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Cultiva La Presencia de Dios

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Cultiva la presencia de Dios

La semana pasada comenzamos una nueve serie de predicaciones llamada “practicando


una fe sencilla”. Carlos nos introdujo la semana pasada que no entendíamos “sencilla”
como fácil, ligera, sino el propósito para el cual nos fue dada esta fe y como de un
momento a otro nuestra fe se puede convertir en una fe complicada y abarrotada de
quehaceres y olvidar su uso fácilmente. También nos compartió que está fe sencilla está
enraizada en la Escritura. Es la Biblia la fuente principal que Dios nos dio para
hablarnos y fortalecer nuestra vida; una escritura completa, suficiente, probada a través
de todos los tiempos, la cual nos presenta el mayor regalo de Dios para el mundo
JESÙS, su persona entre nosotros, autor y consumador de la fe.

En esta ocasión, vamos a hablar de una característica más de esa fe sencilla y es que esta
“cultiva la presencia de Dios”. ¿Qué entiendes tú por esto de cultivar la presencia de
Dios?

Por qué no vamos a Lucas 10:38-42 qué nos puede decir la Escritura acerca de cómo
cultivar la presencia de Dios.

ORAR
Padre, queremos agradecerte por tu Palabra, ponerla en nuestros oídos y darnos esa
gracia de escucharte. Quiero rogarte Señor que pongas en orden nuestra vida, tan
llena de cosas por hacer, tan ensimismada y aturdida por el diario vivir. Permítenos
hoy ser oidores que te obedecen, dispuestos a hacer ajustes porque saben que su
principal necesidad eres Tú. Así queremos honrarte esta noche y por siempre en
nuestras vidas. Amen.

1. lo primero que podemos observar es que la presencia de Jesús es recibida en casa.

Una de las cosas más sorprendentes del Evangelio, es que Dios, el propio creador del
universo, cuyos cielos cuentan su gloria, quien sacó a Israel de Egipto con grandes
señales y prodigios decide revelarse a la humanidad en la forma menos esperada.
Sorprendente no es solo que decida hacerse hombre y habitar entre nosotros.
Esperaríamos que el lugar donde Dios decide estar es en grandes templos, o sentado con
los mejores teólogos y maestros, o grandes líderes de la iglesia, o en la congregación
con la mejor predicación o el mejor grupo musical de adoración, no. Él decidió visitar y
andar con gente común y de a pie. Es más, el evangelio de Lucas hace un especial
énfasis en Jesús y su preocupación por la gente más ordinaria y menos valorada, pobres,
enfermos, extranjeros, niños y mujeres, viudas, pecadores. Un Jesús que agradece – en
este mismo capítulo 10- a Dios por no revelarse a sabios y a entendidos sino a quienes
son como niños, dependientes y frágiles y justo antes de este episodio-en la parábola del
buen samaritano - que nuestro prójimo es cualquiera que no importando, su condición o
estrato social, religión o educación nos ofrece misericordia.

Dios encarnado habita entr

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