Anthroposentido 4 V.2
Anthroposentido 4 V.2
Anthroposentido 4 V.2
Anthroposentido
Centro Federado de la Escuela Profesional de Antropología de la UNSAAC
Av. De la Cultura N° 733, Cusco-Perú
u.anthroposentido@gmail.com
Directora
Marelin Candia Perez
Editor
Royer Capcha Quejias
Equipo Editorial
Eric arenas sotelo
Carlos Champi Soto
Rudyard Tarco Palomino
Miriam D. Quispe Montañez
Angela F. Delgado Gutiérrez
Angela L. Choccata Ccahuana
Consejo Asesor
Ralph Bolton
Rodolfo Sánchez Garrafa
Vicente Torres Lezama
«“Que los jóvenes no se la crean (…) Me parece que es
una apuesta fallida creer que todo se acaba acá. Hay
realidad más allá de la realidad (…) ¡Tiene que haber
otra manera de ser humanidad!»
Editorial
nos apoyan para que esta revista siga en pie y continúe en su labor
de publicar y ser puente entre los investigadores y el público en ge-
neral. Reconocer de manera particular a los miembros de nuestro
Consejo Asesor Dr. Ralph Bolton, Dr. Rodolfo Sánchez Gárrafa y el
Dr. Vicente Torres Lezama, a los docentes y el Centro Federado de
nuestra Escuela Profesional de Antropología de la UNSAAC. Pero
quienes mantienen esta revista viva, a pesar de cualquier obstácu-
lo, son los propios estudiantes que con sus inquietudes y abierta
disposición de apoyar hacen que cada esfuerzo valga la pena en
el camino duro, pero a la vez satisfactoria de promover la publica-
ción científica desde y para el desarrollo de las Ciencias Sociales.
9
10
Revista Anthroposentido
Resumen
11
los nuevos procesos de articulación del mundo andino al país y a
la economía globalizada, a partir de una concepción cultural que
vincula el mundo de los hombres con el mundo de la naturaleza y
los dioses.
Abstract
This article analyzes a ritual that takes place in the Andes, the
Takanakuy, which means “fight each other” in quechua. This co-
llective public ritual consists of a series of fights where the fighters
exchanged heavy blows. Their role is important in maintaining
social order, in a context of weak articulation of Andean commu-
nities with the Peruvian State. In addition, to keep a balance be-
tween the actions of men and nature, the Pachamama. In agrarian
societies in the Andean region of Perú, once the annual agricul-
tural cycle that gave food to humans concluded, the Pachamama
demands blood in return, and once satisfied, you can begin the
new agricultural cycle. After the winter solstice hit men punching
and kicking, in honor of image of Saint Anne, until because of the
blows inflicted, shed their blood on the face of the earth. The ritual
of takanakuy is interpreted as a “social drama”, in which the com-
munity reaffirms its identity while negotiating its participation in
the new processes of articulation of the Andean world to the coun-
try and the global economy, from a cultural conception that links
the world of men to the world of nature and the gods.
12
Revista Anthroposentido
Introducción
2 El púbico asiste en forma masiva por ser espectáculo al aire libre, desean saber quién
peleará con quien, por qué motivos y quienes resultarán vencedores.
14
Revista Anthroposentido
3 Los estudios indican que el término waylía proviene de haylli que en tiempos prehispá-
nicos significaba “himno o canto de triunfo, después de ganar una batalla”, hoy sostengo
que haylli significa “viva”. En los rituales de las peleas el verso “waylia, hia waylia waylia”
son interjecciones que expresan alegría por el nacimiento de Jesús y por ende los hijos
que tendrán las parejas en su vida matrimonial o de convivencia. Pero al mismo tiempo
los hombres del ande, invocan la fertilidad de los campos y la procreación de los anima-
les domésticos y los mismos seres humanos. Mediante el ritual festivo de Ccoyo, se pide
permiso a las fuerzas de la naturaleza y, por ende, a las divinidades andinas para volver a
sembrar las semillas de papa, haba y maíz en la próxima campaña agrícola.
15
“Se dice que hace un cierto tiempo atrás, llego un cura a la parroquia
de Ccoyo, traía consigo una pequeña imagen de la Virgen de Santa
Ana. Al conocer de la celebración de las fiestas del Takanakuy, este
cura empezó a concientizar a los pobladores que estas costumbres
no eran bien vistas por Jesucristo y su mamá la virgen de Santa Ana.
Al observar que la gente no le hacía caso, un día decidió retirarse con
su pequeña imagen a Santo Tomás”. (Gustavo Arias, 2003: 13-14).
16
Revista Anthroposentido
“En 1581, durante el gobierno del VI Virrey del Perú, don Martín
Enríquez de Almanza, el corregimiento de Chumbivilcas, tenía los
siguientes repartimientos: el repartimiento de Llusco, Aimaraes
de Huarina y Maras; el repartimiento de Ccapacmarca; el reparti-
miento de Alca; el repartimiento de Achambi; el repartimiento de
Cotahuasi; el repartimiento de Velille; el repartimiento de Livitaca;
el repartimiento de Corapata, Colquemarca e Hilatas”. (Gobierno Re-
gional Cusco, 2010:37).
17
timiento de Livitaca4; el repartimiento de Carotapa; el repartimiento
de Lapay; el repartimiento de Achambi”. (Gobierno Regional Cusco,
2010:37).
Objetivos
4 Los nombres de las comunidades y distritos subrayados, son lugares en los que se reali-
zan estas contiendas y en diferentes fechas.
18
Revista Anthroposentido
yendo en camioneta. Hace tan solo diez años que se inauguró una
carretera de interconexión. Pero antes que haya esta red de carre-
teras, la situación de trasladarse desde la comunidad a la capital
provincial era agobiante; las distancias en la accidentada geogra-
fía de los Andes, no podían medirse en kilómetros, sino en tiempo
y esfuerzo.
5 Para este autor, la categoría drama social es una puesta en escena de “emociones, intere-
ses, valores y actitudes” en contextos sociales.
19
En las comunidades campesinas de los andes del sur, en circuns-
tancias críticas, es común escuchar amenazas como la siguiente:
“ingresa nomas a mi casa sin mi autorización… te voy a matar ca-
rajo, y en tu cráneo voy a tomar chicha”6. Lo dicen a modo de bro-
ma, pero hay algo de verdad, lo que indica que, como cualquier
grupo humano, son violentos y agresivos, siempre y cuando se en-
faden. Si no fuese por el ritual, los actos de violencia serian incon-
trolables en una pelea de todos contra todos, “felizmente existen
estas costumbres”, afirman los comuneros.
