ALBERTO
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SUS ORÍGENES.
Sus padres Don Alberto Justiniano Valderrama y Doña Juana Pastora Patiño.
En su hogar siempre estuvo presente la música, su bisabuelo Don Antero Patiño
tocaba la bandola y su abuelo la mandolina y el cuatro. Es con su abuelo y su tío
Pedro Patiño que se inició en la música.
Se crió con sus abuelos maternos Basilio Patiño e Isabel Domínguez de Patiño, en El
Cercado, aunque su infancia la pasó entre los dos pueblos, ya que sus abuelos
paternos vivían en El Maco.
Beto a los nueve años comienza a estudiar el cuatro; su tío le compra una guitarra, y
posteriormente comienza a tocar la mandolina (instrumento musical que le
acompañará de por vida). Posteriormente los complementará con clases de teoría y
solfeo con el profesor Augusto R. Fermín, y arpa en la Escuela de Música Inocente
Carreño de Porlamar, donde conocerá al profesor Luis Manuel Gutiérrez, quien será
su maestro y guía y su profesor de teoría , solfeo, mandolina y violín.
ESTUDIOS MUSICALES.
El maestro Beto, realizó sus estudios Primarios entre El Cercado y El Maco en el
Grupo Escolar Apolinar Figueroa Coronado y la Secundaria en la Escuela Técnica
Industrial de Juan Griego.
Crea su propio conjunto Los Yares, posteriormente se relaciona con grupos de música
popular, entre los que se destacan: el Combo Dimago de Chapalengo; Conjunto Los
Anónimos; Combo Nueva Esparta de José Marcano; y sus experiencias en la
estudiantina de los núcleos: Claudio Fermín, Orquesta Típica, Orquesta Sinfónica y
grupos corales de Voces Blancas, entre otros.
A partir de 1963 el maestro Beto, ha participado en diversos grupos musicales,
folklóricos y populares; entre los que se encuentran: Conjunto Los Guaiqueríes de
Francisco Mata; Rondalla Universitaria, y su participación como primera mandolina
en más de treinta discos de larga duración de música folklórica y popular venezolana.
Como musicalizador ha compuesto poemas para los más afamados compositores
margariteños, tales como: Pleamar de Charo Rosas; Gaviota de José Rosas, entre
otros.
LA MUSICA SE LLEVA POR
DENTRO
El maestro Beto, es uno de los pilares fundamentales de la música tradicional
Margariteña, él afirma: “la música se lleva dentro y el potencial musical venezolano
aún está por explotar; hay que buscar el espacio que merece. Mantener el equilibrio
en la difusión a través de los medios. Las emisoras de radio o TV no pueden centrarse
solamente en lo que viene de otros países o en la producción nacional con etiqueta de
otros países, hay que darle más espacio a lo nuestro. Hacer que las futuras
generaciones lo asimilen y lo sientan, porque así sabrán de dónde vienen…no se trata
de que en Venezuela no se graben otros géneros: Está bien hacer música académica,
jazz, pop o rock. ¿Cuál es el problema, pues? Pero que no se deje de hacer lo
nuestro…Llegará el momento en que los compositores venezolanos tendrán que
basarse en la música latinoamericana para sus creaciones y no en períodos como el
barroco o el clásico. Manteniendo ese conocimiento, deberán crear nuevos sonidos y
que esa labor también deberá ser de las nuevas generaciones”.
Una de las vías importantes para divulgar y potenciar la música tradicional
venezolana ha sido el Sistema Nacional de Culturas Populares, gracias a este
programa, he llevado mi música a otros Estados del país, como Mérida, Barinas,
Zulia, Lara y Falcón. En casi todos los poblados que visité, la gente no conocía la
música oriental. Esto significa que estamos desarticulados, que todavía necesitamos
integrarnos a través de la música y la poesía tradicional venezolana, porque en
Margarita mucha gente no conoce la música andina, así como en Los Andes no
conocen la de oriente.