Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

18 Cuentos Cortos

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 15

1.

El árbol mágico
Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro
encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las
palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra,


supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada.
Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió
una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía:
"sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió
dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de
juguetes y chocolate.

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del
mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras
mágicas.
2. Elefante fotógrafo

Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se reían cada vez
que le oían decir aquello:

- Qué tontería - decían unos- ¡no hay cámaras de fotos para elefantes!

- Qué pérdida de tiempo -decían los otros- si aquí no hay nada que fotografíar...

Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco fue reuniendo trastos y
aparatos con los que fabricar una gran cámara de fotos. Tuvo que hacerlo
prácticamente todo: desde un botón que se pulsara con la trompa, hasta un
objetivo del tamaño del ojo de un elefante, y finalmente un montón de hierros para
poder colgarse la cámara sobre la cabeza.

Así que una vez acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su cámara para
elefantes era tan grandota y extraña que paracecía una gran y ridícula máscara, y
muchos se reían tanto al verle aparecer, que el elefante comenzó a pensar en
abandonar su sueño.. Para más desgracia, parecían tener razón los que decían
que no había nada que fotografiar en aquel lugar...

Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante con su cámara era tan divertida,
que nadie podía dejar de reir al verle, y usando un montón de buen humor, el
elefante consiguió divertidísimas e increíbles fotos de todos los animales, siempre
alegres y contentos, ¡incluso del malhumorado rino!; de esta forma se convirtió en
el fotógrafo oficial de la sabana, y de todas partes acudían los animales para
sacarse una sonriente foto para el pasaporte al zoo.
3. Los juguetes ordenados
Érase una vez un niño que cambió de casa y al llegar a su nueva habitación vió
que estaba llena de juguetes, cuentos, libros, lápices... todos perfectamente
ordenados. Ese día jugó todo lo que quiso, pero se acostó sin haberlos recogido.
Misteriosamente, a la mañana siguiente todos los juguetes aparecieron ordenados
y en sus sitios correspondientes. Estaba seguro de que nadie había entrado en su
habitación, aunque el niño no le dio importancia. Y ocurrió lo mismo ese día y al
otro, pero al cuarto día, cuando se disponía a coger el primer juguete, éste saltó
de su alcance y dijo "¡No quiero jugar contigo!". El niño creía estar alucinado, pero
pasó lo mismo con cada juguete que intentó tocar, hasta que finalmente uno de los
juguetes, un viejo osito de peluche, dijo: "¿Por qué te sorprende que no queramos
jugar contigo? Siempre nos dejas muy lejos de nuestro sitio especial, que es
donde estamos más cómodos y más a gustito ¿sabes lo difícil que es para los
libros subir a las estanterías, o para los lápices saltar al bote? ¡Y no tienes ni idea
de lo incómodo y frío que es el suelo! No jugaremos contigo hasta que prometas
dejarnos en nuestras casitas antes de dormir"
El niño recordó lo a gustito que se estaba en su camita, y lo incómodo que había
estado una vez que se quedó dormido en una silla. Entonces se dio cuenta de lo
mal que había tratado a sus amigos los juguetes, así que les pidió perdón y desde
aquel día siempre acostó a sus juguetes en sus sitios favoritos antes de dormir.
4. La bobina maravillosa
Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber
recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:

¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?


Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo
de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.

Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se
ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don
de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no
podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.

El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en
un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre.
¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:

Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?

En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su


lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió
soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.

De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de escasos


cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la
bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intento
enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo.

Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:

Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días


perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la
vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.

El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin
hacer nada de provecho.
5. EL AVARO Y EL ORO
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro, la cual
enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos los días iba a mirar el sitio.
Uno de sus vecinos observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar qué
pasaba. Pronto descubrió lo el tesoro escondido, y cavando, robó la pieza de oro.
El avaro, a su siguiente visita encontró el hueco vacío y tirándose de los pelos se
lamentó amargamente.

