Celtas, Iberos y Euskaros
Celtas, Iberos y Euskaros
Celtas, Iberos y Euskaros
Y EUSKAROS
(CONTINUACIÓN)
(1) Aquí me veo precisado á repetir gran parte de lo que dije en mi Me-
moria acerca de lengua baskongada, escrita para La Traditión basque,
y publicada primeramente en la EUSKAL-ERRIA, año 1897. Ambos trabajos
no son, sin embargo, absolutamente iguales, porque no lo es, tampoco, el
objeto que en cada uno de ellos me he propuesto. Mi actual análisis de las
flexiones del verbo, por ejemplo, es mucho más detallado, y atendiendo á
la riqueza de su contenido dialectal, supera al de mi misma Gramática de
los cuatro dialectos literarios.
36 EUSKAL-ERRIA
Primera serie
Segunda serie
Tercera serie
I=e: orrI (bn.), orrE (id.) «enebro»; IchI (a. n. sep.) EchE «casa»;
sarI (bn.) sarE «recompensa»; dItu, zEtik; «él los ha».
I=u: (y ü): serbItzari, serbUtzari (ronk.) «servidor»; IrIn,
UrUn «harina»; zubI, zubU «puente»; dItu dütü
I=o: mordI, mordO «racimo»; edIki, edOki «abrir»; dIk (Zegama)
dO (id.) «él lo ha».
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
CELTAS, IBEROS
Y EUSKAROS
(CONTINUACIÓN)
Cuarta serie
Quinta serie
(CONTINUACIÓN)
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
CELTAS, IBEROS
Y EUSKAROS
(CONTINUACIÓN)
(1) Creo que las series del texto mejoran la materia correspondiente
del capítulo III de mi Gramática, donde por primera vez se expuso el
conjunto del dinamismo fonético del baskuenze. Desde el año 1884 acá he
aumentado el caudal de mis conocimientos.
(2) En mi Gramática, entre los ejemplos de la permutación k=t cité
el vocablo alto-nabarro meridional erazKi y el común egazTi «ave». He-
gatz, egatz, significa «pluma», de ego «ala», y atz «dedo». ¿Las terminacio-
nes ki, ti de dichos vocablos son unas mismas, modificadas eufónicamen-
te, ó son dos, entre sí independientes? Ti significa «abundancia, multi-
tud»; ki es el sufijo unitivo «con».
En ambos casos la etimología resultante es plausible: egazTi=erazKi
«plumas abundantes», ó egazTI «plumas abundantes» y erazKI «con plu-
mas (plumífero).
132 EUSKAL-ERRIA
(CONTINUACIÓN)
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
204 EUSKAL-ERRIA
(CONTINUACIÓN)
(1) Esta distinción entre palabras llenas y vacías la han establecido los
gramáticos chinos y Max Müller, si no recuerdo mal, es el primer lingüis-
ta europeo que ha sacado partido de ella.
REVISTA BASCONGADA 207
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
REVISTA BASCONGADA 273
(CONTINUACIÓN)
(1) Si consignase todos los ejemplos por mí reunidos para extraer las
terminaciones, publicaría un copioso diccionario. Me limito á los que dan
luz acerca de los principales casos que ocurren. Por ventura algunos de
ellos estarán mal escogidos. Esto dependerá del vicioso análisis etimoló-
gico del ejemplo, pero no significará nada contra la existencia de la ter-
minación. Aunque bitsa, por ejemplo, sea bi-tsa, no por eso dejaría de
existir el sufijo terminativo a.
(2) Creo inútil advertir que á esta terminación común u, corresponde
otra suletina en ü. No hay para qué dar ejemplos cuya única diferencia
estriba en el sonido de la u.
274 EUSKAL-ERRIA
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
316 EUSKAL-ERRIA
(CONTINUACIÓN)
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
REVISTA BASCONGADA 435
(CONTINUACIÓN)
del componente ar. Forma adjetivos que denotan afecto á una cosa
ya determinada: goiz-tiar «madrugador», de goiz «mañana»; besta-
liar «aficionado á la fiesta».
Sufijo to, do. Forma adverbios; eder-to «hermosamente»; ondo
«bueno, bien», de on «bueno». El sufijo to sirve para formar aumen-
tativos: giza-to «hombrón» de gizon.