Metodología
Cada visita realizada, era tan solo de unos cuantos días, pero la
continuidad en el seguimiento de estas celebraciones a lo largo
de varios años, me ha permitido realizar una aproximación que
va más allá de las descripciones puntuales. Años más tarde hice
otro desplazamiento con dos semanas de anticipación del ritual.
6 En la página llamado “el rincón del vago”, encontré unos versos de una canción inca gue-
rrera, que, según la chilena Marcela Paz Muñoz, es la siguiente: “de su piel haremos un
tambor/beberemos chicha en el cráneo del traidor/y con sus dientes haremos un collar/
de sus huesos haremos flautas”.
7 Véase el volumen editado por Kemper y Peterson (2010): Crónicas culturales. Investiga-
ciones de campo de largo plazo en antropología. México, D.F. Universidad Iberoamerica-
na y CIESAS.
8 Mi trabajo como docente de Antropología en la Universidad Nacional de San Antonio
Abad del Cusco, me ha dificultado estancias de más duración en el campo. Como tantas
otras veces en los trabajos etnográficos el acercamiento metodológico obedece a razones
prácticas. Este es uno de los imponderables de los trabajos de campo, limitados no sólo
en cuanto al mismo campo, sino por las constricciones de las instituciones en las que
trabajamos.
20
Revista Anthroposentido
22
Revista Anthroposentido
Análisis y discusión
23
como seguiremos tratando con la parte de los Wankawillkas y de los
Pokras de Huancavelica y de Ayacucho. (Arroyo Sabino, 2006: 308-
309).
Para que la vida siga siendo posible en los andes, los hombres
dicen sentirse “obligados” a realizar pagos o retribuciones a los
dioses andinos, que consisten en alimentos de tipo ritual acom-
pañados de rezos y plegarias. La sangre derramada y las peleas y
ritos realizados en honor a la Pachamama, servirán de “pago” a la
misma por todos los beneficios recibidos de ésta a lo largo del año.
Santa Ana es tanto la patrona de los mineros como de las mujeres
parturientas; y por tanto, está relacionada con la reproducción so-
cial, como con los cambios económicos y de prestigio social. La
minería ya no es una actividad realizada a pequeña escala, ahora
es una actividad liderada por grandes empresas multinacionales
que generan empleos, con salarios relativamente elevados en el
contexto nacional.
26
Revista Anthroposentido
27
cuentra en situación de sostenerse en esa posición año tras año;
sin recursos suficientes, depende del apoyo de otras personas de
su grupo.
15 Esta presencia se hace bien visible en las fiestas, por la creciente presencia de hombres
ataviados de impermeables de color anaranjado y amarillo de los mineros.
16 Como ha mostrado la antropología económica dar, recibir, pedir, endeudarse, devolver lo
pedido ayuda a tupir el tejido de las relaciones sociales existentes, a la vez que crea otras
nuevas, las pone en valor.
28
Revista Anthroposentido
29
El takanakuy es un ritual que como los carnavales vive un tiempo
particular, que pone en suspenso el tiempo normal de los hom-
bres, de las sociedades. Da vida a un espacio liminal (Turner, 1982).
Los espacios liminales, son por definición espacios ambiguos que
escapan del sistema de clasificación que normalmente establecen
las situaciones y posiciones en el espacio cultural. Las posiciones
que normalmente rigen la vida de Ccoyo, desde un punto de vista
político-administrativo hablan de una jerarquía vertical que parte
del Estado peruano, atraviesa el departamento de Cusco, la provin-
cia de Chumbivilcas y acaba en Ccoyo. Cada hombre y cada mujer
tienen un lugar en él19. Las dos clasificaciones se basan en el mis-
mo principio. La constitución del mundo moderno dio la prima-
cía clasificatoria a la estructura del Estado nacional, y ha colocado
todas las demás órdenes en relación a esta clasificación escalar.
Lo local queda en el extremo inferior, el Estado y lo global en el ex-
tremo superior. La hegemonía del Estado y su racionalidad políti-
ca-administrativa desplazó las otras órdenes de significación, para
subordinarlos. Según esta lógica, la espiritualidad y la religión co-
rresponden al orden de lo individual, o al orden de lo cósmico o
lo idolátrico, siempre como no-racional. Otras órdenes, como las
referidas a los sistemas de salud pre modernos fueron relegadas a
la superstición.
En las peleas están presentes los grupos a los que pertenecen los
danzantes sean los de arriba o los de abajo (dualidad andina de
división del espacio territorial), aquellos que poseen tierras con
riego y los que carecen. Como se trata de rituales en los cuales se
enfrentan por los problemas que hemos citado más arriba, ganan
o pierden las peleas indistintamente pertenezcan a uno u otro gru-
po, al final todos quedan en paz. Lo importante, participaron en el
sino que se pueden dar al mismo tiempo. Esta contradicción alimentó durante mucho
tiempo el debate sobre el sistema de cargos en Mesoamérica (Chance y Taylor, 1985) y en
los Andes (Pérez Galán, 2003, 18-21).
19 Esa jerarquía se mueve en un espacio/tiempo determinado relacionado con la cartogra-
fía del mundo como una esfera, y con el tiempo del reloj (otra esfera que acostumbrába-
mos a llevar en la muñeca del brazo).
30
Revista Anthroposentido
31
Con el takanakuy, el pueblo a su modo “administra” la justicia que
espera alcanzar21. Y esa justicia no se limita al orden de los hom-
bres al ejercerse bajo la mirada de Santa Ana, está protegida por
una cobertura en cierto modo sagrada22.
21 Puede haber otras formas de sancionar como la expulsión, inmersiones en agua fría, etc.
Las rondas campesinas en el distrito de Ocongate en la década de los 90, tenían experien-
cias al respecto de cómo sancionar a los ladrones de ganado. Solían ser efectivas. Dichas
sanciones eran el juzgamiento de los asambleístas en lugares altos y equidistantes de las
comunidades, generalmente a orillas de una laguna. Los castigos físicos consistían en
obligarlos a permanecer arrodillados con dos piedras en cada mano durante una hora
aproximadamente. Hacer ejercicios físicos de tipo militar, “ranas”, “canguros” y “lagarti-
jas”. También las inmersiones en agua fría, con una soga atada a la cintura, etc.
22 Siguiendo la inspiración de Durkheim, diremos que también el derecho estatal, es sagra-
do en cada estado; aunque se trate de una sacralidad laica.
23 Mi concepción de identidad le debe mucho al planteamiento de Frederick Barth, en su
estudio clásico, Los grupos étnicos y sus fronteras, México, FCE.
