LA DEFENSA
NACIONAL FRANCESA

ORDENANZAS NUM. 60-147


DE 7 DE ENERO DE 1959, SOBRE
ORGANIZACION GENERAL DE LA
DEFENSA

DECRETO NUM. 62-509


DE 18 DE JULIO DE 1962, DIC
TANDO LAS ATRIBUCIONES DEL
SECRETARIO GENERAL DE LA
DEFENSA NACIONAL

DECRETO NUM. 62-808


DE lO DE JULIO DE 1962, RELATI
yO A LA ORGANIZACION DE LA
DEFENSA NACIONAL
CESEDEN

ORGANZAC ION DE LA DEFENSA


NACIONAL FRANCESA

— o-.

BOLEUN DE INFORMACJQNN2 2 — 1
1.— GENERALIDADES

1.— DefensaNacionalyFuerzasArmadas.

Hasta hace poco tiempo, la DefensaNacional y las Fuerzas


Armadas eran inseparables. La idea de una DefensaNacional que ya no
puede limitarse a la puestaen marchaGnicamentedo los mediosmilita
res, ha aparecido desdela primera Guerra Mundial; despus de algunas
semanasde guerra, los cajones de las municionesse quedaronyacios, y
e! ritmo de la batalla se encontr estrechamenteligado al de la fabrica
ci& de material de guerra, fu necesariovolver a enviar a las fbricc
el personalque hcoia sido movilizado, consagrandoel hecnode que la
fuerza militar era insuficiente para procurar la victoria, si no se apo
yaba en la industria.

Todo esto se ha vuelto evidente para Francia; sabemosigual


mente que si las armasson fuerzas moralesy puestoque los mediosde —

produccin y moral de la Nacin, han llegado a ser factores esenciales


de! Poder, llegan a ser por lo mismoobletivos para el enemigo.

De estaforma la DefensaNacional va a englobar todas las


actividades de la Naci& produccin industrial, polflico extranjera, —

transporte, finanzas, asuntosciviles y fuerzas armadas. LaDireccin


de la Defensa debe situarseen lo sucesivoen la cumbrede la organiza
cian gubernamental.

2— Evolucli5ndelaAmenaza.

La organizacin de una defensaeficaz debe tener en cuenta


los conflictos posiblesque puedansurgir y a los que el pa teridr que
hacer frente.

Hasta la última guerra el problemaera senciho; se trataba de


preparar al patsde manerapara poderrespondera una agresiSnvenida —

del exterior y que deberra de contar con tiempo para dañargravemente


portesimportantes de la estructura del pa o del patrimonio nacional.

La organizacifSndo la defensadebo ahora ponera la Nacin


en estadode hccer frente a un ataque que puede:

— Venir del exteriorodelinferior.


—2—

— Desencadenarse en todo momento, sin haber sido precedido de ningún


proceso especial.

— Donar sin dilacin todo el territorio.

— Aniquilar desdelosprimerosinstantes los eslabonesimportantesdel man


do militar y de IQ Direccin de la Guerra.

2.- ORGANIZACIONDELADEFENSANACIONALENFRANCIA.

3.— Losprincipios.

La DefensaNacional, apenassi esta en la Constitucn del —

04.10.58. (Arts. 15—21 —34),

En1aOrdenanzanm.59 147del07.01.59.
— la que ha de
finido la organizacin actual de la Defensa(que de a}ia en adelante
llamaremos CD). En la organizocin se apoyasobre los cuatro princi
pios siguientes:

“Principiodetotalidad” : ya que las frmulas modernasde —

agresin afectan a todas las actividades de la Nacin, la accin de de


fensa deber aplicarse igualmentesolidariamentea todas estasactivida
des.

“Principiodepermanencia11: la amenazade agresi&i es perma


nente. El engranae de la defensadebe estar en estadode reaccionar en
todo tiempo y en todas las circunstancias; no se deber prever en parti
cular grandescambiosen los momentosde crisis.

“Principiodeunidad11 ¡citotalidad de la fuerza postulala uni


dad :e concepclin y direccin. Los esfuerzosciviles y militares no pue
den estarseparados;la poUticadedefensa es uno de los elementosde la
polflica general del gobierno y debe ser determinadaen el eslab& guber
ncimental.

Principiodedescenfralizaciondelaaccion •#It : los efectos


ti •

mtximos de ciertas agresionesposibles puedenconducir a una fragmentci


cian geogrfica de la lucha; las cuorL::ks civiles y militares deben,
pu&, estar en todos los grandes, investidosde la autoridad y los medios
necesarios paraasegurarla supervivéncia de la nacin, en susdominios.
1
4.— Jurisdiccion de la defensa.
La Defensaes e1 resultado de acciones coordinadasen un cier
—3—
to nmero de terrenos. La organizccf&-i francesade defensa, determina
la naturaleza de esasseccionesen lo militar, civil y econ6mica.

4.1.— La defensamilitar comprende:

— La defensaItoxteriorfl llamada defensaoperacionaldelterrito—


rio( D.O.T.) esdecir, defensadel conjunto del territorio con
fra las acciones enemigas,sean el producto de elementos im
plantados o infiltrados por mar, tierra y aire. La defensa¡nte—
rior comprendeoperacionesdirigidas conjuntamentecon las —
fuerzas que actuan en defensaexterior; prolonga las medidas—
de orden pblico establecida en el cuadro do la defensacivil;
tiene por misin, en particular, asegurarla seguridadde la mo
vflizacicSn asrcomo la de los transportesnecesariosa los ejrci
tos y a la vida general del pai.

4.2.— La defensacivil comprendeel conjunto de las acciones que tie


nen porobjeto:

—La seguridadde la administrccin y la seguridadgeneral del —


territorio para el conocimientode las amenazasinteriores, la
prevencin de las intrigas subversivasy la represin de los oto
ques a la seguridco publica.

—El desarrollo de la capacidad moral de resistencia de ¡a pobla—


ciSn a la agresin,

La reduccin de la vulnerabilidad de las poblacionesy de las


instalaciones esenciales.

— La puestaen marchade medidasde socorro.

4.3.— La defensaeconSmicadesprendeel conjunto de las medidas que


debcn introducirse y prever los planesde arreglo o de moderniza
ciSn para:

— Asegurar la puestaa punto de la defensadel pats.

— Asegurar las necesidadesde los Ejrcitos y la supervivenciade


la nacion contra cualquier agresion.

5,— Laestructura.

5.1.— Organosdeconcopcinydedeciskn.

ElConsejoSuperiordeDefensa(1) presidido por el Presidente


-4-
de la Ropblica estudio los problemas de defensa, su
ministro ideas y proposicionessobre la preparacín,
ufilizccín y protecci& de los recursos de la Naci6n,
(OD—Art., 7).

ElConsejodoMinistros presidido por el Presidentede la RepGbli


ca resuelve la política general del Gobierno. ( OD—
Arta 7).

ElComitdoDefensa (1), Consejo de Ministro reducido presidí


do por el Presidente do la Ropblica determina Japo
lfl-fccdodefensa y fas decisiones en materia do la Di
recci6n general do la Defensa. D —Art. 7 y 10).

ElComftdeDefensareducido (1) presidido por el Presidente de


la República o por el Primer Ministro, toma las deci
siones soore la Direccion_Militar delaDefensa (OD—
Art0 7 y 11), (TComposkInVr anejo. «

5.2.— DireccinsuperiordelaDefensa.

La Constituci&, de 1958 dice: “El Primer Ministro di


rige la accin del gobierno, Es responsable do la Defensa Naci
nal”.

La Ordenanza precisa que el Primer Ministro ejerza


la direcci&generalyladirccci&militardelaDefensa, que —

decidodelapreparacinylaconductasuperiordolasoporack—
nos, que asegurelacoorolnaciondelaactividadenladefensa —

del conjunto de los Departamentos Ministeriales.

Para ayudarle en su tarea de direccin do Defensa,


el Primer Ministro esta asistido por:

— ElSecretarioGeneraldelaDefensaNacional(5.
G.DN.)

(Referencia: Decretos 62—308y 62—809del 1—7—62)


encargado de asegurar el secretariado de los Comi—
t& do Defensa y del Consejo de Defensa, de ayu
dar al primer Ministro en la prepcrccin de las me
didas do defensa y do asegurar lanotifícacin.

— El Comit de Acci&i Cicntiica de la Defensa, (OD


Art. 12.) ligada al SG.D.N.
—5—
— El Comitlnterministerjaldelnformaclin. (CD
Art. 13.)

5.3.— Laestructuragubernamental

Cada Ministro es responsabledelapreparacinypartfcipacin


de su DepartamentoenlaDefensa.Estaasistidoenestatarea
por un alto funcionark especialista designado (Alto Funciona
rio de Defensa) (CD Art. 15)

Por otra parte (CD Art. 19) a fin de asegurar la coordinacicSnen


dominios esenciales, un soloministro ha sido hecho responsable
de cada una de las grandes categori de recursos esenciales a
la vida del pars: ast como todos los transportes ferroviarios,flu
viales, a&eos y mar(timos, est& bajo la responsabilidad del
Ministro de Trabajos Pblicos4

Tres Ministros miembros por derecho del Comit de Defensa —


tienen grandes responsabilidades (OD Art. 18 — 17 y 16) como
son:

a) El Ministro del Interior, responsablç de la DefensaCivil.

b El Ministro de Finanzas y de Asuntos Econmicos, responso



ble de la cooroínacion en las medidas ji
de Defensa economi —
ca”.

c) Porltimo el MinistrodelosEj&citos, responsable de la eje


cian de Ja política militar (Cf. fase IV) y asistente del Pri
mor Ministro en la Organizacin de las Fuerzas.

5.4.— Organizaci&-territorialdeladefensa,—

5.4.1.— La estructura territorial de la defensa es la prolonga—


cian del con junto del territorio de la estructura guber
namentcii,

La organ ¡zac Sn antiguacomprendfaesencialmente:

— Una estructura administrativa que unra el gobierno


a los gobernadores.

— Una estructura militar basada en una situacin geo


grFka propia al dominio militar. —

— Reglas severas çue preven un traspaso brusco de res


—6—

ponsabilidadesde una ¡erarquÍ a otra, (estado de


sities, zona de ej&citos, etc0).

5.4.2. Laorganizacjn actual (CD Art, 21 al 24 y Decreto


62—206 dci 24—2—62) distingue tres clasesde coordino
cjones donde sor estrechamenteasociadaslas autori—
dádos civiles y las miUtares:

— ElDepartamento clula elemental de la organiza—


ci& territorial cuya autoridad civil es el Prefecto
(cuyos poderesacaban de ser reforzadosen la lti
ma reformaadministrativa de 1964) y la militar el
ComandantedoSubdivsin (situacicn 1964, en —
estudio).

— LaRegindoDefensa: Agrupaci&, de Departamen


tos bajo el control coordinatriz de un Prefectode R.
D. (1) (En el aspectoCivil) y cuyos ltmites coin
ciden con los de una Reginmilitar mandadapor un
Oficial General. (Comandantede R.M.),,

— LaZonadeDefensa por último, agrupamientode —


lasrcg ionesdedefensa, y por esto de las regiones
¡Jfl-crosyal nivel dJo cual la coordinacin civil—
militar ost asegurada.

— En tiempo de paz, entre el General que mandalo —


ogin Militar, cuyo Jefe es tambin el de la zona
y el gobernadorde R.D. correspondjono.

— En tiempo da guerra por la presenciade un alto fun


cionariodeiaautoridad, delegado del Gobierno (Z,
que conozca todas las actividades previstasen el —
plan do defensacivil y militar. En casodo ruptura
de comunicac ¡oneScon el Gobierno, este Alto Fun
cionario tiene poder para establecer su zona de defen
so en stuacior dest DefensaOparaconal II

5,4,3,.. L’ ;xrflcn actual del territorio en regionesy zo


nas de defensaoste explicada en el anejo C. Ser mo
dificada en breve, en vista de la reciente reforma admi
nistrativa civil, que acaba de suprimir los “IGAME” y
crear 20 “regiones a programa” (3) (Con carcicter eco
nmico) y 20 “Gobernadoresde regiones” (3 ). Para
respetar a! principio de la parficipacin comancivil—mi
litar sc crecrcn posiblemente20 regionesmilitares (en
—7-.

lugar de 10 actualmente) y la subdivfsin (actualmente


unida al departamento) volverra a agruparvarios de es
tos Gitimos(como en 1939).

Se puede observar,, por otra parte, que las zonasdede


fensa coinciden con las RegionesA&eas, salvo en lo con
cerniente a la segundaRA, que comprendelas tres zonas
de defensa: PARIS NORTE/OESTE(pero sio hay dos

zonas de defensaarea: NORTE/SUR.

5.4.4,— La organizacn arriba mencionada, no varra seancuales


sean las circunstancias; en ciertas zonasgeogrficas, los
Comandantesen Jefe y ComandantesSuperioresdisponen
de mediosde estaorganizaci6n, para asegurarlos necesi
dades perticulares surgidasen la marchade las operado—
n es,

5.4.5.— CasodoTerrtoriosyDepartamentosdeULTRA—MAR (De


crelo 64—11del 64).

El conjunto de ¡osterritorios y Departamentosde ULTRA


MAR ha sido repartido entre cuatro zonasde defensa:

— ANTILLAS—GUAYANAS(Fort de France).

— OCEANO INDICO (San Denisde la Reuni&).

— PACIFICO (Nemea).

— COSTA FRANCESADESOMALIA (Djibauti).

Es el Ministro del Estadoencargadode los Departamentos


y territorios de ULTRA—MAR, el que asegura, en esaszo
nas, la responsabilidadque le correspondepor derecho en
Francia territorial del Ministro del Interior

1) Antiguo IGAME.
y/
2) Salvo dccisiSn contraria, es el Jefe de la RegicSn
Mi
/ litar
ci que ejerce esta Autoridad.

3) “Regionescircunscritasde acciSn regional”.

5,5,— FunciorÇamientodelaDefensa.
(TTA 165)y la Ordenanzade laDefensa
5.5.1.— El l.P.E,F.A,
—8—

precisaban ideasde la conductade la guerra, conducta


de las operaciones, teatro de la guerrao de operaciones,
y definían lo que se desra entender por “Comandanteen
Jefe” interejrcitos y conservandolos poderesciviles,>’
por “ComandantesSuperiores” igualmentede ínterejrci
tos y capacesderecibirdelegaciones de poder civil.

El funcionamiento de lasnormasde defensa


estapuesase
gurado con las condiciones siguientes:

5.5.2.— DefensaMilitar.

Laconductasuperiordelasoperaciones esf asociadaa


ladirecci6npolíticadeladefensa,siendo confiada al
PrimerMinistros

Laconductadelasoperaciones estc confiada a altos man


dos (Comandantesen Jefe o ComandantesSuperiores)que
reciben susSrdenesen el plan nacional del PrimerMinis
tro, pero en os trminos del arttculo 3 del Decreto nm.
62—12del 18—7—62 (Atribuciones del Jefe del E. M. de
II •
los Ejercitos), por mediodel Jefe de EM. de los Ejer
citos”, o sea pr&ticamentc del Ministro de los Ejrcitos.
(1).

Los mediosmilitares de tcda naturaleza son confiadosa


un departamentoministerial Gnico, responsablede suges
ti&i, de su puestaen marchay su movilizaci&i.

La Defensa“exterior” ser puesgeneralmenteasegurada


por medio do los Altos Mandos(que no tendrn que ser
forzosamente interercitos) (1). EstosAltos Mandos—
ser& examinadoscon ocasiendel estudiod la Organiza
cion de las FuerzasArmadas.

La defensaoperacional del Territorio cst asegurada por


medio de las AutoridadesTerritoriales, pero estasno son
por el momentolnterej&citos en tiempo de paz. Un carn
bio esta en curso con el objeto de dar este carctor a los
Comandantesde las RegionesMilitares.( 2). Los proble
mas de DOT sern el objeto de conferenciasespecializa
das. Las relacionesdel DOT con la Marina sercn exami
nadas en el estudio de las RegionesMilitares y de la De
fensa del Litoral.
—9—

5.5..3.— DefensaCivfl

De la JurisdkciSn del Ministerio del interior, la defen


sa civil se organiza principalmente en ci escalcSndel De
partamento: Su pieza maestra es el Gobernador, lo que
supone que tiene en manos efectivamente los diferentes
servicios. Esta es una de las razones de la reciente re
forma administrativa. La tQrea del Gobernador sor ob
jeto de una ¡nforrnaci& especial.

5,5.4.— DefensaEconcmica.

Pertenece a la jurisdicciSn del Ministro de Finanzas y


Asuntos Econmicos, pasando a su vez por el ramo de —
Gobernadores del Departamento, do los “Gobernadores
de Regiones” (continuadores del IGAME), al escakn
de la Regiones de Defensa; esta es la raz& por la que
un funcionario de Asuntos Econmicos estc provisto por
Decreto 62—206acerca de los Gobernadores. (Art. 4).

5.5.5.— Ccordinacin,

La cocrdTnacin entre las Autoridades Civiles y las Mi


litares esta asegurada:

— Por Estados Mayores Mixtos (do subdivisiiSn, de Re—


giSn o de zona).

— En cada zona por un “Secretariadopermanentedede


fensa”.

6.— Empleodepersonalydebienes.

6. 1,—La Ordenanza sobre defensa orgnica al Servicio Nacional (CD.


Art. 25a42).

6,2.— A este servicio estn sujetos todos los ciudadanos de 18 a 60 años


que posean la capacidad fi’sica necesaria,

Este Servicio Nacional puede revestir el aspecto:

— De servicio Militar,

— De servicio de Defensa.
— 10—

6.3.— ServicioMilitar: De una duraccin de 17 añoscomprende:

DisponbiUdad: 5 años.

Reserva: l2oPíos. (2Opara los Suboficiales),

Durante el periodo de disponibilidad se sitúa la parte principal


del servicio militaractivo (bajo el uniforme), actualmente 18
meses(reducidos a 16 en algunoscasos

Durante la reserva puedentener lugar al mtximo 10 semanasde


actividad (es decir dos mesesy diez dr05).

El total de la actividad no puede pasarde 24 meses.(CD.ArL


30) se observaque actualmentese puede prever un mesy vein
te dfas de actividad suplementariadurunte la excedencia.

Las cargasde familia alivian las cargasdel servicio militar s6—


lamente en la reserva(Art. 31 ).

6.4.— Servicio de defensa.

Estn sometido a las obligaciones del servicio de defensael per


sonal que esta sometidoa las obligaciones del servicio nacional
(Edad) y no al militar (Salud, por ej.) o bien no puedenser —
utilizados (que es lo que suceder con la mitad del contingente
aproximadamente si se sigue manteniendoel servicio activo de
18 meses).

El servicio de defensapuede estarasegurado:

— Bien por fncorporcci6n en los “Cuerposde Defensa”,

— Bien por “aplicacn do defensacolectivat’ e individuales.


(explicaciones especiales).

Un punto importantees que la disciplina general de las Fuerzas


Armadas es aplicable a los que estn sujetosal servicio de De
fensa.
. .# II • • •
de Defensa no IInc
1
La organizacion del Servicio sido practico—
mente empezada(1964).

6.5.—Reclutamiento.
El Gobierno puede por fin emplear personasque no puedanestar
— 11 —

sujetas al “Servicio Nacional”, por el procedimien de 1’reclu—


tamierito” (Art. 43) que seaplica ¡guaImante a hombresque
a muícras.

6.6.— Requisasdebienes.

Por intimo la “puesta en suarda” la “movílizacin general” y


ciertas situacionesde amenazasgraves, dan derechoal Gobier
no a requisasde bienes. (CD. Art. 44).

—O—O—O—O—

(1 ) Se habIar m& adelante del caso especial de “Fuerzas de Alta Mar”.

(2) Adem& la DOT esta mandada por un Comandante del Teatro de Operacio—
nes cuyas atribuciones precisas no han sido aGn publicadas.
— 12 —

ANEJOS

COMPOSICIONDELCONSEJOY DELOSCOMITESDEDEFENSÁ

1 .— CONSEJODEDEFENSA.

11Referencia: Decreto nm. 59—942de 31—7—59.

Presidente: El Presidente de la RepbUca.

Vice—Presfdcnte:El Primer Ministro.

MiembrosdeDerecho: — El Ministro de AsuntosExteriores.

— El Ministro del Interior.

— El Ministro de tos Ej&citos /

— El Ministro de Finanzasy AsuntosEconmjcos.

— Los Mariscalesde Francia.

— El Jefe de EstadoMayor de la DefensaNacional (1)/

— El Jefe de EstadoMayor de los Ej&citos /


— Los Jefes de EstadoMayor de Marina, Tierra y Aire.

— El Presidentedel Comit de Accin CkntiTica de la


Defensa Nacional.

— El ComisarioGenero! del Plan de Producci&i.

— El Administrador General, Delegado del Gobcrno


y el Alto Comisariode EnergfaAtSmíca,

— El Director del Instituto de Altos Estudiosde la De


fensa Nacional.

— El Director General del Servicio de Documenfacin


exterior y de contraespionaje.
— 13 —

Miembroseventuales. Designados cada ao por Decreto. Pueden ademas


tomar parte en sustrabolos para el estudiode los
problemas particulares, y los Ministros que no son
miembro de Derecho, asr como las personalidades
designadas por el Presidentedo la Repblica entre
los que se nombraronen el artfculo 5 del ecreto
59—942del 31—7—59.

(1) EMG/DN constituido slamente por decisn


gubernamental,

2.— COMITEDEDEFENSA.

(Ordenanza deI 7—1—59


Art, 10).

Presidente: El Presidentede la Repbtica o el Pilmer Ministro.

Miembrosdederecho: — El Ministro de AsuntosExteriores.

— El Ministro
del Interior.

— E! Ministro
de losEjércitos.

— El Ministro
de Finanzas
o de Asuntos
Econmicos.,

Miembroseventuales: Porconvocatoria del Presidente, los dems ministros


para los problemasde su ¡ncumbencia.

COMITEDEDEFENSARESTRINGIDO.

(Referencia : Ordenanzasobre la Defensa— Art. 11)

Presidente: El Presidentede la RepbIica o el PrimerMinistro.

Miembros: El PrimerMinistro y los Membros que designe para cada reunin.

-0-0-0-o-o-
CESEDEN

ORDENANZAS NUM 60—147DE7 DE ENERODE 1959SOBREORGANIZA


ClON GENERALDE LA DEFENSA

—o—

BOLETIN DE lNFORWC1QN N2 2 - 1
Ordenanzas

(Ordenanzas nm., 60—147de 7 de enero de 1959 sobre organizacn general de


la defensa)
G • •

El Presidente del Consejo de Ministros,

Visto la Consttuclin y especialmente los arts. 34 y 92, oido e1 Con


sejo de Estado y oido el Consejo de Ministros, O R D E N A

Trtulo1

DISPOSICIONESGENERALES

Art. 12,—La defensatiene por objeto aseguraren todo tiempo, en to


ds las circunstanciasy contras todas las formasde agresliSn,la seguridady la in
tegridad del territorio, asr como la vida de la poblaci45n.
ReaUza lo mismo respecto a las alianzas, yacuerdos interna
tratados
cionales.
Los principios de la defensa de la Comunidad se determinan por las —

autoridades constitucionalmente responsables.


Las medidosde ejecucin seadoptan en las condiciones que correspon
den a los diferentes Estadosmiembros de la Comunidad.

Art. 22.— El Poder ejecutivo, en el ejercicio de susatribuciones cons


tituconales, toma las medidosnecesariaspara alcanzar los objetivos señaladosen
el artfculo anterior.
En coso de amenaza, estas medidas pueden ser bien la movilfzacin —

gencral bien el estado de alerto definido en el art. 32, bien las disposiciones es
peciales previstas en el art, 69.

Art. 32.— La movilizacin general pone en marcha el conjunto de me


didas de la defensaya preparadas.
El estado de alerla consiste en ciertas medidasadecuadaspara asegu
rar la libertad de acci6n delGobierno, para disminuir la vulnerabilidad de las po
biaciones o de los equiposprincipales y para garantizar la seguridadde las opera
ciones de movilizacin o de puestaen marchade las fuerzas militares.

Art, 42.—La movilizccn general y, bajo la reservade las disposicio


nes del Gltimo pSrrafodel art. 23 de lc presenteOrdenanza, e1 estadode alerta —

se deciden por Decretosadoptadosen Consejode Minstros,


—2—

Art. 52.,—Estosdecretos tienen por efecto, en el cuadro de las leyes


existentes, la entrada inmediata en vigor de las disposiciones que corresponden al
Gobierno para preparurse y odaptcrse en todo momento a las necesidades de la de
fensa.
Proporcionan en todos los casos al Gobierno, en las condiciones y —
balo las penalidades previstas en la Ley li de julio de 1938 completada y moclifi—
cada o por layes especiales:
a) El derecho de requisicin de las personas, los bienes y los servicios;
b) El derecho de someter a control y a distribucin los recursos de ener
gfa, materias primas, productos industriales y productos necesarios
para el abastecimiento y, a este efecto, imponer a las personasffsi—
cas o morales en sus bienes las servidumbres indispensables.

Art. 62,— En caso de amenaza que gravite especialmente sobre una


parte del territorio, sobre un sector de la vida nacional o sobre una fraccin de —
la poblacin, Decretos adoptados en Consejo de Ministros puedenconcederal Go
bkrno todo o parto de los derechosdci artrculo anterior.

TrtuioII

DELADIRECC IONGENERALYDELADIRECCIONMILITAR
DELADEFENSA

Art,. 72.—La poirtica de la defensase define en Conselode Minis


tros.,
Las decisiones en materia de direcci6n militar de la defensason de
cididas en el comit de defensa. La composicin de este comit est prevista en
el artcuio 10 de lcí presenteOrdenanza.
Las decisionesen materia de direccin militar de la defensase deci
den en ci comit de defensarestringido.

Art. 89.—Parael estudio de los problemasde la defensa, el Gobier


no disponedel ConsejoSuperior de Defensa, cuya composicitn se fija por decreto.
El ConsejoSuperior de DefensaeshSpresididopor el Presidentede —
la Ropblica.

Art. 92.—El PrimerMinistro responsablede la defensa nacional ejer


ce la direcchn general y la direcclin militar de la defensa. Comotal, formula
las directivas generalespara las negociacionesque se refieren a la defensay sigue
el desarrollode estasnegociaciones. Decide la preparaciSny la conduccin supe
rkr de las operaciones y asegura la coordinacin de lc actividad en materia do de
fensa del conjunto de los departamentosministeriales.

Art. 102.—El Comit de defensa previsto en el art.. 7 comprendeba


jo la presidenciadel Presidentede la Rcpbiica:
El Primer Ministro;
—3—

El Ministro de asuntos extranjeros;


El Ministro del Interior;
El Ministro d los Ejrcitos;
El Ministro d Finanzas y de AsuntosEconmicos,
y si es necesario por convocatoria del Presidente, los dem& ministros para las cues
tiones de su incumbencia,
El Presidente del Comit de Defensa puede, ademas, convocar para
ser oida por el Comit toda personalidad atendiendo a su competencia.

Art. 112.— El Comit de Defensa restringido, previsto en el art. 7,


esta presidido por el Presidente de la Repb!ica, quien puede hacerse sustituir por
e! Primer Ministro.
Este Comit se reune por decsin del Primer Ministro, quien fija su
composicin para cada reunin.
Las decisiones en materia de direcchn militar de la defensa han de
.# 1
refer!rse en especial a la definicion de los cletivos a alcanzar, a la aprobacion
de los planes correspondientes,a la distribucin general do las fuerzas entre los
comandantes en jefe e ¡nterejrcitos y las medidas destinadas a satisfacer las ne
cesidades de los ejrcitos.

Art,, 12.—Bajo la autoridad dci Primer Ministro, la orientacin y la


coordinccin de la ¡nvestigaci& cientica y t&nica de defensa estn aseguradas
por el comit de accíSn cientflica de la defensa, cuya composiciSn y atribuciones
se fijan por Decreto,

Art. 13.— la autoridad del Primer Ministro, la orientací& y la


coorc.rnacion de los servicios de dccumcntacton y do infcrmacion se aseguran por
un comit interministerial de ¡nformaci&i,
La composicin y las atribuciones de este comit se fijan por Decreto,

Art, 14,— En el caso de sucesosque interrumpan e! funcionamiento —


regular de los poderes pblicos y que acarreen la vacante simultnea de la presi—
deticic de lo Repíblica, de la presidencia del Senado y de las funciones del Pri
mer Ministro, las responsabilidades y las facultades de la defensa se traspasan au—
tomtica y Sucesivamenteal Ministro encargado de los Ej&citos y, en defecto, a
los otros ministros en el orden indicado por el Decreto que se refiere a la compo—
sicion del Gobierno.

TrtuloIII

DELARESPONSABILIDADDELOSMINISTROSENMATE—
Rli DEDEFENSA

Art. 15.— Cada ministro es responsablede la preparacin y de la —

ejecuci&i de las medidasde la defensanacional que correspondanal departamen


fo de su cargc.
Estt auxiliado en lo que respecto u (os depoturnentos distintos del
de los Ejrcítos, por un alto funcionario designadoal efecto.
Antes del 12 de mayo de cada año, cada ministro dirige al Primer —

Ministro para la gestn siguiente, dentro del cuadro de las directivas generales
que ha recibido de Li, los planes rotativos a su acciLn en el dominio de la defen
sa, acompañados de los informes necesarios sobre sus repercusiones financieras.
El Primer Ministro establece el programa de conjunto,

Art. 16.— El Ministro encargado de los EjLrcitos es responsable bajo


la autoridad del Primer Ministro de la ejecuci6n de la polflica milftar y en parti
cular de la organizaciin, de la gestin, de la puesta en condiciones de empleo y
de la movi!izacin del conjunto de las fuerzas, asr como de la infraestructura mi
litar que les es necesaria.
Auxilía al Primer Ministro en lo que concierne a su puesta en mar
cha.
Tiene autoridad sobre el conjunto de las fuerzas y servicios de los —

EjLrcitos y es responsable de su seguridad.


Desde el estado de alerta definido en el art. 32, el Ministro de los
EjLrcitos dispone en materia de comunicaciones, transporto, transmisiones y dis—
tribucSn de los recursos generales, de las prioridades que corresponden a lasne
cesidades de loseLrcitose
Una Ley especial fiiara las garantias fundamentales de los cuadros
de los Ejrcitos 05r como de los principios de su estatuto.

Art, 17.—El Ministro do! Interior prepara en permanencia y pone en


marcha iadefensacivil.
Es responsable corno tal, del orden publico, do la protecciLn mate
rial y moral de las personas y de la salvaguardia de las instalaciones y de los re
cursos de interes general.
Prepara, coordina y controle la ejecuciLn de las medidas de defen
sa civil que corresponden a los distintos departamentos ministeriales.
Su acciLn se desarrolla sobre el territorio en enlace con las autori
dades militares y coopera al mantenimiento de su libertad do acciLn.
Recibe del Ministro de los EjLrcitos,para el desarrollo y la puesta en
marcha de sus medios, el apoyo de los servicios y de la infraestructura de los EjLr
citos, y especialmente pcra el mantenimiento del orden público del apoyo even —

tual de las fuerzas militares.


En las zonas donde se desarrollan operaciones mflitares y por deci—
sin del Gobierno, e! mando militar designado ci efecto se hace responsable del
orden pbiico y ejerce la coordinaci6n de las medidas de defensa civil con las —

operaciones militares,

Art, 18,—El Ivinistro encargado de los Asuntos Econ6mico orienta


a los fines de la defensa la accin de los ministros responsables de la produccin,
de la rcunin y del empleo de !as diversas categorras de recursos, cst como del —

acondicionamiento industrial do! territorio,


—5—

Asegura el enlace permanentecon el Ministro del Interior y con el


Ministro de los Ejrcitos a fin de tener en cuenta en su plan de equipo econmico
las necesidadesesencialesde la defensa.
La acciSn del Ministro encargadode los AsuntosEconmicos se ex
tiende a la distribucin primaria de los recursosseñaladosen el par. 12, as como
a la fijacin de los precios y a la organfzacin de las operacionescomercialesde
¡mportccin y exportaci&.

Art, 19.—En los casosprevistosen los crts. 2 y 6 de la presenteOr


denanza, un solo Ministro es responsablepara cada una de las grar1descategorfas
de los recursosesencialesa la vida del pafs—talescomo materiasprimasy produc
tos industriales, energfa, arttculos alimenticios, transportes, empresasde obras —

pblicas y de construccin, transmisiones— de las medidasque deben tomarsepara


satisfacer las necesidadesde los ministrosusuariosde las mismas.
Los ministrosmencionadosen el presentearti’culo, pueden, para la
preparacin o la realizacin de las medidasque les incumben, reclamarel con
curso de organismosprofesionalesy puedenextender, en estasmateriasy bajo su
control, la competenciade estosorganismosal conjunto de las empresasde una —

profesiin, cualesquieracp.se seano dependientesde estosorganismos.


Los mismosministrosaseguranla distribucin de los recursosde que
son responsables.

Art. 20.—Decretostomadosen Consejode Estadofijaran las modali


dados de apiicacin de las disposicionesconcernientesal objeto de los arti’cu!os
del presente trtulo,
TituloIV

DELAORGANIZACIONTERRITORIAL YOPERACIONAL
DELADEFENSA

Art. 21.— La preparacion,


.—
la oireccuori
1• •
y la ccordinacion de los
• .

esfuerzos en materia de defensaquedanaseguradosen el cuadrode una organiza—


ci& territorial en la cual ias circunscripcionesadministrativasespecializadasen
objetivos que interesena la defensay las circunscripcionesmilitares tendrn los
mismos limites.

Art. 22.— La gestin, el desarrollo y el empleo de los recursos, su


proteccitn y las diferentes operacionesque se refieren a su movlizacin o a la —

prcparaciSn de su puestaen marchaquedanaseguradasen el mercoregional.


La regin agrupo cierto nGmerode departamentos. Bajo el punto de
vista militar, la circunscripcin regional es la lregiSn rniIitar’ que agrupo cierto
nGmerode subdivisiones.

Art, 23,—La coordinacitSnde los esfuerzosmilitares de defensa y


ci mandode las trapas en relacin con su entrenamientoy de su empleo local se
-6-.

ejercen en el marco de las zonas que corresponden a varias regiones, subdivisiones


o sectores militares, marítimos y areos.
En cada zona, un alto funcionario civil, tiene los poderes necesa
rios para el control d los esfuerzos no militares prescritos en relacin con la defen
so, con respecto a las prioridades y a la ejccucin de ayudas recrprocas entre ser
vicios civiles y militares y con relacín a la defensa civil y a la seguridad interior
del territorio.
Esto alto funcionario civil tiene ademas las facultades necesarias —

para ordenar en coso de ¡nterrupcin de las comunicaciones con el Gobierno como


consecuencia de una agresin interna o externa, la declaraci& del estado de oler
fa previsto en el art. 42, asrcomo las medidas necesarias para la ejocucin de los
planes de defensa interior o exterior.

Art. 24.— Independiente mente de la organizacin territorial pre


vista en ci art, precedente, los grandes mandos responsables del empleo operacio
nal de las fuerzas son comandantes en jefe, comandantes superiores o comandantes
especializados.
Los comandantes en jefe, a partir de su toma de posesin, tienen —

completo autoridad sobre sus fuerzas y medios militares. Reciben del Gobierno en
la zona googrfica que les corresponde atribuciones relativas o la defensa civil en
las condiciones previstas en el art. 17, a la seguridad de las tropas y al empleo —

de los servicios, personas y bienes necesarios para la direccicn de las operaciones


y para el aprovisionamiento de sus fuerzas.
Los comandantes superiores son permanentes y entre-e ¡ercitos, Los
mandos superiores disponen de los elementos de la infraestructura necesaria para —

sus fuerzas, pueden recibir en materia de defensa civil, de la seguridad de las —

tropas, de la requiso de servicios, personas y bienes las delegaciones gubernamen


tales que necesitan para sus misiones operativas.
Los comandantes especializados responden a las condiciones espe
ciales do su creacliSn y de su empleo.

TihiloY

DELEMPLEODELASPERSONASYDELOSRECURSOS

Art. 25.—Estn sujetos al servicio nacional desde los dieciocho a


los sesenta ai’os los ciudadanos del sexo masculino si poseen la capacidad frsica nc
cesa rio.

Art. 26.— El servicio nacional comprende, de una parte, ci servi


cio militar destinado a responder a tasnecesidades de los Ej&citos, de otra parte,
el servicio de defensa destinado a satisfacer las necesidades de la defensa en per
sonal no militar.
La distincin entre seMcio armado y servicio auxiliar queda dero
gada.
—7—

Art. 27.—Lasdisposicionesde la Ley de 31 de marzode 1928y los


textos siguientesson aplicables al servicio nacional, salvo en lo que tienen contra
rio con la presenteOrdenanza.

Art. 28.— Enel transcursodel año que precedea su llamada a fi las,


los hombresdel contingente quedanobligados, en relacin con susobligaciones mi
Utares de activo, a un examenmdico y a pruebasde selecci6n cuya durcciSn ncT
exceda de tres dfas, salvo necesidadde examenclrnico.
Un conselo de revisitn establece en primer y !tima instancia sobre
la aptitud para el servicio a basedel examenmdico mencionadoen el p&rafo pre
cedente.
Un reglamentode la Administracin pblica fija las condicionesdo
aplicacfn del presentearticulo y designa en particular las autoridadescompeten
tes para conceder las exenciones.

Art. 29.—La duracin total del servicio militar es igual para todos.
Se extiende a diecisiete dios,de los cuales los cinco primerosconstituyen la dispo
nibilidad y los otros doce la reserva.
Como derogacin de las disposicionesdel prrafo anterior, y en las
condiciones filadas por su Estatutoespecial:
12 En la reserva, la duracin de las obligaciones de los subofialos

es de veinte años
22 Los oficiales de reservaquedansujetosa las obligaciones mili

tares hasta los lfmites de edad en activo de los oficiales de ca


rrera de los empleoscorrespondientes.

Art. 30. Lasobligaciones de actividad de! servicio militar se frac


cionan en perkdos que se realizan durante la disponibffldady la reservasin exco
der de diez semanasen lo que a esta ltima respecta. La duracin total de estas —

obligaciones se fija en veinticuatro meses.


El Gobierno fija por Decreto la distribuckn y la duracfn de los —

periodos de actividad en funci&, del empleo militar de los individuos.

Art. 31.—Todoreservista, sujeto.a la obligacin del servicio mili


tar padrede dos hijos vivos, se clasifica desdee! nacimiento de su segundohi jo, en
el reemplazo movilizable cuatro años m& anttguo que el correspondienteal suyo de
incorporacin.
Todo reservista, sujeto a la obligacin del servicio militar, padre —

de tras hijos vivos, se clasifica, desdeel nacimiento de su tercer hijo, en el reorn


plazo ms antfguode la reserva.
Las disposicionesde los dos prrafos anteriores no disminuyenla du
racin total del servicio militar de los interesados.
Todo reservistapadrede cuatro hijos vivos, por lo menos,quedae—
xento de toda ob!igacin del servicio militar desdeel nacimiento de! cuarto hijo.
Las disposicionesde! presenteartrculo no se aplican al personal —
—8—

comprendido en el 22 p&. del art. 29.

Art. 32.—En los casosprevistosen los arts. 2 y 6 de la presente.Or


denanza, el Gobierno puede mantenero llamar a filas, total o parcialmenteci per
zonal sujeto a las obligaciones del servicio militar.

Art. 33.—Las cbligaciones del servicio de defensase aplican al por


sonal definido en el art. 25 no sujeto a las obligaciones del servicio mflitar o que,
estando suleto a l, no reciban destino militar o su llamada quede retrasada.
El rgimen de destinosespecialesdefinido por la Ley de 31 de mar
zo do 1928subsistehasta la entradaen vigor de los destinosde defensaefectuados
por ap!¡caciSn de las disposkiones del rrafo anterior.

Art. 34.—Las obligacionesde actividad del servicio do defensapr


paran a los obligados para susempleoseventualos La duracliSndo estasobligacio
nes de actividad se limita a des mesespara los hombresque sean ineptospara ci ser
vicio mifltar. Para los demcsqueda limitada a lo que les reste de las obligaciones
de activdad que no cumplieron durante ci servicio militar.

Art. 35.—En los casosprevistosen los arts. 2 y 6 de la presente Or


denanza, los sometidosal servick de defensapuedenser llamadospara su destino —
de defensaa tulo individual o colectivo, para servir en el lugar y en las condicio
iies que les seanmarcadas.

Art. 36.—Cuando las condiciones do su empleo lo exiian, los suje


tos al servicio de defensapuedensor agrupadosen “cuerpos de defensa” cuya orga—
nizccin, instruccin, encuadramientoy misicSn se determinanen el reglamentode
la administracin pblica.

Art. 37.— Lossujetos al servicio de defensa, cuando cumplen los


servicios definidos en los arts. 34 y 35 anteriores, quedan incursosen un Estatuto
de defensa este estatuto tambTn so aplica a los voluntarios.

Art. 38.— La disciplina general de las fuerzas armadasesaplicable


a los sujetosal servicio de defensa. Adem&, los que son destinadosa una adminis
tracicSno a una empresaquedansometidosa la disciplina propia de esta administra
cian o de esta empresa. El régimen de remuneracioneses el de la Administracin
o de la profesin y, en su defecto, el de las fuerzas armcdas.

Art. 39.—Parala aplicacicn de las disposicionesdo los arts. 192


a 248 dl Libro II del Cdigo de Jfvl. para ci Ejrcito de Tierra, los sujetosal ser
vicio do defensaquedanasimiladosa los militares y son sometidosa la ¡urisdicci
militar sogn ci procedimiento previsto en el Libro 1de dicho Cdigo. Los Tribuna
les de las FuerzasArmadasque les correspondaactuar en estoscasosse compondrn
entonces de des jueceselegidos en un destino de la defensade la mismanaturaleza
—9-
que el desernpeadopor el inculpado; scrn del mismoempleo y del mismoreempla
zo que el interesadoy actuar& en sustitucin de los dos jueces militares de grado —
menos elevado.
Para las demSs¡nfraccionesquednsomef idos a los tribunales ordina
nos,

Art, 40.—Lossujetosal servicio de defensaque pertenezcana los —


cuerpos de defensatienen derecho a los baneficios de las disposicionesdel Libro 1
del C&go en re!acin con las pensionesmilitares de invalidez y de vfctimas de —

guerra para las heridas recibidas y las enfermedadescontraidas o agravadas, como


consecuencia o con ocasin de uno de los servicios previstosen la presenteOrde
nanza.
Sin embargo, las condiciones exigidas a los interesadospara bene—
fkiarse de la presuncin legal de origen, prevista en el art. 1.3 y de las indemni—
zac ionesmencionadasen los arts, 1,36 y 1,37 de dicho Cdigo so determina,i por
Decreto en relacin con el reglamentode la Administraci6n pública.
Las disposicionesdel Cdfgo mencionadoanteriormentesonaplica
bles a las viudas, huerfanosy ascendientesde los interesados.

Art. 41 — Los servicios desompeñados en virtud del servicio de de


fensa tienen el caracter de servicio militar cuando los interesadossiguen sometHos
a las obligacionesdfTnis ¿no! art, 29,

Art, 42,—Losextranjeros sin nacionalidad y los que se beneficien —


del derecho de asilo quedansujetos al servko nacional,

Art. 43.—En los casosprevistosen los arts, 2 y 6 de la presenteOr


denanza los hombresno llamadosen virtud del servicio militar o del servicio de de
fensa, puedenser requeridos, individual o colectivamente, en las condiciones y ba
jo las penalidadesprevistasen el Ttt. II de la Ley de 11 de julio de 1938sobre la
organizacin general de la naci& para el tiempo de guerra, complotaday modifica
da,
La requiskin puedeaplicarse al personalfemenino en las mismas —

condiciones que para el personal masculino.

Art, 44,—En los casosprevistosen los arts, 2 y 6 de la presenteOr


donanza, las prestacionesnecesariaspara asegurarlas necesidadesde ia defensase
obtienen por acuerdosamistososo por requisa. El derecho de requisa procedeen —

las condiciones provistasen los arts. 5 y 6 de la presenteOrdenanza, para todas o


parte de estasprestacionessobretodo o sobre parte del territorio.
En estosmismoscasosel beneficio del derecho de roquisa previsto —

por la Ley de 3 de julio de 177 puedoextendersepor Decreto a todaso a parte de


las formacionesorganizadasdel servicio de defensa.
Esto derechose ejerce en las condiciones y segn las modalidades
do la ordenanzanm. 59—63del 6 de enerodo 1959que modifica el Tfl, II de la
Ley dell de julio do 1938.
— 10 —

Art. 45.— Independientementede los casosprevistosen ios arts, 2


a 6 de la presenteOrdenanza, el Gobierno contina disponiendode los poderes—
que le confiere las Leyesn5rn. 50—244de 28 de febrero de 1950 y nGm051—248de
1 de marzo de 1951, en lo que concierne a la aplicacin de la Ley de 11 de ju
Ro de 1938, modificada y completada, especialmentepor la Ordenanzarum,59—
63 del 6 de enerode 1959y por el art. 43, prrafo 22 anterior.

Art. 46,—Se derogantodas las disposicionescontrarias a las dis


posiciones de la presenteOrdenanza.

cid Art. 47,—


de la Republica La presente
Francesa Ordenanza
y elecutaaa comose publicar en el “Journal 0ff ¡
Ley. -

En Parts, a siete de enero de mil novecientoscincuenta y nueve.

C. DE GAULLE

Por el PresidentedelConsejo de Ministros,


El Ministro de Estado, GUY MOLLET.

deEstado,
El Ministro
Pierre PELIMEIN

El Ministro
de Estado,
Felix HOUGHOURT-BOIGNY

El Ministro de Estado,
Louis JACQUINQT

El Ministro Delegadode la Presidenciadel Consejo,


Andr MALRAUX

El guardasellos
Ministro
de Justicia,
Michel DEBRE

El Ministro de AsuntosExtranjeros,
Maurice COUVE DE MURVILLE

El Ministrodel Interior,
Emite PELLETIER

El Ministro
de losEjrcitos,
Pierre GIJ!LLAUMAT

El Ministrode Finanzasy Ast95Econm.


Antoine PINAY
— 11 —

El Mliuisirode Educacin Nacional,


Jean btiTHOlN

El Ministro de Obras Publicas, transpor


tes y turismo,
Robert BURON

El Ministro de Industria y Comercio,


Edouard RAMONET

El Ministro de Agricultura,
Roger HOUDET

El Ministro de Francia de Ultramar,


Bernard CORNUET—GENTILLE

El Ministro de Trabao,
Paul BACON

E! Ministro de Salud Pblica y de la Poblacin,


Bernard CHENOT

El Ministro de la Construcclin,
Pierre SUDREALJ

El Ministro de los Excombatieritesy Yrctimas de Guerra,


Edmond MICHELET

El Ministro de Comunicaciones,
Eugene THOMÁS

E! Ministro del Sahara,


Max LEJEUNE

El Ministro de lnformacin,
Jacques SOUSTELLE

El Ministro delegado de la Presidenciade! Consejo,


Andr ROUIJOCHE.
CESEDEN

DECRETO NUM., 62—808DE 10 DE JULIO DE 1962 RELATIVOA LA ORGANI—


ZAC ION DE LA DEFENSANACIONAL

—o—

BOLETIN DE INFORMÁCLON N9 2 -
(Decreto nm. 62—808de 10 de julio de 1962 relativo a la organizaci& de la De
fensa Nacional).

El Presidente de la RepGblka, previo informe del Primer Ministro, vis


t la Constitucin del 4 de octubre de 1958, y especialmente sus arts. 13, 14 y 21;
Vista la Ordenanza nm. 59—147de 7 de enero do 1959 sobre la orga—
nizcici& general de la defensa;
El Consejo de Ministros ha acordado

DECRETO

Art. 12.—En el cuadro de la poiflica general de la defensa definida


en Consejo de Ministros, los consejos o comités de defensa, reunidos y presididos
por el Presidente de la Repblica aseguran la dfrecckn de conjunto de la defensa
nacional y llegado el caso la conduccin de la guerra.
El secretariado de los consejos o comit& de defensa esta desempeñado
por el secretariado general de la defensa nacional.

Art0 22.— El Primer Ministro asegura la ejecucin de estas decisiones


por el Gobierno y dispone, a este fin, del secretariado general de la defensa na
cional.

Art. 32.— Conforme a las decisiones tomadas, el Ministro do lo Ej&


citos esta encargado de la preparachn de los eIrcitos para la guerra y, llegado
el caso, satisface las necesidades de sus operaciones. En consecuencia, la adm—
nistracin, la organizacin, el empleo, el reclutamiento, el armamento, el equl
po, la ¡nstrucci6n, la disciplina de los ejrcitos asrcorno su enlace con los ejer—
ctos aliados son de su incumbencia.

Art. 42.— Cada ministro es responsable de la preparaci& y de la par—


ticpacicn de su departamento en la defensa nacional.

Árt, 59.— Para cada teatro de operaciones se designa por Decreto un


cf cicil general para ejercer, llegado ci caso, ci mando superior de las fuerzas que
en l ostn afectadas y recibe, a estos efectos, un titulo de mando.
Cada comandante superior prepara y, llegado el caso, dirige las ope
raciones sobre las bases de los planes aprobados y de las decisiones tomadas en los
consejos o comits de defensa.

Art. 62.— El Primer ministro esta encargado de la ejecucin del preseri


—2—

te Decreto que se publicar en el “Journal Offfcfel” de la RepbUcci francesa.

En Parrs, a dieciocho de ¡uUo de mil novecientos sesenta y dos.

C0 DE GAULLE

Por el Presidente de la RepbUca,


El Primer Ministro,
Georges POMPIDOU
CESEDEN

DECRETONUM, 62—509DE 18 DE JULIO DE 1962FIJANDO LASATRIBLJCIQ—


NES DEL SECRETÁRIO
GENERALDE LA DEFENSANACLONAL.

— o—

BOLETIN DE INFORMACION N2 2
(Decreto nm. 62—509de 18 de ¡uflo de 1962fijando las atribuciones
del Secretario general de la DefensaNaciona’ ).

El Presidentede la Republica, previo informe del PrimerMinistro, vis


fa la Ordenanzanrn. 59—147do 7 d enero de 1959sobre la organizací& general
de la defensa,
Visto el Decreto nm 62—208de 18 de julio do 1962relativo a la orga
nizcicin de la defensanacional

1) E C R E T O

Art. 12.—El Secretariogeneral de la defensanacional desempeñael


secretariado de los consejos y comit& do defensa; prepara las deliberaciones, noti
fica las decisiones y sigue su ejecucin.

Art. 22.— Coopera en la preparacin y desarrollo de las negociaciones


y reuniones internacionales que interesan a la defensa.
Transmite a las misiones militares en el extranjero, csf como a las re—
presentacionas miLilares nacionales en las organizaciones interaliadas, las directi
vas emanadasde los consejos y comits de defensa. —

Art. 32.— A la vista de las orientaciones decididas en el comit inter


ministerial de ¡nformacin, el secretario general de la defensa nacional notifica
las necesidades generales en materia de ¡nformaclin; impulsa la investigacitn y —
asegura la explotacin de los informes.
Propone las medidasnecesariaspara la seguridadde la defensa.

Art, 42.— El secretario general de la defensa nacional auxilia al Prí


rner Ministro en la coordinacin de la preparcci6ny ejecucin de las medidas de
defensa que corresponden a los diversos departamentos ministeriales,

Art, 52.—El Instituto de ARos Estudios de Defensa Nacional y el —

comite de accion cientilica de la defensale estan subordinados.

Art. 62.— El secretario general de la defensa nacional depende del


Primer Ministro y dispone de la secretaria general de la Defensa, que comprende
oficiales de los diferentes ej&citos o servicios, asr como personalidadesy funcio
nonos civiles.

Art. 72.—Quedan derogadas


todaslasdisposiciones
contrQrios
alpre
sente Decreto.

Art. 82.—ElPrimer Ministroquedaencargadode la ejecucin del —

presenteDecretoque se publucara en el II Journal Offciel II de la Republica


‘. .
—2—
francesa.
En Parrs, a dkc?ocho de ¡uUo de ml novecientossesentay dos.

C. DE GAULLE

Por el Presidentede a Repblica,


El PrimerMinistro,
George POMPIDOU

El Ministro de los Ej&citos,


Pierre MESSMER.
CESEDEN BOL ETIN MENSUALN°
2
Dpto. de Informocion

DOCTRINA

EL EJERCITO EN LA GUERRA
SUBVERSIVA (MANUAL DEL
MINISTERIO DEL
EJERCITO PORTUGUES)

II
CESEDEN

EL EJERCITOEN LA GUERRASUBVERSWA

(Fuente: Manual del Ministerio del Ejército


Portugus, EGS—1,1963),

BOLETIN DE INFORMACION N2 2 — II
INTRODUCCION

1. Losconflictos subversivosson de todos los tiempos; tan viejos corno la propia gue
rio. Existen desdeel momentoen que los ej&ctos tuvieron necesidadde actuar
tanto contra levantamientosde la poblac6n civil de un territorio determinadoco
mo contras las fuerzas militares de un paísenemigoe Sin embargoantiguamente,
bien
— porque esosmovimientosrebeldesde las poblacioneseran espordi
cos, aislados, llevados a efecto por n&Ieos reducidosy no obede—
cfan a ninguna regla prevkimenteestablecida
— o porque las ideassobre las libertades individuales y los derechos

del hombreeran muy distintos, siendo pasible sofocarlosbrutalmen


te por la fuerza sin grandesconsecuencias,
tales conflictos no llegaban a interesaren gradosuficiente a las fuerzasarmadas
como para justificar un estudiocuidadosoy consecuentemente,e1 establecimien
fo de normasde actuacin.

Pero a partir de la guerra de 914—18y principalmente do ic 22


Guerra Mundial, el numeroy amplitud de estosmovimientosaumentaronextra
ordinariamente. Algunos pces se vieron obligados a empeñaren conflictos de
esa naturaleza a la myor parte de susfuerzas militares y no siemprecon xito.
Esto llev6 a los estadosmayoresde esospaies a dedicar cada vez mayor inten
sidad al estudiode este tipo de guerra, a fin de procurarestablecer una adecuc
da doctrina de empleo.

Puede decirse por lo tanto, que actualmente el estudiode la gue


rra subversivatiene por lo menostanto ¡nters como el de la guerra propiamente
dicha y para algunospafsesexige incluso mayoresatenciones.

Para nosotrosel inters por el estudiode la guerra subversivaes—


muy superior, por ejemplo, al que nos merece la guerra nuclear, porque:
— asta ltirna no pasade ser una probabilidad que, comoes sabido,
muchos afirman, teniendo en cuenta que conducirfa al absurdode
la destruccn total de los dos adversarios, que no es probableque
llegue a presentarsemientrasque la guerra subversivaes una reali
dad, ya que existe actualmente en alguna de nuestrasprovincias
ultramarinas;
— la guerra nuclear suponepara nosotrosla preparacin de un volu
men de fuerzas relativamente reducido, mientrasque la guerra sub
versiva comprendela preparacin y empleo de efectivos muchom
yares y puede abarcar en ci futuro todosnuestrosrecursos.
-2—

Por otra pcirte, las propias posibilidades de las armas nucleares,


llevan a la concIusi& de que una guerra propiamente dicha no podr tener o—
tro final que la destruccicSn total de los dos adversarios, obligando a buscar o—
tras formas de llegar a los mismos fines que se pretendran alcanzar con aquella.
Y es precisamente la subversin la que ha demostrado ya ser una de esas formas,
puesto que cada vez es mayor:
— la receptividad que las masas presentan a las ¡deas que salen al en
cuentro de sus ansias de transformaciones polfticas o sociales, de
mejorta de nivel de vida, de libertad y otros que normalmente sir
van de base a la subversn;
— la posibilidad de difusi6n de esas ideas por la prensa, el cine, la
radio, la televisi&, etc0
— y la dificultad de sofocar brutalmente cualquier manifestacin de
la pobIacin contra su gobierno por las repercusiones que ello tie
ne en la opinin pblica mundial o por la influencia que esa opi—
nin tiene en la polrticainterna de cualquier pai.

Si añadimos a estas dos razones —potencia devastadora de las armas


nucleares y las mayores posibilidades de acci6n psicolgica-.. la polftica imperia
lista llevada a efecto por el bloque comunista, tendremos las tres causas fundamen
tales de la gran importancia del problema do la guerra subversiva.

Para los militares, el inters del estudio de los conflictos subversi


vos reside todavra en el hecho de que no puede obtenerse una solucin a estos —
conf lictos solamente por la acc ion de las fuerzas armados, siendo por tanto —
preciso argumentar contra todos aquellos que pretendan conseguirla de esa for
ma, esto es, que pretendan descargar sobre las referidas fuerzas una resporisa—
Wlidad de la que &tas no pueden hacerse cargo.

2. Justffiase asf, la redaccn y difusn de esta gura, cuya finalidad no es la de


establecer definitivamente una doctrina bsica de empleo de las fuerzas milita
res en la guerra subversiva sino nicamente, contribuyendo a esa labor, la de
proporcionar a los mandos de las pequeñas unidades de las Armas y de los Servi
dos, un manual que los oriente en el cumplimiento de las misiones que se les —
puedan confiar en este tipo de guerra.

Atendiendo a esa finalidad se pretendi, en primer lugar, reunir


en un nico con lunto y balo subtttulo coman los elementos m& importantes rela
tivos a todos los aspectos que estasmisiones pueden presentar, esto es, tanto el
aspecto operativo del combate contra bandas armadas y guerrillas como los que
se refieren a la contribucin de las citadas unidades en los campos icolgico
y social, en el control de la poblaci&i y en el apoyo a las autoridades civiles.
Se reconoce sin embargo que esta solucin puede no ser la ideal, puesto que ¡ni
plica a algunos do los asuntos a tratar, no exclusivos de la guerra subversiva, no
—3—

se les puedeconceder la amplitud que se les dedicarfa si no estuviesensupedita—


dos al referido trtulo coman.

En segundolugar se ha procuradotratar las dilferenfescuestiones—


de forma que la gura tenga aplicacin en cualquier situaci& de la guerrasub
versiva. Sin embargo, dada la importancia que reviste para nosotrosia actual
lucha contra la subversin en los territorios de ultramar, se ha juzgado necesa
rio descendera pormenoressolamentevalidos para esosterritorios, pus de otra
forma no serra pbk salir del tmbito do la generaUdadessin ¡nter& pr&tico
inmed ¡ato.

Para ciertos asuntosse ha descendidorealmente a pormenoresde —


ejecucfn que tal vez parezcanexcesivos, Peroatendiendo a la naturaleza do
aquellos y al hechode que muchosde ellos se presentabancon caracteres nue
vos, se ¡uzg estaforma de proceder como la ms indicada4

Estos pormenores,sin embargo, no deben tomarsecomo recetasde


aplicacin rfgida, sino como ejemplosde formasde procederque debern adap—
tarse a las circunstanciassiemprequesea necesario. Comodijo Rommel:‘ Una
vez que haya adquirido un salido conocimento de los principios bsicos, todo —
of ¡c ial cuyo esprrituseasuficientementeobjetivo y lgico, es capaz de aportar
por su propia experiencia, la mayor parte de los ptrrnenoresde aplicacin, ga
rantizando cst que su libertad de refkxin se mantiene intacta8.

Finalmente,se ha procuradotambin respetar los reglamentosy ma


nuales en vigor para la guerra convencional, especialmenteen lo que respecta
a la nomenclaturaestablecida en ellos, cuando resulta de aplicacin. Porotra
parte es evidente que esta gufa no puededispensardel conocimientode los mis
mos, especialmentede aquellosque se refieran a la t&tica de pequeíícsunida
des y a! empleo de las armasy otros medios.

Por el contrario, no se cbordarin aqut los temasde car&ter t&ni’—


co, que por .serlo entran en el mbito exclusivo de un Arma o Servicio, a cu
yas Jefaturas competesu difusi&, aunque muchosde ellos tengan actualmente—
una importancia enormepara las unidadesen operacionesde ultramar, como tam
poco se incluirn los elementosque interesennicamente a un determinadosec
tor de actividades o a un tipo especflico do unidades. Consecuentemente, las
indicaciones do esta gura tendrn que completarsecon manualesa elaborar por
las referidas Jefaturasy por ¡nstrucciones,guiones, normasde actuaci& perma
nente, etc., a difundir por los Cuarteles Generales y MandosMilitares, relati
vas a las situacionesque se presentenen cada territorio.

3. En la redaccin de estagufa, se han utilizado como basefundamental:

ci) Algunos textos inglesesy francesesbasadosen la experiencia de —


—4—
años de lucha difícil contra la subversin en territorios de ultra’
mar)

b) Las enseñanzasrecogidasdurante cerca de dos añosde campaña


en el norte de Angola, enseñanzastanto mis valiosas cuanto que
son resultado de nuestra propia experiencia con los escasosme
dios do que se disponeen un ambiente físicoy humanoque nos—
es propio.

A pesarde ello, la experiencia de futuras Operacionesdemostra—


r sin duda que algunosde los principios y procedimientosestablecidosen aque
Ita lucha estn equivocadosy qie otros puntosdeben ampliarse.

4. Estagufa est formada por 5 voImenes, cada uno do los cuales trata de los a—
suntos indicadosen su tflulo respectivo:

1 —GENERALIDADES
II -OPERACIONESCONTRA BANDASARMADASY GUERRI
LLAS,
III -ACCION PSICOLOGICA
IV - APOYO A LASAUTORIDADES CiVILES
y - ADMINISTRAC ION Y LOGISTICA.

Se pretendecompletar este conlunto con un sexto volumen, aun


que independiente del tftulo general de los otros, sobro “APOYO AEREO”.

5. En el volumen 1, que constituye una ¡ntroduccin a los restantes,se pretende —

dar una idea general de la guerra subversivaen todos susaspectos, como medio
de establecerel cuadro en que se cumplen las misionesde las fuerzas militares
en este tipo de guerra.

Esta articulado en dos capftulos:

El primero—GuerraSubversivo- comienza por la definicin de s—


ta y trata a continuacin de susrelaciones con la guerra revoluconaric, fasesy
formas de acciSn de la subversin y ccracferfstkas masdestacadasque presente
aquella guerra.

El segundo—Luchacontra la subversicn— trata de los principios —


generales que deben orientar esa lucha, susfinalidades y formasde accin y —
ciertos aspectosparticulares que puedepresentaren ultramar, terminando por
presentar las misionesde las fuerzas militares en la referida lucha, cada una —
de las cualesse trata en los volGmenessiguientes.
-5.-

Como primera tentativa de una nomenclatura reglamentaria, fun


damental parad establecimientodo una unidad de doctrina, se reuni6, como
anexo del Vol. 1, una copilacin de las expresionesprincipales empleadasen
el manual junto con sussignificados, tendiendo a eliminar confusionesentre —
t&minos parecidc3y a evitar la adjudicaci3n de varios nombreso expresiones
a un mismoconcepto.

— — a — — —
CAPITULO1

GUERRASUBVERSIVA

SeccjnA - DEFINICION DE LA GUERRASUBVERSIVA.

1. Guerra subversivaes una “lucha librada en el interior de un territorio dado, por


una parte de sushabtantes —apoyados o no desdeel exferkr— contra las autorida
des establecidasde derecho o de hecho, con la finalidad de arrebatarlesel man
do del territorio o paralizar, al menos,su acci&i.

2. Se trata por lo tanto de una lucha:

— llevada a cabo por una partede la poblaci& de un territorio ciadoy


no por las fuerzas armadasde otro pats;

— apoyada o no desdeel exterior, suponela posibilidad de apoyo (ayu


da o refuerzos) por parte de otro u otros paises;

— contra las autoridadesde derecho o de hechoestablecidasen el te—


riltorio referido; esto es: contra autoridadeslegaleso contra autori
dades de ocupacitSn;

— para eRminarlaso paralizar su accin o sea, para conseguiruna al—


teraciSn de la situacin existente.

3. Son innumerablesa travésde los tiempos, los ejemplosde guerrassubversivas:


la lucha de Viriato contra las fuerzas romanasde ocupacin, la revoluci6n fran
cesa, la guerra de la independenciaamericana, la lucha de la poblacin ib&
rica contra las fuerzas napole&icas, la revuelta irlandesa, la implantaci& del
rgfmen comunistaen China, etc. Como ejemplosms recientes puedencitarse
las insurreccionesen Grecia, Creta, Malasia, Indochina, Madagascar,Kenia,
Argelia y Cuba.