Sufijo tu, du. Unido á los nombres, pronombres y adverbios, los
transforma en nombres verbales susceptibles de combinarse con auxi-
liares, y por tanto, de conjugarse con toda la amplitud de los verbales
comunes: aur-tu «aniñar», de aur «niño»; moskor-tu «emborrachar»,
de moskor «borrachera»; hurrun-tu «alejar», de hurrun «lejos»; ne-
re-tu «apropiar», de nere «mío»; bezala-tu «asemejar, comparar», de
bezala «como». En el dialecto bajo-nabarro el sufijo tu se combina
con el instrumental z y con un sufijo ta para indicar la acción del
nombre que lo recibe y se convierte en verbo, sobre otro objeto dife-
rente; de urre «oro», urretz-ta-tu «dorar»; de lohi «lodo», lohi-z-
ta-tu «enlodar». ¿Será, acaso, tu residuo de otra forma más llena ta-
tu, etatu?
Sufijo tza. Saca sustantivos de otros sustantivos: sagar-tze «man-
zano», de sagar «manzana»; aran-tze «ciruelo», de aran «ciruela».
No hay que confundir este sufijo con el que es mera variante dialectal
de tza: egur-tze (aezkoano), sinónimo de egur-tza «pila de madera».
Sufijo tsu. Forma adjetivos abundanciales: bizar-tsu «barbudo»,
de bizar «barba»; elhe-tsu «hablador», de elhe «palabra».
Sufijo tzar. Desidencia de los aumentativos; zaldi «caballo», zal-
di-tzar «caballazo».
Sufijo z-ko. Indica la composición ó materia de una cosa en senti-
do propio ó figurado: de urre «oro», urrez-ko, «aureo»; de aragi
«carne», pekatu aragi-z-ko «pecado carnal»; de lur «tierra», lurr-ez-
ko «terreno, terrenal».
Sufijo z-ki. Desempeña funciones adverbiales, uniéndose al nom-
bre; de egia «verdad», egia-z-ki «verdaderamente»; de erdi «mitad»,
erdi-z-ki «á medias; partidamente».
Sufijo cho, chu. Desinencia diminutiva: de ama, ama-cho «ma-
drecita»; de aita, aita-chu «padrecito».
Sufijo che. Indica el «exceso». Se aglutina á los adjetivos y adver-
bios; de handi, handi-che «demasiado grande»; de chipi, chipi-che
«demasiado pequeño».
REVISTA BASCONGADA 439
(CONTINUACIÓN)
(1) Diez: Gram. des lang. rom. tomo 2.º, págs. 284, 285.
(2) Id. pág. 312.
(3) Oram. des lang. rom. tomo II, pág. 283.
478 EUSKAL-ERRIA
(CONTINUACIÓN)
de las formas activas son más antiguas que las otras, cuando difieren
de éstas.
Las formas activas son: hunek, onek «este»; hauyek, hauek «es-
tos»: horrek, orrek «ese»; hoyek «esos»; arek, ark «aquel»; heyek,
ekik «aquellos». El pronombre cuya existencia revelan estas formas es
kun, on que entra, contraído, en ciertas flexiones verbales y que ha
producido la forma bizkaina plural oneek «estos», además de la gipuz-
koana oyek, oek, algo desfiguradas por la caída de la nasal. Compa-
rando las formas activas con las puras, se observará que algún pronom-
bre ha pasado de un grado á otro, ó sea á designación de distinta per-
sona. Harek y ark autorizan á pensar que la forma primitiva de hura,
ura, fué ara (y por tanto kara).
Los dialectos gipuzkoano y bizkaino carecen de formas activas plu-
rales. Una sola desempeña ambos papeles.
La combinación de pronombres personales y demostrativos ha da-
do origen á formas intensivas ó ponderativas, cuya significación es pu-
ramente personal, como sucede con las castellanas nos-otros, vos-otros,
compuestos de un índice personal y otro indefinido.
Ner-oni, ni-hor-ni, ni-ho-ni, ni-haur, ne-r-au «yo mismo»; gi-
haur, gu-hor-oni, gu-horo, ge-r-oni, ge-r-ok «nosotros mismos»;
hi-hor-oni, hi-haur, he-r-oni, e-r-ori. zu-hor-oni, zi-haur, ze-r-oni,
ze-r-ori «tú mismo»; zu-horo, zi-aur-ek, ze-r-ok «vosotros mismos»;
bera, ber-bera «él mismo»; ber-ak, ber-ok, eu-r-ok «ellos mismos».