24 El término transculturación se generó en el terreno de la antropología a partir del año
1940; el concepto lo ideó Fernando Ortiz con el fin de clasificar el estudio del contacto
cultural entre grupos socioculturales diferentes. Ortiz propuso la adopción de este térmi-
no para reemplazar los conceptos aculturación y desculturación que describían la trans-
ferencia de cultura realizada de una manera reduccionista, imaginada desde la matriz de
los intereses de la metrópoli.
25 Canclini, García, Néstor (1989). Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la mo-
dernidad. México: Grijalbo.
32
Revista Anthroposentido
26 En la primera fase, la ruptura, una norma social es incumplida por una persona o un
sub-grupo, en la raíz de la generación del conflicto; la fase de crisis, que sigue a la ruptura
de la norma, representa el momento de confrontación entre las partes enfrentadas, evi-
denciando la contraposición de intereses y ambiciones entre los sub-grupos. Por medio
de la acción reparadora, en la siguiente fase, se insertan una serie de acciones públicas de
ajuste orientadas a superar la crisis en el grupo. Las acciones son emprendidas de manera
consensuada por quien, en dicho grupo, detenta una posición como una autoridad políti-
ca o moral públicamente reconocida. Finalmente, la reintegración, fase donde se produ-
ce la restauración de la armonía social por medio de la reinserción de la parte provocado-
ra de la crisis (o, en caso contrario, explicitación de la imposibilidad de una reintegración,
con consecuente separación irreversible de las partes enfrentadas) (Turner, 1982:71).
33
mercio y otras27, a las que otorga un papel en el orden social natu-
ralizándolas como fuentes que posibilitan el desarrollo del ritual y
su reproducción en el tiempo. Es por eso que cada takanakuy no es
una obra de teatro repetida cada año, sino un drama social siem-
pre renovado que pone en valor las dinámicas sociales internas,
y también los cambios en la articulación de la comunidad con el
mundo exterior. Necesitamos una forma de entender estos ritua-
les, lejos de nuestras concepciones tradicionalistas, y su oposición
a la modernidad, porque en lugar de contribuir a la reproducción
de la comunidad como algo esencial, y ya constituido, estos ritua-
les permiten introducir la idea de la producción permanente de
las comunidades a la luz de nuevos procesos de articulación de la
comunidad con el exterior y sus efectos o impactos sobre sus diná-
micas sociales internas.
27 Estas otras, incluyen a extranjeros afincados largo tiempo en las comunidades, y que son
aceptados como cargontas.
28 El término “etnogénesis” fue utilizado por Gerald Sieder (1976) en el contexto de opo-
sición al “etnocidio”. Yo lo tomo del trabajo de Joao Pacheco de Oliveira (2004) donde él
reflexiona acerca de la emergencia de comunidades indígenas en el sertão brasileño, una
región donde en teoría las comunidades indígenas habían dejado de serlo, en un contex-
to de impulso moderno.
34
Revista Anthroposentido
35
ricas y climatológicas en esta región son muy duras. La gente de
las comunidades andinas inserta en este inclemente mundo rural
y agrario, pide por esos días, a través de los rituales que realizan,
que se produzcan las lluvias necesarias y que sean oportunas para
el buen desarrollo de sus cultivos. Invocan con mucha devoción
y fe a Jesús, a la virgen María, a la madre de ésta, Santa Ana, y a
los santos y a sus divinidades andinas como la Pachamama y los
Apus, para que continúen obrando milagros en beneficio de los
hombres.
Es necesario recordar que Santa Ana fue impuesta por los sacer-
dotes católicos en la época colonial, para erradicar costumbres y
antiguas creencias reemplazando, como lugares de culto, a las an-
tiguas wakas31. Obviamente, el lugar donde hoy está instalada la
capilla de Santa Ana era un lugar sagrado en el que veneraban una
waka. De ahí la simbología de la piedra que los pobladores afir-
man que Santa Ana la tiene en la mano. Los golpes que “se dan y
reciben” en el ritual del takanakuy son como si cada uno de ellos
recibieran pedradas con estoicismo.
Conclusiones
31 En los andes, la naturaleza espiritual de la sociedad inca, hacía que las prácticas ritua-
les a las divinidades del sol, la luna y otras se produjeran con una gran intensidad y por
ello, fueron calificadas por los conquistadores como prácticas idolátricas y paganas. Para
erradicarlas, los españoles impusieron las imágenes de los santos: San Andrés de Checca,
san Sebastián, la virgen Inmaculada Concepción, el Señor de la Exaltación, Santa Ana,
etc. Santos y vírgenes que, con el paso del tiempo, se fueron mitificando y perdiendo su
peculiaridad, de manera que ni los mismos actores sociales, saben con certeza el origen.
36
Revista Anthroposentido
38
Revista Anthroposentido
39
Figura 6. Otros detalles de las peleas
Figura 7. El objetivo es quedar bien ante el público, sobre todo que las
peleas sean limpias.
40
Revista Anthroposentido
Bibliografía
Barth, F. (s/f). Los grupos étnicos y sus fronteras. México: FCE in-
troducción
artículos.
No.22.pdf
http://www.extension.edu.uy/sites/extension.edu.uy/files/bre-
ve_historia_del_neo
liberalismo._harvey.pdf
42
Revista Anthroposentido
43
Pacheco J. (s/f). ¿Una etnología de los indios misturados? Identi-
dades étnicas y Territorialización
en el Nordeste de Brasil.
http://www.ciesas.edu.mx/desacatos/33%20Indexado/sabe-
res_1.pdf
44
Revista Anthroposentido
Martín Buber
Resumen
45
mas de fondo que pueden bien ser experiencias compartidas por
los latinoamericanos –y sociedades comunes a la colonización por
occidente–. Las interrogantes tales como: qué somos, qué estamos
siendo son el hilo director del texto, cuyos efectos son una suerte
de afán en la reflexión y el cuestionamiento ante el existir, ante el
vivir continuo no únicamente del México de Paz, sino además de
las sociedades fruto de la experiencia indígena y de la coloniza-
ción europea.
46
Revista Anthroposentido
47
hace nuestra búsqueda entre una atmósfera española, una atmós-
fera de modernidad y los remanentes de lo que fueron las culturas
antes de la llegada española. Luego, este escenario hace más difí-
cil la comprensión de la mexicanidad como un todo coherente, y,
aunque este acercamiento a la comprensión de un nosotros frente
a los otros sea una experiencia inacabable, una experiencia her-
menéutica que nos propone la inconmensurabilidad del ser; aún
así, Octavio Paz desliza lógicas que están en esa realidad manifies-
ta de México y con ella situarnos diferenciadamente de este alcan-
ce del discurso positivo, de la cultura estadounidense y europea.
