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Fragmento Don Álvaro o La Fuerza Del Sino

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ANTES DE LEER

• Reflexiona sobre la frase: Somos arquitectos de nuestro propio destino.


El destino no es una fuerza divina de la que somos dependientes y moldea nuestro futuro. Nosotros mismos
construimos el futuro con las acciones que realizamos día con día. A acciones distintas corresponden distintos
futuros
• Explica. ¿Para ti, en qué consiste el destino?
Para mí el destino es como un libro en donde se escriben los acontecimientos venideros, y este libro se está
reescribiendo constantemente, pues nuestro destino cambia según nuestras decisiones.

• Opina. ¿Existe alguna manera de cambiar nuestro destino?


Sí, si queremos cambiar el futuro debemos actuar en nuestro presente, buscando re direccionar nuestra vida.

• Comenta. ¿Qué opinión te merecen los matrimonios que son concertados por los padres del novio y
de la novia?
Creo que es incorrecto, ya que todas las personas tienen el derecho de decidir sobre su propia vida, y nadie
puede obligarlo a tomar un camino que no quiere. Además, una familia se debe fundar desde el amor, y en una
relación arreglada, no hay amor.

DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL SINO

ESCENA VII
Don Álvaro, en cuerpo, con una jaquetilla de mangas perdidas sobre una rica chumpa de majo, redecilla, calzón
de ante, etcétera, entra por el balcón, y se echa en brazos de Leonor.

DON ÁLVARO
(Con gran vehemencia).
¡Ángel consolador del alma mía!...
¿Van ya los santos cielos
a dar corona eterna a mis desvelos? Me ahoga la alegría...
¿Estamos abrazados
para no vernos nunca separados?... Antes, antes la muerte,
que de ti separarme y que perderte.

LEONOR
(Muy agitada)
¡Don Álvaro!
DON ÁLVARO LEONOR
Mi bien, mi dios, mi todo. Mi dulce esposo, con el alma y vida
¿Qué te agita y te turba de tal modo? es tuya tu Leonor; mi dicha fundo
¿Te turba el corazón ver que tu amante se encuentra en seguirte hasta el fin del ancho mundo.
en este instante Vamos, resuelta estoy, fijé mi suerte,
más ufano que el Sol?... ¡Prenda adorada! separarnos podrá solo la muerte.

LEONOR (Van hacia el balcón, cuando de repente se oye


Es ya tan tarde... ruido, ladridos y abrir y cerrar puertas)

DON ÁLVARO LEONOR


¿Estás enojada ¡Dios mío! ¿Qué ruido es este?
porque tardé en venir? De mi retardo no soy
culpado, no, dulce señora; CURRA
Parece que han abierto la puerta.
LEONOR
¡Dejadlo, os ruego, para mañana! […] LEONOR
¡Ay, desdichada de mí! ¡Don Álvaro!
DON ÁLVARO escóndete... aquí..., en mi alcoba...
(Demudado y confuso.)
¿Qué es esto, qué Leonor? ¿Te falta ahora DON ÁLVARO
resolución?... ¡Ay, yo, desventurado! (Resuelto)
—No, yo no me
LEONOR icto. (Prepara una pistola)
¡Don Álvaro! ¡Don Álvaro!
LEONOR
DON ÁLVARO Asustadísima.) ¿Qué intentas?...
Destrozado ¡Ay!, retira esa pistola, que me hiela la sangre...
tengo yo el corazón... ¿Dónde está, dónde Por Dios, suéltala...
vuestro amor, vuestro firme juramento?
Mal con vuestra palabra corresponde ESCENA VIII
tanta irresolución en tal momento. Ábrese la puerta con estrépito después de varios
Tan súbita mudanza... golpes en ella, y entra el marqués en bata y gorro,
No os conozco, Leonor. ¿Llevose el viento con un espadín desnudo en la mano, y detrás dos
de mis delirios toda la esperanza? criados mayores con luces.

LEONOR MARQUÉS.
(Echándose en sus brazos) (Furioso).Vil seductor..., hija infame.
No, no, te adoro.
¡Don Álvaro!... ¡Mi bien!...Vamos, sí, vamos. LEONOR
(Arrojándose a los pies de su padre)
DON ÁLVARO ¡Padre! ¡Padre!
¡Oh mi Leonor!
MARQUÉS
No soy tu padre…, aparta… Y tú
Vil advenedizo DON ÁLVARO
(Pone una rodilla en tierra) Espero resignado
DON ÁLVARO el golpe, no lo resistiré; ya me
Vuestra hija es inocente… Yo soy el culpado... tenéis desarmado. (Tira la pistola, que al dar en
atravesadme el pecho. (Hinca una rodilla) tierra
se dispara y hiere al Marqués, que cae moribundo
MARQUÉS en
Tu actitud suplicante manifiesta lo bajo los brazos de su hija y de los criados, dando un
De tu condición alarido)

MARQUÉS MARQUÉS
(A su hija) Quita, mujer inicua. Muerto soy…¡Ay de mí!...
(A Curra, que le sujeta el brazo) Y tú, infeliz... osas
tocar a tu señor... (A los criados) Ea, echaos sobre DON ÁLVARO
ese infame, sujetadle, atadle... ¡Dios mío! ¡Arma funesta! ¡Noche terrible!

DON ÁLVARO LEONOR


(Con dignidad) Desgraciado ¡Padre! ¡Padre!
del que me pierda el respeto. (Saca una pistola y la
monta). MARQUÉS
Aparta; sácame de aquí… donde muera
LEONOR sin que esta vil me contamine con tal nombre.
(Corriendo hacia Don Álvaro) ¡Don
Álvaro!... ¿Qué vais a hacer? Duque de Rivas, español.

DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL SINO, DEL DUQUE DE RIVAS

Ángel de Saavedra o Duque de Rivas nació en Córdoba en 1791. Estudió en el Real Seminario de Nobles de
Madrid. Se dedicó a las armas, peleó contra los franceses en la guerra de la Independencia y se retiró con el
grado de teniente coronel. Como consecuencia de sus ideales revolucionarios, huyó a Inglaterra y vivió durante
diez años en diversos países antes de regresar a España.

Sus obras más importantes son: Don Álvaro o la fuerza del sino (1831) y el poema El moro expósito (1833-34).

En este texto, Don Álvaro está a punto de lograr su objetivo: convencer a Leonor para que huya con él. Sin
embargo, son descubiertos por el padre de la amante. En actitud de sumisión, Don Álvaro arroja la pistola al
piso mientras ofrece su pecho para que el padre lo atraviese con su espada. Sin embargo, algo ocurrirá y se
transformará el destino (sino) de los desgraciados amantes.
DESPUÉS DE LA LECTURA
 Escriba un comentario de cómo se podría aplicar el tema del sino en alguna situación de la vida de

las personas.

Cuando un joven empieza a relacionarse con malas amistades, y poco a poca va aprendiendo maldades,
abandona la escuela, busca enfrentamientos, y finalmente se convertirse en un criminal, se puede decir que está
destinado a la vivir cometiendo fechorías, y a tener un desenlace trágico. Pero claro, siempre tiene la
oportunidad de cambiar su destino.

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