Entonces otro vecino, enterándose del motivo de su queja, lo consoló diciéndole:


-Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el
hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí. Para ti será lo mismo que
aquello sea o no sea oro, ya que de por sí no harías nunca ningún uso de él.
6. EL CABALLO, EL BUEY, EL PERRO Y EL HOMBRE
Cuando Zeus creó al hombre, sólo le concedió unos pocos años de vida. Pero el
hombre, poniendo a funcionar su inteligencia, al llegar el invierno edificó una casa
y habitó en ella.
Cierto día en que el frío era muy crudo, y la lluvia empezó a caer, no pudiendo el
caballo aguantarse más, llegó corriendo a donde el hombre y le pidió que le diera
abrigo.
El hombre le dijo que sólo lo haría con una condición: que le cediera una parte de
los años que le correspondían. El caballo aceptó.
Poco después se presentó el buey, que tampoco podía sufrir el mal tiempo. El
hombre le contestó lo mismo: que lo admitiría si le daba cierto número de sus
años. El buey cedió una parte y quedó admitido.
Por fin, llegó el perro, también muriéndose de frío, y cediendo una parte de su
tiempo de vida, obtuvo su refugio.
Y he aquí el resultado: cuando los hombres cumplen el tiempo que Zeus les dio,
son puros y buenos; cuando llegan a los años pedidos al caballo, son intrépidos y
orgullosos; cuando están en los del buey, se dedican a mandar; y cuando llegan a
usar el tiempo del perro, al final de su existencia, se vuelven irascibles y
malhumorados.
7. El muñeco de nieve
Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y
empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.

La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se
entrego a la tarea de moldearla.

Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.

Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca.
La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le
mimaba...

Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas
calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un
charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.

Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo dulcemente:


Seca tus lagrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran lección: ahora ya
sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.
8. El cedro vanidoso
Erase una vez un cedro satisfecho de su hermosura.

Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a todos los demás árboles. Tan
bellamente dispuestas estaban sus ramas, que parecía un gigantesco candelabro.

Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a todos los demás árboles. Tan
bellamente dispuestas estaban sus ramas, que parecía un gigantesco candelabro.

Si con lo hermoso que soy diera además fruto, se dijo, ningún árbol del mundo
podría compararse conmigo.

Y decidió observar a los otros árboles y hacer lo mismo con ellos. Por fin, en lo
alto de su erguida copa, apunto un bellísimo fruto.

Tendré que alimentarlo bien para que crezca mucho, se dijo.

Tanto y tanto creció aquel fruto, que se hizo demasiado grande. La copa del
cedro, no pudiendo sostenerlo, se fue doblando; y cuando el fruto maduro, la copa,
que era el orgullo y la gloria del árbol, empezó a tambalearse hasta que se troncho
pesadamente.

¡A cuantos hombres, como el cedro, su demasiada ambición les arruina!


9. La gata encantada
Erase un príncipe muy admirado en su reino. Todas las jóvenes casaderas
deseaban tenerle por esposo. Pero el no se fijaba en ninguna y pasaba su tiempo
jugando con Zapaquilda, una preciosa gatita, junto a las llamas del hogar.

Un día, dijo en voz alta:

Eres tan cariñosa y adorable que, si fueras mujer, me casaría contigo.

En el mismo instante apareció en la estancia el Hada de los Imposibles, que dijo:

Príncipe tus deseos se han cumplido

El joven, deslumbrado, descubrió junto a el a Zapaquilda, convertida en una


bellísima muchacha.

Al día siguiente se celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino
que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa y dulce novia. Pero, de
pronto, vieron a la joven lanzarse sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón
y zampárselo en cuanto lo hubo atrapado.

El príncipe empezó entonces a llamar al Hada de los Imposibles para que


convirtiera a su esposa en la gatita que había sido. Pero el Hada no acudió, y
nadie nos ha contado si tuvo que pasarse la vida contemplando como su esposa
daba cuenta de todos los ratones de palacio.
10. El nuevo amigo
Erase un crudo día de invierno. Caía la nieve, soplaba el viento y Belinda jugaba
con unos enanitos en el bosque. De pronto se escucho un largo aullido.
¿Que es eso? Pregunto la niña .

Es el lobo hambriento. No debes salir porque te devoraría le explico el enano


sabio.