La definicicn establecida engloborealmente una variedad muygran


de de conflictos bien diferenciados.

4. En primer lugar, aquella parte de la poblac& que lleva a cabo una guerrasub
versiva, puederecibir o no, apoyo desdeel exterior. Si no lo recibe, estague
rra tondr un carcter estrictamentenacional, interno, dirigida hacia un obje—
—7—
tivo limitado. En casode recibir dicho apoyo, alcanzare una extensn mucho
mayor y suobjetivo podr ser el mismode una guerra propiamentedicha, es
una guerra totalmente fomentadadesdeel exterior puede Constituiruna forma de
agresín de un pats a otro. En estecaso hay que destacar la accin subversiva
en la retaguardiadel enemigoconducidade acuerdo con las operacionesmilita
res para facilitar astas.

En segundolugar, y siguiendo con la referida definicin, una guerra


subversiva puede llevarse a efecto contra las autoridades legales o contra las de
ocupacin. En el primer caso, tendr un car&ter de revuelta interna, normal
mente con aspectospoirticoso sociales. En segundo, tendr el car&ter de re
sistencia nacional contra un enemigoexterno, muydiferente del anterior.

5. Porotro lado, aunqueno se establezca en la definicin de la guerra subversiva


su diferenciccin en cuanto a las causasy en cuanto a los objetivos propuestos,
en ella se podrra distinguir: -

— en cuanto a las causas:guerrasde car&ter sockil, religioso y racial;

— en cuanto a los objetivos: guerraspara la liberaci& de un territorio,


para la conquista del poder, para la obtencin de simplesventajasso
cicles,
etc.

6. Paracomprendermejorladefinicin de laguerra subversiva, conviene anaUzar


el significado de otras expresionesempleadasactualmentecon muchafrecuencia
y que a pesarde no ser sinnimas de guerra subversiva, se ias confunde a veces
con asta. Estasexpresionesson, entre otras: guerra psicolgica, guerra de gue
rrillas, guerra ideolgfca, guerra frtc, guerra insurreccional, guerra civil, y,
en especial, guerra revolucionaria.

7. El concepto de ‘guerra psicolgica”, esta ligado a los mediosy procesosutiliza


dos. Esuna lucha llevada a cabo por un conjunto de mediosy procedimientos—
que tienen por fin influenciar las opiniones, los sentimientosy las creencias—
de los hombres—poblacin, autoridadesy fuerzas armadas— y por tanto, susacti
tudes y comportamiento. Tiene puesun car&ter restrngido, ¡dntico al de gue
rra de gaseso al de guerra econmica, por ejemplo. Sin embargopor los me
dios que utiliza escomana todos los tipos de guerra convencional, nuclear o
subversiva.

Las razonesde su confusin con una guerra subversivaresiden en el


hecho de que una guerra psicolcgica encuentra en asta un campode accin ideal
y la de que una guerra subversva no puedeconducirsesin accin psicolgica.Pe
ro en realidad no esms que uno de losprecesos seguidos parallevar
a cabouna
guerra subversiva.
—8—

8. El concepto de “guerra de guerrillas” esta ligado igualmente a los rnedks y pro


cesos utilizados y, tiene por tanto, corno en el caso de la guerra psicolgica,un
carcter restringido. Es una guerra realizada por fuerzas de organzacin y ca—
ractertsticas especiales, muy ligeras, dispersas y clandestinas, contra las fuerzas
que controlan un territorio dados Tiene igualmente aplicacin en todos los tipos
d guerra. Las razones de su confusiSn con la guerra subversiva son las mismas—
que ya se apuntaron para la guerra icolgica, pero, como asta, no pasa de ser
uno de los procedimientos seguidos para llevarla a efecto.

9. En una u guerra idecloguca ,u los dos adversarios luchan por •ideologias opuestas

o por lo menos uno de ellos lucha por una ideologfa. La expresin esta ligada
por tanto a la causa del conflicto y no expresa sino una caractertstica que pue
de referirse a cualquier tipo de guerra —convencional, nuclear o subversiva—y
que realmente tiende a comprender cada vez ms o todas las guerras. En la rea
lidad cualquier guerra subversiva tendr car&ter ideolgico, como se vera, pe
ro, te&camente una guerra subversiva puede ser o no ideolgica.

10. La expresion
•# II
guerra fria se refiere a un periodo de la lucha

entre dos paises o
conjunto de pafses,durante el cual no se desarrollan operaciones militares, si
no, nicamente, acciones çcolgicas, econmicas u otras de carcter similar.
El concepto de guerra frra se opone, por lo tanto, al concepto clisico de gue
rra.

Como se vera ms adelante, en el caso de una guerra subversiva fo


mentada desde el exterior por un pats enemigo, sus primeras fases podrn corisi—
derarse dentro del periodo de guerra frta, En realidad el concepto de guerra —
subversiva no tiene nada que ver con el de guerra frta.

11 • La expresion u guerra insurreccional


• • • II •
designa una lucha armada de caracter poh
tico, llevada a cabo en un determinado parscontra el Estado. En ciertos aspec
tos este concepto es por lo tanto mas amplio que el de guerra subversiva (una
guerra insurreccional no se lleva a cabo exclusivamente por la poblacin civil
como la subversiva); en otros por el contrario es ms restringido (una guerra —
subversiva puede no tener car&ter polttico, ni dirigirse contra el Estado sino
contra autoridades de ocupacin). Ast pues, ciertas guerras insurrocionales —
sern subversivas y otras no, ciertas guerras subversivas sern insurreccionales
y otras no.

Uno de los ejemplos ms caracteriflcos de la guerra insurreccional


es la guerra de España conducida contra el gobierno legal pero con fuerzas mi
litares organizadas y siguiendo los moldes de una guerra convencional..

12, La expresin zguerra civil” designa para unos una lucha armada entre partidos
de un mismo pcrsy tiene por lo tanto el mismo carcter que la anterior (la gue
rra de España se la reconoce muchas veces como la 11GuerraCivil de España”);
—9—

segn otros por el contrario caracteriza una guerra insurreccional llevada a efec
to por la poblacin civil. Si se admite esta condicin restrictiva, se deducir
que todc las guerras civiles caen en el concepto de guerra subversiva, pero no
todas tas guerras subversivas, como es evidente, pueden corisiderarse dentro del
concepto de guerra cvfl0

13. Como resumen de esta comparacin de expresiones, pueden sacarse las conclusio
nes siguientes:

a, Guerra psicol6gica y guerra de guerrillas: corresponden a conceptos


ligados a los medios y procedimientos de lucha empleados, utilizables
tanto en guerra convencional o nuclear como en guerra subversiva; —
con relaci6n a asta n son sino dos de las formas de accf6n a emplear
para llevarla a efecto

b. Guerra ¡deolgica: corresponde a un concepto ligado a la causa del


conflicto; no es sino una caracteristica que una guerra subversiva pue
de presentar.

c. Guerra frfa: corresponde a un concepto ligado a la ausencia de lucha


armada; nada tiene realmente que ver con la guerra subversiva;

d. Guerra insurrecional y guerra civil: corresponden a conceptos ligados,


en especial, a la idea de lucha interna, tal como lo es la guerra sub
versiva; pero esta tiene una definicion precisa que no se alusta a las
de aquellas dos expresiones, las cuales por tanto, no la pueden subs—
t itu ir.

SeccinB - GUERRA SUBVERSIVA Y GUERRA REVOLUCIONARIA.

14. El concepto de guerra revolucionaria fu expuesto por primera vez por Marx y

detallado despus. sucesivamente por Lenin, Trotsky, Stalin y Mao—Ts—Tung,

entre otros. Tiene simultneamente dos significados:

— guerra total, llevada a efecto por los paies comunistas, con el fin de

mplcntar el comunismo en todas las nacione

— doctrina establecida para dirigir esta guerra.

Comparndola con la guerra subversiva, se deduce que una guerra re

volucioncxrfa, de este tipo, puede ser:

— llevada a cabo en el interior de un territorio;


— los..

— por una parte de su poblacin;

— apoyada y reforzada desdeel exterior;

— contra las autoridadesestablecidas;

— para paralizar la accin de estas.

Pero, subrayamosque la dcfinicin de guerra revolucionaria esta m&


caracterizada en tres aspectos

— en la doctrina seguida por los elementosque la dirigen;

— en los objetivos particulares a lorç

en los medks y procedimientosa emplear.

En cuanto a la doctrina: por lo que se refiere a la guerrasubversiva


puede conducirsede conformidadcon cualquier doctrina o incluso sin ninguna
mientras que la guerra revolucionario se rige por una doctrina propia, rigurosa
mente establecida y constantementemejorada por la experiencia.

En cuanto a los objetivos: la definici& de guerrosubversivano fija


cuales son los objetivos particulares a atender mientrasque la guerra revoluco—
noria tiene, por el contrario, objetivos perfectamentedefinidos: establecer el
rgimen comunistaen el territorio en cuestin y convertir toda su poblacin a
este sistemasocial.

En cuanto a los mediosy procedimientos: stos pueden, en la guerra


revolucionaria, ser todos, sin ninguna excepcin. Lostipos de guerra propiamen
te dichos, ya sea con mediosconvencionaleso nucleares, o bien comoguerra —
subversiva, son considerados,por lo tanto, como procesosa emplearen la gue
rra revolucionario.

15. Quiere decirse: que mientrasuna guerra revolucionaria engloboa las guerras—
subversivas, no todas las guerrassubversivaspuedenser incluidas en el concep—
to de guerra revolucionaria, esto es, ser conducidassegúnla doctrina marxista—
leninista con la finalidad de implantar el comunismo.

De hecho, la revuelta rnstigada
.
por Occidente
II •
en un pais satelite
¡1

de la U.R.S.S., la resistencia de un patsoccidental ocupadopor fuerzasdel —


bloque sovitico y, de una manerageneral, la subversin en la retaguardiadel
enemigo ligada a operacionesmilitares convencknaks son ejemplosclaros de
guerra revolucionaria.
— 11 —

Con todo, los guerrassubversivasque interesa realmenteestudiar sona


quel las que se integran en el concepto de guerra revolucionaria.

16. Segn las teorfas marxistas—leninistas,


no hay guerrasrevolucionarias sino una —
Gnica guerra revolucionaria, que comenz con la revolucin rusa de 1917, y ter
minare con la ¡mplantacin del comunismoen todo el mundo.

La guerra revolucionaria es, asf, permanente, lo que significa que,


para el bloque comunistano existen ni tienen sentido los conceptosoccidentales
de guerra y de paz, puestoque ambosson aspectosde una mismalucha sin tre
gua.

La guerrarevolucionaria es por lo tanto “total’, en el verdaderosen


tido de la palabra, y “universal”. Estotal, en cuanto a su finalidad aunque—
no sea en su campode accfn, puesse proponetransformara toda la humanidad
por la destruccin de todo cuanto se opongaal comunismo,utilizando para eso
todos los mediosy todos los procedimientosposibles. Esuniversal, porquese —
lleva a cabo actualmente en todo el mundo, de una forma cada voz m& inton
sas

Esto significa, para el bloque comunista, que procura llevar a efecto,


actualmente, en todos los pafes de Occidente y del “tercer mundo”, una guerra
revolucionaria; el aprovecharsepara ello de todas las situacionesque le deparen
esos paises.

Aderns, segGnlos teorfas expuestas, la subversin es la forma ms —


ventaÍosc de agresin de un pafsa otro y, por lo tanto, de conducir la guerra —
revolucionaria: reduce al mfnimo tos riesgosde un conflicto armadogeneraliza
do, siemprepasible; concreto en ci territorio del paísagredido las destrucciones
que esa agresitSnprovoca; y no exige ninguna modiffcacin aparente en las rda
cknas oficiales entre los dos paises, evitando al primero las posiblesconsecuen
cias deSr consideradocomo agresor.

17, Porotro parte, la U.R.S.S., como China, disponende una organizaci&’i de in


formacin, de propaganda,dé agitacin, de distribucin de fondosy otros,que
le permitendetectar las situacionesfavorables, estudiar la mejor formade apro
vecharlas y favorecerlas por todos los medks, del modom& conveniente, y que
pondr a disposici1Snde cualquier individuo, entidad u organismoque pretenda
iniciar una accin subversivaen cualquier país.

Aunque el bloque comunistano intervengadirectamente, cualquier


U jefe’t que pretendoconducir un movimientosubversivotendr, naturalmente, —
que estudiar primero la forma de llevarlo a cabo; para eso, tendr, con toda se
guridad, que bcisarseen la doctrina marxista—leninista,porque &ta es, si no la
—12—

Gnica, si la m& completa y expeilmentadaque exhte sobre el asunto.

18. Todoesto se justifka:

— por el enormepotencial, en todos los aspectos,de los estadoscomu


nistas y, en especial, de la U.R.S.S.

— por la existencia de partidos comunistasorganizadosen todos los pat


SCSI

— por la existencia de numerosasescuelasque “educan” conveniente


mente a elementoscaptadosen todo el mundo;

— por la facilidad actual de difusin de ideas entre la poblacin;

— por la atraccin que las ideascomunistasejercen sobre los pueblos—


menos civilizados y sobre las capasinferiores de las sociedadesm&
civil izadas1.

— por ci prestigio resultantede los xitos conseguidospor esospueblos


y capas ¡nferioresen muchospa(.ses,sin recurrir a la guerra propia
mente dicho0

19. Comoconclusfn, puededecirse: que si bien, te6ricamente, una guerra subver


siva puedeno ser revolucionaria, pr&ticamente la mayor parte de las guerras
subversivasque tknen lugar en el territorio de los patsesde Occidente o del
u u
tercer mundo seran, maso menos:

— conducidas segn las doctrinas marxistas—leninistas


sobre la guerra re
volucionaric.1

— aprovechadas
y favorecidaspor el bloquecomunista;

— terminadas, s no es por la ¡mplcrntacin de un rgmen comunsta,st


ci menospor una situacin polflica favorable a aquel bloque.

Se lustifica ast, lo que se ha dicho sobre que las uerras que interesa
estudiar son realmente aquellasque se identifican con la guerra revolucionaria.

Todo cuanto se expone en los p&rafos sguientes se apoya en esta —


idea.
-13-

Secci&C— FASESDE LA SUBVERS


ION.

20,. El estudio de la ya citada doctrina marxista—leninista sobre la guerra revolucio


nana y la historia de los ms recientes conflictos subversivos permite afirmar —
que una accin subversiva se efectuare en fases sucesivas, progresivamente,des
de una simple agitaci& hasta la violencia, desde la m& absoluta clandestini
dad hasta la lucha abierta casi con carcter de operaciones convencionales.

21, Es obvio que estas fases, que se presentaran sucesivamente, constituyen una —
preseritacin puramente esquem&ica, y sin un se?alado ¡nters did&tico. En
la pr&tica, todo se llevare a cabo sin saltos, esto es, sin lfmites definidos en
tre los referidas fases y muchas veces sin siquiera una relacitSn de consecuen
cia de los acontecimientos que estas fases presuponen.

Si, por eemplo, una subversin dispuso despus de su ¡niciacin


de una gran parte de la poblacfn, podre surgir por sorpresa en una determina
da rogin en una fase de desarrollo ya muy adelantada. De todos modos, pue
de suceder que en una de las partes de un territorio donde se produce una sub
versi&, se alcance una fase muy adelantada (la 42 por eemplo) antes que en
otras partos consiga pasar o la 12 29 Conviene por tanto subrayar que la —
experiencia ha demostrado que cuando una fase se acorta demasiado para an
ticipar el paso a otra m& adelantada, los resultados son malos.

Por otra parte es evidente que una guerra subversiva salo llegara
a las ltimas fases si las autoridades establecidas en el territorio en cuesti&
no tienen fuerza para detener la subversi6n. Muchas veces, estas autoridades
podr&i conseguir al menos que una subversin que ya alcanza una fase deter
minada se vea obligada a retrotrcierse a una fase anterior.

22. Las 5 fases en que es costumbre considerar esquematizada la evoluci& normal


de una ciccin subversiva son las siguientes:

19. Preparccin de la subversicSn:fase preparatoria.

22. Creacin de un ambiente subversivo: fase de agitaci&.

39. Consolidaci6n de la organizacin subversiva: fase do terrorismo y


de guerrilla.

49. Formacin de “bases” y de fuerzas pseudo—regulares:fase de “Es


tado Subversivo”.

59. lnsurreccin general: fase final, de guerra propiamente dicha.


23. La primera es una fase de secreto, por lo menos en un principio. La occin sub
versiva no se manifiesta y muchas veces, salo se sabre que se ¡nc cuando se
comprueben sus resultados.

En esta fase, una organizacin subversiva comprendcr solamente


una droccion y algunos elementos de encuadramiento de la poblacion, de re—
coleccin de informaci&, de enlace y agitacin, que se van infiltrando en la
sociedad a subvertir.

Es una fase de b&queda de informaciones para seleccionar las ideas


a difundir como justificacin de la subversin y del establecimiento de un cm—
brin de organizaci& polflico—administrativa que deber encuadrar ms tarde
toda la poblacin del territork a subvertir. En ella se ¡nciar despus la di—
fusin de las ideas referidas por una propaganda insidiosa y por agitadores con
el fin de despertar y agrupar los sentimientos de la poblaci6n contra las autori
dades establecidas.

24. La segunda es una fase todavra clandestina, pero ya no secreta. Los elementos
subversivos se mantienen en la clandestinidad, pero sus acciones se manifiestan.
En esta fase , se melora y refuerza la organizacin polflico administrativa, se
consolidan los sistemas de ¡nformaci&i, de enlace y de agitacin y se inicia el
terrorismo. Con todos estos elementos, apoyndose especialmente en una inten
sa propaganda, conducida en todos los campas y por todos los medios, dirigida
tanto a las autoridades establecidas y a la poblaci6n del territorio en cuestin
como a la opinin pública mundial, las subversin procura:

— aumentar la agitacn de la poblacin, fomentando perturbaciones


del orden (manifestaciones de masas, huelgas, motines, etc.);

— captcl adeptos en la poblacin y crear en &ta un clima de terror;

todo dirIgido a:

— crear dificultades a la accin do las autoridades establecidas y a


fijar algunas fuerzas de orden, y

— obtener progresivamente un apoyo cada vez mayor voluntario o for


zado, de esa pob!acin.

La subversin surge, no salo ante la referida pob1acin sino ante


la opinin publica mundial, como un problema grave que es necesario dar so—
lucin.

25. En la tercera fase se intensifican las acciones vklentas. El tentr!snlogra to


do su desenvolvimiento y las guerrillas, o por lo menos, las bandas armadas,
— 15 —

inician sus actividades. La organizacin polflico—administraflva se completo


de manera que abarque todo el territorio y encuadre toda su poblacin. Esta
fose es decisiva, pues en ella se produce e1 desequilibrio de La poblacin a
favor de la subversin. Se crean durante la Fase tales dfkultades a las auto
ridades establecidas y las fuerzas de mantenimiento del orden, que ser posi
ble conseguir que, en ciertas zonas, el control territorial pase a la organiza—
cn subversiva.

26. Conseguido esto, la subversin entra en la cuarta fase caracterizada por la —


creacion de u basesti (en aquellas zonas en las que la subversion tiene supe
rioridad sobre las fuerzas del orden) y por la organizacin de fuerzas pseudo—
regulares en esas mismas bases.

En una de las refcldas bases o en el extranjero, puede establecer


o
se un gobierno rebelde, dando lugar a la aparicion del tiEstado subversivo11
,

27. Finalmente, en la quinta fase, una vez montada y consoUdada la mqufna sub
versivci, se pone en actividad un conjunto de fuerzas armados que puede cons
tituir un verdadero ej&cito rebelde. Apoy&dose en las boses creadas, estas
fuerzas procuran conseguir, progresivamente el control de todo el territorio,
obtener la total adhesin de lo poblaci&i y obligar de este modo, a las auto
ridades establecidas a capitukr.

28, Resulta, por tanto, que en esta Lucha entre una organizacin subversiva y las
autoridades establecidas , La balanza se inclina hacia stas en la primera y se
gunda Fases, se equUbra en la tercera (pero precisamente en su ¡niciacf&) y
se inclino claramente al lado de la organizacin subversiva en la cuarta y quin
ta

Consecuentemente, el esfuerzo a realizar por las referidas autori


dades para restablecer la situacin fendr que ser tanto mayor cuanto mas ade
lantada sea la fase en que se encuentre la subversi&i; y que, de cualquier mo
do, este esfuerzo tendr que ser muy grande a partir del momento en que la —
subversin entre decididamente en la tercera fase. El tiempo trabaja siempre
a favor de la subversin,

Qukre esto decir que para restablecer una sifuacin en una regn
donde so haya desencadenado una accin subversiva debe hacerse todo lo posi
ble para evitar que asta alcance el aspecto de lucha violenta que caracteriza
a la fase tercera y la siguiente.

29. Realmente, hay ciertas diferencias entre los conjuntos de la primera y segunda
fases por un lado y de las restantes por otro, bien en los aspectos que presenta
la subversin y en las fuerzas que utiliza, bien enlqs medidas consecuentes a
tomar por las autoridades establecidas en la lucha contra esta subversiSn.
— 16 —

Basndose en ello, ciertos autores, designando como t1tiempos” lo


que en los prrafos anteriores hemos llamado “fases”, consideran que la subver
sin presenta fundamentalmente dos fases:

12. Fase pro—insurreccknal o de agitacin, que comprende dos tiem


pos (12 y 22) correspondientes a las dos primerasfases anterior
mente presentadas.

22. Fase insurreccional o de insurreccin que comprende tres tiempos


(32, 42 y 59) correspondientes a las tres ltimas fases presenta
das.

Para el estudio de la lucha contra la subversin es preferible esta


nueva esquematizacfn, que difiere de la primera exclusivamente en la fornen
datura empleada.

SeccinD— FORMAS DE ACC ION DE LA SUBVERS


ION0

30. La subversi&, conforme se puede deducir de lo expuesto en los p&rafos ante


riores, utiliza acciones numerosas y muy diferenciadas para alcanzar sus ob—
¡etivos.

Estas diferentes acciones, convenientemente dosificadas y combi


nadas en funcin de la evoIucin do la situacn y en especial de las fluctua
ciones del apoyo de la pobIacin, pueden clasificarse en:

— acciones clandestinas;

— acciones psicolgicas;

— acciones violentas.

Acciones clandestinas

31. Las acciones clandestinas tienen por finalidad e1 montar una organizacin po
lmco—adm;nistraHva y posteriormente militar que encuadre una poblacin en
la totalidad del territorio a subvertir por un sistema de “jerarqufas paralelas”
y de un conjunto de redes de informacn, de enlace (estafetas), de agito—
cian, de cbtencin de fondos, do apoyo logfstico, etc,, destinadas a captar
esta poblacin, o, por lo menos, a llevarla a prestar auxilio, a fomentar per
tubaciones del orden y a permitir en el futuro la actuacin de bandas armadas
y guerrillas.
— 17—

El montajede estasredes, inffltradas en la poblackSn, constituye el


primer acto de cualquier subversin, Lasredesdebenser especicUzadas,bien —
por su funci&- (¡nformac;n, agitacin, etc.) bien por el medioa que se desti
nan (grupos dirigentes, ambienteslaborales, universidades,ejrcfto, etc.) y los
individuos que las integran deben seleccionarserigurosamente,organizndofos en
pequoícasc(ulas, desconocidasentro sí.

Accionespsfcolgicas

32. Lasacciones psicohgicas tienen por finalidad actuar sobre la moral y la mentali
dad de los individuos de las colectividades y de las masastanto en el interior del
territorio como en el extranjero, en el sentido de ejercer influencia sobresusopi
niones, sentimientosy creencias, modificando en consecuencia,adecuadamente
sus actitudes y comportamiento ver punto 7).

Pueden tener r&ter insidioso, y por esto mismoms peligroso, por


llevarse a cabo sin que los elementosafectadosse perciban de los fines a conse
guir.

Estas acciones se llevan a cabo por medio de Jaimprenta, la radio,el


cine, la televisi6n, distribucin de panfletos u otras publicaciones, reuniones y
confcrorcics etc. asr como por bulos lanzadospor los agitadoresanteriormentemen
cionadc; y difundidos despus inconscientemente,por la propia pobJacin.

En el estadoactual de los mediosde comunicacin y de relacin, los


acciones psicolgicas constituyen de hecho uno de los elementosprincipales de —
cualquier conflicto, sea o no subversivo.

33. Segúnla teortamarxista—leninistael encuadramientode Ja poblacn, conseguido


por la organizacin polftico—cdministrativay las respectivasredesque se refiere
el p&rcfo 31, y la preparacin psicolgica de esa poblocin por las acciones a
que seacabo de aludir, constituyen las dos condicionesfundamentalespara que
una subversin sea posible.

Accionesviolentas

34. Lasacciones violentas puedenllevarso a efecto:

— por la pobiacicn: huelgas, reunionesilícitas, disturbios, sediciones;

— por terroristas: terrorismo;

— por elementosmilitarizados, ms o menosorganizados:accionesde sim


pies bandasarmcidas,guerrillas y fuerzas pseudo—regulares.
— 18—

35. Las primerasno son rigurosamenteaccionesviolentas, pero son susceptiblesde —


transformarseen ellas puesexigen la intervenci6n de las unidadesde mantenimien
to del orden que puedenser obladas a emplear la fuerza parasolucionarlas.

Sus resultadosprincipales son: aumentarla agitacin y el descontento


de la poblacin y paralizar ciertas actividades y servicios esencialesa la vida de
la colectividad.

36. El terrorismoes una de las &rmas masimportantesde accin subversivay tiene por
finalidad:

a. Crear en la poblacin un clima de terror que obligue a prestarapoyo


al adversarioo por lo menos,a no prestarauxilio a las autoridades.

b. Ponertrabas a ciertas actividadesy servicios esenciales, provocando


de este mododificultades a las autoridadesy a la poblacf&.

c. Suprimir a determinadosindividuos, que, por susfunciones y actitu


des perjudiquen ms la subversfn.

El terrorismose manifiesta por:

atentados, contra personas,individual o colectivamente;

— sabotale contra ks bienes, pcirflculareso colectivos (destruccin de


fuentes de encrgfa, mediosde transporte, fabricas, propiedades, co
sechas, etc.)

Y puedesér:

— sistemtico, estoes, dirigido contra la poblacin en general, con el


fin de provocar en ella una ctmsfera de terror que inducir a gran —
parte de las personasa procedera favor de la subversn;

— selectivo, esto es, dirigido contra determinadosindividuos o catego—


rras de individuos importantes, unosligados al poderestablecido,para
probar a la poblacin que la subversi& tiene suficiente fuerza para
actuar contra ese poder; otros, que pretendenresistrso o prestar el —
auxilio solicitado por la subvers!Sn,porquede este modose ven for
zados a facilitarlo (en este Gltimo caso, la accin do los terroristas
incide sobrepersonasde la familia y sobresusbenes y no directamen
te sobre los individuos que tienen que prestar la ayuda).

E! terrorismose lleva normalmentea efecto por elementosespecializa


dos, diluidos clandestinamenteentre la poblccin, y que actuan en gruposde efec
— 19 —

tivos muy reducidoso incluso aisladamente(terrorismo urbano). Muchas veces,


especialmenteen los medios rurales, no es posible la existencia de estos etomen—
tos en e! seno de la poblacn, por lo que tondrn que reunirse en pequeñas ban
das, viviendo en el monte (terrorismo rural).

37. Las bandas armadas y las guerrillas (la nica diferencia entre unas y otras es que
las segundas estn mejor organizadas, equipadas y disciplinadas) tienen por fina
lidad:

a. Dificultar ciertas actividades y servicios esenciales, creando en la


poblaci&, un clima de miedo con el terrorismo.

b. Actuar contra las fuerzas de mantenimiento del orden, no como obje


tivo directo sino paro obligarlas a dispersar sus unidades, reducir su
libertad de accin, fatigarkis, desacreditar sus posibilidades ante la
poblacin y desmoralizar a sus propios elementos,

En este último caso las referidas bandas y guerrillas actúan en peque


ños destacamentos por sorpresa y con gran rapidez (procurando no empeñar comba
te con las fuerzas del orden) esencklmentc por medio de:

— golpes de mano contra objetivos fiios (poblaciones, cuarteles, fuen


tes de energra, fabricas, etc.);

— emboscadas, contra objetivos mviles (pequeñas unidades fracciona


das, columnas de abastecimiento, militares o civiles, etc.);

— acciones de castigo, semejantes a las anteriores pero de menor enver


gadura y sin objetivo determinado, a veces ejecutadas solamente por
el fuego, destinadas a mantener un clima de inseguridad entre la po—
blacin y las fuerzas del orden,

38, Las fuerzas pseudo—regularesno son m& que una prolongaci&, de las guerrillas,
por aumento de efectivos y perfeccionamiento del equipo y de la organizacin,
lo que les permitir declarar su existencia y proclamar su preponderancia sobre
los elementos do mantenimiento del orden en ciertas zonas; en las que tambn
pueden mantener a la poblaciSn en obediencia hacia la subversiSn.

Las fuerzas pseudo—regulares, a medida que sus posibilidades lo per


miten, ¡rn ocupando zonas mal defendidas y donde la poblacin ya no ofrecer
resistencia seria a la subversin, aventurndose cada vez ms en el combate con
unidades mil¡tares, para destruirlas.

39. De lo que se dice en estos ltimos p&rafos se deduce que en su conjunto, las ban
— 20 —

das cirmadas,guerrillas y fuerzas pseudo-regulares no son m& que grados sucesivos


de una mismaforma de alcanzar determinadasfinalidades y que no se debe preten
der por ello establecer Itmites rgidos entro cada una de ellas y la siguiente.

40. En cuanto a sus finalidades, las formasde accn indicadasen los prrafos anterio
res tambien puedenclasificarse en:

a. Destrucflvas, que contribuyen a derrocar ¡a sociedadconstitui’daa fin


de permitir sutransformaci& posterior (“fntoxcacin” por las ideas,
desmoralizacion por el miedo, limpieza por la destruccion de ele
mentos favorables a las autoridadesestablecidas, etc.);

b. Constructivas, que contribuyen a la estructuracin de una nuevaso


ciedad (esencialmente, las que se refieren a ¡a formaci& de una or
ganizacion clandestina que encuadreuna poblacion hczciendose car
go de su adoctrinamiento).

SeccinE — CARACTERISTICAS
DE LA GUERRASUBVERSIVA.

Influenciadelapoblacin

41. La primeray tal vez ¡ci ms importantecaracterística a seFíalares que una guerra
subversiva es esencialmenteun problemade conquistade la poblacn o, en otras
palabras, un problemacuyo factor fundamentales la poblacin.

Para algunosautores, la poblaci6n es el medio (en el sentido de am


biente o de campode accin) en el que se lleva a cabo la subversin y tcmbin
el objetivo a conquistar y adem& uno de los modiosutilizados para lograr ese ob
¡etivo.

Sea o no ast, lo que escierto es que ninguna accin subversivaten—


dr posibilidad de xito si no consigue primeramenteel apoyo, voluntario o forza
do, consciente o inconscientede una parte numerosade la poblacin; y rectproca
mente, una vez conseguidoese apoyo, sus probabilidadesde xito son muygran
des,

Como dice Mao—Ts-Tung,“la poblacin es para el insurrecto lo mis


mo que el agua para el pez”.

42. Esteapoyo de la poblaci& es indispensablepara:

a. Justificar la finalidad de la subversin que tiene que presentarsesiem


pro como algo que esa poblaci&i desea;
— 21 —

b. Permitir la 1’vida de los agentessubversivos(informadores, agitado


ros, terroristas, recaudador de fondos, etc.) con un mTnimode segu
ridad y de apoyo logitico, en el territorio a subvertir;

c. Y principalmente, para que la propia poblaci& toma parte en la tu’-


cha y obtenga los resultados que solamente podrfan alcanzarse por la
accin exclusiva de tales agentes, siempre en numero reducido (no
so olvide que, por definicin, la guerra subversiva es una lucha Ile
vada a cabo por una parte de la poblacf&- (ver punto 1)

43. ¿Cmo se consigue ese apoyo de la poblaci&? En primer lugar, por el lanzamien
te de una idea—baseo idea—fuerza que traduzca una finaUdad, verdaderao apa
rente, del movimiento subversivo, esto es, que se presenteante la poblacn del
territorio en cuestin y ante la orinin pGbUcomundial, como la finalidad de ese
movimiento,

Esa idea es ci resultado de un cuidadosoestudio de la s!tuaci& en di


che territorio0 Puedetener un carcter nacionalista, racial, social, :p&Utico,
etc, Paradertos territorios ultramarinosbajo tutela de paiseseuropeos, por ejem
pie, esa idea puedeser la independenciao la autodeterminacin,

Pero, comose ha dicho, la referida fincUdad puedeser verdaderao


aparente; normakierite es apcíenfe. La verdadera finalidad ser por regla general
diferente y se mantendr secreta siempreque susprobabilidades de aceptccfn por
la poblacin del territorio en cuestin y por la opinin pb!ica mundial seanme
nores que las de la otra, Parael ejemplo citado, la verdaderafinalidad puede—
ser el establecimientode un rgimen favorable al comunismoo por lo menos, de
una stuacion caotica en la que sea masfacd la posterior implantacion de ese re—
gimen.

Esa idea—fuerza,una vez filada, se pregonapor todos los medios. Y


si desdeun principio se ha escogido bien —encaso contrario hay que escogerotra—
tendr como resultado infaUble, ¡ncUnar hacia el lado de la subversin una parte
de la opinin pública del referido territorio y de otros muchospaies.

44. Lanzadala idea—fuerza,hay que justificarla, esto es, demostrarque es justa y


que por lo tanto se imponepor si misma;en otras palabras, hay que colocar a las
autoridades del territorio a subvertir en el papel de tiranos y a u pobIacin —
en el papel de ‘oprimidos’t.

A este efecto, los agentesde ¡nformacin investigan cuidadosamente


todas las cQ’3asd descontentopopular de cualquier naturaleza, siempreexisten
tes en la sociedaddel territorio en cuestin, tales como: faltas de asistenciaso
cial o de instruccin, salarios bajos, impuestosinjustos, trabajo duro, represio—
— 22 —

nes de la poUcfa, venalidades de la administracin, diferencias acentuadas del


nivel de vida, etc0, ast como ciertos antagonismos raciales, polfticos, religio
sos u otros y asf mismo, determinados sentimientos o aspiracknes de esa pobla—
cfn. Y todo esto, despus de convenientemente relacionado y adaptado al fin
propuesto y dfunddo como ¡usflfcacin de la necesidad de subversin, por me
dio de una intensa propaganda —prensa, radio, panfletos, conferencias, etc.,—
dirigida igualmente a la poblacin y a la opfnin pGblica mundial.

Esas ideas pueden ser exageradas e incluso tergiversadas pero siem


pre tienen un fondo de verdad, por lo que no es posible evitar que tengan cier
ta acoptacin. Para faciUtar &ta, la poblacin se divide normalmente en sec
tores o grupos humanos, según crfterio çolítfoos, religiosos, profesionales, so
ciales u otros, y sobre cada uno de esos sectores se hacen incidir particularmen
te las ideas que presenten mayor rceptMdad. Segn se ha dicho, ic referida
propaganda es muchas veces ¡nsidiosa; esto es, conducida para despertar en la —
poblaci& ciertos deseos favorables a la subvorsLn pero disimulando estas inten
ciones y por otro lado, versare tambin sobre los xitos ya alcanzados en otros
pcrses por una subversin basada en ideas semelantes.

45 Despus de que la poblac!n es suficientemente madura” esta primera difu—


sien de ideas so prolonga por una accin incitando a la revuelta, esto es, a las
protestas, huelgas, motines, etc0, por medio no salo de la propaganda misma —
sinó tambin de los agitadores ya mencionados0 Esto es: primero sensibilizar y
convencer, despus incitar.

Esta agitacin de la pobIacin y las pertubaciones del orden a que


conduce se-presentan despus anta la opiniSn pbIica —siemprepor medio de la
propaganda— como prueba oc la razon de la subversion. Debe darse por descon
tado que los referkios a&tudores no se presentan nunca ante la poblaci& como
•agentes de la subversin, sino corno los elementos de dicha poblacn ms entu
siasmados por las ideas en cuestin.

46. Este e el sistema para llevar a la poblacin a adherirse voluntariamente a la sub


versiSn; pero hay otros no menos eficaces para obtener esta adhesin por la fuer
za. Sean como se menciona en la SecciiSn D, estas acciones violentas, fomenta
das entre la poblacin por los citados agitadores o llevadas a efecto por terroris
tas, bandas armados, guerrillas y fuerzas pseudo—regulares, teniendo como resul
tado que:

— por demostraciones de fuerza,

— por la desorganizacin producida,

— y principalmente por el miedo,


— 23 —

la poblaciSn se ve comprometida a prestar un apoyo cada vez mayor a la subver—


sion, oirectamente
1• o por lo menos negando cualquier colaboracion a las fuerzas

del orden0

47. La mayor gravedad de este aspecto del problema reside en el hecho de que por —

regla general, la subversin no trabaja por la mejora de la situacin de la pobkz


cicSn sino aparentemente.. En la realidad trabaja para otros fines ocultos, a ve
ces personales, y no tiene verdadero interes por la poblacion sino en la medida
en que ayude a sus fines y, como consecuencia, empleare todos los procedfmien
tos posibles para obligar a las autoridades ylas fuerzas de orden a tomar medidas
brutales de represin contra la poblacin, las que unas vez conocidas, le servi—
ran para confirmar las ideas difundidas y llevar a esa poblacion a apoyar la sub—
version.

En el caso, por ejemplo, del aprovechamiento del bajo nivel de edu


cacin y de las supersticiones arraigadas de las poblaciones ultramarinas, conven
ciendo o los nativos de que, usando determinado amuleto o tomando determinado
brebaje se volvern invulnerables a las armas de las fuerzas do orden. De esta for
ma se resstfrn a cualquier inflmacin de esas fuerzas que se vern obligadas a
tomar medidas violentas para resolver cualquier incidente por pequei’ioque sea.

48. De esta forma, la subvcrsin conseguir, como se dice, obtener el apoyo de ¡a


poblacin y, poco a poco, reclutar en ella los elementos acflvos que le son in
dispensables: los simpatizantes, los adheridos, y los militantes.

A los primeros se les aprovecha simplemente como fuentes de informa


cicn y de fondos, en gneros o en dinero, pero no se les ¡ntegra en la organiza—
cion subversiva.

A los adheridos, escogidos entre los simpatizantes que parezcan ms


firmes en sus convicciones y actitudes, se los incorporo a las “clulas” (ver pun
to 31) pero no desempeñan funciones de responsabilidad; contin&jn contribuyendo
econmicamente a la subversiSn y se les emplea como informadores, propagandis
tas, agentes de enlace, recaudadores de fondos, etc.

Los militantes, escogidos entre los adheridos que han dado mayores
pruebas do capacidad, son los componentes de las diversas escalas jer&qukas,
equipas de terrorismo y unidades militares.

Influenciadelexterior

49. Una segunda caracterfstica fundamental de la guerra subversva es la de que asta


no puede circunscribfrse al territorio en que se desarrolle, como su dofinicin po
cina inducfr a creer, Por el Contrario, la guerra subversiva:
— 24—

— recibe siempre influencia exterior,

— esta casi siempre fomentada, dirigida y sostenida desde el exterior.

50. En realidad, cualquiera que sea la naturaleza de una subversin, suscausasy fi


nalidades, dadaslas mayores posibilidadesde las comunicacionesactuales y e! ni
ve! educacionall ms alto do los pueblos, resultara ¡nfaflblemente que el mundo
se interesare por el asunto una vez que la subversin inicie su propaganday por
lo tanto, que la opinin pblica de numerosos paies extraPios al territorio en —
cuestin o incluso ciertos organismos oficiales y particulares de esos pcfses se lii
cUnen a favor de uno de los dos partidos. Como consecuencia se formaran fuer
zas externas que inFluenciaran el conflicto de una forma ms o menosacentuada.

Esta influencia externa ser tanto m& favorable a la subversin cuan


to masjustas parezcan a los ojos del mundo las ideascon las que ella pretenda —
justificar su ccci6n y cuanto menos justa, por tanto, parezca la causa defendida
por las autoridades establecidas.

Una vez que los dirigentes subversivos, bien informados de la t&nica


revolucionaria, hayan tenido el cuidado inicial de escoger o presentar una causa
como justa, aunque segn se ha dicho sea falsa, se conseguir que existan siem
pre fuerzas externas importantes favorables a la subversin

51. Ademas, si un movimiento subversivo tuviera los mismos objetivos que otros ante
riores que ya obtuvieron resultados favorables en otros pai’seso que se identifican
con la polfticade ctros paies, &tos le prcstarn todo su apoyo abiertamente,que
es lo que sucede por parte de los pases afrkanos recientemente formados, por
lo que se refiere a la subversin en otros territorios del mismo continente todavi’a
no independientes, y de una manera general por parte de todos los pates llamados
anticolon ¡a listas

52. Por otro lado, repitiendo lo que se menciona en los ptrrafos 16 y 17, el bloque co
munisto tender a aprovecharse por todos los medios y procedimientos de todos los
conflictos que surjan en cualquier pats de Occidente o del “tercer mundo”, para
apoyarlos e impulsarlos, si ya 1e fueran favorables o, en caso contrario, para des
viarlos en el sentido que le convengaa Por medio de sus &ganas de informacin y
de los partidos comunistas nacionales, el referido bloque podre detectar cualquier
movimiento subversivo incluso con anterioridad a que las autoridades locales se
aperciban de l y presentarse inmediatamente como su aliado, sea cual fuere la
naturaleza de ese movimiento, siempre que exista alguna posibifldad de aprove
charlo en su beneficio. Inmedictamente, por medio de su propia propaganda de
agitadores formados en sus numerosas escuelas, de ia ayuda financiera, del sumi
nistro de armas y de otras muchas maneras, procurare conducirla en la forma que
ms le ¡nterese
— 25 —

53. Finalmente, es obvio que la propki subversin procurare por todos los mediosel
mayor apoyo exterior que le sea posible, puestoque ello contribur grandemen-’
te a animar a suspartidarios, para captar la poblacin y, en trmfnos generales,
para aumentarsu prestigio e incluso para croar dificultados a las autoridadeses
tablecidas y desmoralizara los partidarios y fuerzas de sfas.

Este apoyose obtiene no s!o por la propaganda,cornoya se ha Vis


to, sino principalmente por mediode representantesen los patses amigosy neu
tros y de agentesen los pafseshostfles, que actan sobre los dirigentes y Ja pobla
cian do esospatses, directamente o por intermedio de organzacknes y movimien
tos existentesen ellos.

Se concreto en:

— presionesextraneras de todo orden (oficiales y de opinicn pública)


sobre el poderestablecido, incitando a negociar con la subversin;

— ayuda material a los rebeldesen dinero, equipo, personalespecfaU—


zado, cuerpos de voluntarios, etc.

54. Por otra parte, dadaslas extensasy eficaces organizacionespoliciacas de que hoy
dra disponen todos los patses, resulta muy diftcil y arriesgado para cualquier enti
dad u organismoque pretenda llevar a efecto un movimientosubversivoen un te
rritorio dado, el fnstalarseen ste desdeun principio. Normalmentetendr que
iniciar susactividades desdeun emplazamientoexterior.

55. Paraconcluir: por regla general, una gran parte de las fuerzasque impulsanun mo
vimiento subversivo en un territorio dado, tienen su origen fuera de ste.

Complejidadesdelaguerrasubversiva

56. La tercera y ltima caracterítíca fundamentalde la guerrasubversivaessu enor


me complejidad, consecuenciano salo de las otras caractertfcas anteriormente
citadas, sino tambien:

— del car&ter clandestino del enemigo, que muchasveces no se sabesi


quiera quien es;

— de la diversidad de mediosy procedimientosutilizados por l, que son


todos cuantos puedenimaginarso;

— do tratarse de una guerra en superficie en el verdaderosentido de la


oxpresin y no de una guerra con frentes y retaguardia.

La guerrasubversivaes realmente, tanto desdeel punto de vsta mili


— 26 —

tar como desdecualquier otro, totalmente diferente de la guerra convencknal.

57. En cuanto al car&tor clandestinodel enemigo: resulta evidente que1 atendiendo


a la naturaleza de las acciones que pretende llevar a cabo y a la hostilidad, por
lo menos¡nidal, de! medio en que ha de vivir, ese enemigoestaobligado a ac
tuar subrepticiamente, para no serdescubkrto y destruido antes de lograr tos fi
nos que se propone, De aht nace la dificultad de su localfzaci&, netraulíza-.
cian y dostruccin,

58. En cuanto a los mediosy procedimientos:estosson como se ha dicho todos cuanto


se puede imaginar, Puedanser o no insidiosos, clandestinosy violentos; de natu
raleza moral, econ5mfcao militar; aplicados en el interior o en el exterfordel fa
rrftorio; puedendfrigirse a los adultoso a los venes, a los hombreso a las muje
res,a los adeptoso a los enemigos, a los intelectuales o al pueblo, a la ¡nteligen
cia o a la ¡norancia, a la civiliacin o a la barbarie, etc. etc Fundamental
mente lo que resulta m& interesanteresaltar sobreeste aspectoes:

— la gran diversidad de los mediosy procedimientosutilizados;

— el car&ter de intrigo de muchosde ellos;

— y su adaptacin, siemprecuidadosaa las Circunstanciasde lugar y


momentos.

59, En cuanto a la caracterrstica de guerra en superficie, al contrario de la guerra


convencional, la guerra subversivacomienza, de una forma clandestina, en va
rios puntosdispersospara extendersem& tarde como una manchade aceito sobre
todo eJ territorio, Se trata por tanto de una guerra en la que los dos adversarios
se encuentrenno frente e frente, sino mezcladoso yustapuestossobreun medio
tan sensiblecomo lo es la poblacisn, Lasdificultades que se deriven de estasi
tuacf& son evidentes4
CAPITULOU

LUCHACONTRALASUBVERSIQN

Secc inA— PR!NC 1PlC .) E LA CON TRA—S


U BVERS
ION

1 • En una guerra subversiva, cornoen otra cualquiera, luchan dos adversarios:uno,


que procurasubvertir y otro, que tendr que luchar contra estasubversión, Esque
matizado en el c’pÍulo anterior el procedimientodel primero, se tratare ensegui
da de los fines alcanzar y de las formasde acci& a utilizar por el segundo.Pa

ra ello se ex;-ndr6n primeramente,como consecuenciade las caracteriticas fun


dumentales de la guerra subversiva, mencionadasen el referido capulo, los prin
cipios generalesque deben orientar esta lucha contra la subversi6n.

2 De la :1hierc de estascaracteriticas —eltratorse esencialmentede un problema


de conquisto de la poblacin Cap 1, p&rcfo 41 y siguientes)— se deduce que la
luchacontralasubversinesunaluchapor”lapoblacinynuncacontra”
(primer principio).

As corno la subversZ&no tiene posibilidadesde xio si no logra el


apoyo de una gran parto de la poblaci&, tampoco la lucha contra la subversin
tendr esasposibilidadessi no se conduce en el sentido de ¡mpedfrque ¡a referi
da poblacin se deje convencer por la propaganday por los agitadoressubvers
vos o si ello se hubiere conseguidoya, en el sentido de volver a disponerla a fa
vor de las autordados establecidas0

3. Este principio es fundamentalporquedemuestraque esta condenadaal fracaso—


cualquier accin de car&ter represivo ejercida contra la pobkicín en general.

Si las ideasdifundidas por la subversiSnse han escogidobien y tie


nen un fondo de verdad —yes de suponerque la tengan puestoque en la sociedad
moderna-haysiempreantagonismos,descontentos,aspiracionesy sentimientos a
explotar— dichas ideastenden a demostrarque las autoridadesestablecidasy sus
fuerzas de orden tienen paracon la pcblacin ciertas actitudes y toman ciertas
medidas contrarias a la justicia, la moral, las libertades individuales y los dere
chos del hombre. Y si esasautoridades, para suprimir la subversin se limitan a
aprehender, herir y matar a elementosdo la pob!acicn que se manifiestan, harn
el juego al enemigo, esto es, proporcionaranpruebasde que las ideasdifundidas
xr la subversin son verdaderamentereales y justas. El fracaso asf estagaran
tizado,
— 28

4. Por ejemplo: consideremos un territorio cualquiera de ultramar que pertenezc a


un pcfs europeo; supongamos que fu lanzada al mundo la idea de la emancipe.. --

cian de este territorio y que en una regin dada del referido territorio, una com—
pañtc de explotaci*n minera o agrtcolc obliga a los nativos a trabajar en las mi
nas o en los campos pcgndoles mal, obligndoIes a comprar en establecimientos
propios de la empresa y a precios abusivos todo cuanto necesitan para vivir, sin
prestarlninguna asistencia mdica, social o educativa; supongamos tambin que
agentes subversivos bastndcse en estos hechos que ya fueron previamente objeto
de propaganda, consiguen llevar a unos centenares de trabajadores a protestar, -

simplemente a protestar0 Es obvio que si la nica medida tomada por las autori
dades fuera la de enviar una unidad de policta o militar a la referida regin pa
ra obligar a los nativos a volver al trabajo en las mismascondiciones, e incluso
para detener, herir o matar a algunos de los ms recalcitrantes, esta medida con
ducir infaliblemente a la agravacin futura de la situacin, pues probare la rc
zn de la tentativa de subyersfn0 Podre sofocarse temporalmente la revuelta por
el terror pero ¡ncrementar el deseo de reanudarlo lo antes posible.

5. Como ya se ha dicho (Cap. 1, p&rafo 4?), la mayor gravedad de esto aspecto del
problema reside en el hecho de que la ubversfn sclo se preocupa por la pable—
cian en tanto que la situacfn conduzca a la consecucin de sus finos. En conse
cuenda, se servfr de todos los modios para obligar a las autoridades a tomar me
dldcs brutales de represin contra esa poblaci& separ&dola, cada vez ms pror
fundamente, de aqul las0

6 Como corolario de este primer principio de lucha contra la subversfn, se deduce


que la poblacin, ¡ncluso cuando esta ya inclinada en gran parte hacia aquella
tendencia, nunca debe considercjrse comotboflcmigotsen el estudlo do la situacin

La pcblacin es el medio, el ambiente, en el cual se trabe la lucha


entre las autoridades establecidas y ¡a subversin. Tiene pues en un estudio de
sítuccin do guerra subversiva, un ccr&ter semejante al del “terreno” en el es
tudio de la sftuaciSn de una guerra convencional0 Es lo que se pretende defen
der o reconquistar y no lo que se procura repeler, aprisionar o destruir (1),

7. Un segundo principio general de la lucha contra la subversfn consecuencia de la


forma en que una organizacin subversiva procura obtener el apoyo de la pobla—
cfn (Capa 1, p&rafo 43 y siguientes), eseldequenoesposibleactuarcontra
lasubvcrsj&,solamenteconfuerzasdiametralmenteopuestas0 Por el contra1a
deemplearfuerzascoincidentesquetenganporfindesviarlas de fa subversicn

(1) Naturalmente esta comparaci&,, como tal, no es perfecta. Mientras que el


terreno es un medio insensible a las fluctuaciones de la lucha que se trabe so
bre l, la poblacin es, por el contrario, muy ¡nfluenciable por estas fluctua
c iones
— 29 —

rebatiendo las ideasporsu propagandacon ideasverdaderasy constantementede


mostradas, bien que, como aquellas, favorezcan los anhelosdespertadosen la po
placi&i y que asr lleven a asta a colocare poco a poco y voluntariamentedel la
do de las autoridadesestablecidas.

Volviendo al ejemplo del p&rafo 4, habr que reprimir, sin duda,


los amotinamientosde los trabajadores, pero tambin habr que obligar a la corn
parita a mejorar las condiciones de trabajo y de vida de su personalhastadonde
la justicia y fa morallocxijane

La Gnicaaccf6ndiametralmente opuesta a lasubversi& es laque ha


de ejecutarse contraterroristas,partidasarrnadas,guerrillas y fuerzas
pseudo—re
guiares; estoes,contra loselementossubversivoscuya funcf& es obligar alpue
blo a prestarlesapoyo o a que combatanpor lasarmascontra delor
lasfuerzas
den.

8. En Ici realidad, la lucha contra la subversi& tiene que adoptar procedimientos—


idnflcos a los del enemigo; presentary difundir una idea base; justificar esa idea
probando que las afirmacionesde la subversi& son falsas, establecer finaUdades
a alcanzar por el bien cornn y demostrarla preocupaci& de lograrlascon real i
zac ionesconcretas y consfantes,

9. El tercer principio general de la lucha conha la subversfn, consecuenciaobvia


de las anteriores tal vez la m& importantedesdeel punto de vista militar, puede
Concretarseen laslineas siguientes:

a La lucha contra la subversin no puede llevarse a efecto exclusiva


mente por las fuerzas militares0

b. Porel contrario, estasfuerzas no deben representarsino una pequeña


parte de los mediosa empLar en esa lucha.

c, Hay que emplear tambin en la referida lucha muchasotras medidas


de orden polflico, social, econmico, icolgico, cultural, reli
gioso, etc Subordinndose todas ellas al primer principio presenta
do de que la lucha contra la subversfn es una lucha por el pueblo
y nunca contra &te0

10. Comocorolario de este tercer principio general, ahora en un mbito militar res
tringido, se deduce que las fuerzasarmcdasno deben emplearsesolamente contra
el verdaderoenemfgo-esto es, en la dostrucci& de terroristas, pcirfldas, guerri’
Ilas y fuerzas pseudo—regularesy en la proteccin de ¡a pcbkcin y de las ins
fltucfones contra esosmismosekmentos. Porel contrario, deben colaborar tam
bin en otros terrenos, dando a la poblacin cierta asistencia con susm&licos y
capellanes, administrandojusticia o instruccin, proporcionandoalimentosy me
— 30 —

dicinas, incrementando la moral con su presencia y el xito de las operaciones,


etcQ, ostcomo, en caso necesario, asegurandoel funcionamientode ciertos ser
vicios esencialesdesorganizadosy auxflcndo a las autoridadesy a susfuerzas
de policras en las autoridadesque las competen.

Cierto es que en las fasesms adelantadasde la subversin en las


que los terroristas, las guerriUasy las fuerzas pseudo—reaular alcanzan un al-’
fo desarrollo, se destaca la importancia de la accin militar, Pero incluso en
estas fases, la referida accin no puede ser exclusiva nf reducirse a combatir
aquellos elementos0

11. Einalmn y todavra como resultado de la primera caracterfjca señaladapara


la guerra subversivaes evidente que enlaluchacontralasubversines¡ndis—
pensabk un conocimiento detallado delapoblcci6nentodossusaspectos:ra
zas,lenguas,religiones,densidad,distribucj3n,organizaci6nsocial,costum
bres,condicionesdevida,antagonismos,sentimientos,aspiraciones,etc,;—
cuarto principios

Por esto, en los escalonesms elevados, tanto militares como polt—


ticos, presentaun relieve especial el estudio del “medio humanou (Vol, III ¡
Cap.V1, Soc. B) como basefundamentaldo cualquier decísin a tomar sobre la
forma de conducir la referida lucha0

12. Comoconsecuenciad0 la segundacaracterrsflca de la guerra subversiva—nopo


der circunscrfbirse al territorio en que se desarrolla (Cap. 1, p&rafó 49 y si
guientes )—se deducenotros cuantos principios generalesrelativos a la lucha —
contra la subversin, estosprincipios son los siguientes;

a, Cuandosehaceunestudiodesifuacjndeuerrasubvejiva,esto
es,unestudioparadeducirlaformaenquesedebeconducirla
luchacontralasubversinqueseempiezaaperfilarenunterrT
riodado,nopuedelimitarseo!estudioaesteterritorio:quinto—
principio.Hayqueirmslejos,buscandolosverdaderos ortgenes
de esa subversi5ny de todas las fuerzas que intervienen en ella
De no hacerlo ast, so cometer un gran error do muy gravescons
cuencia en el futuro, puestoque, limitando el referido estudioal
territorio en cuestkn obviamentese deducirn posibilidadesdel —
enemigo inferiores a las que poseerealmente y, en consecuencia,
so adoptaran modalidadesde accin, de efectos insuficientes;

b. Paralucharcontraunasubversinenunterritoriodadononospode
moslimitaraactuarenelinteriordeeseterritorio:Sextoprincipio.
Es precisotambin actuar fuera de l, por medio de la diplomacia,
el espionaje, la propaganda, la economta, etc,, astcomo por oc—
— 31 —

ciones ms concretas llevadas a efecto por elementos especiales que


neutralicen ciertos organismos o determinados individuos, u sea, por
representantes y agentes tal como lo hace ¡a subversfn No siendo
así, el origen de &ta, perrncnecer& inclume y podre por tanto con
tinuar e incluso incrementar sus cctividades

c Por lo dicho, enlaluchaadesarrollarenel¡nteriordelferrtoro,


revistenprimordialimportancialasmedidasdepolicíaymilitares
destinadasacumplirunafnterdiccf6neficazdelasfronteras, es
toes,aimpediroporlomenos,adificultartaayudadepersonaly
materialquelosrebeldesrecibandelexterior:Septirnoprincipio,

13,. De la tercera y !tirna caracteritica de la guerra subversiva su gran complei—


dad, consecuencia especialmente del car&ter clandestino de la organizacfn sub
versiva, de la diversidad de medios y procedimientos empleados por esta y de la
ytaposicin en toda la superfkie del territorio a pacificar, de esa organizacjn
de las fuerzas de orden y de la poblaciSn (Cap. 1, p&rafo 56 y siguientes), se de
ducen aderns los siguientes principks orientadores de la lucha contra la subver—
sion:

a0 ini ortancia de la ¡nformccjn consecuente necesidad de un Servi


ciodelnformacinsuficientemontedesarrolladoyadaptado,sine
cuallareferidaluchaseconduciríaaciegasyporlotantocones
casasprobabilidadesdeéxito,puestoquelasdecisioneserr6neas
quesecorree!riesgodetomarsernmuchasyasí sereconocería—
cuandosesufrieransusmalosresultados: Octavo principio.

b0 Necesidaddeadoptarlamismadiversidaddemediosyprocedimien
tosdeluchaquelasuhversinydeadeptarlosconvenientementea
las circunstancias de esasituaciónymomento:Novenoprincipio.

c Necesidaddedisponerdeunadensidaddemediosdeobtenci&ide
informes,deseguridadydefensa,deacciSnofensivaydeayudade
todaespecie,calculadaporzonasynoporfrentes,homogneaen
todoelterritorioapacificarynodecrecientedelfrentealareto-.
guardia: Dcimo principio.

14. La importancia del servicio de informaci&i se intensifica por k necesidad ya ci


tada (p&rafo 11) de un conocimiento detallado de la poblaci&i, puesto que le
compete, como es evidente, el obtener y difundir todos los datos posibles sobre
este importante factor,

El referido servicio debe tener por base los organismos policiales y


administrativos locales que ms tntimarnentc se mantienen en contacto con la po

b!acin porque precisamentesobre&ta debe hacersela bsqueda de elementos,


bien sea sobreel enemigoo sobre el medio humano. Suorganizacion desborda
por lo tanto el ambito militar.

15. Resumiendo¡o que se expone en los p&rafos anterioressobre los principios gene
rales de lucha contra la subversin puedenperfilarse las siguientesconclusiones:

a Comoconsecuenciade que una guerrasubversivaes esencialmente


un problemade conquistade la poblaci6n o, en otras palabras, un
problema cuyo factor fundamentales ¡a poblacin

1. La lucha contra la subversin es una lucha por la pobla—


cin y nunca contra ella, ya que asta no constituye el —
enemigo, sino el mediodonde se actúa y como tal debe
ser estudiada0

2, No es posible actuar contra la subversin solamentecon


fuerzas diametralmenteopuestasa las de ella0

3. La lucha contra la subversin no puede llevarse a efectos


exclusivamente por ¡asfuerzas miRtaresy astasno deben
actuar en la referida lucha S!o por fas armas0

40 Es indispensable,disponer para la mismade un conocimien


todetallado de la pob!aci6n,

b, Comoconsecuenciade que una guerra subversivaesta siempreinfluen


ciada y casi siemprefomentada, dirigida y mantenidadesdeel exte
rior:

1, En la lucha contra la subversiSnno se puedetener en —


cuenta exclusivamenteel enemigo interno.

2. En esta lucha no se puedeactuar nicamento en el inte


rior del territorio en cuestn0

3 En la lucha a desarrollar en el interior de este territorio,


tiene importancia primordial la interdicci’n ‘e las fronte
ras.

c, Como consecuenciade que una guerra subversiva essiempreun pro


blema de gran compleifdad, principalmente por el car&ter clandes
tino del enemigo, por la diversidad de mediosy procedimientosem—
ploados por el mismoy porquese encuentramuy difundida en super
ficie:
—33”

1. La importancia de la ¡nformachSn es muy grande en la lu


cha contra la suoverson.

2. Debe actuarsecontra la subversi& con la mismadiversi


dad de mediosy procedimientosque aplica aqulla,siern
pre conveniente adoptadosa las circunstancias.

3. Los mediosa empecr tienen que ser calculados y dispues


tos por zonasy no por frentes.

16. Adem&de estosprincipios, hay que subrayarel ya mencionadoen el Cap. l,p


rrafo 28, de que, para restablecer la situacin en una regi& donde haya sido —

desencadenadauna accn subversiva,debo hacersetodo para evitar que adquie


ra el aspectode lucha violenta. En otras palabras, la lucha contra la subver—
sien debe ser iniciada y conducida a fondo lo m& pronto posible, puestoque es
mucho ms fcil evitar el desenvolvimientodc un movienfosubversivodurante
su fase inicial que despus de estar bien organizado.

SeccinB - FINALIDADES Y FORMAS DE ACCION DE LA CONTRA-SUBVERS


ION

17.. Enunciadoslos principios generalespor los cualesse deber orientar la lucha con
tra la subversi&, se procuraahora concretar en que consistecqulIa, esto es, —

cuales son susfinalidades y como podrn alcanzarse&tas,

18. La lucha contra la subversin puede presentardos aspectosdiferentes:

— Evitar la subversi&.

— Reprimir la subversi’5n

Como es evidente:

— Evtar, en cuanto ic subversin no se manifiestecon graves pertur—


backnes del orden.

— Reprimir, cuando se manifestecon acciones violentas.

Unicamente con e1fin de esquematizary recordando las fasesy tiem


pos presentadosen el Cap. 1, p&rafo 29, se subrayala conclusin de que: se —

tratare de evitar mientrasque la subvcrsin se mantengaen la fase profnsurrec—


cional, esto es, mientrasno haya sobrepasadoci 22 tiempo y do reprimir si la
subversin ha entrado en el 3or, tiempo, o sea, en la fase insurreccional.
- 34

19. En cualquier caso, la lucha contra la subversin tiene por fin, esencialmente:

o. Convencero reconquistarel apoyo de la poblacin.

b. Mantenero restablecer un control efecflvo de todo el territorio, o


sea, asegurar:

— el libre ejercicio ¿e funciones por lasautoridades


estable
cids;

— el funconamiento d los instituciones y do los servicks;

— la salvaguardiade las personasy los bienes,

c, Conseguirci apoyode los dirigentes y de la opinin pública de cier—


tcs parses.

20. ¿Como se podrn alcanzar estasfinalidades? Con relaciSn a la ltima, ya se di


jo en el p&rafo 12 b comose debe proceder. Encuanto a las restantes,se con—
seguiran mediante medidasque neutralicen todas las acciones llevadas a efecto
por el enemgo para organizar y dcsarrollcr la subversion.