Bera y berak son pronombres intensivos simples.
No todos los demostrativos que forman parte de los intensivos dis-
frutan de vida independiente. En neroni y sus congéneres se nos mues-
tra el tema de donde se sacó la forma activa hunek, onek «este», que
los gramáticos á la antigua suelen atribuir al pasivo, ó mejor dicho,
inerte hau, au, último residuo de kaur. La forma plural bizkaina
oneek es la único regular (salvo la asimilación de i á e) que poseen los
dialectos litera rios.
El horo del basco-francés gu-horo y sus congéneres, no cabe duda
que es el adjetivo adverbial de cantidad horo, oro «todo».
El bizcaino y gipuzkoano poseen dos demostrativos intensivos:
ber au, ber-on ek «este mismo», y ber-ori, ber-orr ek «ese mismo».
Y también formas re-demostrativas, ó doblemente demostrativas, que
se logran sufijando la partícula che al tema pronominal: de au, au che
«este mismo».
498 EUSKAL-ERRIA
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
REVISTA BASCONGADA 517
(CONTINUACIÓN)
(1) En las notas que puse al texto del profesor Giacomino acerca de
las relaciones entre el baskuenze y el antiguo egipcio, vertí varias de las
ideas que ahora tienen cabida en el análisis de las flexiones verbales; en-
tre ellas, y rompiendo la marcha, se cuenta la coloración de la vocal del
núcleo en el presente y el pasado. He estado tentado á referirme á las no-
tas, cuando hubiese de enunciar de nuevo su doctrina. Pero la lógica y la
claridad del discurso, y hasta la misma comodidad de los lectores, me
han aconsejado preferir la repetición de conceptos, no sin pedir perdón
por ella.
REVISTA BASCONGADA 521
ria: d-abila «él anda», z-ebil-an «él andaba». Eraman «llevar», pre-
fiere la a, pero en alguna flexión se sirve de la e: zen-eraman «tú lo
llevabas», zen-aram-en «vosotros lo llevais». El bizkaino erechi «pa-
recer, llamarse», transporta la e al presente: d-ericha «lo parece»,
erich-o-n «lo parecía». En gipuzkoano dicho nombre verbal comienza
por i, iritzi; pero sus flexiones de ambos tiempos imitan á las bizkai-
nas: d-eritza, z-eritza-n: prueba de que la forma correcta es eritzi
y no iritzi.
Casi todos los nombres verbales que comienzan por i la constitu-
yen en base del núcleo para ambos tiempos: de izeki «arder», d-izeka
«él arde», z-izeka-n «él ardía»; de iraun «durar», d-irau «él dura»,
z-irau-en, irau-an «él duraba». Irudi presenta la particularidad,
por lo menos en gipuzkoano, de que las flexiones de régimen directo
de primera persona, tanto del presente como del pasado, emplean el
núcleo alterado con a: n-arudi «él me parece». n-arudi-en «él me
parecía», á la vez que dice d-irudi «él parece» y z-irudi-en «él pare-
cía». Joan «ir», conserva inalterables las vocales del núcleo, y el pa-
sado retiene la aspirada ó la palatal que le sustituye en otros dialectos,
sonidos que las flexiones del presente sacrifican, ó mantienen, según
los dialectos: d-oa y di-joa, «él va», d-oa-z «ellos van», g-oa-z y gi-
joa-z «nosotros vamos», n-oa, ni-joa «yo voy», zi-joan, yoan «él
iba», nin-joan «yo iba», zi-joa-zten «ellos iban». El suletino elimina
la consonante inicial, escepto en algunas flexiones del imperativo:
d-oa-ke «él les va», g-oa-tza «nosotros vamos», zind-oa-n «tú ibas»,
nind-oa-kon «yo le iba», bi-hoa «él vaya», bi-hoa-ki-gu «él vaya
nos».
En el imperativo, es regla general que el núcleo de las terceras per-
sonas de ambos números se construyan con la e de los pasados ordi-
narios. También sobre las flexiones de segunda obra, con mayor ó
menor eficacia, ésta tendencia; pero los casos de excepción son muchos.