48
Revista Anthroposentido
49
mexicanos, pues, “la oposición entre muerte y vida no era tan ab-
soluta como para nosotros. La vida se prolongaba en la muerte. Y
a la inversa. La muerte no era el fin natural de la vida, sino fase de
un ciclo infinito” (Paz, 1993, pág. 59).
52
Revista Anthroposentido
37 Las siguientes citas de Octavio Paz, de su texto El laberinto de la soledad. Postdata. Vuelta
a El laberinto de la soledad no se presentan como en la secuencia del libro, así las mencio-
nes están dispuestas indistintamente.
53
trañamente fascinado por los españoles y experimenta ante ellos un
vértigo que no es exagerado llamar sagrado (…)? Los dioses lo han
abandonado. (…) ningún otro pueblo se ha sentido tan totalmente
desamparado como se sintió la nación azteca ante los avisos, profe-
cías y signos que anunciaron su caída. Se corre el riesgo de no com-
prender el sentido que tenían esos signos y profecías para los indios
si se olvida su concepción cíclica del tiempo. Según ocurre con mu-
chos otros pueblos y civilizaciones, para los aztecas el tiempo no era
una medida abstracta y vacía de contenido, sino algo concreto, una
fuerza, sustancia o fluido que se gasta y consume. De ahí la necesi-
dad de los ritos y sacrificios destinados a revigorizar el año o el siglo
(…) (Paz, 1993, págs. 102-103).
54
Revista Anthroposentido
55
que ya es la cosa misma?
57
Nuestra identidad en referencia global es la que llamamos de ter-
cer mundo, periferia, respecto al primer mundo, centro, paradig-
ma de orientación identitaria que nos dirige sin posible evitación
al desarrollo:
58
Revista Anthroposentido
59
ros y quizá secundarios de la tendencia del dominio de Europa sobre
el resto del mundo, ¿cómo ganaron, tanto la idea como su práctica,
la consistencia y la densidad de una empresa permanente, que cul-
minaría en el último tramo del siglo xix? (Said, 1993, págs. 43-44).
Conclusión
Bibliografía
61
Paz, O. (1993). El laberinto de la soledad. Postdata. Vuelta a El la-
berinto de la soledad. México: Fondo de Cultura Económica.
62
Revista Anthroposentido
La entrevista
José Carlos Agüero: No, pero no es por ser jóvenes, es porque nadie
puede, los asuntos públicos como idea y como espacio de interac-
63
ción real ha sido desmantelado. No hay un espacio público con el
cual vincularse tan claramente.
José Carlos Agüero: Creo que, por un lado, por mi propia forma-
ción, soy de ciencias sociales, estudié historia en la Universidad
de San Marcos. Luego, creo que por asuntos de historia personal y
familiar. Mi familia era de izquierda y siempre estuvo preocupada
por los derechos sociales. Sobre todo, mi papá que era sindicalista.
Y tercero, por suerte, porque mi primera práctica, mi primer traba-
jo fue en una ONG (Organización No Gubernamental) de derechos
humanos.
Eric: José Carlos, y con relación a esto del trabajo que tuviste
en esta ONG ¿En qué momento de tu vida aparece la literatu-
ra y el arte para tu desarrollo personal y profesional y lo que
muchas veces reflexionas respecto a la sociedad?
José Carlos Agüero: Tal vez no puede influir mucho, pero puede
hacer nuevas preguntas o alumbrar algunos espacios que las ur-
gencias de nuestra cotidianidad no nos permiten ver. Suele pasar-
nos que vamos viviendo en una sola dimensión, en automático,
atendiendo a un sentido común rápido. Estamos en cierto modo
predispuestos a pensar en una línea de razonamiento que ya está
predicha por el orden. Quiero decir, que hay una serie de discur-
sos que ya están en juego, y que es como si estuvieran disponibles
dentro de un cajón, esos son los discursos que el orden produce
y hace que discurran dentro de un sistema. El sistema seríamos
nosotros, digamos, nuestra sociedad comunicativa. Bueno, lo que
yo creo que puede hacer a veces la producción artística en general,
de cualquier lado y cualquier género, es interrumpir esos circuitos
de pensamiento automático.
José Carlos Agüero: Lo que hicimos en estricto con Pablo fue acu-
dir a un pedido. Carlos nos llamó a ambos para que lo ayudáramos
a organizar sus archivos y obras seleccionadas. Él ya sabía que se
iba a morir, que le quedaba poco tiempo y bueno, nosotros dijimos
que sí, y estuvimos trabajando para organizar sus obras, esa era la
tarea y creo que lo hicimos con mucho cariño y en estrecha cola-
boración con él. En ese proceso nosotros queríamos que escribiera
una introducción general, además de breves prólogos a cada uno
de los volúmenes que estábamos imaginando que iban a salir. En-
tonces, la idea nunca fue hacerle la entrevista, sino ayudarlo con
una grabación que Pablo iba pautando, para que eso transcrito,
luego pudiese escribirlo mejor.
José Carlos Agüero: Me sorprenden dos cosas: que Carlos tuvo una
vida muy intensa, muy variada. Y creo que es un poco un marca-
dor de la diferencia generacional y cultural de quienes formaron
parte de su época y de la nueva izquierda de los años 70. Sentí que
era bien distinto a lo que era mi generación y quizá las siguientes.
Donde la política a lo más llega a activismo. Notamos que él estu-
vo involucrado tanto en la investigación como en la política desde
muy joven. Él formaba parte ya, de la dirigencia del MIR (Movi-
miento Izquierda Revolucionaria) muy chico. En fin, representa
también otra manera de relacionarse de los intelectuales con la
ciencia social y la vida. No solamente desde un lugar cómodo,
el que te puede dar la opinión técnica o esporádica desde fuera,
sino realmente haciendo política y formando parte de los proce-
sos sobre lo que piensas, escribes y opinas. Creo que Carlos Iván a
la izquierda como organización política porque ya no existe. Pero
sigue vinculado a los asuntos públicos, en el sentido antiguo de la
palabra. Es por eso que llega a ser miembro de la CVR, porque jus-
tamente sigue interactuando de manera intensa con los dilemas
de la sociedad.
que podría pasar entre los dos, sería que nos distanciáramos hasta
tal punto que nos haríamos enemigos, y que tú solo quisieras una
venganza o una revancha. Yo podría a su vez, defenderme ante esa
actitud, porque podría tener una justificación para lo que hice. A
tus razones yo opondría otras razones. Porque la razón de la víc-
tima se confronta a la razón de quien instrumentaliza la violen-
cia. Casi nunca la violencia ocurre de manera ilógica, tiene una
racionalidad y un lenguaje que acaba expresándose en la fuerza.