Teniendo en cuenta estasacciones clandestincs, psicolgicas y vio—


entas — Cap. 1, p&rafo 30) y la forma en que se conducen, se deducfr f&ilmen
te que en la lucha contra la subversin:

a. Hay que neutralizar la organizacin polftico—administrativadel ene—


migo y susredesy por tanto:

— Detectar y destruir los elementos


de lasreferidas
redes;

— Asegurar el control do la poblacfn, por mediode una or—


ganizacin polttico—administratfva que k encuadr. per
fectomente (toda vez que esaorganizacn existe en cual
quier nacin civilizada, esto no exigir medidasespecia:
les sin en las regionesen que la densidadde las autorida
des administrativasy susfuerzas de orden sean muy peque
rías, o donde la subversin haya obtenido un control terri
torial efectivo, en las que habr por tanto que reforzar o
restablecer la referida organizacin, primeromilitar y des
pus civilmente).

b. Hay que neutralizarla accitSnpsicolSgicade la subversfn, actuan


do sobre la poblacin y sobre la opinin pblfca mundial de modosi
milar, con el fin de:
II. 35_

— rebatir las ideologfasdifundidas por el enemigo;

— conducir esa poblacin y esa opini& en un sentido favo


rable a las autoridadesestablecidas,

c0 Hay que neutralizar las acciones violentas de la subversf6n, esto es:

— destruir los elementosenemigosque las pretendenllevar


a efecto;

— proteger las instituciones, los servicios, las personasy sus


bienes confra estosacciones0

21. Sin embargo, esto no es suficiente . Este rackcinio, a pesarde su lgfca, no


permite en la realidad deducir claramente todas las medidasa tomaren la lucha
contra la subversfn4

De hecho, en susacciones psicolgicas y de agitacin, la subver—


sin no tiene sino que hacer crfticas y promesas,ya que esto le bastarepara con
vencer o incitar al pueblo. Pero la lucha contra la subversin no puede limitar
se a eso, tambin tiene que hacer crrticcy promesas,rebatiendo las ideologfas
pregonadaspor el enemigopor medio de una accin psicolgíca semejantea la
de ste, pero apartede ste y principalmente, tiene que probar, por realizacio
nes a favor de la poblacin, la verdadde susafirmacionesy las ventolas de sus
fines0

Adem& de las medidasmencionadasen el p&rafo 20 hay, por lo tan


to, que llevar a cabo otras concretasde car&ter poiflico, administrativo, social,
econSmfco, financiero, etc, que sirvan de basea las acciones psicolgicas desen
cadenadas (p&rafo 7 y siguientes).

Esta es la principal diferencia de la lucha contra la subversiSn con


relacin a &ta. Y tal vez, la principal dificultad.

22. La lucha contra la subversin supone, consecuentemente,la ejecucin de un con


junto de medidasde gran diversidad, tales como:

polflico—administrativas, destinadas, especialmente,a encuadrara


la poblacin y a asegurarel funcionamiento de todas las activida
des esenciales;

— policiales y judiciales, dirigidas principalmente a la destruccin de


las redesde subversion;

— militares, de las que se tratare en la seccin D;


— o —

— psicoIgicas, cuya finalidad ya se ¡ndk

— sociales, llevadas a todos los campos: asistencia; lucha contra el de


sempleo; redistribucin de tierras; fomento de la cultura en los terri
totios subdesarrollados, dirigida a la elevacin del nivel de la pobTa
cien en ese campo; rehgion, etc0

— financieras y econmfcas, dosfinadas a fortalecer la sociedad estable


ckia , aumentando sus recursos y sus actividades y a debilitar la so
ciedad subversiva en formaclin (cambio de moneda, bloqueo de cier
tas zonas, control de la produccin y de la distribucin de ciertos —
arti°culos esenciales, fomento de la industria y de la agricultura,etc.)

23, Es evidente que un conjunto tal de medidas exige, para poder llevar a cabo efi
cazmente la referida lucha, una cuidadosa coordinaciSn en alto nivel que asegu
re la ¡ndspensable unidad de accin por parte de todos los sectores de activida
des que tengan que participar en ella.

Esto supondr:

a0 La existenck de un organismo encargado de ¡e concepcin, planea


miento y dfreccin superior do la maniobra antisubversiva en todos
los campos, ¡nciuyendo el militar0

b. El establecimiento riguroso del momento y de las condiciones en que


la direccin inicial, correspondiente a las autoridades civiles, debe
r pasar, si es necesario, a las autoridades militares0

c, En cualquier caso, que unas y otras colaboren francamente, en todos


los escalones y en todos los campos.

SeccinC— ASPECTOS PARTICULARES


EN ULTRAMAR

24, Como complemento de. estas observaciones generales sobre la lucha contra la sub
versin, interesa llamar la ctencín sobre ciertos aspectos particulares que puede
presentar cuando tenga lugar en territorios de ultramar.

Estos aspectos son consecuencia esencialmente:

— del clima,

— del terreno,

— de la poblacin,
37—

— de las dmensknes de esos territoros.

El clima es generalmente tropical o ecuatorial, alcanzando la lluvia,


la humedad y el calor valores mucho ms elevados que en los climas templados.

El terreno se caracteriza normalmente por una escasa red de comuni—


caciones, exigtidad de recursos locales de toda especie y, en especial, por una
vegetac in exhuberante,

En cuanto a la poblacin, los territorios ultramarinos se caracteri


zan casi siempre por una pequeñrsima densidad de habitantes civilizados y por
que los habitantes nativos, en mucho mayor nmero, poseen un nivel de ¡nstruc
cian muy bco y costumbres y creencias completamente diferentes de las euro
peas.

Finalmente, las dfmensknos de estos territorks son a veces muy gran


des.

25. De todo esto se derivan ciertas dificultades para la lucha contra la subversin —
. • •
que ¡ncaoiran especialmente en la organizacion, equipo, instruccicn, instalacion,
vida y combate de las fuerzas de orden, aspocf: ste del que se tratare en el
Vol0 II. Pero, aparte de ste, hay otros aspectos que considerar.

26. Uno de ellos resulta de la escasiima densidad de autoridades administrativas y


fuerzas policiales en los referidos territorios0 Por eso, grandes &eas pueden es
capar a una vigilancia eficaz de esas autoridades y fuerzas y, consecuenfemen
te, los elementos subversivos podrn trabajar’ en ellas a la poblacin sin nin
guna oposicin inicial. La subversin, por tanto, puede surgir en ciertas regio
nes de esos territorios en una fase gravemente avanzada y para luchar con ella
se hace necesario montar inmediatamente despus de la ocupacin militar, una
organizacin que encuadre a la poblacin civil (p&rafo 20 a.).

27. Otro aspecto resulta de que la poblacin nativa es mucho ms f&ilmente influen
ciabk especialmente por certas ideas que a los europeos les parecerfan pueriles
o insensatas, pero que pueden alcanzar buenos resultados si se eligen bien y se
difunden por los medios ms adecuados (por los hechiceros, por ejemplo). Esto
se traduce en la gran dificultad, que supone para las autoridades establecidas,
rebatir esas ideas e incrementar la importancia del cuidadoso estudio de esa po
blacn. (Ver prrafo 11). El desconocimiento de ciertas costumbres y creen
cias locales puede dar lugar a grandes errores en la lucha contra la subvrsin
mientras que, por el contrario, su conocimiento puede aconselar a las fuerzas
de orden algunos procedimientos muy eficaces.

28. Un tercer aspecto, todavfa m& importante, resulta de la existencia en esos te—
nitorios de dos poblaciones de caracterfsflcas, intereses y aspiraciones comple—
—38—

tamente diferente: la blanca, tntimamente ligada a las autoridades establecidas


y la nativa, que es la nica que la subversin pretender captar, normalmente.
El conflicto puede por ello transformarse en una lucha racial entre una y otra,
si la primera no llega a comprender que realmente, por su propia conveniencia,
tiene que luchar por la pobIacin nativa y no contra ella. Es evidente que el
combate al terrorismo y otras accknes violentas tienen que realizarse con ener—
gfa, en especial cuando se manifiestan por matanzas contra la poblacin blanca;
pero ha do hacerse contra los verdaderos autores de ese terrorismo y no contra la
poblacin nativa en general. Eso serte, como ya se dijo en el rrafo 3, hacer
el juego al enemigo y contribuirfa a agravar ms el conflicto.

Lo que es m& grave es que (a propia subversin procura, la mayor


parte de las veces, acentuar lo m posible y por todos los medios este aspecto.
que el conflicto puede tomar, Por lo dems, explotar la diferencia de razas no
es diftcil porque esa diferencia se traduce realmente en ciertos antagonismos la
tentes que es fcil despertar y agravar. Por ejemplo, promoviendo el ataque a
aldeas de nativos por agentes blancos mercenarios y present&,dolo despus como
obra do la poblacin europea, o convenciendo a asta de que las acciones violen
tas practicadas por algunos rebeldes representa una revuelta de toda la poblaci,
nativa.

SeccfnD — MISIONESDELASFUERZAS
MiLITARES
EN LA CONTRA-SUBVERSIQN

29, Presentados anterkrmente los aspectos m& salientes de la guerra subversiva y de


la lucha contra la subversin, se tratare en esta última seccin de las misiones
de las fuerzas militares en la refer:da lucha,

30. Para empezar, conviene volver a repetir (ver prrafo 9 y 10):

a. La lucha contra la subversin no puede llevarse a buen t&mino por


la sola intervenci&i de las fuerzas militares, exigiendo por el cono
trario una convergencia de esfuerzos en todos los campos: poiflico,
psico Ig ico, social, econmico, etc.;

b. Las fuerzas militares


e en su esfera de accion, .#no deben limitcrse
e. a
actuar exclusivamente por las armas, sino tambien en otros campos
en que sus posibilidades lo permitan.

31. Como se dice en el p&rafol8,Ia lucha contra la subversin puede tomar dos as
pectos: el de evitarla y el de reprimirla.
— 39 —

Paraevitarlasubvorsin0

32. En cuanto a la posibflk!ad de evitar la subversn, el problema del mantenimien


to del orden tiene exclusivamente un car&ter polt’fico, en el sentido lato de la
palabra, policial y psicolgko. En realidad, conocindose las posibilidades de
la organízacin subversiva en la fase pre—insurreccfonal, se saca en consecuen
cia que el referido problema consiste en la conquista smult&ea de dos objeti
vos:

12. lmpedir que la poblacin se deje influenciar por la propaganda y por


los agentes subversivos y que las instituciones y los servicios sean a—
fectados por stos;

22, Destruir la organizacin poIflicoadministrativa de la subversi& y


sus redes.

33. Para lograr lo primero, hay que, sirnultneamente con un control efectivo de la
poblacLon:

a, Demostrar, por medio de acciones psicolgicas y del establecimien


to de medidas concretas de todo orden que las ideologfas subversivas
nc tienen fundamento ni razn do ser y que por e! contrario, es apo
yando a tas autoridades establecidas como la poblacin disfrutare de
mayores ventajas.

b. Defender las personas y los bienes contra los agentes subversivos en


caso de no consegwr 1la elIm!naclon
, 1. •
ce estos.

c. Salvaguardar el funcionamiento de las instituciones y de los servicios,

34, Para lograr lo segundo, hay que:

a. Localizar Ja referida organizacin y sus redes, como medio de cono


cer a sus componentes y si es posible, los nombres de los de mayor —
responsabilidad.

b. Neutralizar a estos componentes por medio de redadas, golpes de ma


no, etc, y de una acci& judicial en&gica y legal. —

c. Actuar p6icolgicamente para desacreditar a la organfzacin y a sus


objetivos y fraccionar y captar a sus elementos.

35. En esta fase, por tanto, no parece que las fuerzas militares puedan tener un papo!
preponderante a desempeñar. En la realidad, mientras las perturbaciones de orden
— 40 —

no sean muygraves, todas las medidasa tomar deben, en principio, sercompeten


cia de las autoridadesciviles y la acciSn militar debe reducirseesencialmente a
apoyar a estasautoridadescuandosea necesario: misin de apoyo a las autorida
des civiles:

En este aspecto, las fuerzas mUltares a:


podr& serllamadas

a. Ayudar la accin de policí’a, reforz6ndola o trabajando en coopero—


cian con ellas, en especial en la dispersiSnde manifestacionespopu
lares, motinesy sediciones, en la ejecucin de redadas, en ¡a vigi
lancia de las comunicaciones, en la guardia de puntossensibles,etc.

b, Guarnecerelementospara asegurarel mantenimientode los servicios


esenciales a la vida de la nackn.

36. En las regiones en ¡asque las autoridadesadministrativasy las fuerzas policiales,


por su pequePadensidado por otras razones, resultaseninsuficientes para garan
tizar el indispensablecontrol de la poblaci& (pirrafos 20 y 26) se podr dar a
las fuerzas militares la misin de efectuar este control, lo que constituye otra for
ma de apoyo a las referidasautoridades. Estoexigir, adem& de un probableau
mento de efectivos, la dispersi6nde unidadespor todaslas regiones a controlar
y el establecimiento de un cierto numerode medidas, tales como:

— control do los abastecimientospara impedir que vfveres, medicamen


tos y otros artrculos esencialespuedanpasara elementossubversivos;

— rcstricci6n de la circulación, limitndola , por ejemplo, en cada n


cleo de poblaci6n, a susinmediaciones;

— ¡mposiciSnobligatoria de rocogerse(retreta);

— control de armasy de mediosde transmisin y de transporte;

renovacin del censod poblaci6n, distribuyendodocumentosde iden


tfficacin (certificados de renovacin del censo) para todo el pueblo;

— concentracin en localidades previamentedispuestas(nuevosn&leos


de pobiacin), de las poblacionesrurales demasiadodispersas,permi
tiendo ast una reducciSn de los efectivos militares necesariospara go
rantizar su protecci& (reagrupccin de poblaciones)etc.

Es esencial en el establecimiento de estasmeddas, no olvidarse, tan


to en la actitud de las fuerzas que las imponencomoen los perjuicios que siempre
causan a la poblacin de que no son primitivas para esa poblacin, sino por el con
— 41 —

trario destinadas exclusivamente a protegerla contra la accin de los agentes de la


subversicn. Por tanto, la actitud de las fuerzas que las imponen debe ser siempre
muy correcta reduciendo a lo indispensablelos perjuicios que causana la pobla—
clon.

37. Aparte de esto, las fuerzas militares tambfn podrn:

a. Actuar por su presencia, tranquilizando a la poblacin y sirviendo co


mo prevencin contra el desarrollo de la subversfn.

b. Contribuir, en la medida de susposibilidades, en el dominio psicol&


gico y, como complemento de este, enlo social, esto es, colaboran
do a la difusion de ideas en la pobloc ion y dando a este una cierta a—
sistencia con sus mdicos y capellanes, facilitando alimentos y medi
cinas, asr como alojcmknto, Gfl Ciertas emergencias,adminhtrando
justicia en caso de no haber otras autoridades para ello, proporcionan
do instrucciSn a los ni?os y adultos y aprovechandoen especial sus —
cuadros de milicias y ciertos especiaUstas,etc,: accin psico—social.

Parareprimirlasubversin

38. En la fase siguiente, esto es cuando las medidas de represi6n resulten necesarias,
la solucin de la lucha contra la subversin, mucho ms compleja, puede concre—
tarse en la expresi6n“pacificacin del territori&’, la cual exige, esencialmente,
la conquista simult&ea de tres objetivos:

12. Reconversin de la poblacin subvertida y restablecimiento de las ms


tituciones y de los servicios afectados,

22. Destrucci&i de la organizacin politico—administrativa de la subver—


sien y de sus redes

32. Destruccjn de las fuerzas militarizadas de la subversin (terroristas,


partidos, guerrillas y fuerzas pseudo—regulares).

La conquista de estos objetivos tiene que ser, segn ya se ha dicho,


simultnea. Es decir, que en ninguna de astas acciones se podrn obtener xitos
apreciables si al mismotiempo, no se logran xiksen las otras.

39. La reconquista de la poblacin y el restablecimiento de las instttucions y servi


cios tienen un aspecto semejante al primero de los objetivos mencionados en el—
prrafo 32, pero exigen, como es obvio, un ccntrol ms meticuloso de la pobla—
cian, una acci6n psicolgica ms intensa y el establecimiento de medidas ms se
veras,
— 42 —

Para la conquista de este obEetivo, corresponde a las fuerzas milita


res:

a Proteger a la poblacitn, de las acciones enemigas que tengan por fi


nalidad obligarla a adherrse a la subversin0

— materialmente, protcgindo!a eficazmente contra los te


rroristas, partidos y guerrillas;

— pskolgkamente, por el xito que obtengan en las accio


nes llevadas a efecto para la conquista de los otros dos ob
jetivos, en especial del 32.

b. Proteger igualmente a las instituciones y los servicios y contribuir con


elementos desflnados a asegurar su funcionamiento.

c. Ejercer en unin deJa poblaci6n una acc& psicolgica—sccial inten


sa, esto es: una accson psicologca y, en apoyo de esta, una accion
social.

d. Garantizar el control de la poblaci&i en donde ello no pueda hacer


se por las autoridades civiles y fuerzas de policfa.

40. La destruccn de la organizacicSn polftico—administrcflva de la subversi&i y de sus


redes continúa siendo, como en la fase anterior, un problema escnckjlmenfe poli
cial, judicial y pskolgico, pero dc mucha mayor dificultad en esta fase. Real
mente, las tres acciones necesarias para alcanzar este objetivo, indicadas en el —
pcrrafc 34 (focalizar, neutralizar y actuar psicolgicamente) presentan cierta fa
cilidad mientras la subversi& no haya alcanzado un gran desarrollo, pero son mu
cho ms diffciles de llevar a cabo cuando la poblacin esta ya en gran parte cap
tada por la subversf&i y no coopere por tanto, con los elementos encargados de di
rigir y ejecutar acciones.

En la conquista de este segundo objetivo, compete a las fuerzas mili


tares, esencialmente en apoyo de las autoridades civiles:

— dar a la poUcfa las ¡nformacioncs que obtenga

— ayudar a su accin, reforzndolc o trabajando en cooperacin con —

olla, segGn se menciontS en el p&rafo 35.

Ad ern& debern colaborar, ms o menos activamente en la acci&i


psicolgka sobre el adversario.
—43’.

41. La destruccin de las fuerzas milItarizadas de la subversfn, al contrario de lo ex


puesto para la conquista de los dos objetivos anterkrrnente considerados, compete
fundamentalmente a las fuerzas militares aunque a esta destruccin contribuyan —
grandemente la accin psicolSgica realizada sobre el adversario, el control de la
poblacin, etc. y stas acciones no sean llevadas a cabo exclushramente por las
fuerzas militares.

Por otro lodo hay que recordar que una de las referidas fuerzas de la
subversin, los terroristas, (Cap. 1, p&rafo 36), pueden:

a. Constituir una de las redes que integran la organizacin poirtico—ad


ministrativa de la subversn, como sucede normalmente en los medios
urbanos. En este caso, su destruccin esta englobada en las acciones
mencionadas en el p&rafo anterior y es por lo tanto, esencialmente,
un problema de policra.

b. O constituir bandas clandestinas, como sucede normalmente en los


medios rurales, En este caso, su destruccn se identifica con la de
cualquier otra partidc o guerrilla.

En Consecuencia, la destruccin de las fuerzas militarizadas de la sub


versin comprende, para las fuerzas militares, el combate contra:

— las bandas armados o partidas, bien tengan astas por finalidad el te


rrorismo o pretendan constituir un embrin de futuras guerrillas;

— las guerrillas;

— las fuerzas pseudo—regulares.

42. Este combate puede tomar evidentemente, des aspectos:

a. Defensivo, esto es, guardia de puntos sensibles, defensa de poblacio


nes, proteccin de comunicaciones, etc. (aspecto ya citado en las pri
meras lfneas del p&rafo 39).

b. Ofensivo, esto es, bsqueda, persecuchn y ataque de las referidas


partidas, guerrillas y fuerzas,

CONCLUS ION

43. De todo cuanto se dice en esta secci6n, se deduce que la fuerzas militares tienen,
en la lucha contra la subversin, tres misiones:
-44—

a. Combatir las bandasarmadas, las guerril las y las fuerzas pseudo—regu


lares, ejecutando operaciones militares defensivasy ofensivas,

b. Ejercer una accin psicolgica sobre el adversario y principalmente,


sobre la poblacin; sobre asta!tima, ser necesariorealizar adem&
una eficaz accin social contribuyendo asf directamente, dentro de
sus posibilidades, a conservaro reconquistarel apoyo de esta pobla—
clon.

c. Prestarapoyo a las autoridadesciviles, facilitndoles informaciones,


reforzando la acci6n de la policfa o actuandoen cooperacin con —
ella en el mantenimientodel orden, garantizando el control de la po
b1acin y asegurandoel mantenimientode los servicios esenciales—
cuando sea necesario,

Corno se mencion en la introducci&, los volúmenesII, III y IV de


esta gufa tratan respectivamentede estasmisiones.

44. El orden en que se han presentadola referidas misionesen el p&rafo anterior, no


preterde significar que la primera—combate con los elementosrebeldes—sea la
m& importante. Estaessin duda, la misi& rns espectacularde las fuerzas mili
tares y la que exe mayoresefectivos y m& profundasadaptacionesde las unida
des, por lo menoscuando las bandasarmadasy las guerrillas han alcanzado un
gran desarrollo y su destruccin tenga que hacersea toda costa. Se recordcrn,
para ustificar esta afirrnacin, dos p&rafos del Cap. 1:

Prrafo28: para restablecer la situacin en una rogin, debe hacer


se todo lo posible para evitar que la subversi&i cobre el aspecto de
una lucha violenta.

— Prrafo41: una guerra subversivaes, esencialmente, un problemade


conquista de la poblacin,

De ello se deduce que las medidasms importantesrelacionadas con


la lucha contra la subversin son aquellas que impiden:

— que se constituyan las bandasarmadas, las guerrillas y las fuerzas—


pseudo—regulares;

— que la poblccin resulte afectada por la accin subversiva.

Las fuerzas militares, en su participacin en aquella lucha, no pue


den substrcersea este principio.

Por otro lado, la experiencia ha demostradosiempreque la medida


— 45 —

ms eficaz contra las referidas bandas y guerrillas es negarlesel apoyo de la po—


blaci& (informaciones, vveres, medicamentos,reclutamknto de personal, apo
yo moral, etc.) sin el cual no podrfan subsistir.

Ded&ese por tanto que las misiones de mportancia ms destacadas


de las fuerzas militares en la lucha contra la subversfn son aquellas cuyo efec
to sea conservar o reconquistar ci apoyo de la poblacin, o sea, la accfn psi—
co—social y e! control de la pobiaci&i, en especial en los territorios de ultramar,
donde la densidad de las autoridades administrativas y las fuerzas de policta sea
muy reducida.

Este concepto es tanto ms de destacar cuanto que, ciertamente, los


elementos de las unidades militares, por deformaci&i profesional, tienen tenden
cia a preocupcirso exclusivamente de la referida misin de combate a las fuerzas
rebeldes, puesto que estas unidades estn organizadas, equipadas e instruidas es
pecialmente para cumplir misiones de oste tipo.

45. Entre las operaciones militares propiamente dichas, deben destacarse por su pri—
mordial importancia, no inferior a las misiones anteriormente mencionadas, los
operaciones de ¡nterdicci&i de fronteras (prrafo 12.c.) destinadas a evitar el
auxilio exterior a los rebeldes, esto es, a localizar y destruir sus cadenas de a—
bastecimiento en personal y material procedentes del exterior. Normalmente,
sin ese auxilio, las partidas y guerrillas no podrn subsistir y la referida ¡rtter—
diccon, do conseguirse eficazmento, seria decEslva.

— — — a — a
ANEXO

Significado de las expresiones ms ¡mportantesempleadasen la gufa.

Apertura (de un itinerario)

— Escalndeapertura: Primer escalSn de una columna empeiada en una accin de


penetracin en una regiSn que se pretende ocupar y que esta en poder de las fuer
zas subversivas0 Su misfn es aniquilar o rechazar los elementos rebeldes que pre
tendm oponerse a la progresfn de la columna, desembarazar el ¡tinerark de obs
trucciones, minas y trampas, preparar una desviacin de cursos de agua, cuando
sea necesario, y apoderarse de los puntos importantes que dominen el itinerario
referido hasta la llegada de fracciones de ta reserva (u otro escaln de la colum
na que los ocupen).

— Patrufladeapertura: Patrulla destacada por una unidad con la m5n de “protec


cí6n de un itinerario1’ para preceder, con la conveniente antelaci&i, a las colurn
nas que han de desplazarse por ese itinerario, y que tiene por finalidad inspeccio
noria, eliminar obstrucciones, desembarazarlo de cualquier mina o trampa existen
tos y, explorar sus inmediaciones para repeler cualquier rebel do emboscado (ver:
II
proteccion de itinerarios II ).•
A •# •
RccIonpsiCologica

Accin que consiste en la aplicacin do un ccn junto de diversas medidas, debida


mente coordinadas, destinadas a influenciar las opiniones, los sontimionos, las
creencias y por tanto las actitudes y el comportamiento de los medios amfgos,neu
tros y adversos, con la finalidad de fortalecer la decisi6n y el esptrftu combati
vo de los medios amigos; atraer la simpatfa activa de los medfcs neutros; aclarar
la opinin de unos y otros y dificultar la influencia enemiga sobre ellos; modifi
cando la actividad de los medios adversos en un sentido favorable a los objeti
ves a alcanzar.

Accicnpsfco—social

Acci& a ejercer sobre la pobtaci&n de un territorio donde se pretende llevar a—


efecto una lucha contra la subversin, conducida bajo dos aspectos —accfn psi—
colgica yaccfn social—; la segunda con la finalidad de apoyar a la primera —
(Ver: accion pslcologica y accion social ).
— 47 —

Accinsocial

Accin que consiste en la aplicación de un conjunto de medidas de car&ter a—


sistencial, debidamente coordinadas, que—mejorando las condiciones de vida de
la poblacin y elevando su nivel cultural— contribuyan a ganar la confianza de
esa poblacin y a inclinar favorablemente sus sentimientos. Tiene por finalidad
esencial el aguzar la sensibilidad de la poblacin para hacerla ms receptiva a
la accion juco!ogica0

Acciones clandestinas (de los rebeldes)

Acciones que tienen por finalidad el establecimiento: de una organizacin poir


fko—administrativa y posterormenfe militar que encuadre a la poblacfn en la
totalidad del territorio a subvertir y de un conjunto de redes de ¡nformacin, de
enlace (estafetas), de agitacin, de obtencin de fondos, de apoyo logtico,
etc., destinadas a captar esa poblacin o, por lo menos, a llevarla a prestar au
xilio, a fomentar perturbaciones de! orden y a permitir en el futuro la actuaci
de los bandas o partdas armados y guerrillas.

Accionesdecastigo (de los rebeldes)

Ver “castigo”.

Accionesviolentas (de los rebeldes)

Acciones caracterizadas por manifestaciones de violencia o susceptibles de pro


vocar esas manifestaciones y que tienen por finalidad aumentar la agitacin y el
descontento de la población y paralizar ciertas actividades y servicios esencia
les a la vida de la colectividad.

Aceptccin (tcnica de propaganda)

Consiste en crear, una vez iniciada la accf& de propaganda y mcntenindolo du


rante ella, un ambiente agradable capaz de ocasionar en el auditorio al que se
dirije, un estado de esptritu favorable a la aceptacin de las ideas a difundir.En
otras palabras consiste en seducir a la opinfn para obtener una mejor adhesin
del medio. Puede conseguirse por medio de instalaciones adecuadas y cmodcs,
mGsica, clima de optimismo, etcQ, y, con respecto a los individuos que hacen —
la propaganda, por presencia, voz agradable, sentido del humor y llamada a los
sentimientos del auditorio.

Agrupac ¡n

En la gama de unidades actualmente consideradas en lo organizacin de los fuer


zas desflnadas a las operaciones en ultramar, designa a un conjunto de unidades
48 —

formado sobre la base de dos o ms batallones y elementos de otras armas o servi


cks. Puede tambin designarun conjunto de unidades del escaln batallan o e—
quivalente, de una sIa arma o un saloservicio, siguiendoen estecasoa la pcla
.fl .1.
bra agrupacion . e e.
, la indicaciori de esa arma o servicio (por eemplo: Agrupacion

del Sarvicio de Material).


A le . / e
¿mpiiacion tecnica ae1 propaganaa

Consiste en aumentar las proporciones de los acontecimientos favorables a la cau


sa defendida por la propaganda, reduciendo la importancia de los desfavorables.

Anticipacin (tcnica de contra propaganda)

Consiste en explotar un asuntosusceptible de ser empleado por la pro .:j:ada az


versa, antes do que lo explote asta.

Apoyoalosautoridadesciviles

Apoyo que las fuerzas armados pueden prestar a las autoridades civiles y a sus
fuerzas policiales, normalmente a solicitud de dichas autoridades, ayudndolas
en el mantenimiento y restablecimiento del orden, en el control de la poUacn
y en la garantfa del funcionamierto do los servicios pb!icos u otros esenciales a
la vida de la nacion.

Argumentcc in (t&n ¡ca de propaganda)

Consiste en la presentacin, como prueba la veracidad de las ideas difundidas,


de elementosconvincentes tales como hechos irrefutables, documentos, datos es—
tadÇsticos, fotografras,etc.

Asaltoinmediato

Asalto realizado sinpreparacin y que constituye


unareaccininmediata de una
fuerzaa puntode serdescubierta por elementos en movimiento o en el
rebeldes
preciso moç1ientoen que es evidenciada supresencia.

Atentado

Ver “terrorismo.

Autodefensa

Defensa de una poblacin, de una empresa, etc., asegurada por los propios ha
bitantes o empleadas, debidamente organizados, equipados e instruidos.
— 49 —

Bandasarmadas (partidas)

Representan un estado menos desarrollado de las guerrillas difiriendo de estas por


su organizacin menos detallada, equipo menos eficaz y principalmente por una
disciplina menos rigurosa (ver guerrillas’1)

Barrera (en el control de las comunkacfones)

Obst&ulo o conlunto de obst&ulos, debidamente guarnecido, implantado con


la finalidad general de controlar el transito de personas y vehículos. En razn a
su establecimiento, se clasifican en barreras de carreteras y barreras en el inte—
nos de poblaciones.

Base (de losrebeldes)

Regin relativamente extensa, con grandes posibilidades de defensa,de acceso


diftcil y de recursos suficientes, donde los rebeldes disponen de un control te
rritorial completo y del apoyo incondicional de la poblccin ydonde, porlo
tanto, la influencia de las fuerzas del orden es pr&ticamente inexistente. En
consecuencia, los rebeldes tienen en ella enteralibertad de accin para actuar
como elementos de un salido poder establecido (organizacin político—adminis
trativa completa, impuestos, reclutamiento, etcG); sus fuerzas estn protegidas
por la complicidad general y disponen de informaciones, guías, posibilidades
logfticas (asistencia, reposo, reabastecimiento garantizado por los depSsitos
dispersos y expIotacn de los recursos locales, etc.), etc. En el caso de exis
tencia de un país vecino que auxilie a la subversin algunas bases se situaran en
su proximidad inmediata para facilitar la materializaciSn del auxilio y, en caso
necesario, la fuga hacia dicho pais. Las bases pueden situarse tambi&, en ese
país. Esto es, fuera del territorio donde se desarrolla la subversiSn.

Basedepatrullas

Zona de reunin de una fuerza de cuantia de seccin o compañía, empeñada en


una cccn mvil, establecida en un local cubierto y fuera de zonas de paso, —
donde es posible disponer de ciertas facilidades para el descanso y alimentacin
del personal y para mantenimiento del material (ver ‘nomadismo”).

Batida

Uno de los procesos de realizacfn de limpieza de una zona previamente delimi


tcda donde se saben que existen elementos rebeldes e instalaciones de cierta im
portanck y que consiste en recorrer esa zona de un extremo a otro, en uno o —
varios sentidos, con fuerzas suficientemente fuertes para enfrentarso con cual
quier elemento enemigo y dispuestas de modo que los intervalos entre las diver—
50—

sas fracciones resultan tan pequePioscomosean posible, en especial si el terreno


es cubierto0 Susfinalidades puedenser: destruccn de cuarteles, poblados, cul
tivos, depiSsitos,escondrijos, etc0, descubiertay aprehensi& o destruccin de
documentos, armas, municionesy otros materiales; castigo de los elementosrebel
des y en cuanto sea posible su capturo o aniquilamiento, íntfmidacin de los e—
Jementosde la poblacfn simpatizante con los rebeldes, control de la poblacfn0
Esta operaci4Sn debe ser llevada a cabo segúndos modalidades batida en línea y
batida por columnas9

Batidaenlínea

Modalidad de bafldc en la que astase lleva a efecto por un conjunto de fuerzas


que —ensu mayor parte se dhpone o progresoUnealmente, para explorar con de
talle toda la zona a recorrer y por lo tanto sin que haya entre susdiversasfrac
ciones ¡ntervalosque no puedenser vistos y batidos por fuegos. Es la modalidad
que moler permite atendera las finalidades de la batida, pero no puede adoptar
se cuando la longitud de la zona a limpiar sea grande y el terreno muy cubierto,
puesto que exigirta demasiadosefoctivos y resultarta muydiftcil de mantenerel
alineamiento de las fuerzas durante la progresin3

Batidaporcolumna

Modalidad de batida en que stc se lleva a efecto por un conjunto de fuerzas —


que, en su mayor parte, se disponey progresa en varias columnas,según¡tine—
ranos previamentefijados y que puedenser mcso menosparalelos, convergentes
o cruzados0 Estamodalidad exige menosefectivos que la batida en ffnea y per
mite actuar en zonasde mayoresdimensiones,pero las finalidades de la batida
salo se alcanzaran a lo largo de los ifinorarios recorridos y en susproximidades.

Castigo

— Accionesdecastigo (por los rebeldes):Acciones vio lentcs desencadenadas


por
bandas armadaso guerrillas de menorenvergadurc.que los golpes de manoso
emboscadas,sin objetivo determinado, ejecutadasa veces solamentepor el fue
go y destinadasGnicamentea manteneren la pobIacin y en las fuerzasde or
den un clima de inseguridad0

— Castigosdezonas (por las fuerzas propias):Acciones de fuego (morteros,artille


rfa o fuerza a&ea) sobre zonasdonde sesabe que existen elementosrebeldes,
destinadas a crearlesun clima de inseguridad, rebajarles la moral, obligarlos
a dispersarsoy llevarlos a desplazarsea otras regionesdonde la acci& de las
fuerzas militares sea ms facil o a caer en emboscadas previamenteestablecidas
en lineas envolventesde esaszonas; consisteen la ejecucn, durante un cier
to tiempo de fuegosdesencadenados sobro las referidas zonas, e irregulares tan
to en su localizaci& como en su duracciSn e intervalos0
— 51 —

Cerco

Ver “operaciones de cerco”

Cercodeemboscadas

Cerco simple y Uneal en el que se mantiene en secreto la localfzacin de las


fracc fones que lo establecen y que actGan ast bajo forma de emboscadas.

Cercoyataque

Modalidad de “operacin de cerco” normalmente utilizada cuando se dispone de


informaciones seguras de que las fuerzas rebeldes existentes en la zona a limpiar
se concentrcr& e intentaran resistir en uno o ms puntos cuya posicin es cono
cida. Consiste en actuar en el interior de la referida zona, dospus de cercar—
la, con una unidad suficientemente fuerte que atacare directamente ese o esos
puntos.

Cercoybatida

Modalidad de “operaci& de cerco” en que la actuacfn en el interior de la zo


na cercada consiste en una batida. Si la batida se realiza en Inea o por colurn
nos paralelas, esta actuacfn en el interior de la zona cercada se conduce por
unidades (unidades de batida) que colaboran en el cerco y que progresan “den
tro U! ce otras (unidades

de cerco como un embolo actua dentro de un c,l,nro.S!
“1

la batida se realiza por columnas convergentes o cruzadas, la actuacin en el


interior de fa zona cercada se llevare a cabo por unidades que no colaboran en
el cerco y &te, por lo tanto, tendr que ser totalmente establecido por unidades
distintas de aqullas.

Consigna (de propaganda)

Semejante al “estrfbillo”,rev;ste por lo tanto una forma mas racknal y concreta,


resumiendo un obetfvo preciso de un programa determinado (ver “estribillo”).

Cercoyestrechamiento

Modalidad de la U operacion
•#
de cerco en que la actuacion en el interior de la
zona cercada se lleva a cabo por las mismas fuerzas que establecen e! cerco,
las cuales, progresando en direccin al centro de la referida zona, van destru
yendo las instalaciones, fuentes de abastecimiento y elementos materiales de
los rebeldes y encerrando a stos en una zona cada vez ms reducda, donde —
pueden ser capturados o aniquilados ms facflmente, Si la zona a limpiar fue
se limitada en alguna parte de su periferki por algn obstculo destacado, la
— 52 —

operaci6n consistir6 en hacer progresara las undades en direccfn a ese obste—


culo.

Compar fanmada

Ver “nomadismo”.

Contra—emboscada

Reacchn inmedata de una fuerza que cae en una emboscadacon la finalidad


de sustraerserpidamente a la accin del enemigoy destruir a sfe s es
ble

Contra-guorri 1la

Accin llevada a efecto contra bandaso partidas armadasy guerrillas, por pe—
quoFíasunidadesmuy m6viles y capacesdo actuar con eficacia en terrenosdifr
ciles, empleandoprocedimientosadecuados,semejantesen todo a los utili za—
dos por las referidas partidaso guerrfl las.

Contra—propaganda

Une d las formasde accin pskolgica0 Propagandahechacon la finalidad


de rebaflroneutralizar la propagandaadversa0

Contra—sabotaje

Conjunto de las medidasgeneralesde seguridaden tiempo de guerra, las de con


trol especialimpuestasa la pobIacin civil y las especialesdestinadasa prote
ger puntosque puedanser consideradospor el enemigocomosusceptibledel m
ximo efecto de destruccion con un minimo esfuerzo.

Controldelapoblacn

Conjunto de medidasde control ejercidas sobre una poblaci& pera aislarla de


los eemontos rebeldes, permitiendocon ms facilidad detectar estoslf irnos,
dificultar todas las formasde su ayuday mantenero recuperar e! apoyo de la
poblaci& a las fuerzas del orden0 Las principales de esasmedidasson las si
guientes: renovacin del censo, encuadramientode la poblacin, control de
la informacin pblica, control de armasy de mediosde transporte, control de
abastocimknto, control de movimientos.

Controldeunsector (misin de)

Misin que puedeser atribuida a una unidad que guarneceun sector, cuya fi—
oe .#
de• seguridad• de un sector y tambien la
o
nalidad es la indicada para une misten
— 53 —

de hostilizar lo m& posible al enemigo por medio de acciones ofensivaslimita


das, para crearle una atmsfera de inseguridad, dificultarle los movimientosy
el contacto con la poblacf&i ya destruirle instalaciones llevndolo csra dis
persar susmediosy a reducir susactividades (ver “seguridad de un sector”).

Corto—circuito (t&n ¡ca de contra—propaganda)

Consisto en difundir a uno o ms gruposhumanosun tema que el enemigopreten


da difundir exclusivamentea otro u otroscrupos, cuando ese temafuera suscep
tible de provocaren los primerosreaccionesdesfavorabtesa los objetivos de la
propagandaadversaria.
4.
Cuadricula

— Fuerzasdecuadrtcula (quadrfcuk): Conjunto de fuerzas dispersaspor todo el te


rritorio a pacificar, con sedeen las principales poblacionesy en determinados
puntos importantesy destinadasa guarnecereste territorio para la consecucin
de las finalidades inherentesa la funci& de cuadrtcula. Fuerzasde cuadrtcu—
la y fuerzas de intervonciSn constituyen un conjunto nico de fuerzas, formado
por sucesivosescalones(companía, batallan, agrupacin, etc.), cada uno de
los cuales deber en principio comprendersubunidadesde cuadrfcula y subuni—
dades de rntervencion.

— Funci& de cuadrrcula: Funcfn que se traduce en el desempeñode un conjunto


de misionescon las siguientesfinalidades: asegurarla defensade determinados
puntos sensibles;garantizar la posibilidad de utilizacf6n de determinadasvías
de comunicacin; buscarconstantementenotkias sobreel enemigoy obtener
elementos que permitanconocer cada vez mejor ci terreno y la poblacin, man
tener un contacto constantecon la poblacin, ejercer sobreella, de conformi
dad con directrices superioresuna acci&i psico—socialy cuandosea necesario,
establecer medidasde control de esa poblacin; ejercer sobre los rebeldes, —
igualmente de conformidadcon directrices superiores, una acciin psicolgica
y hostilizar al enemigoen la medida en que lo permitan los mediosdisponibles.

Derivac in (t&n ¡ca de propaganda)

Consiste en crear una nueva corriente zicolgica favorable a la causadefendi


da por la propaganda,a partir de una corriente de opinin pblica ya existente,
debidamente desviada por la referida propaganda. Puedeutilizarse para ello
una 1 sugeshon
•I

Disturbio

Perturbacin civil llevada,a efecto por elementosque se reunen en cualquier lu


54—

gar público para ejercer algún acto de odio, venganza o desprecio contra cual
quier ciudadano o para impedir o perturbar el libre ejerckio o disfrute de los
derechos individuales, o para cometer algn crimen, no significando comienzo
de ejecuci&, sino solamente acto preparatorio, motfn, tumulto, alboroto u
otra perturbacn del orden pblico0

D ¡versi&i (tcn ¡ca de contra—propaganda)

Consiste en intentar desviar la atencin del medio al que se dirige la propagan


da adversa, de los asuntos explotados por asta, lanzando un nuevo tema susce
tibIe de captar esa atencn o intensificando los esfuerzos sobre un tema que ya
habría dado pruebas de eficacia.

Emboscada

Operacin ofensiva, reaUzadci por sorpresa, sobre elementos rebeldes o sus sim
patizantes, en movimiento. Sus finalidades pueden ser aniquilar los elementos
rebeldes; impedir que los referidos elementos alcancen determinados puntos o,
por lo menos, que los alcancen en momento oportuno; recoger informaciones, ha
ciendo prisionercs o aprehendiendo documentos, armas, equipo, etc.; o simple
mente, causar daños.

Emboscadainmediata

Emboscada realizada sin preparacin y que constituye la reaccin inmediata de


una fuerza que avista elementos rebeldes en movimiento antes de ser detectada
por ellos.

EncuadramientodelapoblaciSn

Medida de control de la poblacin que se materializa por la instalacin o mejo


ramiento de la red constiturda por los &ganos administrafivos, policiales, reli
giosos, recreativos, etc., reforzados, cuando sea necesario, por las fuerzas mi
litares y por la ¡mplantacin de cuadros de la propia pobIaci&, directamente
responsables ante las autoridades constituídas por la conducta, ¡nformacn, ne
cesidades, auxilio, etc., de esa poblacin. —

Equipo

Ver “grupo”.

Esca)ndeapertura

Ver “apertura”.
— 55 —

Esco Ita

Unidad destinada a garantizar la seguridad de una columna militar de elemen


tos no combaflentes, de una columna cM{, de una personalidad ¡mportante que
se desplaza, etc., esto es, de elementos en movimiento que, por s soks, no —
tengan posibilidad de montar esa seguridad. Durante el desplazamiento, el man
do de toda la columna compete siempre y exclusivamente al comandante de la
escolta, ¡ndependientemente de que el comandante de la columna o la persona—
Udad escoltada tenga ms graduaci&i o antiguedad que l.

Estadodesitio

Situacin especial establecida en la totalidad o en parte del territorio nacional


por declaracfn de la Asamblea Nacional o, en circunstancias excepcionales y
a tfl’ulo provisional, por los gobernadores de las provincias de ultramar. En es
ta situacin las garanttas constitucionales pueden sersuspendidas total o parcial
mente y se pueden conceder a las autoridades militares atribuciones superiores
sobre las autoridades civiles y sus &ganos de seguridad o incluso podrtan asumir
la totalidad de las funciones de estasautoridades. Debe establecerse cuando se
produzca una emergencia que no pueda resolverse por las autoridades civiles, en
los t&minos de la ley ordinaria, an con la ayuda de las Fuerzas Armadas.

Estribillo (de propaganda) (“Slogan’)

Combinacin organizada de palabras, evocando en todo una idea esencial del


“tema” destinado a actuar sobre los instintos humanos que ¡nteresa exacerbary
cuya ropeticin constante ocasiona reacciones consecuentes con los resultados
que la propaganda pretende obtener (ver “tema”).

Faseinsurreccional

Segunda fase de la guerra subversiva. Comprende tres tiempos (32, 42 y 52,te


niendo en cuenta que los dos tiempos de la fase pre—insurrecional son el 12 y
22). El 32 corresponde al desarrollo del terrorismo ya la aparicin de las gue—
rrfl las o por lo menos, de las partidaso bandas armadas; es el tiempo decisivo,
pues en l se produce el desequilibrio de la poblccin a favor de la subversin.
El 42 corresponde a la formccin de bases, a la aparcin de fuerzas pseudo—re
guIares y normalmente, al establecimiento de un gobierno rebelde. En el 52,
montada y consolidada toda la mquina subversiva, entra en accfn un verdade
ro ercito rebelde que, progresivamente, procura obtener un control total der
territorio y de toda su poblacin.

Fasepre—insurrecional

Fase inicial de la guerra subversiva. Comprende dos tiempos. En el 12, como


— 56 —

secreto, no se presentan normalmente marifostaciones visibles de accin subver


siva; corresponde a la búsquedade las informaciones necesarias para seleccio
nar las ideas a difundir posteriormente, como ¡ustificacin de-la subversin, y
al establecimiento de un embrin de la organizacin polmco—administrativa que
debe encuadrar, m.s tarde, 1oda la poblacin del territorio a subvertir. El 22,
clandestino, pero no secreto, corresponde a un perfeccionamiento y reforzamien
to de la organizacin polflico—adrninistrcitiva, laconsolidacin de los sistemas
de informacon, enlace y agitacion y a la iniclaclon del terrorismo.

Fuerzasde¡ntervenchSn

ti.
Ver intervencion fle,

Fuerzasdecuadricuia
1 II
ver cuaaricuatu

Fuerzaspseudo’-rcgu lares

Son una prolongacin de las guerrillas, por aumento de efectivos y perfeccio


namiento del equipo y de la organizacin lo que les permitir declarar su exis
tencia y proclamar su preponderancia sobre los elementos de mantenimiento del
ordenen ciertas zonas, en las cjales pueden mantener a la poblaci6n en la obe
diencia a la subversion (ver guerrillas ).
e, e
Funcondelarntervenclon

Ver intervertc ionIt .

1 # 1
Funciondotacuadricwci
0#

%1 U
ver cuaaricuia

Golpedemano

Operacin ofensiva, realizada por sorpresa, contra elementos rebeldes o sus —


simpatizantes, estacionados y vigilantes. Sus objetivos pueden ser: aniquilar
fuerzas rebeldes y, especialmente, elementos clave de su organizacin; des
truir instalaciones enemigas, fuentes de abcistecimento y cualquier medio de
combate y de vida; reunir informacin, haciendo prisioneros o recogiendo do
cumentos, armas, equipo, etc.

Golpedemanoinmediato
e e .# •
Golpe de mano realizado sin proparac&ony que constituye una reaccion mme
57 —

dieta de una fuerza que localizo un elemento de vigflancia de una partida rebel
de estacionada, siendo a su vez avistada por ese elemento,

Grupo

Se designare con el nombre de “grupos a las pequeñas fracciones (formadas por


unos cuantos hombres) cada uno con su funcin, en que so articula una fuerza —
mayor (del ordende seccin o pe1ot&) que ejecuto determinada operccin.Cuan
do uno de estos grupos tiene que arttcularse en fracciones ms pequeñas se desig
na cada uno de stos como equipo. A contfnuacn se relacionan los grupos o
equipos constantes y sus respectivas funciones:

— de apoyo: apoyar por el fuego la accn de otros elementos,

— do asalto:
asaltar
elementos
rebeldes,

— de bsqueda:buscar armas,documentos, etc.,


rebeldes, escondidos,

de cobertura:
cubrir
otros elementosqueatacanunafuerza rebelde,
garantizando que asta no sea auxiliada por otra
que acude a reforzarla,

— de desactivacin: detectar y levantar minas y trampas y remover obs—


t&ulos, en provecho de otros elementos que se
desplazan en un itinerario,

— de detencin: detener elementos rebeldes atacados, evitando su fuga,

— de eUminacin de centinelas: capturar o aniquilar centinelas rebel


des, por sorpresa,

— de exploracin: contribuir a la seguridad de otros elementos en movi


miento, exp!orando el terreno al frente y a los
flancos,

— de limpieza: proceder a la limpieza de una poblaci& (hecha simul—


t&eamente por varios de estos grupos),

— de persecucin: perseguir elementos rebeldes en fuga,

— y apoyo: apoyar por el fuego y cubrir la retirada de —


de proteccin
otroselementos, en caso de que esa retirada sea
consecuencia de fuerte reaccin de los rebeldes,
— de vigilancia: observar y dar la alarma de laproximidad
de rebeldes.
— 58 —

Grupohumano

Conjunto de individuos que presentando ciertas caracteristicas comunes, pueden


ser influenciados psicolgicamente de igual forma y presentar reacciones seme—
¡antes ante esa influencia.

Guerra civil

Segn unos, es una lucha armada entre partidos de un mismo pats (tiene el mismo
car&ter polrtico que la guerra insurreccional); segn otros1 es una guerra insu
rreccional llevada a efectos por la poblacin civil.

Guerradeguerrillas

Guerra llevada a efectc por fuerzas de organizacin y caractertsticas especia—


ies, muy ligeras, dispersas y clandestinas, contra las fuerzas que controlan un
territorio dado. Es una forma de accin utilizable en cualquier tipo de guerra
(convencional, nuclear o subversiva) y, por tanto, uno de los procesos emplea
dos para llevar a efecto una guerra subversiva.

Guerrafrta

Lucha entre dos parseso conjunto de patscs durante la cual an no se llevan a


1 Oto
sino• unicamenfe
.
acciones• psicoiog!cas, economicaso
0 O O
cabo operaciones miiutares,
u otras de car&ter semejante. El concepto de guerra fría se opone, por lo tan
fo, al concepto cl&fco de guerra.

Guerra¡deolgica

Guerra en que uno de los adversarios, por lo menos, lucha por una ideología.
Es fundamentalmente una característica que puede referirse a cualquier tf po de
guerra (convencional, nuclear o subversiva) y que tiende, cada vez mas, a de
terminar todas las guerras. En realidad, cualquier guerra subversiva tendr ca
r&ter ¡deolgico.

Guerra insurreccional

Lucha armada, de car&ter político, llevada a efectos en un país contra el Esta


do,

Guerrapsicolgica

Lucha, llevada a efecto con un conjunto de medios y procecUmienfos especales,


que tiefle por fin influenciar las opiniones, los sentimientos y las creencias de
— 59.—

las personas— poblaci&- en general,autoridadesy fuerzas armadas—y por tanto


sus actitudes y comportamiento, Esuna forma de accin comana todos los ti
pos de guerra (convencional, nuclear o subversiva)y por tanto uno de los pro
cedimientos empleadospara llevar a efecto una guerra subversiva.

Guerrarevolucionaria

Guerra llevada a efecto por los paies comunistas, permanentemente y en todo


el mundo, dirigida segGrila doctrina marxista—leninistay utilizando todos los
medios y procedimientossin ninguna excepcin (incluyendo por tanto acciones
subversivas) con la finalidad de implantar el rgimen comunistaen todos los —
pafses o, por lo menos,crear en ellos situaciones polflicas favorables al comu
nismo. Denominatambin la doctrina establecida para conducir esaguerra.

Guerra subversiva

Lucha conducida en el interior de un territorio dado por ciertas partosde susha


bitantes, ayudadosy reforzadoso no desdeel exterior, contra las autoridades
establecidas por derecho o de hecho, con la finalidad de retirarlos e! control
de ese territorio o por lo menos, de paralizar su accin,

Guerrillas

Fuerzas muy simples, bien por su organizacin y equipo o por los efectivos redu
cidos de las pequeñasfracciones en que normalmentese articulan para el comba
te, cuyas caracterfstfcasprincipales son la clandestinidad, el carcter local —
(comprendensiemprenumerososelementoslocales perfectamenteconocedores—
del terrono,de la poblcci& y de los recursosde las regionesdonde c’ftian),la —
simplicidad y la movilidad. Act&n por sorpresay con gran rapidez, procuran
do manteneruna agresividad constantey’ persistenteque se manifieste, esencial
mente, por acciones de terrorismo, golpes de mano, emboscadas y acciones de
castigo, con la finalidad de:dificultar ciertas autoridadesy servicios esenciales
y crear entre la poblacin un clima de temor; actuar contra las fuerzasdel or
den, no directamente sino en especial como mediode obligarlas a dispersarsus
unidades, privarlas de libertad de accin, fatigarlas, desacreditarsusposibili
dades ante una poblacin y desmoralizarsuselementos.

Ideafuerza (o idea baso)

Idea b&ica presentadapor la propagandacomo ¡ustificacin de susobletivos,


convenientemente escogidapor ser la que tenga masprobabilidad de conseguir
la ospontnea adhesiónde las masas,conducindoIas con entusiasmoen la di—
reccin m& favorable a suspropiosdeseoy a los designiosde la propaganda.
— 60 —

lnformacin (en el ambito de la acci& pskolgka)

Una de las formasde accin psicolgicas consisteen la cornunfcacin de hechos,


noticias, explicaciones y comentarioscon la ¡ntencfn de dar a los individuos las
bases para contribuir objetivamente a su opfnin, desarrollandoen eUosno salo
una conciencia de la sítuacin sino tambin et conocimientode las t&nicos del
adversario y susobjetivos.

lnsinuacin(t&nkadelapropaganda)

Forma especial de sugesHn en la que las ideassugeridasprocuran crear y mante


ner la desconfianzadel medio al que se dirije, contra el adversario (ver suges—
tin).

lntervonc ion

— FuerzasdefntervenciSn: Conjunto de fuerzas destinadasa llevar a efecto una


accin ofensiva continuadacontra las partidasarmadasy guerrillas para obtener
los resultadosinherentesa la funcin de intervencjn. Lasfuerzasde ¡nterven—
cian y las fuerzas de cuadrtcula constituyen un conjunto n ka de fuerzas, for
mados por sucesivosescalones(CompaÍva, Batallon, Agrupacion, etc.), cada
uno de los cuales deber en principio comprenderunidadesinferiores de cuadrt—
culo y de intervenciSn.

— Funcndeintervencin: Funci&- que se traduce en el desempeíode un conjun


to de misionescon las finalidades siguientes: Socorrercuandosea necesarioa o—
tras unidades; poblacionese instalaciones importantes, militares o civiles, ata
cadas por e1 enemigo; buscarsstem&kamenfe al enemigoy hostilizado lo ms
posible en cualquier lugar,especk!rnente en las regiones en que la cuadrtcula
sea reducida o inexistente; ejecutar operacionesofensivascontra los elementos
rebeldes localizados para expulsarlos, cprisknarlos o aniquilarlos y contra sus
instalaciones, para destruirlas.

— Zonadeintervencfn: Cuando la situacin obliga a la realizacin de operacio


nes militares de cierta importancia, los MandosTerritoriales podrn convertirse
—entodo o en parte en Zonas de lntervencin. Losltmites de estaszonaspo—
drn coincidir o no con los Irmites de los referidos mandos,incluso admitiendo
una Zona de lntervencfn que abarqueparte de das o m& mandosterritoriales.
En los MandosTerritoriales independientespodrn establecerseigucdmenteZo
nas de lntervencin, abarcandoo no la totalidad del &ea de estosmandos0

Itinerariocondicionado

Itinerario en el que hay cierto riesgo de que surjan acciones rebeldes—perono


emboscadas— y en la que, por ello, salo se permite la circulacin en determina
— 61 —

das condiciones previamenteestablecidasy divulgadas.

Iflnerarioprohibido

Itinorcrio en el que es grande e1 riesgo de emboscadapor parte de los rebeldes


y que por ello salo puede utflizarse por columnasde unidadescombatientes y
por otras columnasmilitares o de voluntarios civiles debidamenteescoltada0

itinerarioUbre

Itinerario en el que, por falta de actividades enemigas o por la gran reduccin


que los medidas de proteccin establecidas han producido en escs actividades,
la circulacin de militares y civiles puede hacerse sin riesgos y, por tanto, sin
restricciones0

Jerarqufasparalelas

Sistema de encuadramiento de los elementos de una sociedad o colectividad,


constituido por dos o ms cadenas erarquicas de direccin o mando, indepen
dientes entre si y que se vigilan mutuamente,

Limpiezadeunsector (msin de)

Misn que puede atribuirse a un unidad que guarnece un sector, cuya finali
dad es la indicada para las misiones de seguridad de un secior y de control de
un sector y ac!ems, la de expulsar, capturar o aniquilar a la totalidad de los
elementos rebeldes y de sus simpatizantes y de destruir todas sus instalaciones
y medios de combate y de vida (ver “seguridad de un sector” y “control de un
sector”)

Limpiezadeunapob!acin

Operacin ofensiva contra una poblacin de dimensiones relativamente pequeñas,


donde se sabe que existen numerosos elementos rebeldes y simpatizantes capaces
de actuar enrgicamenfe. Es una “operaci& de cerco”, normalmente del tipo
de “cerco y batida”, Sus fines pueden ser: captura o anquilamknto de elemen
tos rebeldes; aprehensi&i o destruccin de documentos, armas, municiones y o—
tras materiales; destruccn de instalaciones; e fntimidacin y control de los ele
mentas de la poblacin que nc reaccionen contra nuestras fuerzas.. No debe con
fund irse con redada,

Limpiezadeunazona

Operacin ofensiva sobre una zona, cuya finalidad es expulsar, aprisionar o


— 62 —

aniquilar la totalidad de los elementos rebeldes y sus simpatizantesy destruir


todas sus instalaciones y medios de combate y de vida en esa zonas Puede Ile
varse a efecto por unc batida o por una operaciSn de cerco0

irneadebatida

Primer esca!& de las unidades que ejecutan una batida en ltnea, constituido
por las secciones m& avanzadas de esas unidades, dispuestas en una Itnec con
tinua0 Estas secciones se colocan frente a una “lrnea de partida” donde ¡ni—
cran la operaczone

Lrneadecerco

Ltnea ltmite de una zona a cercar, a lo largo de la cual se sitúan dando frente
al interior de la referida zona, ¡as unidades de cercoa Sirve de “Irnea de par—
tfdcj” cuando estas unidades intervienen en el ¡nterkr de la zona cercada.

Minoracfn (t&nica de contra—propaganda)

Consiste en disminuir la importancia de los argumentos explotados por la propa


ganda adversa, refirfendose rara vez y brevemente a sus aspectos ms favorabTes
y abandonndo los enseguida.

ivtotivac ion

Conjunto de sentimientos y de factores innatos o adquiridos, conscientes e ¡n—


conscientes, susceptibles de ser explotados por mtodos de accin psicolgca
con el fin de provocar determinadas reacciones0

Murodesilencio

Expresn empleada para designar el comportamiento “reservado” de la pobla—


cian hacia las fuerzas delorden, en virtud de la influencia o de las amenazas
de los elementos de la subversin, que se traduce en un mutismo absoluto sobre
lo que ha visto o sabe.

Nomadismo

Actuccin discreta, durante algún tiempo, en zonas alejadas de las localidades


normalmente guarnecidas, donde se sabe o se supone que existen elementos re
beldes, de fuerzas muy mviles y dotadas de autonomta apreciable que, en una
actividad constante de patrulla, procuran llevar a efecto acciones de combate
de car&ter limitado contra aquellos elementos, destruir sus instalaciones y fuen
tes de abastecimiento, recoger informaciones y tomar contacto con lo poblacin
(ver “patrulla”). Cuando se lleva a efecto por una fuerza de efectivos de Corn
— 63 —

paíta, podr actuar por ¡rrndiacn o por itinerarios paralelos, segn se despla
ce en conjunto o por un solo itinerario, a lo largo del cual va estableciendo su
cesivas bases de patrullo, o fraccionada por varios itinerarios ms o menos para—
lelos, Cuando se lleva a efecto por una fuerza de efectivos de pelotn actuar,
normalmente, por irradiacin.

ObRgatoredadderesidencia

Medida de control de la poblacin de una localidad o regi6n determinada, que


consiste en la ¡mposicn de la obligatoriedad de permanencia de los individuos
en su residencia por un periodo de tiempo determinado con cualquiera de los fi
nes siguientes: screnar los nimos; prohibir los movimientos mientras se efectan
redadas o investigaciones sobre incidentes; prohibir los movimientos, como me
dida primitiva, despus de in incidente hostil llevado a efecto por los rebeldes
o sus simpatizantes; conseguir que la poblacin civil no perjudique a las opera
ciones militares en curso ni sea perjudicada por estas, etc0

Operacindecerco

Uno de los procedimientos para realizar la limpieza de una zona previamente


delimitada donde se sabe que existen elementos rebeldes e instalaciones de —
cierta ¡mportancia. Consiste en envoLver esa zona con fuerzas dispuestas de
forma que los referidos elementos rebeldes de ella no puedan escaparse sin ser
ayudado desde el exterior y en actuar despus ofensivamente en el interior de
la zona cercada. Sus finalidades pueden ser: descubierta y capturo o aniqui
lamiento de los elementos rebeldes; destruccn de “cuarteles”, poblados,cul—
tivos, depsitos, escondrijos, etc.; descubierta y aprehensin o destruccin de
documentos, armas, municiones, y otros materiales; fntfmfdacin de los elemeri
tos de la poblaci.n simpatizantes de los rebeldes; control de la poblacin. Es
ta operaci& comprende por lo tanto dos acciones distintas —elcerco de la zo
na a limpiar y la actuacin en el interior de la zona cercada— y puede llevar—
se a cabo segn varias modalidades, de las cuales, las m& importantes son el
cerco y estrechamiento, el cerco y batida, y el cerco y ataque.

Orquestacin (t&nica de propçgada)

Consiste en variar la forma de presentar las ideas a difundir, cuando estos se re


piten mucho, para no llegar a la saturacin del medk a que se dirile la propa—
ganda (ver -u repeticion.#, ).

Pacificccindeunterritorio

Finalidad de todas las acciones de represin de la subversin (esto es, cuando


ya no es posible evitarla), que exige, esencialmente, la consecucin simult—
nea de tres objetivos; reconversin (o vuelta a la normalidad) de la poblacfn
— 64 —

subvertida y restabkcimento de las instituciones y de los servicios afectados;


destruccin de la organizacin polftico-’administraflva de la subversin y sus
redes; destrucci3n de las fuerzas militarizadas de la subversin (terroristas,
partidas armadas,guerrillas y fuerzas pseudo—regulares).

Patrulladeapertura

Ver “ apertura”.

Patrullanrnada

Patrulla que efectGanomadizaje y a la cual, para garantizarle la autoriomrane


cesaria se le facilita una instrucctn y se le adjudica un equipo que le permita
el desplazamiento, descanso,vida y combateapartadode la unidad que la des
taca, durante dgunos dras.

Patrulladevigilancia (de un itinerario)

Patrulla destacadapor una unidad con msi& de zlproteccinhI de un flnercrio


para actuar entre los puntosde ese itinerario que estn garantizadospor una de
fensa fija, y que tiene por finalidad mantenerel itinerario bajo constantevigf
lancia, obtener informacionessobre las actividades del enemigoy crear en
te un clima de inseguridadque le impida ejecutar obstrucciones, establecer m
nas y trampasy prepararemboscadas(ver “proteccin de itinerarios” )

Patrulla

En el mbito de las operacionescontra bandasarmadasy guerrillas designa la


accin llevada a efecto por patrullas debidamentecoordinadas, que recorren
con la mayor frecuencia y densidadposiblos, las regionesno guarnecidasdon
de se sabeo se presumeque existen elementosrebeldescon las finalidades si
guientes; obtener noticias sobreel enemigosy datossobre el terreno y la pobla
ci6n; buscaral enemigoy hostilizarlo lo ms posible; mantenercontacto con —
la poblacin apartada de las localidades guarnecidas, colaborandoen la acci&
psico—socialy en el control de la poblacn, La accitn de patrullas destacadas
con otrasfinalidades, como por ejemplo para la seguridadde una fuerza mayor,
para enlazar unidadesque colaboren en una mismaaccin, para buscary llevar
auxilio a elementosperdidosen la selva, etc. No debe considerarsecomo inte
gracia en la occin de patrulla, tal como se ha definido anteriormente.

Peloton nomada

Ver “nomod¡smo”.
— 65 —

Puntosensible

Poblccfn o instalaci4n importante, puntovital de una vtade comunicacine


incluso determinado accidente del terreno, cuya psesin por los rebeldes —por
la importancia que tiene para la vida de los tropas y de la poblac3n civil —
presenta ¡nconvenientesde acentuado valor desde los puntos de vista poliico,
militar, econmico u otros.