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
CELTAS, IBEROS
Y EUSKAROS
(CONTINUACIÓN)
(CONTINUACIÓN)
kalés. Pero las aezkoanas llevan, además, una u. ¿Es éste el núcleo ver-
bal (que faltaría en las ronkalesas, por elisión), siendo ind (ó nd, si
estimásemos que la primera vocal pertenecía al régimen directo ni, gi),
meras letras eufonicas y epentéticas, ó por el contrario, habremos de
atribuir u á ind, y en este caso admitir que indu unt(u) es el verda-
dero núcleo?
Indu, sin ninguna violencia puede ser calificado de nasalización de
itu y supuesto el ordinario proteismo de los núcleos verbales, tene-
mos una larga serie de formas, perfectamente ajustadas á la idiosincra-
cia fonética del euskara: itu, iti, utu, ütü, üti, tu, te; indu, intu,
indi, inti, inde, inte, inda, indo, ino, endu, untu, üntü, ündu,
ünti, ündi, undi, según lo demuestran las siguientes flexiones: ga-
ITU-zu, «tú nos has», g-ITI-n (ronk.) «él nos ha», g-UTU-k (ronk.)
«tú nos has», z-ütü-k «yo te he», g-ÜTI-e, «ellos nos han»; z-TU-t
(sal.) «yo te he», z-TE-i (ronk.) «ellos te han»; g-INDU-en «él nos ha-
bía»; n-INTU-an «él te había», g-INTI-zun (ronk.) «él nos había»;
n-INDI-kezü «él me habría», g-INTE-in (ronk.) «ellos nos habían»,
g-INDE-zkizun (. n. m.) «tú nos hubieses, z-INDA-gun (a. n. m.) «tú
nos hubieses lo», n-INDO-ke (ronk.) «él me habría», g-INO-zkezu (sa-
lacenco) «tú nos puedes», g-ENDU-ke «nosotros lo habríamos», z-UNTU-
dan (ronk.) «yo te había», z-ÜNTÜ-gün «nosotros te habíamos, n-
ÜNDÜ-zun «tú me habías», z-ÜNTI-en «ellos te habían», n-ÜNDI-a,
n-UNDI-a (ronk.) «tú me habías.
Si la sencillez de la explicación fuese prenda segura de su exactitud,
nos deberíamos apresurar á admitir la realidad del núcleo itu, puesto
que facilita considerablemente el análisis de gran número de flexiones,
las cuales, analizadas de otra manera, resultan de formación singular,
aunque nos damos cuenta de todos sus elementos.
Prescindamos de las formas nasalizadas. La existencia de estas cae de
su peso, si se acepta la de iti y sus variantes. Iti forma parte de flexio-
nes transitivas con régimen directo de segunda persona singular y plu-
ral, y de primera plural. Las flexiones con régimen directo plural de
tercera persona quedan excluidas de la duda referente á la existencia del
núcleo itu, puesto que es evidente que semejantes flexiones se sirven
de un sufijo it que es índice de la mencionada relación. Compárese
zuen «él lo había» y z-IT-uen «él los había», zuten «ellos lo habían»,
z-IT-uzten «ellos los habían».
He aquí ejemplos de esta clase de flexiones, exclusivamente: za-
6 EUSKAL-ERRIA
itu, za-itu-z, z-ütü, z-atu (a. n. sep.), z-itu (b. n.), «él te ha»; za-
itu-zte, za-itu-ez, z-üti-e, z-atu-zte (a. n. sep.), z-iu-zte (b. n.)
«ellos te han»; ga-itu, ga-itu-z, g-ütü, g-atu (a. n. sep.) ga-itu,
ga-itu-z, g-ütü, g-atu (a. n. sep.), g-itu (b. n.) «él nos ha»; za-itu-
zte, za-itu-ez, z-üti-e, z-ai-zte (a. n. sep.) z-iu-zte (b. n.) «él os ha»;
za-itu-eez, z-IU-ztete «ellos nos han».1
Como se ve, en las flexiones de la categoría «á mí», nunca fun-
ciona el núcleo hipotético itu. Esta ausencia sería, á mi juicio, decisi-
va, si las del pasado no encerrasen un elemento que, por su aspecto,
parece la nasalización de aquel: ninduzun «tú me habías», nündian,
«él me había», etc., etc. Digo decisiva refiriéndome á la explicación
del Príncipe Bonaparte, el cual, por lo mismo que no abrigó la sospe-
cha de que pudiere existir un núcleo itu, hubo de buscar la explica-
ción recorriendo otros caminos.