Pero bueno, lo que sugiero es que a tu razón no le oponga otra. Que
guarde silencio. Que te escuche de verdad. Y que, al hacerlo ho-
nestamente, dude de mi propio lugar, de mi propia racionalidad.
Eric: José Carlos, entre estas situaciones como las que en las
cuales nosotros por ejemplo identificamos la pobreza, la ex-
clusión, la discriminación, la violencia en todas sus versio-
nes; ante esto ¿qué acciones o que reflexiones teóricas inclu-
69
so, se debería tomar desde las ciencias sociales frente a estos
problemas?
José Carlos Agüero: No conozco tanto para decir algo así, creo que
la universidad debe mejorar. Por lo poco que conocí, sentí que fun-
cionaba mal. Lo que pasa a todas las universidades del país, no es
que sea una excepción, pero es una ciudad importante, y creo que
es fundamental que la universidad sea un foco, que genere un en-
torno en el cual gire o se alimente la política, la cultura, la sociabi-
lidad. Que la universidad no solamente sea un sitio de paso hacia
un mercado de trabajo; esa es una manera muy pobre de entender
a la universidad. Podría ser un actor público relevante que genere
comunidad. Le pasa también a la San Marcos, que es mi universi-
dad, pero creo que, con distancia, le pasa más allá a la San Anto-
nio. Entonces, en una ciudad que tiene tantas potencialidades, en
todos los sentidos, económicos, sociales y culturales, la universi-
70
Revista Anthroposentido
José Carlos Agüero: Creo que es un enorme capital. Hay que asu-
mirlo así y no hay que verlo como un problema. No todas las ciu-
dades tienen semejante patrimonio, es extraordinario. El Cusco
es descomunal, no hay nada que se le parezca en toda América
y eso no debe ser un asunto del pasado, sino debe ser parte de la
vida social del presente. Creo que por un lado tienen razón los
que aprecian ese valor porque es enorme, pero creo que la mira-
da debe ser de integración a los procesos actuales, no una mirada
exclusivamente pasadista o patrimonial. No sé si ustedes conocen
el ensayo de Cecilia Méndez, “Incas sí, indios no”, muy útil para
pensar justamente este asunto. Es importante la idea de que para
algunas élites el pasado es un instrumento para la legitimación de
sus intereses, y cogen del pasado lo monumental, lo grandioso, en
este caso, lo Inca. Y dejan fuera del relato nacional de orgullo a
la gente heredera de esa cultura, que acaba no solo excluida, sino
despreciada. Entonces creo que ese ensayo es un buen diagnóstico
de cómo no y cómo sí, deberíamos vincularnos con este pasado
idealizado.
Eric: Una cuestión que queríamos saber es que ¿crees que existe li-
bertad de expresión en nuestro país?, porque sabemos que cuando
publicaste “Los Rendidos”, algunas voces y personajes censuraron
este libro, que de cierta manera cuestionaban esto, porque supues-
tamente el pasado nos condena o por ejemplo esta situación de
expresarnos libremente en un país que muchas veces controla a
sus ciudadanos ¿qué piensas de esto?
71
José Carlos Agüero: La libertad de expresión existe, en tanto está
reconocido por la Constitución. En ese sentido, no podemos decir
tajantemente que no hay, es un avance liberal que está amparado
por el derecho interno y que incluso te da la oportunidad de recu-
rrir al sistema internacional para garantizarlo, eso no es poca cosa,
es bastante. Lo que se produce no es la inexistencia de la libertad
de expresión, es una cuestión culturalmente más compleja e inte-
resante, que es una limitación o encuadre o empobrecimiento del
contenido de ese derecho. Y que además aceptamos pasivamente.
Vamos interiorizando cierto campo de lo decible, a través de una
serie de mecanismos coercitivos culturales y simbólicos que ha-
cen que inclusive sin darte cuenta tengas un abanico de posibili-
dades de decir cosas y otras no, ya previstas. Eso se va regulando
a través de la sanción más que todo simbólica. Por ejemplo, a mí
nadie me hizo un juicio por haber escrito “Los Rendidos”, alguna
gente se puso un poco violenta, pero eso es esperable. Nadie me
buscó y luego me pegó, ni vino el ejército y me detuvo, no pasó
nada de eso.
73
74
Revista Anthroposentido
38 Antropólogo, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco (UNSAAC), Perú. Di-
rección electrónica: 091875@unsaac.edu.pe
75
economía (Cuenca, 2015). Todo ello ha desencadenado que en la
actualidad la universidad pública cuente con un importante nú-
mero de estudiantes de distinto origen étnico en sus aulas que an-
tes se encontraban habitadas por las clases acomodadas y con un
componente eminentemente urbano. Aunque en la actualidad, la
brecha de la calidad educativa superior entre universidades me-
tropolitanas y de provincia sigue siendo un asunto controversial.
77
Un dato importante a destacar es que el autor enriquece el libro
exponiendo de manera transversal los principales ríos de pensa-
miento que suscitaron las reflexiones de los diversos temas y auto-
res de la disciplina sociológica, que muy pocos textos de la misma
índole consideran en sus páginas.
78
Revista Anthroposentido
Referencias Bibliográficas:
79
80
Revista Anthroposentido
Los niños que viven dentro de una familia mal estructurada, en-
cuentran las calles mas tranquilas, porque en sus hogares viven en
ambientes de constantes conflictos. “La Calle da libertad, yo soy de
la calle, me gusta la calle” –dice Juliana–. El trabajo para ellos llega
a ser un medio de subsistencia; por ende, el niño debe comportar-
39 Estudiante de Antropología, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco (UN-
SAAC), Perú. Dirección electrónica: 181892@unsaac.edu.pe
40 Estudiante de Antropología, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco (UN-
SAAC), Perú. Dirección electrónica: 181882@unsaac.edu.pe
41 Estudiante de Antropología, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco (UN-
SAAC), Perú. Dirección electrónica: 181880@unsaac.edu.pe
81
se como un adulto, asumiendo responsabilidades que aún no le
corresponden. “No te laves tanto la cara, para este trabajo, nece-
sitas estar sucio”; –indica Don Pedro–. Sobrevivir implica trabajar
en lo que puedas, estos niños utilizaron la música como un refu-
gio, para consolar sus momentos de crisis y tristeza, pero también
era su fuente de trabajo. Cantando en plazas o micros, cada uno de
ellos, en realidad, trabajaban en lo que podían, consiguiendo dine-
ro. Por otro lado, esta situación es más excluyente para las niñas,
porque pueden ser blanco de discriminación de género y son más
vulnerables a sufrir abusos.