Puestomilitar

lnstafacf& militar elemental,montado en mayor o menor profundidad en el in


terior de una regin de pequeia densidad de poblaci&i y de escasa red de co
municaciones, con car&ter temporal o de cierta permanencia, donde la guarÍ
nfcin puedevivir y defenderse de cualquier ataque y desde donde pueden irra
diar, skrnpre que sea necesario, pequeños destacamentos con funcknes de pa
trullo u otros. Pcr el aislamiento que lo caracteriza tiene las caractertsticcs
de un fortfn y se instala con las siguientes finafldades: defender puntos sensibles
aislados, fundamentalmente puntos vtales de las vfas de comunkacn; permi—
ffrel ejercio de la funcin de cuadrtcula en regiones de pequeña densidad de
poblacin y escasa red de comunicaciones, para prolongar y completar el con—
tro 1territorio,

Propaganda

Una de las formas de accin psicolgiccis,consiste en la comun!cacin de hechos,


noticias, explicaciones, comentarios, apelaciones, etc., con intencin de ¡n—
fluencfar,en beneficio de quien lasdifunde, lasopiniones, emociones, actitu
des y comportamiento de los individuos o grupos humanos. No tiene por objeto
el esclarecimiento de las opiniones de esos indviduos o grupos sino la imposi—
ckn de determinadas ideas o doctrinase

Propagandablanca

Propaganda cuyo origen no se disimulo.

Propagandagris

Propaganda cuyo origen se procuramantener en duda.

Propagandanegro

Propaganda cuyo origen se pretendehacer creer que es distinto del verdadero.


.# , •0 O
rroteccionceihneraraos

Misin que puede encomendarse a una unidad, y cuya finalidad es la de garan


tizar 1cs posibilidades de utflizacin de determinadas vías de comur)icccin. Es
inherente a las unidades de cuadrícula en los respecflvos sectores; pero la ¡mpor
tancia de un itinerario puede justificar el empleo de una unidad con la exclusi
va finalidad de garantizar su utilizacin. Se consi3na por medio de: una defen
sa fila de ciertos puntos vitales de las vías de comunicaCifl, una vigilancia m
vil entre esos puntos efectuada por patrullas (ver “patrulla de vigilancia” y “pa
trulla de apertura”) y escoltas agregadas a las columnas. Reff&ese tanto a las
comunicaciones por carretera como a las ferroviarias.

Reagrupamientodelapoblacin

Medida de control de la poblacin, que se materializci por su ¡nstalacin en —


nuevos y pequeíos nGcleos preparados al efecto y que obedecen a ciertas con
dicionas (de defensa y de futuro desenvolvimiento econmico, en especial )
Esta medida de control se aplica en los casos siguientes: cuando en una zona—
determinada existen habitantes muy dispersos que, por este hecho, no es posi
ble controlar ni proteger eficazmente, y cuando se produce el regreso de la po
blaci& que había huido amedrentada por la ola de terrorismo.

Rec ¡proc ¡dad (tcn ¡ca de contra—propaganda)

Consiste en atacar al adversario, sin negar la veracidad ni hacer comentarios


sobre un argumento embarazoso presentado por la prop ganda. de cqul, va —
lindose de un argumento de naturaleza similar que le sea desfavorable.

Redada

Operactn de policía realizada en una poblaci&, zona de una ciudad e in


cluso una casa, donde se sospecha que existen algunos elementos rebeldes ,
documentos, víveres u otros artículos esenciales que conviene aprehender y
cuya poblacin se supone que no reaccionare violentamente y que por lo tan
to no debe ser molestada. Por parte de los rebeldes, no se cuenta sino con
algunas manifestaciones aisladas de pequelía importancia. No debe confun
110
de una poblacon ,O#JI
O 0 —
dirse con hmpieza

Refutacindirecta (Tcnicc de contrapropaganda)

Consiste en comentar y refutar, punto por punto los ataques de la propaganda


adversa, con la finalidad de aclarar las ideas de los individuos hacia los que
aquella se dirige e inmunizarlos contra la misma.
— 67 —

Refutaci&indirecta (tcnka de contrapropaganda)

Consiste en oponer a las afirmaciones de la propaganda adversas una nueva se—


rie de hechos que den a esas mismas afirmaciones un aspecto diferente y, en —
cuanto sea posible, favorable.

Repetic ¡& (t&n ¡ca de propaganda)

Consiste en repetir lo mismo tantas veces que llegue a constituir una obsesi6n
en el medio al que se dirije la propaganda. Debe atemperarse a la “orquesta
cnU para no llegar a la saturacin de dicho medio.

Reun ion armada

Reuni& en la que ms de dos personasdisponen de armas ostensiblemente. Se


considera que una persona esta armada cuando exhibe un arma cualquiera; con
siderndose comprendida en esta denominacin todos los instrumentos cortantes,
perforantes o contundentes, Por tanto los objetos que sirven habitualmente pa
ro los usos diarios de la vida corriente salo se considerar& como armas cuando
se empleen para matar, herir o amenazar.

Reunincriminal (o reunin ¡ltcita)

Reunin de tres o m& personas con supuesta ¡ntencin de cometer un crimen por
la fuerza o de llevar a efecto cualquier finalidad comGn (legal o ¡legal) de tal
forma que proporcionen a las personas que observen tal reuni& boses razonables
para recelar un ataque a la tranquilidad pbUca.

Sabotaje

Ver “terrorismo’

Sedki&!

Perturbacin civil llevada a efecto por aquellas personas que, sin atentar con
tra la seguridad interior del Estado, se reunen en motrn o tumulto, o con escn
dck, empleando violencia, amenazas o injurias, o intentando invadir un edi
ficio pGblico, o la residencia de aIgn funcionario póblico con el fin de: impe
dir la cjecucin de alguna ley, decreto, reglamento u orden legal de la auto
ridad, constreñir, impedir o perturbar en el ejercicio de sus funciones a alguna
coorporacin que ejerza autoridad pu’blica; magistrado, agente de la autoridad
o funcionario publico; eximirse del cumplimiento de alguna obligaci& ejercer
algn acto de odio, venganza o desprecio contra cualquier funcionario o miem
bro del poder legislativo. La sedici& se llama armada cuando los manifestan
tes hacen uso de las armas.
— 68—

Seguridaddeunsector (misin de)

Mfsin que puede adjudfcarsea una unidad que guarneceun sector, cuya finali
dad es exclusivamentegarantizar la defensade determinadaspoblaciones, tas ms
talaciones ms importantesy las principales vras de comuncacin.

Servicio esenciales

Todos los servicios, públicos o privados, de cuya paralizacin o falta de continui


dad se deriven gravesperturbacioneso perjuicios para la vida, económa c segu
ridad de la comunidad,

Silencio (t&nica de contrapropaganda)

Consiste en guardar completosilencio sobre un tema, explotado por la propagan


da adversa, que consigui un xito limitado o que no imponeuna accin inmedia
ta.

Sfmbolo (de propaganda)

Seña! de ejecucin sencilla que, actuandosobre los instintos humanosy provocan


do el reflejo, resumey recuerdael estribillo asf como el tema difundido por la
propaganda (ver “estribillo”).

5 implificacin(t&n ica de propaganda)

Consiste en exponer los asuntosen forma de declaracionesdogm&icas, claras,


simples y concisasde modoque puedanser fcitmente comprendidasy veptados
incluso por los elementosmenoscultos del medio al que la propagandase dirige.

Sorpresa (t&nica de propaganda)

Consiste en procurar despertarla atencin del auditorio, y aumentarastsureces


tividad, por efecto de la sorpresaresultante de la presentacin de una idea mes
perada o de la utilizacin de una forma ¡ndita de exposicin, huyendode tri
vialidades y lugarescomunes..

Sugestin (t&nica de propaganda)

Consiste en sugerir ideas, en vez de declararlas y tratar de ¡mponerkis,dejando


a cada uno el cuidado de sacar suspropiasconclusiones(psicolgicamente es
ms eficaz sugerir que tratar de convencer).
69 —

Tema(de propaganda)

Expresfn que traduce, de forma clara y precsa, la idea—fuerza establecida


(ver idea—fuerza”)

Terror (tcnka de propaganda)

Consiste en aprovechar la inhibcin de as facultades de raciocinio (efectos ps


colgicos del medo) para hacer aceptar los temas presentadossin que se produz
ca reacci6n en contra u obligar a lo individuos a aceptar dichos temas por te
mor a las represaRas.

Terrorismo

Conjunto de acciones violentas llevadas a efecto por elementos subversivos con


la finalidad de crear en la poblaci6n un ambiente de terror, obstaculizar cier
tas actividades y servicios esenciales y eliminar a determinados individuos Se
manifiesta por atentados contra personas, individual o colectivamente y por so
bota jo.

Terrorismo selectivo

Terrorismo dirigido contra determinados individuos o categori’as de individuos


importantes; unos, ligados al poder establecido, para probar ci la poblacin que
la subversn tiene fuerza sufkknte para actuar contra ese poder y otros, que
pretenden rehuir la prestación del auxilio solicitado por la subversin, para —
obligarles a facilitarla.

Terrorismo sistem&ico

Terrorismo dirigido contra la poblccin en general con el fin de provocar en ella


una atmsferc de miedo que conducir a gran parte de esas personas a actuar en
favor de la subversin.

Transferenciadeculpa(tcnica de propaganda)

Consiste en atribuir a un adversario, destinado a servir de vtct!ma propiciatoria,


la responsabilidad de ciertos actos condenables practicados por un grupo. De es
ta forma se consigue tranquilizar la conciencia de esa grupo, eliminando cier
tos escrGpulos que podrran conducirle a renunciar a la accf&

Unanimidadycontagio (t&nica de propaganda)

Consiste en hacer creer que las ideas difundidas expresan la opincSn generoi o
la de personalidades de gran prestigio0 Puede conseguirse dndolo por hecho,
— 70 —

o realizando reuniones con gran volumen de participantes.

Vigilanciadefronteras

Misfn que puede atribuirse a una unidad cuyos lrnites coincidan, en parte, con
una frontera a travs de la cual se efectGa la infiltración de personal y material
en apoyo de los rebeldes. Su finalidad, ademas de atender a la seguridad del
sector, es evitar esa infiltraci&, capturando o aniquilando los elementos ene
migos que la ejecutan y destruyendo las instalaciones de transito que les sliven
de apoyo (ver “seguridad de un sector1’).

Vigilanciam6vil (de un itinerario)

Una de las formas de garantizar la prctecci& de un itinerario consiste en reco


rrer las etapas de ste, entre los puntos garantizados por una defensa fija, con
patrullas enviadas con la mayor frecuencia posible o por lo menos, inmediata
mente antes del paso de las columnas (“ver proteccin de itinerarios”).

Zonadeintervenc ion
II. •fl
Ver rntervenc ion .

Zona mortal

Zona de terreno batida eficazmcnte por los fuegos de una fuerza instalada en
una accin de emboscada, en la cual se pretende aniquilar a los elementos re
beldes.

Zonaderefugio (de los rebeldes)

Zona que ofrece posibilidades para servir de escondrijo a las partidas armadas
o guerrillas. Debe de reunir las siguientes caracteriticas: dificultad de acce
so (terreno montañoso, de bosque o pantanoso); proteccin contra el reconoci
miento areo; posicin que favorezca la defensa y cubro la retirada; situada —
normalmente a menos de un dfa de jornada de pequeñas poblaciones que le pro
vean de alimentos y le sirvan de puestos avanzados. F&il abastecimiento de
agua.

Zonaprohibida

Zona debidamente delimitada, donde la permanencia y circulacin de personal


civil esta prohibida y donde por tanto las fuerzas militares podrn abrir fuego
sin previo aviso sobre cualquier individuo. Se establece con la finalidad de
facilitar la deteccin y captura o aniquilamiento de los rebeldes cuando stos
procuran, como forma de defensa, confundfrse con la poblacin.
a — a a — — — fl
CESE DEN BOLETINMENSUAL
N°2
Dpto. de Informacion

ESTUDIOS
ESTRATEGICOS
LA ACTITUD «PROSPECTIVE»

GEOESTRATEGIA PROSPECTIVA

Iv
CESEDEN

LA ACTITUD “PROSPECTIVE

(Por Jacquesde Bourbon, Revuede D


fense Notonaks. Octubre 1965)

-o—

BOLE11NDE INFORMACION N2 2- IV
Hoy el mundohace‘rospective”sin darsecuenta, exactamente¡gual
que le ocurría a M. Jourdain al hablar en prosa.

La palabra “prospectiv&’ fu lanzada por Gaston Bergeren 1957, —


cuando era Director de la EnseñanzaSuperiorfrancesa, y fund6 con algunosami
gos “le Centre dEtudes Prospectivos”. Despus, la palabra ha hechofortuna y
la mejor pruebaes que de adjetivo se ha convertido en sustantivo. La primera —
frmula que había pensadoGaston Bergerera antropología ‘prospective”, emple
ando esta palabra como un adjetivo, de cierto aspectouniversitario, quiz& algo
pedante. Perosu triunfo es haberseconvertido en sustantivo9 Losverdaderos
tos de popularidadson los alcanzadosen el vocabulario.

“Le Centre de Prospectivo’taparece siemprevivo. Esuna organiza


cian tripartita, compuestade altos funcionarios, industrialese intelectuales, En
realidad, desdeel punto de vista sociolgko, su origen —puesto que ahora, es ne
cesario situarlo siempreen su ambiente—esel C,E.R.C1E.., es decir “le Centre
U
d Etudeset de Recherchesdes Chefs d Entreprises

(Centro de Estudiose lnvest4
gaci6n de Jefesde Empresa). Un día , cuando yo estabaen RelacionesCultura
les, GeorgesVilliers medijo: “Quisferamosreunir a universitarios, industriales
y funcionarios para hacerlescambiar impresiones. (NOTA DELTRADUCTOR:
En varias publicaciones españolas,dedicadasa la economíao industria, se ha
traducido ya la palabra francesa“prospective” por “prospeccin”; ejemplo que
no nos hemosatrevido a seguir aquí por la confusin a que puedeconducir el uso
de una mismapalabra para conceptostan distintos como son por una parte la re—
velacin de un yacimiento real y prehist&lco y por otra, planeamientoeconmi
co, científico, etc., basadoen las supuestasposibilidadesde un amplio futuro).

La idea de Vflliers se pusoen marcha;al comienzo, slo &amos—


das o tres funcionarios: Boissard,actualmente Gobernadordel BancoHipotecario,
Roger Grgoire y yo. Celebramostoda clase de reunionescon industriasesy con
Gaston Berger, uno de los que habíaninspiradoa Villiers. Así naci€ la idea de
hacer algo en el campode la reflexitn sobreel porvenir. Parareflejar m& con
cretamente este proceso, cito los nombresde los actuales directores de estecentro.
Entre ellos hay altos funcionarios, como Pierre Mass —loque es normal puesto—
que es Comisario General del Plan—,Bloch—Lain, Director de la Caissedes D—
pots, LouisArmand, espíritu de gran concepcin prospectiva; Racine, Consejero
de Estadoque fu Director de Gabinete con Michel Debr y que actualmentese
ocupa de la reforma adminhtrativa, uno de los ambientesen que la “prospecti—
ve” se encuentracon ms dificultades (la prospectivede la AdministraciSn es
verdaderamenteel peMn de Sisflo donde se dela todo para despu&). Como n—
dustrkles tenemosa GeorgesVilliers; Demonque,Presidentede “CementosLafar
ge” y Arnand de Vogu, Presidentede “Saint Gobain” • Como universitarios, a
—2—

Lallemand, astrnomo y profesor en el Colegio de Francia que ha logrado la cama


ro eIectrnka que se adapte a los grandes telescopios; Maurice Levy, profesor de
f7fca nuclear en Orsay; Chonard, el botnfco que funda en Gif—sur—Yvetteel —

“phytotron”, laboratorio en que se fabrkan” climas; Balaudier, etncSlogoesreca


Uzado en etno!ogra africana; Schwartz, Director de la Escuela de Minas de Nan
cy que ha sfrnpUficadc en su escuela el procedimiento accdmico y Parisot, anti
guo presidente de la QrganizaciSn Mundial de la Salud0

¿ Cuales son los mtodos y prop&itos de esta actitud prospective?,

Gasten Berger ha definido as( la “Prospective”:

“La “Prospective” nc es una doctrina nf un sistema sino una refle


sobre ei porvenir que se aplica para describir las estructuras m& generales y cn;
intenta fijar los elementos de un mtodo aplicable a nuestro mundo aceferadarrcn
te progresivo” Esta ley de aceleraciSn de la historia es la que constituye el pun-’
to de partida de esta reflexin, SegCn esta definkin k “prospective” no pre-
tende ser una cfercfa ni un arte; no establece leyes ni reglas; es esencialmente
una actitud de reflexfn sobre el futuro, entendiendo ste como lo posible y el
pasado como lo ya hecho.. No se trata de adivinar ni de profetizar sino de cons
truir; es una actitud ligada a la accfn y destinada tambin a la accin,, Paçt
del principio de que lbs realizaciones futuras tienen ms importancia que lo he—
chos pasados.

Mf primer objeto es subrayar las dificultades e incertidumbres con


que se enfronta una empresa de este tipo, Serfa ridrculo pretender que no hay
ms que aplicar unas recetas ya existentes. Esta empresa es indefinida y aleato
rio. Pero este caracter es el de la ciencia actual0 Es inutil insistir sobre la im
portancia de las matemticas aleatorias pero es evidente que, de manera general,
la ciencia tiene ahora cada vez ms un car&ter de percepcin y concepci6n y —

no de certidumbres. Se examinan los procesos m& que los objetos; en realidad —

se fabrica el saber ms que adivinarlo o descubrirlo, A la dalectica cl&ica que


opone lo verdadero a lo falso, sustituye actualmente en el espfritu de los sabios
una dio lectica previsible—imprevisible, lo que es muy diferente.

Creo que es muy ¡mportante no conf undfr el porvenir con la novedad.


El error esta en el punto de partida. En efecto, vivimos en una poca en que lo
nuevo tiene un prestigio extraordinarIo, Pero lo que importa no es el fen&neno
nuevo, fnslito, que puede fundirse al sol ¡nmedktamente; lo que cuenta es la
nueva organizaci& de elementos que pueden ser perfectamente, antiguos o en
a 3 —

cualquier caso pie—existentes, D aqui que el enfrentamiento de lo vulgar y lo


original no es completamente¡dntico a la opcsicin previsible—imprevisiblc
Puesto que no se trata de Labúsquedaa cualquier precio de la novedad orto e
mina inmediatamentela concepcfn de que la “prospective” es una especie d
profecfa o ciencia —ficci&—. Sin embargoen ella hay que recurrir a la ¡r.iaq;
naci&. Hay que mantenersepor tanto en una especie de equilibrio; sin caer
en la imaginacitSndesbordantetampoco hay que dejarse estrangularpor un
ma regido. Se necesita rigor imaginativo o, si se prefiere, ¡maginacin met&cR
ca. Situadosen una especie de plaza circular o de encrucijada del progresote
nemes que elegir el camino o tomar una decisi& importante.

Cualquiera que sea el centro do esa decisin o el jefe de la empre


Sa, se trate de un industrial o de un agricultor, es evidente que se debe elabor
cierta estrategia y asta se basaen la teorta de los juegos. Se trata de tomar en
cierto nCmerode decisionescondicionales. Hay que tener en cuenta las estrate
gias de los adversarios;es exactamentesobre lo que gira tanto la poltrica en o
neral come la de empresa. Se establece un cierto númerod hip&esis fundan—
dose en las reaccionesde los que entran en el juego. El caso del agricultor
tiene caractertsticas especialespueses el nco en el que la estrategiaadver
es la de la naturalezay la propia debe basarsepor tanto en las variables posL.
lidades del clima.

Lo importante es que, si se quiere imaginar cmo puede influir es


ta actitud “prospectivo” respecto a las tomasde decisin, salo se puedever un
poco claro si nosapoyamosen la previsin pero de tal forma que nos csFaque-.
mos de ella0 Por lo tanto, el nico camino para avanzar en la definici6n y es
tudio de los mtodos y apoyarseen lo concreto y fundamental, es partir do ¡os
estudios de previsi&- y “prospective”,

De aht que la actitud “prospectivo” es una previsin que ofrece —

ciertos caracteres particulares. Esuna previsiSna largo plazo, irnaginavo,glo—


bol y desinteresada,

La previsin, muyfrecuentemente, es una pura y simple extc-cla


cin; se trata de prolongar una curva y de calcular el futuro a partir del prx—
mo pasadoo del presente. Si se considera que la “prospective” debe ser una
previsin a largo plazo, es evidente que ello plantea ciertonGmero de proLle’
mas. Todoslos planificadores consideranque el horizonte normal de un plcr
el de cinco años, pero estimanque, en rigor, pueden hacer previsionesarn?ian
do el horizonte con un segundoplan, lo que hace un total de diez años, Si e
quiere reflexionar con una orientackSnamplia sobre las tendenciasde grandos
vuelos de una economrao de una sociedad, no bostacon un plazo de dhz :i
hace falta plantearseciertos problemascon respectoa un futuro de 20,
años, puestoque en cinco o diez años no se definen las tendencias profii
De aquf que se plante el problemade la previsi6n a largo plazo. Peroen LStC
—4—
punto se presenteunagrandificultad; la diferencia de tiempos0El tiempodel
astnSnomo que cuenta por miles de millones de años—luz,es mucho maslargoque
el del gelogo, aunque ste lo aprecie en centenas de millares y ms an que
el del forestal que lo calculo en grupos de ochenta o cien años de vencimiento,
tiempo que a un polrtico le parecerfa extremadamente largo ya que para l diez
o quince años constituyen un plazo demasiado ¡argo, aunque resulte corto inclu
so para el desarrollo de un alamo,

Vivimos en tiempos diferentes0 Y ciertas personas en un msmo dta


viven en siglos diferentes. Por ejemplo, un obrero que trabaja en un fabrica mo
derna en los alrededores de Dakar o de Abidjan vive en el siglo XX o incluso —

en el XXI por poco que la electrnica se haya aplicado a la fabricacitn, Si —

vuelve a su pueblo de maleza en las inmediaciones de Dakar, a hablar con su


padre que continGa siendo artesano retrocede a la Edad Media, y si cambia al
gunas palabras con su madre incluso al periodo neolítico0 Su cerebro se somete
asra profundas distorsiones. Entre nosotros, este problema es menos evidente,
pero existe. En sectores que parecen prximos, el tiempo es muy diferente. Es
ms fcil por ejemplo, imaginar lo que ser el auto en el año 2000, que el a—
von. ¿Por que?. Porque la tecnica de la aviacon evoluciono mas rapudamen
te; los Caravelle y los Boeing quedaran enseguida anticuados, mientras que el
auto sufrr probablemente modificaciones menos profundas, Es decir que el
tiempo tiene diferente valor segGn las disciplinas0

En fin, la dificultad considerable para un hombre, digamos de 40


o 50 años es reflexionar en lo que pasara dentro de 20 años, partiendo de no
ciones que recibi 30 años antes de profesores que a su vez las habían apren
dido con otros 30 años de anterioridad. Hay una dificultad que nos afecta a —

todos y que no es pequeña. Hablamos siempre de la profunda discontinuidad —


que separa nuestra poca de las precedentes, pero nadie habla de que posible
mente habr un foso del mismo orden entre nuestra poca y la siguiente, vein
te años despus, dada la velocidad a la que se desarrolla la ¡nvestigacin cien
tflica. Puede producirse un corte brusco debido a cualquier invesligacin fun
damental o al descubrimiento de una t&nica determinada, hoy desconocida,
Evidentemente se presentaran grandes dificultades, Por ello, si se dijese tan
solo que la actitud “prospective” consiste en la previsin a largo plazo, no se
habrta expresado nada, Esto no es suficiente. Lo esencial es que esta actitud
debe ser completamente diferente y debe recurrir resueltamente a la imagina—
c’on.

En la previsin, se trata de calcular o de juzgar el porvenir a par


tir del presente o del prximo pasado. En el caso de la “prospective”,har fol
fa juzgar el presente colocSndose uno mismo, con un esfuerzo de imaginacin,
en el futuro, Har falta saber juzgarse a sí mismo y a sus actividades actuales
y las de ¡os que nos rodean como pertenecientes al pasado, En realidad este es
un esfuerzo de imaginacin, comparable al que hace involuntariamente el his
toriador cuando proyecta hacia el pasado sus preocupaciones actuales. Aunque
se les reprocho el juzgar el presenteen funcin del pasado,de buscar lecciones
en la historia, en realidad los historkdores han abandonadoesta concepcfn,ver
daderamente infantil, Porotra parte, esdificil para un historiador, aunqueobre
de buena f, el resistir a la tentacin de proyectar en el pasadosusconcepciones
presentes. Ser necesarioaprendera observarnosdesdeun punto de vista de his
toriador, corno pertenecientes al pasado.

Esta especie de gimnasiaimaginativa, de volteo, parecenecesaria


si de verdadse quiere poseeruna ¡maginaciSnactiva. Ciertas revoluciones men
tales son operacionesmuysencillas que consisteen poner arriba lo que esta aba—
¡o, a la derecha lo de la izquierda o delante lo que esta detras. El ejemplo cl
sico en la historia de la filosofta es el trato que Marx inflinge a la dial&tica he
geflana, llagando a decir “He puestoen pie a la dial&tica de Hegel”. Eslo que
pasa en ciertos descubrimientoscientflicos o m&licos. De repentealguien ataca
el problemapor otro costadoo de forma diferente y encuentra una nueva ley.

Se trata de distinguir entre lo que estaconfuso y de reunir lo que


esta disperso.

Distinguir, es saber hallar en ci presenteaquello que lleva’el ger


men del futuro. Se producentantos acontecimientosnuevosque se puedeadjudi
car una importancia enormea cosasque son cstriles a pesarde su novedad , de
¡ando escaparen cambio cosasimportantesaunqueno se destaquen. Indudable
mente la verdadera historia no es la que se lee en los pericdicos, sobretodo en
sus grandestitulares, sino la clandestina; la verdadera historia es subterrnea
formada por mOvimientosque no siemprese perciben.

Tambin existe la operaci6n inversa que consistepor el contrario


en acercar y unir los conceptosdiversos. Es lo que hacen los poetas, Se trata
de provocarun efecto de cheque reuniendo imgenes situadasa la mayordistan
cia posibio entre st. Tambin lo hacen los sabios, RobertOppenheimerdice a
menudo que la lectura de los poetases esenck! para los sabiospuesles evita —
dejarse arrastrar por la pesadezde su propia investigacin. Louisde BrogIle
djo en cierta ocasin que si se querfa comprenderverdaderamenteel mecanismo
de los grandesdescubrimientoscientflfcos, habta que pensaren un hombre que
hace frasesingeniosasreuniendo palabrasmuy distanciadasentre si. Estoes lo
que hacen los grandessabios, al comprenderrepentinamentela relacin desaper
cibida, hasta entonces, por el mundoentero entre fenSmenosque parectantotal
mente independientes.

En e! dominio de estosmovimientosde gimnstica intelectual e —


imaginativa siemprese comprueba que si se altera la escala del problema, su
dimensin o su nivel de abstraccin, ocurre algo que abre un nuevocamino o
punto de vista, Escompletamentenecesariodedicarse a esta especiedo juego
—6—

mental, Pero tambn es evidente que para que esta operación sea productiva ha
ce falta partir de algo con verdadero contenido. Para ello es preciso que las re
servas sean ricas y por tanto, la “prospecfive’ es una previsfn que debe tener ca
rcter global y no fragmentario0 En efecto la previsi3n ¡nc luso mejor elaborada,
no puede resultar exhaustiva, Esto es absolutamente imposible, ya que opera en
un sector dado y para que resulte verdaderamente f&il este sector debe ser muy
limitado. Pero el mayor peligro que presenta este mtodo —sise enfoco desde el
punto de vista de la previsiSn a largo plazo—es que se corre el peligro de concen
trarse sobre los sectores de previsin f&il, descuidando aquellos en los que &ta
resulta m& dificil0 Entonces el tablero queda incompleto hoy d0 si tenemos en
cuenta la extraordinaria interdependencia entre todos los fenmenos y disciplinas.

Es cierto que resulta mucho m6s fcil hacer la prevfsiSn en astron&


fico que en biologra molecular. En la astronutica parece uno adentrorse en la —
ciencia—ficcin pero en realidad se sabe ms o menos adonde se v. Se sabe, por
ejemplo que es imposible ir a Marte o Venus antes de un cierto nGmero de años.
En bilogra molecular, se esta en la aurora de descubrimientos extremadamente —
menos importantes. Si se quiere hacer una previs&i precisa es mucho ms fcil
en un ambiente que en el otro. El peligro es tener huecos enormes en el disposi
tivo; el contar con previsiones muy fciles en ciertos sectores y con ninguna en
otros. Es indispensable ocuparse del conjunto del tablero, El anlisis global de
ber preocuparse sobre todo de las zonas fronterizas, de las conexiones,,

Es caracterrsnco por ejemplo, que las ciencias que actualmente —


evolucionan son las que tienen un nombre compuesto. No es coincidencia. Por
ejemplo, la biologta molecular, la ptica efectrnica y se podrfa citar una do
cena m&. Esto es completamente natural, Existta una clasificaci6n de ciencias
cl&icas, de disciplinas acadmicas, Cada una naturalmente profundizaba su —
surco, poro entre dos de estos quedaba inexplorada la tierra virgen0 Y es preci
samente sobre ella donde se descrrollarn acontecimientos y serra un grave error,
baio el pretexto de su dificultad, el descuidar estas zonas poco exploradas,

Ser preciso examinar la c!asificacin actual de las ciencias con


los problemas consiguientes a su enseñanza. Actualmente se considera que la
clasificacin de los fenmenos (calor, electricidad, etc.) no es buena y que
convendrta sustituirla por la de las estructuras esenciales.

La disciplina ms retrospectiva de todas, la arqueologta, no pue


de desarrolkrse hoy dra si no se relaciono con otras; es decir, que un arqueSlo
go para realizar su misin no salo necesita estudiar arquitectura sino emplear —

conocimientos de radiactividad, exploracin submarina y fotografta a&ea, Ca


da voz mas, existe una ciencia diagonal, es decir, de enlace diagonal entre las
diferentes ciencias0 Por ello, es necesario provocar testimonios de investiga
dores pertenecientes no solo a edades diferente e-no nos referimos a la edad de co
londario sino a la edad mental—sino a disciplinas diferentes, Por ejemplo, reu—
—7..

unir matemFkos y rnskos en los que las preocupacionesse aproximen, fiicos y


pintores (no hace falta recordar que ciertos pintoresabstractosse han adelanta
do a pintar cosasque despuésse han descubiertocon el microscopioo el telesco
pio), fili6logs y soci6logos, sicSlogosy electrotcnjcos.

Aproximaciones de este g&ero permitencomprobarcualesson los


sectores que est&i relacionadosentre si, lo que es muy importante. Esnecesario
que el frente de la investigacin sea contrnuo, No puede haber huecos, como
tampoco entrantesni salientes. Estees uno de los grandespeligros de la poca
por lo que se refiere a las ciencias humanasy sociales, Espor tanto absoluta
mente indispensableque se hagaavanzar todo al mismopasoy que para ello se
siga una idea de conjunto. Por lo tanto, para lograr esta visn de conjunto,es
ta especiede panoramadel esptritu, hace falta colocarse en un punto de vista
que lo permita. El enfoque, segn los Anglosajonescuenta mts que el númerode
las ideas0 Einstein ha dicho: 11Nohe tenido m& que una o dos ideasen toda mi
vidaSl. Escierto que estasideaseran de un contenido excepcional0

Lo que cuenta por lo tanto, es el punto de vista donde uno se sifua


para reflexionar. En un paisaje de montai’íasla vista que se contempladesde la
cima no os la simple yustaposicin de las vistas fragmentario que se observandu
rante la ascensin, De igual modoes evidente que el inters general no essen
cillamente la sumade interesesparticulares como afirman algunos, sino algo muy
diferente.

La actitud “prospectivo” debe ser desinteresada. Hacefalta colo—


corso en un punto de vista que no sea del subdfto sino del soberano. De un sobe
rano diriamos,nosimplementenacional sino masbien internacional, dado la ex:
traordincria interdependenciade todas las naciones. Hace falta situarse en la
mentalidad del soberanodel estadomundial, del estadoplanetario; de no ser —

csr, es evidente que s se hacen intervenir en cada esccln consideracionespro-.


fesionales, consideracionesnacionaleso de clase, se crea cada vez un ltmite y
la reflexin no tiene un verdaderocar&ter de libertad. La mayor dificultad pue
de radicar en la dificultad de llegar a una “purificacin” do uno mismo, esdec
a librarse de cierto efocentrismoo arrivismo intelectual, que nos induce a favo
recer las ideas que nos parecenseguir la ¿flrecci6nque nos sea ms til.

Estas reservasmentalesson malthusianistasy nos impiden llegar al


fondo de las cuestiones. Peroel dominio de la reflexin al desinters es lo ms
rentable,. Esnecesariono solamentedesconfiar de estasreservasmentales, sino
tambin procurarno encariñarsecon nuestro propio pensamiento. El habercon
seguido ciertos resultadosque parecfaninteresantesen un momentodadono jus
tifica el que sigamosdando vueltas siempreal mismotema, Hace falta saber —

guardar las distancias consigo mismo, Claudel docraque hcbTasiempreen noso


tros partes que evangelizar, Tombin hay partesde nuestrocerebrode las que te
nomos que arrancar las telarañas, No hay que temer a esta limpieza, Pero, evi
—8..

dentemente, no todo entra en nuestrasposibilidades. Hay ciertos ltmitesquese


imponen a este procesoreflexivo. En primer lugar, los fenmenos irreversibles
tales como la automacin; un esfuerzoti po Gaudhi esabsolutamenteestril.

Existen tambin otros factores limitativos en los que no se piensa.


Por ejemplo el de la resistencia del organismohumano. Despus d los viajes do
los cosmonautas,se procaujoun gran optimismo, pero actualmente sesabe que a—
quellos manifiestan ciertos trastornos. En consecuencia, en el msmo campoen
el que se consigueuna sorpresaextraordinaricjmentesatisfactoria hace falta un
poco do prudenck0 Se apreciar dentro de cierto tiempo que incluso hay otras
pruebas muchoms duras, como por ejemplo las del ritmo de la vida modernaen
las grandesciudades. Hoy dta, la gran preocupacin de los mdicos en la cues—
fl& de la salud mental en las grandesaglomeraciones0

En un orden completamentediferente nos enfrentaremoslos añosve


nideros con un gran problemaen los patses afro—osi&icos,no solamentedesdeel
punto de vista demogrfico, econ6micoy social sino desdeel punto de vista l—
gico. Serte aventuradoel examinar ci conflicto estrictamentedesdeeste aspec
to0 Cuandose discute con los indios o los africanos cultos, se da uno cuenta en
seguida de que rechazan el principio de igualdad0 Peroincluso en el dominio
de la ftsica terica, ciertas nocionesde fndeterminacin e incertidumbredan la
impresin de que el terreno no es tan salido comose creta anteriormente.

Por lo cual, mejor que formular el pensamientoen forma de dilemas,


segn nuestra tendencia, ser conveniente presentarloen forma de opcionesde —
prioridades. Estoser prudentesi deseamos ser comprendidospor los no occiden
ta!es Pero para definir estasprioridades, hace falta ante todo ponersede acuer
do sobre el vocabulario a seguir y lo masgrave esque precisamenteel único len
guaje comanactual mente empleadopor nuestrasociedadde especialistas, que se
convierte en una torre de Babeleslde las tcnicas modernasde difusin: la pren
Sa, radio y felevisin0 Estelenguaje, en un medioque prestaservicios conside
rables estaobligado a ser en&gico, a acentuar lo esencial0 Actualmente los es
peciciistas, incluso perteneciendoa la mismaespecialidad, encuentrandificul
tades para entenderse. Existe un lenguaje ecumnico, uno salo y restringido, que
es el matem&íco, pero el formulismomatemtko no proporcionani muchomenos
un lenguaje comúnpara la sociedad, Estosmatem&icos, dedicadosa la pura l&
gica se mantienenaisladosdel mundo. Son los verdaderosmagos, ios verdaderos
pontflices de la sociedadactual, pero no se puede contar con ellos para propor
cionar a la sociedad la cohexin de un lenguaje comanporque el que utilizan es
dificilmente comunicable. Peroes preciso buscaralgo que establezca la cohe—
xin en la sociedad0 En otros tiemposexisttan mecanismosde autorogulac;n.
En la sociedad de ayer uno de ellos era ci recursode la tradicin. Pero hoy dta
no se puede contar ya con LI. El nico al que se puederecurrir es simplemente
la apreciaci*n del caso a la vista del fin propuesto. Portoda clase de razones
llegamos asta la necesidadde señalar una mcta y una finalidad a la sociedad, y
—9—

por tanto a la reflexin ‘prospectfve”, Tanto ms cuanto que un cambio no tiene


5r
valor por solo0 Preveruna mutaci6n esta bien; pero ¿con que objeto?. El carn
bio no tiene sentido sino para conservaralgo, para mejorar lo que ya existe,Hace
falta tambin conservarun elemento permanente. Una vez m&, no se trata de a—
divinar el porvenfr probable sinode preparar el porvenr deseableasf cornode ha
cerio posible. Porello, hace falta sabor lo quedeseamosconservara cualquier
precio y esto provoca, sn que se pueda evitar, el problemade los valores. Estos
valores tienen que ser absolutos, puesde ser relativos, y ademasmolestos, es f—
cii que los echemospor la borda, Esnecesarioque tengan a nuestrosojos un ca—
r&ter absolutamenteimprescindibley que tengamosla voluntad de edificar sobre
ellos la sociedad de mañana,

Hay una concepci& que se dirige al hormiguero. Pormi parte,soy


opuesto a ella, Si se estacontra estaconcepcin, e estaobligado a admitir que
lo quecuenta esdescubrir la vocacin personaly ayudar a los dems a encontrar
la suya, lo que probablementees la verdaderadefinicin de lacaridad intelec
tual. Desde luego que este sGlo es un comentario sobre la parbola de los talen
tos. Pero si se ajusta uno a esta opclin que no parece caer en una moraUzacin
anacr6nica, nuestra reflexinhtprospectiv?debe tener en cuenta las consecuencias
probables en el porvenir, de esta opci6n fundamental.

No se podre avanzar desde el punto de vista de la reflexf6n “pros—


pective” si no se hace una e!eccin, si no se toma una dcc isfn sobre el tipo de
sociedad m& conveniente, Los esquemaspuestos en circulacn son esquemasdf
n’Smicos y tienen uia acciSn sobre el precnte, Hay que tener cuidado con lo —
que se lanza a la cfrculacin, pues inconscientemente se favorece a ciertas es
tructuras y se arruina a otras. Ciertas medidas deben tomarse con urgencia si se
quiere que suceda algo determinado en un plazo de veinte o treinta años. A es
to respecto recordaremos la ftse do Lyantey sobre el bosque de cedros: “Necesi
to un bosque a!lr arriba”, y contestando a la objecci6n de que el conseguirlo Ile
varac mucho hampo:u Razon de mas para comenzar enseguida, No podemos per
der un minuto”,

En el dominio de la enseñanza y la ¡nvestigacin, sucede lo mismo,


Cualquier retraso en este sentido har sentir sus consecuencias en veinte o trein
ta años, En consecuencia, es necesario que en todos los escalones, existan orga
nsmos de reflexin que puedan llevar a cabo esta misi6n imaginativa, Especial-.
mente en la administraci6n, precisamente porque esta idea es contraria a sus h&.
bitos,

Se presenta ahoralapregunta ¿Qu clasede hombres se quierefor


mar pormedio de una enseñanza adecuada?,Desaf roa cualquiera a responder a
esta pregunta.Se dr cuales sonlasmily una cualidades necesarias paraserun
buen tcníco,o jefe, etc,,, Una cosaes cierta y esque elmundoque noses
pera empiear mucho ms la inteligencia, La materia gris ser el arttculo ms so
— lo —

licitado, No se ser nuncademasiadointeligente. Esevidente que para reparar


una mquina electr6nica se necesita m& intoligenck que para cargar un calde
ra1. En consecuenciapodemosfijar como metade la sociedadel desarrollo por —
parte de todos de la roflexin creadora, que es La basede la actitud “prospecti—
ve”. Hace falta preparar una sociedadque favorezca esta reflexin en todos los
escalones, mediosy niveles, Y por reflexi6n creadora se entiende la que no se
limite a ser conceptual sino que esta abierta igualmente a los hechosconcretos,
Una inteligencia que esta verdaderamentearraigada, Asf se llegara a formar —
no solamentepersonasen el sentido en que astase comparaa una planta que hay
que cuidar, sino personalidadesrecias, esdecir, gentesque tengan como primer
objetivo lo que Descartesllamaba generosidad, esdecir, decisi& para hacer,en
cualquier circunstancia, lo que crean es mejor o menosmalo,
CESEDEN

GEOESTRATEGJA“PROSPECTIVA”(*)

(Por el Contralmirante LEIOTIER, “Revue


de Defense Nationale”, Nov. 1965)

(*) La “prospectiva” concepto que se cito últimamente con mucha frecuen


cia sobre todo en las publicaciones francesas, se refiere al estudio de las po
sibilidades futuras en muy distintos &denes, de acuerdo con los resultados —

de la investigacin actual, sus nuevos conceptos y su proyecciSn prevista;


apl icndose dichas posibilidades a los programas de acciSn o desarrollar.

N, del T,

BOLETIN DE INFORMACION N2 2.- IV


—1-.

La influencia cada vez ms evidente del progresocientflico y t&ni—


co y de las actividades pskohgicas sobre la Uprospectival2estratgica, lleva a al
gunos a pensarque el papel de los factores geogrficos no tiene importancia en el
estudio de esta disciplina.

Frente a la escuela clska de geoestrategia, se levantan ahora las


modernasescuelast&nico—estratg ka y psico—estratg¡ca,

Para la primerado estasdos Itimas escuelas, la aparici6n de siste


mas de armasniisil—nuclearesde destruccicnglobal, anula toda otra consideracfn.

Para la segunda, la evolucin estratgca estadominadaactualmente


por los sistemasde expansin del marxisrno—loninfsrno.

¿ Qu sgnifican —dicenlos partidarios de la escuela t&nico—estra


tgica— la importancia “hist6rica” de Gibraltar, Suez, los estrechosturcos, el es
pacio ruso, el fosodel Rhin, la insularidad britnica, etc, o la influencia de tdT
o cual dial&tica revolucionaria en la poca de los misilesnucleares intorcontinen
talos y espaciales ?.

¿ Qu importanno salo los factores geogrf fcos sino fambn un ar


mamentocuya mismapotencia de destrucci6n recrproca impide su empleo—dicen
los seguidoresde le escuela psico—estratgica—
cuando hoy el juego decisivo se —

basa en la conquistasutil de los cerebros?.

En realidad, en la basede todos los factores de la ostrategki, como


de todas las actividades humanas,esta —pordeficini6n—la inteligencia del hombre,
fuente de los progresosdialcticos, cientflicos y tcnicos y el universo ffsico don
de aciul toma todo lo necesario para su existencia y para la realizaci6n de todas
sus concepciones, comprendidoslos sistemasde armasm& evolucionadas. Luego,
es la mismageografra,en el sentido ms amplio de la palabra, !a que nos provee
de todos estosmediosfundamentales.

Pero si estosmediosgeogrtficos han permanecidosnsfblemente in


mutables desdeel comienzo de la historia humana,su empleo ha variado constan
temente en funcn, por una parte, de su descubrimiento(aún determinado) —

por el hombrey por otra, de los mediost&nfcos creadospor estc para ¡ncrernen—
tar susposibilidadesde accin,

Por ejemplo, “la estrategia&tica” no podta existir antes, por una


parto, del descubrimientode esta regin y por otra, del logro de aviones capaces
de sobrevolaroperativamentey de submarinosde propu!sin nucl?ar que pueden —

operar durante largo tiempo bajo las balsasde hielo. Lo mismose puededecir con
respecto a las aplicaciones de la energra de la explotacin de ks yacimientosde
—2—

carbn, pctr6leo y uranio, etc1

L/ os’e 1ec.1ops
1
decir dci estudio de la evo!ucion de las posibilidades
0

de empleo de todas las carcci-ertsticas geogrficas en un porvenir previsible, posi


blemente dependa uno de los elementos de base ms firme para la estrategia mun
dial “prospectiva”.

Laevoluci&geoestratgica

A medida que la concepci6n estratgica se amplí’a, recurre a los da


tos geogrficos cada vez m& diversos y detallados.

Cuando ¡a estrategia se limitaba a la maniobra de los antiguos ej&—


citos contra los objetivos geogrficos determinados por la polttica, las relaciones
de una y otra de estas disciplinas con la geografta, se limitcba esencialmente a
la configuracin del suelo,

Lc geo—poiflica se interesaba ante todo por los lrrnites territoriales


de los diferentes estados, origen de clsicas disputas de soberanta geogrfica, en
las que intervenian los argumentos tan conocidos de “fronteras naturales e histlS—
ricas”, materializadas generalmente por obstculos geogrffcos tales como litora
les, nos o cresterras de montañas, O en su defecto, por delimitaciones conven
cionales que, en las regiones que no ofrcctan una clara divisoria basada en los
obstcu!os naturales, regta el trazado de los paralelos o meridianos,
0 •1
Tal fue la ¡inca de demarcacion planetaria establecida por la —
“bula de particin” del Papa Alejandro VI en 1493, repartiendo las tierras por —

descubrir en ultramar entre los españoles y portugueses segn quedasen a un lado


u otro de un meridiano trazado en medio del At!&tico.

Igual sistema de delimitaci&, se sigui durante este siglo para di


vidir los sectores &ticos por los meridianos que prolongaban las fronteras litora
les de los estados ribereños y recientemente para las lfneas de! armisticio fijadas
por e! paralelo 38 en Corea y el 17 en lndochinae

Por otra parte, la estrategia operativa no ha tenido en cuenta a la


geografta, durante mucho tiempo, ms que desde el punto de vista de las posibi
lidades de maniobra de los ejrcitos, sea para comprometer a las fuerzas adver
sas en las condiciones ms favorables al bando propio, sea para atender a los ob
jetivos geogrficos asignados por Ja poirtica.

En todo caso, se trataba esencialmente de la geografra ftsica “de


superfici&’: distribuciSn de tierras y mares, posiciones relativas y superficies corn
paradas de los diversos Estados, relieve, hidrografta, climas, colonizaciones hu
manas, recursos alimenticios, vtcs de comunicacin, obstculos naturales, etc,
—3—
Hoy dfa, la estrategia mundial —comola polttfca—no puede Umitar
se a esta geograf r0 “de superfkie”. Pore contrario, debe estudiar a fondo todo
lo que puede concurrir a proporcionar a las diferentes naciones su verdadera poten
cia y por tanto, la geogrefra humana ¡ la distribucin de las materias primas, ha
madas precisamente “estratgica?, los recursos alimenticios, energticos, las mo
dernas vras de comunicacfn de varias clases, las instalaciones industriales y su
capacidad de producc;&, etc. Bosquejaremossucintamente la evolucin gecestra
tgica de los diferentes factores.

Geoestrateg ichumana

El primer aspecto y posiblemente, desde el punto de vista “prospec


tivo11 el m& agobiante hoy dra de la geoestrategia humana, es la superpoblacSn
en ciertos patses.

Los organismos especializados en estos problemas nos demuestran que


la poblac;3n mundial, que sumaba unos quinientos millones do personas hacia 1650,
alcanza hoy los tres mil millones. En los illtimos cien años so ha duplicado con ex
ceso y crece a tal ritmo que a final d siglo alcanzar probablemente 1os cinco mil
millones, entre ellos mil millones de chinos.

Sobre una superficie pr&ticamente limitada de tierras emergidas que


no ofrece mSsque una parte diftcflmente ampliable de suelo aprovechable para el
cultivo, un crecimiento tan acelerado de consumidores tiene evidentes consecuer,
cias tanto polrticas como estratgicas respecto a los cuales frecuentemente ser —

dificih calcular la gravedad u prospectiva ,, ; puesto que esa superpoblac ion esta.. lo—
• .

ccl izada en las regiones que ya son o sern probablemente en el futuro los focos
de perturbaciones geopolicas.

¿ No invocaron su necesidad imperativa de “espacio vital”la Alema


nia hitleriana, la Italia fascista y el Japn de 1941 para justificar su entrada en
la segunda guerra mundial ? ¿ No es el crecimiento demogrfico musulmn, sobre
un suelo de capacidad productiva limitada, una de las causas del drama argelino,
cuya resolucn no depende de su independencia ? ¿ No es la expansin demogr
fica negra el carctor dominante en el drama sudafricano ?, Y la de los chinos
¿ no figura en el fondo del pblfco empeoramiento de las relaciones chino—sovi—
ticas ?.

En nuestro concepto, en estas hipertrof ras demogrficas locales exis


te una causa latente de conflictos, m& fuerte que cualquier otra consideracliSn,y
la geoestratgia no lo puede ignorar, Desde esta perspectiva debe analizar los
diferentes aspectos del potencial humano de las naciones.

Como en ci caso de la simple comparacicSn de la extensin. de los


patses, el conocimiento de la cifro global de sus poblaciones respectivas no es su
-4-
ficiente para calcular su potencial,

Para establecer las caracteriticas del problemademogrfico hace


falta detallar la distribuci& de los indviduos por su edad, sexo y profesin, su
localizacjn urbanao rural, la capacidadcientflica y t&nica del conjunto juz
gado por la originalidad, la calidad, el perfeccionamientoy la cantidad de sus
realizaciones en material modernode todas clasesy, particularmente, en siste
mas de armasnuevas.

Es igualmentenecesariotener en consideracin el rendimientodel


trabajo individual y colectivo y el comportamientopsfcolgico, especialmente
L
por lo que se refiere a succ.osLn noci’ r 1 de valor civico, de grado de adhe
*
-,

sien ci una ¡deologra militante, y de esprritu de sacrificio, resistencia, etc,

Recientes acontecimientoscomo p. ej. la guerra entre Israel y E—


gipto de 1956, han demostradoque los discursosinflamados, el númerode efec
tivos y en armamentomodernoimportadono basta para asegurarla superioridad
militar, Porel contrario, otros ejemploscomo las guerrasde Corea e Indochina
han puestoen evidencia que masashumanasque no poseianms que armamento
ligero, sin carros de combateni aviacicSn,pero disciplinadas, fanatizadas, de
gran resistencia e insensiblesa las p&dfdas podran traer en jaque a fuerzasdo
tadas de las armasms modernas.

Geoestrategjainsular

No deja de tener inters al estudiar la geoestrategiahumana,pre


sente y futura, el observarcomo ostn situadaslas diferentes comunidadesque se
enfrentan hoy dfa. Quiz te sea un resultado del “ hecho insular mundial “en
que el determinismosea posiblementemuchoms duraderoque e! episodiodel —

“hecho comunistamundial” de la actualidad.

Todos los hombresson insularesen el justo sentidogeogrfico de la


palabra, puesen nuestrouniverso no existe superficie terrestre que no esta “rede
ada de agua por todos suslados”.

Solo que hay diferentes gradosde insularidad. El de los ingleses,


p. ej. tiene consecuenciasgeoestratgicas y geopoltticas infinitamente ms acen
tuada que para los insulareseuroasiticos, de los que desciendenhistricamente,
al igual que puedecon los insularesde las am&icas y probablementecon los de
todas las otras islasdel mundo, segGnlas teorrasde los geopolrticos.

Segun estasteorias,los primeros uempulonesdemograficos surgie


• • _•

ron entre los nmadas que giraban sobreel centro de la isla mayordel mundo, —
u -. .• • •
Eurasia Ianzandolos a la busquedade espaciosvitales hacia las peninsulase
,

islas adyacentes, ms templadasy f&tiles, al Oeste, Estey Sur de dicha “isla”:


Europa, Oriente Medio, India, indochina e Indonesia, China, Japn e incluso
Amrica del Norte, en este caso a travs de los bancosde hielo del “Gibraltar”
o estrechode Behring.

Las mayoresfacilidades de vida material e intelectual de la cuen


ca mediterrnea y de EuropaOccidental favorecieron el progresode las ciencias
y t&nicas, especialmentelas de la navegacin en alta mar, lo que origina a fin
del siglo XV la marchade los europeoshacia Occidente para descubrir y expio —
tar las tierras de ultramar poco habitadas, mientrasque un siglo despus los rusos
o europeosorientales partran en trineos y en barcosfluviales a explorar y tomar
posesin de la parte central y del nordestede Asia y despus de la costa noite
te de Am&ica, hasta quedardetenidosen el Amur por las masaschinas.

Al partir de Europavolvicndose la espalda, unos hacia Occidente


los otros hacia Oriente, estosconquistadoresdel planeta, tenn que encontrar—
se fatalmente cara a cara en e1 otro extremodel globo terrestre, lo que sucedi
en Alaska, a principios del siglo pasado. Estedato geoestratgico es verdadera
mente”histrko”, aunque pasa entoncescasi desapercibido, porque marcaba el
fin de las posibilidadesde expansin de unosy otros sobreterritorios poco pobla
dos por hombresen estado primitivo y como consecuencia, la creaci6n en los an—
trpcdas de una nueva frontera entre las dos comunidadeshumanasde nivel tcni—
co comparable, procedentesde Europa.

La evolucin a&ea permith a estosGitimosconquistadoresde am


bos mundosbloqueadosentre si, en el sentido Este—Oeste, dirigirse haci,ael Nor
te y volver a enfrentarseen las costasdel “Mediterrneo &tico”.

Es necesarioreferirse a estosdatos geoestratgicos a fin de evitar


incomprensionesnaclas de una estrategia “egocentrista” afectadaspor la posi—
cian que se ocupa sobre el planeta6

Para el “insular” de Europa, la actual situacitn del mundoest do


minada por el hechode que el supuestoII perturbador noIIesta — separadooe el mas
..
-

que por una ltnea convencional transpenínsular. Para ci insular britnico esta
situcicin se atenGainstintivamente, a pesarde la aviacin y de los misiles, por
la existencia entre l y susaliados del “foso anti—carro”de la Mancha.

Finalmente, para ci insular norteamericanosi bien el “perturbador”


esta en contacto frsico con susaliados de la cabeza de puente europea, m& aII
de los 6.000 Km del OceanoAtlcntico, el mismoperturbadorso encuentraal —
Norte de su isla, al otro lado del Artico y sobre todo a punto de tocar su propio
territorio al Noroestedonde no les separamGsque ci “paso do Calais” de Bchring.

¿ Cmo, en estascondiciones, los puntosde vista estratgicos de


los diversosaliados insularesno han de diferir aunquecoincidan en susopiniones
—6—

metafísicas sobreel marxismo—len


mismoy sobre las posibilidades t&nicos de los
diferentes sistemasde armamento?.

Los “insulares” europeos, ¿ puedentener la mismareaccin geoes


tratgica que ios de Am&ica del Norte ante la ¡nstalaci& de misilessoviéticos
en la isla de Cuba, situada frente a Ja costa americana, cuando estadista 7.000
Km. do Europa?.

Geoestrategiaecon6rnica

Desde el punto de vista geo—econmicoes esencia!tener en cuen


ta el grado de autonomíade las nacionesdesdeel punto de vista de la alimenta—
cian, materias primasindustrialesy cnerg&icas, transportes, capacidad cuanti
tativa y cualitativa de producci& industrial, etc.

Desde el punto de vista de la alimenfach5n, por ejemplo, se oye a


veces que la produccin agrícola francesa puedeatender a las necesidadesesen
ciales del país. Estopodría ser cierto en tiemposde Napolen, despu&de la
susfltucín del azucar de remolachapor el de caña, pero no lo es hoy día.

Francia tiene que importar cada año, de Africa del Norte, un mi—
lln de toneladasdo fosfatos para abonos, sin los que la produccin agrícola be
aria progresivamentehastael 50 /o de su nivel normal. Peroaun es peor, dada
la reciente y satisfactoria rnecanizaci6ngeneral de la agricultura francesa, s—
fa quedaría ¡nmedicta y completamenteparalizada si fallese el aflujo constante
desde ultramar de los millones de toneladasde carburanteslíquidos, indispensa
bles a susmillones de tractores, camionesy otros vehículos utilizados en el cul
tivo, recolecci6n, preparacin y distribucin de los productosagrícolas,

Es conveniente recordar, aunquese olvide en tiemposde normali


dad, que todos los vehículos motorizados,—incluidoscarros de combate, avio
nes, navios de guerra y transporte— dependen directamentede la ¡mportaci6n
del petrleo, que en 1939supuso3 millones de toneladas y hoy día alcanza los
30 millones.

La mayor parte de las materiasnecesariasa nuestrasindusfrial,es—


pecialmente para la electrnica y la fabricaci6n de armamento, han de importar
se: cobre, estaño, niquel, cromo, plomo, zinc, manganeso,cobalto, antimonio,
mercurio, platino, cuarzo, mica, grafito, etc. trayndolos de ultramar: Amri—
ca de! Norte y del Sur, Africa del Norte, Centro y Sur, Madagascary Nueva
Caledonia. El agotamientode las minasdo Lorenanos obliga a enfrentarnoscon
la imporfacin de los mineralesricos en hierro del Onenza y Mauritania.

Debemosimportar la totalidad del algodn y las cinco sextaspar


tos de la lana para nuestravestimenta, la casi totalidad de la manerade cons—
-7—
truccn, pasta de papel y otros productoscelulsicos, a raz&1de siete millones
do metroscbicos por año.

Esta dependenciainmediata de aportacionesconsiderablesde ultra


mar es comana todos los pcrsos:e la :.Tr,comre-dcs los EstadosUnidos.Es
to se pusode relieve durante Ía guerra de Corea, cuandoadquirieron todas las —
materias primasdisponiblesen el mercadomundkl, a fuerza de dlares.

En 1940se habh muchode la famosa“ruta dci hierro” alemn, par


tiendo de Escandinavia. hoy dio lassi rutas del hierro II del Labradorel Orinoco,
• •—

Brasil, Pera, Chile y Guinea para los EstadosUnidos jy Onenza y Mauritania p


ra todos los occidentales; la del petroleo de Oriente Medio,Africc del Norte y
Am&ica Central; las de uranio, cobro, niquel, cromo, estaño, manganeso,macle
ra, lanas,algodcSn etc, son an ms vitales para occidente.

Geoestrategadelostransportes

Designamosasrci examencomparativode las caractrtsflcas ostra—


tegicas do los diversosmediosmodernosde transporteen funcin de sustcnicas —

propias, del medio geogrfico y de las fuentes de energía.

Desde este punto de vista es conveniente no dojarsecegar por la ge—


neralizacin de las posibilidades espectacularesdo los puentesareos.

No hay que olvidar que los aviones actuales —sobre


todo los de reac—
cian— consumenun tonelaje do carburante de alta calidad —ypor tanto costoso—,
que so obtiene solamenteen instalacionesmuy especializadasy cuyo posoequiva
le a lc carga itf 1 durante unos2.000 kms.

Esto determina matomticamente, no solo el coste de su empleo, si


no su mismaposibilidad, puestoque ms cil de unoscentonaresde kilmetros,par
tiendo do los mediosde su propio carburante, no puedentransportarpor si mismos
la cantidad que l es necesariapara el recorrido do ida y vulta de un “puente a
reo”.

Por ejemplo, para transportaruna tonelada a travs del Atlntico —


Norte, un avin consumealrededor de dos toneladasde carburante mientrasque —

un barco de carga no consumems que 15 Kilos de petroleo o 7 Kgsdo gas—oilo


unos gramosde uranio enriquecido. En cambio, si el pesoy volumen de la mer—
cancta lo permiten, la duracin del transporto por avn es inferior a las 10 horas,
mientras que llega a los 10 ds por barco de carga.

Estas consideracionespermitenapreciar moor las verdaderascarcc—


terrsticas estratgicas de demostracionestales como el puente a&eo Big Lift do—

Octubre de 1963, que consisti en transportaren tres diis el personalde una di—
—8—
vísi&’ de los EstadosUnidosa Alemania, Los 240 aviones de gran capacidad de
transporte de la USAFmovilizadosa tal fin consumieron29000 toneladasde —

carburantes para reactor (de un valor de 20 mii Ionesde dlares) que fu preci
so colocar parcialmente de antemanopor navios y oleoductos en las basesde —

aviones nodrizas y en las basesalemanaspara la vuelta. Porotra parte, para


poder emplear militarmente los hombrestransportadosestostenran que encontrar
a su llegada la enormecantidad necoscria para una divisin moderna(m llares
de vehrculos de todas clases, reservasde 1ciones, carburantes, municiones y
recambios), transportadospreviamentepor barco, ferrocarril y carretera. Final
mente, en la realidad de una operacin de guerra y admitiendo que este material
desplegado previamentesobredecenasde kiIrnetros de carretera, haya podido
ponerse en manosde los soldadostrados de Amrica (es decir, suponiendoque
no hayasido capturado por un adversarioque en situacin ventajosa y dueño de
Ja iniciativa) habnShechofalta establecerun puente marrtimode mantenimien
lo.

Á tftulo de compciracin, el transporteestratgico “Unitecl States”


se ha construido para transportarla mismadvisin, con su material ligero y va
nos miles de toneladasdestinadasa su mantenimiento, en un salo viaje de tres
ds, llevando ademaslas 6.000 toneladasde petncleoque le permitenregresar
a los EstadosUnidossin repostaren Europa.

En e! estudio de todos los aspectosde un transporteestratgico —

“operativo” no se puedeolvidar que en Dfen—Ben—F,el “puente de coolies”



se monto II
sobre e! puente acreo—ji

Perspectivasgeoestratg icas

E! valor prospectivode la geoesl-rategicno solamentese ha confir


mado por la evolucion actual de las relaciones chino—rusas
sino por todos los—

acontecimientos que se han desarrolladodespus de la implantacin del comunis


mo en Rusia.

Si es verdad que el expansionismosovi&ico tiene por fin —oficial


mente—la expansfn del sistemaideolgico y social marxista—leninista sobreel
mundo entero, no debemosolvidar que desdee1advenimiento de este rgfmen
en Rusia, Mosca, reconocida como “capital del proletariado mundial’1no ha —

deado de ser tambin la del ex—imperiode los Zares y que su expansionismose


ha concretado por mediode conquistas terrtorfales, siempre que las circunstan
cias lo han hecho posible o en su defecto se ha recurrido a k•implantacin de
estados ‘1satlftes”, segGnel sistemacl&fco de las anexiones o protectorados,
en las direcciones geoestratgicas tradicionales de la expansin rusa anterior
al comunismo,

No fu por motivos ¡decrogicos por lo que se frmcSel pacto con


—9—
la Alemania hitierista de 1939para el reparto de Polonia y se “liberaron” por el
ejrcito sovitico los Estados Bcílflcos, que eran independientes desde 1919, o por
lo que se arranca en 1940 la Besarabkia Rumanfa o a Finlandia el istmo de Care
ha en 1940 y Petsamo en 1944.

Como tampoco fu este el motivo de:

La anexiSn de Prusia Oriental en 1945; ci desplazamiento por de—


cision unilateral de la frontera de la nueva Polonia sovietica a la lineo de Oder—
Neisso; la creaci&, de una Alemania Oriental sovietizada y ocupada por el ejr—
cito rojo hasta 50 Kms. de los estrechos daneses y a 150 Km. del Rhin; la expon—
sien del imperio sovitico por medio de Bulgaria hasta 150 Kms. de los estrechos
turcos y a 50 Kms. del Mar Egeo.

O del convencimiento de Stalin de poder realizar al fin el sueño


obsesivo de los Zares creyendo que podrta adueñarse de Grecia, merced al levan
tamiento comunista de Markos al mismotiempo que intimaba a Turqufa para admi
tir la “defensa en coman” ruso—turcade los estrechos, lo que motiva la interven—
cian de Truman el 12 de marzo de 1947.

Como tampoco eran consideraciones ideolgicas las que empuaron


al mismoStalin a reclamar con insistencia en e1 Cairo, en Yalta y en Postdcm un
“mandato ruso” sobre una de las ex—colonias italianas de Trtpoli, Libia o Eritrea.

En fin, tampoco es por ideologl’a por lo que en el momento de la


derrota del Japn, los rusos quitaron a los japoneses la mitad sur de Sakalfn y se
anexionaron militarmente las islas Kuriles, convirtiendo tarnbin el Mar de — —

Oknotsk en un mediterraneo sovietico, mientras que en cualquier ocasion recla


• .• •

man la prohibicin de acceso al Mar del Japn a todas las fuerzas navales que no
pertenezcan a los estados ribereños con el fin de conseguir pr&tkamente un nue
yo mar ruso.