Oigámosle. Después de asentar que zu fué primitivamente plural,
pero que se ha producido el hecho, consumado hace siglos, de que es
singular, porque únicamente se usa refiriéndose á una sola persona, aña-
de: «Creemos, no obstante, que ha de ser muy útil estudiar ese pro-
nombre en sus terminativos verbales, como si nunca hubiese dejado
de ser plural. Al compararlo á los terminativos del pronombre gu, no
dejará de notarse que, hasta el pleonasmo y la redundancia observadas
amenudo en los últimos, se reproducen en las mismas circunstancias y
de un modo exactamente típico en los primeros. Por tanto, la forma
pone de bulto el orígen plural de estos. Escogeremos para ejemplo de
pleonasmo los terminativos bizkainos gaituz, zaituz «él nos ha, él te
ha». La z indicador del régimen plural no debería, desde el punto de
(1) Astarloa afirma que Oñate y otros pocos pueblos poseen las flexio-
nes zau, gau. Discurs. filosóf. sobre la leng. primitiva, pág. 710.
(2) Recordemos la teoría verbal del Príncipe, según la cual, la base de
de los «terminativos puros» (presente y pasado de indicativo), es el de-
mostrativo au «éste».
(3) Le Verbe basque, pág. XVI.—Pocas páginas antes dice el Príncipe:
«En el presente nau «él me ha», el compuesto «yo mismo» y no el simple
«yo» existe como régimen directo; puesto que dicha sílaba no es otra cosa
sino el pronombre niau ó nihau en su integridad. Id. pág. XIII.
8 EUSKAL- ERRIA
(CONTINUACIÓN)
Jaungoikoa «el Señor que puede todo». Daian, según el tratadista holan-
dés, es la tercera persona del singular del presente indicativo dai, en vez
de dadi «él puede», más el relativo n «que».
Es la única prueba que se nos alega á favor de edin, verbal indepen-
diente. El ejemplo es bastante obscuro ó incorrecto. ¿Está conjugado in-
transitivamente el verbo? Así parece acreditarlo el sujeto Jaungoikoa,
sin sufijo de agente, mas el sentido es transitivo: «Dios que lo puede to-
do». Y el mismo Zabala, al parecer, estima que la flexión cs activa; pues
después de citar entre estas á dai, dait, marca la composición del vocablo
de la siguiente manera: «Guztia dai-an Jaungoikoa», y traduce la frase
transitivamente «el Dios que todo lo puede..'
A mi juicio daian no es derivación de edin, sino contracción de una
de las flexiones potenciales ordinarias; daite (intransitiva), daike (transi-
tiva).
(1) Dos flexiones bajo-nabarras, zinitiin (zin-it-iin) «él te había», sinó-
nima de zinduen, zinduzan, züntian; y ginitiin (gin-it-iin) «él nos había»,
sinónima de ginduen, ginduzan, gûntian, etc., á primera vista robuste-
itzi, izi, iziai, iziau, itzia, izia: l-ITZI-kok «él le sería»; z-IZI-
okan (sal.) «él le era»; g-IZAI-zkokan (sal.) «nosotros le éramos»; z-
IZIAI-dakan (sal.); z-IZIAI-kukan (sal.) «él nos era»; z-IZIAU-kiuzun
(b. n. or.) «él nos era»; g-ITZIA-zkotzu (b. n. or.) «nosotros le so-
mos»; z-IZIA-zun (b. n. or.) «él me era». Las formas iziai, iziau, sal-
vo el caso, poco probable, de deformación por virtud de i epentética,
revelan que la terminación (ó segundo núcleo?) ki es aki, con a or-
gánica: iziaki, iziaku=atza(a)ki.
intzaki, intzai, incha, intzau, intza, intz: z-INTZAKI-dan «tú
me fueses»; z-INTZAKI-ñan «yo te era»; n-INTZAKI-kek «yo te sería»;
z-INTZAI-dan «tú me eras»; h-INTZAI-taken «tú me habrías sido»; n-
INTZAI-izan «yo te era»; z-INCHA-tazan «tú me eras»; g-INCHA-tzuzan
«nosotros te éramos»; n-INZAU-zun (b. n. or.) «yo te era»; g-INTZAU-
zketzun (b. n. or.) «nosotros te seríamos»; n-INTZA-ke, n-INTZA-teke
«yo sería»; ban-INTZ «si yo fuera».
intzei, intze: z-INTZEI-tan «tú me eras»; n-INTZEI-kee (b. n. or.)