Esta es una de las tantas razones por la cual los niños abandonan
su hogar, buscando refugio, por un tiempo suelen estar en las ca-
lles, adaptándose a bruscas situaciones que ponen en peligro su
integridad; hay personas que se aprovechan de la necesidad de es-
tos niños.
Referencias
83
84
Revista Anthroposentido
Crónica
De antis a “chunchos”
85
no generalizado a partir del siglo XVI, para denominar a los habi-
tantes de los bosques tropicales, en este caso fueron identificados
como “chontaquiros”, expresión quechua, que significa, “denta-
dura de chonta” (Bactris gasipaes), palmera dura y negrusca.
43 1John H. Rowe. (1985). “Probanza de los incas nietos de los conquistadores”. (Histórica IX,
2 PUCP, Lima.
86
Revista Anthroposentido
Así, cada vez se fue ignorando al mundo de los “Antis” que con
los Inkas estaba integrado a aquel continuum Andes-Amazonía,
como señala Renard-Casevitz (1988, p. 39), la visión inka de los
Anti no se limitó a su distanciamiento y a su negación. Aquella
región noreste del Cuzco y del Tawantinsuyu, de donde emerge
cada mañana el sol, una nueva “revolución del mundo”: Pacha-
cuti. Montañas, origen de las lluvias y gran biodiversidad, donde
se aproximan constante lo seco y lo podrido, ocupado eventual-
mente por las misiones religiosas imponiendo lo suyo en aque-
lla práctica de la colonialidad del poder y el saber, olvidando que
los inkas habían logrado diversas relaciones horizontales, tal vez
siempre armónicas al adentrarse en aquellos trópicos,45 aunque
posiblemente por el corto tiempo, no se había conseguido un mo-
delo organizativo sólido, y de acuerdo a White (1975), además por
44 Los kichuas del Río Napo en plena Amazonía, también son originarios de la zona andina
de Quito.
45 En 1992, Pärssinen demostró que los incas habían llegado a regiones bastante amplias de
la Amazonía; asimismo, en 1997, juntamente que Siiriäinen, descubrieron una fortaleza
inca, llamada “Las Piedras”, cerca al pueblo boliviano de Riberalta en la región del Bení y
próximo al río Madeira-Brasil.
87
diversas adversidades, desde las “actitudes hostiles” de aquellos
“chunchos”, pasando por las condiciones ambientales del bosque
tropical, al que se sumaría el carácter flexible y desagregado de las
etnías amazónicas.
46 Oscar Paredes Pando (2008). “Espacios Étnicos, capital cauchero y fronteras nacionales:
1576-2006. Tesis doctoral. /UPO-Sevilla, España).
47 Daniel W. Gade. (1979). “Inca and Colonial Settlement, Coca Cultivation and Endemic
Disease in the Forest”. (Journal of Historical Geographic. 5, 3).
88
Revista Anthroposentido
48 Luis Ulloa en 1899 publicó por primera vez el manuscrito, bajo el título de “Relación de la
Jornada de descubrimiento del río Manu (hoy Madre de Dios), por Juan Álvarez Maldona-
do en 1567”.
49 Philippe Erikson. (1998). Uma singular pluralidade: a etno-história Pano. In Cunha, Ma-
nuela Carneiro da. História dos Índios no Brasil. S. P.: Cia das Letras. PP. 239-252.)
89
rian de haber sido dominados por los inkas. Los Conibo afirman
que son los antiguos habitantes de las proximidades de Cuzco, los
Shipibos, según dicen, habrían venido de Guanaco y los Piros de la
región vecina de Lima”. (1992, p. 246)
90
Revista Anthroposentido
“Ay en esta tierra en lugar de pan maíz yucas motes maní çapallos
… otras muchas comidas…y todo el magno [manu] abaxo hasta el
paitite ay almendras (Bertoleta excelsa) en grandisima cantidad
muy mejores que de España…ay cacao (Theobroma cacao) como lo
de nueva España…, para seguir la vuelta de los Toromonas pidió Ma-
nuel Escobar al cacique Cavanava algún maíz para el camino el qual
le dio como trenta fanegas…[sic]” (Álvarez Maldonado, 1576:31).
52 Casos de Pedro Cieza de León. [1553]. La Crónica del Perú. B.A.E. XXVI: 349. Guerras Ci-
viles del Perú, 2 vol. Madrid. 1947; Pedro Sarmiento de Gamboa [1572] “Historia de los
Incas”.
91
prendido por las culturas regionales, caso de los Chavín53 de di-
recta relación con la cuenca del Marañón, principal tributario del
Amazonas en el territorio peruano, o de los Wari54, prácticas conti-
nuadas por los inkas, razón por la cual los descendientes nobles al
reclamar algunos derechos, se vieron obligados a presentar prue-
bas como aquella alcanzada por Juan Ayllón, conocida como “Pro-
banza, o Texto-khipu de Capac Ayllu”, como ya citamos, difundida
por Rowe.
53 (Julio C. Tello, Padre de la Arqueología peruana, sostuvo que la cultura más antigua del
Perú fue la cultura Chavín, surgida hace 3.000 años en la sierra oriental del departamen-
to de Áncash –cuenca amazónica del Marañón- y que de allí se había irradiado hacia la
costa y a otras regiones del área andina. (Julio C. Tello. Antiguo Perú. Primera época. Edi-
tado por la Comisión Organizadora del Segundo Congreso Sudamericano de Turismo.
Lima. 1929, p.183.
54 Los últimos hallazgos de cultura material en el Sitio Arqueológico de Espíritupampa, ubi-
cado en el distrito de Vilcabamba, provincia de La Convención, en la selva del Cusco, por
el tipo de iconografía, morfología y técnicas de manufactura de los objetos hallados, co-
rresponden al estilo de la civilización preinca Wari, que floreció entre el año 600 y 1,200
de nuestra era por una vasta extensión del territorio peruano.
55 Benito de la Mata Linares, presidió el juicio a Túpac Amaru II y su familia; extremamente
cruel, torturador y perseguidor implacable de todo movimiento de rebelión anti monár-
quica.
92
Revista Anthroposentido
93
de Túpac Amaru, como analiza Juan Marchena56 . De ahí que Mel-
chor Tito calificado como apóstata, señala el Expediente, se man-
tuvo más de seis años “desde la rebelión”. Nos preguntamos, ¿cuál
rebelión?, ¿de los “chunchos”? o se referían a la rebelión de Tupac
Amaru?, indica además en su respuesta, el motivo de haber entra-
do a la “tierra de los infieles”: “el alzamiento” y que se acompañó
con el “cholo Antonio”, “por miedo que tuvo de dicha rebelión”, y
que otros no hicieron como él y “… después de dicha sublevación…
que por hallarse tierno de edad no supo lo que hizo” [sic].