En cuanto al problema cubano ¿ habría interesado hasta tal extre


mo a los Estado Unidos la adheshn de Fidel Castro a la ¡deologfa marxísta—lení
nista si no fuera porque dominaba una isla situada a 150 Kms. de su territorio y
porque habfa autorizado la instalacin de los misiles sovi&fcos dirigidos contra
ste ?.

Inversamente ¿ no es gracias a su situacin geoestratgica por lo


que los Estados Unidos han podido decretar el bloqueo aero—naval de Cuba con —

decisiva eficacia sin que Rusia pudiera oponerse miUtarmente, a pesar de sus sis
temas de armas misil—nucleares intercontinentales, por temor a las correspondien
tos armas submarinas de los americanos?.

Seguramente esta demostraciSn de fuerza no se habría desarrollado


— 10 —

si Castro y su ideologta se hubieran presentado, p. ej. en el Afganistan,

La realidad del “comunismo mundial” no se puede negar, pero para


nosotros no es ms que la justificacin social y el motor psicotgico del expansio —
nismo contemporneo de Rusia y China, como lo fueron el Cristianismo y el Islam
en la poca de las Cruzadas, la ¡deologfa de la revolucin francesa en el expansio
nismo napolenico, y, posteriormente, el nacismo y el fascismo, aunque estas Glti
mas ¡deologtas que constitutan poderosos motores psicol6gicos internos no hayan si
do invocadas abiertamente como ¡ustificacfn del expansionismo hiflerista o musoti
n iono.

e fi o.
Los hungaros han podido comprobar que la desestahnizacon no —
ha renunciado ni a las conquistas territoriales de Stalin nf a las intervenciones del
Ejrcito Rolo, cuando se han estimado nccesarks para mantener a los satlifes ba —
¡o la obediencia a MoscG

Precrsamente porque el coloso domogrfico chino no ve ninguna ven


tajo en abandonar sus propios imperativos geoestratgicos histrfcos es por lo que —
las fricciones “temporales” de antaño entre las naciones rusa y china se reavivan
no obstante su supuesta unidad ideolgfca monolflica, afirmada corno dogma por los
expertos antes de producirse tas disensiones actuales. A5 lo registraba, despus —
de descubrirse esta sftuacicSn, Zbigniew Brezniski, especiaUsta en temas sovliticos
en la Universidad de Columbia, en la revista “Foreign Affcirs” : “Bajo la capa del
comunismo internacional, los dirigentes rusos y chinos, se entregan en realidad —
al comunismo nacional”.

La gran experiencia de prospecflva geoestrafgica del Almirante —


Castex le habra permitido prever este acontecimiento. En su Gltima conferencia ¡
dada en el Instituto de Estudios Superiores de la Defensa Nacional el 30 de junio
de 1956 hacta esta pregunta : “ Esta Rusia, que pensaba servirse de Asia como un
trampoltn cor)tra los occidentales ¿no se vera obligada corno enotras ocasiones a —
convertirse en la vanguardia de Europa contra el perturbador asitico?. Entonces
volvertamos en resumen, de Lenin a Miguel Strogoft. Situando la actitud de Ru —
sia como consecuencia de las perturbaciones que se producen pericdicamente sobre
nuestro vejo mundo pasarfmos directamente de la fase alemana a la china saltan
do por encima de la fase rusa que se prevera como sucesora de la alemana. Rusia
se yerta entonces situada en corto—circuito. Figurarta —atflulo defensivo tanto en
la fase alemana como en la china, sin haber tenido tiempo de jugar un papel ofen
sivo en su propia fase”.

En aquellos dtas, los expertos en asuntos chinos o sovflcos se en—


cogtan de hombros ante el enunciado de esta hip&esis, pero siete años despus, los
corresponsales do prensa telegrafiaban desde Washington: “En los medios diplom—
—11 —

ticos occidentalos existe el convencimientode que la polftica del Kremlinesta ac


tualmente —ylo estar en los añosvenideros—dominadapor la realidad de un con
flicto chino—ruso,¡deolgico y geogrfico a la vez”.

Mientras que en el curso de una sesin plenaria y pbUca de la O.


N.U., e1 secretario del Forefgn Office, declaraba:

“Actualmente, existe una situacfn que podrta abrfr el camino a un


nuevo caprtulo de la cooperackn entre la Unf6n Sovitica y Occidente.
CESEDEN BOLETINMENSUAL
N° 2
Dpto.de Informacion

ESTUDIOS
TÁCTICOS
YLOGISTIC
LAS FUERZAS AEREAS TACTICAS

LA TACTICA NUCLEAR

1
e 1

y
CESEDEN

LAS FUERZASAEREASTÁCTICAS

General del Cuerpo A&eo J0 Calmel, Coman


dante de las FuerzasA&eas T&tkas y de la
12 Rogkn A&ea.
(Forcas Aerennes Fran9aises)

—o—

BOLETIN DE INFORMACION N2 2 — y
Si se quiere exponer lo que son las fuerzas aroas tctkas,atenindo
se a la realidad, es necesario adoptar un plan en tríptico en el que se evoque tar
to lo que ha existido en un morco convencional, como lo que existe actualmente —

en un marco nuclear y lo que existir a corto plazo en el marco francas. Nos es —

forzaremos en ser prudentes por lo que se refiere a un plazo largo, ya que es difí
cil definir con precisin las modificaciones tcnkas y tecnolgicas probables en —

los cinco proxmos anos.

Limitado así el sujeto, se puede exponer cualqukr cosa positiva que


permita comprender mejor la F,A, Tac. del porvenir, cuyo posible desarrollo se in
tentar esbozar tímidamente. En efecto, en el concepto de fuerzas a&eas t&ticas,
el plural significa menosque el singular, ya que las fuerzas a&eas t&ticas, a las
que hasta ahora ha prestado apoyo logístico la 12 Regin Area, constituyen, a par
1* de este año de 1965, una Fuerza A&ea T&tica, Por tanto, en 1c tercera parte
de este artículo trataremos de la fuerza a&ea t&tica francesa del tipo 1965, des—
pus de haber expuesto en las dos partes precedentes: la Fuerza A&ea T&tica re —

glamentcria del tipo 1945 y la Fuerza A&ea T&tica de la NATO, cuyo tipo es la
ATAF (Fuerza Mrea T&tica Aliada)

LA F,A. tAc. RE:L.*..:ITARv.; Tfl’:) 1945

La Guerrci’de 1914 1918 había demostrado que la decisitn debía


— —

buscarse en el enfrentamiento directo de masasde maniobra que hdbía que mantener


sin cesar a un nivel superior al del adversario,

Se hizo potente entonces la necesidad de cortar las fuentes de abaste


cimientos de las fuerzas enemigas por medio de acciones profundas sobre la retaguar
dio de los ej&citos e incluso sobre todo ci conjunto del país (comunicaciones, in —

dustrias, etc.).

El avin sobre todo iba a permitir estas acciones en profundidad, Pero


la potencia de las acciones acreas no pudo ser suficientemente fuerte hasta que las
fuerzas a&ecs tuvieron la posibilidad de concentrase rcpidamcnte en vuelo.

La libertad de accin do los ej&citos no puede sor obtenida mcs que


si se ¡mpidc al adversario emplear su potencial a&eo (superioridad area) y si por
la accin de las fuerzas carcas se amenaza la libertad de acci& de los ejrcos —

enemigos (apoyo).

Como consecuencia, aparecía la necesidad de una organizocin que


—2—

respondiese a los imperativos siguientes:

— Conduccj&, de la batalla aérea para obtener la superioridad a&ea.

— Realizacicn de concentraciones gracias a la economÇade medios.

Astnacit el concepto de F.A.T&tica, gran unidad adaptada a las


fuerzas terrestres, limitada en sus acciones en profundidad a las retaguardias de
los ej&citos y dotada de medios llamados tcticos, por oposici& a los medios es
tratgicos, destinados a la accin en profundidad sobre el conjunto de los territo
nos enemigos.

La 12 F.A.T. vi la luz en Libia donde la retaguardia del ej&ci-.


to de Rommel se extendra sobre el Territorio de las colonias italianas cuyos re —

cursos industriales no tenran valor militar.

Toma su forma definitiva en 1944 1945, en Europa Occidental


— ,

de acuerdo con el tipo de guerra que allrse libraba.

Su organizacin, resultado de las experiencias de la guerra, se —

plasmS en textos reglamentarios e incluso en la l.P.E.FA0 (lnsfruccin Provisio


nal para el empleo de las fuerzas careas de 1.954) en lo que subrayaremos lo e—
sencial para comprender mejor la evolucin, despus de 1945, del concepto de
la F,A. Tac,
La F.A,Tac. es una gran unidad aérea dotada de: medios d man
do (Estado Mayor, Centros de Operaciones Conjuntos, unidades de mando, de —

control, mando de servicios, mando de transmisiones); unidades de combate (Bom


bardeo, caza, reconocimiento, misiles); unidades de apoyo (transmisiones, G E,
ingenieros aeronut icos, defensa antia&ea, meteoro logra);y unidades de sostn
(servic;os tecnicos, polucia, sanidad).

Dispone de mandos a&eos subordinados, tales como el Mando A —

reo Tcctico (C.A.Tac.) y de un mando de bombardeo. Este ftimo engloba nor


malmente todas las unidades de bombardeo puestas a disposicin de la F.A.T.

La C.A.Tac. es esencialmente un mando operativo. Comprende :


un Estado Mayor, un centro de operaciones d C.A.Tac, agrupa un Crtro ope
rafivo conjunto (C.O.C.), &gano tierra aire, y un centro do control tctico

areo (C.C.T.A.), &gano puramente a&eo; un grupo, de control tctico a&eo


(GC.T.A.) que maneja el conjunto do medios de control y conducci& del C.
A. Tac.; un grupo de medios de transmisin; unidades de combate en número va
riable (escuadrones de caza, reconocimiento, unidades de misiles); unidades —

de apoyo (artillerfa del aire, etc.); unidades de sostn (mantenimiento, etc.).

La mayor parte de los medios de combate son manejados por los —

mandos subordinados a la F.A.Tac., pero esta Gltima puede reservarse el empleo


—3—
directo de algunosde ellos y, en particular, de ciertas unidadesde bombardeo¡
reconocimiento, caza o ingenios.

Gran Unidad Arec concebida para actuar en operacionesconjun —

tas, la F..A Tac. esta adaptada, Conoralmente, a un Grupci do Ej&citos, en tan


to que el C.A.Tac. es el mandoa&eo adaptadoal Ej&cito. —

El examende la orgarnzaclon de la F.A.Tac. muestraque esta en


.

condiciones de concebir, proponery conducir una maniobraconjunta en común


con las fuerzas terrestres. Es capaz de dirigir las operacionesareas en su asca—
pero tcmbin puededescentralizar la ejecucin en el escalanC.A.Tac. Pue
de balancearsusfuerzas de un C.A,Tac. a otro, realizar la concentracin envt
lo de todos susmediosde combatoo su dispersin en e! tiempo y en el espacio, ¿2
rieritar su accliSnen provecho directo de las fuerzas de superficie (apoyo directa)
contra las retaguardiasde los ejrctos enemigos(apoyo indirecto), por la obten—
ci&i de la superioridadarea local tan necesaria para la libertad de accin de las
Fuerzas d Tierra.

En conclusin, la F.Á.T. tipo IPEFA1954, gracias a la flexibilidad


de su organizacin, esta en condiciones de maniobrarcon todo conocimientode —

causa y siguiendo los grandes principios. Puede hacer converger sus efectos ha —

ciendo coincidir sus acciones en tiempo y espacio, y combinar los esfuerzosentre


la batalia a&-ea y la batalla prxima, teniendo en cuenta la batalla o distancia0

LA F.A.TAC.—NATO, TIPO A.T.A.F,

Si se quiere evocar la F.A.Tac., para ser realistas, lo mejor es des


cribir como, en el seno de la NATO, han sido organizadas las F.A.Tac. intera
liadas previstas para actuar dentro del marco nuclear. Despus de describir su or—
ganizacin y funcionamiento trataremosdo su empleo.

La F.A,Tac., tipo 1945,habratenido los honoresde la l.P.E,F_A,


de 1954. Era la soncin de la experiencia del xito. El Ercito del Aire fran —

cs permanece a la espera, por e momento. Esta def inician le conviene tanto me


jor cuanta que en l no se aprob la necesidad de mantener una F.A. Tao.. —

En revancha, los acOntecimientos habranmodificado profundamente


el concepto anglosajn de la F.A.Tac.; ocurri con motivo de la creacin de ¡a
NATO y do la puestaen servicio do la bomba nuclear ttica americana en el mar
co del concepto estratgico del S.H.A.P.E.

Aunque so trataba de organizar fuerzas areas t&ticas para apoyar


a fas fuerzas terrestres destinadas a obstruir la ruta de una ¡nvas fn de la Europa
Occidental por los soviets, se tropez5 con los problemas de las nacionalidades.

e
—4-.
Un problemaespecflico de las alianzas, en las que no son comunesni el lengua—
¡ e n ci armamenton la mismaestrategia general,.
¿Cmo hacer apoyar a grandesunidadesterrestresderjuchasnado—
nes por fuerzas a&eas pertenecientesa diferentes paes pero que permanecena
grupadas balo mandonacional9

Creando la F.A.Tcic. integrada adoptadaal Grupo do Ejrc itas in


tegrado tarnbin, que disponede un control operativo de mandosa&eos pramen—
te nacionales.

Asf, por ejemplo, fu creada la 49 A. T.A.F., gran unidad a&ea


adaptada al Grupo de Ejrcitos central. Su EstadoMayor estabacompuestode —

americanos, franceses, canadiensesy alemanesen proporcin a las fuerzas acreas


aportadas por susparsesa la 42 A.T.A.F.. El Jefe era americanoel Segundo —

francas. Su adaptaciSna las FuerzasTerrestresse realiza por un “Joint combat—


operat ion center , rntegrado ee intere;ercitos, al nivel de la 4_aA.T.A,F,

— Gru
por de Ejrcitos, y por dos centios de operacionesconjuntos de apoyo areo, uno
juritcal 17 Ej&-cito USAy otro con el ler. Ejrcito Francas. El primero os ger
mano—americano, puestoque el 17 EIrcitoUSA cuentacon Cuerposde Ej&cito
Americanos y Alemanes;elsegundoes frarico—alemnyaque el lcr.Ejrcfto —

franc& ongloba ci 22 C.E. francas y el 22 C.E. alemn.

Se ve asf que alguna de las grandesunidadesa&oas nacionalessu


bordinadas a la 42 A.T.A.F., la 72 Fuerza A&ea USA, Ja3 FuerzaA&ea —

USA, el lcr. C.A.Tac., Ja 12 Dfvisin Canadiense, el Grupo Sud—alemn, la


86 Divisin Area USA,rio esta adaptadaa un ejrcto, peroque losorganismos
de adaptacin de la 42 A,T.A.F. permitena cualquier elementode las grandes
unidades a&eas nacionales intervenir en apoyodel 17 Ejrcito americanoo del
lcr. Ej&cito francas.

Es necesariodestacarque, contrariamentea la F.Á.T., tipo 1945,


ia42A.T.A.F. no tiene logtica, puestoque es ¡ntegraday, como consecuen —

cia de los acuerdosmilitares de la NATO, las distintas nacionesconservan las


responsabilidadeslogí’sticas,

* *

La organizacin y el funcionamiento interno de esta42 A.T,AF.—


estn dominadospor tres factores estrechamenteinterdependientesentre sr: el pro
dominio americano, la puestaa punto de la bombanuclear tcctca americanaye1
concepto estratgfco del S.H.A.P.E..

Los americanosmandanla 49 A.T.A.F. en virtud de su nmero y de


la calidad de los puestosque ocupan en ella. Esla consecuencialcgka de la ca
—5—
lidad de susfuerzas efectadasy sobretodo del hechode estar dotadascon Arma
mento Atmfco.

La consecuenciainmediata esque su organizachn estrpicamente


americana: centralizacfn muy importante, control permanentey estrechohasta
los ms batosescalonesde ejecucin.

Estos principios correspondenpor supuestoa la rncsantigua doctri


na de guerra americana, Para estaren condicionesde responderinmediatamen
te con represaliasmasivasa cualquier cgresicn, era necesario, no sato elabe —
rar planesextremadamenteprecisossino tambin mantenerun control real y per
manente de todos los medios en alerta y muy Rarticularmentede los medioscta—
micos, sea cual sea la naci& en que se encuentrasu estacionamiento. La ex —
tramada rigidez que de todo ello se deduce estc compensadapor la certeza do —
la respuestaautom&ica, nica garantta de la dsuasin.

La evolucin del pensamientomilitar americano hacia el concep


to de “respuestaflexible” de M. McNamara, si bien ha requeridoe desarrollo
de muchosplanesde empleode fuegos nucleares, no ha llegado a suavizar a la
organfzacin en esta cuestin, Porel contrario, para el apoyo clsico, la idea
vigente consisteen una cierta centrcilizacicSnbajo la forma de grandescrditos
de misi& asignadosa los Centrosde OperacionesCon untas subordinados..

Sin embargo, no se puedeolvidar que el apoyo nuclear o clcsico,


no se encuentra bajo la única responsabilidadde una A.LA.F.. La conduccin
de la batalla area es, en este escal&, una necesidadvital que condiciona en
gran medidael xito de todas las otras operaciones. Enel dominio de la defen
sa c&ea ha prevalecido una cierta descentratizacin. La zona de responsabili
dad de la 49 A,T.A.F. esta dividida en dossectores;cada Comandantede C,A
Tac. es responsablede uno de ellos y su autoridad en los momentosiniciales s—
lo esti limitada por reglas muy estrictasde apertura de fuego.

* *

La misin de la 42 A.T.A.F. se percibe ci trav& de 1aorganiza —


cian y el funcionamiento que se describena continuacin0

Su niisi& en el marco del plan de respuestaautom&fcc y global


del S.H.A.P.E., consisteen planificar las acciones nuclearescorrespondientes
a las misionesque le son asignadaspor el AIRCENT.

Los objetivos vienen impuestospor una estrategia anti—fuerzasque


trata de aniquilar los mediosnuclearesadversariosy de asfixiar toda ofensiva de
gran envergaduramediante Ja ruptura de las comunicacionescon las basesde re
taguardia y la destrucckn de las reservaslogrsticas.
—6—

Asr, destacael papel primordial que desempeñael reconocimiento. En


efecto, es indispensableasegurarrpidamente el conocimiento de los resultados de
las primerasoperacionesy descubrir los objetivos nuevosdignos de una accin at6—
mica,
En lo que Conciernea ios planesde respuesta‘seleccionad&’ los proce
dimientos son muchom& complejos. Entonces,todos los factores de empleo deben
dar lugar a decisionesparticulares: el momento, el objetivo y la potencia. El a—
cuerdo de principio para el empleo selectivo afecta a la responsabilidadde los go
biernos que como consecuenciafrenan al S.H.A.P.E. con crdik muy limitados
y para misionesmuy precisadas. SACEURactua de la mismaforma vis
• • II
a vis con
la 42 A.T.A.F.; de forma que, aunque estagran unidad a&-eadecide el empleo
de mediosnuclearescontra un objetivo, debe pedir previamente la aprobacicSn del
SACEUR. La fntervencin del poder poirtico es tambin real. Esteultimo tiene fa
cultades, en todo momentoy en todo escalan, para prohbir o dejar hacer,

En la pr&tica es un organismointerej&citos de la 42 A.T.A.F. el que


elabora las &denes de acchSnatmicci y desempeñael papel de coordinador de los
fuegos nuclearesa&eos y terrestres. Es¡ntegradoy adem& consta de una represen
tacin francesay otra alemana. Todaslas peticiones de empleo do arma nuclear —

emanan de los escalonesareos o terrestressubordinadose ambas unidades, y secur


san por vra ¡er&quica normal a este organismo.

El enormetamañode tal sistemaes evidente. Lo ms probable es, que


despuesde algunosdias — horas quizas — de un confhcto general, la necesioad
• • •1
haga
ley y so senta forzada a conceder crditos d armasatmicas hasta el escahn C.A.
Tac. y Eiorcito.

En cuanto al famosoproblemade la selecchn de los objetivos que justi


ficarran una acci& atmica, no esta resuelto an de forma satisfactoria. —

Por defin?cin, son conocidos los objetivos del plan autcrntico; susex
pedientes estn repletcs de informesprocedentesde los archivos y de los servicios
de inforrnacfSncl&icos de tiempo de paz. Pero nadaapruebaque todos los objeti
vos importanteshan sido descubiertos. Portanto no se puedeasegurarque el plan
sea exhaustivo.

Para sintetizar el funcionamiento de la F.A,Tac., tpc NATO, se pue


de decir que se trata de una solucn de compromiso,excepto en el dominio nucle
ar y que, al ser una unidad integrada, no se podta asegurarde otro munerael con
trol operativo de mandosareos de nacionalidadesdiversas, sobretodo siendoame
ricano su armamentoesencial, la bombanuclear t&tica.
*

* *
—7—
LA F.A.T A C FRANCESA, TIPO 1965

Para comprenderla mishn y organizacicSnde la F.A.Tac. francesay


de susmandossubordinadoses necesarioaclarar bien el objeto perseguidohastasu
creacj5n en 1964.

Hasta entonces, el conjunto de los mediosfrancesesde combate, man


tenimienl-o y abastecimiento, capacitadossIamente para llevar a cabo una cccii
tctica, estabanafectadosy repartidos entre muchosgrandes maridosque los utili
zaban ya fuese en el marcode la NATO (lcr. C.A.Tac) o en el nacional (Man
do areo de Argelia hasta 1962, Mandodo Enseñanza,etc.).

Esta soIucin no respondeya a la polica de defensadci Gobierno por


la que los medios“ destinadosa disuadir a un agresoreventual por la amenazade—
una respuestaatmica, afirman nuestravoluntad de combatir si la guerra nos es im
puesta ... Nuestra organizacin militar esta caracterizada entoncespor un conjun
to coherentey equilibrado que comprendefuerzas nucleares estratgicas, fuerzas
de maniobray de defensaoperativa del territorio. En principio, la acciSn de nues
tras fuerzasser conjugada con la de nuestrosaliados .

Todo modio pertenecientea uno de los tres grandesgruposde fuerzas


enumeradasanteriormenteforma parte n primer lugar del instrumentode disuasi&
y s6lo secundariamentepodre prestar las m& diversasmisionestanto en el cuadro —

nacional como en enlace con las fuerzas aIjadas.

La creacin de la Fuerza Area Tcfica forma parte lgicamente del —

plan de rcorganizacin de los ej&citos para cumplir este objetivo. Al Comandante


de la F,A.Tac. lo correspondeel mandooperacional del conjunto de las fuerzas —

t&ticas nacionales, esdecir, susatribuciones comportanel poderdar &denos a —

sus Jefesde C.A.Tac. subordinadosy abarcan todos los camposreferentesa la pre


paraci&, operativa, al sostenimiento!ogrstko y a la administracin de las unida —

des estccknadas en Francia y en el Territorio de la Repbiicu FederalAlemana.

Estas prerrogativasno puedenconsiderarsecomo un atentado a la par—


ticipaci&i a&ea francesaen la NATO, Esasprerrogativaspermitan, mediante una
logtstica ms flexible y mejor adaptadaa las exigencias nacionales, dar al conjun
te de las unidadesh5cticcisun mayor rendimiento; pero la organizaciSn interna de
la F.A,Tac., que se exponem& adelante, har posible tambi& a la 42 A.T.A.F,
la uti!izacin de unidades afectadas a la NATO1’ al mismotiempo que, a finos —

nacionales el Ej&cito del Aire pone en pie el conjunto de las fuerzas t&ticas.

La F.A.Tac,, que disponede fuerzas y servicios, fu creada como —

gran unidad arca por decreto de 10 de mayo de 1954.

El general que la manda, responsablede la prcparackSnoperativa y —

logtstica del conjunto de las unidadesque tiene afectadasorganicamente, esta en


—8—

cargado particularment

— d la conduccjn y control del entrenamientoa&eo;

— dela organizacin y control de la ¡nstrucci&, profesionaldel personal;

— de la organfzacin de ¡a seguridadde vuelo;

— del mantenimientode las unidadesa los niveles requeridos.

Estrechamentevinculado a las unidades“afectadas a las NATO”, asegu


ra el sostenimientologtko necesariopara la ejecucicn de los planaselaborados
por la 42 A.T.A.F,.

Estrechamentevinculado tambin con las unidadesnacionales reservadas


toma parte en los estudiosemprendidosdentro del marconacional y adopta en su ni
vel, las medidasque permitan al 22 C.A.Tac. cumplir, en su momento, fa misin —

que tiene fijada.

Bajo sus£rdenesdirectas, se encuentransituados los Comandantesde las


dos C.A,Tac. :

— el ler. C.A.Tac. conservael control operativo de las unidades“cfec


tadas a la NATO. Presentaa la F.A.Tac. el plan de necesidadeso
que dan lugar las misionesque le son encargadasy controla la ejecu—
cian cotidiana de estas misiones;

— el 22 C.A.Tac. esta encargadoesencialmentede preparar los planes


de empleo de las unidadesnacionales reservadasde ¡cs que tendr,cn
caso necesario, el control operativo. Estasunidadespodrn comple—
tarse, segn las circunstanciasy bajo decisin gubernativa, por uni
dades de escuela o del mismo ler. C.A.Tac., e incluso de la marina.

Este sistematiene la ventaja de su gran flexibilidad. Bajo el mandode


la F.A.Tac. que asegurael apoyo logi’tico, las unidadesde combatede las fuerzas
a&eas tcticas, puedenactuar indiferentementebajo el control operativo del ler,C.
A.Tac. o del 22 C,A.Tac., o ser empeñadasdirectamente al combate. Asr, resulta
posible la realizacin de concentracionesal mismotiempo que se Consigueuna eco
nomia de mediosrentables.

Evidentemente, se estc lejos del TandemGrupo de Ej&citos F.A.Tac.


de 1945, Losservicios que puedenprestarsesiguen siendo los mismos:el lcr. C.A.


Tac. puedeapoyar, a través del J.C.O.C. de la 42 A.T.AF. a cualquier unidad
del Grupo de Ej&citos del Centro y el 22 C.A.Tac, cst destinadoa apoyar a las
fuerzas nacionales en casode amenazainmediata o de invasi3n del Territorio. Es—
—9..
mas, la existencia de la F.A.Tac, viene a sumarsea la fuerza nuclear estratgica
para reforzar el instrumento nacional de disuasiSn.

Trazadas así las grandes lieas de la organizacin, os necesario enca—


rarse con las condiciones en las que la F.A.Tac. podria verse llamada a operar. Pa
ra el Mariscal Sokolowski la suerte de una guerra se resolver por los golpes nuclea
res estratgfcos, completados por la accin de las fuerzas de maniobra, cuyas mi —
siones principales cc’nsistirn en golpes atrnkos tcticos, Despus de este periodo
inicial, podría tener lugar una batalla de restos.

Entonces, el periodo inicial se anuncia posiblemente corno extremada


mente brutal. La F.A.Tac, desempeñcnS un papel importante, ya sea colaborando
a la respuesta atmica o aportando su apoyo a las fuerzas terrestres de maniobre o a
las do le defensa operativa del Territorio, Estas debern oponerse a acciones aero
transportadas de mayor o menor envergadura o a las penetraciones blindadsrcpidas,
En estas condiciones, podría pesar simultneamente una doble amenaza sobre el Te
rritorio nacional y sobre las fronteras de Francia. Sin querer entrar en detalles, se
puede recalcar que estarS materializada por la apariciSn de destacamentos aerotrans
portados o de algunas divisiones acorazadas en las que ser imprudente subestimar —

la fuerza, pero en las que es necesario subrayar la fragilidad de su abastecimiento


concentrado en bases lejanas o estirado a la largo de centenares de kikmetros a tra
vs de terrtorks arrcizados, en los que probablemente no habr cesado toda resisten
cia.
Frente a estas amenazas, el papel de las fuerzas a&eas tccticas puede
ser primordial. En efecto, no parece que una acciSn militar de frente pudiera entor
pacer el avance de las divisiones enemigas, pero sí parece posible que una ccci6n
jukiosa sobresuslíneas de abastecimiento hicieraposible engrado sufi
asfixiarlas
ciente como para ser neutralizadas. Do la misma forma, una accfn sobre las bases
del enemigo puede impedir una acci6n aerotransportada.

Es verdaderamente evidente que en estos casos el armamento atmico —

tactico toma todo su valor.

Cierto que, nuestra nacin no dispone an de este armamento ahSmico,


que tampoco entrara en servicio en un futuro prximo. Sin embargo, conviene re —

flexionar desde ahora sobre las condiciones de su empleo, teniendo en cuenta las —
factores, tanto polflicos como econmicos, que pueden limitar su cpl!cacin. El —
problema consiste entonces en determinar como utilizaremos mejor nuestras armas —

atSmicas t&ficas.

En primer lugar, ser necesario repartir estas armas entre las diversas
tareas; facilitar la accin de la Fuerza nuclear estratgica y sobre todo frenar la
accfSn aerotransportada o terrestre de las fuerzas de maniobra enemiga. Esta cc —
cian misma puede concebirse de diversas formas.
— lo—
Hay la posibilidad de tratar de aplicar este juego sobre los elementos
de vanguardia enemigosms peligrosos. En cierta medida, es posible forzar al e—
nemigo a concentraysey montar numerososmisionesde reconocimiento para determi
nar si tal objetivo justificar un ataque atcmico.

Pero es necesariono olvidar que las tropas enemigasestarn entrenadas


con vistasal combateen ambiente atmico y que probablementeno ser muyfcfl —

obligarlas a constituir un objetivo de tal entidad,

Por otra parte, esta hip&esis implicarra delegar en escalonesmuy batos


la decisin respectoal empleode armasatSmicas; lo que resulta diffcilmente conci
hable por una parte con el nmero restringido de bombasdisponiblesy de otra parte
con los imperativosde orden polflico que condicionartan su empleosobre territorio—
nacional o aliado.

Al fin y al cabo, el punto dbil del enemigose encontrark en suabas—


tec ¡miente.
Por todo ello, para detener el avance enemigo, ser preferible probo —

blemente privar a suselementosdel apoyo Iogrstico necesario, Paraconseguireste


objetivo, la accicSnnuclear t&tfca que no debe ser confundida con el apoyo direc—
fo cercano, deberc desarrollarsesobre las retaguardiasenemigas. Este!tirno se ve
ra obflgado a tener, en algún sitio, la acumulacin de mediosdestinadosa apoyar
su maniobrade avance aerotransportadao terrestre; puestoque estaacumulaci6n en
trañar un cierto volumen,no tendrn m& remedioque transitar por puntosde paso —

obligados. El problemade identificaci&, de objetivos, pesea ser siempredifícil se


encontrar sin embargosimplificado. Privadosasr los elementosaerotransportadoso
avanzados de combustibles, municiones, víveresy refuerzo, su puedeesperarenton
ces que ser posible reducirlos con fuerzas poco numerosaspero muy mSviles,

El papel de la F.A.Tac. francesa en este terreno aparece ckramente.


Con suspropios mediosde reconocimiento puededescubrir ella misma, en la profun
didad del Teatro, los objetivos adecuadospara un ataque nuclear y transmitir instan
tneamente la informacin al nivel de decisin, nivel que scSlopuedeser el ms ele
vado, Tomadala decisin, la F.A.Tac. no intervendr probablementeen la transmi
si.n de la orden de ataque, de la que simplementeser informada,

Pero su misin ms importante esmanteneren cnndkiones al conjunto —

de las unidadest&ticas, Respectoa los prtenecíentes al primer C,A,Tac. esta mi


sien se ejerce vigilando su empleo, ya sea en el marco interaliado o en ci nacional,
al que puedenser incorporardasen virtud de una dcc isin gubernamentalo despus
de un ropliegue eventual, ya sea bojo has&denes directas de la F.A,Tac, o en el
seno de 22 C.ATcc., Por lo que se refiere a ste en la primerafase de un conflic
te, la F.A,Tac. tratar esencialmentede salvaguardar susmedioscon vistasa ac
ciones ulteriores,
Asegurado el mandoy ci abastecimientologístico de los unidadestct—
— 11 —

cas, la F.A.Tac. se encontrar en condkiones de cumplir, con susmejoresmedios


la misi& que le ha sido confiada en el morco de la defensanacional.
*

* *

La Fuerza Areci Tcflca francesase encuentra en trance de nacimiento.


Los diversoship&esis de actuacn de susunidadescorrespondena una necesidadvi
tal dentro del plan nacionai

Ciertamente que, graciasa susatribuciones, organizacin y medios, se


encuentran ya en condicionesde realizar operacionescl&fcas. Sin embargo,salo
estar compieta el di en que sea dotada de armasnucleares hcticas, capacespor
sfscksde proporcionar una rpida destruccin de los recursoslogrsticos indispensa—
bies al enemigo para montar susaccknes de penetraciSn.

Desde luego, an se encuentra lejano e1 momentoen que este pian se —


vera convertido en realidad1.

El esfuerzoque el pats puede dedicar a su defensaobliga al gobierno a


fijar prioridades. La primeracorrespondeindudablementea las fuerzas acreasestra—
tgicas. Perode todas formastenemosla certeza de que Francia contar un dracon
armamento nuclear tctico.

Por esta raz& la F,A.Tac, ha de esforzarsedesdeahora en prever la —


mejor utiifzacin posible de estasarmas, no sio desdeun punto de vista puramente
iiitar y tcnico, sino teniendo tambin en cuenta los mperativospoirticosnacio
nales que fijan su misin y condicionan su estructura.
CESEDEN

LA TÁCTICA NUCLEAR

Por XXX

(Troducklo de la Revuede Defense Nationale)

BOLETINDEINFORMACIONN2 2 - Y
Si el armamentonuclear aporta profundoscambiosen la estrategia ¡
son muchom& grandestodavía 6s que provocaen la tctica. Pero¿stosson mal —

conocidos porqueson difíciles de apreciar en un terreno en que, por naturaleza,to—


do queda indeciso y fluctuante, donde toda regla se.*ornaempirica y revocable. Po
dría decirseque la primera parte de la famosafrase de Napole6n se aplica a la estro
tegia: “La guerra es un arte sencillo ...“, y la segundaa la tctica: “,.. pero to
do de ejecuci&1”. Se diserta bastantefcilmente sobre la disuasin político—estrat
gica y el modode jugar astutamente con las armasnuclearespara no tener que ha —
cer uso de ellas. Perocuando es preciso indicar o los jefes de divisi6n, regimiento
o agrupaci6n t&tica la manerade comportarsebajo el fuego nuclear o cornoutilizar
lo en beneficio propio, no es un razonamientorefinado, un artificio de estilo, una
argucia diplorn&ica lo que puede reemplazara esto que todos ellos esperan: un re —

glamento de maniobraclaro, preciso, objetivo y que no eludo nada esencial. Nin


guno de Vosesperaun reglamento—recetapuestoque tal reglamentono ha existido —

iam&; es evidente por otra parte que la era atmica, en suscomienzos,y sin otras
experiencias qúe los ensayosefectuadosaisladomonte en los polígonosde tiro y los
razonamientos teóricos que se han deducido sin posible verificoci6n pr6ctica, nc en
tregar de entrada sussecretos, El arma de fuego no ha impuestosu t6ctica m& —

que despu&de varios siglos de pruebas; el arma nuclear no dictar la suya m& que
en un plazodifícilmonte apreciable, pero ciertamente largo.

Sin embargo,si la guerra estallora mañana, esmuy probable que so


utilizaran armasnuclearestcticas. No esun secretopara nadie que todos los gran
des ejrctos del mundose entrenan en estembiente nuclear” el cual provocasu re
organizaci6n; hasta el punto que, sin exagerarapenas, se podría decir que, en b
. u — i —
ve plazo, no podrian entrar en combatecon solo susmedios clasicos

Unos conciben el armamentonuclear t6ctico como un medio inespe


rado de terminar por fin con la tctica tradicional que buscabala penetracin, el —

desbordamiento, el envolvimiento; pero estasmaniobrashan encontradosiempresu


parada, al cabo de un tiempo m& o menosgrande. Estatctica ha combinadolos
armas y losejrcitosformando binomios infalibles:Infantería y artillería,
infante
ría y caballería, stukasy carros blindados;cada¿pocaha conocido suverdad,

que en la ¿poca siguiente se ha transformadoen error. Del mismomodo, cuandose


posee un armade extraordinaria potencia, se cae en la tentaci6n de combinarlacon’
los otras, para obtener finalmente un resultado de garantía y duradero: arma nuclear
y cvin, arma nuclear y blindados, armo nuclear y guerrilleros; cualquiera puede es
coger en uno panoplia de teoríasseductorasy convertirsea su capricho en abogado
de una causaapasionante. Todasestasteorías tienen un punto comGn: marcanuna
-2—

transicin entre la t&tica de ayer y la de mañana, conservandocon la primera —


Ics ligadurcssuficientespara que el razoncimentocontine bas&kdoseen principios
admitidos y consagrados, Y no es poca satisfacci6nel ser revolucionariototal —
mantenindose conservador,

El armaatmica es un hecho nuevo, que rompe tan brutalmente con


el pasadoque todas las enseñanzas, tan penosay costosamenteadquiridas en las —
sangrientas guerras, se tornan irrisorias, pueriles. Tamb&n en el interior de la —
selva del Amazonas, los indios adultos que han podido procurarseun fusil de chis
pa, dejan a los niños el arco y las flechas; en los concursosde tiro con arco, son
los pequeñosde diez años los que se llevan los primerospuestos, ante la mirada —
condescendientey nada avergonzadade los hombreshechos. A un arma nuevade
be corresponderuna t&tca nueva, que es preciso inventar completamente, recu
rriendo a las maquinaselectrSnicas, a los mtodos prospectivosmts osadosy a las
ecuaciones matemSticas; esta tctca ser una ciencia, y la inteligencia, ci ge
nio mismo, se exprescir e’n frrnulas que, por un simple juego, se integraran en
los c!cuics con otros parmetros. Pero, siguiendo a la sabiduría popular ;5ta —

la verdad en el termino medio? No sabría responderobjetivamente a estapregun


ta, pcr otra parte, bien simple, porque la ttctica nuclear es verdaderamenteuna
desconocida casi total. Peroel caso es—afortunadao desgraciadamente que —

tenemos en casa a esta desconocida

El reflelo normal del combatiente consisteen escapara los golpes.


Como el mosquetecondenalas formaciones profundas, como la ametralladora hizo
desaparecer las coumnascerradasy las líneaslargas, el primer resultado del arma
nuclear es la exposicin de los dispositivos y su diluci6n en elementosde efectivos
tan dbiies que no merezcanla penade una bombao un misil. El campode bata
ha pareceque debe estar pobladode una polvaredade combatientes, todos moto—
rizadds. y desplazndose rpidamente, incluso por fuera de las carreterasy de los
caminos, puesciertamente, dentro de poco, usaranel ¡eet volante y el hehic6ptero.
Los cuerposde ej&rcitos se enfrentaran como dos torbellinos arrastradospor el vien
to en una mezclo tal, que el cabo de algunoscuartos de hora, o a lo m& de algu
nas horas, susescalonesavanzadosse encontran estrechamenteimbricados, y se
superpondrn en una zona profunda de varias decenasde kilmetros estazona se
desplazare en uno u otro sentido, a una velocidad de 50 a 100 kil6metros por día;
visto desdeun satltte cirtifkial, parecería una serpiente que se retuerce sobreel
suelo, cnroscandoy senroscando susanillos, agitada de un movimiento perma
nente, sin duda violento, y probablementeirregular.

La imagenpuede parecer osada. Pero no se deduce que sea falsa.


Parece lgico pensarque “el contacto”, consistiría de hecho en una infinidad de
contactos entre pequeñoselementosfuertamentearmadosy motorizados,que se pro
duciría en una zona muy ancha, pues los desplazamientostendrían una aran amphi
tud y por lo tanto alaunos sectores. r&idamente varables. estarían m& animados
—3—
y m& agitados que otros. O sea, un combatede superficie, despIazndosesobre
una superficie al cuadrado.

A un lado y otro de esta zona, en donde cada uno de los adversa


rios no habr lanzado m& que una parte de susfuerzas, se encontrarn las unida
des en trance de entrar en el combate, así como los puestosde mandode los osca
Iones superiores, los sistemaslogísticos cuya lentitud relativa no se presta a los —
movimientos vklentos y rpidos de las unidadesen contacto, los camposde avki—
ci6n avanzados; en resumen,todo aquello que es necesariopara el sostn inme
diato de las formacionesen fuego, abastecimientos, refuerzos, relevos y mando.
Todo estedispositivo de apoyo estar tambin en movimiento, pero estemovimien
to, acorde al de las unidadescombatientes,ser menosrpido y m6sregular.

M& lelos todavía, se puedenimaginar otras zonas, en las cuales


se encontrcrn las unidadesde reserva, los organismoslogísticos pesados,semifi—
los o fijos,eldespliegue de aviaci6n y losterminalesde víasfarreas. El dísposi
tivo estar animadode un movimiento tantom6s lentocuanto ms alelado se en
cuentre de la zcna de combate, llagando a ser est6tico cuandose encuentre fue
ra del alcance de los ingenios nuclearestcticos tierra—tierra.

La profundidadde un campode batalla como ste ser del orden —


de los quinientos a seiscientoskil6mefros como mínimo, quizcSs
de ochocientosa
mil.
Pero la descripci6n sumarioque acaba de hacersecorrespondea una
“estabiiizacin”, ya que es evidente que si uno de los beligerantesse desplazaca
da día de 50 a 100kilómetros en el mismosentidc, aicanzanSrpfdamente los Lr
mitesdelteatro de oporacknes, en lapequeñaEuropaen que ste estaría situado.
Entonces, so plantea inmediatamente una cuestin.A pesar detodo estoque se —
ha dicho, &ia guerra en el ambiente nuclear desernbozar6en estecombate m1vil
pero estabilizado durante un tiempo apreciable, o debe conducir inevitablemente
a una evolucn rpida que lleve consigoel fin de las hostilidades, por la victo
ria de una de las parteso por un acuerdo entre los beligerantes?

Sin duda nadie puede contestara esto pregunta, que pertenece m&
al dominio de la política y de la estrategiaque al de la tctica. Perosi hay que
imaginar una tctka nuclear, parece lgico el concebirla en una perspectiva de
duracin. A fuerza de preparar la guerra corta, Ilegcr quiz& un día en que los
militares la harn. Mientras tanto esde sabiosprever lo peor, y prepararseinte—
lectual y materialmentepara una guerra larga, buscandoevidentementeel alccn
zar cuanto antes la victoria.

Tomaremoscomo postuladoque el campode batalla en el que habr


que aplicar la t&tica nuclear ser aproximadamenteigual a! que acabamosde des
cribir. Admitiremos tambin que las operacionesnuclearesestratgicas tendr6n,—
en los dos campos,efectos parecidosy disminuirn en la mismaproporcin y al mis
—4-,

mo tiempo, la capacidadoperativa de las fuerzas empeñadasen el combatetc—


tico; si no es así, ia parte que impusiera a la otra su estrategia nuclear ganaría
con toda seguridad, cualquiera que fuese el valor y la oportunidad de la tctica
empleada en la zona de contacto entre los cuerpos de batalla.

Estos datos .sobre k que. bat,nuestro razonamiento son a de


cir verdad suposiciones. Pero el estudio de la tctica nuclear es una buena escue
la de modestia, así como de paciencia, y nosotros sabemos que construfmos sobre
arena. ¿ Pero no ocurre lo msmo en todo descubrimiento y en toda investigacn?

Las armas atmicas, en su estado actual o actualmente previsible


ofrece unas características tcnicas conocidas de un modo preciso o aproximado
pero suficiente sin embargo para afianzar un razonamiento: se pueden estimar sus
efectos materiales y físicos segin la naturaleza de los objetivos, calcular su al
cance y comparar las ventajas e inconvenientes de los diferentes sectores • Se —

dispone por lo tanto de un conjunto de datos medibles, de los cuales se pueden —

obtener, sin riesgo de errores graves, consecuencias t6cticas, siempre con la con
dicion
• •#
de ser prudente y de no recncrzar, a priori
••
ciertas
• e
hipotesis. Nada seria —

ms contrario a la puesta a punto de una tctica nuclear que la eliminacin, sin


un examen suficientemente profundo, de las conclusiones que pa rezcan sorpren
dentes, chocantes e incuso absurdas. En esta materia, toda doctrina reposada
coherente, lgica, seductora para la mente, debe considerarse como sospechosa,
no es que sea obligatoriamente falsa, evidentemente; pero descansa sobre dema
siados factores todavía aleatorios, discutibles, insuficientemente adquiridos, pa
ra que pueda resistir una crítica objetiva. Es necesario promulgar un modo de —

empleo del armamento existente; pero ste ser por naturaleza temporal y revo
cable.

Así, todo lo que se va a exponer a ccnfinuaci6n no constituye ms


que una hip6tesis aceptable por el momento, para que mañana pueda ser rechaza
da o confirmada. Importa el subrayar esta actitud ncesaria de la mente que se
orienta hacia la accin teniendo plena consciencia de lo poco que sabe y de la
inmensidad de lo que ignora.

El peligro nuclear impone dispositivos “microbianos”, a lo largo —

de un combate en el cual los glbulos “azules” tratan de devorar a los glbulos


“rojos” animados hacia aquellos de las mismas interiones, en un medio sangu(—
—5—

neo que ser el de la economtay la vida de las poblaciones civiles densas,tanto


m& vulnerables cuanto rn& dcsarrollada tengcn su cvilizacin t&nica, ¿ Sin
un glbulo azul constituye un objetivo indigno de un arma nuclear, formorn los
dos o tres glbulos rojos que le atacan una masasuficiente como para justificar —
el empleode dguncs kilotcnes? En valor absoluto, ciertamenteno. Fijar a la
maniobra ttctica lo misi& de obUgar al enemigoa concentrarsede forma que o—
frezca un objetivo nuclear, tiene el inconveniente de que se presentaella mis
ma a fuego adversario, salvo que admitamosen el enemigouna admirable estu
pidez. Espreciso por lo tanto tornaruna docisi& Salvo casosexcepcionales
siempre posible evidentemente, no so encontraranobjetivos nuclearesdentro de
lo que hemosllamado zona de contacto, cornono se encuentranunidadesen co
lumna de a cuatro dentro del campode tiro de las ametralladoras. En tanto que
los combatientesdel contacto no dispongande armasminiaturizadasa escalade sus
objetivos, el Fuegonuclear no ser utilizado en esta zona m6sque en función —
del valor relativo de la amenazaseñaladcipor una clula o un grupo de clu las
adversarias. Se puede considerarque este empleoser !imitadc; ccrresponder
a momentosde crisis, durante los cuales la “limpieza” de una parte del terreno —

se hagan indispensabley urgente. Enotras palabras, se fijanSnal arma nuclear


misiones preparadasde antemanoo las imprevistas, que no podríanser desempe
ñadas por las armascl&icas, y sí por aquellas.

Es fuera de la zona de “mel&e” donde sedeben buscar los’bbjeti


vos estratgicos”, es decir conjuntossuficientementedensosy concentradospara
ser destruídospor una sola carga o por un númeromuy pequeñode ellas. Se con
cibe perfectamenteque es tcnicamente imposiblea los organismospesados,ta
les comopuestosde mando, unidadesde misiles, aorodromosavanzadospara he—
Iicpteros o aviones, dilurso en el paisaje, como puedenhacerlo las unidades
articuladas con vistas al combatedo contacto. La bGsqueda de tales objetivos ,
que cada beligerante proteger lo mejor posible por medio del camuflaje , la —

movilidad, la astucia, es una tarea diffcil; la determinacin del “punto cero” —


correspondientea cada uno de ellos no lo es menos; la transmisliSnde datosde
tiro entre el momentoen que el objetivo es localizado y el del disparo, lo es to
davía mas. Esahí donde los inventoscientíficos y los procedimientosm& moder
nos puedenser extensamenteaplicados para paliar la lentitud del razonamiento
humano y sustituir al cerebro por maquinas. Lostiros nuclearestcticos se escc
lonarn por lo tanto, en toda la profundidad del campode batalla, unf&ndose,
en su alcance mximo, conl tiros nuclearesestratgicos, al mismotiempo que
prolongan los tiros que podriamosllamar,I. tiros nuclearesde melee ‘It

De este modose puede esbozarel esquemade un vasto plan de —


fuegos nucleares, que ser tanto ms eficaz cuanto m& estrechamentecoordinado
esta con una maniobra; esdocr, que debe correspondera una idea, a un modode
obtener un resultadottctico.

Pero salo e fucgo nuclear no ser suficiente; por insignificantes


que parezcan los medioscl8sicos cuandose les comparacon los mediosnucleares
—6—
no dojcr& da ser indispensablesporoconcluir el trabajo, para dirigir las operado
nes de detalle en las acciones que, a la escalado este combate, sern de “cuer
po a cuerpo”. Así, la artillería pesadade otras veces deja su lugar a la granada,
a la pistola ametralladora y al cuchillo, el avin de asalto a la patrulla blindada.
Ez precisosin embargojustificar, mejor que pcr una compamci& sacadade las —
guerras pasadas,una conclusi&i que se aplique a los combatesfuturos. Se podría
admitir que los efectos del fuego nuclear serían takr-que neutralizarían durante
mucho tiempo, por dacs fisiolgicos o pscolgicos, a todos los combatientesque
no hubieransido definitivamente destruídos. Estono parece imposibles sudens
dad es muy elevada; pero es dudosoque lo seasobretoda la zona de combate y
durante toda la durcci&i de las operaciones; por otra parte, aquel de los belige
rantes que empleaseeste mtodo masivose privaría sin duda, en gran medida, de
la posibilidad de explotarlo ripidcmente, yo que se expondríaa les destrucciones,
infecciones, y obstrucciones, que l mismohabía provocado, así comoa lo reac—
cion de la pobacion civil que habria sufrido tambion, estosfuegosmasivos, y cu
yo comportamientoes completamenteimprevisible. Enfin, que si una zona debe
ser transformadaen zona de o de neutrcilizacin total, ella no correspon—
der ms que a una pequeia partedel dispositivo de conjunto, y éste guardart u—
no capacidadde reacci&1 q ue sería gratuito minimizar.

Si estashiptesis son exactas, se abre pasouna idea, que debeser


profundizada: es la de la reiitobflidad sptma del fuego nuclear. Se concibe que
si este fuego es episdico, casi excepcional, susefectosser6n insuficientes; se
concibe tambisn la inversa, si esmuy denso, conducir o una parlisis de los dis
positivos de fuerzas presentes,o en un corto plazo, a la anulacin recíproca d’
sus capacidadesoperativas. Debe por lo tanto existir un nivel mediode empleo
de fuegosnucleares, correspondienteo una rentabilidad ptma, y que permita,
prdongandc susefectos, el fuego de los mediosclsicos. Esquiz& ahí — insisti
mos sobreoste “quizs” — donde se encuentrael nudo de la t&tica nuclear.

Así, reuniendo las primerasccn cluciones dadasanteriormente, con


firmaremosque el fuego nuclear ser utilizado bastanteextensamentefuera de lo —
1
zona oe meleeIg , dli donde
II #
las armamentosclasicosno puedeninterven;r, para —
privar a as fuerzasdel contacto de su sostn inmediato y de aprovisionamientode
cualquier naturaleza, y que en la zona de rnele misma, salvo cososexcepciona
les, so empleor moderadamente,combinadocon las armasclsicas.

_ _ — — — — —

Si estateoría general del empleo de los fuegosnuclearest&ticos


es admitida, es preciso pregunfarsec6mo sonSaplicada en la pnSctica. Peroante
todo, conviene p!antear una cuostin m& vasta: ¿ qu& objetivos asignanSel man
do, animado por el gobierno o por las exigencias políticas de una alianza, a lcs
operaciones nScticcs?
«7.»
Los medios nucleares estratgicos cermiten arrasar un pcifs. Si son
eiipleados, ei combate t&flco no tiene apenas significacin; se apuntare a las
destrucciones sin tener verdadera influencia sobre el resultado de las operaciones.
Salo en el caso de que las armas estratégicas apocalrpticas de terror no fuesenu—
tilizadas, tendrra sentido el combate t&tico. Puede asignrsele como objetivo,
de acuerdo con las concepciones m& tradicionales, la destruccin de las fuerzas
adversarias. Tambi&nse le puede pedir la desarticulaci6n de privndolas
temporalmente de toda capacidad operativa coordinada, y asegurar la ocupacn
y control de centros polfticos y econmicos; sin los cuales la continuacn de la
lucha es lusorki, por ser materialmente imposible: zonas industriales, zonas por
tuarias y aeroportuaricis, capitales de Estado o de regin. Ya que ahora parece
que el arma nuclear permite distinguir entre estos dos objetivos, confundidos otras
veces en uno solo, cuando no se podfaaspirar al segundo sin haber cumplido el
primero. Muy esquemticamente, al primer objetivo corresponde una guerra de
usure, exprosin que deber ser adoptada en una acepcin moderna que abarca —
tanto operaciones de corta como de larga duracin; al segundo, una guerra de —
movimiento, que no puede ser ms que de corta duracin, puesto que sus resulta
dos debern ser perseguidos antes de que las fuerzas temporalmente dislocadas ha
yan recuperado una capacidad operativa apreciable; todavía residual, puesto que
sus apoyos logísticos hasta en la retaguardia m& lejana habrn sido aniquiladas.

En el primer caso, los fuegos nucleares sertn el arma asenciol do


la destruccin; pero en el segundo, no sern ms que un medio para permitir el
movimiento, acelerar la eecucin, y consolidar el xito, si es necesario. Toda
doctrina de t&tica nuclear debe, evidentemente, preparar los dos casos, aunque
supongan rn&odos muy diferentes; oste claro que esta gran diversidad de manic ,
bras Kcticas no es la menor dificultad que se encuentra en la elaboracin de una
doctrina que cubre todas las hiptesis de combate.

Tanto s se utiliza el fuego nuclear con uno u otro fin, se ve cIa—


ramenfe que no es suficiente por si mismo. Y es asta una proposicín capital, o
puesta completamente a las rpidas conclusiones que habían deducido algunos de
las primeras apcriencuas de la II guerra pulsa—boton , del desarrollo de la mece—
ntzaci6n y el mecanismo, que parecía suprimir toda maniobra, o toda intencin
en la maniobra. La tctica nuclear continuara realizando maniobras; es decir,
combinaciones de fuego y movimiento, dosificaci6n y coordinacn de medios cli
ferentes; aunque resultara ms difícil que antes, debido a la gran velocidad de
los desplazamientos, a la rpida evclucn de una situacin modificada sbita —
mente por la eficacia del fuego nuclear y a la posibilidad de su exp!otcci6n por
los blindados, por fuerzas heliportadas, aerotransportadas o parachutadas. El —
t&tico del futuro deber dominar una situacin que, reconozcmosIo, le produ
ce vrtigo ci de hoy y le parece al mismo tiempo irreal e irrealizable.

Cuando busque la destruccin del adversario, la expIotacin de


los fuegos nucleares scr directa; es decir, que llevare fuerzas cl6sicas a la zo—
na que acaba de ser batido por el fuego. Esta ser una mankbra relativamente
simple. Pero cuando quiera aprovechar la neutraUzacin temporal do las fuer
zas enemigaspara efectuar un movimiento de gran amplitud, la explotacin de
los fuegosnuclearesser indirecta, y en consecuenciade uno conduccin mucho
rn& delicada. Nos parece que se engañartamuchoqui& imagina que unospo —
cos tiros bastarfanpara abrir caminospor los que precipitarse, progresandocon
toda rapidez, salvo si so admite que la moral de! adversario se haya hundido —
brtca y completamentea los primerosgolpes. Ya que el movimientode las
fuerzas diluidas en glbulos no puede ser on&quico, comopodrtahacer creer —
un examensuperficial de la cuestion; ante un enemigoque enca1alas perdidas
y consorvasu combatividad, ser tcnicamenfe diftci! de regular y realizar. U—
nc simple comparacin lo har comprenderf&ilmente. Supongamos que algunos
hombresdeciden atravesar un torrente, todos procuran mantenerseen condicio
nes de ayudarse mutuamente; su velocidad de progresin ser pequeña, pero si
de repente este arroyo baja de nivel dolando un gran paso, los hombrestendr6n
tendencia a agruparseen este pasopara franquearlo rpidamente, ofrecindose
ast a la vista, Estosreflejos individuales normalesson los que tienen lugar tam
bi& en los pequeñoselementos. En el combatees preciso tener en cuenta que
esos reflejos ¡nfluirn seguramentecon mayor intensidadque las estimacionesm&
cuidadosamenteanalizadas de la situacin do! momento.

Las maniobrasde la tctica nuclear exigrn ciertos efectivos.


Tendremosque renunciar a la imagende unosefectivos muy reducidosdispcnin
do de armasmuy potentes, distributdas sobre el campode batalla salpicado de
setas ctmicas. Los elementosempeñadosen el combateactivo sern excosospor
las razonesque ya hemosindiccdc Perosufriran un rapido desgastey su reievo
deberESestar asegurado. No bastareun solo “fuego de combatientesactivos” ,
por el contrario harn falta muchos Estosno sern eficaces sino en la medida
en que seanapoyados, lo que suponela existencia de numerosasunidadestcni
cas.. Los efectivos empeñadosen los combatesneolearesse repartirn sobreel
terreno de modomuy diferente al que pormirfan los dispositivosde antaño; pero
sarta aventuradoel dar por hechoque sern muy inferiores en nGmeroa los cm—
pIcados en las guerras pasadas. A igualdad de capacidad tecnica y de armamen
to moderno, los efectivos ms numerosostendrn todavta ms probabilidadesd
vencer.

Estas reflexiones, lejos de dilucidar la cuestin de la t&tica nu


clear, apenasla desvelan. No son ms que una infrcduccin muy modesta a un
dominio inmenso,en el que la explotacin debe ser progresiva, Tambin puede
- 9-’
suceder que los descubrimientoscientÇicos y susaplicaciones tcnkas puedan
hacer desechar roperktinamente las escasas nociones adquiridcs Pero todos los
razonamientos son incompletos si no llenen en cuenfr el comportamiento de los
soldados bajo un fuego nuclear creciente y conttnuo. La estrategia puede ser
abstracta, la tcnica no, puesto que se api ka sobre los elementos humanos.

Si es dffcil imaginar Jo que ser la tiScticanuclecr en los aspec


tos puramente ftsicos, cuanto ms diffcil serc ¡maginarl. en sus aspectos huma
nos. Los hombres sufrir6n les efectos del fuego nuclear: vaharadas, calor, irra
dkcin, deslumbramientos; “shocks y traumatismos, quemaduras, enferrneda-.
des lacerantes, ceguedad temporal o permanente, afectaran en mayor o menor
grado a los pacientes pero probablemente tcndrn efectos menos graves de lo —
que suele creerse, pues el fuego t&tico efectuado sobre combatientes muy dis
persos, prote&dos al menos parcialmente y de antemano provenidos sobre los —

peligros que corren y del momento en que comienzan los efectos, no tendr los
espantosos efectos tan a menudo descritos en las referencias histricas de Hiros
hima y Nagasaki y en los numerosos relatos de anticfpacin

¿ Pero c6mo soportar&i la inevitable tensin nerviosa por el Pe


ligro permanente, los espectculos que aparecern constantemente ante sus ojos,
y las prclidas que se producircSncontinuamente entre ellos? Thiers, que no era
ningGn ingenio y por cierto, no tenra riada de tonto, vaticine cuando aparecie
ron los primeros ferrocarriles, que los viajeros enloquecerfan al ver precipitarse
el paisaje ante sus ojcs a la velocidad de cincuenta kilmetros por hora. Este —

prcn&tico, que salo cuenta ccn un siglo de antigGedad, hace hoy sonreir Nues
tres descencentes Sonreir&) tambin de les temores que expresamos hoy al ¡mogi
ncir la conducta de los hombres bajo el fuego nuclear? Esta es una pregunta sin
respuesta posible. Y sin embargo es necesario saber a qu atenerse en este asp
te; ya que las reglas t&ticas ms brillantes se vendrn abajo si los que deban a—
pl icarias no actúan con sanre fría.

Los reglamentos fSdflccs han tenido siempre en cuenta, ain sin ci


torios en detalle, las reacciones normales de los comballentes; pero hasta ahora
parecerran reforirse a una escala humana aplicable a la inmensa mayoría de los
efectivos. Numerosas experiencias han demostrado que el límite de la resisten
cia humana a la tensin nerviosa, la fatiga o el terror era muy eIstica llegando
a límites insospechados. Por el contrario otros numerosos ejemplos muestran c —‘

mc a veces surie el pSnico partiendo de causas que parecen insignificantes cii —

ando se les ana liza ms tarde y lejos del ambiente en que se produjeron.

Por muy difícil que resulte


tema y por muy aleatoria que pueda ser cualquier COriC!uSI&i, es una materia que
hace falta abordar resueltamente, incluyridolo en los estudios de tcctica nuclear
con tanta rns obsfinacfn cuanto m& ilusorio sea obtener un resultado priSctico
N0 se resoIver nada si no se ataca de frente este problema, cualesquiera que —
— lo-.
sean las discusionesque puedanoriginarse. Hay pocasoportunidadesde que un
nuevo “Áidant do Picq” ccncluya con una escapada hacia el frente. El reflejo
normal por el contrailo, parece ser ura hutda bQck la retajuardia que no estar des
de luego mencs expuesta que las zonas de contacto. Se puede afirmar, antes —

de que estudios rns profundos expongan los primeros datos concretos sobre el te
ma, que uno de los factores del comportamiento eficaz del soldado, scr una —

¡nstruccin muy amplia sobre las materias que absorvern forzosamente su aten
cTn, exigindole elejercicio simultaneo de su inteligenciay de susmsculos
Simplificar alextremolapresente servidumbre de lasarmasy de losinstrumen
tos de preparacin puedeconstituir un peligro: elde exponer al hombredesocu
podo a lasinfluencias delambiente; esta sencil!a observacin señalahastadon
de debenllegar ls estudios analtticcs. En relacincon el!aambiente nuclear
aquel en elque sedesarroUaban loscombates clcSsicosestabarelativamente pr—
ximo al de la vida corriente. Hacefalta tener en cuenta estedesplazamiento —

total de ambiente en el que se encontrar el soldado, paro poder medir de un —

modo eficaz sus posibilidades combativas.

El estudio de la tctica nuclear lleva consigo el de un nGmero —


considerable do fonmenos, lelos do reducirse al salo problema tcnico de la e—
lecuci6n del plan de fuegos. Por de pronto, necesita escoger un m&todoapropio
do a su objeto,

La tcnica ha sobrepasado ccn mucho las modalidades de sus cpU


cac iones; el brujo debe darse cuenta de que ya no os m& que un aprendiz. Es —
una realidad de la que es fciI sacar consecuencias.
CESEDEN BOLETINMENSUAL
N° 2
Dpto.de Información

ESTUDIOS
POLITICO
SOCIALE -

UNA CRISIS DEL LIBERALISMO


ESPAÑOL (DISCURSO DE LARRAZ)

VI
CESEDEN

UNA CRISISDEL LIBERALISMOESPAÑOL

(Discurso pronunciado por don JOSE LARRAZen el


acto de apertura de curso en Instituto de España).

- o—

BOLETIN DE INFORMACION N2 2 — VI
Señores académicos:

Me honra sobremanera comparecer ante todos vosotros


designado por la Academia de turno -la Real de Jurisprudenc a y
Legislación—, para leer la disertación inagural del curso 1965-66
en el Instituto de España,

Voy a referirme a una crisis del liberalismo esp.’fíol


la cual en términos generales, no es otra sino la decepción p:du
cida por la democracia igualitaria en hombres ilustres de oriea
liberal que, en su mayor número, murieron siendo liberales.

Entiendo que el tema es un capitulo, en buena pte


apenas conocido y menos divulgado, de la historia de las 4.ciea -

políticas en la España contemporánea, con suficiente dignidai pa


ra ser presentado en éstos estrados y en esta ocasión.

1.-ANTECEDENTES:UNATRADICIONDELAUNIVERSIDADDEMADiID

Aunque en el constitucionalismo español hasta 1931


inclusive, apenas influyera el criterio corporativo, no debe ol—
vidarse que la Universidad de Madrid albergó durante muchos lus
tros la doctrina, o mejor dicho, la tradición doctrinal de una —

representación política a base de doe cámaras, en las cuales el


Senado fuese corporativo.

