Las Siete Últimas Plagas
Las Siete Últimas Plagas
Las Siete Últimas Plagas
LA BATALLA DE ARMAGEDÓN
“Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón” (Apocalipsis 16:16)
En hebreo, Armagedón significa “monte de Meguidó”. No existe ningún lugar llamado así, aunque
sí existe una zona en Palestina denominada “Meguidó”.
Esa zona era un paso estratégico. Fue el escenario de muchas batallas. Allí murieron tanto reyes
apóstatas (Ocozías, 2R. 9:27), como fieles (Josías, 2R. 23:29).
Este último ataque de Satanás tiene la intención de destruir a los fieles de Dios que han quedado.
Cuando decidimos ser fieles hoy en medio de las tentaciones, nos estamos preparando para
permanecer de pie durante esta última batalla.
Pero este ataque quedará interrumpido por el derramamiento de la séptima plaga (v. 17-21). Estos
sucesos ocurrirán justo antes de “la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo” (Tito 2:13).
“Mientras Jesús estuvo interpuesto entre Dios y el pecador, tuvo la gente un freno; pero cuando
dejó de estar entre el hombre y el Padre, desapareció el freno y Satanás tuvo completo dominio
sobre los finalmente impenitentes. Era imposible que fuesen derramadas las plagas mientras
Jesús oficiase en el santuario; pero al terminar su obra allí y cesar su intercesión, nada detiene
ya la ira de Dios que cae furiosamente sobre la desamparada cabeza del culpable pecador que
descuidó la salvación y aborreció las reprensiones. En aquel terrible momento, después de cesar
la mediación de Jesús, a los santos les toca vivir sin intercesor en presencia del Dios santo. Había
sido decidido todo caso y numerada cada joya” E.G.W. (Primeros escritos, pg. 280)
“El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero, aunque perseguido y acongojado y
aunque sufra privaciones y falta de alimento, no será abandonado para perecer. El Dios que cuidó
de Elías no abandonará a ninguno de sus abnegados hijos. El que cuenta los cabellos de sus
cabezas, cuidará de ellos y los atenderá en tiempos de hambruna. Mientras los malvados estén
muriéndose de hambre y pestilencia, los ángeles protegerán a los justos y suplirán sus
necesidades. Escrito está del que “camina en justicia” que “se le dará pan y sus aguas serán
ciertas”. “Cuando los pobres y los menesterosos buscan agua y no la hay, y la lengua se les seca de
sed, yo, Jehová, les escucharé; yo, el Dios de Israel, no los abandonará”. Isaías 33:16; 41:17 (VM)”
E.G.W. (El conflicto de los siglos, pg. 613)