94
Revista Anthroposentido
59 Colin, Michele (1966). Le Cusco à la fin du XVII et au debut du XVIII Sièce. Institut des
Hautes Etudes de l´Amerique Latine, París.
60 Los Yines, mal llamados “piros”, que hacia 1575, fueron registrados por la zona del río
Ucayali.
61 Steward, 1963:450…… Steward Julián. (ed.) Handbook of South Americans Indians. Vol.
3-5; Cooper Square Publishers, inc., New York. (1948, 1963.
62 Gade, Daniel W. (1972). “Comercio y Colonización en la zona de contacto entre la sierra y
las tierras bajas del Valle de Urubamba en el Perú”, en Actas y Memorias del XXXIX Con-
greso Internacional de Americanistas, tomo 4, Lima.
63 Raimondi, 1874:29 Raimondi, Antonio (1874, 1876, 1879). El Perú, 4 vols., mapas, ilustra-
95
biría al respecto64: que existían diferentes aves como papagayos,
araras, sacos; vestimentas salvajes, canoas de cedro, mujeres es-
clavizadas de otras tribus, cacao silvestre, gomas, resinas y que
cambian con cuchillos, machetes, pedazos de espejo, tijeras, cla-
vos, sal entre otros objetos apreciados por ellos.
Por septiembre salieron con sus rescates los chunchos a los valles
de Santa Ana después de haber hecho su comercio se retiraron con
buena armonía por lo que creeré que en caso de invasión de ellos la
hagan como sentidos al valle de Yanatile. (Steward, 1948)
ciones, Lima.
64 Valdez y Palacio, José Manuel (1971). Viaje del Cuzco a Belén en el Gran Pará, por los ríos
Vilcamayo, Ucayali y Amazonas. Estudio introductorio de Estuardo Núñez. Lima, Biblio-
teca Nacional.
65 (1925:91… Izaguirre, B. (1922-1929). Historia de las Misiones Franciscanas y Narración de
los progresos de la Geografía en el Oriente del Perú, 1619-1921. Tip. Penitenciaría. 14 vols.
Lima…)
66 Alejandro Camino (1977). Trueque, correrías e intercambios entre los quechuas andinos
y los piro y machiguengas de la montaña peruana. (En: Amazonía Peruana, vol. I, p. 123-
140. Lima: CAAAP
96
Revista Anthroposentido
Expediente relativo al aviso dado por don Manuel Rolando que los
indios chunchos de Vilcabamba quieren salir a hacer guerra al va-
lle de Yanatile y providencias dadas. gobierno – intendencia. (Folio
2) al señor doctor Don Benito de la Mata Linares del Consejo de su
Magestad, su Oidor de la Real Audiencia de los Reyes y Gobernador
intendente de la provincia y ciudad del Cuzco.
-Que ahora dos meses poco más y menos fueron entre Lázaro Valen-
cia y el acortar el valle del cesteo de coca y que distara una legua de
la hacienda y habiendo llegado a aquel lugar él se ejercitó en estar
cortando dichos valles, y el indicado Valencia fue a hacer su caza de
venados con quien lo guardaba al declarante que el fusil que llevó
consigo estuvo cargado con munición y después de mucho rato que
serían las tres de la tarde poco más o menos volvió a salir diciendo
que tenía hambre que quería adelantarse, como defacto lo hizo y a
mucho después que volvió a salir calles con su carga de dichos valles
y habiendo llegado a las chozas donde dichos (Folio 4) chunchos te-
nían, halló dos arcos con sus flechas y talegas y más abajo un chun-
cho tendido y que no vio la tragedia que tuvieron.
-3ra. Dijo que no sabe ni tiene noticia de que estén cerca de este va-
lle que solamente ha tenido noticia de que se hubiesen entrado más
adentro por miedo que han tenido y esto lo supo con ocasión de que
98
Revista Anthroposentido
5ta.- Dijo que no sabe, que no hubiesen tenido guerra ninguna solo
si que ahora cinco años mataron a cuatro indios de esta hacienda
aque fueron a pescar y que esto es (Folio 5) lo que sabe, y ha visto.
Que esta es la verdad so cargo del juramento que fecho tiene, en que
se afirmó y ratificó confesando ser de edad de cuarenta y ocho años
poco más o menos no tocándole las generales de la ley y no firmó
por no saber y a su ruego firmó don Mariano Navarro juntamente
conmigo actuando judicialmente a falta de escribano Sebastián Vi-
cente Unsueta y Mendoza Andrés Navarro, Mariano Navarro, Matías
Basualdo.
99
biendo llegado al lugar donde estaba el chuncho tendido hallaron
solamente dos talegas, dos arcos con sus flechas y al dicho valencia
reconoció el declarante que estaba maltratado. Dijo que no vio por
aquel entonces ningún chuncho, sino que por noticia le dio el dicho
Valencia, que fueron cuatro los que le acusaron, pero ha visto todos
los años salir a diferentes chunchos y estarse... enteros (Folio 6) en
este valle y hacían sus chacras ofreciéndoles cariñosamente el ha-
cendado [sic].
-Tercera: dijo que no sabe de que estén aquí cerca, sino que ha tenido
noticia por el apostata Melchor de tan, que los compañeros del di-
funto se han entrado más adentro a quienes los encontró en el lugar
llamado Putucusi que está en distancia de veinte leguas poco más o
menos de este paraje.
-Cuarta: dijo que no sabe que les hubiese hecho perjuicio ningún a
dichos Chunchos, antes sin los acariciaba dando continuamente sal,
hachas y sus guactanas.
-Quinta: dijo que por noticias supo que en el valle de Callanca propia
de don Andrés Graz mataron a seis sujetos cuatro indios y dos solda-
dos mata chunchos que anteriormente habían salido en amistad y
la misma noche fingieron irse cayeron sobre ellos que harán cuatro
meses poco más o menos (Folio 6) que igualmente ha tenido noticia
de que ahora cinco años poco más o menos mataron cuatro de esta
hacienda con la misma traición que esta es la verdad so cargo del ju-
ramento que hecho tiene en que se afirmó y ratificó y que no le tocan
las generales de la ley confesando ser de edad de veinte cinco años
y lo firmó juntamente conmigo y testigos de mi asistencia a falta de
escribanos. Sebastián Vicente de Unzueta y Mendoza. Andrés Nava-
rro. Mariano Loaiza. - Matías Basualdo.