«yo les podría»; n-INTZEI-zün «yo te era»; ban-INTZEI-zü «si yo te
era»;. n-INTZE (aezk.) «yo era»; n-INTZE-en (b. n. or.) «yo les era».
intzan, intzen, intzo, intzu, intzia, intzi, untzi. n-INTZAN, n-IN
TZEN, n-INTZO-an, n-INTZU-an, «yo era»; g-INTZIA-zkozan (b. n. or.)
«nosotros le éramos»; n-INTZU-ezun (b. n. or.), «yo les era»; g-INTZAU-
kok «nosotros le seríamos»; g-UNZI-ua, (ronk.) «nosotros éramos».
aki, eki, iki: z-AKI-daz, z-AKI-tzat «tú séme»; d-AKI-dan «él me
sea»; d-AKI-kijo «él le podrá»; g-AKI-zkiotekan «nosotros les seamos»;
z-EKI-dan (a. n. mer.) «él me fuese»; z-EKI-zu (a. n. mer.) «él te
era»; b-EKI-t «él séame»; j-EKI-donan «él me fuese»; l-EKI-jon «él le
podría» (falta el índice potencial; la final del núcleo asume sus funcio-
nes); l-IKI-zü «él te podría» (id.); be-IKI-da (a. n. mer.) «él sea me»;
n-AKI-oke (aezk.) «yo le puedo».
Aki es el residuo del núcleo atzaki, itzaki. Así autorizan á pen-
sarlo las flexiones z-ATZAKI-t «tú seme», d-ATZAKI-dan «él me sea»,
g-ATZAKI-zkioten «nosotros les seamos», comparadas á sus sinónimas
que arriba se consignaron. Los que prefieren considerar á aki, eki co-
mó segundo núleo, que á modo de cremento se une á izan, podrán
decir que este es el componente primitivo de las flexiones á que nos
referimos y de cuantas están cortadas por el mismo patrón.
Ai, ei. Este núcleo es, amenudo contracción de aki, eki: g-AI-
zki-zun «nosotros te seamos» (comp. con n-AKI-zun «yo te sea», y
REVISTA BASCONGADA 37
(1) Voy á citar varios ejemplos, encerrando entre paréntesis las for-
mas hipotéticas ó teóricas junto á las reales: ga-ITE-zke (ga-ITZE-z-ke)
«nosotros podemos»; na-INTE-kek (na-INTZE-kek) «yo podría»; l-ITE-ke
(l-ITZE-ke), le-ITE (le-ITZE) «él podría»; z-INTA-kedan (z-INTZA-kedan) «tú
me podías»; z-ITA-kedan (z-ITZA-kedan) «él me podía.; la-ITE-ke (ronk.)
(la-ITZE-ke) «él podría.; na-ITE-kezu (ronk.) (na-ITZE-kezu) «yo te podría»;
z-INDAI-zke (a. n. mer.) (z-INTZAI-zke «tú lo podrías»; n-INDAI-teken (bajo
nabarro oriental) (n-INTZAI-teken) «yo podría»; n-INDA-kioke (b. n. or.) (n-
INTZA-kioke) «yo le podría»; n-INTAI-kezu (b. n. or.) (n-INTZAI-kezu) «yo te
podría.; n-INDU-kena (aezk.) (n-INTZU-kena) «yo podía».
(2) Pág. 631.
(3) Remarques sur plus ass. de Mr. Abel Hovelaque... pág. 11 y 12.
REVISTA BASCONGADA 39
A.—Primer tipo.
(Sujeto-pospositivo)
daukat yo lo tengo.
daukak, daukan tú lo tienes.
dauka él lo tiene.
daukagu nosotros lo tenemos.
daukazu vosotros lo teneis.
dauke ellos lo tienen.
