La Navaja Del Visir
La Navaja Del Visir
La Navaja Del Visir
Lectura
7
Había una vez un pobre hombre que, debido a la
perfección de su trabajo, llegó a ser barbero del sultán
de Fez, quien le tenía cariño y confiaba en él.
Pero el sultán tenía un visir que estaba celoso del
barbero.
«Aun tratándose de un barbero», se decía a sí mismo
el visir, «el sultán le demuestra más aprecio que
a mí. ¿Qué impide que un buen día me mande a paseo
y ponga al barbero en mi lugar?»
Semejante cosa no le hacía ninguna gracia al visir,
quien aspiraba a ser nombrado sultán a la muerte
de su señor. Así pues, un día, cuando el barbero
abandonaba el palacio lo llamó:
–Nunca he tenido ocasión de ver la navaja y las tijeras
que utilizas. Supongo que no usarás las mismas
con Su Majestad que con el resto de la gente.
–No, claro que no –contestó el barbero–. Me reservo
una navaja y unas tijeras especiales para el sultán:
las mejores que tengo. –Y abrió su estuche para enseñárselas
al visir.
El visir miró la navaja con rostro ceñudo.
–¿No te da vergüenza utilizar una navaja tan corriente
para la cabeza de Su Majestad?
–¡Ay de mí! –sollozó el barbero–. Soy un hombre pobre.
Pero es una buena navaja, la mejor que tengo…
El visir le puso las manos sobre los hombros en actitud
amistosa:
–Amigo mío, toma esta hermosa navaja con mango
de oro y piedras incrustadas: es más digna de afeitar
la cabeza de Su Majestad.
El barbero desbordaba gratitud.
Al día siguiente, el sultán se fijó en la magnífica navaja
nueva. En cambio, al barbero le llamaron la
atención las palabras bordadas en la toalla que el
sultán tenía sobre los hombros: «Nunca actúes con
precipitación, piensa primero». Y empezó a rumiarlas
mientras sus dedos friccionaban la cabeza de Su
Majestad. Luego, dejó adrede la navaja nueva y cogió
la vieja para afeitar a su señor.
–¿Por qué no usas esa hermosa navaja nueva? –le
preguntó el sultán.
–Esperad un momento –respondió el barbero. Y
concluyó en silencio el afeitado del sultán–. Es verdad
que traje esa navaja nueva para afeitar vuestro
cráneo, pero entonces leí las palabras bordadas en
la toalla y pensé: «¿Para qué voy a cambiar de navaja,
si sé que la antigua va bien y, en cambio, no sé
cómo va la nueva?».
–¿Cómo llegó a tus manos? –preguntó el sultán. Y el
barbero le contó toda la historia.
El sultán, mesándose su recién rizada barba, mandó
llamar al visir.
–Me parece… –dijo el sultán mirando atentamente
el rostro del visir–, me parece, amigo mío, que te hace
falta un afeitado.
–Digáis lo que digáis, siempre tenéis razón, señor
–le contestó el visir–. Pero me han afeitado esta misma
mañana.
–No importa –insistió el sultán–. Sigo pensando que
necesitáis un afeitado. Mi amigo te lo hará.
El visir se sentó y el barbero le enjabonó la cabeza.
Luego cogió su vieja navaja para afeitarlo.
–¡No! –exclamó el sultán–. Esa vieja navaja no es
digna de afeitar la cabeza de un súbdito tan leal. Coge
la navaja nueva.
El barbero obedeció; pero, al afeitar al visir, le hizo
un pequeño rasguño en el cuero cabelludo. Al instante,
el visir fue víctima de temblores y paroxismos
y, al poco, expiró. El filo de la navaja estaba envenenado.
Poco después, el sultán nombró visir al barbero.
RICHARD HUGHES
En el regazo del Atlas (Adaptación)
_ LENGUA Y LITERATURA 2.° ESO _ MATERIAL FOTOCOPIABLE © SANTILLANA EDUCACIÓN, S. L. _ 403
COMPRENSIÓN LECTORA
1. Piensa y contesta.
• ¿Qué tenía de especial la navaja que el visir le dio al barbero?
• ¿Qué leyó el barbero en la toalla del sultán? ¿Qué pensó entonces?
• ¿Qué navaja utilizó por fin el barbero para afeitar al sultán? ¿Por qué?
• ¿Qué navaja empleó el barbero para afeitar al visir? ¿Por qué?
• ¿Qué sucedió cuando el barbero afeitó al visir?
2. ¿Por qué falló el plan del visir? Marca la respuesta correcta.
Por la prudencia del barbero.
Por la torpeza del visir.
Por la ingenuidad del sultán.
3. Ordena estos hechos tal como el visir preveía que ocurrirían:
El visir regala al barbero una navaja muy lujosa, pero envenenada.
Nombran sultán al visir.
El barbero afeita al sultán con la navaja lujosa que le ha dado el visir.
El visir convence al barbero de que su navaja vieja no es adecuada para el sultán.
El sultán muere envenenado.
Culpan al barbero de la muerte del sultán.
4. ¿Qué refrán crees que se puede aplicar mejor a la actuación del barbero?
• Agua que no has de beber déjala correr.
• Vísteme despacio que tengo prisa.
• Más vale malo conocido que bueno por conocer.
PARÓNIMOS
5. Observa.
ESPIRAR EXPIRAR
_ Completa con la palabra adecuada.
• Al respirar hacemos dos operaciones: inspirar y .
• Lo contrario de es nacer.
FORMACIÓN DE PALABRAS
6. Observa.
_ Sustituye cada expresión por un solo verbo.
• Administrar un veneno. • Cubrir de joyas.
• Recubrir con harina. • Unir con lazos.
• Cerrar con rejas. F • Asegurar con tablillas. F