100
Revista Anthroposentido
Tercero. - Dijo que no sabe estén cerca, sino que por noticia que dio
Melchor de tal apostata, y que este las encontró en el lugar nombra-
do Putucusi que también le dijo al dicho apostata que iría a dar parte
a sus hermanos que igualmente tienen recelos con alguna traición
por parte de noche [sic].
Quinto. - Dijo aque ahora cuatro meses poco más o menos mataron
seis sujetos en el valle de Callanca, y esto lo supo por noticia así mis-
mo sucedió en este valle con cuatro indios que habían muerto tam-
bién dichos chunchos antes de su venida y que por noticia lo sabe.
Que esta es la verdad (Folio 8) so cargo del juramento que fecho tiene
en que se afirmo, y ratifico y que no le tocan las generales de la ley
y que es de edad de veinte y ocho años poco más o menos y lo firmo
juntamente conmigo y testigos de mi asistencia a falta de escribano.
Sebastián Vicente Unzueta, y Mendoza. Andrés Navarro. Bartolomé
101
Sandoval. Mariano Basualdo.
102
Revista Anthroposentido
103
nisterio y lo firmó juntamente conmigo de que certifico. Sebastián
Vicente de Unzueta y Mendoza. (Folio 11) Mariano Navarro. Andrés
Navarro. Matías Basualdo. Incontinente en cumplimiento de del
decreto de enfrente compareció ante mí el predicho sub delegado
Bernardino Basques quien aceptó el cargo de intérprete para esta
confesión jurando a Dios nuestro señor y una señal de cruz de usar
bien y fielmente sin agravio de parte en este ministerio y lo firmo
juntamente conmigo de que certifico. Sebastián Vicente de Unzueta
y Mendoza. Andrés Navarro. Bernardino Basques. Matías Basual-
do. En esta villa de Calca partido de este nombre en veinte y siete
días del mes de octubre de mil setecientos ochenta y siete años. En
cumplimiento de lo resuelto en el decreto que antecede estando ha-
ciendo audiencia pública en estas casas de cavilado hice comparecer
ante mí al enunciado apostata [sic].
104
Revista Anthroposentido
105
pasasen a la otra banda del río.
106
Revista Anthroposentido
107
de Yanatile jurisdicción de Calca a cuyo fui le dará la respectiva or-
den mía para ello y a mayor abundamiento va V. Md. a informarse de
si hay sospecha de que los indios chunchos quieran acometer dicho
valle si han dado ya alguna prueba de ello o si se espera fundada-
mente ejecuten auxiliando al sub delegado es lo que se le pueda …
y cuidando V. Md. no se haga violencia alguna, sino que se procure
tratar a los chunchos con suavidad y prudencia, haciéndoles enten-
der si se pudiere por algún efecto ... que se les atenderá por mi y se
castigará al que le hubiese dado motivo [sic].
Por septiembre salieron con sus rescates los chunchos a los valles
de Santa Ana después de haber hecho su comercio se retiraron
109
con buena armonía por lo que creeré que en caso de invasión de
ellos la hagan como sentidos al valle de Yanatile que pertenece a
Calca, donde un moso llamado tomas parece mató al indio de los
de aquella nación. Lo procuraré dar las providencias correspon-
dientes para que estén previstos todos los vecinos inmediatos de
aquí dos lugares para auxiliar el cañaveral de Santa Ana en caso
de invasiones de chunchos. Nuestro señor me guarde (Folio 18) la
importante vida de V. S. por muchos años. Urubamba y octubre 17
de 1787. Beso la mano de Vuestra Señoría su afectísimo obispado
señor y sub delegado. Gregorio de Arteta, firmado. (Folio 19) Señor
Gobernador intendente General. Señor de mi mayor veneración
y respeto: he recibido el oficio de V. S. su fecha 17 del que rige e
impuesta de él, debo decir a V. Sa. Que ahora tres meses sucedió
aquella muerte del chuncho según me tuvo significado en aquel
entonces Bargas y me manifestó la carta que le escribieron de Ya-
natile, que por entonces se hallaba en esa ciudad con cuya nove-
dad paso inmediatamente y en dicha carta le dan noticia de los
cinco chunchos que salieron a la quebrada… Que habiendo bajado
a la citada quebradas que esta mas debajo de la hacienda entre dos
personas a cortar cierto material para el sesteo de coca que el uno
fue a la guarda del otro con fusil cargado salieron de repente cinco
chunchos a su encuentro y el uno de ellos acometió con el fusilero
instándole a querer quitar el dicho fusil visto que resistió se alejó
uno de ellos y acometió con la flecha y le tiró mientras que el otro
le agarraba y con este hecho disparó el fusil cargado y lo mató, vis-
to que el compañero cayó zafaron los otros para dentro, esto es lo
que vi en el papel que le escriben. Enterado de esto mandé a dicho
Bargas pasase inmediatamente haber y va ver del caso como a in-
teresado de aquel lugar, quién volvió ahora quince días y me dijo
(Folio 29) que no había novedad ninguna. Crea V. Sa. Esto que le
significó, pues si hubiera alguna novedad i sospecha que hubiese
tenido, inmediatamente le hubiera anoticiado de su pronto reme-
dio. Don Andrés Navarro ha pasado hoy viernes, yo pasaré maña-
na 20 del que gobierna obedeciendo la superior… de V. Sa. aunque
el viaje es en vano por no haber el menor recelo. Esto supuesto V.
Sa. no tenga cuidado sobre este particular. Nuestro señor guarde
110
Revista Anthroposentido
111
112
Revista Anthroposentido
Galería fotográfica
La faena tradicional es convocada por los varayoq que son los alcal-
des y regidores, y al mismo tiempo representan a las autoridades
comunales. Los representantes de la comunidad son elegidos por
los comuneros para trabajar durante un año; para ello, debieron
haber realizado todos los cargos comunales, hacen la Juramenta-
ción en enero de cada año en la plaza mayor de Chinchero.
67 Estudiante de Antropología, Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco (UN-
SAAC), Perú. Dirección electrónica: 154406@unsaac.edu.pe
113
114
Revista Anthroposentido
115
Los jóvenes siempre toman la delantera en la faena tradicional del linderaje.
Mujun o Hito donde se juntas todas las waylacas o wifalas de todos los
sectores para bailar.
116
Revista Anthroposentido
117
Bases para la convocatoria de artículos
119
1. Los artículos deberán ser enviados al siguiente correo electró-
nico:
2. u.anthroposentido@gmail.com
Introducción
Conclusiones
correo: u.anthroposentido@gmail.com.
122