Este paradigma adolece de impropiedad y de inexactitud. Impro-
piedad, porque incluye dentro de la conjugación indeterminada dos
flexiones sexuadas (dauka-K, dauka-N). Inexactitud, porque atribuye
al zu de daukazu valor plural, siendo así que el suyo es singular.
Dudo mucho se encuentren en los rincones del baskuenze vulgar flexio-
nes esporádicas donde zu signifique «vosotros». El baskuenze literario
absolutamente las ignora y no hay ejemplo de que ningún baskonga-
do al dirigir la palabra á varias personas las haya designado con el pro-
nombre zu.
Siendo, de hecho, zu singular, desde que lo fué surgió la necesi-
dad de crear formas plurales, y se logró combinando á z con ciertos ín-
dices que se usaban para exponer el sujeto plural de tercera persona.
Las combinaciones á que aludo, arriba quedan expresadas; veamos
ahora los ejemplos que las acreditan: dida-ZU-TE «vosotros» me lo
habeis», gaitza-ZU-TE «vosotros habednos», dakus-UTE «vosotros lo
veis», diotza-TZU-e «vosotros le habeis lo», dauta-ZU-E, deita-ZEI
«vosotros me lo habeis», dizkü-TZI-E «vosotros nos los habeis», du-
SIA, du-ZÜ-I du-ZI-I du-Z-I «vosotros lo habeis», nindu-ZU-TE-n «vo-
sotros me habíais», du-ZU-E «vosotros lo habeis», dauzkida-TZU-E
«vosotros me los habeis», gintu-TZU-E-n «vosotros nos habíais», gün-
tu-ZI-E-n «vosotros nos habíais», etza-TZI-E «vosotros habed los», tza-
ZE-I-n (ronk.) «vosotros lo hayais», droke-ZE-i (ronk.) «vosotros lo
podeis», nunt-ZE-I-n (ronk.) «vosotros me habeis».
ARTURO CAMPIÓN.
(Se continuará)
CELTAS, IBEROS
Y EUSKAROS
(CONTINUACIÓN)
han», d-etza-I-n «ellos lo hayan», d-ey-I-e «ellos les han lo» d-arabil-
de «ellos lo menean», d-u-TE- «ellos lo han», d-üke-YE «ellos lo ha-
brán», D-oke-YE (sal.), dr-oke-I (ronk.) «ellos lo pueden», ninde-I-n
(ronk.) «ellos me habían», nindoki-E-I-n «ellos me habrían habido»,
nuke-TE (aezk.) «ellos me pueden», gindoki-E-I-n «ellos nos habrían
habido», darama-TE «ellos lo llevan», genkar-TE-n, ellos nos traían,
ekutso-E-n «llos le veían lo».
B.—Segundo tipo.
(Sujeto-prepositivo)
I.º Sujeto de primera singular, ni, na, n: NA-iz «yo soy», N-in-
tzan «yo era», NI-ago-n «yo estoy», N-aramatzan «yo los llevaba»,
N-eukan «yo lo tenía» N-uen «yo lo había», N-eiko «yo le habría
lo», N-ezan «yo lo hubiese», N-izate «yo seré», N-akizün «yo te sea»,
N-einte «yo podría», N-ezake «yo lo podía», N-abíla «yo ando», NI-
ndoan «yo iba».
2.º Sujeto de primera plural ge, gi, ga, g, kü, ke, ki: GE-nduen
«nosotros lo habíamos», GI-ñituen «nosotros los habíamos», GI-ñio-
tsun «nosotros te lo decíamos), G-enkuson «nosotros le veíamos lo»,
ai-KÜ-nü «ojalá nosotros lo hubiésemos», ai-KE-neizü «ojalá noso-
tras te lo hubiésemos», ai-KI-nitzo «ojalá nosotros le hubiésemos lo»,
G-eraman «nosotros lo llevábamos», G-indauzu (aezk.), G-inauzun
(sal.) «nosotros te lo habíamos», GE-negien «nosotros lo hiciésemos»,
G-era «nosotros somos», G-indaizteke (b. n. or.) «nosotros sería-
mos», GA-izko «nosotros le somos», GI-njoazen «nosotros íbamos»,
GE-neinkizü «nosotros te podíamos», ai-KI-na «ojalá nosotros fuése-
mos», GA-izteke (ronk.), GE-izke (sal.) «nosotros podemos», G-abiltz
«nosotros andamos».