Al día siguiente volvió a escucharse el aullido del lobo y Belinda , apenada,


pensó que todos eran injustos con la fiera. En un descuido de los enanos, salio, de
la casita y dejo sobre la nieve un cesto de comida.

Al día siguiente ceso de nevar y se calmo el viento. Salio la muchacha a dar un


paseo y vio acercarse a un cordero blanco, precioso.

¡Hola, hola! Dijo la niña. ¿Quieres venir conmigo?

Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo, oculto se lanzo sobre el,
alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del
animal con que se había disfrazado y escapo lanzando espantosos gritos de dolor
y miedo.

Solo entonces el lobo se volvió al monte y Belinda sintió su corazón estremecido,


de gozo, mas que por haberse salvado, por haber ganado un amigo.
Los juguetes ordenados
Érase una vez un niño que cambió de casa y al llegar a su nueva habitación vió
que estaba llena de juguetes, cuentos, libros, lápices... todos perfectamente
ordenados. Ese día jugó todo lo que quiso, pero se acostó sin haberlos recogido.
Misteriosamente, a la mañana siguiente todos los juguetes aparecieron ordenados
y en sus sitios correspondientes. Estaba seguro de que nadie había entrado en su
habitación, aunque el niño no le dio importancia. Y ocurrió lo mismo ese día y al
otro, pero al cuarto día, cuando se disponía a coger el primer juguete, éste saltó
de su alcance y dijo "¡No quiero jugar contigo!". El niño creía estar alucinado, pero
pasó lo mismo con cada juguete que intentó tocar, hasta que finalmente uno de los
juguetes, un viejo osito de peluche, dijo: "¿Por qué te sorprende que no queramos
jugar contigo? Siempre nos dejas muy lejos de nuestro sitio especial, que es
donde estamos más cómodos y más a gustito ¿sabes lo difícil que es para los
libros subir a las estanterías, o para los lápices saltar al bote? ¡Y no tienes ni idea
de lo incómodo y frío que es el suelo! No jugaremos contigo hasta que prometas
dejarnos en nuestras casitas antes de dormir"
El niño recordó lo a gustito que se estaba en su camita, y lo incómodo que había
estado una vez que se quedó dormido en una silla. Entonces se dio cuenta de lo
mal que había tratado a sus amigos los juguetes, así que les pidió perdón y desde
aquel día siempre acostó a sus juguetes en sus sitios favoritos antes de dormir.
La bobina maravillosa
Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber
recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:

¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?


Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo
de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.

Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se
ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don
de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no
podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.

El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en
un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre.
¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:

Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?

En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su


lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió
soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.

De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de escasos


cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la
bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intento
enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo.

Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:

Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días


perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la
vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.

El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin
hacer nada de provecho.
EL AVARO Y EL ORO
Un avaro vendió todo lo que tenía de más y compró una pieza de oro, la cual
enterró en la tierra a la orilla de una vieja pared y todos los días iba a mirar el sitio.
Uno de sus vecinos observó sus frecuentes visitas al lugar y decidió averiguar qué
pasaba. Pronto descubrió lo el tesoro escondido, y cavando, robó la pieza de oro.
El avaro, a su siguiente visita encontró el hueco vacío y tirándose de los pelos se
lamentó amargamente.

Entonces otro vecino, enterándose del motivo de su queja, lo consoló diciéndole:


-Da gracias de que el asunto no es tan grave. Ve y trae una piedra y colócala en el
hueco. Imagínate entonces que el oro aún está allí. Para ti será lo mismo que
aquello sea o no sea oro, ya que de por sí no harías nunca ningún uso de él.
EL OJITO
Cuento Corto Infantil para niños y niñas, creado por: Maile Madera

Ésta era la historia de una niñallamada Saulis.

Un día común, Saulis se despertó y salió corriendo.

– ¡Mami!, ¡mami!. – Dijo gritando Saulis.


– ¿Qué pasa nena?. – Contestó la mami de Saulis.
– Hay dos hombres vigilando la casa. – Dijo Saulis.
-¿Qué cosas dices Saulis?. – Respondió su mami.

La mamá salió a ver que pasaba fuera, mientras Saulis estaba agitada


e impresionada.