Efectivamente el exámen de los Sonados instituidos


por las sucesivas Constituciones españolas nos demuestra que, —

por lo general fueron Cámaras donde se reunían diversas eecies


aristocráticas: de la sangre, de la Iglesia, de los servicios ——

del Estado, de la cultura y de la riqueza. No obstante, en la —

Constitución de 1876, en un senado de 360 miembros, 180 eran ele


gidos, según se infiere de palabras del artículo 22, por “las -—

Corporaciones del.Estado y mayores contribuyentes”. Pero la lec


tura de la Ley complementaria de 1877, relativa a la elección de
senadores, deja muy reducido el corporatismo senatorial, que ya
venía harto rebajado por la propia terminología de la Con:ttu
ojén -“Corporaciones del Estado”-. Según dicha Ley: las Pi’Sce—
sic, las Reales Academias, las Universidades y las Sociedades ——

Económicas de Amigos del País elegían, en total 30 enadorcs cDr


porativos. Los 150 restantes eran elegidos por las Diputacincs
provinciales, compromisarios de los Ayuntamientos y mayores con
tribuyentes de los pueblos; mas la representación corporativa, a
lo menos de hecho, no se produce en este campo, ya que la Ley, —

en general, prohibía la elección de diputados provinciales y con


cejales; o sea, que el mecanismo se montaba en puro beneficio de
los políticos profesionales.
—2—

Frente a esta realidad, la tradici6n doctrinal de la


Facultad de Derecho madrileño fué un bicaramelismo con Senado pre
dominante y efectivamente corporativo. Posada allá en los “Prin..
cipios de Derecho natural”, de Giner de los Ríos y Calder6ri, cuya
primera edición vió la luz en 1873, la fuente de la expresada tra
dición doctrinal “Establecióndose como fiel expresión de la Socie
dad jurídica, revisten los Parlamentos las dos formas que este -—

efecto en razón de los fines mismos que en ella se cumplen, debieri


do existir, por tanto, dos Cámaras, una como representaci6n del —

Estado en su unidad, y otra como expresi6n jerárquica del mismo —

en cuanto consta de estados particulares en vista de los fines par


ticulares también de la vida. Las Cámaras que históricamente
ponden también más a esta distinción suelen llevar loø nombre’ ce
Congreso o Cámara de los Representantes, la príniera, y de Senr1o,
la segunda”.

ParaleJ.ainente el catedrático de Valencia Pérez Pt’L!t,


defendió la pura representación por gremios .y clases en las cia
ras legislativas y en las Corporaciones locales desarrollando ea
tésis en ciertos artículos que publicó la “Revista de Espaa” el
año 1877. Sin embargo, en el prólogo que puso a la obra de Sarta
maría de Paredes hizo constar que la exclusividad de la represen—
taci,n político—corporativa s6io la defendía de manera tranfrto—
ria, “hasta que desaparezcan los inveterados vicios de que hoy ——

adolece el sufragio. A la larga, por una serie de modificac4crits


progresivas, creo que debe llegarse, en efecto a constituir eJ. ——

Congreso por la elección individual, y por gremios y clases el


Es decir, que Pérez Pujol no discrepó en el fondo del —.

pensamiento de Santamaría de Paredes que’ prologaba.

El”Curso”de Santamaría, modelo de obra didáctir;a que


por tantos años adoctrinó a los estudiantes de la Central, cpi—
saba resumjdamente.la doctrina del autor con estas palabrar: ‘Ccn
cluyamos diciendo que la doctrina armónica de la doble reptes11t.a
ción, hace camino,, tanto. en la esfera de los principios CC!O en —

la de los hechos...; los Senados aristopráticos. euxopeos, vcn


transformándose. en asambleas que representan de un modo epe’ial
los fines sociales. Ultimamente en España se.ha dado’ entr.’.da en

la Cámara alta a los representantes de’4s universidades acac’


mias-ysjedades económicas y colocada la cuestión en tal pcntian
te... es ‘de esperar que no tarde en dar ingreso también a las in
dus-ti-jas y demás clases haciendo , del. Senado la representacir de
todas las profesiones y organismos sociales, a distini6ri del Con
greso que habrá de. seguir representando. los intereses colectivos
e indistintos de todos los individuos del Estado.

Maeztu, del que luego nes ocuparemos ms espealTeate,


antes de su franca incorporación al funcionalismo y al guildisno
había sostenido posición parecida a la que se enseñaba en las au—
—3—

las madrileñas: ‘SMi solución, vieja en mi espíritu, es que el r


gimen bicameral debe consistir en una Cáynara que represente a los
hombres y en otra que represente a las profesiones. La primera —

ha de ser la suprema, pero la segunda ha de ser la que regule a —

los funcionarios (acepción lata) como funcionarios y quizá haría


falta una Cámara tercera, un Senado técnico cultural. Pero esta
solución es todavía una “wórking hypothesis and nothing else”.

La misma doctrina enseñé Posada en la cátedra de Ma


drid, desde que sustituyó en 1918 a Santamaría de Paredes, que se
jubilé el expresado año.

Posada quiso infundir el pensamiento ya tradicional


de la Universidad madrileña en la Constitución de la República y
en su obra de 193]. sobre la reforma constitucional, dijo: “Las
instituciones corporaciones y agrupaciones socialmente constitui
das, deben tener su representación más apropiada en el Senado -en
donde podrán manifestarse y ser oídos los intereses locales y so
ciales de toda índole, y muy especialmente, con representación ——

muy amplia, los de carácter cultural y los de carácter económico.


Las dos Cámaras deberían ejercer la función legislativa del Esta
do pero en caso de conflicto por discrepancia entre bas, con ——

tramitación adecuada que servirá de garantía a los intereses, ten


dna que prevalecer lo sostenido por la Cámara popular, represen
tativa del interés general”. Rechazada la idea del Senado por las
Cortes republicanas, Posada escribió después: Las Constituyen——
tes no se dieron cuenta del momento en que actuaban, tan oportuno
para intentar introducir en la Constitución política la represen
tación específica de los intereses sociales organizados, creando
al lado de la Cámara popular, representativa del conjunto numéri
co y de asiento geográfico, una Cámara sindical, social, represen
tativa de aquellos

Do consiguiente, contra la tradición enseñada en las


cátedras de la Universidad Central, la República se inclinó a una
representación simplemente unicameral, individualista e igualita
ria. Este proceso nos hace recordar, por contraposición, el caso
de Ahrens, que tan conocido fué de Giner de los Ríos y tan estu——
diado por los hómbres de filiación o afinidades krausistas. El —

mismo Ahrens ha referido como comenzó en la primera edición del —

“Curso de derecho natural” (1837—39) defendiendo la representa— —

ción exclusivamente profesionista. En una segunda etapa, en 1850


admitió una Cámara profesional y otra de representación indivi- —

dual. Mas, a la postre, derivé hacia la exclusividad corporati——


vo—proesional: “He adquirido la convicción de que era preciso —

romper con todo sistema atómistico, explotado por las más malas -

pasiones de los partidos, y entonces comprendí que el organismo —

natural de la sociedad, tal como lo da a entender la doctrina de


Krause, es también el modelo y el idea]. para el sistema natural —

de elección y representación.

¿Qué rumbo seguiría la tradición de la Universidad -

de Madrid? ¿Se estabilizaría? ¿Seguiría el rumbo de las Consti—


—4—
tuyentes de 1931. ,Tomaría el rumbo de Ahrens? O ¿se apuntaría
en dirección nueva y distinta de las anteriores? Entremos, pues,
en el análisis de lo que he llamado “una crisis del liberalismo
español “.

2.-MAEZTU:PRINCIPIODEFUNCIONYGREMIALISMO

Allá por el año de 1910, don Ramiro de Maeztu se con


fesaba liberal. Pesaba mucho Gran Bretaña en su vida para no sen—
tirse influido por los grandes principios del derecho público in
glés. Pero Maeztu a diferencia de la mayor parte de los inteleo——
tuales de su época sintió hondas preocupaciones sociales a partir
de la semana trágica de Barcelona. Cuando en 1916 pu1ic6 su obra
“Authority Liberty and Function” (luego vertida al cpstllano ba
jo el título “La crisis del humanismo”), Maeztu ya no era propia
mente un liberal, ni tampoco un socialista fabiano, era un guil-—
dista o, si queremos decirlo más en romance, era un premialista.
Maeztu había seguido los trabajos del profesor de Burdec, Dugut,
con grande atención, Sin embargo, hay que reconocer que aeztu pu
so aun más énfasis que Duguit, y más generalización, en exaltar -

el principio de función sobre el de personalidad. Y fué el princi


pío funcional el que dió a Maeztu, entre los gremialistas ingle-
ses, una personalidad definida y relevante. Salvador de Madariaga
ha destacado este libro en el panorama de le España contemporánea
He aquí algunos de los principales pensamientos de Maeztu.

El valor del hombre “no está en su ser, sino en su -

hacer.,. Nadie es más que otro si no hace más que otro, dice en —

alguna parte Don Quijote”. “Nuestra verdadera vida consiste en ——

ser funcionarios de los valores absolutos”. “El problema que se —

nos plantea, si hemos de llegar a fundar la sociedad sobre princi


píos objetivos, es el de inducir a ks hombres a no considerarse -

como centros del mundo, sino como criaturas puestas en este mundo
para realizar en él los valores etern, “No basta que los hom——
bres sepan que es necesario sacrificar toda clase de derechos fun
dados en la personalidad para establecer la socied-d sobre una ba
se firme de justicia. Ha de sacrificaz-se la A los
niños “les apreciamos por lo que se nos figura que han de hacer”.
“los derechos no surgen de la personalidad”. “Para la doctrina ob
jetiva del derecho, el origen único de los derechos.,, es la fun—
“El principio general es el de que la sociedad no debe con
ceder poderes sino en virtud de funciones1 y no debe proveer las
funciones sino en virtud de las capacidades”. “Esto supone la obli
gación de dar a cada uno de ellos (los hombres) un mínimo de edu
cación, de impedir su explotación por otros Tenemos de
rechos “en razón de los servicios que hemos desempeñado o estarnos
desempeñando, El principio funcional situaba a Maeztu completa——
mente fuera de la éga1it&1 Mas, para apnrar las certeras conse
cuencias del lógico principio de función, no era necesario dero-
gar el principio de la personalidad. Maeztu había ido demasiado -

lejos. Pienso que al final de su vida no incidiría en tal exceso.


—5—

3.-SALVADORDEMADARIAGA:“ALIBERALHERETIC”

Las coyunturas para intentar realizar nuestros idea


les no suelen pasar por la vida de los hombres de modo propicio —

al ciento por ciento. En consecuencia, no es infrecuente que al


mas generosas, con ánimo puramente táctico y por amor de lo que —

se lleva en el corazón y en la cabeza, sacrifiquen alguna vez el


rigor coyuntural apetecido. Esto es comprensible y... en excep——
cionales ocasiones, hasta loable, siempre, claro es, que no cons—
tituya hábito. Digo esto, porque muchas gentes conservan vivo el
reproche hacia algunos españoles ilustres olvidándose de otras mu
chas cosas.

Particularmente interesantes y significativos son —

dos libros de don Salvador de Madariaga, a los que paso a referir


me.

El primero se edit6 en Madrid el año 1935, bajo la —

rúbrica “Anarquía o jerarquía”. El segundo está editado en Lon-—


dres, 1958, con el título “Democracy versus liberty?” y el subtí
tulo “The faith a liberal heretie”; es traduci6n de la segunda ——

parte del ensayo político publicado en francós “De l’Angoisse a —

la libertó” Del primero de dichos libros dijo Pórez Serrano en ——

sus “Humoradas” que era “un libro notable, pero universalmente --

aborrecido.., cuya rabiosa sinceridad disgustó a tantos”. Las pa


labras que rotulan al segundo hacen recordar, por oposición, otro
título de Lasky, “Democracy and liberty”. Los editares de “Demo—
cracy versus liberty? consignaron al frente de la obra una nota
haciendo constar que el autor hablaba solamente por sí mismo, y —

subrayando que no publicaban el libro como credo oficial o políti


ca de un partido o grupo político era, simplemente, una valiosa
contribución al pensamiento de la ópoca. Cautelosa actitud. Es
tos dos libros son poco conocidos en España, y ello es lamentable
Confieso que yo mismo los he leído con motivo de la redacción del
presente discurso.

En el libro de 1935 se afirmó: “De todo lo que pre


cede se desprende que en nuestra opinión, el Estado ha de conce—
birse como la manifestación de una democracia no meramente numéri
ca o estadística sino orgánica”. El postulado de que el Gobierno
por el pueblo significa Gobierno por la suma aritmótica de los ha
bitantes de la nación o de su mayoría, es absurdo. El verdadero —

interós de la democracia consiste “en reglamentar cuidadosamente


la entrada a la ciudadanía”.

En Democracy el “igualitarisnio debe por tanto, ser


considerado como un mal por si mismo; investigaremos sus causas..:
incomprensión, envidia y El sistema parlamentario
basado sobre la regla “un hombre un voto”, est inevitablemente —

inclinado hacia la demagogia. Tal es el resultado de su naturale


za puramente estadística.., los candidatos vienen forzados a reba
jar el nivel de la bataila electoral con el fin de ganar en super
ficie lo que pierden de altura de la pirémide social. En tal di-—
rección, el sistema parlamentario tiende inevitablemente a simpli
ficar con exceso los problemas de la vida colectiva, que son siem
pre grandemente complejos. Tambien propende a implicar prejuicios
pasiones y emociones que lo deformen; a condescender con pujas ——

electorales, en las que no se duda en sacrificar el bien del país,


y hasta los reales intereses de los electores a largo plazo, a ——

aparentes intereses “La caída de la República en Es


paña fué debida, en gran parte a la demagogia surgida del sufragb
directo, universal y El recuerdo del caso español —

es inevitable.

Si de los principios pasamos a las instituciones re


sultaría muy curioso confrontar los dos esquemas de Madariaga — —

veintitres años por medio— Pero no es este el lugar adecuado para


detenernos en la comparación. Bastarft indicar que en el esquema -

de 1935 sobresalen tres lineas: corporatismo, restricción de la —

ciudadanía y elecciones políticas indirectas, La primera y la ter


cera siguen jugando en el esquema de 1958. El Estado no es una su
ma aritmética de indiiduos, sino una integración de institucio-—
nes. El municipio es una federación de familias; la provincia de
municipios; la región do provincias; la nación de regiones. -

tiende a dejar a cada institución intermediaria el móximo poder,


de competencia de decisión soberanas, así que sólo las materias —

de amplio y nacional alcance pueden competer al Gobierno central


y al Senado”. Sin embargo, el criterio de restricción o seleccn
de la ciudadanía, del esquema de 1935 es constituido en 1958 por
otro més simpático: la incorporación de miembros de &lite, desig
nados para formar parte de cada cuerpo deliberadamente (local o —

nacional) por el propio cuerpo.

Madariaga muéstrase partidaric de prohibir los partí


dos separatistas y los totalitarios de la derecha y la izquierda.

Li.-PUNTODEMÁXIMASIGNIFICACIONENLACRISIS:GONZÁLEZPOSADA

Vuelvo al caso de mi profesor de derecho político —

don Adolfo Gonzalez Posada, persona que me suscita múltiples evo


caciones, porque además de haber sido luego juez de mis oposicio
nes juveniles, fué también, a fin de sus días, uno de los más ve
nerados y respetables compañeros que me recibieron en la Real Aca
demia de Ciencias Morales. Me lo encontraba muchas tardes de los
martes, calle Mayor adelante y, a paso lento, tocábamos variados
ternas. Era admirador de Giner de los Ríos, hombre de laboriosi——
dad incansable, de mucha vida interior, lector, en sus postrirne——
rías por lo menos de los Evangelios y de San Juan de la Cruz. Un
día me manifestó don Adolfo que en la roavivación de su religiosi
dad había sido promotor eficaz la lectura de la “Crítica de la ra
zón práctica, cosa que, a la verdad, no es de extrañar si se re——
cuerda que Maeztu atribuía parte de su espiritualizaciónala crí
tica de la razón pura. Gran crisis la de don Adolfo. No olvidemos que
don Adolfo,adeaás de su vida universitariayde su actuación conti
-7-
nua en instituciones sociales se sumó al partido reformista que
en 1913 fundaron Azcárate, don Melquiades Alvarez y Pedregal.

El año de 1932 Posada public6 en la “Revista de dere


cho público” un trabajo titulado “La idea pura dl Estado”. Co
menta Pórez Serrano este trabajo diciendo que en ól se interpreta
alEstadomoderno como esfuerzo enderezado a intesifjcar la con
ciencia jurídica de los pueblos Estados; ahora bien, entonces Po
sada considera logrado este efecto mediante el r6gimen constitu
cional, sobre la base de las libertades fundamentales, de garan——
tías jurídicas para la formación de la opinión pública y del res
peto a la dignidad humana. En definitiva, el profesor Posada -

siempre había significado esto hasta su jubi1acicn en 1931.

Pasaron los años; pasó la guerra española; pasó de —

la vida a la muerte, asesinado en la cárcel de Madrid, el decano


del Colegio de Abogados, don Melquiades Alvarez, verbo de la dem
cracia española, como durante tanto tiempo se le llamó, pasa mas
de un lustro, ‘1ustro que en lo vivido y sufrido pesaba un sjg1o
en decir de Posada y, óste, revisó su idea pura del Estado “sin —

sentirme obligado a sustentar nada de cuanto me pareció razonable


en mis cavilaciones de la edición primera. Las líneas de presenta
ción de la segunda edición llevan fecha de 1943, pub..’tudo1a la
Editorial Revista de Derecho Privado despuós de muerto non Adolfo
en 1944.

Tras la implacable revisión de las antqia, solucio


nes —continúa el comentario de Pórez Serrano— se e:tiriguio toda —

Confianza en el. sufragio como órgano monopolizador de La sobera


nía del Estada: la idea “pura” fuó objeto de una nueva decanta— —

ción “purificadorau. El comentario concluye así “Pues bien, —-

¿sería aventurable conjetura suponer que el maestro Posada sufrió


una de esas tribulaciones doctrinales y que, con su recto y severo
criterio, consagró horas y meses de preocupación a los temas capi
tales de su disciplina predilecta, acentuando cada vez más su espí
ritu hasta llegar, con nuevo fervor, a conclusiones seguras de in
destructible y generosa vitalidad?”. Que no era aventurada conje—
tura nos lo van a textimoniar textos del propio don Adolfo.

“El pueblo, sujeto capacitado para las realizaciones


jurídicas en el Estado constituído en forma de “cuerpo politico,
es el verdadero organismo de donde el Poder emana. No es, pues, —.

el pueblo un simple agregado o suma de individuos, ni ci omado —

por mera yuxtaposición de dementos no integrados en unidac1 de vida


o bajo la acción arbitraria de una imposicíón —tiranía—. Nc es el
pueblo de Rousseau, ni el de las democracias de masas, ig:1a— —

rias, gregarias, que fatalmente se deslizan o se derrumbar pc los


abismos de la demagogia, que engendra tiranías, y que es nga— .

ción del Estado jurídico. E]. pueblo que se supone en la pura


del Estado es organismo social vivo, resultado de una edattac6n —

espacial, geográfica, y dotado de espíritu propio, el suyo: espín


tu del pueblo, de SavigriyJ”.
—8-.
Upero el régimen a que me refiero se aljaha, de mo
do general, del sentido jurídico exigido en la idea »ira del Esta
do, hasta negarla, al definir o sostener como órgano institucio
nal único o predominante y hasta decisivo de la sobaranía del pue
blo, el sufragio, llamado impropiamente universal pues todo su
fragio es necesariamente limitado- y suponiendo que mediante el —

sufragio el poder político hacía posibles o efectivas las realiza


ciones jurídicas en el

La conciencia jurídica de un pueblo no puede mani—


festarse libremente y en buenas y adecuadas formas mediante un su
fragio político, por muy amplio que éste fuere, y menos puede es
te sufragio ser el 6rgano de la conciencia jurídica del pueblo, y
menos aún cuando merced a cualquier fórmula de la impropiamente -

llamada representación (?) o elección proporcional, se desarraiga


al elector de su soporte geográfico, de su medio político—social
—su aldea, su municipio, su ruralistno o su urboni’o—, para con——
vertirlo en un número y surnarlo al servicio de corrités o do caci
ques de los partidos, de las fracciones de partido o de grupos ——

m?Ls o menos artificiales y sin arraigo de la vide nacional.”

aplicaciones del sufragio políco, órgano mono


polizador de la soberanía del Estado, han irnpedidc en gran medida
la adaptación de la estructura o forma ític do poderes y —

de sus instituciones a la estructura social real que espontánea——


mente se produce en los Estados como natural consecuencia de la —

diferenciación específica de los intereses de tipo colectivo que


se condensan en los cenns de vida local de pueblc. y regiones y
de las asociaciones y corporaciones, gremios, sindicatos, empre——
sas, clases... Por otra parte, aplicaciones de un sufragio políti
co como órgano monopolizador de l.a soberanía en los Estados han —

contribuído grandemente a debilitar y, a la larga, impedir la for


mación de las”jerarquías” sociales indispensables er el orden po
lítico, oponiéndose a veces por vías demagógicas a la selección —

de “l’élite” —aristocracia—, condición esencial de todo Gobierno,


acentuándose en cambio, el caracter gregario, igualitario, aritmÓ
tico, mantenido ya por el liberalismo abstracto de las democracias,
niveladoras, tumültuarias, tiránicas, de masas.

Cuenta don Adolfo en el epílogo de la segunda edic


ojén que una tarde estival y serena, frente al mar, tenía en sus
manos el primitivo librejo y las cuartillas de las rectificacio——
nes y adiciones. Le entró la tentación de arrojar ambas cosas a
las olas, cuando sintió “allá dentro, en lo más profundo —el mun
do por él preferido— la voz cariñosa de un discípulo, de su mejor
discípulo, quien insistentemente le llamb!, oponiéndose a la ——

tentación. Y el maestro obedeció, salvando el resultado de “la —

labor de limpieza realizada” como él mismo la denomina en el refe


rido epílogo, “sin que se reavivaa en el llamado maestro aquella
angustiosa tentación de arrojar a! mar sus papeles”.
—9—
5.-.OTRAVEZLACÁTEDRADEMADRID:PEREZSERRANO

Pérez Serrano sucedió en la cátedra de derecho pol!


tico de Madrid, a Posada. La inercia de la memoria y la preste
za de la imaginación aún nos lo hacen ver entre nosotros. Su fi
gura menuda, meridional, albergaba una inteligencia clarísima, —

una intención aguda y una palabra precisa y policromada. Ningu


na duda puede ofrecer la raigambre liberal de Pérez Serrano.

Con motivo de las bodas de plata con la cátedra, y


en correspondencia a un libro—homenaje, de estudios, compuesto —

por figuras universitarias, de la magistratura y del Foro, publi


có Pérez Serrano en 1960 un pequeño volúmen titulado “Humoradas,
doloras y greguerías jurídicas”, colección de notas que el pro——
pio autor calificó de “más bien ligeras, y sin duda faltas de -—

prestancia científica” pero entre las cuales podemos espigar al


gunas muy significarivas a los fines del presente epígrafe.

Para Pérez Serrano, la democracia igualitaria lleva,


a veces, “a la antesala de la anarquía”, y entonces el régimen to
talitario surge no por casualidad ni de capricho. Otras veces —

la igualdad —por permanecer— extingue a la libertad naturalmente


propensa a diferencias. Para mayor precisión voy a transcribir
cuatro párrafos del autor.

“0 hay que volver a lo antiguo (sufragio conzitaric


legitimación de minorías rectoras), o urge buscar otras tcnicas
otros sistemas de representaci6n y de actuaci6n parlamentaria, —

por ejemplo”. Supongamos que el dueño de una gran heredad agro


pecuaria quiere asociar al personal. “Si a fin de dar realidad —

al noble propósito del propietario se instaura un régimen rabio


samente democrático para orientar y llevar a cabo la explotacirn,
¿se acudirá al mecanismo de un sufragio universal igualitario, y
se computará como acuerdo válido y sano lo que decida la mayotía?
Parece evidente que no: porque el ingeniero debe pesar más que —

el simple labrador; porque los braceros, aun siendo los más, no


pueden obstinarse en que prevalezca su propio interés, mezquino
y falto de vizi6n; y sobre todo, porque aun cuando todos se mo——
vieran animados de buena voluntad y quisieran inspirarse en el —

bien común, es muy probable, casi seguro, que los incompetentes


e incultos propusieran las soluciones menos convenientes para el
conjunto. El resultado, en fin de cuentas, acabaría siendo daño
so para la colectividad. “Conviene recordar” que en los capítu
los de ciertas congregaciones religiosas de tipo democrático...,
no votan los legos para la elección de superior; que en el Partí
do Comunista no votan más que los afilía-los de núrero, no los ad
heridos o miembros recientes; que en la Universidad, no votan -—

los bedeles junto a los profesores, y q-ie en una compañía anóni


ma no votan a veces los socios que tienan pocas acciones, sino -

los que poseen la cantidad mínima de titube que al efecto hayan


designado los estatutos”. “Lo que importa y lo que ha de impre
sionar al hombre de Estado, es determinar qué elementos persona—
— lo—
les, dentro de]. momento socia], de la nación pueden votar con aquel
mínimo de capacidad, conciencia y sentido de responsabilidad que —

son indispensables para ostentar aptitud de funcionarios en la fun


ción trascendental que el sufragio implica. Y, dicho sin supersti
ciones populacheras, forzoso es confesar que si no se da ese míni
mo (revelado por cultura, posición y arraigo), se carece de verda
dera ligitimación”.

Cuando en el año 1960 pasó una amena tarde con el yo


lúrnen de Pérez Serrano en las manos, al concluir tomé la pluma y —

le escribí unas líneas: el librito era muy enjundioso, tenía un —-

grande significado, y él —el catedrático de política de Madrid- de


bía sentir el deber de desarrollarlo de manera más completa, más —

construída, mas sistemática... Se lo rogaba. Pero don Nicolás PÓ


rez serrano, por muy quebradiza salud, oøtaha y-aatado Murió a
co.

Esta tan entendedera repulsa de la democracia iguali


taria, a lo largo de serie si muy ilustre no menos expresiva —Maez
tu, Madariaga, Posada, Pérez Serrano- queda culminada con lo que -

diré, para terminar, de Ortega y del conde de Rornanones.

6.—DEORTEGAAROMANONES

Es particularmente desconocida una buena parte del —

pensamiento de Ortega y Gasset, en la cual e permito espigar a se


guido.

Entre los años de 1925 y 1926 Ortega y Gasset hizo -—

afirmaciones radicales. Así, en 1925, dijo: “Se acerca el tiempo


en que la sociedad, desde la política al arte, volverá a organizar
se, según es sabido, en dos órdenes o rangos: el de los hombres ——

egregios y el de los hombres vulgares. Todo el malestar de Europa


vendrá a desembocar y curarse en esta nueva y salvadora escisión.
La unidad indiferenciada, caótica, iiforme, sin arquitectura anat6
mica, sin disciplina regente en que se ha vivido por epacio do -—

ciento cincuenta años, no puede continuar. Bajo toda la vida con


temporánea late una injusticia profunda e irritante; el falso su——
puesto de la igualdad real entre los .hombres. Cada paso que damos
entre ellos nos muestra tan evidenteperite lo contrario que cada pa
so es un tropezón doloroso”.

Y es que Ortega sustena un interpretación de la his


toria radicalmente aristocrática. Tn radical, que el aristocratis
mo de la sociedad no es un deber ser, sino un ser, se quiera o no
se quiera, de manera que es sociedad en cuanto aristocrática, y de
ja de serlo al desaristocratizarse. Crto que Ortega se cuidó de
advertir que sus categorías no eran icuales a las que pudiera uti
lizar un cronista de salones.

Tengo ahora a la vista dos textos más concretos por —


— 11 —

cuanto que se refieren a materia institucional9 los cuales no se


repelen, sino que concuerdan entre sí y con lo quo a’do.

En “La rebeli6n de las masas” se infieren estas ati’-


cuencias: primero, que la democracia liberal fuadacla en la c’a
ción técnica esd tipo superior de vida pública hasta ahora cono-
ciclo; segunda, que ese tipo de vida no seré el aejor imaginable,
perd el que imaginemos mejor tendré que conservar lo esencial de
aquellos principios; tercera, que es suicicla todo retorno a for——
mas de vida inferiores a la del siglo XIX”.

En 1957 dijo Ortega: “Padecemos e: sto un crrr de -

óptica. que nos viene precisamente de haber sido durante casi cien
años opinión vigente, tópico reinante, el principio mayoritario,
que torpemente creyeron nuestros tatatarabuelos y bisuolos dedu
cirse ineludiblemente de la idea democrátjca’.

Por tanto, cualesquiera que sean las aprecio cicncs de


facto que Ortega haga sobre la situación real, hist6rica, d los
tiempos conteinporaneos y sus posibles tendencias si él lleva den
tro como preferencia o como valoración lo de los princi
pies de la democracia libeat, no lleva una democracia igualita
ria que el principio mayoritario no se deduce “ineludiblernente de
la idea democrética”; si propende a los principios de una “de!no
cracia liberal fundada en la creación técnica”, no puede desear —

lo que sea contrario a la jerarquía natural de la sociedad tecno


lógica; si las formas del siglo XIX no deben degradarse, conviene
recordar que ni la Inglaterra, ni la Bélgica de tal centuria, vi
vieron la democracia igualitaria. Estas correctas matizaciones —

delinean políticainente un Ortega biena discreln,muy distinto del


que se conserva en la ofuscada memoria de gentes de varia y aun —

opuesta condici6n.

Muchas tardes de los años cuarenta, tardes inerrti


les especialmente, las pasé disfrutando de la compañía del viejo
conde de Romanones en su casa de la Castellana, Al principio me re
cibía en el despacho de la planta baja; y més avanzada su edad, de
partíamos en un gabinete del piso principal, adonde llegaban las -

rayos perezosos e hirientes del crepúsculo morileño. Don Alvaro —

me hizo partícipe del conocimiento de primors mano que do tantas —

personas y episodios históricos tenía. En aquellas pJtticas desfi


laban desde don Alfonso XII y doña María Cristinr licsta alcaldes y
concejales do la Alcarria. Las gentes sabían rauc.ho,quizá demasia
do, de la astucia política del conde, pero me df cuenta de que ig
noraban en absoluto el tesoro de afectividad que llevaba en sí. ——

Nuestra propia amistad había nacido de aquel tesoro. De los recuez


dos que de Romanones conservo viéneseme ahora a los puntos de la
pluma, concorde con el tema de este discurso, el

El propio conde ha refer’.do la afau.oa c t::;icad que


despertó en 61, durante el Parlamento largo de 1886 a l9O, ci Pro
yecto de Ley sobre sufragio universal Era este proyecto el inés i
—12—

portante de acjuella Cortos, la obra que consagraba el espíritu li


beral de nuestro gran partido y que atraía de modo definitivo la be
nevolencja de Castelar y sus huestes?. Maniobró el conde mós de la
cuenta por formar parte de la Comisión dictaminadora del proyecto,
de manera que su suegro don Manuel Alonso Martinez se vi6 obligado
a dimitir el cargo de Ministro de Justicia, Gran disgusto pero el -

empeño del sufragio universal todo lo merecía.

—,Se desviviría usted tanto al presente nor el sufragio


universal? -le pregunté una tarde de los aludidos años cuarenta.

—Me morirá liberal -contestó—; pero no quiero nada con


ese tilDo de deriocracia. No conozco destructor más grande de la li
bertad que el sufragio igualitarIo.. Y, frnearncnt,
- yo no cambio
la libertad por la demagogia.

Es, pues cierto que del propio seno del liberalismo es


pañol, ha emergido una corriente adversa a la democracia cuantitativa,
igualitaria, No son sus actores con la salvedad del citado al final,
hombres adinerados; son varones de letras y de leyes. No se proponen
una reacción meramente conservadora; buscan la armónica coexistencia
de la libertad con el rógimen representativo, o un Estado en el que
cada uno influya por lo que sirve.

Empero, es claro que del conjunto de la exposición tras


ciencia con mas vigor el sentido negativo y las generalidades que la
afirmación institucional expresa de un orden nuevo, He aquí magnifi
co tema de meditación para las jóvenes generaciones de espíritu libe
mi, aprovechadas las conclusiones críticas de ilustres antenasados
y saber traducirlas a una doctrina positiva, Si los jóvenes hacen —

honradamente el exmerimento intelectual de esta directriz, me atrevo


a pronosticar que acabaran cercanos a esquemas como el de Salvador -

de Madariaga, u otro más obvio, presentido o sentido ya por hombres


que acabamos de recordar; la representación corporativa coaligada ——

con un elemento arbitral; representación corporativa que, contra lo


que algunos creen no es verdad que necesariamente haya de imolicar —

una ficción; y elemento arbitral que, por estar su cantera bajo la -

efectiva y continua fiscalización de los representantes corporativoa,


no pudiera dar lugar a la antigua y secular pregunta Quíen custo
cia a los custodios”.

Valía la pena de ensartar como cuentas los pensamientos


coleccionados en este discurso y la conclusión cleriv a de ellos que
queda apuntada, todo lo cual, en gran parte nacido Ce u-cia experien
cia nacional, larga, muy dolorosa y muy elocuente5 es crojiible a la
limitada ligerena de los desmemoriados, de los isnc. de los inad
vertidos, de los tozudos y, tambián, de los cont’imaoes de toda espe
cie,
— 13 —

A’Dropiado colofcSride cuanto acabamos de escribir son


las alabras con que ousseau, recordando a Montesquieu, tituló el
capitulo octavo del libro III, “Du contrat social” “Que tcute fox’
mo de gouverneient n’ost pas propre a tout pays”.
CESEDEN BOLETINMENSUAL
N° 2
Dpto. de Informacion

ESTU
DIO
S ECONOMIC
INFORME DE LA O. C. D. E.
SOBRE LA ECONOMIA ESPAÑOLA -II

VII
CESEDEN

INFORMEANUAL DELA O.C.D.E. SOBRE


LA ECONOMLA

ESPAÑOLA(II)

—o—

BOLETINDEINFORMACIONN2 2—VII
II . ELPROBLEMADELRESTABLECIMIENTODELASITUACIONFINANCiERA

a) LasituaciSnactual

El rpido crecimiento econ6micode España se ha enfrentado con gran —

des presiones¡nflacionfstas. De no ser dominadas,el procesode desarrollo que


— —

ha producidoya considerablesresultadosreflejados en el aumentode la produccin


y la elevaci&i del nivel de vida — se interrumpir tarde o temprano; si no seadop
tan las medidascorrectorascon la suficiente prontitud, ellas debor&i ser ms radi —
cales. Lastensionesinflacionistas no se han producido porqueel ritmo del creci —

miento en st mismohaya sido excesivo en las condiciones existentes, sino, en gran


parte, porque las medidastomadaspor el gobierno para lograr un desarrollo equili
brado y remediar los defectos estructuralesde la economtahabr(an podido ser mejor
coordinadas en su aplicacin. Debertaser posible de otra parte merceda una ac —

cian selectiva rn6srigurosa del Estado, el establecimiento de un gradosatisfactorio


de estabilidad stn recurrir a medidasde lirnitacin severade la demandaglobal.

Los datos m& recientes hacensuponerque la demandade consumoper—


manecer con toda probabilidad activa a lo largo de 1965, y que e1consumopbU
co aumentarcconsiderablemente. Los gastospresupuestarios,en conjunto, tienden
a elevarsede moaosustancial. Las inversionespublicas, asi como la demanda de
construccin de viviendas, continucr& enaumentocon toda probabilidad. Esigual
mente probableque las inversionesproductivas privadasse mantengana un nivel —

elevado. La gran liquidez bancaria deborra facilitar la fuerte expansin de la de


manda efectiva. Porello, en ausenciade medidascorrectorassuficientes, se corre
el riesgo do que continúen las grandestensionessobre los preciosy salarios. Fac
tores temporalesfavorables, asf como el reciente aumentode ciertas importaciones
de productosalimenticios, podrtanretrasar un pocoel alza de los preciosen los —

prSximosmeses;de cualquier modo, un respiro temporalno bastar para restable


cer la estabilidad.

b) Lasmedidasdenoviembrede1964

Para combatir e1 alza de preciosse anuncia en noviembreúltimo un —

primer grupo de medidas:

¡) AprobaciSnde un programatrimestral excepcional de importaci6n de


—2—

productos alimenticios. Al propio tiempo, han anunciado las autorida


des la creacin de un Fondo especial con la misin de regular los pre—

cios agrtcclas a travs de “prkvcmcnts” a la mpc.rFcrncin de opera—


ciones de sostn de los productosnacionales, etc. De hecho, la Comi
sarta de Abastecimiento y Transporteefect& desdehace algn tiempo
operaciones dQ este tipo. Comono se ha publicado hasta el presentenin
gn reglamentodel nuevo Fondo, no se conocen exactamentelos cambIs
que tienen ¡ntencin de ¡ntroducir las autoridades en el sstema de regu —

larizacin de los preciosagrtcolas.

ji) Promulgacin de nuevasmedidasde liberacin de las importaciones que


han entrado en vigor en diversasfechas, escalonadashasta julio de 1965
(la ltima lista de liberacin parcial fu pubUcadaen febrero de 1963).
igualmente se ha declarado la amplfacSn de los contingentesde impor—
taci& a los productoscuyos preciosacusabanapreciables alzas se ig
nora en que medida ha encontradoaplicacin esta decisin.

¡II) Publicacin de un nuevo baremode las tarifas aduanerasy de los dere —

chos fiscales a la mportacin. Lasautoridadestrataban de alcanzar una


reducckn “coyuntural” de las tarifas del ordendel 5 %, pero el nuevo
baremo introduce cambiosde tres tipos : prolonga la aplicacíSn de la re
duccn temporal de las “tarifas permanentes”, establecidasa principios
de 1963; da efectividad a amplios aumentosde los derechosfiscales a la
importackSn, correspondientesa las modificacionesde la imposicin inte
ror; introduce, finalmente, nuevasreduccionesda las tarifas, tanto —

“permanentes” como temporales. El efecto de estasmedidassobre los


precios difiere sensiblementesegn las diversascategorts de productos
pero en muchoscasossu importancia ha sido fnfima.

iv) Se ha anunciado la adcpci& de medidaspara limitar la excesiva deman


da de construcciSnde viviendas y paro mejorar la comercializaci6n y dfs
trfbuci’n de los productosagrfcolas.

y) Las autoridadeshan subrayadola necesidadde contener los aumentos de


salarios dentro de los Itmites del incrementode la productividad.

c) Medidasrecientementeadoptadas(primaverade1965)

En general, estasdecisionesdescansabanen salidas bases. Sin embargo,


dado su car&ter limitado y, en ciertos casos, el considerableretraso con que se han
aplicado, su incidencia ha resultado insuficiente. Prontose hizo notorio que eran —

necesarias medidasms enrgicas. Por ello, las autoridadesespañolashan hechopi—


bi ¡ca recientemente lo adopc in de d ¡versasmed¡das, y estudian en la ctua¡¡dad (ju
nio de 1965) los mediospara intensificar su accicn.
—3—

Para elaborar las disposicionesa adoptar con miras al rpdo restableci-.


miento de una ostabilidcidfinanciera suficiente, los autoridadeshan debido tener en
cuenta dos imperativosfundamentales, En primer lugar, salo cabe acudir en este as
pecto a decisionesque produzcanefectos inmediatoso muy rpidos; los medidas a
largo plazo (tales como la racionolizaciSn de la red de dstribucin) son, ciértamen
te, muydeseables, pero no ayudarri a resolver los urgentesproblemasque se plan —

tean de forma inmediata0 En segundolugar, ser necesario llevar a cabo una accicn
simultnea sobrevarios frentes, dadaslas grandespresionesque se ejercen ya sobre
precios y costes. De hecho, algunasde los principales causasde estaspresiones(so
bre todo las decisionesde aumentode los preciosagrícolas tomadasen 1964), no han
evidenciado todavía plenamentesu efecto inflacionista sobreel sistemaeconSmico —

en su conjunto..

No cabe duda de que el problemams urgente consisteen terminar con la


rpida alzo do preciosde los productosalimenticios (cuadro4 y provocar, en la me
dida de losposible, algunasbalasdo precios0Paraello,la primera condkn a cum
plir, es lado evitar cualquieraumento de losprecios de garantra. Al hacer pGblico
en fecha reciente el mantenimientoda! precio de garantíadel trigoparalacampaña
1965 66 al mismonivel anterior, el Gobierno ha dado un pasoesencial en estadi
— —

rocci&, Quiz se podría bajar incluso ci nivel de estosprecios, en e casode que


resultara manifiestamentealto (5 ). En segundolugar, sería necesario modificar ra
dicalmente los principios y normasque rigen las importacionesde produ:tos alimenti
cias, Resulta, por lo demcs, evidente que una estabilizaci&i de los preciosde di —

ches productos incluso a su elevado nivel actual exige un mayorvolumende im


— —

portaciones, Por ello, las autoridadesespañolaserraron recientementeun amplio —

prcgrama de importacn deproductosalimenticios y de productosdestinadosa la a—


limentaciSndel ganado, que debe a!cnzar aproximadamentelos 425 millonesde d
‘cres (6) en el año en curso;lasimportaciones efectuadas a cargode esteprograma
se elevanya a 190 millones de dlares en el mes de mayo. Quiz seanecesarioau
mentar todavía ms el volumen de ¡asimportaciones; ello dopender de la evolucin
do loproduccn interior en los mesesinmediatos.

Adem& de estosprogramasde importacionesdo urgencia, senSincUspen—


sable establecer un sistemaque asegureun suministroregular procedentedel extran
jero y susceptiblede serr3pidamenteadaptadoa las inevitables fluctuaciones de la
produccin nacional. Esmuy dudosoque el actualsistemadecomprasmasivasefec—

(5) Estopodría ocurrir, por ejemplo, cuando la produccinefectiva sensi


superase
blemente las previsionesoficiales sobre las que se hafijado e1 preciosostn.
Es, seguramente,lo que ha acontecido en 1964rara el vino, cuandoun aumen.
to sutancicl del precio de garantía(cuadro5) ha coincidido con una abundan
te cosecha (Anexo Estadftico, cuadro 1).
(6) Para los productos¡ncluídosen este programa, las importacionesefectivas aseen
dieron aproximadamentea 285 mi!Ionos dc dlares en 1964y a 320 millones de
dlares en 1963,
—4—

tuadas por el Estado para la mayor parte do los productos alimenticios importados,
permita un funcionamiento satisfactorio de! mercado. Serpa preferible liberar todas
las importaciones de productos alimenticios y dejarlos Qn manos del comercio priva—
vado0 Las autoridades, aplicando de manera flexible el actual sistema de deduccio
nos a la importacin, y mediante intervenciones directas limitadas sobre el mercado,
podríaconseguir que los precios de la producci& nc so situaran por debajo del nivel
fijado por el Gobierno. Este mtodo ya se aplica respecto de los cereales secunda —

nos, y parece haber sido satisfactorio. Tan pronto como fuera posible, deberfa trans
formarse en la regla general para las importaciones de productors alimenticios.

El alza de los precios se extiende, en una medida apreciable, a los pro


ductos industriales (cuadro 4). El arma rn& ofkaz para limitar esta tendencia con
sistiría enaumontar la “dosis” de competencia que se deriva de las importaciones.
Razones particularmente intensas, abogan en la actualidad por una reduccin sustan
cial de las últimas restricciones cuantitativas que gravan todavía las importaciones de
productos no agrícolas. Se publica en mayo una nueva lista de liberacin de las im
portaciones, que cubre un nGmero bastante grande de productos industriales; en la —

mayor parte de los casos, la liberacin tiene efecto inmediatamente. Convendría —

proceder sin embargo, en cuanto fuera posible, a una supresin general de las restric
cionos cuantitativas, dejando, todo lo mas, una corta lista de excepciones. Dicha
lista, salo debería cubrir los casos en que razones imperiosas abogen contra una supre
sin inmediata de las restricciones, y debería indicar preferentemente las fechas de
las nuevas medidas de liberacin a adoptar en el porvenir.

Los efectos beneficiosos do la liberacin de las importaciones sobre la


tendencia do los precios, podrían reforzarse mediante una reducciSn “coyuntural”de
las tarifas aduaneras y otros derechos que gravan las importaciones. Dicha reducciSn
debería entrañar una apreciable disminuci& de la carga fiscal total que pesa sobre —

el valor c.aJ. de las importaciones, ( tarifas aduaneras mas derechos a la importa


cian). Ademcs, a menos que pueda apl icarse inmediatamente un sistema mts depu
rado de reduccicSn de tarifas, dichas medidas serían autom6ticas, simples y de gran —

alcance — ya se trate de una reduccfn lineal uniforme o, lo que sería preferible, de


un porcentaje de reducci& dbil para las tarifas inferiores y de una disminucin m&
importante para las tarifas superiores.

Aunque ciertamente importantes, las medidas arriba indicadas no basta —

rían probablemente para terminar con las presiones inflacionistas si la demanda inte
rior no aumentara con mayor moderaclin, en parflcu lar donde ha llegado a ser exce
siva, Actualmente el ritmo de construcci6ri de viviendas es muy nSpido, Habida —

cuenta del elevado número de permisos para construir en tramites, es evidente que el
otorgamiento do nuevos permisos y de nuevos medios de financiacicSn en 1965 se tra
duciría principalmente en un nuevo aumento de precios y salarios y quizs en una —

disminucin de los recursos reales para otros tipos de contrucciones, incluídas las o
bras pGblicas. Por ello, las autoridades suspendieron en el mes do abril, la conce
s.in de nuevos permisos para construir, en las principales categorías de viviendas —

subvencionadas
—5—
por el Estado (7). Un decreto publicado unjunio, fija los ltmites mensualespara
los nuevospermisosa conceder entre el mesde octubre prximo y fines de 1966, Las
cifras previstasson de 145.000 para 1965y de 200.000 para 1966, frente a 332.000
permisos concedidosefectivamente en 1964. Adem6s, en adelante, las condiciones
de los crditos para la contruccin de viviendas que se otorguen por las Entidades—
Oficiales de Crdito y las Calas de Ahorro se han hechorecientementems riguro —

sas(8), Estosdos tipos de medidasdeberranejercer con al tiempo, un efecto apre —


ciable en esta esfera. Dado, ademas,el nivel actual de las obligacionesFinancie
ras del sector público, correspondienteal elevado nmero de permisosanteriormente
concedidos, convendrratambin escalonarcon toda la amplitud posible la concesin
de crdifos para los proyectosya aprobados.

Una segundaesfera en que resulta actualmente necesaria la limitacicn,


es el sector pblico. SegGnlos datos de que disponemosactualmente, los gastos —

presupuestariosordinarios aumentaranen proporcknes aprecialbes esteaño, debido


en parte a los necesariosaumentosde las retribucionesa los funcionarios (9 ). No
se doberraahorrar esfuerzoalguno para restringir el aumentode los gastostotales,in
clurdas las transferencias. Existen, adem&, fuertes razonesque aboganen favor cJ
un retraso temporal del aumentode los gastospblicos de capital. Las inversiones—
pblicas, tras algGnretraso inicial, se aceleraron durante 1964, y una importantesu
ma de crditos no utilizados ha venido a incidir sobre 1965. Esnecesariosubrayar,
sin embargo,que los nuevoscrd?tos votados para esteaño deberran normalmenteuti
lizarse a un ritmo ms lento, en razn a los desfasesde orden t&nico o de otra natu
raleza (ver eprgrafe d) Parte III. El total de las inversionespúblicas crccer en —

grandos proporciones. Al aceptar gran parto de los proyectos pblicos al sector sobre
cargado de la construccin, todo aumentomuyamplio de los gastosse traducir en —
nuevas alzas de precios m& bien que en un volumen mayor de las inversiones. De he
cho, el objetivo mrnimode la Hacienda pblica para 1965deborra ser el mantenimi
ento de losgastos públicostotalesalnivelprobable de losingresostotales, calcula
dos en 141.000 millones de pesetas. Esteobjetivo deberta abarcar tanto los gastos—

(7) Rentalimitada, primer grupo, y subvencionadas; los permisospara estasdos —


categorras alcanzaron la cifra de 332.000 viviendas en 1964 (sobre un total—

de 394,000 para el conjunto de viviendas subvencionadaspor el Estado) y 87.


mil en el primer trimestre de 1965. En estasmismascategorras, el númerode
viviendas terminadasen 1964fu de 200,000 sobre un total de 230.000 (cf, —

cuadro 3).
(8) La fraccin del costo total que se puedafinanciar con estoscrditos ser6 menor
y los plazosde reembolsose acortar& los tipos de inter& aplicados por las En
tidades Oficiales de Crédito aumentartn; sefijare un ltmire para las interven
ciones de las Cajas de Ahorro; finalmente, deben adoptarsemedidaspara im —
pedir que los prestatariosrecurran simultneamente a las Cajas de Ahorro y a
las EntidadesOficiales do Crdito,
(9) Una ley promulgadaen mayodo l965combina estosaumentosde retribuciones
con una rectificackSn progresiva dl sistemaactual, en virtud de la cual una
parte sustancial de los emolument de los funcionarios no figura en el presu

puesto, sino que proviene de fondos especiales, financiados con el producto—


de diversosderechosy tasas “parafiscales”
—6—

autorizados durante los eorckios financkros precedentes, como los pagos ‘1extra —

presupuestarios ‘ del Tesoro, que contin&in siendo importantes, Para lograrlo., las
autoridades lan emitido ya ciertas disposiciones con la finalidad de reducir las demo
ras de orden administrativo en la reccudaclin de los impuestos; el incremento de los
ingresos que do ello resulte tendr evidentemente un carcter excepcional, pero no
por ello ser peor acogido en las circunstancias actuales. Se han tomado adern&, —

diversas medidas para controlar el ritmo do los nuevos contratos sobre inversiones p
blicas. Estas medidas debertan ser reforzadas tanto corno sea posible, teniendo de—
bfdamonte en cuenta de la prioridad relativa de los diferentes proyectos.

Si las medidas anteriormente descritas se aplican con la suficiente rapi


dez y se refuerzan en lo que resulto necesario, no ser preciso, probablemente acu
dir a restricciones generales del crdito9 De hecho, las autoridades no consideran
actualmente el restringir el crdito de forma apreciable, lo que parece justificado ,
dado el efecto de freno que dicha polflica ejercerTa sobre las inversiones producti —

vas. La polrtica monetaria y la política de crédito juegan un importante papel en —


un conjunto coordinado de medidas anti—inflacionistas. En primer lugar, parece de
seable cierto control cualitativo del crdito, y quizc conviniera completar las deci
siones tendentes a controlar la financiaciSn de la construcckSn de viviendas (10); —

particularmente debe ser enrgicarnento reprimida la concesiSn de los crdftos de to


do tipo que contribuyen a financiar la ospcculaci6n sobre los terrenos. En segundo
lugar, conviene impedir que resulte excesiva la expansin total del crdito, Las En
tidades OFiciales de Crdito aumentan sus operaciones de manera considerabre. Ade
mas, las posibilidades de creacin de crditos por los Bancos comerciales son todavTa
importantes, no obstante el drena que ha representado para la liquidez la reciente
disminucin de las reservase El gobierno deberta estar mejor dispuesto que en otras
apocas a recurrir, entre otros instrumentos de polrtica, al mtodo de las variaciones
de los tipos de inters, tanto para prevenir los riesgos de creacin de una excesiva
liquidez, como para favorecer una racionaUzacin de la actual estructura de dichos
tipos.

(10) Sobre un total de 22.000 millones de pesetas que importan los nuevos crdi—
tos al sector privado aprobados en 1964 por las Entidades Oficiales de Cr&li
to, 5.000 millones estaban destinados a la construccin de viviendas. Esta
cantidad viene a sumarse a los 8.300 millones concedidos por el Instituto —

Nacional de la Vivienda y finaciados principalmente con fondos presupuesta


rios. Los crditos hipotecarios conceLdos por las Calas do Ahorro han au —

mentado en 9.300 millones en 1964. en lo que se refiere a los crditos con


cedidos por los Bancos comerciales no se dispone. de una distribucin por —

sectores economicos.
CuadrolOA HACIENDAPUBLICA

En miles de millones de pesetas


Cifras
Efectivas 1964 1965 CifrasEfectivas’
Prov CifrasPrevi Enero a Mayo
176, 1962 1963 siSn Efectiv. skSn 1963 1964 1965
INGRESOS:
. Ingresos
presupuestarios 81,1 95,0 109,0 120,8 125,8136,8 45,9,50,9 56,7
de loscuales: 2 impuestos
directos 25,9 29,5 32,0. 34,5 35,236,8 12,8 14,1 15,5
3 impuestos indirectos 47,8 55,2 64,1 69,0 75,3 81,7 26,0 30,0 32,5
4. Presupuestoanexo2 . 4,8 3,3 3,8 9,1 1,6
4,2 2,5 0,8 1,1
5. INGRESOS TOTALES . 85,9 98,3 112,G i7 127,4 141,048,4 51,7 57,
GASTOS3:
6. Gastosde ¡nversin (civiles) — — .
25,9 35,6 36,3 40,1 — — -

7. Otrosgastos . — — 82,5 85,3 88,8 96,7 — — -

8. Gastospresupuestarios totales 74,0 88,8 108,4 121,0 125,1136,8 39,9 41,2 55,0
9. ( 1 —8) Saldopresupuestario +7,1 +6,2 +0,5 +0,8 +07 — +6,0 +9,7 +1,7
10. Prespuestoanexo1. 4,1 4,2 4,0 9,1 .1,7 4,2 1,9 1,0 0,7 ‘.4
1. ParalasHaciendas locales cifraneta 0,2 —0,3 —2,7 — —0,6 —1,0 .
1,0 1,) )
12. Otrosgastos, cifranota4 -0,3 —2,4 —0,1 — 0,7 — —2,5 3,6 3,3
13. GASTOS TOTALES 780 90,3 1097 130,1 126,9141,0 38,3 46,8 60,1
14. ( 5 — 13) SALDO TOTAL ( al total do losemprstitos
y prs
tamos) +7,9 +8,0 +3,1 —0,2 +0,5 ____
+10,1 4.4,9 —2,3
Empr&titos(+) y pr&tamos (-•)
15. EmisionesdelTesoro 3,0 0,5 5,015,0 15,0 20,0— — 10,0

16. Menos Transferencias a lasEntidades Oficiales


de Crdito —10,1 —7,2 —4,9 15,0—17,6 —20,0 —1,5 —6,0—10,6
17. Bancode España —0,8 —1,3 —3,2 0,2 2,1 — —8,6 1,1 2,9

(1) La “Secclin apndice” esta comprendidaen las cifras de los gastospresupuestariostotales (eprgrafe8).
(2) Gastosfinaciados con los fondosde contrapartida de la ayudade los EstadosUnidos.
(3) La clasificackn de los gastospresupuestariosha sido revisadaa partir de 1963.
(4) Partida residual. Ccmprende: las operacionespresupuestarias anexasdistintas a las financiadas con los fondosde contrapartida de
la ayuda de los EstadosUnidos, la “Seccin especial” del presupuestoy sa!donoto de otras operacionesde Tesorerta.

FUENTE : Ministerio
de Hacienday Bancode España.
Cuadro108 GAS TOS PRESUPUESTARIOS

Milesdemillonesdepesetas
Resulta— Resulta Previ Resulta Previsiones
— —

dos 1962 dos 1963sienes dos 1964 1965


1964 _______

1 Sueldos,salariosy pensione 29,3 336 41,5 39,6 47,0


de ellos : enseñanza (5,0) (6,4) (5,8) (6,7)
2+3 Otros gastosordinarios 10,0 13,1 12,9 13,5 13,5
de ellos : defensa (4,0) (4,4) (5,8) (5,5) (5,8)
4 Subvencionesy transferen—
cias ordinarks. 13,3 21,1 16,9 24,4 21,9
de ellos : agricultura (0,9) (1,7) (0,4) (4,3) (0,5)
fondos nacionales1 (1,0) (2,8) (2,7) (5,0) (3,0)
Ádministaciones lo
(75)
cales (0,3) (4,8)
TOTAL DE LOS GASTOSORDINAR.52,72 67,9? 71,3? 77,6? 82,4
6 + 9 Inversionesdirectas2 10,6 14,2 20,5 19,0 23,0
de ellas: obras públicas ...
(4, (7,8
.
(9,7) (11,8 (10,9)
enseñanza
defensa 1
admon. oca
:::: (0,4) (1,0) (1,6)
(4,0) (3, (5,2)
(1,0) (1 , 4) (1,7)
(1 , 1)
(3,7)
(1,9)

(1,6)
8 Transferencia de capital 14,5 15,5 20,4
...
21,0
,

22,4
d ellas construccjn de vi
viendas (6,6) 7,5) (9,2)
TOTAL GASTOSCAPITAL 25,1 29,7 40,9 40,0 45,4
5+7 Transacjonesfinancieras.... 11,2 10,8 8,7 7,5 8,9
de elta operacionesrelativas
a la deuda pbUca.. (6,8) (6,1) (7,o
TOTAL 89,0 108,4 121,0 125,1 136,8

1. El productode ciertos impuestosse destino a tos “fondos nacionales”0 Estosfondos


proporcionan ayuda finaciera a los trabaladoresdespedidospor causasde la transfoi
.macin de empresas,financian bolsasde estudio, etc0
2. La casi totalidad de los gastos diferidos (Caprtuto 9) esta relacionada con proyec
tos de inversionespblicas; el resto, de menor importancia, esta inclurdo en el to
tal de losgastosordinarios efecti ,os
3. Participachn del presupuestocentral cn el costo de las inversionesefectuadas por
las Haciendaslocales.

FUENTE Ministerio do Hacienda.


—9—

d) JusfificaciSndelsmedidascorrectoras

Actualmente, el objetivo inmediato m& importante de la poirtica guba


namental es impedir una fnfkcfn prolongada. Si no so detiene a tiempo, el proceso
inflacionista corre el riesgo de acelerarse, comprometer farde o temprano ¡a situacin
de la balanza de pagos y desembocar a fin de cuentas en la necesidad de adoptar me
didas severas de estabilizacin y en una inevitable recesin provocada por dichas me
didas. Los inconvenientes potenciales de una inflacin prolongada son particularmen
te graves en la actual fase de desarrollo econrnico del pars.Enel curso de los !ti—
mes aPios, España ha entrado en un perrodo de crecimiento y de rtpida transformacin
econmica. La industria española —conel handicap” de sus vicios defectos estructu
roles— ha dado los primeros pasos hacia su modemizacin, en la que descansa el por
venir de la economt, Serfa lamentable que las nuevas inversiones industriales estu
vieran deficientemente orientadas por causa de distorsiones inflacionistas de Costes y
precios; y resultarfa decepcionante que se hiciera necesaria una severa reducci&t de
las inversiones productivas en una fecha posterior, como consecuencia de medidas cc
rrectoras demasiado rigurosas. La jusfificacin esencial de la eleccin de las mcdi —
das correctoras que las autoridades españolas han comenzado a aplicar, radica precr
samente en que no parecen suceptibles de desalentar las inversiones productivas.

Hay buenas razones para creer que dichas medidas anti—inflacionistas —


de car&er selectivo —astcomo cualquier accin complementaria anioga que la evo—
lucion de la situacion pudiera hacer necesafla— contribuirian en gran parte a restable
cer el equilibrio. Si los factores particulares que provocaron la inflacfSn dejan de —
actuar (por ejemplo, un sostenimiento excesivo de los precios de ¡os productos agrr—
colas o el mantenimiento de contingentes demasiado numerosos a la importaci6n ),bas
taran medidas relativamente moderadas, tomadas en otros mbtos de la polttica eco —

nmica, para producir resultados rpidos y apreciables. Afortunadamente, el tipo de


medidas que requiere la actual situacin econcmica, corresponde en la mayorfa de —
los casos, a la accn que parecen exigir las consideraciones a largo plazo. Algunos
de estos aspectos del problema a largo plazo se estudian en los apartados siguientes.
— 10 —

111. ASPECTOSALARGOPLAZODELOSPROBLEMASACTUALES

a) SignificadodelPlandeDesarrollo

Contemplados en su justa perspectiva, los problemasactuales se plan


tean en parte porqueresulta dfftcil para los sectoresms atrasadosde la cconomfa —

adaptarse a las transformacionesque acorpañana un rpido crecimiento; adern& fra


ducen igualmente 1a dificultad de adaptar la polmca econmica a las exigencias —
de un desarrollo econmico rpdo en condicionesde equilibrio general. La nece
sidad de acomodary coordinar la politica econornicaaparece claramente en el Plan
de Desarrollo para 1964—67.De hecho, el principal ¡nters del plan no reside en —

los detallados proyectosy previsionesque contiene, cuyo valor practico esta limita
do en cierto modoen una economraque esesencialmente de mercado. Su elemen
to ms importantereside en ci esfuerzo por definir una polflica general compatible
con el objetivo de desarrollo acelerado y con la —orientaci& fundamentalde la po
lttica econmicc desde 1959—a saber, la tendencia a dejar actuar con mayor liber
tad ios mecanismos del mercado, y evolucionar hacia una economraabierta.

La experiencia do los cuatro Gltimosañosha demostradoque existen ,


afortunadamente, en Españaimportantesfactores “espont&ncos”de desarrollo, y que
la industria española, desdesu liberacin, aunquesea parcial, de una excesiva re—
glamentacin administrativa, ha entrado en una fase de rpida modernizacin y ex—
pansf6n. En estascondicionas, la m& importantecontribucin de la polrtica econ
mica al procesode desarrollo, consisteen mantenerun equilibrio dinmico, esde —
cir, vigilar que el - cracimiento cconmico se efocte en condicionesde estabfli —

dad financiera e impedir a las presionesinflacionistas casi inevitables, que alcan


con un punto en el que resultarran indispensablesmedidascorrectorasbrutales, en —

tre ellasladetcncin delprocesode desarrollo.

En las actuales condicionesde España,una adecuadapoirtica a largo


plazo, esta integrada en primer lugar por un conjunto acumulativo de decisiones —

apropiadas para la situacin presente, Esevidente que las medidasdestinadasa res


tablecer la estabilidad financiera deben tener en cuenta objetivos a medio plazo.
Sucede, sin embargo, que diversasmedidasnecesariasen el actual estadio, no con
sisten ms que en una aplicacin aceleradade la po!ttica necesaria paro alcanzar
los objetivos generalesdel Pian de Desarrollo.
- 11 —

b) Agricultura

Los diftciles problemasde la agricultura constituyen el ms claro —


ejemplo. Su causo esencial, e irreversible, es la amplitud del xodo rural, que
suprime lo que era hasta hoy la base econmica de una gran parte de la produc —
ci5n agrrcola; a saber, la existencia de una mano de obra muy barato. Es cierto
que son deseables, e incluso necesarias para alcanzar un ritmo de crecimiento eco
nmico ccelerado, importantestransferencias de manode obra. Pero un esfuerzo
encaminado a compensar los profundos efectos de este movimiento por el aumento
regular de los precios de sostn correrra e! riesgo, si se lleva demasiado lelos, de
desembocar en resultados opuestos a Losque se pretenden. Es cierto que la mayo—
rra de los Parses Miembros aplican, desdeluego, esta polTtica de sostn de los —
precios agrrcolas, pero las cuestionesde grado tienen en este punto una importan
cia capital. Estas medidasvuelven, de hecho, a transferir al sector agrrcola las
rentas del sector industrial0 En los paíes en que la poblacin rural constituye —
una pequeñaparte de la poblacin total y en que la productividad industrial es
elevada, la carga econmica que imponenestastransferenciases fcil de sopor—
tar. Peroen un pars en que los agricultores represenranms o menosun tercio de
la poblacitn activa y en que la productividad industrial es todavta relativamente
débil, el grado de tolerancia de semejantestransferencias, es limitado. No es
f&il encontrarsolucionesal problema, pero si las medidasde sost& de los pre —
cios agrrcolas no se mantienendentro de ltmites moderados,corren el riesgo de —
minar el procesode industrializacin y retrasar consecuentementeel crecimiento
de toda la cconomi.