3.º Sujeto de segunda persona singular, h, y (familiares): H-uen
«tú lo habías», H-uke «tú lo habrías», H-ezan «tú lo hubieses», H-eza-
ke «tú lo podrías», H-arabilan «tú lo meneabas», H-akikian «tú lo
habrías sabido», H-oa, «tú vas», H-ebilan «tú andabas», H-ago «tú
estate», H-aiz «tú eres», H-intzen «tú eras», H-intakiket «tú me
podrías», a-H-intzeit «ojalá me fueses», H-atzayo «tú le eres», H-in-
tzayoke «tú le serías».
Esta h es el residuo del pronombre hi «tú» del tratamiento fami-
liar ó tuteo. Como los dialectos de España perdieron la aspiración,
claro es que no la retuvieron sus flexiones. El dialecto suletino pro-
REVISTABASCONGADA 67
(1) Cualquiera que sea la hipótesis adoptada, lirate resulta flexión in-
completa; si ira es pluralizador de l, falta el núcleo; si ira es el núcleo,
falta el pluralizador, puesto que te es exponente del modo.
72 EUSKAL-ERRIA
plural: d-adin «él sea», d-itian «ellos sean», l-edin, «él fuese», l-itian
«ellos fuesen». Ambas flexiones plurales carecen de pluralizador pro-
nominal, pero la forma dura del tema es á modo de palpitación de la
pluralidad. Por cierto que la forma lógica del presente de subjuntivo
la posee el labortano: ¡pero la usa para el singular! Dadien es sinó-
nima de dadin y dedin de otros dialectos. Y como dadien es singu-
lar hoy, el labortano se sirvió del ditezen gipuzkoano para decir «ellos
sean».
El tercer elemento capital de la flexión es el régimen, que es di-
recto é indirecto, sencillo y doble, estando representado por un pro-
nombre de primera, segunda y tercera persona. Las flexiones de doble
régimen sólo se dan en la conjugación transitiva. Aunque el pronom-
bre que forma parte del doble régimen es un verdadero dativo, no
entra jamás provisto del sufijo casoal i «a», que llena las funciones de
ese caso. Entra revestido de su forma absoluta, como los que marcan
el régimen directo. Esto último es necesario, puesto que el baskuenze
no posee ningún sufijo correspondiente al acusativo de las lenguas cli-
sicas, y lo mismo dice nik jaten det ogia «yo como el pan», que
ogia gogorra dago «el pan está duro». Por comodidad y brevedad del
lenguaje y salvando la impropiedad del calificativo, puede llamarse ín-
dice ó exponente datival al signo del régimen, sea directo, sea indi-
recto
Las flexiones intransitivas sin régimen, se llaman absolutas: nago
«yo estoy», zan «él era».
A.—Régimen directo
ARTURO CAMPIÓN
(Se continuará)
VIAJE Y LLEGADA
I
—¿Dónde va el hombre? Errante peregrino,
cuanto más se adelanta, más se aleja
del bien que su traidora luz refeja
en las ásperas cumbres del camino.
Cada paso que da, ciego y sin tino,
le arranca una esperanza y una queja
y en pos de sí desvanecidos deja
sueños de amor y halagos del destino
Pero á pesar del desengaño cierto,
no detiene su planta fatigada
y sigue y sigue y nunca llega al puerto.
¡Ah! solamente al fin de la jornada,
desde el sepulcro ante sus piés abierto
ve que la vida es humo, y sombra, y nada.
II
Desde el sepulcro ante sus piés abierto
contempla el alma inquieta y dolorida,
en silencioso polvo convertida
la ya ignorada humanidad que ha muerto
El polvo aquel, inanimado y yerto,
tuvo los arrebates de la vida,
amó y creyó, perdiéndose enseguida
como una caravana en el desierto.
Para alcanzar la eternidad, emplea
la humana aspiración en su locura
el barro, el bronce, el mármol y la idea.
El libro vive, el monumento dura....
¿Menos feliz la mente que los crea
se perderá en la triste sepultura?