– ¡Oh no! ¡Saulis corre!!. – Gritó su mamá.

Saulis corriendo se escondió bajo su cama. La mamá pensó que Saulis mentía pero en realidad Saulis había
visto los abogados de su padre, los cuales venían a buscar a la pequeña Saulis para que se fueran con ellos.

Finalmente todo quedó en un susto y todos siguieron viviendo felices.

FIN
1. EL GATO DORMILON
Cuento Corto Infantil para niños y niñas, creado por: Alonzo G
Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes
enteras echado en el sofá. Siempre se preguntaban que es lo que hacía para
quedar tan exhausto, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera
descansar.

Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía


toda la noche, pero mientras bajaba la escalera pudo verlo… ahí estaba él,
sentado frente al acuario, viendo cómo dormía la tortuga. Sólo se quedó allí
mirando en silencio a su gato, despierto y sereno estaba cuidando el sueño
de su amiga tortuga.

Al día siguiente pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y entonces pudo comprender el porqué
de su sueño durante el día, pero no notó que la tortuga también lo cuidaba desde su sitio.

FIN

2. EL POLLITO INQUIETO
Cuento Infantil para niños, escrito por: Luis David Gamonal

Había una vez un pollito al que su madre y sus cuatro hermanos le


llamaban “El Inquieto”, ya que siempre se aislaba en algún rincón de su
corral buscando aventuras, y cuando era la hora de comer o dormir, le
ordenaban con energía para que volviera pronto.

Cierto día, la mamá gallina, juntó a sus cinco pollitos para ir a dar un
paseo por el bosque, era tan divertido el paseo que no se dieron cuenta
que no estaba con ellos “El Inquieto“. Cuando se dieron cuenta de su
ausencia, optaron por repartirse y tomar decisiones distintas para así
buscarlo más rápido.
Después de mucho tiempo de búsqueda y de haber recorrido un largo tramo del bosque, los hermanos y la
mamá gallina le llamaba gritando sin parar. Uno de los pollitos escuchó que por encima de los árboles recorría
en raudo vuelo, un gavilán hambriento. Al pollito le entró el pánico, porque su hermano había sido cazado por
el ave rapiña. Se fue corriendo en busca de su mamá y sus hermanos para pasarle la voz del peligro. La madre
gallina una vez alertada por su hijo, les ordenó a todos que se camuflaran dentro de las ramas para no ser
vistos por el gavilán.

3. LOLA LA GALLINA PRESUMIDA


Cuento Corto Infantil para niños y niñas, creado por: Yajaira y Gabriel

El señor Ramón tenía una granja, todas las mañanas iba a recoger los


huevos que las gallinas ponían. PeroLola era la única que ponía huevos
grandes y bonitos, por lo tanto el señor Ramón le decía que era su gallina
preferida por poner huevos grandes y hermosas.

Y así todos los días el señor Ramón le decía que era la mejor gallina y la
más hermosa, eso hizo que Lola fuera presumida y no se llevaba bien con
las demás gallinas. Pero un día Lola se enfermó y sus plumas empezaron
a caer y ya no podía poner huevos grandes y hermosos. Entonces el
señor Ramón ya no le hacía caso y no le decía cosas bonitas.

Lola lloraba todos los días y fue así que una tarde lluviosa Lola murió de
tristeza.

El señor Ramón se sintió culpable por no ponerle atención cuando estaba enferma porque desde que lola se
enfermó y murió no había otra gallina igual que ella, que diera huevos grandes y bonitos. Entonces Ramón
entendió que todas las gallinas necesitan la misma atención y cuidado.

FIN
4. LA MARIPOSA PRESUMIDA
Cuento Infantil para niños y niñas, escrito por:  Silvia Córdova
Era una mariposita muy bonita de
colores brillantes, vivía en el bosque y
todas las mañanas salía a saludar al sol,
a las flores y a los pajaritos.
Todos los años se celebra en el bosque
la “fiesta de la primavera”, y todos
los animalitos estaban muy alegres
porque en la fiesta iban a elegir a la
reina de la primavera.
Comenzó la fiesta y todos los animalitos
bailaban, jugaban y reían.

También podría gustarte