Adem&, la aplicacin de medidasexcesivasde sostn’de los pre —


cios, presentaincluso para ci sectoragrrcola inconvenientesbastantegraves a
largo plazo En primer fugar, corren el riesgo de retrasar el esfuerzode adapte—
cian y modernzacin que se evidencia como necesario; podemossubrayara este
respecto que las inversionesprivadasen equipo agrtcola, etc., no parecen pro
gresar actualmentea un ritmo que se aproxime a un tndice elevado, pero necesa
rio. Ensegundolugar, estasmedidastienden a mantenerlas antiguas estructuras
de la produccin —sobre todo, la que atribuye excepcional irrprtancia al trigo ,
que ya no correspondea las estricturas actuales o previsiblesde la demanda y
que constituyé un obstculo para la expansi&i, tan necesaria, de los productos—
ganaderos. Finalmente, para determinar los l7nites del sostn de los preciosagrr
colas, conviene tambin tener en cuenta fa actual distribucin de los beneficios
entro las diversasseccknes de la poblacicn rural. Son escasaslas estadtsticas —
publicadas al respecto, pero resulta de indicios de coracter indirecto que las ca
tegorras con rentas ms dbiles de la poblaci6n rural son 1as menosbeneficiada
con las medidasdel sost& de los precios. Tenemosun ejemplo en la distribuclin
de la superficie sembradapor dimensionesde explotacicSn. Si suponemos,en el
mejor de los casos,que los rendimientosson ms o menosequivalentespor hect—
rea, y habida cuenta del autoccnsumo,parece evidente que una gran parte del
trigo compradopor el Servicio Nacional proviene de un pequeñonmero de ex —
— 12
plotacknes . Llegamos a la conclusi& de que, lejos de debilitar los argumentos
econ&nicos que van contra lospreciosde sost& excesivos, las considerac fones —
de ordensocialrefuerzan estosargumentos.

Cuadro 11,

EXPLOTACIONES PRODUCTORAS
DE TRIGO

Superficie sernSra
Dimensiones de las Nmero de ex da para cada cate
explotaciones. plotaciones en % gorra de explota— %
millares. ciones en miles de
hcctcreas,
Menos de 5 Ha. 438,2 37,7 276,9 6,7
Do5a2OHc. 486,8 41,9 1.034,0 24,9
Do2OalOOHa....0..., 205,2 17,7 1.633,9 40,1

100 Ha. o mas 31,5 2,7 1.174,4 28,3

Tata 1.. . . . .. ,. . . . •. e., 1.161,7 100,0 4.149,2 100,0

FUENTE: PrimerCensoAgrario de España, 1962.

La tnica polrticasana, consiste en realizar un esfuerzo considera


ble para mejorar la productividad y la esfructura de las explotaciones agrfcolas.
Resulta evidente que semejante accn sIo podrS dar resultados sustanciales a lar
go plazo, pero algunas meioras introducidas en los medios de que se vale la pali—
tica oficial, podrran comenzar a producir efectos con bastante rapidez. A5, la
ayuda a la agricultura, en lugar de aumentar los precios de sostn, deberra estar
progresivamente vinculada de manera directa al incremento de la productividad,
utilizando para ello medios tales como la concesin de prstamos en condiciones
razonables, o incluso de donaciones a los grupos de rentas m& dbiles. Respec
to do los productos cuya demanda aumenta rpidamente (la carne, por ejemplo),
convondri estimular el incremento de la produccin reduciendo esencialmente el
costo de losfactores, revisando losprecios relativosde losproductos agrrcolas y
facilitando laobtencínde rendimientosms elevados, en lugarde imponer res
tricciones a laimpcrtacfn y elevar los precios de garantta, Serfa necesario, —
adem&, reconsiderar con atencfSn la estructura y el momento de aplicacfn de
los gastos del Estado en favor de la agrku!tura. Todo aumento de los gastos, ya
—13—

muy elevados, destinados a proyectos do riogcs, no corres ponderfa necesarkmente


a una utilizacin Sptima do los recursos. Parecerta preferible, con el mismoes
fuerzo financiero global, en primer lugar dedicar prioridad a la ferminachn de —

tales proyectos y en segundo lugar conceder una mayor importancia a los mtodos
dirigidos a aumentar la producci&i y los rendimionfo de los productos con mayor
demanda en los mercades interiores y exteriores, a lo modemizacfSn de las insta
laciones de transformacin de los productos alimenticios y a la mejora del sistema
de distribucin en general. Se han adoptado ya medidas en este sentido, pero con
vendrra intensificarlas y completarlas en lo posible.

Industria

La preferencia que las autoridades han mostrado, en las circuns


tancias actuales, por medidas antiinflacionistcs de car&ter selectivo antes que —

por una limitacin geeral de la demanda, se justifica principalmente por la ne


cesidad de mantener un elevado rndice de ¡nversin industrial. Una nueva reduc
chSn de las restricciones a las importaciones —deseabledesde el punto de vista de
la estabilidad do los precios—contriburfa al propio tiempo a animar una orienta—
cian de la produccin y de las inversiones que permitiera a la industria española
sostener melor la competencia extranjera. Podrtan adoptarse otras medidas impor
tantas para asegurar que la industrializaci.Sn se oriente en una diroccin ¡dnea.
Por ejemplo, la protecci&i del cultivo del algodSn es causa importante de las di
ficultades por las que atraviesa la industria textil. El mantenimiento de contin
gentes o tarifas elevadas para las importaciones de bienes de equipo y de produc
tos sernklaborados desemboca inevitablemente, en muchos casos, en un aumento
de los costes industriales medios. Finalmente, aunque la nueva legislaci& sobre
los sectores de “fnters preferentet’ se funda en principios sanos, los beneficios
concedidos por el antiguo sistema a ciertas empresas de ‘inters nacional” con
tinan vigentes, manteniendo 05r serias distorsiones en el mercado ¡nterior.

Las autoridades españolas han emprendido un considerable esfuerzo


en el marco del Pian, de Desarrollo en favor de los Polos de Desarrollo. Se han
aprobado hasta e1 presente m& de 800 proyectos, con una inversin total estima
da en unos 50.000 millones. Las medidas estimulantes, adoptadas por el Gobier
no en favor do estos proyectos comprenden excusiones impositivas (que llegan —

hasta el 95%), subvenciones para la ¡nversi& (hasta el 20%) y un acceso pre


ferente a los crdtos concedidos por las Entidades Oficiales. El objetivo gene
rol, que consiste en asegurar a ciertos regiones un desarrollo econmico racional,
reviste, sin duda alguna, una enorme importancia. Es esencial, sin embargo, —

obrar de manera que las inversiones que se efectúen en el morco de este objetivo
general se implanten en lugares satisfactorios desde el punto de vista econcSmico
y suscepHbles de proporcknar un rendimiento lo bastante elevado para justificar
el costo de los esttmulos otorgados por al Estado. Es pronto todavta para apreciar
— 14 —

los efectos de la polflica de desarrollo regonal, pero los criterios utilizados por
los servicios gubernamentalesinteresadosen el examenprevio de los proyectos,
indican el notable esfuerzoque se lleva a cabo para avitar los riesgosde distor—
sin inherentesa tales sistemas.

Sin embargo, escondici& previa para una expansin industrial so


no, ante todo, una adecuadapoirticageneral de la demanday de los precios.Si
la demandainterior resultara excesiva, la industria espafola tendrfa pocasespe
ronzas de introducirse progresivamenteen los mercadosinternacionalescompeti
tivos. Y si los salarios continuaran elevndose con la rpida tendencia que mues
tran en la actualidad, el alza de los preck industrialesdestruirta pronto la posi
cian competitiva potencial de la industria, tanto en el extranjero como en el mer
codo nacional. El Gobierno ha fijado como regla general, que los aumentos de
salarios dobran ser paralelosa las mejorasde la productividad, y ha anunciado —
igualmente su ¡ntencin de elaborar una polflica de renta, Sin embargo,este —
principio únicamentetiene signfficacin, y salo podreser aceptado y aplicado —

en la pr&tica, si so logra mantenerun satisfactorio grado de estabilidad de los


precios.

d) ElSectorPúblico

El programade inversionespGblicasconstituye una parte esencial


del Plande Desarrollo; las cifras sobresu aplicacin en 1964figuran en el cua
dro 2. Nc hay cifras comparablespara los años precedentes. La sumade 50400
millones de pesetasindicada para las inversionesglobales del sector pblico en
1964 (Sin tenor en cuenta las “inversionesfinancieras”) puedeaproximarse a
las de 35.700 millones para 1962y 44.600millones para 1963, mencionadasen
el Plan; estascifras implican un aumentoaproximadoen t&minos nomitales en
el año pasadodel 13 %, frente a un aumentodel 25 % en 1963. La Frevisi&
inicial del Plan para 1965era de unos65.000 millones. La realizacin siquie
ra aproximadade estasprevisionessupondríaun incrementomuy considerable —

—alrededordci 30 %. Parece improbableque se olcnce por razon:s puramente


t&nicas. Peroen el mbito de las posibilidadest&nicas (y a reservade alte
raciones importantesen las importaciones, necesariaspara las nuevasinversio
nes), no podr producirseun incrementorazonable del volumen de las ¡nversio
nes publicas, a menosque los componentesde la aemandacuya expansiones —
excesiva, seanobjeto de limitacin (ver epfgrafe c) Parto lO.

En la actualidad, es imprescindibleque el sector pGblka contribu


ya a la estabilidad financiera interior, y es muy probableque esta situacin con
tinte en los pr&imos años. Aunque el consumopúblico aumentems lentamen
te en el porvenir, e incluso sea posible reducir en el presupuestoalgunosde los
pagos de transferencia menos¡ndispensables,el umplio programade inversiones
—15—
pGblicas exigir un apreciable aumentodel rendimiento de los impuestos.,La evo—
lucin de.esterendimiento en los fltimos años queda indicada en el cuadro 13.

a) Los ingresos provenientes de las tarifas aduaneras y de los derechos


fiscales a la fmportaci6n han contribuido hasta hoy en gran parte al
aumento del rendimiento de los impuestos indirectos. Sin embargo,
resulta improbable que el gran aumento de las importaciones conti—
ne indefinidamente, y existen slídas razones de política general
que abogan por una reduccion de las tarifas aduaneras. Es necesa—
rio, en consecuencia, que los ingresos tributarios de otras fuentes
aumenten en las proporciones adecuadas. Ser necesario adem&,
compensar las prddas de ingresos que resulten del empleo cada —

vez ms frecuente de deducciones y devoluciones de impuestos,co—


mo medidas estimulantes para la realizacn de los objetivos fija
dos por la política oficial.

b) E!rendimiento delos impuestos directos se ha retrasado con respec


to al crecimiento de los restantes ingresos tributarios; su participo—
citn en la recaudacin total por impuestos,sin tener en cuenta los
derechos aduaneros, ha desendido del 40 % en 1960al 36 % en
1964. Como podemosver en cuadro 13, el rendimientode ciertos
impuestosdirectos no parece haberseguido muyde cerca el rpido
aumento de la renta nacional durante este periodo. Quiz se ex—
plicjue en parte este hecho por las lagunasque existen en el siste
ma de recaudacin de los impuestos;las mejorasestablecidasen
la reforma tributaria de 1964se dirigen a remediar estas deficien
cias. Queda por saber, ante todo, si los impuestosdirectos en ge
neral se acomodaranmejor al incremento de las rentas una vez se
exp!icjue plenamentela reforma tributaria.

e) Labalanzadepagos

El grficc4resalta lasprevisionesgeneralesestablecidaspara la
balanza de pagosen el Plande Desarrollo, ysu evolucin efectiva hastael pre
sente. Losresultados obtenidosson en ocasionesmuysatisfactorios, especialmen
te en loque afecta a losingresosporturismo y las entradasde capital extranje
ro; una.de las condiciones requeridaspara que prosiganlos buenosresultadosen
estas dos esferas es evidentementeel mantenimiento de las estabilidad financiera
interior. En cuanto a las exportacionesde mercancias, el Plan ha establecido —

como objetivo un aumentoanual mediode 10 % en volumen.Debidoa lapor—


ci6n considerableque de ellas representanlos productosagrícolasy alimenticios,
el valor de las exportacionestotales est sujeto a ampliasfluctuaciones a corto
plazo. Sin embargo, uno de los hechosms estimulantes, recientementeproduci
Cuadro12 INVERSIONES
PU8LICAS, 1964

Mi les de millones de pesetas


Admini fra fón Administrcjcio
LentrJy5rga—1 ne TOTAL
nismosaufonomos locaf5es. — Previsiones
ciales para mi
1965
Vrevi— Importe Frevi—Importe Previ— Importe
siones Efectivo sionesEfectivo siones Efectivo

1, Enseñanza ,o,.o.4,..,o.,,,,,..,.,,.,...o.. 2,4 2,1 1,1 0,3 3,5 2,5 4,3


2.Yivfendcyurbanismo0...............0000.... 12,3 12,5 2,8 3,4 15,2 15,9 16,0
3,Agriculfura............,..,..,,...,.,..,,... 3,8 2,9 — — 3,8 2,9 4,7
4. Riesgos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 1,7 9,6 — — 1 1,7 9,6 2,1 1
5.Transportcs..............................,,, 15,4 13,3 1,82
1162 17,0 15,1 19,8
6.Ofrossecfores...,.....,.,..,0,000,,,,..,., 4,9 2,0 1,9 2,4 6,7 4,4 7,9

7.Total............................ 50,5 42,5 7,42


7,92 579 50,4 64,8

8. Subvenciones
para
lospolos de desarr
ollo...... 0173 11,4 — — 0,7 — 1,0
9. “lnvcrsionesfinanc
ier ........,
as”,. ......,,.. 11,8 — 12,3
0,5 11,4 13,6

1 • No se disponede una disfribuci& precisa entre los gastosdo la AdminfstraciSnCentral y de los organismosautnomos
No se incluyen los gastosde inversiSnpara la defensa,

20 Comprendela agricultura y las “inversiones financieras”.

3. De ellos obligaciones emitidas por el Instituto Nacional de Industria por un valor de 8.300 millones de pesetas.

4. Cifras obtenidasdel Plande Desarrollo,

FUENTESComisarradel Plan.
Cuadro13
INGRESOS FISCALES
Mf lesdo miIloncs de pesetas
Previsiones
1960 1961 1962 1963 1964
1965
1. IMPUESTOSDIRECTOS
1.SobreIariquezarstica....................””” 1,4 1,4 1,4 1,4 1,4 1,4
2,Sobrelariquezaurbana......a...........’..”” 1,6 1,8 1,9 2,2 2,3 2,5
3. Sobrelos rendimientosdel trabajo...00009... 5,3 5,9 6,6 7,6 8,3 8,0
4, Sobreelcapital2,4 2,6 2,9 3,1 3,5 3,9
5. Sobrelarentade lassociedades 7,1 7,9 8,9 9,2 9,7 11,8
6. Industrfal.................... •,,•.•••••••••••••• 2,3 2,5 3,6 4,0 4,6 5,3
7. Sobrelarenta de laspersonas ffsicas..........o.o.o1,0 1,0 1,2 1,4 1,6 1,
8,Sobrelassucesiones 1,3 1,4 1,6 1,6 1,9 2,3
9, cDtros............... •e....sa••••es•••s.••t••••• 1,1 1,1 1,2 1,4 1,6 0,4
TotaIinipuestosdirectos..............o.””’”°
23,4 25,6 29,3 31,8 34,9 36,8

l. IMPUESTOSINDIRECTOS
1.DerechosRealesytimbre.............”..’....’’ 8,5 9,6 10,5 13,0 14,2 9,8
2,Derechosdeaduanas..oo,....a...............’.. 5,3 8,2 10,4 12,2 14,1) 21,2
3.lmpuestosdecompensaciofl................o......’000 .oo 3,8 4,6 5,7)
4.lmpuestossobreelgasto.o.............a.eee.. 13,6 15,1 13,7 15,1 17,3 26,12
5,Impuestossobreellujo........................”’’ 6,4 7,3 ,5 10,4 13,3 13,2
6,tAonopolios..o....... •........,.............••.. 5,2 6,8 7,6 7,9 9,6 10,2
70 Otros...,............ .......e...s....o•e•.•.é 1,0 0,8 C,7 0,8 1,0 1,1
Total Impuestosindirectos....................o...o’ 40,0 47,8 55,2 64,0 75,2 81,7

TOTALIMPUESTOS............................•. 63,4 73,4 84,5 95,8 110,1 118,5


1. Comprendidoen el impuestosobreel gasto,
2. Comprendidoel nuevo impuestosobre el trafico de empresas.
FUENTE: Ministerio de Hacienda0
—18—

do, es el gran aumento de las exportaciones de productos manufacturados. No es


posble afirmar todavta con claridad en qu medida se ha obtenido este aumento
en los mercados extranjeros Competitivos; los recknfes resultados habrn de ser —
conf irmcidosantes de asegurar que existe una nueva tendencia favorable. No co
rece, por otra parte, de inters comprobar que se han multiplicado recientemen
te los indicios de una tendencia ascendente de las exportaciones de productos ma
nufacturados; y las posibilidades de una nueva expansin son, probablemente,con
sderables. Sin embargo, y en una amplia medida, España salo podr incremen
tar su participaciSn en las exportaciones mundiales de productos manufacturados
si los precios españoles aumentan en menor proporcin que en la generalidad de
los Parses Miembros. Si ¡os factores que presionan actualmente el nivel de pre
cios pueden ser denominados, podrn obtenerse en el porvenir importantes incre
mentos en las exportaciones.
Grfco4

BALANZA DE PAGOS1

MiIla,.,d.dl0.,
C Eral Ofluali, C
Iros •lqytlOs Pq. Isla.• d.l plan

25N

isoe

¿IX

00

so.

1%? 153 ¿SI 153 ¿53 157


loo
¡52 ¡53 154 155 ¿54 157

1. Al lab.,,, lnt.odutido ci.rPac .o lo qu of.ct. ol da aph


c0c16. y la claiifJc,cl6n, 4upui di lo publcacl6n d.l Plan di D..ctto
II., 1., cIba, •f.ct,., y lis pssstson,, d.l pi.n no Ion ng o. ornan—
ti co.na.,abk, en slgun.. celos; pon s.rnplo df.ran., ajust, poro le, e
ponracio,,., P.O.S.. y coasbIo q.. da ello ra.slto pero la cuenno di
accione, ipoisibj.,. Dif.rann. claiificoc.&t de lo qu... con.id.robo cono
napctni.c6n’ da capital., y que hay se .ncluy• .n la santo da tras,t.
rancia, allast,ral.,.

FUINT(5 Plan de De,o,,oll, y MinI.t.n.o da Coit,rci.

46
Grfco5 COMERCIO EXTERIOR

A. IMPORTACIONES

MU Io.ti d. p...P..
C uy.. ..,n.u..p
M.das m6vII.s d. cnco m•ss
i4

13000

11000

11*

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M.çI..i4SS

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Pp,dv.,.
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. Í1 ÍÍ II ¡ lÍl II1I111 1 1111 i1t_I_I_L k111

rm
FUIP4TI £1d(,s.. ds xlsd.v. O.I4G..,qsI 4 Asi.

47
Grtfico5

COMERCIO EXTERIOR

8. EXPORTACIONES

,vedias movhes
# 1
de cinco meses

UiII.ø. d. p.s.,..
C;In,. ..iuli

6000

3UJ

20

UENTE En.dtisk. d. Co..cIo DIi,ccI G.n.rol d. Aduonas

48
— 22 —

IV. CONCLUSlONES

España ha entrado, sin duda alguna, en un periodo de r&pfdo cred—


miento econmico. Demanday producci& han continuadoaumentandode manera
notable en 1964y durante la primera mitad de 1965; los niveles mediosde consu
mo se han elevado considerablementey ias inversionesindustriales han progresado
a un ritmo rpido. Sin embargo,desde los primerosmesesdel año en curso se ha
hecho evidente que los preciosaumentabande una manerageneral a un rUino que
comprometfa la posibilidad de seguirel desarrollo econmico sobre basesraciona
les. Las primerasmedidasantHnflacionistas, adoptadasen noviembreúltimo, no
bastaron para limitar el alza de precio a un nivel acpptable; por ello, el Gobier
no ha dictado recientementenuevasdisposicones, y pareceque preparaen lo ac
tualidad (junio de 1965)otras medidascorrectoras.

El clima econmico general ha sido ciertamentefavorable al alza


de precios: La demandade bienesde consuroy de inversi6n ha aumentadoconsi
derablemente, y las presionesejercidas en favor de un aumentode los salarios —
se hanvisto reforzadaspor la contrnua emtgracfn de la manode obra y el cre
ciente grado en que los trabajadoresesperany reclaman una estructura de consu
mo ms moderna. Sin embargo, la causaprincipal del alza de preciosno parece
residir en un aumentogeneral de la demandao en una presn generalizada de —
los salarios y de los costes; fuera de la agricultura y de la construccin, no ha —
surgido desequilibrio alguno apreciable entre la oferto y la demanda;la balanza
de paqoscorriente ha continuado con superavitdurante todo el año pasadoy es
probable, por trmino medio, que la productividad industrial hoya aumentado—
tan rpidamente como los salarios hasta una fecha reciente. Pareceen defini
tiva que el alza de preciosha sido provocadaen gran medida por dos factores.
En un momentoen que la produccin de ciertos productosalimenticios era defi
ciente, numerososprecios agrrcotasde sostn fueron considerablementeelevados
y se redujeron las ¡mportacionesde los mismos;el alza de coste de vida derivada
de ello, ha desencadenadouna carrera entre salarios y preciosque ha alcanzado
a la industria. Adem6s, la demandode construccin de viviendas, sostenidapor
importantes crditos y subvencknesoficiales, junto con el aumentode las inver
siones pblicas y privadas, ha impuestouna pesadasobrecargoa la industria de
la construcci&, A falto de nuevasmedidascorrectoras estosdes factores de prQ
sien inflacionista quiz aumentortotcdava m& en un porvenir inmediato.

De este anlisis se deduce, que la accin gubernamentaldebería —


orientarse menoshacia una restriccion general de la demandaque hacia un meto—
do bastanteselectivo. A decir verdad, serfa necesarioen inters del desarrollo
econmico de España,retrasar en la medidade lo posible, toda debilidad en las
inversiones productivas. Pero nicamente se podreevitar esta accin si se rea
lizan con la suficiente prontitud intervencionesonti—inflacionistasselectivas lo
bastante importantes. Cuakukr retraso podrta entrañar la necesidadde adop
tar ulteriormente dedidas m& radicales y generales, con el riesgo, que hemos—
—23—

vsto, de interrumpir el procesode desarrollo econ6mko,

De hecho, las medidas anunciadas por las autoridadesespañolas,


deberran contribuir en gran medido a cortar las presionesinflacionistas0 Es pro
bable, sin embargo, que debern ser reforzadassegúnla evolucin de la situa—
ci6n, Lasdecisionesm& importantesadoptadasen lo que se refiere a la regula
cian de la demandason las siguientes: suspensi6n,hcstaoctubre, de la conce—
siSn de nuevospermisosde construccin para las viviendas subvencionadaspor
el Estado, y limftacin del númerode concesionesa partfr de esa mismafecha;
limitacin de las condiciones de crdito para la construcci6n de viviendas; y —
medidas tendentesa acelerar la recaudaci& de los impuestosy a meorar el con
trol de los gastospGblfcosde inversfn, con el fin de asegurarel equilibrio de
la Hacienda publica en 1965. Ser conveniente, no obstante, continuar en un
prximo futuro, la accín encaminadaa restringuir la actividad en ci mbito de
la construccin privada, a limitar el crecimiento del consumodel sector pblí—
co y los pagos de transferencias, y a moderartemporalmenteel aumentode las
inversiones pblkas, Finalmente, y sin que sea necesario imponerrestrkcio—
nes generalesde crdito, resultar probablementenecesarioestrecharalgo la po
lftica monetaria,

La necesidadde prevenir toda alza de los preciosde los productos


alimenticios es particularmente importante, Si no se Consigue, serra extremada
mente difrcil manteneren el porvenir los salarios nominalesdentro de los ltmites
del aumentode la productividad, Con esta finalidad, parece indispensableevi
tar todo nuevo incremento de los preciosagrrcolas de garantra; de hecho, ya se
ha decidido no modificar el precio del trigo en la prxima campaña, El Gobier
nc ha reconocido tambin la necesidadde aumentarel volumen de las importa-y
ciones de productosalimenticios, y ha entrado en aplfcaciSn un amplio progra
ma de importaciones. Serta deseable, de otra parte, adoptar un sistemam& f le
xible en materia de importacin de productosalimenticios, a reservade las fn—
tervenciories apropiadas, destinadasa mantenerlos precios mrnimosoficiales,En
lo que se refiere a los precios industriales, debertan ser inmediatoslos resulta
dos de la adopcin de nuevasmedidasde supresin de las restricciones cuantita
tivas (se ha publicado una nueva lista de liberaci& de importacionesen mayo),
reforzada por reduccionestemporalesde los derechosa la ¡mportacin.

Contrariamente a otros pafses, no resulta difrcil en Españaadoptar


medidas de este tipo, debido a la situacbSn de su balanza de pagos. Lasreser
vas oficiales estn situadasa un nivel relativamente alto (que equivale aproxf
madamente a seis mesesde importaciones) y su disminuci6n a principios de es
te año se deb en parte a factores estacionesy accidentales. Ademas, España
registra entradasnetas de capital extranjero. Serta absolutamentenormal para
un país que se encuentra en un estadodo desarrollo como España,reemplazarel
superavit de la balanza corriente por un dficit que, como trmino medio, sería
igual durante un cierto nmero do años, a las entradas de capital; de hecho,es—
— 24 —

ta perspectiva ha sido explicitamente aceptada en el plan de desarrollo para el


periodo 1964—1967.Serta tambien razonableque el deficit de ios pagos corneo
tes superetemporalmenteeste promedio, como resultado de una polttica de esta—
bilizacion
.. .#
oien concebida y no de una expansionincontrolada de la demandain
1•

terior.

No existe

razon
•.
alguna para que el rapido ritmo de desarrollo de —
que goza Españadesdehacealgunos años, y que el Plan de Desarrollo contempla
para el porvenfr, vaya inevitablemente acompañadode una fuerte presin sobre—
el nivel de pr:Jos. Todoslos datos cisponibles parecen indicar que si la polfti—
ca seguida en este punto esta bien concebida, sern elevadas las posibilidades—
generales de aumentode la productividad. De hecho, la experiencia de los ¿fl—
timos añosha demostradoque los factores bsicos del desarrollo econmico son —
muy salidos y que la industria españolaso modernizarpidamente. En estascon
diciones, tas tareas fundamentalesde la polftica econmica son, ante todo,man
tener un equilibrio dinmico, evitando presionesinflacionistas demasiadofuer
tes y, despus, coordinar de la forma ms estrechaque sea posible, medidaseco
n6rnicas especflicas conciliables con el objetivo de crecimiento acelerado. La
definiciSn de estosprincipios directores de la polftica, asf como el esfuerzode
coordinacin de la accn de los poderespúblicos en las diversasesferas, cons
tituyen los elementosms importantesdel Plan de Desarrollo para 1964—67.Fe
lfzmente, muchasde las medidashoy necesariaspara asegurarla estabilizaci
convienen tambien para la realizacion de los obietivos del Plan de Desarrollo.

En la agrkultura, por ejemplo, la aplicacin de programasm& mo


dorados en la esfera del sostenimientode los precios no essimplementeuna nece
sidad temporal: constituye una de las condiciones esencialespara una industria—
lizacin racional a largo plazo. De hecho, las posibilidadesde transferencia —
de la renta de la industria a la agricultura (que, en definitiva, es la que preten
de un programade este tipo) se encuentrannecesariamentelimitadas en un pa
en el que gran partede la poblacin se ocupa todavra en la agricultura y en el
que la productividad industrial esdbil, a pesarde los progresosrecientemente.
logrados. En este estadode cosas, un sostenimientoexcesivode los preciosten
derra a mantenerestructurasproductivas inadaptadasa las actuales necesidades.
El mejor medio de favorecer el desarrollo general de la economray preservaral
propio tiempo los interesesa largo plazo de la agricultura, seria tomar medidas
encaminadasa acelerar el ajuste de la produccin y de las inversionesagrTcolas
a la evoIucin de las estructuras de la demanda, ast comoa estimular la efica
cia en la produccin, transformaci& y comercializacitn de los productoscgrr—
co las.

En la industria, la supresicSnacelerada de las restriccionescuan


titativas de las importacionesno es importantesalo a corto plazo, desdeel pun
to de vista de la estabilidad de los precios, smb enteramenteconformeal obje
tivo fundamental del Gobierno, esto es, estimular el desarrollo industrial sobre
— 25 —

una baseCompetitiva, en una economraabierta. El satisfactorio incrementode


las exportacionesde productosmanufacturadosregistrado el pasadoaño es un —
ejemplo de la aptitud de Españapara aproximarsea un régimen de economíaa—
bierta, en provechode la economraentera
CESEDEN BOLETIN
MENSUAL
N°2
Dpto.de Informacion

TECNIC
CUESTIONES
TABLA DE MISILES 1965

Ix
CESEDEN

TABLADE MISILES 1965


—o—

ION N2 2 — IX
BOLETINDE INFORMAC
PRINCIPALES’ MISILES (varios paises)
GENERAUDADES ESTRUCTURA MOTORES CONDUCCION
Iii
O)
O) 4_1 >Q) O
-J O) 2 2W (O
4
Ial
(1) 04 xc., UI
z D o- (9
OC) Z
Ial 1- u- 00 <o O
1- 2 (9 Ial z 10) ‘-o
z o o z > o UI 00)
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O
4 ki 4 Z ti: -UI
o z z o o 9 UI 1-
o (9 > o ¡LI 4 UI ti:
x ON (o’ o UI
ti) o ti) 4 4 4 COZ :7tr za: o- (O
¡LI UI orn co
z U) rl o- ou. Ola. 1— o

AUSTRALIA
Department anflsubrnorino Ikarci D Dept. of Dept. of Torpedo cohete sobre
of Supply Supply
. s pi y alimentado, lanza—
Me! hume do desde navio.
Governrnent antitanque Malkarci 4 A o 6,6 2, 8 044 206 Wea Pons 2 x spr. Weapons Mandado •04**

Aircraft Fac— Res. Estab. Res. Estub. por cable


‘ tories
MeI btrne

FRANCIA
En&ns aire—&re 4t#.. R.511 o 0,5 3,3 0,9 387 Hotc hk ¡ss— 2 x spr. 3.970 CFT “Homing’ 4 .4- Capacidad todo tiern
Mutra S.A Brandt semiactivo po.
Parts cifre—aire 0 R.530 o 11,2 3,6 3,9 422 Hotchk iss— 2 x spr. e.. Vers Radar . 6+ Seguimiento a R—5t1.
Brandt e IR
Nord—Avki unfltanque SS. 1181 5210 O 4,0 1,6 0,5 66 Dl’ 2x spr. Nord Aviation Cable 1,6 Utilizado por U.S.co
ton como AM—22A.
r
rar s antitanque Entac58 .. ... .. O 26 1,2 3, 24 DP 2xspr, ... .• • D,E..A. Cable 1+ Designaci6nU.’.,
MGM-32A.
cifre—superficie
AS.12 .. O 6,1 2,1 0,7 165 OP 2xsnr. .« .. . NordAviation Cable 4
&re—superficie AS.30 5401 ... .• O 8,0 3,3 1/’ 1.100 DP 2 x spr. ...... rord Aviation Radio 7
Para aviaci.5n t6ctica
aire—superficie
AS.20 SO3 4.. .. O 5,4 i,C 0,3 320 DP 2xsr. NordAviaton Radio 5
Para aviaci6nt&ctka
superficie—aire
Vega • •.. A D 19,8 6,T 430 Nord autoreactor 110 Vego-1 esversi&i
- - -____- . — — - -- . --
bkrnco .--

Socete Indijs superficie—aire


Masurca 1/2 4,. D 29,6 -,. 300 4. 2 x spr. ,“.. jU . Mando 16 4- rcibojo desorroHo n1
trielle L)AvT Radio cial Marina Francesi
t;on Latecoe soperf
—superf.Matofon 2
. Lczt—13 o, lo
1 /
.7
1 _) r .
* 4
c .4. 2 x spr. Mando ;io÷ Lleva torpedo lanz.
Paris reo que puede utili—
zar contra submcrino
sumerq ido.
GRAN
BRETAÑA
Hawker s;dd! a ¡re—superficie BlueSteel
ley Dynamícs a re-a
Ltd.
i ¡re Fir.streak
,, AF
AF,t’
D,P,O 35
P,O
13 4,
10,4 2,5 : 0 BS 1 x lpr.
spr.
.

4
Inercial
mf ra—rojo
Misil aproado
Disparado por avi& en
persecuci
Hatfied, aire—aire RedTop AF,N R,D 11,4 2,9 0, , , 1** 4 4•4• mf ra—rojo Seguimiento a Firestreck
Herts con capacidad de ati
que en todas direccio—
nes.
Seaslug—1
superficie-cifre .•..,....., N P,O 9,7 4,7 1,3 4 Impenal Che 1 x spr. •.••* ‘E—Sperry Dirgido por A ¡mentadores
sobreal
mcal IrdusÇ rayo spr. ajustados en torrrc
. .
superficie—cifre Seqslug—2 •.....*.1ø* N R,D 4•* 0 1 x spr. GE—Sperry Dirigido por Sobreauimentadores
rqyo spr4
Sea Dart
superficie—cifre CF 299 . N R, D ..s. ... 4 4*•l*s*4 *4*4*4 •*4*4 4*4+•*$4 Arma peq., novio.
Short Brothers superfsce—aire Seacat 7 p, c 4,9 , 1 ‘y . , Irnoenal Me sobrealmentoc6n . . Short brothers Mando . . Encargado tamb,n or
& H,rIand Ltd. tal Industries spr, en tandem & Horland Australia, N.Zeiar—
3eIfast, . da, Sutcia, Alemania
Irlanda Occfal.,olonda
Chfle.
superficie—aire Tigereat . B 4,9 2, 1 (, . Imperial Me soLrealimentaci6n . . . . , . Short Brothers Mando . . . . . Versi6n terrestre del Sa
tal Industries spr. en tandem »arland cczt,disp. desde bose
mov t 1 .

Britkh Ar— superfic ¡eaire Bloodhound Mk 1 .4. AF o 25,0 9,3 1, BS 2 x autoreactores F errant¡ Pu 1so—radar 4 sobreoíirnentadores,
craft Corp. Ltd semiactivo spr. en torno.
Londres D,P
superficie—aire i3loodhound Mk 2 AF 25,4 9,5 1, x ciutoreactores Ferrant Radar CW 4 sobrealimenfadores,
serniactivo spr. en torno.
antitanque Swingfire A R,D 4 4*e 4 ,..*

Thunderbird Mk 1
superflcie—aire A o 20, 8 5,4 1 , ,, . x spr. 4.4. Pu 1so—radar 4 sobreal imenfadores.
semiactvo spr. en torno.
superficie—aire Thunderbfrd Mk 2 4 • 4 A D,P 20,8 5, 3 1 1 x spr. Radar CW 4 sobrealimenradores,
semiactivo spr.. en torno.
antitanque y ¡9II on A P,o 3,6 0, 1u, 4 ‘1 x s::r. Cole 1 sobreahmentador spr.
r ‘
superficie—aire E1.6 A R,D . ,,, ‘It, 1 111*’ 1 ...,1.j,t,, •Ø1Ø$&$ÉØtltØ I**t• tISdIél • . iierensu
or vvr,
bajo.

ITALIA
Societa Italia afro—aire (—7 6,3 2,2 .,, 144 . 1 x spr. • hiokol “omng” ‘5+ Prototioos ya compro—
no Sviluppo nfra—rojo bados en vuelo.
Propulsionne 1
A. Reazione
Roma

JAPON
Mitsubishi aire—aire TAAM—2—O ..... D 9,1 .... 0,5 142 1 spr. 4.400 1+
Heavy indus superficie—aire TLRM—2D D 20,3 ..,. 1,4 1,06/ 2xspr. ,,

*
... 1 xspr. L)rcdoror Lc22fasequemaci—
.,•.•,..
trtesReorgo— superficie—aire .,..., TLRM—2 ..,., D 12J40
nzed Ltd. . 1 x. lpr. .20O rayo do nrtrico
y keroseno,
Tokio aire—aire XAAM—A—3 R 8,5 .... 0,5 154 . spr. 4092 ...... mfra—rojo .... Seguimientoa TAA—
2—O.
superficie—aire
..«.. TSAM—1 ,.... D 20,3 .... 1,4 ,... 1 xspr. 12540 .......... Mondo
1 k lpr. 2.200
Kawasaki Mr antitanque ATM—1 A 0 3,3 1,4 0,4 3,5 )oi—Niopon 1 x spr. ...,,. Nippon Dan— Cabio 1,1
croft Co.,Ltd. Ceiutoid ki Co.,Ltd.
Kobe Co.,Ltd.
antitanque ..•.. ATM—2 ...,. 0 3,3 2 0,5 . 2xspr. Cable

NORUEGA
N 0 6,5 .... 0,7 266 2x spr. .• ..... Versi6n MK en des—
Kongsberg ontisuomarino Terne 3
Vapenfobrik rrollo.
D * 17+ Para empleo barco—
Kongsberg superf.—superf. Penguin
Missfle Divs., barco.
CoastI Artfli.
Oslo

t (.TA.— spr. (soUd—propellant rocket) = Cohete con propuior br. (!iquid—propellant rocket) Co.ete con r,rooutor qudo Homing ()irec. hacia la estaci6n emisora.

fr
VLC.OS LANZAMiENÇ USA
Empresa P ropui s¡ n Digcn Propukor Dimetro mdx. A’tura (pies) Peso C a rga t t ¡ :.
L i C CL Jo e —
nodjfjctjd oor el Cetauro
Constructora . •.- -
Cor.structor fase o oxídante/combus- (pies (uletas (excluida car— lanzamiento : or :sico es SLV—2;el dispositivo incrementador de pres6n es LV-2C
Nombre Organismo
Fase Motores fase motor tb1e (j ) excluidas) ga t1) (lb.) 300 mi. Escapada **Est& en estudio la fase alternativa.
Vehfculo usuario Vei cuIo

GD/A 1/2 2 x Rocktdyne LR-80-3 OD/A MA-5 LOX/RP :oo.ooo 10 66 260.000 3.000 NOTAS
VEHICULOS USAF/NASA
GD/A . LOX/RP 67.000
1 J x RocketdyneLR-105-3
—____
BÁSICOS SLV-3
.
1 Chrysler est5 construyendo 2 de ios 10 vehrculos de vuelo Saturno 1
NASA Chryser1 1 8 x Rocktdyne H—1 Chrysler S— LOX/RP
L50().000 21,6 80,3 1.120.000 20.000 2. Martin es el coordinador de sistemas, siendo los principales construc
Saturn 1
Douglas :i LOX/H G.000 ____ 18,541,5 _________
2 6 x P WRLiOA—3 tares asociados United Technology Center, Aerolet y A C Spark Plug.
—— — .__ — —————
3. Orbtade l2ømi..
1 8 x Rocketdyne H-1 ChrsIer S- B LOX/RP oo. ooo 21,6 80,3 1.260.000 34.000 14.000 (circumlunor)4. El motor Agena D tiene doble capacidad de combusti& El motor .
B NASA Chrysler
2 1 x RocketdyneJ—2 Douglas 5-48 LOX/H 203.000 21,5 58 Bel ,247 en el vehrculo de objetivo, Ageno D Gemn trene caa—
3 2 x P & W RL1OA-3 GD/A Centaur LOX/H 3Q.00) 10 30 cidu :j combusti6n mGlti9le. Las fases de Agena se utilizan con los
incrementcidores de presi6n ( forsters ) Thor y Atlas.
1 5 x RocketdyneF-1 Boeing S-1C LOX/RP 7.500.000 33 138 6.034.000 220.000 95 000 . 5, De la Serie de pruebas orientales.
NASA
2 5 x RockefdyneJ-2 NAA S—2 LOX/H 1.000.000 33 81,5
3 1 x RocketdyneJ—2 Douglas S—4B LOX/H 200.000 21,6 58 REV1ATURAS
ConstructoresyOrganizaciones
1 x Aerojet
33KS120000 LTV Algol 1D S6iido 1 ó.ooo 3,3 72 38.000 240
NASA LTV
LTV la 1 x Aerojet 4OKS100000 LTV Algol 2A S6Udo 103.000
USAF AL tercules Powder Co./Alleghany Bollistics Laboratory
2 1 x Thiokol TX-33 LTV Castor 1 S6Ido 64.000
Aerojet Aerojet General Coy.
3 1 x ABL X259 LTV Antares 2A S6Udo 23,000
3.000 ARC Atlantic ReseorchCorr..
4 1 x ABL X248 LTV Altair S6lido 3eU Bel! Arosystems Co. .)iv. of Textron.
4a 1 x ABL X258 LTV Altak 2 S6ldo 5.000
Boelkow Boelko’.v—Entwicklungen KG ( Germany ) . ,

1 1 x ThokcI TX33 LTV Castor 1 S6Udo 64.000 2,5 40 14.000 . ...


USAF LTV Elda Eurorean Lounch Eevelooment orgonization. .

2 1 x ABL X259 LTV Antores 2A S3Ido 23.000


RN O Corwany formed by Weser, Focke Wulf & HFB in Germony.
3 1 x Aerojet 30(5-8000 LTV Atcor SIido 8.000 ‘D/A General Dynamics/Astronautics .

4 1 x ARC XM—5 LTV Cetus S6ido 900


owker
HawkerSiddeley Dynamics ( England ) .
LTV Sido 64.000 2,5 39 ... .
13.000
USAF LTV 1 1 x Thiokol >-3.3 Castor 1 LTV tJng—Temco—/ought.
2 1 xABL X254 LTV Antares 1 S6Iido 13.600
L/ Lounch
Vehicle ( DOD special missions) .

3 1 x ABL X248 LTV Altair SIdo 3.000


LTV S6do 64.000 P &W Pratt Whitney Aircraft Div. of linited Aircraft Corp.
LTV 1 1 x Thioko D-33 Castor 1
NASA Rocketdyne Rocketdyne Div. of North American Avkition, Inc.
2 1 x ABL X254 LTV Antores 1 S6ido 13,600
_______________ _________________ ___________________ _____________ _______________ Socety
SEE8 for the Study and Application of Baltisti Missiles
3 30S—8000
1 x Aerojet LTV Alcor Saldo 8.000
r (France).
i70. 000 8 60 136. 000 Standard
Launch Vehicles SLY
( DOD general missions) .
Douglas 1 M B3—2
1 x Rocketdyri Douglas DSV-2C LOX/RP ! 150
Augmented USAF 162.000 . . . , 76 Sud
Avation (France). Sud
1 Douglas Castor S5I ido ±— ,-__________ —
1.800 UT.
UnifedTechnokgyCenter.
LV—2M 3 x Th;oko T)-33
Douglas DSV-2C LOX/RP 170.000 . 8 59,7 143.100
1140 , 170 ‘.
Thrust Augmented NASA Dougtas 1 x1 Rocketdyn M a3—2
Castor SoUdo . 162.000 . . . . . . . . . • :• . 1
Delta (TAD) 3 x Thiokol
T)33 Douglas1 RFNA/UMH 7500 8 20, 8. . . 1
2 TxAerQjet
A10—118
Á1
Douglas Altair 2 SIido 2.800 10,6 2 Fluorina.

-. - . --- — -- - -

- - -, —,-- . -- -- - . 2 Hdr6geno rquido.

Titan 2 JFfr4ASA Martin 1


MartinN O /N
/Np. H MH 43O,JØ
0O.00 , 10 90 300.000 QGFi202 Acido
Per6xido
lRFA nítrico de hidrógeno.
humeante, rojo ¡nhiWdor.
LV-4 2
.- .- — Acido lWFtA nflrico humeante, blanco inhibidor.

Martin N O/N FI -UDMH 430.000 lo 124 370.000 LCX Oxígeno líquido.


Titan 3A USAF Ma rt1n 1 2x Aerojet LR-87 8.000
Martin N O/N H —UDMH’ 00.000 N24 Hdrocna.
SLV—5A 2 1x Aerojet LR—91
Martin Transtage N O /UDMH ‘ 16.000 Tetr6xfdo
N204 de nitrógeno.
3 1x AeroefAJ1O—138
— —- —_____________ __________ ____________ ___________ _________— RP Carburante del cohete ( hidrocarbonados).

UTCScSUdo 2.500.000 30 127 1.400.000 25.000 5.000 jj Dimetii$-idrocnq, aimtricu.


Titan 3C USAF Martin2 1 x2 120in.AU.i205 (strap—on)
2 2x Aerajet
LR-87 MartinN O/N H -UDMH 430.000

MartínNO/NH—UDMH 100.000
SLV-5C 3 1x AerojetLR-91
Martin Transtage N O/UDMH 16.000
4 x 2AeroetAJ1O—138
- ________ — —

VEHICULOS Lfttle Joe 2 NASA GD/Convair 1 2x Aero jet GD/Convair Algol 1 D SiSIido 206.400 12 85,7 66.000 .... 80.000Ib.
to400.000ft.

GD/Convair Recrut SUdo 133.580


DEPRUEBA 2 4x Thioko!

FASES Agena B4 USAF/NASA Lockheed 2 1 x Beti 8096 Lockheed Agena B IRFNA/UDMH 1 6 . 000 6 25 .. ..
Lockheed YLR—81BA-11 IRFNA/UDMH ió.ood 6 .-... .. ..
SUPERIORES Agena D USAF/NASA Lockheed 2 1 x Beil 8096
Centaur NASA GD/A 2 2 x P & W RL1OA-3 GD/A Centaur LOX/H 10 30 37.000 .. ..
3 . Surveyor Lrqu ido . ... . .. . 1,351 500
Surveyor Motor

VEHICULOS DE LANZAMIENTO (VARIOS PAISES)

Diamant 1 France SEREB 1 x1 líquido REi Lmeroude IWFNA/Turp. al. :‘oo 4,6 61,7 32.300 176
1
Nord Topaze S61ido 32.500 2,6 . .-.. 6.400 (fo125mi.)
2 1x salido
S6l ido 2,1 .... 1.600 ....
3 1x salido Sud Saphir 5.5—11700
SSIido 88.200 .... .... 39.600 ....
Diamant 2 France SEREB 1 x1 s6lido SEREB
2 x s6lido
1 SEREB StSlido
3 1xs6lido SEREB SSIido
Eldo A Eldo Hawker 1 2xRRRZ2 Hawker Blue Streak LOX—RP 300.000 10 61,6 192.000 1.000
NO/UDMH 61.700 18,8 25.400 . . ..
SEREB 2 1x lfquido Nord 6
N O /UDMH 5.100 6,5 10,1 . . ..
. ERNO 3 1x líquido Boelkow
3** 1x Irquido Boelkow N O/Aerozine 5,6 12,4 7.400 1.500
ERNO
Blue Streak ‘LOX/RP 300.000 10 61,6 192.000 . . . .
Eldo B Elda Hawker 1 2xRRRZ2 Hawker
N O/UDMH 6 1 700 . 6 18,8 25.400 ... .
SEREB 2 1x líquido Nord
H /F 6,6 18,8 992.000 ... .
ERNO 3 1x Opho lE Boelkow Ophos 1E 86,300
15,6 992.000 . . .. -
ERNO 3a 1x Opho& 2E Boelkow Ophos 2E H O 86.300 6,6
ERNO 3b 1 x Ophos 2P Boelkow Ophos 2P H O 6,6 18,1 992.000 ....
r 86.300
S6lido --- j220.000 4,6 . . . . . . . .
Mu Jopan 1 1x M—1400s6ldo

L 1
Y

U) u.
NAVES ESPACIALESÇ’Jariosparses)
3o 4-.

Nombre de la Organismo Constructores y Peso Vehículo Lanzamientos F:echa lcr. 4_Q)


4)
usuario Experimentadores - (lbs) Lanzamiento positivos, lanzamiento OBSERVACIONES - PROPOSITOS
Nacionalidad Nave Espacial
U)0

.2
PROGRAMAS CONJUNTOS Elda A payload Eldo Italy 500 Eldo A 0 1966 Pruebas de la carga del vehículo Elda A.
Scout 0 1967 - bfudio de parti”culas energéticas a gran altitud.
EUROPEOS Esro Esro Esro 44
Hawker Siddeley/Matra 200 Scout 0 1967 Estudio de la atrnsfero terrestre, radiaciones csmicas y solares. _0 U.
Esro 2 Esro
1970 EI-udios de rayos X y espectroscopio estelar ultravioleta. —J-C
Large Astronomical Satellite Esro - Esro 1.720 Europa 1 0
0 1968—69 btudios estelares; primer satilite Esro estabilizado. U)
TD—1 Esro Esro 500—600 Thor—Delta
0

CANADA Alouette DRTE DRTE 320 Delta 1 29/9/62 Fónolocalizador capa exterior ionosfrica.
- Es$vdios ¡onosfricos ç’vanzados. 04)
ISIS DRTE DRTE, NRC, NASA 350 Imp. Delta 0 1967 4-
OC

ElAred O lndef Eudios electromagnéticos >.O)


EGIPTO Star Egipto Egipto O) D
.2<
04..
130-165 Delta-Scout 2 26/5/62 Esdio de los fenmenos soIies, ionosfricos Cv,
INGLATERRA Ariel UK/NASA Universities
UK 3 RAE Universities 132 Scout 0 1967 Pmpogacin molecular, radio, sonora, electrnes, oxígeno. 4)—
‘—IT
4) 1—
0 1966 fase de prueba de lanzamiento. 0<
FRANCIA Dl CNES CNES/Dassault/Matra 80 Diamant
D2 CNES CNES 176 Diamant 0 1968 Mdici6n ai-mica del hidrgeio en la exsfera.
1967—68 ‘tudios meterolgicos globales. —J •%
EOLE (D3’) . CNES Diamant 0
FRI CNES . CNES/CNET 132 Scout 0 1965 *dida de la densidad eIectrSnica, mogntica y eIctrica de andas de radio. 0
1 N

150 Scout 0 1967 ?didas de radiacicn del cinturn en Van Alien .4- 4)
ALEMANIA 625A MSR Boelkow 0
Baelkow 1 .900 Europe or Thor Agena O Indef. Eperimentos en estudio. O—C
e 625B MSR 0. 0
U) 4-.

Astronamical Boelkow/DVL 1.400 Europa O Indef. $toac6r’ en Srbita de dos telescopios poro investigar la bando de 900—3.000 angstroms.
4) 0
Boelkow 220—440 - O despus 1967 Repetidor activo de comunicaciones en &bita pokir. ci, o
Comsat 0
Roelkaw 900—1200 Europa O Indef. StuachSn en c3rbita de Venus para estudios de superficie y afmosfricos.
Venus Probe ON’
o C -

L. o
4--
ISC U. of Rome 210 Scout 1 5/12/64 Medidas de penetración en atm6sfera superior. O --
ITALiA San Marco

10.400 27 26/5/62 tIites de foto—reconocimiento procedentes de Tyuratam. C .±:


RUSIA Cosmos TT USSR %0 ci) —
:ombre colectivo para satélites de aplicaci6n cientifica; lanzado desde Kapustin Yar •

Cosmos KY . USSR 26 16/3/62


4 30/1/64 ‘ Estudias de cinturones de radiacliSn. O r)
. 0) 0 cj
Electron USSR .4-
4---
2 1/11/63 Se le adjudica gran movilidad.
Polyot USSR. U) 4-

11.731 1 12/10/64 Se cree que tiene capacidad para cinco hombres. El primer vuelo lIev tres. =
Voskhod USSR —0
6 12/4/61 Nave espacial de un tripulante. Con autonomía de 10 días. 4)
Vostok USSR 10.419
Pruebas planetarias —sele rebautiz en 1964. -O
Zond USSR Desconocidos 10/10/60 O E.c
.cc 0) 0
D ç O
U.
ABREVIATURASYSIGLASDEESTECUADROYELANTERIOR: -4- U)
— U) ci)
Lofti—Low frquency through ionosphere (Baja frecuencia ci troves de la ionosfera) . — LRC Langley
. -
ABRES—AdvancedBallistic Re—entrySystemsProgram (Programa de Sistemas balísticos avanzados de re—entrada) AIL—Airborne lnstruments Laboratory ( Laboratorio de ms—
*
esearch Center (Centro de investigaci6n Langley ) — MACS—MediurnAltitude Communications So
trumentos aerotransportados ) . — ARS—AerospaceResearch VeFilcie (Vehículo de investigaci6n espacial ) . — ASSET—AerathermodynamicStructural Systems Test (Comprobaci6n CÓ 4,
tellite (Sotlite de transmisiones de altura media). — MBRU—Monenvering Baliistic Re—enfryVehi
de sistemas estructurales aero—terma—dinmico) . — ATT/BTL—Arnerican Telephone and TeIegraph/Bell Telephone Laboratories ( Laboratorios de Telefonía y Telegrafía Bel1 y A O’-- P
de (Vehículo de re-entrada de maniobra balística) . — MORL—Manned Orbital Research Lboratory ci) -
merican ).— CNES—Centro Nacional ( Francas) de estudios espaciales.— CNET—CentraNacional (Francas) de estudios de telecomunicocin.— DRTL—DefenseResearch Te (Laboratorio de lnvestigaci& Orbital Tripu lodo) . — MSR—Mirdstryof Scientific Research (Ministerio .4)
lecornmunications Laboratory (Laboratorio de Investigaciones de’ Telecomunicaci6n de lo Defensa ).— ELDO—EuropeanLauncher Developnent Organization ( Organizaci6n — e investigaciones Cientflcas) — MTM—Mission Test Module (Mcdulo o coeficiente de pruebas de 1
Europea para el desarrollo de los lanzamientos ).— ESRO—EuropeanSpace Research Orgoriization ( Organizaci6n Europeo para la investigaci& espacial ) .— GE—General — -ilsiones) — NAA—North Ameiican Aviotior’ —
NRC—National ResearchCouncil (Consejo Nacional
Electric.— GFSC—GoddordSpace Flight Centre (Centro de Vuelo Espacial Goddard ).— IDSCP—lnitial Defense Scitellite Communication Program ( Programa iricial de sa o
ci) 0..
e Investigaciones) — OSS—Orbital Space Station (Estact6n orbital) — RAE—Royal Avicraft Esta— —
lites de transmisiones para la Defensa).— ISC-ltalian Space Cortmission.- JHU/APL-John Hopkins University/Applied Physics Laborotory ( Laboratorio de Físico aplicada LO 4) N
lishment (lnstitucicn de la Aviactn Real) — RCA—RadioCo&poration of Ameiicc — SERT-Space —

la Universidad JH).—JPL—JetPropulsion Laboratory (Laboratorio de PropuIsin a chorro).—


NAVES ESPACIALES U S A : 4L • .
* -, <,
-w -E . r
:
Peso Vehículo de N de rno Fecha del pri- )hSERvAClONES PROPOSITOS
. . Organsma que
Nombre la emplea . Constructor (lbs) lanzamiento nes postv rner lanzamiento

1966 Pruebas orbitales de 14 dtas de duracin.


NASA • NAA 41 .000 Saturn 1 B O
TRIPULADA Apollo A
Apollo B NASA NAA 95.000 Saturn 5 0 1969 Alunizaje.
Saturn 5 0 1966 M6dulo de excursi&1 lunar.
LEM NASA • Grumman 30.000
Titan 2 2 4/4/64 Desarrollo maniobra de un6n o ctay enganche; trpulaclin 2 hombres; posibilidad dur’icin 14 dia
Gemin A NASA : McDonnell 7.200
0 1966 Ve1 rcilo de retorno y a/ nentaciSn para laboratoric orbital trpulado
Gemini B USAF McDonnell . 6.000 Titan 3
O 1967 Lc4oratorio orbrtal trip do
MOL USAF Titan 3
51BS5 o 1968 Sistemas de perfeccionarnento Apolo. AmpflacicSn de la expIoracn lunar y Orbita re,-restre.
E, Apollo X NASA
Laboratorio de nvestgackSn orbitI tripulado, un año de duraci&
MORL NASA Douglas 30.000 Saturn 1 B O
Saturn 5 0 Laboratorio de ¡nvestgaciSn de 6rbita amplio.
LORL NASA Lockheed 250.000

O 1966 Vehrculo de prueba para experimentos de desarrollo sincrnico de la &bita, y gradiente de gravedad.
.
APLICA— Applications Technology Satellite NASA Hughes 800 Atlas Agena
O 1968 Prototipo comercial de cornunicadones sincr&cas.
.
Commercial Comsat Comsat Corp. i25—
O 1965 Syncon, ‘recursor de un sistema de grandes comunicaciones comerciales (modficdo).
Early Bird Comsat Corp Hughes j TAD
r4.TMr Agena 1 25/1/64 Esfea de refIexin pasiv
Echo 2 NASA Sch1edahl
5 Atlas D O ‘1965 Objetivo de encuentro pcra la nave aiea Gmtnt.
Gemini Target NASA Lockheed
2 9/5,/63 SegUimiento del programc MIDAS
ICBM Alarm USAF GE 4 MtasAgena
IDCSP USAF Phlco—STL ?kan 3C O 1966 Satélite de comunicactonbs USAF, para lanzarse en grupos de 8.
1 28/7/64 Lugar de pruebas del sattlite atmosférico R & D
Nimbos NASA GSFC thor Agena
GE 4 Alos
Ageno 31/1/6 Reconocirnento fotogrfic
Pro1ect 720A USAF
2 13/12/62 Repetidoi activo a baja 1tura, 5 cargas otiles o instrumentales
Realy NASA RCA t*ior Delta
TAT 1 1 1/1/o4 Ststemc geodésico para Iocaltzaci&n geogrfica de precisin
Secor E1t2 de T Cubic Corp /ITT
ATT/BTL Tj*orDelta 2 10/7/62 Lugai de pruebas para una amplia banda de comunícaciones de satélites comerciales
Telstar Commercial
TtorDelta 9 22/1/65 5atite atmosfrico uHat Box” orientado al espacio
Tiros NASA RCA
RCA 1ÁD O 1965 Satélite atmosf&ico “Cartviheel’ orientado a tieria Operativo
TOSS Weather Bureau
TorAblestar 13,//60 Sistema operativo de navgaci6n que utiliza la estabilizaci6n del gradiente de gravedad y la fuerza nucleai
Transit USN JHLJ/APL

O 1966 Examina las caracterrstic1s de la superficie lunar.
LUNAR Lunar Orbiter NASA Boirig NQ AtlasAgena
JPL alas Agena 1 28/1 /64 Pasadas fotogrficas a Mrt.
Moriner NASA
10OØ 518—Centaur O 1971 Cargas tiIes o instrumenals a depofMreirte.r Posib’e puebc en 1969, lnvestigacin de Venus
Voyagei NASA JPL
fliorDelta O 1965 Estudio de fenmenos en l espoio ximo4.ano.
Pioner NASA Hughes/STL .315
AtlasAgena 1 23/8/61 Fotograffa lunar de gran endim.ito.
Ranger NASA JPL $4
O 1965 Carga itil o tnstrumental para el aterrFzfe notrneI en la Lun*.
NASA Hughes 2J* “ Atlas Centaur
Surveyor
1

Observatorces NASA 4
O 1963 Telescopio orbital, trabi1os topogr&ficos por rayos ultravioleta,
Astronomical Grumman *4 Atias/Agena
Atlas/Agena 1 5/164 Estudio de los fenmeno ionosfricos y de los crnturones de radiacn.
Geophysical STL
2 7/3/62 Estudio de las emisionesolaies, 8 misiones proyectadas
Solar BalI aros 4N ThorDelta
O 1968 Estudio de destellos sola!es
Aovanced Solar Republic ttas Agena
1/2/58 GrupO de satélites de talnaño reducido para investigaciones cientticas varias.
Explorers NASA í 26
2 19/12/63 Estudios polares de la atiisfera exterior, posterior “Inlun Piggybades”.
Air Denstty (AD) GSFC I3O Scout
Thoi Delta 2 27/1 /63 Propagacitn ionosfrica; estudio geodésicos.
Beccon (S—oó) Westinghouse ;, 1
3 2/10/62 Estudio de partfculas y cmpos en 6rbitds circulares.
Enerqetic P..rFicles (5—3) GSFC Thor Delta
1 25/8/64 Medida de la densidad dectr6nica y de 1osniveles de rurdo casmico sobre lo ionosfera
Ionosphere (S—4 AIL 4.. cout
135 Thor Delta 2 27/1 1/63 Estudio de portrculas y camposen crbitas elrpticas.
Monitoring Plotform (IMP) GSFC
125 Scout O 1966 Primer “Explorer” realizado por una universidad. Efecto del cintur6n de Allen sobre Aurora.
Owl NASA Rice Urv,
Meteoroid Payloads NASA DesrrolIo de los sensoresde impacto de meteorftos.
Micrometeorokl (5—55) LRC 135 Scout 2 3/8/60
Firchiid Filler 3.200 Saturn 1 16,/2/65 Verificar la proyeccn demeteorrtos sobre una. nave espacial. Tres lanzamientos planeados en ¿rbita terrestre.
Pegasos
5...] B/Centair O 1968 Estudio del riesgo mete&io cisluncir.
C;slunar Pegcisus Exposd’Sn prolongada dcargas no humanas en el ambiente espacial.
BiostoIIife —. - ,, NASA GE .,,. 1.200 TAD O 1966
Lr heed 3.000 Thor Ager _ Series de amplia escala5ara desarrollar lo tecnologra de noves espaciales.
Disccerer USAF
40 3 31/10/62 Carga til PTggyback11para detectar y medir radiaciones.
lnun USN JHUJAPL
Vanies Thor/Atlcis Agena Cargas cientflicas sin especificar , lanzadas con cargas primordiales.
Piggybocks . USAF Varlaus
1 ,4 . ... 5 lb/9/62 Carga “Pggyback’ paramedir ci:turones de radiaci5n.
TRS USAF STL .
Atlas O 1965 Carga “Piggyback1’ cientflica, autopropulsada.
ARS USAF GD/A

5 1 0/2/6 4 Estudio de la dinmica de trayectoria de materiales y tipos de ojivas de fuselaje y auxiliares de penetrccin.
PRUEBAS BALISTICAS ABRES (Subscale) USAF ARC 50 Athena
. 5.000 riohra del vehi’culo baltstco de retorno o 11Re—entrada”.
USAF GD/A . Atlas 10 5/3/6 3
ABRES (Fuliscale) Pr:orciona datos parael antUsis de retorno a gran velocidad.
F ¡ re NASA RepubUc ...o Atlas—X25? 1 14/4/64
McDonnell 1.100—12O Thor Delta 4 1 8/9/6 3 stdio erodnmico y termodinimico de materiales de naves espaciales en retorno deslizante.
ASSET USAF
LRC $çout 1 /3/62 inY*stigaci6n de materiales de retorno a gran velocidad.
Scout Re—entry NASA
. .-Pi*bas de vvelo de motovs Ie proplsi& eIçtrica.
NASA RCA 3a sçoLjt 1 2o/7,”64 tjaio de marericziesy guia ae manionra ae reTorno.
tJSAF Martn A*las O 1 96ó
ESTRUCTURA . tp - -

r x 1 QHi t
Li • —

gg OBSERVACIONES
‘ 1 1 1

Supeicie-Su-
JjE:i ji IJi1i1
!E i7JI JI Ji:

Polark Al UGM-27A USN Lockheed 5 Lockheed MSC 28.0 . ... 4.5 28,000 Aerojet x pr.2 1 GE-hughes ierciaI 1,200 A Dordo de subrnarnos de c’ase George Washington
perfice Polaris A2 UGM-278 USN Lockheed S Lockheed MSC 31.0 ... 4.5 30,000 Aerojet (Jfuse) 1x spr. ...... GE-Hughes Inercial
Estratégico y Polaris A3 UGM-27C USN Lockheed - P,S Lockheed MSC 31 .7 . . . 4.5 30,000
1,DOO A bordo de submarrnos Ethon Allen
Tuctico Aeroet (1 fose) 1x spr. GE-Hughes Inercal 2,500 Eh fase de reempIazamento en los submarinos A]
Poseidon USN R,D . . . . . . . . ,
HercIes (2 fose 1x spr. Primenmente en Polaris 3—3,tendran ohor doble carga utl A—3
Tauros ZRGM—59A USN R . .. .. .. .
Titan 1 HGM-25A 1 Arma de apoyo para fuerzas de desembarco, disparada desde barco
USAF AFSC/BSD:STL1 S Martin/Deriver 98 .. 10.0 220,000 Aerojet 2 x lpr. 380,000 BTL-Rem. Rand Radio-nercial 6,300 Sistema de re-entrada Avco Mark 4. AImacenae en silo; lanzamiento de superficie
Titan 2 LGM25C USAF AFSC/BSD:STL S Mortin/Denver 103 ., . 10.0 b3o,000
Apoyo Aerojet 2 x lpr. 530,000 GM/AC Spark Plug Inerdal 6,300 Sistema de re-entrada GE Mark 6; aImacenamento y lanzamiento subferrneos, materia propulsora lmacenable
Entac MGM-32A Ejt2. T. Nord Avation/France 5 Nord Aviafion/France 2.6 1.2 0.5 27
misiles Dkeçtion Poudres 2 x pr. D.E.F.A. Por cab’e
1 ,Observ.ptka 1+ El ms eficaz contra vehcuIos blindados medios,
Lacrosse MGM-18A Ejt2 T. Martin S Martin 19.2 9.0 1.7 2,300
drrgidos Thiokol x M-1OH
1 spr. Martin/Orlando Didgido 20 Cabeza nuclear o carga modelada
Lance XMGM—52A E1t2 T Ling—Tenco—Vought D LV 20 8 1 3,200 Rocketdync x 2Ipr p) LTV, Syshon—)onnei,Arma Inercia1 simplificado
Pershing MGM—31A E1t2. T Martin/Orlando P,S Martin/Orlando 34 6 3 3 110,000 Sustituto del Honest John, Lacross y posiblemente Little John, cabeza nucIea y convencional
Thiokol x spi
2 Bendix/Eclipse Pioneer Inercia1 400 Sustítuto de Redstone, cabeza nuclear, desplegado en Europa
Sergeant MM—2Q Eft2. P Sperry Uth Co 5 ‘ !periy Utah Co 34 5 1 5 9 26 10,000 Thiokol 1 x XM-]OO spr 45,000 Speiry Utah Co nercial 25-75 Susttfo del Corpoiul Cabeza nucleai o convencional, ] 600 Ib distr,buido en los elrcitos USA y AIenia Occd
ShiIIetagh XMGM—51A Ejt2. T. Philco/Aeronutronic P Philco/Aeronutronic . . .. .. . , 0.5 40 Amoco Chemicais 1 x spr. Philco/Aeronutronic Dirigido/IR 10
SS-11B1 XAGM-22B Ejt9. T. Nord Aviation/France P,S Nord Aviation/Fronce Arma de gran movilidad lanzada por cañan de 152 mm.
3.8 1.7 0.5 63 Directon Poudres • 2 x sar.
. TOW Ejt2. T. D Nord Aviation Dirigido
por cable 1.6 Misil anti-tanque
Nughes . . . : . .. . .. Hercules K—4] spr.
Apoyo Honest John MGR—IB E1t2 T Por cable , Observ.6ptica Misil anti—tanque
Douglas 5 Douglas 8 4 245 1 2 5 4,500 Hercules 1
x M—3A] spr
misfles Little John MGR-3A 1 Ninguno No guiado 20 Iarní&n con eircitos NATO, cabeza nucteat o convencional, versin perfeccionado, en oeiiodo de ensayo
Ejt2. T. Emerson Electric 5 Emersn 2.0
14.5 1 dOO
no dirigidos Hercules 1 x M—26spr. Ninguno guiadoNo 10+ Cabeza convencional o nuclear
SOSR Ejt2. T. Emerson Electric D . ... ... ... ...... Hercules spr. Ninguno No guiado Cohete de proyecci6n recta o rotatoria.

ABREVIATURAS: —
AFSC Air Force SystemsCommatd GE — General Electric

BS D Batlistc Systems Divison MSC — Lockhead Missles and SoaceCo. R — InvestigackSn spr — Cohete de combustible stSlido
GM— General Motors
NAA —

BTL Beil Tetephone Loborotodes lpr. (p) — Cohete de combusflbe Uquido (envasado) North American Aviatin rj Autorreactor STL — Space Technology Laboratories

D En periodo c perfecciotomiento o desarrollo NOTS Basede oruebas ArtilIerj Navul RMD — —
LTV — Ling-Temco—Vought Reuction Motors Division tj Turbo—reactor
GO
— Genai Dynomics . P — Producci6n . 5 —
— —
MIT Insttufc de Tecnologra de Mossachussets Empleado en el ejército 1 AFSC/BSD es d]rector del programo. La companro es
contratista de integraci6n de sistema.

* Buscador de emisiones radar. **


Buscador de infrarrojos *** Autodirigido por radar
M S 1L S U S A ( De a revista norteamericana Aviation Week & $pace TechnoIoy. 15-3-6
ESTRUCTURA GRUPO MOTC GUlA L) CONDÜCCION
1 1
o ) lI -
c —
E c :E
•:2 Q) o -1- T3O . , C)
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s) ok-o .—. o . u i: < )
-.J wE a. E U Z0
: z c: i5 U2E u .

AIM—4A USAF Hughes Hughes 6.5 , 1.7 0.53 120 Thiokol 1 x M—58A2spr. 4,500 Huy hes Radar homingu semiactivo 5 AÍM—4C poseeconducc6n IR en los F—89, F—101y F—102A
Aire—Aire Falcon
Super—Falcon AM—* USAF Hughes Hughes 72 2.0 O .55 150 Thiokol 1 x M—46 spr 6, 000 Hughes Radar “homing semiactivo 5 Caoacidad MACH 3; AIM—4F posee conducci6r1 iR
Folcon AIM—47A USAF Hughes Hughes 125 3 1-,1 800 Lockheed propulsion 1 x spr. Hughes Radar 1thoming”semiactivo 1 p0 Para empleo en YF—12A;cabeza nuclear o convencional
Nuclear Falcon AIM-26B USAF Hughes Hughes 7.0 e.. O92 200 Thiokol 1 x M—60 spr. Hughes Radar- 1homing” semiactivo Cabeza nuclear, utiflzada en F—102
Douglas 9.0 3.3 1.5 835 Aerolet 1 xspr. . 36 ,000 Nnguno No guiado Empleado en 10118 y F—106,cabeza nuclear. Tarnhi&i AIR—2BSuper Genie
Genie AIR—2A USÁF Douglas
0*$
Phoenix AIM—54A USN Hughes Hughes NAA/Rocketdyne spr. Armamento prirk. inl del F—111B ( TFX
Philco 9.4 2 0.42 155 Naval Prop. Plcint 1 x spr. 6, 000+- Philco :1 ;-iT;i;’• infrarrojo ** 2 Empleado tambi&n por USAF, NATO y China Nacionalista
Sdewinder lA AIM—93 USN Philco, GE
Sidewinder IC AIM—90 USN NOTS/Phflco, Raytheo Philco, Raytheon 9*5 2 O .42 185 NAA/Rocietdyne 1 x MK 18—Mod—1 spr. Phi lco-.Raytheon Infrarrojo 10 Empleado tamhin por USAF; AIM—9C posee conducci6n radar semiactiva
Sparrow 3 AIM—7E USN Raytheon_ Raytheon 12.0 3.3 O .67 400 NAA/Rocketdyne 1 x MK38—Mod-Opr. Raytheon Radar “homg” semcvo_k 12 eadotambi i rUSAF en F—4C
Aire—Superfici Bulipup A AGM-12B USN MoxsonElectronies Maxson Electronies 1 0. 5 3,3 1•Ó 571 ThikoI/RMD 1 x LR58—RM—4lpr(p). 1 2, 000 Maxon Electronics Dirigido 6 Empleado tarnbin por USAF; cabeza 250—lb
Bulipup B AGM-12C USN MaxsonElectron ¡es Maxson Electronies 13.6 4.0 1.5 1,785 Thiokol/RMD 1 x LRÓ2—RM—2 ipr(p). Maxon Electronics Dkigido 9 Cabeza convencional o nuclear1,000—ib
Nuclear Bulipup AGM-12D USAF Martin . . . 3.4 1.1 Thokol/RMD 1 x LR62—RM-2 pr(p)0 W.irtin Dirigido, Cpdad.compensato Cuerpo alargadocra cabeza nuclear
1
Condor AGM-53A MARINA NOTS •0**** ••0 e..,.. 1 x lpr (p). . rio En periodo perfeccionamiento para F—111
North American NAA 42.5 12.0 23 10,000 Pratt & Whitney 1 x J52—P—3tj 7,500 NAA—Autonetics 1 Irlerciul 600 Lanzamiento en vuelo desde Boeing B—52G
Hound Dog AGM-28B USAF
McDonnell McDonnell 12.9 5.5 2.5 1 , 100 General Electric 1 x J85—7 tj. 2, 450 McDonnell Piloto autorntico 230 Lanzamiento en vuelo desde Boeing B—52como señuelo
Oua i1 ADM-20C USAF 1 . .— . - . - .— 11 .

USN N OTS Texas lnstruments 10 4•e o. 75 390 NAA/Rocketdyne Texas lnstrumenfs An.ti—radiaci&i Se aioia en blancos de radracron enemigos; se utiliza tambien por USAF. ehiculo de segurmienfo, en desarrollo
Shrike AGM-45A : spr.
A 1
1 tisil de ataque de corto alcance, actualmente en fase de proyecto
s RAM ZAGM—X-1 USAF a..... e.,... e..

Nin9utio Principalmente para helic6pteros. Estabilizado pr rotaci6n .


WASP . . .*. Et2. T. EmersonElectric te’..’ 0.6 .. . se.., ¿spr. -
- +-“--

Honeywell 15 1- 2.5 1 , 000 Naval Prop. Fcirlt. :1 xspr. Ninguno No guiado AreempIazar or nueva arma ASW de mayor’ alcance actualmente en evolucin
Antsubrnar no Asroc RUR-5A USN Honeywell
s ubroc UUM-44A USN Goodyear Aerospace P Goodyear Aerospace 21 .0 •: 1.75 4, 000 Thokol 1x spr. General Precision 1 Inercial Disparadodesde_submarinosurnergdo.Çprativo desdeeste año _
- _i
. i_ —
Superficebfre ASMS *,. ... USN Raytheon R ••;i •t •0*
Sistema avanzado de misil de superficie destinado a destruir vehrcuios de vuelo bajo en fase definitaria
,2 x RJ43—MA—11
rl. 24, 000 ‘vVesti ng hou’,c’ 1 Radar uhoming activo 400 Lanzado por Thiokoi, empuje 50.000 Ib. motor de cohete alimentado con combustible s6lido M—51
Bomare B ClM—OB USAF Boeing s Boeing 45.0 3.0 16, 000Marquardt
chaparral e • e o • Ejt2. T. .ç# .4 P “ e • • a e,.... Versi5n superficie—aire del Sdewinder
Northrop 167 1.2 1,275 Aero jet 2 x M—22E8 spr. Raytheot 22 Tambi&n para USMC y NATO; misil balistico antitctico en fase de desarrollo
Hawk MIM-23A Ejt2. •T. Raytheon s 1 Radar t*homing semioctivo

D G D/Pomona 6 O. 42 140 Lockheed Propulsion 2 x XM—107spr GD Radar homing” semiactivo Arma movil defensa aérea
Mauler XMl M-46A Ejt2. T. GD/Pomona
Westerri Electric Douglas 41 7.5 2.6 1 0, 000 Thiokol Hercules 12 xSAM—M—6 spr0 BTL Dirigido 75-1- Cabeza convencional o nuclear
Nike Hercules MIM-14A Ejt2. 1. s
Douglas 48 3.8 6.7 Thiokol 3x spr. ‘ 450,000+BR Dirigido, radar 100 Misil anti—balrsticogran altura cabeza nuclear ‘ mayor
/ aceleroci& que ningtn otra
Nike—X/Zeus XLIM-49A Ejt2. T. BTL/Western Electric D
D Martin/Orlando 27 45 Herc u 1 es 2 x spr B f L irigido, radar 30 Misil anti—balistico baja altura, cabeza nuclear. Disparado por carga propulsora y encendiao bajo tierra. La curera a
N ike—X/Sprnt ‘( o . . Ejt2. T BTL/Western Electrk
Ejt90 L GO/Pomona D GD/Pomona 400 0025 20 Atlantic Research 2 x spr,. Minciture Preciso. Bearing ‘1Homing” infrarrojo Disparado por bazooka. Tambin para USMC
Redeye XM IM-43A :
Ta 1os RIM—8E USN Bendix P, S McDonnell 30.0 5.5 2,5 7,000 Bendix 1 x rl. s oerry Por haz, ‘thoming” S.A. 65+ Hercules, con propulsiSn sMida. La Marina intenta sustitLirlo porTalos
PI 5 GD/Pomona 1500 L.7 1.1 1,425 Aerolet 1 x spr GD/Pornona Radar “homing” semiactivo 110+ Motor del cohete de doble grano, doble empuje
Tortor RlM-24B USN GD/ Pomona
1 Radar ‘thornin91’ semiactivo
GD/Pomona . PI S GDjPomona 27.0 1.7 1,0 3, 000 Hercules—Atlcmtic 1 x spr. GD/Pomona 110+ Tartar/Terrier- normalizadoen desarrollopara reemplazar o los actuales
Terríer RIM—2E USN
AFSC/BSD:STL1 s GDfAstronautics 82.5 16 O 10.0 270, 000 NAA/Rocketdyne :2x LR89-NA—5 lpr 33(.) Arma 1 Inercia1 9 ,000 Sistema de reentrada en la atm6sfero Avco Mark 4;emplazamiento de lanzamiento semi—duro
Superfkie—Su—Atlas E CGM-16E USAF
perficie 1 x LR1O5—NA—5 lpr. 57,000
NAA/Rocket lyne 1 330, 000Arma 9 , 000 Sistema de reentrada en la atni6sferci Avco Mark 4; emplazamiento subtern5neo
Estratégico y Atlas F HGM- 16F USAF. AF SC/BSD:ST s G D/Astronaut 1cs 82.5 16.0 10.0 269, 000 x LRS9—NA-5 lpr. 1 Inercia1
Tctico 1 x LR1OS—NA— 5 lpr. 57,000
USAF Mo rti n s Martin 44.5 22.9 4.5 1 8 ,000 3M/Allison 1 x J33—A—41tj. 5,200 GM/AC Spcirk Plug Inercia1 1,200-1-- Disparado desde emplazamientos fijos, duros; impulsor Thiokol empuje 100.000 lb
Mace B CGM-1 3B
Minuteman 1 LGM-30 USAF AFSC/BSD:Boeing1 5 Boeing 53.7 6 65,000 lhiokol(12 fose) 1 x s pr. 167,00u NAA/Autonectics lnerciol 6, 000 ; ala; sistemade reentrada Avco Mark 5
1 49,200
Aerolet(22 fc se) lx spI-.
riercules (3g fase) 1 xs pr.
6 65,000 Thokol (12 fise) !1 xspr . 1 Nl AA/Au fon ec t i cs . Inercia! 6,300 2 a 5 alas; 22 fase de titanio; vehrculo de reentrada Avco Marf 1lA
Mnuteman 1 LGM-30B USAF AFSC/BSD:Boeing1 s Boeing 55,9
Aerojet (22 fise) 1 x spt- .
hiercules (32 fase’) 1 x spr .
R,D Boeing 59.8 6 69,000 Thokol (12 fcse) 1 x 5 pr. t”_ AA/Autonectics inercia! ,
7 000 + 6 alas; ober de inyecciSt secundc1riaen la 29 fse; veí1íL)o de reentroda G[ Mar 12
Minuteman 2 LGM-30F USAF Boi1
Aerojet (29 fase) 1 x spr
Horcules (3g fase) i xsp.
---
CESEDEN BOLETINMENSUAL
N° 2
Dpto. de Informacion

SECCION
BIBLiOGRÁFICA
BU BLI OG RAFIA
CESEDEN

BIBLIOGRAF JA

—o—

— Libros ¡ngresadosen la Bibfloteca durante e 42 trimestre de


1965.
— Revistasrecibidas desde12 de noviembrede 1965hastq la fe
cha dei cierre de este Boletfn0

BOLETINDE INFORMACJON N2 2
BIBLIOGRAFIA

Publicaciones recibidas durante el mesde noviembre:

ESPAÑA

RevistaGeneral de Marina, noviembrede 1965. Tomo169.—Aniisis estratgico


y t&tico de Fc b cilicide Trafalgar.—Asfixias por sumersn.— De 1c vida en los
buques0—Portahelicpteios a la vista.— Temasprofesonales: “Observadoresareos
para el fueio naval y de apoyo.—Cclculador etectr6nko parc misionesde salva —
mento.— Futuro y necesidadde la Oceanografía,”.— Historiasde la mar: “La ac —
ci6n naval de Calamidades(Filipinas) ci 3 de mayo de 1851.—Miscelnea”,— j —•

formaciones diversas:“Apertura de curso en la Escuelade Guerra Naval.— Noti


ciario0— Libros y revistas”.

BoletíndeDifusí6n. EstadoMayor del Airo, noviembrede 1965, ni3rn.303.—Infor


maci6n /-eron&itica: “El paracaídasmortal”, prohibido en lanzamientosnocturnos.
Ayuda militar a Nigeric- Los “Vuikan” Mk — 1, retirados del servicio0—Los HFB—
320 para la Luftwaffe0—HawkerSiddeley Buccaneer5. Mk.2.— LosF—5para el E—
jrcDo del Aire.— Sobreel tema de los F—5destinadosa España.— Adquisicí6n de
Phantom2.—Material sovitico en paíes africanos.—LockheebC—5A.—Opci&- —
para 57 C—5Asuplementarios.— La FuerzaArea Estratégica.—Mirage UI 5/RS: —
Pruebasen vuelo.—El ECAT, avin escuela y de apoyo tctico.— Un avi6n C—130
E para las FuerzasA&eas turcas.—Oferta de helicpteros rusosa Turquía.—Cons—
trucci& del Mi—lO en serie.—Modificccin de la política britnica en materia de
defensa,— indicadoresde aceito para los F104.— Declaraci& del General Panitz—
ki con motivo de las necesidadesde la Luftwaffe.—Sobre los accidentes en la Luft
waffe,— A causade 1c impotencia de los generadores,F—104no puededisparar .—
Suspensin de vuelo de los F, 104 G,— ¿ Defectosde fabriccciSn de los F. 104 G?
Los F0 104S,—Nada de plataforma GE SR—3 para los F. 104G.—Cohetesauxilia
res para los F. 104G..—Ingeniosespeciales: “Nueva versin del Zeus.—Controver
sic sobreel armamentode los helicpteros— lnformacin militar: “Llegar la l
dic a ser una potencia atmica? .— Los rusosy el reconocimiento fotogrfko espa
cia!0— La China comunistano esta preparadapara una guerra con una gran poten
cia11,—Anexos: “Ari—22(Transporte).— SH—3A(HeUcptero).— AS.30 (Aire—Su
perficie ).— Servicio de TransporteAreo Militar (USAF ).— Mando Logístico de
la FuerzaAereaII .

Africa, noviembrede 1965. Núm, 237.—El Día de Africa abre el curso de la con
ferencia del LD.E,A,— La televisin en las provincias africanas españolas.—
lnv
-2—
tigacin minera reciente en Guinea Ecuatorial,— Gas africano para España,—Una
secta africana de tenderos de comestibles,— Vida hispanoafricana: “Pentnsula: A—
pertura de Curso en el Colegio Mayor Universitario “Nuestra Señora de Africa”,—
lmposki&-i de la Orden de Africa a la Delejada Nacional de la Secci6n femenina
y al Delegado Nacional de Juventudes,-. Noflciark,-. Plazcde Soberanta: Ceuta
y Melilla por dentro.— Ceuta: Noticiario,— Melilla: Noticiario,— Guinea Ecuato
rial: El primer vicario apostlfco de Rio Muni, monseñor Rafael Marfa Nze Abuy,
C,M.F,— Nuevo Hospital General en Concepcin (Moka),— Noticiario,— Ifni:
La Escuela Laboral “Carrero Blanco”9—Noticiario.— Sahara; Desarrollo y promo—
cian do la provincia del Sahara,— Noticiario— lnformacin africana: “Dos posi
ciones africanas respecto de la polrtica de España en este continente.— El creps
culo do Nl’Zrurnahy la Conferencia de la O.U.A,— Hacia la unin polrtica de
los patses del Norte de Africa,— La situacn en el Oeste africano.— La economtc
puede influir en el desarrollo de la polica de los parses centroafricanor Histo
ria de 31 dras—Mundo islmico: “La RA.Ue, en una encrucijada de sus polfi—
cas interna y externa,— La crisis de Aden, foco de agitachn polttica y diplom—
tice en el Oriente Medio,— Exposicin de pintura lraquf; El arte nuevo en Orlen
te Medio,— Historia de 31 dras”.— Acflvfdidades comunistas en el mundo afroasj
tico: Reveses comunistas en paises afroasiaticos,— Frente comun .0arace—sovietico,——
Formacin de “agitadores africanos” en los parses Comunistas,—Noticiario”,— No
.0 • u •
ticiano economico; Panico en la Bolsa ce Nueva York por la baja del precio del
cacao,— Coordinaci5n para el desarrollo oconcSmco y turi’stico de los países del
Magreb”,

lnformacinComercialEspañola, 4 de noviembre de 1965, NGm. 970.— Desar-ro


Ho y ordenacfn territorial0 Las grandes ciudades: Madrid y Barcelona,— Tema de
la semana: “Don Alberto Ul!astres present- en Bruselas sus cartas credenciales —
como embajador ante la CEE— Notas de la semana: “El conttnuo deficit de la —
balanza de pagos de USA,—Los Cinco presentan un frente coman,— Opinin nor
teamericana sobre la Ronda Kennedy.

lnfcrmaci&ComercialEspañola, 18 de noviembre de 1965, Nm, 972.— El Plan


dc Tierra de Campos.— Temd la semana: “La formacin del Mercado Coman A
grícola de la CEE no se detiene”,— Notas de la semana: “Dificultades de la ba
lanza de pagos de Alemania Federal.— Hacia la reforma del sistema monetario —
intornacknal.—El comercio y la crisis de Rhodesia,—Nueva economía política.

lnformaciSnComercialEspañola, 25 de noviembre de 1965, NGm. 973,— Desa


rrollo y ordcncckn territorial Xlil).—Los polos de Crecimiento econSmico,— No
tas de la semana: “La crisis del Mercado Coman .— Aumenta el deficit de la Ba
lanza d Pagos norteamericana,— Reino Unido: Tensiones en el mercado de tra
bajo.— URSS:Sector privado y eficacia econmica.

Docemontac;nadministrativa, octubre 1965. NGm, 94,— Estudios: “La Informa


. ..0
clon interministerial del articulo Li de la LP/A,—La coordinacion como funcion:
Su concepto y problemtica.— El papel del Derecho administrativo en la econo—
—3—
mia
tI
,— Notas: Anorrnaudades
II
de la nomenclatura organica,— Hacia una reforma
de la Administracfn territorial0— Cambio de titulares de !0s préstamos del Banco
Hipotecario ,— La administracion publica en hispanoamerica: Argentina: Roes—
tructurocn de la empresas estatales,— Ecuoior: Ley del Servicio Civil y carrera
administrativa,— Panam: Panorama de la Administracjn de Personal”.— Documen
tacon; II 1,Cronica: La dustribucion racional del traba1o encomendado a la Secre
. • ••• . . —

tarro del director general X.—Situacin actual del diplorna de Organizacin y —

M&odos,— El XIII Congreso Internacional de Ciencias Administrativas,— 2, Cr—


nico legislativa sistematizada,— 3. Jurisprudencia contencioso—administrativa.—
4. Bibliografi’a: Recensi&: Factores humanos y sociales, Anexo al Plan de Desa
rrollo EconSmico y Social. 1964—1967.—Sfntesis bibliogrfica: El Consejo de
tado,— Reseño de libros,— Resumende rivstas,— 5. La administracin pbIica a

traves do la prensa II

Revistadetrabajo, 10 de noviembre de 1965, Núm, 2.— Polttfca de rentas en —

Alemania,— Politica de rentas en Inglaterra,— Polftica de rentas en Italia,

Mundo’, Revista Grfica de lnformacfn Mundial, 14 de noviembre de 1965,NGm,


1332.— Constituciones de los estados soberanos: PERLJ,— Campaña coordinada .—

Tribuna de! lector,— Anecdotark.— Violenta reaccin de Washington contra Pa—


rrs.—Miscelnea internacional,— BRASIL:Revolucicn en dos tiempos.— El mundo
de la hispanidad,— Humor extranjero.— Rhodesia, en un momento decisivo.— Hom
bres y gestos,— Las ideas y los hechos,— Viviendas y urbanismo,—Pequeña histo
ria de estos dfas,— El hilo de la vida.— Economta y finanzas: “El crdito naval —

para el bienio 1966—67,—Poco negocio y diferencias cortas en los precios.— Des


—,
cuentos de cupones y divvdendosII .— Indice bibliografico,— Efemerides

interna
cionales,— La mujer en el mundo,

Mundo, Revista GrFica de lnformacin Mundial, 21 de noviembre de 1965, Nm.


1333e Constituciones de los estados soberanos: BOLIVIA.—Declaracin irrespon
sable,— Tribuna del lector,— Anecdotario.— Norteamericanos y Sudvietnamtas —

discrepan sobre la manera de combatir al ‘/ietcong,— El secuestro de Ben Barka —

• • —
ensombrece las re Icciones franco—mcrroquies. Misce lanea
— internacional,
— El
periodista, según Mesonero Romanos.—Radiogramas.—Humor extranjero.—Los pre
cies en al mundo,—El mundo de la hispanidad,— Los exiliados cubanos, compli
cacion para Washington,— Vivienda y urbanismo,— Pequena historia de estos dios
• . e

•— El hilo de la vida,— Economta y finanza: “Comercio exterior de EsDaña,—Dis


creta demanda en el grupo bancario,— Actividades econmicas— Las ideas y los
hechos,— Efem&ides internacionales,— La mujer en el mundo,

Mundo, Revista Grf ¡ca do Informaci&- Mundial, 28 de noviembre de 1965,Nm,


1334.— Wilson, al acecho,— Tribuna del lector.— Incertidumbre ante la indepen
dencia de Rhodesia.— Miscelanea internacionaL— Inquietudes en la vida polrtca
de Filipinas.— Hombres y gestos.— Humor extranjero.— La URSSparece ganarte la
partida a China,— Circunstancias desfavorables en la conferencia interamericana
-4—

Radriogramcis,— Las ideas y los hechos,—Anecdotario.-. El mundode la Hispani —


dad.— Vivienda y urbanismo,.— Indice bibliogr6fico,— Pequeñahistoria de estos
días,— El hilo de la vida.— Economfay finanzas “La fusi& Hispano—Central,m
ximo interés de la Bolsa0— Aclividades eco:mic&1._ Efem&des internaciona —
les.— La mujer en el mundo.

ALEMANIA

Wehr—WissenschaftlicheRundschau.11 de noviembre 1965. Nm, 11.—(Artícu —


los sobre la seguridadeuropea).—Ekmada a! profesorSCHARDIN.—El Diario de
Guerra cornofuente de historia.—Observacionessobreuna Ley do Organ!zacin
para la Dcfensa,—¿ En legítima defensano hay guerra fraticida? ,— GNEISENAIJ
Disposici&i intelectual, desarrollo y mrito del gran soldado.—Los pueblosde la
Unin Sovitfca,— Comentariode libros.

ESTADOS UNIDOS

International.MrForce/SpaceDigest. noviembre1965,—El MOL (Laboratorio


Orbital Tripulado) de la USAF.—Hablandodel espacio.—El comft militar de —
la NATO y su Standing Group.—El MandoAliado Atlntico.— Aplicaciones del
Apolo en las 6rbitasterrestrey lunar y sobre la luna.—Novedadesdel ej&cto.—
Proyecto “Rough Rider”. Informacin meteorol6gica én medio de una tormenta,—
Perspectivasy perfeccionamientos(de la t&nica aeron&tica) .— Aviones gigan
tes y submarinosde ¡nvestigaci& (informacionesvarias).

U.S,News&WorldReport, 1 de noviembrede 1965. Nm. 18.—Cambiosin


troducidos en los EstadosUnidos por mediodel Congreso,—Dinero para cOlegios
y estudiantes.—Ayuda del gobierno.—La campañacontra ci reclutamiento,—La
propaganda comunistaentre los estudiantes0— El avance del comunismoentre los
j4vcncs.— Reaccfn de los soldadosamericanosen Vietnamcontra la propaganda
pacifista en los EstadosUnidos,—El aterrizaje en la luna gran objetivo.—Sobre
las dificultades del regresode un viajo a la luna,• Opiniones de un científico
sudafricano,— Indonesia, Su profundacrisis,—Compensae1 ser “pobre’ en Nor
teamrica? (Importanciade ios subsidios).—La crhs racial afecta a otra ciudad
de Norteam&ica,— El frente chino—indo.—Lo que cuesta en total un coche nue
vo.— El criminal vive en una edadde oro.—Donde las huelgasson pocasy distan
ciadas (EuropaOccidental),— Lasfabricas se trasladan al Oeste y Sur.—Aumen
to de los beneficios en la industila0—La carrera por el “Superjet”.— Semanafi-.
nancierc — Lo que cuesta prestardinero al extranjero.—Consejosparc los hom—
bres de negocio,—Editorial — El derecho a una diroccin libre (en las empresas).

U,S.News&WorldReporf, 8 de noviembrede 1965, Nm. 19.—El comercio


navideño ¿cifra “record”?.— Con lo que se enfrenta un nuevoalcalde neoyor
quino.— Los rojos vietnamitas no quieren hablar de paz,-. Una carta de los estu
—5—
dicntes vietnamitas,—Porqu Castro permite huir a los cubanos,—LosKennedy
contra i-lumphrey.—¿Ayuda federal a las escuelaslocales?,— Lo que aprendio
una gran ciudad sobre la ayuda federal a las escuelas,— Capflulo II de una re—
volucn, El ejrcito acentGa su dominio poflico en el Brasil.—Nueva tormen
ja sobre Alemania, La última maniobra de De Gaulle,— El otro lado del asunto
de Rhodesia.— Laredo, Caso histrico do la “guerra contra la pobreza”.— La Fil
ja de un obrero estadounidense informa sobre el “paraiso del obrero”.— Rusia —
ha perdido su carrera con los USA, (Comentarios de un periodista froncs . Un
refuerzo do 10 mil millones de dIares (en cinco aflos) para el Ej&cito USA.—
La semana laboral, Pocas posibilidades do adelantar la edad del retiro.— Signos
do peligro en el actual “Boom” econmco.— Editorial: La otra vida (Loa pres
biteriano a un periodista),

U.S,News&WorldReport, 15 de noviembre de 1965. Núm. 20,— Lo que de


mostraron las elecciones cpara Alcalde de Nueva York)0—Planes de Lindzay —
(para luchar con los problemas neoyorquinos).— Consecuencias do la elcccRn.
Coma von el futuro los republkanos.— Vietnam visto de nuevo: Grandes cern —

bios,— La actual poli’tica internacional de los USA,— La delincuencia juvenil,


Posibles tratamientos,— Sobres las nuevas monedas puestas en circulacin.— Pue
de aumentar la prosperidad indefinidamente? .— Los Angeles contfnan con di
ficultades,— Los sellos comerciales el sistema esta cayendo en desuso).—Cuan
do los temas de espionaje se debaten en la prensa (la red de informacin amen
cana), (Crticas a la CIA),— Del Mar Rojo a Singapur: ¿nueva carga para los —

USA?.— Como cambian los USA,—Las empresas gigantes.— El gobierno ameri


cano y la Compañta de Telfonos y Telgrcfos (invesiigacin de sus beneficios).
semana laboral, Una huelga observada por un computador.— Las discusiones
laborales (para resolver una huelga) ¿son un mito?.— Editorial: Victoria por —
confusin (las elecciones para Alcalde).

U.S.Nows&WorldReport, 22do noviembre de 1965, Nm, 21.— Medidas pa


rc mantener los precios en la industria del acero,— El gran apagan ol del 9 de
noviembre sobre el NE de USA), Sus causas y posibilidades de repcticin.— ¿Po
dr sobrevivir una Rhodesia blanca? ,— ¿ Nuevo panorama del voto de los negros?
(estos no votan por un parlido en bloque sine por sus intereses personales),— La
guerra Vietnam, Aumento de fuerzas en presencia y dificultades del avance,—
El ataque arec sobre Plei Me visto desde un Jet—Seat,—La guerra federal con
tra la pobreza local puede convortirse en una lucha por el poder poirtico entre
¿Washington y los Ayuntamientos? .— Crisis en el Welfare State ingls. (Muchos
ingleses no estn satisfechos con el desarrollo de servicios pbIicos pagados por
el sistema de seguros del gobierno),— ¿El desarrollo de los organismos del gobier
no constituyen la industria m& expansiva en los USA?.—¿Declina la calidad de
la poblacin USA? (Posibilidad de que se incrementen proporcionalmente sus ma
les por herencia gentko.— Leyes pbUcas (USA) que han pasado desapercibi
das.— Lo que las elecciones en el CanadS significan para los USA,—El “tigre de
papel” rojo fracasa en Indonesia.— La semana laboral, La decisi6n oficial sobre
—6—

los derechosde Trabajo parc la mujer.—La f6rmula de un economistapara man


tener la prosperidaden los USA.—La ¡nf lacn. ¿Siguen los USA los pasosde Eu
ropa?.— Un cmulc de dificultades se levanta ante la India.—Editorial: Sin apa
yo lega (criticas a la intervenci& del Preidente en los preciosdel acero).

U.S.News&WorldReport, 29 de noviembrede 1965. Nm. 22.— La guerra —


en Vietnam es ya una guerragrande.—LBJ y los hombresde negocio. Se enfria
el ambiente.—Presin sobre Rhodesia¿ Quin saldr perdiendo ‘?.— La verdad
sobre la seguridaden el mar. Lecci&i de un desastre.—El voto creciente de los
negros.— Una princesaen Washington(Margarita de Inglaterra).—Porqu los —

rojos del Vietnam esquivanlas conversacionesde paz,—¿Que libertad pueden


tener chore los rojos en USA?(EI tribunal supremolos protege) .— Una tierra
de promisin arriesga su futuro (Pakistan ) .— USA frente a Rusia. El prximo

“round” en la carrera del armamento.—Profesionessin estudiosuniversitarios—

(en los USA)0 Hay muchasbin retribuidas. (Secretarios, computadores,fon


taneros, ,, chefsu , mecanicosproesicos, conductoresde camion, etc.).— Las
ciudades USA rn& fcvorecidas por los negocios.— La semanalaboral, La esca
sez de manode obra.—¿ Que ha sucedidocon el “boom” de la construcci&i?.
Un nuevo tratado as&ico que favorecer a los USA (El de amistadacordado —

entre Japn y Corea).— Traicin impune (el apoyo de los norteamericanosa los
comonistas.

FRANCIA

RovuedeDefenceNationale, noviembre1965,—PabloVI en la ONU.— La Ma


rina y las bases.— Alrededor de la conferencia “en la cima” &abe de Casablan
cc. Los problemasdel Yemen, Arabia del Sur, Golfo P&sico y otros.—Geoes—
trategia prospectiva.—Los EstadosUnidos y el Afrca Negra.—Medtacin a —

prop&ito del automovil. Comentariossobreel salan del automovil (Pari’s).— La


guerra civil deI Vietnam.—Decisin e ¡nvestigacin operativa.—Evolucn de
la estrategia nuclear americana.—Polftica y diplomacia. El conflicto Indo—Pa
kistant.— Ciencias y Tcnicas, La rnicroelectrnicc

ForcesAeriennesFrançaises,noviembrede 1965. Ni5m. 219.— Papel de la in


T5ii,aci6n aéreaen tiempo de paz.—Veinte añosde armasnucleares.—El adios
a las Alas (continuaci&i). La escuadrilla A.R. 272 sobre el monte Renaud.——

Una plataformaarea a 11.000 kilmetros de Francia: La ReunicSn.— El Conse


jo europeo para la irivestigaci6n nuclear.

RevueMilitaireGenerale, noviembrede 1965, Núm. 9.— Los problemasde la


alianza atlntica.— La independenciade los paies de Europapasapor la uni
dad europea.—¿Qui&i defiende la OTAN? .— Sobre qu basarlas decisiones
de defensanacional.—La China Comunistapresenteen Africa.— Consideracio
nes sobre la neutralidad.—Crnicc de actualidad.
—7—

INGLATERRA

Survv&, noviembrede 1965. Nm. 8.—Siuacin de Norteamrica en Asia.


La guerradel pueblo (chino).—Francia y la NATO.—La espuelade Berlrn (reu
niffcacin).— La segundacardo de Singapur.—¿Tiene el Occidente un puesto
en A.i-sia.— lnoiaie y Pakistan: 1. Como empozoia guerra de Cachemira, II. La
guerra entre gemelos.—Sfntesisdel enfoque del problemavietnamita por los Es
todos Unidos, desdesu apoyo al gobierno de Ngo Dinha Diem hastasu decisi
de bombardearci Norte.— U’necisgeneralesde la evoluci6n de la estrategia —
chino—comunistadesdelos a?íos30 hastael momentoactual y susperspectivas
futuras0—Resumende las declaracionesdel General De Gaulle en su conferen
cia de prensasobre la NATO.—Segúnel editor de “Der SpiegeiUJla reunifica
ci& de Alemania salo puedeconseguirsefomentandolos cambiosinternosde la
Repblica Oriental ayudandoa sushabitantesa resolver susproblemas,en lo
gar de agruparlosal ejercer sobreellos presi&exterior.— Causasde lasecesin
de Singapur de la RepbUca de Malasia.— Estudiogeneral de lasconsecuencias
de la permanencia de Occidente en Asia,—Esbozode laatm6sfera en quesur—
gi6 elconflicto.

NATO

NouvellesdeLOTAN, noviembre 1965.—Loscuatro desGfíoseconmicos.—


Desde Bergena Estambulcon los parlamentariosde la OTAN.—El ATA y el —

porvenirde laAlianza AtIntica.— La OTAN a la luz del dfa.

SUIZA

RevueMf litaireSuisse,
noviembre
de 1965.Núm. 11.—Lastransformaciones
de
la estrategia
de disuasin.—Novedadesde laNATO.— Eldesarrollo
de laAero
nútfca y delespacio.—
La restriccin
nucleary laseguridad
de lasnociones.—
La guerrilla
o elcombatedeldbil.

— a — — — — — —
BIBLIOGRAFIA

Publkacones recbdas desde l2de dkembve de 1965 hasta el cierre de este


L30 ti fl

ESPAÑA
Ejrcito, dk!embre de 1965, nm. 311.— Los C.LR. crgan!zacn y desarrollo
de la¡nstruccin4— La China nacionaUsta y la s!tuacin estratgica en el Extre
mo Oriente.— La AutomacTn y el Ej&cito.— Meditaciones en tomo a un r

delo de carro.— Para la historia de la guerra de Liberackn.,— El final de lague


rra (febrero—marzo1939).—Los cursos de promocin profesonal obrera en el É.
jrcito— lnformaci& sobre Israel.— España en la prensa extranjera..,—Desarrollo
de laactividad española.— Zapadores divisionarios.

RevistaGeneral de_Marina, diciembre de 1965, Torno 169.—.Viñetas marineras


en tome a la Navidad.— La Campaña Nacicnql de erradicacjn de la Tubercu
losis en España.— Ideas sobro preparacn.— El problema- de la decis!n: libertad
y responsabilidad.— Un viaje al teln de acero.— Temas profesionaies: Todavra
hay cañones a bordo •—Gigantescc proyecto de Fiota icgrstica americana.— Re
lociones navales franco—americanas.—Nota ¡ntornciona!: El peregrino de la —
Paz.— Histerias de la mar: Vida intrépida en los canales australes.

DocumenfacinAdministrativa, noviembre de 1965, núm. 95.— Las oFicinas de —


registro de los ministerios y sJsignifcacin para la organizccin y gestin admi
nistrativa.— El rgimen de recursos administrativos en el procedimiento de elab
racion de Convenios Colectivos.— El peiigro de una •tflTlcCIonen la Crganizacion
Administrativa.— La aplicaci&i de la numeracin decimal a las disposiciones y
escritos administrativos.— Curse del Instituto de Desarrollo Econmico para Funck
nonos del Ministerio de la Gobernacitn,— Organizacin polrtica y cdrninistra—
tiva del Gran Ducado de Luxemburgo.— bibliogrfica: Reorgan-izacin de
la funcin pGblica en Grecia. -
•# / e la Gobemaclcn),• diciembre
ee—•
Boletin d lnformccion_Ministerio de de 1965,nurn 1. —
Presentac6— El Servck de Crgcnizacin y Mtodos del Ministerio de la Go—
bernacin.— E! calculo en los procesos de mecanizacin.— Los prop6sitos de Cir—
ganizacin y Mtodos.— Relaci6n de funcionarios dependientes del Ministerio —
de la Gobernacin que han obtenido el diplomo en Crgcnizacin y Mtodes.

RevistadeAorcnuticay Astronutica, diciembre de 1965, nGm. 301.— Volcr1


do hacia lo alto.— Mosaico mundial.— Primer ensayo serio americano de “rendez—
vous” en &bita Satelitaria.— Defensa Mrea yAnticrea.— Facceta Nora.— Al —
truimc espacial.— lnfcrmacin Nacional.— !nformacin del Extranjero.— Fran
cia y sus Fuerzas Armados.—Cmo nadar en el espacio.— Cmo emplear la fuer
za en la era nuclear?.
—9—

Africa,diciembre de 1965, nrn. 288.—Guinea Ecuatorial, Ifni y Saharaante


la ONU,— i esfurzo de Españaen Argel.— Fronteras ideolgcas.— Actualizo
cn del rgimen fiscal de la Guineo Ecuctoriai.—Actualidad de los españoles
en la cultura de la RAU.—Vida hispanoafricana: “ Península: Ifni y Sahara, tie
rras de España.— La Asociacin Tcnica Internacional de MaderasTropicales
T.LB.T,), en Madrid0—Plazasde Soberanías: Visita Ceutael ministrodel Ejr
fo,— Ceuta: Noticiario,— MeUlla: Noticiario,— Guinea Ecuatorial: Guinea E—
cuatorial, la voz de la verdad.— Santa Isabelde FemandoPoo, en fiestas.—If
ni: fallecimiento del general Artalejo Campos,—Sahara: El generalAguila, hi
¡o adoptivo de Aain”.— lnformacin Africana: “Ya no hay tercer mundo.— —

Vuelta al horizonte Magrebit.—Complot en Guinea0—Escasaconfianza y una


nimidad en la aplicaci6n de sancionesa Rodesia.—Historiasde 30 días”.—Mun
do Islrmico: “ Turquía, el turquismoy la OTAN segn. el Gobierno Demirei—
Posible nueva orientacitn del rnunodrobe ante Alemania.—Sectasmusulmanas --

El bahaismo,—Historia de 30 das”.—Actividodcs comunistasen el mundoofroasi—


fico: “Africa y la accn del comunismo,— Formacn de’bgitadores”africanos —

en los paisescomunistas.— Noticiario Economico: Repercusionen Argelia del


envio do gas natural de Libia a Españao Italia.— Complejo industrial pesquero—
en Mauritania abastecidopor buquesespañoles”,

informacinComercialEspañola, Noviembrede 1965.—Entrodes presupuestos.—


Evolucin de los precios.—La situacin monetaria.—La coyunturaindustrial,—La
industria de la ccnstruccin.— Sector exterior.—Coyuntura econ6micainterna —

cional,— Resumen del plan nacional britnico0— La campañaexportadorade acei


tos de oliva en 1965.—Política selectiva para la producckn vitivinícola.— Fe
ria de muestrasde Zaragoza.—La feria del mueble de Valencia.

informacinComercialEspcñola,dciombre de 1965, nGm,974.—Conselo minis


terial do la OCDE.—Declaracfn de la Dclegacin Españolaen la reunin minis
ferial de la OCDE.—Comunicadofincl de la OCDE.—Entranen vigor los precios
de referencia para las naranjasy las mandarinasimportadasen los paísesde lo —

CEE.—Notas de la Semana:“ URSS:DficTt comercial.—El impactode la inver—


si6n extranjera.—RFA: Peticionessalariales.—El general De Gaulle, la CEEy el
Reino Unido.”

lnformacinComercialEspañola, diciembre de 1965, nim. 975.,—La inversiSn —

extran jera en 1965,—Mantenimientodel ritmo de expansin en España.—El pro


blema de la exportacin de naranjasal Mercado Común,—La nueva economía —

política en Bulgaría.—Aumentael tipo de descuentoen USA.— Francia contie


ne la inflaci&. R.U.: La tasode crecimiento.

lnformcicinComercialEspañola, diciembre de 1965, nGm,196,—Desarrolloy or


denaci6n territorial (IV ).— Zonas predominantesrurales,—Los paísesde la CEE
se decidenpor unapolítica que estimule las grandesconcentracionesindustria
les.— El crecimiento eccnmico de los paísesde la OCDE.—Resultadosdel plan
— 10 —

La EFTAy la CEE.
polaco 1961—1965.—

lnformacn ComercialEspañola, diciembre de 1965, nGm.977.—Importaciones,


desarrollo y estabilÍdad de a onomra española.— Ga!braith y la reservofede
raL— La agricultura y el tercer mundo.— Reino Unido: El mercadode trabalo .—
La crisis de la comonidad.

informaci&iComerckilEspañola, diciembre de 1965, nGm. 978.—La economía


española ante 1966.—La UNCTAD y los primerospasosde suscomisiones.— Creo
firmemente que es necesariogarantizar a la economfaespañolaun flujo libre de
importaciones.—Se ibora la ¡mportacin de papel.

lnformac&iComercialEspañola, enero 1966, núm. 979.— Estabilizar ente todo.


¿Qu ocurre con la agriculturd?._ El 96 % de las importacknes consfltuye un
elemento bsco para impulsarnuestrodesarrollo.—La OCDE y la eccnomfade
les EE.UU.—ia balanza de pagosbritnca.— EFT:Reducci6nde los aranceles.—
Reformadel acuerdo Monetario Europeo.

lnformaci6nComercialEspañola, Enerodo 1966, núm. 980,—La UNCTAD y los


primeros pasosde suscomisiones—El comercio europeoen 1965.— Francia y los
aranceles de la CEE.—Francia: Expansi& econmica,— El director del GATT y el
Kennedy Round.

Mundo, diciembre de 1965, nGm1335.—Otra crisis en el Congo.—Tribunadel


lector.— Francia participo en la conquistadel espacio.—Para los blancos, Rhode
sia es la joya de Africa.— Hoy, elecciones presidencialesen Francia.—DificuR
tades en la conferencia de la C.E.,A.— Vivienda y urbanismo.—El mundode la
hispañidad.—Pequeñahistoria de estosdfas.—La mujer en el mundo.

Mundo,diciembre do 1965, nm• 1336,— Situaci6n alucinante.—Tribunadel lec


ter.— Grecia: grave conf licto entre la Iglesia y el Estado.—Constitucionesde

los Estadossoberanos:Chile.— La Conferencia de la O.E.A. cludk los temas —

importantes.—Nuevasvictorias en la carrera dci espclcic.—Las eleccionespre


sidenciales en Francia,—Tendenciao la supronacionalidaden la C.E.E.—El mun
do de la hispanidad

Mundo, diciembre do 1965, nGm. 1337.—Otra vez en el borde.—Rhodesia,una


crisis africana.— La comisin de la CE.E. censurala ctitud de francia,— Casto
ll Branco, dispuestoa restablecer la normalidad.— Un “Libro Rolo” españolso
bre Gibraltar,— De Gaulle comparecehoy de nuevoante la opinn pbUca .—
Grado de infrautilizaci&, de la industria española.—Constitucionesde los esta
dos soEcranos:La Argentina.

Mundo,dic!embre de 1965, nni. 1338.— El encuentro espacial.—Acontecimien


tcs culminantesen 1965.— La mayor hazaña cicntffica de 1965.—De Gaulle cern
batido por los extremismos.—intrigas en la sombray luchassecretasen VlETNAt
—H

E! mundc de la hispanidad.—L mujer en el mundo.

Mundo, enero de 1966, nGm. 1339.- Ccnstitucknes de los estados soberanos:


Paraguay.— Acercamiento francogermano.— Nuevas inquietudes poUticas en —

la Argentina.—Caminos que han conducido a! drama do Rhodesia.— El mundo de


la hispanidad.— El “Testamento” de la C.E.C.A.— La muier en el mundo.

Mundo,enero de 1966, nGm. 1340.— Constituciones de los estadcs soberanos: U


ruguay.— Gestiones de paz.—Rhodesia pone en juego las relacicnes entre los
africanos y e! Occidente.— El mundode la hispanidad.— Guerra civil latente—
en la Rep6blica Dominicana.— Cambios significativos en el gobierno de ia U.R.
S.S.— Alcance de !a fusin de las comunidades europeas.— Resoluciones de la —

XX asamblea general do las Naciones Unidas.

Mundo, enero do 1966, nGm. 1341.— Constituciones de los estados soberanos :


BrasiL—Crfsis larvada en Italia,— Vietnam: Ofensiva de paz y preparativos mU
tares.— Smith precipito el riesgo de la lucha racial en Rhodesia.— Tecncratas
y polfticas en la Unn Sovitica.— “La triconflnenta!”, espectacular alarde
propagandrstico,— El mundo de la hispanidad.— La economra siderrgica espa—
ñcla en 1965.
ESTADCS UNIDOS
Army, diciembre de 1965.—El concepto del generalato esta anticuado?.—Dis
para a matar. (Basesde la seleccin de un arma).—Movilidad contra logrstica•—
Combate. (Reflexionessobre las sensacionesque produce).—Especializac;6n.(Ne
cesidad de esta en el persona! de combatey apoyo).—El manifiesto de Un Piao.
(Lugarteniente de Mao—Tse—Tung).— Rplica a Lin Piao.

MarineCorpsGazette, diciembre de 1965.—El Cuerpo de Infantería de Marino


y el Departamento de Defensa.—La orientaci6n personal en la propia carrera,—
Teoría del tema olvidado. (Los c!&icos de la historia militar ).— Lucha en Sara
wak.,—El Suboficial.— El tanque sueco “S—tank”,—Transportetctico rnotorizao,

MilitaryReview, noviembrede 1965.—Vras terrestres.—El prop6sito nacional •—


La experiencia en Taiwan.—Guerra.—FuerzasArmadasBritnicas.— Efectividad
de sistemas.—Por otras razones.—La crisis en el Congo.—Teoría política.— Polex.
Un solo pensamientooriginaL— La naturaleza do la estrategia.—Leccionesdel —

pasado.—Sistemaeducativo.—Asesorandoa! asesor.—Notas militares.

NationalGeographic,. diciembre de 1965, nrn 6.— El ‘Finisterr&’ recorre las


islas Windward en el mar Caribe.—Nuevosdescubrimientosentre los chimpancs
de Africa.— La tierra de Galilea.— Losdoctorescon aletas de las profundidades
marinas. (Labrojçjes dimidiatus o “doncellas de! Pacífico). Veo Amrica ante

todo. (Diario de Lynda Bird Johnson, hija del Presidente,durante su viaje por
los EstadosUnidos, siguiendo el slogan turístico por su padre para reducir e! tu
rismo hacia el extraniero).
— 12—

LJ.S..News&WorldReport,diciembre de 1965..—Bombardeode castigo en el Viet


narn— El munoden confusi6n.—4500 miflas de peligrosa friccin (entre Rusia y
China ).,— El ejrcto ofrece puestoso los universitarios (USA).— Ctros 10 parses
que pueden hacer bombasnucleares.— Historia extraña deducidade los precios—
en los USA.,—Dificultades de imponer las leyes de derechoscivfles (USA).—Pro
blemas y planesde LBJ al comenzarsu tercer año como Presidente.— Posible cam
paño contra la pomografta (USA),—Losviales de los miembrosdel Consejoamen
cano por todo el mundo(USA).—ios descubrimientoscientfficos, compensanel
gasto de miles de millones ? (USA).—Escasezde dentistas (USA)..— Las investigo
clones federales sobre la compañfaamericanade telfonos y telegramas(USA)
La semanalaboral : compensoeconmicamente trabajar para el gobierno’? .USA.
Distnibuci6n de los excedentesagrfcolas (USA).—Españada la bienvenida a las
¡nversionesde los USA.

U.S.News&WorlReport, diciembre de 1965.—Incrementodel alistamiento en


los USA..—La lucha en ci Vietnam se hace rns dura.—La baseespacial militar.
nforrne sobro una basegigantesca, VondenbergAFB) .— Las impurezasen los
grandes lagos.—Medidas a tornar.—La verdad sobreel avance negro en los USA.
Corno ven el año financiero los banqueros..
— Leccin de los apagones. El proble
ma de una red nacional de electricidad.

U.S.News&WorldReport, 20 de diciembre de 1965.—Los acontecimientos —

cercan a Johnson.,— Se extiende la guerra en Asia para USA?.— Se har6 De


Gaulle m& blondo ?.— El propsito alemn: estrecharlos lazos con USA (De
claraciones de Erhard)..— Lo que significa el costesuperior de los pFestamos .—
Consultorio sobre el servicio scnircrio.—Cambiosen la vida de los catlicos.,—
Informe oficial de los disturbios raciales de los Angeles.—Roduccin en los —
grandes bombarderos.Efecto sobre la defensade los USA.—Comentariofran —
cs de la posicin americano en Europay Asia (por el General Gallois ).— —
Hacia el caos en Africa?.— El misterio de los billetes de 100 dIares.(Razo
ries de su acundancia en Jacirculacucn monetaria),

U.S.Newus&WorldReport, 27 de diciembre de 1965.—El triunfo del Gmi —


nis. Cu61ser el pasosiguiente?.— Qu piden y ofrecen los dirigentes rnundia
les que visitan a L.B,J.— Cuandc USA pide ayuda a los aliados.—La opini6n —
actual del mundosobre L.B.J.— La disputa bombarderoscontra misiles.—Les —
planes USA para conquistar la Luna.—El gran obst&ulo en la guerradel ‘iet—
nam.,—Cmo saqueoRusiaa susaliados.—Sequfa en el Estee inundacionesen
el Ceste (USA),—Razonesde la extraña situacin atmosfrica,.—Dificultades
en el plan de especializacin de promocin laboral.—Ctra calamidad. Hambre
en la India.

U.S.News&WorldReport, 3 de enerode 1966.—Las exigenciasde la guerra.


‘Vietnam.— Subirn los impuestos?USA.—Una crisis a la puerta do USA, que
nc desapcrecer (SantoDomingo).—Paramantenerla paz.—El soldadoamen—
— 13 —

cano presta servicios en todo e! munod0—Informe de los representantes del con —


greso sobreel Vietnam.—Un aviso prcftico en 1956sobre la guerra en Asia.—El
comunismo se enfrento con un futuro nebuloso,— Siete años m& de mandato para
DeGaulle— Examen do un santuario rojo (Camboya y su frontera permeable a
la ayuda comunista ).— Dificultades para ingresar en un centro de segunda ense
ñanza USA El premio científico do! siglo. Por qu lo desean 43 estados USA.
(Un reactor nuclear de 350 millones de dlares ).— Cmo se distribuyeron los in
gresos y gastos en los USA durante 1965.

U.S.Nows&WorldReport, 10 de enero de 1966.— 1966. Año decisivo. (USA).


Decisiones sobre guerra, impuestos, controles, sequía, “boom” comercial.— El
mundo rojo contra Occidente.— Cual es rns fuerte?.— El Jefe de movilzacin
expone sus planes (USA).- Se recuperaran los republicanos en el 66? Hasta —
qupuntc?.-Cambios en la pobkcin USA (Resumen de sus tendencias y proble
maz ).— Lo que L.B.J. puede esperar ahora del Congreso.— Opini&i de 13 desta
codos economistas sobre las perspectivas econmTcas USA.—Los negocios en el —
extranjero. 1966, otro buen año, para algunos.

UnitedStatesNavqllnsttuteProcodings, diciembre de 1965.—Las fuerzas do de


fensa del Japn.— Diario dominicano,— Ñocesidad del servicio de Oficiales de
ingeniería en la contruccin naval.— La obra maestra de !sherwood (Estudio his
t&ico sobre este ingeniero naval ). — El yate “Fecirlers” en la Regata BuenosAi
res—Ríode Janeiro.— Problemas de categoría de personal metrlogo de la man
USA.—Desde la oscuridad (Relato de guerra naval ).—Yokosuka 1865—1965—
(Reportage retrospectivo con motivo del centenario de este astillero japons).

FRANCIA

Air&Cosmos, 4 de diciembre de 1965, nm. 129.—La gran prueba americana —


(La experiencia de los Gminis VI y VII).— El diornant: la Gnesis.— Esquema
de su puesta en rbita.— Cooperadores.

L1Arme, noviembre de 1965, nGm, 52.—C&no sostener las Fuerzas de la D.O.


T.—Logistica aplicada a una zona de resistencia militar.— lnterpretaci6n inter—
ejrcitos de fotogrcfíasa&ecs.— Unidad de los principios y mtodos de interpre
tacion.— Proparacion iisica de los Oficiales.— E! Eiercito francos y la lnnere —
Fihrung” (Estructura y conducta interna del nuevo ejrcito alemn ).— La ¡or
nada continGa. Argumentos en pro y en contra de un horario continuo co
ya en las bases cireas, en la ¡ornada de trabajo del oj&cito de tierra.— Las tro
pos aerotransportadas en un conflicto nuclear. (Diario do una intervoncin ma
ginaria de una unidad aerotransportada en un conflicto nuclear futuro dentro —
del teatro de Europa Occidental ).— Las pilas do combustible. Produccn de —
corriente elctrica por pilas do combustible en los transportes.— Las modernas —
ga1rfas de tiro.— Carros de combate y cañones de asalto y anti—carros.
L1Arme, diciembre de l965,- Potencial y política de empleode los carrosde
combate.— Reflexiones sobre la “prospective”.—Lo obra empiezapor ci zapador
(Sobre la labor de los ingenieros mlitares en la .construcci6n de carreteras y ci
mentacn de obras pesadas ).— El Africa negra y el marxismo.—El Ejr .ito fran
cs y el sistema del Ejrcito alernn (Un nuevo sentido de la disciplina, la ins
truccin y la organizacin ).— El mtodo de raciocinio tctico aplicado a un cc
so concreto de industrias civiles (El almacenamiento y dstribucin logística del
material pesado y voluminoso do las galerías Lafayette).— Los jvenes y las dis
ciplina militar.— Nuevos uniformes del Ejrcito de Tierra.— El nuevo fusil fran —

cs FR—Fi.— Artillería mecanizada.— El ao 1945 (Recuerdos del Mariscal Ko —

niev).

RevuedeDfenseNationale, diciembre de i%5.— Cuarenta meses de relaciones


franco—argelinas.— Las posiciones se precisan en el sudeste asitico.— La Marina
y las bases segunda parte (Francio ).— Álemania busca una política.— El Comer

cia de las ideas y de los procedimientos.— El lugar de Pekin en el conjunto del


campo socialista.— Idea sobre el arte militar.— La política exterior de la RAU .—
Los recursos potenciales del Ccano.— La desco lonizacin sudafricana.— Signifi
cacin política del desarrollo separado.— Política y diplomacia.— Hacia la arr
quia nuclear?.— Actualidad economica. Las reformas economicas de la URSS .
Ciencia y tcntca —Generadores de potencia dbiI.—A travs de las revistas —
Francia sin la CTAN.—A travs de los libros Ensayo sobre la Argentina.

RevuedeDfenseNationale, enero de 1966.—El presupuesto de los Ercitos pa


ra 1966 (Francia ).— El puesto de Pekin en el conjunto del campo socialistci.— —

El programa “Diamant” (Francia )— E! problema rodosiono.— El Criente Medio y


Africa.— El conflicto indo—pakistaní.—La crisis del Vietnam y el dilema nuclear
Vietnam USA.— Pitas de combustible.

LoRevueMadtime, diciembre de 1965, núm. 227.— Relato de un viaje de vuel—


ta.( Desde USA a Thailandia ).-Aspectos actuales de las amenazas arec y sub
marina.— La matanza de Fort Dauphin ( 1674 ).— La Mcrina Mercante francesa.

Marina y marinos de antc?o. (Recuerdos del Almirante Daveluy.

RevueMilitaireGnra!e, dkiombre de 1965.—Tendencias y realizaciones mili


tares en polftica espacicl. La unidad europea, fuente de independencia comGn
de los países de Europa.—Cultura y mando.— Comunismo contra comunismo. (Las
divergencias entre Rusia y China, problema hist&ico, idoolgicc y econ6mico ).—
La vocacin militar.— Revoluci6n para la exportacn: el papel del PLA (Ej&ci—
to de Liberacn Nacional ).— Sobre ci sistema defensivo suizo.— El carro de ccm
bate en la guerra moderna.

Forces Ariennes Françaises, diciembre de 1965, nGrn. 220.— E! Centro Nacional


de Estudios Espaciales.— Como alunizar •— La propulsionelectruca, tecnica del
porvenir para los vehiculos espaciales.— El esfuerzo espacial britanico.— Sateli —
— 15 —

tes y comunicacknes.— Problemas y tcnicas de la radio—astronomra. El observa—


tono do rcdio—astronomtade Nancay.—Transmisin de banda lateral Gnica.—Las
nuevas ensoanzcs de la fotograffa area.— El adiosa las alas (continuacin) La
escuadrila A.R.272 en Alsacia, (Mayo—septiembre de 1918).—La aventura espa
cid y su situacin actual.

ForcesArionnesFrcnçaises, enero de 1966, núm, 22h— Francia y la disuasin.


E! colegid Guynerner.—La vocacin area de Camerún.—La nuevaadministracfl
de las basesacreas.—El adios a las alcs (Continuacin) — La escuadrilla A.R.272
en Verdun.—El armisticio de Lorraine.

Stratgie, cuarto trimestre de 1965,—Del mtodo.— Reflexionessicolgicas sobre


la evoluci6n de las doctrinas estrotgiccis.— La crrsisde 1945— Una situaci& —
estratgico—poUtca.— La evoluci& de las relaciones chtno—sç)vificas_--Stua—
cian actual de la NATO.

1 N G L A T E R RA

Survival, diciembre de 1965, nri 9.—La poUtica nuclear de Suecia.—LosCon


servadoresy la defensanacional.— PolÇticaexterior de China Comunista.— La
actitud japonesahack China.—RebusSic Stantbus, (El crecimiento del pode —
rfo alemn aconseja la ¡ntegrcc!n europea).— Control de armasnucleares.

N.t.TO

Nouvollosdel’OTAN, diciembre de 1965, nGm, 12,—El espfritu de la Alianza.


(Discurso del Secretario General en la 11 sesin anual de la Conferencia de par
lamentarlas do la NATO en Nueva York ).— 11 sesin anual de la Conferencia —
de Parlamentariosde la NATO.— La “C11de la NATO.—(Disposicionessobre la
Organizacin de la NATO ).— El Ejercicio “Deep Furrow’ —Defensaeficaz de —
Grecia y Turqufa.

NouvellesdelOTAN, enerode 1966, nGm. 1.—Homenajede la OTAN a la m


moila de Lord ismay.—Infraestructura —Instalacionesdefensivasdel OTAN en —
Noruega.— El papel de Islandia en el Mundo.—Resumensobreel mandoaliado de
la Mancha.—Reunin ministerial de la OTAN. Partsdkiambre de 1965.—Docu—
mentacin: Informede la UEC sobre la OTAN. Declaracionesdel Canciller —
Erhcrd.

S U 1Z A

RevueMilitaireSuisse, diciembre de 1965, núm. 12.—Dostransposicionescrono


— 16 —

lgicas de la ruptura alsur de Pronne.— La estructurajurtdica de la Alianza Atln


tice.— Combateretrasado y contraataquede tropas mecanizadas.— La ocupaci6n —

miUtar duranteks hostilidades.—La evclucin del material de la Infanterra me —

canizada.— Un reportaje sobreel ejrcito austriaco.

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CCTUBREAFINDEDICIEMBREDE 1965.

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Sociology: a Sistemafic IntroducHon Johnson, Harry M.
La t/rine AUemane(Dans la Seconde Guerre —
Mondiole 1939—45) Joucn, R.
Sociologie du Communisme.. . .. Monneror,Jules
National Aeronautics ard Space Adrninistaticn
.( JuRo 1962 a Junio 1964, 5 nrneros) N.A.S.A.
Rdiological Defense. Volumen 1 y U ....... Navy Departments
Social Psichology Newcomb, TheodoreM.
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Research Methods in Social Reiatons Selitiz, Claire
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